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CASO UNO

A) Jorge W. Peyrano las define diciendo que “son facultades


discrecionales que puede emplear el tribunal preocupado opr la
sospecha de que las pruebas aporadas al proceso no son suficientes
para esclarecer la verdad real o ‘histórica’, en tanto en cuanto su
ejercicio se erija en un mero corrector del principio dispositivo no en
su verdugo” (PEYRANO, Jorge W., El proceso civil. Principios y
fundamentos, Astrea, Buenos Aires, 1978, p. 76.).
B) Se considera que la procedencia de las medidas para mejor proveer se
halla sujeta a los siguientes límites:
1- Que en el litigio se haya ofrecido y producido prueba, pues en
caso de absoluta carencia probatoria, el litigio en principio se
debe resolver de acuerdo a las reglas del onus probandi, salvo
que se halle comprometido el orden publico.
2- Que, a pesar de las probanzas rendidas, el juez carezca de
convicción suficiente acerca de la solución justa que merece
el litigio.
3- Que se decreten cuando la causa se halle en estado de dictar
sentencia, lo cual si bien así se encuentra dispuesto en algunos
ordenamientos procesales, no surge expresamente de nuestro
digesto ritual ni es pacífico en doctrina.
Quienes sostienen que sólo pueden dictarse cuando el pleito
se halle concluso para sentencia, lo fundamentan en que “una
vez que las partes han agotado sus propias posibilidades
probatorias, recién se muestra la perspectiva de que el juez se
encuentre en estado de duda. Admitir que puedan ser
decretadas en cualquier estado del proceso implica la plena
adopción del principio inquisitivo.” (ALVARADO
VELLOSO, Comentarios al Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Santa Fe, Centro de Estudios
Procesales, Rosario, 1978, T. I, ps. 414/415.)
4- Que tengan exclusiva finalidad probatoria, no pudiendo el
órgano jurisdiccional llevar a cabo ninguna actividad
tendiente a investigar o aportar hechos no alegados por las
partes, ni fallar alterándolos, so pena de incurrir la sentencia
en n vicio de incongruencia.
5- Que sea producto del espontáneo sentir del juez, Según
ALVARADO VELLOSO, ello implica que las medidas no
pueden ser sugeridas por las partes (Comentarios… cit., t. I,
p.416). Sin embargo, parece más preciso afirmar que los
litigantes no pueden exigir que se las adopte, aunque ello no
impide su sugerencia, pues por el carácter discrecional que
tienen, a las partes no les asiste el derecho de obligar al
órgano judicial a satisfacer sus deseos (PEYRANO, El
proceso civil. Principios y fundamenteos cit., 1978, p. 77;
CCCom. de Rosario, sala I, 18-2-99, “Álvarez, Pedro c/A.
Marietta, Marmetal SA s/ Daños y perjuicios”, Z. 82-R-530).
Es que “de lo contrario estaríamos frente a una restitución del
término de prueba, con desventaja para la contraparte que no
podría ofrecer otras que la contrarrestaran” (FERNANDEZ,
Raymundo L. Código de Procedimiento Civil y Comercial
para la Capital de la Nación Argentina. Concordado y
Comentado, Compañía Impresora Argentina, Buenos Aires,
1944, p. 133.).
El juez debe declarar inadmisible toda petición de medida
para mejor proveer, pero puede hacer suyo el contenido de la
solicitud y diligenciar en consecuencia.
6- Que la medida dispuesta sea legal, dado que obviamente no
puede estar prohibida por el Derecho, y que se mantenga la
igualdad de las partes.
7- Deben ser notificadas a las partes con carácter previo a su
producción.
C) Deben notificarse por cédula al domicilio procesal del litigante (art. 62
inc 3 C.P.C.C.S.F.)
D) Según el art. 106 del C.P.C.C.S.F., si se hubieran ordenado medidas
para mejor proveer, el término se considerará suspendido desde la
fecha del decreto que las disponga hasta que los autos fueren puestos
nuevamente a despacho. La suspensión no podrá exceder de treinta
días.
Como se trata de una suspensión (no interrupción), el plazo se reanuda
computando el tiempo cumplido antes del dictado de la medida. Ahora
bien, conforme dispone el art. 121, una vez vencido el plazo para dictar
sentencia (30 días en el proceso ordinario, 10 días en el proceso
sumario, 5 días de celebrada la audiencia de vista de causa en el
proceso sumarísimo o en el proceso oral, a los 10 o 3 días en el proceso
ejecutivo, según se interpusieren o no excepciones) ya no podrán
dictarse medidas para mejor proveer, y ello, aunque no se hubiere
dictado formalmente el decreto o provdencia de autos para sentencia.
Sin embargo un sector de la doctrina sostiene que podrían dictarse
igualmente (con fundamento en el art. 21), sólo que no provocarían la
suspensión del término para dictar sentencia. En ese caso las partes
podrán consentir su realización o bien, derechamente, activar el
meanismo de la retardada justicia (arts. 109 y ss.)
E) Los litigantes deben tener derecho a recurrirlas y, en su caso, a
controlar la actividad probatoria, todo lo cual hace a la bilateralidad y
debido proceso legal. Sin embargo, Peyrano se pronunciaba por la
irrecurribilidad, pero la doctrina mayoritaria dice que son objetables
por recurso de revocatoria, que no son apelables y que puede deducirse
recurso de nulidad contra la sentencia definitiva en caso de que se
hubiere afectado el derecho de defensa.
F) Opinión de la “reapertura de la causa a prueba”: La expresión
“reapertura de la causa a prueba”, a pesar de que ha sido receptada en
varios códigos procesales, consideramos que no alcanza a explicar con
exactitud el fenómeno que pretende referenciar y sus esenciales
diferencias con la mera “apertura (no ‘re’apertura) de la causa a
prueba”
Normalmente, la causa a prueba o período probatorio tiene como
presupuesto la existencia de hechos controvertidos o de demostración
necesaria. El contenido de las pruebas no tiene más límites que los que
impone la legalidad y el requisito de que sean conducentes. Así, es
jurídicamente posible que, en el período probatorio santafesino, se
produzcan pruebas impertinentes, que nada tienen que ver con los
hechos controvertidos que se pretenden probar.
En cambio, en el caso de la denominada “re” apertura de la causa a
prueba o período probatorio, el presupuesto es diferente: la voluntad
del juez de recibir nuevas pruebas o ampliar las producidas. El
contenido, también es diferente, dado que se circunscribirá a las
diligencias ordenadas por el juez en su resolución y por lo tanto no será
tan amplio como el período probatorio ‘normal’ (no sería imaginable la
producción de una prueba impertinente mediante una medida para
mejor proveer).
Por lo tanto nuestra primera opinión es que la expresión ‘re’apertura de
la causa a prueba merece las aclaraciones mencionadas.
Nuestra segunda opinión es que, a falta de regulación legal (o ante una
muy escueta) es necesario que el juez que ordene la o las diligencias
para mejor proveer, fije el plazo de producción de dichas diligencias,
tal como se requiere en el proceso penal santafesino, donde “[a]ntes
del vencimiento del plazo para dictar sentencia, si el Juez estimare de
absoluta necesidad la recepción de nuevas pruebas o la ampliación de
las recibidas, podrá ordenar la reapertura de la causa a prueba a
tales fines. Para producirlas el Juez dispondrá perentoriamente de los
plazos previstos en el artículo 388. En tal caso, la discusión tendrá
lugar nuevamente pero esta vez limitada al examen de las pruebas que
se hayan recibido o ampliado.” (Art. 400 Código Procesal Penal de
Santa Fe).

CASO CUATRO.
A) Ya sea que nos encuadremos como activistas o como garantistas, consideramos que la
sentencia de primera instancia no es correcta en ningún caso, dado que se despachó una
medida para mejor proveer con la intención de subsanar una negligencia inexcusable de
las partes, como es en el caso la presentación del plano de mensura. El juez de primera
instancia se comportó como una parte, tratando de subsanar la negligencia (imputable a
la parte) mediante el dictado de una medida para mejor proveer, volviendo imposible
además el oportuno contralor de la parte demandada sobre el plano de mensura.
B) No consideramos que se cumplan los recaudos. Principalmente el mencionado en el punto
anterior: es requisito que en el litigio se haya ofrecido y producido prueba, no
pudiendo usarse la medida para mejor proveer como herramienta para subsanar una
negligencia imputable a la parte (de lo contrario, no se cumpliría con la garantía de
imparcialidad e impartialidad del juez). Por otro lado no se cumplió con el requisito de la
notificación por cédula.

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