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NOTAS:
1. PEYRANO, Jorge W., “Las medidas anticautelares”, en La Ley, Boletín del 01
de marzo de 2012: “La medida autosatisfactiva, recordamos, es una solución
urgente no cautelar y autónoma que implica una respuesta expeditiva del poder
jurisdiccional en vista a satisfacer postulaciones urgentes avaladas por una fuerte
verosimilitud de que le asistiría razón al requirente y por la prestación eventual
de una contracautela que respondería por los perjuicios que pudiera acarrear su
dictado”.
2. PEYRANO, Jorge W., “ La jurisdicción preventiva civil en funciones”, en
“Cuestiones procesales modernas”, Suplemento Especial de La Ley de octubre
de 2005, p. 151 y ss.
3. PEYRANO, Jorge W., “ Las medidas anticautelares”: “ Lo que denominamos
“medida anticautelar” no apunta en modo alguno a proscribir la traba de
cualesquier diligencia cautelar –lo que sería claramente inconstitucional (9)- sino
tan sólo a proscribir un ejercicio abusivo y excesivo de la potestad cautelar;
circunscribiéndose a vedar que se concrete una medida cautelar en particular
(una inhibición, por ejemplo) o la traba de una precautoria en relación de
determinados bienes (embargos sobre las cuentas de una entidad aseguradora),
cuando la realización de lo vedado importaría un grave perjuicio para el
cautelado por afectar el giro de sus negocios y poder ser reemplazado
idóneamente por otra cautelar. Si bien se mira y para simplificar las cosas, se
trataría de una suerte de sustitución cautelar anticipada”.
4. PEYRANO, Jorge W., “Otro principio procesal: La proscripción del abuso del
derecho en el campo del proceso civil”, en “Abuso Procesal”, obra colectiva del
Ateneo de Estudios del Proceso Civil de Rosario, Santa Fe 2001, Ed. Rubinzal
Culzoni, p. 191: “ Ahora bien: ¿cómo identificar a una conducta procesal abusiva
dentro de la vastísima gama de comportamientos en juicio posibles? Nos parece
aquí ocioso pasar revista a las múltiples soluciones propuestas sobre el particular,
temática que abordamos en otra ocasión. Preferimos limitarnos a manifestar
nuestro convencimiento de la conveniencia de elegir la denominada “concepción
funcional”, conforme a la cual un acto sería abusivo –más allá de toda injerencia
de un proceder doloso o culposo- cuando se desvía del fin que le asigna el
ordenamiento, siempre y cuando –claro está- dicha desviación haya causado un
“daño procesal”. Sobre esto último, hemos consignado que la plena de sentidos
frase de Couture: “El proceso no es una misa jurídica”, posee resonancia en
todos los sectores procesales y no sólo en materia de nulidades porque, en
verdad, todo el proceso es un organismo teleológico pensado por y para fines y
que, por ende, no admite soluciones tendientes a restablecer el ordenamiento
formalmente conculcado y a pesar de que no hubiera mediado perjuicio para
nadie”.
5. PALACIO, Lino, “Derecho Procesal Civil”, Buenos Aires 2011, Ed. Abeledo
Perrot, segunda edición actualizada por Carlos Camps, T. VI, p. 8.
6. Ibidem, p. 26.
7. PEYRANO, Jorge W., “La acción mere declarativa como medio de la plena
realización de la garantía jurisdiccional de certeza jurídica”, en “Cuestiones de
Derecho procesal”, Buenos Aires 1980, Ed. La Ley, p. 57: “ Por la finalidad que
persiguen: Se distinguen, conforme con este criterio clasificatorio, las acciones
mere declarativas, que buscan la declaración de existencia del derecho propio o
de alguna de sus modalidades, de las acciones mere declarativas negativas, que
tienden a declarar la inexistencia del derecho ajeno o de alguna de sus
modalidades”.
8. PEYRANO, Jorge W., “Otro principio procesal: La proscripción del abuso del
derecho en el campo del proceso civil”, p. 194: “Asimismo, es menester indicar
que dado que el “abuso procesal” está prohibido y lo que está prohibido es, en
definitiva, nulo, se sigue que también el acto antifuncional puede llegar a ser
nulificado”.
9. GUIMARAES RIBEIRO, Darci, “La pretensión procesal de tutela judicial
efectiva”, Barcelona 2004, Ed. Bosch, p. 186 y ss.
10. Ibidem, p. 186.
11. Ibidem, p. 194.
12. Ibidem, p. 195.
13. MONROY GÁLVEZ, Juan y Juan MONROY PALACIOS, “Del mito del
proceso ordinario a la tutela diferenciada”, en “La formación del proceso civil
peruano”, Lima 2004, Ed. Palestra, p. 807 y 808.
14. Aunque se piensa que el tenor del artículo 43 C.N. permite considerarlo entre los
derechos y garantías no enumeradas. Sin embargo, hay cierta coincidencia al
sostener que dicho derecho fundamental disfruta de rango constitucional por
imperio del artículo 75, inc. 22, CN que entre los tratados con jerarquía
constitucional enumera a la Convención Americana de Derechos Humanos (vide
artículos 8 y 25) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (vide
artículos 12 y 14), cuyos textos si bien no usan la locución denominada “tutela
judicial efectiva” utilizan términos que inequívocamente conducen a pensar que
la intención es incorporarla a su ideario.
15. PICÓ I JUNOY, Joan, “El principio de la buena fe procesal”, Barcelona 2003,
Ed. Bosch, p. 84.
16. Ibidem, p. 86.
17. Fallos 332,111