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Pastor: Yuri Eduardo Oropesa Rodríguez

LA IGLESIA DE DIOS: COLUMNA Y VALUARTE DE


LA VERDAD.

Texto bíblico: 1 Timoteo 3:15


14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios,
que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
Propósito:

Introducción.

Si estos 365 días transcurrieran de la misma forma que


el año que dejamos atrás, eso indicará que nos
quedaríamos posados en el mismo lugar, se que puede
que haya alguno a quien esto le parezca bueno, pero
pasar otro año en el mismo sitio es haber perdido el
tiempo, el dicho popular que se usa parea entusiasmar a
los que se detienen, es el que dice que un barco parado
no gana flete; el estar estático es la razón de la ruina de
muchas personas, hogares y hasta sociedades
completas, también es la razón de la ruina de muchas
iglesias. Algunos se contentan con estar estáticos y
alegan que es por lo menos mejor que retroceder, eso
puede ser cierto, pero realmente muchos de los que han
retrocedido o caído, luego se levantan y superan a los
estáticos. Es preferible ser conciente del desastre de una
caída que estar confiados en un estado de postración.
Estar parados es estar próximos a caer, todos sabemos
que el principio por el cual se mantiene el equilibrio sobre
una bicicleta es estar en movimiento, cuando un ciclista
se detiene rápidamente tiene que afincar sus pies en el
suelo o terminará derribado. Otra cosa que debe seguir
el ciclista, es mantener la vista al frente por lo menos
hasta que domine bien el ejercicio de montar bicicleta.
Esta es la razón por la que la mayoría de los que
permanecen parados no puede moverse y es que no
tiene metas y propósitos claros. Esto es una realidad en
muchas iglesias. Recuerdo cuando trataba de enseñar a
montar bicicleta a mi único hermano menor que yo, el
tenía una habilidad extraordinaria, pero su mayor
dificultad fue que apenas avanzaba un poco, empezaba
a mirar a las personas que le daban ánimo y en esa
misma dirección inclinaba el timón y terminaba chocando
con el contén justo delante de sus espectadores.

El versículo que nos ocupa hoy ha llamado mi atención y


nos da tres pautas muy importantes para que comos
cristianos y como iglesia no nos quedemos parados, sino
que avancemos en este 2003; primeramente, la iglesia
como un lugar para moverse, la iglesia como columna de
la verdad, y por último la iglesia un valuarte de la verdad.

“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”


I. LA IGLESIA: UN LUGAR PARA MOVERSE.

Mucho personal a través de los tiempos han tenido


una visión equivocada de la iglesia, se ha pensado que
la iglesia es un refugio y algunos agobiados por el
pecado han entrado en ella para esconderse, se
hunden en sus asientos y piensan tomar allí un receso
del pecado, piensan que es un buen lugar para dar un
descanso a sus caídas y oír la voz de su conciencia
que no deja de torturarle por su maldades, no faltan los
que agobiados de sus enfermedades o diversos
problemas esperan hallar en la iglesia esa poción
mágica que les liberará de esos dolores.

Muchas iglesias también se presentan como ese


escondite, un oasis, se presentan como los
poseedores de la fórmula mágica que acaba con los
problemas, y eso está muy lejos de lo que en realidad
es la iglesia. La iglesia NO ES el lugar donde se acaba
el dolor. La iglesia ES una casa, y en una casa hay
una familia que tiene que, en primer lugar, convivir bajo
la dificultad de toda comunidad humana, una casa es
un lugar donde cada uno tiene su lugar y una función,
es un lugar donde no sólo hay camas para dormir y
comida para comer, sino que es un lugar que provee
mucha actividad. Pablo le dice a Timoteo que la razón
de su carta es que el quiere que sepa conducirse en la
casa de Dios, y para Timoteo conducirse era esencial
hacer que toda a iglesia estuviera activa en todo el
trabajo que se deriva en esa comunidad que Dios
había formado.
“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”
Toda esta actividad no es otra cosa que el trabajo que
el Dios viviente hace para el crecimiento y sostén de
esta familia cristiana. No es precisamente la casa o la
iglesia el refugio, el oasis o el bálsamo, sino que Dios,
Cristo mismo es todas esas cosas. Es por eso que
cuando llegamos heridos, enfermos o cansados a la
iglesia no es para morir en postración y desesperanza,
sino que al acercarnos a la iglesia, hallamos como
refugio a un Dios que nos guarda y a su cuidado
podemos movernos y luchar, el manantial no es un
charco estancado, sino un río de agua que sacia la sed
y que además es suficiente para que llevemos agua a
otros, y si hay bálsamo en la Iglesia, ese es Jesucristo,
el cual, no se entretiene en las heridas a flor de piel
sino que primeramente sana las mortales heridas del
alma. Nosotros, al llegar a la iglesia entonces estamos
llamados a recibir todo ese bien que Jesús nos da
muchas veces por sus hijos y otras como Padre,
sentándose el mismo al borde de nuestra cama y un
vez que somos sanos nos dice: levántate y ayúdame
con tus hermanos.

II. LA IGLESIA: COLUMNA DE LA VERDAD.

Esta es una figura poco frecuente, que se usa


probablemente esta sola ven en toda la Biblia para
hablar de la iglesia. Y quisiera verla en un sentido
especial como columna de la verdad. Por el uso
cotidiano todos sabemos aquí que es una columna,
que no es otra cosa que un elemento contractivo,
“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”
salido en forma vertical, que uno de sus usos es hacer
descender a los cimientos las cargas que se
distribuyen en las estructuras superiores. Creo que en
este sentido la columna, que es la iglesia, soporta,
lleva al cimiento, Cristo, toda la carga que está en su
estructura. Hay hermanos útiles en este sentido.

La columna además tiene otros uso que es el de


elevarse en cierto lugar, hacerse visible y anunciar
algo, los faros son un buen ejemplo de una columna
que se levanta a una altura tal que pueda ser visto
desde lejos y orientar navíos y aviones perdidos. En
Israel y en otros lugares se levantan columnas para
poner anuncios de manera que sean visibles. Se
levantan para destacar lugres relevantes. Esta figura
nos habla directamente de la realidad de la Iglesia, que
no ha de ser otra cosa que una columna que se
levanta sobre el fundamento, que es Cristo, para
anunciar la verdad del evangelio a un mundo
desorientado.

III. LA IGLESIA: VALUARTE DE LA VERDAD.

La figura que se usa aquí para muchos traductores de


las escrituras, es de un cimiento o de un muro o
muralla de contención. Es una figura que nos enseña
que la iglesia es también un lugar de resistencia.
Conocido es el proverbio popular de que camarón que
se duerme, se lo lleva la corriente. Pudiéramos decir
en este sentido que la iglesia que se duerme la afecta
la corriente. En un momento de la historia, cuando
“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”
Israel estaba tomando porción de la tierra prometida,
los habitantes de Jerusalén estaban confiados de que
no serían conquistados por la majestuosidad de los
muros que habían construido, hasta que apareció
David, el más intrépido de los caudillos y tomó la
ciudad por los canales que suministraban agua a la
ciudad. La iglesia enfrenta un enemigo que es pródigo
en artimañas y busca portillos, descuidos, cuartiaduras
que se presentan en las filas de Dios cuando
descuidan la verdad y dejan de enseñar, crecer y
profundizar en la verdad del conocimiento del
Evangelio y una vez que el enemigo penetra, ocasiona
grandes pérdidas.

Un muro de la verdad de Dios en la que confiamos y


por la que nos sostenemos, un muro de la verdad que
contamos en alabanzas, un muro de la verdad que
enseñamos y predicamos.

“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”


CONCLUSIONES.

Estas figuras nos revelan una vez más que la iglesia


existe:

1. Como pueblo de Dios, para alabarle, adorarle, con


todo nuestro ser.
2. Para demostrar y practicar el amor de Dios en la
comunión.
3. Cumplir el mandato de Dios de evangelizar a los
perdidos.
4. Debemos edificar nuestras vidas y las de otros a
través de discipulado.

5. Cada cristiano a de prepararse y desarrollar su


ministerio, para servir a otros, por medio de los
dones que Dos le da.

AMEN.

“La Iglesia: columna y valuarte de la verdad.”

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