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El lenguaje, es la expresión codificada de nuestro sentimiento amoroso. Presente en cada
esencia que vibra en nuestro interior. Somos como un foco de luz que ilumina nuestra
conciencia y la de los demás. Las palabras contienen la densidad exacta de nuestra
integridad. Reflejan el poder de nuestra espiritualidad o materialidad.

Nuestra forma de comunicarnos, es cósmica, y por tanto lleva impresa las semillas de
nuestro despertar. Por eso se nos hace urgente, ir refinando nuestros códigos de lenguaje
oral, escrito, grafico, o gestual, Ya que estos símbolos son la esencia de nuestra
transformación, para alcanzar la armonía con nosotros mismos y el cosmos. El lenguaje
antiguo reflejaba claramente la esencia del mundo espiritual. Estaba representado por
dibujos y gráfico, y al igual que el lenguaje de los niños, ellos estaban más conectados a
su fuente original. La naturaleza se expresa más ampliamentea través de símbolos,
nosotros pasamos esta etapa gráfica, sin ver que estos dibujos representaban nuestra
conexión divina. Nos transformaron nuestros dibujos de la niñez,imponiendonos nuevos
códigos de comunicación, limitados, estrictos y destructivos para nuestra espiritualidad.
Por eso nuestro código actual del lenguaje, es fragmentado y expresa vagamente nuestro
mundo interno. El sistema dualista de percepción mental, ha sido la herramienta que más
ha distorsionado nuestra realidad holística. Todos los términos y conceptos manejados
desde esta visión separatista, nos han limitado a contemplar la realidad material.

Egocéntrica y manipuladora es la proyección distorsionada de nuestro ser superior. No


solo somos incrédulos con respecto a nuestra esencia divina, sino que además nos
mantenemos al margen respecto de nuestros propios sentimientos. Se nos prohibió la
expresión artística y natural del sentimiento amoroso, de la sinfonía cósmica. Sin embargo,
la luz de nuestros corazones, la magna octava divina, ahora se expresa más transparente
que nunca.Su amor incondicional está presente en cada célula de nuestro despertar. Es un
tiempo de transformación, de ver nuestro ser divino y verdadero. Somos la esencia pura de
Dios, un Dios que nace en nuestro corazón y se eleva hasta el infinito aliento. Somos los
Dioses del equilibrio y la armonía, de la paz y la justicia, de la sabiduría y la comprensión,
del amor y la compasión. Nuestra realidad aparente, condicionada y manipulada, se
desintegra a cada instante, se quiebra como hierro fundido por el calor, y renace nuestro
ser real, nuestra verdadera ESENCIA ESPIRITUAL.

El lenguaje cósmico, es el lenguaje divino del amor, en su código reposa todo el universo y
con su pulsación incesante y expansiva, emite ondas vibratorias que transforman el
espíritu en movimiento. Nos invitan a comunicarnos desde una energía superior, una
magna consciencia, inherente en nuestro ser y en las invisibles ondas que nos rodean.
Ahora disponemos de los medios para expandir e integrar nuestra espiritualidadj  
  
 
 
         
   

 




  

        

  


   
  
  

    

   
  
 

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Ha llegado el momento de gozar de nuestra creatividad, ternura y amor incondicional.


Estamos aquí, y de igual forma estamos en otro espacio, al mismo tiempo ejecutamos
varios movimientos. Nuestro poder multidimensional ha sido diseñado conforme a nuestra
voluntad infinita. A nuestra apertura mental, a nuestro aliento supremo. Estamos aquí 

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