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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua


Facultad de Salud y Desarrollo Humano
Escuela de Psicología
San Joaquín, Turmero

Facilitador:

Bachiller:

San Joaquín de Turmero, 04 de Febrero del 2020


PARÁLISIS CEREBRAL

Definición

La parálisis cerebral (PC) abarca o hace referencia a un conjunto de


síndromes o trastornos neuromotores, no degenerativos pero si permanentes,
caracterizados por la alteración del movimiento voluntario, tono muscular o la
postura, debido a lesiones, malformaciones o alteraciones no progresivas que
ocurren en el sistema nerviosos central en el periodo del desarrollo prenatal,
perinatal o posnatal. Los desórdenes motores de la PC frecuentemente se
acompañan de alteraciones en la sensación, percepción, cognición, comunicación,
conducta y con problemas musculo esqueléticos. Para poder denominar un caso
de PC, la lesión debe efectuarse entre los primeros días de gestación hasta los 3
primeros años de vida del infante (algunos especialistas extienden este período
hasta los cinco años de edad).

Como se mencionó anteriormente la PC se atribuye a alteraciones en el


desarrollo del SNC, aunado a esto existen diversos factores que pueden causar
una PC, por ejemplo como resultado de anormalidades genéticas, infecciones o
fiebres maternas, o lesiones fetales. Pero en la mayoría de los casos el trastorno
es el resultado de cuatro tipos de daño cerebral que causan sus síntomas
característicos, y son el daño en la materia blanca del cerebro (leucomalacia
periventricular), el desarrollo anormal del cerebro (disgenesia cerebral), la
hemorragia cerebral (hemorragia intracraniana) y el daño cerebral causado por
falta de oxígeno en el cerebro (encefalopatía hipóxica-isquémica o asfixia
intraparto).

Entre las causas de este trastorno se destacan tres agrupaciones de


factores de riesgo, los cuales son: los factores prenatales, los factores
perinatales y los factores postnatales. Cada uno de estos grupos está
conformado por una lista de ciertas circunstancias que están asociadas con un
mayor riesgo de parálisis cerebral.

 Factores prenatales: Ciertas infecciones o exposiciones tóxicas durante el


embarazo pueden aumentar significativamente el riesgo de parálisis cerebral
en el bebé. Entre los factores maternos se incluyen las aalteraciones en la
coagulación, enfermedades autoinmunes, HTA, infección intrauterina,
traumatismo, ingesta de sustancias tóxicas, disfunción tiroidea, alteraciones
de la placenta, trombosis en el lado materno, trombosis en el lado fetal,
cambios vasculares crónicos e infecciones (Citomegalovirus,
Rubéola, Herpes, Sífilis, Toxoplasmosis, Infección por el virus del Zika). Por
otra parte entre los factores fetales se encuentran la gestación múltiple, el
retraso en el crecimiento intrauterino, Polihidramnios, hidrops fetalis y
malformaciones.

 Factores perinatales: Aunque la contribución potencial de cada uno es


limitada, los factores adicionales del embarazo o el parto asociados con el
aumento del riesgo de parálisis cerebral incluyen prematuridad, bajo peso,
fiebre materna durante el parto, infección SNC o sistémica Hipoglucemia
mantenida, hiperbilirrubinemia Hemorragia intracraneal, encefalopatía
hipóxico-isquémica, traumatismo, cirugía cardíaca, Oxigenación por
membrana extracorpórea (ECMO)

 Factores postnatales: Las enfermedades en un recién nacido que pueden


aumentar enormemente el riesgo de parálisis cerebral comprenden las
infecciones como meningitis bacteriana, encefalitis viral, traumatismo craneal,
estatus convulsivo, parada cardio-respiratoria, intoxicación, deshidratación
grave y la Ictericia severa o no tratada.

Clasificación

La clasificación de la parálisis cerebral es determinada basándose en


función del tono y la postura de la persona y en función de la parte del cuerpo que
se encuentra afectada (criterios topográficos).

Por una parte los médicos clasifican la parálisis cerebral de acuerdo con el tipo
de trastorno del movimiento involucrado (tono y postura corporal) dividiéndola en
espástica, atetoide o discinetica, atáxico y mixtas.

• Parálisis cerebral espástica: Se debe al compromiso de la moto neurona


superior, lo cual indica que surge al existir una lesión en la corteza motora,
y puede afectar de manera leve o grave la función motora. Se manifiesta
con un elevado grado de rigidez muscular (espasticidad) y falta de control
de movimientos musculares debido al excesivo aumento del tono muscular
(hipertonía). Estos factores provocan movimientos exagerados y poco
coordinados o armoniosos, especialmente en las piernas, los brazos y/o la
espalda. Aunado a esto, estos síndromes pueden provocar hemiplejía,
cuadriplejía, diplejía o paraplejía. En los casos leves, la alteración puede
manifestarse sólo durante ciertas actividades.
• Parálisis cerebral atetoide o discinetica: Este tipo de parálisis se debe al
compromiso o lesión de los núcleos basales y el tálamo y posee como
característica dominante los movimientos lentos, de torsión, involuntarios,
de los segmentos proximales de los miembros y del tronco (movimientos
incontrolados de torsión de las manos, los pies, los brazos o las piernas).
Afecta, principalmente, al tono muscular, pasando de estados de hipertonía
(elevado tono muscular) a hipotonía (bajo tono muscular). Las alteraciones
del tono muscular provocan descoordinación y falta de control de los
movimientos, que son retorcidos y lentos. Por otra parte en algunos casos,
la hiperactividad en los músculos de la cara y la lengua producen cierta
descoordinación lo cual puede dificultar la articulación de las palabras
(disartria). Estos movimientos característicos se agravan con la tensión
emocional pero durante el sueño presentan un tono muscular normal. Cabe
destacar que rara vez la inteligencia se ve afectada en estos casos de PC
pero existen una alta incidencia de trastornos neurosensoriales.
• Parálisis cerebral atáxica: Esta parálisis se debe al compromiso del
cerebelo, o sus vías. En individuos que padecen de PC atáxica se ven
afectados el equilibrio y la percepción de la profundidad, así mismo estos
pacientes se encuentran caracterizados por una marcha defectuosa con
ampliación de la base de sustentación, descoordinación de la motricidad
fina, lo cual influye en la adecuada realización de movimientos rápidos y
precisos, temblor intencional, en el cual un movimiento voluntario está
acompañado de un temblor que empeora cuanto más cerca del objeto
deseado se encuentre la parte del cuerpo implicada, y debilidad e
incoordinación, lo cual causa inestabilidad Según el alcance de la lesión,
estas personas pueden llegar a caminar, no obstante, lo harán de manera
inestable.
• Parálisis cerebral mixta: esta parálisis en particular se produce cuando se
evidencia diversas lesiones en diferentes estructuras del cerebro, por lo que
las manifestaciones clínicas o características de los diferentes tipos no
serán en sus formas puras, sino que existirán combinaciones. Entre las
combinaciones más frecuentes se encuentran la de la espástica y la
atetósica.

Por otra parte se encuentra la clasificación en función de las partes afectadas


del cuerpo o los “criterios topográficos” donde se desglosan cuatro tipos, los
cuales son:
• Hemiplejia: Las dificultades motoras se manifiestan únicamente en el lado
izquierdo o derecho del cuerpo.
• Paraplejia: Se encuentra más afectada la mitad inferior del cuerpo
• Tetraplejia: Afectación en ambos brazos y ambas piernas.
• Monoplejia: Únicamente está afectado un miembro del cuerpo.

En la 10 ª edición de la Clasificación internacional de enfermedades (CIE-


10), la parálisis cerebral se encuentra en el sexto capítulo de la lista de códigos,
denominada “Enfermedades del sistema nervioso”, así mismo se ubica dentro de
la categoría “Parálisis cerebral y otros síndromes paralíticos”, donde estipulan que
la PC está dividida en 7 tipos, los cuales son:

• (G80.0) Parálisis cerebral tetrapléjica espástica


• (G80.1) Parálisis cerebral dipléjica espástica
• (G80.2) Parálisis cerebral hemipléjica espástica
• (G80.3) Parálisis cerebral discinética
• (G80.4) Parálisis cerebral atáxica
• (G80.8) Otras parálisis cerebrales
• (G80.9) Parálisis cerebral sin especificar
Características

Aun cuando existen diversos tipos de parálisis cerebrales, cada uno con
aspectos diferenciales de otros, se pueden observar ciertas características
generales presentes en la mayoría de los casos. Una de ellas es la dificultad en el
habla, lo cual interfiere con el correcto entendimiento de lo que están diciendo,
esto es debido a que el niño posee cierta dificultad para controlar los músculos
que interviene en la pronunciación de las palabras. Otra de las características
relevantes es que el desarrollo o lesión causante de estos trastornos se efectúan
en los periodos pre natal, peri natal y post natal, y los signos y síntomas aparecen
durante la infancia o el preescolar. Por otra parte las personas con parálisis
cerebral pueden tener problemas para deglutir y, por lo general, tienen un
desequilibrio muscular ocular, en el que los ojos no se concentran en el mismo
objeto.
Aunado a esto es importante resaltar que la PC se ve caracterizada por
alteraciones del tono muscular, la postura y el movimiento, así mismo pueden
tener una amplitud de movimiento reducido en varias articulaciones de sus
cuerpos debido a la rigidez muscular. Estos trastornos pueden ir acompañados de
otros síntomas, como deficiencia intelectual, problemas sensoriales, como ceguera
o sordera, o epilepsia, entre otros. El efecto de la parálisis cerebral sobre la
función varía dependiendo del caso. Algunas personas afectadas pueden caminar;
otras necesitan ayuda. Algunas personas muestran un intelecto normal o casi
normal, pero otras tienen discapacidades intelectuales.

DEFICIT COGNITIVO
Definición

El déficit cognitivo (DC) es una de las patologías cuya denominación más


ha variado en el tiempo, razón por la cual puede aparecer en diversos estudios
como compromiso intelectual, compromiso cognitivo o retraso mental
(denominación que se encuentra en desuso en la actualidad) pero el concepto es
más constante.

Se considera que el compromiso cognitivo es parte de los trastornos del


desarrollo neurológico. Esta condición tiene inicio en una edad anterior a los 18
años, lo que indica que es congénito o adquirido en los primeros tiempos de la
vida, y a su vez es condicionado por la herencia y debido a una falta de desarrollo
del cerebro, generalmente a base de una lesión orgánica y que se traduce o se
caracteriza principalmente por una capacidad intelectual deficiente o inferior al
normal para la edad del paciente y por la alteración concomitante de la actividad
adaptativa, así como una perturbación de toda la vida psíquica, dificultando el
rendimiento de un trabajo útil y una adecuación familiar y social. Este desarrollo
mental incompleto o detenido produce el deterioro de las funciones concretas de
cada época del desarrollo, tales como las cognoscitivas, lenguaje, motrices y
socialización”.

En términos de cociente intelectual (CI), se habla de déficit cognitivo cuando


el coeficiente intelectual (CI) muestra más de dos desviaciones estándar por
debajo de la media de la población. Si se considera que ésta corresponde a un CI
de 100 y que cada 15 puntos de diferencia representan una desviación estándar
(DS), la escala de CI correlaciona con los diferentes grados de compromiso
intelectual.

En la mayoría de los casos se desconoce la causa, pero existen diversos


factores durante el embarazo de una mujer que pueden causar o contribuir a la
discapacidad intelectual del infante. Es importante destacar que la inteligencia está
determinada tanto por la herencia como por el medio ambiente. Es importante
destacar que los niños nacidos de padres con discapacidad intelectual tienen
mayor riesgo de una serie de discapacidades del desarrollo, pero la transmisión
genética evidente de la discapacidad intelectual es inusual.

Entre las causas más frecuentes que se encuentran relacionadas con esta
condición en el periodo prenatal son el uso de ciertos medicamentos, tratamientos
con radiación, desnutrición, abuso excesivo de la ingesta de alcohol y ciertas
infecciones víricas, como la rubeola o el HIV. De igual forma una serie de
anomalías cromosómicas y trastornos metabólicos y neurológicos de origen
genético pueden causar discapacidad intelectual, como el Síndrome de Down, el
Síndrome de Turner o el Síndrome de Rett.

Las dificultades asociadas al nacimiento prematuro, las lesiones cefálicas


durante el parto, la hemorragia del SNC y la asfixia perinatal también se
encuentran dentro de las causas comunes del DC. Los recién nacidos de peso
muy bajo y extremadamente bajo tienen un aumento variable de las
probabilidades de presentar discapacidad intelectual, lo que depende de la edad
gestacional, los eventos perinatales y la calidad de la atención.

Por otra parte entre los factores de riesgo en el periodo postnatal se


encuentran la desnutrición y la privación ambiental (ausencia del apoyo físico,
emocional y cognitivo requerido para el crecimiento, el desarrollo y la adaptación
social) durante la lactancia y la primera infancia. De igual forma las encefalitis y
las meningitis, las intoxicaciones y los accidentes que provocan lesiones
craneoencefálicas graves o asfixia pueden provocar discapacidad intelectual.

Clasificación

De acuerdo al DSM-IV existen tres criterios fundamentales para el


diagnóstico del déficit cognitivo. Estos son el Criterio A donde se estipula que la
capacidad intelectual general debe ser significativamente inferior al promedio, el
Criterio B donde se expone que deben existir limitaciones significativas de la
actividad adaptativa propia de por lo menos dos de las áreas de habilidades, como
la comunicación, el cuidado de sí mismo, la vida doméstica, las habilidades
sociales/interpersonales, la utilización de recursos comunitarios, el autocontrol, la
habilidades académicas funcionales, el trabajo, ocio, la salud y la seguridad, y por
último el Criterio C, el cual explica que su inicio debe ser anterior a los 18 años de
edad. Por otra parte este manual clasifica este trastorno en cuatro grados de
intensidad, de acuerdo con el nivel de insuficiencia intelectual. Estos son:

• F70.9 Retraso mental leve [317]:

Los individuos con esta condición presentan un CI entre 50-55 y


aproximadamente 70 y es equivalente a personas «educables», en la categoría
pedagógica. Estas personas suelen desarrollar habilidades sociales y de
comunicación durante los primeros 5 años de edad y presentan deficiencias
mínimas en las áreas sesoriomotoras, razón por la cual con frecuencia no son
distinguibles de otros niños sin este déficit cognitiva hasta edades posteriores. Las
adquisiciones de conocimientos durante los últimos periodos de su adolescencia
los sitúan en un sexto curso de enseñanzas básicas. Por otra parte durante su
vida adulta adquieren habilidades sociales y laborales adecuadas para una
autonomía mínima, pero en ocasiones pueden necesitar de supervisión,
orientación y asistencia (especialmente en situaciones de estrés social o
económico). Los pacientes con esta condición se acostumbran a vivir
satisfactoriamente en la comunidad, tanto de forma independiente como en
establecimientos supervisados.

• F71.9 Retraso mental moderado [310.0]:

Las personas presentan un CI entre 35-40 y 50-55 y equivalen


aproximadamente a la categoría pedagógica de «adiestrable». La mayoría de los
individuos con este nivel adquieren habilidades de comunicación durante los
primeros años de la infancia. Con supervisión pueden atender su cuidado personal
y gozar de una formación labora (la mayoría en la etapa de la adultez son capaces
de realizar trabajos no cualificados o semicualificados), así como trasladarse
independientemente por lugares que les son familiares. De igual forma pueden
disfrutar de adiestramiento en habilidades sociales y laborales, aun cuando,
debido al nivel de su condición, es improbable que progresen más allá de un
segundo nivel en materias escolares. Durante la adolescencia, sus dificultades
para reconocer las convenciones sociales pueden interferir las relaciones con
otros muchachos o muchachas.

• F72.9 Retraso mental grave [318.1]:

El grupo de personas con retraso mental grave presentan con CI entre 20-
25 y 35-40. Durante los primeros años de su infancia adquieren un lenguaje
comunicativo escaso o nulo. Ya en la etapa escolar pueden aprender a hablar y
pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Logran
dominar ciertas habilidades, como el aprendizaje de palabras imprescindibles para
la supervivencia pero se benefician limitadamente de la enseñanza de materias
pre académicas. En su mayoría se adaptan adecuadamente a la vida en
comunidad, a excepción de casos en los cuales se presente alguna discapacidad
asociada que requiera de cuidados especializados u otros tipos de asistencia. Ya
en la edad adulta pueden ser capaces de realizar tareas simples pero siempre
estrechamente supervisados en instituciones.

• F73.9 Retraso mental profundo [318.2]:

El grupo afecto de retraso mental profundo presenta un CI inferior a 20 o


25. La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad
neurológica identificada que explica su condición. Durante los primeros años de la
niñez desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensoriomotor. En
un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así
como con una relación individualizada con el educador puede predecirse un
desarrollo óptimo. En lo que concierne al desarrollo motor y las habilidades para la
comunicación y el cuidado personal se pueden llegar a mejorar si se les somete a
un adiestramiento adecuado. Algunos de los pacientes con esta discapacidad
llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente
supervisados.

• F79.9 Retraso mental de gravedad no especificada [319]:

Hace referencia a cuando existe una clara presunción de retraso mental,


pero no es posible verificar la inteligencia del sujeto medi
ante los test usuales debido a dificultades presentes en el proceso de
aplicación y evaluación.

Características

El trastorno de compromiso cognitivo, como se mencionó anteriormente, se


ve caracterizado por una capacidad intelectual significativamente por debajo del
promedio (un CI de aproximadamente 70 o inferior), con una edad de inicio
anterior a los 18 años y déficit o insuficiencias concurrentes en la actividad
adaptativa. Además de esto se pueden observar cierto desequilibrio en la
estructuración e integración de estímulos sensoriales, así como alteraciones en
ciertas formas de razonamiento mental como: comprensión simbólica, captación
de relaciones espacio- tiempo y elaboración de pensamiento abstracto. Por otra
parte en lo que concierne a la memoria existe un déficit en la memoria a corto
plazo y memoria a largo plazo. De igual forma dificultades en la generalización de
estrategias a nuevas situaciones de aprendizaje y otras tareas, y en la solución de
problemas.

En el ámbito del leguaje se puede observar que la edad lingüística es


inferior a la edad cronológica y menor que la edad mental. Existe una pobre
estructuración de la frase, vocabulario reducido, frecuentes errores articulatorios y
alteraciones de palabras e insuficiencia en la comprensión lingüística. Por otra
parte en lo referente a la personalidad se presentan en diversos casos, debido a
los efectos de su condición, alta expectativa de fracaso, auto concepto bajo,
motivación intrínseca reducida, sobre dependencia y respuestas inadecuadas.

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