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Resolviendo los problemas a lo cristiano.

Texto bíblico: Filemón.


Propósito:

Introducción.
Esta carta a Filemón es corta pero maravillosa por su espiritualidad, esta carta esta llena de sabiduría y en ella
el apóstol Pablo nos da una lección extraordinaria de cómo tratar los problemas entre cristianos a la luz del
evangelio, es por eso que e titulado esta meditación; “Resolviendo los problemas a lo cristiano”; he podido
notar que muchas veces más dañino que los mismos problemas, es la manera en que los tratamos, este asunto
es de extraordinaria importancia, cualquier tipo de relación humana está sujeta a enfrentar problemas , es
más, seria iluso imaginar una relación entre personas que funcione de manera perfecta, de ahí que el éxito no
esta en la ausencia de dificultades, sino en la capacidad de superar las dificultades.

Nuestras familias, iglesia y todas nuestras relaciones no sufren perdida solo por que tenemos dificultades, es
por no saber como solucionar nuestros problemas que sufrimos al doble las consecuencias.

En esta carta se nos enseña de manera extraordinaria, el único método eficaz para sanar de manera total las
heridas que nos dejan las dificultades que enfrentamos, el Evangelio del Señor Jesucristo es ese método
infalible y parte de una premisa, la misericordia, hemos sido objetos de la misericordia de Dios y es con
misericordia que debemos tratar con nuestros semejantes, pero muchos no comprendemos la misericordia; se
cuenta de un joven del ejercito de Napoleón que cometió un delito tan grave que merecía la muerte. El día
antes del señalado para que fuera fusilado, la madre del joven fue a ver a Napoleón y le pidió misericordia
para su hijo. Napoleón replicó: - Mujer, tu hijo no merece misericordia. – Lo sé – respondió ella-. Si la
mereciera, entonces no sería misericordia.

Así todos nosotros hemos recibido lo que no merecemos, si queremos dar a los demás solo lo que creemos
que merecen, estamos serrando la oportunidad de solución y nos hacemos indignos de todo lo que Dios nos
ha dado.

Es por eso que en esta oportunidad quiero presentarles la receta de las tres “R”, Regeneración,
Reconciliación, Restauración.

Desarrollo:
Punto 1: Regeneración:
A. Cuando nosotros fuimos salvados por Cristo, lo que ocurrió fue el milagro de la regeneración, que hace
posible que una persona muerta en pecados, sea creada de nuevo en Cristo para la justicia como dice 2Co.
5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son
hechas nuevas”.

De esta manera fuimos vivificados en una nueva vida como dice Ef. 2: 1,4 y 5 “1Y él os dio vida a vosotros,
cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo. 4Pero Dios,
que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo.

B. Es por eso que cuando Pablo, ve delante de el a un esclavo fugitivo como Onésimo, no ve a alguien para
condenar y despreciar, sino que ve una persona perdida sin Cristo, un hombre muerto en sus pecados, un
siego que no puede ver la luz. Cuando pensó en Filemón no se concentró en si era injusto, o despiadado en su
afán de mantener en servidumbre a otras personas, vio un hermano necesitado de ayuda.
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De la manera en que vio estas personas las enfrento, Vv.8 al 11 8Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en
Cristo para mandarte lo que conviene, los vio a lo cristiano y las enfrento a lo cristiano: A Onésimo le
presento el evangelio de la salvación que podía transformarlo de un rebelde en un hijo obediente, de un
esclavo lleno de odio y resentimiento en un hombre lleno del amor de Dios. Con Filemón tenía la libertad de
tratar los asuntos entre hermanos y mandarle lo que le convenía hacer, confiaba en que Filemón no era como
cualquier otro que tuviera esclavos, sencillamente Filemón era un convertido a Cristo, un regenerado y ahora
tenía una nueva naturaleza, el que liberta a todo esclavo, el que perdona toda deuda de pecado es el Señor de
su corazón y está en su vida, por eso podía esperar que hiciera lo que convenía, que perdonara, recibiera y
amara a Onésimo.

C. Entonces nosotros no podemos perder la perspectiva de la regeneración, si queremos enfrentar la vida a lo


Cristiano, debemos mirar al inconverso en sus errores como alguien que lo primero que necesita es ser
regenerado, lo primero que necesita es ser transformado desde lo más profundo por el poder de Dios, y
nuestros planes para ayudarlo tienen que tener como único fin llevarlo a Cristo quien puede cambiar su
condición. Pero cuando tratamos con un cristiano debemos hacerlo desde la perspectiva de que es una
persona con una naturaleza espiritual nueva, que ha sido regenerado por Cristo, de quien podemos esperar
que responda a la voz del Espíritu de Dios, que puede darnos sorpresas tremendas de lo que Dios puede
hacer en su vida.

Punto 2: Reconciliación.
A- Uno de los títulos más maravillosos y tiernos que se le ha dado al nuestro Señor es el de “Príncipe de Paz”,
eso tiene que ver con su misión al venir a la tierra, Nuestro Señor al venir hizo posible que se abriera la
oportunidad de reconciliarnos con Dios, dio su vida en sacrificio por esa reconciliación; Ef. 2: 12 y 13; “2En
aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin
esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,
habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.
El Señor en su misión reconciliadora, no solo hizo la paz entre nosotros y Dios, sino que nos dio la paz con
nosotros mismos y con nuestros semejantes; Ef. 2: 14 y 15 “14Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15aboliendo en su carne las enemistades, la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz....”; es por la fe en el Príncipe de Paz, el cual por medio de la reconciliación,
ilumino para nosotros un horizonte de esperanza y de victoria sobre la enemistad y la separación que reina
sobre la humanidad. ¡Es glorioso!

B. El apóstol Pablo no solo conoció y enseño esta verdad, el la puso en practica en su vida y ministerio,
enfrento los problemas a lo cristiano, cuando trato las contiendas de otros imito a su Señor y trabajo por la
reconciliación; Filemón. 12; “2el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo”. Que ejemplo
tan bonito encontramos en el apóstol, que medió con toda la influencia de su vida y ministerio, para
conseguir la reconciliación entre sus hermanos. Por Jesucristo estamos llamados a reconciliación y para
reconciliación. Pablo no desconfió del poder reconciliador del evangelio, sino que confió plenamente en la
eficacia de aquel evangelio que es el único que tiene el poder de sanar toda herida y derribar todo muro de
división que haya levantado el pecado y el diablo entre el hombre y Dios y entre el hombre y el hombre.

C. Pero se ha pensado que la unidad puede existir en base a otros preceptos, y me veo obligado a decir que no es
así, el Prócer Benito Juárez en una frase de las más célebres en cuanto a esto, dijo: “El respeto al derecho
ajeno es la Paz”; mi pregunta es: ¿Hasta donde podemos garantizar que respetaremos el derecho ajeno?;
hermanos veo que en lo que depende de los humanos no podemos garantizar la unidad, no podemos
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asegurarnos de que respetaremos, que no ofenderemos o que no heriremos a otros, todos hemos fallado y
fallamos en esto, es por eso que Cristo no nos hizo firmal un tratado de paz, sino que trajo la reconciliación la
cual tiene el poder y la eficacia de su sacrificio, marco con su sangre el camino de la paz , y no hay otra paz
que la que Cristo pone en el corazón de los hombres. De la oscura gruta del corazón dominado por el diablo y
el pecado, es de donde ha salido todo el odio, el rencor y la guerra entre los seres humanos, y a menos que
un hombre o una mujer vivan y confíen en la reconciliación, no tienen el Espíritu de Cristo. Jesús rehúsa que
sus discípulos pidan que descienda fuego sobre sus adversarios, y les pregunta, ¿no sabéis de qué espíritu
sois? Hermanos somos salvos por que Cristo nos reconcilio y nos reconcilia con el Padre, y el espíritu de
reconciliación ha de dominarnos o nos veremos como el siervo que habiéndosele perdonado una gran cuenta
no quiso perdonar una pequeña cuenta a quien le debía a el, por no perdonar le cobrado cada centavo de su
deuda. Hermanos Dios nos ha perdonado mucho más que lo que nosotros podamos perdonar a otros por eso
no hay razón para no perdonar.

Punto 3: Restauración.
A. El Evangelio son las buenas noticias de de la Salvación, entre esas noticias se encuentra la gloriosa noticia de
la restauración, esta palabra significa; reparar, restituir, volver algo a su estado original, no hay noticia más
agradable para quien ha cometido errores, quien sabe que el pecado ha dañado su vida 4Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Cristo en su resurrección nos dejo la
firme esperanza de renovación, esa verdad la ilustramos en el acto del bautismo, donde bajamos a las aguas,
nos sumergimos en señal de que se ha sepultado la vida vieja y al emerger de ellas damos testimonio de que
hemos resucitado a una nueva vida.
Esta realidad no consiste, en un mejoramiento moral por esfuerzos humanos no son cambios externos si no el
hecho de que Cristo al creer en El, nos recrea como al principio. Gál. 6:155Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.
Dios quiere que disfrutemos esa realidad; Is. 43: 18 y 198No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a
memoria las cosas antiguas. 19He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra
vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. La restauración de nuestra vida en esta tierra es algo
glorioso que Cristo ha hecho posible para nosotros.

B. El apóstol Pablo en esta carta nos muestra de que manera es aplicable a nuestras vidas esta verdad de la
restauración, al dirigirse a Filemón lo hace para restaurar la relación entre el y Onésimo, en primer lugar ya
este no es un fugitivo y mucho menos un esclavo, sino un hombre reconciliado con Dios y liberado
espiritualmente por Cristo, este hombre en su vida sin Dios era inútil pero ahora es útil v.11, la fuga de este
ya no era un delito, sino algo que Dios en su providencia permitió, ahora podía mirar el propósito de Dios en
todo esto y ver que esta separación solo fue un instrumento para unirles para siempre. Esta restauración que
Dios hace es tan profunda que no solo cambio las circunstancias sino que cambio la naturaleza de esta
relación, Filemón y Onésimo ya no tendrían una relación de amo a esclavo, ahora serian hermanos v.16.

C. Queridos hermanos hemos de llevar nuestras a la luz de la restauración, una fe correcta es aquella que nos
lleva a vivir una vida nueva, el tema de un libro de Max es que, “Jesús te quiere como eres, pero no quiere
que sigas siendo igual”, Jesús llama a los que andan en tinieblas para que vengan a su luz admirable, no a
tinieblas admirables. Jesús llamo lo vil y menospreciado para avergonzara a los sabios, puedo pensar
entonces que la restauración es tal que los sabios quedaran avergonzados ante la obra de Jesús por que
nunca han logrado con toda su sabiduría hacer algo ni siquiera parecido a lo que el ha podido realizar, y lo
que es más lo hizo con lo que ellos desecharon, o quizá su vergüenza sea tan humillante como la de quedar
boquiabiertos con la excelencia que han alcanzado los necios que fueron escogidos por Jesús. Así de
maravillosa puede verse una vida destrozada, al ser reconstruida por Jesús.

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Pero además vivir al luz de la restauración, es ver que la vida esta marcada por la restauración, los cristianos
no debemos conformamos con las ruinas, nuestra vocación ha de ser la de restaurar cuantas cosas, por que
por Cristo y en Cristo todo puede ser restaurado, desde una relación rota, hasta cualquier otra cosa que sea
desecha a causa de nuestros errores y pecados o los de otros.

CONCLUCIONES.
Podemos concluir, citando un razonamiento de Max Lucado, escrito en su libro “Aligere su equipaje”:
“Los humanos queremos hacer las cosas a nuestra manera. Olvidamos la vía sencilla. Olvidamos el camino
común. Olvidamos el mejor método. Olvidamos el camino de Dios. Queremos hacer las cosas a nuestra
manera. Y según la Biblia ese es exactamente nuestro problema. ‘Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas; cada cual se apartó por su camino’ (Isaías 53.6).”

Así nosotros podemos seguir enfrentando la vida a nuestra manera, lo cual, nos llevará siempre a sufrir las
consecuencias de nuestros errores, pero se nos sugiere una fórmula eficaz para enfrentar la vida: Vivir la
vida por el método de Dios, sin olvidar que este método encierra tres palabras de trascendencia eterna:
Regeneración, Reconciliación y Restauración.

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