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Curso 2023-2024

IES JOSEFINA ALDECOA GESTIÓN DE LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA Y EMPRESARIAL

GUÍA PRÁCTICA DE COMPORTAMIENTO EN SALA

1.- Sé SIEMPRE respetuoso con todos los operadores jurídicos (fiscales,


funcionarios, abogados de la parte contraria, etc.), no solo con el Juez. Incluso
cuando estén defendiendo tesis contrarias a la tuya. El trato debe ser siempre
de “usted”, no siendo necesario que el cliente utilice ningún otro tratamiento
forense como “Señoría”, deja eso para el Abogado..

2.- Acude bien vestido al Juzgado. Ojo, no digo que se tenga que venir de
traje y corbata para declarar como testigo (ni muchísimo menos), pero sí que
recomiendo encarecidamente ir debidamente aseado y con aspecto
presentable. Un juicio es un acto formal en el que debe mostrarse un mínimo
de decoro y en el que no deberíamos ver a gente compareciendo en chanclas,
bañadores o chándales de deporte. También queda terminantemente prohibido,
por ser de falta de educación, el entrar en sala mascando chicle o con la
cabeza cubierta por gorras, sombreros, etc.

3.- ¡Sé puntual! Las vistas se programan con mucha antelación y se organizan
en función de la disponibilidad del Juzgado. Ten en cuenta que, seguramente,
el Juez tendrá varios señalamientos para una misma mañana y un retraso en
uno puede arrastrar a los siguientes. Ello por no hablar de que tu ausencia
injustificada puede resultar fatal para el desenlace del juicio.

4.- Responde a lo que te preguntan…¡ni más, ni menos! Demasiado a


menudo vemos a testigos o justiciables que frente a una pregunta clara y
concisa responden lo que les apetece, bien porque los nervios le jueguen una
mala pasado, o bien porque quieran insistir en hechos o puntos distintos del
que originó la pregunta. Estas actitudes son muy mal vistas por los Jueces, que
no dudarán en llamarte la atención por ello. Es más, debemos tener en cuenta
que, en el caso de testigos, no contestar o contestar con evasivas puede
constituir un DELITO.

5.- Si te preguntan algo que no sabes o no recuerdas…dilo, no pasa nada.


De nuevo, esto puede parecer una perogrullada, pero realmente ocurre que
tras la toma de juramento o promesa de decir la verdad algunas personas se
sienten obligadas a responder a todo –principalmente debido a los nervios o al
desconocimiento-. Como bien refleja el punto, no hay ningún problema en
responder con naturalidad que no conoces la respuesta a algo. A este
respecto, es sabido que desgraciadamente los procedimientos judiciales
acostumbran a alargarse más de lo debido, dándose la circunstancia que,
cuando se realiza el juicio, pueden haber pasado meses o años desde los
hechos enjuiciados, lo que puede hacer a mucha gente que se le olviden
pequeños detalles o hechos específicos. E aquí, una vez más, un matiz: Una
cosa es no recordar algún elemento de hecho sin importancia y otra muy

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distinta es “hacerse el sueco” ante las preguntas que no nos interesa
responder. De nuevo, esta clase de conductas pueden dar lugar a un delito y
en cualquier caso a la reprobación por parte del Juez. Ni que decir cabe que si
nos “pillan” en alguna de estas conductas perderemos al momento toda nuestra
credibilidad.

6.- Mantén la calma en todo momento, sin hacer gestos, bufidos o


aspavientos, independientemente de lo que se esté diciendo. En un juicio es
muy posible que escuches cosas que te indignen o te molesten. Es posible,
incluso, que un testigo o la parte contraria estén diciendo cosas que sabes que
son falsas y perjudiciales para tus intereses. En cualquier caso, escucha en
silencio y no intervengas con ninguna de las actitudes que digo. Pocas cosas
molestan más a un juez que tener a una de las partes negando
exageradamente con la cabeza o emitiendo gruñidos de desdén mientras
declara otra persona. Confía en tu abogado, que es quien intervendrá en el
momento oportuno para refutar cualquier afirmación vertida en tu contra.

7.- Habla sólo cuando te den la palabra. En relación con el punto anterior, un
juicio es un acto formal reglado en el que cada una de las partes tiene sus
tiempos de palabra. No confundamos una vista oral con un programa de
televisión. Aquí no hay –a priori– turnos de réplica ni posibilidad de añadir o
matizar nada fuera de los tiempos establecidos. Por supuesto, nada de levantar
la mano para hablar como si estuviésemos en una clase.

8.- Evita buscar con la mirada la ayuda o aprobación de tu abogado.


Somos conscientes de que, a veces, el estrés de la situación y el no saber qué
decir puede llevar a un testigo a “buscar la respuesta” en su abogado. Aun
siendo algo comprensible, tenemos que evitarlo a toda costa, ya que el Juez y
la parte contraria se darán cuenta enseguida y parecerá que únicamente estás
diciendo lo que el abogado te ha ordenado. Debemos intentar ser siempre
naturales y claros en nuestra declaración, sin que se entrevea una excesiva
preparación, dado que perderemos credibilidad frente al auditorio.

9.- ¡Móvil apagado! Creo que no hace falta añadir nada más a este respecto.

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