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Lenin-Y-La-Teoría-Marxista-Del-Conocimiento - Ponencia UBA PDF
Lenin-Y-La-Teoría-Marxista-Del-Conocimiento - Ponencia UBA PDF
ABSTRACT
Lenin y la teoría marxista del conocimiento
El objetivo de esta ponencia es discutir los planteos de Lenin en torno al problema de la
teoría del conocimiento en Materialismo y empirocriticismo como en sus llamados
“Cuadernos filosóficos”, para discutir las continuidades y rupturas que podemos encontrar
en ellos, en el marco de dos lecturas del marxismo que trazan distintas genealogías para
éste, o bien atribuyéndole una tradición objetivista basada en la teoría del reflejo, o bien
una tradición subjetivista de corte hegeliano.
PONENCIA:
Lenin y la teoría marxista del conocimiento
1
Por supuesto, desde sus orígenes, muchas otras lecturas de encendidos defensores del capitalismo atacaron
las ideas fuerza del marxismo, las oficiales y no oficiales, obviamente, no para aportar a éste sino para evitar
que empalmando con los sectores oprimidos, funcione como una guía para la acción revolucionaria. Nos
referiremos aquí a críticas que desde el marxismo intentaron discutir esta tradición y no a aquellos que desde
siempre quisieron eliminarla.
Lenin y la teoría marxista del conocimiento 2
“Plejanov critica el kantismo más desde el punto de vista del materialismo vulgar
que desde el punto de vista del materialista dialéctico (…) Los marxistas criticaron
(a principios del siglo XX) a los kantianos y a los discípulos de Hume, más a la
manera de Feuerbach (y de Büchner) que de Hegel. (…) Es completamente
imposible entender El Capital de Marx, y en especial su primer capítulo, sin haber
2
A esto contribuyó también la aparición de textos inéditos de Marx concernientes a estos problemas
desconocidos hasta entonces, sobre todo a partir de la década del „30.
Lenin y la teoría marxista del conocimiento 3
“En la doctrina de Mach y Avenarius que analizamos no se encuentra otra cosa que
una paráfrasis del idealismo subjetivo. Las pretensiones de estos autores, que
afirman haberse colocado por encima del materialismo y del idealismo y haber
eliminado la contradicción entre el punto de vista que va de la cosa a la conciencia
y el punto de vista opuesto, son huecas pretensiones de un fichteísmo remendado.
Fichte también se imagina haber unido "indisolublemente" el "yo" y el "medio", la
conciencia y la cosa, y haber resuelto la cuestión al decir que el hombre no puede
salir de sí mismo. Dicho de otro modo, se repite el argumento de Berkeley: Yo no
experimento más que mis sensaciones, no tengo derecho a suponer la existencia de
los "objetos en sí" fuera de mi sensación” (Lenin, 1975: 73).
Es decir que Lenin está atacando las vertientes más subjetivistas del idealismo de la
época, cuyo corolario sería la imposibilidad de conocer la realidad. Es frente a esta
perspectiva, acentuando las diferencias entre idealismo y materialismo y abogando por la
posibilidad de aprehender la realidad, que planteará lo que considera un eje central de la
concepción marxista: que la realidad (o la naturaleza, en términos de la discusión planteada
en el terreno de las ciencias), preexiste al sujeto que la conoce. Dice Lenin:
“Nuestras sensaciones, nuestra conciencia son sólo la imagen del mundo exterior, y
de suyo se comprende que el reflejo no puede existir sin lo reflejado, mientras que
lo reflejado existe independientemente de lo que lo refleja” (Lenin, 1975: 74).
“El materialismo histórico como una de las aplicaciones y desarrollos de las ideas
geniales –simientes existentes en embrión en Hegel” (Lenin 1987a: 180).
Y más adelante:
“…en Hegel la práctica sirve como un eslabón en el análisis del proceso del
conocimiento (…) Marx se sitúa claramente al lado de Hegel cuando introduce el
criterio de la práctica en la teoría del conocimiento” (Lenin 1987a: 200).
Ello apunta a un elemento, el de la praxis histórica, que sin duda impresiona a Lenin
leyendo a Hegel, al menos en el relato que este último hace de las categorías
epistemológicas desarrollándose históricamente. Dice:
“La conciencia del hombre no sólo refleja el mundo, sino que lo crea (…) Es decir,
que el mundo no satisface al hombre y éste decide cambiarlo por medio de su
actividad” (Lenin 1987a: 200 y 201).
Esta ubicación de Lenin sin duda va en el sentido de las “Tesis sobre Feuerbach”
(Marx y Engels, 1985) de Marx en cuanto a la importancia del desarrollo del “lado activo”,
donde el eje no es ya la praxis sólo como forma de comprobación de nuestro conocimiento
en la realidad, sino el eje por donde pasa la relación del hombre con su medio a lo largo de
la historia. Se trata entonces de un fundamento de la concepción materialista de la historia.
Este eje en la praxis como relación del hombre con el mundo da por tierra con una
teoría del reflejo capaz de conocerla. Porque si la realidad no es una mera suma de partes
sino, como se entusiasma Lenin leyendo a Hegel, una totalidad contradictoria, de saltos y
rupturas, de fenómenos en proceso de cambio y lucha entre contrarios, no puede
“reflejarse” sin más en nuestros pensamientos. Para conocerla es necesaria tanto la
abstracción que capta los elementos que en ella permanecen difusos u ocultos, como la
restitución concreta de la totalidad del proceso en la dinámica histórica. Solo así es posible
asir la contradictoria y rica realidad en sus determinaciones, en su proceso.
Esta práctica conciente no puede basarse en la contemplación del reflejo, aunque
tampoco debe, al modo de Hegel, identificar “lo objetivo” y “lo subjetivo” en una salida
idealista que finalmente abuela toda objetividad preexistente a favor de un sujeto
desplegándose, eliminando así la lucha entre contrarios que daban vida al proceso en
movimiento que rescataba Lenin del mismo relato de Hegel.
Un problema similar en Hegel esboza Trotsky, quien también alrededor de una
fallida biografía de Lenin se abocó años después a la lectura de Hegel y tomó muchos de
estos problemas, y a quien citaremos porque brevemente presenta una conclusión cercana,
creemos, a la dada por Lenin: “La dialéctica de la conciencia (conocimiento) no es en
consecuencia un reflejo de la dialéctica de la naturaleza, sino un resultado de la vívida
interacción entre la conciencia y la naturaleza y –aun más- un método de conocimiento
surgido de esa interacción” (Trotsky: 2004, 64). Ese método de conocimiento será el
materialismo histórico, definido como “unidad diferenciada” (Trotsky, 2004:60).
Volviendo a las lecturas hechas sobre estos textos leninistas, creemos que
efectivamente existe un cambio de posicionamiento alrededor de la teoría del reflejo. Tanto
es así que después de su lectura de Hegel, Lenin pide tiempo extra para cambiar una reseña
que había escrito sobre Marx para una enciclopedia, cuyas modificaciones justamente giran
Lenin y la teoría marxista del conocimiento 6
Como es en esa linealidad o ruptura donde se define nada menos que las
posibilidades de la revolución, estas discusiones han siempre estado también en relación a
distintos posicionamientos políticos. Las críticas al marxismo “objetivista” no son la
excepción e incluyen distintos posicionamientos políticos3. No podemos abarcar aquí estas
discusiones, pero sí queremos plantear que tanto para el caso de Lenin como de otros
marxistas, si bien la relación entre concepción de la historia y del conocimiento existe,
3
Tal es el caso de Dunayevskaya, cuya elaboración relaciona mecánicamente la noción de sujeto cognoscente
en la teoría conocimiento con la del sujeto revolucionario en la política. El propósito es cuestionar la idea de
dictadura del proletariado, y con ello dirige sus críticas a Trotsky por excesivo peso dado al proletariado como
sujeto, y presenta a un Lenin devenido espontaneísta. Ello no sólo no se condice con los hechos sino que
olvida que en el momento de las discusiones con la Segunda Internacional, las posiciones de Lenin y Trotsky
fueron “heterodoxas” respecto justamente a este punto, dado que en la historia lineal de la socialdemocracia,
Rusia, atrasada, no estaba en condiciones de hacer una revolución proletaria. La base del conjunto de la
discusión es que Dunayevskaya, activista por la liberación de los pueblos africanos, considerará a éstos como
los nuevos sujetos revolucionarios y considerará ortodoxa la idea del proletariado como tal. Más allá de lo que
pueda opinarse de esa discusión, lo cierto es que en su planteo confunde los planos de la discusión y la
simplifica, tergiversando las que fueran enormes discusiones estratégicas del marxismo.
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BIBLIOGRAFÍA:
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-García, Rolando (1982): “Posfacio” a Piaget, Jean, Las formas elementales de la
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-Lenin, Vladimir I. (1915): “Karl Marx” en Diccionario Enciclopédico Granat, 7º edición,
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-Lenin, Vladimir I. (1975): Materialismo y empiriocriticismo, Pekín, Ediciones en Lenguas
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