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Michel Foucault

Seguridad, Territorio, Población.

Clase 1: 11 de enero de 1978.

El autor comienza su clase refiriéndose al “Biopoder”, el cual sostiene que este es “el conjunto de
mecanismos, por medio de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye sus rasgos
biológicos fundamentales podrá ser parte de una política, una estrategia política, una estrategia general
de poder…” (pp. 15)

 5 proposiciones sobre el análisis de los mecanismos de poder.

En primer lugar, el análisis de esos mecanismos de poder no es en modo alguno una teoría general
del poder. No es una parte y ni un esbozo de una teoría semejante. Es un conjunto de procedimientos, y
en ese sentido, podríamos entender que el análisis de los mecanismos de poder pone en marcha algo
susceptible de definirse como una teoría del poder.

Segundo indicador: el poder no se funda en si mismo y no se da a partir de si mismo.

En tercer lugar, el análisis de esas relaciones de poder puede, claro está, iniciar o poner en
marcha algo así como el análisis global de una sociedad. Lo que hago es algo que tiene que ver con la
filosofía, es decir, la política de la verdad. El análisis de poder tiene, a mi juicio, el papel de mostrar cuales
son los efectos de saber que se producen en nuestra sociedad por obra de las luchas, los
enfrentamientos, los combates que se libran en ella, así como por las tácticas de poder que son los
elementos de esa lucha.

Cuarto, creo que no hay discurso teórico o análisis que no esté de un modo u otro atravesado o
subtendido por algo así como un discurso en imperativo… de todos modos, la dimensión de lo que es
preciso hacer solo puede manifestarse, creo, dentro de un campo de fuerzas que un sujeto hablante
jamás puede crear por si solo y a partir de su palabra… por consiguiente, en cuanto al imperativo que
sirve de base al análisis teorico que intentamos hacer, me gustaría que se limitara a ser un imperativo
condicional de este tipo: si quieres luchar, aquí tienes algunos puntos clave, algunas líneas de fuerza,
algunos cerrojos y algunos obstáculos.

Quinto y último punto: la relación, creo, seria y fundamental, entre la lucha y la verdad… creo
que esta relación no hace sino teatralizarse, descarnarse, perder sentido y eficacia en las polémicas
internas al discurso teórico. Por lo tanto, solo propondré en todo esto un último imperativo… no hacer
nunca política.

Luego de esa introducción, el autor da comienzo al curso que él llama de “seguridad, territorio,
población”.

“… en términos generales, el interrogante será en el fondo, como mantener un tipo de criminalidad,


digamos el robo, dentro de límites que sean social y económicamente aceptables y alrededor de una
media que se considere, por decirlo de algún modo, optima para un funcionamiento social dado. Pues
bien, estas tres modalidades me parecen características de diferentes cosas que han podido
estudiarse, así como de aquellas que querría estudiar ahora” (pp. 20)
La primera forma se trata del mecanismo legal o jurídico, (consistente en sancionar una ley y
fijar un castigo a quien la infrinja) El segundo mecanismo, la ley encuadrada por mecanismos de
vigilancia y corrección, es desde luego el mecanismo disciplinario. la tercera forma es la que no
caracteriza ya el código y tampoco el mecanismo disciplinario, sino el dispositivo de seguridad, es
decir, el conjunto de los fenómenos que querría estudiar ahora (…) dispositivo de seguridad que va a
insertar el fenómeno en cuestión, a saber, el robo dentro de una serie de acontecimientos probables.
Segundo, las reacciones del poder frente a este fenómeno se incorporan a un cálculo de costos. Tercero,
se fijaran por una parte una media considerada como optimo y por otra, límites de lo aceptable, más allá
de los cuales ya no habrá que pasar.

El sistema legal es el funcionamiento penal arcaico, que rigió desde la edad media hasta los
siglos XVII – XVIII. El segundo es el que podríamos llamar moderno, introducido a partir del siglo XVIII,
mientras que el tercero es el sistema, digamos, contemporáneo, que hoy se organiza en torno de las
nuevas formas de penalidad y el cálculo de costos.

En el fondo, la cuestión fundamental es la economía y la relación económica entre el costo


de la represión y el costo de la delincuencia. Ahora bien, lo que se ve es que esa problemática ha
provocado una inflación tan grande en las técnicas disciplinarias, establecidas, empero, desde mucho
tiempo atrás, que el punto donde surgió, sino el escándalo, si al menos la fricción, fue una multiplicación
disciplinaria. En otras palabras, en la época misma de establecimiento de los mecanismos de seguridad,
lo disciplinario provoco, no la explosión, pues no la hubo, sino los conflictos mas manifiestos y visibles.

Tomemos otro ejemplo, como la exclusión de los leprosos en la edad media. Es una
exclusión que se hacía mediante un conjunto jurídico de leyes y reglamentos, un conjunto religioso,
asimétrico, que introducía una partición de tipo binario entre quienes eran leprosos y quienes no lo eran.
Segundo ejemplo: el de la peste. Los reglamentos de la peste tal como los vimos formularse a fines de
la edad media, tienen un fin muy diferente. El objetivo de esos reglamentos de la peste es cuadricular
literalmente las regiones, las ciudades dentro de las cuales hay apestados, con normas que indican a la
gente cuando puedan salir, como, a que horas, que deben hacer… podemos decir que hay ahí un
sistema del tipo disciplinario. Tercer ejemplo, la Viruela o las prácticas de inoculación. No consiste tanto
en imponer una disciplina. El problema principal va a ser saber cuáles son los efectos estadísticos sobre
la población en general.

En el orden del derecho, en el de la medicina, y podríamos multiplicar los ejemplos, podrán ver
que encontramos una evolución un poco similar… Se trata del surgimiento de tecnologías de seguridad
ya sea dentro de mecanismos que son efectivamente de control social, como en el caso de la penalidad,
ya sea de mecanismos cuya función es provocar alguna modificación en el destino biológico de la
especie. Entonces, ¿podemos decir que en nuestras sociedades la economía general de poder está
pasando a ser del orden de la seguridad? Querría hacer aquí una historia de las tecnologías de
seguridad. Sea como fuere, al hablar de sociedad de seguridad querría simplemente saber si hay, en
efecto, una economía general de poder que tiene la forma de la tecnología de seguridad o, en todo caso,
esta dominada por ella.

En primer lugar, a grandes rasgos podría decirse lo siguiente, a primera vista y de manera un
tanto esquemática: la soberanía se ejerce en los límites de un territorio, la disciplina se ejerce sobre el
cuerpo de los individuos y la seguridad, para terminar, se ejerce sobre el conjunto de una población…
pero no es eso y no creo que funcione. No funciona, ante todo, porque el problema de las multiplicidades
es un problema con el que ya tropezamos en relación con la soberanía y la disciplina.
También la disciplina, claro está, se ejerce sobre el cuerpo de los individuos, pero he tratado de
mostrarles que el individuo no es en ella el dato primordial sobre el cual se ejerce. Solo hay disciplina en
la medida en que hay multiplicidad y un fin… la disciplina es un modo de individualización de las
multiplicidades y no algo que, a partir de los individuos trabajados en primer lugar a titulo individual,
construye a continuación una especie de edificios con numerosos elementos.

La soberanía y la disciplina, así como la seguridad, desde luego, solo pueden verse frente
a multiplicidades.

Por otra parte, los problemas de espacio son igualmente comunes a los tres (Seguridad,
disciplina y soberanía)… ahora me gustaría hablarles de los tratamientos diferentes que la soberanía, la
disciplina y la seguridad aplican al espacio.

Vamos a recurrir a otra serie de ejemplos. Voy a tomar, por supuesto, el caso de las
ciudades. Aun en el siglo XVII y a principios del siglo XVIII, la ciudad se caracterizaba en esencia por una
especificidad jurídica y administrativa que la aislaba o la marcaba de una manera muy singular con
respecto a las demás extensiones y espacios del territorio. En segundo lugar, la ciudad se destacaba por
el encierro dentro de un espacio amurallado y estrecho, en el cual la función militar distaba de ser la
única, y por términos, se caracterizaba por una heterogeneidad económica y social muy pronunciada en
comparación con el campo.

Ahora bien, todos esos elementos suscitaron en los siglos XVII y XVIII toda una masa de
problemas ligados al desarrollo de los Estados administrativos, para las cuales la especificidad jurídica de
la ciudad representaba una situación difícil de resolver. En segundo lugar, el crecimiento del comercio y
luego, durante el siglo XVIII, el aumento demográfico urbano planteaban el problema de su confinamiento
y encierro detrás de sus muros. El mismo problema se presentaba también en el desarrollo de las
técnicas militares. Y por ultimo, la necesidad de intercambios económicos permanentes entre la ciudad y
su entorno inmediato para la subsistencia y su entorno lejano para sus relaciones comerciales hacía que
el encierro de la ciudad representaba en si mismo un problema. Y en términos generales la cuestión pasa
por ese desenclave espacial, jurídico, administrativo y económico de la ciudad; de eso se trata en el siglo
XVIII: resituar la ciudad es un espacio de circulación… Jean Claude Perrot muestra que el problema de la
ciudad era fundamentalmente un problema de circulación.

Tomemos un texto del siglo XVII -> Alexandre Le Maitre, con el título de La Métropolitée.

El problema de La Métropolitée es el siguiente: ¿es preciso que un país tenga una capital? Para
Le Maitre, el esta compuesto por tres estamentos. Y con respecto a esos tres estamentos, el estado debe
ser como un edificio… los cimientos son los campesinos, las partes de servicio son los artesanos y las
partes nobles son los funcionarios de los soberanos y del soberano mismo. Lo mismo se puede decir
del territorio.

Los cimientos serán los campos, donde solo deben vivir los campesinos. En las pequeñas
ciudades vivirán los artesanos y solo ellos y en la capital, deben vivir el soberano, sus funcionarios y los
artesanos y comerciantes indispensables para el monarca.

Le Maitre percibe de diferentes maneras la relación entre esta capital y el resto del territorio.
Debe ser una relación geométrica, en el sentido de que un buen país tiene, en suma, la forma de circulo y
la capital se ubica en el centro. Y la segunda relación, en la cual es preciso que la capital mantenga con
el territorio una relación estética y simbolica. La relación también debe ser política, en cuanto a que las
leyes y ordenanzas del soberano deben tener una implantación tal en el territorio, que ningún rincón
escape de esa red general.

También debe tener un papal moral. Debe ser ejemplo de buenas costumbres. Y debe tener un
papel económico. La capital debe ser el ámbito del lujo a fin de constituir un foco de atracción para las
mercancías que llegan del extranjero, y también es preciso que sea el punto de distribución comercial.

Dejemos de lado el aspecto propiamente utópico de este proyecto… es interesante, porque en el


vemos una definición de la ciudad, una reflexión sobre la ciudad planteada esencialmente en términos de
soberanía. Por lo demás, es significativo ver que, a través de esa grilla de la soberanía como problema,
comprobamos la aparición de una serie de funciones propiamente urbanas, funciones económicas,
funciones morales y administrativas, etc. Y por último, es que el sueño de Le Maitre es conectar la
eficacia política de la soberanía a una distribución espacial. Un buen soberano, es alguien que está
situado dentro de su territorio… todo eso, esa idea de la eficacia política de la soberanía, está ligado
aquí a la idea de una intensidad de las circulaciones: circulación de las ideas, de las voluntades y las
ordenes y también circulación comercial…. Para Le Maitre, la cuestión pasa por la superposición del
Estado soberano, el Estado territorial y el Estado comercial; entrelazarlos y fortalecerlos en forma
reciproca.

En suma, el problema de Le Maitre es el siguiente: como consolidar un Estado bien


capitalizado, vale decir bien organizado en torno de una capital, sede de la soberanía y punto
central de circulación política y comercial. Podríamos ver la filiación existente entre esta idea de un
Estado, una provincia bien “capitalizada”, y el famoso Estado comercial cerrado. Entonces, en ese texto
se sostiene que la ciudad capital se piensa en función de las relaciones de soberanía que se ejercen
sobre un territorio.

Otro ejemplo, va a ser de Francia, cuando se construyeron toda una serie de ciudades artificiales
en la época de Luis XIII y Luis XIV. Sea una ciudad muy pequeña que se llama Richelieu y construida,
justamente, a partir de la nada. Donde no había nada, se construía una ciudad. ¿Y como la
construían? Se apelaba a la famosa forma del campamento romano. En efecto, en el caso
precedente, La Métropolitée de Le Maitre, el ordenamiento de la ciudad se pensaba esencialmente en la
categoría más general, mas global del territorio. En el caso de esas ciudades construidas según la figura
del campamento, puede decirse que, no se las concebía a partir de algo mas grande que ellas, el
territorio, sino a partir de algo mas pequeño, una figura geométrica, a saber, el cuadrado o el rectángulo
subdivididos a su vez, por medio de cruces; en otros cuadros o rectángulos.

Al menos en el caso de Richelieu, como en los campamentos bien diseñados y las buenas
arquitecturas, la figura, el modulo que se utiliza, no pone simplemente en práctica el principio de la
simetría. Hay un eje de simetría, por supuesto, pero está enmarcado y es funcional gracias a disimetrías
bien calculadas.

Me parece que en ese esquema simple reencontramos con exactitud el tratamiento disciplinario
de la multiplicidades en el espacio, es decir, la constitución de un espacio vacío y cerrado en cuyo interior
se construirán multiplicidades artificiales que se organizan según el triple principio de la jerarquización, la
comunicación exacta de las relaciones de poder y los efectos funcionales específicos de esa distribución.

En el caso de Le Maitre, se trataba en suma de “capitalizar” un territorio. Ahora se tratara


de arquitecturar un espacio. La disciplina es del orden de la construcción.
El tercer ejemplo. Tiene que ver con el ordenamiento de las ciudades que existían
efectivamente en el siglo XVIII. Voy a tomar el ejemplo de Nantes, que fue estudiado en 1932. Se ve con
claridad que el problema era la circulación. La arquitectura de fines del siglo XVIII seguirá funcionando
con mucha frecuencia sobre la base de principios como ése; la buena forma debe ser el soporte del
ejercicio exacto de la función. De hecho, los proyectos que se llevaron a cabo en Nantes fueron varios, y
en particular uno presentado por un tal Vigné de Vigny, el cual se trataba de una serie de cosas precisas
y concretas.

En primer lugar, abrir ejes que atravesaran la ciudad y calles lo bastante amplias para
cumplir cuatro funciones: la higiene. Segundo, garantizar el comercio interior de la ciudad. Tercero,
articular esa red de calles con las rutas externas, a fin de que las mercancías del exterior pudiesen llegar
a ser extendidas, pero sin abandonar las necesidades del control aduanero. Y por último, permitir la
vigilancia, desde que la eliminación de las murallas, hacía imposible cerrar las ciudades a la noche o
fiscalizar con exactitud las idas y venidas durante el día, debido a la afluencia de todas las poblaciones
flotantes que podían proceder del campo… En otras palabras, se trataba de organizar la circulación,
suprimir sus aspectos peligrosos… En consecuencia, se trataba asimismo de acondicionar los accesos al
exterior, esencialmente en lo concerniente al consumo de la ciudad y su comercio con el mundo externo.

Y para terminar, en ese plan de reordenamiento de Vigny la cuestión pasaba por responder a
una pregunta fundamental: ¿Cómo integrar a un plan actual las posibilidades de desarrollo de la ciudad?
La ciudad se percibía a si mismo en un proceso de desarrollo… ¿Se podría administrar bien una
ciudad cuya extensión era tan grande? ¿se mantendría la buena circulación, visto que la ciudad iba a
extenderse longitudinalmente de manera indefinida? El proyecto de Vigny consistía en construir muelles a
lo largo de una de las orillas del Loira, permitir el desarrollo de un barrio y luego tender puentes sobre el
rio apoyados en las islas, y a partir de ellos dejar que se creara otro barrio frente al primero, con el objeto
de que ese equilibrio entre las dos riberas evitara la prolongación indefinida de una de ellas.

Poco importan en definitiva, los pormenores mismos del ordenamiento previsto. Creo que este es
bastante importante por una serie de razones. Primero, ya no se trata en absoluto de construir con un
espacio vacio, como en las ciudades disciplinarias (Richelieu). la seguridad, por otra parte, se apoyara en
una serie de datos materiales. Trabaja, por lo tanto sobre un dato. Segundo, no se trata de que la
seguridad reconstruya ese dato de tal manera que sea dable esperar un punto de perfeccion como en
una ciudad disciplinaria. Se trata simplemente de maximizar los elementos positivos, que se circule
lo mejor posible, y minimizar los espacios riesgosos. También en esos ordenamientos de las
ciudades se intentara organizar elementos que se justifican por su polifuncionalidad. Por consiguiente, el
ordenamiento consistirá en poner en juego todas esas diferentes funciones de la ciudad, unas positivas y
otras negativas. Otro punto importante es que se va a trabajar con vistas al futuro; el buen ordenamiento
de la ciudad será precisamente eso: tener en cuenta lo que puede pasar.

En síntesis, creo que se puede hablar de una técnica que en lo fundamental se ajusta al
problema de la seguridad, es decir, en el fondo, al problema de la serie. Serie indefinida de los elementos
que se desplazan; serie indefinida de acontecimientos que se producen; y serie indefinida, asimismo, de
las unidades que se acumulan. Lo que caracteriza en esencia el mecanismo de seguridad es, la gestión
de esas series abiertas y que solo pueden controlarse mediante un calculo de probabilidades.

Para resumir todo esto, digamos que, asi como la soberanía capitaliza un territorio y plantea el
gran problema de la sede del gobierno, y asi como la disciplina arquitectura un espacio y se plantea como
problema esencial una distribución jerarquica y funcional de los elementos, la seguridad tratara de
acondicionar un medio en función de acontecimientos o de series de acontecimientos o elementos
posibles, series que será preciso regularizar en un marco polivalente y transformable. El espacio propio
de la seguridad remite entonces a una serie de acontecimientos posibles, remite a lo temporal y lo
aleatorio, una temporalidad y una aleatoriedad que habrá que inscribir en un espacio dado. El espacio en
el cual se despliegan es lo que llamamos medio.

¿Qué es el medio? Es lo necesario para explicar la acción a distancia de un cuerpo sobre


otro. Se trata del soporte y el elemento de circulación de una acción. El medio será entonces el
ámbito en le cual se da la circulación. Es un conjunto de datos naturales (ríos, colinas, etc) y un
conjunto de datos artificiales. Es un elemento en cuyo interior se produce un cierre circular de los efectos
y las causas, porque lo que es efecto de un lado se convertirá en causa en el otro lado. Por ejemplo,
cuanto mas muertos, mas cadáveres y por consiguiente mas miasmas, etc. A través de un medio se
apunta, por lo tanto, a ese fenómeno de circulación de las causas y los efectos. Y por último, el medio
aparece como un campo de intervención donde se tratara de afectar, precisamente, a una
población. Me refiero a una Multiplicidad de individuos que están y solo existen profunda, esencial
y biológicamente ligados a la materialidad dentro de la cual existen.

Me parece que con el problema técnico planteado por la ciudad presenciamos la irrupción del
problema de la “naturalidad” de la especie humana dentro de un medio artificial. Y esa irrupción de la
“naturalidad” de la especie humana dentro de un medio artificial. Y esa irrupción de la naturalidad de la
especie dentro de la artificialidad política de una relación de poder es algo fundamental.

En lo concerniente a esa idea de un medio artificial y natural, en el cual el artificio actúa como
una naturaleza con respecto a una población que, tejida de relaciones sociales y políticas, también
funciona a la vez como una especie, encontramos en las Recherches sur la population de Moheau
(primer gran teórico de la biopolitica) un texto como el siguiente:

Depende del gobierno cambiar la temperatura del aire y mejorar el clima… Tal es el efecto del
tiempo, de la habitación de la tierra y de las vicisitudes en el orden físico, que aun los cantones más
saludables se han tornado morbíficos.

Si hubo tantos cambios no es porque el clima haya cambiado, sino porque las intervenciones
políticas y económicas del gobierno modificaron el curso de las cosas a tal punto que la naturaleza
misma ha constituido para el hombre… iba a decir otro medio, pero la palabra no figura en Moheau.

El soberano ya no es quien ejerce su poder sobre el territorio a partir de una localización


geográfica de su soberanía política: es algo que tiene que ver con una naturaleza o, mejor, con la
interferencia, el enredo perpetuo de un medio geográfico, climático y físico con la especie humana, y el
soberano será quien tenga que ejercer su poder en ese punto de articulación donde la naturaleza, en el
sentido de los elementos físicos, interfiere con la naturaleza en el sentido de naturaleza de la especie
humana; en ese punto de articulación donde el medio se convierte en determinante de la naturaleza. Allí
intervendrá el soberano, y si quiere modificar la especie humana tendrá que actuar, dice Moheau, sobre
el medio…

Creo que ese es uno de los ejes fundamentales de la introducción de los mecanismos de
seguridad, es decir, la aparición, aun no de una noción de medio, sino de un proyecto, una técnica política
que dirige el medio.
Clase 2: 18 de Enero de 1978

La relación con el acontecimiento: el arte de gobernar y el tratamiento de lo aleatorio; el


problema de la escasez en los siglos XVII y XVIII, de los mercantilistas a los fisiócratas; diferencias
entre dispositivos de seguridad y mecanismos disciplinarios en la manera de tratar el
acontecimiento.

Los análisis de los dispositivos de seguridad delimitan la relación del gobierno con el
acontecimiento, en donde, el problema del acontecimiento es la escasez. La escasez, que no es
exactamente el hambre, es la insuficiencia actual de la cantidad de granos necesaria para permitir la
subsistencia de una nación. Es, en efecto, un estado de penuria que provoca el alza de los precios.
Cuanto más suben estos, es obvio que los poseedores de los objetos escasos pretenden almacenarlos
para elevar su precio, y el proceso sigue hasta que las necesidades más elementales de la población
dejen de satisfacerse. La escasez es un fenómeno cuyas consecuencias inmediatas y más sensibles se
manifiestan en primer lugar, por supuesto, en los medios urbanos, y entraña de inmediato y con muchas
probabilidades, la revuelta. La revuelta urbana es desde luego la gran cosa que el gobierno debe evitar,
es decir, flagelo por el lado de la población; catástrofe o crisis, si lo prefieren, por el lado del gobierno. En
términos generales, aparece la escasez por dos categorías. En primer lugar, el viejo concepto de la
antigüedad grecolatina de la fortuna, la mala fortuna. Después de todo, la escasez es la mala suerte en
estado puro, porque su factor más inmediato, más evidente, es precisamente la intemperie, la sequía, las
heladas, el exceso de humedad: de una u otra manera, los factores sobre los cuales no se tiene control.
La escasez se manifiesta entonces como una de las formas fundamentales de la mala fortuna para un
pueblo y un soberano. En segundo lugar, la otra matriz filosófica y moral que permite pensar la escasez
es la mala índole del hombre, que se manifiesta en la necesidad de ganar, su egoísmo, provocando todos
los fenómenos de almacenamiento, acaparamiento, retención de la mercadería que acentúan la magnitud
de ese flagelo. El concepto jurídico moral de la mala índole humana, de la naturaleza caída, y el concepto
cosmológico político de la mala fortuna son los dos marcos generales dentro de los cuales se piensa la
escasez.

De una manera más precisa e institucional, en las técnicas de gobierno y gestión política y
económica de una sociedad como la francesa en los siglos XVII y XVIII, ¿Qué se hará contra la escasez?
Un sistema que el autor califica a la vez como jurídico y disciplinario, un sistema de legalidad y un sistema
de reglamentos cuya función esencial es impedir la escasez, sistema jurídico y disciplinario que, en
concreto, adopta las formas clásicas ya conocidas: limitación de precios y sobre todo el derecho de
acopio; prohibición de almacenar y por lo tanto necesidad de vender de inmediato, limitación de la
exportación, con la mera restricción consistente en limitar la extensión de los cultivos. Por lo tanto, toda
una serie de restricciones a los precios, el acopio, la exportación y el cultivo. Esta regulación a la baja del
precio de venta de los granos, de la renta campesina, del costo de compra para la gente y del salario es
sin lugar a dudas, el gran principio político del mercantilismo como técnica de gobierno y gestión de la
economía durante comienzos del siglo XVII hasta comienzos del siglo XVIII en Europa. No hace falta
insistir en los conocidos fracasos, mil veces comprobados, de ese sistema, en primer lugar, el
mantenimiento del precio de los granos en los niveles más bajo hace que, en principio, aun cuando haya
abundancia de granos los campesinos se arruinen, pues quien dice abundancia de granos dice tendencia
a los precios a la baja, ganancia que tiende a cero y llegado el caso cae por debajo del costo mismo de
producción para los campesinos. En segundo lugar, la segunda consecuencia será que los campesinos,
al no conseguir, ni siquiera en los años de abundancia de trigo, suficiente ganancia con su cosecha, estén
necesariamente condenados y forzados a sembrar poco. Como consecuencia inmediata de esa escasa
siembra, el menor desarreglo climático, hará que la cantidad de trigo que es apenas suficiente para
alimentar a la población caiga por debajo de las normas requeridas, y el año siguiente aparecerá la
escasez. A partir de esto se comenzó a plantear como principio fundamental de gobierno económico la
libertad de comercio y circulación de granos, practica de un principio teórico fundamental que era de los
fisiócratas. En primer lugar, la libertad de exportación y en segundo lugar, aranceles a la importación, de
tal manera que la abundancia excesiva debida a los productos traídos del exterior no provocara una
nueva baja de los precios. Por lo cual, el buen precio se alcanza a través de estas dos medidas. Para
caracterizar de algún modo, hubo tres fases: por una parte, antes de 1754, el viejo sistema jurídico
disciplinario todavía tiene plena vigencia con sus consecuencias negativas, hay toda una etapa de
polémicas, luego, de 1754 a 1764, llegada de los fisiócratas, y para terminar, los edictos de mayo de 1763
y agosto de 1764 que establecen la libertad casi total de granos, con unas pocas restricciones. Victoria de
los fisiócratas.

La disciplina es esencialmente centrípeta. Me refiero a que funciona aislando un espacio,


determinando un segmento. La disciplina concreta, centra, encierra. Su primer gesto, en efecto, radica en
circunscribir un espacio dentro del cual su poder y los mecanismos de este actuaran a pleno y sin límites.
Podrán advertir al contrario que los dispositivos de seguridad, tal como intente presentarlos, tiene una
tendencia constante a ampliarse: son centrífugos. Se integran sin cesar nuevos elementos, la producción,
la psicología, los comportamientos, las maneras de actuar de los productores, los compradores, los
consumidores, los importadores, los exportadores, y se integra el mercado mundial. A continuación, la
segunda gran diferencia: por definición, la disciplina reglamenta todo. No deja escapar nada. El
dispositivo de seguridad, por el contrario, lo han visto, lo deja hacer, pero no todo, claro, pero hay un nivel
en el cual la permisividad es indispensable. Deja subir los precios, deja instalar la penuria, deja que la
gente tenga hambre para no dejar que suceda una cosa, a saber, el surgimiento de la calamidad general
de la escasez. Tercera diferencia, en el fondo, ¿Cómo procede la disciplina? ¿Y cómo lo hacen además
los sistemas de legalidad? Pues bien, distribuyen todas las cosas según un código que es el de lo
permitido y lo prohibido. Y dentro de esos dos campos especifican, determinar con exactitud qué es lo
prohibido y que es lo permitido o, mejor, lo obligatorio. En el dispositivo de seguridad tal como acabo de
exponerlo me parece que se trata justamente de no adoptar ni el punto de vista de lo que se impide ni el
punto de vista de lo que es obligatorio, y tomar en cambio la distancia suficiente para poder captar el
punto donde las cosas van a producirse, sean deseables o indeseables.
Podrán ver al mismo tiempo que ese postulado, y me refiero al principio fundamental de que la
técnica política nunca debe despegarse del juego de la realidad consigo misma, está profundamente
ligado al principio general de lo que llamamos liberalismo.

Clase 3: 25 de Enero de 1978

El autor presenta un estudio acerca de lo que denomina el los “dispositivos de seguridad” en


donde señala dos conceptos importantes que son Disciplina y Seguridad, estos conceptos abordan de
formas diferentes el concepto de Normalización, primero se señala que todo sistema de normas remite a
un sistema de leyes, es decir están estrechamente interrelacionados tal como lo afirmaba Kelsen. La
Normalización son técnicas que codifican la ley a partir, por debajo y a contrapelo de un sistema de leyes.

La Disciplina normaliza, descompone lugares, gestos, tiempos, individuos y operaciones


analizando distintas percepciones que después modifica, posteriormente clasifica según objetivos. Por
consiguiente surge una creación de secuencia de coordinación entre actores a fin de buscar un resultado
óptimo, para esta labor genera un proceso de adiestramiento y de progresivo control en donde clasifica a
quienes capaces e incapaces.
Como se Normaliza (El Caso de la Viruela SXVIII); primero señalar que esta es una enfermedad
de gran contagio en la época, los niños al nacer tenía 2/3 posibilidades de adquirirla, 1/7 casi un 1/8
moría.

Desde 1720-1800 se realizaron procesos primero de, variolizacion (se inoculaba) y


posteriormente de vacunación. (Existe un procedimiento). Estas medidas buscaban generar prevención
de la enfermedad, tener una certeza que en ese tiempo se lograba con el desarrollo de material
estadístico, se generalizaba para que la mayoría alcanzara. En este caso se actuó ante el hecho ya que
existía nula teoría médica de lo que sucedería al aplicar los procedimientos, el autor habla de un
“empirismo despojado”. El procedimiento fue un éxito gracias a la estadística y a los mecanismos de
seguridad aplicados con la normalización que fueron variolizacion y vacunación). Esto permitió que la
enfermedad ya no fuera reinante y esto se respaldaba con datos, permitiendo así categorización e
identificación de posibles ataques a grupos o individuos por parte de la enfermedad. En este sentido
cobra relevancia el concepto que surge de RIESGO, el cual servía para distinguir en la estadística que
poblaciones estaban más expuestas a la enfermedad. Con la determinación del riesgo se podía
establecer – y surge otro concepto- El PELIGRO.

Frente al peligro surge un nuevo concepto que es el de la CRISIS que Foucault lo explica como
una intensificación circular que solo puede ser detenida por un mecanismo natural que lo frena o por
intervención artificial.

Retomando el ejemplo de la viruela Foucault señala que la disciplina, entendida como


procedimientos, técnicas y reglas tenían como objetivo curar y evitar el contagio, en este sentido el
análisis diferencia, a enfermos y no enfermos. La medida sin embargo toma al conjunto para no
desbalancear (Que se aumente el número de enfermos en este caso).

La Estadística como herramienta para la seguridad discrimina normalidades en distintas


variables como lo son la edad, la región, ciudad, etc., esto permite establecer una “curva normal”, la
técnica disciplinaria consiste en reducir normalidades más desfavorables respecto a la curva normal, lo
desfavorable asimilarlo a lo más favorable.

El autor presenta la evolución que ha tenido un estado de relación soberano-súbdito y como


finalmente el ser humano se consolida como un ser de deseo individual que en su naturalidad desemboca
en acuerdo colectivo. Se Plantea y se retoma el ejemplo de la viruela como un caso donde todo circulaba
(hay desplazamiento, intercambio, contacto), el autor en este sentido aborda desde una perspectiva de la
teoría política del “deber ser” para explicar cómo deben circular las cosas. Primeramente acude al
antecedente que señalaba Maquiavelo que un territorio debe ser conquistado o heredado, en esa época
el príncipe buscaba su seguridad y la del territorio, en este sentido el autor señala que definía, marcaba
su territorio. Los mecanismos de circulación se marcan seleccionando y controlando y ya no es la
seguridad del príncipe en los días de hoy sino que de la población y sus gobernantes, estos elementos
deben estar en una constante interacción.

Para ilustrar la técnica de la interacción, desde un plano económico y político recurre al elemento
fisiócrata, estos señores señalaban que los procedimientos del gobierno se daban en una naturalidad
física, no una delimitación que por el contrario establecía la antigua relación soberano súbdito en donde
te decían “no harás esto” a modo de definir límites. Los fisiócratas señalaban la existencia de una
anulación progresiva en los procedimientos de gobierno en donde la técnica correspondía a una
pertinencia y el equilibrio de la acción gobernante, ya no es panóptico en donde toda la atención se
concentraba en el soberano, el cual ostentaba una gran cuota y concentración del poder.
Otro de los temas que se abordan en este capítulo es el del concepto de población; en primer
lugar Foucault lo representa como el contrario a despoblación, entendiendo a esta como sobrevivientes a
un gran desastre, enfermedad o algo dramático. Antiguamente la población era obediente al súbdito y se
caracterizaba por ejercer una actividad, se trabajaba. Posteriormente emergen a comienzos del Siglo XVII
posiciones teóricas desde la perspectiva de las doctrinas económicas, algunas de ellas era el
Cameralismo y el Mercantilismo. El Mercantilismo abandona la antigua concepción de la relación súbdito
soberano. La concepción mercantil aboga por una población que garantiza abundancias y que emerge
como fuera productiva en donde existe la competencia de una mano de obra barata que está
reglamentada. En contraste al mercantilismo surge la crítica fisiócrata que omite el análisis remitido a la
población y se centra en procesos naturales. Esta naturalidad viene dada por ciertas variables que
inciden en la población y en su forma de comportamientos como lo son el clima, el entorno material, el
comercio, leyes, costumbres, valores morales y religiosos, etc. En este sentido los fisiócratas apuntan que
a partir de estas variables se es fácil acceder a través de agentes y técnicas de transformación a la
población.

Los teóricos del SXVIII señalan que existe una evolución en esta población que va más allá de
los límites y se ve motivada por el DESEO este es el motor que impulsa la acción, esto genera que el
interés particular, la búsqueda de este desemboque finalmente en el interés general bajo ciertas
circunstancias, en contraposición Foucault señala que el soberano limitaba el actuar y no dejaba actuar el
deseo propio. La evolución de la población hizo que se pasara del humano comprendido como genero a
especie, surgen nuevas acepciones como “el público”, un ser humano en una población revestida de
opinión, comportamiento, temores, prejuicios, etc.

Finalmente señala ejemplos de cómo se ha dado esta evolución, por ejemplo en la economía
política el gobierno es el que se ocupa de la población (Quesnay), de la bioeconomia de Malthus se pasa
a la lucha de Clases de Marx, así con la historia Natural (Curvier) del SXVIII que solo clasificaba al
análisis que hace en el SXIX la Biología (Darwin), también la gramática desde el análisis de signos
desemboca en algo más macro como es la Filología o estudio de las lenguas.

Clase 4: 1 de Febrero de 1978

El autor ahora se enfoca en los problemas de gobierno.

Desde mediado del siglo XVI y a fines del siglo XVIII, se comienza a ver una serie de tratado
que ya no se ven como simple consejos de príncipes, si no que ahora son artes de gobernar.

El problema del gobierno estalla en el siglo XVI, acerca de muchas cosas, por ejemplo el
problema del gobierno en sí mismo, el problema de las almas y las conductas (pastoral católica)¿ cómo
gobernar como ser gobernado como gobernar a los otros? Todos problemas, son muy característico del
siglo XVI. Y en ello el punto de cruce de dos movimientos, uno de las grandes estructuras feudales,
introduciendo los grandes Estados territoriales, administrativos. Y otro movimiento muy distinto y
disperso, se pone en cuestión la religión disidencia religiosa. En el cruce de ambos se platea el ¿Cómo se
gobernado, por quien, hasta que punto, con qué fines y método.

El autor trata de identificar algunos puntos de la definición de gobierno. Para poder dilucidar
aquellos puntos acerca del gobierno, el autor se enfoca en el príncipe de Maquiavelo.
Existe una literatura antimaquevialistas, que no es negativa que tiene sus conceptos y
estrategias.

En esta literatura anti Maquiavelo se le caracteriza al príncipe. Donde el príncipe de Maquiavelo


recibe su principado, sea por herencia, sea por adquisición, sea por conquista , pero de todos modos no
forma parte de él, es exterior a él. El lazo que lo une a su principado es un lazo de violencia, incluso un
lazo establecido por arreglo de tratados. Sea como sea es un lazo sintético. No hay pertenecía jurídica ni
natural entre el príncipe y su principado. Al ser una autoridad del exterior la relación es frágil y no va a
dejar de estar amenazada. Y por último se trata de proteger al príncipe y su posición y no al territorio y
sus habitantes.

A grandes rasgos, digamos que el príncipe de Maquiavelo, tal como aparece en filigrana en esos
diferentes tratados, explícitos o implícitos, dedicados al antimaquiavelo, es en esencia un tratado de la
habilidad del príncipe para conservar su principado. Y la literatura antimaquiavestica quiere sustituir ese
tratado, que el asunto de gobernar va más allá de conservar el principado.

Hay pluralidad de formas de gobierno e inmanencia de esta actividad (el maestro sobre el niño,
el padre etc.), que la oponen de manera radical a la singularidad transcendente del príncipe de
Maquiavelo.

Entre todas las formas de gobierno que se dejan cruzar, se entrelazan dentro de la sociedad y el
Estado, hay una forma muy particular que será preciso señalar, es una forma de gobierno que va a
aplicarse a la totalidad del estado.

La Mothe Le Vayer, en una series de escritos que son textos pedagógicos , para el existen tres
tipos de gobierno, cada uno de los cuales depende de una forma de ciencia o reflexión: el gobierno que
depende de la economía ; y por último, la ciencia de gobernar bien” el Estado que depende de la política.
Lo importante aquí a pesar de estas tipologías, es que estas artes de gobernar postulan siempre una
continuidad esencial de una a otra entre la segunda y la tercera. Mientras que en la teoría del príncipe
marca la discontinuidad entre el poder del príncipe y cualquier otra forma de poder

Es preciso señalar la continuidad ascendente y descendente . la continuidad en el sentido de que


quien pretende ser capaz de gobernarse a sí mismo; luego, en otro nivel, gobernar su familia, sus bienes,
su propiedad y , por ultimo llegara a gobernar el Estado( caracteriza al príncipe). A la inversa tenemos la
continuidad ascendente, en el sentido de que cuando un Estado está bien gobernado, los padres de
familias saben gobernar bien a su familia, sus riquezas, sus bienes, su propiedad y los individuos también
se dirigen como correspoden. Esta línea asecendente es lo que empieza a llamarse policía.

En las dos formas de continuidad lo centra es la economía ¿toda arte de gobierno, debe
responderse como introducir a la encomia? La forma de manejar bienes y riquezas etc.

Una expresión importante en el siglo XVIII caracteriza a un mejor todo esto, Quesnay habla de
un buen gobierno como de un gobierno económico

Para La Perriere "Gobierno es la recta disposición de las cosas, de las cuales es menester
hacerse cargo para conducirlas hasta el fin oportuno". El gobierno, por lo tanto, tiene una finalidad,
dispone las cosas, en el y las dispone [para un fin]. El soberano, para ser un buen soberano, siempre
debe proponerse un fin, es decir, señalan regularmente los textos, el bien común y la salvación de
todos.(definición que no se refiere a territorio)
Maquiavelo toma en su análisis un principio jurídico utilizado para utilizar la soberanía , es
aquello que no se ejerce sobre las cosas si no que sobre el territorio y por consiguiente en los súbditos,
en este sentido el territorio es el elemento fundamental del principado de Maquiavelo.

Gobernar es tener en cuenta los acontecimientos que se pueden avenir. Lo esencial entonces,
es el complejo de hombres y cosas; ese el territorio principado, y el territorio sólo son, en cierto modo una
de sus variables.

Lo importante es gobernar las cosas.

En consecuencia, toda una serie de finalidades especificas que se convertirán en el objeto


mismo del gobierno. Y para alcanzarlo se va a disponer de las cosas .la palabra disponer es importante,
pues en la soberanía lo que permite alcanzar su fin, es decir, la obediencia a las leyes era la ley misma.

Mientras el fin de la soberanía esta en sí misma y ella extrae, sus instrumentos de si con la forma
de la ley, el fin del gobierno está en las cosas que dirige; debe buscarlo en la perfección o maximización o
la intensificación de los procesos que dirige, y sus instrumentos en vez de ser leyes serán, tácticas
diversas.

El arte de gobernar no pudo asumir su plenitud antes del siglo XVII por razones históricas como,
la Guerra de los Treinta años, grandes movimientos campesinos y urbanos, crisis financiera y crisis de
subsistencia.

El problema de ejercer la soberanía a la vez como cuestión teórica y como organización política
y como principio de organización política. Mientras las instituciones de soberanía fuesen instituciones
fundamentales, mientras el poder se conciba como ejercicio de soberanía. El arte de gobernar no tendría
espacio.

El mercantilismo fue en verdad el primer esfuerzo del arte de gobernar en el ámbito de lo


económico y político. Es la primera vez que el estado utiliza tácticas.

La teoría de lo contrario del contrato fundador, del compromiso reciproco de soberanos y


súbditos sería esa especie de matriz a partir de la cual se procuraría alcanzar los principios generales de
gobernar.

Había un marco demasiado amplio y abstracto, demasiado rígido de la soberanía, y por otra, un
modelo demasiado estrecho, que era el de la familia. El arte de gobernar intentaba alcanzar la forma
general de la soberanía, no podía asimilarse al gobierno de la familia.

Había un bloqueo generado por la idea de la economía, que en esa época aún no se refería
jamás a otra cosa que la gestión de un pequeño conjunto constituido por la familia y la casa y por otro
lado el Estado y la soberanía, por ello el arte de gobernar no podía encontrar su dimensión .

¿Cómo se produce el desbloqueo del arte de gobernar?

El desbloqueo del arte de gobernar estuvo ligado, en mi opinión, al surgimiento del problema de
la población. Ligado a un marco general de la expansión demográfica del siglo XVIII, ligada de la
abundancia monetaria, el aumento de la producción agrícola.

¿Cómo permitiría el problema de la población, en sustancia, el desbloqueo del arte de gobernar?


En efecto la estadística, que había funcionado hasta entonces dentro de los marcos administrativos y, por
lo tanto, del funcionamiento de la soberanía, descubre y muestra de a poco que la población tiene sus
propias regularidades: su número de enfermo, sus muertos, la regularidad de sus accidente. La
estadística muestra a si mismo que la población tiene efectos de su agregación y que esos fenómenos
son irreductibles a los de la familia: se trata de las grandes epidemias, las expansiones endémicas, la
espiral del trabajo. La estadística muestra además que, por sus desplazamientos, sus manera de obrar su
actividad, la población tiene efectos económicos específicos.

La familia desaparece como forma de gobierno lo que aparece es la familia en el seno de la


población. Tras dejar de ser modelo se transformara en un instrumento, instrumento privilegiado para el
gobierno de las poblaciones. A partir del siglo XVIII, aparece con ese carácter instrumental con respecto a
la población: surgen entonces las campañas sobre la mortalidad, campañas de vacunaciones etc.

La población aparecerá como meta ultima de la población, y la meta del gobierno es mejorar la
suerte de las poblaciones, sus riquezas, gobernar ya no es la meta

La población será el punto en torno del cual va a organizarse lo que los textos del siglo XVI
llamaban paciencia del soberano. Será en consecuencia. El objeto que el gobierno deberá tener en
cuenta sus observaciones y su saber para lograr de manera racional y meditada,

La red entre la población y la economía, constituirá lo que se llama la economía política.

En síntesis, el paso de un arte de gobernar a una ciencia política, el paso de un régimen


dominado por la estructura de soberanía a un régimen dominado por las técnicas del gobierno, se dan en
el siglo XVII en torno de la población y, por consiguiente del nacimiento de la economía política.

Pero a pesar de esto la soberanía no deja de ser importante para el arte de gobernar, e. Desde
luego, su organización, su introducción, todas las instituciones en cuyo seno había florecido en el siglo
XVII y comienzos del siglo XVIII: las escuelas, los talleres, los ejércitos, todo eso se confundía [con] y solo
se comprende a través del desarrollo de las grandes monarquías administrativas, pero, de igual manera,
la disciplina jamás fue tan importante y valorada como a partir del momento en que se intento manejar la
población; y manejarla no quería decir simplemente manejar la masa colectiva de fenómenos o hacerlo
en el mero nivel de sus resultados globales; manejar la población quiere decir manejarla asimismo en
profundidad, con minucia y en sus detalles.

Es algo que llamaría una historia de la "gubernamentalidad". Con esta palabra,


"gubernamentalidad", aludo a tres cosas. Entiendo el conjunto constituido por las instituciones, los
procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten ejercer esa forma bien
especifica, aunque muy compleja, de poder que tiene por blanco principal la población, por forma mayor
de saber la economía política y por instrumento técnico esencial los dispositivos de seguridad. Segundo,
por "gubernamentalidad" entiendo la tendencia, la línea de fuerza que, en todo Occidente, no dejo de
conducir, y desde hace mucho, hacia la preeminencia del tipo de poder que podemos llamar "gobierno"
sobre todos los demás: soberanía, disciplina, y que indujo, por un lado, el desarrollo de toda una serie de
aparatos específicos de gobierno, [y por otro]* el desarrollo de toda una serie de saberes. Por último, creo
que habría que entender la "gubernamentalidad" como el proceso o, mejor, el resultado del proceso en
virtud del cual el Estado de justicia de la Edad Media, convertido en Estado administrativo durante los
siglos XV y XVI, se "gubernamentalizo" poco a poco. El Estado en su supervivencia y el Estado en sus
límites solo deben comprenderse sobre la base de las tácticas generales de la gubernamentalizad.

Y ese Estado de gobierno, que recae esencialmente sobre la población y se refiere a la


instrumentación del saber económico y la utiliza, corresponderá a una sociedad controlada por distintos
dispositivos de seguridad.
Clase 5: 8 de Febrero de 1978

Lo que intenta describir el autor en un primer momento, es cuál es el tipo de poder que engloba
la noción de “gobernar”. La “Gubernamentalidad”. Y aclara al principio de esta clase, que la importancia
de estudiar este concepto, radica en que resulta necesario para abordar el problema del Estado y la
población.

Luego cita algunos ejemplos, para mostrar que es posible –respecto al análisis- pasar al exterior
de la institución, de la función, y del objeto, en organizaciones como los psiquiátricos, o las prisiones. En
estos casos podemos buscar en términos más globales, lo que llama Foucault, una “tecnología del poder”
que se encuentra detrás de la institución misma.

De estos ejemplos, llega a preguntarse si puede hacerse el mismo ejercicio con el Estado. Y
concluye, que es posible que “la generalidad extra institucional, no funcional, no objetiva, a la cual
llegan los análisis recién comentados, nos pusieran en presencia de la institución totalizadora: el
Estado”.

Las preguntas que guían el curso, son las siguientes: ¿Es posible efectuar la misma inversión en
lo concerniente al Estado? ¿Es posible pasar a “algún” exterior, globalizante? ¿Es posible resituar el
Estado moderno en una tecnología general de poder que haya asegurado sus mutaciones, su desarrollo,
su funcionamiento?¿Se puede hablar de una “gubernamentalidad”, que sería para el estado lo que
las técnicas de segregación eran para la psiquiatría, lo que las técnicas de disciplina eran para el
sistema penal, lo que la biopolítica era para las instituciones médicas?

Sobre el gobierno, una primera cuestión es la siguiente: aquellos a quien se gobierna, son los
hombres. En esta parte, el autor señala, que esta idea de gobierno sobre los hombres, no encuentra sus
orígenes, ni en Grecia ni en Roma. Allí se habla del gobierno sobre las cosas. El timón del barco,
gobierna el barco. En consecuencia también se someten a su juicio los hombres que van en el barco.
Pero el capitán gobierna sobre el barco. Así mismo, los gobernantes occidentales, gobernaban
principalmente sobre la ciudad, sobre un territorio determinado.

La idea del “gobierno de los hombres”, debe buscarse en oriente, principalmente, en el


precristiano y luego en el cristiano. Esto, debe hacerse en dos formas: primero, la organización de un
poder de tipo pastoral, y segundo, la dirección de la conciencia; la dirección de las almas.

“En su forma plena y positiva, la relación pastoral, es la relación de Dios con los hombres. Es un
poder de tipo religioso que tiene su principio, su poder y su fundamento en el poder que Dios ejerce sobre
su pueblo”. En Grecia y Roma, jamás encontraremos Dioses que conducen a su pueblo. Construyen
ciudades, responden preguntas, pero no son conductores en movimiento.

Las características del poder del pastor, son básicamente estas:

En primer lugar, este poder “no se ejerce sobre un territorio”. Se ejerce sobre un rebaño en
desplazamiento. En segundo lugar, es fundamentalmente un poder benévolo, no como en occidente en
donde la benevolencia es un rasgo más del poder. El poder pastoral, es benévolo en su totalidad, y su
principal objetivo, es la salvación del rebaño. No es un poder que realice manifestaciones clamorosas de
su poderío y superioridad. Es más bien uno que está al servicio de una misión. El pastor velará por sus
ovejas. Y es un poder individualizador, puesto que solo cumple su objetivo en la medida en que ni una
sola de sus ovejas se le escape. Hace todo por el conjunto del rebaño pero también lo hace por cada uno
de sus habitantes.
“En resumen, podemos decir lo siguiente: la idea de poder pastoral es la idea de un poder
ejercido sobre una multiplicidad y no sobre un territorio. Es un poder que guía hacia una meta y sirve de
intermediario en el camino hacia ella. Por lo tanto es un poder finalista, un poder finalista para aquellos
sobres quienes se ejerce, y no sobre una unidad, en cierto modo, de tipo superior, trátese de la ciudad, el
territorio, el Estado, el soberano. Es un poder por último, que apunta a la vez a todos y a cada uno en su
paradójica equivalencia y no a la unidad superior formada por el todo. Pues bien, creo que las estructuras
de la ciudad griega, y del imperio romano eran completamente ajenas a un poder de este tipo.

Y esta idea de poder pastoral, se introdujo en occidente por conducto de la Iglesia Cristiana. La iglesia
coaguló todos esos temas del poder pastoral en mecanismos precisos e instituciones definidas, y fue ella
la que realmente organizo un poder pastoral a la vez específico y autónomo, implantó sus dispositivos
dentro del Imperio Romano y organizo en el corazón de este, un tipo de poder que, a mi entender ninguna
otra civilización había conocido. Y la paradoja es la siguiente: entre todas las civilizaciones, las cristianas
occidentales, fueron las más violentas, las más conquistadoras, las más arrogantes, las más sangrientas.
Pero a la vez el hombre occidental aprendió a considerarse como una oveja entre las ovejas. La forma
más extraña y característica de occidente, y también la que estaba llamada a tener el destino más grande
y más duradero, no nació, me parece ni en las estepas ni en las ciudades. Esa forma de poder, nació o al
menos tomó su modelo en las majadas, en la política considerada como asunto de rebaños.”

Clase 6: 15 de Febrero 1978

El problema de la relación pastor-rebaño en la literatura y el pensamiento griegos: Homero, la


tradición pitagórica. Escasa presencia de la metáfora del pastor en la literatura política clásica.
Una gran excepción: el político de Platón.

La relación pastor-rebaño designa la relación de Dios con los hombres, la divinidad con los
hombres, sea del soberano con sus súbditos, había sido un tema presente y frecuente en la literatura
egipcia faraónica y también en la literatura asiria, y en los hebreos, en cambio no aparece esa misma
relación pastor-rebaño en los griegos. La relación pastor-rebaño, para designar la relación del soberano o
el dirigente político con sus súbditos o sus conciudadanos, está presente en los griegos, y se apoya esta
afirmación en tres grupos principales de referencia: primero, en el vocabulario homérico, la Ilíada
esencialmente a propósito de Agamenón, pero también en la Odisea tenemos toda una serie de
preferencias que designan al rey como pastor de los pueblos, el poimen laon (pastor de los pueblos).
Segundo, se hace una referencia explícita en la tradición pitagórica, en la cual, desde sus comienzos
hasta el neopitagorismo, se encuentra mencionado el modelo del pastor esencialmente alrededor de
algunos temas, en primer lugar, la etimología tradicional admitida por los pitagóricos, según el cual el
nomos, la ley, viene de nomeus, es decir, el pastor, por otro lado, el apelativo de Zeus como nomios, es
decir, el Dios pastor, que otorga a las ovejas el alimento que necesitan, y por último, para los pitagóricos
el magistrado es ante todo el philanthropos, quien decide en la ciudad, es decir, el pastor.

Para Platón, el político es el pastor de los hombres, el pastor de ese tropel de seres vivos que
constituyen la población de la ciudad, el político como pastor del rebaño, se desarrolla en cuatro etapas:
en primer lugar, es preciso hacer divisiones que sean realmente exhaustivas, habrá que distinguir
entonces los diferentes tipos de animales y a cual pertenecen los hombres; en segundo lugar, consiste en
distinguir que es ser pastor, en primer lugar ser el único encargado del rebaño, y por otra, la tipología de
todas las actividades posibles que, en la ciudad, pueden compararse con la tarea del pastor, aquí el
político desaparece; en tercer lugar, y para volver a la esencia misma del político, debe desaparecer la
divinidad, ya que la divinidad es su pastor por lo cual no necesitan constitución política y esta solo
aparece en los tiempos difíciles, cuando ya no está la divinidad y se ven obligados a dirigirse unos a
otros, es decir que necesiten de la política y de los políticos, pero estos hombres ya no están por encima
del rebaño; y en cuarto lugar, como la política y los políticos solo aparecen cuando desaparece la
divinidad, aquí en reemplazo del modelo del pastor surge el modelo celebérrimo de la literatura política, el
del tejido, en donde el tejedor político, forma con su arte especifico, la población del Estado, en donde
existen esclavos y hombres libres. Por lo cual, es demasiado poco, a causa de la humanidad misma su
tarea, y los pitagóricos, por consiguiente, se equivoquen al querer destacar la forma pastoral, que puede
funcionar efectivamente en pequeñas comunidades religiosas y pedagógicas, y hacerla jugar a la escala
de toda la ciudad, ya que el rey no es un pastor.

La fórmula, creo, va a quedar como una suerte de principio, de ley fundamental a través de toda
la historia del cristianismo. En este punto el autor hace dos observaciones, primero que entre el poder
pastoral de la iglesia y el poder político habrá, desde luego una serie de interferencias, apoyos, relevos y
toda una serie de conflictos, pero que pese a todos los conflictos el poder pastoral seguirá siendo
absolutamente especifico y diferente del poder político al menos hasta el siglo XVIII, un rasgo
característico del Occidente cristiano. Segunda observación, la razón misma de esta distinción es el gran
problema histórico, de cómo fue posible que estos dos tipos de poder, el poder pastoral y el poder político
conservaran su fisionomía propia.

Clase 7: 22 de Febrero de 1978

Realiza un análisis del pastorado, en el que llega a la conclusión de que el pastorado cristiano
fue una forma de poder absolutamente nueva que marca la aparición de modos específicos de
individualización. Su importancia es decisiva para la historia del sujeto.

En el cristianismo el pastorado produjo todo un arte de conducir, dirigir, encauzar, guiar,


llevar de la mano, manipular a los hombres, un arte de seguirlos y moverlos paso a paso, un arte
cuya función es tomarlos a cargo colectiva e individualmente a lo largo de toda su vida y en cada
momento de su existencia. Ninguna sociedad fue más pastoral que las sociedades cristianas
desde el final del mundo antiguo hasta el nacimiento del mundo moderno. El pastorado no
coincide ni con una política, ni con una pedagogía, ni con una retórica, es un arte de gobernar a
los hombres y da el umbral para el Estado Moderno. El Estado Moderno nace cuando la
gubernamentalidad se convierte efectivamente en una práctica política calculada y meditada.

El pastorado cristiano se relaciona con tres cosas: La salvación, ya que guía a individuos
y comunidades por dicho camino; con la ley, que debe velar por que se sometan a lo que es
orden, mandamiento, voluntad de Dios. Por último el pastorado tiene relación con la verdad,
puesto que sólo se puede alcanzar la salvación y someterse a la ley siempre que se acepte creer
y profesar una verdad determinada. El pastor guía hacia la salvación, prescribe la ley y enseña la
ley.

La definición así dada del pastorado no estaría nada alejada, sería exactamente del
mismo tipo, isomorfa con la definición de las funciones de la ciudad o de sus magistrados en
Platón. En todo esto encontramos, por lo tanto, una especie de relación global, comunidad de
destino, responsabilidad recíproca entre la comunidad y quien la tiene a su cargo. Las complejas
relaciones que se generan son integra y paradójicamente distributivas.
El cristianismo agregó a ese principio de distributividad integral y paradójica del poder
pastoral, cuatro principios que por su parte son absolutamente específicos e imposibles de
encontrar con anterioridad. Estos son: principio de la responsabilidad analítica; el principio de la
transferencia exhaustiva e instantánea; la inversión del sacrificio; y el principio de la
correspondencia alternada.

En lugar de la comunidad, la reciprocidad global y masiva de la salvación y la salvación y


la paz entre las ovejas y el pastor, hay una idea de actos del pastor cristiano que, sin cuestionar
nunca del todo, trabaja desde adentro y elabora esa relación global -> El pastor cristiano se
mueve en una economía sutil del mérito y el demérito. Vemos entonces que, con referencia al
tema global de la salvación, en el cristianismo se destaca algo específico que el autor
llama economía de los méritos y los deméritos.

El ciudadano griego sólo se deja dirigir, sólo acepta que lo dirijan dos cosas: la ley y la
persuasión. El pastor cristiano, por otra parte, organizó la instancia de obediencia pura. El pastor
es mucho más que el hombre de la ley, lo propio del pastor cristiano es que la relación de la
oveja con quien la dirige es de dependencia integral. Esto se traduce en tres cosas: relación de
sometimiento: la perfección de la obediencia consiste en obedecer una orden, no porque es
razonable o implica la realización de una tarea importante, sino, al contrario, porque es absurda;
relación no finalista: se obedece para poder ser obediente, para llegar a un estado de
obediencia, además el término hacia el cuál tiende la práctica de la obediencia es lo que se
denomina humildad, consistente en sentirse el último de los hombres, en recibir órdenes de
quienquiera, en renunciar a la propia voluntad. Ser humilde es saber que toda voluntad propia es
una mala voluntad. Si la obediencia tiene un fin, ese fin es un estado de obediencia definido por
la renuncia definitiva a toda voluntad propia; problema de la verdad: el pastor enseña de una
manera no global, no general. Esa enseñanza debe ser una dirección de la conducta cotidiana,
es la dirección de la consciencia.

Esas buenas relaciones de los méritos y los deméritos, de la obediencia absoluta, de la


producción de verdades ocultas constituyen para el autor la esencia, la originalidad y la
especificidad del cristianismo, no la salvación, la ley o la verdad. Con el pastorado cristiano
vemos nacer una forma de poder absolutamente nueva, modos completamente específicos de
individualización que está garantizada por el ejercicio del poder pastoral, ya no se definirá en
modo alguno por el estatus del individuo. Se definirá de tres maneras: Identificación analítica;
sujeción; y subjetivación: Esto caracteriza los procedimientos de individualización que serán
efectivamente puestos en práctica por el pastorado cristiano y sus instituciones.

La constitución tan específica de un sujeto cuyos méritos se identifican de manera


analítica, un sujeto atado a redes continuas de obediencia, un sujeto subjetivado por la
extracción de la verdad que se le impone, es la constitución típica del sujeto occidental moderno.

Clase 8: 1 de Marzo de 1978

Este capítulo continua hablando acerca de la noción de conducta, en cuanto a las rebeliones de conducta
de las personas en cuanto al gobierno pastoral, puesto que el autor reconoce que a la población del
medioevo la afectan dos tipos distintos de gobierno, uno es el religioso en el sentido pastoral , y el otro el
político (soberano).

Frente a esto, nacen, lo que el autor denomina rebeliones de conducta, según el autor la más
grande de ellas es la vivida en el Occidente cristiano, en manos de Lutero, pues si bien, su comienzo no
fue ni económica, ni política, luego fu tomando relevancia en todos los aspectos. Es decir, por muy
específicas que sean las rebeliones de conductas en su forma y objetivo, estas nunca son autónomas.

Desde fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII muchas funciones pastorales se retomaron
en el ejercicio de la gubernamentalidad, además de hacerse cargo de la conducta de los hombres y
mujeres, desde este momento se verá que los conflictos de conducta surgirán no tanto por el lado de la
institución religiosa, sino que también por el lado de las instituciones políticas. (Ejemplo, la guerra, en el
cual, ser militar ya no era un status, sino más bien una conducta política, comenzó un cierto rechazo a los
militares).

Estas rebeliones de conducta abrieron en la edad media una crisis interna en el pastorado, pues
el cristianismo medieval y catolicismo se caracterizaba por la existencia de dos categorías de individuos,
bien diferenciados, los cuales no poseen los mismos beneficios ni derechos, estos dos grupos son, los
clérigos, y los laicos, produciendo un malestar generalizado en la comunidad cristiana por la existencia de
clérigos que no solo tenían privilegios económicos, sino también civiles, espirituales (están más cerca del
paraíso, el cielo y la salvación). Esto constituirá una de las rebeliones más grandes de la pastoral.

En la edad media se desarrollaron cinco formas principales de contra conducta que tienen a
invertir o anular el poder pastoral (en la economía de la salvación, obediencia y verdad).

La primera de ellas es el ascetismo, la cual se define contrario a la obediencia (obediencia


entendida como la renuncia a la voluntad), el ascetismo es todo lo contrario, porque es la voluntad mía,
contra mi cuerpo (en palabras sencillas, yo me sacrifico por mí, no por la persona de al lado). Siendo
totalmente incompatible con la obediencia del pastorado.

Segundo elemento, las comunidades, las comunidades más violentas, las más alejadas de la
iglesia, señalan a Roma como la nueva Babilonia la cual representa el Anticristo. Otro problema es el
poder sacramental de los sacerdotes (en contra de la absolución de los pecados, el perdón, etc.). Otro
elemento en contra, es la Eucaristía.

Tercer elemento, la mística, en esta el alma se ve a sí misma, al contrario del pastorado, en la


cual se ve bajo un sistema de confesiones. La mística elude toda jerarquía, en la cual se tiene una
comunicación inmediata que puede darse en forma de dialogo entre Dios y el alma, en forma de llamado,
respuesta.

Cuarto elemento, el problema de la escritura, en el poder pastoral la escritura pasaba a un


segundo plano, en donde lo esencial era la presencia, enseñanza, y la intervención del propio pastor, en
cambio en la contra conducta el texto habla por sí solo, no necesita intermediario pastoral, o si debe
intervenir, solo para aclararla y permitir una mejor relación con ella.

El quinto y último elemento es, la creencia escatológica, esta plantea el fin de los tiempos y la
venida de Cristo por segunda vez a la tierra, al plantear el cumplimento de esta etapa, se descalifica el
papel del pastor, puesto que no será necesario, porque estaría presente el pastor supremo que es Jesús.
También señala que al estar el Espíritu Santo en la tierra, está en cada uno de los creyentes, por lo que
tampoco se necesitaría un pastor, puesto que el Espíritu Santo los guiaría.
Clase 9: 8 de Marzo de 1978

En sus decisiones terrenales y temporales, el Rey debe hacer de tal modo que la salvación del
individuo no solo no corra riesgo, sino que sea posible. Digamos en pocas palabras, para ver las cosas
con cierta claridad, perspectivas, y hacer grandes ficciones, que hubo una especie de quiasmo, de cruce
fundamental que sería el siguiente: En el fondo, la astronomía de Copérnico…. Pues bien, uno de los
grandes efectos de las prácticas discursivas fue mostrar que Dios sólo rige al mundo a través de leyes
generales, leyes inmutables, universales, simples e inteligibles, y que eran accesibles o bien en la forma
de la melodía y el análisis matemático, o bien en la forma del análisis clasificatorio en el caso de la
historia natural, o del análisis lógico en el caso de la gramática General. Reina soberanamente sobre el
mundo a través de los principios.

Gobernar el mundo pastoral, quiere decir (en segundo lugar) que el mundo estaba sometido a
roda una economía de la obediencia, cada vez que Dios, por una razón particular, toma en lo
fundamental, la forma de la relación individual, quería intervenir, cualquiera fuera la razón, se trataba de
la salvación, de la pérdida de alguien o de una circunstancia o una coyuntura determinada, intervenía en
este mundo de acuerdo con la economía de la obediencia.

Un mundo finalista, un mundo centrado en el hombre, un mundo de prodigios, maravillas, y


signos, un mundo para terminar de analogías y cifras, esto constituye la forma manifiesta de un gobierno
pastoral de Dios sobre el mundo.

Algo absolutamente específico: La acción consiste en gobernar y cuyo modelo no encontrará ni


en Dios, ni en la naturaleza Este surgimiento de la especificación del nivel y la forma del gobierno s lo que
se traduce en la problematización a fines del SXVI de lo que se llamaba la Res-Pública (cosa pública).
Digamos también en dos palabras, que tenemos un fenómeno todo un proceso de gubernamentación de
la Res-pública). Se pide al soberano que haga algo más que ejercer su pura y simple soberanía, se pide
algo distinto de lo que hace Dios en la naturaleza, el pastor con sus fieles, el padre de familia con sus
hijos, o el mayoral con su rebaño. Cuando haya encontrado el arte de gobernar, se sabrá qué tipo de
racionalidad podrá emplearse para esa operacionalización que no es ni la soberanía no el pastorado. De
allí, la apuesta, de allí la pregunta fundamental ¿Qué es Arte de gobernar?. E Para responder a esto, es
necesario evocar el concepto de “razón de Estado” Botero: “La razón de Estado es el conocimiento de los
medios idóneos para fundar, conservar, y ampliar dicha dominación”…… Esa razón de Estado, abraza
mucho más la conservación del Estado que su fundación o su extensión, y más en su extensión que su
fundación propiamente dicha.” Es decir, que hace de la razón de Estado, desde el momento de su
fundación, en su funcionamiento cotidiano, la gestión de todos los días. Y como los italianos siempre
están a un paso delante de nosotros, y de todo el mundo, fueron ellos los primeros en definir la razón de
Estado (Botero). En síntesis, toda lo haz de procesos, toda la RED DE RELACIONES que a la postre
indujeron como efecto masivo la gran dualidad, a la vez corte y censura, de una naturaleza, por un lado,
que no puede comprenderse si se supone en ella, un gobierno y que solo puede entenderse por lo tanto,
si se la aligera, de un gobierno pastoral, y se le reconoce, para regirla, nada más que la soberanía de
algunos principios fundamentales, y por otro, una república que solo pueda mantenerse si, justamente se
la dota de un gobierno, un gobierno que valla mucho más allá de la soberanía, y se trataría entonces de
establecer la inteligibilidad de dichos procesos, mostrando cuales son y fueron los fenómenos de
coagulación de apoyo, de refuerzo mutuo, de puesta en cohesión, de integración.

Entonces, hablemos ahora de esa razón de Estado, la ratio-estatus. La razón de Estado en este
sentido pleno, en el sentido lato que vimos surgir en el texto de botero, fue inmediatamente percibida en
su propia época, con una intervención o en todo caso, como una innovación, con el mismo carácter
tajante y rotundo del descubrimiento, 50 años antes del heliocentrismo.

“La razón de Estado siempre existió” (chemnitz). Claro está si se la entiende como el mecanismo
mediante el cual los Estados pueden funcionar, pero fue menester, un instrumento intelectual
absolutamente nuevo, jamás se había visto, y para contemplarlas, hubo que esperar la aparición de unos
cuantos instrumentos y lentes. Por lo tanto, la innovación percibida de inmediato de esa razón de Estado:
Innovación y escándalo, y así como los descubrimientos de Galileo, provocaron en el campo del
pensamiento religioso el escándalo que todos conocen, de la misma manera, la ratio-status generó un
escándalo por lo menos de igual magnitud. Desde luego, el funcionamiento real el funcionamiento
histórico y político de ese escándalo, fue muy distinto, si tenemos en cuenta que detrás de todo eso,
estaban el problema de la división entre las iglesias protestantes, y la Iglesia Católica (y) el problema
de la gestión por soberanos que se decían católicos. De todos modos, hubo escándalo y hubo a tal
punto, que un papa que se llamaba Pío V dijo “Ratio status no es de manera alguna razón de Estado, la
Ratio-Estatus, es Ratio Diaboli (Razón del Diablo). Y apareció toda la literatura contra la razón de
Estado, inspirada en Francia, a la vez inspirada por una especie de catolicismo. Pero pacemos a otro
punto interesante de analizar. Maquiavelo no procura salvar, salvaguardar el Estado, sino la relación de
Príncipe con el objeto de su dominación, lo que se trata de salvar es entonces, el PRINCIPADO, como
relación de poder del príncipe con su TERRITORIO, o su POBLACIÓN. Por lo tanto, es algo muy distinto.

En Maquiavelo, me parece, no hay arte de gobernar, no por ello, es menos cierto que el- y la
razón- habría que matizar mucho, que Maquiavelo, en definitiva, había sido recusado en el momento del
arte de gobernar, las cosas, son mucho más complejas y a la larga esta afirmación es falsa. Las cosas no
pasan por él, y no encontramos un “arte de gobernar” por y en él. NO es Maquiavelo quien define el arte
de gobernar, pero por intermedio de lo que él dice, se intentará saber que es ese arte. Después de todo,
ese fenómeno de discurso en el cual se va a buscar lo que ocurre, cuando en realidad, solo se procura
decir algo a través de él, no es un fenómeno único. Desde ese punto de vista, nuestro Maquiavelo, es
Marx, aunque la cosa no pase por él, se dice que a través de él la gubernamentalidad no existe. Eso es lo
que han de entender los adversarios de la Razón de Estado cuando dicen: “Ustedes no son más que
maquiavelistas”. Y para colmo, puede decirse incluso que la utilización de los principios de Maquiavelo no
sólo no nos pone sobre la pista del arte de gobernar,, sino que es un muy mal instrumento para el propio
príncipe que de aplicarlos, correrá el riesgo de perder su trono y su principado. Maquiavelo, no solo busca
reducir lo que buscaba en la especificidad de la razón de Estado, sino mostrar, que es inmediatamente
contradictorio y nocivo. Y además, con una postura tan radical, hay otro argumento consiste en decir:
Pero, cuando se prescinde de dios, cuando se prescinde del principio fundamental de la soberanía de
Dios sobre el mundo, la naturaleza, los hombres, para intentar buscar una forma de gobierno específico,
en el fondo ¿A dónde se llega?. A los caprichos del príncipe, como ya dije, así como a la imposibilidad de
fundar por encima de los hombres alguna forma de obligación.

Hay tres fundamentos que tener en claro cuando se habla de Razón de Estado

1.-Maquiavelo: El Príncipe puede servirnos, en efecto, porque intentó señalar, con prescindencia
de cualquier modelo natural o de todo fundamento teológico, las necesidades internas, intrínsecas de la
ciudad, las necesidades de las relaciones entre quienes gobiernan y son gobernados.

2.- La palabra política no se refiere a algo, a un ámbito a un tipo de referencia, o un tipo de


práctica, sino a personas. Son los políticos una especie de secta, es decir de algo que roza la herejía o
está cerca de ella. La palabra política aparece aquí entonces para designar a personas que comparten
cierta manera de pensar, cierta manera de analizar, razonar, calcular, cierta manera de que debe
concebir lo que se debe hacer en un gobierno y la forma de racionalidad sobre la cual puede apoyarse.

En otras palabras, lo que surgió en primer lugar, en occidente entre los SXVI y XVII no fue la
política como ámbito no fue la política como conjunto de objetos ni si quiera la política como profesión o
vocación. Sino a los políticos o si lo prefieren, una manera determinada de plantear, de pensar, de
programar la especificidad del gobierno con respecto al ejercicio de la soberanía. En contraste con el
problema Jurídico-Teológico del fundamento de la soberanía, los políticos son quienes van a tratar de
pensar por sí misma la forma de la racionalidad del gobierno. Y simplemente vemos a mediados del S
XVII la política entendida a la razón como ámbito o tipo de acción. Luis XIV es precisamente el hombre
que incorpora la razón de Estado con su especificidad, a las formas generales de la soberanía. Y el lugar
absolutamente singular de ese rey en esta historia, se debe a que logró no en el mero nivel de su
práctica, sino en el plano de todos los rituales manifiestos y visibles de su monarquía a hacer notorio el
lazo, la articulación, pero al mismo tiempo la diferencia de nivel, de forma. “El Estado soy yo”, destaca
justamente esa soldadura entre Soberanía-gobierno.

3.- El Estado (Después de Maquiavelo y la Política): Lo importante, lo que es preciso tener


presente, lo que es de una manera u otra, un fenómeno histórico real, específico, ineludible, es el
momento en que esa coda es que el estado comienza a incorporarse y se incorpora efectivamente a la
práctica meditada por los hombres. El problema consiste en saber en qué desarrollar el Estado, en el
seno de esa práctica, consciente de la de la gente a partir de cuándo y cómo empezó a ser parte de una
estrategia deliberada y concertada, desde cuando los hombres comenzaron a invocarlo, desearlo,
codiciarlo, temerlo, rechazarlo, amarlo, odiarlo.

Clase 10: 15 de Marzo de 1978.

Razón de Estado.

Clase 11: 22 de Marzo de 1978.

El arte de gobernar no es un atributo del poder soberano a través de una transferencia, no hay
que creer que el rey es un pastor o ministro espiritual, Se habla del arte de gobernar, que tiene su razón y
racionalidad. Acontecimiento de la historia occidental no menos importante que Galileo o Descartes, es
un fenómeno de transformación de la razón occidental. Surge el razonar, el calcular, y en su tiempo se
llamó política y no debe olvidarse que se reconoció en su principio como un carácter heterodoxo. Otra
forma de pensar el hecho de reinar y gobernar, otra forma de ver las relaciones del reino celestial y el
terrestre. El principio y fin de esta razón gubernamental era el Estado, que es la idea reguladora de la
razón gubernamental. (Buscar la racionalidad del arte de gobernar). Esta manera de pensar en su
naturaleza era la autoridad; rey, soberano, magistrado. Ley, territorio, habitantes de un territorio, riqueza
del soberano… Estos términos se entendieron como elementos del estado. El estado además sirvió para
analizar estos elementos. El estado es el conjunto de realidades ya dadas. Se definen los personajes, el
rey ya sabe cuál es su papel.

Por otro lado el estado se ve como algo que hay que alcanzar por medio de la racionalidad, debe
ser el producto de la racionalización del arte de gobernar (Dos concepciones entonces: El estado como
principio de inteligibilidad y objetivo estratégico, es esencia e idea reguladora de la reflexión y de la razón,
lo que produce “política”.) Se gobierna racionalmente porque hay un estado que contiene.

Habla sobre la definición de la razón de estado de Palazzo, según él es: “la esencia misma de la
paz, la regla de vivir en reposo, la perfección de las cosas”, dice que es una definición esencialista de la
razón de estado; la razón de estado debe procurar que el estado este en conformidad con su identidad,
que se mantenga en reposo, la razón se ajusta a la realidad del estado, es su esencia inmutable. La
razón permite mantel el buen estado. Por otra parte en el tratado de Westfalia, Chemnitz dice que el
estado permite establecer y expandir una república. Es verdad que la razón de estado mantiene el estado
pero falta agregar el concepto de “manutención”, el aumento del estado. Hay que eludir según los teóricos
los procesos amenazantes que ponen al estado en decadencia, en dispersión. Es necesario evitar lo que
paso con el reino de Babilonia, el Imperio Romano, el imperio carolingio, un ciclo de crecimiento,
perfección y decadencia, lo que se llamaría “revoluciones”. Los autores conciben la razón de estado en
esencia en contra de las revoluciones. Esto se relaciona con Platón en el sentido de que contra la
amenaza de decadencia de ciudades él proponía una buena constitución, buenas leyes y magistrados
virtuosos. En este caso los autores (Botero, Palazzo.) no proponen algo, sino un arte de gobernar, la
habilidad para utilizar la racionalidad en los medios utilizados para el gobierno. El objetivo es el mismo
que en el sistema de Platón; evitar la revolución y mantener el estado.

Teóricamente, los estados entre sí tienen una relación de competencia, el estado sólo se manda
a sí mismo, no hay ley que se imponga al estado desde afuera, se manda a sí mismo y busca su propio
bien, no desemboca en otra cosa que en sí mismo. La pluralidad de Estados no es una forma de
transición, no hay un proceso que los una, así también no hay transición para los hombres para su
castigo. La pluralidad de estados es la necesidad de una historia abierta, que no está polarizada con un
fin de unidad. Hay una relación histórica que aún no se cierra que envuelve a las teorías del estado. Por
ejemplo el fin del Imperio Romano se sitúa en 1648, se reconoce un fin y de esta forma se amplía la
vocación última de todos los estados, ésta ya no es la forma soñada en la que los estados se fundirán. En
la misma época con el tratado de Westfalia, se constata la fractura de la Iglesia provocada por la reforma,
esto es un hecho adquirido, institucionalizado y reconocido, y por ende los estados en su política y
decisiones no deben agruparse de acuerdo con su pertenencia religiosa. Hablamos de unidades
absolutas, sin subordinación ni dependencia entre ellas.

El estado se afirma en un espacio de competencia política y económica, para utilizar palabras


anacrónicas en relación a la realidad, un espacio de competencia que da su sentido al problema del
aumento estatal como principio, hilo conductor de la razón de Estado. Aunque la razón de estado nación
en Italia por problemas específicos de relaciones entre sus estados, el concepto se desarrolló y se
convirtió en una categoría de pensamiento absolutamente fundamental, e instrumento de análisis y
reflexión. El caso de España, el hecho de ser dueña de un siglo, crecer y decaer, permite reflexionar
sobre el conjunto de procesos que cristalizaron las reflexiones sobre la razón de Estado. Queda
establecido entonces que cualquier estado que tenga la posibilidad de obtener medios nuevamente
ocupara una posición dominante frente a otros, así también no se aspira a un imperio, sino a una
dominación sobre los demás países. Cabe aclarar que esta tendencia de rivalidad tiene directa relación
con la riqueza del príncipe, el tesoro y el poder. En este sentido la transformación se produjo cuando se
dejó de lado el cálculo de la riqueza del príncipe y se centró el pensamiento en la riqueza del propio
estado, hubo una transición de la riqueza del príncipe como elemento de poder hacia la riqueza del
estado como fuerza del reino. Ésta transición de rivalidad es un proceso complejo y lento, pero de todas
formar el momento en que se dejó la rivalidad de los príncipes para convertirse en la competencia de los
estados, el enfrentamiento comenzó a pensarse en una noción esencial y fundamental, que no había
aparecido, ni se había formulado sobre la razón de estado; la noción de fuerza. La materia prima y el
objetivo ya no era el incremento de territorio, si no el crecimiento de las fuerzas del Estado, no importa la
extensión de posesiones o alianzas matrimoniales como en la antigüedad, ahora importa la expansión de
fuerzas estatales, no la combinación de herencias por alianzas dinásticas, sino la armonización de
fuerzas de los estados en alianzas políticas. Este nuevo sitio teórico, es la fuerza de los estados, una
política donde el objetivo es la utilización y cálculo de las fuerzas. Aquí la ciencia política se topa con el
problema de la dinámica. La nueva racionalidad gubernamental trae consigo el problema de la
conservación de las fuerzas, el mantenimiento o desarrollo de una dinámica de fuerzas. El mantenimiento
de la relación de fuerzas y el desarrollo de las fuerzas internas a cada uno de los elementos, su unión,
serán precisamente lo que más adelante se denominara mecanismo de seguridad. Si los estados se
disponen en una relación de competencia es necesario encontrar un sistema que limite la movilidad de
los demás estados, es decir su ambición, crecimiento y fortalecimiento, y también habrá que dejar en
claro que cada estado debe tener suficientes posibilidades de maximizar su crecimiento sin provocar a
sus adversarios, sin inducir su desaparición y ni su debilitamiento. Cabe incorporar al tema la Guerra de
los Treinta Años, donde después de luchas religiosas y políticas que provocaron el quiebre del sueño
imperial y del universalismo eclesiástico e instalaron unos frente a otros una serie de Estados que podían
aspirar a la autoformación y la auto finalidad de sus propias políticas. Para entender este equilibrio se
trabaja la idea de Europa que es una unidad nueva a comienzos del XVII donde ya no entra la vocación
universalista que podía tener el cristiano, por ejemplo, si el cristianismo aspiraba a abarcar el mundo
entero, Europa en cambio se trata de un solo de un recorte. Por otra parte no es una forma jerárquica de
estados más o menos subordinados unos a otros y que termine en última forma, el imperio. Cada
soberano vera de manera cercana y será necesario corregir esto, los principales soberanos lo son en sus
reinos y no hay nada que señale en uno de los soberanos de uno de esos estados una superioridad tal
que haga de Europa una suerte de conjunto único. Para terminar de hablar de Europa (La verdad es que
es bien complejo el temita, son cuatro principios que el autor detalla) dice que el equilibrio se mantendrá
si se disponen las cosas a fin de que la diferencia entre los Estados más fuertes y los siguientes no sea
tal que el más fuerte de todos pueda imponer su ley a los demás. Limitación, por consiguiente, de la
distancia entre el más fuerte y el resto, de otra forma la balanza europea se concebía como la
constitución de una cantidad limitada de estados más fuertes, donde la igualdad entre ellos se mantendría
de tal suerte que cada uno de ellos pudiera impedir a cualquier otro avanzar e imponerse.

La paz ahora no tiene que ver con la unidad, si no con la no-unidad de la pluralidad mantenida
como pluralidad. La razón de estado, cuya armazón es diplomática se defiende esencialmente por la
constitución de una Europa, una balanza europea, se da tres instrumentos; el primero es la paz universal,
precaria, frágil y provisoria. El segundo instrumento es tan antiguo como la guerra y profundamente
renovado, es el instrumento diplomático. El tercer instrumento del sistema diplomático militar que asegura
el equilibro europeo es un dispositivo militar permanente que compartirá una profesionalización del
hombre de guerra, la constitución de una carrera de armas, después una estructura armada permanente,
susceptible de servir de marco a los reclutamientos excepcional en época de conflicto bélico, un
equipamiento de fortalezas y transportes y por último, un saber, una reflexión táctica, tipos de maniobras,
plantes de ataque y defensa; en síntesis una reflexión propia y autónoma sobre la cosa militar y las
guerras posibles.

En resumen es una de las piezas fundamentales en esa competencia de los estados, en la que
cada uno de ellos busca invertir en la relación de fuerza en beneficio propio, pero que todos quieren
mantener en conjunto. La guerra ya no es otra cara de la actividad de los hombres, en un momento dado
será la puesta en acción de una serie de medios definidos por política una de cuyas dimensiones
fundamentales y constitutivas es la militar. Se obtiene un complejo político militar, necesario para la
constitución del equilibrio europeo como mecanismo de seguridad, ese complejo político militar se pondrá
en juego de manera permanente y la guerra no será sino una de sus funciones, concluimos entonces que
la relación de la paz y la guerra, la relación de las dimensiones civil y militarse incorpora en torno a todo
esto.

Clase 12: 29 de Marzo de 1978.


Clase 13: 5 de Abril de 1978.

Continuando con la policía, para graficar el funcionamiento de ella, Delamaire, publico en el


1700, una recopilación de partes policiales, y concluyo que la función policiaca estaba dividida en 13
partes, las cuales componen a su vez grupos de interés:

Bondad de vida: Religión, Costumbres

Conservación de la vida: Salud, Subsistencia

Comodidad de la vida: Cuidado de edificios plazas y caminos, tranquilidad pública, ciencias,


artes liberales, artes mecánicas, domésticos y peones, comercio, manufacturas (intercambio distribución,
etc.). Por esto último se dice que la policía es urbana y mercantil.

Encantos de la vida: Los teatros y juegos

Parte considerable del bien público: Cuidado y disciplina de los pobres. Con todo ellos se denota
que la policía hace “vivir bien” por lo tanto, se ocupa del bienestar en un contexto urbano, de densa
ciudadanía.

Todos los esfuerzos de la policía y gendarmes (que resguardaban caminos) se unían en función
de “crear ciudad”. En palabras de Domar “policía fue urbanizar, y fue solo por la actuación de la policía
que parís se convirtió en la primera ciudad del mundo, por la tecnificación del sistema policial”.

La técnica gubernamental de policia, se encuentra sin duda, bajo la rúbrica del mercantilismo, ya
que este sistema, exige

1-. Que los países deseen tener la mayor cantidad de habitantes

2-.que esa población e consagre al trabajo

3-.que los salarios sean bajos para que

4-. Pueda producirse en mayor volumen y poder exportar mayor mercancía

Y este ciclo es resguardado por el reclutamiento de fuerza armada, quien resguarda intereses
estatales, fomentando el equilibrio europeo: mantener una política estatal diplomático militar por
instrumento, para conseguir el mayor potencial económico estatal; por ello la policía no puede
desvincularse del comercio en Europa.

El ingreso del humano en el mundo abstracto de la mercancía, es la técnica de crecimiento de


las potencias estatales, que regulan la relación población –producción para levantar la ciudad mercado.
Ello entonces, condice que esta es la razón de estado para urbanizar y cuidar la ciudad, ya que es en
donde se origina el capital mercantil en donde se apoya el crecimiento del país( es el instrumento estatal);
por ello su cuidado

Segundo: aunque los intereses estatales son nuevos, las técnicas policiales no lo son, ya que
ellos no son responsables nunca de administrar justicia, por lo que la policía nunca ha sido un “brazo” del
poder judicial, sino que depende del monarca. En otras palabras, es la “gubermentalidad directa del
soberano. La policía es el “golpe de estado permanente” ya que su accionar no se ajusta a una situación
nacional especifica, ocupándose así de las detalles, de las cosas poco relevantes en el quehacer
nacional, pero que sin su intervención crearían caos en la urbe. Su intervención y el constante “golpe de
estado” tienen como instrumento el reglamento, la ordenanza, la prohibición, el arresto. Por lo tanto
su mundo es más bien reglamentario y no basado en leyes; ya que con la policía quiere conseguirse una
disciplinarización general de la urbanización

En relación al problema de los granos, el autor menciona que la literatura sobre ese suceso, dice
por un lado, que el grano debe pagarse bien para que haya más abundancia del producto, al contrario de
os mercantilistas, quienes proponen que a menos precio, mejor, para exportar a bajo costo y conseguir
mayor capitalización de oro. Ello resalta entonces que el Estado, además de regular la urbe, debe regular
y resguardar la tierra, ahora también como elemento productor (ya no la circulación-urbe- sino que la
producción). Pero además, debe el estado, ocuparse de la retribución que se le hace al campesinado. Y
aquí es donde la policía no ha podido ingresar, produciendo una recha hasta finales del siglo xviii. Por ello
Foucault resume que debe pagarse bien por el grano, para que se siembre mas y los precios sean
estables (es decir, no seguir la política mercantil del pagar bajos precios). Aquí la policía sufre un
desmedro; ya que la reglamentación, al no ser modificable, no permitiría ciertos flujos de precios afectos
al trigo, y se invalidarían las regla. Debe ponerse en práctica la regulación entonces, para evitar que
bajas o alzas en el precio y producción del trigo desvaloricen el comercio nacional

TERCERO: para la lógica policial estatal que señalaba anteriormente, nunca es suficiente la
población de la urbe, siembre faltan brazos para producir, brazos dóciles, para que asi el salario sea bajo
y esta reglamentación incorpore a mas fuerza laboral incapaz de valorar su esfuerzo. Para la lógica de los
economistas en cambio, la fuerza laboral debe ser reducida. ¿Por qué?; para que haya un nivel estable
de salarios, que incentive a los trabajadores y que ellos tengan una buena capacidad de consumo. por lo
tanto el valor económico de la población es relativo y este se autor regularía en función de las reglas de
trabajo, salario y producción, y su número también seria regulado por ello, además de las posibilidades de
incorporarse a la fuerza de trabajo, como desplazamientos, natalidad, etc. Quesnay, resalta aquello:
“siempre estará la gente determinada en un momento determinado”. Por ello, la población no es un objeto
modificable de manera indefinida

CUARTO: a diferencia de la policía, los economistas proponen una libertad comercial entre
países. Ya que si exportamos granos, y dejamos entrar grano extranjero, el precio interno se auto regula
en beneficio de particulares, fortaleciendo el comercio interno. Pero la policía a través de sus
regulaciones fronterizas, no ayudaría. Debe dejarse que cada individuo actué por su bien para permitir en
bienestar de los demás. Dejando actuar los mecanismos de intereses particulares, el Estado pasa a otro
plano; Asegura el bienestar total permitiendo las regulaciones individuales. Por consecuencia de la
economía, se transforma la razón de estado.

La razón económica no viene a sustituir la razón de estado, solo le da un nuevo


contenido, siempre asignando mayor fuerza de estado para que este se mueva en el equilibrio mundial.

La naturalidad del estado medieval, que quiere congraciarse con dios, viene a cambiarse por una
naturalidad económica, que los precios se detengan hasta donde el mercado lo permita, y se opone a la
naturalidad anterior de la política y la policía, en donde se regía a súbditos. Ahora en una sociedad civil,
debe existir una nueva gubernamentalidad, la que además, ahora se rige por técnicas económicas de
carácter científico, no mercantilista de cálculos diplomáticos, el que debe ser indispensable para un
Estado.

Además, la población se verá ahora en términos económicos: la demanda la oferta, estarán


determinados por las fluctuaciones de poblaciones, migraciones, intereses etc. Crearan un vinculo
espontaneo, no como antes en donde el soberano vinculaba por el orden y el reglamento a los
ciudadanos. Ahora es preciso regular, manipular y no reglamentar la nueva naturalidad económica, e
introducir mecanismos de seguridad. Y dejar libre al individuo
Ahora la policía debe incrementar las fuerzas del estado permitiendo un buen desplazamiento de
las decisiones individuales y delitos comunes. Pero para llegar a este punto, la razón de estado tuvo que
sufrir desmedros permanentes- contraconductas-desde la era medieval, en donde se buscaba conducir
el “rebaño de hombres” desde lo secular, hasta llegar a la liberalización de los mismos por el propio
Estado .La obediencia de los individuos también fue un tema para que la razón de estado evolucionara a
la que hoy es. Otra contraconducta es por cierto, la llegada de la razón que indica que cada nación debe
ser dueña de su identidad y destino; el Estado ya no tiene la verdad de la sociedad, ni la titularidad, sino
que en la población está la decisión.

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