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Actividad de Clase
Lengua: Lectura
Desde lo Didáctico
Primeramente se realizará la entrega del texto “El Hombrecito de Agua” de Roberto
Bertolino (Adaptación) para así crear una instancia de lectura y comprensión del mismo,
la lectura será colectiva y luego con la Practicante la comprensión y reflexión sobre el
mismo será interiorizada.
Partiendo de los conocimientos previos de los niños se realizará el análisis de dicho texto,
tanto en aspectos estructurales como gramaticales.
También se realizará una reflexión con respecto a los personajes para así lograr identificar
los tipos de personajes y cuantos hay, a su vez diferenciar las distintas voces (polifonía)
que actúan en el relato. Incentivando la socialización entre los niños y la Practicante ya
que serán ellos que tendrán que localizar los momentos en que estas voces aparecen y a
que personajes pertenecen.
En esta actividad serán utilizadas preguntas abiertas, las cuales permitirán que el alumno
elabore una respuesta, también se utilizaran intervenciones de orden para que así la clase
pueda trabajar en orden y evitar que los alumnos se dispersen.
Las Intervenciones abiertas serán utilizadas para promover el trabajo colaborativo y
permitir que los alumnos elaboren variadas respuestas, con las cuales y con la guía de la
practicante se construirán los conceptos que se deben obtener con la realización de dicha
actividad.
Esta actividad concluye con la entrega de una tarea individual la cual tiene como finalidad
reafirmar algunos conceptos mencionados en la actividad (identificar al narrador y al
protagonista y sus respectivas voces).
Desde lo Disciplinar
Los siguientes conceptos fueron tomados en cuenta y estudiados:
Polifonía: Multiplicidad de voces dentro de una misma obra.
Sector:
Contenido: Lectura
La polifonía:
voz del narrador
y voces de los
personajes del
cuento.
0bjetivo
específico:
Guiar a los niños
en le
identificación de
la voz del
narrador y la voz
del protagonista.
Objetivo General:
Desarrollar la capacidad
discursiva para comprender y
producir textos orales y escritos
en distintos contextos y
situaciones comunicativas, para
facilitar su inserción social
Desarrollo de la actividad:
El Hombrecito de Agua
“Yo conocí al Hombrecito de Agua. Lo descubrí una mañana, temprano, cuando bajé al río. Era un
auténtico Hombrecito de Agua: cristalino, puro, transparente y fresco. Tan limpio como una gota
de agua del mismo río. Tenía su casa sobre una hoja grande que flotaba en la orilla. Desde allí
veía todo lo que pasaba a su alrededor.
Cuando quería ver qué cosas pasaban más allá, salía a caminar. Saludaba a las plantas, hablaba
con los caracoles, saltaba como las ranas, jugaba con los patos o nadaba como los peces. ¡Era
amigo de todos!
Una mañana, mientras caminaba por la orilla, el Hombrecito de Agua, descubrió que algunas
basuritas flotaban en el río. Después vio más basuritas. ¡Muchas basuritas! Tantas basuritas
aparecieron esa mañana en su río tan limpio, que al verlo tan sucio, por primera vez, el Hombrecito
de Agua se enfureció. Por qué él sabía que cuando un río se enfermaba de basuritas, se enferman
también los peces, las ranas, los patos, las plantas, los caracoles, todos los que viven allí y más
allá.
El Hombrecito de Agua pasó todo el día sacando basuritas del río. Hasta que se hizo la noche. Y
como ya no tuvo más fuerzas para seguir, se fue a su casa a dormir.
Al otro día, cuando intentó levantarse para seguir limpiando, el Hombrecito de Agua se dio cuenta
que se había enfermado de basuritas. Y tuvo que pasar todo el invierno en la cama.
Cuando llegó la primavera, el Hombrecito de Agua se sintió mejor… se levantó. Y salió, como
siempre, a caminar por la orilla.
Su río tan limpio, ¡estaba tan sucio!... Las plantas parecían secas. Los peces flotaban en la orilla
con la panza parra arriba. Los patos se habían ido. Y las ranas y los caracoles ya no estaban.
Y descubrió que, no muy lejos de ese lugar, habían levantado una fábrica. Y que desde aquella
fábrica tiraban todas las basuritas al río.
Sin perder más tiempo, porque la enfermedad de la basurita es muy contagiosa y algunos de los
pueblos ya tenían basuritas hasta en el alma, el Hombrecito de Agua se puso ropas de cirujano:
se calzó los guantes, se tapó la boca, y con una pinza muy larga saca las basuritas, limpió oídos..
y quitó basuritas de los ojos.
Y regresó a su casa, sobre la hoja grande que flotaba en la orilla. Se acostó y se durmió.
Poco a poco, el río tan sucio volvió a ser tan limpio. Y el Hombrecito de Agua, fue, otra vez, un
auténtico Hombrecito de Agua: cristalino, puro, transparente y fresco. Como cuando yo lo conocí.
El caballo y el asno
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al
caballo:
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió
allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el
caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo
que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide,
sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.
Esopo