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Título del cuento: El pozo del terror

Autora: Ma. De los Ángeles Herrera Martínez


Género: Terror
Había una vez una familia muy bonita compuesta por el padre, la madre y sus dos hijos, el
hijo mayor se llamaba Carlos, y el muchacho menor, Miguel. Todos se llevaban bien,
confiaban uno con el otro; hacían sus deberes con responsabilidad, y también planeaban
juntos cómo disfrutar sus ratos libres.
Se acercaban las vacaciones de verano, y decidieron que era muy buena idea visitar a su
abuelita Julita. La abuelita Julita vivía en el campo; ahí podían disfrutar de aire limpio y
paisajes verdes.
Una vez que llegaron a ese pueblo, los hermanos Carlos y Miguel pidieron permiso para ir
a caminar un rato por aquel pintoresco lugar, como era un Pueblo muy tranquilo, y ellos
ya estaban en la adolescencia, los dejaron ir solos, además no era la primera vez que los
chicos estaban ahí. Así que iniciaron su caminata, maravillándose de las aves que veían, las
iguanas y todo lo que encontraban a su paso, de pronto, a lo lejos vieron un pozo que
jamás antes habían visto por ahí.

Era un pozo de gran tamaño, con arbustos en su alrededor, algo extraño sintieron ambos
jóvenes, Tenían una rara sensación, era como si los llamara y sentían extraños deseos de
asomarse y beber de esa agua fresca que prometía.

Cuando estaban lo suficientemente cerca observaron un cordón que sostenía una cubeta
de lámina, Miguel y Carlos se miraron entre sí, e inmediatamente jalaron la pita, salieron
corriendo, con enorme desesperación, asustados de lo que acababan de ver. No
comentaron nada a sus padres, estaban como mudos de miedo, y no sabían si les iban a
creer; pues era algo totalmente imposible de imaginar.

Al día siguiente ambos hermanos se armaron de valor y decidieron regresar, pensaban


que pudo haber sido un espejismo o una visión extraña. Sin embargo, no fue así; juntos
decidieron volver a asomarse al fondo de aquel pozo. Entonces inclinaron sus cuerpos
recargándose en el pozo, con sus manos fuertemente agarradas de la orilla y una vez más,
sus ojos no podían creer lo que veían.
Esta ocasión fue distinta, guardaron la calma y enfocaron muy bien la vista, se
encontraban nuevamente frente al mismo hombre que habían visto el día anterior, en el
fondo del pozo.
Armados de valor, decidieron preguntar qué estaba haciendo dentro del pozo y porque no
podía salir. Aquel sujeto les dijo que una bruja lo había metido en ese hoyo con un fuerte
hechizo. Carlos el hermano mayor, le pregunto que, si tenía hambre, el hombre dijo que
si, entonces Carlos y Miguel fueron de prisa a buscar comida, llenaron una bolsa con
frutas, pan dulce y todo lo que pudieron hallar en casa de su abuelita Julita.
Luego regresaron y le bajaron la comida con la cubeta que se encontraba colgada en el
pozo, entonces el hombre del pozo les dijo que se sentía muy agradecido, y les daría una
recompensa, al instante subió la cubeta llena de monedas de oro, parecían muy antiguas.
Carlos y Miguel sorprendidos y felices a la vez, se despidieron y corrieron a casa de su
Abuelita con unas pocas monedas, el resto las escondieron en un tronco viejo y ahuecado
que encontraron cerca del pozo.

Un vecino había estado observando a los jóvenes y encontró muy sospechosas sus idas y
sus vueltas, así que decidió espiarlos más de cerca, acechando sus movimientos. Al día
siguiente Carlos y Miguel volvieron al pozo, se asomaron para saludar a su nuevo amigo,
bajaron en la cubeta algunas cosas como dulces y frutos secos, después recogieron otras
monedas del tronco y se despidieron.
Sin embargo, el vecino había estado espiando, y la avaricia se apoderó de él, así que en
cuanto se fueron los muchachos, el vecino se adentró al pozo, pensando que dentro se
encontraban miles de monedas de oro. Nunca imaginó la suerte que le esperaba.

A la mañana siguiente los muchachos, Carlos y Miguel salieron felices rumbo al pozo,
mientras se acercaban tuvieron un mal presentimiento, al jalar la cubeta para entregar los
deliciosos manjares a su amigo, encontraron una macabra escena, en la cubeta se hallaba
la cabeza del vecino con una horrenda expresión en la cara.
Carlos y Miguel salieron corriendo asustados, desde entonces en casa del vecino no se
extraña su ausencia. Pues en realidad, el hombre que había estado en el pozo
supuestamente embrujado ,era un troll ,y éste había tomado lo forma física del vecino
después de matarlo y cortarle la cabeza.

Solo Carlos y Miguel sabían la verdad; ni siquiera la esposa sospechaba que su marido ,no
era su marido, sino un siniestro troll que ahora gozaba de los placeres de tener una familia
en este mundo .Mientras que el alma del verdadero vecino, seguía penando en aquel pozo
del terror.
FIN

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