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Cuando uno mismo se dirige a realizar al compra, se puede observar cierta homogeneidad
en la sección de frutas y verduras; recientemente, la cuestión del aumento de ideas sobre
veganismo y los cultivos ecológicos, hace replantear, en qué medida están en lo cierto y si
debemos entonces replantear todo el sistema alimentario en el que nos basamos, seria
necesario pensar sobre el origen de nuestra alimentación y lo que representa, no solo para
nosotros mismos sino también para quienes producen dichos alimentos, los cuales en el
caso de las ciudades al menos, parce que dependen de los grandes distribuidores, lo que
significa grandes empresas multinacionales y eso implica dudas en su proceso. Si nos
basamos en la promesa del discurso del desarrollo, que se ha promovido desde los años
40 y se ha encargado de un discurso que implica un mundo materialmente imposible de
un creciente consumismo, dónde es importante el beneficio económico por encima de los
costes sociales, en el que también el crecimiento económico seria infinito; supondría una
cantidad de consumo de materias primas que deja una huella ecológica tras de sí,
insostenible para cualquier país y aún menos realista a nivel mundial; la creencia que
todos los países pueden llegar a alcanzar dicho desarrollo, ha creado una
conceptualización entre el primer y tercer mundo, formado éste último, por países que
desde occidente, se consideraba que sólo podrían salir de ese estado subdesarrollado a
través de la cooperación económica y transferencia de tecnología (Bretón, 2009:73).
Teniendo en cuenta que este discurso era parte de las herramientas de lucha y
competencia contra el comunismo por parte de EE.UU ante la URSS, “si los pobres no se
rescatan de la pobreza, caerán presa del comunismo” (Bretón, 2009:73), esto permitirá la
intervención de unos países sobre otros sin que se cuestione, a lo que se añadía la carrera
tecnológica en beneficio de un sistema económico que se consideraba clave para el
“bienestar”, pero incluso así, como ya se sabe, la desigualdad ha aumentado en mayor
medida. La "pobreza", entendida como una situación en la que los hogares no pueden
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satisfacer sus necesidades básicas, en términos marxistas; no es el resultado de la falta de
desarrollo, la mala tecnología o los escasos recursos, sino una manifestación normal del
mismo proceso de desarrollo económico (Yapa, 1996:69).
Hambre
Uno de los retos del desarrollo, ha sido la lucha contra el hambre en el mundo y desde la
publicación del “Ensayo sobre el Principio de la Población”, de Thomas Malthus en 1798; el
discurso maltusiano dominante ha sostenido que la pobreza, el subdesarrollo y los
patrones asociados de mortalidad y degradación ambiental pueden considerarse
principalmente como productos de la presión de la población humana sobre los medios de
subsistencia. Esto refleja el argumento central del trabajo de Malthus, que buscaba
explicar la naturaleza y el origen de la pobreza de una manera que eximía a la economía
capitalista, al sugerir que eran los comportamientos reproductivos y productivos de los
pobres los causantes de su sufrimiento material (Ross, 2003:437).
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que, según Ross; minimizó el impacto del dominio colonial inglés para satisfacer las nuevas
demandas de los propietarios y del estado, los campesinos fueron impulsados a elevar los
cultivos comerciales que requerían las industrias británicas (Bhatia 1967:24-34; Ross,
2003:447), a medida que crecía la industrialización inglesa y la frecuencia de las
hambrunas, que habían ocurrido bajo el gobierno de la compañía de Indias Orientales, se
aceleraron bajo la administración del Raj inglés, ya que los cultivos alimentarios eran
desplazados por materias primas (Ross, 2003:448). En muchas regiones, las familias
pobres campesinas necesitan niños para ayudar en las tareas del campo; las medidas que
tomarán los estados de ajuste neoliberal, políticas sociales y medidas de planificación
familiar basadas en modelos occidentales, siguiendo el discurso desarrollista, provocan
que tener más hijos, no funcione como estrategia de supervivencia y sea otro problema
añadido (Bretón, 2009:85). El hambre es causado por la pobreza y la inseguridad, no
escasez o falta de producción; la mayoría de cultivos de cereales son destinados a
biocombustibles y alimentación animal. El mundo ya produce suficiente alimento para
nutrir entre 9 y 10 mil millones de personas, la población esperada para el año 2050, por
lo tanto la exigencia de duplicar la producción alimentaria para el año 2050 sólo es
necesaria si se da prioridad al aumento de población de ganado y automóviles en lugar de
alimentar personas que padecen hambre ( Altieri, 2012:67). La revolución verde a tratado
de venderse a sí misma a través de Borlaug, como salvador de la humanidad, , partiendo
de la premisa de naturalizar el hambre atribuido al desequilibrio entre población y la
cantidad de alimentos, pero no es así.
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Revolución verde: origen
La agricultura, como método para ayudar en la lucha contra el hambre; según la visión
capitalista y desarrollista, se ha convertido además, en un negocio y una forma de obtener
beneficios, dejando muchas veces las políticas agrarias en manos privadas. Esto ha
implicado en que se hable de agroextractivismo, debido a los grandes impactos que
produce la agricultura a gran escala, contaminando acuíferos, uso de pesticidas químicos,
pérdida de biodiversidad, deforestación, …
La Revolución Verde fue la encarnación de lo que había surgido antes en la forma del
paradigma agrícola moderno en Estados Unidos que involucra un paquete específico de
insumos compuesto por, variedades de plantas híbridas o de alto rendimiento,
mecanización, pesticidas y fertilizantes agroquímicos e irrigación y es exportado a los
países en vías de desarrollo (Otero, 2013:60).
El origen de esta agricultura, está en la llamada revolución verde, aunque ésta surgió en los
años 40, el término, seria acuñado posteriormente por William Gaud, de la Agencia de los
Estados Unidos para el desarrollo internacional, quien utilizó por primera vez el término
"revolución verde" en un discurso dado a la “sociedad para el desarrollo internacional”, en
1968 (Spitz 1987). (Yapa, 1996:76). Gaud aludió a la posibilidad de una revolución técnica
verde en la producción de alimentos para contrarrestar una revolución política roja
(comunista). En diciembre de 1969, la revolución verde fue presentada al Congreso de
Estados Unidos como una herramienta importante de la política exterior estadounidense
que proporcionó perspectivas de mercado brillantes a las industrias de pesticidas,
fertilizantes, semillas y tractores (Spitz 1987). El término es por lo tanto una construcción
política (Yapa, 1996:76). El fundador de esta “revolución”, fue Norman Borlaug, ingeniero
agrónomo de EE.UU, proveniente del estado de Iowa, ejemplo de la agricultura industrial
de lógica mercantil. Tras la 2ª guerra mundial, tenía la esperanza de exportar dicho modelo
de agricultura al denominado tercer mundo.
Siguiendo con la idea de trasladar el desarrollo a países considerados como pobres, con el
modelo occidental, como el modelo ideal a seguir para alcanzar dicho objetivo; "desarrollo
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económico", se refiere a los esfuerzos por mejorar los "niveles de vida", a través de un
nivel cada vez mayor de producción y consumo de bienes y servicios materiales, el
término, revolución verde, surge de una historia sobre semillas mejoradas y agricultura
moderna (Yapa, 1996:70).
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principalmente productores de trigo, en contraste con la gran mayoría de los campesinos
que eran cultivadores de subsistencia de maíz (Fitzgerald 1986) y que continuaron
cultivándolo "utilizando técnicas rudimentarias, pocos insumos y variedades tradicionales
de semillas (Ross, 2003:444). La agricultura campesina, ha sido considerada como
atrasada e improductiva en el contexto de una economía de mercado (Ross, 2003:440),
por lo que se suponía esta “revolución”, significaría una mejora en las condiciones
agrícolas de países “subdesarrollados”, implica una concepción diferente sobre lo que es, o
debería ser la agricultura. El ejemplo de México será precedente para la creación de otras
instituciones como el Instituto Internacional de investigación del arroz (IRRI), fundado en
Filipinas en 1960 con la financiación de las fundaciones Ford y Rockefeller, la concepción
de la investigación agrícola en IRRI fue simple, centralizada y productivista; según
Anderson et al. (1980:7-8) (Yapa, 1996:81).
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de las tierras. Los Estados Unidos se beneficiaron como proveedor de insumos agrícolas y
como principal fuente de granos alimentarios para el tercer mundo (Ross, 2003:440).
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en Hawái, caña en Brasil, algodón de EE.UU, …), los monocultivos genéticamente
homogéneos cubren el 80% de las 1.500 millones de hectáreas de tierra cultivable (Altieri,
2012:66), los cuales son más vulnerables y dependientes de pesticidas, por no mencionar
que más de la mitad de la producción es empleada para alimentación de ganado y
agrocombustibles, relacionado con el mayor empobrecimiento de los suelos. El crear estas
especies más vulnerables, se cree, sería posible contener las plagas con productos
químicos, los pesticidas como selector natural, lo que provoca que su uso se haya
multiplicado desde su implantación, su uso será ineficiente y el coste de estos insumos,
superior al valor de los productos y al mismo tiempo con multitud de daños colaterales en
el medio ambiente y la salud humana.
Los pesticidas están en relación con las armas químicas, contienen partículas neurotóxicas
en baja concentración; los efectos provocados en la salud se han asociado en tipos de
cáncer, casos en poblaciones y campesinos afectados sobre todo en el tercer mundo,
donde no disponen de medidas de protección en el empleo de éstos, ni seguridad en el
trabajo debido a las malas condiciones; son asociados también a la fertilidad, el efecto
resultante del uso de químicos, ha sido realmente dañar más todavía la agricultura
(destruyen microorganismos rizobia del suelo que fijan el nitrógeno al suelo). El primer
estudio serio sobre los efectos de los químicos fue en 1962, por Rachel Carson, bióloga,
que realiza investigación en años 50, detecta que las fumigaciones masivas son causa del
exterminio de aves. En los últimos 20 años, se ha relacionado también con la muerte de
abejas por estas fumigaciones, abejas que son principal agente polinizador del 70% de
especies de plantas, al mismo tiempo que se han detectado restos de hasta 30 químicos
diferentes en mieles analizadas.
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tonelada métrica de alimentos a principios de la década de 1990 fue entre 3,5 y 4 veces la
cantidad utilizada en 1961 (Yapa, 1996:75). Su fabricación y distribución también es un
problema de seguridad ya que los nitratos para cultivos son empleados para fabricación de
bombas.
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Transgénicos
La continuidad de esta tecnología agrícola, será llamada 2ª revolución verde, apodada por
propagandistas de los transgénicos, afiliados ideológicamente con la primera. Parten de la
episteme de ésta primera, con la diferencia que se dispone de herramientas más agresivas
que su predecesora; antes era la hibridación, la artífice de diferentes variedades de una
misma especie de cultivo, pero será con la biología molecular, que se inserta en una planta
material genético de otras especies (incluso animal).
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Reformas neoliberales
En el año 1973, la crisis del petróleo con muchos países en situación de endeudamiento,
no hizo sino agravar su situación; en el caso de América Latina, países bajo regímenes
militares, contratan créditos del exterior, favorables en principio por los beneficios de
exportaciones de materias primas, la situación política en ese contexto implica corrupción
y la construcción de grandes infraestructuras con grandes presas hidroeléctricas en
Paraguay o Brasil. La bajada de ingresos en estos países de tendencia monoexportadora
por depender de fluctuaciones del mercado, provoca mayor endeudamiento. En los años
80, suben los tipos de interés (con la llegada de Reagan al gobierno de EE.UU), este
aumento de interés significa aumento de la deuda en países con imposibilidad de pagar y
menos los créditos que habían solicitado y continúan solicitando, situación que ha sido
criticada por el momento político en el que se había producido y cómo se ha inflado
artificialmente por intereses compuestos.
En los años 70, ya se veían señales de lo que vendría, con el gobierno de Nixon en EE.UU,
quien acaba con el patrón oro por el valor del dólar según mercados internacionales,
siguiendo propuestas del economista M. Friedman, de la escuela de economía de Chicago,
siguiendo la teoría neoclásica, con una visión ortodoxa de ésta, con la consigna del “homo
economicus” guiado por la avaricia, tratando de deslegitimar al keynesianismo con libros
de divulgación y consignas por los cambios que propone.
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En el año 73, con el golpe de estado en Chile de Pinochet, se puede hablar de la creación
del laboratorio del neoliberalismo, porque no había oposición política ni nada que se
opusiese a las medidas económicas tomadas por los llamados “chicago boys”, discípulos
precisamente de M. Friedman, quienes privatizaron las pensiones entre otras medias,
provocando caída del PIB, salarios y aumentando la desigualdad social.
Entre las propuestas de esta corriente de Friedman, se encuentran los recortes al gasto
público, ideas de austeridad, desregularización del mercado, privatización, la idea del
estado es ineficiente. Hay contradicciones también por parte de estos economistas entre
lo que se dice y lo que se hace, no están de acuerdo con la intervención del estado en los
mercados pero sí en sus intereses en casos de crisis. Según Friedman, en su retórica sobre
mercado competitivo, será más efectivo cuanto menos regulado, lo que favorecerá a
oligopolios, se concentran precios de compra venta y expulsan competidores que terminan
por ser casi monopolios.
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y necesitarían menos insumos, con una productividad ayer, pero nuevamente es algo que
no sólo no se cumple sino que empeora la situación.
Soja transgénica
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materiales sino también simbólicas, ante la falta de respeto de las autoridades y la
negación de su identidad (Lapegna, 2014:243).
Problemas de agroindustria
No cabe duda que el modelo agroindustrial mantenido por esta revolución verde ha sido
más que perjudicial. El agroextractivismo ha provocado injusticias distributivas, la
depredación medioambiental, insalubridad, desnutrición y grandes desplazamientos de
poblaciones rurales hacia las ciudades, problemas derivados también por la acumulación
de tierras por parte de esta agroindustria, con la consiguiente deforestación. Un modelo
que ha generado problemas de erosión y degradación de suelos por los fertilizantes
químicos y agrotóxicos empleados, además del aumento de plagas y enfermedades,
consecuencia de la simplificación de ecosistemas derivados de monocultivos; un modelo
agroindustrial que produce entre el 11% y 15% del total de las emisiones que producen el
calentamiento global (Giraldo, 2014:152).
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Agroecología
Debido a todos los problemas que ocasiona este modelo agroindustrial, ha sido necesario
replantear el sistema y algunos autores presentan el termino agroecología como
alternativa; que se trata en cambiar los sistemas basados en el uso de combustibles fósiles
y agrocombustibles por sistemas de agricultura campesina, la innovación local y energías
renovables, con mayor autonomía para las familias y menos dependencia de
agroquímicos; se entienden como tal, técnicas basadas en rotaciones de cultivos y
policultivos para evitar empobrecimiento de los suelos, mayor diversidad de especies de
cultivos, ciclos vitales de plagas y malezas se interrumpen; sistemas agroforestales que
controlarían microclimas y mejoran fertilidad del suelos, cultivos de cobertura como
control biológico de plagas o mezcla de cultivos y ganadería, con alto rendimiento de
producción de biomasa y reciclaje de nutrientes (Altieri, 2012:71), entre otras cualidades.
Esta iniciativa, surge de campesinos de Guatemala, debido a la necesidad de cambiar sus
sistemas productivos debido al deterioro ambiental, resultado de la revolución verde
(Holt-Giménez, 2008; Giraldo, 2014:161), surge la figura del promotor campesino, una
persona que aplica técnicas no perjudiciales en sus parcelas de tierra, basadas en saberes
y conocimientos locales, que luego difundirá entre otros agricultores para que utilicen
estas técnicas alternativas basadas en respeto a la naturaleza frente al paquete de los
transgénicos. Como ejemplo de autonomía, se puede ver en el caso de Cuba, en donde la
necesidad les obligó a la autosuficiencia mediante agroecología (tracción animal, control
biológico de plagas, biofertilizantes, …) y llegaron a producir el 65% de los alimentos del
país con sólo el 25% de la tierra, en 8 años, el movimiento llegó a abarcar casi la tercera
parte de las familias campesinas de la isla (Machín et ál, 2010; Giraldo, 2014:163-164). La
agroecología saca provecho de los recurso naturales y la contrario que los monocultivos,
hay una diversificación de los sistemas agrícolas, con mezclas de variedades de cultivos, se
intensifica así la eficiencia de los procesos biológicos como la fotosíntesis y la fijación de
nitrógeno al suelo (Altieri, 2012:70). Practicas y técnicas campesinas tienden a ser
intensivas en conocimiento y no en insumos; aunque no son todas eficaces o aplicables, se
podrían aplicar principios agroecológicos para adaptarlas a principio y necesidades locales
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(Altieri, 2012:69). La agricultura campesina podría resultar mucho más sostenible que los
sistemas comerciales intensivos de producción (Ross, 2003:455).
Se han demostrado las ventajas de proyectos basados en este modelo empleado en países
pobres iniciados en los años 90, en donde el rendimiento de la producción ha supuesto
una gran aumento en los rendimientos de la producción en comparación al sistema de
dependencia de acceso a insumos y semillas. En África, diferentes programas aplicado en
familias campesinas, generado aumento en los alimentos por diversificación de cultivos,
acuicultura para cría de peces, rehabilitación de suelos y pastos para alimento del ganado
o la adopción de variedades maduración corta que permiten dos cosechas en lugar de una,
además de sistemas agroforestales que protegen cultivos de la erosión, ha supuesto la
beneficios para 10,39 millones de agricultores y familias en 12,72 hectáreas, con un
aumento de la productividad del 116% (Altieri, 2012:74). En Asia, el sistema de
intensificación de arroz, se reduce la semilla requerida y ha supuesto un ahorro de agua de
hasta el 50%. En un estudio comparativo entre agricultores orgánicos y convencionales,
investigadores encuentran que la seguridad alimentaria fue mayor en los primeros, con
una alimentación más diversa y segura; cultivaron un 50% mas de especies que los
convencionales, menos erosión del suelo y mayor tolerancia a plagas así como mejor
capacidad de manejo de las fincas (Altieri, 2012:75). En América Latín, se vienen
implantando alternativas con la integración de cultivos, animales y sistemas agroforestales.
Las tecnologías promovidas por ONG para mejorar rendimientos por métodos
tradicionales han aumentado la producción en zonas marginales. En Brasil, familias que
han adoptado cultivos de cobertura, han reducido la erosión del suelo. El gran logro
extendido por América latina, promovido por organizaciones campesinas y ONG ha sido el
rescate de variedades de cultivos tradicionales o locales y su conservación a través de
bancos comunitarios de semillas y su intercambio en ferias (Altieri, 2012:76).
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Conclusiones
A pesar que la idea del desarrollo viene aplicando que el consumir menos implica una
pérdida, han surgido alternativas desde los años 90, con la concienciación sobre estos
problemas que se vienen observando; ideas como las aplicadas por el decrecimiento,
suponen que consumir menos es vivir mejor, se reivindica buscar otras formas de
movilidad y energía que reduzcan el impacto ecológico; en el sector agrícola, también
surgen nuevas formas de enfrentarse a las consecuencias de la llamada revolución verde;
movimientos surgidos desde organizaciones campesinas se presentan como alternativa
que proporciona base científica y metodológica para ayudar a familias rurales agrícolas a
pequeña escala, aprovechando el potencial en países del Sur y sus conocimientos evitando
la dependencia de insumos agroquímicos. Claro que no sólo requiere un esfuerzo del
pequeño agricultor, sino que requiere un esfuerzo de reconocimiento por parte también
de los gobiernos locales, quienes legislan políticas que permiten a las multinacionales de la
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biotecnología mantener la dependencia de los agricultores de éstas y sus productos; son
los gobiernos, quienes deben proporcionar incentivos y reactivar programas públicos de
investigación y desmantelar el complejo agroalimentario por estas alternativas (Altieri,
2012:81), o el desarrollo de mercados locales para venta de productos campesinos
(Lapegna, 2014:246). Se trata de un problema complejo que se bien arrastrando desde
hace tiempo y es complicado mientras continúen imponiéndose los intereses
multinacionales frente a las personas más desfavorecidas, pero todavía quedan
alternativas.
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Bibliografía
GIRALDO, O. F. (2014) “Convivialidad y agroecología”, a S. Street (Ed.): Con ojos bien abiertos: ante
el despojo, rehabilitemos lo común. Guadalajara, CIESAS, pp. 149-172.
ROSS, E. B. (2003) “Malthusianism, Capitalist Agriculture, and the Fate of Peasants in the Making
of the Modern World Food System”, Review of Radical Political Economics 35(4): 437-461.
YAPA, L. (1996) "Improved Seeds and Constructed Scarcity", a R. Peet & M. Watts (Eds.): Liberation
ecologies: Environment, development and social movements. N. York, Routledge, pp. 69-85.