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Preinforme de hallazgos geológicos, paleontológicos

y arqueológicos en la ladera sur del sector de la


“Comunidad Indígena Hijos de Yalquincha”, Calama.

Calama, 10/12/2018
“A los protagonistas de esta historia, la mujer y el hombre del Loa”
ÍNDICE GENERAL

1.- GENERALIDADES 1
2.- ANEXO GEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO 3
2.1- Clima 3
2.2- Marco geológico 3
2.3.-Evolución tectónico - sedimentaria 6
2.3.1.- Eoceno Medio – Eoceno Superior 6
2.3.2.- Oligoceno – Mioceno Inferior 6
2.3.3.- Mioceno Inferior a Superior bajo 7
2.3.4.- Mioceno Superior a Plioceno 7
2.3.5.- Plioceno – Pleistoceno 7
2.3.6.- Cuaternario 8
2.4.- Estratigrafía 8
2.4.1.- Formación Calama 10
2.4.2.- Grupo Loa 12
2.4.3.- Formación Chiuchiu 15
2.4.4.- Depósitos Aluviales Antiguos 16
2.4.5.-Depósitos fluviales 16
2.5.- Morfología de la Cuenca Calama 16
2.6.- Evolución Paleoclimática 20
3.- Observaciones en terreno 21
4.- ANEXO ARQUEOLÓGICO 27
4.1- Visitas a terreno 27
4.2- Análisis de los hallazgos 49
4.3- Antecedentes arqueológicos 56
4.4- Consideraciones finales 62
5.- PROPUESTA DE ZONIFICACIÓN: PROSPECCIÓN Y SONDEO 65
Referencias Bibliográficas 69
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1: Imagen de ubicación y accesos 1
Figura 2 y 3: Ubicación general del sitio del hallazgo 2
Figura 4: Clasificación Climática de Köppen 3
Figura 5: Mapa morfológico de los Andes Centrales 4
Figura 6: Mapa geológico de la Cuenca Calama 5
Figura 7: Esquema tectono – Sedimentario de la Cuenca Calama 6
Figura 8: Perfil esquemático EW de la Cuenca Calama 7
Figura 9: Cronoestratigrafía de la Cuenca Calama 9
Figura 10: Columna estratigráfica de la Formación Calama 11
Figura 11: Cuadro cronoestratigráfico para el Grupo El Loa 12
Figura 12:Columna estratigráfica del margen oriental, Cuenca Calama 14
Figura 13:Columna estratigráfica Formación Chiuchiu 15
Figura 14: Depocentros de la Cuenca Calama 17
Figura 15: Corte geológico Línea Sísmica Z1F007 18
Figura 16: Corte geológico Línea Sísmica Z1F006 19
Figura 17: Correlación de eventos paleolacustres 20
Figura 18: Fotografía panorámica área de estudio 21
Figura 19: Zona 1 22
Figura 20: Zona 2 23
Figura 21: Pelecípodos y raíces 24
Figura 22: Precipitación de calcita 24
Figura 23: Raíces 25
Figura 24: Dolinas 26
Figura 25: Vista general del sitio del hallazgo 27
Figura 26 y 27: Salientes tubulares ahuecadas 28
Figura 28 y 29:Acercamiento de las salientes tubulares 29
Figura 30: Acercamiento de cuero? 30
Figura 31: Vista S a N, desde cuadrícula A1 31
Figura 32: Acercamiento del desprendimiento 31
Figura 33: Parte de la matriz de arena 32
Figura 34: Registro de choclos 32
Figura 35 y 36: Sicuri 34
Figura 37: Raspador lateral de dorso alto 35
Figura 38: Percutor o martillo de mano 35
Figura 39: Fragmentos cerámicos rojos 36
Figura 40: Vista N-S de la ladera en estudio 36
Figura 41: Percutor de basalto/andesita 38
Figura 42 y 43: Percutor de basalto/andesita 39
Figura 44 y 45: Caras del percutor pigmentado de rojo 40
Figura 46: Estructuras 1 y 2 41
Figura 47: Estructuras 3 y 4 41
Figura 48:Estructuras 5 y 6 42
Figura 49: Estructuras 7 y 8 42
Figura50: Estructuras 9 y 10 43
Figura 51: Estructuras 11 y 12 43
Figura 52: Detalle estructura 12 44
Figura 53: Estructuras 13 y 14 44
Figura 54: Senderos y caminos 45
Figura 55: Estructuras 15 y 16 45
Figura 56: Estructuras 17 y 18 46
Figura 57: Percutor de basalto fracturado 46
Figura 58: Estructuras 19 y 20 47
Figura 59:Estructuras 21 y 22 47
Figura 60: Área prospectada 48
Figura 61: Croquis – plano de ubicación 49
Figura 62: Perímetro del área a prospectar 50
Figura 63: Presuntos diques de andesita/basalto 52
Figura 64: Pricipales sitios del Arcaico Temprano 57
Figura 65: Guijarros utilizados como percutores 59
Figura 66: Percutores decorados del taller B 60
Figura 67: Locus de talla y estructuras del taller B 61
Figura 68: Área propuesta para prospección 65
Figura 69: Perímetro total de Baja Ladera Sur 66
Figura 70: Fotografía satelital con detalle de estructuras 67
Figura 71: Imágenes de las estructuras subcirculares 67
Figura 72: Imágenes de estructuras 67
Figura 73: Detalle de las estructuras 68
Figura 74: Posible muro hallado en la zona 68
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1: Clasificación de percutores 51
Tabla 2: Clasificación por tipo de estructuras 53
Tabla 3: Tipos de estructuras y abundancias 54
Tabla 4: Características generales de las estructuras 54
Tabla 5: Emplazamiento relativo de los percutores 54

Tabla 6: Otras características de las estructuras 54


PRESENTACIÓN
Unidos por el interés común de salvaguardar el patrimonio natural y cultural del oasis de Calama, el
Loa y el desierto de Atacama, dimos forma al grupo multidisciplinario “Yalquincha sur”. Todo nace
cuando el explorador local Philip Cuadra1 realiza un hallazgo fortuito, comunicándolo a Cristian Del
Castillo2 antropólogo, éste explora el lugar registrando cierto potencial, y comienza a ponerse en
contacto con diversos profesionales, que puedan aportar con sus conocimientos, de momento, en
forma voluntaria, a desentrañar los secretos que albergan sus rincones. Así se sumaron la geóloga
Javiera Errázuriz3 y al geógrafo Francisco Del Castillo4 al equipo, realizándose 4 visitas trabajo de
campo y de gabinete.

La idea de nuestro grupo de trabajo es poder generar las condiciones de trabajo en el sector de la
ladera sur de Yalquincha para realizar trabajos que propendan a la salvaguardia, registro,
conservación y exposición del patrimonio natural y cultural regional, por ello buscamos articular
profesionales, comunidades, museos, sector público y privado, en la consecución de este noble,
pero desvalorizado fin. Y poder así, realizar la inscripción de estos hallazgos como sitio de potencial
arqueológico y paleontológico de acuerdo a la legislación vigente y a las normas y criterios
emanados del Consejo de Monumentos Nacionales.

Grupo Yalquincha.

1
Explorador local. Correo de contacto: pcuadra@fenixchile.net
2
Licenciado en Antropología Social, Universidad Austral de Chile. Candidato a magister en estudios
avanzados en arqueología, Universitat de Barcelona. Correo de contacto: delcastillomuller@gmail.com
3
Licenciada en Geología, Universidad Católica del Norte. Correo de contacto: jerrazuriz.diaz@gmail.com
4
Licenciado en Geografía, Universidad de Chile. Correo de contacto: efeceo.delcastillo@gmail.com
1.- GENERALIDADES

El área de estudio se encuentra localizado en las coordenadas UTM 7.517.479 mN, 511.186 mE, a
204 Km al NE de la Ciudad de Antofagasta, en la Provincia El Loa, comuna de Calama. Para llegar
hasta la quebrada Yalquincha, desde el centro de la ciudad de Calama, se debe seguir por un camino
pavimentado, aproximadamente 3 Km, para luego tomar un camino no pavimentado hacia
Yalquincha, en las inmediaciones del Río Loa, continuando luego a pie hasta la zona en estudio, unos
300 metros.

Figura 1: Imagen tomada desde Google Earth Pro, en donde se observan algunos de los puntos de control y
las rutas de acceso principales.

1
Figuras 2 y 3: Ubicación general del sitio del hallazgo, respecto de la ciudad de Calama y del sector de
Yalquincha.

2
2.-ANEXO GEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO

2.1- Clima

Según la clasificación de Errázuriz y colaboradores (1998), hay un predominio del clima Desértico
Frío y Desértico Marginal de Altura en el área de estudio. Se encuentra un clima desértico frío entre
los 2.000 y 3.000 metros sobre el nivel del mar5, presentando escasas precipitaciones y bajas
temperaturas que, en promedio se encuentran entre los 8 y 13º C. El clima Desértico Marginal de
Altura presenta menores temperaturas debido a la mayor altitud, sobre los 3.000 msnm.

Los climas áridos y semiáridos dominan la región, la cual se encuentra sometida, además, al
Anticiclón del Pacífico, que emite masas de aire cargadas de humedad y que precipitan en forma de
lluvia a sotavento, con nieve en las altas cumbres, para descender a barlovento en forma de viento
seco y cálido durante los meses invernales. Durante el verano, está sometida a la influencia del
anticiclón del Atlántico Sur, el que produce lluvias torrenciales pero que no alcanzan a modificar el
balance hídrico negativo anual, distintivo de las regiones áridas.

Figura 4: Clasificación climática de Köppen, 1918.

2.2- Marco Geológico

La cuenca de Calama corresponde a una depresión de antearco de la edad Cenozoico, ubicada en la


latitud 22º15´S / 68º45´O, en los Andes Centrales (Figura 5) con precipitaciones de entre 30 a 80
mm en promedio, las que son drenadas hacia los ríos Loa y Salado, en el contexto de un clima
hiperárido. Esta cuenca, situada en la parte septentrional de la Cordillera de Domeyko, entre la
Precordillera y la Cordillera Principal entre los 2.000 y 3.000 msnm, en la región andina de Chile
limita al oriente, en el sector limítrofe entre Chile y Bolivia, con estratovolcanes e ignimbritas con
escasa o nula deformación tectónica asociada al Cordón Volcánico del Terciario Superior –
Cuaternario (Zona Volcánica Central de los Andes). Por el poniente, limita con rocas volcánicas
(andesíticas – riolitas) y cuerpos intrusivos de dimensiones batolíticas que presentan edad

5
En adelante abreviado msnm.
3
Carbonífero Superior – Pérmico, constituyendo la Sierra del Medio (continuación septentrional de
la Cordillera de Domeyko), presentando fallas transcurrentes de rumbo N-S, incluyendo al Sistema
de Fallas Oeste, la que concentra movimientos laterales mayores entre los bloques estructurales
constituyentes de la cordillera en la zona (Blanco, 2008).

Figura 5: Mapa morfológico de los Andes Centrales, en donde se ven representadas las principales cuencas
cenozoicas (en Blanco, 2008).

Esta cuenca se compone principalmente, de rocas volcánicas y plutónicas (Figura 6) del Carbonífero
Superior – Pérmico (Formación Collahuasi, Formación Tuina, Complejo Metaplutónico de Cerros de
Chuquicamata [Tomlinson y Blanco, 2008]) en el núcleo y, cubierta durante el Cretácico – Eoceno,
por una secuencia marina - continental (Estratos de Chuquicamata, Grupo Caracoles, Formación
Quebrada Mala, Formación Cerritos Bayos, Formación Tolar [Tomlinson y Blanco, 2008]). Este
núcleo, además, se encuentra vinculado a los depósitos de cobre más importantes, asociados al
emplazamiento del arco magmático que da origen a la franja metalogénica del Eoceno – Oligoceno,
asociadas al Sistema de Fallas de Domeyko (SFD) en donde sus fallas transcurrentes tienen rumbo
Norte – Sur (Tomlinson et al., 2001). En este substrato cortical, se emplazó el arco magmático del
Eoceno - Oligoceno Inferior, con la Formación Icanche (efusiva) y los complejos Granodioríticos El
Abra, Complejo Intrusivo Chuquicamata, ambos plutónicos (Tomlinson y Blanco, 2008). Además, de
acuerdo Jordan y colaboradores (2006) la morfología actual de la cuenca comenzó a desarrollarse
en el Eoceno Medio, como consecuencia de la fase tectonogénica Incaica.

4
El Eoceno Medio a Superior (42 – 35 Ma.) se encuentra asociado a la Fase Incaica (Tomlinson et al.,
2001), fase que produce la exhumación de grandes bloques de basamento paleozoico y unidades
pre – eocenas (Maksaev y Zentilli, 1999), originando relieves y cuencas asociadas a estos bloques
alzados (Blanco y Tomlinson, 2006). De forma contemporánea se registran desplazamientos de
rumbo dextral en el SFD (Maksaev, 1990). Durante el Oligoceno – Mioceno hay una fase extencional,
tanto en el Salar de Atacama como en Calama, la que determina los depocentros de sedimentación
aluvial (Jordan et al., 2007). Durante esta extensión en la parte occidental de la cuenca hay registro
de desplazamiento sinestral (Tomlinson y Blanco, 1997), sin evidencia practicamente de volcanismo.

Durante el Mioceno Medio a Superior hay pequeñas deformaciones y, en zonas como Sierra de
Moreno, reactivación de fallas eocenas que producen una discordancia angular local entre depósitos
aluviales de 25 Ma. a 6 Ma. (Tomlinson et al., 2001). Hacia el límite del Mioceno Superior (10 Ma)
se evidencia un alzamiento regional del plateau central de los Andes sobre la base de knickpoints en
sistemas aluviales que drenan la pendiente occidental de los Andes, estimándose un aumento del
relieve en 1 Km, asociado a un flujo cortical inferior o por tectónica) en el manto superior (Hoke et
al., 2007).

Figura 6: Mapa Geológico de la Cuenca de Calama y cercanías (en Sernageomín 2002).

5
2.3.- Evolución tectónico - sedimentaria de la Cuenca Calama

En la evolución tectónico sedimentaria de la Cuenca de Calama (Figura 7) se observan cinco estadíos


de evolución, siguiendo los postulados de Blanco (2008):

2.3.1.- Eoceno Medio - Eoceno Superior: En este rango de tiempo se produce la fase Incaica,
definida por un acortamiento perpendicular de los márgenes continentales y un movimiento
transcurrente de margen paralelo en el Sistema de Fallas Oeste. A lo largo de esta franja se emplaza
un arco magmático que facilita el debilitamiento térmico de la corteza y la generación del Sistema
de Fallas de Domeyko (Maksaev, 1990; Maksaev y Zentilli, 1999). En consecuencia, se produce la
exhumación de grandes bloques de basamento Paleozoico y unidades pre – eocenas (Maksaev y
Zentilli, 1999; Tomlinson et al., 2001), lo que originó relieves prominentes y cuencas asociadas a
estos bloques alzados (Arriagada et al., 2000; Blanco et al., 2003; Blanco y Tomlinson, 2009). La
Formación Calama, evidencia un episodio volcánico de configuración desconocida (ca. 52-47 Ma), y
una fase aluvial (ca. 47-35) con un depocentro mayor en el extremo SW de la cuenca Calama.

Figura 7: Esquema Tectono - Sedimentario de la Cuenca Calama (en Blanco, 2008).

2.3.2- Oligoceno - Mioceno Inferior: En este periodo se produce un desplazamiento


transformante sinestral de gran magnitud en la Falla Oeste. Hay presencia de dos cordones de
acortamiento sobrepuesto y vergencia opuesta, el primer cordón se dirige hacia el oeste y, el
segundo cordón, hacia el este. La Formación Yalqui es un representante de este periodo, además,
se configura la cuenca como tipo hemigraben (Pananont et al., 2004; Jordan et al., 2006), con sus

6
cuatro márgenes en un régimen extensional con la tasa de sedimentación más elevada de toda la
evolución de la cuenca. A excepción de erupciones piroclásticas de reducida extensión, el
volcanismo está casi ausente (Blanco y Tomlinson, 2009).

Se configura así, una cuenca con margen oriental denominado (Figura 8) Alto de Tuina – Cerros de
Aiquina y, uno occidental, llamado Alto de Sierra San Lorenzo, además de un límite sur constituído
por la alta Sierra Limón Verde (Jordan et al., 2006)

Figura 8: Perfil esquemático Este – Oeste de la Cuenca Calama (en Blanco 2008).

El perfil anterior (Figura 8), evidencia una cuenca de carácter endorreico, en donde hacia el margen
occidental se presentan sistemas de abanicos aluviales de baja eficiencia y, en el oriental, al haber
un relieve menos pronunciado, se ven favorecidos los sistemas aluviales de alta eficiencia que
solapan el sustrato. Se presenta la mayor tasa de sedimentación de toda la evolución de la cuenca,
depositándose la Formación Yalqui (Blanco, 2008).

2.3.3.- Mioceno Inferior a Superior bajo: Debido al flujo cortical inferior o delaminación
tectónica, sin fallas o plegamientos, se produce un alzamineto regional del plateau central de los
Andes, estimándose un aumento en el relieve de 1 Km (Hoke et al., 2007). Las deformaciones son
de baja magnitud, sin embargo, en algunos sectores como Sierra de Moreno, se reactivan fallas
eocenas, lo que produce una discordancia angular local entre depósitos aluviales de 25 y 6 Ma
(Tomlinson et al., 2001). Se da inicio a la expansión de la cuenca por retrotraimiento erosivo de sus
bordes, bajo un periodo de escasa o nula actividad tectónica. La tasa de sedimentación se ve
incrementada con 20-27 m/Ma en los márgenes y, 43 m/Ma en el centro de la cuenca. Las unidades
en orden cronológico son Formación Yeso, Formación Jalquinche y Formación Lasana. Se da inicio,
además, al volcanismo extensivo de la franja oriental, caracterizado por emplazamientos volcánicos
y emisión de grandes flujos piroclásticos asociados a la generación y activación de calderas.

2.3.4.- Mioceno Superior al Plioceno: En este periodo se desarrolla un desplazamiento


dextral de pequeña magnitud en el sector El Abra – Calama de la Falla Oeste y, un emplazamiento
de desgarre de menor magnitud en fallas de otros lugares. Las tasas de sedimentación son de entre
17 a 27 m/Ma, formando depósitos aluviales. Las unidades cronológicamente depositadas
corresponden a las Formaciones Chiquinaputo y Opache, en donde se produce la expansión máxima
de la cuenca con fuerte retrotraimiento de sus márgenes y, contemporáneamente, se registra un
intenso volcanismo del arco localizado al oriente de la cuenca. Se configura una red hidrológica
similar a la actual, en donde los cauces convergen en el centro de la cuenca.

2.3.5.-Plioceno – Pleistoceno: En esta etapa se presenta la Formación Chiuchiu y se produce


una fuerte contracción de los márgenes de la cuenca, inducida por una flexura monoclinal que
restringe considerablemente el espacio de sedimentación, además hay una apertura hidrológica
7
hacia la Cuenca de Quillagua, pasando de ser una cuenca endorreica a exorreica (Blanco, 2008;
Houston et al., 2008; Blanco y Tomlinson, 2009). Posteriormente, el descenso del nivel de base
provoca el encajamiento del sistema fluvial, la formación de terrazas y un proceso de
abarrancamiento de las unidades previas.

2.3.6.- Cuaternario: En este periodo se evidencian unidades aluviales correspondientes a


depósitos de gravas y ripios polimícticos, mal seleccionados y subangulares a redondeados, con
matriz de arena, limo y arcillas. Se encuentran aflorando en quebradas mayores y drenajes que
disecan los piedemontes del Plioceno – Pleistoceno, originados por corrientes torrenciales
esporádicas. También hay depósitos correspondientes a abanicos aluviales asociados a la
degradación del cordón volcánico Neógeno – Cuaternario, los que comprenden depósitos de
corrientes torrenciales derivados de la erosión de edificios volcánicos y zonas de alteración
solfatáricas asociadas a éstos.

Depósitos salinos formados en las cuencas con drenajes internos o endorreicos, presentan
afloramientos de halita, sulfato cálcico y magnesio, con costras superficiales de sulfatos, cloruros y
carbonatos de Na y Ca, limos y arenas con cemento salino y mantos de diatomitas. Los depósitos
fluviales se encuentran ligados a cursos de aguas de los ríos San Salvador, Salado y Loa, utilizados
principalmente como zonas de cultivo en las localidades de Calama, Chiu–Chiu y Lasana.

Finalizando, los dos grandes eventos tectónicos que son identificados en esta cuenca, a través de
discordancias angulares mayores que se correlacionan con otras de las cuencas de Lauca, Salar de
Atacama y Arizaro: la Fase Incaica (Eoceno Medio a Oligoceno Inferior bajo) y Fase Quechua, del
Mioceno Superior bajo (ca. 10 Ma). Los episodios lacustres, potenciales indicadores de intervalos
paleoclimáticos húmedos documentados en la Cuenca de Calama son del Oligoceno-Mioceno
Inferior, dominado por ambientes lacustres evaporíticos efímeros (playa lake, Fm. Yalqui), los del
Mioceno Medio, representado por abanicos fluviales que culminan en lagos someros y efímeros o
lagunas de intercanal o interlóbulos terminales (Fm. Lasana) y, los del Mioceno Superior-Plioceno,
caracterizado por abanicos fluviales con lagunas temporales localizadas entre canales o lóbulos
terminales de canales, con sedimentación carbonática y diatomítica (Fm. Opache) (Blanco 2008).

2.4.- Estratigrafía

Se ha determinado que la Cuenca Calama está constituida principalmente por depósitos


continentales de carácter regional, tanto aluviales como lacustres, separados por discordancias
angulares. La estratigrafía se divide en las siguientes secuencias principales que, para el Eoceno
corresponde a la Formación Calama, para el Oligoceno – Plioceno al Grupo El Loa y, para el Plioceno
– Pleistoceno, a la Formación Chiuchiu (Figura 9).

8
Figura 9: Cronoestratigrafía de la Cuenca Calama (en Blanco, 2008).

9
2.4.1.- Formación Calama (Eoceno Inferior Medio, Naranjo y Paskoff, 1998; enmend. Blanco et al
2003)

Según Naranjo y Paskoff (1981), corresponde a una acumulación de más de 150 metros de espesor
expuesto y mal estratificado, de rodados polimícticos, parcialmente alterados, en una matriz de
arena gruesa grisácea. Corresponden a depósitos torrenciales, típicos de piedemonte, en un medio
árido, probablemente depositados en forma contemporánea al último solevantamiento de los
Andes. Se correlaciona con las Gravas de Atacama con edad Mioceno Medio a Inferior, además de
ser erosionada fuertemente antes de haber sido cubierta por los sedimentos de la Formación El Loa,
quedando fosilizado un paleorelieve de colinas. Esta formación sobreyace, en forma discordante
sobre volcanitas jurásicas de la Formación Moctezuma (Jurásico Inferior a Medio, Harrington 1961
en Naranjo y Paskoff 1981), siendo cubierta, en forma discordante, por calizas de la Formación El
Loa (Fuenzaliza 1957, en Marinovic y Lahsen 1984).

Según Blanco y colaboradores (2003), dicha formación posee tres miembros: el Superior, Medio e
Inferior que, corresponde a un ambiente aluvial bajo condiciones de semiaridez, asociado, en sus
inicios a un volcanismo andesítico. Su evolución temporal sería iniciada con depositación de gravas
gruesas a través de eventos multiepisódicos de crecidas de corrientes confinadas en canales,
además de presentarse volcanismo andesítico parcialmente erodados por actividad aluvial
(Miembro inferior) seguido por un cese en la actividad volcánica durante la depositación del
Miembro Medio, depositado bajo condiciones de semiaridez definidas por la presencia de yeso
como principal agente cementador. Termina esta secuencia con el Miembro Superior, iniciado luego
de un episodio erosional (hiatus) con depósitos de crecidas canalizadas en un ambiente de abanico
aluvial proximal.

Luego May (1997) y May colaboradores (2005) le asignan una edad Oligoceno – Mioceno Inferior.
Se expone en el cerro Calama en un suave pliegue anticlinal, de eje este – oeste, alcanzando
manteos de hasta 53º a 1 Km aproximadamente al oeste de la localidad de Jalquinche (Blanco,
2008). La Formación Calama subyace, en discordancia angular a limolitas rosadas de la Formación
Limos de Jalquinche, del Mioceno Medio (May 1997; May et al 2005) mientras que su base no está
expuesta. En un sondaje situado 2 Km al sur de Cerro Calama y aproximadamente 100 m bajo la
superficie hay basamento Triásico cubierto por sedimentos neógenos lo que sugiere que la
Formación Calama se apoya en forma discordante sobre rocas sedimentarias triásicas (Blanco 2008).

Blanco (2008) divide la formación en dos miembros: Miembro Topater, formado por andesitas
intercaladas con conglomerados gruesos; brechas volcano-sedimentarias matriz soportadas y mal
estratificadas, polimícticas y; el Miembro Chorrillos compuesto por una sucesión de ruditas,
conglomerados gruesos y de bloques, clasto soportados y polimícticos, mal seleccionados, y
ortoconglomerados gruesos y de bloques gris verdosos con matriz limosa. También se encuentra,
en forma separada a Chorrillos, los afloramientos de Pampa Moctezuma, los que presentan
estratificación masiva, horizontal y cruzada, formando una secuencia granodcreciente

10
Figura 10: Columna estratigráfica de la Formación Calama (en Blanco, 2008).

11
2.4.2.- Grupo El Loa (Oligoceno – Plioceno Superior, May 1997, enmend. Blanco et al., en prep.)

Este grupo corresponde al de mayor distribución en la cuenca y es una redefinición de la Formación


Calizas de El Loa realizada por Fuenzalida (1957), además descritas anteriormente por Biese (1950)
y por Naranjo y Paskoff (1981), quienes separaron una secuencia de limos y arcillas, depositada en
discordancia, sobre la Formación a la que denominaron Chiuchiu de edad Plioceno Superior –
Pleistoceno. Marinovic y Lahsen (1984) incluyen en la Formación El Loa los afloramientos expuestos
en la quebrada Yalqui, por posición estratigráfica y relación de engrane lateral con la porción clástica
de esta formación. May (1997) y May y colaboradores (2005) proponen un esquema
litoestratigráfico nuevo, denominándolo como Grupo, en donde se incluyen cuatro formaciones
más, abarcando unidades que van desde el Mioceno Inferior al Plioceno Inferior.

Figura 11: Cuadro cronoestratigráfico para el Grupo El Loa, Cuenca Calama (en May et al., 2005).

12
Blanco et al. (en prep, tomado desde Blanco, 2008) ha realizado un mapeo detallado de las unidades
que rellenan esta cuenca, por lo que ha redefinido al Grupo Loa sobre la base de nuevos
antecedentes geocronológicos, litoestratigráficos y sedimentológicos. Las rocas basales de la
cuenca, expuestas en el margen oriental fueron asignadas por May et al. (2005) a la Formación
Calama, sin embargo, estos nuevos antecedentes no permiten sustentar dicha correlación, por lo
que se agrupa bajo la nueva denominación de Formación Brechas y Limolitas de Yalqui. De igual
modo, lo que May (1997) y May et al. (2005) definieron como sección inferior de la Formación
Lasana, expuesta en quebrada Yalqui, y que cronoestratigráficamente la situan debajo de la “sección
superior” de la misma, definida en la localidad de Lasana, ubicada 30 km al NW de quebrada Yalqui,
no se considera como argumento sólido para incluirla en dicha formación, por cuanto no tiene
continuidad lateral, ni contacto con la sección expuesta en la localidad de Lasana y tanto sus
litofacies como edades son muy diferentes. Debido a que la sección de quebrada Yalqui aflora a lo
largo de gran parte del margen oriental de la cuenca, donde si se puede seguir su continuidad lateral
y mapear, ha sido separada de la Formación Lasana bajo la denominación de Formación Yesos y
Limolitas de El Yeso (Blanco et al., en prep). Por otra parte, a consecuencia de lo anterior y
fundamentalmente sobre la base de cartografía geológica regional, la Formación Lasana (ahora
Formación Conglomerados de Lasana) se redefine con la diferenciación de dos miembros, Lloradero
y Talabre, y se ha precisado su rango cronoestratigráfico (Blanco, 2008).

En consecuencia, El Grupo El Loa queda constituido por las formaciones Yalqui, El Yeso, Jalquinche,
Lasana, Chiquinaputo y Opache, abarcando, en su conjunto, desde el Oligoceno al Plioceno Superior.
La arquitectura estratigráfica de este grupo está conformada por tres conjuntos de formaciones
separados por dos discordancias angulares una en el Mioceno Inferior y otra en el Mioceno Superior
(ca. 10 Ma). El conjunto inferior está constituido por la Formación Yalqui, expuesta en el sector
norte, oriental sur y suroeste de la cuenca. El conjunto medio, por las formaciones El Yeso, aflorada
en el margen oriental de la cuenca, la Formación Jalquinche, que ocupa el sector central y
suroccidental de la cuenca, y que, a su vez, engrana lateralmente hacia noreste con la Formación
Lasana y al SW con depósitos aluviales de piedemonte (gravas antiguas). El conjunto superior en
tanto, lo conforman la Formación Opache, que se sitúa en la porción centro occidental de la cuenca,
y engrana, lateralmente hacia el este con la Formación Chiquinaputo y al oeste con depósitos
aluviales de piedemonte.

13
Figura 12: Columna estratigráfica del margen oriental de la Cuenca Calama, expuesta en quebrada Yalqui, en
donde se observan las Formaciones Yalqui, Yeso y Chiquinaputo, con un espesor aproximado de 175 m. (en
Blanco, 2008).

14
2.4.3.- Formación Chiuchiu (¿Plioceno Superior? – Pleistoceno, Naranjo y Paskoff, 1981)

Esta formación es definida por Naranjo y Paskoff (1981), como una sucesión de limos y arcillas
multicolores, bien estratificadas, dispuesta horizontalmente y expuesta en las inmediaciones del
poblado homónimo. Depositada en forma discordante sobre las formaciones Opache y
Chiquinaputo, presenta incisiones de depósitos fluviales y ciénagas antiguos. Aflora a lo largo del
Río Loa, entre Chiuchiu y el sector de Angostura y, en el curso inferior del Río Salado. Su potencia
varía de entre 5 a 20 m.

Figura 13: Columna estratigráfica en donde se aprecia la alternancia entre depósitos fluviales y lacustres de la
Formación Chiuchiu, en la confluencia de los ríos Loa y Salado (en Blanco, 2008).

15
2.4.4.- Depósitos Aluviales Antiguos (¿Plioceno Superior alto? – Holoceno Medio, unidad informal)

Estos depósitos se componen de gravas y ripios polimícticos y, en menor medida, arenas gruesas y
de guijarros, probablemente consolidados, incluye además, limos de playa y localmente costras
salinas intercaladas en gravas. Disecan a los depósitos de piedemonte y a la Formación Opache y, a
su vez, son disecados por los depósitos aluviales activos. Se distribuyen ampliamente en la cuenca
(Blanco, 2008).

2.4.5.- Depósitos fluviales o de ciénagas antiguas (Pleistoceno Superior – Holoceno temprano,


unidad informal)

Depósitos aterrazados incisos en la Formación Chiuchiu, expuestas en terrazas situadas en los ríos
Loa y Salado. Se conforma de base a techo por gravas, arenas, limos, arcillas, situados en la mitad
inferior, de origen fluvial y que en la mitad superior se conforma por alfombras orgánicas, diatomitas
y tufas. Se encuentra semiconsolidado y bien estratificados, con abundantes trazas de raíces y
bioturbación por organismos excavadores (Blanco, 2008).

Se reconocen seis terrazas fluviales aluviales y de ciénaga distintas, separadas por discontinuidades
erosionales, en donde las terrazas reflejan épocas pleistocenas y holocenas más húmedas respecto
del clima actual, cuando la masa de agua estuvo más alta y permitió la agradación de los depósitos
que componen las terrazas. Las discordancias erosionales corresponden a épocas de desecado,
cuando la masa de agua bajó y los drenajes cortaron a los depósitos previos (Rech et al.,2002).

2.5.-Morfología de la Cuenca Calama

A través de estudios sismoestratigráficos registrados por ENAP en la década de los 80 en los sectores
central norte, oriental y suroriental en la Cuenca de Calama, a través de líneas sísmicas (Jordan et
al., 2006), junto con correlaciones litoestratigráficas expuestas en superficie y siguiendo la
continuidad de las capas hacia el subsuelo en el sector oriental de la cuenca (quebradas Yalqui y
Yeso) se determina que en el sur de la cuenca, durante el Eoceno, se localizó un depocentro (Figura
14) que se habría originado en parte durante la fase compresiva Incaica (Blanco et al., 2003).

Las variaciones en espesor de los conglomerados y limolitas de la Formación Yalqui, (Oligoceno-


Mioceno Inferior) permiten definir dos depocentros: uno en el sector central y otro en el sector
norte; en el primero esta unidad alcanza aproximadamente los 2.500 metros de espesor (Blanco,
2008). Ambos depocentros son controlados por un sistema de hemigrábenes, limitados al oeste por
fallas normales o transtensionales (Falla Loa), de orientación NNE-SSW y, una falla de transferencia
de orientación NW-SE, que los desplaza en sentido sinestral. En las Figuras 15 y 16, se observan
perfiles de líneas sísmicas realizados por Blanco y Tomlinson (2009).

16
Figura 14: Depocentros de la Cuenca Calama (en Jordan et al., 2006).

17
Figura 15: Corte geológico de la Línea Sísmica Z1F007, Blanco y Tomlinson (2009), (en Blanco, 2008).

18
Figura 16: Corte geológico de la Línea Sísmica Z1F006, Blanco y Tomlinson (2009) (en Blanco, 2008).

19
2.6.- Evolución paleoclimática

A partir del análisis estratigráfico de la Cuenca Calama se pueden identificar periodos o fases
paleoclimáticas distintivas, en las que se evidencia desarrollo de condiciones lacustres en un clima
relativamente húmedo. Se determinan tres periodos principales los que corresponden al:

• Oligoceno – Mioceno Inferior: en este periodo dominan los ambientes lacustres efímeros y
evaporíticos (tipo playa lake), como es el caso de Formación Yalqui.
• Mioceno Medio: en éste se evidencian abanicos fluviales que terminan en lagos someros y
efímeros o lagunas inter canales o inter lóbulos terminales de abanico fluvial, como el caso
de Formación Lasana.
• Mioceno Superior – Plioceno: se observa en este periodo ambiente de abanico fluvial con
lagunas temporales localizadas entre canales o lóbulos terminales de canales con
sedimentación y cementación cabonática predominante y diatómica subordinada.

Estos periodos son correlacionables con eventos similares en otras cuencas de edad Cenozoico de
los Andes Centrales (Blanco, 2008) como se indica en la Figura 17:

Figura 17: Correlación de eventos paleolacustres en cuencas cenozoicas de los Andes Centrales (Blanco, 2008;
en Dirección General de Aguas, levantamiento Información Hidrogeológica Región de Antofagasta, 2013).

20
3.- Observaciones en terreno

Durante la estadía en terreno realizada los días 16 y 17 de noviembre del presente año, en conjunto
con Cristian Del Castillo, se pudieron realizar una serie de actividades como recolección de algunos
clastos, los que estaban compuestos de unidades de conglomerados, realizamos la toma de
fotografías de diversas zonas en las inmediaciones del hallazgo, realizándose algunas inferencias
respecto de las características particulares de la zona en cuestión.

En la Figura 18 se observa una imagen panorámica de la ladera sur del área de estudio, en donde se
identifican 2 zonas sedimentarias principales. En las Figuras 19 y 20 se observan fotografías de las
zonas 1 y 2 respectivamente. Al costado NW de la zona 2, se observan los elementos del hallazgo
realizado por Phillip Cuadra y que, en la zona posterior (NE) presenta evidencias de corontas y fósiles
indeterminados (pelecípodos, raíces, Figura 21). En el extremo NW se observa (cerca de las viviendas
de la comunidad) una serie de fósiles que se cree son enraizados y estructuras producto de
precipitación de calcita (Figuras 22 y 23). A partir de la observación de estas estructuras junto a la
gran cantidad de efervescencia presente en los sedimentos (al aplicar HCl) se infiere que se trata de
un terreno con características del tipo kárstico, por lo que a los agujeros presentes (con diámetros
de 60 cm, aproximados), se les asigna el nombre de dolinas (Figura 24). La zona presenta, además,
gran contenido salino, evidenciándose una serie de costras salinas, en algunos casos yeso. En la
parte superior de la zona 1, se encuentran las estructuras en forma de “U” que se presentan a lo
largo de las lomas del terreno.

Figura 18: Fotografía en donde se observa a modo general las zonas en estudio en la ladera sur del sector
“Comunidad Indígena Hijos de Yalquincha”.

21
En la Figura 19 observamos la zona 1; correspondiente a una Unidad sedimentaria de color amarillo
blancuzco con una potencia de 1,2 metros aproximados, compuesta por 3 estratos, que de base a
techo corresponden al estrato 1, en donde se observan 60 cm de material arcilloso, en donde en la
parte inferior unos 40 cm corresponden a material arcilloso compactado y de alto carácter salino y
calcáreo, seguido de unos 20 cm de material arcilloso deleznable. En el estrato 2, se observa un
conglomerado polimíctico matriz soportado, que presenta gradación inversa con una potencia de
40 cm aproximada en donde sus clastos corresponden principalmente a andesitas con tamaños que
van desde 1 cm a 10 cm, seguido del estrato 3, caracterizado por un conglomerado de unos 20 cm
de potencia, matriz soportado con clastos angulosos a subredondeados de 1 a 5 cm, muy
diseminados.

Figura 19: Fotografía en donde se observa la Zona 1 con sus diferentes estratos.

En la zona 2 (Figura 20), se observa una unidad sedimentaria en donde se encuentran inmersos
restos de corontas. Esta unidad sedimentaria corresponde a un material blancuzco, consolidado,
aunque presenta horizontes de arcilla, con textura tobácea, lo que se cree corresponde a tobas

22
calcáreas, debido a su porosidad, por ende, poca densidad y a su alta efervescencia. Al SE de esta
zona se encontraron los restos presentes en la Fotografía 21.

Figura 20: Imagen en donde se observa la zona 2, unidad de toba calcárea con horizontes de arcillas y
presencia de corontas.

23
Figura 21: Imagen en donde se observan una raíz y pelecípodos ubicados al NE de la zona 2.

Figura 22: Estructuras de lo que se cree corresponde a precipitación de calcita.

24
Figura 23: Fotografía en donde se observa una serie de elementos fosilizados, lo que puede corresponder a
un enraizado de arbustos típicos de la zona.

25
Figura 24: En esta fotografía observamos una de las dolinas, ambas presentan un diámetro de 60 cm.

En conclusión y, en relación a lo antes expuesto, se infiere que el área de estudio se encontraría en


la unidad correspondiente a El Grupo Loa, de edad Oligoceno – Plioceno Superior (May, 1997),
específicamente la Formación Opache, debido a la clase de restos orgánicos y fósiles hallados y, a
las características litológicas que presentan similitudes con ésta.

Respecto de los afloramientos encontrados de diques de posibles andesitas o basaltos (registradas


en una jornada posterior, expuestos en las fotografías del anexo arqueológico). No se puede
determinar aún la composición mineralógica, sólo suponer que corresponden a diques de
composición andesitas/basaltos y, lo que se cree un afloramiento de areniscas. Debido a que, al ser
un sitio de interés arqueológico no puede ni debe ser alterado, por lo que sólo se tomaron (como
se indicó previamente), algunos clastos pertenencientes a los conglomerados y se realizaron
descripciones visuales a modo general, no pudiendo tomar muestras de mano para un análisis
posterior, misma situación se da para percutores, los que se determinaron como rocas
basálticas/andesíticas y graníticas, en forma general. Las rocas graníticas presentan
redondeamiento posiblemente por efecto del arrastre de corriente río abajo, en cambio los
percutores que presentan formas angulosas y de formas más laminares corresponderían a
basalto/andesitas. Respecto de los acuíferos presentes en la zona, se ahondará en el tema en un
informe posterior.

26
4- ANEXO ARQUEOLÓGICO
4.1- Visitas a terreno:

1era Visita (16/10/18)

Philip Cuadra y Cristian Del Castillo

Nos encontramos con Philip a eso de las 5 pm, en la Teletón y desde allí partimos caminando hasta
el lugar. Pasamos la carretera, bajamos por el camino principal hacia Yalquincha, luego por la antigua
cancha de fútbol subimos por un recorte en la ladera, en la que en la parte inferior actualmente se
tiene un acopio de azufre, seguimos al interior por la pequeña quebrada (en el camino) Philip me
cuenta que se trata del mismo tipo de formaciones que veremos en el lugar de los hallazgos,
caminamos por dicha que quebrada que pareciera tener cierta intermitencia de agua, por la
existencia de matorrales, y en general raíces secas en los márgenes de este, hasta que llegamos a
una pequeña tubería de agua, la atravesamos y pocos pasos después enfilamos hacia una cuesta a
hacia el norte, por un sendero de bicicletas, luego descendemos, y nos perfilamos hacia el norte por
otra quebradita, hasta que llegamos al sitio, procedo a tomar fotografías, referencias en GPS y a
observar los alrededores inmediatos.

Figura 25: Vista general del sitio del hallazgo sureste a noreste, desde la ladera anterior, de llegar al sitio que
hemos denominado como YAL-BLS-01, desde el sureste.

27
Figuras 26 y 27: Imágenes en donde se observan salientes tubulares ahuecadas, rellenas por material
sedimentario circundante. Que habían sido identificadas como huesos por el explorador Phlip Cuadra.

28
Figuras 28 y 29: Imágenes en donde se observa un acercamiento de la saliente tubular, observándose en los
extremos de estos envueltos con fibras vegetales; unas verticales de color café que recubren las paredes
exteriores, y por encima de esta, otra fibra vegetal de tono más claro caracterizada por tramas hiladas y
delgadas.

29
Figura 30: En esta imagen se observa un acercamiento hacia la concreción donde se registra la incrustación,
observándose lo que posiblemente correspondería a cuero.

Se observaban en las imágenes precedentes dos salientes tubulares color beige, y en los extremos
visibles de estas, ambas se distinguían por estar envueltos por esteras vegetales. Antes de proceder
al registro fotográfico limpié levemente con brocha y cepillo los hallazgos, en pos de obtener
mejores imágenes.

En las imágenes de las Figuras 26 y 27, se puede observar que estos tubos son huecos, y están
rellenos por la misma tierra de la concreción, además sus paredes son angostas, y la de la parte
inferior muestra una extensa grieta longitudinal en la misma. Además, se aprecia que a esta le falta
parte de su extremo expuesto, parte de la cual quedó registrada en la concreción que la cubría, con
lo que pareciera ser alguna fibra de camélido.

En las imágenes de las Figuras 28 y 29, se realiza un acercamiento a la de la parte superior, la cual
evidencia dos tramas en las esteras vegetales; una vertical como se aprecia con claridad en la Figura
28, donde se distingue por tener un tono café, y otra horizontal, envolviéndola por tramas delgadas
hiladas. En la imagen de la Figura 30, se realiza un acercamiento entre las esteras y la concreción,
donde pareciera distinguirse otro material, posiblemente cuero.

Las observaciones, y el registro de estos antecedentes, me llevaron a determinar que no se trataría


de huesos humanos ni animales, sino que, lo más probable es que se trata de cañas, unidas por
esteras vegetales, que podrían ser parte de alguna herramienta, o también ser parte de un
instrumento de viento conocido como “Sicuri”, o también una “zampoña”.

30
Figura 31: Vista desde sur a norte, desde la cuadrícula A1. Se puede apreciar el desprendimiento en la unidad
sedimentaria, en el contexto de una pared semivertical en una ladera de actividad fluvial intermitente, desde
cuyo interior emergió una matriz de arenillas y mucho material orgánico, de acuerdo con Philip Cuadra.

Figura 32: Acercamiento al desprendimiento, desde la cual fueron expuestos choclos en una matriz de
arenillas y otros muchos restos vegetales, mientras que en las paredes cimentadas de la misma también se
registraban choclos y restos vegetales siendo partes de la misma.

31
Figuras 33: Imagen en donde se pueden apreciar parte de los diversos restos orgánicos: esteras, semillas,
hojas, ramas, coprolitos de ratón, entre otros no distinguidos por el autor. Siendo parte de la cimentación de
unas de las caras de las paredes desprendidas.

Figura 34: Imagen en donde se registran choclos de dos formas, unos sueltos en la matriz de arenilla, y los
otros como parte de la cimentación que se desprendió.

32
La jornada se nos hizo corta, y no se pudo registrar sistemáticamente en su momento todo el lugar,
sino que más bien se registraron los hallazgos ya realizados. Se tomaron muestras de la concreción
donde se hallaron los choclos, para ser sometidos a pruebas para determinar su composición por
parte de la geóloga Javiera Errázuriz y, poder así, propender a esclarecer cómo fue posible que el
Sicuri haya terminado siendo parte de la formación de la ladera.

Por otro lado, Philip me hizo llegar muestras que tomo del lugar, cuando lo encontró por primera
vez, siendo estas: 1 fragmento de sicuri (trozo faltante, que se pueden apreciar en el segmento de
caña que se encuentra en la parte inferior en las Figuras 26 y 27), 1 choclo registrado según él en el
mismo contexto de la concreción rota, y restos vegetales varios, los cuales fueron envueltos (con el
mejor esmero y voluntad), roturados y almacenados temporalmente por el autor, actualmente se
encuentran depositadas en el Museo de Calama.

2da visita (16/11/18)

Cristian Del Castillo, Javiera Errázuriz y Comunidad “Hijos de Yalquincha”.

Los análisis de las muestras de las concreciones de tierra, no fueron concluyentes por lo que se
acordó con la geóloga Javiera Errázuriz realizar una prospección conjunta. Una vez en el sitio, nos
salió al encuentro el actual secretario de la “Comunidad Hijos de Yalquincha”, con un sobrino, a
quién informamos quiénes éramos y las actividades que estábamos desarrollando, luego de una
cálida charla, acordamos una reunión al día siguiente para presentarnos a la presidenta y al resto
de la comunidad. Les mostramos el lugar del hallazgo de los posibles huesos o cañas, don Francisco
lo reconoció como una zampoña, luego se retiraron e iniciamos el registro del sitio. Partimos con el
registro fotográfico, del posible sicuri, cuando se produjo el primer hallazgo fortuito de la jornada,
un percutor y una raedera lateral (en la cuadricula G-J3). El sitio se registraba bastante más
disturbado desde la visita que hiciera con Philip, ya que en el lugar no se registraba parte del material
lítico que habíamos visto la jornada anterior y, que, por llegar la noche, no alcanzamos a registrar
ese día. Así mismo se evidenció una mayor dispersión del supuesto material cerámico rojo pulido
por una cara, de 5 o 6 fragmentos, solo se registraron 3 al momento de la fotografía.

Una vez terminado el croquis del sitio y su levantamiento, comenzamos a prospectar los alrededores
inmediatos a éste, de forma radial. En la parte superior de la loma del sitio, hallamos una serie de
estructuras en “U”, subcirculares y rectangulares, con el terreno interior levemente socavado, y que
se situaban con el parapeto hacia el noreste a lo largo de todo el lomaje que en dicha zona se
extiende de norte a sur. Una caminata por estos nos reveló que no parecieran ser producto reciente,
ya que no se evidencia movimiento de tierra actual, también observamos en abundancia lo que
parecieran ser material lascado, producto de trabajos toscos, y de filos unifaciales naturales,
inmediatos a estas estructuras. Estos nuevos hallazgos no fueron registrados (dejándose para una
jornada posterior) y quedaron bajo una segunda cuadrícula aún por elaborar, pero con la
catalogación de “YAL-BLS-02”.

33
Figuras 35 y 36: Imágenes en donde se observa en detalle, esto es con escala y norte, dos cañas tubulares
expuestas. Una estimación a priori de los elementos registrados, nos podría estar indicando la presencia de
un “sicuri” o “zampoña”, no obstante, no podemos descartar cualquier otra posibilidad como, enmangue de
alguna herramienta, o parte de un conjunto de cual aun no podemos apreciar en su magnitud y naturaleza.

34
Figura 37: Raedera lateral, registrado inmediato a un percutor/martillo de mano de la cuadricula G-J3.

Figura 38: Percutor o martillo de mano, semi enterrado en una pequeña ladera (G-J3), unos centímetros más
abajo de la raedera lateral, y muy cercano a la oquedad donde se registró lo que podría ser una herramienta
o “zampoña”. En la parte inferior de la foto, la roca muestra agrietamiento en el polo, por efecto del uso.

35
Figura 39: Tres fragmentos cerámicos rojos registrado en la cuadricula G1. Durante la primera visita se vieron
más fragmentos, pero no se alcanzó a realizar un registro de éstos.

Figura 40: Vista desde norte a sur de la ladera en estudio. Se puede apreciar una de las dos dolinas que se
encuentran en el sitio. De acuerdo con Philip Cuadra, conecta con la otra que se encuentra más hacia NW,
pero ambos lamentablemente registran gran cantidad de basura y botellas rotas en su interior, por lo cual se
hace peligroso el ingreso. Ambas dolinas son de igual diámetro, la que se encuentra en J3, además registra
otro desprendimiento de una concreción kárstica, de la cual se ven expuestos algunos choclos y restos
orgánicos de semillas, hojas, y esteras.

36
(17/11/18) Reunión con la Comunidad Hijos de Yalquincha:

Javiera, Cristian y algunos miembros de la comunidad, incluida su dirigencia.

A las 11:00 am, Javiera y el autor se reunieron con la comunidad en casa de la presidenta. Nos
cuentan que ellos están en proceso de reivindicación de tierra, ya que a su padre le compraron las
tierras y las aguas mediante engaños, actualmente los terrenos donde se encuentra el campo de
extracción y capacitación de la empresa SOCOAL Ltda, de la familia Álvarez, por lo que ellos
ocuparon terrenos de la ladera sur que, actualmente corresponde al emplazamiento de casi todos
los miembros de la comunidad, se encuentran regularizando los terrenos ante Bienes Nacionales, y
solo han recibido apoyo verbal de la CONADI de Calama.

El secretario se muestra preocupado, puesto cree que estos hallazgos pueden afectar su proceso de
territorialización, a los cual le respondemos que, muy por el contrario, ya que de cualquier modo
estos hallazgos son testigos de los tiempos tempranos del hombre loíno en el sector, lo cual viene a
reforzar la idea de la necesidad del hombre y la mujer atacameña en el sector para proteger y poner
en valor este patrimonio natural y cultural, que bien trabajado se podría llegar a articular un sendero
patrimonial con resguardo comunitario, como ocurre con las comunidades de Atacama.

También en términos generales, la comunidad se mostró reacia a “extraer” los restos, prefieren que
se dejen allí, en palabras de su presidenta. Nosotros asentimos su punto, sobre todo si se tratase de
restos humanos, pero les solicitamos que por favor en caso de realizar algún hallazgo de importancia
prehistórica, nos dejen realizar al menos pozos de sondeo para poder así obtener muestras con las
cuales realizar análisis y dataciones absolutas, ya que esta ladera (sur) de Yalquincha nos podría
estar entregando informacón sobre su historia en base a los hallazgos superficiales de hace 600 años
o, de forma completamente distinta, de hace 6.000 años. En base a esto radica la importancia de
poder indicar con precisión aquello, la oportuna realización de dataciones y estudios en el área.
Cabe destacar el alto grado de perdida de sitios por acción del hombre, y la importancia de situar al
oasis de Calama en su debida relevancia para el desarrollo de la vida humana en el desierto más
árido del mundo.

Finalmente nos dan su consentimiento verbal para que podamos prospectar lo que al menos les
corresponde como comunidad que abarca desde la cañería de agua por el sur (por la bajada con el
acopio de azufre) hasta la otra toma de agua a unos 500 metros más arriba. Acordamos que dos
personas al menos trabajen directamente con el equipo prospector, para que así aprendan a
reconocer el patrimonio arqueológico local y, que cuando tuviese el anteproyecto listo, se los
presentaría para poder tomar su consentimiento informado y autorización para los trabajos de
prospección y sondaje en el sitio ladera sur de Yalquincha frente al Consejo de Monumentos
Nacionales.

La reunión termina cerca de las 13:00 PM.

37
3era visita (21/11/18)

Cristian Del Castillo

La tercera visita fue realizada para verificar los datos tomados por GPS y ampliar las zonas a
proponer para inscribir en el CMN, durante el ejercicio de la misma, se produjeron una serie de
significativos hallazgos, que refuerzan la idea del autor de ampliar las zonas a prospectar y sondear.
Apoyado principalmente en potenciales hallazgos superficiales y en la presencia de estructuras
arqueológicas.

Figura 41: Percutor de basalto/andesita registrado, unos centímetros al oeste del hito A1 del sitio YAL-BLS-01,
utilizado para georeferenciar el levantamiento planimétrico del sitio. Este evidencia gran desgaste por uno de
sus polos. Este percutor sería el de menor tamaño y único en su forma cónica, que seguramente sirvió en una
etapa tardía de la talla.

38
Figura 42 y 43: Percutor de basalto/andesita, pigmentado con rojo en dos de sus caras. Este es el percutor de
mayor tamaño y fue registrado en el muro exterior de una estructura en “U”, a medio enterrar, en la parte
superior de la loma posterior a YAL-BLS-01. Muy cercano al vértice A3 del primer sector.

39
Figura 44 y 45: Caras del percutor pigmentado en rojo. Nótese que la cara de la Figura 34 está especialmente
bien conservada, y se pueden observar algunas zonas donde al parecer interactúa con un pigmento de otro
color.

40
4ta visita (01/12/18)

Cristian Del Castillo

La cuarta visita se gestó por la necesidad de documentar y registrar, parte de las estructuras
identificadas en la zona “YAL-BLS-02”. Llegué en bicicleta a las 8:30 y se estaba desarrollando una
competencia de bicicross, en parte de los caminos superiores que atraviesan longitudinalmente la
ladera. También un grupo de al menos 10 personas se encontraban en una pequeña planicie entre
una pequeña manguera de agua y la zona aplanada cerca de las tuberías de agua de más abajo.
Mientras, en la comunidad, los hombres se disponían a abrir un tambor de aceite. Procedo a
registrar primero las estructuras, comenzando de norte a sur por toda la ladera, quedando
registradas entonces la primera como estructura-1, y así en forma consecutiva. El pie de fotografía
es de 2 metros. Las estructuras de Yalquincha, baja ladera sur 02, o “YAL-BLS-02” se presentan a
continuación:

a) b)

Figuras 46: En estas imágenes se observa que la estructura-1 (a) nos revela el tipo de formación en “U”,
mientras que la segunda exhibe una forma rectangular pequeña, la densidad de material lítico en ambas es
baja, más que nada lascas y desechos. De la estructura-2 (b) podemos notar un alto grado de destrucción
producto de la acción de vehículos motorizados.

a) b)

Figura 47: En (a) se observa a la estructura-3, la que se encuentra mayormente disturbada por la acción de
vehículos, mientras que unos metros al este, en b) se registra la estructura 4, bien conservada, similar a la
estructura-2, pero con otra orientación.

41
a) b)

Figura 48: Las estructuras 5 (a) y 6 (b), son complejas, ya que parecieran tener divisiones interiores, o formas
de sus contornos más sinuosas, además son de mayor tamaño, en comparación con las vistas con anterioridad.

a) b)

Figura 49: En a) y b) se observan las estructuras 7 y 8, respectivamente, las que exhiben tanto: una forma
rectangular de bordes curvos, como una extensión hacia el borde poniente de la ladera, que pareciera
conectar a una serie de senderos traseros. La estructura 7 (a) evidencia una gran concentración de lo que
parecieran ser material lascado de basalto/andesita acopiados por todos los bordes con gran densidad.
Mientras que la estructura 8 (b), no evidencia tal concentración, no obstante, su parte posterior entronca con
lo que pareciera ser un sendero.

42
a) b)

Figura 50: En estas imágenes se observan las estructuras-9 en a) y 10 en b), mientras la primera nos muestra
un patrón complejo compuesto de una forma rectangular de esquinas curvas y un alerón en forma de “L”, en
cuya pared sur se observa bastante despunte de basalto, la estructura-10, en cambio, evidencia una forma
rectangular irregular, que nos recuerda a las estructuras 2 (Figura 35 b) y 4 (Figura 36 b).

a) b)

Figura 51: Se observa en a), la estructura-11, que guarda amplias similitudes a la estructura-10 (Figura 39 b),
pero que carece de la concentración de despunte de basalto. En b), se observa a la estructura 12, la que
presenta una forma subcircular, y en el parapeto se registraron distintos núcleos de rocas, a simple vista
parecieran ser basalto, andesita y arenisca, a las cuales se le ha desprovisto de parte del córtex a través de la
talla intencional, presentando sus superficies distintos planos de fracturas. La última de estas tuvo que haber
sido transportada desde las partes bajas del río.

43
a) b)

Figura 52: Detalle de la condición descrita para la estructura-12. Se pueden apreciar estas rocas, no solo siendo
parte de la estructura, aunque de forma superficial, sino que también evidencian la acción humana, debido a
la configuración de los negativos de extracción presentes en estos. En cuanto a la que podría ser basalto,
podríamos estar ante la extracción de materia prima para la elaboración lascados con aristas de filos naturales.

a) b)

Figura 53: Las estructuras 13 y 14 en a) y b), respectivamente, parecen estar contando dos historias
completamente distintas. Mientras que la estructura 13 (a) está ampliamente disturbada y erosionada, de
esta sale lo que pareciera ser un sendero. Mientras que en la estructura 14 (b) pareciera que fue disturbada
en tiempos subactuales, y registra signos de excavación de adentro hacia afuera.

44
a) b)

Figura 54: Senderos/caminos descritos para varias estructuras. Fotografías tomadas desde la mitad de la
ladera. En a) se observan los senderos de norte a sur y, en b) los senderos hacia el poniente.

a) b)

Figura 55: En estas imágenes se observan la estructura-15 (a) y 16 (b), las que forman parte de las estructuras
de paredes más anchas, grandes y subcirculares, junto con la estructura-17 (Figura 45 a). De ambas salen
unos senderos que conectan con el conjunto de estructuras al sur y al norte.

45
a) b)

Figura 56: Se observan en a) estructura-17 y en b) estructura-18. La primera es una de las más grandes,
subcircular y, en su muro externo hacia el noreste, se registró el percutor con pigmento rojo en 2 de sus caras.
En cambio, la estructura 18, tiene la ya característica forma rectangular pequeña, pero se encuentra muy
disturbado y pareciera ser anexa a la estructura 17. Entre ambas se registró un percutor fracturado.

a) b)

Figura 57: Percutor de basalto fracturado entre las estructuras-17 y 18 (Figura 45).

46
a) b)

Figura 58: En estas imágenes se observan las estructuras-19 en a) y 20 en b). Se aprecia que disminuye
notablemente la presencia de talla lítica, en ambas estructuras sus partes posteriores conectan con senderos.
Mientras la estructura 19 evidencia forma rectangular pequeña, la estructura 20 muestra una de tipo “U”.
Lamentablemente ambas disturbadas por el paso de vehículos.

a) b)

Figura 59: En las estructuras 22 (a) y 21 (b), ya en la cuadriculas correspondientes a “YAL - MLS”, se registran
dos formaciones con forma en “L”, las cuales en las partes posteriores entroncan con senderos. Aquí
prácticamente no se registra presencia de trabajo lítico.

47
a) b)

Figura 60: Se observa en estas imágenes, diques de andesita/basalto y areniscas respectivamente, de acuerdo
con observaciones realizadas in situ6. Registrados en la parte superior del vértice A10 de “YAL-BLS-01”, hacia
el sudeste, próximo respecto del vértice A3. Quizás el acceso y control de estos, y otros recursos para la
elaboración de herramientas líticas, habría precipitado las formas de la ocupación de este territorio en
tiempos prehispánicos remotos.

A la bajada paso a saludar a las personas de la comunidad. Allí me cuentan que andaban unos
autodenominados “botánicos” que se encontraban haciendo un estudio, para atravesar un camino
a media ladera y darle comunicación a 40 familias que vivían en un sector hacia el interior, ya habían
marcado varios sectores con banderines y spray rojo. Las personas le indicaron que había estudios
arqueológicos en curso, a lo que respondieron “que no era su problema”, que ellos eran del “SAG”.
Verifiqué los datos en el “sistema de evaluación medio ambiental” pero no se registraba ningún
ingreso de solicitudes para el sector de Yalquincha. Quedando con el sabor amargo de que quizás,
una vez más, estamos corriendo contra el tiempo, para poder documentar este posible sitio de
interés arqueológico y antropológico.

6
Se contó con la referencia fotográfica de la geóloga Javiera Errázuriz.
48
4.2- ANÁLISIS DE LOS HALLAZGOS
Área del sitio prospectado y sistematizado “YAL-BLS-01”.

Figura 61: En esta imagen se observa el área prospectada, en donde: el Perímetro es de 80 m, el Área de 400
m2 y la altitud varía entre los 2.310 - 2.320 msnm. Imagen tomada desde Google Earth.

49
NORTE

Figura 62: Croquis-plano de la ubicación de los hallazgos en Yalquincha. Cuadriculas de 2 x 2 metros. Baja
Ladera Sur 01 (YAL-BLS-01) en donde:

2 cañas envueltas en estera vegetal (con posible presencia de lanas y cuero) en G2-3.

4 choclos y restos vegetales en G1. 3 choclos y restos vegetales en J3.

1 percutor de mano en A1. 1 percutor y 1 raspador de dorso alto en G-J3.

5 fragmentos cerámicos roja pulida por una cara en G1.

El material lítico:

Paradójico resulta para la arqueología que se haya escrito muy poco sobre las herramientas y
técnicas involucradas en el proceso de talla lítica, tanto en percutores como retocadores. En Chile
la carencia es aún más grande, sin que exista una publicación dedicada a su estudio o descripción
(Ballester y Crisóstomo 2017).

Debido al hallazgo in situ de 4 percutores de distinto tamaño y morfología en YAL-BLS-01 y 02, es


que me centraré en su descripción. Un percutor es una herramienta de talla lítica cuya función es
proveer la energía cinética necesaria para desprender lascas de un nódulo de roca, sea para tallar
una forma predeterminada o extraer derivados a ser utilizados como artefactos (Aschero 1975; Bate
1971; Escola 1993; Inizan et al., 1995). Son empleados en labores definidas como percusión dura,
usualmente en las primeras etapas de la secuencia de talla lítica (Inizian et al., 1995; Speth 1972).
Piezas más grandes y masivas son generalmente empleadas al inicio de la cadena operativa de
trabajo lítico, sigue el mismo precepto básico de la minería artesanal. En las siguientes etapas, es
necesario percutores de menor tamaño para generar entre otras, fuerzas dirigidas a zonas
específicas, percutores con sección de impacto reducidas, facilitan golpes certeros y dirigidos para
una talla precisa. “Visto así, el mundo de los percutores es amplio y existen diversos tipos según la
etapa en la cadena operativa” (Ballester y Crisóstomo 2017: 179).

50
Tabla 1: Clasificación de percutores, elaborada según criterios de clasificación de Escola 1993).
Material analizado in situ.

Tipo de Fuente Categoría Grado huella Modificación Modificación


Percutor
roca origen morfológica de uso soporte figurativa
Percutor (C) Cilíndrica
Basalto/ 1 polo, grado
pequeño Fluvial sección no no
andesita 3
(GJ3) semicircular

Percutor (C) Cilíndrica


Basalto/ 1 polo, grado
pequeño frag Fluvial sección no no
andesita 5
YAL-BLS-02 semicircular

(E) Cilíndrica
Percutor Basalto/ 1 polo, grado
Fluvial sección no no
mediano (A1) andesita 4
triangular
(C) y (E)
Percutor si, 2 caras
Basalto/ Cilíndrica semi 1 polo, grado
grande YAL- Fluvial No lineales,
andesita circular- 2
BLS-02 pigmento rojo
cuadrangular

Respecto del locus de los hallazgos, los percutores “grande YAL-BLS-02” y “pequeño frag. YAL-BLS-
02”, fueron encontrados en asociación a unas estructuras próximas al vértice del punto GPS A3.
Mientras que el “percutor pequeño GJ3”, y el “percutor mediano A1”, parecen haber sido
arrastrados desde las partes altas de la ladera, por efecto de la intermitencia de lluvias, por cierto,
en ambos casos, estas se registraban a medio enterrar.

Los cuatro percutores si bien guardan notables diferencias morfológicas, comparten ser del mismo
tipo de roca; basalto/andesita7 y, su desgaste/erosión es de origen fluvial. En uno de ellos se registró
que dos de sus caras estaban pintadas con trazos lineales de pigmento rojo, una de estas caras está
especialmente bien conservada, producto de la posición relativa que ésta tenía entre el muro
externo de una estructura subcircular y el sol, quizás se le puedan practicar pruebas para determinar
su origen (mineral, vegetal u otros). Mientras que el percutor “pequeño frag. YAL-BLS-02”, registra
el tipo de fractura llamada “checks”, descrita por Hayden (1987), la cual se trata de fracturas
alargadas que generalmente corren paralelas al canto trabajado y que presenta forma de V o de
cuadrados, este tipo de fracturas también se pueden observar en los floreamientos de diques de lo
que serían basaltos/andesita o areniscas retratados en la Figura 52.

De estos, los cuatro presentan distintos tamaños y distintas formas en el desgaste del material,
adjudicable a los distintos tipos de talla dentro de la cadena de elaboración lítica. Mientras que uno
se encontraba fracturado y astillado en al menos tres fragmentos.

7
Solo se procedió con una inspección visual, se recomienda su análisis mineralógico para determinar con
exactitud.
51
Los 4 líticos y sus distintos tamaños y morfologías, nos podrían estar sugiriendo distintas
participaciones que pudieron haber tenido cada uno, en un mismo proceso de talla lítica y/o
retoque, en el contexto de la baja ladera sur de Yalquincha. No obstante, los hallazgos son
superficiales, aunque sugerentes.

Las estructuras

Si bien 16 estructuras se registran en el perímetro de YAL-BLS-02, se identificaron un total de 22 en


toda la ladera. Las estructuras fueron referenciadas mediante fotografía y geolocalización. Estas se
emplazan en la ladera de norte a sur, y sus parapetos principales miran en general al noreste.
Mientras que los senderos que los comunican se encuentran en la parte posterior de estos, hacia
YAL-BLS-01. Unas estructuras menores y muy disturbadas se registraron en la parte superior al
vértice A10 de “YAL-BLS-01”, se pudieron distinguir al menos 3 de estas, que no fueron registradas
en este mapeo.

Figura 63: Perímetro en donde se observan las estructuras en el área de prospección. Imagen tomada desde
Google Earth.

52
Tabla 2: Clasificación por tipo de estructuras, según sus características generales, emplazamiento y
talla lítica.

Característica Conecta
Unidad Tipo Emplazamiento Talla lítica
general sendero
Estructura 1 herradura Mediana altiplanicie Si si
Estructura 2 rectangular estrecha altiplanicie no no
Estructura 3 rectangular ancha altiplanicie No no
Estructura 4 rectangular mediano Altiplanicie No no
Estructura 5 Rectangular estrecha Borde ladera No no
Estructura 6 Subcircular grande Altiplanicie si si
Estructura 7 Subcircular complejo Altiplanicie no no
Estructura 8 Rectangular Estrecho Borde ladera Si si
Estructura 9 Rectangular Estrecho Borde ladera Si si
Estructura 10 Rectangular Grande altiplanicie si si
complejo
Estructura 11 Rectangular estrecho Altiplanicie no si
Estructura 12 Rectangular mediano Borde ladera No si
Estructura 13 Subcircular Grande Altiplanicie Si Si
Estructura 14 Rectangular estrecho Borde ladera no si
Estructura 15 Rectangular estrecho Altiplanicie No no
Estructura 16 Subcircular Grande Conecta borde Si si
ladera
Estructura 17 Rectangular Estrecho Borde ladera No si
Estructura 18 Rectangular Mediano Conecta borde No si
ladera
Estructura 19 Herradura Mediana altiplanicie no si
Estructura 20 Herradura Mediano Altiplanicie No si
Estructura 21 L Mediano Conecta borde No Si
ladera
Estructura 22 L Mediano Conecta borde No no
ladera

Podemos apreciar que el 60% de las unidades se ubican en el plano de la ladera este de “YAL-BLS-
02”, mientras que el restante 40% se ubica en una situación que lo conecta con la bajada de la ladera
hacia el poniente, con una serie de senderos que serpentean la ladera a distintas alturas. Estos
senderos son sin duda producto del transitar prolongado, durante algún periodo de tiempo, de
entre estos, se pueden distinguir otros caminos, como de bicicletas y otros subactuales.

53
Tabla 3: Tipos de estructuras y su abundancia.
Tipo Cantidad
Herradura 3
L 2
Rectangular 13
Subcircular 4

Tabla 4: Características generales de las estructuras.


Característica general Cantidad
Estrechos 8
Medianos 8
Anchos 2
Grande 4
Complejo 2

Tabla 5: Emplazamiento relativo en la ladera.


Emplazamiento Cantidad
Altiplanicie 12
Borde ladera 5
Conecta borde ladera 4

Tabla 6: Otras características de las estructuras.


sitios si no
Talla lítica 7 15
Conecta a sendero 18 4

Mientras que las estructuras rectangulares medianas, estrechas y anchas las encontramos
concentradas hacia los extremos norte y sur del sitio “YAL-BLS-02”, ninguna de éstas pudo haber
resultado apta para el trabajo y el desplazamiento, por sus discretas dimensiones, siempre menores
a 3 m2. Ahora bien, estas pudieron haber sido algún tipo de almacén o bodega subactual, ya que
muchas de estas no presentan huellas de senderos. En cambio, hacia la parte central se concentran,
a dos alturas y planos distintos, las estructuras subcirculares grandes y en dos casos complejas,
donde se registraron dos de los percutores y al menos 3 distintos tipos de núcleos rocas con
evidencia de despunte, para la obtención de material presuntamente lascado. También se
registraron nódulos de talla, concentración de lascas de filos naturales unifaciales, percutores y
martillos fracturados. Mientras que en las de “herradura” se concentran en las partes marginales,
y, sólo en el caso de las estructuras de la primera de estas, en conexión con el borde ladera,
asociados a senderos bien marcados.

54
Ahora bien, buena parte de las estructuras; sobre todo las rectangulares y en conexión con los
senderos de la ladera, puede que se trate de estructuras subactuales producto de una intrusión
antrópica, producto de ejercicios militares. En las inmediaciones de la planta de agua y hacia la parte
este del cementerio de Topater, se registran actividades de ejercicios militares, como campos de
tiro y balística. Valga señalar que, ni en las estructuras, ni en las inmediaciones se registraron
cartuchos de balas, trazas metálicas o escoria producto de explosiones balísticas. No obstante,
puede que estemos ante una superposición de elementos, ya que, la fuerte evidencia que presentan
las estructuras subcirculares de las Figuras 40, 41, 44 y 45, nos presentan asociación superficial tanto
de nódulos de rocas de distintos tipos, como núcleos de rocas de distintos tipos, lascas y percutores,
mientras que hacia el sur de estas se registran dos diques los que se observan como basaltos o
andesitas. Ambas rocas son ampliamente utilizadas en los tiempos tempranos tanto por su relativa
abundancia en el contexto del Loa, como por los filos naturales de la extracción de lascas.

Si bien, el posible sitio arqueológico pudo haber sido alterado, en cuanto a la distribución horizontal
y vertical del registro, por dicha intrusión. También hay que señalar que, el viento es sin duda uno
de los principales agentes tafonómicos en ambientes áridos/semiáridos (Schiffer, 1987). Así se ha
verificado en los contextos arqueológicos de la pampa (Latorre et al. 2013, Ugalde 2015), en estos
lugares la sedimentación es escasa, generando depósitos de bajo potencial estratigráfico. A esto se
suma la evidencia presentada en el anexo geológico sobre la formación en la cual se ubica el mismo.

La evidencia presente en el sitio nos sugiere a este como un yacimiento de cantereo y formalización
lítica inmediato a uno de los sectores más anchos del valle de Yalquincha, en una posición
privilegiada de acceso a los distintos recursos que este le puede haber ofrecido; ya fueran aguas
salobres de uso esporádico, así como cantereo lítico y aprovechamiento de los recursos de la
entrada a la cuenca de Calama, tanto vegetales como de la fauna presente en distintas épocas del
año.

55
4.3-ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS:

De acuerdo con las más recientes investigaciones interdisciplinarias en arqueología, botánica,


geografía y climatología, para la región desértica de Atacama, gracias al “acopio de datos
paleoclimáticos de los últimos veinte años desarrollado por grupos de estudio que han enfrentado
distintos registros paleoambientales están demostrando convenientemente que hacia fines del
Pleistoceno el desierto de Atacama presentó territorios distintos, más auspiciosos para las primeras
sociedades humanas que lo habitaron. En contraste, hay consenso que desde comienzos del
Holoceno las condiciones climáticas se hicieron cada vez más inestables, fluctuantes y áridas”
(Falabella et al. [Ed] 2016: 77). Como vemos durante la transición Pleistoceno-Holoceno, fechada
entre el 12.800 y el 9.700 Antes del Presente8. Se desarrollaba en la región un evento de cambio
ambiental conocido localmente como CAPE9, el cual incrementó los regímenes de lluvias en el flanco
oeste de la cordillera y el altiplano (Loyola et al., 2017).

Siendo el régimen de lluvias mayor, por tanto, las cargas de agua dulce del Loa y otros tributarios
era superior. Por otro lado, el aumento de las mismas, debió haber repercutido aumentando de
igual proporción las cotas de la capa freática (Betancourt 2000), que pudo haber mantenido
afloramientos en sectores como el salar de Talabre, también en los sectores conocidos como las
vegas y ojo de opache, el primero al norte de la ciudad y los otros dos al sur. Como resultado se
generaron paleohumedales y extensas vegas al oeste, y al este posiblemente un parche de arboledas
de algarrobo. A esto se suma abundante evidencia paleontológica en flora y fauna, de entre estos
últimos destaca la presencia de Hippedion saldasi (Equidae), Lama gracilis (camelidae),
Megatherium medinae (Xenarthra), canidae, Equus (Amerhippus), Gomphotheridae, Macrauchenia
patachonica, y Reidae, entre otros (López y Rojas et al [Ed] 2018) para tiempos del Pleistoceno
superior en la cuenca de Calama, la cual refuerza la idea de las condiciones favorables de la cuenca.

En cuanto al patrón de poblamiento temprano, para el caso del desierto de Atacama, las
investigaciones (Santoro et al. 2004) nos reseñan que las ocupaciones de tierras altas, sobre 3.500
msnm configuran, hasta el momento, un fenómeno posterior a las ocupaciones de los pisos más
bajos. Esta situación se verifica en la Puna Salada de Atacama (Núñez y Santoro, 1988). Dentro del
desierto de Atacama central, destacan los sitios Tuina-1, Tuina-5, San Lorenzo, Tulán-109, Punta
Negra-1 e Imilac, emplazados entre los 2.000 a 3.000 msnm, con dataciones de fines del Pleistoceno
que fluctúan entre el 12.560 y el 11.360 AP10 (Núñez et al. 2002, 2005; Grosjean et al. 2005a, 2005b).
Hay que señalar que los sitios Tuina, por ejemplo, están emplazados en quebradas con cursos
fluviales hoy extintos, y que de acuerdo con Druss (1976), habrían formado un área única y continua
de recursos con Chiu-Chiu. De acuerdo con su modelo, el período pluvial estaba acompañado por
temperaturas más bajas, aumento de nubosidad, incremento de precipitación, que durante
máximos pluviales podría caer en el área del Loa, y una disminución en la evaporación, como
resultado del aumento de la precipitación (Druss, 1976).

8
Años antes del presente, se considera el presente 1950. AP en adelante.
9
Por su sigla en inglés; Central Atacama Pluvial Event (CAPE).
10
Fechas radiocarbónicas calibradas. Esto quiere decir que: el equipo investigador una vez recepcionado las
dataciones del laboratorio, debe realizar el calibrados para el hemisferio sur, según la curva SHCal04. Y no
todos los trabajos publicados cuentan con dicha calibración.
56
Estos datos nos evidencian no solo climas más favorables, sino que también ubica a la zona en
cuestión, dentro del área descrita para el patrón de ocupación inicial del desierto de Atacama
central, el cual involucra distintos sectores con paleoafluentes tributarios del Loa, aunque con cierto
énfasis en los sectores este y sur.

De acuerdo con el investigador mas nutrido de la cuenca de Calama Osvaldo Rojas, quien reseña
que los primeros refugios y talleres para el trabajo lítico se encuentran en el actual sector Topater y
lomas del Cristo, quienes ocuparon zonas circundantes a la actual cuenca de Calama, estos se
habrían emplazado en las regiones altas con claros fines defensivos y de observación para la caza y
las comunicaciones. Los grandes bofedales producto de la acumulación del Loa, permitieron el
desarrollo de una variada fauna, gran parte de la cual hoy esta extinta, pero que propició antiguas
ocupaciones (Rojas, sin año). Con la sucesión de las edades fue dando paso a una ciénaga abundante
en recursos bióticos y faunísticos, pero que al mismo tiempo presentaba condiciones insalubres por
favorecer con sus aguas estancadas pestes y plagas entre los humanos, por tanto, tiene sentido que
se hayan asentado en las inmediaciones y no en el contexto de las aguas ralas.

El investigador experto en el periodo Arcaico en el Loa, Patricio de Souza (2004) señala que las
formas bifaciales triangulares de los sitios Toconce y El Pescador encuentran altas similitudes con
otros conjuntos registrados para este periodo en la Puna de Atacama (Núñez, 1992; Núñez et al.,
2002). Lo que permitiría realizar análisis comparativos con fines de establecer interpretaciones y
asociaciones sincrónicas. También nos es de interés la presencia de raederas laterales en Chulqui y
el Pescador, los cuales son característicos en sitios de la Fase Tuina de la Puna de Atacama (Núñez,
1983; 1992).

Figura 64. Principales sitios del Arcaico Temprano con fechas radiocarbónicas11 y estratigrafías en asociación.
Podemos dar cuenta que tanto las condiciones paleoclimáticas, como el patrón de movilidad y asentamiento

11
Sin calibrar.
57
descrito para el territorio, son coincidentes en evidenciar que el área de estudio mostraba condiciones
favorables para su ocupación y explotación.

Al norte del Loa, encontramos el sitio con ocupaciones datadas desde el Pleistoceno Superior,
Quebrada Mani-12, el cual es un taller de procesamiento lítico, emplazado sobre una terraza fluvial
hoy seca, el cual evidencia en su material lítico compuesto principalmente de material local,
posiblemente basalto, dado el lascado cortical presente (Santoro et al., 2011) y foráneos como el
silex y la obsidiana, se cree que trabajaban con preformas debido al bajo registro de núcleos, además
se registró la presencia de pigmentos de color rojo y conchas del pacifico, lo cual da cuenta de la
alta movilidad que registran estos grupos tempranos en general. Tiene dataciones por
termoluminiscencia calibrados que lo ubican del 12.790 al 11.660 AP (Falabella et al [Ed] 2016).

Por la costa si bien la presencia de conchales es abundante, su datación con asociación estratigráfica
es complicada. Ahora bien, un poco al norte de la ciudad de Antofagasta, encontramos el sitio La
Chimba-13; un campamento de pescadores, cazadores y recolectores marinos, registrado para el
Arcaico Temprano. Si bien presenta una serie de dataciones, nosotros nos ceñiremos a la toma de
muestras realizadas sobre carbón y otolitos12, que arrojaron fechas tempranas del 10.120 al 9.170
AP, respectivamente (López y Rojas [Ed] 2018). En la inhumanación documentada por Llagostera y
colaboradores, destaca para nuestro interés: “un entierro humano, con ofrendas y su vinculación a
lítos geométricos y a algunos percutores con pigmento rojo” (Llagostera et al., 1998), para el autor
estos lítos tendrían vinculación con el Complejo “Huentelauquén”, reconocido para el Arcaico
Temprano en el norte árido y en el semiárido con mayor presencia e intensidad.

En Morro Colorado, al norte de Taltal, Junius Bird también registra algunos percutores pigmentados,
que el día de hoy se encuentran almacenados en el American Museum of Natural History de Nueva
York, donde hay tres de ellos y, de los cuales, dos tienen trazos de pigmentos rojos en las paredes
laterales (Bird y Rivera, 2006). Otros percutores con pigmento rojo se registran en otros sitios
costeros como Copaca-1 (Castro et al., 2016), Caleta del Fierro-2, Guasilla-2 y Caleta Errázuriz
(Ballester y Crisóstomo, 2017). Todos estos encontrados entre líticos muy toscos, y que poseen
dataciones los ubican entre el Arcaico Temprano y Medio.

12
Debido principalmente porque las dataciones sobre conchas, no están calibradas del efecto reservorio.
58
Figura 65: Guijarro utilizado como percutor, el cual presenta trazas de pigmento rojo, en una de sus caras
laterales, recuperado por Junios Bird en Morro Colorado (en Ballester y Crisóstomo, 2017).

En la serranía de Tuina se conocen dos sitios; Refugio Tuina-1 y Cueva Tuina-5, en un paisaje abrupto
de antiguos desagües, escazas vegas y parches mínimos de forraje. Los artefactos registrados se
corresponden con raspadores de dorso alto, raederas y cuchillos elaborados de materas primas
locales, ambos con una industria dominada por los instrumentos unifaciales, también, y debido a
las puntas triangulares registradas en Tuina-5, se establecieron semejanzas con hallazgos de puntas
similares en las quebradas intermedias de la cuenca del salar, como en abrigo Tulán-109 fechado al
10.590 AP y San Lorenzo fechado al 10.400 AP (Cartajena 2002). Además, frente a la evidencia
señalada se detectó similitudes con los sitios localizados en la vertiente oriental de los Andes, a la
misma latitud. Por lo que se propone que habrían formado parte de un mismo complejo cultural
denominado como “Tuina-Inca Cueva” (Núñez et al., 2013). En ambos casos los cazadores
recolectores seleccionaron rocas similares para la confección de artefactos, por lo que se estima
que podrían corresponder a una misma población. Se apropiaron de espacios privilegiados para la
caza de camélidos y la recolección de recursos complementarios como plantas terrestres y acuáticas
de altura, en la puna de Jujuy y sus entornos bajos del oriente. Específicamente de los Aleros Inca
Cueva-1 fechado al 10.620 AP, Cueva Yaví fechado al 10.450 AP, Huachichocana fechado al 10.200
AP, y Pintosayoc fechado al 10.720 AP (Falabella et al [Ed] 2016). Además de su sincronía estos sitios
presentan componentes líticos similares, lo que sugiere que coparticiparon de un sistema de grupos
móviles que había articulado una amplia diversidad de hábitats en ambas vertientes de los Andes.
Esta amplitud territorial se interpreta como una expresión de la complejidad social característica de
las primeras poblaciones de la puna de Atacama que se vio reflejada también en el arte rupestre.

Los limites del complejo Tuina-Inca Cueva colinda hacia el norte con los valles occidentales donde
impera el sitio Las Cuevas, fechados al 10.000 AP, cuyas puntas de proyectiles no son comparables,
lo que limita su expansión al norte del rio Loa. A la fecha parece seguro que estos componentes no
estarían presentes en el litoral, si se han identificado en cambio elementos costeros sincrónicos en
los sitios del interior. Unos 200 kilómetros al sur y algo al este de Calama, Ballester y Crisóstomo

59
registraron en plena pampa un sitio que llamaron Taller-B, del cual nos arrojan más evidencias: “los
únicos artefactos identificados en el sitio fueron los percutores. Solamente destacó una estructura
semicircular de muro por amontonamiento de rocas asociados a un conjunto de eventos de talla,
lugar donde habían guardados más de una decena de percutores” (Ballester y Crisóstomo, 2017),
de los cientos que se registraron en todo el locus, solo 27 piezas tenían pigmento rojo en una de las
caras, 21 serían manchas y solo 7 del tipo lineal.

Figura 66: Detalle de algunos de los percutores decorados del Taller B. En los casos A, C, D, E, G y K puede
apreciarse claramente el motivo lineal de la decoración (en Ballester y Crisóstomo, 2017).

Max Uhle de sus exploraciones al interior de la pampa de Taltal, reseña: “en medio de ella, a alturas
de 2.000 metros y más, existen restos de murallas de piedra en forma de herradura (para abrigo)
rodeada de millares de fragmentos de cuarzo y rodados cilíndricos llevado al lugar por el hombre
para servir de instrumentos en la fabricación de sus puntas de flechas, puntas de lanzas, raspadores,
etc.” (Uhle, 1917).

60
Figura 67: Locus de talla y estructura del Taller B: (A) Vista hacia el oeste de la Estructura 1, (B) vista hacia el
norte de la Estructura 1, (C) detalle de posible caché de percutores en el muro de la estructura 1; (D) locus de
talla b-201 junto a sus cuatro percutores líticos (en Ballester y Crisóstomo, 2017).

De acuerdo a Ballester y Crisóstomo, la pigmentación lineal “refuerza la idea de que los decorados
mediante pigmento rojo eran parte del proceso de creación de los percutores, una maniobra
realizada a la hora de seleccionarlos y convertirlos en artefactos mucho antes de su utilización, como
una manera de arrebatarles esa naturaleza y llenarlos de cultura” (Ballester y Crisóstomo, 2017).

Otros sitios tempranos que podrían estar eventualmente articulados con las derivaciones de estos
primeros pobladores han sido fechados hacia el 10.000 al 8.000 AP, a lo largo del Loa medio y
superior (De Souza 2004). Por ejemplo, en la subregión del Loa superior, tenemos un único registro
de percutor de basalto con pigmento rojo en alguna de sus caras, en el sitio Alero Toconce,
emplazado sobre una terraza fluvial formada en la confluencia de los ríos Toconce y Salado, y que
tiene una superficie de reparo de unos 28 m2. Allí Aldunate y colaboradores registraron: “una mano
de moler reutilizada como piedra de fogón; se trata de un fragmento de canto rodado desgastado
por uso en una de sus caras; en los bordes de la cara activa hay restos de pigmento rojo (Aldunate
et al., 1986). Consiente de la disturbación estratigráfica de este y otros sitios del sector. De Souza le
asigna una datación previa al 9.000 AP, es decir correspondiente a la Fase Tambillo, una fase tardía
en el contexto del Arcaico Temprano. Ahora bien, este mismo sitio, había sido excavado por Orellana
(1970) y en la capa inferior, donde luego realizarían el hallazgo del percutor con caras pigmentadas
el equipo de Aldunate (De Souza, 2004), este identificó “grandes lascas trabajadas especialmente
por una cara, aunque tienen algunos golpes de percusión por la otra” (Orellana, 1970). Finalmente,
las dataciones del sitio arrojan una antigüedad calibrada del 9.300 al 8.450 AP (De Souza, 2004),
siendo hacia estas últimas fechas que la ocupación y explotación del sitio se hace más intensivo, por
acción de un ciclo árido que afectaría a todas las quebradas del piso puneño (sobre los 3.000 msnm).

Las fuentes de basalto son relativamente comunes en toda la provincia del Loa, aunque el
basamento correspondiente a la formación Calama no se encuentra expuesto en superficie, algunas
concentraciones de basalto negro fluvial, relativamente cercanas las encontramos en la confluencia

61
de los ríos Salado y Toconce y otra de basalto sin especificar en las inmediaciones de Chulqui, en
general en quebradas donde dicho material se puede acumular por efecto natural. También se
conocen afloramientos de diques de basalto en las cercanías de Panire y en buena parte del sector
cordillerano del Loa Superior y Alto Loa. Ahora bien, tanto en Alero Chulqui como en Toconce la
mayoría de los artefactos monofaciales y marginales están confeccionados en basalto y en algunos
casos en riodacita vitrificada (como en alero Chulqui) (De Souza, 2004).

4.4- CONSIDERACIONES FINALES:

Ahora bien, recapitulando sobre el registro arqueológico de ladera sur de Yalquincha y la cultura
material que los pudo haber elaborado o portado. Encontramos poca literatura arqueológica con
contextos similares, debidamente documentados para nuestra área de estudio. En algunos de estos
encontramos dataciones absolutas, en asociación con percutores líticos con caras pigmentadas con
rojo. Uno es en la Chimba-13 (unos 206 kilómetros al oeste de Yalquincha), con edades tempranas
en el contexto del Arcaico Temprano y, el otro, corresponde al Alero Toconce (92 kilómetros al este
de Yalquincha), con edades tardías en el contexto del Arcaico Temprano y Medio, y por otro lado
Tuina (unos 56 kilómetros al sur de Calama), que si bien no tiene percutores pigmentados, tiene
material lítico de basalto, en una zona donde no han sido identificadas fuentes inmediatas, de
acuerdo con Núñez (1989). De estos percutores con asociaciones estratigráficas, no obstante,
carecemos de registro fotográfico, solo disponemos de imágenes con fines comparativos de los
materiales registrados por Uhle (1914), Bird (2006) y Ballester y Crisóstomo (2017), los cuales son
evidentemente de origen marino, a diferencia de nuestros artefactos de origen fluvial, así también
los aleros de Toconce y Chulqui. Además, otra diferencia radical con los registrados por Uhle y Bird,
es que estos exhiben manchones o trazas de pigmentos, de forma irregular, inmediatas a los polos,
por lo que pudiera ser acción abrasiva, mientras que un par de los artefactos recuperados por
Ballester y Crisóstomo, presentan pigmentación con rojo con trazos claramente lineales, como el
nuestro. Producto de una acción deliberada y quizás decorativa, artística o incluso de “sello” de
cierto grupo de “yoes”, para diferenciarse de “otros”. Los artefactos líticos registrados en YAL-BLS,
son coincidentes con otros registros documentados en contextos Arcaicos.

Para tiempos del arcaico parecieran dominar las estructuras subcirculares, de acuerdo con el
registro arqueológico (en Falabella et al., [Ed] 2016). Ahora bien, estas estructuras subcirculares han
sido descritas para campamentos habitacionales, mientras que la información que nos pueda
remitir a campamentos de cantereo de diques de andesita y basalto, es más bien nula. Volviendo a
los percutores, para tiempos posteriores al menos, no tenemos registro de percutores pigmentados
con rojo para las tierras altas y la pampa, solo en la costa parecieran ser bastante abundantes en el
contexto de desarrollo del Arcaico en la zona. Ahora bien, además de los percutores pigmentados
con rojo, se suma la presencia de una raedera lateral, usualmente asociado a la Fase Tuina de la
cuenca del salar de Atacama, correspondiente al periodo del Arcaico Temprano, de la cual De Souza
(2004) encuentra representantes regionales en el Loa Superior; en Alero Chulqui y El Pescador,
ambos en coherencia estratigráfica.

Si estas analogías son correctas; podríamos estar ante cazadores recolectores del arcaico,
portadores de la tradición de las tierras altas, que emplazaron en las partes medias de una bajada

62
natural hacia el río Loa antes de torcer su curso hacia el oasis de Calama, campamentos de cantereo
y talla lítica. La ausencia de puntas de proyectil, nos podría estar sugiriendo, así como en el caso de
Alero Toconce para el arcaico medio, que los habitantes mantenían una itinerancia basada en el
aprovechamiento de distintos pisos ecológicos en distintas épocas del año. Habitarían de este modo
en invierno en las tierras bajas, y subirían con el verano a las tierras altas a aprovechar los
movimientos de las veranadas y los pastizales. En esta suerte de campamento de cantereo y
formatización lítica, no solo se aprovecharon las posibles formaciones en diques de andesitas y
basaltos, sino que también los cantos rodados por acción fluvial, principalmente de granito, para
seleccionar percutores y martillos de formas naturales, con los cuales extraer lascas de los nódulos
de roca, o preformas transportables hasta los sitios de caza, caracterizados por una manofactura de
baja inversión energética, cual se terminaba de formatizar in situ, esto aprovechando los filos
naturales que generan del basalto proveniente de formaciones en diques, ya que con unos cuantos
golpes bien aplicados sobre la superficie, este se fractura en forma de lascas con agudos filos.

Las cañas envueltas en fibras vegetales, los choclos y el material orgánico, contenidos en YAL-BLS-
01, parecieran ser parte de otro evento humano registrado en la zona, el cual sería diacrónico
respecto de YAL-BLS-02. Podríamos plantear que, en la parte alta, los descendientes de los
cazadores recolectores, ofrendaron a sus antepasados, con los elementos de sus tiempos, no
obstante, debido a la dureza y compactación de la superficie, al bajo nivel de sedimentación y no
obstante a pesar de la inexorable acción del tiempo, las pocas pero furiosas lluvias y los incesantes
vientos, las ofrendas fueron arrastradas, hacia la vertiente poniente de la ladera, mientras que, por
efecto de la precipitación de calcita, producto de la infiltración de aguas lluvias, paulatinamente
dieron forma a una concreción de tipo kárstica, descrita para el sector. Estos restos, fueron
integrados en la unidad sedimentaria, a unos 13 centímetros de la superficie de la ladera, durante
la formación de dicho sector, quedando registradas en la posición cuando se realizó el hallazgo por
nuestro equipo. La extrema aridez, la salinidad y contenido calcáreo de la zona, permitió que este
se conservara de excepcional forma, facilitando la conservación de lo que serían los restos de posible
cuero y lana, en el contexto de las cañas envueltas en fibras vegetales.

Frente a la referida evidencia, y si bien, hay que señalar que toda es de origen superficial, y a que su
asociación (indirecta) con los sitios tempranos de la región tanto de la costa, como del interior es
débil, los hallazgos paleontológicos, líticos y estructurales del sector lo hacen altamente atractivo
para poder realizar prospecciones con sondeo selectivo, en la ladera sur de Yalquincha. Con las
cuales poder obtener estratigrafías, contextos y dataciones absolutas, y así nutrir los actuales
paradigmas y teorías, en base a nueva evidencia. Toda vez que, nos encontramos por los elementos
descritos ante un campamento de cantereo lítico, de basaltos y andesitas donde por lo evidenciado
se registra toda la secuencia de extracción lítica, lo cual nos brinda posibilidades únicas en el
contexto del Loa, de poder sistematizar un campamento de esta naturaleza. Este alto grado de
atractividad para sistematizarlo se debe a que:

1) Las evidencias más tempranas de la cuenca de Calama, son recién de tiempos Formativos
(3.500 AP) lo cual no se condice con la disponibilidad ocupacional de la cuenca, desde
tiempos del Pleistoceno Superior y Holoceno Temprano (12.000-9.000 AP).
2) Falta de dataciones y contextos concluyentes con los cuales sistematizar las ocupaciones
humanas en la cuenca de Calama.

63
3) Posibilidad de retrotraer la antigüedad y patrón de asentamiento del hombre temprano en
el curso del Loa medio en general y la cuenca de Calama en específico.
4) Posibilidades de asociación del arte rupestre, en el texto del estilo Taira.

___________________
Cristian Del Castillo Müller

Lic. en Antropología sociocultural. UACh.

64
5- PROPUESTA DE ZONIFICACIÓN DE PROSPECCIÓN Y SONDEO:

YALQUINCHA - LADERA SUR - 01, o “YAL-LS-01”.

Zonificación del perímetro total a solicitar al CMN. Imagen con las 3 zonificaciones propuestas a
inscribir.

Figura 68: Plano con el área propuesta para la realización de prospecciones sistemáticas, y con sondeos
selectivos.

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1ER SECTOR: Baja ladera sur
Yacimiento baja ladera sur 01 (YAL-BLS-01): sitio prospectado, sin recolección de superficie, solo
observación y registro fotográfico, levantado inicialmente en la 1era y 2da visita, del cual proceden
el 92% de los hallazgos.

Yacimiento baja ladera sur 02 (YAL-BLS-02): sitio recorrido, mas no prospectado sistemáticamente.
Loma situada a la derecha del mapa, donde se registraron una serie de al menos 16 estructuras de
distinta morfología, en la ladera inmediatamente superior a YAL-BLS-01. Trabajados por apilamiento
de distintas rocas, levemente socavados en el interior, donde se registró tras una prospección gran
cantidad de lascas y desechos de talla en algunos de ellos, así mismo como la existencia de senderos
que los conectan, así mismo cercano al vértice A3 se registró el percutor con pigmento rojo y otro
quebrado, y diques de andesitas y basaltos.

Figura 69: Perímetro total de Baja Ladera Sur, respecto del yacimiento BLS-01.

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2DO SECTOR: Media ladera sur
Yacimiento media ladera sur (YAL-MLS): si bien se realizó una caminata por el lugar, se
reconocieron otra serie de estructuras “U”, algunas de estas se encuentran ubicadas en una
situación similar a las registradas en YAL-BLS-02, pero en un piso superior a estas. Se observaron
varios artefactos líticos atribuibles a “perforadores”, no obstante falta prospección sistemática y
registro del material. En una ladera se registró la concentración de 3 de estas formaciones en “U”
unidas por canales, en la parte superior de una loma de mediana altura.

Figura 70: Fotografía satelital con detalle de las estructuras mencionadas, y fotografías del lugar.

Figuras 71: imágenes de estructuras subcirculares en media ladera sur.

Figuras 72: Imágenes de estructuras.


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3ER SECTOR: Alta ladera sur
Yacimiento alta ladera sur (YAL-ALS): emplazado cercano al vértice A6, se observó una serie de
estructuras en “U”, algo mayores, y también una suerte de pirca o muro recto de al menos 2 metros
de extensión, y medio metro de altura, el piso de la pared interior se encontraba levemente
horadado y se registraba bastante material orgánico en los contornos del mismo. El cual domina con
gran panorámica la antigua bajada hacia el vértice A7, hoy también disturbado.

Yacimiento alta ladera sur (YAL-ALS-02): 2 muros de similares características, emplazados paralelos
al rio, en el tramo superior de la ladera.

Yacimiento alta ladera sur (YAL-ALS-01): En una situación de media altura en la ladera se registra
un terreno pircado en “U” levemente socavado, cercano al vértice A5.

Figura 73: Fotografía satelital con detalle de las estructuras mencionadas, y fotografías de las estructuras.

Figuras 74: Fotografías de la zona, con registro de posible muro.

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