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REPUBLICA DE CHILE

MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS


DIRECCION GENERAL DE AGUAS

LEVANTAMIENTO HIDROGEOLÓGICO PARA EL


DESARROLLO DE NUEVAS FUENTES DE AGUA
EN ÁREAS PRIORITARIAS DE LA ZONA NORTE
DE CHILE, REGIONES XV, I, II Y III

ETAPA 2
INFORME FINAL PARTE X
Sistema Piloto III Región
Salares de Maricunga y Pedernales

REALIZADO POR:
Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental
Pontificia Universidad Católica de Chile

S.I.T. Nº 195

Santiago, Noviembre de 2009


MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS

Ministro de Obras Públicas


Ingeniero Civil Sr. Sergio Bitar C.

Director General de Aguas


Abogado Sr. Rodrigo Weisner L.

Departamento de Estudios y Planificación


Ingeniero Civil Sr. Pedro Rivera I.

Inspector Fiscal
Ingeniero Civil Sr. Luis Rojas B.
EQUIPO TÉCNICO
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA HIDRÁULICA Y AMBIENTAL
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Director de Proyecto

Ing. Sr. José Muñoz P.

Jefe de Proyecto

Ing. Sr. Pablo Rengifo O.

Ingeniero a Cargo

Ing. Sr. José Yáñez L.

Especialistas y Profesionales
Sr. Bonifacio Fernández Especialista en Hidrología (PhD)

Sr. José Francisco Muñoz Especialista en Hidrogeología (PhD)

Sra. Laura Vitoria Especialista en Hidrogeoquímica (PhD)

Sr. Pablo Rengifo Especialista en Hidrogeología (MSc)

Sr. José Yáñez Ing. de Proyecto, Hidrogeología

Sr. Gustavo Calle Ing. de Proyecto, Hidrología (PhD)

Sr. Marcelo Solari Geol. de Proyecto, Geología

Sr. Axel Herzog Geol. de Proyecto, Hidrogeoquímica

Srta. Victoria Flores Ing. de Proyecto, Hidrogeología

Srta. Milena Calvo Ing. de Proyecto, Hidrogeoquímica

Sr. Victor Pérez Ing. de Proyecto, Hidrología


EQUIPO TÉCNICO – CONTINUACIÓN
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA HIDRÁULICA Y AMBIENTAL
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Tesistas, Memoristas y Ayudantes

Sr. Juan Johnson Ing. Tesista MSc, Hidrogeología

Srta. Mariana Cervetto Geol. Memorista, Hidrogeología

Sra. Isidora Arriagada Geol. Memorista, Hidrogeología

Srta. Yohana Ahumada Ayudante Ingeniero, Cartografía

Sr. Eduardo Wunderlich Ayudante Ingeniero, Hidrología

Sr. Cristóbal Valderrama Ayudante Ingeniero, Hidrología

Sr. Pedro Reinoso Ayudante Terreno

Sr. Francisco del Solar Ayudante Terreno

Sr. Sebastián Rojas Ayudante Terreno

Sr. Fernando Díaz Ayudante Terreno

Sr. Tomás Latorre Ayudante Terreno


“LEVANTAMIENTO HIDROGEOLÓGICO PARA EL
DESARROLLO DE NUEVAS FUENTES DE AGUA EN ÁREAS
PRIORITARIAS DE LA ZONA NORTE DE CHILE, REGIONES
XV, I, II Y III”

INFORME Nª: 460625

FECHA: 25 DE NOVIEMBRE 2009

“DIRECCIÓN GENERAL DE AGUAS, MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS”


1. Tipo Informe 2. Cuerpo del Informe
Informe Técnico Final 397 páginas
(incluye portada)
3. Título del Proyecto 4. Fecha Informe
LEVANTAMIENTO HIDROGEOLÓGICO PARA EL DESARROLLO 25 de Noviembre 2009
DE NUEVAS FUENTES DE AGUA EN ÁREAS PRIORITARIAS DE LA
ZONA NORTE DE CHILE, REGIONES XV, I, II Y III
5. Autor (es) 6. Contrato
Director de Proyecto: José Francisco Muñoz Pardo MOP – DGA Nº 235
Jefe de Proyecto: Pablo Rengifo Oyarce
Ingeniero a Cargo: José Yáñez López
6. Nombre y Dirección de la Organización Investigadora 7. Período de Investigación
DICTUC; Pontificia Universidad Católica de Chile Julio 2008 – Noviembre 2009
Vicuña Mackenna Nº 4860, Casilla 306 – Correo 22,
Macul - Santiago
8. Antecedentes de la Institución Mandante 9. Contraparte Técnica
Nombre: Dirección General de Aguas, MOP.
Dirección: Morande 59, 8º Piso Nombre: Luis Rojas Badilla
RUT: 61.202.200-0 Cargo: Inspector Fiscal
Teléfono: (02) 633 9940
10. Resumen
El estudio de los recursos hídricos del altiplano chileno consideró los aspectos
hidrográficos, hidrológicos, hidrogeoquímicos, isotópicos e hidrogeológicos de las cuencas
cerradas que se ubican en esta franja del norte de Chile.
El levantamiento de información sumado a trabajos de terreno y de gabinete orientados
a complementar aquellos temas considerados más relevantes son reportados en los 10
tomos de documentos.

______________________ ___________________
Sr. José Francisco Muñoz P. Jaime Retamal
Director de Proyecto DICTUC

Nota: “La información contenida en el presente informe no podrá ser reproducida total o
parcialmente, para fines publicitarios, sin la autorización previa y por escrito de Dictuc S.A.
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PRESENTACIÓN
El presente estudio, realizado entre los años 2007 y 2009, se enmarca en un convenio de
cooperación e investigación científica aplicada entre la Dirección General de Aguas (DGA)
del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el Departamento de Ingeniería Hidráulica y
Ambiental (DIHA) de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).

La investigación o acción de apoyo tuvo como objetivo fundamental el levantamiento,


generación y análisis de información hidrogeológica para avanzar en el estudio de los recursos
hídricos del sector chileno del Altiplano. En este contexto, este estudio pretende ser un apoyo
concreto para el desarrollo de nuevas fuentes de agua subterránea en áreas prioritarias del
norte de Chile.

El estudio consideró el desarrollo de una serie de trabajos de terreno y gabinete, tanto a nivel
regional como local. Los resultados obtenidos se presentan en 10 informes o partes
independientes, cuyos contenidos son los siguientes:

• Parte I Hidrografía Regional del Altiplano de Chile.


• Parte II Geología Regional del Altiplano de Chile.
• Parte III Hidrología Regional del Altiplano de Chile.
• Parte IV Hidrogeoquímica e Isotopía Regional del Altiplano de Chile.
• Parte V Implementación de Estaciones Meteorológicas.
• Parte VI Campañas de Muestreo Geoquímicos e Isotópicos.
• Parte VII Medición de la Evaporación Mediante Método del “Domo”.
• Parte VIII Sistema Piloto I Región: Salar de Huasco.
• Parte IX Sistema Piloto II Región: Salares de El Laco y Aguas Calientes 2, Laguna
Tuyajto y Pampas Puntas Negras y Colorada.
• Parte X Sistema Piloto III Región: Salares de Maricunga y Pedernales.
Cada parte está estructurada de manera de ser autocontenida y poder ser utilizada para fines y
materias específicas. Sin perjuicio de lo anterior, las Parte VIII, IX y X que consideran el
estudio de sistemas pilotos, hacen referencias y utilizan resultados de los estudios a nivel
regional (Partes I, II, III y IV) y de los trabajos de terreno (Partes V, VI y VII).

La información y resultados de este estudio, junto a las actividades de difusión y formación


que se realizaron en el marco de su desarrollo, se encuentran disponibles en el sitio web
www.recursoshidricosaltiplano.cl.

El presente informe corresponde a la Parte X del estudio, denominado “Sistema Piloto III
Región: Salares de Maricunga y Pedernales”.

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AGRADECIMIENTOS
Se agradece en especial a las distintas instituciones y personas que contribuyeron al desarrollo
de este estudio, en la forma de aportes de información, apoyo en trabajos de terreno y
logística, aportes para la realización de actividades de difusión y formación, y sugerencias para
el avance de esta investigación. En especial se agradece a:

• Oficinas DGA Regiones de Tarapacá, Antofagasta y Copiapó.


• Carabineros de Chile.
• Servicio Agrícola y Ganadero.
• Policía de Investigaciones.
• Servicios de Aduana.
• GeoAguas Consultores.
• Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
• SQM.
• Profesores Uwe Tröger (U. Técnica de Berlín), Michel Vauclin (LTHE-CNRS Grenoble,
Francia) y Scott Tyler (U. de Reno – Nevada, USA).
• Los siguientes profesionales que aportaron en el comienzo del presente estudio: Luciano
Achurra (Geología), Francisca Chadwick (Hidrología)

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

1 MARCO GENERAL DEL ESTUDIO ............................................................................................ 1

2 INTRODUCCIÓN........................................................................................................................... 3
2.1 Propósitos y alcances .............................................................................................................. 3
2.2 Descripción general del área de estudio.................................................................................. 3

3 REVISIÓN DE ANTECEDENTES ................................................................................................ 9


3.1 Estudios y antecedentes recopilados....................................................................................... 9
3.2 Síntesis de estudios y antecedentes recopilados ................................................................... 12
3.3 Trabajos de terreno ............................................................................................................... 54

4 CARACTERIZACIÓN FISIOGRÁFICA..................................................................................... 55
4.1 Geomorfología Región de Atacama...................................................................................... 55
4.2 Cuenca Piloto Salar de Pedernales........................................................................................ 58
4.3 Cuenca Piloto Salar de Maricunga........................................................................................ 71

5 CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA ......................................................................................... 83


5.1 Marco Geológico .................................................................................................................. 83
5.2 Unidades Geológicas ............................................................................................................ 85
5.3 Geología Estructural ........................................................................................................... 103
5.4 Estratigrafía de Pozos Profundos ........................................................................................ 109
5.5 Geología de Subsuperficie .................................................................................................. 116

6 CARACTERIZACIÓN HIDROLÓGICA................................................................................... 117


6.1 Climatología de la zona ...................................................................................................... 117
6.2 Análisis de Precipitaciones ................................................................................................. 120
6.3 Análisis de Escurrimientos ................................................................................................. 151
6.4 Análisis de Temperatura y Evaporación de Tanque ........................................................... 162

7 CARACTERIZACIÓN HIDROGEOQUÍMICA E ISOTÓPICA............................................... 167


7.1 Datos disponibles y tratamiento de la información............................................................. 167
7.2 Química general de las aguas de las cuencas...................................................................... 172
7.3 Datos isotópicos y relación con la química......................................................................... 187

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8 CARACTERIZACIÓN HIDROGEOLÓGICA........................................................................... 193
8.1 Unidades Hidrogeológicas y Geometría Acuífera .............................................................. 194
8.2 Piezometría del Acuífero .................................................................................................... 203
8.3 Constantes Elásticas............................................................................................................ 221
8.4 Conexión con Otras Cuencas .............................................................................................. 230
8.5 Estimación de la Recarga.................................................................................................... 238
8.6 Descarga del sistema........................................................................................................... 249
8.7 Balance Hídrico .................................................................................................................. 271

9 RESUMEN Y CONCLUSIONES............................................................................................... 287

10 SUGERENCIAS PARA TRABAJOS FUTUROS...................................................................... 297


10.1 Necesidad de Estudios ........................................................................................................ 297
10.2 Mediciones de evaporación................................................................................................. 298
10.3 Toma de muestras y análisis químicos e isotópicos............................................................ 299
10.4 Fiscalización de usos y control de fuentes .......................................................................... 300
10.5 Instrumentación y recolección de datos .............................................................................. 301

11 REFERENCIAS .......................................................................................................................... 305

ANEXO I INTERPRETACIÓN PROPIEDADES HIDRÁULICAS DE LOS ACUÍFEROS ........ 315

ANEXO II FOTOGRAFÍAS DREN AGUA HELADA, EN DESCARGA DESDE SALAR DE


PEDERNALES A CUENCA RÍO SALADO O DE LA SAL ............................................................. 331

ANEXO III VALIDACIÓN DE LOS COEFICIENTES CE Y CI EN LA ESTIMACIÓN DE LA


RECARGA 340

ANEXO IV DETALLE DEL CÁLCULO DE LA RECARGA EN LAS CUENCAS DEL


SISTEMA PILOTO.............................................................................................................................. 352

ANEXO V CATASTRO DE POZOS, COBERTURAS SIG Y BASE DE DATOS


HIDROQUÍMICA................................................................................................................................ 364

ANEXO VI MAPAS TOPONÍMICOS CUENCAS PILOTO III REGIÓN DE ATACAMA....... 368

ANEXO VII MAPAS GEOLÓGICOS CUENCAS PILOTO III REGIÓN.................................... 372

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ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 2.1: Ubicación del sistema piloto conformado por cuencas de Pedernales y Maricunga. ............ 4
Figura 2.2 : Vías de acceso a las cuencas de Pedernales y Maricunga. ................................................... 7
Figura 3.1: Cuencas del Balance Hídrico de Chile y las del presente estudio ....................................... 13
Figura 3.2: Situación hidrogeológica en la cabecera de Cienaga Redonda en situación de régimen
natural..................................................................................................................................................... 20
Figura 3.3: División de cuenca de Maricunga y afluente subterránea en 5 zonas (Z0 a Z4) ................. 22
Figura 3.4: Disposición de embalses subterráneos identificados en cuenca hidrogeológica. ................ 24
Figura 3.5: Ubicación perfiles geofísicos............................................................................................... 25
Figura 3.6: Cuencas utilizadas en el modelo hidrológico ...................................................................... 30
Figura 3.7: Zonas con diferentes magnitudes de evaporación (unidades expresadas en mm/año) ........ 32
Figura 3.8: Limnigrama de pozos en sector Llano de Pedernales Sur. .................................................. 33
Figura 3.9: Área de exploración y pozos construidos durante el estudio............................................... 36
Figura 3.10: Isopiezas trazadas en el área de estudio usando la información de pozos. ........................ 39
Figura 3.11: Área de exploración y pozos construidos durante el estudio............................................. 41
Figura 3.12: Ubicación perfiles sísmicos. .............................................................................................. 45
Figura 3.13: Ubicación perfiles sísmicos y SEV.................................................................................... 47
Figura 3.14: Ubicación SEV en expediente NE-0302-461. ................................................................... 48
Figura 3.15: Perfil geoeléctrico SEV en expediente NE-0302-461. ...................................................... 49
Figura 3.16: Mapa de contornos residuales para la subcuenca del Salar de Pedernales. ....................... 50
Figura 3.17: Ubicación de los SEV........................................................................................................ 51
Figura 3.18: Profundidad del relleno de principal potencial hidrogeológico (5- 60 ohm-m), incluyendo
el relleno superficial (3- 200 ohm-m). ................................................................................................... 52
Figura 4.1: Zonas geomorfológicas de la región septentrional de las pampas desérticas y cordilleras
prealtiplánicas. ....................................................................................................................................... 56
Figura 4.2: Perfil Región de Atacama (26º15’)...................................................................................... 57
Figura 4.3: Toponimia de la cuenca Salar de Pedernales para descripción fisiográfica. ....................... 59
Figura 4.4: Mapa geomorfológico de la cuenca Salar de Pedernales..................................................... 62
Figura 4.5: Redes de drenaje en la cuenca Salar de Pedernales. ............................................................ 66
Figura 4.6: Curva hipsográfica cuenca del Salar de Pedernales............................................................. 68

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Figura 4.7: Cuenca y subcuencas (ID) Salar de Pedernales, Región de Atacama.................................. 70
Figura 4.8: Toponimia de la cuenca Salar de Maricunga para descripción fisiográfica......................... 72
Figura 4.9: Mapa geomorfológico de la cuenca Salar de Maricunga. .................................................... 76
Figura 4.10: Redes de drenaje en la cuenca Salar de Maricunga. .......................................................... 78
Figura 4.11: Curva hipsográfica cuenca del Salar de Maricunga........................................................... 80
Figura 4.12: Cuenca y subcuencas (ID) salar de Maricunga, Región de Atacama. ............................... 81
Figura 5.1: Segmento sur del SFD (compilado de Tomlinson et al., 1999 y Cornejo et al., 1998)...... 105
Figura 5.2: Principales lineamientos identificados en la cuenca Salar de Pedernales.......................... 107
Figura 5.3: Principales lineamientos identificados en la cuenca Salar de Maricunga.......................... 108
Figura 5.4: Columnas representativas del estudio realizado en Cerro Pampa (EDRA, 1999). ............ 110
Figura 5.5: Ubicación de pozos con información estratigráfica en el sector del Salar de Maricunga.. 112
Figura 5.6: Estratigrafía de pozos SP-2, SR-3 y SR-6. ........................................................................ 113
Figura 5.7: Estratigrafía de SR-1, SR-2, SR-4, SP-4 y CAN-6............................................................ 114
Figura 5.8: Ubicación de pozos con información estratigráfica en el sector Pampa Pantanillo........... 115
Figura 5.9: Sección de perfil geológico NW-SE en Salar de Pedernales. ............................................ 116
Figura 6.1: Climas de las Regiones XV, I, II y III de Chile ................................................................. 119
Figura 6.2: Estaciones pluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.............. 121
Figura 6.3: Disponibilidad de datos de precipitación de la serie original y rellenada para el año
hidrológico en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto de la III Región............................ 123
Figura 6.4: Disponibilidad de datos de precipitación mensual en las estaciones PUC-DGA del sistema
piloto de la III Región. ......................................................................................................................... 123
Figura 6.5: Series de precipitación anual en las estaciones DGA seleccionadas para el sistema piloto de
la III Región. ........................................................................................................................................ 124
Figura 6.6: Precipitación media anual en las estaciones seleccionadas. El valor presentado para las
estaciones PUC-DGA corresponde al año hidrológico (2007-2008). .................................................. 125
Figura 6.7: Series de precipitación mensual para el período Noviembre 2007 – Octubre 2008, ordenada
para el año hidrológico (Oct-Sep), en las estaciones PUC-DGA de la III Región............................... 126
Figura 6.8: Series de precipitación media mensual y probabilidades de excedencia empíricas del 15% y
85% en las estaciones DGA seleccionadas. ......................................................................................... 127
Figura 6.9: Esquema del modelo de Markov para la precipitación diaria. El estado 1 corresponde a
Seco (S) y el 2 a Lluvia (P). ................................................................................................................. 128

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Figura 6.10: Hietogramas en las estaciones seleccionadas de la III Región para el período Nov. 2007 –
Oct. 2008. ............................................................................................................................................. 129
Figura 6.11: Registro simultáneo de la magnitud de precipitación diaria en las estaciones seleccionadas
(ordenadas de norte a sur) para el período Nov. 2007 – Oct. 2008...................................................... 131
Figura 6.12: Probabilidades de estar en estado seco (S) y lluvia (P), y probabilidades de transición entre
estados para la estación Pajonales........................................................................................................ 132
Figura 6.13: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Maricunga. ......................................................................................................................... 132
Figura 6.14: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Pedernales Norte. ............................................................................................................... 133
Figura 6.15: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Pedernales Sur. ................................................................................................................... 133
Figura 6.16: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Agua Amarga. .................................................................................................................... 134
Figura 6.17: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Las Vegas. .......................................................................................................................... 134
Figura 6.18: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre estados para
la estación Pastos Grandes. .................................................................................................................. 135
Figura 6.19: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Pajonales. ............................................................................................................................... 136
Figura 6.20: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Maricunga. ............................................................................................................................. 137
Figura 6.21: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Pedernales Norte. ................................................................................................................... 138
Figura 6.22: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Pedernales Sur........................................................................................................................ 139
Figura 6.23: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Agua Amarga. ........................................................................................................................ 140
Figura 6.24: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Las Vegas. .............................................................................................................................. 141
Figura 6.25: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días para la
estación Pastos Grandes. ...................................................................................................................... 142
Figura 6.26: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pajonales......................... 144
Figura 6.27: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Maricunga....................... 145

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Figura 6.28: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pedernales Norte............. 146
Figura 6.29: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pedernales Sur. ............... 147
Figura 6.30: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Agua Amarga.................. 148
Figura 6.31: Comparación de la variación de la precipitación media anual con la altitud en las
estaciones DGA de la III Región y en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto. ................ 150
Figura 6.32: Valores clasificados de qij para la precipitación anual en las estaciones DGA ordenadas de
norte a sur. ............................................................................................................................................ 151
Figura 6.33: Mapa de isoyetas en la zona del sistema piloto de la III Región. .................................... 152
Figura 6.34: Estaciones fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región. ........... 153
Figura 6.35: Disponibilidad de datos de caudal en las estaciones seleccionadas para el año hidrológico
en el sistema piloto de la III Región..................................................................................................... 154
Figura 6.36: Series de caudal medio anual para l año hidrológico (Oct-Sep) en las estaciones
fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región................................................... 156
Figura 6.37: Caudal medio mensual y caudales asociados a probabilidades de excedencia de 15% y
85% (m3/s) en las estaciones seleccionadas. ........................................................................................ 158
Figura 6.38: Cuartiles (Q1, Q2 y Q3) de los caudales medios diarios en las estaciones seleccionadas. 159
Figura 6.39: Valores clasificados de qij para el caudal medio anual en las estaciones seleccionadas
ordenadas de norte a sur. ...................................................................................................................... 161
Figura 6.40: Variación de la temperatura media absoluta con la latitud en las estaciones seleccionadas.
.............................................................................................................................................................. 162
Figura 6.41: Gradiente de la temperatura media absoluta en las estaciones DGA seleccionadas de la
XV, I, II y III Región............................................................................................................................ 163
Figura 6.42: Mapa de isotermas en la zona del sistema piloto de la III Región................................... 164
Figura 6.43: Variación de evaporación media anual con la latitud en las estaciones seleccionadas.... 165
Figura 6.44: Gradiente de la evaporación media anual en las estaciones seleccionadas de la XV, I, II y
III Región. ............................................................................................................................................ 166
Figura 7.1: Puntos con información hidrogeoquímica en la cuenca Salar de Pedernales. ................... 170
Figura 7.2: Puntos con información hidrogeoquímica en la cuenca Salar de Maricunga. ................... 171
Figura 7.3: Composición química de las muestras utilizadas............................................................... 172
Figura 7.4: Distribución de los parámetros físico- químicos en las muestras de agua superficial y
subterránea, de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga. ............................................... 173
Figura 7.5: Relación entre el contenido total de sales disueltas y la conductividad eléctrica. ............. 175
Figura 7.6: Relación TDS (mg/L) y CE (μS/cm) para la cuenca del Salar de Pedernales. .................. 176

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Figura 7.7: Relación TDS (mg/L) y CE (μS/cm) para la cuenca del Salar de Maricunga. .................. 176
Figura 7.8: Diagrama cuenca Salar de Pedernales según tipo de punto de muestreo........................... 177
Figura 7.9: Diagrama cuenca Salar de Pedernales según sectores. ...................................................... 178
Figura 7.10: Diagrama cuenca Salar de Maricunga según tipo de punto de muestreo......................... 179
Figura 7.11: Diagrama cuenca Salar de Maricunga según sectores. .................................................... 180
Figura 7.12: Mapa diagramas de Stiff para cuenca Salar de Pedernales.............................................. 183
Figura 7.13: Mapa diagramas de Stiff para cuenca Salar de Maricunga.............................................. 184
Figura 7.14: Rangos de concentración total de arsénico, boro y litio. ................................................. 185
Figura 7.15: Rangos de concentración normalizada de Arsénico, Boro y Litio................................... 186
Figura 7.16: Composiciones de δ2H y δ18O en muestras de manantiales y pozos. ............................ 188
Figura 7.17: Puntos de muestreo con datos isotópicos (δD, δ18O). ...................................................... 189
Figura 7.18: Composiciones de δ2H y δ18O de las aguas del Salar de Pedernales. ............................ 191
Figura 7.19: Relación δ2H/ δ18O de las aguas del Salar de Maricunga. ............................................. 191
Figura 8.1: Ubicación áreas de estudio de referencias utilizadas......................................................... 195
Figura 8.2: Mapa gravimétrico y ubicación de los sectores descritos hidrogeológicamente. .............. 196
Figura 8.3: Mapa gravimétrico y ubicación de los sectores descritos hidrogeológicamente. .............. 201
Figura 8.4: Niveles de la napa medidos con posterioridad a 1999, en nueva situación de equilibrio. . 210
Figura 8.5: Ubicación calicatas realizadas por CPH Consultores durante el 2003. ............................. 211
Figura 8.6: Dirección del escurrimiento subterráneo en cuenca Salar de Pedernales. ......................... 213
Figura 8.7: Niveles de la napa en cuenca Salar de Maricunga............................................................. 219
Figura 8.8: Dirección del escurrimiento subterráneo en cuenca Salar de Maricunga. ......................... 220
Figura 8.9: Pozos con pruebas de bombeo y determinación de T y/o K en Salar de Pedernales ......... 222
Figura 8.10: Pozos con pruebas de bombeo y determinación de S en Salar de Pedernales. ................ 226
Figura 8.11: Pozos con estimación de parámetros hidráulicos en Salar de Maricunga........................ 229
Figura 8.12: Descarga de Pedernales al Río Salado a través del dren Agua Helada............................ 231
Figura 8.13: Descarga desde cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada) al Llano de los Gases
Blancos (Salar de Pedernales). ............................................................................................................. 232
Figura 8.14: Conexión entre Piedra Parada y Subcuenca del Río Juncalito. ....................................... 233
Figura 8.15: Perfil geoeléctrico entre los SEV 1 y SEV 3 (resistividad en ohm-m). ........................... 234
Figura 8.16: Estructuras que atraviesan la Sierra Lajitas y que estarían indicando una conexión entre
Piedra Pómez y la cuenca Salar de Maricunga..................................................................................... 236

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Figura 8.17: Detalle de estructuras que atraviesan la Sierra Lajitas mostradas en Figura 8.16. .......... 237
Figura 8.18: Esquema conceptual del balance hídrico en las unidades litológicas para estimar la recarga
en el sistema piloto (a) Recarga directa. (b) Recarga lateral ................................................................ 239
Figura 8.19: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en las cuencas del sistema
piloto de la III Región. ......................................................................................................................... 243
Figura 8.20: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en la parte baja de la cuenca
del Salar de Pedernales. La recarga neta en esta subcuenca es de 200 L/s (CPH Consultores, 2004) y se
localiza en el sector del tranque La Ola................................................................................................ 246
Figura 8.21: Bandas de evaporación en Salar de Pedernales, escenario 1. .......................................... 251
Figura 8.22: Bandas de evaporación en Salar de Maricunga, escenario 1. .......................................... 253
Figura 8.23: Zonas de medición de evaporación cuencas piloto Región de Atacama. ........................ 257
Figura 8.24: Curva evaporación – profundidad de la napa ajustada en la Región de Atacama. .......... 258
Figura 8.25: Áreas por bandas de isoprofundidad Salar de Pedernales................................................ 259
Figura 8.26. Curvas de isoprofundidad de la napa en el salar de Pedernales. ...................................... 260
Figura 8.27: Esquema de cursos superficiales en sectores de Llano Leoncito y La Ola. ..................... 269
Figura 8.28: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en las cuencas del sistema
piloto de la III Región. ......................................................................................................................... 273
Figura 8.29: Patrones de flujo superficial y subterráneo en la cuenca Salar de Pedernales. ................ 275
Figura 8.30: Esquema del balance hídrico en cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada). ............ 278
Figura 8.31: Patrones de flujo superficial y subterráneo en la cuenca Salar de Maricunga. ................ 284
Figura 11.1: Río Salado aguas arriba de la descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008) ............. 332
Figura 11.2: Río Salado aguas abajo de la descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008).............. 333
Figura 11.3: Obra de descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008) ............................................... 334
Figura 11.4: Descarga del dren Agua Helada al Río Salado (Mayo de 2008)...................................... 335
Figura 11.5: Obra de descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008) ............................................... 336
Figura 11.6: Dren Agua Helada hacia el interior del Salar de Pedernales (Mayo de 2008)................. 337

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ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 3.1: Componentes del balance hídrico de las cuencas según Balance Hídrico de Chile.............. 12
Tabla 3.2: Balance en zonas definidas en cuenca salar de Maricunga. (La zona Z1 incluye los aportes
de la zona Z0, Figura 3.3). ..................................................................................................................... 21
Tabla 3.3: Rangos de resistividad y unidad geológica asociada. ........................................................... 35
Tabla 3.4: Características perfiles sísmicos y sondajes eléctricos realizados. ....................................... 45
Tabla 3.5: Características perfiles sísmicos y sondajes eléctricos realizados. ....................................... 46
Tabla 3.6: Relación considerada entre el valor residual y la profundidad. ............................................ 50
Tabla 4.1: Características morfométricas cuenca Salar de Pedernales................................................... 67
Tabla 4.2: Subcuencas Salar de Pedernales ........................................................................................... 68
Tabla 4.3: Características morfométricas cuenca Salar de Maricunga................................................... 79
Tabla 4.4: Subcuencas Salar de Maricunga ........................................................................................... 82
Tabla 6.1: Estaciones pluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región............... 120
Tabla 6.2: Vigencia y años de registro en las estaciones pluviométricas seleccionadas para el sistema
piloto de la III Región. ......................................................................................................................... 122
Tabla 6.3: Propiedades estadísticas de las series de precipitación media anual (mm) para el año
hidrológico (Oct-Sep) en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto de la III Región. .......... 125
Tabla 6.4: Precipitación estacional en las estaciones seleccionadas de la III Región. ......................... 127
Tabla 6.5: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en las estaciones PUC-DGA..................... 143
Tabla 6.6: Estaciones fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región. .............. 151
Tabla 6.7: Vigencia y años de registro en las estaciones fluviométricas seleccionadas para el sistema
piloto de la III Región. ......................................................................................................................... 154
Tabla 6.8: Disponibilidad de datos de caudal medio diario en las estaciones seleccionadas............... 155
Tabla 6.9: Propiedades estadísticas de las series de caudales anuales (m3/s) para el año hidrológico en
las estaciones seleccionadas. ................................................................................................................ 157
Tabla 7.1: Resumen información disponible para las cuencas piloto de la Región de Atacama. ........ 168
Tabla 8.1: Información de niveles disponible en la cuenca Salar de Pedernales. ................................ 203
Tabla 8.2: Calicatas realizadas durante los trabajos de campo de 2003 por CPH Consultores............ 207
Tabla 8.3: información de niveles de pozos disponible. ...................................................................... 216
Tabla 8.4: Gradientes estimados en la cuenca Salar de Maricunga y sectores aledaños...................... 218

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Tabla 8.5: Pozos catastrados en Salar de Pedernales con valores de transmisividad (T), conductividad
hidráulica (K) y coeficiente de almacenamiento (S). ........................................................................... 224
Tabla 8.6: Información disponible de parámetros hidráulicos en cuenca Salar de Maricunga. ........... 227
Tabla 8.7: Valores del coeficiente de infiltración (CI) en función de la permeabilidad cualitativa de las
unidades litológicas. ............................................................................................................................. 241
Tabla 8.8: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Piga en Collacagua con otros
estudios................................................................................................................................................. 244
Tabla 8.9: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Collacagua en Peñablanca con otros
estudios................................................................................................................................................. 244
Tabla 8.10: Valores de recarga anual de largo plazo en la cuenca del Salar de Maricunga................. 245
Tabla 8.11: Comparación de la recarga anual de largo plazo en régimen natural con otros estudios en la
cuenca del Salar de Pedernales............................................................................................................. 247
Tabla 8.12: Recarga anual de largo plazo en la parte baja de la cuenca del Salar de Pedernales. ....... 247
Tabla 8.13: Comparación con otros estudios de la recarga anual de largo plazo en régimen antrópico en
la cuenca del Salar de Pedernales......................................................................................................... 247
Tabla 8.14: Recarga anual de largo plazo en régimen natural y antrópico en la cuenca del Salar de
Pedernales............................................................................................................................................. 248
Tabla 8.15: Comparación con otros estudios de la recarga anual de largo plazo en la cuenca del Salar
de Maricunga........................................................................................................................................ 248
Tabla 8.16: Evaporación desde superficies de agua libre en cuenca Salar de Pedernales (L/s)........... 252
Tabla 8.17: Evaporación desde superficies de agua libre en cuenca Salar de Maricunga (l/s) ............ 254
Tabla 8.18: Evaporación desde vegas y bofedales cuenca Salar de Pedernales................................... 256
Tabla 8.19: Evaporación desde vegas y bofedales cuenca Salar de Maricunga................................... 256
Tabla 8.20: Descargas por evaporación en cuenca Salar de Pedernales. ............................................. 261
Tabla 8.21: Evaporación desde los suelos del Salar de Maricunga...................................................... 263
Tabla 8.22: Descargas por evaporación Salar de Pedernales. .............................................................. 264
Tabla 8.23: Descargas por evaporación Salar de Maricunga. .............................................................. 265
Tabla 8.24: Datos de aforos realizados en dren Agua Helada.............................................................. 266
Tabla 8.25: Derechos de aprovechamiento subterráneo otorgados en Salar de Pedernales. ................ 268
Tabla 8.26: Derechos de aprovechamiento subterráneo otorgados en Salar de Maricunga. ................ 270
Tabla 8.27: Resumen de las descargas por evaporación en cuencas piloto III Región (L/s)................ 270
Tabla 8.28: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Pedernales. ................................................ 276

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Tabla 8.29: Entradas y salidas aguas abajo de La Ola, en el sector Salar de Pedernales. .................... 276
Tabla 8.30: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Pedernales incorporando los aspectos
discutidos en los escenarios Situación 3 y Situación 4. ....................................................................... 280
Tabla 8.31: Entradas y salidas de la cuenca Salar de Pedernales aguas abajo del Llano La Ola,
incorporando los aspectos discutidos en los escenarios Situación 3 y Situación 4. ............................. 281
Tabla 8.32: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Maricunga. ................................................ 283

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1 MARCO GENERAL DEL ESTUDIO

El Altiplano o Puna es una región de América del Sur que comprende el norte de Chile, el
centro y sur del Perú, la parte occidental de Bolivia y el noroeste de Argentina. Básicamente
son cuencas sedimentarias formadas en altura, en su mayoría sobre los 3.500 msnm, debido al
tectonismo y a la actividad volcánica existente en estas latitudes.

Debido a la morfología de la zona (cuencas endorreicas en un clima de bastante aridez) se han


formado numerosas lagunas y salares. Las precipitaciones en estas cuencas son de origen
tropical, y ocurren durante el verano del hemisferio sur, lo que es conocido como el ‘Invierno
Boliviano’ o ‘Invierno Altiplánico’. Estas precipitaciones son de carácter convectivo, con una
alta variabilidad espacial, y se concentran en los meses de enero y febrero. Este fenómeno
desaparece más al sur, teniendo una mínima influencia en la Región de Atacama.

Las condiciones extremas sólo permiten que subsista una vegetación especializada, con pocos
requerimientos hídricos y capaces de soportar amplias oscilaciones térmicas. Los bofedales
conforman sistemas adaptados a estas condiciones, conocidas como vegetación de estepa o
esteparia, que minimizan la transpiración debido a la reducida superficie de sus hojas, algunas
de las cuales han evolucionado transformándose en espinas.

En Chile, las principales actividades que se desarrollan en la zona de interés son la minería y
el turismo, así como también la ganadería y agricultura por parte de los pueblos originarios.

El estudio surge de la necesidad de satisfacer la demanda de agua existente y proyectada para


los próximos 20 años en esta zona del norte del país. Esta demanda se refleja en actuales
solicitudes de derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas, solicitudes de áreas de
exploración y de regularizaciones.

Dada la etapa de desarrollo en que se encuentra la zona de estudio, ésta presenta una
oportunidad casi única para la elaboración y evaluación de planes de gestión y
aprovechamiento del agua de manera sustentable.

En este contexto, el objetivo general del estudio es implementar un programa de investigación


que permita establecer el estado actual del conocimiento sobre el funcionamiento
hidrogeológico de los sistemas altoandinos. La información levantada y analizada ha sido
complementada con trabajos de terreno y gabinete.

El estudio considera un análisis a escala regional y otro a nivel local o sistemas pilotos. En
ambas escalas de trabajo se abordan, fundamentalmente, aspectos geológicos, hidrológicos,

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hidrogeoquímicos e hidrogeológicos. Los sistemas piloto son unidades seleccionadas a nivel
de cuencas hidrográficas en conjunto con personal de la DGA, actores locales e instituciones
de la zona, en base a criterios de carácter ambiental, demanda comprometida e información
disponible.

Como parte de los trabajos de terreno, en estas zonas se han efectuado campañas de
reconocimiento, instalación de estaciones meteorológicas, muestreos de agua para análisis
químicos e isotópicos y mediciones de evaporación desde el agua subterránea somera.

Las campañas de reconocimiento estuvieron orientadas a recorrer el terreno a través de sus


principales rutas de acceso y caminos que conectan las cuencas del Altiplano, además de
seleccionar potenciales lugares para la instalación de estaciones meteorológicas.

Uno de los aspectos fundamentales de esta investigación lo constituye la instalación de 12


estaciones meteorológicas en el Altiplano entre la I y III Región, las que miden precipitación y
en algunos casos otras variables como temperatura y humedad del aire y del suelo.

Adicionalmente, se realizaron en todos los sistemas, mediciones in-situ de evaporación desde


la napa, utilizando la metodología del domo o semiesfera acrílica propuesta por el Servicio
Geológico de Estados Unidos (USGS). Estos datos son importantes para realizar el balance
hídrico de los sistemas y de especial relevancia para la estimación de la recarga en cuencas
cerradas.

Las campañas de muestreo de aguas, tanto superficial como subterránea, permitieron


complementar la información existente en reparticiones fiscales, estudios y publicaciones
científicas, en particular en los sistemas pilotos estudiados.

Finalmente, cabe señalar que el uso de los recursos hídricos en el Altiplano debe considerar
por una parte su importancia para el desarrollo económico y social del país y las Regiones y
por otra, la protección y cuidado de los sistemas ambientales sensibles que allí existen. En este
sentido, es fundamental entender la extracción de aguas subterráneas y la gestión misma de los
acuíferos como un proceso dinámico, tanto espacial como temporalmente. Asimismo, se deben
considerar adecuados planes de monitoreo y contingencia.

Por lo mismo, el uso sustentable del agua, la explotación, y en particular la exploración de los
recursos hídricos, debe vincularse desde su origen a variables de interés ambiental y cultural
de la zona.

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2 INTRODUCCIÓN

Las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga se encuentran en la III Región de


Atacama, en la parte alta de las Provincias de Chañaral y de Copiapó, respectivamente (Figura
2.1). Estas cuencas presentan un clima adverso para ser habitadas, como la mayoría de las
unidades del Altiplano o Puna, sin embargo, en su vecindad existen poblados y actividades
productivas como la minería, que utilizan sus recursos hídricos. La importancia
medioambiental de los sistemas altoandinos está fuertemente vinculada al agua en sus diversas
fuentes, que sostienen importantes humedales donde se desarrolla una flora y fauna específica.

La Dirección General de Aguas ha buscado contar con una apropiada caracterización de los
recursos hídricos de estas cuencas, a través del conocimiento alcanzado en estudios de
solicitudes de derechos de aprovechamiento, como también de aquellos que se desarrollan en
el marco de la presente investigación. El objetivo es avanzar hacia una explotación sustentable
en el largo plazo que proteja tanto la cantidad como la calidad.

2.1 Propósitos y alcances

El presente informe tiene como propósito el presentar una caracterización hidrogeológica de


las cuencas piloto de la Región de Atacama, a través del análisis y síntesis de la información
disponible. Se busca cuantificar con esta información los flujos de entrada y salida de las
cuencas e identificar datos y tareas adicionales que se requieren para definir adecuadamente la
geometría y propiedades de él o de los acuíferos.

Se presenta en los contenidos una descripción de la hidrografía y geomorfología, hidrología,


geología, hidrogeoquímica e hidrogeología de las cuencas, además de los balances hídricos de
recarga y descarga.

2.2 Descripción general del área de estudio

El área de estudio corresponde a las cuencas superficiales y subterráneas de los salares de


Pedernales y Maricunga. Estas unidades se encuentran en la franja del Altiplano o Puna de
Chile, insertas en la Cordillera de Los Andes de la Región de Atacama (Figura 2.1). Los
límites de la zona de estudio se encuentran entre las siguientes coordenadas UTM (Datum
Provisional Sudamericano 56, PSAD 56):
Límite norte : 7.125.000
Límite sur : 6.950.000
Límite oeste : 466.000
Límite este : 543.000

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Figura 2.1: Ubicación del sistema piloto conformado por cuencas de Pedernales y Maricunga.

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Dentro de la Provincia de Chañaral, Pedernales se encuentra en la Comuna de Diego de
Almagro, mientras que Maricunga se ubica dentro de la Provincia de Copiapó, comuna de
Copiapó.

2.2.1 Características generales de las cuencas

La hoya Pedernales es la de mayor superficie en la Región de Atacama, con 3.588 km2. Tiene
una altitud media de 3.992 metros, con sus más altas cumbres por sobre los 6.000 msnm. Se
encuentra a 40 km al este de El Salvador y a 165 al NE de la capital Regional, Copiapó. Su
forma es ovalada en sentido N-S, con un marcado ensanchamiento hacia el sur, alcanzando un
máximo de casi 90 km de largo y un ancho variable entre 20 (norte) y 70 km (sur). Como
ocurre con todas las grandes cuencas, ésta se caracteriza por importantes variaciones
morfológicas, climatológicas y geológicas. Su geología es una mezcla de terrenos
sedimentarios, de formaciones volcánicas y de rocas plutónicas. El salar mismo es también el
más grande de esta Región y se encuentra pegado al límite occidental de la cuenca, en su
extremo norte. Este salar cubre una superficie de unos 326 km2 y corresponde a una costra de
yeso y halita, con pocas y pequeñas lagunas generalmente pegadas a las orillas. Las lagunas
ubicadas al noreste son profundos “ojos” en la costra de sal, las demás son superficiales.

La hoya hidrográfica del salar de Maricunga es la segunda superficie más importante de la


Región de Atacama (2.195 km2) y una de las mayores del Altiplano o Puna de Chile. Se
encuentra al sur de Pedernales y se ha considerado en otros estudios incluyendo a su vecina
oriental, la cuenca de Piedra Pómez. Su altura media es de 4.295 msnm y el salar propiamente
tal se encuentra ocupando la mitad norte de la cuenca, con su borde occidental a unos 7 km de
la divisoria que la separa de la cuenca de Copiapó. La forma del salar es alongada de norte a
sur, angostándose considerablemente desde la mitad hacia el sur. Su superficie aproximada
casi alcanza los 140 km2.

En estas cuencas no se desarrollan actividades productivas, sin embargo en ambas existen


asentamientos humanos permanentes. Estos son La Ola en Pedernales y el complejo fronterizo
San Francisco, en Maricunga.

En la zona se encuentra parte del Parque Nacional Nevado de Tres Cruces, que comprende la
Laguna Santa Rosa y el curso del río Lamas. La superficie de este sector es de 46.945
hectáreas. Un segundo sector del Parque se encuentra en la cuenca de la Laguna del Negro
Francisco y tiene una superficie de 12.136 hectáreas.

Las áreas que conforman el Parque están incluidas en la Región Ecológica de las Estepas
Altoandinas, Aubregión del Altiplano y la Puna y en la Formación Vegetal de la Estepa
Desértica de los Salares Andinos, de acuerdo al Sistema Básico de Clasificación Nativa

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Chilena. Además de la vegetación rara, por el clima desértico, en algunos sectores húmedos se
encuentran vegas y bofedales.

La fauna del parque destaca por las varias especies de aves, entre las que se cuentan taguas
cornudas y flamencos. Dentro de los mamíferos se cuentan guanacos y vicuñas.

2.2.2 Vías de acceso

A la hoya hidrográfica de Pedernales se ingresa desde el camino a Montandón, al este de las


ciudades de Diego de Almagro y El Salvador. Esta última es la ciudad más cercana al límite
poniente de la cuenca, donde el camino de acceso cruza el sector Portal del Inca de forma
similar a la ruta que se hace hacia la fundición Potrerillos. Este recorrido ingresa a la hoya por
el sur del salar, y pasa por el campamento La Ola para empalmar la Ruta Internacional Nº 31
en el límite norte de la cuenca de Maricunga (Figura 2.2).

El acceso a Maricunga se puede hacer a través de Pedernales, siguiendo la ruta descrita arriba.
También puede realizarse por otras dos rutas que suben a la cordillera desde la ciudad de
Copiapó por la quebrada de Paipote, llegando al sector de La Puerta. Allí existe una
bifurcación, donde la Ruta Internacional Nº 31 sigue la quebrada de San Andrés y aparece al
sur del salar, próximo al complejo fronterizo San Francisco. La otra rama que se inicia en La
Puerta llega al sur del salar, en el sector de la Laguna Santa Rosa.

Una forma alternativa de ir a esta zona de la cordillera es pasando por la cuenca de la Laguna
del Negro Francisco, por el camino que sube desde la ciudad de Copiapó y atraviesa el
poblado de Paipote.

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Área de Estudio

Fuente: [Turistel]
Figura 2.2 : Vías de acceso a las cuencas de Pedernales y Maricunga.

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3 REVISIÓN DE ANTECEDENTES

Este capítulo presenta una revisión de los estudios realizados en las cuencas Salar de
Pedernales y Salar de Maricunga para distintos fines, entre los que se cuenta la caracterización
de sus recursos hídricos. Entre estos estudios se encuentran aquellos desarrollados para
solicitar derechos de aprovechamiento a la Dirección General de Aguas, otros de carácter
científico persiguen ahondar en el conocimiento de ciertos temas en relación al agua en sus
diversas fuentes.

La revisión efectuada se tradujo en resúmenes de las referencias, que involucran tanto los
recursos de carácter superficial como subterráneo. A continuación se presenta un listado de los
antecedentes y luego una síntesis de los aspectos considerados más relevantes para los efectos
de este estudio.

3.1 Estudios y antecedentes recopilados

Los estudios revisados, se encuentran disponibles principalmente en la Dirección General de


Aguas (DGA), y corresponden a informes para evaluar la disponibilidad en acuíferos,
solicitudes de derechos de aprovechamiento, expedientes e informes técnicos del
Departamento de Estudios y Planificación (DEP) de la DGA. Otros estudios relevantes han
sido desarrollados por el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), así
como Estudios de Impacto Ambiental (SEIA) presentados en la zona y aportes de empresas
privadas.

La recopilación y revisión se complementó con documentos científicos publicados en libros y


revistas, estudios universitarios en la forma de memorias de título y tesis de magíster y
doctorado. En general, la bibliografía en estas zonas de la cordillera donde se emplaza el
Altiplano – Puna es limitada y se restringe a algunas áreas de mayor interés para la
explotación.

De esta forma, se han colectado, revisado y sintetizado documentos que hacen referencia a las
características hidrográficas, geológicas, hidrológicas, hidrogeoquímicas e hidrogeológicas,
tanto a nivel regional como local. Los presentados a continuación son los más relevantes para
el sistema piloto seleccionado en la Región de Atacama.

• Ref. 1 Balance Hídrico de Chile, Dirección General de Aguas, 1987.

• Ref. 2 Modelos de Elevación Digital, (DEM), (http://seamless.usgs.gov).

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• Ref. 3 Imágenes Saterlitales Landsat ETM+, NASA (1999).

• Ref. 4 Cartografía de Chile, escala 1:250.000. Instituto Geográfico Militar, 1987.

• Ref. 5 Coberturas digitales SIG, Dirección General de Aguas, 2007.

• Ref. 6 Geografía de Chile, Tomo VIII, Hidrografía. Niemeyer y Cereceda, Instituto


Geográfico Militar (IGM), 1984.

• Ref. 7 Mapa Hidrográfico de Chile, Departamento de Recursos Hidráulicos, CORFO,


1971.

• Ref. 8 Mapa Geológico del Norte Grande de Chile, Escala 1:1.000.000, del Servicio
Nacional de Geología y Minería, 2003.

• Ref. 9 Hidrogeología de la cuenca Laguna del Negro Francisco, Escala 1:100.000,


Región de Atacama. N° Mapa: M63.- Autor: Iriarte D., Sergio; Ugalde A.,
Ignacio; Venegas S., Marcela. SERNAGEOMIN, 1998.

• Ref. 10 Hidrogeología de la cuenca Salar de Pedernales, Región de Atacama, Escala


1:100.000, Nº Mapa: M67.- Autor: Aguirre A., Igor; Venegas S., Marcela.
SERNAGEOMIN, 2005.

• Ref. 11 Mapa hidrogeológico de la cuenca Salar de Maricunga: sector Salar de


Maricunga, Escala 1:100.000, Región de Atacama. Nº Mapa: M62.- Autor:
Iriarte D., Sergio. SERNAGEOMIN, 1999.

• Ref. 12 Mapa hidrogeológico de la Cuenca Salar de Maricunga: sector Ciénaga


Redonda, escala 1:100.000, Región de Atacama. N° Mapa: M65. Venegas, M.;
Iriarte, S. y Aguirre, I. SERNAGEOMIN, 2000.

• Ref. 13 Geología del Salar de Maricunga, Región de Atacama, Escala 1:50.000. Nº


Mapa: M54.- Autor: Tassara O., Andrés. SERNAGEOMIN, 1997.

• Ref. 14 Mapa Hidrogeológico de la Cuenca Campo de Piedra Pómez-Laguna Verde.


Región de Atacama, Escala 1:100.000. N° Mapa: M66.- Autor: Santibáñez I.,
Venegas M. Formato JPG. SERNAGEOMIN, 2005.

• Ref. 15 Geoquímica de Aguas en Cuencas Cerradas: I, II y III Regiones de Chile,


Volumen I, Síntesis. S.I.T Nº 51, de los autores Risacher, Alonso y Salazar,
Convenio de Cooperación DGA – UCN – IRD, 1999.

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• Ref. 16 Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca del Salar


de Maricunga, III Región. DGA, Departamento de Estudios y Planificación
(2006). S.D.T. Nº 255.

• Ref. 17 Estudio de Modelación Matemática Hidrogeológica Cuenca del Salar de


Pedernales. CPH Consultores Ltda., 2004.

• Ref. 18 Hidrogeología Sector Cerro Pampa. EDRA, 1999.

• Ref. 19 Hidrogeología Sector Quebrada Piedra Pómez. EDRA, 1999.

• Ref. 20 Evaluation of the Hydrogeological Interconnection between the Salar de


Maricunga and the Piedra Pomez Basins, Atacama Region, Chile; An Isotope
and Geochemical Approach. Iriarte, Santibáñez y Aravena, 2001.

• Ref. 21 Estudio Geológico e Hidrogeológico del Sector Norte del Salar de Pedernales y
de las Áreas Cerro Doña Inés, Salar de Los Infieles y Llano de Las Vicuñas, III
Región de Atacama. Memoria para optar al título de Geólogo. Universidad de
Chile. Santiago. Castro, B. 1982.

• Ref. 22 Estudio Hidrogeológico de la Cuenca Salar de Pedernales. IIG. Santiago.


Henríquez, H.; Montti, S.; Falcón, E. 1975.

• Ref. 23 Estudio Geofísico en Salar de Pedernales. Informe SGF 75-15. Sección


Geofísica. IIG. Santiago. Julio, M. y Bettancourt, E. 1975.

• Ref. 24 Estudio geofísico Llano de Pedernales- III Región. Informe SGF 76-1. Sección
Geofísica. IIG. Santiago. Julio, M. y Bettancourt, E. 1976.

• Ref. 25 Trabajo de exploración geofísica (expediente NE-0302-461, Noviembre de


2004).

• Ref. 26 A hydrogeological, hydrochemical, isotopic and geophysical study on the Salar


de Pedernales sub-basin, III Region, Chile. Tésis de Máster. Universidad de
Tübingen. Aguirre, I., 2003.

• Ref. 27 Catastro de Obras de Captación a partir de Revisión Bibliográfica

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3.2 Síntesis de estudios y antecedentes recopilados

3.2.1 Balance Hídrico de Chile (DGA, 1987)

Este estudio tuvo el propósito de cuantificar las distintas componentes del ciclo hidrológico en
las cuencas del país. Para el caso de las cuencas del sistema piloto de esta Región no se contó
con estaciones fluviométricas ni pluviométricas en la zona, así como tampoco con registros de
temperatura ni evaporación. Los valores entregados en mapas de isolíneas se determinaron
interpolando o extrapolando los datos existentes a la fecha de su elaboración.

Por otra parte, las hoyas hidrográficas de Pedernales y Maricunga se encuentran insertas en el
área de cuencas ‘Endorreicas entre Frontera y Vertiente Pacífico de la Región de Atacama’
(ROL 030). De acuerdo a la definición establecida en el presente estudio (ver Parte I:
Hidrografía Regional del Altiplano), Pedernales junto a las cuencas Quebrada Los Maranceles,
La Laguna, Salar de Piedra Parada y Lagunas del Jilguero, ocupan el área definida en las
subcuencas del Balance Hídrico de Chile como Salar de Pedernales propiamente tal (ROL
0302). Por su parte, la hoya del Salar de Maricunga se había definido como parte de una
misma unidad junto a la cuenca de Piedra Pómez (ROL 0304). La Figura 3.1 muestra la
ubicación de las subcuencas de la DGA, así como las de este estudio.

Usando los límites anteriormente descritos, la DGA estableció los valores presentados en la
Tabla 3.1 para las componentes del balance hídrico. Allí también se muestra el área de drenaje
de las subcuencas.

Tabla 3.1: Componentes del balance hídrico de las cuencas según Balance Hídrico de Chile
Evaporación
Área Precipitación Evapotranspiración Escorrentía
Subcuenca Lag. - Salares
(Km2) (mm/año) (mm/año) (mm/año)
(mm/año)
Salar de Pedernales 4.332 125 119 6 0
Salar de Maricunga 2.620 153 143 10 0
Fuente: [Balance Hídrico de Chile, 1987]

Como en general no se dispone de antecedentes cuantitativos de caudales afluentes y


efluentes, en particular en cuencas cerradas, la escorrentía fue obtenida restando a la
precipitación la evapotranspiración y la evaporación desde lagunas y salares.

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Figura 3.1: Cuencas del Balance Hídrico de Chile y las del presente estudio

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Este estudio constituye información oficial ampliamente reconocida acerca de los
componentes del ciclo hidrológico en las distintas zonas del país. Los valores aquí publicados
son una referencia y fuente de información tanto para el comportamiento de los recursos
hídricos como por las metodologías aplicadas en el análisis.

De acuerdo a lo observado en la Tabla 3.1, las diferencias en las precipitaciones medias


anuales para cada cuenca son de 30 mm al año. Las cuencas cubren un área importante dentro
de la Región y no es extraño que se presenten estas diferencias por la distancia y alturas
medias, sin embargo, debe tenerse en cuenta que en la zona cordillerana de la Región de
Atacama no existen registros de variables meteorológicas.

3.2.2 Geografía de Chile, Tomo VIII, Hidrografía. Niemeyer y Cereceda, Instituto


Geográfico Militar (IGM), 1984.

Este tomo de la colección Geografía de Chile del IGM hace una división de todo el país en las
hoyas hidrográficas que lo componen, y una descripción de éstas a través de una clasificación
en zonas. A excepción de algunas cuencas costeras y Chiloé, las demás unidades hidrográficas
superficiales fueron divididas usando la carta 1:250.000, en que los límites se determinaron
usando el planímetro y el compás.

La clasificación de las zonas adoptada respeta la división establecida por CORFO con
anterioridad, donde las hoyas de Pedernales y Maricunga están clasificadas dentro de los ‘Ríos
de Régimen Esporádico de la Zona Árida de Chile’. Asimismo, las cuencas tratadas en este
informe se definieron como ‘Cuencas Endorreicas’ en la subclasificación ‘Cerradas de la Alta
Puna’.

En la descripción de las cuencas, Pedernales aparece como probablemente la cuenca más


importante de la Alta Puna, debido a su recurso hidrológico potencial. Su definición considera
una superficie de 4.900 km2 y la elevación del salar a 3.450 msnm. La superficie de éste es
según Niemeyer y Cereceda de 300 km2.

El Salar de Maricunga por su parte se describe con una superficie de 1.910 km2 y con una
altura mínima de 3.760 msnm. La superficie del salar expuesta en este libro es de 83 km2. Sus
tributarios principales son los ríos Lamas de oriente a poniente y Valle Ancho, de sur a norte.
Este último aparece como de características de intermitente, que aflora formando vegas en
ciertos tramos de su recorrido hacia la llanura donde está el salar.

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3.2.3 Hidrogeología de la cuenca Salar de Pedernales, Región de Atacama, Escala
1:100.000, N° Mapa: M67. Aguirre, I. y Venegas, M. SERNAGEOMIN, 2005.

El documento describe las condiciones de recarga y descarga que afectan a la cuenca, además
de su geología e hidrogeología. Separa las unidades hidrogeológicas según el tipo de roca, o
depósito, y su potencial acuífero (Struckmeier y Margat, 1995). Se consideran como
principales reservorios de aguas subterráneas los llanos Pedernales, Pajaritos y Leoncito,
además de las quebradas La Ola, Juncalito, Leoncito y Pastos Largos. Se estima como
depósitos no consolidados de calidad intermedia a los depósitos salinos y limos salinos, que
conforman a los salares de Pedernales y La Laguna, entre otros. Rocas volcanoclásticas, lavas
y rocas sedimentarias, se agrupan como unidades de mediana importancia hidrogeológica.
Además se destaca el potencial geotérmico de la cuenca, concentrado en el extremo oriental.

Este mapa presenta además los niveles piezométricos de los pozos y las direcciones de flujo
del agua subterránea. Se indica la ubicación de los sondajes, sin embargo en algunos casos no
otorga información sobre ellos (cota de terreno, nivel estático, etc.). La información
hidrogeoquímica general es presentada en un diagrama de Piper y algunos puntos de muestreo
cuentan con un diagrama de Stiff. A pesar de esto, los análisis químicos adjuntos en tablas
omiten algunos elementos mayoritarios, lo que limita el uso de estos datos.

3.2.4 Mapa hidrogeológico de la Cuenca Salar de Maricunga: sector Salar de


Maricunga, escala 1:100.000, Región de Atacama. N° Mapa: M62. Iriarte, S.
SERNAGEOMIN, 1999.

Estudio de la subcuenca Salar de Maricunga en la cuenca del mismo nombre, que la describe
fisiográficamente como una depresión volcano- tectónica rellena por sedimentos. La
caracterización hidrogeológica se basa en la descripción litológica de subsuperficie, obtenida
de pozos y métodos geofísicos, a la que se le atribuye cierto potencial acuífero. También
analiza las principales fuentes de recarga en la zona.

Dos áreas de importancia hidrogeológica son descritas, el Llano de Ciénaga Redonda y el


extremo noroeste del salar. En ambas se han perforado pozos (dos en producción), cuyas
profundidades varían entre 70 y 150 m, donde se reporta datos de transmisividad (150- 43.000
m2/día) y caudales específicos (0,13- 68 L/s/m), además de información estratigráfica. Según
esta última, el primero alberga a un acuífero intergranular, compuesto mayoritariamente por
depósitos sedimentarios aluviales, y algunos de origen fluvial, con un nivel impermeable en la
base, bajo el cual se presume la existencia de otro acuífero intergranular, cuya profundidad ha
sido interpretada en 800 m por gravimetría. En el sector noroeste del salar también se describe
un acuífero intergranular, de amplia variabilidad litológica. Además se señala una tercera área
potencialmente acuífera, al noreste del la cuenca.

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3.2.5 Mapa hidrogeológico de la Cuenca Salar de Maricunga: sector Ciénaga Redonda,


escala 1:100.000, Región de Atacama. N° Mapa: M65. Venegas, M.; Iriarte, S. y
Aguirre, I. SERNAGEOMIN, 2000.

Esta subcuenca de elongación norte- sur se enmarca dentro de la cuenca hidrográfica del Salar
de Maricunga. Su relleno consiste en sedimentos no consolidados, de los cuales los depósitos
fluviales y los aluvios poseen los mayores potenciales hidrogeológicos. Existen en esta zona 9
pozos, de profundidades entre 20 y 130 m, dos de ellos se utilizan para producción. Las
pruebas de bombeo reportan datos de transmisividad (10 - 104 m2/día) y coeficiente de
almacenamiento (15%). La información estratigráfica indica la predominancia de gravas y
arenas, con cantidades menores de arenas finas y limos, especialmente en los niveles más
profundos.

3.2.6 Geoquímica de Aguas en Cuencas Cerradas: I, II y III Regiones de Chile,


Volumen I, Síntesis. S.I.T. Nº 51, de los autores Risacher, Alonso y Salazar,
Convenio de Cooperación DGA – UCN – IRD, 1999.

Este estudio presenta datos y análisis del funcionamiento geoquímico de las aguas en cuencas
cerradas, los que permiten caracterizar y profundizar el funcionamiento de las mismas y los
fenómenos a que están siendo sometidas. En síntesis, se plantea que las cuatro primeras
Regiones del norte de Chile (incluyendo la XV Región de Arica y Parinacota) cumplen con los
dos requisitos fundamentales para el establecimiento de ambientes evaporíticos: (i) la
evaporación potencial es superior a la pluviosidad y (ii) la presencia de cuencas cerradas.

La precipitación media anual en estas zonas pasa de algunos milímetros en la costa y el Valle
Central hasta cerca de 300 mm/año en la Cordillera de Los Andes. La evaporación potencial
varía de 100 a 2.500 mm/año, esencialmente en función de la altura. Debido a este gradiente
de aridez, existen dos grandes grupos de salares y lagos salados:

• Salares de la costa y del valle central que y que no son de interés en el presente estudio.
• Lagos salados y salares de la Cordillera de los Andes que están activos en la actualidad, y
reciben aportes de su cuenca de drenaje y se concentran por evaporación en lagunas
superficiales donde precipitan las sales evaporíticas.

Los lagos salados y salares se constituyen en la base de equilibrio de las cuencas cerradas. Las
napas subterráneas de las cuencas de drenaje se descargan preferentemente en estas
depresiones topográficas a través de manantiales o vertientes que nacen en el piedemonte
adyacente a las depresiones. Esta agua de aporte se contaminaría al mezclarse con la que se
encuentra en las pozas de evaporación o en los propios salares.

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Las vertientes o manantiales surgen frecuentemente en varios puntos, o pueden ser difusos a lo
largo de decenas o cientos de metros de la orilla, condición que dificulta cuantificar los flujos
aportados. Cuando alimentan una laguna superficial y salada permanente, la determinación del
volumen de sus aportes se establece a través del balance hídrico de la laguna.

Las lagunas en los salares constituyen verdaderos oasis que albergan ecosistemas complejos y
variados, desde microorganismos que sirven de alimento a los flamencos y otras aves, hasta
mamíferos como vicuñas, guanacos y zorros, para los cuales los manantiales constituyen la
única fuente de agua.

Los componentes disueltos en las aguas de aporte tienen un doble origen:

• alteración de rocas volcánicas o sedimentarias de la cuenca de drenaje por aguas


meteóricas o hidrotermales, y
• redisolución de sales evaporíticas y salmueras residuales de antiguos salares recubiertos
por formaciones volcánicas más recientes.

Salar de Pedernales: El salar y la cuenca misma son descritos como los más grandes de la
Región de Atacama. La morfología, el clima y la geología presentan grandes variaciones
debido a la extensa superficie que cubre el área de drenaje. Las principales características
morfométricas y climatológicas del salar según el estudio son:

• Altura del salar: 3.370 msnm


• Superficie de la cuenca: 3.620 km2
• Superficie del salar: 335 km2
• Superficie de las lagunas: 0,6 km2
• Precipitaciones: 100 mm/año (salar) - 150 mm/año (cuenca oriental)
• Evaporación potencial: 1.200 mm/año (salar)
• Temperatura: 4º C (salar)
El salar en la depresión recibe dos tipos de agua: aguas diluidas de napas al sur y oeste de la
cuenca, y aguas salobres provenientes del oriente y que entran al salar desde el sur y el este.
La salinidad de estas aguas provendría de la disolución de halitas y yesos.

La hidrogeoquímica del salar está controlada por aguas de aporte salobre con más del 80% de
las sales disueltas.

Salar de Maricunga: Es la segunda cuenca cerrada más grande de la Región de Atacama


después de la del Salar de Pedernales. En el estudio del IRD se asocia como conjunta con la

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cuenca de Piedra Pómez ubicada al oriente, dado que los mapas topográficos no permitirían
definir la separación. Ambas cuencas estarían conectadas a través del portezuelo Tres Cruces
(4.386 msnm) y su conexión se justifica en el hecho de que Piedra Pómez no forma salar ni
laguna a pesar de su considerable superficie (caso particular en el Altiplano chileno para los
autores).

Las principales características morfométricas y climatológicas señaladas en el estudio son:

• Altura del salar: 3.760 msnm


• Superficie de la cuenca: 3.045 km2 (2.200 km2 sin la parte occidental)
• Superficie del salar: 145 km2
• Superficie de las lagunas: 6 km2 (0,15 km2 para la laguna Santa Rosa)
• Precipitaciones: 120 mm/año (salar) - 200 mm/año (cuenca oriental)
• Evaporación potencial: 1.200 mm/año (salar)
• Temperatura: 4º C (salar)
Tal como ocurre en Pedernales la variación de morfología, el clima y la geología es importante
en toda su superficie. Los aportes más relevantes al salar serían a través de 7 arroyos ubicados
sobre los 4.000 msnm que se infiltran para llegar subterráneamente. La Laguna Santa Rosa al
sur está conectada al salar a través de un cauce con unos 200 – 300 L/s de caudal.

Las aguas de aporte al salar son de gran variedad de composición química, y se pueden
distinguir dos tipos principales: aguas diluidas (SDT < 1 g/L) cuyos componentes provienen
de la disolución de rocas, y aguas salobres (1 g/L < SDT < 4 g/L) que han disuelto antiguas
salmueras residuales.

La laguna Santa Rosa está compuesta de los tipos de agua sulfatada y cálcica, lo que refleja su
complejidad hidrológica. Por su parte, el canal que corre desde la laguna Santa Rosa hacia el
salar recibe aportes de vertientes difusas a lo largo de su curso.

El arsénico sería la principal limitante a los numerosos cursos de agua que hay en la cuenca
para su uso potable. Por otra parte la salinidad de las aguas está muy por sobre la norma
chilena de aguas consideradas potables.

El estudio revisado es importante por la cantidad de antecedentes que aporta en toda la zona
del Altiplano, donde se desarrolla la mayoría de las cuencas endorreicas abordadas, sin
embargo, es analizado desde una perspectiva geoquímica y no hidrogeológica, y las
conclusiones que aquí se alcanzan debiesen ser utilizadas como referencias para otras
interpretaciones.

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3.2.7 Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca del Salar de
Maricunga, III Región. S.D.T. Nº 255 (DGA, Departamento de Estudios y
Planificación, 2006).

Este estudio tuvo como objetivo realizar una caracterización hidrológica e hidrogeológica de
la cuenca del salar de Maricunga, así como de la subcuenca afluente por el sur llamada
Ciénaga Redonda. El análisis incluye el balance hídrico de ambas unidades para resolver la
constitución de derechos de aprovechamiento solicitados.

La cuenca completa ha sido dividida en 5 zonas, Z0 a Z4, (Figura 3.3) para efecto de los
balances, basándose en criterios hidrológicos e hidrogeológicos. La zona Z0 pertenece en el
drenaje superficial a la cuenca de la Laguna del Negro Francisco, sin embargo, se incluye en el
análisis ya que subterráneamente drenaría hacia la cabecera de Ciénaga Redonda, en
Maricunga. La zona Z1 y Z2 completan la subcuenca de Ciénaga Redonda, mientras que la
zona Z3 corresponde al resto de la cuenca sin el salar y Z4 es el salar propiamente tal.

El balance por zonas se obtuvo separando las subcuencas (zonas) por bandas de altura cada
200 metros, asignándose un valor de precipitación y evapotranspiración a cada uno. De la
diferencia de ambos parámetros se obtuvo la escorrentía. El aporte de la zona Z1 incluye el de
Z0, originado por la infiltración de las aguas del Río Astaburuaga en el sector donde se
encuentra la estación “Río Astaburuaga en el Cono”. Allí existe un relleno sedimentario cuya
continuidad hacia la cabecera de Maricunga indica un flujo pasante hacia el norte, estimado en
80 L/s.

Considerando la información de los pozos perforados en ese sector, se utilizó los valores de
transmisividad y gradiente hidráulico hacia el norte, que entregaron valores de 3.245 m2/d y
0,27%, respectivamente. Usando la topografía del valle se estimó un ancho de 800 m, con lo
que se reportó el valor anteriormente mencionado. Esta corresponde a una condición de
régimen natural, sin bombeo, y que se desconoce su continuidad después de que se inicie la
extracción. La Figura 3.2 muestra la condición utilizada para la determinación del caudal
pasante.

Un enfoque distinto para cuantificar el mismo fenómeno utilizó las áreas en determinadas
bandas de altura, al igual como se hiciera para el resto de la cuenca, para medir la escorrentía
en la cabecera de Ciénaga Redonda. Los resultados de esta metodología son coherentes con
los determinados usando la información de los pozos, por lo que se aceptó el valor propuesto.

En la Tabla 3.2 se presenta el balance efectuado por zonas, considerando los usos actuales y
solicitados. Esta tabla muestra los flujos superficiales y subterráneos a cada zona así como la
recarga, evaporación desde humedales y las extracciones.

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DELIMITACION HIDROLÓGICA E HIDROGEOLÓGICA EN CIENAGA REDONDA


CUENCAS DE LA LAGUNA DEL NEGRO FRANCISCO Y MARICUNGA

4400

NE pozos
eje Valle
Et Z0 = 340 l/s captación sub
estación fluviométrica
4300
EVAPOTRANSPIRACIÖN
HUMEDALES humedal

? l/s
80 l/s
4200

ALTURA (msnm)
DELIMITACIÓN HIDROLÓGICA E
TECHO DEL MEDIO POROSO DE BAJA PERMEABILIDAD
HIDROGEOLÓGICA
4100

4000
6957000 6959000 6961000 6963000 6965000 6967000 6969000 6971000 6973000 6975000 6977000
UTM E (m)

Fuente: [DGA – DEP, 2006]


Figura 3.2: Situación hidrogeológica en la cabecera de Cienaga Redonda en situación de régimen natural.

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Tabla 3.2: Balance en zonas definidas en cuenca salar de Maricunga. (La zona Z1 incluye los
aportes de la zona Z0, Figura 3.3).
Entradas (L/s) Salidas (L/s)
ZONA
Sup. Sub. Recarga Total Evap. Usos Sup. Sub. Total
Z1 0 114 427 541 73 274 50 144 541
Z2 50 144 251 445 0 195 0 250 445
Z3 0 250 894 1.144 0 707 0 437 1.144
Z4 0 437 0 437 247 190 0 0 437
Fuente: [DGA – DEP, 2006]

Las descargas por evaporación en toda la cuenca alcanzan los 1.572 L/s, que se dividen en
descargas desde humedales (181 L/s) en la quebrada Ciénaga Redonda y descargas desde la
zona terminal, que incluye al salar y las lagunas dentro de éste (1.391 L/s). Las primeras
descargas, a través de humedales, se obtuvieron considerando una evaporación a una tasa
específica de 0,5 L/s/ha, de la que no se reporta una referencia. Las descargas de la zona
terminal, por su parte, se consideran equivalentes a la escorrentía de entrada, dado que no se
verifica una descarga natural de otro tipo y el sistema se encuentra en equilibrio. Los valores
obtenidos se contrastaron con datos de otros estudios.

Citando el informe S.I.T. Nº 51 de 1999, se especifica un valor de 190 L/s para la evaporación
de las lagunas, mientras que para el salar se considera que la descarga por evaporación es igual
a la diferencia entre la escorrentía afluente estimada (1.391 L/s) y la mencionada descarga
desde las lagunas, dando un total de 1.201 L/s. Este valor se utiliza para conocer la
profundidad promedio del agua subterránea en el salar, considerando que la descarga desde
éste se produce de acuerdo a la ecuación propuesta por Mardones (1998) en el Salar de
Ascotán. Dicha ecuación fue corregida de acuerdo a un factor que considera los valores de
evaporación potencial media propuestos por Risacher et al. (1999) en ambas cuencas,
quedando la siguiente expresión:

Z (m) = -0,30726·Es (mm/día) + 0,7226

Usando el valor de 1.201 L/s en esta ecuación, se despejó la profundidad media de la napa en
la zona del salar, entregando 0,49 m. Esto aparece como razonable para los autores, dado que
según ellos al menos un tercio del salar mantiene una condición de orilla activa, lo que
corresponde a profundidades de napa menores o iguales a 20 cm bajo la superficie del terreno.

En la tabla reportada para la comparación de las características de los salares de Maricunga y


Ascotán, los títulos se encuentran cambiados, citando en uno las condiciones del otro, lo que
puede llevar a confusión. Por otra parte, considerando los datos entregados por Risacher et al.

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(1999), con un área de lagunas de 6 km2 y evaporación potencial de 1.200 mm/año, da un
valor de descarga por lagunas de 228 L/s, mayor al estimado en el S.I.T Nº 51.

Finalmente, se considera que la recta obtenida por Mardones (1998) no representa las
condiciones de evaporación en el Salar de Maricunga, dado que las mediciones hechas en ésta,
durante el desarrollo del presente estudio, indicaron que un ajuste del tipo exponencial resulta
más apropiado. El trabajo realizado por Grilli y Vidal (1986) en el Salar de Atacama es una
referencia normalmente aceptada para este tipo de trabajos.

Fuente: [DGA – DEP, 2006]


Figura 3.3: División de cuenca de Maricunga y afluente subterránea en 5 zonas (Z0 a Z4)

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3.2.8 Estudio de Modelación Matemática Hidrogeológica Cuenca del Salar de
Pedernales. CPH Consultores Ltda., 2004.

El objetivo de este estudio fue caracterizar los recursos hídricos subterráneos de la cuenca y
evaluar su comportamiento cuando ocurre un aumento en la demanda desde 937 L/s a 1.200
L/s. Esto se llevó a cabo con el desarrollo de un modelo hidrogeológico numérico, cuya
operación contempló un horizonte de 20 años.

El modelo hidrogeológico consideró la zona donde se encuentran el llano y el salar de


Pedernales en la parte norte de la cuenca (ver Figura 3.4). El límite sur del modelo está dado
por un angostamiento que permite separar la hoya en dos embalses subterráneos, en que el de
aguas arriba (sur de la cuenca) es el que recibe una mayor cantidad de aportes de precipitación.
Los niveles estáticos observados en la transición de ambas zonas fueron constantes, por lo que
se definió una condición de borde de caudal constante (200 L/s), calculada usando el gradiente
hidráulico y la transmisividad.

Entre los antecedentes previos que permiten definir las unidades hidrogeológicas se considera
una adaptación de la geología de superficie y subsuperficie propuesta por SERNAGEOMIN
(“Estudio Geológico de la Región de Potrerillos y El Salvador: Mapas Geológicos
Preliminares”). Esta información es complementada mediante una campaña de exploración
hidrogeológica que incluye perfiles TEM, sondajes de exploración, pozos de bombeo y
calicatas.

Los perfiles TEM fueron 5, que consideran 78 puntos de medición, todos con al menos un
pozo estratigráfico para su calibración, distribuidos como se indica en la Figura 3.5. El único
que presenta cierta incongruencia es el perfil Nº 3, donde no coincide el límite del relleno
según geofísica con el indicado por el pozo J-2, lo que puede deberse a una mala resolución en
profundidad. Estas prospecciones son descritas en los próximos párrafos.

El pozo de bombeo (PB-15) construido en este estudio se hizo en la zona de transición de los
embalses subterráneos, cuya ubicación exacta se seleccionó con los perfiles TEM para perforar
la sección más angosta cercana a La Ola. Usando esta información se determinó las constantes
elásticas de la zona y con ello el caudal pasante. Los sondajes de exploración fueron 3, de 2”
de diámetro cada uno y con 564 m totales de perforación, que se realizaron en el Llano de
Pedernales (2) y Llano de los Arroyos (1). En el entorno del salar se realizaron a su vez las 31
calicatas, de hasta 4,5 m de profundidad para determinar la profundidad de la napa y la
litología de la zona de evaporación.

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Fuente: [CPH Consultores, 2004]


Figura 3.4: Disposición de embalses subterráneos identificados en cuenca hidrogeológica.

TEM-1: con sus 21 estaciones alcanza 27 km de largo. Ubicado en dirección N-S, presenta un
núcleo de salmuera con 300- 400 m de espesor máximo, en el centro del salar. La roca basal se
ubicaría entre los 200 y 600 m de profundidad, con los valores máximos en el sector norte y
un estrechamiento en el punto donde se unen los TEM-1 y TEM-2. En el extremo norte se
reconoce una capa relacionada con rocas volcánicas que cubriría una porción de los depósitos
salinos. El nivel freático es somero y casi subhorizontal.

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Fuente: [CPH Consultores, 2004]


Figura 3.5: Ubicación perfiles geofísicos.

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TEM-2: este perfil cruza al salar en dirección WSW-ENE, con 25 estaciones que alcanzan 25
km de largo. Confirma algunas características observadas en el perfil TEM-1, como el núcleo
de salmuera (de 200 m de espesor en la zona central) y un núcleo menor de 50 m en el sector
oriental. En este extremo la superficie del basamento alcanza su mayor profundidad (500 m).

TEM-3 y TEM-5: ambos de 5 km de largo, el primero incluye 11 estaciones y el segundo 7. Se


han interpretado rocas sedimentarias antiguas sobre el basamento, de 170 m como máximo de
espesor. Se les atribuye una alta compactación y baja permeabilidad. Están cubiertas por
rellenos de origen clástico y cinerítico de 150 m de potencia.

TEM-4: alcanza 14,5 km de longitud y comprende 14 estaciones. La roca basal presenta una
superficie irregular, ubicándose en un rango de 300 a 400 m de profundidad. Como en los
perfiles anteriores, la sobreyacen rocas sedimentarias antiguas de espesor variable entre 100 y
400 m. Ambas unidades se encuentran a mayor profundidad hacia el este, lo que se atribuye a
una falla normal de manteo este, con un salto de falla cercano a 100 m. La unidad siguiente se
asocia con una secuencia de permeabilidad media, compuesta por areniscas arcillosas, arena
media a gruesa, toba gris arenosa arcillosa e ignimbritas. Su espesor variaría entre 100 y 200
m. La unidad más superficial, de 100 a 200 m de potencia, consiste en un relleno parcialmente
saturado de agua, compuesto por gravas, arenas e intercalaciones de tobas.

Según la información preexistente, los datos incorporados a través de la campaña de


exploración hidrogeológica y nuevos antecedentes proporcionados por ENAP, se reconocieron
seis unidades hidrogeológicas.

o Unidad de Rellenos Clásticos Recientes (Unidad 1)

Relleno sedimentario compuesto por gravas medias y arenas aluviales, en una matriz
con proporciones variables de arcilla. Se encuentra en el techo de la secuencia
estratigráfica y tiene una potencia que varía entre 5 y 25 m, ocupando gran parte de la
cuenca, aunque no de forma continua. Superficialmente se reconoce desde la cabecera
del llano Leoncito hacia el sector sur del salar.

De acuerdo a sus características, la unidad corresponde a un acuífero libre o freático,


de buenas características hidráulicas, pero de moderado potencial dada su escasa
potencia. Ésta tendría una permeabilidad variable entre 102 y 101 m/día.

o Unidad de Rellenos Clásticos Antiguos (Unidad 2)

Corresponde a un relleno sedimentario conformado por gravas y arenas aluviales y


fluvioaluviales, en una matriz con proporciones variables de arcilla. Al igual que la

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unidad subyacente, presenta una alta continuidad en la cuenca. Su presencia en el
Llano de Pedernales obedece principalmente a los paleocauces del Río La Ola, donde
posee un importante desarrollo. Su potencia varía entre 80 y 110 m en el extremo sur
del Llano de Pedernales Sur. Lentes de similares características se encuentran en la
unidad 4, de mayor profundidad.

De acuerdo a las pruebas de bombeo realizadas y las características de los sedimentos,


se consideró una permeabilidad variable entre 5 x 103 y 102 m/día.

El acuífero en esta unidad es considerado freático, a pesar de contener algunas


intercalaciones de tobas y arcillas poco importantes.

o Unidad de Arenas e Ignimbritas (Unidad 3)

Corresponde a una alternancia entre estratos de arenas medias y escasas gravas, con
proporciones variables de finos y niveles cineríticos, descritos como ignimbritas y
tobas. Estos niveles corresponden a los flujos que se han depositado en los valles, en
forma intercalada con los rellenos sedimentarios, y que provienen de los complejos
volcánicos activos aledaños.

Se presenta con una importante continuidad, ininterrumpida desde el sector alto del
Llano Leoncito hasta el extremo sur del salar. Estos están siendo erosionados por los
cauces superficiales que cruzan la zona.

La potencia de este estrato se cuantificó de 100 a 120 m, sobreyaciendo a tobas e


ignimbritas de menor permeabilidad. En algunos sectores (centro del Llano La Ola y
septentrional del Llano de Pedernales Sur) hay evidencias de que su potencia varía
entre 150 y 200 m.

En la parte alta de la cuenca, específicamente en el Llano de los Arroyos, aflora


también esta unidad, que luego es cubierta por rellenos clásticos más recientes. En
profundidad varían a gravas y arenas limpias y saturadas, las intercalaciones cineríticas
disminuyen, presentándose en la forma de lentes de 20 a 30 m de espesor

La permeabilidad reportada por las pruebas de bombeo para esta zona (pozo PB-15)
varía entre 1 y 10 m/día, lo que es coherente con el hecho de que el estrato es antiguo y
tiene una componente cinerítica en la matriz.

Se caracteriza como acuífero freático de grandes dimensiones, aunque de baja


permeabilidad. Junto a la Unidad 1 corresponde a los mayores reservorios de agua.

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o Unidad de Costras Salinas, Limos y Arcillas (Unidad 4)

Corresponde a secuencias intercaladas de precipitados químicos y fracciones terrígeno-


clásticas muy finas. Hay presencia de cristales de yeso y halita dentro de una matriz de
arcilla ocupando entre el 20 y el 35%. Los sedimentos finos presentes son limos y
arcillas, con escasas secuencias de arena, que se depositaron en un ambiente lagunar,
emplazado en la actual zona de la depresión de la cuenca Salar de Pedernales.

Los espesores máximos se registran en el extremo este del salar y hacia el sur, entre
400 a 450 m. Hacia el oeste y norte, los espesores son menores, de 100 a 200 m. La
costra salina superficial de mayor continuidad se aloja en el sector noroeste del salar,
próximo a donde se encuentra el dren de Agua Helada. Allí, se presenta espesores de
60 a 120 m.

La granulometría fina de estos rellenos se asocia a una permeabilidad muy baja, que en
primer término se planteó que varía entre 10-2 y 10-3 m/día.

o Unidad de Gravas y Arenas (Unidad 5)

Esta unidad se encuentra inserta dentro de la Unidad 4, en la forma de grandes lentes


de gravas y arenas, con contenidos variables de arcilla. Su distribución alcanza toda la
cuenca del Salar de Pedernales y no se manifiesta en superficie. Su potencia máxima se
alcanza al sur del salar, con valores entre 300 y 400 m. Hacia el oeste del salar se
desarrolla con potencias cercanas a los 200 m, mientras que al este y norte de éste se
presenta mucho menos potente, con espesores promedio de 50 a 100 m.

En los perfiles geofísicos TEM, la unidad destaca por su baja resistividad, lo que se
explica por la alta cantidad de sales disueltas en las aguas embalsadas en dicha unidad,
con volúmenes y permeabilidad mayores a los de la Unidad 4.

La permeabilidad asignada de acuerdo al tipo de relleno varía entre 103 y 102 m/día.

o Unidad de Roca Basal Indiferenciada (Unidad 6)

Es la unidad que subyace al resto y es de características impermeables, estando


mayormente formada por volcanitas e intrusivos terciarios y paleozoicos. Sobre ésta se
ha depositado todo el material detrítico.

Algunos pozos de ENAP (Fortuna-1 y Llano-1), indican que no fue posible estimar el
espesor de estas unidades, debido a repeticiones de la secuencia ocasionada por fallas
inversas, pero reconocen un techo de esta secuencia a los 120 m de profundidad. La

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interpretación de los perfiles TEM indicó un horizonte de baja resistividad entre los
150 y los 200 m, que puede correlacionarse con el techo de esta secuencia, que tendría
un espesor medio de 130 m.

De los antecedentes hidrogeológicos se dedujo un acuífero freático o libre, de permeabilidad


variable para toda la cuenca. Los mecanismos de descarga identificados fueron el bombeo
desde la planta de Pedernales, la evaporación del salar y el dren artificial de Agua Helada que
descarga en la quebrada El Salado o De la Sal.

El acuífero libre se representó con un único estrato de espesor y conductividad variable entre
la superficie del terreno y el basamento rocoso. Las constantes elásticas se obtuvieron de la
interpretación de 13 ensayos de bombeo. En el Llano de Pedernales la transmisividad
calculada varía entre 250 y 10.000 m2/d, siendo la zona cercana a la planta de bombeo la que
presenta los valores más altos. La parte del Llano de Leoncito que corresponde al acuífero
superior tiene una transmisividad que varía entre 500 y 1.100 m2/d, con los valores mayores
aguas abajo, cerca del estrechamiento en La Ola. Los coeficientes de almacenamiento
asignados al acuífero libre (de largo plazo) varían entre 10 y 15%. Los valores de este
parámetro determinados con los ensayos de bombeo corresponden a Pedernales y el Llano de
Leoncito, con valores entre 1,2 y 2,5%, que se consideran representativos del corto plazo.

La hidrología es citada del informe “Estudio Hidrológico – Cuencas Salar de Pedernales, CPH
Consultores, Octubre de 2001”, donde se determinó el caudal total aportado al salar, además
de las características geológicas e hidrogeológicas de la cuenca. En dicho estudio, se
excluyeron los recursos generados en el salar mismo, disponiéndose de balances de las
cuencas Río La Ola en embalse (1), Río Juncalito en embalse La Ola (2), Quebrada Pedernales
(3), Llano Pedernales (4), La Pampa (5) y Colindante Salar (6). Las cuencas 3, 4, 5 y 6 son
colindantes al acuífero a modelar (ver Figura 3.6).

El modelo de simulación hidrológica es nivo-pluvial y considera la variabilidad espacial


(especialmente con respecto a la altitud) y temporal de los parámetros hidrológicos, tales como
precipitación, temperatura y evaporación. Como se muestra en la Figura 3.6, la cuenca se
subdividió en 6 subcuencas, donde los valores de los parámetros medios para las bandas de
altura consideradas se obtuvieron utilizando los gradientes estimados del análisis regional.

La recarga se evaluó considerando las componente indirecta (caída en las laderas e infiltrada
en piedemonte), directa (precipitación caída directamente sobre el acuífero) y la que producen
las infiltraciones de los escurrimientos eventuales sobre el área del acuífero. La separación
entre recargas y escorrentías se ejecutó con balances a nivel de suelo incorporando variables
tales como evaporación directa y variaciones de humedad, con el fin de determinar qué parte

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de la precipitación se incorpora al acuífero. Para los cursos superficiales se utilizó la fórmula
de Moritz, que permite estimar la proporción de éstos que se infiltra. Los resultados de su
aplicación permiten generalizar una recarga del 65% del caudal en superficie. Finalmente, para
la recarga lateral o indirecta se estimó la proporción de la lluvia que percola profundamente.

Fuente: [CPH Consultores, 2004]


Figura 3.6: Cuencas utilizadas en el modelo hidrológico

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De este modo, la recarga del sistema se estimó en 614,81 L/s, que se separa en los aportes
desde el embalse de cabecera aguas arriba del estrechamiento (200 L/s, constante) y el aporte
por precipitaciones y escurrimientos superficiales en la zona del modelo (414,81 L/s).

La descarga natural del acuífero se debe a la evapotranspiración de suelos con niveles de


saturación someros (1 a 3 m) y, al no haber estudios referenciales en la zona, se asumió
inicialmente una relación lineal entre este parámetro y la profundidad de extinción. Esta es la
forma conceptual incorporada en MODFLOW, y no necesariamente responde a las
condiciones naturales del lugar de interés. En efecto, estudios hechos en zonas similares, como
el Salar de Atacama, indican que la disminución de la evaporación es mucho más abrupta con
el aumento de la profundidad. Se destaca la notoria influencia que tienen algunas
características como el tipo de suelo y la presencia de costra salina. Esto llevó a definir zonas
de evaporación, reemplazando lo propuesto inicialmente respecto de la relación lineal entre
evaporación y profundidad (ver Figura 3.7). La medida se adoptó después de numerosos
intentos de calibración que no convergieron.

Las descargas artificiales corresponden a las que produce el campo de pozos, el dren en el
extremo nor-poniente del salar y de aguas superficiales. Se tiene registro de la operación de los
pozos a partir de enero de 1984 (pozos PB-5, PB-6, PB-7), mientras que el pozo PB-8
comenzó a operar en junio de 1988. Estos sondajes han mantenido desde entonces una
operación continua por los siguientes caudales totales:

• De enero 1984 a mayo de 1988 181,4 L/s

• De junio de 1988 a marzo de 2003 193,3 L/s

El bombeo de estos pozos ha provocado un descenso en el nivel de la napa, que de acuerdo a


los registros de la División El Salvador de CODELCO, se ha ido estabilizando en el tiempo,
tal como muestra la Figura 3.8.

Por otra parte, a pesar de no contar con una estadística de los caudales entregados por el dren,
se tienen algunos aforos aislados que indican una descarga entre 80 y 90 L/s.

Finalmente, los derechos de agua superficial de la División El Salvador alcanzan los 1.211
L/s, en que 411 L/s corresponden al Río Juncal y 800 L/s al Río La Ola. A pesar de esto, en el
Río La Ola se han sacado en promedio 650 L/s, dada la disponibilidad natural del sistema.

Con los antecedentes recolectados se puso en marcha el modelo de simulación, que contempló
cuatro escenarios:

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• Explotación A: Simulación contempla pozos actuales continuando con su explotación


y futuros pozos entrarían en operación en 2005, sumando un caudal de 590 L/s.
• Explotación B: El caudal de los pozos que entrarían en operación en 2005 se redujo a
la mitad, quedando en 392 L/s el total.
• Explotación C: Se reproduce el escenario de la Explotación A, pero se descontinúa el
dren desde 2005.
• Explotación D: Se reproduce el escenario de la Explotación B, pero el caudal se
distribuye en 3 pozos virtuales adicionales.

Fuente: [CPH Consultores, 2004]


Figura 3.7: Zonas con diferentes magnitudes de evaporación (unidades expresadas en mm/año)

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Fuente: [CPH, Consultores, 2004]


Figura 3.8: Limnigrama de pozos en sector Llano de Pedernales Sur.

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Los resultados de la simulación indicaron que con la actual distribución de pozos no es viable
realizar una explotación superior a los 400 L/s. Sin embargo, podrían extraerse 882,37 L/s en
toda la cuenca, haciendo uso del 5% del volumen embalsado y la recarga. Este volumen
embalsado considera ambos embalses subterráneos (aguas arriba y aguas abajo de La Ola),
estimados como caudal continuo durante 50 años (de acuerdo al Manual de Normas y
Procedimientos de la DGA, 2002). Los coeficientes de almacenamiento fueron supuestos en
base a la geología, dado que no existe casi información para una estimación apropiada.

A la fecha del estudio se encontraban 480 L/s otorgados en derechos de aprovechamiento a


CODELCO, de los cuales 110 L/s se encuentran aguas arriba de La Ola. En tanto, aguas abajo
de La Ola se encuentran otorgados 370 L/s de los cuales sólo se explotaban 194 L/s. Sin
embargo, dada la escasa información que presenta la cuenca, es complejo definir cuáles deben
ser las zonas apropiadas de explotación para no producir depresiones importantes ni pérdida
en la eficiencia de los pozos, en particular aguas arriba de La Ola.

En el estudio se recomienda la exploración de la zona del salar y el Llano de Pedernales para


identificar zonas de alta permeabilidad, alejada de la Planta Pedernales, actual zona de
explotación, para evitar descensos importantes. Para esto se requeriría campañas geofísicas,
pozos de reconocimiento y pozos de bombeo. Las recomendaciones para el embalse
subterráneo aguas arriba son las mismas, a lo que se suman perfiles gravimétricos y TEM. Se
suma a esto la realización de levantamientos topográficos y nivelación de pozos y otros puntos
de interés.

Como parte de la revisión de este estudio se concuerda con las sugerencias y recomendaciones
propuestas por los autores respecto de la continuidad en la exploración de la cuenca, debido a
que la densidad de puntos con que se cuenta para la caracterización hidrogeológica es aún muy
baja. Los recursos subterráneos de Pedernales aparecen como importantes por su volumen
embalsado y se requiere encontrar a través de la prospección, zonas con permeabilidades
apropiadas para definir puntos de captación con menor impacto. La recarga es aparentemente
mayor al valor estimado por los autores, aunque no se contó con el informe hidrológico citado
por éstos para contrastar sus supuestos con los de otras referencias revisadas.

Un aspecto importante a mejorar es la estimación de la evaporación, que ha sido definida de


acuerdo a la calibración del modelo. La experiencia en otros salares descrita en el informe
indica que se requieren mediciones in situ para caracterizar este parámetro.

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3.2.9 Hidrogeología Sector Cerro Pampa. EDRA, 1999.

El informe describe los trabajos de exploración de agua subterránea en el sector Cerro Pampa,
al este del Salar de Pedernales, en el Altiplano de la III Región de Atacama. Esto se realizó
posterior a la concesión entregada por la DGA a Placer Dome Latin America en marzo de
1997, en el marco del estudio de factibilidad del proyecto minero Cerro Casale (ex
Aldebarán).

Se realizaron 12 pozos de exploración y 7 pozos de bombeo, con poco más de 5.500 m


perforados (Figura 3.9). Con la información entregada por éstos, fue posible definir la
estratigrafía del área y la forma del sistema acuífero. También se estimaron las propiedades
hidráulicas de éste, luego de efectuar pruebas de bombeo (preliminares, de gasto variable,
gasto constante y recuperación) y airlift en los pozos. Otros trabajos de prospección incluyeron
sondeos TEM en 67 puntos, a partir de lo cual se construyeron 14 perfiles, basados en las
unidades geoeléctricas de la Tabla 3.3. Éstas fueron asociadas con las unidades reconocidas en
subsuperficie mediante sondajes.

Tabla 3.3: Rangos de resistividad y unidad geológica asociada.


Rango (ohm-m) Unidades interpretadas
3 - 200 Sedimentos superficiales secos
5 - 10 Potencial acuífero con sedimentos de grano medio
10 - 25 Potencial acuífero
1-5 Sedimentos finos y/o arcillas
<1 Sedimentos finos con alto contenido de sal (salmueras)
Potencial acuífero con poco contenido de sal y/o sedimentos de grano
25 - 60
grueso (Llano de la Vega Helada)
60 - 100 Unidad resistiva. Roca volcánica

La geofísica indicaría un acuífero de espesor mayor a 300 m, que sobrepasa fácilmente los 500
m en la mayor parte del área. Se considera que la unidad de mayor potencial acuífero posee un
rango de resistividad entre 10 y 60 ohm-m, que correspondería a depósitos sedimentarios con
intercalaciones de toba.

Las unidades hidrogeológicas se definen considerando la información de los pozos y la


geofísica desarrollada en la zona (que demostró ser coherente con los primeros).

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Fuente: [EDRA, 1999]


Figura 3.9: Área de exploración y pozos construidos durante el estudio.

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o Unidad Impermeable

La cuenca hidrogeológica definida en este estudio, tiene como límite occidental


algunos cerros que aparecen como afloramientos del basamento impermeable. Esta la
constituyen los cerros Punta Amarilla, Pampa y Cerrillos, que corresponden a
intrusivos del Paleozoico y Mioceno inferior.

También son parte del basamento impermeable una serie de conos volcánicos
distribuidos en el área de la cuenca hidrogeológica, que corresponden a las zonas de
descarga de complejos volcánicos y estratovolcanes (Mioceno inferior al Plioceno
superior).

Ambas zonas se consideran impermeables, exceptuando aquellas meteorizadas o


fracturadas por las cuales el agua es capaz de circular.

o Unidad Permeable

Aquí clasifican todas las áreas que corresponden a depósitos sedimentarios, entre las
que existen intercalaciones de rocas volcánicas depositadas desde el Mioceno inferior
hasta el reciente. Los sedimentos se presentan con consolidación que varía entre baja y
nula, con distintos grados de selección, entre los que se cuenta principalmente gravas y
arenas, habiendo excepcionalmente limos.

En esta unidad también se incorporan aquellas coladas de lava y rocas piroclásticas que
cuentan con una permeabilidad natural propia y/o una permeabilidad secundaria
asociada al fracturamiento. Algunas rocas similares pueden encontrarse con
importantes diferencias en su capacidad para transmitir agua, debido a la densidad de
estructuras que presenten. Los rangos de variación pueden ir de impermeables a
altamente permeables.

Esta descripción se considera poco confiable, tomando en cuenta que no hay antecedentes
sólidos, dado que ningún pozo tocó la unidad impermeable y porque la interpretación de los
perfiles TEM no coincide con la mayoría de los estudios existentes.

Dos subcuencas hidrográficas principales se encontraron en el área de estudio, el Llano de la


Vega Helada y el sector sureste del Salar de Pedernales.

El acuífero corresponde a un relleno sedimentario estratificado, con intercalaciones de


material volcánico. El material clástico depositado en la subcuenca Llano de la Vega Helada
(cuenca La Laguna en el presente estudio DGA – PUC), corresponde a gravas y arenas, que
varían de gruesas a finas, combinadas en diferentes proporciones. En general este material es

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redondeado. Sólo en uno de los pozos perforados se constató la presencia de una capa de
arcilla, que correspondió a una perforación en el sector sureste del Salar de Pedernales. Por su
parte, el material volcánico fue encontrado en ambas subcuencas, y corresponde a tobas de
ceniza de fácil desintegración o largamente fracturada. El material sedimentario se encuentra
escasa o nulamente compactado, mientras que la densidad del fracturamiento en la unidad de
rocas piroclásticas es no homogénea. Todas estas características confieren al acuífero una
permeabilidad variable y en algunas zonas, donde el fracturamiento es escaso, existe un grado
de confinamiento entre el relleno sedimentario y la roca fracturada subyacente.

De los trabajos que se efectuaron, en particular a partir de la información de ensayos de


bombeo, se estableció que el sector con mayor potencial corresponde al Llano de la Vega
Helada, donde se alcanzó una alta productividad con las captaciones. El pozo que arrojó
mayor rendimiento fue el SPB-13, en el que se alumbraron 121 L/s durante 2.940 minutos, con
una depresión observada de 19 metros.

La mayor parte de los pozos de producción permitieron estimar una transmisividad superior a
los 1.000 m2/d, con valores que fluctuaron entre 100 y 3.000 m2/d. Por otro lado, el coeficiente
de almacenamiento varió entre 1,1 x 10-4 y 3,2 x 10-8, encontrado como coherente al
compararlo con los datos estratigráficos, que reflejan la existencia de un acuífero confinado a
semiconfinado, en un sistema de comportamiento mixto. El rendimiento medio de los pozos
de producción se describió superior a 100 L/s.

De acuerdo a los estudios geológicos que se realizaron, la cuenca hidrogeológica abarcaría un


área mayor a la que delimita la divisoria de aguas, estableciéndose su borde en el límite de
Chile con Argentina. Esto incluye las cuencas Salar de Piedra Parada, Lagunas del Jilguero,
Sierra Nevada, Wheelwright, Laguna Escondida y Qda. Las Amarillas (Figura 3.10), de
acuerdo al trazado descrito en la Parte I del presente estudio “Hidrografía Regional del
Altiplano”. Las dimensiones estimadas del reservorio fueron de 25 km de largo por 12 km de
ancho, donde las aguas escurren preferentemente de sureste a noroeste, dirigiéndose hacia el
salar de Pedernales (Figura 3.10). El volumen almacenado se cuantificó de manera preliminar
en 1,05 x 1010 m3.

Según el estudio, la recarga proviene directamente de las precipitaciones y flujos desde las
montañas situadas al este y sureste. Usando diferentes aproximaciones, en el acuífero de Cerro
Pampa, ésta se estimó del orden de 1.700 – 2.300 L/s.

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Fuente: [EDRA, 1999]


Figura 3.10: Isopiezas trazadas en el área de estudio usando la información de pozos.

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Las muestras de agua tomadas desde los pozos exceden la norma de riego en el contenido de
sólidos disueltos, lo mismo que en arsénico con respecto a la norma de agua potable. Su
calidad indicó que pueden ser utilizadas únicamente para fines industriales.

Dentro de las recomendaciones derivadas del trabajo se encuentra el monitoreo continuo de


los niveles de la napa, el que debe ser evaluado y revisado de forma anual; el establecimiento
de un control de la calidad química de las aguas en el tiempo; y la construcción de nuevos
pozos de exploración, que permitan controlar zonas actualmente sin información y que se
apoyen en necesidades de carácter ambiental.

3.2.10 Hidrogeología Sector Quebrada Piedra Pómez. EDRA, 1999.

Este estudio se realizó por encargo de Compañía Minera Casale, que solicitó un área de
exploración en el sector de la Quebrada Piedra Pómez, en el Altiplano de la III Región de
Atacama. En el marco de este trabajo se perforaron dentro del perímetro solicitado 16 pozos
de exploración y 16 pozos de bombeo (Figura 3.11). Con los antecedentes estratigráficos se
describió un acuífero con gran potencial de explotación. Además de las perforaciones se llevó
a cabo una serie de sondeos geofísicos TEM, y nuevos estudios que incluyeron la geología,
hidrología y geoquímica.

El sistema acuífero encontrado se describe de grandes dimensiones, con un espesor de entre


250 y 300 m, además de buenas características hidráulicas, con transmisividades que variaron
entre 100 m2/d y 30.000 m2/d. El pozo de mayor rendimiento presentó una depresión de 4
metros para un caudal continuo de 130 L/s durante 48 horas. El reservorio está compuesto de
material aluvial y volcánico de alta porosidad, lo que le confiere una alta permeabilidad. El
volumen almacenado en el área estudiada se calculó en 3,75 x 1010 m3.

Se menciona que las condiciones actuales hacen difícil trazar los límites de la cuenca
hidrogeológica, dado que ésta ocupa una extensión mayor a la definida por los límites de las
hoyas hidrográficas. Se estimó que la cuenca subterránea tiene una extensión 80 km de largo
por 50 km de ancho, con un flujo preferente de norte a sureste, dirigiéndose a la frontera. El
límite occidental de las unidades acuíferas estaría dado por la Cordillera de Claudio Gay y los
afloramientos del Paleozoico, que insinúan su continuación hacia el sur. Esto provoca una
muy probable desconexión entre las cuencas de Piedra Pómez y Salar de Maricunga.

La recarga en Piedra Pómez se evaluó en el rango de 1.700 a 2.000 L/s, y proviene de los
cerros situados al norte y noreste de la cuenca. A pesar de que la geología es descrita con rocas
volcánicas, la permeabilidad superficial es alta, lo que se demuestra por la inexistencia de
cursos superficiales en la zona. Esto hace que la infiltración de aguas lluvias sea una
proporción importante del total de agua caída, convirtiéndose en recarga efectiva.

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Fuente: [EDRA, 1999]


Figura 3.11: Área de exploración y pozos construidos durante el estudio.

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Químicamente, los flujos subterráneos pueden separarse en dos, los que drenan hacia la
Quebrada Piedra Pómez (oeste) y aquellos que corren hacia Barrancas Blancas (este). De
cualquier forma, todos ellos superan la norma de agua potable en su contenido de arsénico. La
calidad de las aguas muestreadas de los pozos que drenan al oeste presenta una alta
variabilidad, revelando un sistema complejo. Por otra parte, las aguas que drenan hacia el este
tienen mayor homogeneidad, con una dispersión menor en sus parámetros.

3.2.11 Evaluation of the Hydrogeological Interconnection between the Salar de


Maricunga and the Piedra Pomez Basins, Atacama Region, Chile; An Isotope and
Geochemical Approach. Iriarte, S.; Santibáñez, I. y Aravena, R. 2001.

Estudio sobre la conexión hidrogeológica entre las cuencas Salar de Maricunga y Piedra
Pómez, basado en la comparación geoquímica e isotópica de sus aguas. Estas hoyas
hidrográficas se encuentran separadas por depósitos volcánicos e intrusivos de la Cordillera de
Claudio Gay, aunque existen indicios (perfiles geofísicos) de sedimentos miocenos,
parcialmente saturados, bajo las rocas volcánicas. Los depósitos granulares que las rellenan
constituyen los principales acuíferos de la zona, cuya recarga proviene de la fusión nival y
agua superficial, como el Río Lamas.

Las aguas subterráneas de Piedra Pómez corresponden mayoritariamente al tipo bicarbonatada


sódica y clorurada sódica, con un amplio rango de salinidad (400- 4.400 µSm). Las aguas del
Río Lamas, en su cabecera, son bicarbonatadas sódicas de baja salinidad (900- 1.100 µSm), y
los cursos inferiores cambian a cloruradas sódicas con mayor salinidad (3.000- 4.500 µSm), lo
que va acompañado de un aumento en su temperatura.

Aparentemente la mayor salinidad en la parte baja responde a la influencia de ríos tributarios


que desembocan en el sector sur del Río Lamas, y no a un aporte subterráneo de la cuenca de
Piedra Pómez. Por su parte, la alta salinidad (cloruros especialmente), junto con la
concentración de bicarbonatos, y los valores de isótopos de carbono, se pueden atribuir a
actividad volcánica, en este caso asociada al Volcán Nevado Tres Cruces. El nivel de
sensibilidad de los datos isotópicos de δ18O y δ2H, no se consideró suficiente como para
evaluar la interacción entre ambas cuencas.

3.2.12 Estudio Geológico e Hidrogeológico del Sector Norte del Salar de Pedernales y de
las Áreas Cerro Doña Inés, Salar de Los Infieles y Llano de Las Vicuñas, III
Región de Atacama. Memoria para optar al título de Geólogo. Universidad de
Chile. Santiago. Castro, B. 1982.

Define la geología básica del sector y luego describe sus características hidrogeológicas.
Considera a los depósitos evaporíticos como excelentes reservorios de aguas salobres, así

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como a los llanos aluviales y a los rellenos de fondo de quebrada. Divide a las cuencas
presentes en el área en abiertas (drenan hacia el Oceáno Pacífico) y cerradas o altiplánicas.
Éstas últimas almacenan recursos hídricos salobres a extremadamente salobres, excepto en las
zonas de cabecera, donde pueden almacenar agua dulce.

El estudio aporta antecedentes geológicos relacionados con la estratigrafía, el ambiente de


sedimentación y el régimen tectónico de los afloramientos existentes en la zona. Caracteriza
hidrogeológicamente a los distintos grupos litológicos. Propone una conexión antigua entre los
salares Los Infieles y Pedernales, dado el estrecho portezuelo que los separa. Menciona
también que el Salar de La Laguna estaba unido al Salar de Pedernales, hasta que fueron
separados por un evento volcánico.

3.2.13 Estudio Hidrogeológico de la Cuenca Salar de Pedernales. IIG. Santiago.


Henríquez, H.; Montti, S.; Falcón, E. 1975.

El estudio se desarrolló en el marco de un convenio celebrado entre la División El Salvador de


CODELCO y el Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG). En él se describen las
condiciones meteorológicas y el entorno geográfico de la cuenca Salar de Pedernales. Analiza
la respuesta hidrogeológica de las rocas y sedimentos, identificando las siguientes unidades
acuíferas:

• Rocas impermeables: granitoides del Paleozoico y Mesozoico, lavas y depósitos


piroclásticos del Mesozoico y Cenozoico, rocas sedimentarias del Mesozoico
(principalmente calizas y lutitas), y sedimentos cenozoicos con alto grado de compactación
y cementación. Altos niveles de fracturamiento a nivel local podrían permitir la
acumulación de agua, pero ésta sería drenada en corto tiempo. Se ubican en cerro Doña
Inés, Sierra Bórax, Sierra Aragoneses, Sierra Leoncito, Cordillera Claudio Gay, cordón
Salar de Eulogio y cerros Puntas Amarilla y Pampa.

• Malos reservorios: riolitas de baja porosidad, tobas soldadas muy compactas y sedimentos
coluviales. Pueden almacenar agua pero no transmitirla. Se ubican en las faldas de la
Cordillera Claudio Gay, llano Leoncito y alrededores del tramo superior del Río Juncalito.

• Reservorios medianos: depósitos sedimentarios de origen aluvial, originados por conos de


deyección, y depósitos lagunares. Suelen relacionarse espacialmente con los afloramientos
de rocas impermeables.

• Buenos reservorios: incluyen al salar y depósitos aluviales, generalmente aterrazados y en


las zonas más deprimidas de la cuenca. Se reconocen materiales riolíticos en la base. En el
salar se encuentran canales de disolución cuyo diámetro puede ser milimétrico, o formar

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galerías de hasta 1 m de altura. En el noreste del salar se relacionan con dolinas, a veces
interconectadas entre sí en profundidad. Estas estructuras de disolución y colapso se
pueden comportar como redes de distribución heterogénea, por lo que se utilizan matices
para representar el potencial hidrogeológico del salar.

• Muy buenos reservorios: arenas y gravas que forman un cono de deyección, provenientes
de la quebrada Pastos Largos, atraviesan el Llano La Ola y luego engranan con los
depósitos salinos y lagunares del salar en el Llano de Pedernales Sur.

Para la Cuenca Salar de Pedernales se estima que las precipitaciones pueden alcanzar los 90
mm/año, sin embargo se consideran 40 mm/año como valor medio para efectuar los cálculos,
donde el 50 % de ésta corresponde a recarga. Considerando el funcionamiento hidrológico de
las subcuencas Juncalito, La Ola y Salar de Pedernales durante el mes de octubre de 1975, se
calculó una recarga de 1,86 m3/seg. Teniendo en cuenta este valor, se concluye que con la
precipitación considerada y el porcentaje de recarga asignado, su valor descontando el flujo
del Río La Ola, alcanza los 1,4 m3/s.

Al focalizarse en las unidades sedimentarias entre el salar y La Ola (espesor de 30 m y


porosidad de 10%), y el salar propiamente tal (espesor de 15 m y porosidad de 2%), se estimó
un volumen de 500.000.000 m3 de recursos hídricos almacenados.

Este reporte incluye los perfiles geofísicos realizados por Bettancourt y Julio (1975), y un
mapa hidrogeológico donde se señalan los distintos reservorios, estructuras principales,
superficies freáticas y direcciones de flujo.

3.2.14 Estudio geofísico en Salar de Pedernales. Informe SGF 75-15. Sección Geofísica.
IIG. Santiago. Julio, M. y Bettancourt, E. 1975.

Estudio solicitado por CODELCO al Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG), para


evaluar los recursos hidrológicos de la cuenca del Salar de Pedernales, integrando sísmica de
refracción y sondajes geoeléctricos. Comprende la zona noroccidental del Salar de Pedernales
y el sector de la Bocatoma La Ola (Tabla 3.4, Figura 3.12).

Los perfiles interpretados indican la presencia de cuatro unidades, la más superficial es una
delgada costra salina, bajo la que yace un núcleo salino, de mayor espesor y permeabilidad
variable. Luego habría un medio de baja permeabilidad, pero saturado de agua salada,
cubriendo a la roca basal impermeable. A grandes rasgos, se concluye que los medios de
mayor permeabilidad están formados por los sedimentos recientes.

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Tabla 3.4: Características perfiles sísmicos y sondajes eléctricos realizados.
Sector Perfil Longitud (m) SEV
Salar de Pedernales Perfil A 6.000 5
Salar de Pedernales Perfil B 4.000 3
Salar de Pedernales Perfil C 5.500 1
Llano La Ola Perfil La Ola 4.400 1

Los perfiles A, B y C señalan una profundización del nivel basal considerado impermeable
hacia el sureste, alcanzando hasta 200 m de profundidad (perfil C) que son ocupados por el
relleno sedimentario. En los perfiles A y B se reconoce un nivel de 5 a 20 m de espesor de
baja resistividad, que corresponde a la costra salina superficial con grados variables de
saturación de agua. Bajo este nivel se encontraría un núcleo salino con escaso contenido de
agua, luego un medio compacto y de baja permeabilidad asociado con conglomerados
compactos. Su espesor varía entre 20 y 100 m, y cubre a un medio impermeable considerado
la roca basal. En el perfil C se observa la misma secuencia estratificada.

Fuente: [Julio y Bettancourt, 1975]


Figura 3.12: Ubicación perfiles sísmicos.

De la interpretación de los datos obtenidos en el embalse La Ola se distinguen tres unidades.


La cobertura superficial de sedimentos recientes sin contenido de agua, que posee 20 a 50 m
de espesor, siendo más profunda hacia el oeste. Luego se encuentra un depósito compacto de
grano fino, con bajo contenido de agua, cuya potencia alcanzaría los 210 m. Por último se
interpreta una unidad de roca basal, cuya superficie se deprime hacia el este.

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3.2.15 Estudio geofísico Llano de Pedernales- III Región. Informe SGF 76-1. Sección
Geofísica. IIG. Santiago. Julio, M. y Bettancourt, E. 1976.

Estudio solicitado por COBRESAL (actual División El Salvador de CODELCO) al IIG, en el


contexto de la investigación sobre los recursos hídricos de la cuenca del Salar de Pedernales.
Se basan en sísmica de refracción y sondajes eléctricos, centrados esta vez en el Llano de
Pedernales Sur (Tabla 3.5, Figura 3.13). El relleno superficial definido por sísmica es de alta
permeabilidad, alcanzando profundidades máximas de 40 m. Se divide en una unidad
geoeléctrica de alta resistividad arriba, que favorece la infiltración, y otra de baja resistividad
asociada con la presencia de agua.

Bajo este relleno se distinguen dos medios con distinta velocidad de refracción, interpretados
como sedimentos con mayor compactación en profundidad. Igualmente se correlacionan con
una unidad geoeléctrica de muy baja resistividad, por lo que se plantea la posibilidad de que
estén intercalados con rocas volcánicas (riolitas) y/o gravas permeables, favorables para la
acumulación de agua salina poco resistiva. Alcanzan hasta 450 m de potencia.

Entre los SEV 6, 7, 8 y 9, se reconoce una unidad de alta resistividad intercalada entre las dos
unidades anteriores, cuyo espesor máximo son 70 m y se acuña hacia el norte (no se observa
en el perfil A).

La roca basal se ubica a una mayor profundidad en el sector noroccidental del llano, sin
embargo, su superficie es irregular y varía entre cotas de 3.000 a 3.300 msnm.

Tabla 3.5: Características perfiles sísmicos y sondajes eléctricos realizados.


Perfil Orientación Longitud [m] SEV
Perfil A NE-SW 14.000 4
Perfil B NE-SW 9.000 3
Perfil C NNW-SSE 12.000 5

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Fuente: [Bettancourt y Julio, 1976]


Figura 3.13: Ubicación perfiles sísmicos y SEV.

3.2.16 Trabajo de exploración geofísica (expediente NE-0302-461, Noviembre de 2004).

Incluye un informe de exploración geofísica realizado en Pampa Salar de Maricunga que


cuenta con tres SEV (Figura 3.14 y Figura 3.15). Éstos forman un perfil E-W de unos 1.000 m
de longitud, en el que se describen tres niveles. La cobertura superficial de 5- 10 m de espesor
se relaciona con sedimentos aluviales ricos en limos y arcillas, con cierta humedad. Abajo
habría una capa intermedia resistiva de 30 m de potencia, asociada a depósitos aluviales no
saturados. Luego, a 50 m de profundidad, se interpreta un nivel de sedimentos saturados en
agua salina.

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Fuente: [Expediente NE-0302-461]


Figura 3.14: Ubicación SEV en expediente NE-0302-461.

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Fuente: [Expediente NE-0302-461]


Figura 3.15: Perfil geoeléctrico SEV en expediente NE-0302-461.

3.2.17 A hydrogeological, hydrochemical, isotopic and geophysical study on the Salar de


Pedernales sub-basin, III Region, Chile. Tésis de Máster. Universidad de
Tübingen. Aguirre, I., 2003.

Este trabajo integra diversas herramientas de exploración hidrogeológica para caracterizar el


funcionamiento del sistema acuífero asociado a la (sub)cuenca del Salar de Pedernales.
Especialmente interesantes son los antecedentes geofísicos que aporta, sobre la geometría del
acuífero y su relación con las cuencas adyacentes, descritos a continuación.
Gravimetría
Mapa de contornos residuales (Figura 3.16) basado en datos de ENAP, donde se observa que
en el centro del salar, habría una anomalía de -17 mGals representada con el color azul. Como
indica la Tabla 3.6 los sedimentos llegarían a una profundidad cercana a los 1.000 m.
Geológicamente se asocian con depósitos salinos, gravas y rocas volcanoclásticas del
Oligoceno (¿Eoceno?) al reciente. En color verde (-2 a -4 mGals) se distinguen los rellenos
sedimentarios y volcánicos del Oligoceno- Mioceno con cobertura aluvial reciente. El
contraste de densidad con el basamento permite atribuirles un espesor de 100 a 300 m.

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Tabla 3.6: Relación considerada entre el valor residual y la profundidad.
Residual [g/cm3] -17 -10 -4 -2 0
Prof. Máxima (m) 1.181 729 306 156 -
Prof. Mínima (m) 743 452 186 94 -

Sondajes eléctricos verticales (SEV)

La interpretación de los SEV considera los rangos de resistividad propuestos por Bettancourt y
Julio (1976). El objetivo es averiguar si existe una conexión hidráulica entre la cuenca del
Salar de Piedra Parada y la subcuenca del Río Juncalito (SEV 1- SEV 3), además de reconocer
el espesor del relleno con potencial hidrogeológico en el embalse La Ola (SEV 4- SEV 15). Se
indica la ubicación de los SEV en la Figura 3.17.

Fuente: [Aguirre, 2003]


Figura 3.16: Mapa de contornos residuales para la subcuenca del Salar de Pedernales.

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Perfiles TEM

Con los TEM presentados por EDRA (1999) se reagrupan las unidades con potencial acuífero
(5-60 ohm-m), considerándolas dentro de la unidad de 3- 200 ohm-m (Figura 3.18). Esta
reinterpretación busca caracterizar la geometría del relleno con potencial acuífero. Se obtienen
para éste espesores variables, considerando como mínimo el rango entre 10 y 60 ohm-m. En el
Llano de los Gases Blancos y el Llano de Pedernales Sur, el espesor máximo es superior a 750
m, y el mínimo entre 200 a 350 m. En general las profundidades máximas varían entre 1.100 y
1.500 m, principalmente en el Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna). El espesor
mínimo estimado en este sector varía entre 350 a 1.500 m.

Realiza además una caracterización hidrogeoquímica de 49 muestras, 28 recolectadas en el


marco del estudio y 21 del catastro realizado en 1999 por el convenio DGA-UCN-IRD,
considerando elementos mayoritarios, minoritarios y características isotópicas. Concluye que
la mayoría de las muestras son de composición sulfatada o clorurada- cálcica y clorurada o
sulfatada- sódica. Todas ellas exceden la norma chilena de agua potable y de regadío.

Las unidades hidrogeológicas siguen la clasificación de Struckmeier y Margat (1995), según el


tipo de roca y su capacidad de almacenar agua, usando como base los antecedentes geológicos
del SERNAGEOMIN.

Fuente: [Aguirre, 2003]


Figura 3.17: Ubicación de los SEV.

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Fuente: [Aguirre, 2003]


Figura 3.18: Profundidad del relleno de principal potencial hidrogeológico (5- 60 ohm-m),
incluyendo el relleno superficial (3- 200 ohm-m).

• Acuíferos intergranulares con muy alto a alto potencial hidrogeológico en depósitos no


consolidados a semi-consolidados (depósitos aluviales del Terciario- Cuaternario y del
Mioceno tardío- Plioceno y depósitos aluviales y fluviales recientes)

• Acuífero intergranular de potencial hidrogeológico medio a bajo en depósitos no


consolidados a semi-consolidados (depósitos salinos del Mioceno tardío- Plioceno y
recientes, depósitos coluviales, eólicos y de remoción en masa).

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• Acuíferos fracturados de medio a bajo potencial hidrogeológico en rocas fracturadas a


porosas (rocas sedimentarias y volcanoclásticas del Oligoceno- Mioceno, ignimbrita
Laguna Verde, rocas sedimentarias cretácicas de origen continental, lavas triásico-
jurásicas y rocas sedimentarias jurásicas de origen marino).

• Acuíferos intergranulares o fracturados de bajo potencial hidrogeológico en rocas


fracturadas o porosas (depósitos de bloque y cenizas, ignimbritas y flujos de lava del
Oligoceno- Mioceno y depósitos lacustres recientes).

• Rocas o depósitos no consolidados de potencial hidrogeológico muy bajo o nulo (cuerpos


volcánicos centrales terciarios, complejos volcánicos del Mioceno tardío, lavas riolíticas,
cuerpos subvolcánicos e intrusivos triásico- jurásicos y rocas paleozoicas).

Finalmente realiza una discusión sobre la posible conexión hidráulica subterránea entre los
llanos de la Vega Helada y Gases Blancos, basada en la presencia de manantiales y cursos de
agua superficial salobre en el Llano de los Gases Blancos. También se apoya en una dirección
de flujo hacia el oeste, según el aumento de las concentraciones en iones conservativos, la
similitud de los valores isotópicos entre ambos sectores, interpretaciones geofísicas y la
presencia de rocas altamente permeables.

3.2.18 Catastro de Obras de Captación a Partir de Revisión Bibliográfica

Usando la información disponible de las cuencas en estudio, se construyó una base de datos
con las obras de captación dentro de sus límites. Este catastro contempla sólo las obras de
fuentes subterráneas en los Salares de Pedernales y Maricunga. Dentro del grupo de pozos,
hay algunos que se encuentran operando a la fecha y otros que se realizaron con fines
exploratorios y/o de observación.

Las captaciones subterráneas se encuentran referidas con su nombre, ubicación, cota,


profundidad, nivel estático y si tiene o no información estratigráfica y/o de pruebas de
bombeo. Esta información se encuentra resumida en el ANEXO V.

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3.3 Trabajos de terreno

Con el fin de complementar la información recopilada y como parte de los objetivos del
trabajo DGA-PUC (DIHA), se realizaron algunas campañas de terreno orientadas a conseguir
tanto información hidrometeorológica de la cuenca, como química e isotópica de las aguas que
circulan en ella. Los datos colectados en los trabajos de campo se separan en los temas de
interés enumerados a continuación:

1. Campañas de instalación y recolección de datos de precipitación, temperatura y


humedad del aire, y temperatura y humedad del suelo.

El procedimiento seguido se encuentra explicado en la Parte V del presente estudio,


llamada “Implementación de Estaciones Meteorológicas”.

En particular en las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga se instalaron 3


estaciones (2 y 1, respectivamente) para medir precipitación. Otros pluviómetros fueron
instalados en otras cuencas de esta franja del Altiplano de la Región de Atacama, para
caracterizar este parámetro de escasa información.

En el Capítulo 6 de este informe se encuentra descrita la ubicación de estas estaciones, los


datos colectados a la fecha y los análisis que se han hecho sobre éstos.

2. Campañas para la medición de evaporación desde las napas freáticas someras.

Se realizó una campaña de monitoreo en las hoyas hidrográficas de los salares de


Pedernales y Maricunga, donde se abarcó sectores cercanos a los salares además de las
vegas y bofedales de la Laguna Santa Rosa y Tranque La Ola, entre otros. Este trabajo se
encuentra descrito en la Parte VII del presente estudio llamada “Medición de la
Evaporación Mediante Método del Domo”.

En el Capítulo 8 de este informe se resume el tratamiento de los datos y los valores de


evaporación estimados a partir de la metodología del domo, así como la de otros equipos
que se han operado en la cuenca.

3. Campañas de muestreo de agua para su posterior análisis químico e isotópico.

En las cuencas analizadas en este informe se realizó una campaña de muestreo, que
incluyó sólo ejemplares de vertientes y cursos superficiales, que fueron analizados para
conocer sus parámetros químicos e isotópicos (δ18O y δ2H).

En el Capítulo 7 de este informe se resume el tratamiento dado a estos datos.

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4 CARACTERIZACIÓN FISIOGRÁFICA

En este capítulo se realiza una descripción de la fisiografía regional y local de las cuencas en
estudio, centrada en la descripción de los rasgos físicos de la superficie del territorio y de los
fenómenos que en ella se producen. Además de las características del relieve, abordadas en
una caracterización geomorfológica, se describe la hidrografía de la zona, que contempla la
red de drenaje y las subcuencas aportantes a las depresiones en que se alojan los salares y
lagunas de los sistemas altoandinos.

Las características propias de las zonas desérticas generan un sistema de erosión especial. Las
temperaturas extremas, por ejemplo, favorecen la erosión mecánica, la escasez de
precipitaciones es responsable de un drenaje esporádico, con lechos de ríos secos la mayor
parte del año y formas de acumulación bien preservadas. Las altas temperaturas favorecen la
evaporación, generando costras salinas no sólo en el salar, sino que también en los lechos de
los cursos de agua superficial. La actividad volcánica es acompañada de alteración
hidrotermal, que genera halos de meteorización química.

Por otra parte, la cuenca hidrográfica es la unidad básica de estudio del ciclo hidrológico, y
corresponde a una zona de la superficie de la tierra en donde los escurrimientos superficiales, a
partir de cada gota de lluvia, son drenados por el sistema de corrientes hacia un único punto de
salida. En el caso de las cuencas cerradas o endorreicas, que son las abordadas en este estudio,
el punto de salida corresponde a un lago, salar o depresión ubicada en el punto más bajo de su
superficie.

La metodología empleada para el trazado de las cuencas y subcuencas se encuentra descrita en


la Parte I del presente estudio llamada “Hidrografía Regional del Altiplano”. El procesamiento
de Modelos de Elevación Digital (DEMs) es la principal herramienta utilizada, junto a
imágenes satelitales, mapas y coberturas SIG provistas por la DGA.

4.1 Geomorfología Región de Atacama

La Región de Atacama presenta rasgos macroestructurales semejantes a las Regiones de


Tarapacá y Antofagasta, pero con un cambio transicional dado por la influencia de la latitud en
el clima y particularidades en el régimen estructural (Börgel, 1983). Se ubica en el extremo sur
de la región septentrional de las pampas desérticas y cordilleras prealtiplánicas, cuyos relieves
se señalan en la Figura 4.1, que describen aquellos relacionados con las cuencas de los salares
de Pedernales y Maricunga. Luego, se caracteriza con detalle el área de estudio desde el punto
de vista geomorfológico e hidrográfico.

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[Modificado de Börgel, 1983]


Figura 4.1: Zonas geomorfológicas de la región septentrional de las pampas desérticas y
cordilleras prealtiplánicas.
Esta macrounidad del relieve, presenta una variedad de unidades morfotectónicas, producto de
cambios fisiográficos tanto en sentido norte sur como este oeste. Los cambios longitudinales
se observan en un perfil transversal a los 26º15’, desde la ciudad de Chañaral, al nivel del
Océano Pacífico, hasta el Salar de Piedra Parada, en el Altiplano chileno. Los quiebres en la

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pendiente a medida que se va ascendiendo, sirven para diferenciar las unidades que se
enumeran a continuación:

• Farellón costero
• Planicie litoral
• Cordillera de la Costa y sus depresiones internas
• Pampa Ondulada o Austral
• Pediplanos y sistemas de glacis o pediment
• Precordillera de Domeyko
• La gran fosa de los salares prealtiplánicos
• Cordones prealtiplánicos meridionales

Figura 4.2: Perfil Región de Atacama (26º15’).

La Precordillera de Domeyko corresponde a la tercera y última sección de la precordillera


andina, que se originó como un relieve de poca envergadura, pero el efecto de las
dislocaciones tectónicas pliocénicas dio paso al desarrollo de alturas sobre los 5.000 msnm,
actuando como barrera occidental de los salares.

Las cuencas piloto de la Región de Atacama forman parte de las fosas orientadas norte- sur
que se emplazan dentro de la unidad geomorfológica de la gran fosa de los salares
prealtiplánicos, que posee tres subdivisiones. La primera, de igual nombre que la unidad, se
extiende desde el norte del Salar de Atacama hasta la Laguna Santa Rosa, al sur del Salar de
Maricunga y abarca la zona de estudio. En la Región de Atacama presenta un angostamiento

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entre los salares de Aguilar y Los Infieles. Otras cuencas corresponden a las del Salar de
Pajonales, Salar de Azufrera y Salar de Agua Amarga. Las otras subdivisiones son la
depresión longitudinal prealtiplánica y la depresión de los salares cautivos prealtiplánicos,
ubicada al oriente del Salar de Atacama, en la puna. Salares como los de Piedra Parada y
Wheelwright, y lagunas como Laguna Verde, corresponden también a esta última división,
compuesta por una serie de cuencas salinas aisladas, dispersas entre los cordones andinos
prealtiplánicos. Para el contexto de este estudio se considera a esta unidad como parte del
Altiplano Andino.

Continuando hacia el este se encuentran los cordones prealtiplánicos, de alturas irregulares.


Ubicado entre Chañaral-Visviri por el norte y Ojos del Salado por el sur, destaca su gran altura
y se caracteriza por su carácter volcánico. Actúa como una barrera orográfica frente a las
masas de aire amazónicas y en muchos lugares se utiliza como límite natural entre Chile y sus
países limítrofes. Aísla del clima húmedo continental, a los sectores áridos y semiáridos
ubicados en su interior.

A nivel de cuencas, se ha realizado una caracterización considerando la interacción de


diversos factores morfogenéticos. El emplazamiento tectónico propio de estas cuencas, ha
expuesto a distintos tipos litológicos a la influencia del ambiente. Ésta, mediante los factores
exógenos (climáticos, hídricos y biológicos), participa en los procesos de erosión, transporte y
acumulación, marcada frecuentemente por la actividad volcánica. Las unidades
geomorfológicas locales se dividen en relieves de erosión, relieves volcánicos y formas de
acumulación, según el factor que influyó con mayor fuerza en su morfología.

4.2 Cuenca Piloto Salar de Pedernales

La hoya hidrográfica del Salar de Pedernales es la cuenca cerrada (endorreica) de mayor


superficie en la Región de Atacama, con una extensión de 3.588 km2. Está ubicada al oriente
de la cuenca exorreica del Río Salado, a la que descarga a través de una obra construida en la
década de los años 30. Ambas hoyas están separadas por la Cordillera de Domeyko, que en
esta zona tiene unos 200 m de espesor.

Su forma es ovalada en sentido norte sur, con un marcado ensanchamiento hacia el sur,
alcanzando un máximo de casi 90 km de largo y un ancho variable entre 30 y 60 km, en el
sector norte y sur, respectivamente (Figura 4.3). Un mapa con la toponimia de la cuenca más
detallada se presenta en el ANEXO VI.

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Figura 4.3: Toponimia de la cuenca Salar de Pedernales para descripción fisiográfica.

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La mayor elevación de la hoya de Pedernales es el cerro Sierra Nevada, con 6.127 msnm,
mientras la elevación menor es de 3.282 msnm en el salar. La altura media de la cuenca es de
3.992 msnm. En esta cuenca hay dos unidades importantes que forman parte de su relieve, una
es la Cordillera de Domeyko que define el límite noroeste de la cuenca separándola de las
cuencas de la depresión central. La otra unidad es la Cordillera de Claudio Gay, que cruza el
sur de la hoya, con una orientación norte-sur. Esta unidad morfológica incide
significativamente en el relieve, proyectándose hasta Maricunga varios kilómetros hacia el sur.

La cuenca limita al norte con estratovolcanes como el de Doña Inés y la Cuenca del Salar de
Infieles. Hacia el noroeste, en la Cordillera de Domeyko, destacan la Sierra Doña Inés Chica y
Sierra Castillo, que forman una importante barrera hidrográfica. En el suroeste, este papel es
ejercido por Sierra Bórax, Cerro Blanco y Cerros Bravos. Hacia el sur limita con el Salar de
Maricunga, siguiendo la línea del Cerro de La Sal, Cerro Vertiente y Pico Wheelwright. Por el
este limita con la Sierra Nevada y Sierra de Aliste. Su alimentación proviene de escasas
precipitaciones, derretimiento de nieves en las cumbres aledañas y el aporte de los ríos
tributarios.

La pendiente general de la cuenca conduce al salar en la depresión principal, con el Río La Ola
como su aporte superficial más importante corriendo de sur a norte hasta el Llano La Ola,
desde donde toma una inclinación de unos 45º hacia el oeste (Figura 4.3). Aguas arriba de este
cambio de dirección, el río recibe algunos tributarios importantes desde el este, donde
destacan los ríos Leoncito y Juncalito, ambos de escurrimiento permanente.

Las principales unidades de relieve de erosión son los cerros, cordones montañosos y sierras,
existiendo además numerosos centros cónicos por acumulación de material volcánico y
piroclástico. Las quebradas se desarrollan en las laderas de las unidades topográficas más
elevadas. Relieves de acumulación los constituyen las llanuras y terrazas fluviolacustres del
Llano de Pedernales, Llano Leoncito y Llano Los Arroyos. Así también el depósito
evaporítico del Salar de Pedernales desarrollado en el extremo noroccidental de la cuenca.
También los depósitos coluviales y de remoción en masa adosadas a los cordones montañosos.

4.2.1 Geomorfología Local

Las rocas más antiguas, que corresponden al basamento Paleozoico - Mesozoico, han sido
rebajadas por la erosión, mientras que la franja volcánica del Oligoceno - Mioceno, ha sufrido
localmente los efectos de la intensa meteorización química que produce la alteración
hidrotermal. El aporte de detritos involucrado en estos procesos ha generado depósitos
antiguos y recientes, cuya morfología se ha conservado gracias a la aridez del clima.

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En la Figura 4.4 se presenta la distribución de las principales unidades geomorfológicas de la
cuenca del Salar de Pedernales, interpretadas en su mayoría mediante imágenes satelitales y
mapas topográficos. En la franja central destaca al norte el cerro Doña Inés, la depresión del
salar y el Llano de Pedernales, y llanuras aluviales que ocupan las depresiones encajadas entre
la precordillera y los cordones prealtiplánicos.

4.2.1.1 Relieves de erosión

Valles fluviales y quebradas

Formas de erosión generadas por la incisión vertical de los cursos de agua. El valle del Río
Juncalito es estrecho, pero de gran longitud. Su relleno son sedimentos fluviales y alberga
vegas como las de Juncalito. Las quebradas son numerosas y suelen transportar flujos de agua
que afloran en las laderas de los cerros, para luego formar vegas en las llanuras aluviales, o
simplemente infiltrarse.

Sierras

Formadas por litologías de variada composición y edad, en Sierra Bórax destacan las rocas
paleozoicas como el Batolito Pedernales y Formación La Tabla, junto con rocas jurásicas de
las formaciones Asientos y Montadón. En Sierra Aragoneses aflora la Formación Chinches, y
en Sierra Leoncito las rocas cretácicas de Formación Quebrada Monardes y Estratos del
Leoncito. El complejo volcánico oligoceno de Cerro Punta Amarilla - Pampa se presenta muy
erodado, con señales de alteración hidrotermal que habría contribuido a su meteorización. La
Sierra de Aliste se ha formado por el trabajo de la erosión sobre rocas miocenas de la
secuencia volcanosedimentaria Sierra de Aliste, que se encuentra afectada por fallas y un
intenso plegamiento.

Plataforma aluvial

Se ubica en contacto con las llanuras aluviales, generalmente adosadas a los cerros donde ha
sido resguardada de la acción torrencial y aluvial intensa, aunque también forma relieves
aislados, surcados por el drenaje. Consiste en antiguas llanuras aluviales que rellenaron las
zonas deprimidas, luego del alzamiento de la Cordillera de Los Andes (Naranjo y Paskoff,
1980). Formada principalmente por las Gravas de Atacama, presentan la influencia de un
clima más húmedo. Se han considerado también las terrazas formadas por depósitos aluviales
antiguos, más recientes que las Gravas de Atacama, pues forman plataformas en los
interfluvios del drenaje torrencial (Derruau, 1966). Indican un antiguo nivel de escurrimiento,
que fue socavado al cambiar la línea base o por alzamiento tectónico, generando un escarpe en
su límite con el nivel actual.

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Figura 4.4: Mapa geomorfológico de la cuenca Salar de Pedernales.

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4.2.1.2 Relieves volcánicos

Dominan gran parte de la morfología de la cuenca, formados en su mayoría por la


acumulación de material ígneo extrusivo, con coladas de lava, domos y cuerpos hipabisales
asociados. Preservan su forma, sin mayores evidencias de erosión, excepto aquellas zonas en
que los flujos hidrotermales han alterado la roca.

Cordón volcánico

Relieve mayoritariamente de acumulación formado por eventos volcánicos y subvolcánicos.


Abarca un conjunto de conos volcánicos, coladas de lava y domos. Se disponen como una
serie de centros eruptivos N-S en el sector centro oriental de la cuenca. Limita al salar por el
noreste, y bordea a los llanos del sector centro sur.

Los conos volcánicos simples se reconocen por su forma, han sido construidos en varios
episodios explosivos de corto período, su diámetro bordea los 2 km y sus laderas poseen una
pendiente marcada. Están formados por centros volcánicos oligo-pliocenos bien preservados,
como Cerro del Toro, las Torres de Juncalito y Cerro Vertiente. Al sur del Llano de Los
Colorados, sobresalen hacia el oeste pequeños cerros, cuyo diámetro promedio es de 0,5 km.
Se podría tratar de un campo de conos monogénicos de orientación NW, oblicuos al cordón
volcánico. Los estratovolcanes son conos volcánicos complejos producidos por numerosas
erupciones de larga duración, cuyo diámetro suele ser de unos 10 km en el área de estudio,
como los cerros Doña Inés, La Nuez, del Agua y el complejo Cerros Bravos-Bravos Negros
que continúa hasta la cuenca del Salar de Maricunga. Es común que presenten un cono de
derrubios a su alrededor, especialmente cerca del complejo volcánico Sierra Nevada. Es
común la formación de calderas, a partir del hundimiento de cráteres (colapso gravitacional).
Este fenómeno suele coincidir con las zonas de debilidad donde existe alteración hidrotermal.
Las coladas son una de las formas de construcción más comunes que puede formar la lava, y
son emitidas por los centros efusivos recién descritos.

La plataforma volcánica está compuesta por la Ignimbrita Juncal, que es surcada por el tramo
superior del Río Juncalito y sus afluentes.

4.2.1.3 Relieves de acumulación

Conos aluviales

Se reconocen por su forma en abanico y son formados por los cauces torrenciales que
transportan a los sedimentos provenientes del cordón volcánico y las sierras, y luego llegan al
glacis aluvial. La pendiente de esta zona suele ser débil, y como los drenes vienen de

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quebradas con mayor inclinación, la velocidad del agua disminuye, y es incapaz de arrastrar
los materiales que ha transportado hasta allí, acumulándolos.

Cono de Derrubios

Los derrubios consisten en depósitos de escombros de falda generados por meteorización, que
casi no han sufrido transporte, por lo que litológicamente suelen ser homogéneos. Rodean a
relieves topográficos más inestables, como los grandes estratovolcanes. Construyen conos y
taludes de derrubios en la mayoría de los casos.

Llanura aluvial

Relieve formado por el aporte de la erosión que rebaja las altas cumbres, y mediante los cursos
torrenciales deposita material detrítico en las depresiones de la cuenca. Es común que en esta
zona se distingan grandes conos aluviales de pendiente muy baja, sobrepuestos. Su
composición heterogénea y clástica, les confiere un alto potencial hidrogeológico, pues los
aportes de las quebradas suelen infiltrarse en estas zonas, como ocurre en los llanos de
Pedernales, La Ola, Leoncito, Los Cuernos, Los Colorados y Los Arroyos. Por eso suelen
tener una red de drenaje poco inscrita o ausente.

Llanuras fluviales antiguas

Antiguos cursos fluviales que atravesaban el Llano de Pedernales, y desembocaban en la zona


del salar, se habrían producido en un clima más húmedo. Alcanzaron a inscribirse levemente
en los depósitos aluviales antiguos, sin embargo es difícil distinguir un cambio superficial en
el tipo de depósitos, ya que han sido cubiertas por una pátina salina de origen eólico
proveniente del salar.

Llanuras fluviales

Han sido modelados por los principales cauces que drenan al área de estudio, su granulometría
depende de la intensidad del transporte en cada tramo del lecho. Composicionalmente
predominan los materiales detríticos de origen volcánico. Se reconocen en el tramo inferior del
Río Juncalito, en el Río La Ola y en los afluentes de Vega La Troya.

Salar

Rasgo hidrográfico presente en gran parte de las cuencas endorreicas por su carácter
evaporítico. Tomlinson et al. (1999) distingue en el Salar de Pedernales depósitos salinos
antiguos y recientes. Los primeros poseen una superficie rugosa y con deformaciones locales,
mientras que los segundos forman una superficie suave, acompañados de lagunas salinas
esporádicas.

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4.2.2 Hidrografía

Red Hidrográfica

Se distinguen cinco sistemas de drenaje, con un régimen de escurrimiento esporádico a


intermitente debido a las condiciones de aridez imperantes, con una ausencia casi total de
precipitaciones (Figura 4.5).

¾ Red radial centrífuga

Sistema destructivo de densidad media a baja, controlado por la morfología cónica de los
principales centros volcánicos miocenos dispersos alrededor del Salar de Pedernales (Cerro
Doña Iñés, Cerro Portezuelo, Cerro La Nuez, Complejo Volcánico Carros Bravos, Cerro La
Ola y Cerro Los Corales).

¾ Red pectinada en pluma

Presente en el margen occidental de la cuenca, su densidad es moderada y uniforme. Consiste


en un sistema destructivo con ángulos de confluencia casi ortogonales. Los principales cauces
muestran una orientación NNE-SSW controlado principalmente por los planos de
estratificación de las formaciones mesozoicas Montandón, Asientos, Pedernales y Agua
Helada. En forma relativamente perpendicular se desarrolla un sistema de drenes secundarios
cuya orientación se atribuye a un patrón estructural pues coincide con el sistema de
lineamientos NW-SE.

¾ Red dendrítica o arborescente

Principalmente en el sector suroeste, donde afloran rocas paleozoicas (Formación Chinches),


granitoides (Batolito Pedernales) y domos de composición ácida. Este sistema destructivo se
presenta como un sistema medianamente denso, medianamente integrado con ángulos de
confluencia entre 50º y 90º. Localmente puede presentar cierto control estructural.

¾ Red paralela a subparalela

Se desarrolla especialmente en el sector este de la cuenca, sobre rocas volcánicas y depósitos


de consolidación mediana o ausente. Su densidad es variable, de medianamente alta a baja, se
presenta con ángulos de confluencia bajos. Presenta dos orientaciones principales, una NE-SW
en el sector más septentrional, y otra SE-NW en la zona sur, por lo que a grandes rasgos se
puede interpretar como una gran red radial centrípeta.

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Figura 4.5: Redes de drenaje en la cuenca Salar de Pedernales.

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Características de las Cuencas y de las Subcuencas

Algunas características morfométricas de la cuenca de Pedernales son expuestas en la Tabla


4.1. En particular, allí se detallan altura máxima, media y mínima, rango, pendiente media,
superficie de la cuenca y del salar.

Tabla 4.1: Características morfométricas cuenca Salar de Pedernales


Superficie cuenca 3.588 km2
Pendiente media 15,07%
Altura máxima 6.127 msnm
Altura media 3.992 msnm
Altura mínima 3.282 msnm
Rango 2.845 m
Superficie salar 325,6

La Figura 4.6 muestra la curva hipsográfica o hipsométrica de la hoya Salar de Pedernales,


que indica la proporción de su superficie sobre determinada altura. Se observa que toda la
hoya hidrográfica se encuentra sobre los 3.250 msnm, mientras que cerca del 60% de su área
se encuentra sobre los 3.750 msnm.

La cuenca superficial a su vez se ha dividido en 16 subcuencas, que representan las subáreas


aportantes a la depresión, más la depresión misma en que se encuentra el salar. Los nombres
de estas unidades se muestran en la Tabla 4.2 y se asignaron de acuerdo a las singularidades
topográficas o cursos superficiales más importantes contenidos en ellas.

La mayor de estas áreas es la del Río La Ola, que drena la mitad sur de la cuenca, cuyo
nacimiento es en la confluencia de las quebradas Pastos Largos y La Ola al sur del Llano
Leoncito (Figura 4.7).

El gasto medio anual aforado en la estación Río La Ola en Vertedero es de 620 L/s. Antes de
que fuera captado, el Río La Ola corría hacia el norte, infiltrándose completamente en los
llanos al sur del salar.

La quebrada Pastos Largos nace al sur de la cuenca, desde donde corre hacia el norte por unos
20 km hasta encontrarse con la Quebrada La Ola. Como tributario en este tramo destaca el Río
Leoncito, por el oriente. Otras quebradas por este mismo flanco, aunque de menor importancia
es la Quebrada de los Arroyos.

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6500

6000

Altura (m.s.n.m.)
5500

5000

4500

4000

3500

3000
0 20 40 60 80 100
% Superficie
Figura 4.6: Curva hipsográfica cuenca del Salar de Pedernales

Por su parte, la Quebrada La Ola proviene del oriente, y drena una cantidad importante de
escurrimientos permanentes y eventuales. Entre sus tributarios destaca el Río Juncalito, que
corre desde su nacimiento (Cerro Nevados del Juncalito) de sur a norte drenando el sector alto
que se desarrolla entre la Cordillera de Claudio Gay y el límite oriente de la cuenca. Luego de
unos 26 km este curso torna rumbo al oeste en unos 45º al juntarse con el Río Vega Ancha,
recorriendo otros 11 km para posteriormente quedar en recorrido franco al poniente. En este
último tramo se ubica un tranque que almacena sus aguas.

Las demás cuencas son de menor importancia relativa en términos de aporte en caudal, pues la
mayoría son de carácter intermitente.

Tabla 4.2: Subcuencas Salar de Pedernales


ID ID Subcuenca Nombre Superficie (km2)
1 318.1 Pampa Chica 115,9
2 318.2 Rincón Doña Inés 24,1
3 318.3 Loma Doña Inés 37,3
4 318.4 Cerro Doña Inés 79,0
5 318.5 Domeyko Pedernales 8,9
6 318.6 El Bórax 32,4
7 318.7 Sierra Bórax 7,4
8 318.8 Las Estaquitas 94,5
9 318.9 Los Pajaritos 127,9

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Tabla 4.2: Subcuencas Salar de Pedernales (Continuación).

ID ID Subcuenca Nombre Superficie (km2)


10 318.10 Sierra Aragoneses 51,4
11 318.11 La Ola 2161,0
12 318.12 Cerro Pampa 51,7
13 318.13 Cerro Punta Amarilla 212,6
14 318.14 La Loma 28,4
15 318.15 Cerro La Nuez 32,1
16 318.16 Salar de Pedernales 524,0

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Figura 4.7: Cuenca y subcuencas (ID) Salar de Pedernales, Región de Atacama.

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4.3 Cuenca Piloto Salar de Maricunga

La hoya de Maricunga está inserta en la Puna de la Región de Atacama y tiene una forma
alongada en dirección norte – sur, angostándose desde la mitad hacia el sur para terminar en
punta en el cerro Dos Hermanas. La depresión donde se emplaza el salar se encuentra en el
centro-norte de su perímetro (Figura 4.8) y está flanqueada por escarpados cerros al este y
oeste, desde donde nacen varias quebradas de poca importancia. Los tributarios más
importantes son el Río Lamas por el este y el Ciénaga Redonda por el sur, que encauza
algunos cursos intermitentes de agua debido a aportes de lluvias esporádicas y fusión nival de
las altas cumbres que lo rodean, permitiendo el desarrollo de vegas.

La longitud mayor de la cuenca (N-S) es de aproximadamente 85 km y su mayor ancho (O-E)


es de unos 45 km en el centro de la cuenca. La mayor elevación de Maricunga es el cerro Tres
Cruces, en el límite con Argentina, con 6.749 msnm, mientras la elevación menor es de 3.738
msnm y se encuentra en el salar. La altura media de la cuenca es de 4.295 msnm.

Esta unidad está limitada al oeste, sur y norte por estratovolcanes con diverso grado de
preservación, donde se encuentra a 4.710 msnm la cumbre del Cerro de la Sal y a 6.052 msnm
la del Volcán Copiapó. Al este la cuenca limita con la Cordillera de Claudio Gay, cuyas
máximas elevaciones llegan a los 5.181 msnm, mientras al sudeste coincide con el límite
Chile- Argentina.

Relieves de erosión se desarrollan alrededor del salar formando zonas topográficamente más
elevadas como cerros, cordones montañosos y sierras. Abundan los centros volcánicos de gran
tamaño, con forma cónica y distintos grados de preservación. Las quebradas se desarrollan en
las laderas de los cordones montañosos y sierras, con una marcada orientación N-S
preferencial. Una importante unidad de acumulación aluvial es representada por el extenso
Llano de Ciénaga Redonda. En la zona del salar, Tassara (1997) reconoce una laguna salobre
central que separa facies cloruradas en el noroeste, de facies boratadas y sulfatadas hacia el
sureste.

Un mapa con la toponimia de la cuenca más detallada se presenta en el ANEXO VI.

4.3.1 Geomorfología Local

El relieve de la cuenca del Salar de Maricunga es a grandes rasgos, una prolongación de las
unidades geomorfológicas presentes en la zona del Salar de Pedernales. El Llano de Ciénaga
Redonda domina gran parte de la depresión donde se encuentra el salar. La aproximación de
los cordones volcánicos oriental y occidental en el sector sur, deja lugar a una quebrada que se

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Figura 4.8: Toponimia de la cuenca Salar de Maricunga para descripción fisiográfica

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comunica con la cuenca de la Laguna del Negro Francisco, última depresión inserta entre la
precordillera y los cordones prealtiplánicos.

En la Figura 4.9 se presentan las unidades geomorfológicas locales más importantes, donde
destaca el volcanismo como el principal agente constructivo del relieve.

4.3.1.1 Relieves de erosión

Quebradas

Formas de erosión generadas por la incisión vertical de los cursos de agua torrencial.
Presentan orientaciones preferenciales N-S y NW-SE, transportando los flujos de agua que
afloran en las laderas de los cerros, para luego formar vegas en las llanuras aluviales, o
simplemente infiltrarse. Provienen desde el oriente con dirección al salar las quebradas
Manantiales, Cerro Colorado y Colorada, y desde el occidente Caballo Muerto, Toro Sal y del
Toro. Las quebradas Santa Rosa, La Coipa y Pastillos alimentan a la Laguna Santa Rosa, y los
aportes de las quebradas Villalobos, Lajitas, Los Patos y Carcanales, son dirigidos hasta el
canal que une a la laguna con el salar, mediante la quebrada Ciénaga Redonda.

Sierras

Formadas por litologías de variada composición y edad, al noroeste del salar está formada en
su mayor parte por rocas paleozoicas de las formaciones La Tabla y Chinches, y cretácicas de
los estratos Cerro Los Carnero y El Leoncito. También se encuentran aquí pequeños
afloramientos de rocas jurásicas y domos miocenos erosionados. La Cordillera de Claudio Gay
en este sector se presenta muy erosionada, compuesta por las Gravas del Río Lamas y los
Estratos de Claudio Gay. Su extremo sur, Sierra Las Lajitas, se ha formado principalmente
sobre granitoides paleozoico- triásicos, y en pequeños afloramientos de las formaciones
paleozoicas Chinches y Pantanoso.

Plataforma aluvial

Se ubica en contacto con las llanuras aluviales, generalmente adosadas a los cerros donde ha
sido resguardada de la acción torrencial y aluvial intensa, aunque también forma relieves
aislados, surcados por el drenaje. Consiste en antiguas llanuras aluviales que rellenaron las
zonas deprimidas, luego del alzamiento de la Cordillera de Los Andes (Naranjo y Paskoff,
1980). Formada principalmente por las Gravas de Atacama, presentan la influencia de un
clima más húmedo. Se han considerado también las terrazas formadas por depósitos aluviales
antiguos, más recientes que las Gravas de Atacama, pues forman plataformas en los
interfluvios del drenaje torrencial (Derruau, 1966).

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Indican un antiguo nivel de escurrimiento, que fue socavado al cambiar la línea base o por
alzamiento tectónico, generando un escarpe en su límite con el nivel actual.

4.3.1.2 Relieves volcánicos

Dominan gran parte de la morfología de la cuenca, formados en su mayoría por la


acumulación de material ígneo extrusivo, con coladas de lava, domos y cuerpos hipabisales
asociados. Preservan su forma, sin mayores evidencias de erosión, excepto aquellas zonas en
que los flujos hidrotermales han alterado la roca.

Cordón volcánico

Relieve mayoritariamente de acumulación formado por eventos volcánicos y subvolcánicos.


Abarca un conjunto de conos volcánicos, coladas de lava, flujos piroclásticos, domos y zonas
con alteración hidrotermal frecuentemente mineralizadas. Se disponen como una serie de
centros eruptivos N-S que limitan por el oeste y el este a la cuenca. Los conos volcánicos
simples se reconocen por su forma, han sido construidos en varios episodios explosivos de
corto período, su diámetro bordea los 2 km y sus laderas poseen una pendiente marcada. Están
formados por centros volcánicos oligo-pliocenos bien preservados, como cerros de La Sal,
Punta Amarilla, Los Portezuelos, un cono al norte de Vega Redonda y cerro Villalobos.

Los estratovolcanes son conos volcánicos complejos producidos por numerosas erupciones de
larga duración, su diámetro es variable en este sector, desde 8 km (cerro Santa Rosa) hasta 15
km (cerro Maricunga). Otros son el complejo Cerros Bravos-Bravos Negros, volcán Pastillos y
cerro Azufre (Copiapó). Son comunes los domos emplazados en los cráteres, generalmente
dacíticos, acompañados de alteración hidrotermal. Se reconocen también algunas calderas de
flancos escarpados producto del colapso gravitacional. Las coladas son una de las formas de
construcción más comunes que puede formar la lava, como la que corresponde al volcán La
Barda, de composición dacítica (Gardeweg et al., 1997), que aún conserva sus lóbulos de
avance. Las plataformas volcánicas han sido esculpidas en flujos piroclásticos ignimbríticos
del Complejo Volcánico Copiapó y en las ignimbritas de Valle Ancho.

4.3.1.3 Relieves de acumulación

Conos aluviales

Se reconocen por su forma en abanico y son formados por los cauces torrenciales que
transportan a los sedimentos provenientes del cordón volcánico y las sierras, y luego llegan al
glacis aluvial. La pendiente de esta zona suele ser débil, y como los drenes vienen de

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quebradas con mayor inclinación, la velocidad del agua disminuye, y es incapaz de arrastrar
los materiales que ha transportado hasta allí, acumulándolos.

Llanura aluvial

Relieve formado por el aporte de la erosión que rebaja las altas cumbres, y mediante los cursos
torrenciales deposita material detrítico en las depresiones de la cuenca. Es común que en esta
zona se distingan grandes conos aluviales de pendiente muy baja, sobrepuestos. Su
composición heterogénea y clástica, les confiere un alto potencial hidrogeológico, pues los
aportes de las quebradas suelen infiltrarse en estas zonas, como ocurre en pampa Salar de
Maricunga, llano de Ciénaga Redonda, y pampa de Valle Ancho.

Llanuras fluviales

Han sido modelados por los principales cauces que drenan al área de estudio, su granulometría
depende de la intensidad del transporte en cada tramo del lecho. Composicionalmente
predominan los materiales detríticos de origen volcánico. Se reconocen en los tramos
inferiores de las quebradas Caballo Muerto, Pastillos y Ciénaga Redonda, y en el curso del Río
Lamas que atraviesa el llano de Ciénaga Redonda.

Salar

Rasgo hidrográfico presenta en gran parte de las cuencas endorreicas por su carácter
evaporítico. Tassara (1997) identifica una zona de mayor deformación y elevación compuesta
por costras boratados y sulfatadas antiguas, y depósitos recientes de sales y limos salinos
compuestos principalmente de halita.

4.3.2 Hidrografía

Red Hidrográfica

Dada la estrecha relación geográfica, esta zona presenta rasgos hidrográficos similares a los de
la Cuenca del Salar de Pedernales, pero con algunos caracteres estructurales y litológicos
propios (Figura 4.10).

¾ Red radial centrípeta

Predomina en el sector norte de la cuenca, controlada por la depresión morfotectónica que


ocupa el salar mismo, en conjunto con el Llano de Ciénaga Redonda. Se trata de un sistema
mixto, tipo destructivo en el norte, y constructivo en el sur, donde predominan los sedimentos

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Figura 4.9: Mapa geomorfológico de la cuenca Salar de Maricunga.

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no consolidados. Dado que se desarrolla a gran escala, existe desarrollo de otros tipos de redes
localmente.

¾ Red radial centrífuga

Se reconoce en el Cerro Maricunga, Cerro Santa Rosa, Nevado Tres Cruces, Cordón Toro
Muerto y Cerro Pastillos. En general se trata de un sistema destructivo uniforme, de densidad
moderad a baja y con ángulos de confluencia bastante bajos. Está controlada por los altos
topográficos que representan estos centros volcánicos.

¾ Red paralela

Se encuentra muy bien desarrollada en los llanos de Ciénaga Redonda y Tres Cruces, con
orientación NNW- SSE. En el primero está truncada en su extremo noroccidental,
posiblemente por el aumento en la permeabilidad de los depósitos. En el Llano de Tres Cruces
es truncada por una captura hidrográfica que fluye en sentido NNE- SSW. La orientación se
atribuye a la tectónica, dado su paralelismo con el sistema sinestral NNW- SSE que se
desarrolla hacia el noroeste. Puede reconocerse también, con extensión limitada en algunos
fondos de quebradas del sector sureste, sobre depósitos aluviales.

¾ Red subparalela

En el sector de Valle Ancho, el drenaje es controlado por lineamientos NW- SE que dominan
en la zona suroriental. La densidad es moderadamente alta y uniforme. La litología es variable,
principalmente domos y lavas, de composición andesítica y dacítica. Existe también influencia
de un patrón N- S de menor densidad, pero mayor incisión.

Al sur de Cerro Pastillos la red presenta una distribución NNE-SSW subparalela con bajos
ángulos de convergencia y una distribución poco uniforme.

¾ Red mixta (pectinada en pluma- dendrítica)

En la Cordillera de Claudio Gay y hasta el sur de la Sierra Las Lagartijas, se extiende una red
de densidad moderadamente alta, con cauces primarios orientados E- W, ortogonales al eje del
pliegue que afecta a los Estratos Claudio Gay. Existen dos tendencias en el ángulo de
convergencia, una de bajo grado y otra casi en ángulo recto. Las litologías sobre las que se
desarrolla son variables, principalmente depósitos volcánicos cenozoicos, y algunos
afloramientos del basamento.

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Figura 4.10: Redes de drenaje en la cuenca Salar de Maricunga.

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Características Cuenca y Subcuenca

¾ Red pectinada

Al sur de Ciénaga Redonda, en el extremo sur de la cuenca, la topografía es bastante


accidentada. Existe un par de lineamientos principales orientados N- S, que drenan los centros
volcánicos miocenos. Los drenes secundarios están orientados E- W, formando ángulos de
convergencia casi ortogonales.

Algunas características morfométricas de la cuenca de Maricunga son expuestas en la Tabla


4.3. En particular allí se detallan altura máxima, media y mínima, rango, pendiente media,
superficie de la cuenca y del salar.

La Figura 4.11 muestra la curva hipsográfica o hipsométrica de la hoya del Salar de


Maricunga, que indica la proporción de su superficie sobre determinada altura. Se observa que
toda la hoya hidrográfica se encuentra sobre los 3.700 msnm, mientras que poco más del 65%
de su área se encuentra sobre los 4.000 msnm. En comparación con la hoya de Pedernales, ésta
resulta estar a mayor cota.

Tabla 4.3: Características morfométricas cuenca Salar de Maricunga


Superficie cuenca 2.195 km2
Pendiente media 17,02%
Altura máxima 6.749 msnm
Altura media 4.295 msnm
Altura mínima 3.738 msnm
Rango 3.011 m
Superficie salar 142,2

La cuenca superficial a su vez se ha dividido en 23 subcuencas, que representan las subáreas


aportantes a la depresión más la depresión misma en que se encuentra el salar. Los nombres de
estas unidades se muestran en la Tabla 4.4 y se asignaron de acuerdo a las singularidades
topográficas o cursos superficiales más importantes contenidos en ellas.

El principal afluente a la depresión es el Río Lamas, cuyas aguas se infiltran al norte del Llano
de Ciénaga Redonda. El nacimiento de la cuenca del Río Lamas se encuentra en el Macizo
Tres Cruces. Su formación es a partir de la unión de los ramales de este nevado y tiene un
gasto medio aforado en El Salto de unos 240 L/s.

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7000

6500
Altura (m.s.n.m.) 6000

5500

5000

4500

4000

3500
0 20 40 60 80 100
% Superficie
Figura 4.11: Curva hipsográfica cuenca del Salar de Maricunga

La segunda alimentación en importancia, aunque la más significativa en tamaño, es la


subcuenca de Ciénaga Redonda, que ocupa el sur de la hoya de Maricunga. Su cabecera se
encuentra en la ladera norte del cerro Dos Hermanas y de aquí se descarga en la quebrada
Pantanillo, desde donde corre de sur a norte recibiendo varios tributarios que aportan en su
curso; por el este la quebrada y el Río Lajitas, la quebrada Los Patos o de Cuesta Colorada;
por el oeste algunas quebradas y cursos intermitentes desde las laderas de los cerros Azufre o
Copiapó, Villalobos y Pastillos. El gasto medio aforado en La Barrera es cercano a 20 L/s.

Al sur del salar se encuentra la Laguna Santa Rosa, que se alimenta de los afloramientos de
agua subterránea, y que se desagua a través de un curso superficial que corre por el borde
poniente del salar en forma permanente, hasta la laguna que está casi en el centro de la costra.
Otras pozas de menor importancia se encuentran en los bordes del salar, tanto por el este como
por el oeste, alimentadas del mismo modo por afloramientos subterráneos.

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Figura 4.12: Cuenca y subcuencas (ID) salar de Maricunga, Región de Atacama.

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Tabla 4.4: Subcuencas Salar de Maricunga
ID ID Subcuenca Nombre Superficie (km2)
1 319.1 Norte Maricunga 19,7
2 319.2 Caballo Muerto Norte 28,1
3 319.3 Quebrada Caballo Muerto 27,7
4 319.4 Cerro El Toro 108,4
5 319.5 Quebrada Cerro Maricunga 10,6
6 319.6 Cerro Maricunga 51,6
7 319.7 Cerro Pastillos 42,7
8 3198 Quebrada Santa Rosa 29,9
9 319.9 Quebrada La Coipa 60,9
10 31910 Quebrada Pastillos 56,7
11 319.11 Cerro Pastillos 41,6
12 319.12 Ciénaga Redonda 814,0
13 319.13 Intermedia Lamas – Ciénaga Redonda 25,1
14 319.14 Río Lamas 168,8
15 319.15 Quebrada Las Lajitas 33,4
16 319.16 Oeste Sierra Las Lajitas 19,1
17 319.17 Quebrada Colorado 15,0
18 319.18 Oeste Cordillera Claudio Gay 24,9
19 319.19 Quebrada Cerro Colorado 18,0
20 319.20 Quebrada La Guanaca 38,6
21 319.21 Quebrada Manantiales 24,7
22 319.22 Cerro de la Sal 20,0
23 319.23 Salar de Maricunga 515,0

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5 CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA

5.1 Marco Geológico

Las unidades geológicas presentes en la Región de Atacama responden a la interacción del


margen occidental sudamericano con las placas oceánicas que son subductadas. Esta dinámica
ha sido desarrollada desde el Paleozoico hasta la actualidad. Los principales afloramientos de
la Cordillera de la Costa son rocas metamórficas paleozoicas (Complejo Epimetamórfico
Chañaral), intruidas por cuerpos cretácicos y jurásicos de composición granítica a gábrica. Las
Gravas de Atacama (Mioceno Medio- Superior) representan el evento de denudación asociado
al último solevantamiento de la Cordillera de Los Andes. Hacia el este, sobre las secuencias
volcánicas de Formación La Negra (Jurásico), aflora un amplio cinturón de secuencias
cretácicas, volcanitas y sedimentitas marinas, como las del Grupo Chañarcillo (Formaciones
Abundancia, Nantoco, Totoralillo y Pabellón), Punta del Cobre, Bandurrias y Cerrillos. Entre
la Pampa Ondulada o Austral y la Precordillera de Domeyko, afloran rocas continentales del
Cretácico Superior- Paleoceno (Formación Hornitos) paralelas al cinturón cretácico, sobre
sedimentitas marinas jurásicas de la Formación Lautaro, junto con volcanitas jurásicas
(formaciones Montandón, Asientos y Potrerillos) en las zonas más elevadas. Estos depósitos
son localmente intruidos por la Franja Oriental, de edad Paleoceno- Eoceno. Sobre las
unidades jurásicas, se disponen discordantemente las formaciones jurásico- cretácicas
Pedernales y Agua Helada. En el margen oriental afloran granitoides carboníferos de la
Superunidad Elqui, cuerpos intrusivos de la Franja de Maricunga (Paleógeno) y numerosos
centros volcánicos del Oligoceno- Mioceno, principalmente. Por último, principalmente en las
zonas topográficamente más deprimidas, se depositan los sedimentos no consolidados
cenozoicos, entre los que se reconocen depósitos aluviales, coluviales, fluviales, glaciares,
salinos y de remoción en masa.

5.1.1 Estratigrafía

Las unidades más antiguas que afloran en el área de estudio se asignan al Paleozoico Superior,
y comprenden secuencias fluvio- lacustres (Formación Chinches) y volcánicas (Formación La
Tabla y Formación Pantanoso). Del Mesozoico se reconoce una secuencia volcano-
sedimentaria (Formación Quebrada del Salitre) asociada a rift extensional, con marcada
influencia marina en los niveles superiores. Infrayace a un grupo de rocas estratificadas,
principalmente calizas del Jurásico, que son cubiertas concordantemente por los Estratos de
Quebrada Vicuñita atribuidas a magmatismo de intraplaca, producto de una muy baja
velocidad de subducción de la placa oceánica. Luego, un grupo de rocas sedimentarias
compuestas por calizas, areniscas calcáreas, areniscas y conglomerados, representan

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condiciones de transición, entre un ambiente marino (Formación Pedernales) a condiciones
continentales costeras (Formación Quebrada Monardes y Formación Agua Helada). Aquí se
desarrollarían flujos fluvio- aluviales representados por el tipo de depósitos de Estratos El
Leoncito. Un período de fuerte actividad volcánica se refleja en la depositación de los estratos
volcánicos y piroclásticos de Cerro Valiente y Cerro El Buitre (Paleoceno- Eoceno).
Secuencias volcanosedimentarios como los Estratos del Llano Los Gases Blancos
(equivalentes a los Estratos de Río Juncalito), indican un ambiente continental, con cambios
laterales de facies volcanoclástica a clástico- calcárea (origen lacustre). El proceso de
denudación mioceno, provocado por el alzamiento que favorece la inscripción de las redes
hidrográficas, contribuye a la formación de las Gravas de Atacama (Mioceno medio),
depósitos polimícticos de origen fluvio- aluvial. Los depósitos no consolidados cenozoicos se
dividen en antiguos y modernos. Dentro de los primeros, los hay de origen aluvial, coluvial y
salinos, que en ocasiones pueden estar afectados por los efectos de pliegues y fallas normales.
Los más recientes, sin evidencias de tectonismo, se han dividido en aluviales, coluviales,
salinos, glaciarios, de remoción en masa y fluviales.

5.1.2 Rocas Ígneas

Los primeros indicios de actividad plutónica se remontan al Pérmico, cuando se produce la


intrusión del Batolito Pedernales. Su origen se asocia con fusión cortical y mezcla de magmas
de origen mantélico. Dentro del mismo período se forma el Batolito Sierra Castillo, también
asociado a magmas derivados del manto, y localmente algunos cuerpos presentan una marcada
señal de contaminación cortical. En las formaciones Montandón y Asientos (Jurásico) se
emplazan filones hipabisales de composición andesítica- basáltica y pórfidos andesíticos. Al
norte de Quebrada Caballo Muerto, pequeños stocks granodioríticos y monzograníticos
intruyen a la Formación Chinches (Devónico- Carbonífero?). En el Paleógeno existen diversos
cuerpos hipabisales que intruyen a las rocas mesozoicas, por lo general formando stocks,
diques y sills de composición andesítica a riolítica. La actividad volcánica del Oligoceno-
Mioceno, genera el complejo de estratovolcanes de Cerros Bravos- Cerros Negros (26- 21
Ma), junto con los domos mineralizados de La Coipa y Esperanza. Hacia el sur se emplazan
centros volcánicos menores. El Complejo Vocánico Copiapó (11- 7 Ma), más reciente, se
originó en una corteza engrosada, asociada a un régimen compresivo. Uno de los últimos
eventos volcánicos (6- 5 Ma) corresponde al ascenso de magmas por planos de debilidad que
genera la Caldera Jotabeche y las andesitas de Pircas Negras.

5.1.3 Régimen Tectónico

La evolución del sistema tectónico andino es fundamental para la génesis de las cuencas
evaporíticas. Las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga forman parte de la Franja

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de Maricunga, portadora de mineralización de metales preciosos, que representa un frente
volcánico del Oligoceno- Mioceno (Mpodozis et al., 1995). Tectónicamente corresponde a la
zona de transición suave entre el segmento norte (subducción inclinada) y el segmento central
(subducción subhorizontal) de Los Andes, cuya diferenciación se produjo entre los 20 y 6 Ma.
El proceso de horizontalización del ángulo de subducción culminó entre los 6- 5 Ma con la
migración final del arco volcánico hacia el este, y el cese de la subducción hacia el sur.
Actualmente la Franja de Maricunga, entre los 26º y 28ºS, está compuesta por una serie de
edificios volcánicos inactivos con diversos grados de erosión: Volcán Doña Inés, Complejo
Volcánico Cerros Bravos, Complejo Volcánico Copiapó y Nevado de Jotabeche (Mpodozis et
al., 1995).

Como señala Tassara (1997), la configuración actual de este segmento de Los Andes resulta
de los procesos geodinámicos desarrollados durante la parte superior del Cenozoico. En este
período hay una rápida convergencia ortogonal de la placa de Nazca bajo el margen
sudamericano, que es absorbida por acortamiento y engrosamiento cortical. Una de las
consecuencias de este proceso es el alzamiento del plateau, que presenta variaciones
longitudinales según las características paleográficas producto de la evolución preandina.

5.2 Unidades Geológicas

Los salares de Pedernales y Maricunga se emplazan en cuencas adyacentes, de orientación


norte-sur. Dado que las secuencias estratigráficas y los cuerpos intrusivos poseen una
disposición predominantemente NNE-SSW, es común encontrar una continuidad litológica
entre ambas cuencas, por lo que se describen en conjunto las unidades geológicas que afloran
en el área.

5.2.1 Rocas Estratificadas

¾ Formación Chinches (Pzch Devónico Carbonífero?)

Secuencia de origen fluvio-lacustre, compuesta por areniscas de grano fino y medio,


alternadas con lutitas micáceas color gris oscuro. Aflora ampliamente entre los salares de
Pedernales y Maricunga, como una franja norte- sur, principalmente en Sierra Aragoneses y
Cerro Los Cristales. Es intruida por el Batolito Pedernales (Pérmico), lo que genera una
aureola de contacto caracterizada por la presencia de roca córnea. Presenta niveles de filitas
pizarrosas y metareniscas finas entre las quebradas Pastos Largos y Caballo Muerto. En el
sector de la Laguna del Negro Francisco se han encontrado restos de peces y escamas que
permiten atribuirle una edad carbonífera inferior.

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¾ Formación La Tabla (Pzlt Paleozoico Superior)

Tobas y brechas, riolíticas y andesíticas, color gris rojizo a verdoso. Aflora en las topografías
elevadas al oeste del Llano Los Pajaritos, y al noroeste de la Quebrada Caballo Muerto.
Sobreyace discordantemente a la Formación Chinches (Devónico- Carbonífero), y se
encuentra en contacto con los Estratos El Mono (Triásico Superior- Jurásico Inferior) por falla
inversa. Se distingue un nivel basal de 100 a 150 m compuesto por areniscas líticas y brechas
conglomerádicas, con clastos volcánicos de composición predominantemente riolítica. En el
nivel superior prevalecen las tobas soldadas y brechas riolíticas, junto con una cantidad menor
de lavas y brechas andesíticas, epidotizadas en su mayoría.

Es intruida por el Plutón Caballo Muerto y el Batolito Pedernales, ambos del Pérmico. Se
considera equivalente a la Formación Pantanoso que se reconoce hacia el este, cuya edad se
considera paleozoica superior (Carbonífero- Pérmico).

¾ Formación Pantanoso (PzTrp Paleozoico Superior- Triásico)

Secuencia volcánica constituida por riolitas, riodacitas y tobas riolíticas. Se reconoce como un
conjunto discontinuo de afloramientos a los largo de la Cordillera de Claudio Gay. Suele
presentar textura fluidal, y en el caso de la toba, textura soldada. Su estratificación es gruesa,
con intercalaciones pequeñas de cuerpos subvolcánicos basálticos y niveles sedimentarios.
Según Gardeweg et al. (1997), esta secuencia es cogenética con los pórfidos riolíticos a
dacíticos del Paleozoico Superior, que afloran en el área del Salar de Weelwright.

¾ Formación Quebrada del Salitre (TrJqs Triásico Superior- Jurásico Inferior)

Secuencia volcanosedimentaria de pequeña extensión, ubicada al noreste del Salar de


Pedernales, en el sector donde nace el Río de La Sal. Infrayace a la Formación Montandón
(Jurásico). En el área de estudio, su carácter volcánico es representado por lavas y brechas
basálticas, que se encuentran intercaladas con areniscas cuarcíferas y calizas. También se
encuentran en esta formación brechas y turbiditas de piroclastos (asociadas a los domos),
areniscas y calizas fosilíferas, que la asocian con el Triásico Superior- Sinemuriano y un
ambiente de rift extensional.

¾ Estratos El Mono (TrJem Triásico Superior- Jurásico Inferior)

Conjunto de rocas estratificadas definidas como un miembro de la Formación La Ternera en la


Hoja Laguna del Negro Francisco. En la Hoja Salar de Maricunga se presentan como
conjuntos dispersos de estratos entre los cerros La Ola y Maricunga.

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Sus niveles superiores muestran un paso gradual hacia las calizas de la Formación Montandón
(Jurásico Inferior- Medio). Los niveles inferiores se caracterizan por la presencia de brechas
volcanosedimentarias y conglomerados color gris verdoso, con clastos angulosos y
subredondeados de composición riolítica, andesítica y andesítica- basáltica. El color verdoso
se asocia con epidotización. Los estratos intermedios están compuestos por lutitas carbonosas
negras laminadas, con alta concentración de materia orgánica. Presentan intercalaciones de
areniscas finas con laminación paralela y gradación normal. Estas facies se asocian con una
cuenca lacustre subsidente. Los niveles superiores se componen por conglomerados finos y
areniscas cuarcíferas color pardo amarillento. Esta secuencia sedimentaria se relaciona con el
relleno de una cuenca de rift triásica.

¾ Formación Montandón (Jm Pliensbachiano- Bajociano?)

Calizas y calcilutitas fosilíferas (en parte bituminosas) intercaladas, de color gris, distribuidas
en el sector noreste de las cuencas, principalmente en Sierra Bórax, al sur del Llano Los
Pajaritos, Quebrada La Cabra, Cerro Calderón y Quebrada Caballo Muerto. El techo de la
formación presenta un nivel de calizas macizas grises que marca el límite con la Formación
Asientos sobreyaciente. En la Quebrada Caballo Muerto está representada por un nivel con
fauna de bivalvos del Toarciano- Aaleniano que cubre concordantemente a los Estratos El
Mono (Triásico- Jurásico).

¾ Formación Asientos (Ja Bajociano- Caloviano)

Calizas fosilíferas color gris claro a gris verdoso alternadas con lavas basálticas. Sobreyace
concordantemente a la Formación Montandón (Jurásico), por lo que presenta una distribución
similar. Localmente es intruida por sills andesítico basálticos. La fauna fósil (Macrocephalites
sp.; Dolikephalites sp.; Reineckeia sp.; Reineckeia cf. Brancoi; Xenocephalites sp.) señala una
edad del Caloviano.

¾ Estratos de Quebrada Vicuñita (Jqv Caloviano- Titoniano)

Secuencia mayoritariamente volcánica, compuesta por lavas y sills andesítico basálticos, e


intercalaciones menores de calizas y areniscas calcáreas principalmente en el techo. Los
mayores afloramientos se encuentran en Cerro Calderón y Quebrada Caballo Muerto.
Sobreyace en concordancia a la Formación Asientos (Jurásico) e infrayace a la Formación
Pedernales (Jurásico- Cretácico). Las lavas suelen presentar textura vesicular, afanítica o
porfídica, con fenocristales de olivino, piroxeno y plagioclasa, argilizada y parcialmente
reemplazada por calcita. Las vesículas están rellenas por clorita, calcita y calcedonia. Su
ambiente de depositación se considera subacuático debido a la superficie rugosa oxidada de
las lavas y las coladas detríticas en el techo. Además preserva algunos fragmentos de material

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fosilífero marino cementados con carbonato. Geoquímicamente corresponden a basaltos
toleíticos con alta concentración de fierro, relacionados a magmatismo de intraplaca en
régimen de subducción de baja velocidad.

¾ Formación Pedernales (JKp Titoniano- Valanginiano)

Secuencia de calizas y areniscas calcáreas fosilíferas con intercalaciones de areniscas


volcánogénicas color verde. Sobreyace a las rocas jurásicas de Estratos de Quebrada Vicuñita
y más al este a la Formación Asientos. Es cubierta por la Formación Quebrada Monardes
(Cretácico Inferior). Se caracteriza por el color de meteorización ocre que afecta a las calizas,
éstas poseen además fauna fósil de trigonias y ammonites, asignada al Titoniano y
Valanginiano.

¾ Formación Quebrada Monardes (Kqm Cretácico Inferior)

Principalmente areniscas de color rojo característico, dispuestas concordantemente sobre la


Formación Pedernales (Jurásico- Cretácico). En el sector este presenta una distribución similar
a las formaciones jurásicas, además se reconoce ampliamente en las quebradas Vicuñita y
Cerros Bravos. En el sector de Quebrada Caballo Muerto su espesor disminuye
considerablemente. Los afloramientos más orientales se reconocen al sur del Río Leoncito,
sobreyaciendo a los Estratos El Leoncito (Cretácico Superior). Las areniscas son de grano
medio a grueso, laminadas, con estratificación cruzada y paleocanales, y se alternan con
areniscas finas y limonitas, color rojo violáceo, con ondulitas, laminación paralela y grietas de
desecamiento. El cemento predominante es calcáreo. Cercano al techo se reconoce un nivel
evaporítico compuesto por areniscas calcáreas y calizas laminadas microplegadas y
brechizadas, con capas alternadas de calcedonia y calcita. La asociación de facies se relaciona
con una transición desde el ambiente infralitoral (Formación Pedernales), a condiciones
subaéreas.

¾ Formación Agua Helada (Kah Cretácico Inferior)

Areniscas rojas definidas en Hoja Potrerillos, sobreyacen en concordancia a la Formación


Pedernales. Afloran discontinuamente a lo largo del Río de La Sal. Predominan las areniscas
con cantidades menores de limonitas color rojo y violáceo, con estructuras de estratificación
cruzada y delgadas intercalaciones de niveles evaporíticos (yeso y carbonato). Según su
exposición, se le estima un espesor de 800 m, sin embargo mediante sondajes y perfiles
sísmicos inéditos realizados por ENAP, se le calcula un espesor superior a 2.000 m. Equivale
cronoestratigráficamente a la Formación Quebrada Monardes (Cretácico Inferior), y sus
areniscas rojas se asignan a facies continentales.

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¾ Estratos El Leoncito (Kle Cretácico Superior)

Secuencia de conglomerados color rojo oscuro que cubren discordantemente a la Formación


Quebrada Monardes (Cretácico Inferior), intruida por diques dioríticos paleocenos, y que
infrayace a los Estratos del Río Juncalito (Oligoceno). Estos estratos se distribuyen en el
sector de la Sierra Leoncito y al noroeste del Cerro Punta Amarilla. Su litología está
compuesta principalmente por conglomerados, clasto o matriz soportados, con bloques
subredondeados de riolitas paleozoicas, calizas arenosas, areniscas rojas, limolitas y clastos de
rocas andesíticas. La matriz está compuesta por arena gruesa feldespática, y el cemento
presente es sílico-arcilloso y ferruginoso. Se reconoce imbricación en algunos clastos,
atribuida a un origen fluvio-aluvial. Sus relaciones estratigráficas, junto con las intrusiones de
diques paleocenos, llevan a asignarle una edad cretácica superior.

¾ Estratos de Cerro Los Carneros (Kcc Cretácico; 85?- 65 Ma)

Secuencia volcánica que se apoya en discordancia angular sobre secuencias como Formación
Quebrada Monardes (Cretácico Inferior), e Infrayace a los Estratos de Cerro Valiente
(Paleoceno- Eoceno Inferior). En la base presenta niveles de lavas basálticas, que se acuñan
hacia el sur, dando paso a brechas piroclásticas gruesas y tobas riolíticas. Luego se deposita un
nivel de traquiandesitas y andesitas basálticas con intercalaciones de tobas dacíticas soldadas,
mientras en el techo existe un nivel superior de brechas volcánicas, tobas y aglomerados, junto
con ignimbritas riodacíticas.

¾ Estratos de Quebrada Los Patos (KTp Cretácico- Terciario)

Secuencia sedimentaria de origen continental con un nivel de consolidación intermedio.


Formada por conglomerados y areniscas, conserva grietas de desecamiento, marcas de lluvia y
de estratificación cruzada. Sobreyace a la Formación Pantanoso (Paleozoico superior-
Triásico) e infrayace a las Gravas del Río Lamas (Mioceno medio).

¾ Estratos del Llano Los Gases Blancos (Ogb Oligoceno?)

Depósitos volcanoclásticos y sedimentarios, dispuestos sobre los Estratos El Leoncito


(Cretácico Superior). Son cubiertos por depósitos de flujos piroclásticos (Oligoceno superior-
Mioceno inferior). Afloran envolviendo a los estratos del sinclinal del Cerro Punta Amarilla, y
en la Hoja Salar de Piedra Parada son equivalentes a los Estratos del Río Juncalito (Oligoceno-
Mioceno) que afloran en este sector. Se reconoce un nivel inferior compuesto por brechas
volcanoclásticas y tobas líticas, color gris verdoso, de naturaleza polimíctica y monomíctica.
El nivel superior se caracteriza por tobas cineríticas de caída y areniscas tufáceas, con
intercalaciones de niveles evaporíticos de yeso, limolitas y calizas silicificadas. Se le asigna

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una edad oligocena, aunque las dataciones radiométricas (20- 22 Ma) no concuerdan con las
relaciones estratigráficas. Se relaciona con un ambiente continenta.

¾ Estratos de Río Juncalito (TOMrj Oligoceno superior- Mioceno inferior)

Secuencia volcanosedimentaria que cubre discordantemente a las formaciones Pantanoso


(Paleozoico superior- Triásico) y Quebrada Monardes (Jurásico), y los Estratos El Leoncito
(Cretácico Superior). Son cubiertos en discordancia por depósitos miocenos de la Secuencia
Sierra de Aliste. Se distinguen cuatro litologías principales; calizas y calcarenitas, ignimbritas
donde predominan tobas dacíticas, depósitos de bloques y cenizas, y una secuencia
evaporítica- clástica compuesta principalmente por yeso. Se han realizado tres dataciones
K/Ar en biotita y una en roca total de fragmentos pumíceos, cuyo rango de edades fluctúa
entre 23,5±1,5 y 22,0±0,9 Ma. La facies clástico-calcárea se asocia a pequeñas cuencas
lacustres limitadas por centros volcánicos contemporáneos, ya que engrana lateralmente con
las facies volcanoclásticas. La facies evaporítica envuelve a la facies clástico- calcárea y
engrana también con los depósitos volcanogénicos.

¾ Estratos de Claudio Gay (OMcg Oligoceno superior- Mioceno inferior)

Se denominan bajo este nombre a un amplio conjunto de rocas volcanoclásticas de textura


gruesa. En la zona de estudio se reconocen entre el Cerro Vicuña y la Quebrada Colorado,
presentando fuertes variaciones laterales de facies. Su litología varía entre; intercalaciones de
areniscas epiclásticas finas a medias con depósitos piroclásticos de flujo, oleada y caída, y una
secuencia principalmente volcánica. La edad asignada se apoya en edades radiométricas K/Ar.

¾ Secuencia Sierra de Aliste (Misa 20- 17, 5 Ma)

Depósitos de origen continental, volcánicos y sedimentarios, compuestos principalmente por


depósitos de bloques y cenizas, con intercalaciones locales de sedimentos clásticos y lacustres.
Se distribuye como una franja NNW- SSE en el sector de la Sierra de Aliste. Presenta un
intenso plegamiento y es afectada por fallas N- S. Sobreyace a la Formación Pantanoso
(Paleozoico superior- Triásico) y a los Estratos de Río Juncalito (Oligoceno- Mioceno), y
sobre ella se deposita la Ignimbrita Vega Helada (Mioceno) y los Depósitos Aluviales
Antiguos Aterrazados. Se interpreta como una sucesión de flujos piroclásticos.

5.2.2 Depósitos Volcánicos

¾ Centros Volcánicos Menores del Oligoceno (TOMdo 26- 23 Ma)

Se incorporan bajo esta denominación a los remanentes erodados de aparatos volcánicos


centrales y domos extrusivos, ubicados en los cerros La Ola, Carachapampa y Llano Los

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Arroyos. Se diferencian lavas dacíticas y andesíticas de hornblenda y piroxeno color gris
oscuro, afaníticas y porfídicas, domos riolíticos y dacíticos con fenocristales de biotita, cuarzo
y plagioclasa, y depósitos de flujos piroclásticos. El rango de edades para este grupo fluctúa
entre 22,7±0,9 y 26,6±1,0 Ma (K/Ar en biotita).

¾ Volcanes Cerros Bravos- Barros Negros y cerros La Sal- Los Corrales (TOMv 26- 22
Ma)

Corresponden a dos estratovolcanes muy erodados. Cerros Bravos- Cerros Negros está
emplazado sobre las trazas NW de las fallas La Ciénaga y Salitral, y sus productos cubren una
extensa superficie. En la ladera oriental se emplazan los domos Esperanza y Cerro
Cachapampa, en la zona correspondiente a un colapso gravitacional. El otro edificio
volcánico, Cerros de La Sal- Cerro Los Corrales, se emplaza al noreste del Salar de
Maricunga. La composición de ambos complejos es similar, consisten en lavas daciandesíticas
y andesíticas, domos dacíticos, flujos piroclásticos de bloques y cenizas, y centros volcánicos
menores ubicados al sur de Cerros Bravos. Además se diferencia un depósito de flujo
piroclástico, que corresponde a la unidad más antigua, denominado Ignimbrita Cerros Bravos.

¾ Complejo Volcánico de Cerro Punta Amarilla- Pampa (OMpa 25- 22 Ma)

Emplazado sobre el núcleo de un anticlinal compuesto por las formaciones Quebrada


Monardes, Estratos El Leoncito y Estratos de Llano Los Gases Blancos. Este complejo de
domos y lavas- domo se encuentra erodado, y está formado por flujos piroclásticos de bloques,
domos riodacíticos, lavas, lavas- domos andesíticas y daciandesíticas. Sus características y
edades lo asemejan a los complejos de domos coalescentes de Esperanza y La Coipa (Cornejo
et al., 1998). Además este complejo se encuentra afectado por alteración hidrotermal argílica
avanzada y silicificación. Se reconoce un pórfido dacítico levemente alterado, similar a
aquellos pórfidos dacíticos “tardíos” de Esperanza y Coipa.

¾ Ignimbrita La Ola (OMio ca. 22 Ma)

Ubicada en el sector sur del Salar de Pedernales, está compuesta por una toba riodacítica
pumícea, con biotita y cuarzo. Corresponde a un remanente de un depósito de flujo
piroclástico soldado. Según datación radiométrica K/Ar en biotita la edad obtenida es de
22,1±1,5 Ma.

¾ Complejos volcánicos y estratovolcanes del Mioceno inferior (Miv 21 Ma)

Remanentes de edificios volcánicos y conos piroclásticos, con estructuras de colapso y muy


erosionados. Su composición varía de dacítica a andesítica basáltica.

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¾ Lavas de Soledad (Tls 20,7- 20,1 Ma)

Depósitos de lavas andesíticas y dacíticas, fuertemente alteradas. Se atribuyen a remanentes de


un centro volcánico erodado, precursor del complejo volcánico Pastillos.

¾ Ignimbrita Los Terneros (Miilt 21- 19 Ma)

Flujo piroclástico pumíceo, que se presenta como pequeños afloramientos diseminados al


norte de la mina La Coipa. Cubre al Complejo de Domos Coalescentes La Coipa (Oligoceno
superior- Mioceno inferior), actuando como sello del evento hidrotermal. Su litología
corresponde a una toba riodacítica de lapilli y cristales, con pómez fibrosas, biotita y dacitas
de hornblenda. Su matriz es levemente soldada y presenta fragmentos de cristales de
plagioclasa, biotita, anfíbola y cuarzo.

¾ Lavas del Mioceno Inferior (TMid 22- 18,1 Ma)

Andesitas y dacitas sin alteración, no se conoce su origen. Se disponen sobre las unidades Tlca
y Tlcb, al sureste del Cerro Copiapó.

¾ Complejo Volcánico El Perro y centros volcánicos adyacentes (Mip 20- 18? Ma)

Se emplaza al noreste del Salar de Pedernales, formado por domos y lavas- domos, junto con
depósitos piroclásticos en los alrededores. Se caracteriza por un núcleo central de magnetita,
llamado Magnetita de Pedernales, e intensa alteración hidrotermal. Se distinguen cuatro
unidades volcánicas, una secuencia de depósitos piroclásticos asociada a lavas-domos y domos
dacíticos, un conjunto de domos coalescentes, y depósitos piroclásticos de bloque, junto con
un nivel ignimbrítico asociados a este último grupo de domos.

¾ Vitrófiro de Vega Helada (Miivh ca. 18 Ma)

Toba soldada de vidrio y cristales, con cantidades menores de líticos y pómez. Se diferencia
por un nivel vitrofídico negro en la zona basal. Forma una franja discontinua en los llanos de
La Laguna y Vega Helada. Infrayace a lavas del Mioceno medio y superior. Su espesor puede
llevar hasta 25 m, pero en la mayoría de los afloramientos no supera los 1- 3 m. Cuenta con
dos edades radiométricas K/Ar, en roca total (18,7±0,7 y 19,1±0,7 Ma) que permiten asignarle
una edad Mioceno inferior.

¾ Ignimbrita Inés Chica (Mmich 17- 16 Ma)

Flujo piroclástico ubicado en la ladera occidental del Cerro Doña Inés y en el tramo superior
del Río de La Sal, extendiéndose hacia el norte, fuera del área de estudio. Infrayace a flujos

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piroclásticos del Volcán Doña Inés y depósitos de gravas Mio-pliocenas. Está formada por
tobas moderadamente soldadas de composición riolítica y lítico- pumícea, con fragmentos de
cristales de biotita y cuarzo. Su espesor varía entre 5 y 15 m. Según dataciones radiométricas
(K/Ar en biotita) se le atribuyen edades de 17,2±0,9 y 16,2±1,2 Ma.

¾ Ignimbrita Juncal (Miij 16 Ma)

Depósito de composición riodacítica que aflora en las riberas de Río Juncalito. La componen
distintas unidades de flujo, con niveles de unidades piroclásticas, ricas en líticos, en los planos
de contacto. El espesor de cada nivel ignimbríticos es de 12 m promedio, y la oleada bordea
los 1,5 m, ambos con una alta proporción de líticos.

¾ Ignimbritas de Valle Ancho (Mmiva 15,9 Ma)

Secuencia rica en pómez, compuesta por varios niveles de flujo, de composición dacítica. Se
presenta soldada y con alteración hidrotermal localmente.

¾ Depósitos volcánicos del Mioceno medio(TMap / TMaa 15,4- 12 Ma)

Lavas (TMaa), domos y depósitos de bloques (TMap), de composición daciandesítica y


dacítica, con abundante hornblenda y escasa biotita y piroxeno. Afloran en Quebrada Pastillos,
donde se presentan cubiertas por flujos piroclásticos tempranos del Complejo Copiapó.

¾ Ignimbrita Los Cristales (Mmilc 16- 15 Ma)

Depósitos de flujo piroclástico que aflora en los alrededores de los cerros Los Cristales y La
Ola, en el Llano Leoncito y en la Quebrada Pastos Largos. Consiste en una toba riodacítica
pumícea, cuya edad sería de 15,3±1,3 Ma (K/Ar en biotita).

¾ Ignimbrita Maricunga (Mmim 17- 14 Ma)

Depósito piroclástico de flujo ubicado en los alrededores de los cerros Maricunga y Santa
Rosa. Se reconocen diversas unidades de flujo, que están cubiertas por las Gravas de Atacama
(Mioceno) y depósitos piroclásticos asociados al volcán. Este flujo lo componen tobas
riodacíticas de lapilli, con pómez porosas, pequeña proporción de biotita, y matriz vítrea
pumicítica. Los datos obtenidos sobre su edad son de 17, 9±1,4 Ma (K/Ar, hornblenda;
Mpodozis et al., 1995).

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¾ Complejos volcánicos, estratovolcanes y campos de lavas del Mioceno medio (Mmv
17- 14 Ma)

Extenso conjunto de centros volcánicos dispuestos por toda la zona de estudio, formado por
grandes edificios volcánicos erodados, pequeños edificios moderadamente conservados,
domos centrales rodeados de flujos piroclásticos y lavas. Subyacen al conjunto de volcanes del
Mioceno superior y a las gravas aterrazadas del Mioceno superior- Plioceno. Cubren a la
Ignimbrita Vega Helada (Mioceno inferior). Al norte de Pedernales afloran en los cerros
Fortuna, Gemelos, Doña Inés y La Nuez, en la Codillera Claudio Gay, especialmente en los
cerros Agua de la falda, Del Agua y La Cuesta, y hacia el este en el Cerro Vicuña. En la Hoja
Salar de Maricunga, el mayor de los aparatos volcánicos está representado por los volcanes
Ojo de Maricunga (que se emplaza sobre la Ignimbrita Maricunga del Mioceno inferior), Santa
Rosa y Jotabeche Norte, y por domos dacíticos menores rodeados de flujos piroclásticos
menores (Cerros Vicuñita y La Coipa). En la Hoja Nevado Ojos del Salado están
representados por el Domo Ciénaga Redonda, Cordón Toro Muerto, Cerro Lajitas y lavas en
Valle Ancho.

Litológicamente se trata de andesitas basálticas, de grano fino, pobres en fenocristales


(plagioclasa, clinopiroxeno, ortopiroxeno y olivino). En los conos de lava y escoria, y algunas
coladas, se identifican andesitas de piroxeno, andesitas silíceas de piroxeno y hornblenda,
mientras que en los edificios volcánicos también se encuentran dacitas de hornblenda y
piroxeno, y dacitas de biotita y hornblenda. Las dataciones radiométricas realizadas arrojan un
rango de edad de 11,8±0,5 a 15,8±0,7 Ma.

¾ Depósitos volcánicos y domos extrusivos del Mioceno (TMva/ TMvb/ TMvc 16- 14
Ma)

En este grupo se encuentra la Ignimbrita Santa Rosa (TMva), toba dacítica no soldada, cuyos
paquetes de flujo varían entre 10 y 15 m. También lavas andesíticas y daciandesíticas (TMvb)
y domos extrusivos dacíticos de matriz fluidal (TMvc).

¾ Ignimbrita San Andrés (Msisa 10- 9 Ma)

Depósito compuesto por una toba cinerítica riolítica, con pómez filiformes y cristales de
biotita, cuarzo y plagioclasa. Se distribuye intermitentemente en pequeños afloramientos,
muchas veces sobre las Gravas de Atacama (Mioceno medio). Se cuenta con dos edades de
K/Ar en biotita; 10,2±0,9 y 9,2±0,6 Ma.

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¾ Lavas de Dos Hermanas (TMdh 7,7 Ma)

Lavas y depósitos de bloques originados por el Volcán Dos Hermanas. Composición


andesítica y andesítica basáltica.

¾ Complejo Volcánico Copiapó (Tvcsa/ Tvcc 11- 7 Ma)

Se emplaza al sur del Llano de Ciénaga Redonda y ha sido dividido en dos etapas, según
dataciones realizadas. La primera, llamada etapa temprana o Copiapó I, abarca al estratovolcán
Azufre, en cuyo centro se ha emplazado un pórfido dacítico asociado a alteración hidrotermal.
Se denominan Tvcsa, incluyendo a lavas originadas por otro centro volcánico, de actividad
supuestamente posterior, al este de la Sierra del Azufre. Un complejo de domos dacíticos
contemporáneos, se emplaza en el sector norte, cuyo origen se relaciona con extensos
depósitos ignimbríticos que rodean al volcán Copiapó. La etapa tardía o Copiapó II (Tvcc), se
caracteriza por la construcción de un cono volcánico compuesto por lavas y lavas domo
dacíticas, junto con el centro volcánico San Román, sobre los depósitos de la primera etapa.

¾ Complejos volcánicos del Mioceno (Msv 10- 5 Ma)

Centros volcánicos dentro de los que destacan los volcanes Cerro Aluminio y el Nevado de
Jotaveche. Formado por una asociación bimodal de riodacitas y andesitas máficas vítreas, se
emplaza al sur del Salar de Maricunga y se atribuyen a magmas transportados por zonas de
fallas hasta la superficie.

¾ Complejos volcánicos y estratovolcanes del Plioceno inferior (Pliv 5,1- 4,6 Ma)

Lavas principalmente dacíticas, y en menor medida andesíticas y basálticas. Se presentan


erosionados, y asociados a depósitos volcanoclásticos intercalados con niveles piroclásticos en
sus flancos, lo que se atribuye al colapso de lavas y domos.

¾ Ignimbrita Laguna Verde (Pliilv 4,5- 3,7 Ma)

Ignimbrita riolítica con intercalaciones de oleada piroclástica, de amplia distribución. Su


origen se atribuye posiblemente a la caldera Agua Amarga, ubicada en Argentina.

¾ Complejos volcánicos y estratovolcanes del Plioceno superior (Plsv 3,2- 2,7 Ma)

Principalmente volcanes de composición andesítica, y en menor proporción dacítica. Se


presentan medianamente erosionados, como lo representan los bloques redondeados (antiguas
coladas de bloques), remanentes de levées y lóbulos de avance. Derrubios ubicados en los
flancos de los centros volcánicos, posiblemente se asocian a colapsos.

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¾ Complejos volcánicos y estratovolcanes (Qv 1,2- <1 Ma)

Lavas, domos y depósitos piroclásticos de caída, que conservan sus morfologías originales,
predominando las coladas de bloque y tipo “aa”. Principalmente estratovolcanes compuestos y
complejos de domos y lavas domo, de composición andesítica a dacítica. Suelen estar
alineados en una franja NW- SE.

¾ Ignimbrita Tres Cruces (Qitc <1 Ma)

Flujo piroclástico de ceniza y pómez, que cubre los flancos del Macizo Tres Cruces. En el
sector este del área presenta la forma de un abanico que se extiende sobre el Llano Tres
Cruces.

5.2.3 Depósitos No Consolidados

¾ Gravas del Río Lamas (Mmgl Mioceno medio)

Secuencia volcanoclástica formada por depósitos salinos evaporíticos, aluviales, coluviales y


fluviales polimícticos. Se le concede un carácter sin- tectónico, con intercalaciones de
ignimbritas riodacíticas y lavas andesíticas. Cubre discordantemente a la Formación Pantanoso
(Paleozoico superior- Triásico) y a los Estratos de Claudio Gay (Oligoceno- Mioceno), y en
inconformidad a los granitoides del Paleozoico superior- Triásico. Está suavemente plegada, y
presenta discordancias progresivas internas que denotan su sincronismo con el evento de
deformación.

¾ Gravas de Atacama (Mga Mioceno medio)

Depósitos semiconsolidados de gravas polimícticas y arenas, color gris pardo a pardo


amarillento claro, selección regular, redondeamiento medio, fábrica clasto o matriz soportada.
Cemento de origen carbonático. Se distribuyen ampliamente en la zona, especialmente en las
cercanías del Río de La Sal, los alrededores del Cerro La Ola, Vega La Troya y al este del
Salar de Maricunga. La composición de los clastos es de origen variado; sedimentario
(areniscas y calizas mesozoicas), volcánico (tobas y andesitas), subvolcánico (pórfidos), y
plutónico (granitoides y pórfidos). Su espesor bordea los 250 m. La matriz corresponde a
arena gruesa, y puede presentar intercalaciones de ignimbritas soldadas, donde se ha obtenido
una edad K/Ar en biotita de 15,3±Ma y 12,7±0,5 Ma. Los depósitos de gravas están sellados
por la Ignimbrita de San Andrés (10 Ma), en las cercanías del Aeropuerto Potrerillos (fuera del
área de estudio). Presentan imbricación local y representan sedimentación aluvial y fluvial de
drenajes exorreicos miocenos, que actualmente se encuentran colgados en las laderas de los
antiguos valles.

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¾ Depósitos aluviales antiguos (MsPla Mioceno superior- Plioceno)

Se agrupan bajo este nombre a los bancos de gravas y bloques, color gris rojizo, de
compactación moderada. Ocupan grandes extensiones en los alrededores de los centros
volcánicos miocenos, y localmente sobreyacen a las Gravas de Atacama. Ya que cubren a la
Ignimbrita San Andrés (10- 9 Ma) y son cubiertos por la Ignimbrita Laguna Verde (ca. 4 Ma),
se asignan al Mioceno superior- Plioceno.

¾ Depósitos salinos antiguos (MsPls Mioceno superior- Plioceno)

Corresponden a costras evaporíticas de composición variada, que ocupan la región centro y


norte del Salar de Pedernales, y el suroeste del Salar de Maricunga. En Pedernales se
diferencia una costra de cloruros y sulfatos (en la zona occidental), una de sulfatos en la zona
centro norte, y una secuencia estratificada de limos salinos cerca del límite suroeste.

¾ Flujos piroclásticos (Tspi Plioceno?)

Comprende pequeños afloramientos de depósitos de flujos piroclásticos dacíticos, sin


alteración. Se reconocen en la Quebrada de Ciénaga Redonda.

¾ Depósitos aluviales y coluviales indiferenciados antiguos (Qala)

Comprenden depósitos de faldas de cerros, conos de deyección y relleno de quebradas y


valles. Poseen clastos polimícticos, mala selección y baja madurez textural. La matriz es de
arena gruesa. Pueden estar disectados o cubiertos por los cauces y conos de deyección
actuales. Se incluyen en este grupo a los depósitos aluviales antiguos (Qala) descritos por
Tomlinson et al. (1999) para designar a los sedimentos que forman conos de deyección al
sureste del Salar de Pedernales y los depósitos aluviales del Plioceno (Pla), de la Hoja Salar de
Wheelright (Clavero et al., 1997), que abarcan los depósitos de gravas aterrazadas polimícticas
de hasta 8 m de espesor que sobreyacen a las ignimbritas Juncalito y Laguna Verde en los
llanos de Juncalito y Los Cuyales.

¾ Depósitos aluviales (Qa)

Se incorporan en este grupo depósitos de limos, arenas y gravas no consolidados, distribuidos


en los sistemas de drenaje, fondos de quebradas, rellenando valles y cubriendo llanuras, como
el Llano Leoncito. Se incluyen en este grupo depósitos aluviales aterrazados y yesíferos.

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¾ Depósitos coluviales (Qc)

Formados por bloques angulosos, monomícticos generalmente y arenas, no consolidados.


Suelen ocurrir en las faldas de los cerros y rellenando quebradas, producto de procesos
gravitacionales, por lo que son escasamente transportados. Se incluyen algunos conos de
deyección activos.

¾ Depósitos aluviales y coluviales indiferenciados (Qac)

Conjunto de depósitos no consolidados polimícticos a monomícticos, mal seleccionados y con


estratificación pobre. Se ubican tanto en las faldas de los cerros como rellenando quebradas y
valles.

¾ Depósitos de remoción en masa (Qrm)

Brechas polimícticas no consolidadas, con bloques de tamaño variable en una matriz de


granulometría variable formada por la trituración mecánica de los mismos bloques. Se
producen por colapso gravitacional, afectando comúnmente a terrenos inestables por alteración
hidrotermal.

¾ Depósitos salinos recientes (Qs)

Abarcan sales y limos salinos, que se encuentran activos, formando costras de halita plana y
en bloques, láminas de sal, y costras de limos salinos húmedos. Se concentran en el margen
sureste del Salar de Pedernales, y en el sector noroccidental del Salar de Maricunga.
Químicamente están compuestos principalmente por cloruros, y en menor medida, sulfatos y
boratos.

¾ Depósitos glaciarios (Qg)

Brecha polimíctica restringida a las laderas del Volcán Wheelwright, caracterizada por
fragmentos angulosos de dacitas y andesitas mal seleccionados. La matriz es de limo y arena
con abundantes fragmentos piroclásticos pumíceos redondeados.

¾ Depósitos fluviales (Qf)

Arenas, gravas y ripios, heterocomposicionales, clasto soportados, con matriz de arena gruesa.
Se ubican en los lechos de los cauces activos de los ríos La Ola, Juncalito y Leoncito.

¾ Depósitos eólicos (Qeo)

Sedimentos finos, limos y arenas, localizados al sureste del Salar de Pedernales.

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¾ Depósitos lacustres (Ql)

Sedimentos laminados compuestos por arenas, limos y conglomerados finos.


Petrográficamente, corresponden mayoritariamente a andesitas, dacitas y fragmentos de origen
piroclástico, con alto grado de redondeamiento y selección. Pueden presentar laminación
cruzada y lentes de arena fina.

¾ Depósitos piroclásticos pumíceos (Qp)

Depósitos asociados a la actividad del Volcán Tres Cruces y al Domo El Fraile, donde se
reconocen depósitos de caída plinianos y de flujo, con abundantes fragmentos de pómez
blanca.

5.2.4 Rocas Intrusivas

¾ Batolito Pedernales (Pzgp Pérmico; 300- 260 Ma)

Complejo intrusivo ubicado el suroeste del Salar de Pedernales, limitado por la Sierra El
Bórax y la Quebrada Pastos Largos. Comprende plutones datados entre los 298 y 261 Ma.
Intruye a las formaciones Chinches (Devónico- Carbonífero?) y La Tabla (Paleozoico
Superior). Es cubierto por calizas de la Formación Montandón (Pliensbachiano- Bajociano).
En el centro dominan granitos y granodioritas leucocráticos de grano grueso atribuidos a
magmas producidos por fusión cortical, con una señal peraluminosa moderada. Afloran
también cuerpos menores de granitos leucocráticos y gráficos, junto con pórfidos graníticos y
riolíticos de edad menor (248- 209 Ma). Hacia la periferia se reconoce un grupo de dioritas,
granodioritas y granitos de anfíbola y biotita, metaluminosas, atribuidas a la mezcla de
magmas de origen mantélico y productos de fusión cortical.

¾ Granitoides del Paleozoico Superior- Triásico (PzTrg)

Cuerpos intrusivos formados principalmente por monzogranitos (Plutón Caballo Muerto) y


cuerpos menores de pórfidos riolíticos. Intruyen a la Formación La Tabla (Paleozoico
Superior) y se ubican al sur del Batolito Pedernales, pero como formas independientes.

¾ Pórfidos granodioríticos y monzograníticos de hornblenda y biotita (Kipgd Jurásico


Inferior- Cretácico Inferior; 104- 101 Ma)

Pequeños stocks que intruyen a la Formación Chinches en el sector norte de Quebrada Caballo
Muerto.

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¾ Pórfidos, diques y filones andesíticos (Kspa Cretácico Superior; ca. 79 Ma)

Rocas porfídicas color gris oscuro, con piroxeno, plagioclasa y megacristales de hornblenda.
Se emplazan en las calizas de la Formación Montandón (Pliensbachiano- Bajociano?)
formando cuerpos filonianos y pequeños stocks.

¾ Pórfido dacítico de Quebrada Los Pajaritos (Kspd Cretácico Superior; ca. 65 Ma)

Cuerpo tabular de composición dacítica, color gris claro, con fenocristales de hornblenda,
plagioclasa y cantidades menores de piroxeno. Se emplaza en calizas de la Formación
Montandón en el sector del Salar de Pedernales, pero en la Hoja Salar de Maricunga equivale
a los pórfidos dacíticos del Cerro Calderón y Quebrada Salitral.

¾ Intrusivos cretácico- terciarios (KTmzd/ KTgb/ KTpgd Cretácico Superior-


Paleoceno; 66- 64 Ma)

Conjunto de ‘stocks’ y pequeños cuerpos intrusivos, cubiertos por rocas volcánicas del
Oligoceno- Mioceno, que se dividen en monzodioritas de piroxeno (KTmzd), monzogabros de
olivino (KTgb) y pórfidos granodioríticos (KTpgd). Las primeras intruyen a los Estratos El
Mono y Estratos de Cerro Los Carneros, se presentan con aspecto macizo y desarrollan
aureolas de roca córnea. Los monzogabros intruyen a rocas sedimentarias mesozoicas y a los
Estratos de Cerro Los Carneros. Los pórfidos forman dos pequeños stocks que intruyen a los
Estratos El Mono y a las formaciones jurásicas Montandón y Asientos.

¾ Pórfidos dioríticos y diques andesíticos de piroxeno (TPdi Paleoceno; 64- 57 Ma)

Grupo de stocks, diques y filones distribuidos en los alrededores del Salar de Pedernales. Al
oeste de la Falla Sierra Castillo aflora un stock diorítico que intruye a la Formación Llanta. En
el sector de Quebrada Asientos y el Río de La Sal se encuentran enjambres de diques, filones
manto y pequeños stocks, de composición andesítica a microdiorítica con textura porfídica. En
el sector oriental se reconocen diques dioríticos emplazados en la Formación Quebrada
Monardes y en Estratos del Leoncito.

¾ Intrusivos Hipabisales (TEp Eoceno Medio- Superior; 46- 35 Ma)

Grupo de pórfidos riodacíticos, dacíticos, daciandesíticos, andesíticos, monzograníticos y


monzodioríticos, de mediano a pequeño volumen. Se distinguen pórfidos dacíticos y
riodacíticos que en ocasiones se relacionan con mineralización de pórfido cuprífero asociada a
zonas de alteración potásica, o bien a alteración hidrotermal argílica con intensa silicificación.
Ocasionalmente pueden presentar mineralización aurífera de alta sulfidización hospedada en
tobas paleocenas y/o calizas jurásicas (Mina El Hueso y Prospecto Agua de La Falda). Otro

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grupo está compuesto por pórfidos andesíticos, generalmente de formas tabulares con
fenocristales de anfíbola, biotita o piroxeno. Se incluye también en esta unidad al pórfido
microdiorítico Cerro Áspero que se emplaza en el núcleo de la Sierra Castillo y consiste en
microdioritas y monzodioritas. Presenta mineralización aurífera asociada a vetas de cuarzo en
su margen sur.

¾ Pórfidos y Diques Riodacíticos (TOird Oligoceno; 33- 31 Ma)

Los pórfidos muestran fenocristales de cuarzo, plagioclasa, biotita y hornblenda, con masa
fundamental microfelsítica y cavidades miarolíticas. Los diques poseen grandes cristales de
plagioclasa sódica, biotita y cuarzo, se orientan con rumbo E-W.

¾ Domos de Esperanza (TOMde 24- 22 Ma)

Remanentes de tres domos subcirculares fuertemente erodados, de composición riodacítica. Se


emplazan en el sector nororiental del Cerro Pastos Largos, sobre el basamento de rocas
sedimentarias representado por la Formación Chinches (Paleozoico) y los Estratos El Mono
(Triásico- Jurásico). También se incluyen los productos piroclásticos proximales y distales
asociados. En general, se reconocen tobas finas en las zonas marginales, domos riodacíticos
con brechas y pórfidos dacíticos tardíos (sin alteración). La mineralización se concentra en la
periferia de los domos (brechas) y se manifiesta como cuerpos vetiformes y brechosos,
asociados a silicificación y zonas brechizadas por efecto de fallas inversas.

¾ Domos de La Coipa (TOMdc 25- 21 Ma)

Conjunto de domos y productos piroclásticos asociados, se caracterizan por estar fuertemente


afectados por alteración hidrotermal y hospedar la mineralización de plata y oro del distrito
minero La Coipa. Se emplaza en los alrededores del Cerro La Coipa, sector occidental de la
Hoja Salar de Maricunga. Sobreyace a los estratos El Mono y Los Carneros. En general, su
emplazamiento se asocia con la zona de intersección de las fallas Vega (inversa) y La Junta
(sinestral). Están agrupados en este conjunto tobas riodacíticas finas, domos riolíticos y
dacíticos posteriores, y brechas piroclásticas y tobas de lapilli gruesas.

¾ Complejos de domos y depósitos piroclásticos asociados (Tlca / Tlcb 23- 21,4 Ma)

Conjuntos de domos y pórfidos (Tlca) de composición dacítica y andesítica asociados a


depósitos de brechas, flujos piroclásticos y depósitos de caida (Tlcb). Es afectado por intensa
alteración hidrotermal y mineralización de oro concentrada en los domos.

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¾ Domos Torito y Toro Sal (Mit 20- 18 Ma)

Pequeños edificios volcánicos emplazados en Cerro del Toro y Cerro Torito, que se extienden
por la Quebrada Toro Sal hacia el Salar de Maricunga. Se encuentran cubiertos por la
Ignimbrita de San Andrés y gravas miocenas. Los domos extrusivos dacíticos, pueden
presentar alteración hidrotermal argílica, y están acompañados de flujos piroclásticos
escasamente consolidados. Se diferencian facies proximales gruesas y facies distales finas. Las
dataciones K/Ar realizadas indican edades de 17,6±4,3 Ma (anfíbola), 18,6±1,3 Ma (roca total)
y 20,4±0,8 Ma (biotita).

¾ Pórfidos andesíticos del Mioceno inferior (Mig 18 Ma)

Intrusivos subvolcánicos considerados remanentes de los canales alimentadores de centros


volcánicos de principios del Mioceno.

¾ Pórfidos (TMac 11,4- 13,3 Ma)

Pórfidos dacíticos y andesíticos con hornblenda y piroxeno, presentan biotitización y


argilización sobreimpuesta, con cierta mineralización de tipo aurífero asociada a vetillas de
cuarzo.

¾ Domos e intrusivos subvolcánicos asociados a mineralización aurífera (TMoa/ TMob


13- 11 Ma)

Pórfidos dacíticos y andesíticos (TMoa), que presentan biotitización y alteración argílica


intermedia. La mineralización se presenta en stockworks de vetillas de cuarzo. Relacionados
con domos dacíticos alterados (TMob).

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5.3 Geología Estructural

Los rasgos tectónicos de esta zona se describen considerando como base los estudios de
geología regional de Tomlinson et al. (1999) y Cornejo et al. (1998).

La configuración actual del margen occidental de las cuencas piloto de la Región de Atacama
se relaciona con el segmento sur del Sistema de Fallas de Domeyko (SFD), que limita por el
este a la Pampa Austral, dando paso a la precordillera, que en esta zona es representada por la
Cordillera de Domeyko. Respecto al límite entre esta última unidad y la depresión en que se
ubican las salares, se tienen pocos antecedentes tectónicos.

No obstante, se conocen evidencias de un evento deformativo paleozoico, que en esta zona se


relacionaría con la discordancia entre la Formación Chinches (Devónico- Carbonífero?) y
Formación La Tabla (Paleozoico superior). En el Triásico- Jurásico Inferior existen evidencias
de un evento extensional (fallas normales rumbo NNE-SSW), acompañado de bruscos
cambios de facies en la Formación Quebrada del Salitre y Estratos El Mono. Estas variaciones
laterales de facies, se interpretan como producto de fallas normales en cuencas triásicas (Rift
Sierra Exploradora y cuenca La Coipa). Esto como parte de las cuencas rift relacionadas con el
inicio de la ruptura del Pangea.

Luego la orientación de las estructuras extensionales cambia su rumbo a N-S, producto de una
extensión E-W generada por la instauración de un sistema de subducción. Entre las evidencias
de este nuevo régimen extensional está el abrupto cambio de facies al occidente de la
Cordillera de Domeyko (fuera del área de estudio). Al este se depositan estratos sedimentarios,
y al oeste secuencias son más bien volcánicas, por lo que se trataría de fallas tipo normal que
producen el descenso del bloque occidental.

En el Cretácico Superior se habría producido un período de compresión y erosión, indicado


por los planos de discordancia en la base de las unidades de esta edad, como el contacto entre
los Estratos El Leoncito y de Cerro Los Carneros (ambos del Cretácico Superior), sobre
Estratos El Mono (Triásico) y la Formación Quebrada Monardes (Cretácico Inferior).

Rocas paleozoicas como el Batolito Pedernales, formaciones La Tabla y Chinches, son parte
de un relieve estructural elevado (sierras Bórax y Aragoneses, NE de Quebrada Caballo
Muerto), que limita al este con la depresión de los salares de Pedernales y Maricunga,
mediante algún sistema de fallas de grandes dimensiones no reconocido aún. El origen
sedimentario jurásico atribuido a los detritos de los Estratos El Leoncito, sugiere que se
relaciona con actividad de edad cretácica.

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Durante el Eoceno se habrían generado las principales estructuras, que afectan al Sistema de
Fallas de Domeyko (SFD), ubicado en la cordillera del mismo nombre, cuyo segmento sur
limita con la cuenca del Salar de Pedernales, y hacia el norte se extiende hasta la precordillera
de Antofagasta. La actividad magmática del Cenozoico se caracteriza por su disposición como
arcos volcánicos N-S que fueron migrando hacia el oriente, hasta alcanzar su configuración
actual. Se cree que las estructuras del SFD estuvieron activas durante el episodio de
magmatismo eoceno- oligoceno, caracterizándose principalmente por componentes de rumbo
(transpresión sinestral) y acortamiento E-W (Audin et al., 2003). En este contexto se desarrolla
durante la compresión incaica el Sistema de Falla Sierra Castillo (SFSC) y la Faja Plegada y
Corrida de Potrerillos (FPDP).

En el Oligoceno- Mioceno se sugiere la existencia de eventos compresivos, cuyos efectos se


pueden apreciar en la Cordillera de Claudio Gay, donde fallas inversas de alto ángulo (Falla
Sierra de Aliste), rumbo N-S, sobreponen a rocas del Paleozoico superior- Triásico sobre
depósitos cenozoicos. Asociado a este evento compresivo, Clavero et al. (1997) describen
además suaves pliegues con orientación N-S a NNE-SSW en los Estratos de Claudio Gay, a
los que las Gravas del Río Lamas (Mioceno medio) se sobreponen en discordancia, en el
flanco occidental de la Cordillera Claudio Gay. Estas últimas presentan también suaves
pliegues y notables discordancias intraformacionales que sugieren su depositación durante un
período de deformación activa (Gardeweg et al., 1997). Estos episodios son acompañados por
un período de intenso volcanismo en la Franja de Maricunga.

Fallas de rumbo NE- SW, NW- SE y N- S se encuentran cortando a complejos volcánicos


miocenos, y a gravas y depósitos salinos del Mioceno- Plioceno. Se caracterizan por escarpes
con desplazamiento normal, y corresponderían a antiguos planos de deformación reactivados.
Se podrían atribuir al alzamiento regional iniciado hace 10 Ma que generó la incisión de la red
de drenaje actual.

5.3.1 Fallas
La mayoría de las fallas presentes en el sector occidental de la cuenca se relacionan con el
segmento sur del SFD (Figura 5.1).
La deformación incaica en la Cordillera de Domeyko es representada en su eje central por la
Falla Sierra Castillo (N10ºE), vertical de movimiento sinestral, que se prolonga hacia el sur
como Falla Agua Amarga. Hacia el este, en el margen de las cuencas de los salares de
Pedernales y Maricunga, se desarrolla la FPCP formada por sobreescurrimientos (NNE-SSW)
que vergen al SE, como las fallas Barrancas, Río de La Sal, El Choclo, Casa de Fuerza y El
Buitre. La Falla El Choclo afecta a las formaciones Montandón y Asientos, poniéndolas en
contacto. Mantea hacia el noroeste y es desplazada por un par de fallas transpresivas
sinestrales.

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Figura 5.1: Segmento sur del SFD (compilado de Tomlinson et al., 1999 y Cornejo et al.,
1998).

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Las fallas Salitral, La Ciénaga, Indagua y San Emilio, forman parte de un sistema de fallas
subverticales rumbo NNW-SSE que se desarrollan en el sector sur de la FPCP. Se les atribuye
una edad paleozoica, habiendo sido reactivadas durante el Eoceno y formando una zona de
transferencia desde Potrerillos hasta el sureste de la Franja de Maricunga. Su desplazamiento
es sinestral, con saltos de ~ 10- 800 m en la vertical. Posiblemente se asocian a las fallas
verticales de similar orientación que cortan a los Domos de Esperanza.

Las fallas inversas N-S Vega La Junta, Portezuelo Codocedo y Caballo Muerto son de alto
ángulo, se asignan al Eoceno. Se postula que habrían absorbido la componente compresiva
proveniente desde la FPCP a través del juego de fallas NNW-SSE.

La Falla Sierra de Aliste (inversa) se orienta N-S, poniendo en contacto a la Formación


Pantanoso (Paleozoico superior- Triásico) con los Estratos de Claudio Gay (Oligoceno-
Mioceno) y/o rocas cretácicas, en el margen suroriental de la Cordillera Claudio Gay. El
mismo patrón se repite al este del Salar de Maricunga, en Sierra Las Lajitas.

5.3.2 Lineamientos

Predominan los lineamientos NW-SE, siendo también abundantes las orientaciones NNE-SSW
y N-S. Se asocian con fallas, escarpes de falla, escarpes de erosión diferencial, fracturas y
patrones lineales de la red de drenaje, que a veces podrían atribuirse a estructuras cubiertas. En
las Figura 5.2 y Figura 5.3 se han diferenciado 10 orientaciones distintas, siendo agrupadas
por tonalidad aquellas con disposición similar. Además se pueden agrupar en orden temporal
relativo, al observar como se intersectan entre ellas, pero esto sólo es una aproximación ya que
suelen estar afectadas por reactivaciones posteriores. Las más antiguas serían las de color
amarillo (N75ºE), morado (N70ºW), verde oscuro (N30ºE) y celeste (N40ºW). Cortando a
estas estructuras se desarrollan los lineamientos color rosado (N20ºW), azul (N50ºW), verde
(N25ºE) y rojo oscuro (N10ºE). Aparentemente las tendencias más recientes corresponden a
aquellas agrupadas con los colores verde claro (N50ºE) y rojo (NS).

5.3.3 Otras Estructuras

La intensa deformación que afecta a la zona también es representada por pliegues y


discordancias que afectan a las distintas unidades geológicas.

Al noroeste del Salar de Pedernales, las formaciones jurásicas y cretácicas se encuentran


intensamente afectadas por pliegues cuyos ejes se dispone con rumbo NNE-SSW a NE-SW.

En el sector occidental se encuentran plegados los estratos del Jurásico Inferior al Cretácico
Inferior, formando un pliegue sinclinal, cuyo eje axial se orienta NNE-SSW.

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Los Estratos de Claudio Gay y las Gravas del Río Lamas, en la Cordillera de Claudio Gay,
también presenten suaves indicios de plegamiento como se ha menciononado.

Las discordancias implican una discontinuidad en la sedimentación, y constituyen planos de


debilidad estructural. Entre los estratos presentes en la zona, se reconocen planos de
discordancia en el Paleozoico superior y en el Oligoceno- Mioceno.

Figura 5.2: Principales lineamientos identificados en la cuenca Salar de Pedernales.

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Figura 5.3: Principales lineamientos identificados en la cuenca Salar de Maricunga.

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5.4 Estratigrafía de Pozos Profundos

5.4.1 Cuenca Salar de Pedernales

• EDRA, 1999 (Sector Cerro Pampa)

Para definir la estratigrafía del área se realizó una campaña de exploración con pozos de
alrededor de 300 m de profundidad (Figura 3.9). La información recopilada caracteriza la
unidad de relleno, cuya profundidad supera los 300 m, ya que ningún pozo alcanzó el
basamento.

Las secuencias estratigráficas difieren bastante de un pozo a otro (Figura 5.4). En el Llano de
Los Gases Blancos, los sondajes de exploración SPX-2, SPX-3, SPX-4 y SPX-5 presentan
depósitos sedimentarios intercalados con secuencias piroclásticas. En general los sedimentos
son de tamaño arena media a gruesa y grava, compuestos predominantemente por líticos
volcánicos, tobáceos y cristales de cuarzo. La mayoría son subangulosos a subredondeados, de
esfericidad media. Las secuencias volcánicas corresponden a tobas de ceniza, que suelen estar
alteradas por argilización o fracturadas. En los pozos SPX-3, SPX-4 y SPX-5, se reconocen
niveles de sedimentos más finos en profundidad, arena fina y limo, principalmente. En SPX-4
destaca un potente nivel de arcilla, con finas intercalaciones de yeso en los últimos 100 m.

Más al sur, en SPX-1, a partir de los 14 m predominan las tobas. La más somera, de poco
espesor, está soldada y presenta vesículas rellenas con calcita y cuarzo, su color es negro, pero
en profundidad adquiere un tono anaranjado producto de la oxidación. Abajo hay un potente
nivel de toba dacítica compacta, que ha sufrido silicificación y fracturamiento.

En el Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna), predominan los depósitos de arena media,
gruesa y gravilla. En SPB-16, a los 266 m de profundidad se reconocen tobas de poco espesor.
Los últimos 80 m de SPB-14 consisten en una toba de cristales. Hacia el norte del llano, se
diferencia entre los depósitos clásticos el pozo SPB-8, por sus numerosas intercalaciones de
toba, la primera se ubica a los 32 m y posee delgadas capas de grava fina, luego se reconoce
una toba de ceniza a los 74 m y a los 210 m de profundidad. A los 36 m de SPB-10 hay una
intercalación de toba de ceniza con pómez y a los 104 m una toba de cristales silicificada y
fracturada (30 m).

• CPH, 2004

Los sondajes PE-1 y PE-2, ubicados en el Llano y el Salar de Pedernales, respectivamente,


junto al sondaje PE-3, en la quebrada Llano Los Arroyos, se realizaron para investigar áreas
con escasa o nula caracterización estratigráfica.

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SPB-01 SPX-03 SPB-08 SPB-10 SPB-13


Figura 5.4: Columnas representativas del estudio realizado en Cerro Pampa (EDRA, 1999).

110
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PE-1 presenta un nivel salino rico en arcillas los primeros 26 m, que incorpora un porcentaje
importante de arena y clastos en profundidad, hasta los 61 m en que predominan los cristales
de halita. A partir de los 97 m el relleno está compuesto por gravas, arenas y clastos de pómez,
con proporciones menores de finos, hasta los 134 m en que se reconoce otra costra salina, con
intercalaciones pequeñas de sedimentos finos y arenas. Ésta se extiende al menos hasta los 193
m bajo la superficie, donde termina el sondaje.

Los primeros 138 m de PE-2 consisten en gravas y arenas con cantidades variables de clastos
de pómez. Luego hay una intercalación de 25 m de toba poco cementada, seguida de un nivel
de gravas y arenas con finos que llega hasta los 190 m, donde termina el sondaje. Entre los
161 y 168 m se intercala una costra salino arcillosa.

El sondaje PE-3 realizado en la quebrada Llano Los Arroyos indica que el relleno aluvial se ha
depositado bajo condiciones de actividad volcánica. Predominan las arenas gravosas con
porcentajes importantes de finos y ceniza en la matriz. Son comunes los clastos volcánicos de
composición variada (riolitas, andesitas, pómez y toba). Niveles de toba de ceniza se
intercalan a los 8, 12 y 28 m de profundidad. Entre los 163 y 181 m, donde termina el sondaje,
se distingue una toba de ceniza moderadamente compactada y cohesionada.

En el Llano La Ola se ha realizado el sondaje PB-15, de 130 m de profundidad, para


caracterizar estratigráfica e hidráulicamente la sección de entrada utilizada en el modelo
hidrogeológico. La información obtenida en este pozo indica que el relleno está compuesto
mayoritariamente por gravas y arenas, con porcentajes variables de cenizas y finos.
Intercalaciones de tobas de poco espesor se encuentran entre los 40 y 104 m de profundidad.

5.4.2 Cuenca Salar de Maricunga

En la Figura 5.5 y Figura 5.8 se muestra la ubicación de los pozos con información
estratigráfica disponible en los sectores Salar de Maricunga y Pampa Pantanillo,
respectivamente.

• Geoestudios Ltda., 1988 (Compañía Mantos de Oro)

Construyen cuatro pozos en el noroeste del Salar de Maricunga. En SP-2, SR-3 y SR-4 se
distinguen paquetes de arenas y gravas, que en el caso de SR-4 se prolongan hasta 150 m
desde la superficie. SP-2 también presenta limos, arcillas y cenizas en la base (55- 70 m). En
SR-3 la roca se encuentra a los 55m y en SR-6 a 45 m de profundidad, bajo una cobertura de
arena (Figura 5.6).

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Figura 5.5: Ubicación de pozos con información estratigráfica en el sector del Salar de
Maricunga.
• Geoestudios Ltda., 1990 (Compañía Mantos de Oro)

Se construyen dos pozos en el llano de Ciénaga Redonda. Uno de 150 m de profundidad (SR-
1) y el otro de 120 m (SP-1). En ambos se observa que los primeros 100 m están compuestos
por arenas y gravas, y abajo hay un nivel de limos y arcillas (Figura 5.7).

• Geoestudios Ltda., 1990 (Compañía Mantos de Oro)

Tres pozos de 150 m construidos en el llano Ciénaga Redonda. En SR-2 se reconocen niveles
de arenas y gravas en los primeros 70 m, con una intercalación de gravas de ~20 m de espesor.
Luego predominan las arenas en profundidad. En SP-4 y SP-3 la estratigrafía es muy similar,
caracterizada por paquetes de grava y arena en proporciones variables. En SP-4 los últimos 20
m están compuestos sólo por arenas (Figura 5.7).

112
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• Ingeniería y Geología Ltda., 1990 (Chevron Minera Corporation of Chile)

Se construye el pozo CAN-6 de 120 m de profundidad al este del Salar de Maricunga, entre las
quebradas Colorada y Cerro Colorado. Presenta mayoritariamente depósitos de arena fina o
gruesa con arcillas, con secuencias intercaladas de gravilla con arena o arcilla, y niveles
exclusivamente de arena gruesa (Figura 5.7).

SP-2 SR-3 SR-6


Figura 5.6: Estratigrafía de pozos SP-2, SR-3 y SR-6.
• Suazo, 2000

Este estudio abarca el área de Pampa Pantanillo, donde se han perforado seis pozos de
exploración de agua (EA-1, EA-2, EA-3, EA-4, EA-5 Y EA-6 de Montgomery & Asociados,
1990) y tres pozos de producción (RA-1, RA-2 y RA-3 de SRK, 1990), además de tres
punteras orientadas a conocer los niveles estáticos, ubicadas donde se realizaron los pozos EA-
2, EA-5 y EA-6.

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SR-1 SR-2 SR-4 SP-4 CAN-6


Figura 5.7: Estratigrafía de SR-1, SR-2, SR-4, SP-4 y CAN-6.

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La información recolectada en estos pozos señala que el relleno aluvial de pampa Pantanillo
posee un buen potencial hidrogeológico. Al sur de Portezuelo Astaburuaga, donde comienza la
cuenca de la Laguna del Negro Francisco, se reconoce un nivel confinante de arena limosa y
limos de 6- 8 m de espesor en los pozos EA-2 y EA-6, en los primeros 10 m de profundidad.

Figura 5.8: Ubicación de pozos con información estratigráfica en el sector Pampa Pantanillo.

115
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5.5 Geología de Subsuperficie

En la cuenca del Salar de Pedernales se dispone de una sección esquemática W-E realizada por
Tomlinson et al. (1999), que ilustra la disposición de los estratos en el sector del salar. Este
perfil forma parte del levantamiento geológico de la Hoja Potrerillos escala 1:100.000 del
SERNAGEOMIN.

Las rocas paleozoicas se ubicarían a más de 6.000 m de profundidad y están representadas por
intrusivos graníticos, que se emplazan en las formaciones Chinches (fluviolacustre) y La Tabla
(volcanosedimentaria). Son cubiertas por más de 500 m de las formaciones jurásicas
Montandón y Asientos, compuestas principalmente por calizas con intercalaciones volcánicas,
más frecuentes en los niveles superiores. Las formaciones Pedernales y Quebrada Monardes,
representan la transición de un ambiente infralitoral a continental, con niveles evaporíticos en
el techo (Cretácico Inferior). Se estima un espesor aproximado de 2.500 m para los estratos de
la Formación Quebrada Monardes. En el Cretácico Superior, se depositan los Estratos El
Leoncito en discordancia, de espesor estimado 1.500 m. Representan eventos fluvio-aluviales.

Fuente: [Tomlinson et al., 1999]


Figura 5.9: Sección de perfil geológico NW-SE en Salar de Pedernales.
Un nivel eoceno de más de 500 m de potencia, conformado por conglomerados y areniscas
conglomerádicas, cubre en discordancia a los niveles cretácicos. Es cubierto en general por el
nivel superior de los Estratos del Llano de los Gases Blancos, formado por 500- 100 m
aproximadamente de tobas y areniscas, intercaladas con niveles evaporíticos y depósitos
lacustres hacia el este. Los niveles superiores corresponden a depósitos salinos antiguos del
Salar de Pedernales.

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6 CARACTERIZACIÓN HIDROLÓGICA

La caracterización hidrológica de los sistemas piloto de la III Región se realizó mediante la


recopilación de datos hidrometeorológicos disponibles en estaciones cercanas. Las variables
que se analizaron fueron la precipitación, escurrimientos, temperatura y evaporación.

Los análisis se agruparon considerando dos escalas temporales: nivel horario y diario, donde
se incluye principalmente información recopilada desde octubre de 2007 en las estaciones
instaladas por el presente convenio PUC-DGA Altiplano; y nivel mensual y anual que utiliza
información de estaciones pertenecientes a la DGA y otras fuentes con registros de varios
años.

A continuación se presenta una breve descripción del clima de la zona y los resultados de los
análisis realizados a las variables meteorológicas en la zona en estudio.

6.1 Climatología de la zona

En la Región de Atacama predominan cinco tipos de clima, todos ellos con características
desérticas, que varían de acuerdo a su distancia al mar en bandas que van de norte a sur y están
fuertemente influenciados por la topografía. De mar a cordillera los climas de esta Región se
ordenan como sigue (ver Figura 6.1):

• Desértico con Nublados Abundantes, en la Costa.


• Desértico Normal, en la Cordillera de la Costa y la parte occidental de la Depresión
Intermedia (hasta los 2.000 msnm).
• Desértico Frío, en la parte oriental de la Depresión Intermedia (sobre los 2.000 msnm) y
toda la Precordillera.
• Tundra por Efecto de Altura con Escasa o Nula Precipitación y
• Tundra por Efecto de Altura, en la Cordillera de los Andes.

Las cuencas de Pedernales y Maricunga están casi completamente insertas en una zona con
clima de Tundra por Efecto de Altura con Escasa o Nula Precipitación. Este clima se presenta
con características desérticas, con temperaturas medias que apenas superan los 5º C en las
zonas bajas y una oscilación térmica amplia entre el día y la noche, aunque menor a la del
desértico marginal bajo o desértico frío.

117
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La precipitación sólida o nival es considerable, siendo de origen frontal y es la principal
responsable de la alimentación de los cursos superficiales que se desarrollan a esta altura
durante todo el año. Ésta se produce mayoritariamente entre los meses de mayo y agosto. Las
nieves se concentran de forma permanente sobre los 6.000 msnm.

Por su parte las precipitaciones líquidas son escasas a casi nulas y se producen en verano,
provenientes del Atlántico y desde la cuenca del Amazonas, lo que es el remanente de lo que
se conoce como “Invierno Boliviano” que llega debilitado a estas latitudes.

La humedad relativa es baja, con cielos mayormente despejados y limpios.

118
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Fuente: [Modificado de IGM]


Figura 6.1: Climas de las Regiones XV, I, II y III de Chile

119
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6.2 Análisis de Precipitaciones

En el sistema piloto de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga (III Región) se
dispone de 5 estaciones pluviométricas instaladas con el convenio PUC-DGA. Además se
seleccionaron 2 estaciones de la DGA por su cercanía al sistema en estudio. De las 7
estaciones disponibles tres se encuentran dentro del sistema piloto. La Tabla 6.1 presenta la
ubicación y altitud de estas estaciones, y en la Figura 6.2 se presentan en forma gráfica.

Tabla 6.1: Estaciones pluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.
Nº Fuente Código BNA Estación Pluviométrica UTM (PSAD 1956) Altitud
Este Norte [msnm]
1 PUC-DGA Pajonales 512.258 7.217.253 3.591
2 * PUC-DGA Maricunga 486.326 7.000.372 3.852
3 * PUC-DGA Pedernales Norte 488.306 7.108.827 3.417
4 * PUC-DGA Pedernales Sur 493.056 7.049.016 3.774
5 PUC-DGA Agua Amarga 515.824 7.178.987 3.623
6 DGA 03210001-5 Las Vegas 433.668 7.048.423 2.115
7 DGA 03441001-1 Pastos Grandes 445.477 7.002.327 2.000

* Estaciones ubicadas al interior de las cuencas del sistema piloto

120
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Figura 6.2: Estaciones pluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.

121
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6.2.1 Información Disponible

Las estaciones PUC-DGA fueron instaladas en octubre de 2007 por lo que se cuenta con
aproximadamente un año de estadísticas de precipitación a nivel horario y diario. En cambio,
en las estaciones pertenecientes a la DGA se disponen de series más extensas de precipitación
a nivel diario, mensual y anual. La Tabla 6.2 presenta un resumen del número de años con
información completa para la serie rellenada y vigencia de las estaciones seleccionadas. En las
estaciones de la DGA la estadística original a nivel mensual fue rellenada se acuerdo a la
metodología presentada en la Parte III de este estudio (Hidrología Regional del Altiplano). No
se rellenaron las estadísticas a nivel horario y diario en ninguna estación.

La disponibilidad de la estadística de precipitación se presenta en la Figura 6.3 para el año


hidrológico (Octubre-Septiembre). Se observa que la estadística de las estaciones de la DGA a
nivel mensual y anual se inicia en la década de 1960 y llega solo hasta el año hidrológico
2006-2007. Sin embargo se recopilaron datos a nivel diario hasta junio de 2008 en estas
estaciones. En las estaciones PUC-DGA se disponen de datos a nivel mensual, horario y diario
hasta Octubre de 2008. La disponibilidad de datos a nivel mensual en las estaciones PUC-
DGA se presenta en la Figura 6.3.

Tabla 6.2: Vigencia y años de registro en las estaciones pluviométricas seleccionadas para el
sistema piloto de la III Región.
Nº Fuente Código BNA Estación Pluviométrica Altitud Estado Años
[msnm] ** Completos
1 PUC-DGA Pajonales 3.591 V 1
2 * PUC-DGA Maricunga 3.852 V 1
3 * PUC-DGA Pedernales Norte 3.417 V 1
4 * PUC-DGA Pedernales Sur 3.774 V 1
5 PUC-DGA Agua Amarga 3.623 V 1
6 DGA 03210001-5 Las Vegas 2.115 V 25
7 DGA 03441001-1 Pastos Grandes 2.000 V 36
* Estaciones ubicadas al interior del sistema piloto
** V: Vigente; S: Suspendida

122
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Nº ESTACIÓN 1961-1970 1971-1980 1981-1990 1991-2000 2001-2008
1 Pajonales
2 Maricunga
3 Pedernales norte
4 Pedernales sur
5 Agua Amarga
6 Las Vegas ● ● ● ● ● ● ● ●
7 Pastos Grandes
: Año con información completa ● : Año con información completa (rellenado)
: Año con 10 u 11 meses con información ● : Año con 10 u 11 meses con información (rellenado)
: Año con 7 a 9 meses con información ● : Año con 7 a 9 meses con información (rellenado)
: Año con menos de 7 meses de información ● : Año con menos de 7 meses de información (rellenado)

Figura 6.3: Disponibilidad de datos de precipitación de la serie original y rellenada para el año
hidrológico en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.

Nº ESTACIÓN 2007 2008


Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sept Oct Nov Dic
1 Pajonales
2 Maricunga
3 Pedernales norte
4 Pedernales sur
5 Agua Amarga

: Mes con información completa


: Mes con más de 20 días con información
: Mes con 10 a 20 días con información
: Mes con menos de 10 días de información

Figura 6.4: Disponibilidad de datos de precipitación mensual en las estaciones PUC-DGA del
sistema piloto de la III Región.

6.2.2 Variación Temporal de la Precipitación

En esta sección se analiza el comportamiento temporal de la precipitación anual y la


estacionalidad de la precitación media mensual en las estaciones seleccionadas. Además se
ajustó la precipitación diaria a un modelo de Markov de dos estados: seco y lluvia, obteniendo
las probabilidades de transición entre estados y la probabilidad de permanencia en un estado
durante k días, para los distintos meses del año. Finalmente se determinaron las
probabilidades empíricas de que ocurra precipitación a una determinada hora del día.

6.2.2.1 Análisis de la Precipitación Anual y Mensual

Para las estaciones PUC-DGA en la III Región se dispone solamente de un año de estadística
entre noviembre de 2007 y octubre de 2008, y en las estaciones DGA se dispone de más de 20
años de registros de años completos. Por consiguiente, con los datos de las estaciones DGA es
posible obtener estadígrafos sobre el comportamiento de largo plazo de la precipitación anual

123
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y mensual en la zona. En cambio los registros de las estaciones PUC-DGA permiten establecer
solamente el comportamiento puntal de la precipitación para el año hidrológico 2007-2008.

En la Figura 6.5 se presentan las series de precipitación anual para el año hidrológico en las
estaciones DGA seleccionadas. En general las series tienden a variar alrededor de los 35 mm,
sin embargo, se observa la presencia de tormentas importantes especialmente en los años
1986, 1996 y 2001.

6. Las Vegas
300

250
Precipitación (mm)

200

150

100

50

0
1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Años

7. Pastos Grandes
160
140
Precipitación (mm)

120
100
80
60
40
20
0
1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Años

Figura 6.5: Series de precipitación anual en las estaciones DGA seleccionadas para el sistema
piloto de la III Región.

La Tabla 6.3 presenta las propiedades estadísticas de la series de precipitación anual en las
estaciones seleccionadas para el año hidrológico (Oct-Sep). Sin embargo, para las estaciones
PUC-DGA el valor promedio corresponde a la precipitación caída entre noviembre de 2007 y
octubre de 2008. Se observa que en las estaciones de la DGA el coeficiente de asimetría es
positivo indicando que la mayoría de registros están concentrados más cerca del valor mínimo
que del valor máximo. El coeficiente de variación, desviación típica sobre el promedio, varía
entre 1,14 y 1,54.

124
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Tabla 6.3: Propiedades estadísticas de las series de precipitación media anual (mm) para el año
hidrológico (Oct-Sep) en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.
Estación Años Desv. Coef. Coef.
Nº Mínimo Máximo Promedio
Pluviométrica Completos Est. Asim. Var.
1 Pajonales 1 4,7 4,7 4,7 - - -
2 * Maricunga 1 8,2 8,2 8,2 - - -
3 * Pedernales Norte 1 2,3 2,3 2,3 - - -
4 * Pedernales Sur 1 15,0 15,0 15,0 - - -
5 Agua Amarga 1 37,2 37,2 37,2 - - -
6 Las Vegas 25 0,0 274,0 35,5 54,8 3,72 1,54
7 Pastos Grandes 36 0,0 149,5 31,2 35,4 2,13 1,14
* Estaciones ubicadas al interior de las cuencas del sistema piloto

40
35 PUC-DGA
1. Pajonales
Precipitación (mm)

30 DGA
6. Las Vegas
25
20
15
10
5
0
1. Pajonales 5. Agua 3. Pedernales 4. Pedernales 6. Las Vegas 7. Pastos 2. M aricunga
Amarga Norte Sur Grandes

Figura 6.6: Precipitación media anual en las estaciones seleccionadas. El valor presentado para
las estaciones PUC-DGA corresponde al año hidrológico (2007-2008).
En la Figura 6.6 se presenta la precipitación anual en las estaciones PUC-DGA y DGA
ordenadas de norte a sur. Se observa que el agua caída en las estaciones PUC-DGA entre
noviembre de 2007 y octubre de 2008 es mucho menor que el agua registrada históricamente
en las estaciones DGA, a excepción de la estación Agua Amarga, donde el agua caída (37,2
mm) es similar a la precipitación media en las estaciones Las Vegas (35,5 mm) y Pastos
Grandes (31,2 mm).

La Figura 6.7 presenta la precipitación mensual entre noviembre de 2007 y octubre de 2008 en
las estaciones PUC-DGA ordenada de acuerdo al año hidrológico (Oct-Sep). En cambio la
Figura 6.8 presenta la precipitación media mensual en las estaciones de la DGA junto con las
probabilidades empíricas de excedencia del 15% y 85%.

125
Precipitación (mm) Precipitación (mm) Precipitación (mm)

0
5
10
15
20
25
30
0
2
4
6
8
10
0
2
4
6
8
10
Oct-2008 Oct-2008 Oct-2008
1. Pajonales

Nov-2007 Nov-2007 Nov-2007

5. Agua Amarga
3. Pedernales Norte
Dic-2007 Dic-2007 Dic-2007

Ene-2008 Ene-2008 Ene-2008

Feb-2008 Feb-2008 Feb-2008

Mar-2008 Mar-2008 Mar-2008

Abr-2008 Abr-2008 Abr-2008

May-2008 May-2008 May-2008

Jun-2008 Jun-2008 Jun-2008

Jul-2008 Jul-2008 Jul-2008

Ago-2008 Ago-2008 Ago-2008

Sep-2008 Sep-2008 Sep-2008

Precipitación (mm) Precipitación (mm)

0
2
4
6
8
10
0
2
4
6
8
10

Oct-2008 Oct-2008
2. Maricunga

Nov-2007 Nov-2007
4. Pedernales Sur

Dic-2007 Dic-2007

Ene-2008 Ene-2008

Feb-2008 Feb-2008

Mar-2008 Mar-2008

Abr-2008 Abr-2008

May-2008 May-2008

Jun-2008 Jun-2008

Jul-2008 Jul-2008

Ago-2008 Ago-2008

ordenada para el año hidrológico (Oct-Sep), en las estaciones PUC-DGA de la III Región.
Sep-2008 Sep-2008
COPIA
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126
Figura 6.7: Series de precipitación mensual para el período Noviembre 2007 – Octubre 2008,
460625
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6. Las Vegas 7. Pastos Grandes

35 30
PP 15% 85% PP 15% 85%
30

Precipitación (mm)
Precipitación (mm)
25
25
20
20
15
15
10
10
5 5
0 0

Jul

Jul
Feb

Jun
Mar

Abr

Mar

Abr
Dic

Ene

Dic

Ene
Oct

Oct
Nov

May

Ago

Sep

Nov

Feb

May

Sep
Jun

Ago
Figura 6.8: Series de precipitación media mensual y probabilidades de excedencia empíricas
del 15% y 85% en las estaciones DGA seleccionadas.
Se observa que en las estaciones PUC-DGA la mayor precipitación se registró en junio de
2007 a excepción de Pedernales Sur donde la precipitación máxima ocurrió en enero de 2008.
En las estaciones DGA la mayor precipitación con probabilidad de excedencia de 15% ocurre
en el mes de junio. Sin embargo, la precipitación media mensual máxima ocurre en julio en la
estación Las Vegas y en junio en la estación Pastos Grandes.

En la Tabla 6.4 se presenta la distribución estacional de la precipitación para las estaciones


seleccionadas, dividida entre los periodos Diciembre - Marzo y Abril - Noviembre. En las
estaciones PUC-DGA más de la mitad de la precipitación para el año hidrológico 2007-2008
ocurrió en el período Abril - Noviembre, a excepción de Pedernales Sur donde el período con
más precipitación fue Diciembre - Marzo. En las estaciones DGA ocurre algo similar
concentrándose más del 80% de la precipitación anual en el período Abril – Noviembre. En
general se observa que el comportamiento de las precipitaciones en el sistema piloto de la III
Región es similar al que presentan las precipitaciones en la zona central de Chile, sin notarse
mayor influencia del denominado invierno boliviano. Este sistema puede considerarse
climáticamente independiente de los de más al norte.

Tabla 6.4: Precipitación estacional en las estaciones seleccionadas de la III Región.


Nº Fuente Estación
Diciembre - Marzo Abril - Noviembre
[mm] % [mm] %
1 PUC-DGA Pajonales 2,1 44,7 2,6 55,3
2 * PUC-DGA Maricunga 3,9 47,6 4,3 52,4
3 * PUC-DGA Pedernales Norte 0,0 0,0 2,3 100,0
4 * PUC-DGA Pedernales Sur 8,5 56,7 6,5 43,3
5 PUC-DGA Agua Amarga 10,2 27,4 27,0 72,6
6 DGA Las Vegas 4,4 9,2 43,4 90,8
7 DGA Pastos Grandes 5,1 15,0 28,6 85,0
* Estaciones ubicadas al interior de las cuencas del sistema piloto

127
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6.2.2.2 Análisis de la Precipitación Diaria

Se recopilaron datos de precipitación a nivel diario en las estaciones seleccionadas. En las


estaciones PUC-DGA se dispone de información de este tipo entre noviembre de 2007 y
octubre de 2008. En la estación Las Vegas se dispone de registros entre enero de 1984 y junio
de 2008, y para la estación Pastos Grandes entre enero de 1966 y junio de 2008. En la Figura
6.10 se presentan los hietogramas de precipitación diaria en las estaciones seleccionadas entre
noviembre de 2007 y octubre de 2008. La Figura 6.11 presenta la variación de la magnitud de
la precipitación diaria para este período de tiempo en las estaciones seleccionadas. Se observa
que las tormentas que ocurren en forma simultánea en toda la zona que cubren las estaciones
seleccionadas son puntuales, destacándose los eventos que ocurrieron el 14 de enero de 2008 y
el 17 de junio de 2008. Sin embargo, estos eventos no fueron registrados en las estaciones
DGA posiblemente porque estas estaciones se encuentran ubicadas alrededor de los 2.000
msnm, y las estaciones PUC-DGA se encuentran sobre los 3.400 msnm. Para el período de
registro en las estaciones PUC-DGA se observa que cuando la precipitación diaria supera los 8
mm el evento es registrado simultáneamente en todas estas estaciones.

La precipitación diaria se ajustó a un modelo de Markov de dos estados: seco (S) y lluvia (P),
donde cada estado tiene dos transiciones posibles. Un esquema de este modelo se presenta en
la Figura 6.9. Con los datos recopilados en las estaciones seleccionadas se determinaron las
probabilidades empíricas de estar en un estado y las de transición entre estados: p11, p12, p21,
p22. Siendo pij la probabilidad de transición del estado i a j, donde el estado 1 corresponde a
Seco (S) y el 2 a Lluvia (P). La Figura 6.12 a la Figura 6.18 presentan en forma gráfica estas
probabilidades para cada uno de los meses del año.

p12

p11 1 2 p22

p21

Figura 6.9: Esquema del modelo de Markov para la precipitación diaria. El estado 1
corresponde a Seco (S) y el 2 a Lluvia (P).

128
460625
COPIA
10 1. Pajonales (PUC-DGA)

Precipitación diaria (mm)


8

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

10 2. Maricunga (PUC-DGA)
Precipitación diaria (mm)

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

10 3. Pedernales norte (PUC-DGA)


Precipitación diaria (mm)

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

10 4. Pedernales sur (PUC-DGA)


Precipitación diaria (mm)

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

Figura 6.10: Hietogramas en las estaciones seleccionadas de la III Región para el período Nov.
2007 – Oct. 2008.

129
460625
COPIA
30
5. Agua Amarga (PUC-DGA)

Precipitación diaria (mm)

20

10

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

10 6. Las Vegas (DGA)


Precipitación diaria (mm)

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

10 7. Pastos Grandes (DGA)


Precipitación diaria (mm)

11/2007 12/2007 01/2008 02/2008 03/2008 04/2008 05/2008 06/2008 07/2008 08/2008 09/2008 10/2008

Figura 6.10: Hietogramas en las estaciones seleccionadas de la III Región para el período Nov.
2007 – Oct. 2008. (Continuación).

130
460625
COPIA
ESTACIÓN ESTACIÓN
1 5 3 4 6 7 2 1 5 3 4 6 7 2
Noviembre 2007

Mayo 2008
Precipitación diaria (mm)
Diciembre 2007

6 - 30

Junio 2008
4-6
2-4
0-2
0
Sin registro
Enero 2008

Julio 2008
Febrero 2008

Agosto 2008
Septiembre 2008
Marzo 2008

Octubre 2008
Abril 2008

Figura 6.11: Registro simultáneo de la magnitud de precipitación diaria en las estaciones


seleccionadas (ordenadas de norte a sur) para el período Nov. 2007 – Oct. 2008.

131
460625
COPIA
Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado
1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.12: Probabilidades de estar en estado seco (S) y lluvia (P), y probabilidades de
transición entre estados para la estación Pajonales.

Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado


1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.13: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Maricunga.

132
460625
COPIA

Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado


1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.14: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Pedernales Norte.

Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado


1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.15: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Pedernales Sur.

133
460625
COPIA
Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado
1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.16: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Agua Amarga.

Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado


1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.17: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Las Vegas.

134
460625
COPIA
Probabilidades Empíricas de Estar en un Estado
1,0
0,8
Probabilidad

0,6 S
0,4 P
0,2
0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Probabilidades Empíricas de Transición


1,0
0,8 SS
Probabilidad

0,6 SP
0,4 PS
0,2 PP

0,0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Figura 6.18: Probabilidades empíricas de estado seco (S) y lluvia (P), y de transición entre
estados para la estación Pastos Grandes.
Los resultados presentados en Figura 6.12 a la Figura 6.18 muestran que la probabilidad de
estar en estado de lluvia a lo largo de los meses del año no supera el 3% en las estaciones
Pedernales Norte, Las Vegas y Pastos Grandes. Sin embargo, estas probabilidades pueden
llegar hasta el 23% como es el caso de la estación Pedernales Sur. En cuanto a la probabilidad
de transición de estado seco a lluvia se observa que no supera el 3% en las estaciones
Pedernales Norte, Las Vegas y Pastos Grandes, pero alcanzan hasta el 29% en la estación
Pedernales Sur. En las estaciones de la DGA estas probabilidades se pueden considerar de
largo plazo ya que fueron obtenidas con series de más de 20 años de registros.

En la Figura 6.19 a la Figura 6.25 se presentan las probabilidades de permanencia en un estado


durante k días, para los distintos meses del año. Se observa que en los meses donde se
producen eventos de precipitación la curva de probabilidades de permanencia parte en un valor
igual a la probabilidad de estar en un estado y luego decrece a medida que aumenta el número
de días de permanencia. En cambio, en los meses donde no se produce precipitación, las
probabilidades de permanencia se mantienen constantes.

135
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P S P S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0
S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6
S P S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.19: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Pajonales.

136
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P
0,8 0,8 0,8

Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6
S P S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0
S P
0,8 0,8 0,8
S P

Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6
S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8

Probabilidad
Probabilidad
Probabilidad

0,6 0,6 0,6


S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.20: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Maricunga.

137
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P S P S P
0,8 0,8 0,8

Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8

Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 S P 0,4 S P 0,4 S P

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8

Probabilidad
Probabilidad
Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4 S P

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad
Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.21: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Pedernales Norte.

138
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P S P S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6
S P S P S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0
S P S P S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.22: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Pedernales Sur.

139
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6
S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6 S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

S P S P S P
0,8 0,8 0,8
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6


S P
0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.23: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Agua Amarga.

140
460625
COPIA
ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0
S P
0,8 0,8 0,8
S P S P
Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
S P S P S P
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
0,6 S P 0,6 S P 0,6 S P

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.24: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Las Vegas.

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ENERO FEBRERO MARZO
1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
S P S P S P
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

ABRIL MAYO JUNIO


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
S P S P S P
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

JULIO AGOSTO SEPTIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 0,8 0,8


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad
S P S P S P
0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE


1,0 1,0 1,0

0,8 S P 0,8 S P 0,8 S P


Probabilidad

Probabilidad

Probabilidad

0,6 0,6 0,6

0,4 0,4 0,4

0,2 0,2 0,2

0,0 0,0 0,0


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Días Días Días

Figura 6.25: Probabilidad de permanencia en un estado (S = seco y P = Lluvia) durante k días


para la estación Pastos Grandes.

6.2.2.3 Análisis de la Precipitación Horaria

Se dispone de registros de precipitación a nivel horario solamente en las estaciones PUC-


DGA. Con estos datos se calculó la probabilidad empírica de lluvia a una determinada hora
para los distintos meses del año, los cuales se presentan en forma gráfica en la Figura 6.26 a la

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Figura 6.30. Los valores de estas probabilidades agrupados en tramos de 6 horas se presentan
en la Tabla 6.5 donde se han destacado los valores diferentes de cero. En la estaciones PUC-
DGA se observa que en los meses en que ocurre precipitación la mayor probabilidad de lluvia
se da entre las 6:00 y las 18:00.

Tabla 6.5: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en las estaciones PUC-DGA.
Horas 2007 2008
Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct
Pajonales
00:00-06:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
06:00-12:00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,07 0,00 0,00 0,00 0,00
12:00-18:00 0,00 0,00 0,06 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
18:00-00:00 0,00 0,00 0,03 0,03 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Maricunga
00:00-06:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
06:00-12:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,10 0,00 0,00 0,00 0,00
12:00-18:00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,04 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
18:00-00:00 0,00 0,00 0,03 0,03 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Pedernales Norte
00:00-06:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
06:00-12:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
12:00-18:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
18:00-00:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Pedernales Sur
00:00-06:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00
06:00-12:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,07 0,00 0,03 0,00 0,10
12:00-18:00 0,00 0,00 0,06 0,00 0,00 0,00 0,03 0,03 0,10 0,16 0,00 0,13
18:00-00:00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
Agua Amarga
00:00-06:00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00
06:00-12:00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,03
12:00-18:00 0,00 0,00 0,13 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,03
18:00-00:00 0,00 0,00 0,03 0,10 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

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0.2 0.2
Noviembre - 2007 Mayo - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Diciembre - 2007 Junio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Enero - 2008 Julio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1
Probabilidad de lluvia

Probabilidad de lluvia

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Febrero - 2008 Agosto - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Marzo - 2008 Septiembre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Abril - 2008 Octubre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0:00
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Figura 6.26: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pajonales.

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0.2 0.2
Noviembre - 2007 Mayo - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Diciembre - 2007 Junio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Enero - 2008 Julio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1
Probabilidad de lluvia

Probabilidad de lluvia

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Febrero - 2008 Agosto - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Marzo - 2008 Septiembre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Abril - 2008 Octubre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0:00
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Figura 6.27: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Maricunga.

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0.2 0.2
Noviembre - 2007 Mayo - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Diciembre - 2007 Junio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Enero - 2008 Julio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1
Probabilidad de lluvia

Probabilidad de lluvia

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Febrero - 2008 Agosto - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Marzo - 2008 Septiembre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Abril - 2008 Octubre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
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Figura 6.28: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pedernales Norte.

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4:00
6:00
8:00
0.2 0.2
Noviembre - 2007 Mayo - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Diciembre - 2007 Junio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Enero - 2008 Julio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1
Probabilidad de lluvia

Probabilidad de lluvia

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Febrero - 2008 Agosto - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Marzo - 2008 Septiembre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Abril - 2008 Octubre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
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Figura 6.29: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Pedernales Sur.

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0:00
2:00
4:00
6:00
8:00
0.2 0.2
Noviembre - 2007 Mayo - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Diciembre - 2007 Junio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Enero - 2008 Julio - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1
Probabilidad de lluvia

Probabilidad de lluvia

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Febrero - 2008 Agosto - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Marzo - 2008 Septiembre - 2008
0.15 0.15

0.1 0.1

0.05 0.05

0 0
0.2 0.2
Abril - 2008 Octubre - 2008
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0.05 0.05

0 0
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6:00
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0:00

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0:00
10:00
12:00
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20:00
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Figura 6.30: Probabilidad de lluvia a una determinada hora en la estación Agua Amarga.

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6.2.3 Variación Espacial de la Precipitación

En esta sección se analiza la variación espacial de la precipitación, en función de la altitud de


las estaciones pluviométricas seleccionadas. Se presenta el mapa de isoyetas característico de
las cuencas del sistema piloto.

6.2.3.1 Gradiente de Precipitación Media Anual

El gradiente de precipitación con la altitud se definió en términos de la precipitación media


anual para el año hidrológico (Octubre-Septiembre), ya que normalmente se acepta que ésta
representa razonablemente la cantidad de recursos hídricos provenientes de la atmósfera en el
largo plazo.

La Figura 6.31 presenta la variación de la precipitación media anual con la altitud en las
estaciones de la III Región y que fueron seleccionadas en la Parte III de este estudio
(Hidrología Regional del Altiplano). Además se colocaron las estaciones PUC-DGA y DGA
seleccionadas para el análisis del sistema piloto. De acuerdo a la hidrología regional, en la III
Región se estimó un gradiente de 1 mm por cada 100 m de altura para el rango de altitudes de
0 a 2.200 msnm y se desconoce lo que ocurre sobre los 2.200 msnm.

Se observa que la variación de la precipitación con la altura en el único año de registro que se
cuenta en las estaciones PUC-DGA, localizadas sobre los 3.400 msnm, no sigue la tendencia
de las estaciones utilizadas en el estudio hidrológico regional. Esto se debe a que en el
hidrológico 2007-2008 la cantidad de agua caída fue mucho menor a lo que se registró
históricamente en las estaciones DGA. Sin embargo, es posible obtener un gradiente de 1,4
mm por cada 100 m de altura para las estaciones PUC-DGA, similar al obtenido en el estudio
regional.

6.2.3.2 Isoyetas en el Sistema Piloto

Las isoyetas o líneas de isoprecipitación sobre el sistema piloto corresponden a las isoyetas
regionales obtenidas en la Parte III de este estudio (Hidrología Regional del Altiplano). Estas
líneas se obtuvieron mediante la interpolación espacial de las precipitaciones medias anuales
para el año hidrológico luego de realizar el relleno de los datos faltantes. Inicialmente se
trazaron isoyetas utilizando el programa Surfer V7.0 (1999, Golden Software), las que fueron
luego corregidas en base a la topografía y a los gradientes de la precipitación con la altura. En
la Figura 6.33 se presentan estas isoyetas para el sistema piloto de la III Región. Se incluyen
los valores de la precipitación media anual en las estaciones seleccionadas

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450

400 Estaciones PUC-DGA


Estaciones DGA
350
Precipitación media anual [mm]

300

250

200
Agua Pedernales
Amarga Sur
150
Pastos Grandes Las Vegas Pajonales Maricunga
100

Pedernales
50 Norte

0
0 500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500 4.000 4.500 5.000
Altitud [msnm]

Figura 6.31: Comparación de la variación de la precipitación media anual con la altitud en las
estaciones DGA de la III Región y en las estaciones seleccionadas para el sistema piloto.

6.2.4 Variación Espacio-Temporal de la Precipitación

A continuación se analiza el comportamiento espacio-temporal conjunto de la precipitación en


las estaciones DGA. Para ello se analiza en cada estación el valor de la probabilidad de
excedencia de la precipitación anual registrada en cada año (qij = Prob{Pij > pj}). Donde Pij es
la precipitación registrada en el año i en la estación j, pj es la precipitación en la estación j que
tiene probabilidad de excedencia q, y qij es la probabilidad de excedencia de la precipitación
observada al año i en la estación j. Estos valores fueron agrupados en cuatro categorías y
graficados según se muestra en la Figura 6.32. Se observa en general que en las dos estaciones
DGA seleccionadas el comportamiento espacial es más uniforme que el temporal. Los años
húmedos o muy húmedos se tienden a presentarse simultáneamente. Un comportamiento
similar se observa en los años secos o muy secos.

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1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
6. Las Vegas
7. Pastos Grandes

Valor q ij Color Clasificación


0,0 – 0,2 Muy húmedo
0,2 – 0,4 Húmedo
0,4 – 0,6 Normal
0,6 – 0,8 Seco
0,8 – 1,0 Muy Seco

Figura 6.32: Valores clasificados de qij para la precipitación anual en las estaciones DGA
ordenadas de norte a sur.

6.3 Análisis de Escurrimientos

En el sistema piloto de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga (III Región) se
dispone de seis estaciones fluviométricas pertenecientes a la DGA. De estas estaciones, una se
localiza al interior de la cuenca del Salar de Pedernales y cinco al interior de la cuenca del
Salar de Maricunga. La Tabla 6.6 presenta la ubicación, altitud y cuenca a la que pertenecen
estas estaciones, y en la Figura 6.34 se presenta su ubicación en forma gráfica.

Tabla 6.6: Estaciones fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.
Nº Fuente Código BNA Est. Fluviométrica Cuenca UTM (PSAD 1956) Altitud
Este Norte [msnm]
Río La Ola en
1 DGA 03022001-3 Pedernales 494.032 7.071.037 3.600
Vertedero
Río Barros Negros
2 DGA 03041001-7 Antes Junta Valle Maricunga 500.250 6.984.266 4.060
Ancho
Río Villalobos en
3 DGA 03041002-5 Maricunga 497.531 6.991.088 4.060
Vertedero
Río Valle Ancho
4 DGA 03041003-3 Antes Junta Barros Maricunga 499.721 6.984.469 4.055
Negros
Río Valle Ancho en
5 DGA 03041004-1 Maricunga 499.718 6.998.125 3.980
La Barrera
Río Lamas en El
6 DGA 03041005-K Maricunga 506.878 7.004.651 4.230
Salto

151
460625
COPIA

Figura 6.33: Mapa de isoyetas en la zona del sistema piloto de la III Región.

152
460625
COPIA

Figura 6.34: Estaciones fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.

153
460625
COPIA
6.3.1 Información Disponible

Las estaciones seleccionadas fueron instaladas alrededor de la mitad de la década de 1970. En


estas estaciones se disponen de estadísticas a nivel diario, mensual y anual. La Tabla 6.7
presenta un resumen del número de años con registro de información y vigencia de las
estaciones fluviométricas seleccionadas.

La disponibilidad de la estadística de caudales se presenta en la Figura 6.35 para el año


hidrológico (Octubre-Septiembre). Se observa que la estadística de las estaciones
seleccionadas a nivel mensual y anual llega solo hasta el año hidrológico 2006-2007. Además
se recopilaron estadísticas a nivel diario cuya disponibilidad se presenta en la Tabla 6.8.

Tabla 6.7: Vigencia y años de registro en las estaciones fluviométricas seleccionadas para el
sistema piloto de la III Región.
Nº Fuente Código BNA Estación Fluviométrica Altitud Estado Años de
[msnm] ** Registro
1 DGA 03022001-3 Río La Ola en Vertedero 3.600 V 21
2 DGA 03041001-7 Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho 4.060 V 28
3 DGA 03041002-5 Río Villalobos en Vertedero 4.060 V 28
4 DGA 03041003-3 Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros 4.055 V 28
5 DGA 03041004-1 Río Valle Ancho en La Barrera 3.980 V 24
6 DGA 03041005-K Río Lamas en El Salto 4.230 V 27
** V: Vigente; S: Suspendida

Nº ESTACION 1971-1980 1981-1990 1991-2000 2001-2006


1 Río La Ola en Vertedero
2 Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho
3 Río Villalobos en Vertedero
4 Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros
5 Río Valle Ancho en La Barrera
6 Río Lamas en El Salto
: Año con información completa
: Año con 10 u 11 meses con información
: Año con 7 a 9 meses con información
: Año con menos de 7 meses de información

Figura 6.35: Disponibilidad de datos de caudal en las estaciones seleccionadas para el año
hidrológico en el sistema piloto de la III Región.

154
460625
COPIA
Tabla 6.8: Disponibilidad de datos de caudal medio diario en las estaciones seleccionadas.
Nº Estación Fluviométrica Disponibilidad Años de
Desde Hasta Registro
1 Río La Ola en Vertedero Jun-1986 Ene-2008 21
2 Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho Abr-1979 Abr-2007 28
3 Río Villalobos en Vertedero May-1979 Dic-2007 28
4 Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros Abr-1979 Abr-2007 28
5 Río Valle Ancho en La Barrera Ene-1986 Abr-2007 21
6 Río Lamas en El Salto Feb-1980 Sep-2007 27

6.3.2 Variación Temporal de los Escurrimientos

En esta sección se analiza el comportamiento temporal del caudal medio anual y la


estacionalidad del caudal medio mensual y medio diario en las estaciones seleccionadas.

6.3.2.1 Análisis del Gasto Medio Anual y Mensual

En la Figura 6.36 se presentan las series de caudal medio anual para el año hidrológico en las
estaciones seleccionadas. La única estación disponible en la cuenca del Salar de Pedernales
(Río La Ola en Vertedero) presenta una serie bastante estable con valores similares todos los
años y que oscilan alredor de 0,6 m3/s. Sin embargo, se observa una sola crecida
correspondiente al año hidrológico 1997-1998. En las estaciones localizadas en la cuenca del
Salar de Maricunga se observa un comportamiento similar, con series que tienen poca
variabilidad interanual y con presencia de crecidas puntuales en ciertos años. Se destacan las
crecidas registradas en los años 1987, 1989 y 1998, las que no superan los 0,4 m3/s.

La Tabla 6.9 presenta los principales estadígrafos de las series anuales de escurrimientos. Se
observa que el caudal promedio en las estaciones seleccionadas varia entre 0,02 y 0,62 m3/s.
El coeficiente de variación, desviación típica sobre el promedio, varía entre 0,12 y 0,62.

155
460625
COPIA
Cuenca del Salar de Pedernales
1,0

0,8
Caudal (m /s)

0,6
3

0,4

0,2

0,0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Río La Ola en Vertedero

Cuenca del Salar de Maricunga


0,4

0,3
Caudal (m /s)
3

0,2

0,1

0,0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
Río Villalobos en Vertedero Río Valle Ancho en La Barrera Río Lamas en El Salto

0,4

0,3
Caudal (m /s)
3

0,2

0,1

0,0
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros

Figura 6.36: Series de caudal medio anual para l año hidrológico (Oct-Sep) en las estaciones
fluviométricas seleccionadas para el sistema piloto de la III Región.

156
460625
COPIA
Tabla 6.9: Propiedades estadísticas de las series de caudales anuales (m3/s) para el año
hidrológico en las estaciones seleccionadas.
Años de Desv. Coef. Coef.
Nº Estación Fluviométrica Mínimo Máximo Promedio
Registro Est. Asim. Var.
1 Río La Ola en Vertedero 22 0,51 0,90 0,62 0,07 2,50 0,12
2 Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho 29 0,03 0,25 0,07 0,04 3,18 0,62
3 Río Villalobos en Vertedero 29 0,01 0,11 0,03 0,02 2,05 0,62
4 Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros 29 0,03 0,18 0,06 0,03 2,27 0,52
5 Río Valle Ancho en La Barrera 25 0,00 0,03 0,02 0,01 0,17 0,52
6 Río Lamas en El Salto 28 0,02 0,35 0,24 0,06 -1,46 0,26

La Figura 6.37 presenta los caudales medios mensuales junto con los caudales con
probabilidades empíricas de excedencia del 15% y 85% en las estaciones seleccionadas para el
sistema piloto de la III Región. Se observa que en las estaciones Río La Ola en Vertedero, Río
Villalobos en Vertedero y Río Lamas en El Salto en caudal medio no varía significativamente
a lo largo de los meses del año. En cambio, en el resto de estaciones se nota la presencia uno o
dos meses que superan la media anual.

6.3.2.2 Análisis del Gasto Medio Diario

Se elaboraron diagramas tipo Box-Whisker con los cuartiles de las series de caudal medio
diario en las estaciones seleccionadas para los distintos meses del año. Estos diagramas se
presentan en la Figura 6.38. Se observa que en cada estación la mediana de los caudales no
presenta mayores variaciones a lo largo de los distintos meses del año. Sin embargo, el caudal
máximo presenta importantes cambios notándose los meses en los que se producen las
crecidas.

En la única estación ubicada en cuenca del Salar de Pedernales (Río La Ola en Vertedero) la
mediana del caudal es del orden de 0,6 m3/s y el caudal máximo diario alcanza un valor de 1,7
m3/s en el mes de marzo, siendo los meses de febrero, marzo y abril donde se registran los
caudales máximos. Los caudales mínimos nunca descienden más allá de 0,1 m3/s.

En las estaciones ubicadas en la cuenca del Salar de Maricunga el caudal máximo se registra
en el mes de octubre en la estación Río Valle Ancho Antes de Barros Negros, siendo los meses
de septiembre y octubre cuando se registran los caudales máximos en esta estación. En las
estaciones Río Barros Negros Antes de Junta y Río Villalobos en Vertedero los meses cuando
se registran los caudales máximos son diciembre y enero; y en la estación Río Valle Ancho en
la Barrera el caudal máximo se produce en mayo. En la estación Río Lamas en el Salto los
caudales máximos tienden a mantenerse alrededor de los 0,5 m3/s sin mayores variaciones a lo

157
460625
COPIA
largo de los meses del año. Los caudales mínimos registrados alcanzan valores iguales a cero
en la mayoría de los meses.

1. Río La Ola en Vertedero 2. Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho

1,0 0,35
QQ 15% 85%
QQ 15% 85% 0,30
0,8
Caudal (m3/s)

Caudal (m3/s)
0,25
0,6 0,20
0,4 0,15
0,10
0,2
0,05
0,0 0,00
May

Ago

May

Ago
Ene

Ene
Nov

Abr

Jun

Nov

Abr

Jun
Oct

Jul

Oct

Jul
Dic

Feb
Mar

Sep

Dic

Feb
Mar

Sep
4. Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros 3. Río Villalobos en Vertedero

0,5
QQ 15% 85% 0,08 QQ 15% 85%
0,4
Caudal (m3/s)

Caudal (m3/s)

0,06
0,3

0,2 0,04

0,1 0,02

0,0 0,00
May

Ago

May

Ago
Nov

Ene

Abr

Jun

Nov

Ene

Abr

Jun
Oct

Jul

Oct

Jul
Dic

Dic
Mar

Mar
Feb

Sep

Feb

Sep
5. Río Valle Ancho en La Barrera 6. Río Lamas en El Salto

0,06 0,45
QQ 15% 85% 0,40 QQ 15% 85%
0,05
0,35
Caudal (m3/s)

Caudal (m3/s)

0,04 0,30
0,25
0,03
0,20
0,02 0,15
0,10
0,01
0,05
0,00 0,00
May

Ago

May

Ago
Nov

Ene

Abr

Jun

Nov

Ene

Abr

Jun
Oct

Jul

Oct

Jul
Dic

Dic
Mar

Mar
Feb

Sep

Feb

Sep

Figura 6.37: Caudal medio mensual y caudales asociados a probabilidades de excedencia de


15% y 85% (m3/s) en las estaciones seleccionadas.

158
460625
COPIA
1. Río La Ola en Vertedero (DGA)
2 Cuartiles
Caudal Medio Diario (m3/s)
Q1 - Q2
1.5 Q2 - Q3

Caudal (m3/s)
1

0.5

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

2. Río Barros Negros Antes de Junta (DGA)


1 Cuartiles
0.9 Caudal Medio Diario (m3/s)
Q1 - Q2
0.8
Q2 - Q3
Caudal (m3/s)

0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

3. Rio Villalobos en Vertedero (DGA)


0.5 Cuartiles
Caudal Medio Diario (m3/s)
Q1 - Q2
0.4
Q2 - Q3
Caudal (m3/s)

0.3

0.2

0.1

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

Figura 6.38: Cuartiles (Q1, Q2 y Q3) de los caudales medios diarios en las estaciones
seleccionadas.

159
460625
COPIA
4. Río Valle Ancho Antes de Barros Negros (DGA)
1.5
Cuartiles
Caudal Medio Diario (m3/s)
1.25 Q1 - Q2

Caudal (m3/s)
Q2 - Q3
1

0.75

0.5

0.25

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

5. Río Valle Ancho La Barrera (DGA)


0.2
Cuartiles
Caudal Medio Diario (m3/s)
Q1 - Q2
0.15
Caudal (m3/s)

Q2 - Q3

0.1

0.05

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

6. Río Lamas en el Salto (DGA)


1
Cuartiles
0.9
Caudal Medio Diario (m3/s)
0.8 Q1 - Q2
Caudal (m3/s)

0.7 Q2 - Q3
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep

Figura 6.38: Cuartiles (Q1, Q2 y Q3) de los caudales medios diarios en las estaciones
seleccionadas. (Continuación).

160
460625
COPIA
6.3.3 Variación Espacio-Temporal de los Escurrimientos

Se realizó un análisis del comportamiento espacio-temporal conjunto de los escurrimientos,


determinándose en cada estación el valor de la probabilidad de excedencia del caudal medio
registrado en cada año (qij = Prob{Qij > qj}). Siendo Qij el caudal medio registrado en el año i
en la estación j, qj es el caudal con probabilidad de excedencia q, y qij es la probabilidad de
excedencia del caudal observado en la estación i en la estación j. Estos valores fueron
agrupados en cuatro categorías y graficados según se muestra en la Figura 6.32. En general se
aprecia que el comportamiento espacial es más uniforme que el temporal. Los años húmedos o
muy húmedos tienden a presentarse simultáneamente en la todas las estaciones. Algo similar
ocurre los años secos o muy secos.
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
1. Río La Ola en Vertedero
6. Río Lamas en El Salto
5. Río Valle Ancho en La Barrera
3. Río Villalobos en Vertedero
4. Río Valle Ancho Antes Junta Barros Negros
2. Río Barros Negros Antes Junta Valle Ancho

Valor q ij Color Clasificación


0,0 – 0,2 Muy húmedo
0,2 – 0,4 Húmedo
0,4 – 0,6 Normal
0,6 – 0,8 Seco
0,8 – 1,0 Muy Seco

Figura 6.39: Valores clasificados de qij para el caudal medio anual en las estaciones
seleccionadas ordenadas de norte a sur.

161
460625
COPIA

6.4 Análisis de Temperatura y Evaporación de Tanque

En el Altiplano de la III Región no se dispone de ninguna estación sobre los 2.000 msnm que
registre temperatura y evaporación. Sin embargo, en la Parte III de este estudio: Hidrología
Regional del Altiplano, se presenta un análisis de la variación de la temperatura media
absoluta y evaporación de tanque con la latitud y gradientes con la altura para las Regiones
XV, I, II y III. A continuación se presentan resultados de estos análisis acotados a la zona en la
que se ubican las cuencas del sistema piloto de la III Región.

6.4.1 Análisis de Temperatura

La Figura 6.40 presenta la variación de la temperatura media absoluta con la latitud. Se


observa que las estaciones ubicadas bajo los 2.000 msnm se comportan de forma similar entre
las regiones XV y III. Lo mismo ocurre en las estaciones ubicadas sobre los 3.000 msnm entre
la XV y II Región. Por lo tanto, se puede inferir que en la III Región para altitudes mayores a
los 3.000 msnm el comportamiento de la temperatura media absoluta es similar al de las
regiones XV, I y II.

40

XV Región I Región II Región III Región


Temperatura media absoluta[°C]

30

20

10 0-2000[m]
2000-3000[m]
> 3000[m]
0
8.200.000 8.000.000 7.800.000 7.600.000 7.400.000 7.200.000 7.000.000 6.800.000 6.600.000
Coordenada UTM Norte [m]

Figura 6.40: Variación de la temperatura media absoluta con la latitud en las estaciones
seleccionadas.

162
460625
COPIA
La Figura 6.41 presenta el gradiente regional de la temperatura media con la altitud. De
acuerdo a este gradiente la temperatura media absoluta disminuye 0,56ºC cada 100 m para
altitudes entre los 1.500 y 4.500 msnm.

Se trazaron líneas de igual temperatura o isotermas mediante la interpolación espacial de la


temperatura media absoluta a nivel regional. En forma inicial se trazaron isotermas utilizando
el programa Surfer V7.0 (1999, Golden Software), las que fueron luego corregidas en base a la
topografía y a los gradientes de la temperatura con la altura. Las isotermas obtenidas para el
sistema piloto de la III Región se presentan en la Figura 6.42.

25

20
Temperatura [°C]

15

10

0
0 500 1.000 1.500 2.000 2.500 3.000 3.500 4.000 4.500 5.000
Altitud [msnm]

Figura 6.41: Gradiente de la temperatura media absoluta en las estaciones DGA seleccionadas
de la XV, I, II y III Región.

163
460625
COPIA

Figura 6.42: Mapa de isotermas en la zona del sistema piloto de la III Región.

164
460625
COPIA
6.4.2 Análisis de Evaporación de Tanque

La Figura 6.43 presenta la variación de la evaporación anual con la latitud para el año
hidrológico (Oct-Sep). Se observa que en las estaciones de la III Región ubicadas bajo los
2.000 msnm existe una gran variabilidad en la magnitud de la evaporación, alcanzando una
diferencia de hasta 3.000 mm entre el valor máximo y mínimo. Para las estaciones ubicadas
sobre los 3.000 msnm en la II Región se observan variaciones de hasta 2.000 mm entre el
valor máximo y mínimo. No se tienen estaciones en la III Región sobre los 3.000 msnm.

5000

XV Región I Región II Región III Región


Evaporación media anual [mm]

4000

3000

2000

0-2000[m]
1000
2000-3000[m]
> 3000[m]
0
8.200.000 8.000.000 7.800.000 7.600.000 7.400.000 7.200.000 7.000.000 6.800.000 6.600.000
Coordenada UTM Norte [m]

Figura 6.43: Variación de evaporación media anual con la latitud en las estaciones
seleccionadas.

Con los datos disponibles en la XV, I, II y III Región se determinaron gradientes de


evaporación anual con la altitud, lo cuales se presentan en la Figura 6.44. De acuerdo a este
gradiente es posible estimar que:

• Para altitudes menores a 1.100 msnm se estima un aumento de la evaporación de 200,0


mm cada 100 m.
• Para altitud entre los 1.100 y 3.000 msnm es aproximadamente constante de 3.100 mm.
• Para alturas sobre los 3.000 msnm se estima una disminución de 93,3 mm cada 100 m.

165
460625
COPIA

4,500

4,000

3,500
Evaporación Media Anual [mm]

3,000

2,500

2,000

1,500

1,000

500

0
0 500 1,000 1,500 2,000 2,500 3,000 3,500 4,000 4,500 5,000
Altitud [msnm]

Figura 6.44: Gradiente de la evaporación media anual en las estaciones seleccionadas de la


XV, I, II y III Región.

166
460625
COPIA

7 CARACTERIZACIÓN HIDROGEOQUÍMICA E ISOTÓPICA

La hidrogeoquímica de las aguas subterráneas que se encuentran en cuencas cerradas, como


las del Altiplano chileno, se caracterizan por un aumento paulatino en la concentración de
sales disueltas, a medida que los flujos descienden desde las zonas de recarga hacia las zonas
más deprimidas. De este modo, dado que estas cuencas son endorreicas y están sometidas a
condiciones de aridez, presentan grandes salares activos en los depocentros de las mismas
donde los flujos de agua que ingresan a ellas interactúan con la geoquímica de las rocas y
depósitos minerales, y en los puntos más bajos de la cuenca son sometidos a un intenso
proceso de evaporación. De esta forma, los parámetros que miden la concentración de sales
disueltas en el agua, entregan una aproximación de si la muestra representa un flujo de recarga
local, o si por el contrario corresponde a aguas de mayor tiempo de tránsito. Así también,
muestras espacialmente relacionadas, a partir del aumento o disminución de sus especies
disueltas, ayudarán a reconocer las direcciones de flujo del agua subterránea. Estos patrones de
flujo, por ejemplo, también pueden distinguirse en los diagramas de Piper.

La clasificación de las aguas según sus elementos mayoritarios, permite establecer relaciones
entre muestras de agua superficial o subterránea, y caracterizar distintos sectores de la cuenca
con rasgos geomorfológicos similares. La relación entre los elementos mayoritarios y la
geología se representa mediante un mapa geológico con los diagramas de Stiff (ANEXO VII),
que dan cuenta no solamente de la composición química de las mismas sino también de su
salinidad. Estas herramientas, junto al análisis de los elementos minoritarios, ayudan a
interpretar las relaciones que existen entre los distintos sectores del sistema estudiado.

Por su parte, la descripción isotópica de las aguas, basada en concentraciones de δ2H y δ18O,
busca reconocer la influencia de la evaporación, u otros fenómenos modificadores, en
procesos como la recarga.

7.1 Datos disponibles y tratamiento de la información

En el marco de este proyecto, para la caracterización hidrogeoquímica de las cuencas piloto de


la Región de Atacama, se ha realizado una recopilación de los análisis químicos disponibles en
estudios anteriores, y para la elaboración de este capítulo, se ha incluido la información
generada en las campañas de terreno del presente estudio. Se han considerado los estudios:
Geoquímica de Aguas en Cuencas Cerradas: I, II y III Regiones de Chile (Risacher et al.,
1999), Hidrogeología del Sector Cerro Pampa (EDRA, 1999), A hydrogeological,
hydrochemical, isotopic and geophysical study on the Salar de Pedernales sub-basin, III

167
460625
COPIA
Región, Chile (Aguirre, 2003) e Hidrogeología del Sector de Piedra Pómez (EDRA, 1999).
También se han utilizado los datos del expediente NE-0301-418 de la DGA.

La base de datos confeccionada para la caracterización hidrogeoquímica del sistema piloto de


la Región de Atacama (ANEXO V), incorpora también información recopilada en las cuencas
de La Laguna y Piedra Pómez, que fueron incluidas en las cuencas de los salares de
Pedernales y Maricunga, respectivamente. Con el objetivo de uniformar la información
recopilada, se le ha asignado un código a cada muestra, cuyas tres primeras letras responden a
la cuenca en la que se ubica, y la cuarta al tipo de agua, seguida de un número identificador.
Así, para el estudio del área piloto de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga se
ha trabajado con 226 puntos de muestreo, 119 ubicados en la primera cuenca y 107 en la
segunda. Las fechas de muestreo fluctúan entre los años 1995 y 2008. En la Tabla 7.1 se
indican los tipos de agua muestreada, junto con los análisis químicos e isotópicos disponibles.
Para los análisis químicos se considera admisible un error menor al 10%, sin embargo, en
algunos sectores con poca información, se incluye en el análisis de resultados alguna muestra
con un error de balance hasta el 20% (MAR.F075, PED.F065, PED.F067, PED.F068 y
PED.F069).

Tabla 7.1: Resumen información disponible para las cuencas piloto de la Región de Atacama.
Tipo de Puntos de Análisis Análisis químico Análisis
Cuenca
agua muestreo químico correcto isotópico
Superficial 77 80 44 33
Salar de
Subterránea 42 50 39 7
Pedernales
Total 119 130 83 40
Superficial 72 72 45 23
Salar de
Subterránea 35 47 30 0
Maricunga
Total 107 119 75 23

En la Figura 7.1 y Figura 7.2 se presenta la distribución de los tipos de punto de muestreo,
según correspondan a flujos de escurrimiento superficial (ríos y esteros), cuerpos de agua con
superficie libre (lagunas y dolinas), manantiales (puntuales, difusos y termal) y pozos. No se
cuenta con datos de precipitaciones. En las figuras los códigos de las muestras se presentan sin
las tres primeras letras de cuenca, ya que se puede observar directamente a cuál corresponden.
En verde se señalan los sectores en que fue dividida el área de estudio para la agrupación de
los puntos muestreados en la interpretación de sus resultados. Esta división se realizó en
función de la geomorfología y características geológicas.

168
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Para el análisis de toda la información química disponible, se hicieron diagramas de caja para
estudiar el rango de valores de los parámetros físico-químicos, diagramas de Piper para
evaluar la composición de las aguas diferenciándolas por tipo y ubicación en la cuenca,
diagramas de Stiff para representar estas composiciones en forma espacial, y mapas de puntos
escalados para concentraciones de elementos minoritarios en las aguas.

Con el objetivo de representar la salinidad de cada muestra y obtener resultados comparables


entre ellas, se ha utilizado la misma escala de concentración para todas las aguas, excepto en
aquellas cuyas concentraciones químicas son muy superiores al resto de las muestras. En estos
casos se utiliza una trama diagonal, cuyo espaciamiento aumenta junto con la salinidad. De
todos modos se ha intentado conservar cierta proporción entre los distintos rangos de
concentraciones, de modo que los diagramas más grandes siguen correspondiendo a las
muestras más concentradas. Además, para diferenciar la composición de las aguas
superficiales y subterráneas, se han utilizado para estas últimas, líneas segmentadas
horizontales.

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Figura 7.1: Puntos con información hidrogeoquímica en la cuenca Salar de Pedernales.

170
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Figura 7.2: Puntos con información hidrogeoquímica en la cuenca Salar de Maricunga.

171
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7.2 Química general de las aguas de las cuencas

En el diagrama de Piper de la Figura 7.3 se han representado todas las muestras que cumplen
los requisitos de balance iónico (error <10%), distinguiendo las de agua subterránea con una
cruz, y las de agua superficial con un cuadrado. El color indica a qué cuenca pertenecen. A
grandes rasgos, se distingue un amplio rango de composiciones, reflejo de la gran extensión
del área que ha sido muestreada y su compleja configuración hidrogeológica. No se distingue
una gran diferencia entre las composiciones de las aguas superficiales y subterráneas, ya que
los mayores cambios están ligados a la concentración total de sales disueltas y no tanto al tipo
de agua (superficial/subterránea). Más adelante se observará que efectivamente el flujo del
agua, independiente de su composición inicial, tenderá a evolucionar químicamente al tipo
clorurado sódico. Para reconocer patrones de flujo se utilizan los diagramas de Piper acotados
a una cuenca en particular, donde se señala el sector al que pertenece cada muestra (ver
apartado 7.2.2).

100

SO4 + Cl Ca + Mg

0 0
Mg SO4

20 80
40 60
60 40
80 20

20 40 60 80 20 40 60 80
Ca Na + K HCO3 Cl
CATIONES ANIONES
Cuenca Salar de Maricunga (superficial)
Cuenca Salar de Maricunga (subterránea)
Cuenca Salar de Pedernales (superficial)
Cuenca Salar de Pedernales (subterránea)
PED T006

Figura 7.3: Composición química de las muestras utilizadas.

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7.2.1 Parámetros físico- químicos

En la Figura 7.4 se presenta la distribución de temperatura, pH y conductividad eléctrica para


cada una de las cuencas, separando las aguas superficiales (cauces, lagos y manantiales) de las
subterráneas (pozos).

La temperatura mínima (0º C) corresponde a una muestra tomada en la Laguna Santa Rosa
durante el mes de mayo de 1995, y la temperatura máxima (42º C) a la muestra de un
manantial termal (PED.F002) en Baños de Río Negro, afluente del Río Juncalito. Otros
manantiales termales señalados por Aguirre y Venegas (2005) se ubican en el Río Vega Ancha
y en las faldas del cerro Panteón de Aliste, y según los datos de EDRA (1999) al este de la
cuenca de Piedra Pómez. En general, las temperaturas medidas en muestras de agua
subterránea son mayores que las de agua superficial, especialmente aquellas recolectadas en el
Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna, al este de Pedernales) y en Piedra Pómez (al este
de la cuenca Salar de Maricunga). Todas corresponden a pozos cuya profundidad bordea los
300 m.

Temperatura pH Conductividad eléctrica


ºC 14
log CE
[µS/cm]
40 106
12

10 105
30

4
8 10

20 6 103

4 102

10
1
2 10

0 0 100

Superficial Subterránea Superficial Subterránea Superficial Subterránea

Salar de Pedernales Salar de Maricunga

Figura 7.4: Distribución de los parámetros físico- químicos en las muestras de agua superficial
y subterránea, de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga.

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La variación del pH es restringida, y en la mayoría de los casos se concentra entre 7 y 8,5,
mostrando el efecto tampón que ejerce la geología sobre este parámetro. En ambas cuencas el
pH de las aguas superficiales se ubica ligeramente sobre el de las aguas subterráneas. Los
valores más bajos fueron recolectados en esteros de la vega Pantanillo Ancho (4,26 y 5,2) y en
nieve antigua del Llano Ciénaga Redonda (5,53). Es probable que estos puntos reciban aportes
desde quebradas que drenan la falda oriental del Volcán Copiapó, donde afloran rocas con
alteración hidrotermal y del Complejo Volcánico Volcán Copiapó.

La conductividad eléctrica depende directamente de la concentración de sólidos disueltos en el


agua. Ambos parámetros reflejan la heterogeneidad de los sectores y puntos muestreados. Los
valores más elevados se ubican en la zona de los salares, y los rangos menores se dan en los
extremos meridionales de ambas cuencas, y en las muestras obtenidas en la zona alta de
Cerros Bravos, sectores de recarga. Suelen corresponder a aguas dulces y salobres aquellas
recolectadas en ríos, esteros y pozos, mientras que la mayor parte de las muestras tomadas en
lagunas son aguas saladas o salmueras (Figura 7.5), desde donde se produce la principal
precipitación de sales por su alta tasa de evaporación. En algunos casos se rellenaron los datos
de sales totales disueltas o conductividad eléctrica utilizando la relación TDS = 0,64*CE.

En la Figura 7.5 se observan dos líneas de tendencia paralelas, ya que algunas muestras no
cumplen la relación TDS/CE ~ [0,5- 0,74] (ver Parte IV del estudio, apartado 3.1). Las
muestras ubicadas por debajo de la línea de tendencia principal presentan un rango TDS/CE de
0,78- 1,47, y si bien la mayoría se asocia con las muestras de agua superficial recolectadas por
Risacher et al. (1999) en la cuenca del Salar de Pedernales, no se cuenta con mayores detalles
que permitan identificar la fuente de esta perturbación.

En la Figura 7.6 y Figura 7.7 se observa con mayor claridad la relación entre la concentración
de sólidos disueltos y el movimiento del agua. Los aportes superficiales, de concentraciones
menores, provienen de las zonas más elevadas que delimitan la cuenca, como Cerros Bravos,
Cordillera de Domeyko y Cordillera de Claudio Gay, y del llano Los Arroyos, desde donde
provienen los flujos del sur. Éstos transitan luego por los llanos de La Ola y de Río Juncalito,
adquiriendo mayores concentraciones de TDS, mientras que los que descienden de la
Cordillera de Claudio Gay, atraviesan el llano de la Vega Helada. Finalmente las direcciones
de flujo convergen en el llano de Pedernales y el salar, donde el agua aumenta fuertemente su
concentración de sales al quedar expuesta a la evaporación por disminuir la profundidad del
nivel freático. El agua subterránea presenta un comportamiento similar, aumentando su
conductividad al alejarse de los márgenes de la cuenca.

174
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1.000.000
Salmueras

100.000
Aguas saladas

10.000
Aguas salobres
CE [mS/cm]

1.000
Aguas dulces

100 Ríos y esteros

Lagunas

10 Manantiales

Pozos
1
1 10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000
TSD [mg/L]

Figura 7.5: Relación entre el contenido total de sales disueltas y la conductividad eléctrica.

La cuenca del Salar de Maricunga también presenta un aumento en la concentración de sales


disueltas desde los márgenes de la cuenca, y especialmente desde la zona sur. El agua
superficial es menos conductiva en las zonas de las serranías y cordones montañosos, así como
en Pampa Pantanillo y el extremo sur de la Quebrada Ciénaga Redonda. A medida que el agua
desciende a los llanos aluviales, o que fluye hacia el norte desde el margen austral, va
adquiriendo una mayor concentración de sólidos disueltos, hasta que llega a la depresión
donde se encuentra el salar y alcanza sus valores máximos.

El flujo de agua subterránea también se va enriqueciendo en sales desde el sur de la cuenca,


partiendo con aguas dulces en Pampa Pantanillo y Sierra Villalobos, que luego se van
haciendo salobres a medida que avanzan por Quebrada Ciénaga Redonda hacia el llano del
mismo nombre, para terminar en la zona del salar como salmueras.

175
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Cuenca Salar de Pedernales (superficial) Cuenca Salar de Pedernales (subterránea)


1.000.000

100.000
CE [mS/cm]

10.000

Cerros Bravos
1.000 Cordillera Claudio Gay
Cordillera de Domeyko
Llano de la Vega Helada Cerros Bravos
Llano de Pedernales Llano de la Vega Helada
100 Llano La Ola Llano de Pedernales
Llano Los Arroyos Llano Los Arroyos
Llano Río Juncalito Salar de Pedernales
Salar de Pedernales
10
10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000 10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000
TSD [mg/L] TSD [mg/L]

Figura 7.6: Relación TDS (mg/L) y CE (μS/cm) para la cuenca del Salar de Pedernales.

Cuenca Salar de Maricunga (superficial) Cuenca Salar de Maricunga (subterránea)


1.000.000

100.000

10.000
CE [mS/cm]

Cerros Bravos
Cordillera Claudio Gay
1.000 Cordón Toro Muerto
Llano Ciénaga Redonda
Llano Tres Cruces
Llano Los Arroyos Llano Ciénaga Redonda
Pampa Pantanillo Pampa Pantanillo
100 Piedra Pómez Piedra Pómez
Quebrada Ciénaga Redonda Quebrada Ciénaga Redonda
Salar de Maricunga Salar de Maricunga
Sierra Pastillos
Sierra Villalobos Sierra Villalobos
10
10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000 10 100 1.000 10.000 100.000 1.000.000
TSD [mg/L] TSD [mg/L]

Figura 7.7: Relación TDS (mg/L) y CE (μS/cm) para la cuenca del Salar de Maricunga.

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7.2.2 Elementos mayoritarios y composición de las aguas

En la cuenca del Salar de Pedernales, las aguas provenientes de manantiales, ríos y pozos
presentan composiciones relativamente variadas. Existe un grupo de aguas de composición
sulfatada de cálcicas a sódicas, otro grupo de composición clorurada generalmente sódica, y
unas pocas muestras de composición aniónica y catiónica intermedia, e incluso dos
bicarbonatadas. Las aguas obtenidas en lagunas y pozas, como era de esperar, se ubican
siempre en el campo de las aguas cloruradas sódicas (Figura 7.8). Destaca también que todas
las aguas tomadas desde pozos presentan bajas proporciones de bicarbonatos.

Manantial termal
Río, estero
100 Manantial difuso, puntual
Laguna
Poza
Pozo
P

SO4 + Cl Ca + Mg

0 0
Mg SO4

20 80
40 60
60 40
80 20

20 40 60 80 20 40 60 80
Ca Na + K HCO3 Cl
CATIONES ANIONES
Figura 7.8: Diagrama cuenca Salar de Pedernales según tipo de punto de muestreo.

El patrón de evolución química indicado en la Figura 7.9 señala que los flujos de agua pueden
poseer variadas composiciones iniciales, según las características geológicas de la zona de
recarga. Los del Llano de los Arroyos poseen una composición aniónica bicarbonatada, y
catiónica sódico-cálcica. En la Cordillera de Domeyko, aquella ubicada en la cabecera del Río
de La Sal, posee una composición sulfatada cálcica, mientras que la de la localidad de
Pedernales es clorurada cálcica. El sector de Cerros Bravos se caracteriza por una proporción

177
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de aniones que caracteriza a las aguas como tipo sulfatada, y una proporción de cationes del
tipo sódico- cálcica. Las muestras correspondientes al Llano de la Vega Helada se han
agrupado según los sectores norte y sur. Las del primer sector no deben considerarse como
parte del patrón de flujo que luego se infiltra en el Llano de Pedernales, pues parecen tener una
dirección de movimiento distinta al sector sur, tal y como se explica en el punto 7.2.3.

Cordillera Claudio Gay


100 Llano Río Juncalito
Llano La Ola
Llano de Pedernales
Cerros Bravos
Salar de Pedernales
Cordillera de Domeyko
Llano de la Vega Helada
SO4 + Cl Ca + Mg Llano Los Arroyos
Ll L Ol

0 0
Mg SO4

20 80
40 60
60 40
80 20

20 40 60 80 20 40 60 80
Ca Na + K HCO3 Cl
CATIONES ANIONES
Figura 7.9: Diagrama cuenca Salar de Pedernales según sectores.

A nivel de aguas subterráneas, se han identificado algunas zonas que pueden considerarse
como de recarga; Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna) y el sur del Llano La Ola, con
composiciones sulfatadas cálcicas. En los llanos aluviales de La Ola y Río Juncalito la
mayoría de las muestras presentan una composición clorurada sódica, y pueden considerarse
aguas mayormente salobres. Algunos casos especiales se observan en la cabecera del Río
Leoncito, donde la composición del agua es de tipo bicarbonatada sódica, y en Ojos de Agua
de La Ola, de composición sulfatada sódica. En el Llano de Pedernales y en el salar, aumenta
considerablemente la concentración de sólidos disueltos, siendo las aguas también de
composición clorurada sódica.

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En la cuenca del Salar de Maricunga, los puntos de muestreo de manantiales, ríos y esteros,
presentan una amplia dispersión composicional, con una leve tendencia en los cationes al tipo
cálcico-sódico (Figura 7.10). Las lagunas de este salar poseen un rango de composición más
amplio que las de la cuenca del Salar de Pedernales: además de cloruradas-sódicas, algunas
poseen composiciones sulfatadas cálcico-sódicas (Laguna Santa Rosa). La composición de las
pozas es netamente clorurada sódica. La muestra de nieve (antigua) que se presenta, indica una
composición clorurada sódica con proporciones menores de sulfato y calcio.

Nieve
Manantial difuso, puntual
100 Río, estero
Pozo
Laguna
Poza
L

SO4 + Cl Ca + Mg

0 0
Mg SO4

20 80
40 60
60 40
80 20

20 40 60 80 20 40 60 80
Ca Na + K HCO3 Cl
CATIONES ANIONES

Figura 7.10: Diagrama cuenca Salar de Maricunga según tipo de punto de muestreo.

El Llano de Ciénaga Redonda y el Salar de Maricunga reciben sus aportes de las cumbres
circundantes, como Cerros Bravos, Cordillera Claudio Gay y Sierra Villalobos. Dentro de los
sectores graficados en el diagrama de Piper (Figura 7.11), se pueden identificar dos líneas de
evolución química, una desde Sierra Villalobos y Pampa Pantanillo, que pasa por Quebrada
Ciénaga Redonda, hasta el llano homónimo, para terminar en el salar. La otra proviene de la
cuenca de Piedra Pómez, recorre el Llano de Tres Cruces y termina también en el salar.

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100 Quebrada Ciénaga Redonda


Sierra Villalobos
Llano de Tres Cruces
Cordillera Claudio Gay
Pampa Pantanillo
Sierra Pastillos
SO4 + Cl Ca + Mg Llano Ciénaga Redonda
Salar de Maricunga
Cerros Bravos
Llano Los Arroyos
Piedra Pómez

0 0
Mg SO4

20 80
40 60
60 40
80 20

20 40 60 80 20 40 60 80
Ca Na + K HCO3 Cl
CATIONES ANIONES

Figura 7.11: Diagrama cuenca Salar de Maricunga según sectores.

7.2.3 Distribución espacial y relación con la geología

Los diagramas de Stiff otorgan una idea sobre la distribución de los tipos de agua en la cuenca
y su concentración. Como ya se había mencionado anteriormente, la composición
predominante es clorurada sódica (localmente pueden predominar aguas sulfatadas cálcicas o
bicarbonatadas sódicas), sin embargo, puede ser interesante ver como varían las
concentraciones, y analizar los sectores que presentan otros tipos de agua.

En la cabecera del Río de La Sal se reconoce una muestra levemente sulfatada, considerada en
el estudio de Risacher et al. (1999) como un manantial, que correspondería al flujo subterráneo
que alimenta al sector noroccidental del salar, y adquiere la composición de las rocas
sedimentarias circundantes.

En el Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna), el flujo de agua subterránea presenta dos
patrones de composición. En el sector norte, fluye de sur a norte, y es de tipo clorurada sódica,
lo que coincide con la composición de un estero que desciende desde la Vega Panteón de

180
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Aliste hasta el llano. En el sur, parece fluir hacia el este y su composición es sulfatada cálcica.
Aparentemente la Ignimbrita de la Vega Helada podría estar aportando mayores
concentraciones de sodio y cloro en el sector norte, donde aflora. La composición sulfatada
cálcica de las demás muestras se podría asignar a la Secuencia Sierra de Aliste
(volcanosedimentaria), que se habría depositado en un ambiente evaporítico (Clavero et al.,
1998).

En el Llano Río Juncalito, en las vegas donde nace el Río Leoncito, se ha tomado una muestra
de agua dulce (TSD 656,5 mg/L), tipo bicarbonatada sódica. Esto podría ser un indicio de la
composición del flujo subterráneo que alimenta a esta vega, proveniente de las aguas
infiltradas en la ladera este de la Cordillera de Claudio Gay. La caracterización más cercana al
flujo que llegaría hasta este punto fue realizada por Aguirre y Venegas (2005), en un
manantial de agua dulce (TSD 234 mg/L) de composición levemente bicarbonatada
magnésica. El componente bicarbonatado, combinado tanto con sodio como magnesio, puede
ser generado por la alteración de silicatos de rocas volcánicas (Risacher y Fritz, 2009), como
las que afloran en la Cordillera de Claudio Gay.

En la cabecera del Río La Ola, el análisis de un ojo de agua realizado por Risacher et al.,
(1999), señala una composición sulfatada sódica, levemente salobre. Aguas arriba se
reconocen dos flujos que podrían infiltrarse e influir en la composición de este afloramiento.
El primero es de composición sulfatada cálcica y llega al aeródromo La Ola. En las muestras
superficiales ubicadas en las altas cumbres la salinidad es muy baja, luego este flujo se infiltra
y va incorporando elementos al transitar por la roca, como lo indica una muestra de agua
subterránea tomada en el llano. El aporte de los elementos es atribuible a las formaciones
paleozoicas y mesozoicas de origen sedimentario, y al complejo volcánico Cerros Bravos
donde se aloja un sistema epitermal de tipo ácido- sulfato (Moscoso et al., 1992). El segundo
flujo llega al Llano de los Arroyos desde la vega La Troya. Su composición es sulfatada
sódica, con una proporción menor de bicarbonato, que va adquiriendo mayor concentración
aguas abajo. La geología circundante es similar a la del flujo anterior, pero probablemente
posee más aportes de la alteración de rocas volcánicas.

En la cuenca de Piedra Pómez, los análisis de agua subterránea indican una composición
clorurada sódica para dos muestras ubicadas en el sector noroccidental, y bicarbonatada sódica
para las que se ubican un poco más al sur. Sin embargo, las dos primeras poseen también una
componente bicarbonatada importante, reflejo de los depósitos volcánicos que recorren. Si
bien la dirección del flujo es hacia el sur, y esto es congruente con el aumento en la salinidad
del flujo en ese sector, la piezometría, la composición y concentración química de aquellas que
se ubican más al norte no entregan mayores antecedentes sobre la dirección de flujo del agua.

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El arsénico y el litio parecen concentrarse más en este sector, al igual que en el tramo superior
del Río Juncalito, que nace inmediatamente al noroeste.

En el Salar de Maricunga, el sector de la Laguna Santa Rosa presenta variadas composiciones,


pues esta área recibe aportes desde distintos frentes. Una de ellas, caracterizada por una
concentración relativa de sales especialmente baja (MAR-F014), es de tipo sulfatada cálcica,
asociada con aportes similares al que se reconoce en Quebrada Pastillos. Las marcas de flujo
superficial de esta quebrada se desvían justamente hasta la laguna. Las aguas cloruradas
sódicas de esta laguna, que poseen importantes concentraciones de sulfato y calcio, deben
haberse mezclado con aguas provenientes del sur y del oeste.

7.2.4 Elementos minoritarios y trazas

Estos elementos es posible encontrarlos en concentraciones mayores a lo habitual en cuencas


evaporíticas o con flujos subterráneos de largo recorrido (aguas milenarias), ya que presentan
una relación directa con la concentración de sólidos disueltos producida por la evaporación o
por los largos tiempos de tránsito por los acuíferos. En términos generales, el arsénico, boro y
litio, son los elementos minoritarios que han sido analizados con mayor frecuencia en el área
estudiada, y cuyas concentraciones alcanzan valores importantes. En la Figura 7.12 se han
representado las concentraciones medidas de estos elementos, mediante mapas de puntos
escalados donde el tamaño de los símbolos es proporcional a los rangos de concentración. Los
salares, que poseen los valores más altos de conductividad, congregan también las mayores
concentraciones de estos tres elementos (hasta valores máximos de 6.100 mg/L As, 791 mg/L
B y 1.050 mg/L Li, respectivamente). Al sureste del Salar de Pedernales, en muestras de agua
superficial principalmente, los rangos relativamente elevados de estos elementos minoritarios
(6,2 mg/L As, 129 mg/L B y 119 mg/L Li), se podrían asociar a depósitos salinos remanentes
que aún se conservan, pues el basculamiento de los salares hacia el NW habría preservado en
este sector a las facies insolubles (sulfatadas y boratados) de las antiguas crecidas del nivel
freático (Tassara, 1997). También puede atribuirse la acumulación de estos elementos a la
disolución de sales levantadas por procesos eólicos. Hacia el este, en el sector norte del Llano
de la Vega Helada, destacan también una serie de puntos con alto contenido de boro. Las
aguas de este sector son cloruradas sódicas y parecen estar afectadas por la evaporación. Sin
embargo, se debe considerar también la actividad termal como fuente aportante, según la
concentración de 33 mg/L de B obtenida del análisis de un manantial termal ubicado aguas
arriba.

182
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Figura 7.12: Mapa diagramas de Stiff para cuenca Salar de Pedernales.

183
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Figura 7.13: Mapa diagramas de Stiff para cuenca Salar de Maricunga.

184
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Figura 7.14: Rangos de concentración total de arsénico, boro y litio.

Para poder comparar las concentraciones de los distintos tipos de aguas analizadas, es
necesario normalizar estas concentraciones respecto a un parámetro como la conductividad
eléctrica o el total de sales disueltas, que dependen de los procesos físicos que las hayan
afectado. Así, mientras no existan otros aportes de estos elementos distintos a la concentración
por evaporación o mayor tiempo de tránsito de las aguas, la relación elemento/CE o
elemento/TSD debería mantenerse relativamente constante. La Figura 7.15 muestra las
concentraciones de estos elementos normalizadas respecto a la conductividad eléctrica, y
permite identificar otros sectores que presentan ciertas anomalías con mayores contenidos
relativos de elementos minoritarios (el rango menor incorpora a todos los valores ubicados
bajo la media).

En el punto que el Salar de Pedernales descarga agua al Río de La Sal, los contenidos en
elementos minoritarios son muy elevados, aún considerando los valores normalizados. Puede
ocurrir que en condiciones de extrema salinidad, si se alcanza el estado de saturación de
ciertas asociaciones minerales, éstas precipiten, incrementando la concentración relativa de los
elementos que permanecen en disolución mientras aumenta también la conductividad en
distinta proporción.

185
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Los tres elementos analizados presentan concentraciones relativas más elevadas en el tramo
superior del Río Juncalito donde aflora la Ignimbrita Juncal. Estas concentraciones
disminuyen aguas abajo posiblemente por los aportes de las quebradas de Río Negro y Los
Cuyanos.

En las muestras tomadas en pozos de la cuenca Piedra Pómez, también se reconocen rangos de
concentración elevados para los tres elementos. La cercanía con Río Juncalito podría indicar
que los elementos provienen de una fuente común, o bien que existe un aporte subterráneo
desde Piedra Pómez al Río Juncalito.

La presencia de concentraciones mayores de boro en el sector norte del Llano de la Vega


Helada, podría relacionarse con la Ignimbrita de la Vega Helada.

Figura 7.15: Rangos de concentración normalizada de Arsénico, Boro y Litio.

Al este del Salar de Maricunga, en Sierra Las Lajitas, se ha muestreado un estero con una alta
concentración de arsénico que nace en los Estratos de Claudio Gay y transita sobre rocas
paleozoicas intrusivas y de la Formación Pantanoso. Se plantea como una posibilidad que este
elemento sea aportado por un flujo subterráneo desde Piedra Pómez, que atraviese la barrera
de rocas oligo-miocenas. Sin embargo, no se conoce la geometría en profundidad de estos
afloramientos ni su permeabilidad, aunque sí se les atribuye un grado de fracturamiento y

186
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plegamiento en superficie, como evidencia de la disposición en bloques del basamento
paleozoico (Clavero et al., 1997 y Gardeweg et al., 1997). En el salar mismo, Tassara (1997)
hace una separación de las unidades salinas en facies cloruradas al noroeste, y facies sulfatadas
y boratadas al sureste. Según los análisis químicos de las sales, los mayores contenidos de
arsénico se encuentran en las costras boratadas. Es posible que la concentración de arsénico en
la vega del margen oriental del salar provenga de los depósitos salinos, existiendo también la
posibilidad de que sea aportado por el flujo que llega por Quebrada Colorada, desde Sierra Las
Lajitas. El litio en tanto, se mantiene constante en ambas facies, como parecen confirmarlo las
muestras de agua de dolinas, lagunas, manantiales y esteros, tomadas en los bordes del salar.

Más al sur, destaca por su contenido de arsénico, boro y litio, el sector de la vega Ciénaga
Redonda. Esto se podría atribuir a una zona de alteración hidrotermal ubicada en la ladera
oeste, donde se emplaza la mina Marte, o a sus faenas abandonadas en el Llano de Ciénaga
Redonda. También destaca por su contenido de arsénico la cabecera del Río Lajitas, que
coincide con la mineralización del Prospecto Lajitas y un pozo en Pampa Pantanillo. Todo este
sector se emplaza dentro de la Franja de Maricunga (ver apartado 5.1), donde la
mineralización de metales preciosos suele estar acompañada por anomalías de elementos
como el arsénico.

7.3 Datos isotópicos y relación con la química

En la Figura 7.17 se señalan los puntos de muestreo que tienen información de su composición
isotópica, y el tipo de agua que representa cada uno. Para el análisis de estos datos se trabaja
con las composiciones de δ2H (δD) y δ18O de la molécula de agua, utilizando como referencia
la recta meteórica mundial MWL de Craig (1961 en Clark y Fritz, 1997) y la recta meteórica
sin exceso de deuterio. Esta última es característica de la composición de las aguas de recarga
en las zonas áridas, después de que las precipitaciones son afectadas por un cierto grado de
evaporación cuando están como humedad del suelo, y antes de infiltrar hacia el acuífero. Así,
en zonas como las que se estudian, la mayoría de las muestras de aguas subterráneas debieran
presentar composiciones entre la MWL y la MWL sin exceso de deuterio, siempre y cuando
no hayan estado afectadas por otros procesos posteriores que produzcan algún grado de
fraccionamiento en sus composiciones.

En este caso, efectivamente la mayoría de muestras no se encuentra entre estas dos rectas sino
que presenta composiciones que demuestran la afección por otro proceso como es el de la
evaporación que incrementa las composiciones de δD y δ18O siguiendo una pendiente de entre
4 y 6‰ como la que se puede apreciar en la Figura 7.16.

187
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40

20

-20
d2H [0/00]

-40

-60 Manantial
Manantial difuso
Manantial termal
-80
Pozos
MWL
-100 MWL sin exceso de dD
Tendencia manantiales
-120 Tendencia pozos
-15 -10 -5 0 5
d18O [0/00]

Figura 7.16: Composiciones de δ2H y δ18O en muestras de manantiales y pozos.

En muestras superficiales de ríos, esteros y lagunas, es muy probable que producto de la


evaporación la tendencia sea también de aumentar las composiciones de δD y δ18O,
observándose este cambio en la pendiente de la recta que alinea estas muestras con su
composición original.

Así, para los análisis procedentes de pozos y manantiales, se muestra que estas aguas no se
distribuyen paralelamente a la MWL, sino que se alejan de ésta a medida que se enriquecen en
concentraciones de 2H y 18O (Figura 7.16). Aparte de la evaporación en la zona no saturada
que pudiera ocurrir en las zonas de recarga (Aravena et al., 1999), Clark y Fritz (1997) señalan
que la sublimación de la nieve en zonas áridas genera un enriquecimiento isotópico similar.
Esto coincide con lo que plantea Risacher et al. (1999) en su análisis isotópico de las aguas de
aporte a la cuenca del Salar de Pedernales.

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Figura 7.17: Puntos de muestreo con datos isotópicos (δD, δ18O).

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Cuenca Salar de Pedernales

La relación δ2H/ δ18O que presentan las muestras de la cuenca del Salar de Pedernales (Figura
7.18), señala que la mayor parte de las muestras se mantienen cercanas a la MWL sin exceso
de deuterio, y un pequeño grupo, ubicado en el llano y el salar de Pedernales, se presenta más
alejado producto de la evaporación. Las aguas que corresponden a las zonas de recarga,
poseen valores más ligeros de δ2H y δ18O y se ubican cerca de la MWL sin exceso de deuterio.
Provienen en su mayoría de Cerros Bravos, Cordillera Claudio Gay, Cordillera de Domeyko y
Llano de los Arroyos. Valores similares presentan los análisis isotópicos de aguas
subterráneas.

En Cerros Bravos hay dos puntos que se alejan de la zona de recarga y se asemejan más bien
al grupo de las muestras que han sufrido evaporación. Sin embargo, su concentración de sales
es muy baja.

La muestra de Cordillera de Domeyko que se ubica también en este sector, corresponde en


realidad al Río de La Sal, por lo que efectivamente está relacionada con procesos de
evaporación, como lo corrobora su elevada salinidad (CE 23.900 μS/cm).

En los llanos de La Ola y Río Juncalito, llama la atención el bajo contenido isotópico de las
muestras salobres (cloruradas sódicas), en comparación al agua del Río Leoncito (PED.F004),
muy diluida, de tipo bicarbonatada sódica.

Cuenca Salar de Maricunga

En la cuenca del Salar de Maricunga (Figura 7.19) se reconocen dos grupos con
composiciones isotópicas diferentes. El primero, corresponde a aguas que no presentan un
enriquecimiento de isótopos pesados y que han sido obtenidas en zonas de recarga (Cerros
Bravos, Sierra Villalobos y Llano de los Arroyos). Dentro de este grupo, las muestras de tipo
clorurado sódico con altos contenidos de sales (MAR.F058 tomada en el río que conecta a la
Laguna Santa Rosa con el salar), puede afirmarse que no son producto de su concentración por
evaporación, sino que indican aguas cuyos elementos disueltos han sido aportados
principalmente por la disolución de sales. En el caso de las aguas salobres que caracterizan al
Río Lamas, el aporte de elementos disueltos podría explicarse por la presencia de sales que
precipitan en el lecho del río y luego pueden sufrir redisolución.

El otro grupo abarca las muestras que efectivamente han sufrido evaporación y se ubican en el
Salar de Maricunga y el Llano Ciénaga Redonda (Laguna Santa Rosa). Coincide en este caso
que las salmueras de mayor concentración están más enriquecidas en isótopos pesados.

190
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40
y = 8x + 10 Cerros Bravos
y = 8x
20 Cordillera Claudio Gay
Cordillera de Domeyko
0
Llano de la Vega Helada
(subterránea)
Llano de Pedernales
-20
Río Leoncito Llano La Ola
d2H [0/00]

-40 Llano Los Arroyos


Llano Río Juncalito
-60
Salar de Pedernales
Llano de Pedernales
-80
(subterránea)
Llano La Ola (subterránea)
-100 MWL
MWL sin exceso de dD
-120
-15 -10 -5 0 5 10
d18O [0/00]

Figura 7.18: Composiciones de δ2H y δ18O de las aguas del Salar de Pedernales.

40
y = 8x + 10
Cerros Bravos
y = 8x
20
Llano Ciénaga Redonda

0 Llano de Tres Cruces

-20 Llano Los Arroyos


d2H [0/00]

Piedra Pómez
-40
Río Lamas Q. Ciénaga Redonda
-60
Salar de Maricunga

-80 Sierra de Villalobos


Lag. Santa Rosa
MWL
-100
MWL sin exceso de dD
-120
-15 -10 -5 0 5 10
d18O [0/00]

Figura 7.19: Relación δ2H/ δ18O de las aguas del Salar de Maricunga.

191
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192
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8 CARACTERIZACIÓN HIDROGEOLÓGICA

El objetivo de este capítulo es caracterizar los acuíferos en las cuencas Salar de Pedernales y
Salar de Maricunga, en base a los antecedentes disponibles en la forma de datos e informes
técnicos. Dentro de los aspectos que se abordaron se encuentran las unidades hidrogeológicas
de las cuencas, sus propiedades hidráulicas y la dirección seguida por el agua subterránea.

Otro aspecto evaluado corresponde a las recargas y descargas de los sistemas, que se
identifican como las entradas y salidas para efectuar los balances hídricos de largo plazo.
Estos se realizan en torno a la cuenca completa como volumen de control, en que los acuíferos
forman parte de ésta.

De este modo, la recarga de las cuencas se ha abordado considerando que los recursos
disponibles provienen de las precipitaciones como primera fuente, y que éstas se infiltran o
escurren dependiendo principalmente de las características geológicas y geomorfológicas del
terreno.

Respecto de las descargas, existen numerosas cuencas altiplánicas del norte de Chile que no
tienen explotación en el presente, aunque no es el caso de las cuencas estudiadas en la Región
de Atacama. Además de este mecanismo de descarga, estas cuencas cerradas albergan salares
de considerables dimensiones en sus depresiones, que concentran los flujos de evaporación
hacia la atmósfera, desde aguas subterráneas someras y lagunas que afloran en su interior.
Otras salidas del sistema se producen a través de vegas y bofedales, que evapotranspiran las
aguas de afloramientos que alimentan estos grupos de plantas hidrófilas, así como también la
descarga subterránea hacia otras unidades hidrográficas.

La mayor parte de la información utilizada para el trabajo presentado a continuación se


encuentra disponible en los diversos antecedentes revisados, a excepción de algunas labores de
terreno orientadas a medir evaporación, análisis químicos e isotópicos de aguas y recolección
de estadísticas de precipitación, algunas de las cuales ya han sido analizadas en los capítulos
precedentes. Estas fueron realizadas dentro de las actividades del Convenio PUC – DGA para
complementar lo que se desglosara de la recopilación, sistematización y análisis de las
referencias.

193
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8.1 Unidades Hidrogeológicas y Geometría Acuífera

A grandes rasgos, las unidades hidrogeológicas y su geometría, se respaldan en el


levantamiento geológico disponible, particularmente en las descripciones litológicas y
estructurales, y en métodos indirectos de prospección geofísica. Particularmente en el sector
de las cuencas piloto de esta Región, la mayor parte de la información disponible se orienta a
la exploración y explotación de los recursos de agua subterránea, por lo que los datos
existentes han sido tomados con este objetivo. Esto obliga a hablar en términos de unidades
hidrogeológicas y no geológicas, porque se conocen las características granulométricas de los
sedimentos, pero pocas veces se incluyen descripciones petrográficas. En cuanto a los datos
geofísicos, se presentan ya interpretados por los diversos autores. En este apartado se busca
integrar la información recopilada entregando una síntesis de los antecedentes más
consistentes.

No se pretende en este estudio definir nuevas unidades acuíferas ni modificar las ya descritas,
sino más bien analizar e integrar los antecedentes disponibles, dado que no se han generado
nuevos. La mayoría de las veces no ha sido posible validarlos y deberán considerarse con
precaución, porque no se cuenta con las fuentes de información originales. Otra limitante para
caracterizar las unidades acuíferas consiste en la fisiografía irregular de las cuencas piloto de
Pedernales y Maricunga, que junto a la baja densidad de información, aumentan los rangos de
incertidumbre. Éstas son hoyas hidrográficas de gran extensión, en que se ignora la geometría
del basamento, sometidas a sucesivos eventos tectónicos, y con abundantes cambios de facies
laterales en el relleno.

Se presentan primero las características de la cuenca del Salar de Pedernales y luego las del
Salar de Maricunga. Las referencias geográficas se basan en el mapa toponímico incluido en el
ANEXO VI, al igual que la ubicación de los pozos (mapa en ANEXO V). En la Figura 8.1 se
presenta una síntesis de las zonas que han sido estudiadas por los distintos autores.

Relacionando la información estratigráfica con las unidades hidrogeológicas interpretadas


mediante exploración geofísica, se pueden caracterizar en general las unidades
hidrogeológicas de subsuperficie y su geometría.

8.1.1 Cuenca Salar de Pedernales

Además de los pozos descritos en el apartado 5.4, en la cuenca del Salar de Pedernales se
utilizó la información estratigráfica de algunos sondajes realizados por División El Salvador
de CODELCO y ENAP. Los datos expuestos en los siguientes párrafos provienne de las
fuentes señaladas en la Figura 8.1, y fueron descritos en detalle en la revisión de antecedentes

194
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(apartado 3.2). Los sectores descritos se señalan en la Figura 8.2, junto con la interpretación
gravimétrica de Aguirre (2003), que entrega una idea sobre la distribución del relleno en los
alrededores del salar.

15 Venegas, 1999 23 EDRA, 1999 30 EDRA, 1999


16 Iriarte, 1999 25 Iriarte et al., 2001 31 Aguirre, 2003
17 Venegas et al., 2000 26 Castro, 1982 32 Suazo, 2000
18 Tassara, 1997 27 Henríquez et al., 1975 33 Santibáñez et al., 2005
21 DGA, 2006 28 Julio y Bettancourt, 1975 34 CPH Consultores, 2004
22 Aguirre y Venegas, 2005 29 Julio y Bettancourt, 1976

Figura 8.1: Ubicación áreas de estudio de referencias utilizadas.

195
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Figura 8.2: Mapa gravimétrico y ubicación de los sectores descritos hidrogeológicamente.

• Salar de Pedernales

En este sector el nivel freático se ubica apenas por debajo de la superficie del terreno. En el
margen noroeste del salar, el relleno saturado con salmueras alcanza 200 m de profundidad,
como señala el estudio de exploración geofísica realizado en 1975 por Julio y Bettancourt.
Según sondajes realizados en el interior del sector noroeste del salar (SPD-1, SPD-2 y SPD-3),

196
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el espesor de la costra salina de halita bordea los 150 m, con algunas delgadas intercalaciones
de arcilla, poco abundantes. Esta unidad correspondería a la unidad de salmueras, arcillas y/o
costras salinas, reconocida en los perfiles TEM-1 y TEM-2, cuyo espesor aumenta hacia el
este, donde podría llegar a tener 400 m de potencia. Bajo este nivel se encuentra una capa
salina arenosa de 50 m, y luego potentes paquetes de grava alternados con niveles de arenas
gruesas y medias, y algunas intercalaciones de sedimentos finos. La profundidad de estos
niveles alcanza como mínimo los 327 m, según el alcance del registro proporcionado por el
pozo SPD-1. Es en esta unidad donde podría albergarse el núcleo de salmueras interpretado en
los TEM mencionados. Los TEM de Geodatos para CPH Consutores (2004) señalan como
máximo una profundidad de 500 m en el sureste. Según el perfil esquemático de Tomlinson et
al. (1999) se podrían relacionar con los Estratos del Llano de los Gases Blancos.

Unidades similares se definen en el sureste del salar (sondaje PE-1), con niveles salinos
arcillosos, acompañados de arenas, clastos y cristales de halita, que dominan los primeros 100
m, y en profundidad se alternan con paquetes de gravas y arenas. La profundidad máxima del
relleno (~1.000 m) se ubicaría en el centro del salar, y correspondería a depósitos del
Oligoceno (Eoceno?) al reciente interpretados por Aguirre (2003) según anomalías
gravimétricas.

• Llano de Pedernales

Los numerosos sondajes disponibles en este sector alcanzan como máximo los 130 m de
profundidad. Las descripciones disponibles, señalan que estos depósitos aluviales están
compuestos por gravas, arenas, limos y arcillas. Los pozos ubicados en el sector del antiguo
curso fluvial indicado en la Figura 4.4, se caracterizan por una granulometría dominada por
arena media, gruesa y gravas, originada por posibles cauces fluviales de alta energía. El resto
del llano, formado principalmente por extensos conos aluviales de baja pendiente (Tomlinson
et al., 1999), se caracteriza por arena fina a muy fina, estratificada con sedimentos de limo y
arcilla.

La geofísica realizada por Geodatos en EDRA (1999) indica que habrían menos de 100 m de
sedimentos superficiales secos, cuyo espesor disminuye en las cercanías del salar, al acercarse
el nivel freático a la superficie.

Bajo ellos se distinguen 100- 200 m de un nivel con potencial acuífero, que engrana hacia el
este con sedimentos finos y/o arcilla. Esta variación lateral de facies coincide con las
diferencias granulométricas presentadas por los pozos. El nivel inferior, de muy baja
resistividad, se relaciona con sedimentos finos y salmueras.

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• Llano de Pedernales Sur

En este sector se dispone con la información de los pozos PE-2 y Los Llanos 1, que abarca
2.490 m de información estratigráfica, incorporada en el perfil de Tomlinson et al., 1999
(Figura 5.9). El resto de la información disponible proviene de la interpretación de perfiles
TEM realizada por Geodatos en EDRA (1999) y CPH Consultores (2004). En general se
considera una zona de alta permeabilidad.

El nivel de sedimentos superficiales secos alcanza máximo unos 100 m cerca del margen sur
del llano, mientras que va acuñándose hacia el norte, para desaparecer en el límite del salar
donde el nivel saturado se aproxima a la superficie. Abajo se reconocen 50 – 100 m de
sedimentos de grano medio, que según CPH Consultores (2004) corresponden a gravas y
arenas con tobas que engranan lateralmente con los sedimentos salinos del salar.

A continuación en profundidad, cerca de la cota 3.250 msnm, hay diferentes interpretaciones


geofísicas, probablemente debido a la similitud en las propiedades eléctricas de materiales
distintos. Según el estudio de EDRA (1999) habría un delgado nivel de depósitos salinos con
sedimentos finos, seguido de un potente estrato de depósitos finos, mientras que en el estudio
de CPH Consultores (2004), Geodatos interpreta en este sector un núcleo salino de 400 m de
espesor, hospedado en gravas y arenas. Anteriormente, Bettancourt y Julio (1976) habían
propuesto que bajo el relleno habrían unos 450 m de sedimentos intercalados con rocas
volcánicas y/o gravas de buena permeabilidad, con agua salina almacenada. Todos los estudios
coinciden en que la superficie del basamento es irregular, con una cota promedio de 3.000 –
3.100 msnm (Bettancourt y Julio, 1976; CPH Consultores, 2004), lo que indicaría un espesor
de relleno de 500 m. La gravimetría es congruente con estos resultados, ya que Aguirre (2003)
interpreta la presencia de depósitos oligo-miocenos con 186 – 306 m de profundidad en el
margen del relleno, que llegan a 452 – 729 m de profundidad cerca del salar. Resultados
similares entrega la reinterpretación de perfiles TEM realizada por el mismo autor.

• Llano de los Gases Blancos

Este sector presenta dificultades para correlacionar la estratigrafía con la interpretación


geofísica presentada en el informe de Cerro Pampa (EDRA, 1999). En los sondajes se
observan secuencias estratificadas de tobas con niveles de arena media a gruesa y grava, y en
uno de ellos se reconocen 100 m de arcillas en la base. En ninguno de ellos se alcanzó la roca
basal, por lo que el relleno posee mínimo 300 m de espesor. Estos depósitos en general
albergan un acuífero de permeabilidad media, confinado por niveles impermeables
piroclásticos y arcillosos. La interpretación de los TEM señala un nivel irregular de
sedimentos superficiales secos, sobre un estrato potencialmente acuífero de grano medio, de

198
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unos 100 m de espesor que se acuña hacia el este. En profundidad, y lateralmente hacia el
occidente, se encuentra en contacto con el supuesto nivel de sedimentos finos y/o arcillas
mencionado en el Llano Pedernales Sur. Se tienen pocos antecedentes sobre la profundidad en
que se encuentra el basamento, sólo se sabe con certeza que supera los 300 m. Según los
antecedentes geofísicos de Aguirre (2003) la gravimetría indica rangos de 186 a 306 m de
espesor para el relleno, mientras que la reinterpretación de los TEM señala que el basamento
se ubicaría a 400 – 750 m de profundidad.

• Llano de la Vega Helada (cuenca La Laguna)

Ha sido estudiado por EDRA (1999) mediante sondajes y perfiles TEM. Esta depresión posee
un relleno aluvial de granulometría media a gruesa, con algunos niveles de toba intercalados
entre los que no se reconoce continuidad lateral, lo que se podría atribuir a juegos de fallas. El
espesor de estos flujos piroclásticos varía entre 10 y 80 m. Constituye en general un depósito
de buen potencial acuífero, su permeabilidad favorece la infiltración del agua evitando su
acumulación en superficie. El nivel freático se reconoce a 50 – 100 m de profundidad. Esta
unidad alcanzaría sus máximas profundidades al sur del Llano de la Vega Helada, pues hacia
el norte, entre los pozos SPB-16 y SPB-14, en profundidad se produce un cambio de
resistividad que es interpretado en EDRA (1999) como un cambio lateral de facies a
sedimentos finos y/o arcilla. Sin embargo, según la estratigrafía de los pozos SPB-8 y SPB-10
en el sector norte existen abundantes intercalaciones de tobas, que coinciden con un cambio en
los valores de anomalía gravimétrica. A pesar de esto, no se conoce el espesor del relleno,
porque no se ha llegado al basamento en los sondajes realizados. Las interpretaciones
geofísicas abarcan amplios rangos de profundidad y discrepan entre ellas. Los valores de la
anomalía gravimétrica señalan que el relleno volcanosedimentario tendría 186 – 306 m de
espesor, mientras que la reinterpretación de los TEM señala un rango general de 750 – 1.500
m de profundidad para la roca basal (Aguirre, 2003).

• Llano La Ola

Los sondajes ubicados en las proximidades del embalse La Ola y el Llano Juncalito, indican
una unidad superficial de arena media a gruesa, arcillosa, con minerales de cuarzo, magnetita y
mica, y líticos de composición volcánica (toba, riolita y andesita), de potencia cercana a los
150 – 200 m. En general, su permeabilidad es media a alta y se encuentra saturada bajo una
delgada cobertura aluvial seca.

Bajo esta unidad, en los sondajes más profundos suelen encontrarse depósitos volcánicos
como toba (J-2), riolita (J-3 y J-4) e ignimbrita (J-7) de 200 m de potencia máxima. Éstos
coincidirían con la roca basal interpretada por Julio y Bettancourt (1975). Los estudios

199
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geofísicos de SEV (Aguirre, 2003) y TEM (CPH Consultores, 2004), presentan algunas
diferencias en cuánto al espesor que alcanza el relleno, pero a grandes rasgos coinciden en que
la cota máxima del basamento se ubica en el embalse La Ola y es de ~3.300 msnm, a unos 100
m de profundidad.

• Llano Los Arroyos

Este sector ha sido caracterizado con el sondaje PE-3, de 181 m de profundidad, cuyas
unidades estratigráficas son extrapoladas mediante el perfil TEM-4. En los primeros 150 m
prevalecen las arenas gravosas con clastos volcánicos e intercalaciones de toba, donde el nivel
freático se ubica cercano a los 100 m de profundidad, descendiendo de este a oeste desde una
cota de 3.800 msnm hasta 3.600 msnm en el llano. Esta unidad cubre a un conjunto de estratos
de permeabilidad media, asociados con areniscas y depósitos piroclásticos, cuyo espesor
disminuye drásticamente hacia el oeste. Abajo se encontrarían rocas sedimentarias antiguas
cubriendo al basamento.

8.1.2 Cuenca Salar de Maricunga

La interpretación gravimétrica del Salar de Maricunga (Iriarte, 1999) y el trabajo de


interpretación gravimétrica y geoeléctrica de la subcuenca Ciénaga Redonda (Fonseca y
Aguirre, 2000 en Venegas et al., 2006), desarrollado por SERNAGEOMIN como parte del
proyecto “Exploración Hidrogeológica en las Cuencas del Norte de Chile”, se complementan
con los antecedentes gravimétricos de Santibáñez y Venegas (2005) en Piedra Pómez, para
entregar una idea de los sectores con mayor potencial acuífero en función del espesor del
relleno. Se indican también las zonas descritas en este apartado (Figura 8.3).

• Llano Quebrada Caballo Muerto

La zona al noroeste del salar está constituida por un acuífero intergranular de permeabilidad
media a alta, formado por depósitos aluviales. La información estratigráfica de los pozos
señala predominancia de arenas y gravas, aunque también presenta limos, cenizas y depósitos
volcánicos. La profundidad de la roca basal al norte del salar, según los pozos SR-3 (MDO-
12) y SR-6 (MDO-14), es de 55 y 45 m, respectivamente.

• Pampa Salar de Maricunga

Al noreste del salar se reconocen al menos 120 m de granulometría heterogénea, con arena y
gravilla, junto a secuencias intercaladas de arcilla (pozo CAN-6). La permeabilidad de este
acuífero se estima como media a alta, y recibe los aportes del flanco occidental de la
Cordillera Claudio Gay (quebradas Manantiales, Colorada, Cerro Colorado y La Guanaca). De

200
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los SEV se infiere la existencia de un relleno con granulometría variable en profundidad,
estableciéndose el nivel freático aproximadamente a 50 m bajo la superficie, donde los
sedimentos estarían saturados en agua salada.

Figura 8.3: Mapa gravimétrico y ubicación de los sectores descritos hidrogeológicamente.

201
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Los únicos antecedentes referentes a la geometría del basamento provienen de los estudios
gravimétricos, que indican que el relleno aluvial alcanza su mayor espesor en el margen
sureste del salar y en el Llano Ciénaga Redonda, donde se le atribuyen 800 m de profundidad.

• Llano Ciénaga Redonda

La interpretación estratigráfica de los pozos ubicados en el Llano Ciénaga Redonda indica que
el acuífero está constituido por gravas y arenas de alta permeabilidad, con intercalaciones de
arenas finas y limo, hasta una profundidad que va entre los 105 y 150 m. Bajo esta cota se ha
encontrado en varios pozos un estrato de arcilla de unos 30 m de espesor, que actúa como
barrera impermeable. El nivel freático se ubica entre los 7,5 y 47 m. Otro acuífero de
importancia se encontraría bajo este estrato confinante, que ha sido interpretado por
gravimetría como un medio intergranular, con profundidades que alcanzarían los 800 m.

• Quebrada Ciénaga Redonda

Utilizando como referente el perfil de Venegas et al. (2006) se distinguen tres unidades
hidrogeológicas en profundidad. La más superficial corresponde a niveles sedimentarios de
grano grueso, no consolidados y saturados en agua, ya que el nivel freático se encuentra
somero. Localmente, en su base, se diferencian sedimentos de grano medio no consolidados a
semiconsolidados. Los métodos geofísicos indican que la superficie del basamento
impermeable es irregular, alcanzando el relleno como máximo espesores de 60– 160 m de
profundidad en el sur (Pampa Pantanillo), hasta 250 m en el norte (tramo inferior de la
Quebrada Ciénaga Redonda). Estaría formado por depósitos sedimentarios de grano fino,
semiconsolidados a consolidados, posiblemente roca. La interpretación gravimétrica señala
que la roca basal se encuentra a 400 m de profundidad como máximo.

• Pampa Pantanillo

Según la interpretación estratigráfica de Suazo (2000) en el sector norte se desarrolla un


acuífero libre en sedimentos aluviales, cuya zona saturada bordea los 60 m de espesor. Se
considera de buen potencial hidrogeológico. Al sur de Portezuelo Astaburuaga (cuenca
Laguna del Negro Francisco) el acuífero libre superior está formado por sedimentos fluviales
y su espesor no supera los 6 m. Bajo él se encuentran 4 m de depósitos de remoción en masa
que actúan como nivel confinante sobre el acuífero inferior, formado por 50 m de depósitos
fluviales y aluviales.

202
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8.2 Piezometría del Acuífero

8.2.1 Salar de Pedernales

En la cuenca Salar de Pedernales se cuenta con ciento un (101) pozos catastrados, donde más
de la mitad pertenecen a la División El Salvador de CODELCO. Otro número importante de
pozos fue construido para Placer Dome Latin America, principalmente en el Llano de los
Gases Blancos y Llano de la Vega Helada, en el sector estudiado por EDRA como Cerro
Pampa, en 1999.

La información de niveles que se dispone considera sólo una parte de las obras de captación,
la que además proviene de diferentes años, como resultado de nuevas construcciones,
monitoreos en el tiempo y levantamientos realizados por terceros que han estudiado la zona.
Esta cuenca, a diferencia de otras del Altiplano, está siendo explotada desde hace al menos dos
décadas, lo que ha influenciado los niveles piezométricos del acuífero. A pesar de esto, la
evidencia que muestran los registros de nivel en el campo de pozos de CODELCO indica que
se estaría alcanzando una nueva situación de equilibrio (ver Figura 3.8).

Los datos disponibles para estudiar la piezometría se presentan en la Tabla 8.1, donde las
coordenadas UTM se encuentran en Datum PSAD 56, Huso 19 S.

Tabla 8.1: Información de niveles disponible en la cuenca Salar de Pedernales.


UTM Este UTM Norte Cota terreno NE Cota NE
Nombre pozo Fecha
(m) (m) (msnm) (mbnt) (msnm)
B-1 485.597,1 7.088.809,7 3.394,6 sep-03 32,63 3.362,0
B-2 485.025,1 7.086.121,2 3.407,7 sep-03 46,38 3.361,3
B-3 488.302,8 7.084.400,5 3.454,5 sep-03 87,95 3.366,5
B-4 489.706,3 7.081.678,9 3.483,4 sep-03 70,48 3.412,9
E-1' 485.800,0 7.088.660,0 3.393,8 jul-76 27,21 3.366,6
E-2' 483.370,0 7.084.900,0 3.395,2 jul-76 32,82 3.362,3
E-7a 484.286,1 7.083.353,8 3.426,0 sep-03 64,63 3.361,4
J-1 494.770,0 7.073.790,0 3.569,4 sep-03 14,06 3.555,4
J-2 494.200,0 7.074.730,0 3.557,4 sep-03 16,24 3.541,2
J-3 498.770,0 7.070.380,0 3.690,0 ene-82 14,5 3.675,5
J-3' 498.690,0 7.070.360,0 3.690,0 sep-03 17,65 3.672,4
J-4 498.870,0 7.070.310,0 3.690,0 feb-82 14 3.676,0
J-4' 498.860,0 7.070.380,0 3.690,0 sep-03 17,68 3.672,3

203
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Tabla 8.1: Información de niveles disponible en la cuenca Salar de Pedernales. (Cont.).
UTM Este UTM Norte Cota terreno NE Cota NE
Nombre pozo Fecha
(m) (m) (msnm) (mbnt) (msnm)
J-5 500.250,0 7.070.130,0 3.683,2 sep-03 5,64 3.677,5
J-6 495.090,0 7.070.810,0 3.600,0 feb-82 15,5 3.584,5
J-7 493.300,0 7.074.110,0 3.560,0 abr-82 3,65 3.556,4
P-1’ 492.301,1 7.058.189,0 3.660,0 - 16,1 3.643,9
P-1 479.570,0 7.087.260,0 3.361,5 1976 1,3 3.360,2
P-18 484.625,3 7.090.591,0 3.373,4 jul-03 10,16 3.363,2
P-19 480.561,9 7.085.750,0 3.375,1 1976 14,58 3.360,6
P-19a 480.523,5 7.085.428,0 3.377,6 sep-03 18,32 3.359,3
P-2 492.418,5 7.058.087,0 3.660,0 1986 15,7 3.644,3
P-2’ 483.060,0 7.089.300,0 3.364,5 1976 30,7 3.333,8
P-4 482.320,0 7.086.580,0 3.376,9 1976 30,7 3.346,2
P-4a 482.010,0 7.086.681,6 3.376,5 sep-03 16,13 3.360,3
P-5 484.080,0 7.087.640,0 3.384,0 1976 18,42 3.365,6
P-5a 483.945,1 7.087.836,3 3.384,4 sep-03 23,49 3.360,9
P-7 481.680,0 7.083.840,0 3.388,9 1976 28,05 3.360,9
P-7a 481.540,0 7.083.857,4 3.394,7 sep-03 35,37 3.359,4
P-8 485.120,0 7.085.920,0 3.404,9 1976 41 3.363,9
PB-1 494.810,0 7.069.130,0 3.615,0 jun-82 15,48 3.599,5
PB-10 480.506,0 7.085.399,0 3.420,0 sep-01 18,98 3.401,0
PB-11 479.767,0 7.084.733,0 3.420,0 oct-01 23,32 3.396,7
PB-13 481.690,2 7.083.857,1 3.394,0 may-02 37,98 3.356,0
PB-14 501.507,7 7.103.801,3 3.520,8 nov-02 23,83 3.497,0
PB-15 494.772,2 7.073.415,3 3.572,3 dic-03 12,24 3.560,1
PB-5 482.500,0 7.084.650,0 3.393,8 ene-83 30,65 3.363,2
PB-6 482.100,0 7.085.100,0 3.386,8 ago-82 24,47 3.362,3
PB-7 482.350,0 7.085.400,0 3.386,1 oct-82 23,08 3.363,0
PB-8 481.789,7 7.084.726,2 3.389,7 ene-86 27,64 3.362,1
PB-9 480.478,3 7.084.708,8 3.381,7 sep-99 23,24 3.358,5
PE-1 490.324,5 7.095.987,2 3.356,6 dic-03 2,83 3.353,7
PE-2 491.914,3 7.089.950,7 3.426,4 dic-03 62,88 3.363,5
PE-3 499.271,1 7.053.546,6 3.764,6 dic-03 96,5 3.668,1
PO-1 495.080,0 7.070.900,0 3.595,0 sep-03 15,66 3.579,3
PO-2 495.600,0 7.068.250,0 3.620,0 feb-82 22,06 3.597,9

204
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Tabla 8.1: Información de niveles disponible en la cuenca Salar de Pedernales. (Cont.).
UTM Este UTM Norte Cota terreno NE Cota NE
Nombre pozo Fecha
(m) (m) (msnm) (mbnt) (msnm)
PO-3 498.100,0 7.069.080,0 3.670,0 mar-82 28,83 3.641,2
PO-4 495.560,0 7.066.020,0 3.625,0 sep-03 9,56 3.615,4
PO-8 481.795,1 7.084.711,6 3.389,5 jul-03 14,25 3.375,2
POLLOP 482.393,4 7.085.110,5 3.359,6 sep-03 31,38 3.328,2
S-1 478.758,0 7.101.343,0 3.353,3 nov-75 1,13 3.352,2
S-2 480.830,5 7.101.205,1 3.351,9 nov-75 2,22 3.349,7
S-3 481.109,3 7.104.085,8 3.351,8 nov-75 1,25 3.350,6
S-4 478.808,0 7.102.798,0 3.353,6 nov-75 0,91 3.352,7
S-5 477.076,9 7.104.296,4 3.351,6 nov-75 0,85 3.350,7
S-6 477.842,1 7.101.477,8 3.351,5 jun-03 1,13 3.350,3
S-7 479.752,0 7.101.238,0 3.353,4 jun-03 1,37 3.352,0
S-9 480.890,5 7.105.402,8 3.351,5 jun-03 0,9 3.350,6
SPB-1 504.552,9 7.078.922,4 3.800,2 mar-99 61,21 3.739,0
SPB-10 504.000,0 7.095.018,3 3.622,1 mar-99 69,2 3.552,9
SPB-13 506.299,2 7.090.000,2 3.714,3 mar-99 87,32 3.627,0
SPB-14 505.818,9 7.086.854,4 3.734,7 mar-99 99,81 3.634,9
SPB-16 505.279,4 7.083.309,2 3.755,0 feb-99 113,89 3.641,1
SPB-7 505.715,9 7.088.549,9 3.706,2 mar-99 77,03 3.629,2
SPB-8 506.138,1 7.091.329,0 3.713,8 mar-99 89,59 3.624,2
SPX-1 504.551,0 7.078.911,0 3.801,4 mar-99 62,38 3.739,0
SPX-10 503.985,0 7.094.980,0 3.621,6 mar-99 70,12 3.551,4
SPX-13 506.297,2 7.090.025,6 3.714,6 mar-99 87,35 3.627,3
SPX-14 505.829,0 7.086.790,0 3.735,1 mar-99 99,89 3.635,2
SPX-16 505.276,0 7.083.265,0 3.755,6 feb-99 113,77 3.641,9
SPX-2 503.805,0 7.080.960,0 3.739,8 mar-99 56,58 3.683,2
SPX-3 503.285,0 7.083.055,0 3.677,9 mar-99 23,17 3.654,7
SPX-4 502.260,0 7.085.670,0 3.609,3 mar-99 18,42 3.590,9
SPX-5 500.515,0 7.088.014,0 3.539,8 mar-99 67,9 3.471,9
SPX-7 505.710,0 7.088.507,0 3.705,6 mar-99 76,79 3.628,8
SPX-8 506.154,0 7.091.291,0 3.715,1 mar-99 90,96 3.624,2
SPX-9 505.159,0 7.093.816,0 3.668,9 mar-99 57,95 3.611,0

205
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En la Tabla 8.1 se muestran 77 pozos con cotas de nivel de agua subterránea, distribuidas
principalmente en el área al norte del Llano La Ola, la cuenca La Laguna y el sector del Llano
de los Gases Blancos (al sureste del salar). De éstos, se consideró la situación desde 1999 en
adelante para definir niveles potenciométricos en la nueva situación de equilibrio, después de
observar la estadística de las depresiones estabilizadas en los pozos bombeados (ver Figura
3.8). Al aplicar este filtro a la información disponible, los datos se reducen a 50, lo que resulta
insuficiente, en número y distribución, para una cuenca de la superficie de Pedernales.

Adicionalmente, CPH Consultores realizó 31 calicatas en el área del salar para la


caracterización estratigráfica y definición del nivel de la napa, durante trabajos de campo entre
junio y agosto de 2003. La información tomada de estos antecedentes es mostrada en la Tabla
8.2.

Para obtener datos de cota de nivel estático en el área del salar, se realizó el ejercicio de
obtenerla a partir de la información de CPH Consultores (2004). Dado que la cota del nivel
estático reportada en la Tabla 8.2 se obtiene restando a la cota de coordenadas la altura de
brocal y la profundidad del nivel estático (NE), se adoptó la siguiente relación para establecer
la altura sobre el nivel del mar del agua subterránea en estos puntos:

Si calicata fue habilitada Cota NE = Cota NE reportada por CPH Consultores

Si calicata no fue habilitada Cota NE = Cota coordenadas – profundidad NE

La Figura 8.4 muestra la ubicación de los pozos y sus niveles en la cuenca, mientras que la
Figura 8.5 muestra la ubicación de las calicatas en el entorno del salar, realizadas por CPH
Consultores en 2003 y que se presentan en la Tabla 8.2. Finalmente, y a pesar de las
limitaciones de información, se ha definido la dirección y sentido del escurrimiento en el
régimen actual en que funciona la cuenca (posterior a 1999). La Figura 8.6 muestra la forma
en que se mueve el agua subterránea en el acuífero. Para estos efectos se tomó en cuenta el
hecho de que la cuenca funciona como un acuífero freático o libre, donde los distintos estratos
se encuentran conectados hidráulicamente y el nivel medido refleja el valor único del
conjunto.

206
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Tabla 8.2: Calicatas realizadas durante los trabajos de campo de 2003 por CPH Consultores.
UTM Este UTM Norte Cota Nivel Estático (NE) Habilitación Construcción
Calicata
(m) (m) (msnm) Prof. (m) Cota (msnm) Fecha Longitud (m) Brocal (m) Perf. (m) Fecha
CC1 475.960,37 7.089.724,83 3.356,83 1,28 3354,87 18/07/03 2,95 0,68 3,0? 05/06/03
CC2 475.492,85 7.093.095,20 3.353,66 2,10 3350,96 18/07/03 3,20 0,60 3,5? 05/06/03
CC3 475.977,44 7.095.007,60 3.351,55 0,52 3351,03 18/07/03 2,00 0,00 2,0? 06/06/03
CC4 475.140,00 7.095.400,00 3.360,00 4,34 06/06/03 NH NH 4,5? 06/06/03
CC5 477.834,00 7.086.987,00 3.390,00 2,75 07/06/03 NH NH 2,80 07/06/03
CC6 479.061,00 7.086.038,00 3.360,00 SA 07/06/03 NH NH 3,57 07/06/03
CC7 480.023,00 7.087.381,00 3.390,00 SA 07/06/03 NH NH 4,20 07/06/03
CC8 481.037,71 7.090.102,61 3.356,38 1,39 3354,91 18/07/03 3,10 0,08 3,84 07/06/03
CC9 481.938,00 7.090.677,00 3.390,00 ? 07/06/03 NH NH 3,67 07/06/03
CC10 483.034,46 7.092.144,50 3.351,74 0,74 3351,00 18/07/03 2,00 0,00 3,27 07/06/03
CC11 484.525,92 7.093.364,61 3.354,08 2,15 3351,25 19/07/03 4,00 0,68 4,00 07/06/03
CC12 485.267,86 7.095.330,06 3.352,21 1,08 3350,98 19/07/03 2,20 0,15 2,5? 08/06/03
CC13 486.171,00 7.094.070,00 3.360,00 3,84 08/06/03 NH NH 3,84 08/06/03
CC14 486.717,00 7.095.135,00 3.360,00 ? 08/06/03 NH NH 3,17 08/06/03
CC15 488.193,07 7.095.754,24 3.352,34 0,68 3351,41 19/07/03 1,60 0,25 1,45 08/06/03
CC16 490.846,00 7.094.585,00 3.360,00 ? 08/06/03 NH NH 3,12 08/06/03
CC17 494.753,72 7.093.413,06 3.358,58 1,78 3356,33 19/07/03 4,00 0,47 3,97 08/06/03
CC18 495.955,00 7.095.827,00 3.390,00 SA 09/06/03 NH NH 1,00 09/06/03
CC19 494.591,00 7.097.167,00 3.390,00 ? 09/06/03 NH NH 3,55 09/06/03
CC20 493.357,00 7.098.371,00 3.360,00 ? 09/06/03 NH NH 3,50 09/06/03
CC21 492.604,40 7.099.456,21 3.351,35 0,39 3350,96 19/07/03 1,00 0,00 0,56 09/06/03
CC22 492.844,00 7.100.684,00 3.360,00 0,20 09/06/03 NH NH 0,25 09/06/03
CC23 493.377,58 7.101.145,43 3.352,24 1,15 3350,29 19/07/03 3,50 0,80 3,47 09/06/03
Fuente: [CPH Consultores, 2004]

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Tabla 8.2: Calicatas realizadas durante los trabajos de campo de 2003 por CPH Consultores. (Continuación)
UTM Este UTM Norte Cota Nivel Estático (NE) Habilitación Construcción
Calicata
(m) (m) (msnm) Prof. (m) Cota (msnm) Fecha Longitud (m) Brocal (m) Perf. (m) Fecha
CC24 486.718,33 7.106.701,27 3.350,76 1,665 3348,86 21/08/03 2,00 0,24 1,73 09/06/03
CC25 485.545,00 7.102.836,00 3.360,00 - NH NH 1,40 20/08/03
CC26 490.123,48 7.108.974,97 3.350,00 0,83 3349,17 20/08/03 1,31 0,00 1,5? 20/08/03
CC27 492.747,89 7.110.027,30 3.349,95 0,31 3349,64 21/08/03 2,02 0,00 0,90 20/08/03
CC28 492.437,28 7.106.391,99 3.349,94 0,10 3349,84 21/08/03 0,58 0,00 0,60 21/08/03
CC29 492.308,54 7.102.515,50 3.350,27 0,41 3349,86 21/08/03 2,00 0,00 1,0? 21/08/03
CC30 491.180,06 7.099.784,23 3.351,27 0,85 3350,42 22/08/03 4,00 0,00 4,00 22/08/03
CC31 494.231,65 7.100.877,70 3.355,48 2,26 3352,66 22/08/03 2,52 0,56 2,33 22/08/03
SA: Sin agua Fuente: [CPH Consultores, 2004]
NH: No habilitada
Prof.: Profundidad
Perf.: Profundidad perforación

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209
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Figura 8.4: Niveles de la napa medidos con posterioridad a 1999, en nueva situación de equilibrio.

210
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Figura 8.5: Ubicación calicatas realizadas por CPH Consultores durante el 2003.

211
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Dirección determinada
Dirección inferida

212
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Figura 8.6: Dirección del escurrimiento subterráneo en cuenca Salar de Pedernales.

213
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Como puede apreciarse en la Figura 8.6, el agua subterránea se mueve en forma similar a
como lo hace la red de drenaje superficial de la cuenca. De manera general, puede señalarse
que los gradientes son mayores en el sector del Llano La Ola y aguas abajo de éste y menores
en el área del Llano de Pedernales y Salar de Pedernales, donde convergen las aguas
subterráneas y salen de la cuenca en la forma de flujo de evaporación desde lagunas y napas
someras.

La comparación de algunos niveles de pozos en una línea que sigue la dirección del principal
curso superficial de la cuenca (aproximadamente NNW-SSE) se presenta a continuación.

• La cota del agua subterránea en la parte baja del Llano los Arroyos (PE-3) es unos 50
m mayor a la medida en la parte alta del Llano Leoncito (PO-4). En este tramo se tiene
un gradiente de 8,6 x 10-3, que podría ser menor debido a que entre ellos hay una zona
de menor permeabilidad que el relleno sedimentario en que ambos pozos se encuentran
alojados.

• La cota del agua subterránea en la parte alta del Llano Leoncito (PO-4) es unos 50 m
mayor a la medida en el sector de La Ola (PB-15). En este tramo, el gradiente de la
napa es de 7,4 x 10-3, similar al de aguas arriba. El pozo PO-4 se encuentra próximo
(aguas abajo) al sector Ojos de Agua de La Ola, donde se producen afloramientos en el
río probablemente asociados al angostamiento de la sección hidrogeológica que viene
desde aguas arriba.

• La cota del agua subterránea en el sector de La Ola (PB-15) es unos 200 m mayor a la
medida en el Llano de Pedernales Sur (B-3). En este tramo, el gradiente alcanza un
valor de 1,5 x 10-2, superior en un orden de magnitud a los tramos anteriores. Esto se
correlaciona bien con la baja permeabilidad en la zona de La Ola, debido a
intercalaciones de tobas, además de presencia de limo y arcilla en el perfil.

• Desde este último punto (B-3) y hacia el norte, las diferencias de nivel se reducen,
presentándose una napa más plana en el área del Llano de Pedernales y el Salar de
Pedernales, en el rango de los 3.350 – 3. 365 msnm. El gradiente entre los pozos B-3 y
B-1 es de 8,8 x 10-4, lo que es indicativo de una mayor permeabilidad.

Un caso particular lo presenta la cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada), al este del salar
(Figura 8.4). Los pozos tomados de EDRA (1999) indican dos fenómenos. Por una parte, los
que se encuentran en esta cuenca hidrográfica tienen un nivel piezométrico mayor conforme se
encuentran más al sur y al estar sobre un mismo depósito aluvial, se pueden relacionar
hidráulicamente como un flujo hacia el norte.

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Por otra parte, las cotas de nivel en estos pozos (SPB y SPX) son mayores a las registradas en
las obras al oeste, en la cuenca Salar de Pedernales, y la divisoria de aguas que aparece como
impermeable, se encuentra fracturada y tendría una permeabilidad secundaria que permitiría el
paso de agua subterránea por esta zona. En particular, al sur de los pozos SPB-13 y SPX-13, la
divisoria pierde espesor, y al oeste de ésta hay algunas vegas que indicarían un flujo en esa
dirección, dado que la subcuenca aportante a los afloramientos que la alimentan resulta
pequeña para producir escurrimientos permanentes.

Como puede notarse, las zonas con menos información corresponden a la parte alta de la
cuenca y la zona del salar. En la parte alta interesaría conocer los sectores al este y oeste de la
Cordillera Claudio Gay, que corresponde a la subcuenca del Río Juncalito y el Llano los
Arroyos, respectivamente. Ambas zonas representan interés por el hecho de que existen
potenciales flujos subterráneos regionales, provenientes principalmente de cuencas a mayor
cota al este.

8.2.2 Salar de Maricunga

El catastro de pozos levantado en la cuenca Salar de Maricunga contempla 25 sondajes, a los


que se han agregado para el estudio de la zona 33 sondajes perforados en la cuenca Piedra
Pómez, al este. Los datos de niveles son escasos, dado que los antecedentes recopilados no
entregan suficiente información al respecto.

Las zonas más estudiadas de esta hoya hidrográfica corresponden al Llano Ciénaga Redonda y
al llano al noroeste del salar, donde se ha descrito un alto potencial hidrogeológico. La
explotación de recursos hídricos que se hace en la cuenca tiene como finalidad abastecer
faenas mineras, donde la Compañía Minera Mantos de Oro es la que registra mayor cantidad
de derechos de aprovechamiento subterráneo en la zona.

En la Tabla 8.3 se presenta la información de pozos disponible. Los datos sin cota de terreno,
y por tanto sin cota de nivel de agua subterránea, fueron eliminados.

El acuífero de la cuenca está siendo explotado desde 1990, al considerar la fecha en que se
otorgaron los permisos legales para tales efectos. Sin embargo, los niveles estáticos de algunos
pozos datan de 1984, que correspondería a los años en que se realizaron exploraciones para
alumbrar recursos.

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Tabla 8.3: información de niveles de pozos disponible.
UTM Este UTM Norte Cota terreno NE Cota NE
Nombre pozo Fecha
(m) (m) (msnm) (mbnt) (msnm)
SR-3 / MDO-12 493.204,3 7.032.428,1 3.758,1 ago-89 7,75 3.750,3
SR-4 / MDO-13 492.144,4 7.031.614,6 3.771,0 ago-89 21,19 3.749,9
SR-6 / MDO-14 491.489,2 7.033.304,9 3.776,0 ago-89 23,2 3.752,8
SP-2 491.131,0 7.029.861,4 3.773,6 ago-89 23,9 3.749,7
QC 1 / SP-1 / MDO-10 493.999,9 7.014.252,0 3.771,4 ene-89 8,3 3.763,1
QC 6 / SR-1 / MDO-8 495.150,9 7.016.397,6 3.769,3 ene-89 7,7 3.761,6
SP-4 490.652,0 7.007.700,9 3.802,5 ago-89 37,7 3.764,8
SP-3 491.451,3 7.008.050,2 3.807,4 sep-89 42,54 3.764,9
CR 6 / SR-2 492.295,0 7.008.331,9 3.811,9 nov-90 8,36 3.803,6
CAN-6 498.052,0 7.021.792,0 3.781,0 dic-91 19,53 3.761,5
PPX-1 521.001,5 7.022.052,9 4.423,0 mar-99 76,06 4.346,9
PPB-1 520.997,0 7.022.083,0 4.423,2 mar-99 75,873 4.347,3
PPX-2 523.470,9 7.020.313,5 4.477,9 mar-99 51,925 4.426,0
PPX-3 520.983,8 7.024.052,1 4.406,9 mar-98 50,92 4.356,0
PPB-3 521.073,8 7.023.938,3 4.409,4 mar-98 52,65 4.356,7
PPX-4 517.757,1 7.021.296,9 4.407,6 mar-99 65,455 4.342,1
PPB-4 517.756,7 7.021.328,4 4.407,6 mar-99 65,4149 4.342,2
PPX-5 516.939,9 7.019.108,8 4.400,7 mar-99 65,305 4.335,4
PPB-5 516.942,9 7.019.078,9 4.400,4 mar-99 65,035 4.335,4
PPX-6 519.039,7 7.022.958,1 4.402,0 mar-99 57,38 4.344,6
PPB-6 519.047,2 7.022.928,8 4.402,1 mar-99 57,5 4.344,6
PPX-7 512.966,1 7.015.951,6 4.362,6 mar-99 35,62 4.326,9
PPX-8 520.308,9 7.027.286,2 4.400,5 mar-99 31,01 4.369,5
PPB-8 520.322,9 7.027.286,2 4.400,2 mar-99 31,075 4.369,1
PPX-9 520.492,8 7.031.186,3 4.408,0 mar-99 37,3 4.370,7
PPB-9 520.463,5 7.031.199,3 4.408,0 mar-99 37,535 4.370,5
PPX-10 522.431,3 7.027.582,9 4.424,4 mar-99 56,3 4.368,1
PPB-10 522.427,5 7.027.612,9 4.424,9 mar-99 56,785 4.368,2
PPX-11 520.651,9 7.034.966,4 4.441,7 mar-99 72,96 4.368,8
PPB-11 520.631,2 7.034.944,1 4.441,4 mar-99 72,52 4.368,9
PPX-12 528.893,4 7.024.706,8 4.522,2 mar-99 96,43 4.425,8
PPB-12 528.906,1 7.024.733,0 4.522,3 mar-99 96,46 4.425,9
PPX-14 531.557,5 7.026.771,2 4.526,3 mar-99 100,755 4.425,6

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Tabla 8.3: información de niveles de pozos disponible (Continuación).
UTM Este UTM Norte Cota terreno NE Cota NE
Nombre pozo Fecha
(m) (m) (msnm) (mbnt) (msnm)
PPB-14 531.559,1 7.026.740,3 4.526,3 mar-99 99,7 4.426,6
PPX-15 510.534,0 7.013.437,6 4.347,9 mar-99 21,78 4.326,1
PPX-16 523.943,4 7.018.113,8 4.527,4 mar-99 108,095 4.419,3
PPX-18 532.318,9 7.025.052,1 4.556,2 mar-99 130,03 4.426,2
PPB-18 532.320,4 7.025.032,1 4.558,1 mar-99 130,62 4.427,4
PPB-19A 518.203,0 7.020.353,6 4.407,7 mar-99 66,405 4.341,3
PPB-21 518.141,7 7.018.333,8 4.402,8 mar-99 69,38 4.333,4
PPB-23 520.164,8 7.020.332,8 4.426,7 mar-99 84,345 4.342,4
PPB-24 522.110,5 7.020.369,6 4.459,2 mar-99 111,145 4.348,0
NJ-1 514.740,3 7.021.309,1 4.418,0 mar-99 3,515 4.414,5

Como ocurre con Pedernales, la información es extremadamente limitada para proponer


isopiezas, sin embargo, se puede inferir la dirección del escurrimiento conociendo la
continuidad geológica del medio. En la Figura 8.7 se muestra los pozos en la cuenca Salar de
Maricunga y Piedra Pómez con los datos de cota de nivel de agua subterránea.

Los flujos de agua subterránea siguen de manera aproximada la topografía de la cuenca


superficial (Figura 8.8). El punto más bajo en ese sentido es el salar, donde convergen las
aguas desde los llanos aledaños, hacia donde los gradientes son bajos, indicio de una
permeabilidad mayor.

En la parte sur de la cuenca, se vislumbra un paso de agua desde la cuenca Laguna del Negro
Francisco a la cuenca Salar de Maricunga, que ya fuera verificado y documentado por la DGA
(DGA–DEP, 2006) en el “Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca
del Salar de Maricunga, III Región. S.D.T. Nº 255” (Ref. 16).

Luego, se infiere que el curso del agua subterránea sigue desde la cabecera hacia la descarga
de Ciénaga Redonda, donde se pueden observar en terreno e imágenes satelitales tramos en
que el agua aflora formando vegas y bofedales, y otros en que infiltra. Para los pozos
perforados en este sector (expedientes ND-0302-{545, 546, 555 y 556}), no se encontró
registro de nivel de la napa.

Un nivel de referencia en la quebrada Ciénaga Redonda es la cota del afloramiento que se


produce al este del Cerro Pastillos, cercana a 3.945 msnm. Este sector es conocido como Vega

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Redonda, y allí se desarrolla por unos 2 km una vegetación freatófita que subsiste de este
afloramiento debido al angostamiento de la sección hidrogeológica.

En el Llano Ciénaga Redonda, los pozos están alineados casi paralelos al salar y muestran un
nivel muy similar, en torno a los 3.765 msnm. Aguas arriba se encuentran las dos principales
fuentes de recarga de este sector, la quebrada Ciénaga Redonda, al sur, y el Río Lamas, al este.
El flujo de agua subterránea se produce desde estas zonas altas, donde se manifiestan cursos
superficiales, intermitente el primero y continuo el segundo, para infiltrarse en el llano.

De acuerdo a la similitud de los niveles en el borde este del salar, el acuífero está drenando
agua en su dirección (Figura 8.8). En el sector al noroeste del salar se observa una situación
similar, donde los pozos aledaños a la costra presentan niveles similares, los que aumentan
hacia los Cerros de la Sal y la quebrada Caballo Muerto. El flujo de agua subterránea ocurre
en esta zona en la dirección NO-SE.

Por otra parte, se tiene información de los pozos en el Llano de Piedra Pómez, en la cuenca del
mismo nombre. Sus niveles estáticos indican que existe un flujo hacia la cuenca Salar de
Maricunga, con un gradiente que disminuye a medida que se acerca a la divisoria de aguas. A
pesar de esto, no se ha podido establecer una conexión entre ambas. A través de herramientas
geoquímicas e isotópicas, el estudio realizado por Iriarte et al. en el año 2001 (Ref. 20), intentó
determinar la conexión a través de la comparación de análisis de las aguas subterráneas de
Piedra Pómez y las de superficie en el Río Lamas, sin embargo, la información no permitió
concluir una interacción entre las cuencas.

Los gradientes que se pueden calcular con la información disponible corresponden a las zonas
del Llano de los Arroyos y paso desde cuenca Laguna del Negro Francisco a éste; campo de
Piedra Pómez y sector noroeste del Salar de Maricunga. En la Tabla 8.4 se presentan los
valores estimados en estas zonas, con los pozos utilizados para su cálculo.

Tabla 8.4: Gradientes estimados en la cuenca Salar de Maricunga y sectores aledaños.


Cuenca / zona Pozos usados Gradiente
Laguna del Negro Francisco a Llano de los Arroyos RA-2 – RA-1 3,15 x 10-3
Llano de los Arroyos RA-1 – RA-3 5,89 x 10-3
PPX-5 – PPX-7 1,67 x 10-3
Campo de Piedra Pómez
PPX-7 – PPX-15 2,36 x 10-4
Sector noroeste Salar de Maricunga SR-6 – SR-4 1,61 x 10-3

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Figura 8.7: Niveles de la napa en cuenca Salar de Maricunga.

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Dirección determinada
Dirección inferida

Figura 8.8: Dirección del escurrimiento subterráneo en cuenca Salar de Maricunga.

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8.3 Constantes Elásticas

Para caracterizar el acuífero se utilizan los conceptos de transmisividad y coeficiente de


almacenamiento, que representan sus constantes elásticas. El primero de éstos es una medida
de la cantidad de agua que puede ser transmitida horizontalmente por el acuífero a través de un
ancho unitario, dentro del espesor saturado y con un gradiente también unitario. Este
parámetro se calcula como el producto de la conductividad hidráulica (K) y el espesor
saturado del acuífero (b):

T = K ⋅b (unidades L2/T)

En algunos casos también se utiliza únicamente la conductividad hidráulica (K, unidades L/T),
que es una medida de la habilidad de un fluido para moverse a través de los espacios
interconectados de los sedimentos o rocas. Ésta depende tanto del fluido como del medio.

Por otra parte, el coeficiente de almacenamiento (S, adimensional) representa el volumen de


agua por unidad de superficie que un elemento permeable absorbe o libera de su
almacenamiento cuando hay un cambio unitario en la carga hidráulica. Valores típicos de
acuíferos libres varían en el orden de 0,02 a 0,30, mientras que los de acuíferos confinados
suelen ser menores o iguales a 0,005 (Fetter, C. W., 2001).

Usando los antecedentes disponibles, se han evaluado aquellas zonas que cuentan con
información de constantes elásticas. La discretización de toda el área de estudio en zonas de
conductividad hidráulica característica no ha sido evaluada para la elaboración de este
documento, pues escapa a los alcances de la investigación.

8.3.1 Salar de Pedernales

CPH Consultores (2004) realizó una reevaluación de los ensayos de bombeo que había en la
cuenca a la fecha de ese estudio, a lo que se agregaron el pozo de bombeo PB-15, construido
para complementar la información existente. Dicha reevaluación fue revisada en el marco de
este estudio, tomando en cuenta los datos y curvas presentados en los anexos de ese
documento. Sus análisis han sido en su mayoría validados y, salvo algunos cambios, se
utilizaron para la caracterización del acuífero presentada más abajo.

Adicionalmente, a partir de la información complementaria de otros estudios en la cuenca de


Pedernales, se catastraron 20 pozos con valores de conductividad hidráulica o transmisividad,
obtenidas a partir de pruebas de bombeo. Éstos están concentrados al suroeste del Llano de
Pedernales Sur y al norte del Llano los Pajaritos. Allí se encuentra la planta de bombeo de
Codelco, División El Salvador (Figura 8.9).

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Figura 8.9: Pozos con pruebas de bombeo y determinación de T y/o K en Salar de Pedernales

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Otros pozos se encuentran aguas arriba de La Ola, en el Llano Leoncito. La Figura 8.9 muestra
la ubicación de los pozos y la Tabla 8.5 presenta sus parámetros estimados. De acuerdo a la
información presentada, se describe a continuación los valores de parámetros hidráulicos para
cada zona, exponiendo su variación.

• En el sector poniente del Llano de Pedernales Sur y al norte del Llano Los Pajaritos
(pozos PB en Figura 8.9), los valores de conductividad hidráulica varían entre 1,3 y 230
m/d, mientras que los de transmisividad varían entre 11.000 y 900 m2/d. Estos pozos se
encuentran en una zona de depósitos aluviales, donde convergen aportes de las
subcuencas Río La Ola, Sierra Aragoneses y Los Pajaritos. La permeabilidad es en
general alta, lo que se verifica por el bajo gradiente natural de la napa en el Llano de
Pedernales. Los niveles de la napa en los pozos de este sector son similares, a excepción
de los que se encuentran bombeando, para los que se verifica un aumento del gradiente
en su vecindad. Las depresiones producidas por la extracción han alterado la dirección
natural del flujo subterráneo en su área de influencia.

• Los pozos ubicados entre el Llano de Pedernales Sur (B-1 a B-4) y el Llano La Ola (PB-
15 y J-1), tienen conductividades hidráulicas que van desde 43 a 0,2 m/d, disminuyendo
hacia el sur. La mayor permeabilidad de este grupo es la del pozo B-2 (43 m/d), que
resulta estar cercano a la batería de pozos al norte del Llano Los Pajaritos (descrita en el
punto anterior). Las transmisividades van entre 18 y 1.700 m2/d, que al igual que en el
caso de las permeabilidades se presentan menores al sur del Llano La Ola (pozos J-1 y
PB-15). Esta información es coherente con el alto gradiente hidráulico del tramo.

• El grupo de pozos ubicados al sur de La Ola, en el Llano Leoncito, presentan


permeabilidades que se encuentran entre 5 y 75 m/d, lo que puede considerarse media a
alta. Las transmisividades, al igual que los valores de K, varían de manera más
homogénea, en un rango entre 500 y 1.100 m2/d, las que se han atribuido a la zona
superior del acuífero constituido principalmente por gravas y arenas aluviales. Estos
pozos se encuentran en la convergencia de los aportes de los ríos La Ola y Leoncito, en
una zona donde el nivel de la napa es relativamente somero.

• Finalmente, se tiene los pozos ubicados al suroriente del salar, en el Llano de los Gases
Blancos (SPX-16 y SPB-16), cuyas conductividades hidráulicas son de 1,3 y 10,7 m/d.
Las transmisividades son de 250 y 2.000 m2/d. En ambos casos la diferencia es de un
orden de magnitud, a pesar de estar a una distancia próxima entre sí.

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Tabla 8.5: Pozos catastrados en Salar de Pedernales con valores de transmisividad (T),
conductividad hidráulica (K) y coeficiente de almacenamiento (S).
Nombre UTM Este (m)* UTM Norte (m)* K (m/d) T (m2/d) S (-)
B-1 485.597,1 7.088.809,7 15,2 838,0
B-2 485.025,1 7.086.121,2 43,0 1.700,0 1,00 x10-1
B-3 488.302,8 7.084.400,5 24,6 1.230,0
B-4 489.706,3 7.081.678,9 3,0 180,0 1,20 x10-3
J-1 494.770,0 7.073.790,0 0,2 18,0 9,71 x10-2
J-3 498.770,0 7.070.380,0 74,8 1.120,0 1,30 x10-1
J-6 495.090,0 7.070.810,0 14,6 707,0 2,08 x10-2
PB-10 480.506,0 7.085.399,0 1,3 4.860,0
PB-12 481.072,0 7.086.060,0 320,0 11.200,0
PB-13 481.690,2 7.083.857,1 15,0 915,0 1,20 x10-1
PB-15 494.772,2 7.073.415,3 0,2 21,0 9,71 x10-3
PB-5 482.500,0 7.084.650,0 168,0 8.395,0
PB-6 482.100,0 7.085.100,0 103,0 5.105,0
PB-7 482.350,0 7.085.400,0 50,7 3.800,0
PB-8 481.789,7 7.084.726,2 94,6 4.750,0 1,00 x10-1
PB-9 480.478,3 7.084.708,8 83,1 4.980,0
PO-3 498.100,0 7.069.080,0 14,0 576,0
PO-4 495.560,0 7.066.020,0 5,0 500,0
SPB-16 505.279,4 7.083.309,2 10,7 2.000,0 1,00 x10-7
SPX-16 505.276,0 7.083.265,0 1,3 250,0 1,00 x10-4
* Datum PSAD 56, Huso 19S.

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Respecto del coeficiente de almacenamiento, la información es más limitada, dado que se


requiere de al menos un pozo de observación durante el ensayo de bombeo para estimar su
valor.

Considerando los datos de la Tabla 8.5, se dispone de 10 valores de S en toda la cuenca, los
que están distribuidos del mismo modo que las zonas con datos de conductividad hidráulica y
transmisividad. Los valores estimados varían entre 1,0 x 10-7 y 1,0 x 10-1. La Figura 8.10
muestra la ubicación de los pozos en los que se tiene información de este parámetro.

• Al poniente del Llano de Pedernales Sur y al norte del Llano Los Pajaritos (pozos PB-8 y
PB-13 en Figura 8.9), los valores de coeficiente de almacenamiento son del orden de 1,0
x 10-1, lo que refleja una condición clara de acuífero libre. Esto es coherente con la
estratigrafía de los pozos del sector.

• Para el pozo B-2, en una zona cercana a los pozos descritos en el punto anterior, se
estimó un valor de S del mismo orden de magnitud. Para el pozo B-4, J-1 y PB-15,
ubicados más al sur se estimó un valor de S menor, que representa condiciones de un
acuífero libre a semiconfinado.

• En el Llano Leoncito, los valores de coeficiente de almacenamiento también reflejan


condiciones de un acuífero libre, con valores de 2,1 x 10-2 y 1,3 x 10-1. La coherencia se
mantiene respecto de lo observado en la unidad superior del acuífero, constituido por
material grueso en una matriz con cantidades variables de arcilla.

• Finalmente, los pozos perforados en el Llano de los Gases Blancos muestran una clara
condición de acuífero confinado. Las intercalaciones de material fino y tobas argilizadas
serían determinantes en la operación de estas captaciones.

Se debe tener en cuenta que los valores de coeficiente de almacenamiento en el largo plazo
tienden a ser mayores en acuíferos libres, cuando éstos son estimados a partir de ensayos de
bombeo de corta duración (~24 - 48 horas).

Como puede desprenderse del análisis y la información disponible, en la parte alta de la


cuenca y en la zona norte del salar no se cuenta con datos. Del catastro construido, en base a
los documentos y antecedentes revisados, no se encontró información sobre este aspecto. Estas
obras corresponderían a trabajos de exploración, a los que no se practicó ensayos de bombeo.

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Figura 8.10: Pozos con pruebas de bombeo y determinación de S en Salar de Pedernales.

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8.3.2 Salar de Maricunga

La revisión de antecedentes permitió conformar una base de datos con 25 obras de captación
dentro de los límites de la cuenca. Estas se encontraron principalmente en expedientes DGA,
informes de término de área de exploración y estudios de disponibilidad realizados en la zona.
Los pozos con datos de permeabilidad alcanzan a 10, que se encuentran en las zonas próximas
al salar, donde el potencial de recursos subterráneos ha sido descrito como el mayor de la
cuenca. Destacan el Llano Ciénaga Redonda y los llanos al este (Pampa Salar de Maricunga) y
noroeste (Llano de Quebrada Caballo Muerto) del área ocupada por la costra de sal.

En la Tabla 8.6 se presentan los pozos en los que se estimó parámetros hidráulicos en la
cuenca. Los valores fueron calculados con los datos medidos en el propio pozo de bombeo,
usando las metodologías de Cooper-Jacob, Thiem y algunas correcciones aplicadas a este
último método cuando se trata de acuíferos libres. Sobre el coeficiente de almacenamiento se
reportó un valor para el pozo CAN-6, no estimado en el presente estudio, dado que los datos
del ensayo de bombeo no contaban con pozo de observación. Este fue asignado de acuerdo a
las características del acuífero (Ingeniería y Geología Ltda., 2009 en Expediente DGA ND-
0302-208).

Tabla 8.6: Información disponible de parámetros hidráulicos en cuenca Salar de Maricunga.


Nombre UTM Este (m) UTM Norte (m) K (m/d) T (m2/d) S
SR-3 / MDO-12 493.204,3 7.032.428,1 10,5 653,6
SR-4 / MDO-13 492.144,4 7.031.614,6 3,6 468,0
SR-6 / MDO-14 491.489,2 7.033.304,9 0,9 35,8
SP-2 491.131,0 7.029.861,4 22,1 1.020,3
QC 1 / SP-1 / MDO-10 493.999,9 7.014.252,0 20,8 2.327,1
QC 6 / SR-1 / MDO-8 495.150,9 7.016.397,6 36,2 5.151,3
SP-4 / CR-4 490.652,0 7.007.700,9 153,2 17.200,0
SP-3 / CR-5 491.451,3 7.008.050,2 171,2 18.400,0
SR-2 / CR-6 492.295,0 7.008.331,9 54,6 5.612,9
CAN-6 498.052,0 7.021.792,0 1,6 159,0 1,0 x10-4

En el ANEXO I se encuentran los ajustes realizados a las pruebas de bombeo con los distintos
métodos usados.

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La ubicación de estos pozos en la cuenca se muestra en la Figura 8.11.

• En el Llano Quebrada Caballo Muerto se tiene información de 4 pozos, de los que se ha


estimado una conductividad hidráulica que varía entre 1 y 22 m/d. La transmisividad, por
su parte, considerando la profundidad del acuífero como la perforada por los pozos, da
valores entre 36 y 1.000 m2/d. Los pozos de este sector se encuentran ranurados en
amplias zonas de gravas y arenas, que representan una proporción importante de la
columna estratigráfica de cada uno. En algunas zonas de cada columna se puede
encontrar finos (limos y arcillas), que ocupan una proporción menor de éstas.

• En el sector de la Pampa Salar de Maricunga al este del salar, se encuentran los pozos
CAN-6, SR-1 y SP-1, cuyas conductividades hidráulicas se encuentran entre 2 y 35 m/d,
aproximadamente. Los valores de K, así como el grado de penetración de los pozos en el
acuífero de este sector es mayor que los del Llano Caballo Muerto, alcanzando
transmisividades de poco más de 5.000 m2/d. La columna estratigráfica de los pozos SP-
1 y SR-1 muestra predominancia de arenas y gravas hasta unos 105 metros de
profundidad. De ahí en adelante, las perforaciones se realizaron en limo y arcilla, tramos
que no fueron habilitados para efectos del bombeo.

El pozo CAN-6 tiene una columna estratigráfica donde se observa mayor presencia de
arcillas que en los otros de este sector, mezcladas en una matriz con arenas y gravas y
también intercalada entre estratos de este tipo. Esto explica su menor conductividad
hidráulica en relación a los otros pozos de este sector.

• En el sector Llano Ciénaga Redonda, la información de los pozos indica una


permeabilidad mayor a los sectores anteriormente descritos, que varían entre 55 y 170
m/d. Las características estratigráficas de los sondajes son coherentes con estos valores,
con abundancia de gravas y arenas. El pozo SR-2 tiene mayor proporción de arena y en
algunos tramos dentro de una misma matriz mezclada con arcilla. Esta alta
permeabilidad ubica al Llano Ciénaga Redonda como el acuífero de mayor potencial de
los que se ha estudiado, avalado también por su mayor potencia. Los valores de
transmisividad van entre 5.500 m2/d y 18.500 m2/d.

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Figura 8.11: Pozos con estimación de parámetros hidráulicos en Salar de Maricunga.

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8.4 Conexión con Otras Cuencas

Hasta esta parte del informe se ha revisado y analizado la información disponible,


contrastándola con lo propuesto por los distintos autores que han abordado la misma área de
estudio. A partir de esto, se ha intentado dilucidar la conexión hidrogeológica entre las
distintas unidades hidrográficas que se delimitaron en el marco de este estudio (Parte I), las
que desde el Balance Hídrico de Chile (DGA, 1987) se encontraban agrupadas de acuerdo a un
análisis de distinta escala y calidad de información.

Al igual que en otras zonas del Altiplano, los acuíferos están en gran medida condicionados
por las condiciones geológicas estructurales, debido al régimen tectónico que ha dado a las
rocas y depósitos una permeabilidad secundaria. Los acuíferos más estudiados de las cuencas
piloto de la Región de Atacama corresponden a los alojados en depósitos aluviales, en los
llanos y depresiones de las cuencas, próximos a la zona donde se emplazaron los salares.
Destacan en estos depósitos el Llano Ciénaga Redonda en Maricunga y el Llano de
Pedernales, en Pedernales.

Los flujos de agua de carácter regional no han sido estudiados en profundidad, sino
únicamente descritos a través de la observación superficial de la zona usando imágenes
satelitales (EDRA, 1999). De ellos se ha inferido un mayor potencial hidrogeológico en la
zona, que debe ser ahondado para corroborar ciertas hipótesis planteadas, algunas de las cuales
se discuten en este apartado.

En el caso de la cuenca Salar de Pedernales, se constata una clara conexión de orígen


antrópico con la cuenca del Río Salado, ubicada al oeste y de carácter exorreico. Esta conexión
está dada por la descarga desde el acuífero del Salar de Pedernales a través de un dren
artificial, construido en la década de 1920 – 1930. En la Figura 8.12 se muestra la zona de
descarga, tomada de la imagen satelital de Google Earth (octubre de 2006). Los caudales
medidos en esta descarga se tratan el apartado 8.6.2, y algunas imágenes captadas en este
punto durante la campaña de muestreo de aguas se presentan en el ANEXO II.

Más al sur de esta descarga, en la Sierra Bórax, divisoria con la cuenca del Río Salado, se
encuentran algunas zonas de continuidad litológica de características granulares. En éstas
también se puede apreciar vestigios de escurrimientos hacia el este (quebradas marcadas por
flujos). A pesar de esto, se cree que representan poca importancia respecto de la capacidad que
tendrían de transmitir agua.

También existen zonas similares en la divisoria de aguas entre las cuencas de Pedernales y
Maricunga, sin embargo no se han caracterizado ni incluido en estudios previos.

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69º 15’ O

26º 10’ S 26º 10’ S

Dren
Agua Helada

la do
o Sa
Rí 26º 11’ S
26º 11’ S

Salar de Pedernales

69º 15’ O

Fuente: [Google Earth]


Figura 8.12: Descarga de Pedernales al Río Salado a través del dren Agua Helada

Otra conexión corresponde a la que se da entre la cuenca La Laguna (Llano de la Vega


Helada) y la del Salar de Pedernales. La información de niveles piezométricos e
hidrogeoquímica avala este hecho, sin embargo, la geología de superficie en la zona límite
entre ambas cuencas (Sierra de La Laguna) no respalda cabalmente este supuesto. En algunos
estudios, ambas cuencas han sido consideradas como una sola (ej.: EDRA, 1999).

Los pozos en el Llano de la Vega Helada tienen un nivel piezométrico mayor hacia el sur y
están emplazados en un mismo depósito aluvial continuo, lo que indica un flujo hacia el
NNW. Por otra parte, las cotas de nivel en estos pozos (SPB y SPX) son mayores a las de
aquellos ubicados en Pedernales (Llano de los Gases Blancos) y la divisoria de aguas
superficial que aparece como pseudo-impermeable, se encuentra fracturada y tendría una
permeabilidad secundaria que permitiría el paso de agua subterránea por esta zona. En
particular, al sur de los pozos SPB-13 y SPX-13, la divisoria pierde espesor, y al oeste de ésta
hay algunas vegas que indicarían un aporte subterráneo en esa dirección, dado que la
subcuenca aportante a los afloramientos que la alimentan resulta pequeña para producir
escurrimientos permanentes (Figura 8.13 de abril de 2007). Aguirre y Venegas (2005),
basados en los datos de Aguirre (2003), estiman un aporte de al menos 70 L/s hacia
Pedernales, basado en estas mismas evidencias, la interpretación de la información

231
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gravimétrica que había disponible en la zona, los afloramientos de agua al sur de la Sierra de
la Laguna, las concentraciones de elementos minoritarios y los datos isotópicos.

En el presente estudio se respalda el hecho de que sean mayores, basados en que la


explotación actual no se habría materializado y la descarga de la cuenca a través de
evaporación en sus lagunas resulta ser menor en comparación con los aportes de recarga que
se producirían. Un análisis de esta situación se realiza en el apartado 8.7 (Balance de Recargas
y Descargas).

S i e rr
Cuenca Salar de 68º 58’ S

a de
Pedernales SPB-8

La L
SPX-8

ag u n
Llano de los SPB-13

a
Gases Blancos SPX-13

SPX-5 Vega del


26º 21’ O Agua Helada SPB-7
SPX-7 26º 19’ O

SPB-14 Cuenca La Laguna


SPX-14
SPX-4

SPX-3 SPX-16
68º 57’ S

Fuente: [Google Earth]


Figura 8.13: Descarga desde cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada) al Llano de los
Gases Blancos (Salar de Pedernales).

Aguirre (2003) incluso señala la posibilidad de que exista un flujo subterráneo profundo desde
la subcuenca del Río Juncalito hasta el Llano de la Vega Helada y desde ahí hasta el Llano de
los Gases Blancos. Esta suposición es congruente con la reinterpretación de los TEM de
EDRA (1999), que señala una profundidad máxima de 1.100–1.500 m para un acuífero
profundo, lo que concluye al complementar con la interpretación gravimétrica que forma parte
del mismo estudio (apartado geofísica).

Otro aspecto analizado por Aguirre (2003) en este sentido, corresponde a la posible conexión
entre la cuenca Piedra Parada y la subcuenca de Pedernales, el Río Juncalito. La Figura 8.14
muestra la zona por la que se establece la conexión planteada.

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Los SEV realizados por Aguirre (2003) al sur de la cuenca de Piedra Parada buscaron evaluar
dicha conexión, de las que se interpreta un nivel superficial probablemente seco, de depósitos
aluviales con intercalaciones volcánicas (510 ohm-m en SEV 3) que alcanzaría 170 – 210 m
de profundidad. Lo infrayace una unidad volcanosedimentaria potencialmente acuífera, cuya
profundidad aumenta fuertemente de 630 a 2.000 m hacia el sur, como se observa en la Figura
8.15. La pendiente del nivel basal de esta unidad permeable indica la factibilidad de un flujo
subterráneo desde Piedra Parada hacia la subcuenca del Río Juncalito, aunque no se ha
cuantificado su magnitud.

Figura 8.14: Conexión entre Piedra Parada y Subcuenca del Río Juncalito.

Por otra parte, la cuenca de Piedra Pómez presenta una situación especial respecto de las dos
cuencas del sistema piloto de la Región de Atacama. La más estudiada ha sido la conexión con
la cuenca Salar de Maricunga.

El estudio “Evaluation of the Hydrogeological Interconnection between the Salar de


Maricunga and the Piedra Pomez Basins, Atacama Region, Chile; An Isotope and
Geochemical Approach”, desarrollado por Iriarte et al. en 2001 (Ref. 20), evaluó la conexión
entre las cuencas en cuestión a través del cotejo geoquímico e isotópico de sus aguas. Las

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aguas subterráneas de Piedra Pómez corresponden mayoritariamente al tipo bicarbonatada
sódica y clorurada sódica, con un amplio rango de salinidad (400- 4.400 µSm). Las aguas del
Río Lamas, en su cabecera, son bicarbonatadas sódicas de baja salinidad (900- 1.100 µSm), y
los cursos inferiores cambian a cloruradas sódicas con mayor salinidad (3.000- 4.500 µSm), lo
que va acompañado de un aumento en su temperatura.

Fuente: [Aguirre, 2003]


Figura 8.15: Perfil geoeléctrico entre los SEV 1 y SEV 3 (resistividad en ohm-m).

Aparentemente la mayor salinidad en la parte baja responde a la influencia de ríos tributarios


que desembocan en el sector sur del Río Lamas, y no a un aporte subterráneo de la cuenca de
Piedra Pómez. Por su parte, la alta salinidad (cloruros especialmente), junto con la
concentración de bicarbonatos y los valores de isótopos de carbono, se pueden atribuir a
actividad volcánica, en este caso asociada al Volcán Nevado Tres Cruces. El nivel de
sensibilidad de los datos isotópicos de δ18O y δ2H, no se consideró suficiente como para
evaluar la interacción entre ambas cuencas.

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Otra evidencia de su conexión ha sido sostenida por el hecho de que Piedra Pómez tiene una
superficie considerable, y aportes mayores de precipitación que sus vecinas del oeste, por estar
a mayor cota, sin embargo, no se aprecia en ésta el desarrollo de cursos de agua superficiales
ni napas freáticas someras desde la que se produzcan descargas por evaporación. Todos los
pozos construidos en la zona tienen profundidades de napa superiores a 30 m (EDRA, 1999).

En el estudio “Hidrogeología Sector Quebrada Piedra Pómez”, desarrollado por EDRA


(1999), se observa que la piezometría de los pozos en el campo de Piedra Pómez indica una
dirección hacia el sur, predominantemente hacia el SE. No se descarta completamente que el
acuífero más somero drene hacia el SO, donde se encuentra la subcuenca del Río Lamas,
aunque se plantean razones de carácter geológico, hidrológico y químico para descartar un
aporte sustantivo a este curso superficial.

Los aspectos geológicos del estudio de EDRA (1999) muestran que el límite occidente de la
cuenca hidrogeológica de Piedra Pómez está constituido por rocas paleozoicas de la
Formación Pantanoso, que se ha reconocido corre hasta unos 30 km al sur del extremo austral
de la Cordillera Claudio Gay. Esta Formación no se aprecia de forma continua en superficie,
ya que estaría cubierta por rocas volcánicas pliocénicas, sin embargo, se aprecia continuidad
en los afloramientos en superficie de la unidad paleozoica. Esta barrera de macizo rocoso, de
características impermeables, indicaría una desconexión entre las cuencas de Piedra Pómez y
Salar de Maricunga.

Para el análisis hidrológico se observaron los caudales del Río Lamas. La productividad
calculada de la cuenca resultó ser coherente con los caudales aforados en la estación “Río
Lamas en El Salto”, por lo cual no estaría recibiendo aportes significativos desde cuencas
vecinas.

De este modo, es posible plantear que el Río Lamas nace a partir de afloramientos de un
acuífero somero, independiente del acuífero estudiado por EDRA (1999) en Piedra Pómez. Es
probable que exista un acuífero más profundo en la cuenca del Río Lamas, que estaría
desconectado del curso superficial (no es capaz de alterar su química ni sus flujos) y
eventualmente conectado con la cuenca hidrogeológica de Piedra Pómez, sin embargo, se
requiere de trabajos adicionales para comprobarlo o descartarlo.

Los estudios anteriormente mencionados buscaron establecer una relación entre Piedra Pómez
y la subcuenca del Río Lamas, llegando a los resultados descritos en los párrafos precedentes.
A pesar de esto, en Sierra Lajitas se observan algunos puntos donde estaría aflorando agua
subterránea proveniente del este. Esto ocurre en Quebrada Colorada, donde la barrera del
basamento (rocas paleozoicas y depósitos oligo-miocenos) es más delgada según gravimetría,

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y en Vega Lajita, donde los flujos provenientes del este se acumularían tras el macizo
paleozoico impermeable formando un cauce orientado N-S (Figura 8.16). Considerando el
tectonismo del sector, es posible que existan estructuras que actúen como planos de conexión
hidraúlica, como se muestra en la Figura 8.17.

Figura 8.16: Estructuras que atraviesan la Sierra Lajitas y que estarían indicando una conexión
entre Piedra Pómez y la cuenca Salar de Maricunga.

Respecto de la relación entre Piedra Pómez y la subcuenca del Río Juncalito (cuenca Salar de
Pedernales), se reconoce una falla de dirección NO–SE que conecta a ambas unidades
hidrográficas. La subcuenca del Río Juncalito se caracteriza por conformar un acuífero
fisurado (de acuerdo a la clasificación de Struckmeier y Margat, 1995, usada por Aguirre y
Venegas, 2005). En las cabeceras del Río Juncalito y la Quebrada Piedra Pómez, se extiende el
Portezuelo del Juncalito, que está constituido por material granular de espesor desconocido,
pero que permitiría el paso de agua entre una cuenca y otra. Esta conexión aparece como poco
importante debido a lo angosto de la sección. Ninguno de estos probables pasos se ha
estudiado en los antecedentes revisados.

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Figura 8.17: Detalle de estructuras que atraviesan la Sierra Lajitas mostradas en Figura 8.16.

En Maricunga se ha vislumbrado el paso de agua desde la cuenca Laguna del Negro Francisco,
a través del relleno sedimentario que las conecta aguas arriba de la Vega Pantanillo y al norte
de la estación fluviométrica “Río Astaburuaga en Cono” (ver Figura 4.8).

El estudio “Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca del Salar de


Maricunga, III Región. S.D.T. Nº 255”, realizado por el Departamento de Estudios y
Planificación (DEP) de la DGA en 2006, describe la continuidad del mencionado relleno
sedimentario y un flujo pasante de 80 L/s. La situación en régimen natural fue descrita en
dicho informe y se grafica en la Figura 3.2 de la revisión de antecedentes.

Finalmente, cabe mencionar que salvo los flujos estimados desde la cuenca Laguna del Negro
Francisco a la cuenca Salar de Maricunga, y los flujos desde la cuenca Salar de Pedernales a la
cuenca Río Salado, no se tiene información concreta de otras recargas o descargas entre las
unidades estudiadas del Altiplano y sus vecinas.

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8.5 Estimación de la Recarga

La recarga de los acuíferos altiplánicos tiene como fuente principal la precipitación, que se
infiltra en zonas de mayor permeabilidad, favorecida por eventos de mayor envergadura que
son capaces de saturar el suelo y conducir agua hasta el acuífero. Otras fuentes comunes de
recarga corresponden a usos consuntivos como el riego, pero su influencia en la zona de
estudio es despreciable.

En cuencas con una fuerte influencia volcánica y tectónica, como las del Altiplano y la Puna,
la presencia de estructuras condiciona la conexión entre cuencas, a través de las cuales se
producen tanto recargas como descargas que sustentan flujos de tipo regional. También
existen cuencas hidrogeológicas que se extienden más allá de los límites definidos por las
divisorias de agua superficial, compartiendo recursos subterráneos a través de rellenos
sedimentarios.

A continuación se presentan las recargas estimadas de acuerdo a la metodología escogida en


este estudio, que considera la litología de superficie de las cuencas, la influencia de los cauces
en la geomorfología y los montos de precipitación en distintas bandas de altura.

8.5.1 Recarga del Sistema

La recarga en las cuencas del sistema piloto de la III Región tiene como fuente principal las
precipitaciones que se producen en la cordillera de Claudio Gay al este y la cordillera de
Domeyko al oeste. Este sector sólo constituye una zona de transferencia del agua subterránea
hacia las zonas más bajas de la cuenca, donde se presentan rellenos de depósitos aluviales y
depósitos evaporíticos (salares), que corresponden a los sectores con mayor potencial
hidrogeológico reconocido de estas cuencas. Debido a su carácter endorreico, la única
descarga que normalmente presentan es a través de evaporación, por lo que la calidad de las
aguas empeora, debido al aumento de la concentración de sales, a medida que se avanza desde
la cabecera de las cuencas hacia las zonas bajas.

A continuación se realiza una estimación de la recarga media anual a largo plazo, realizada por
medio de balances de masa y de coeficientes de infiltración y escorrentía que ponderan las
características hidráulicas de las unidades litológicas presentes en las cuencas analizadas. La
recarga por precipitación se calculó como la suma de una recarga directa (RD) dada por la
precipitación que cae sobre los depósitos sedimentarios, y una recarga lateral o de piedemonte
(RL), producida por la precipitación que cae sobre la roca impermeable o semipermeable de la
cuenca aportante. La Figura 8.18 presenta un esquema de los términos del balance hídrico que
se realiza en cada unidad litológica, para la recarga directa y la lateral.

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El balance hídrico en un volumen de control establece que las entradas menos las salidas al
sistema son iguales al cambio en el almacenamiento. Cuando este balance se realiza en el
largo plazo, sobre intervalos de tiempo mayores a 1 año, el cambio en el almacenamiento es
despreciable.

PP PP
ET ET1 ET2

Q1
Q Q

RD RL
(a) (b)

Figura 8.18: Esquema conceptual del balance hídrico en las unidades litológicas para estimar
la recarga en el sistema piloto (a) Recarga directa. (b) Recarga lateral

Para estimar la recarga directa (RD) se aplica el siguiente balance en el volumen de control
(Figura 8.18a):

PP ⋅ ARD = ET + Q + RD .

Siendo PP la precipitación [LT-1], ARD es el área de la unidad litológica [L2], ET es la


evapotranspiración [L3T-1], y Q son los escurrimientos superficiales [L3T-1]. En zonas áridas la
escasez de precipitaciones y la elevada evapotranspiración potencial en suelos con baja
cobertura vegetal produce que la mayor parte de la precipitación se evapore sin lograr escurrir
superficialmente. Por consiguiente, el término Q de la ecuación anterior puede despreciarse, de
tal manera que una parte precipitación se devuelve a la atmósfera como evapotranspiración y
otra se infiltra transformándose en recarga. La parte de la precipitación que se infiltra puede
calcularse mediante un coeficiente de infiltración (CI), por lo tanto, la evapotranspiración se
determina con la siguiente expresión:

ET = (1 − C I ) PP ⋅ ARD .

239
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Finalmente la recarga directa (RD) se calcula con la siguiente ecuación:

RD = C I ⋅ PP ⋅ ARD .

donde CI es un coeficiente de infiltración estimado entre 0,05 y 0,30 dependiendo del grado de
permeabilidad y consolidación de la unidad litológica analizada.

La recarga lateral (RL) se produce en unidades litológicas impermeables o semipermeables,


donde ocurren pequeños escurrimientos a partir de los cuales se origina la recarga (Figura
8.18b). El volumen de control puede dividirse en dos partes, la primera donde se producen los
escurrimientos y la segunda que corresponde a los cauces desde donde se produce la recarga.
El balance hídrico en el primer volumen de control establece:

PP ⋅ ARL = ET1 + Q1 .

siendo PP la precipitación [LT-1], ARL es el área de la unidad litológica [L2], ET1 es la


evapotranspiración [L3T-1], y Q1 son los escurrimientos superficiales [L3T-1]. La
evapotranspiración puede estimarse en función de precipitación (PP) mediante un coeficiente
de escurrimiento (CE), de tal manera que:

ET1 = (1 − C E ) PP ⋅ ARL .

por lo tanto,

Q1 = C E ⋅ PP ⋅ ARL

donde CE es un coeficiente de escorrentía, que se estimó en 0,13 para las cuencas altiplánicas,
de acuerdo a “Estudio Hidrogeológico Conceptual y Numérico del Funcionamiento de la
Cuenca del Salar de Coposa” (DICTUC, 2005). Realizando el balance en la segunda parte del
volumen de control se tiene:

Q1 = ET2 + Q + RL .

siendo ET2 la evapotranspiración, la que puede estimarse en función de un coeficiente de


infiltración (CI) como

ET2 = (1 − C I )Q1 .

Combinando con el balance realizado en la primera parte del volumen de control y


despreciando el escurrimiento Q por tratarse de una zona árida se obtiene finalmente la recarga
lateral (RL) como

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R L = C I ⋅ C E ⋅ PP ⋅ ARL .

El valor del coeficiente de infiltración (CI) depende de la magnitud y duración de cada evento
de precipitación, de la textura del suelo y condición precedente de humedad. Sin embargo,
para estimar la recarga en el largo plazo es posible despreciar los efectos de los eventos
individuales de precipitación y de la condición antecedente de humedad, de tal manera que CI
tenga dependencia solamente en la textura del suelo. Xu et al. (2005) determinó para cuencas
semiáridas un coeficiente de escorrentía promedio de 0,31 en suelos con alta permeabilidad.
Por otra parte, Wang et al. (2008) estimaron un valor de CI de 0,082 para suelos de
permeabilidad baja en zonas semiáridas. Con estas consideraciones se estimaron un conjunto
de valores para el coeficiente CI en función de la permeabilidad cualitativa de las unidades
litológicas, los cuales se presentan en la Tabla 8.7.

Tabla 8.7: Valores del coeficiente de infiltración (CI) en función de la permeabilidad


cualitativa de las unidades litológicas.
Permeabilidad cualitativa CI
Alta 0,30
Media a Alta 0,25
Media 0,20
Media a Baja 0,15
Baja 0,10
Muy Baja 0,05

La metodología para el cálculo de la recarga no considera los efectos de la morfología local


del terreno y condiciones de almacenamiento en el suelo, introduciendo cierta incertidumbre a
los valores de recarga. Por consiguiente, se estableció una variación de ±20% en los valores de
CE y CI de tal forma de obtener un rango de los valores de la recarga de largo plazo en la
cuencas del sistema piloto.

Con el fin de introducir el efecto de la variación espacial de la precipitación en la estimación


de la recarga, las cuencas del sistema piloto fueron divididas en bandas de altura de 1.000
metros, donde la precipitación a la altura media de la banda se considera representativa de esa
zona. Los valores de la precipitación en cada banda fueron obtenidos del mapa de isoyetas
medias anuales (Figura 6.33).

Las unidades litológicas al interior de la cuenca fueron obtenidas de la Carta Geológica de


Chile: Hoja Laguna del Negro Francisco, escala 1:100.000 (Iriarte y Mpodozis, 1995), Mapa
Geológico del Área del Salar de Wheelwright, escala 1:100.000 (Clavero et al., 1997), Hoja

241
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Nevado Ojos del Salado, escala 1:100.000. (Gardeweg et al., 1997), Mapa Geológico
Preliminar del Área Salar de Piedra Parada, escala 1:100.000 (Clavero et al., 1998), Hoja Salar
de Maricunga, escala 1:100.000 (Cornejo et al., 1998), y Hoja Potrerillos, escala
1:100.000(Tomlinson et al., 1999). Además se realizó un trabajo de fotointerpretación
utilizando el programa Google Earth. La asignación de la permeabilidad cualitativa a estas
unidades se realizó en función de la descripción litológica y fotointerpretación, identificando
las zonas con mayor infiltración donde se presentan cauces difusos. En la Figura 8.19 se
presenta la distribución espacial de las unidades litológicas de las cuencas piloto de la III
Región junto con la permeabilidad cualitativa.

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Figura 8.19: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en las cuencas del
sistema piloto de la III Región.

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Con el fin de validar los valores de los coeficientes CI y CE utilizados en el cálculo de la
recarga, se compararon los resultados obtenidos con las estimaciones realizadas en el “Estudio
Hidrogeológico Conceptual y Numérico del Funcionamiento de la Cuenca del Salar de
Coposa” (DICTUC, 2005) para las subcuencas Río Piga en Collacagua y Río Collacagua en
Peñablanca. Estas subcuencas se ubican en la I Región, al interior de la cuenca del Salar de
Huasco. La distribución espacial de las unidades litológicas junto con la permeabilidad
cualitativa para las subcuencas se presenta en el ANEXO III. En el estudio realizado por
DICTUC (2005) la recarga se calculó mediante un modelo lluvia-escorrentía a nivel diario
basado en el modelo HEC-HMS (US Army Corps of Engineers, 2000) y considera relaciones
para estimar la escorrentía directa y el flujo base generado por la cuenca, así como también el
almacenamiento en el suelo y los acuíferos. Los procesos básicos considerados en este modelo
son la precipitación, escurrimiento, infiltración, evaporación y percolación profunda.
Utilizando los valores originales de los coeficientes CE y CI y realizando una variación del
±20% se obtuvieron valores de la recarga mínima, media y máxima en las subcuencas del Río
Piga en Collacagua y Río Collacagua en Peñablanca, los que se presentan en forma
consolidada en la Tabla 8.8 y Tabla 8.9, respectivamente. Adicionalmente se compara con los
resultados obtenidos en otros estudios. El detalle del calculo de la recarga en las subcuencas
del Río Piga en Collacagua y Río Collacagua en Peñablanca se presenta en el ANEXO III.

Tabla 8.8: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Piga en Collacagua con
otros estudios
Fuente Area PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 205,2 153,2 19,8 128,6 13,1 24,9 162,3 16,5 30,2 196,5 19,9
DICTUC (2005) 216,1 173,8 24,8 169,9 14,3 32,9 225,4 18,9 39,2 268,6 22,6
Acosta (2004) 201,4 183,5 26,2 167,6 14,3 36,3 232,1 19,8 40,5 258,6 22,1

Tabla 8.9: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Collacagua en Peñablanca
con otros estudios
Fuente Area PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 518,4 150,5 22,0 361,4 14,7 27,7 454,5 18,5 33,4 548,8 22,3
DICTUC (2005) 465,2 158,1 15,9 234,7 10,1 29,4 433,5 18,6 34,9 515,3 22,1
Acosta (2004) 443,4 180,7 27,7 389,5 15,3 41,2 578,6 22,8 48,1 676,6 26,6

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Se observa que los valores de recarga en los diferentes estudios para las dos subcuencas de la I
Región son similares a los obtenidos aplicando los coeficientes CI y CE, especialmente en la
subcuenca del Río Collacagua en Peñablanca. Por consiguiente, el método de cálculo de la
recarga de largo plazo mediante coeficientes de escorrentía e infiltración entrega una buena
estimación si se compara con métodos que utilizan series de precipitación y escurrimientos a
nivel diario y mensual. Aplicando este método en la cuenca del Salar de Maricunga y
realizando una variación del ±20% en los coeficientes CE y CI, se obtuvieron valores de la
recarga mínima, media y máxima, los que se presentan en forma consolidada en la Tabla 8.10.
En el ANEXO IV se presenta el detalle del cálculo de la recarga en la cuenca del Salar de
Maricunga.

Tabla 8.10: Valores de recarga anual de largo plazo en la cuenca del Salar de Maricunga.
Fuente Área PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
(km2) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 2.194,6 160,7 15,5 1.079,1 10,0 19,7 1.369,6 12,7 24,0 1.668,5 15,4

Para la estimación de la recarga en la cuenca del Salar de Pedernales se utilizaron dos


enfoques. El primero, considera el funcionamiento de la cuenca en régimen natural, sin
considerar extracciones desde los cauces. El segundo considera el funcionamiento de la cuenca
en régimen antrópico, incluyendo la extracción promedio de 650 L/s que realiza CODELCO -
División El Salvador en el sector de La Ola (CPH Consultores, 2004). Este último enfoque
permite determinar la recarga en la zona aguas abajo del embalse La Ola, en los sectores
acuíferos Salar de Pedernales y Llano de Pedernales (Figura 8.20).

La recarga en régimen natural fue calculada aplicando el método de los coeficientes de


infiltración y escorrentía en toda la cuenca del Salar de Pedernales, al igual que en Maricunga.
En cambio, la recarga en régimen antrópico se calculó aplicando el método de los coeficientes
solamente en la parte baja de la cuenca y luego sumando la recarga neta proveniente de la
parte alta. Esta recarga neta considera que los aportes de agua subterránea desde aguas arriba
de La Ola son constantes, y no dependen de la extracción superficial del río en este sector por
parte de CODELCO DSAL, sino que están dados por la capacidad de portar agua de la sección
de transición. Dicha sección ha sido caracterizada con la construcción de un pozo, que define
la profundidad del basamento y las propiedades hidráulicas (CPH Consultores, 2004). El
ancho de la sección también fue caracterizado en el estudio de referencia, estimándose un
caudal pasante de 200 L/s. Los datos para dicha estimación fueron revisados en el marco del
presente estudio y se consideran verificados a partir de la información base de que se dispuso.
La Figura 8.20 presenta la ubicación de la subcuenca baja de la cuenca Salar de Pedernales y
la recarga neta desde la parte alta.

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Figura 8.20: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en la parte baja de la


cuenca del Salar de Pedernales. La recarga neta en esta subcuenca es de 200 L/s (CPH
Consultores, 2004) y se localiza en el sector del tranque La Ola.

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La Tabla 8.11 presenta en forma consolidada los valores de recarga en régimen natural
obtenidos al aplicar el método de los coeficientes de infiltración y escorrentía. Se incluye
además valores de recarga reportados en otros estudios, observándose una buena
concordancia. El detalle del cálculo de esta recarga se presenta en el ANEXO IV.

Tabla 8.11: Comparación de la recarga anual de largo plazo en régimen natural con otros
estudios en la cuenca del Salar de Pedernales.
Fuente Área PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 3.587,7 133,1 12,7 1.442,5 9,6 16,1 1.831,4 12,1 19,6 2.231,6 14,8
EDRA (1999) 3.344,0 125,0 16,0 1.700,0 12,8 20,7 2.200,0 16,6 21,7 2.300,0 17,4
Aguirre y Venegas (2005) 3.450,0 125,0 18,3 2.000,0 14,6

La Tabla 8.12 presenta en forma consolidada la recarga calculada en la parte baja de la cuenca
del Salar de Pedernales. El detalle de este cálculo se presenta en el ANEXO IV. La recarga en
la cuenca del Salar de Pedernales en régimen antrópico, obtenida al sumar la recarga neta de la
parte alta de la cuenca (200 L/s) se presenta en la Tabla 8.13. Adicionalmente se compara esta
recarga con los resultados obtenidos en otros estudios, observándose una buena concordancia.

Tabla 8.12: Recarga anual de largo plazo en la parte baja de la cuenca del Salar de Pedernales.
Fuente Área PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 1.517,6. 102,4 8,1 388,7 8,1 10,3 495,6 10,3 12,6 606,3 12,5

Tabla 8.13: Comparación con otros estudios de la recarga anual de largo plazo en régimen
antrópico en la cuenca del Salar de Pedernales.
Fuente Área PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DGA–PUC/DIHA (2009) 3.587,7 133,1 5,2 588,7 3,9 6,1 695,6 4,6 7,1 806,3 5,3
CPH Consultores (2004) 614,8

8.5.2 Recarga desde Otras Cuencas

Como se discutió en el apartado 8.4 Conexión con Otras Cuencas, en Pedernales se han
cuantificado flujos de entrada de 70 L/s (Aguirre y Venegas, 2005) desde la hoya hidrográfica
La Laguna.

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Del mismo modo, las únicas recargas probadas hacia la cuenca Salar de Maricunga consisten
en aquellas provenientes de la cuenca Laguna del Negro Francisco. Estas se cuantificaron en
80 L/s, de acuerdo a lo expuesto en el estudio realizado por DEP – DGA en 2006. La
metodología es presentada en la revisión de antecedentes (Ref. 16) y verificada en el presente
estudio.

8.5.3 Recarga Total del Sistema

8.5.3.1 Salar de Pedernales

En acuerdo con lo presentado en la estimación de la recarga, tanto del sistema como desde
otras cuencas, el balance final para la cuenca del Salar de Pedernales entrega los valores
presentados en la Tabla 8.14, expuesta a continuación. Estos valores corresponden al
funcionamiento de la cuenca en régimen natural y antrópico. Adicionalmente se compara esta
recarga con los resultados obtenidos en otros estudios, observándose una buena concordancia.

Tabla 8.14: Recarga anual de largo plazo en régimen natural y antrópico en la cuenca del Salar
de Pedernales.
Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
Fuente
(L/s) (L/s) (L/s)
DGA–PUC/DIHA (2009). Toda la cuenca en R. Natural. 1.512,5 1.901,4 2.301,6
DGA–PUC/DIHA (2009). Sector salar en R. Antrópico. 658,7 765,6 876,3

8.5.3.2 Salar de Maricunga

Para el caso de Maricunga se debe considerar, además de la recarga proveniente del propio
sistema, aquella que entra desde la cuenca al sur, Laguna del Negro Francisco. El total de las
entradas queda definido por los valores presentados en la Tabla 8.15, puesta a continuación.
Adicionalmente se compara con los resultados obtenidos en otros estudios, observándose que
los valores de recarga son similares.

Tabla 8.15: Comparación con otros estudios de la recarga anual de largo plazo en la cuenca del
Salar de Maricunga.
Área Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
Fuente
(km2) (L/s) (L/s) (L/s)
DGA–PUC/DIHA (2009) 2.194,6 1.159,1 1.449,6 1.748,5
DEP – DGA (2006) 2.269,5 1.572,0

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8.6 Descarga del sistema

La descarga se produce normalmente en la forma de escurrimientos superficiales o


subterráneos, así como también por evapotranspiración desde lagunas, napas someras y
plantas. Por efecto de la explotación o intervención antrópica, ésta se produce normalmente a
través de obras de captación como pozos y drenes. Las cuencas estudiadas en el sistema piloto
de la III Región corresponden a cuencas cerradas, por lo que no existen en forma natural
descargas de tipo superficial y predominan las descargas por evapotranspiración.

En la cuenca de Maricunga no se constataron descargas hacia otras cuencas de forma natural,


aunque existen descargas debido a la explotación del acuífero con pozos. En la cuenca de
Pedernales se reconoce además de una batería de pozos de bombeo, un dren que toma agua
desde el acuífero para descargarla a la cuenca del Río Salado o de la Sal, al oeste. Otra
descarga en esta última cuenca corresponde a la toma de agua superficial desde el Río La Ola,
en el sector del mismo nombre, para ser usada para las labores de producción de CODELCO –
DSAL.

A continuación se tratan las descargas de las cuencas, a través de las distintas fuentes, que
tienen como objetivo cuantificar las salidas del sistema para efecto de los balances hídricos.

8.6.1 Descargas por evaporación

Se estimaron las descargas por evaporación desde superficies de agua libre (lagunas y cauces
superficiales), desde sistemas de vegetación (vegas y bofedales) y desde las napas freáticas
someras ubicadas bajo los suelos del salar.

8.6.1.1 Evaporación desde cuerpos de agua libre

Un método comúnmente utilizado para estimar la evaporación desde lagunas consiste en


relacionar su magnitud con mediciones realizadas en tanques evaporímetros (ET). Estos
evaporímetros corresponden a pequeños tanques metálicos, que concentran calor y alteran las
condiciones naturales de evaporación desde lagunas o cauces, por lo cual es necesario corregir
los valores obtenidos. La diferencia entre ambas mediciones se corrige aplicando un
coeficiente de ajuste (KT) a la evaporación de tanque observada (Linsley et al., 1977). De esta
forma, la tasa de evaporación desde superficies libres (E0) quedará definida por la expresión:

E 0 = K T ⋅ ET

donde E0 y ET se expresan en (mm/día) y KT es un parámetro adimensional.

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El factor de tanque comúnmente utilizado por la DGA es de 0,6 para tanques evaporímetros
instalados en el Altiplano. De la información proporcionada por este organismo público, se
reconoce que los tanques evaporímetros usados en los estudios de los escenarios son Clase A,
del U. S. Weather Bureau, para los cuales el coeficiente de tanque empírico tomado se adecúa
a las características climáticas y vegatacionales de la zona. De acuerdo a Shuttleworth (1993),
el coeficiente utilizado para áreas con humedad relativa baja (< 40%) y condiciones de viento
moderado (2 – 5 m/s) se mueve en el rango de 0,45 – 0,7; donde 0,6 aparece como un valor
apropiado.

Debido a la carencia de información histórica sobre evaporación desde superficies libres en la


franja altiplánica de la III Región, ésta fue evaluada mediante dos escenarios posibles. El
primero de ellos consideró las isolineas de evaporación de tanque propuestas por la DGA en el
Balance Hídrico de Chile (DGA, 1987). El segundo escenario consideró los gradientes de
evaporación determinados en la Parte III del presente estudio (“Hidrología Regional del
Altiplano”), los que se obtuvieron usando los datos de tanques evaporímetros DGA presentes
en las Regiones XV, I, II y III. Este resultado fue presentado en el Capítulo 6 (Caracterización
Hidrológica), y específicamente en la Figura 6.44.

Salar de Pedernales

De acuerdo a las curvas de evaporación propuestas en el Balance Hídrico de Chile (DGA,


1987) la cuenca posee una evaporación de tanque media cercana a los 1.750 mm/año,
equivalentes a 4,8 mm/día en el sector centro y de 1.250 mm/año (3,4 mm/día) en la zona este,
de acuerdo al escenario 1 (Figura 8.21). Por otra parte, la zona de descarga de la cuenca se
encuentra a una altura aproximada de 3.350 msnm, a la que corresponde una tasa de
evaporación media de tanque de 7,6 mm/día, según el escenario 2. Al corregir por el factor de
tanque se obtienen tasas de evaporación desde superficies libres de 2,88 y 2,22 mm/día para el
escenario 1 y de 4,55 mm/día para el escenario 2.

Para estimar el área ocupada por lagunas, se procesaron imágenes satelitales Landsat, captadas
en abril de 2007 (Google Earth), a partir de las cuales se determinó una superficie de 1,1 km2.
Otros cuerpos de agua libre donde ocurre evaporación, son aquellos correspondientes a
escurrimientos superficiales. Los principales cauces presentes en la cuenca corresponden a los
ríos La Ola y Juncalito. Sus secciones fueron divididas en tramos a los que se ha asignando un
ancho característico. El área estimada para cauces superficiales permanentes fue de 0,25 km2.

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Figura 8.21: Bandas de evaporación en Salar de Pedernales, escenario 1.

La Tabla 8.16 muestra una comparación de las descargas estimadas por evaporación desde
superficies libres, entre el presente estudio y las propuestas por otros autores.

No se cuenta con información previa de evaporación desde cauces superficiales en la cuenca


del Salar de Pedernales. Por su parte, los caudales de evaporación desde lagunas para los dos
escenarios evaluados son considerablemente menores que el estimado por EDRA (1999). La
descarga por evaporación obtenida a partir de los datos provistos por el IRD (Risacher et al.,
1999) representa valores del 40% y 60% menor con respecto a los escenarios 1 y 2.

251
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Tabla 8.16: Evaporación desde superficies de agua libre en cuenca Salar de Pedernales (L/s)
Lagunas Cauces
Estudio
salar superficiales
DGA – PUC (DIHA), E1 36,6 6,6
DGA – PUC (DIHA), E2 58,1 10,6
IRD (Risacher et al., 1999) 23 -
EDRA (1999)* 133 -
* Estimación realizada en base a un área de lagunas de 5 km2 y evaporación potencial de 2,31 mm/día propuesta
por los autores. No se observó en las imágenes Landsat una superficie de lagunas similar en el área de estudio.

Salar de Maricunga

De acuerdo a las curvas de evaporación propuestas en el Balance Hídrico de Chile (DGA,


1987) la cuenca posee una evaporación de tanque media cercana a los 1.750 mm/año,
equivalentes a 4,8 mm/día en el sector centro, y de 1.250 mm/año (3,4 mm/día) en la zona
este, de acuerdo a un escenario definido como E1 (Figura 8.22). Por otra parte, la zona de
descarga de la cuenca se encuentra a una altura aproximada de 3.750 msnm, a la que
corresponde una tasa de evaporación media de tanque de 6,58 mm/día, según un nuevo
escenario E2. Al corregir por el factor de tanque se obtienen tasas de evaporación desde
superficies libres de 2,88 y 2,22 mm/día para E1 y de 3,95 mm/día para E2.

Del mismo modo que el descrito anteriormente con Pedernales, para estimar el área ocupada
por lagunas en el Salar de Maricunga se procesaron imágenes satelitales Landsat, captadas en
marzo de 2007, a partir de las cuales se determinó una superficie de 4,43 km2. El sistema
lagunar se encuentra constituido por un cuerpo aislado dispuesto en la zona sur del salar
(Laguna Santa Rosa) y por un complejo subsistema de lagunas permanentes y esporádicas
ubicadas en el cuerpo del salar, ambos conectados a través de un canal que fluye en sentido
suroeste-noreste, recibiendo considerables aportes desde vertientes difusas y vegas durante su
recorrido.

Otras zonas de agua libre donde ocurre evaporación, son aquellas correspondientes a
escurrimientos superficiales. Si bien no existen cauces mayores en la cuenca, se desarrollan
algunos escurrimientos, como los ríos Lamas y Lajita. Sus secciones fueron divididas en
tramos a los que se ha asignando un ancho característico. El área estimada para cauces
superficiales permanentes fue de 0,26 km2, de los cuales 0,23 km2 se encuentran en la zona del
salar y tan sólo 0,03 en el resto de la cuenca.

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Figura 8.22: Bandas de evaporación en Salar de Maricunga, escenario 1.

La Tabla 8.17 muestra una comparación de las descargas estimadas por evaporación desde
superficies libres, entre el presente estudio y las propuestas por otros autores.

El único antecedente de evaporación desde lagunas corresponde al estudio realizado por el


convenio IRD-DGA-UCN (Risacher et al., 1999), donde se determina un flujo de 190 L/s, es
decir, una descarga comprendida entre los dos escenarios evaluados.

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Tabla 8.17: Evaporación desde superficies de agua libre en cuenca Salar de Maricunga (l/s)
Lagunas Cauces sup. Cauces sup.
Estudio
salar salar fuera del salar
DGA – PUC (DIHA), E1 147 7,6 0,8
DGA – PUC (DIHA), E2 202 10,3 1,2
IRD-DGA-UCN (Risacher et al., 1999) 190 - -

8.6.1.2 Evaporación desde vegas y bofedales

En diversos sectores de la cuenca, principalmente en el nacimiento de vertientes y en


escurrimientos superficiales permanentes, se desarrollan pequeños sistemas vegetales mixtos
denominados vegas y bofedales, que corresponden a formaciones que se establecen en un
ambiente edáfico caracterizado por una condición de saturación permanente, presentando una
gran diversidad biológica (Salazar et al., 2001).

Para evaluar la evapotranspiración asociada a estos complejos vegetales, se utilizó la


información de los tanques evaporímetros Clase A (ET), aplicándoles un factor de corrección
de tanque (KT) para obtener la evapotranspiración de un cultivo de referencia (Ecr). El factor
de corrección depende de las condiciones de instalación y del clima predominante en la zona
donde está ubicado el instrumento, como se discute en Shuttleworth (1993).

La relación se expresa como:

E cr = K T ⋅ ET

con ET y Ecr en mm/día y KT adimensional.

Para determinar la evaporación de tanque en vegas y bofedales, se utilizaron los dos


escenarios evaluados anteriormente (E1 y E2). Adicionalmente, para el escenario E2 se
realizaron correcciones por altura según la información del gradiente de evaporación
determinado en la sección 6.4.2 (0,933 mm/año·metro). Así, la tasa de evaporación de tanque
en un cierto bofedal i, quedará determinada por:

ET (i ) = (C ( s ) − C (i ) ) ⋅
0,933
+ ET ( s )
365

donde ET(s) es la evaporación de tanque sobre la superficie del salar obtenida de la curva de
evaporación, C(i) representa la cota del bofedal i (msnm), C(s) corresponde a la cota del salar y
ET(i) es la evaporación de tanque trasladada al bofedal i.

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Por otra parte, la relación entre la evapotranspiración de referencia y la que experimenta un
suelo con vegetación está dominada por un factor de corrección conocido como coeficiente de
cultivo (Kc), el cual depende del tipo de cultivo y de su etapa de desarrollo, entre otros
factores.

De esta forma la demanda hídrica de vegas y bofedales queda definida por:

ETc = K c ⋅ Ecr

donde ETc representa la evapotranspiración de las plantas (mm/día). Para estimar el valor de
Ecr se utilizan las dos ecuaciones planteadas más arriba, primero la de tanque en la cota de la
vega o bofedal, a la que luego se le aplica el factor de corrección KT. La cota asignada al
sistema vegetal seleccionado se obtuvo a partir de las imágenes Landsat de Google Earth,
siendo la misma fuente usada para la definición de su área.

Salazar et al. (2001) caracterizaron los diferentes grupos vegetacionales que conforman un
sistema bofedal ubicado en la cuenca de Isluga. En el trabajo se identificaron 7 unidades a las
que se le asignaron coeficientes de cultivo en función del período del año. En el presente
estudio sólo se realizó una discretización areal de las zonas con vegetación, sin distinguirse a
qué tipo correspondía, por lo que el coeficiente Kc utilizado correspondió al promedio de los
propuestos por Salazar et al. para las diferentes unidades (0,68), excluyendo los determinados
para afloramientos de agua en superficie.

Por simplificación, se ha utilizado un valor único de Kc, que intenta agrupar las condiciones
medias de la vegetación durante el periodo de tiempo que se desea estudiar. En este caso
particular, el objetivo es aproximarse a la descarga de largo plazo.

Salar de Pedernales

El área cubierta por vegas y bofedales se determinó a través del análisis de imágenes
satelitales de Google Earth, captadas entre noviembre de 2005 y abril de 2007. Se
identificaron alrededor de 50 sistemas con un área total de 3,52 km2.

El caudal de descarga por este concepto se estimó en 71 L/s para el primer escenario (E1) y en
103 L/s para el segundo (E2). No se dispone de antecedentes previos para la evaporación
desde vegas y bofedales en la cuenca. La Tabla 8.18 resume esta información.

No se observaron extensiones de importancia de vegas y bofedales sobre la superficie del


salar.

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Tabla 8.18: Evaporación desde vegas y bofedales cuenca Salar de Pedernales.
Área vegetación Evapotranspiración
Estudio
(km2) (L/s)
DGA – PUC (DIHA), E1 3,52 70,5
DGA – PUC (DIHA), E2 3,52 103,1

Salar de Maricunga

El área cubierta por vegas y bofedales se determinó a través del análisis de imágenes
satelitales de Google Earth, captadas entre noviembre de 2005 y abril de 2007. Se
identificaron alrededor de 110 sistemas con un área total de 7,7 km2.

El caudal de descarga por este concepto, descontando las áreas de aquellos sistemas ubicados
dentro del salar, se estimó en 74 L/s para el primer escenario (E1) y en 104 L/s para el
segundo (E2). Por su parte, en el área del salar se determinaron descargas desde vegas y
bofedales de 86 y 118 L/s para los escenarios E1 y E2, respectivamente. La DGA (DGA-DEP,
2006) reconoció una superficie de bofedales fuera del salar de 3,7 km2, en la que utilizando
una tasa de evaporación de 0,5 L/s/ha desde estas zonas determinaron un flujo de 181 L/s.

La Tabla 8.18 presenta un cuadro comparativo con otras estimaciones realizadas en la zona. Se
observa que la evapotranspiración determinada por la DGA (2006) representa un 70% más que
el caudal estimado según el escenario E2.

Tabla 8.19: Evaporación desde vegas y bofedales cuenca Salar de Maricunga.


Área vegetación Área vegetación ETc fuera
ETc salar
Estudio salar fuera salar salar
(km2) (L/s) (km2) (L/s)
DGA – PUC (DIHA), E1 3,82 86,5 3,85 74,4
DGA – PUC (DIHA), E2 3,82 118,3 3,85 103,9
DGA – DEP (2006) - - 3,7 181

8.6.1.3 Evaporación desde suelo del salar y su entorno

En base a las mediciones de evaporación realizadas con la metodología del domo en las
cuencas de Pedernales y Maricunga, se construyó una curva regional de evaporación versus
profundidad de la napa. La metodología empleada y el detalle de las labores que se realizaron

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se presentan en la Parte VII del presente estudio (Medición de la Evaporación Mediante
Método del “Domo”).

La Figura 8.23 presenta un esquema con la ubicación de las zonas de medición y los lugares
específicos en cada una. Los círculos de color azul representan puntos donde se midió
evaporación superficial, lo que se hizo con estanques plásticos de dimensiones conocidas. Se
muestran además, las profundidades del nivel freático asociadas a cada punto, las que oscilan
en un rango entre 0,09 y 2,44 m.

Figura 8.23: Zonas de medición de evaporación cuencas piloto Región de Atacama.

Por su parte, la Figura 8.24 muestra la curva de ajuste obtenida para la Región de Atacama,
donde se observa una buena representación de los datos de terreno. Los valores son
presentados como tasas diarias de evaporación desde los suelos, las que fueron normalizadas
(divididas) con las tasas de evaporación desde superficies libres obtenidas durante el mismo
período de medición.

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Las relaciones analíticas que describen la curva propuesta son:

E N = e −11,09⋅ z z < 0,15

E N = 0,065 ⋅ z −0,575 z > 0,15

donde EN representa la tasa de evaporación normalizada (sin unidades) y z la profundidad del


nivel freático asociado a dicha tasa (m).

Ev/E0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
0,00

0,60
Profundidad (m)

1,20

1,80

2,40

3,00

Puntos medidos Ajuste compuesto

Figura 8.24: Curva evaporación – profundidad de la napa ajustada en la Región de Atacama.

El caudal evaporado fue determinado mediante la relación:

Q = 11,574 ⋅ ∑ Ai ⋅ Ei
i

donde:
• Q es el caudal evaporado desde el suelo (L/s).

• Ei es la evaporación (mm/día) para una cierta profundidad (i).

• Ai corresponde al área (km²) representativa de dicha profundidad (i).

• 11,574 es una constante de conversión de unidades.

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Salar de Pedernales

Utilizando la curva de evaporación propuesta, se estimó la descarga por este concepto en la


cuenca Salar de Pedernales. Para estos efectos se discretizó la superficie del salar,
determinando el área correspondiente a superficies representativas de diferentes profundidades
del nivel freático. Esto se realizó usando la información de unas 50 punteras, calicatas y pozos
ubicados en el salar y en zonas cercanas (CPH Consultores, 2004).

Considerando la información más reciente, se interpolaron los datos para obtener un set de
curvas de isoprofundidad del nivel saturado. La superficie considerada abarcó todos los suelos
con napas ubicadas a menos de 10 m bajo el nivel de terreno, alcanzando un área total de 315
km2. Los datos utilizados para estos efectos se presentaron en el apartado 8.2, donde se estudia
la piezometría del acuífero.

La superficie asociada a cada tramo de profundidad de la napa se muestra en la Figura 8.25,


mientra que la Figura 8.26 presenta las curvas de isoprofundidad trazadas.

160

140

120
Area (km 2)

100

80

60

40

20

0
0

0.2-0.4
0.4-0.6

0.6-0.8

0.8-1

1.0-1.5
1.5-2.0

2.0-2.5

2.5-3.0
3.0-4.0

4.0-5.0

5.0-6.0
6.0-7.0

7.0-8.0

8.0-9.0

9.0-10

Rango profundidad (m)

Figura 8.25: Áreas por bandas de isoprofundidad Salar de Pedernales.

Como se observa, más del 70% del área total considerada tiene napas entre 0,8 y 2,0 m bajo el
nivel de terreno, siendo el ubicado entre 1,0 y 1,5 m de profundidad el que ocupa una mayor
proporción de esta superficie (137 km2).

259
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Figura 8.26. Curvas de isoprofundidad de la napa en el salar de Pedernales.

En la Tabla 8.20 se presentan los flujos de descarga por evaporación para las distintas bandas
de isoprofundidad y escenarios analizados. Como se observa, las descargas totales del sistema
alcanzan los 572 L/s para el escenario 1 y los 906 L/s para el escenario 2.

260
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Tabla 8.20: Descargas por evaporación en cuenca Salar de Pedernales.
Escenario 1 Escenario 2
Profundidad Área
Banda Evap. Descarga Evap. Descarga
(m) (km2) (mm/día) (L/s) (mm/día) (L/s)
0,2-0,3 0,25 0,53 0,41 2,54 0,66 4,02
0,3-0,4 0,35 2,16 0,34 8,55 0,54 13,54
0,4-0,5 0,45 5,89 0,30 20,18 0,47 31,95
0,5-0,6 0,55 6,16 0,26 18,81 0,42 29,78
0,6-0,7 0,65 6,18 0,24 17,15 0,38 27,14
0,7-0,8 0,75 7,40 0,22 18,89 0,35 29,90
0,8-0,9 0,85 9,32 0,21 22,14 0,32 35,04
0,9-1,0 0,95 20,30 0,19 45,25 0,30 71,63
1,0-1,1 1,05 36,48 0,18 76,76 0,29 121,50
1,1-1,2 1,15 28,06 0,17 56,03 0,27 88,69
1,2-1,3 1,25 24,38 0,16 46,41 0,26 73,45
1,3-1,4 1,35 22,95 0,16 41,80 0,25 66,16
1,4-1,5 1,45 24,89 0,15 43,51 0,24 68,87
1,5-2,0 1,75 60,49 0,14 94,90 0,21 150,21
2,0-2,5 2,25 12,76 0,12 17,32 0,19 27,42
2,5-3,0 2,75 11,04 0,10 13,36 0,17 21,14
3,0-3,5 3,25 3,90 0,09 4,29 0,15 6,78
3,5-4,0 3,75 3,10 0,09 3,14 0,14 4,97
4,0-4,5 4,25 2,55 0,08 2,40 0,13 3,79
4,5-5,0 4,75 3,00 0,08 2,65 0,12 4,19
5,0-5,5 5,25 2,47 0,07 2,06 0,11 3,26
5,5-6,0 5,75 2,43 0,07 1,93 0,11 3,05
6,0-6,5 6,25 2,37 0,07 1,79 0,10 2,83
6,5-7,0 6,75 2,32 0,06 1,67 0,10 2,65
7,0-7,5 7,25 2,12 0,06 1,47 0,09 2,32
7,5-8,0 7,75 2,05 0,06 1,37 0,09 2,17
8,0-8,5 8,25 1,99 0,06 1,28 0,09 2,03
8,5-9,0 8,75 2,02 0,05 1,26 0,09 1,99
9,0-9,5 9,25 1,89 0,05 1,14 0,08 1,80
9,5-10,0 9,75 1,80 0,05 1,05 0,08 1,67
10,0-10,5 10,00 1,11 0,05 0,64 0,08 1,01
Total 314,11 571,71 906,24

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La empresa Exploraciones y Desarrollo de Recursos de Agua (EDRA, 1999), estimó la
evaporación desde este salar en 3.067 L/s, haciendo el supuesto de que la napa se encontraba
en promedio a 30 cm bajo el nivel de terreno en toda su extensión.

Salar de Maricunga

Para la cuenca Salar de Maricunga no se contó con información de punteras o calicatas en el


área del salar, que permitieran definir un mapa de isoprofundidades del nivel freático tal como
se hiciera en Pedernales. Con esto se podría estimar la evaporación a partir de la curva
regional construidas con los datos medidos en terreno (Figura 8.24).

La referencia “Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca del Salar


de Maricunga, III Región. S.D.T. Nº 255”, realizado por DGA-DEP (2006), señala que las
descargas por evaporación desde el área del salar (incluidas lagunas) es igual a la escorrentía
afluente a esa zona, dado que es la única salida natural probada del sistema. Esto se encuentra
descrito en la revisión de antecedentes (Capítulo 0). Bajo este razonamiento, el caudal de
descarga desde los suelos del salar propuesto por los autores alcanza los 1.201 L/s
(descontando los 190 L/s que adoptan como flujo de evaporación desde lagunas).

Para evaluar si el valor de descarga resulta razonable, DGA – DEP (2006) utiliza la ecuación
propuesta por Mardones (1998) en el Salar de Ascotán, corrigiendo por el cuociente de la tasa
de evaporación potencial de Maricunga y la cuenca estudiada (ver apartado 3.2.7). De allí
determinan un valor medio de profundidad de la napa en el área del salar de 0,49 m.

Este valor aparece como razonable para los autores, dado que existen afloramientos en los
bordes este y oeste del salar, manteniendo lo que llaman un borde de orilla activa (profundidad
menor a 20 cm) en cerca de un tercio de la superficie ocupada por éste.

Tomando en cuenta esta información, se han planteado dos escenarios de comparación. En


primer lugar se ha realizado una evaluación del valor de descarga usando la curva propuesta
para la Región (Figura 8.24) y la profundidad media estimada por la DGA (0,49 m). De
manera complementaria y con el fin de caracterizar de mejor forma el fenómeno, se estableció
un segundo escenario determinando la profundidad bajo la superficie del terreno que daría un
modelo de descarga distinto al de Mardones (1998), como el propuesto por Grilli y Vidal
(1986), a saber:

Costra clorurada 4,27 ⋅ e −8,15⋅Z

Costra limosa y sulfatada 4,27 ⋅ e −3, 25⋅Z

262
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Cabe señalar que ambos escenarios se basan en las descargas estimadas por la DGA-DEP.
Para una evaluación de mayor precisión, y como se ha expuesto más arriba, sería necesario
contar con información de niveles freáticos al interior del salar.

Considerando la curva regional prouesta en la Figura 8.24 y una profundidad media de la napa
de 0,49 m, las descargas desde los suelos del salar serían de 441 y 605 L/s para los dos
escenarios de evaporación desde superficies libres definidos respectivamente. De esto se
desprende que posiblemente la profundidad media del nivel freatico en el salar sea menor que
0,49 m o que una descarga de 1.201 L/s por concepto de evaporación desde los suelos del salar
representa una sobreestimación de los flujos reales.

Asumiendo que el caudal determinado por DGA-DEP (2006) se encuentra dentro de rangos
razonables, es posible determinar la profundidad media de la napa que entregarían otros
modelos. Considerando las curvas de evaporación propuestas por Grilli y Vidal (1986) para
costras cloruradas y costras limosas, y sulfatadas en el Salar de Atacama, se obtienen
profundidades medias de 0,40 y 0,16 m, respectivamente, con un valor promedio de 0,28 m.
Ambas curvas fueron corregidas por un factor de 0,64 correspondiente a la razón entre la tasa
de evaporación determinada por Grilli y Vidal (1986) para el Salar de Atacama y la estimada
para Maricunga por la DGA-DEP (2006).

Al evaluar la curva regional determinada en el presente estudio para una profundidad de la


napa de 0,28 m, se obtienen flujos de 608 y 834 L/s para los dos escenarios revisados.

La Tabla 8.21 muestra un resumen de las descargas estimadas por evaporación desde los
suelos del salar. Se observa que el caudal obtenido en el escenario E1 representa poco más del
50% del determinado por la DGA-DEP (2006), mientras que el estimado en el escenario E2 es
un 30% menor que el propuesto por la entidad pública el 2006. Las áreas consideradas difieren
en 4 km2, ya que en el estudio de referencia no se distinguieron áreas con vegetación y
consumos evapotranspirativos en la zona del salar.

Tabla 8.21: Evaporación desde los suelos del Salar de Maricunga.


Área Evaporación
Estudio
(km2) (L/s)
DGA – PUC (DIHA), E1 135 608
DGA – PUC (DIHA), E2 135 834
DGA - DEP (2006) 139 1.201

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8.6.1.4 Resumen de las descargas por evaporación

En la Tabla 8.22 se resumen los resultados de evaporación obtenidos en la cuenca del Salar de
Pedernales, diferenciando las descargas producidas en la zona del salar y las que se presentan
en el resto de la cuenca.

Al determinar las descargas de un sistema debe tenerse en consideración el volumen de control


sobre el cual se trabajó (salar, acuífero, cuenca). Por lo tanto, y debido a que no existen
estimaciones previas que determinen los flujos de descarga a nivel de cuenca, las
comparaciones realizadas deben considerar sólo los caudales determinados en el salar.

CPH Consultores (2004), mediante la modelación numérica de los escurrimientos en la


cuenca, estimó el flujo de descarga por evaporación desde el salar en 380 L/s, mientras que la
Dirección General de Aguas, en el Balance Hídrico de Chile (DGA, 1987), propone un valor
de 830 L/s. Por su parte EDRA en 1999 determinó la evaporación desde el salar en 3.200 L/s.

Los caudales estimados por la DGA poseen el mismo orden de magnitud que los determinados
a partir de la curva de evaporación obtenida en el presente estudio. El caudal propuesto en el
escenario E1 es un 60% mayor que la estimación realizada por CPH Consultores (2004),
mientras que el escenario E2 es un 70% menor que los valores presentados por EDRA.

Como se observa, existen diferencias considerables entre los distintos caudales de evaporación
estimados, por lo tanto, los rangos establecidos en el presente estudio parecen aceptables y
pueden ser considerados como una buena estimación de las descargas producidas por este
concepto.

Tabla 8.22: Descargas por evaporación Salar de Pedernales.


Área Caudal
Sector
(km2) (L/s)
Salar
Lagunas 1,1 36,6 – 58,1
Suelo 314,1 571,7 – 906,2
Total salar 608,3 – 964,3
Resto cuenca
Vegas y bofedales 3,52 70,5 – 103,1
Cauces superficiales 0,25 6,6 – 10,6
Total cuenca 685,4 – 1.078,0

264
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En la Tabla 8.23 se resumen los resultados de evaporación obtenidos en la cuenca del Salar de
Maricunga, diferenciando las descargas producidas en la zona del salar y las que se presentan
en el resto de la cuenca.

Tabla 8.23: Descargas por evaporación Salar de Maricunga.


Área Caudal
Sector
(km2) (L/s)
Salar
Lagunas 4,43 147,6 - 202,5
Vegas y bofedales 3,82 86,5 - 118,3
Cauces superficiales 0,23 7,6 - 10,3
Suelo 135 608 - 834
Total salar 849,7 – 1.165,1
Resto cuenca
Vegas y bofedales 3,85 74,4 - 103,9
Cauces superficiales 0,03 0,8 - 1,2
Total cuenca 924,9 – 1.270,2

La referencia “Análisis de la Situación Hidrológica e Hidrogeológica de la Cuenca del Salar


de Maricunga, III Región. S.D.T. Nº 255”, realizado por DGA-DEP (2006), señala que las
descargas por evaporación, evaluadas desde humedales, lagunas y superficie de salar, alcanzan
los 1.572 L/s en toda la cuenca, representando diferencias del 41 y 20% con respecto a los
escenarios E1 y E2.

El estudio “Diagnóstico Sobre Disponibilidad de Agua Subterránea en la Cuenca Hidrográfica


del Salar de Maricunga”, realizado por INVEREX (sin fecha), es citado por DGA – DEP
(2006), indicando que estiman una evaporación desde el salar (suelos y lagunas) igual a 1.518
L/s, sólo un 10% mayor a lo presentado en el balance de la sección del salar en su estudio
(1.391 L/s). La estimación realizada por INVEREX es un 30% mayor que la descarga por
evaporación desde el salar determinada en el escenario E2, mientras que el flujo propuesto por
DGA-DEP (2006) presenta una diferencia del 20% con respecto al mismo escenario de
evaluación.

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8.6.2 Descarga hacia Otras Cuencas

Salar de Pedernales

Se reconoce una descarga hacia otra cuenca por efecto de un dren construido en 1924, de
acuerdo a Karzulovic, J. (1981) y tomado de CPH Consultores (2004). Este dren se encuentra
al noroeste del salar, próximo a la parte topográficamente más baja de la cuenca, y toma las
aguas subterráneas para verterlas en la parte alta del Río Salado o de la Sal, al oeste.
Fotografías tomadas durante la campaña de muestreo de aguas en mayo de 2005 se encuentran
en el ANEXO II. Las coordenadas UTM del punto de descarga, en datum Provisional
Sudamericano 1956 y Huso 19 Sur (PSAD 56, H 19S), se exponen a continuación. La cuenca
que recibe estos aportes es exorreica, con descarga al Océano Pacífico.

UTM Este: 475.562 UTM Norte: 7.104.986

Los aforos que se han realizado en esta obra llamada dren Agua Helada no han tenido
continuidad en el tiempo, registrándose sólo algunos datos esporádicamente. En la Tabla 8.5
se presenta la información reportada por distintos autores.

Tabla 8.24: Datos de aforos realizados en dren Agua Helada


Autor Fecha Caudal (L/s)
Henríquez et al., 1975 10/1975 70
Risacher et al., 1999 13/11/1975 51
SERNAGEOMIN, 2005 25/03/2000 64
CPH Consultores, 2004 (CODELCO, DSAL)* - 80
*En el informe se señala que estos aforos con molinete son considerados altos.

Salar de Maricunga

En el Salar de Maricunga no hay evidencia de descarga subterránea hacia otras cuencas en los
antecedentes revisados.

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8.6.3 Descarga a través de vertientes naturales

Las descargas a través de vertientes naturales representan en muchos casos una fuente de
alimentación a ecosistemas típicos del Altiplano, como son las vegas y bofedales, discutido en
el apartado 8.6.1.2.

Del mismo modo, estas vertientes suelen alimentar lagunas, que usualmente alcanzan su
mayor desarrollo en las zonas terminales de las cuencas. En este caso, la cuantificación de sus
caudales de descarga no es relevante para el balance hídrico de la cuenca, dado que se
evaporan desde las lagunas y por ende contabilizadas en este término de la ecuación.

Los afloramientos de agua subterránea lejos de las zonas terminales requieren un tratamiento
distinto para efectos del balance hídrico a nivel de cuencas. Estos sistemas vegetacionales
hidrófilos del Altiplano, alimentados de forma permanente o cuasi-permanente por estas
aguas, pueden evapotranspirar una cantidad no despreciable de recursos a la atmósfera. Su
cuantificación se realizó en el apartado 8.6.1.2.

Salar de Pedernales

En la cuenca existen algunos afloramientos de agua subterránea en superficie, los que se


manifiestan en la formación de vegas desde donde se producen descargas por evaporación. Por
nombrar algunas se tiene las vegas La Troya, del Salitre, del Juncalito, del Leoncito, Río
Negro y Tambillos. Luego, estas descargas del acuífero suelen escurrir superficialmente para
después infiltrarse, lejos aún de la zona de descarga principal en la zona del salar.

Salar de Maricunga

Del mismo modo que en Pedernales, en Maricunga se producen algunos afloramientos de napa
que conforman sistemas de acotados humedales. Una zona preferente para esto es la Quebrada
Ciénaga Redonda, que comienza en el sector sur de la cuenca, cerca del Llano de los Arroyos,
y corre hacia el norte de forma preferente como agua subterránea. Las estaciones
fluviométricas “Barros Negros antes Junta Valle Ancho”, “Valle Ancho antes junta Barros
Negros”, “Río Villalobos en Vertedero” y “Río Valle Ancho en La Barrera”, se encuentran en
la línea sur-norte de estos escurrimientos superficiales, que fueron analizados en el Capítulo 6.

Otros afloramientos se producen en quebradas que del mismo modo que en Ciénaga Redonda
se encuentran mayoritariamente en la mitad sur de la cuenca.

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8.6.4 Descargas a través de obras de captación

Salar de Pedernales

La cuenca es explotada por la División El Salvador de CODELCO, que bombea aguas


salobres desde la batería de pozos en el Llano de Pedernales, Planta Pedernales. Esta
corresponde a cuatro captaciones (PB-5, PB-6, PB-7 y PB-8), de las cuales tres operan desde
1984 y el último desde 1988. De acuerdo a CPH Consultores (2004), los caudales medios
extraídos son:

• De enero 1984 a mayo de 1988 181,4 L/s


• De junio de 1988 a marzo de 2003 193,3 L/s

Desde marzo de 2003 en adelante, no se dispuso de la información de estos pozos para el


presente estudio, así como tampoco del uso de derechos de aguas subterráneas concedidos a
CODELCO – DSAL en el Llano Leoncito, por 110 L/s.

Los derechos expuestos más otros de los que se desconoce su aprovechamiento actual se
describen en la Tabla 8.25, donde se especifica el propietario, el sector donde se encuentra y el
caudal otorgado. Otras solicitudes de derechos se encuentran pendientes por resolver.

Tabla 8.25: Derechos de aprovechamiento subterráneo otorgados en Salar de Pedernales.


Propietario Sector de la cuenca Caudal (L/s)
Placer Dome Latin America Llano de los Gases Blancos 5
Minera Anglo American Noroeste del Llano de los Arroyos 100
CODELCO - DSAL Llano de Pedernales 370
CODELCO - DSAL Llano Leoncito 110
Total 585

Existen además otras extracciones de carácter superficial. Una corresponde a la toma de agua
desde el Río La Ola, en el embalse del sector del mismo nombre, para el uso de CODELCO
División El Salvador (DSAL). CPH Consultores (2004) reporta que los derechos de
aprovechamiento superficiales aprobados en este cauce alcanzan los 800 L/s. A pesar de esto,
la variabilidad en la disponibilidad de recursos superficiales y la ausencia de una obra de
regulación mayor, han permitido extraer 650 L/s como promedio entre los años 1996 y 2000.

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En la referencia mencionada anteriormente se citan también los derechos superficiales por 411
L/s desde el Río Juncal, del que no se detalla su extracción. Una captación desde el embalse
Juncalito es conducida hasta la zona de la Vega Leoncito, donde se descarga para correr
superficialmente hasta el Río La Ola (expediente ND-0301-1115), como se muestra en la
Figura 8.27.

Figura 8.27: Esquema de cursos superficiales en sectores de Llano Leoncito y La Ola.

Salar de Maricunga

En la cuenca Salar de Maricunga, existen derechos de aprovechamiento subterráneos


aprobados a la fecha por un total de 503 L/s. El ejercicio del derecho por el cual se aprobaron
es permanente y continuo. No se contó con registros de su explotación, por lo que se
desconoce si en la cuenca se están extrayendo esos caudales. En la Tabla 8.26 se presentan los
propietarios, el sector y el caudal otorgado.

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Además, se constata una descarga a través de una tubería que toma agua desde las aguadas de
Pastos Largos, Cerro Nevado, al noreste de la hoya hidrográfica. Esta obra se detectó durante
las visitas a terreno, en el límite sureste de la cuenca Salar de Pedernales, próximo a la
divisoria de aguas con Maricunga. La conducción continúa por Pedernales y tendría su
descarga en El Salvador. Los derechos de aprovechamiento se encuentran aprobados como
Mercedes de Agua (Decretos MOP Nº 2.235 del 25 de octubre de 1960 y Nº 1.124 del 7 de
septiembre de 1965), para Andes Mining Copper Co., actual División El Salvador de
CODELCO, por un total de 45,13 L/s.

Tabla 8.26: Derechos de aprovechamiento subterráneo otorgados en Salar de Maricunga.


Propietario Sector de la cuenca Caudal (L/s)
Cia. Minera Mantos de Oro Pampa Caballo Muerto 86
Cia. Minera Mantos de Oro Llano Ciénaga Redonda 255
Cia. Minera Mantos de Oro Pampa Salar de Maricunga 100
Chevron Minera Corporation of Chile Pampa Salar de Maricunga 62
Total 503

8.6.5 Resumen de las descargas del sistema piloto

A continuación (Tabla 8.27) se resumen las descargas en las cuencas del sistema piloto de la
Región de Atacama.

Tabla 8.27: Resumen de las descargas por evaporación en cuencas piloto III Región (L/s).
Tipo de descarga Salar de Pedernales (L/s) Salar de Maricunga (L/s)
Evaporación 1.335,4 – 1.728,0 924,9 – 1270,2
Hacia otra cuenca 51 – 80 -
A través de obras de captación 585 548,13
Total 1.971,4 – 2.393,0 1.472,9 – 1.818,2

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8.7 Balance Hídrico

De acuerdo a lo revisado en éste y los anteriores capítulos, el dominio del estudio consistió en
las unidades hidrográficas e hidrogeológicas Salar de Pedernales y Salar de Maricunga. Estas
cuencas son de tipo endorreico, por lo que no tienen salidas de carácter superficial y las
descargas principales corresponden a los flujos de evaporación desde lagunas y napas someras
en la zona de los salares, que se emplazan en la depresión de estas unidades.

Tal como se discutió en el apartado 8.5, la recarga se ha abordado considerando tanto los
aportes a la propia cuenca por efecto de la precipitación, como aquella que proviene desde
cuencas vecinas, a través de escurrimientos subterráneos. Siendo la fuente principal de
renovación de las aguas del acuífero, la precipitación que consituiría percolación profunda se
estimó usando coeficientes de infiltración, como función de las características litológicas del
terreno y la geomorfología de cada zona (pendiente, remarcación de cauces, erosión y
fracturamiento). Estos coeficientes fueron asignados a partir de una revisión bibliográfica y la
calibración de coeficientes de escorrentía usando estaciones de aforo en una cuenca altiplánica
de la Región de Tarapacá (Salar del Huasco).

La estimación de la recarga debe ser considerada con la incertidumbre implícita que ésta tiene,
a lo que se suma el que en la zona de estudio no se cuenta con una larga data de información
hidrometeorológica, siendo inexistente o muy pobre para algunos parámetros. El método
adoptado para su evaluación ha dado resultados consistentes con otras estimaciones realizadas
con anterioridad, las que se han basado en métodos distintos, pudiendo ser comparadas. Cabe
aquí mencionar que la recarga determinada corresponde a un valor para toda la cuenca y no
únicamente para él o los acuíferos más relevantes o potentes. Del mismo modo, las descargas
fueron estimadas para todo el sistema estudiado, lo que permite cotejarlas con las entradas
realizando un balance hídrico.

En resumen, se discretizó toda la superficie de control (cuenca superficial) en 6 zonas


asignándoles permeabilidad de muy baja a alta (Figura 8.28). En particular, las zonas de
rellenos y depósitos sedimentarios están dominadas por una permeabilidad media a alta, como
son los Llanos de Pedernales en la cuenca Salar de Pedernales y Llano de Ciénaga Redonda en
la cuenca Salar de Maricunga. Destacan por tener una permeabilidad muy alta las zonas con
depósitos sedimentarios más recientes, donde se encuentran aquellas con actual desarrollo
activo de cursos superficiales. Por otra parte, las zonas con costra de sal se clasificaron con
una permeabilidad baja, condición que comparten con sectores de calizas, lavas y algunas
ignimbritas.

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Por otra parte, en los depocentros de las cuencas se han desarrollado salares de grandes
proporciones, donde se concentran las descargas por evaporación desde lagunas y napas
freáticas cercanas a la superficie. Otras descargas corresponden a aquellas por
evapotranspiración desde bofedales y, de manera general, de sistemas vegetacionales
hidrófilos, que se encuentran saturados o parcialmente saturados durante todo el año.

Otras descargas, que han modificado el régimen natural de las cuencas, corresponden a las
explotaciones de carácter antrópico, en las que destacan los pozos construidos y operativos en
ambas cuencas. En el caso de la cuenca Salar de Pedernales también resalta la toma de agua en
el Río La Ola y el dren artificial, que induce la descarga desde el acuífero hacia el cajón donde
nace el Río Salado o de La Sal.

Los apartados siguientes resumen algunos de los aspectos tratados hasta esta parte del informe
para las cuencas piloto de la Región de Atacama. Entre otros aspectos se establecen los
balances de las cuencas, tomando en cuenta las recargas y descargas estimadas para cada una,
entre los que se citan los derechos de aprovechamiento de agua aprobados por la DGA. Como
se ha mencionado en otras partes de este capítulo, el volumen de control considerado para el
estudio está conformado por la cuenca superficial y subterránea.

La forma en que se utilizan los recursos disponibles tiene relación con la ubicación y
distribución de las captaciones, si éstas tienen un uso consuntivo o no, y con los impactos
ambientales que puedan ocasionar como producto de su magnitud y de las variables
anteriormente mencionadas, entre otros. Estas interacciones pueden ser evaluadas a través de
la construcción y operación de modelos numéricos, que permiten simular las condiciones de
un acuífero bajo distintos escenarios hipotéticos. En los siguientes párrafos se presenta una
síntesis y discusión sobre las entradas y salidas de las cuencas piloto estudiadas en el presente
documento.

8.7.1 Salar de Pedernales

Se reconoce que la pendiente superficial de la unidad hidrográfica Salar de Pedernales


conduce los escurrimientos hacia la depresión que se encuentra al norte, donde se observa el
salar. Esto, a pesar de no observarse escurrimientos perennes que alcancen esta zona.

Los escurrimientos subterráneos, reconocidos e inferidos, muestran un comportamiento


similar. Las precipitaciones, tanto líquidas como sólidas, caen en las partes altas de la cuenca
(Cordillera de Domeyko, Cordillera Claudio Gay, Sierra Bórax, Cerros Bravos, Sierra de
Aliste, entre otras) y escurren para infiltrarse por las zonas de mayor permeabilidad, con
dirección hacia el Llano de Pedernales, y de allí hasta el salar. La Figura 8.29 muestra estos
patrones de flujo, que como se mencionó, han sido revisados en los capítulos precedentes.

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Figura 8.28: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en las cuencas del
sistema piloto de la III Región.

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En los antecedentes revisados se citan algunas conexiones entre cuencas, de las cuales resulta
evidente la descarga hacia la hoya del Río de la Sal, a través de un dren construido en la
década de 1920. Otra conexión, menos estudiada cuantitativamente, corresponde a la que
existe con la cuenca La Laguna, donde se encuentra el Llano de la Vega Helada. Ambas
cuencas se encuentran superficialmente divididas por la Sierra La Laguna, que separa el Llano
de los Gases Blancos del Llano de la Vega Helada (Figura 8.13), pero que no impediría los
flujos de agua subterránea. La piezometría, la química de las aguas y sus parámetros físico-
químicos, así como la información isotópica disponible apoyan esta hipótesis, sobre la que
Aguirre y Venegas (2005) han estimado un flujo de al menos 70 L/s hacia el oeste.

La recarga de la cuenca en régimen natural, sin la captación superficial del Río La Ola, fue
estimada en 1.800 L/s. Una estimación que incorpora el efecto antrópico que se produce en el
sector de La Ola, arrojó un valor de 700 L/s.

Las descargas catastradas quedan definidas por las descargas por evaporación desde lagunas,
napas someras en el área del salar y sistemas vegetacionales mixtos alimentados por
afloramientos de agua subterránea. A esto se agrega el dren de Agua Helada al noroeste del
salar y los pozos con derechos otorgados que actualmente están siendo explotados, cuando
dicha información está disponible.

El balance se establece en toda la superficie de la cuenca y sus acuíferos, así como también
individualizando la parte baja, en el sector del llano y el salar de Pedernales. Para el primer
caso, la Tabla 8.28 presenta los valores estimados de entrada y salida del volumen de control.
En el segundo caso, aguas abajo del sector de La Ola, el balance se presenta en la Tabla 8.29.

Frente a estos resultados, se han planteado cuatro posibles situaciones que explicarían las
diferencias entre las entradas y las salidas del sistema, llamado término de discrepancia
(siguiendo la nomenclatura del Balance Hídrico de Chile). Se debe tener en cuenta que, a pesar
de que existan elementos que permitan justificar en alguna medida la diferencia de los valores
expresados, existe cierta incertidumbre asociada a los cálculos de los parámetros que
intervienen en el balance, aún en los casos en que se dispone de información
hidrometeorológica de larga data. Las situaciones expuestas más abajo pueden explicar la
diferencia entre los caudales de entrada y de salida del sistema, tanto de forma conjunta como
separada, dependiendo de dónde esté la fuente de error.

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Dirección flujo de
agua subterránea

Dirección flujo de
agua subterránea

Figura 8.29: Patrones de flujo superficial y subterráneo en la cuenca Salar de Pedernales.

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Tabla 8.28: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Pedernales.


Entradas (IN) Mínimo (L/s) Medio (L/s) Máximo (L/s)
Recarga precipitación (cuenca) 1.442,5 1.831,4 2.231,6
Desde otras cuencas* 70,0 70,0 70,0
Total entradas 1.512,5 1.901,4 2.301,6

Salidas (OUT)
Evaporación** 685,4 881,7 1.078,0
Extracciones*** 1.235,0 1.235,0 1.235,0
Hacia otra cuenca 51,0 65,5 80,0
Total salidas 1.971,4 2.182,2 2.393,0

Balance (IN – OUT) -458,9 -280,8 -91,4


Porcentaje de discrepancia† 30% 15% 4%
* Corresponde al valor estimado por Aguirre y Venegas (2005) usando los datos de Aguirre (2003).
** Considera los flujos desde cuerpos de agua libre, vegetación y napas freáticas someras.
*** Considera las captaciones subterráneas y el caudal superficial tomado del Río La Ola, en promedio de 650
L/s.

Resultado del balance con respecto al valor de las entradas al sistema.

Tabla 8.29: Entradas y salidas aguas abajo de La Ola, en el sector Salar de Pedernales.
Entradas (IN) Mínimo (L/s) Medio (L/s) Máximo (L/s)
Recarga precipitación (sector salar) 388,7 395,6 806,3
Desde otras cuencas* 270,0 270,0 270,0
Total entradas 658,7 765,6 876,3

Salidas (OUT)
Evaporación** 608,3 786,3 964,3
Extracciones subterráneas 375,0 375,0 375,0
Hacia otra cuenca 51,0 65,5 80,0
Total salidas 1.034,3 1.226,8 1.419,3

Balance (IN – OUT) -375,6 -461,2 -613,0


Porcentaje de discrepancia† 57% 60% 62%
* Corresponde a la recarga subterránea proveniente del sector aguas arriba de La Ola (200 L/s, ver Figura 8.20)
más los aportes desde el Llano de la Vega Helada en la cuenca La Laguna (70 L/s).
** Considera los flujos desde cuerpos de agua libre, vegetación y napas freáticas someras.

Resultado del balance con respecto al valor de las entradas al sistema.

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Situación 1: Metodología usada y/o su aplicación. La primera de las situaciones indica que
el término de discrepancia puede atribuirse al error en la estimación de los parámetros de la
ecuación del balance hídrico. Esto es, un error en la metodología con que se abordó el
problema o bien en la aplicación de ésta o ambas cosas.

Al revisar los valores de recarga obtenidos, éstos resultan comparables con los propuestos por
otros estudios, encontrándose en un rango aceptable de acuerdo a las características climáticas,
tamaño y geología de la cuenca. Como se discute en el apartado 8.5.1, el porcentaje de la
precipitación que se transforma en percolación profunda al acuífero para el escenario
promedio es del 12,1%, valor que es aceptable también para una hoya hidrográfica de las
características antes mencionadas.

Se reconoce una falencia en la falta de información hidrometeorológica, principalmente


aquella necesaria para la estimación de los valores medios de precipitación de largo plazo. Las
isoyetas dibujadas responden a un análisis de carácter regional, que utilizan información de
estaciones ubicadas desde la costa a la precordillera, además de los datos disponibles de
estaciones en Argentina. Las únicas estaciones operativas en la zona de estudio propiamente
tal, corresponden a las que se instalaron en el marco del presente estudio, pero que no cuentan
con un registro suficiente de información. Por lo demás, dichas estaciones monitorean
unicamente la precipitación líquida, siendo preponderante en la zona la caída de nieve durante
los meses del invierno en el hemisferio sur.

A pesar de lo expuesto en el párrafo anterior, interesa recalcar que la estimación de recarga en


el área de estudio, para la cual se usaron los datos sobre los que se discute, reflejan valores en
lo sumo razonables para un área de las características de esta cuenca endorreica de la Puna de
la Región de Atacama.

Situación 2: Se están produciendo cambios en el almacenamiento. Una segunda situación


para justificar el término de discrepancia entre las entradas y salidas del sistema estudiado
(cuenca Salar de Pedernales), consiste en asumir que se está produciendo un cambio en el
almacenamiento. La ecuación del balance indica que:

IN (entradas) – OUT (salidas) = ΔS (cambios en el almacenamiento).

Dado que los valores resultantes de ΔS en la Tabla 8.28 y Tabla 8.29 son negativos, el
almacenamiento en la cuenca estaría disminuyendo bajo la condición de explotación intensiva
existente. Al observar los niveles piezométricos monitoreados en los pozos de CODELCO –
DSAL en el Llano de Pedernales (Figura 3.8), se puede suponer que existe una condición de
equilibrio en esta zona, pero que no necesariamente habría alcanzado la zona del salar. Si este

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fuera el caso, y el nuevo equilibrio se encontrara en vías de establecerse, se estaría
produciendo una disminución de la evaporación al bajar los niveles de la napa (Figura 8.24).

Para verificar esta condición se sugiere mantener el monitoreo en las punteras construidas
durante el año 2003 por CPH Consultores.

Una situación menos probable, dada la evidencia existente, es que la cuenca esté en una
situación de agotamiento. Como se menciona en el párrafo anterior, los niveles históricos
medidos en los pozos de la batería de CODELCO – DSAL se encuentran estabilizados o en
una situación muy próxima al régimen permanente, lo que indica que la opción más factible en
tal sentido es el alcance de un nuevo equilibrio con la situación actual de explotación.

Situación 3: Aportes subterráneos no considerados desde otras cuencas. En el apartado


8.4 se discute sobre la conexión entre Pedernales y la cuenca La Laguna, donde se encuentra el
Llano de la Vega Helada. La química e isotopía de las aguas subterráneas y en vegas, así como
la piezometría de las aguas subterráneas y la geología avalan los aportes hacia Pedernales
desde su vecina ubicada al este. Los aportes que se han cuantificado a la fecha corresponden a
Aguirre y Venegas (2005), que estiman este traspaso en al menos 70 L/s. Se utilizó este valor,
pero no se descarta que sean mayores de acuerdo a un flujo de carácter regional (propuesto
también por EDRA, 1999).

Entendiendo que la explotación desde pozos en la cuenca La Laguna (Llano de la Vega


Helada) no se ha materializado a la fecha, aunque los derechos por unos 500 L/s se encuentran
aprobados por la autoridad, el balance de la cuenca se establece como se muestra en la Figura
8.30.

Recarga por Descarga por


Precipitación (RP) evaporación (DE)

Llano de la Recarga
Descarga Vega Helada Subterránea (RS)
Subterránea (DS)
(Cuenca La Laguna)

Figura 8.30: Esquema del balance hídrico en cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada).

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Las recarga por precipitación (RP) se puede estimar como un 10% de lo que entra al sistema
por este concepto, lo que resulta conservador tomando en cuenta que los montos mínimos
estimados para las cuencas piloto de esta Región son de ese orden, mientras que los medios se
acercan al 12%. Al usar las isoyetas de la Figura 6.33, puede asumirse una precipitación media
en la cuenca La Laguna de 130 mm/año y considerando el área de la hoya hidrográfica
superficial (457 km2) se obtiene una recarga de 188 L/s.

Para este ejercicio, la descarga de la cuenca por evaporación (DE) se estimó calculando el área
de las lagunas y usando la evaporación potencial, como se describiera en el apartado 8.6.1.1
(pág. 249). No se consideró la descarga por evaporación desde napas someras, dado que la
información de niveles de pozos indica que ésta se encuentra a profundidades por sobre las
esperadas de extinción (< 24 m). La imagen satelital fue tomada de Google Earth, con fecha
28 de abril de 2007, de la que se determinó una superficie de cuerpos de agua de 0,54 km2. La
evaporación potencial en la zona de descarga, ubicada a una altura media aproximada de 3.500
msnm, después de aplicar el coeficiente de tanque descrito en la metodología, entrega un valor
de 1.581 mm/año. De estos datos se desprende una descarga por evaporación de 27 L/s.

La ecuación del balance considerando los parámetros que intervienen en la Figura 8.30
corresponde a:

Entradas (RP + RS) – Salidas (DE + DS) = Cambio en el almacenamiento (ΔS)

Asumiendo que el cambio en el almacenamiento es despreciable en el largo plazo, dado que


no hay evidencias de que en la cuenca está aumentando o disminuyendo el nivel freático, las
entradas se igualan a las salidas, quedando:

RP + RS = DE + DS → DS – RS = 161 L/s.

Del flujo regional propuesto por EDRA (1999) se indica que para esta zona habría un caudal
afluente cercano a 1.700 L/s, proveniente desde las cuencas más altas ubicadas al este. Este
valor parece exagerado dado que no cuenta con un respaldo sustantivo que permita sostenerlo.
Un caso más realista resulta ser el propuesto por Aguirre (2003), donde señala un flujo desde
la subcuenca Río Juncalito al Llano de la Vega Helada por un caudal de unos 240 L/s, aunque
señala que se requiere de mayores estudios para verificar dicha estimación. Si se considera un
caso pesimista frente a los dos planteados anteriormente, se puede asumir que la cuenca no
recibe recarga subterránea (RS = 0), con lo que el valor a despejar es la descarga subterránea
que se produciría hacia el Llano de los Gases Blancos en Pedernales, por los 161 L/s.

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De cualquier forma y al igual como sugiere Aguirre (2003), se recomienda estudiar este aporte
para dilucidar con mayor claridad aspectos de disponibilidad. Lo mismo para los aportes desde
Piedra Parada hacia la subcuenca del Río Juncalito, que no se ha cuantificado.

Situación 4: Bombeo actual es menor a los derechos de aprovechamiento otorgados. El


informe elaborado por CPH Consultores (2004) señala que no todos los derechos otorgados en
la cuenca estarían siendo utilizados. De manera particular se indica que a la fecha de ese
documento, se explotaban en el sector que se modeló (aguas abajo de el Llano La Ola) los
pozos PB-5, PB-6, PB-7 y PB-8, con un caudal medio de 194 L/s, en lugar de los 480 L/s
otorgados en los sectores Llano Leoncito y Llano de Pedernales Sur. Acerca de los pozos
aguas arriba del Llano La Ola no se tiene información de su explotación.

Lo expuesto en esta situación junto a la anterior aparecen como las razones más claras para el
establecimiento de un equilibrio, donde el cambio en el almacenamiento es despreciable en el
largo plazo (ΔS → 0).

En la Tabla 8.30 se muestran los valores de un balance que considera los aspectos discutidos
en las situaciones 3 y 4. Se considera que el término de discrepancia tiene un valor aceptable
para las características del presente estudio hidrogeológico.

Tabla 8.30: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Pedernales incorporando los aspectos
discutidos en los escenarios Situación 3 y Situación 4.
Entradas (IN) Mínimo (L/s) Medio (L/s) Máximo (L/s)
Recarga precipitación (cuenca) 1.442,5 1.831,4 2.231,6
Desde otras cuencas 161,0 161,0 161,0
Total entradas 1.603,5 1.992,4 2.392,6

Salidas (OUT)
Evaporación* 685,4 881,7 1.078,0
Extracciones** 948,0 948,0 948,0
Hacia otra cuenca 51,0 65,5 80,0
Total salidas 1.684,4 1.895,2 2.106,0

Balance (IN – OUT) -80,9 97,2 286,6


Porcentaje de discrepancia† 5% 5% 12%
* Considera los flujos desde cuerpos de agua libre, vegetación y napas freáticas someras.
** Las extracciones consideran los caudales actualmente bombeados por CODELCO – DSAL aguas abajo del
Llano La Ola, así como aquellos derechos aprobados aguas arriba de este mismo sector y el caudal
superficial tomado del Río La Ola, en promedio de 650 L/s.

Resultado del balance con respecto al valor de las entradas al sistema.

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Respecto del balance realizado aguas abajo del Llano La Ola (Tabla 8.29), las diferencias se
incrementan respecto de la evaluación en toda la cuenca. Las recargas que se producen en la
parte alta aportan una cantidad importante de recursos que no se observan en la parte baja sino
por la recarga subterránea a través de la reducida sección en el Llano La Ola.

Las situaciones 3 y 4 revisadas en la cuenca completa se aplican también en esta área del
norte, reduciéndose la diferencia entre las entradas y salidas del volumen de control usado en
el análisis. El balance en estas nuevas condiciones se acerca más a la situación real del actual
equilibrio, dado que contempla las entradas y salidas corregidas por la información más
fidedigna de la que se dispone. La Tabla 8.31 muestra la situación del nuevo balance.

Tabla 8.31: Entradas y salidas de la cuenca Salar de Pedernales aguas abajo del Llano La Ola,
incorporando los aspectos discutidos en los escenarios Situación 3 y Situación 4.
Entradas (IN) Mínimo (L/s) Medio (L/s) Máximo (L/s)
Recarga precipitación (sector salar) 388,7 495,6 606,3
Desde otras cuencas 361,0 361,0 361,0
Total entradas 749,7 856,6 967,3

Salidas (OUT)
Evaporación* 608,3 786,3 964,3
Extracciones** 194,0 194,0 194,0
Hacia otra cuenca 51,0 65,5 80,0
Total salidas 853,3 1.045,8 1.238,3

Balance (IN – OUT) -103,6 -189,2 -271,0


Porcentaje de discrepancia† 14% 22% 28%
* Considera los flujos desde cuerpos de agua libre, vegetación y napas freáticas someras.
** Las extracciones consideran los caudales actualmente bombeados por CODELCO – DSAL aguas abajo del
Llano La Ola.

Resultado del balance con respecto al valor de las entradas al sistema.

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8.7.2 Salar de Maricunga

De forma similar a cómo ocurre en la cuenca Salar de Pedernales, la pendiente superficial de


la cuenca Salar de Maricunga conduce los escurrimientos superficiales hacia la depresión que
se encuentra al norte, donde se emplaza el salar. Los únicos flujos que se aprecian en esta zona
de menor cota corresponden a los que corren de sur a norte por el interior del salar,
desaguando la Laguna Santa Rosa.

Los escurrimientos subterráneos por su parte, reconocidos e inferidos con los datos
piezométricos, químicos, isotópicos y la litología, muestran un comportamiento similar. Las
precipitaciones, tanto líquidas como sólidas, se infiltran en las partes altas de la cuenca,
principalmente en el límite este, donde se encuentran las mayores cotas (Cordillera Claudio
Gay, Cerro Tres Cruces, Sierra de La Sal, Cerro Azufre o Copiapó, entre otros) y escurren por
las zonas de mayor permeabilidad hacia el Llano de los Arroyos, de ahí al Llano Ciénaga
Redonda y luego al salar.

La Figura 8.31 muestra estos patrones de flujo, que como se mencionó, han sido revisados en
los capítulos precedentes.

Se ha probado la conexión con la cuenca Laguna del Negro Francisco, desde la que recibe un
aporte estimado en 80 L/s. Se sugiere que este aporte sea monitoreado en el tiempo, debido a
que puede tener cambios de carácter estacional y/o asociados a la depresión producida por los
pozos de producción en esa zona. En otro caso, se han hecho esfuerzos para resolver el vínculo
de Maricunga con la cuenca de Piedra Pómez, al este (ver Figura 4.8), donde no se han
encontrado evidencias de conexión a través de la subcuenca del Río Lamas. En el presente
estudio DGA – PUC se plantea un flujo de agua subterránea E-O (Piedra Pómez - Maricunga),
aunque no a través de la subcuenca del Río Lamas, sino a través de la Quebrada Colorada,
donde se desarrolla la Vega Lajita (ver apartado 8.4). En este sector se pueden apreciar
estructuras que permitirían el paso del agua subterránea, dando origen a estos afloramientos.
La escasa información disponible impide cuantificar dichos flujos.

La recarga total de la cuenca fue estimada en 1.450 L/s, lo que toma en cuenta los aportes
subterráneos en la parte sur, que provienen de la cuenca Laguna del Negro Francisco. Al
considerar unicamente los aportes por precipitación se llegó a un valor de 1.370 L/s.

Las descargas de la cuenca quedan definidas por la evaporación desde lagunas y napas
someras en el área del salar, y sistemas vegetacionales mixtos alimentados por afloramientos
de agua subterránea, como primera fuente. Salvo las descargas por napas someras, la cuenca
de Maricunga se destaca sobre Pedernales en el área de cuerpos de agua libre y sistemas

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vegetacionales. La Laguna Santa Rosa y las demás que se desarrollan dentro del salar, así
como los humedales en la Quebrada Ciénaga Redonda, consituyen los mayores elementos que
hacen la diferencia.

El balance se establece en toda la superficie de la cuenca y los acuíferos del Salar de


Maricunga. Los valores estimados de entrada y salida del volumen de control se presentan en
la Tabla 8.32.

Tabla 8.32: Entradas y salidas de toda la cuenca Salar de Maricunga.


Entradas (IN) Mínimo (L/s) Medio (L/s) Máximo (L/s)
Recarga precipitación 1.079,1 1.369,6 1.668,5
Desde otras cuencas 80,0 80,0 80,0
Total entradas 1.159,1 1.449,6 1.748,5

Salidas (OUT)
Evaporación* 924,9 1.097,6 1.270,2
Extracciones** 548,1 548,1 548,1
Hacia otra cuenca - - -
Total salidas 1.473,0 1.645,7 1.818,3

Balance (IN – OUT) -313,9 -196,1 -69,8


Porcentaje de discrepancia† 27% 14% 4%
* Considera los flujos desde cuerpos de agua libre, vegetación y napas freáticas someras.
** Consideran tanto las extracciones subterráneas como las superficiales.

Resultado del balance con respecto al valor de las entradas al sistema (en valor absoluto).

El término de discrepancia para el escenario medio es de 14% respecto a la entrada al sistema.


Siguiendo el esquema revisado para la cuenca Salar de Pedernales se pueden plantear
situaciones que ayuden a comprender este valor en el contexto de la información más
fidedigna de que se dispone. En este sentido, se descarta que las metodologías aplicadas para
la estimación de los parámetros que intervienen en el balance (Situación 1 del análisis en
Pedernales) sean el orígen de las diferencias, al menos no en tal magnitud. El parámetro que
aparece con mayor incertidumbre en este sentido es la descarga por evaporación desde suelos,
dado que se desconoce la profundidad de la napa dentro de la costra de sal. Esta profundidad
se estimó suponiendo un valor constante, propuesto como razonable en los estudios revisados
(ver apartado 8.6.1.3), pero se requiere contar con más información para acotar de mejor
forma el resultado.

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Dirección flujo de
agua subterránea

Figura 8.31: Patrones de flujo superficial y subterráneo en la cuenca Salar de Maricunga.

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Otro parámetro que una vez más aparece como fuente de error corresponde a los caudales
actuales que se extraen del acuífero y la cuenca superficial. Salvo los bombeos del sector sur
de la hoya hidrográfica, cerca del límite con la cuenca Laguna del Negro Francisco, no se
dispuso de más información histórica de extracciones en el acuífero. Los 196 L/s de diferencia
entre las salidas y entradas del sistema son en la práctica equivalentes a los derechos otorgados
a la Compañía Minera Mantos de Oro en la Pampas Maricunga y el Llano de Caballo Muerto.
Siguiendo en la misma línea, en términos porcentuales la discrepancia (196 L/s) corresponde
al 40% de los derechos otorgados en la cuenca, lo que justifica el hecho de mantener un
monitoreo de los caudales extraídos y de los niveles en los pozos en el área de estudio.

De cualquier forma, se predispone un error por la dificultad de cuantificar la información a


partir de los datos hidrometeorológicos con que se cuenta. El trabajo hidrogeológico por si
mismo contiene cierta incertidumbre, asociada a la variabilidad espacial y temporal de los
parámetros con que se trabaja. Lo que queda es mantener un buen control de aquellos
elementos que aparecen como manejables, que ciertamente contribuyen a acotar el error y a
identificar otras posibles fuentes.

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9 RESUMEN Y CONCLUSIONES

El presente estudio fue realizado como una Acción de Apoyo entre la Dirección General de
Aguas (DGA) y el Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Pontificia
Universidad Católica de Chile (DIHA–PUC) para compilar la información disponible y
realizar algunos trabajos complementarios de gabinete y terreno, que dan forma a una línea
base sobre el conocimiento de cómo funciona hidrogeológicamente el sistema piloto de
cuencas de la Región de Atacama. Este propósito se complementa con el de identificar los
estudios necesarios para avanzar hacia un mejor conocimiento, que repercutan en una mejor
gestión de los recursos hídricos, que en esta zona sustentan las actividades minera y ganadera,
así como ambientes lacustres donde habitan flora y fauna autóctona.

Luego, este informe presenta una caracterización hidrogeológica de las cuencas piloto de la
Región de Atacama, Salar de Pedernales y Salar de Maricunga. Los contenidos abarcan una
descripción de la hidrografía y geomorfología, hidrología y geología de las cuencas, así como
de la hidrogeoquímica e isotopía de las aguas colectadas ellas. A continuación se alude a las
principales conclusiones de los capítulos que conforman el documento.

Fisiografía

La geomorfología regional del norte de Chile ha sido caracterizada por Börgel (1983),
encontrándose la zona de estudio en 3 de los sectores definidos por este autor: la Gran Fosa de
los Salares Prealtiplánicos, la Precordillera Andina, donde se encuentra la Cordillera de
Domeyko, y los Cordones Prealtiplánicos. Estas son franjas de orientación norte-sur, que
definen la depresión en el centro de las cuencas y los relieves que constituyen las divisorias de
agua con las cuencas de la Depresión Intermedia y el Altiplano – Puna propiamente tal.

La hoya hidrográfica del Salar de Pedernales es la cuenca cerrada (endorreica) de mayor


superficie en la Región de Atacama, con una extensión de 3.588 km2. Está ubicada al oriente
de la cuenca exorreica del Río Salado, a la que descarga a través de una obra construida en la
década de 1920 – 1930. Ambas hoyas están separadas por la Cordillera de Domeyko, que en
esta zona tiene unos 200 m de espesor (ver Figura 4.3).

La cuenca Salar de Pedernales tiene una altura máxima de 6.127 msnm y una altura media de
3.992 msnm. El salar, de 325 km2, se encuentra a una cota aproximada de 3.300 msnm, donde
converge la pendiente general de la hoya hidrográfica, con un valor medio de 15%.
Localmente, la cuenca está marcada por tres tipos de relieves que definen su geomorfología.
Éstos son los relieves de erosión, volcánicos y de acumulación. En las zonas altas destacan las
formas o relieves de erosión de tipo sierra, y los relieves volcánicos de tipo cordón volcánico y

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estratovolcanes. Las partes más bajas están dominadas por relieves de acumulación, donde
predominan las llanuras aluviales.

La hoya de Maricunga tiene una forma alongada en dirección norte – sur, en que la depresión
donde se emplaza el salar se encuentra en el centro-norte de su perímetro (Figura 4.8). Los
tributarios más importantes son el Río Lamas por el este y el Ciénaga Redonda por el sur (ver
Figura 4.8). Las principales características morfométricas de la cuenca Salar de Maricunga son
un área de 2.195 km2, una altura máxima de 6.749 msnm y una altura media de 4.295 msnm.
Los flujos convergen en el salar, que tiene un área de 142 km2 y se encuentra a una cota
aproximada de 3.740 msnm. La pendiente media de la cuenca es de 17%. Localmente, la
cuenca Salar de Maricunga está marcada por formas o relieves de erosión de tipo sierra, y
relieves volcánicos de tipo cordón volcánico y estratovolcanes en las zonas altas. Las partes
más bajas están dominadas por relieves de acumulación, donde predominan las llanuras
aluviales y conos aluviales.

Geología

La geología del área de estudio abarca amplia variedad de unidades geológicas, desde una
perspectiva tanto litológica como temporal. Durante el Paleozoico Superior se depositan los
estratos fluvio- lacustres y unidades volcánicas. Un episodio de rift en el Mesozoico es
representado por rocas volcano-sedimentarias, cubiertas por calizas jurásicas. En el Cretácico
Inferior se depositan areniscas de ambiente marino a litoral que hacia el techo presentan
niveles evaporíticos y estratos continentales. Nuevos episodios de volcanismo comienzan a
desarrollarse durante el Cretácico Superior. Intrusivos hipabisales del Eoceno presentan
mineralización de pórfido cuprífero y aurífero. Los depósitos volcano-sedimentarios
originados desde el Oligoceno al Mioceno inferior se relacionan con un ambiente continental,
con desarrollo de facies lacustres, y episodios volcánicos. En este período se origina la Franja
de Maricunga, en que son comunes los domos con alteración hidrotermal, asociados con
mineralización de oro principalmente, como los de Esperanza, La Coipa, Marte y Lobo. A lo
largo del Mioceno se originan numerosos aparatos volcánicos (generalmente intensamente
erodados) y extensos flujos piroclásticos ignimbríticos. Entre los primeros se pueden
mencionar los cerros Doña Inés, La Nuez, Cerros Bravos, Ojos de Maricunga, Nevado de
Jotabeche y el Volcán Copiapó. Del Plioceno al reciente la actividad volcánica es representada
por complejos volcánicos medianamente erodados e incluso los más jóvenes preservan su
morfología original. Dentro de las ignimbritas, destaca la de Laguna Verde por su extensión.
El alzamiento del plateau producto de la subducción miocena, genera la inscripción del
drenaje, que da lugar a un proceso de denudación cuyo resultado son grandes volúmenes de
material no consolidado rellenando las zonas más deprimidas.

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Hidrología

Se realizó la caracterización hidrológica para el sistema piloto de la III Región, considerando


variables meteorológicas como precipitaciones, temperatura y evaporación de tanque, e
hidrológicas como los escurrimientos. Para este análisis se utilizaron registros obtenidos en 5
estaciones pluviométricas instaladas con el convenio PUC-DGA, y en estaciones
meteorológicas y fluviométricas de la DGA.

En cuanto a las precipitaciones se dispone de un año de estadística en las estaciones PUC-


DGA, por consiguiente, los resultados obtenidos con los análisis realizados en estas estaciones
no se pueden considerar como el comportamiento de largo plazo. En cambio, en las estaciones
DGA se dispone de más de 20 años de estadística permitiendo obtener resultados sobre su
comportamiento en un plazo más extenso. Sin embargo, ninguna de las estaciones DGA
seleccionadas se ubican al interior del sistema piloto en estudio.

A nivel anual se observó que las precipitaciones registradas en las estaciones PUC-DGA
durante el año hidrológico 2007-2008 tuvieron una magnitud entre 2,3 mm y 15,0 mm, mucho
menor que la precipitación media registrada en las estaciones DGA cercanas, la cual es del
orden de 33 mm, a excepción de la estación Agua Amarga donde se registraron 37,2 mm. Las
estaciones DGA se ubican alrededor de los 2.000 msnm y las PUC-DGA sobre los 3.400
msnm.

A nivel mensual, de acuerdo a los registros históricos de precipitación en las estaciones DGA
los meses con mayor precipitación son junio y julio con valores entre 8 mm y 25 mm. Para las
estaciones PUC-DGA el mes más lluvioso corresponde a junio de 2008, variando entre 2 mm
y 25 mm, a excepción de la estación Pedernales Sur, donde el mes más lluvioso corresponde a
enero de 2008 con 8 mm.

En las estaciones PUC-DGA y DGA el período más lluvioso del año corresponde a Abril-
Noviembre, a excepción de la estación Pedernales Sur, donde el período más lluvioso fue
Diciembre – Marzo.

La precipitación diaria en las estaciones PUC-DGA y DGA fue ajustada a un modelo de


Markov con dos estados: seco (S) y lluvia (P), donde cada estado tiene dos transiciones
posibles. Los resultados obtenidos con este ajuste muestran que la probabilidad de estar en
estado de lluvia en los meses más húmedos no supera el 3% en las estaciones Pedernales
Norte, Las Vegas y Pastos Grandes. Sin embargo, estas probabilidades pueden llegar hasta el
23% como es el caso de la estación Pedernales Sur. En cuanto a la probabilidad de transición
de estado seco a lluvia se observa que no supera el 3% en las estaciones Pedernales Norte, Las
Vegas y Pastos Grandes, pero alcanzan hasta el 29% en la estación Pedernales Sur. En las

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estaciones de la DGA estas probabilidades se pueden considerar de largo plazo ya que fueron
obtenidas con series de más de 20 años de registros.

Se analizaron las series horarias de precipitación en las estaciones PUC-DGA, obteniendo la


probabilidad empírica de que esté lloviendo a una determinada hora, para los distintos meses
del año. Este análisis mostró que para el período noviembre 2007 – octubre 2008 los eventos
de precipitación ocurrieron principalmente entre las 06:00 y las 18:00.

Se comparó el gradiente de precipitación con la altura obtenido en las estaciones PUC-DGA


para el año hidrológico 2007-2008 con el gradiente regional obtenido en la parte III de este
informe “Hidrología Regional del Altiplano” el cual es de un aumento de 1 mm por cada 100
m de altura para el rango de altitudes de 0 a 2.200 msnm. Se observa que la variación de la
precipitación con la altura en las estaciones PUC-DGA, localizadas sobre los 3.400 msnm, no
sigue la tendencia de las estaciones utilizadas en el estudio hidrológico regional. Esto se debe
a que en el hidrológico 2007-2008 la cantidad de agua caída fue mucho menor a lo que se
registró históricamente en las estaciones DGA. Sin embargo, es posible obtener un gradiente
de 1,4 mm por cada 100 m de altura para las estaciones PUC-DGA, similar al obtenido en el
estudio regional.

En el sistema piloto de las cuencas de los salares de Pedernales y Maricunga (III Región) se
dispone de seis estaciones fluviométricas pertenecientes a la DGA. De estas estaciones, una se
localiza al interior de la cuenca del Salar de Pedernales y cinco al interior de la cuenca del
Salar de Maricunga.

El análisis del gasto medio anual mostró que la única estación disponible en la cuenca del
Salar de Pedernales (Río La Ola en Vertedero) presenta una serie bastante estable con valores
similares todos los años y que oscilan alrededor de 0,6 m3/s. Sin embargo, se observa una sola
crecida correspondiente al año hidrológico 1997-1998. En las estaciones localizadas en la
cuenca del Salar de Maricunga se observa un comportamiento similar, con series que tienen
poca variabilidad interanual y con presencia de crecidas puntuales en ciertos años. Se destacan
las crecidas registradas en los años 1987, 1989 y 1998, las que no superan los 0,4 m3/s.

El análisis del gasto medio mensual mostró que en las estaciones Río La Ola en Vertedero,
Río Villalobos en Vertedero y Río Lamas en El Salto en caudal medio no varía
significativamente a lo largo de los meses del año, manteniéndose en valores cercanos a la
media anual. En cambio, en el resto de estaciones se nota la presencia uno o dos meses que
superan la media anual.

Se recopilaron datos del caudal medio diario y se elaboraron diagramas tipo Box-Whisker con
los cuartiles de estas series para los distintos meses del año, observándose que en cada

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estación la mediana de los caudales no presenta mayores variaciones a lo largo de los distintos
meses del año. Sin embargo, el caudal máximo presenta importantes cambios notándose los
meses en los que se producen las crecidas.

En la estación Río La Ola en Vertedero, ubicada en cuenca del Salar de Pedernales, la mediana
del caudal diario es del orden de 0,6 m3/s y el caudal máximo diario alcanza un valor de 1,7
m3/s en el mes de marzo, siendo los meses de febrero, marzo y abril donde se registran los
caudales máximos. Los caudales mínimos nunca descienden más allá de 0,1 m3/s.

En las estaciones ubicadas en la cuenca del Salar de Maricunga el caudal máximo se registra
en el mes de octubre en la estación Río Valle Ancho Antes de Barros Negros, siendo los meses
de septiembre y octubre cuando se registran los caudales máximos en esta estación. En las
estaciones Río Barros Negros Antes de Junta y Río Villalobos en Vertedero los meses cuando
se registran los caudales máximos son diciembre y enero; y en la estación Río Valle Ancho en
la Barrera el caudal máximo se produce en mayo. En la estación Río Lamas en el Salto los
caudales máximos tienden a mantenerse alrededor de los 0,5 m3/s sin mayores variaciones a lo
largo de los meses del año. Los caudales mínimos registrados alcanzan valores iguales a cero
en la mayoría de los meses.

Para el análisis de temperatura y evaporación de tanque en el sistema piloto de la III Región


no se cuenta con ninguna estación que mida estos parámetros en las cuencas. Por consiguiente,
se presentaron los resultados obtenidos en la Parte III de este informe (Hidrología Regional del
Altiplano), principalmente gradientes regionales de temperatura y evaporación con la altura e
isotermas.

Hidrogeoquímica e Isotopía

Como es propio en cuencas evaporíticas, la composición predominante en las aguas es


clorurada sódica, con distintos niveles de elementos disueltos. Esto se debe a que al ir
aumentando la salinidad de las aguas por efecto de la evaporación, algunos elementos tienden
a precipitar. El sodio y el cloruro son altamente solubles, por lo que pueden alcanzar grandes
concentraciones antes de llegar a su nivel de saturación y precipitar. Además en los dominios
de los salares, pueden disolver costras de halita que contribuirán a su concentración.

Localmente se reconocen aguas de distinta composición, producto de su interacción con la


geología y mezcla de aguas. En la cuenca del Salar de Pedernales destacan las del sector sur
del Llano de la Vega Helada, cuya composición sulfatada cálcica y alta concentración de boro,
se asociaría con la influencia de la litología de la Secuencia Sierra de Aliste que posee niveles
evaporíticos. El tramo superior del Río Juncalito destaca por sus altos contenidos de boro, litio
y arsénico, que coinciden con afloramientos de aguas termales aguas arriba. En la cabecera del

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Río Leoncito, aportes de agua dulce se asociarían al flujo subterráneo cuya recarga e
infiltración se habría producido en la Cordillera de Claudio Gay. Las aguas del Río La Ola,
estarían influenciadas aguas arriba por aportes de flujos superficiales y subterráneos
provenientes del sur, que corresponden al tipo sulfatado cálcico y sulfatado sódico. El sector
de Cerros Bravos corresponde a una importante zona de alteración hidrotermal con
mineralización aurífera (Prospecto Esperanza).

Inmediatamente al este de la cuenca del Salar de Maricunga, en Piedra Pómez, la mayor parte
de las aguas son de composición bicarbonatada sódica, lo que se asociaría con la litología del
sector y la influencia del termalismo, ya que también se destaca por la presencia de elementos
minoritarios. Al sur del salar, en la laguna de Santa Rosa, se reúnen varios tipos de agua
asociados a distintos orígenes. La alta concentración de boro se asociaría con fluidos
hidrotermales (Prospecto Soledad).

El sector de la vega Ciénaga Redonda también destaca por su contenido de elementos


minoritarios, relacionados con la mineralización aurífera de la mina Marte (actualmente
abandonada) y el yacimiento Lobo (Río Villalobos). Estas zonas mineralizadas se prolongan
hacia el sur, como lo evidencian las aguas ricas en arsénico de Pampa Pantanillo (Prospecto
Escondido, Lajitas y Pantanillo).

Estos cuerpos portadores de metales preciosos se emplazan dentro de la Franja de Maricunga,


donde la mineralización suele estar acompañada por concentraciones anómalas de elementos
como el arsénico.

Los análisis isotópicos de aguas superficiales y subterráneas muestran que estas aguas no se
distribuyen paralelamente a la MWL, sino que se alejan de ésta a medida que se enriquecen en
concentraciones de 2H y 18O. En el caso de las aguas superficiales es claro que su tendencia
responde a una recta de evaporación. Sin embargo, en el caso de las aguas de pozos y
manantiales, se atribuye a la evaporación en la zona no saturada y enriquecimiento isotópico
por sublimación de la nieve.

Hidrogeología

En la caracterizción hidrogeológica del sistema piloto de la Región de Atacama, se abordaron


las unidades hidrogeológicas y geometría acuífera de las cuencas en estudio, la piezometría y
propiedades hidráulicas del acuífero, la conexión con otras cuencas hidrográficas y finalmente
la estimación de la recarga y la descarga del volumen de control en estudio, con el fin de
establecer un balance hídrico de largo plazo.

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Las unidades hidrogeológicas y geométria acuífera fueron descritas en base a los antecedentes
disponibles, sin aportar nuevos datos. Los antecedentes se respaldan en levantamientos
geológicos, particularmente en las descripciones litológicas y estructurales, y en métodos
indirectos de prospección geofísica. En las cuencas Salar de Pedernales y Salar Maricunga, de
gran extensión en comparación con las otras hoyas hidrográficas del Altiplano y la Puna, se
ignora la geometría del basamento.

En el Salar de Pedernales, donde se encontraría la mayor pontencia en la cuenca homónima, se


estiman profundidades del basamento en el orden de 400–500 m, aunque no se descartan
potencias de hasta 1.000 m. La primera capa está cubierta con un importante espesor de halita
y salmueras saturadas, del orden de 150–200 m. Bajo esto, cominezan a variar a material más
grueso (arena, grava), aunque aún con algunas intercalaciones de arcillas. Las potencias del
relleno en el salar no son muy superiores a las que se han reportado para los sectores aledaños
del Llano de Pedernales y el Llano de los Gases Blancos, al suroeste, sin embargo, en forma
gradual decrecen hacia el sur.

En el Salar de Maricunga, los principales sectores estudiados corresponden al Llano Quebrada


de Caballo Muerto, la Pampa Maricunga y el Llano Ciénaga Redonda. El Llano Quebrada de
Caballo Muerto se ha descrito como un acuífero intergranular, con predominancia de arenas y
gravas, donde el basamento se reporta a unos 45 – 55 m de acuerdo a las perforaciones allí
realizadas. En la Pampa Marivunga, también se encuentra un medio de permeabilidad media a
alta, con predominancia de arenas y gravillas y una potencia reportada de 120 m. En el Llano
Ciénaga Redonda, reconocido como la zona de mayor potencial de la cuenca, se encuentra
material grueso como arena y grava, intercalado con algunas capas de arcilla. Las
perforaciones acá se han realizado hasta 150 m de profundidad, sin embargo, se ha reportado
un basamento que podría estar a unos 800 m de la superficie del terreno.

La piezometría de los acuíferos de las cuencas del sistema piloto es similar en términos de su
comportamiento. Los flujos de agua subterránea que se infiltran en las zonas de mayor
permeabilidad, convergen hacia las depresiones, principalmente a través de los llanos
aluviales, fluviales y estructuras. En las grandes depresiones de las cuencas, los niveles son
más someros y los gradientes hidráulicos bajos.

Las permeabilidades en la cuenca de Pedernales presentan una variación entre 0,2 y 320 m/d,
estando todos los pozos en llanos aluviales o fluviales. En el sector poniente del Llano de
Pedernales Sur y al norte del Llano Los Pajaritos, donde se ubica el principal campo de pozos
de la cuenca, los valores de conductividad hidráulica varían entre 1,3 y 230 m/d. Los pozos
ubicados entre el Llano de Pedernales Sur y el Llano La Ola, tienen conductividades
hidráulicas que van desde 43 a 0,2 m/d, disminuyendo hacia el sur. El grupo de pozos

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ubicados al sur de La Ola, en el Llano Leoncito, presentan permeabilidades que se encuentran
entre 5 y 75 m/d, lo que puede considerarse media a alta. Los pozos ubicados al suroriente del
salar, en el Llano de los Gases Blancos muestran conductividades hidráulicas de 1,3 y 10,7
m/d. Respecto del coeficiente de almacenamiento, en Pedernales se encontraron valores en el
rango de 1,0 10-7 – 1,0 10-1, en que hay una predominancia de valores que se ajustan a
condiciones de acuífero libre y semiconfinado, a excepeción del Llano de los Gases Blancos,
donde se han encontrado mayores evidencias de confinamiento.

Por su parte, la cuenca Salar de Maricunga presenta una variación general de 0,9 – 170 m/d en
la conductividad hidráulica. En el Llano Quebrada Caballo Muerto se ha estimado una
conductividad hidráulica que varía entre 1 y 22 m/d, mientras que en el sector Pampa Salar de
Maricunga se reportan valores entre 2 y 35 m/d. En el sector Llano Ciénaga Redonda, el valor
de la conductividad varía entre 55 y 170 m/d. No se tiene datos de coeficiente de
almacenamiento en esta cuenca.

La conexión hidrogeológica se ha estimado tomando los antecedentes disponibles, así como


algunas evidencias que den prueba de que ésta existe, operando a través de la descarga de las
cuencas en estudio o bien la recarga hacia ellas. Los casos revisados muestran una descarga
desde la hoya Salar de Pedernales hacia la hoya del Río Salado a través del dren Agua Helada,
una recarga al Salar de Pedernales desde la cuenca La Laguna (Llano de la Vega Helada) y
una recarga a la hoya Salar de Maricunga desde la cuenca Laguna del Negro Francisco.

Se realizó una estimación de la recarga media anual de largo plazo en las cuencas del sistema
piloto de la III Región mediante balances de masa y de coeficientes de infiltración y
escorrentía que ponderan las características hidráulicas de las unidades litológicas presentes en
las cuencas analizadas. De acuerdo a esta estimación, la recarga por precipitación en la cuenca
del Salar de Maricunga varía entre 1.079,1 y 1668,5 L/s. Sumando a esto el caudal aportado
por la conexión hidrogeológica con la cuenca Laguna del Negro Francisco, estimada en 80
L/s, se tiene una recarga total que varía entre 1.159,1 L/s y 1.748,5 L/s, con un valor medio de
1.449,6 L/s. Según una estimación realizada por la DGA (2006) la recarga en esta cuenca es
del orden de 1.570 L/s, similar a la obtenida en el presente estudio.

En la cuenca del Salar de Pedernales se utilizaron dos enfoques para estimar la recarga. El
primero, considera el funcionamiento de la cuenca en régimen natural, sin considerar
extracciones desde los cauces. El segundo considera el funcionamiento de la cuenca en
régimen antrópico, incluyendo la extracción promedio de 650 L/s que realiza CODELCO -
División El Salvador en el sector de La Ola. De acuerdo al primer enfoque, la recarga
estimada en régimen natural varía entre 1.442,5 y 2.231,6 L/s, con un valor medio de 1.831,4
L/s. A esto debe sumarse la recarga proveniente desde la cuenca La Laguna (Llano de la Vega

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Helada), que correspondería a un flujo de carácter regional a través de estructuras, descrito por
EDRA (1999). Dicha recarga fue estimada por Aguirre y Venegas (2005) en 70 L/s, sin
embargo, en el presente estudio se estima que podría alcanzar los 161 L/s. De este modo, la
recarga total para un escenario medio en toda la cuenca se estimó en 1.992,4 L/s. Los estudios
realizados por EDRA (1999) y Aguirre y Venegas (2005), estiman una recarga total del orden
de 2.200 L/s y 2.000 L/s, respectivamente. Por otro lado, en régimen antrópico la recarga
estimada varía entre 588,7 y 806,3 L/s, con un promedio de 695,6 L/s, sin considerar los
aportes desde La Laguna. Al incorporar estos aportes (161 L/s), la recarga en esta zona alcanza
los 856,6 L/s como promedio. De acuerdo a la estimación realizada por CPH Consultores
(2004) esta recarga es del orden de 614 L/s.

Por su parte, las descargas están compuestas por la evaporación, tanto de aguas superficiales
como de napas someras, la evapotranspiración de la vegetación, descargas hacia otras cuencas
y extracciones a través de obras de captación. Al ser cuencas cerradas (endorreicas), su
mecanismo principal de descarga es la evaporación. En la cuenca Salar de Pedernales se
estimó una evapotranspiración total que varía entre 685,4 y 1.078,0 L/s, con un valor medio de
881,7 L/s. Pedernales descarga a través del dren Agua Helada hacia la hoya del Río Salado,
caudal que ha sido medido entre 51 y 80 L/s. Finalmente, las extracciones a través de obras de
captación, considerando los derechos en actualmente en uso en Pedernales alcanzan los 948
L/s.

Para el Salar de Maricunga, se estimaron descargas por evaporación entre 924,9 y 1.270,2 L/s,
con un valor medio de 1.097,6 L/s. Los derechos de aprovechamiento otorgados fueron
considerados como los caudales actualmente explotados, que en esta cuenca alcanzan los
548,1 L/s, sumando en total descargas por 1.645,7 L/s como promedio de largo plazo.

Los balances hídricos en las cuencas se realizaron considerando la información más fidedigna
de la que se dispuso. Discutiéndose las posibles fuentes que lleven a un error de cierre más
acotado. Para la cuenca Salar de Pedernales se contabilizaron entradas totales por 1.992,4 L/s
y una descarga de 1.895,2 L/s, lo que representa un exceso del 5% respecto del valor de las
entradas. Para la cuenca Salar de Maricunga, se estimaron entradas por 1.449,6 L/s y salidas
por 1.645,7 L/s, lo que da una diferencia de -14% respecto de las entradas al sistema. Estos
valores requieren ser acotados usando las sugerencias propuestas en este estudio.

En estos sistemas altiplánicos la evaluación de la recarga es en sí compleja, dada su gran


variación espacial y temporal, lo que puede llevar a diferencias importantes entre las distintas
metodologías empleadas en su estimación. Este hecho, sumado a la existencia de cuencas con
ecosistemas de particular interés ambiental, que dependen parcial o totalmente del
funcionamiento hidrogeológico de los acuíferos y su relación con los recursos superficiales,

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hacen recomendable ser conservador en la régimen de explotación que se imponga. Sin
perjuicio de lo anterior, en base a antecedentes técnicos sólidos, siempre es posible definir
caudales de explotación sustentables y estrategias de gestión hídrica que permitan por una
parte generar recursos hídricos para el desarrollo del país y por otra, el adecuado cuidado del
medio ambiente.

La explotación gradual de los sistemas, partiendo con caudales bajos que se puedan ir
paulatinamente aumentando en la medida que se vaya evaluando la respuesta del sistema
(Explotación Gradual), junto con disponer de varios puntos de extracción que se puedan ir
alternando en el tiempo (Explotación Dinámica), son herramientas que una gestión hídrica
moderna de estos sistemas debiera considerar. Adicionalmente, el adecuado monitoreo de las
variables de control tales como niveles freáticos y caudales de vertientes, entre otras, es
imprescindible para poder detectar a tiempo eventuales efectos no deseados (Planes de Alerta
Temprana). Los efectos que se quieren evitar debiesen estar claramente definidos bajo un
esquema de fiscalización conciso y transparente.

En este sentido, este estudio pretende contribuir al conocimiento del funcionamiento


hidrogeológico de las cuencas altiplánicas, generando, sistematizando y analizando una gran
cantidad de información que quede disponible para la comunidad científica, reparticiones
públicas y usuarios en general de las aguas altiplánicas.

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10 SUGERENCIAS PARA TRABAJOS FUTUROS

A continuación se describen las sugerencias para trabajos futuros que se derivan del presente
estudio, las que incluyen la realización de trabajos de campo para aportar más y mejores
antecedentes, así como estudios sobre ciertas áreas o temas específicos.

10.1 Necesidad de Estudios

• Profundizar el conocimiento sobre la geomorfología de las cuencas piloto, enfocada en


aumentar el entendimiento de la paleogeografía de la zona y su evolución hasta alcanzar su
actual configuración. Esto serviría para establecer con mayor precisión sus antecedentes
tectónicos y así conocer qué tipo de estructuras (fallas, fracturas, diaclasas o pliegues) se
podrían encontrar como potenciales planos de transferencia de aguas subterráneas o bien
condicionando el funcionamiento acuíferos fracturados. Este trabajo representaría tanto un
aporte para los flujos que se producen dentro de la cuenca como aquellos eventuales entre
cuencas vecinas (La Laguna, Piedra Pómez).

• Definir las condiciones estructurales en profundidad, mediante el mapeo detallado de


estructuras que den indicios de fenómenos de compresión/extensión. Particularmente
relevantes serían las fallas al este de los salares de Maricunga y Pedernales (estructuras E-
W).

• Fiscalización de mineras no sólo como faenas de producción, sino también como


proyectos de exploración y gestión de caminos. Un tema importante es cuantificar lo que
ocurre con los recursos de agua subterránea que afloran en el interior de faenas mineras, ya
que generalmente son extraídos (dewatering), incidiendo en la cantidad y calidad del
recurso (aguas ácidas por lixiviación de sulfuros).

• Realizar nuevos estudios para estimar la recarga de la cuenca, como balance de elementos
conservativos y modelación hidrológica, de manera que puedan compararse con los rangos
actuales propuestos.

• Monitorear en el tiempo las lagunas mediante imágenes satelitales. El tamaño de lagunas


así como los índices de refracción sobre la vegetación apoyan la cuantificación de las
descargas por evaporación de los sistemas.

• Censar los afloramientos de agua en las cuencas, tomando en cuenta aquellos catastrados
en los estudios antecedentes y otros no estudiados. Las descargas del acuífero a través de

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manantiales deben ser evaluados de acuerdo a la posición dentro de la cuenca y lo que
ocurre con esta agua (evaporación, infiltración). Además, la importancia de censar estas
descargas se apoya en que normalmente sustentan sistemas vegetacionales que resulta
importante proteger.

• Se sugiere la realización de trabajos orientados a clasificar y cuantificar los consumos


evapotranspirativos de los distintos sistemas vegetales presentes en el altiplano chileno.
Inicialmente los esfuerzos deben tener un sentido generalista que permita estimar con un
nivel de confianza razonable la evapotranspiración genérica de cualquier sistema que se
desee analizar y no en determinar detalladamente la transpiración de un sistema específico.
Luego, para cada sistema en particular y dependiendo de las necesidades de acotar las
variables de interés, se sugiere profundizar los estudios.

• Definir calidad acuífera del relleno y su espesor con mayor certeza en ambas cuencas, así
como la geometría del basamento. Esto último resulta importante en particular en
Pedernales, donde hay una cantidad importante de derechos de agua subterránea otorgados
y los modelos hidrogeológicos actuales ciertamente podrían mejorarse.

• Se recomienda recopilar nueva información de caminos y huellas que permitan actualizar y


remapear las rutas existentes en la actualidad en el altiplano chileno. Esto permitiría
incrementar las posibles zonas a monitorear y aumentar la eficiencia durante las campañas
de terreno.

10.2 Mediciones de evaporación

• Generalmente el estudio de la evaporación se centra en la determinación de las descargas a


escala de cuenca. En este contexto se sugiere la realización de estudios de evaporación
desde los suelos mediante el análisis de imágenes satelitales (modelo SEBAL) en conjunto
con información meteorológica captada directamente en terreno. Estos resultados deben
ser contrastados con las estimaciones obtenidas con el domo en el presente estudio (curvas
de evaporación). En función de los resultados se podrá evaluar la posibilidad de utilizar
información satelital para estimar las descargas por evaporación en zonas en que no se
cuenta con datos, y la necesidad de continuar realizando mediciones puntuales
directamente en terreno.

• Se recomienda realizar mediciones de evaporación con el domo en los mismos puntos


muestreados durante las campañas de terreno efectuadas durante el presente estudio, pero
en diferentes periodos del año. Los resultados obtenidos permitirán estudiar la

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estacionalidad del fenómeno y la efectividad de normalizar las mediciones con el fin de
independizar las tasas registradas de las condiciones climáticas existentes.

• Con el fin de determinar la tasa mínima de evaporación que puede ser registrada con el
domo, se recomienda efectuar ensayos sobre suelos con napas profundas (~100m) y
comparar dichos resultados con mediciones efectuadas en el mismo punto pero cubriendo
el suelo con un material impermeable.

• Utilizar nuevas metodologías para estimar la descarga por evaporación, como


correlaciones de Eddy y scintilometría. Las aplicaciones pueden ser comparadas con los
datos disponibles de lisímetros y el domo, disminuyendo la incertidumbre de la
cuantificación que puede entregar alguna de ellas.

10.3 Toma de muestras y análisis químicos e isotópicos

• La toma de muestras de agua de manantiales debe ser cuidadosa y detallada. Cabe aclarar
que manantiales se considera equivalente a vertientes y afloramientos, sin embargo, en el
texto se han mantenido los términos originales utilizados en la bibliografía desde la cual se
han recopilado los datos analizados en este proyecto. Conviene separar las muestras según
correspondan a manantiales puntuales o difusos. Los primeros corresponden
exclusivamente a aquellas muestras de agua obtenidas en el punto exacto donde sale el
flujo de la roca o depósito, sin que alcance a tener un contacto considerable con el
ambiente. En situaciones complejas es posible excavar la parte externa del afloramiento
para obtener con seguridad agua directamente del acuífero. Si no se puede acceder o
reconocer con exactitud desde dónde emana el agua, p. ej. en algunos bofedales, se
recomienda considerar el punto como manantial difuso. Este término considera que el agua
realiza previo al muestreo un recorrido subsuperficial por el terreno, durante el cual puede
disolver sales del suelo o estar afectada por evaporación.

• Al recolectar muestras de cauces superficiales, como ríos y esteros, caracterizar en lo


posible la hidrogeoquímica del curso de agua principal antes y después de la
desembocadura de un afluente. Calcular en terreno un caudal aproximado de los tributarios
y cursos principales de agua, para estimar la influencia que podrían tener los primeros en
la composición de las aguas más abajo.

• Las muestras de agua subterránea obtenidas en pozos deben ser tomadas con precaución.
Algunos pozos han estado sin actividad durante largo tiempo por lo que el agua acumulada
en su interior puede no ser representativa del acuífero. Según el estado en que se encuentre
la habilitación, ésta podría ser por si misma un foco de contaminación en las aguas. Lo

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ideal es bombear el pozo hasta que el agua de su interior se haya renovado, aunque no
siempre se cuenta con las condiciones para ello. En este caso, conviene usar al menos un
método manual para vaciar la mayor parte y obtener agua relativamente fresca o por
ejemplo, utilizar muestreadotes manuales (bailers) que permiten tomar la muestra frente a
la zona de rejilla (cribas) del pozo, donde la renovación del agua dentro de la perforación
se espera mayor. También muchas veces se toman muestras durante la perforación de los
pozos, que serán representativas del acuífero dependiendo de la técnica empleada y cómo
se recupere la muestra de agua. El método de perforación debe ser especificado, así como
aditivos que se hubieran incorporado durante la operación.

• Para la caracterización de los parámetros físico-químicos y como información relevante


para el laboratorio, se deben medir en terreno por lo menos la temperatura, el pH y la
conductividad eléctrica, con equipos previamente calibrados en cada campaña.

• En el Altiplano las oscilaciones térmicas suelen ser bruscas durante todo el año, por lo que
además de la temperatura de la muestra, se debe medir la temperatura del ambiente, y en lo
posible describir condiciones climáticas como dirección e intensidad del viento y
precipitaciones. Estos datos, pueden ayudar en gran parte a interpretar resultados anómalos
o no esperados en las muestras.

• Al momento de acordar los distintos tipos de análisis con el laboratorio, se debe solicitar
entre ellos las concentraciones de elementos mayoritarios como disueltos, ya que son éstos
los responsables del equilibrio iónico del agua. En caso que este parámetro se vea afectado
y no se logre un error de balance aceptable, se debe considerar la influencia en el balance
de elementos minoritarios disueltos (que pudieran estar presentes como mayoritarios) e
incluirlos en el cálculo.

• En el análisis de los elementos minoritarios, el límite mínimo de detección del laboratorio


es también un dato, por lo que no debe ser pasado por alto al confeccionar la base de datos.

• Es conveniente tomar medidas de control sobre los resultados entregados por el


laboratorio, para ello se recomienda introducir duplicados o blancos en cada serie de
muestras.

10.4 Fiscalización de usos y control de fuentes

• Monitoreo de niveles en pozos, tanto de aquellos que están siendo explotados (dinámicos)
como los que no (estáticos). La frecuencia de monitoreo se requiere a lo menos en estación
seca y en estación húmeda para los pozos no bombeados y de forma mensual como

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mínimo para aquellos con explotación. De manera ideal, cuando se realice esta labor, los
pozos de la cuenca deben ser monitoreados en fechas próximas, lo que permitirá tener una
visión sinóptica (simultánea). Dependiendo del impacto que se observé bajo condiciones
de bombeo, el plan de monitoreo debiese ser revisado para aumentar su frecuencia.

• Monitoreo de caudales de explotación en pozos y captaciones superficiales, de donde se


generen reportes de acceso público para la evaluación de recursos en la cuenca. La
autoridad debe velar porque los caudales de explotación sean coherentes con los derechos
de aprovechamiento otorgados, así como el impacto sobre los ecosistemas definidos con
una mayor importancia no sean vulnerados por el uso intensivo del agua.

• Monitoreo de efectos de la explotación sobre sistemas vegetacionales de interés,


definiendo criterios claros de evaluación que respeten las particularidades de cada cuenca.
En este sentido, se puede definir criterios generales que sean homogéneos para la zona del
altiplano que no han sido estudiados en profundidad ni tienen una importante demanda, sin
embargo, para aquellas zonas que presentan mayor interés de uso de recursos y en que se
reconozcan áreas protegidas, se requiere de definiciones más acotadas para evaluar y
conservar sus características específicas.

10.5 Instrumentación y recolección de datos

• Monitoreo de nieve, tanto cantidad como contenido isotópico.

o La magnitud de la nieve caída en la cuenca es importante para reconocer su aporte al


escurrimiento superficial y a la recarga de los acuíferos. De acuerdo a lo observado en
las estaciones meteorológicas instaladas en el marco de este estudio, en algunas zonas
resultaría un parámetro preponderante para explicar el ciclo hidrológico dentro de la
hoya Salar del Huasco. En particular en las cuencas La Laguna y Piedra Pómez, que
están a mayores cotas, y en las subcuencas Río Lamas y Ciénaga Redonda de la cuenca
Salar de Maricunga y la subcuenca Río Juncalito de la cuenca de Pedernales.

o Muestreo de nieve para análisis de isótopos, para estimar contenidos meteóricos y tasas
de sublimación. Esto requiere monitoreo continuo sobre mantos de nieve, en particular
aquellos permanentes, cuyos contenidos pueden ser comparados con los de las aguas
subterráneas para reconocer su relación.

• Monitoreo de lluvia, su cantidad, intensidad y contenido isotópico.

o Las mediciones de precipitación resultan primordiales para la evaluación de


disponibilidad del recurso hídrico. Mientras mayor sea el tiempo de datos del que se

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COPIA
disponga, mejor será la aproximación a la cuantificación de largo plazo. Ciertamente
hay una necesidad en aumentar la red de pluviómetros en la cordillera y de manera
particular en las cuencas cerradas que se revisan en este documento. Esta tarea puede
también realizarse o complementarse con el uso de imágenes satelitales y radares.

o Los registros de precipitación de nivel horario o incluso en fracciones menores de


tiempo contribuirían al mejor desarrollo de modelos hidrológicos. Estos modelos son
usados para estimar recarga de acuíferos y crecidas, entre otros, fenómenos que en este
tipo de zonas ocurren bajo precipitaciones de corta duración pero alta intensidad. La
necesidad de esta información es algo que se detecta en otras zonas áridas y semiáridas
del mundo y en la que los especialistas ponen hincapié por trabajar (ver Hydrological
Modelling in Arid and Semi-Arid Areas, editado por Wheater et al., 2008).

o Caracterización isotópica de precipitaciones, para definir rectas meteóricas locales en


vías de conocer la altura de recarga de las cuencas y posibles descargas en cotas
menores. Esto requiere la instalación de una red de colectores de precipitación
acompañada de pluviómetros, para conocer el aporte isotópico de las lluvias
registradas.

• Instalación de punteras al interior de las zonas de descarga por evaporación (salares y


napas someras menores a 10 m de profundidad) en las cuencas piloto Salar de Pedernales y
Salar de Maricunga. Se recomienda el diseño e implementación de una red de monitoreo
que permita estudiar las variaciones espaciales y temporales de los niveles piezométricos
existentes en estos sectores, lo cual permitirá estimar con un mayor nivel de confianza las
descargas por evaporación y por consiguiente mejorar la resolución de los balances
hídricos a nivel de cuenca. Además contribuirá en la comprensión de los sentidos de flujo
de las aguas subterráneas y en la interacción existente entre los cuerpos de agua superficial
y el acuífero. La red de monitoreo debe ser diseñada de manera de cubrir en forma
homogénea la superficie de interés, pudiendo ser de gran utilidad la instalación de
multipiezómetros en los márgenes de salares y en los bordes de lagunas y afloramientos.

• Medición estacional (seca y húmeda) de isótopos y parámetros químicos más importantes


en vertientes y ríos, para mantener una base de datos actualizada que permita mejorar el
entendimiento conceptual de cómo es la dinámica de los recursos hídricos en la cuenca.

• Recolectar muestras de agua para análisis químicos e isotópicos en cuencas vecinas (Río
Salado, Piedra Pómez, Negro Francisco y La Laguna). Las muestras debiesen considerar
las fuentes precipitación, superficial y subterránea, lo que permitiría reconocer relaciones
hidrológicas entre estos sistemas que superficialmente son cerrados.

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• Se recomienda ampliar la red de monitoreo de evaporación (tanques evaporímetros Clase


A) existente en la actualidad al interior de la zona de estudio. El incremento de estaciones
permitiría realizar análisis regionales y locales en el altiplano sin tener que recurrir a
estaciones lejanas que se encuentran sujetas a condiciones climáticas y geomorfológicas
muy distintas. Estos datos debiesen ser de carácter público y contar con una buena calidad
de registro diario.

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11 REFERENCIAS

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ANEXOS

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ANEXO I
“Interpretación Propiedades Hidráulicas de los
Acuíferos”

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ANEXO I INTERPRETACIÓN PROPIEDADES HIDRÁULICAS DE


LOS ACUÍFEROS

Para la cuenca Salar de Maricunga se reinterpretaron las propiedades hidráulicas con la


información de pruebas de bombeo y/o niveles.

En el caso de Pedernales, las pruebas interpretadas por CPH Consultores (2004) fueron
revisadas, concordando en prácticamente todos los valores reportados.

Los ensayos de bombeo se analizaron utilizando, cuando se disponía de los datos, el método
de Cooper-Jacob para acuíferos libres. También se analizó considerando que éstos eran
semiconfinados, pero el coeficiente crítico c, descrito a continuación.

B'
c=
K'
B’ = espesor del acuífero semiconfinado.
K’ = conductividad hidráulica del acuífero semiconfinado.

Como c resultó ser muy grande, se concluye que el acuífero estudiado no es semiconfinado.

Para los pozos SP-4, SP-3 y CAN-6 se considero que el ranurado del pozo era igual al espesor
saturado de él, es decir, la profundidad del pozo menos el nivel estático. Esto dado que no se
tuvo la información respecto de los tramos habilitados con cribas o ciegos.

A continuación se presenta los resultados para cada método obtenidos de la interpretación de


los datos de que se dispuso.

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Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-3

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 7,75 0,00 0,00 r 0,17 [m]
40,0 22,00 14,25 12,10 0,0037 0,000079 Prof. Pozo 55,0 [m]
Prof. Saturada 47,25 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SR-3

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 40 80
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2,0 2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

4,0 Permeabilidad 0,000079 [m/s]


Permeabilidad 6,8 [m/d]
6,0
Fuente:
8,0

10,0

12,0

14,0

16,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-3 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,17 [m]
0 7,75 0,00 Prof. Pozo 55 [m]
40 22,00 14,25 39,59 0,00014 0,0064 Prof. Saturada (H) 47,25 [m]

Permeabilidad 0,000136 [m/s]


Permeabilidad 11,7 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 47,25
40 33,00 7,40 40,40 0,00015 0,0071 9748 Cumple

Permeabilidad 0,000151 [m/s]


Permeabilidad 13,0 [m/d]

316
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Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-4

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 21,19 0,00 0,00 r 0,15 [m]
36,0 35,80 14,61 13,78 0,0030 0,000023 Prof. Pozo 150,0 [m]
Prof. Saturada 128,81 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SR-4

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 40
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2,0 2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

4,0 Permeabilidad 0,000023 [m/s]


Permeabilidad 2,0 [m/d]
6,0
Fuente:
8,0

10,0

12,0

14,0

16,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-4 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,15 [m]
0 21,19 0,00 Prof. Pozo 150 [m]
36 35,80 14,61 122,49 0,00005 0,0067 Prof. Saturada (H) 128,81 [m]

Permeabilidad 0,000052 [m/s]


Permeabilidad 4,5 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 128,81
36 114,20 8,21 122,41 0,00005 0,0066 30291 Cumple

Permeabilidad 0,000051 [m/s]


Permeabilidad 4,4 [m/d]

317
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-6

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 23,20 0,00 0,00 r 0,17 [m]
2,0 57,50 34,30 12,35 0,0002 0,000007 Prof. Pozo 50,0 [m]
Prof. Saturada 26,80 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SR-6

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
5,0 2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

10,0 Permeabilidad 0,000007 [m/s]


Permeabilidad 0,6 [m/d]
15,0
Fuente:
20,0

25,0

30,0

35,0

40,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-6 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,17 [m]
0 23,20 0,00 Prof. Pozo 50 [m]
2 57,50 34,30 17,80 0,00001 0,0003 Prof. Saturada (H) 26,80 [m]

Permeabilidad 0,000011 [m/s]


Permeabilidad 1,0 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 26,80
2 -7,50 26,17 18,67 0,00001 0,0003 6002 Cumple

Permeabilidad 0,000012 [m/s]


Permeabilidad 1,1 [m/d]

318
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-2

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 23,90 0,00 0,00 r 0,16 [m]
38,0 33,00 9,10 7,77 0,0056 0,000179 Prof. Pozo 55,0 [m]
Prof. Saturada 31,10 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SP-2

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 40
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
1,0 2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

2,0
Permeabilidad 0,000179 [m/s]
3,0
Permeabilidad 15,4 [m/d]
4,0
Fuente:
5,0

6,0
7,0

8,0
9,0

10,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-2 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,16 [m]
0 23,90 0,00 Prof. Pozo 55 [m]
38 33,00 9,10 25,66 0,00028 0,0087 Prof. Saturada (H) 31,10 [m]

Permeabilidad 0,000280 [m/s]


Permeabilidad 24,2 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 31,10
38 22,00 4,25 26,25 0,00031 0,0097 4858 Cumple

Permeabilidad 0,000310 [m/s]


Permeabilidad 26,8 [m/d]

319
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-1

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 8,30 0,00 0,00 r 0,16 [m]
70,0 14,00 5,70 5,53 0,0143 0,000148 Prof. Pozo 105,0 [m]
Prof. Saturada 96,70 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SP-1

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 10 20 30 40 50 60 70 80
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

1,0
Permeabilidad 0,000148 [m/s]
2,0 Permeabilidad 12,8 [m/d]

Fuente:
3,0

4,0

5,0

6,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-1 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,16 [m]
0 8,30 0,00 Prof. Pozo 105 [m]
70 14,00 5,70 93,88 0,00029 0,0285 Prof. Saturada (H) 96,70 [m]

Permeabilidad 0,000295 [m/s]


Permeabilidad 25,5 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 96,70
70 91,00 2,73 93,73 0,00028 0,0271 9512 Cumple

Permeabilidad 0,000281 [m/s]


Permeabilidad 24,2 [m/d]

320
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-1

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 7,70 0,00 0,00 r 0,16 [m]
70,0 11,00 3,30 3,24 0,0245 0,000266 Prof. Pozo 100,0 [m]
Prof. Saturada 92,30 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SR-1

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 40 80
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

0,5

Permeabilidad 0,000266 [m/s]


1,0
Permeabilidad 23,0 [m/d]

1,5
Fuente:

2,0

2,5

3,0

3,5

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-1 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,16 [m]
0 7,70 0,00 Prof. Pozo 100 [m]
70 11,00 3,30 90,62 0,00052 0,0479 Prof. Saturada (H) 92,30 [m]

Permeabilidad 0,000519 [m/s]


Permeabilidad 44,8 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 92,30
70 89,00 1,46 90,46 0,00047 0,0436 5879 Cumple

Permeabilidad 0,000472 [m/s]


Permeabilidad 40,8 [m/d]

321
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-4

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 37,70 0,00 0,00 r 0,20 [m]
110,0 40,14 2,44 2,41 0,0500 0,000445 Prof. Pozo 150,0 [m]
Prof. Saturada 112,30 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SP-4

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 20 40 60 80 100 120
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

0,5
Permeabilidad 0,000445 [m/s]
1,0 Permeabilidad 38,5 [m/d]

Fuente:
1,5

2,0

2,5

3,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-4 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,20 [m]
0 37,70 0,00 Prof. Pozo 150 [m]
110 40,14 2,44 111,09 0,00089 0,1002 Prof. Saturada (H) 112,30 [m]

Permeabilidad 0,000893 [m/s]


Permeabilidad 77,1 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 112,30
110 109,86 1,03 110,89 0,00076 0,0859 3484 Cumple

Permeabilidad 0,000765 [m/s]


Permeabilidad 66,1 [m/d]

322
460625
COPIA
Análisis Pruebas de Gasto Constante con los datos del pozo de bombeo.

Método de Cooper-Jacob para acuífero libre.

Pozos SP-4

T [m2/d] S
17.200 1,95·10-17

Time [min]
0,1 1 10 100 1000 10000
0,10

0,68
Drawdown [m]

1,26

1,84

2,42

3,00
W ell 1

323
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-3

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 42,54 0,00 0,00 r 0,20 [m]
140,0 44,62 2,08 2,06 0,0745 0,000694 Prof. Pozo 150,0 [m]
Prof. Saturada 107,46 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SP-3

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 20 40 60 80 100 120 140 160
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

0,5
Permeabilidad 0,000694 [m/s]
Permeabilidad 59,9 [m/d]
1,0
Fuente:

1,5

2,0

2,5

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SP-3 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,20 [m]
0 42,54 0,00 Prof. Pozo 150 [m]
140 44,62 2,08 106,41 0,00137 0,1472 Prof. Saturada (H) 107,46 [m]

Permeabilidad 0,001369 [m/s]


Permeabilidad 118,3 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 107,46
140 105,38 0,85 106,23 0,00117 0,1253 2907 Cumple

Permeabilidad 0,001166 [m/s]


Permeabilidad 100,8 [m/d]

324
460625
COPIA

Análisis Pruebas de Gasto Constante con los datos del pozo de bombeo.

Método de Cooper-Jacob para acuífero libre.

Pozos SP-3

T [m2/d] S
18.400 3,91·10-13

Time [m in]
0,1 1 10 100 1000 10000
0,10

0,68
Drawdown [m]

1,26

1,84

2,42

3,00
W ell 1

325
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-2

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 47,20 0,00 0,00 r 0,17 [m]
60,0 49,10 1,90 1,88 0,0360 0,000376 Prof. Pozo 143,0 [m]
Prof. Saturada 95,80 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
SR-2

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 10 20 30 40 50 60 70
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
0,2 2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

0,4
Permeabilidad 0,000376 [m/s]
0,6
Permeabilidad 32,5 [m/d]
0,8
Fuente:
1,0

1,2
1,4

1,6
1,8

2,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo SR-2 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,17 [m]
0 47,20 0,00 Prof. Pozo 143 [m]
60 49,10 1,90 94,83 0,00074 0,0705 Prof. Saturada (H) 95,80 [m]

Permeabilidad 0,000736 [m/s]


Permeabilidad 63,6 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 95,80
60 93,90 0,77 94,67 0,00063 0,0605 3486 Cumple

Permeabilidad 0,000631 [m/s]


Permeabilidad 54,6 [m/d]

326
460625
COPIA
Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo CAN-6

Prueba de bombeo de caudal variable


Caudal Nivel Depresión Depresión Corr. Transmisibilidad Permeabilidad Distancias
[l/s] [m] [m] [m] [m2/s] [m/s] R 200,0 [m]
0 23,50 0,00 0,00 r 0,25 [m]
40,0 55,69 32,19 26,82 0,0016 0,000016 Prof. Pozo 120,0 [m]
Prof. Saturada 96,50 [m]

Coordenadas U.T.M. [m]


Pozo x y
CAN-6

Caudal [l/s] Expresión para calcular T


0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
⎛R⎞
2
0,0 sobs Q
s* = sobs − → T= ⋅ Ln ⎜ ⎟
2H 2π ⋅ s * ⎝r⎠
Depresión [m]

5,0

Permeabilidad 0,000016 [m/s]


10,0
Permeabilidad 1,4 [m/d]

15,0
Fuente:

20,0

25,0

30,0

35,0

Interpretación de Prueba de Bombeo, Pozo CAN-6 Expresión para calcular K

Q ⎛R⎞
Q K= ⋅ Ln ⎜ ⎟
π ( H 2 − h02 ) ⎝ r0 ⎠
Babbit - Caldwell (1948, adaptada por Kashef, 1987)

0, 6 H − hw2 R
h0 = H − ⋅ ⋅ Ln
H Ln R 0,1 ⋅ H
Δh H rw
h0 Schneebeli (adaptada por Vukovic y Soro, 1984)
hw
H 2 − hw2 H 2 − hw2
Δh = hw2 + [0, 4343 ⋅ Ln − 0, 4] − hw
R R
Ln rw2 ⋅ Ln
rw R rw rw

Babbit - Caldwell Distancias


Caudal Nivel napa Depresión Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad R 200 [m]
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s] r 0,25 [m]
0 23,50 0,00 Prof. Pozo 120 [m]
40 55,69 32,19 81,87 0,00003 0,0031 Prof. Saturada (H) 96,50 [m]

Permeabilidad 0,000033 [m/s]


Permeabilidad 2,8 [m/d]

Schneebeli
Caudal hw Δh Espesor (ho) Permeabilidad Transmisividad Q/ (K·rw2) > 8 Condición
[l/s] [m] [m] [m] [m/s] [m/s]
0 96,50
40 64,31 19,31 83,62 0,00004 0,0035 16938 Cumple

Permeabilidad 0,000037 [m/s]


Permeabilidad 3,2 [m/d]

327
460625
COPIA

Análisis Pruebas de Gasto Constante con los datos del pozo de bombeo.

Método de Cooper-Jacob para acuífero libre.

Pozos CAN-6

T [m2/d] S
159 3,58·10-06

Time [min]
0,1 1 10 100 1000 10000
0,10

10,08
Drawdown [m]

20,06

30,04

40,02

50,00
W ell 1

328
460625
COPIA

ANEXO II
“Fotografías dren Agua Helada, en descarga desde Salar
de Pedernales a cuenca Río Salado o de La Sal”

329
460625
COPIA

330
460625
COPIA

ANEXO II FOTOGRAFÍAS DREN AGUA HELADA, EN DESCARGA DESDE SALAR DE PEDERNALES A


CUENCA RÍO SALADO O DE LA SAL

Descarga del dren


Agua Helada

331
460625
COPIA
Figura 11.1: Río Salado aguas arriba de la descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008)

332
460625
COPIA

Río Salado

Descarga del dren


Agua Helada

Figura 11.2: Río Salado aguas abajo de la descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008)

333
460625
COPIA

Figura 11.3: Obra de descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008)

334
460625
COPIA

Figura 11.4: Descarga del dren Agua Helada al Río Salado (Mayo de 2008)

335
460625
COPIA

Figura 11.5: Obra de descarga del dren Agua Helada (Mayo de 2008)

336
460625
COPIA

Figura 11.6: Dren Agua Helada hacia el interior del Salar de Pedernales (Mayo de 2008)

337
460625
COPIA

ANEXO III
“Validación de los Coeficientes CE y CI en la
Estimación de la Recarga”

338
460625
COPIA

339
460625
COPIA

ANEXO III VALIDACIÓN DE LOS COEFICIENTES CE Y CI EN LA


ESTIMACIÓN DE LA RECARGA

Con el fin de validar los valores de los coeficientes CI y CE utilizados en el cálculo de la


recarga, se compararon los resultados obtenidos con las estimaciones realizadas en el “Estudio
Hidrogeológico Conceptual y Numérico del Funcionamiento de la Cuenca del Salar de
Coposa” (DICTUC, 2005) para las subcuencas Río Piga en Collacagua y Río Collacagua en
Peñablanca. Estas subcuencas se ubican en la I Región, al interior de la cuenca del Salar de
Huasco según se muestra en la Figura A 1. La distribución espacial de las unidades litológicas
junto con la permeabilidad cualitativa para estas subcuencas se presenta en la Figura A 1.

El valor del coeficiente de escorrentía (CE) utilizado en este cálculo fue de en 0,13 por tratarse
de cuencas altiplánicas. Por otra parte, los valores de los coeficientes de infiltración (CI) se
presentan en la Tabla A 1 en función de la permeabilidad cualitativa.

Tabla A 1: Valores del coeficiente de infiltración (CI) en función de la permeabilidad


cualitativa de las unidades litológicas.
Permeabilidad cualitativa CI
Alta 0,30
Media a Alta 0,25
Media 0,20
Media a Baja 0,15
Baja 0,10
Muy Baja 0,05

Con el fin de introducir el efecto de la variación espacial de la precipitación en la estimación


de la recarga, las subcuencas fueron divididas en bandas de altura de 1.000 metros, donde la
precipitación a la altura media de la banda se considera representativa de esa zona. Los valores
de la precipitación en cada banda fueron obtenidos del mapa de isoyetas medias anuales que se
presenta en la Figura A 2.

En el estudio realizado por DICTUC (2005) la recarga se calculó mediante un modelo lluvia-
escorrentía a nivel diario basado en el modelo HEC-HMS (US Army Corps of Engineers,
2000) y considera relaciones para estimar la escorrentía directa y el flujo base generado por la
cuenca, así como también el almacenamiento en el suelo y los acuíferos. Los procesos básicos
considerados en este modelo son la precipitación, escurrimiento, infiltración, evaporación y
percolación profunda.

340
460625
COPIA
Utilizando los valores originales de los coeficientes CE y CI y realizando una variación del
±20% se obtuvieron valores de la recarga mínima, media y máxima en las subcuencas del Río
Piga en Collacagua y Río Collacagua en Peñablanca, los que se presentan en forma
consolidada en la Tabla A 2 y Tabla A 3, respectivamente. Adicionalmente se compara con los
resultados obtenidos en otros estudios. La Tabla A 4 y Tabla A 5 presenta el detalle del
calculo de la recarga en las subcuencas del Río Piga en Collacagua y Río Collacagua en
Peñablanca, respectivamente.

Tabla A 2: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Piga en Collacagua con
otros estudios
Area PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
Subcuenca
2
(km ) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DIHA-PUC (2009) 205,2 153,2 19,8 128,6 13,1 24,9 162,3 16,5 30,2 196,5 19,9
DICTUC (2005) 216,1 173,8 24,8 169,9 14,3 32,9 225,4 18,9 39,2 268,6 22,6
Acosta (2004) 201,4 183,5 26,2 167,6 14,3 36,3 232,1 19,8 40,5 258,6 22,1

Tabla A 3: Comparación de la recarga anual de largo plazo en Río Collacagua en Peñablanca


con otros estudios
Area PP Recarga Mínima Recarga Media Recarga Máxima
Subcuenca
(km2) (mm) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP) (mm) (L/s) (% PP)
DIHA-PUC (2009) 518,4 150,5 22,0 361,4 14,7 27,7 454,5 18,5 33,4 548,8 22,3
DICTUC (2005) 465,2 158,1 15,9 234,7 10,1 29,4 433,5 18,6 34,9 515,3 22,1
Acosta (2004) 443,4 180,7 27,7 389,5 15,3 41,2 578,6 22,8 48,1 676,6 26,6

Se observa que los valores de recarga en los diferentes estudios para las dos subcuencas son
similares a los obtenidos aplicando los coeficientes CI y CE, especialmente en la subcuenca del
Río Collacagua en Peñablanca.

341
460625
COPIA

Figura A 1: Unidades litológicas y características hidráulicas presentes en las subcuencas del


Río Piga en Collacagua y Río Collacagua en Peñablanca (I Región).

342
460625
COPIA

Figura A 2: Mapa de isoyetas en la zona del sistema piloto de la I Región.

343
460625
COPIA

Tabla A 4: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Piga en Collacagua.


Recarga Mínima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 0,3 139,2 0,10 0,12 1,7 0,0 1,2
3.908-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 2,8 139,2 0,24 33,4 3,0 24,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 4,2 139,2 0,20 27,8 3,7 20,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,2 149,6 0,10 0,04 0,6 0,0 0,4
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 43,5 149,6 0,10 0,12 1,9 2,6 1,2
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 42,3 149,6 0,24 35,9 48,2 24,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 14,6 149,6 0,10 0,08 1,2 0,6 0,8
Ignimbritas Media a Alta Directa 53,8 149,6 0,20 29,9 51,1 20,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,5 167,6 0,10 0,04 0,7 0,0 0,4
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 12,3 167,6 0,10 0,12 2,1 0,8 1,2
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,1 167,6 0,24 40,2 16,7 24,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 15,1 167,6 0,10 0,08 1,4 0,7 0,8
Ignimbritas Media a Alta Directa 0,6 167,6 0,20 33,5 0,6 20,0
Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 179,2 0,24 43,0 0,6 24,0
5.000-5.148
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,4 179,2 0,10 0,08 1,5 0,1 0,8
Cuenca Completa 205,2 153,2 19,8 128,6 13,1

344
460625
COPIA

Tabla A 4: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Piga en Collacagua. (Continuación)

Recarga Media
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 0,3 139,2 0,13 0,15 2,7 0,0 2,0
3.908-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 2,8 139,2 0,30 41,8 3,8 30,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 4,2 139,2 0,25 34,8 4,6 25,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,2 149,6 0,13 0,05 1,0 0,0 0,7
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 43,5 149,6 0,13 0,15 2,9 4,0 2,0
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 42,3 149,6 0,30 44,9 60,2 30,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 14,6 149,6 0,13 0,10 1,9 0,9 1,3
Ignimbritas Media a Alta Directa 53,8 149,6 0,25 37,4 63,8 25,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,5 167,6 0,13 0,05 1,1 0,0 0,7
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 12,3 167,6 0,13 0,15 3,3 1,3 2,0
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,1 167,6 0,30 50,3 20,9 30,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 15,1 167,6 0,13 0,10 2,2 1,0 1,3
Ignimbritas Media a Alta Directa 0,6 167,6 0,25 41,9 0,8 25,0
Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 179,2 0,30 53,7 0,8 30,0
5.000-5.148
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,4 179,2 0,13 0,10 2,3 0,1 1,3
Cuenca Completa 205,2 153,2 24,9 162,3 16,5

345
460625
COPIA

Tabla A 4: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Piga en Collacagua. (Continuación)

Recarga Máxima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 0,3 139,2 0,16 0,18 3,9 0,0 2,8
3.908-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 2,8 139,2 0,36 50,1 4,5 36,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 4,2 139,2 0,30 41,8 5,6 30,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,2 149,6 0,16 0,06 1,4 0,0 0,9
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 43,5 149,6 0,16 0,18 4,2 5,8 2,8
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 42,3 149,6 0,36 53,8 72,3 36,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 14,6 149,6 0,16 0,12 2,8 1,3 1,9
Ignimbritas Media a Alta Directa 53,8 149,6 0,30 44,9 76,6 30,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,5 167,6 0,16 0,06 1,6 0,0 0,9
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 12,3 167,6 0,16 0,18 4,7 1,8 2,8
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,1 167,6 0,36 60,3 25,1 36,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 15,1 167,6 0,16 0,12 3,1 1,5 1,9
Ignimbritas Media a Alta Directa 0,6 167,6 0,30 50,3 0,9 30,0
Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 179,2 0,36 64,5 0,9 36,0
5.000-5.148
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,4 179,2 0,16 0,12 3,4 0,2 1,9
Cuenca Completa 205,2 153,2 30,2 196,5 19,9

346
460625
COPIA

Tabla A 5: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Collacagua en Peñablanca.


Recarga Mínima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 4,0 139,9 0,10 0,12 1,7 0,2 1,2
3.847-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 17,8 139,9 0,24 33,6 18,9 24,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,9 139,9 0,20 28,0 31,0 20,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 3,6 150,1 0,10 0,04 0,6 0,1 0,4
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 85,5 150,1 0,10 0,12 1,9 5,1 1,2
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 77,6 150,1 0,24 36,0 88,6 24,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 24,2 150,1 0,10 0,08 1,2 1,0 0,8
Ignimbritas Media a Alta Directa 170,7 150,1 0,20 30,0 162,5 20,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 4,9 157,2 0,10 0,04 0,7 0,1 0,4
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 22,2 157,2 0,10 0,12 2,0 1,4 1,2
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,9 157,2 0,24 37,7 16,6 24,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 22,2 157,2 0,10 0,08 1,3 0,9 0,8
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,5 157,2 0,20 31,4 34,4 20,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,7 166,0 0,10 0,04 0,7 0,0 0,4
5.000-5.200 Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 166,0 0,24 39,8 0,6 24,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,5 166,0 0,10 0,08 1,4 0,1 0,8
Cuenca Completa 518,4 150,5 22,0 361,4 14,7

347
460625
COPIA

Tabla A 5: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Collacagua en Peñablanca. (Continuación)

Recarga Media
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 4,0 139,9 0,13 0,15 2,7 0,3 2,0
3.847-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 17,8 139,9 0,30 42,0 23,7 30,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,9 139,9 0,25 35,0 38,7 25,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 3,6 150,1 0,13 0,05 1,0 0,1 0,7
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 85,5 150,1 0,13 0,15 2,9 7,9 2,0
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 77,6 150,1 0,30 45,0 110,8 30,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 24,2 150,1 0,13 0,10 2,0 1,5 1,3
Ignimbritas Media a Alta Directa 170,7 150,1 0,25 37,5 203,1 25,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 4,9 157,2 0,13 0,05 1,0 0,2 0,7
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 22,2 157,2 0,13 0,15 3,1 2,2 2,0
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,9 157,2 0,30 47,2 20,7 30,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 22,2 157,2 0,13 0,10 2,0 1,4 1,3
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,5 157,2 0,25 39,3 43,0 25,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,7 166,0 0,13 0,05 1,1 0,0 0,7
5.000-5.200 Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 166,0 0,30 49,8 0,7 30,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,5 166,0 0,13 0,10 2,2 0,1 1,3
Cuenca Completa 518,4 150,5 27,7 454,5 18,5

348
460625
COPIA

Tabla A 5: Cálculo de la recarga en la subcuenca del Río Collacagua en Peñablanca. (Continuación)

Recarga Máxima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 4,0 139,9 0,16 0,18 3,9 0,5 2,8
3.847-4.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 17,8 139,9 0,36 50,4 28,4 36,0
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,9 139,9 0,30 42,0 46,5 30,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 3,6 150,1 0,16 0,06 1,4 0,2 0,9
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 85,5 150,1 0,16 0,18 4,2 11,4 2,8
4.000-4.500 Dep. sedimentarios Alta Directa 77,6 150,1 0,36 54,1 133,0 36,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 24,2 150,1 0,16 0,12 2,8 2,2 1,9
Ignimbritas Media a Alta Directa 170,7 150,1 0,30 45,0 243,8 30,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 4,9 157,2 0,16 0,06 1,5 0,2 0,9
Centros volc. erosionados, ign. y salar Media a Baja Lateral 22,2 157,2 0,16 0,18 4,4 3,1 2,8
4.500-5.000 Dep. sedimentarios Alta Directa 13,9 157,2 0,36 56,6 24,9 36,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 22,2 157,2 0,16 0,12 2,9 2,1 1,9
Ignimbritas Media a Alta Directa 34,5 157,2 0,30 47,2 51,6 30,0
Rocas intrusivas y sedim. mesozoicas, AH Muy Baja Lateral 0,7 166,0 0,16 0,06 1,6 0,0 0,9
5.000-5.200 Dep. sedimentarios Alta Directa 0,5 166,0 0,36 59,8 0,9 36,0
Centros y depósitos volc. Baja Lateral 1,5 166,0 0,16 0,12 3,1 0,2 1,9
Cuenca Completa 518,4 150,5 33,4 548,8 22,3

349
460625
COPIA

ANEXO IV
“Validación de los Coeficientes CE y CI en la
Estimación de la Recarga”

350
460625
COPIA

351
460625
COPIA

ANEXO IV DETALLE DEL CÁLCULO DE LA RECARGA EN LAS


CUENCAS DEL SISTEMA PILOTO

Cuencas Piloto III Región


9 Maricunga
9 Pedernales
9 Parte Baja de Pedernales

352
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Maricunga – III Región.


Recarga Mínima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 141,4 129,2 0,24 31,0 139,0 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,6 129,2 0,10 0,04 0,5 0,2 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 284,9 129,2 0,20 25,8 233,4 20,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 71,9 129,2 0,10 0,12 1,6 3,7 1,2
3.738-4.000
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 132,2 129,2 0,10 0,08 1,1 4,5 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 1,8 129,2 0,16 20,7 1,2 16,0
Laguna salobre Alta Directa 5,9 129,2 0,24 31,0 5,8 24,0
Vega Baja Lateral 9,7 129,2 0,10 0,08 1,1 0,3 0,8
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,3 173,0 0,24 41,5 262,4 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 58,7 173,0 0,10 0,04 0,7 1,3 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 259,7 173,0 0,20 34,6 285,0 20,0
4.000-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 514,6 173,0 0,10 0,12 2,2 35,2 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 336,3 173,0 0,10 0,08 1,4 15,3 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 14,6 173,0 0,16 27,7 12,8 16,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 30,7 182,3 0,24 43,7 42,6 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,1 182,3 0,10 0,04 0,8 0,1 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 12,6 182,3 0,20 36,5 14,6 20,0
5.000-6.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 51,7 182,3 0,10 0,12 2,3 3,7 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 41,9 182,3 0,10 0,08 1,5 2,0 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 3,4 182,3 0,16 29,2 3,2 16,0
Glaciar Muy Baja Lateral 1,8 182,3 0,10 0,04 0,8 0,0 0,4
Dep. sed. recientes Alta Directa 7,4 222,9 0,24 53,5 12,6 24,0
6.000-6.714 Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 0,8 222,9 0,10 0,08 1,9 0,0 0,8
Glaciar Muy Baja Lateral 0,5 222,9 0,10 0,04 0,9 0,0 0,4
Cuenca Completa 2.194,6 160,7 15,5 1.079,1 10,0

353
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Maricunga – III Región. (Continuación)


Recarga Media
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 141,4 129,2 0,30 38,8 173,8 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,6 129,2 0,13 0,05 0,8 0,3 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 284,9 129,2 0,25 32,3 291,8 25,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 71,9 129,2 0,13 0,15 2,5 5,7 2,0
3.738-4.000
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 132,2 129,2 0,13 0,10 1,7 7,0 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 1,8 129,2 0,20 25,8 1,5 20,0
Laguna salobre Alta Directa 5,9 129,2 0,30 38,8 7,3 30,0
Vega Baja Lateral 9,7 129,2 0,13 0,10 1,7 0,5 1,3
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,3 173,0 0,30 51,9 327,9 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 58,7 173,0 0,13 0,05 1,1 2,1 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 259,7 173,0 0,25 43,3 356,2 25,0
4.000-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 514,6 173,0 0,13 0,15 3,4 55,1 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 336,3 173,0 0,13 0,10 2,2 24,0 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 14,6 173,0 0,20 34,6 16,0 20,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 30,7 182,3 0,30 54,7 53,3 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,1 182,3 0,13 0,05 1,2 0,1 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 12,6 182,3 0,25 45,6 18,2 25,0
5.000-6.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 51,7 182,3 0,13 0,15 3,6 5,8 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 41,9 182,3 0,13 0,10 2,4 3,2 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 3,4 182,3 0,20 36,5 4,0 20,0
Glaciar Muy Baja Lateral 1,8 182,3 0,13 0,05 1,2 0,1 0,7
Dep. sed. recientes Alta Directa 7,4 222,9 0,30 66,9 15,7 30,0
6.000-6.714 Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 0,8 222,9 0,13 0,10 2,9 0,1 1,3
Glaciar Muy Baja Lateral 0,5 222,9 0,13 0,05 1,4 0,0 0,7
Cuenca Completa 2.194,6 160,7 19,7 1.369,6 12,7

354
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Maricunga – III Región. (Continuación)


Recarga Máxima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 141,4 129,2 0,36 46,5 208,5 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,6 129,2 0,16 0,06 1,2 0,4 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 284,9 129,2 0,30 38,8 350,1 30,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 71,9 129,2 0,16 0,18 3,6 8,3 2,8
3.738-4.000
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 132,2 129,2 0,16 0,12 2,4 10,1 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 1,8 129,2 0,24 31,0 1,8 24,0
Laguna salobre Alta Directa 5,9 129,2 0,36 46,5 8,7 36,0
Vega Baja Lateral 9,7 129,2 0,16 0,12 2,4 0,7 1,9
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,3 173,0 0,36 62,3 393,5 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 58,7 173,0 0,16 0,06 1,6 3,0 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 259,7 173,0 0,30 51,9 427,5 30,0
4.000-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 514,6 173,0 0,16 0,18 4,9 79,3 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 336,3 173,0 0,16 0,12 3,2 34,5 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 14,6 173,0 0,24 41,5 19,2 24,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 30,7 182,3 0,36 65,6 63,9 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,1 182,3 0,16 0,06 1,7 0,1 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 12,6 182,3 0,30 54,7 21,9 30,0
5.000-6.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 51,7 182,3 0,16 0,18 5,1 8,4 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 41,9 182,3 0,16 0,12 3,4 4,5 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 3,4 182,3 0,24 43,7 4,8 24,0
Glaciar Muy Baja Lateral 1,8 182,3 0,16 0,06 1,7 0,1 0,9
Dep. sed. recientes Alta Directa 7,4 222,9 0,36 80,2 18,9 36,0
6.000-6.714 Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 0,8 222,9 0,16 0,12 4,2 0,1 1,9
Glaciar Muy Baja Lateral 0,5 222,9 0,16 0,06 2,1 0,0 0,9
Cuenca Completa 2.194,6 160,7 24,0 1.668,5 15,4

355
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Pedernales – III Región.


Recarga Mínima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 330,9 126,2 0,24 30,3 317,7 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 199,6 126,2 0,10 0,04 0,5 3,3 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 636,8 126,2 0,20 25,2 509,5 20,0
3.282-4.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 572,4 126,2 0,10 0,12 1,6 28,6 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 375,3 126,2 0,10 0,08 1,0 12,5 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 8,2 126,2 0,16 20,2 5,2 16,0
Laguna salobre Alta Directa 0,4 126,2 0,24 30,3 0,4 24,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,9 140,2 0,24 33,6 213,3 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 41,1 140,2 0,10 0,04 0,6 0,8 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 244,9 140,2 0,20 28,0 217,8 20,0
4.000-5.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 577,3 140,2 0,10 0,12 1,7 32,0 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 231,6 140,2 0,10 0,08 1,2 8,6 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 1,3 140,2 0,16 22,4 0,9 16,0
Glaciar Muy Baja Lateral 6,8 140,2 0,10 0,04 0,6 0,1 0,4
Dep. sed. recientes Alta Directa 66,9 166,7 0,24 40,0 84,9 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 1,0 166,7 0,10 0,04 0,7 0,0 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 2,2 166,7 0,20 33,3 2,3 20,0
5.000-6.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 37,4 166,7 0,10 0,12 2,1 2,5 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 40,1 166,7 0,10 0,08 1,4 1,8 0,8
Glaciar Muy Baja Lateral 13,6 166,7 0,10 0,04 0,7 0,3 0,4
6.000-6.081 Dep. sed. recientes Alta Directa 0,1 184,8 0,24 44,4 0,1 24,0
Cuenca Completa 3.587,7 133,1 12,7 1.442,5 9,6

356
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Pedernales – III Región. (Continuación)


Recarga Media
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 330,9 126,2 0,30 37,8 397,2 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 199,6 126,2 0,13 0,05 0,8 5,2 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 636,8 126,2 0,25 31,5 636,9 25,0
3.282-4.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 572,4 126,2 0,13 0,15 2,5 44,7 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 375,3 126,2 0,13 0,10 1,6 19,5 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 8,2 126,2 0,20 25,2 6,5 20,0
Laguna salobre Alta Directa 0,4 126,2 0,30 37,8 0,5 30,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,9 140,2 0,30 42,1 266,6 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 41,1 140,2 0,13 0,05 0,9 1,2 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 244,9 140,2 0,25 35,0 272,2 25,0
4.000-5.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 577,3 140,2 0,13 0,15 2,7 50,0 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 231,6 140,2 0,13 0,10 1,8 13,4 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 1,3 140,2 0,20 28,0 1,1 20,0
Glaciar Muy Baja Lateral 6,8 140,2 0,13 0,05 0,9 0,2 0,7
Dep. sed. recientes Alta Directa 66,9 166,7 0,30 50,0 106,1 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 1,0 166,7 0,13 0,05 1,1 0,0 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 2,2 166,7 0,25 41,7 2,9 25,0
5.000-6.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 37,4 166,7 0,13 0,15 3,2 3,8 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 40,1 166,7 0,13 0,10 2,2 2,8 1,3
Glaciar Muy Baja Lateral 13,6 166,7 0,13 0,05 1,1 0,5 0,7
6.000-6.081 Dep. sed. recientes Alta Directa 0,1 184,8 0,30 55,4 0,1 30,0
Cuenca Completa 3.587,7 133,1 16,1 1.831,4 12,1

357
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la cuenca del Salar de Pedernales – III Región. (Continuación)


Recarga Máxima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 330,9 126,2 0,36 45,4 476,6 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 199,6 126,2 0,16 0,06 1,2 7,5 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 636,8 126,2 0,30 37,8 764,3 30,0
3.282-4.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 572,4 126,2 0,16 0,18 3,5 64,3 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 375,3 126,2 0,16 0,12 2,4 28,1 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 8,2 126,2 0,24 30,3 7,8 24,0
Laguna salobre Alta Directa 0,4 126,2 0,36 45,4 0,6 36,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 199,9 140,2 0,36 50,5 320,0 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 41,1 140,2 0,16 0,06 1,3 1,7 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 244,9 140,2 0,30 42,1 326,6 30,0
4.000-5.000 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 577,3 140,2 0,16 0,18 3,9 72,1 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 231,6 140,2 0,16 0,12 2,6 19,3 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 1,3 140,2 0,24 33,6 1,4 24,0
Glaciar Muy Baja Lateral 6,8 140,2 0,16 0,06 1,3 0,3 0,9
Dep. sed. recientes Alta Directa 66,9 166,7 0,36 60,0 127,3 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 1,0 166,7 0,16 0,06 1,6 0,1 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 2,2 166,7 0,30 50,0 3,5 30,0
5.000-6.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 37,4 166,7 0,16 0,18 4,7 5,5 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 40,1 166,7 0,16 0,12 3,1 4,0 1,9
Glaciar Muy Baja Lateral 13,6 166,7 0,16 0,06 1,6 0,7 0,9
6.000-6.081 Dep. sed. recientes Alta Directa 0,1 184,8 0,36 66,5 0,1 36,0
Cuenca Completa 3.587,7 133,1 19,6 2.231,6 14,8

358
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la parte baja de la cuenca del Salar de Pedernales – III Región.
Recarga Mínima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 69,8 95,1 0,24 22,8 50,5 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,2 95,1 0,10 0,04 0,4 0,1 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 225,5 95,1 0,20 19,0 136,0 20,0
3.282-3.500
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 38,7 95,1 0,10 0,12 1,2 1,5 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 327,6 95,1 0,10 0,08 0,8 8,2 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 2,5 95,1 0,16 15,2 1,2 16,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 93,2 105,2 0,24 25,2 74,6 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 157,7 105,2 0,10 0,04 0,4 2,2 0,4
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 125,7 105,2 0,20 21,0 83,8 20,0
3.500-4.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 301,5 105,2 0,10 0,12 1,3 12,6 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 12,8 105,2 0,10 0,08 0,9 0,4 0,8
Ignimbritas ++ Media Directa 0,6 105,2 0,16 16,8 0,3 16,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 4,0 119,2 0,24 28,6 3,6 24,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 16,4 119,2 0,10 0,04 0,5 0,3 0,4
4.000-4.500 Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 10,0 119,2 0,20 23,8 7,6 20,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 92,8 119,2 0,10 0,12 1,5 4,4 1,2
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 1,5 119,2 0,10 0,08 1,0 0,0 0,8
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,0 133,2 0,10 0,04 0,6 0,0 0,4
4.500-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 23,9 133,2 0,10 0,12 1,7 1,3 1,2
5.000-5.140 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 0,9 142,2 0,10 0,12 1,8 0,1 1,2
Cuenca Completa 1517,5 102,4 8,1 388,7 8,1

359
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la parte baja de la cuenca del Salar de Pedernales – III Región. (Continuación)
Recarga Media
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 69,8 95,1 0,30 28,5 63,2 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,2 95,1 0,13 0,05 0,6 0,2 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 225,5 95,1 0,25 23,8 170,0 25,0
3.282-3.500
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 38,7 95,1 0,13 0,15 1,9 2,3 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 327,6 95,1 0,13 0,10 1,2 12,8 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 2,5 95,1 0,20 19,0 1,5 20,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 93,2 105,2 0,30 31,6 93,3 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 157,7 105,2 0,13 0,05 0,7 3,4 0,7
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 125,7 105,2 0,25 26,3 104,8 25,0
3.500-4.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 301,5 105,2 0,13 0,15 2,1 19,6 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 12,8 105,2 0,13 0,10 1,4 0,6 1,3
Ignimbritas ++ Media Directa 0,6 105,2 0,20 21,0 0,4 20,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 4,0 119,2 0,30 35,8 4,5 30,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 16,4 119,2 0,13 0,05 0,8 0,4 0,7
4.000-4.500 Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 10,0 119,2 0,25 29,8 9,5 25,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 92,8 119,2 0,13 0,15 2,3 6,8 2,0
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 1,5 119,2 0,13 0,10 1,5 0,1 1,3
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,0 133,2 0,13 0,05 0,9 0,1 0,7
4.500-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 23,9 133,2 0,13 0,15 2,6 2,0 2,0
5000-5140 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 0,9 142,2 0,13 0,15 2,8 0,1 2,0
Cuenca Completa 1517,5 102,4 10,3 495,5 10,3

360
460625
COPIA

Cálculo de la Recarga en la parte baja de la cuenca del Salar de Pedernales – III Región. (Continuación)
Recarga Máxima
Banda de altura Unidad Litológica Permeabilidad Tipo de Recarga Área PP CE CI Recarga
2
(msnm) (km ) (mm/año) (mm/año) (L/s) (% PP)
Dep. sed. recientes Alta Directa 69,8 95,1 0,36 34,2 75,8 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 10,2 95,1 0,16 0,06 0,9 0,3 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 225,5 95,1 0,30 28,5 204,0 30,0
3.282-3.500
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 38,7 95,1 0,16 0,18 2,7 3,3 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 327,6 95,1 0,16 0,12 1,8 18,5 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 2,5 95,1 0,24 22,8 1,8 24,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 93,2 105,2 0,36 37,9 112,0 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 157,7 105,2 0,16 0,06 1,0 4,9 0,9
Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 125,7 105,2 0,30 31,6 125,8 30,0
3.500-4.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 301,5 105,2 0,16 0,18 3,0 28,2 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 12,8 105,2 0,16 0,12 2,0 0,8 1,9
Ignimbritas ++ Media Directa 0,6 105,2 0,24 25,2 0,5 24,0
Dep. sed. recientes Alta Directa 4,0 119,2 0,36 42,9 5,4 36,0
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 16,4 119,2 0,16 0,06 1,1 0,6 0,9
4.000-4.500 Dep. sed. antiguos Media a Alta Directa 10,0 119,2 0,30 35,8 11,4 30,0
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 92,8 119,2 0,16 0,18 3,3 9,8 2,8
Salar, calizas, lavas e ign. Baja Lateral 1,5 119,2 0,16 0,12 2,2 0,1 1,9
Rocas intrusivas e hipabisales Muy Baja Lateral 2,0 133,2 0,16 0,06 1,2 0,1 0,9
4.500-5.000
Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 23,9 133,2 0,16 0,18 3,7 2,8 2,8
5000-5140 Rocas sed. e ign. + Media a Baja Lateral 0,9 142,2 0,16 0,18 4,0 0,1 2,8
Cuenca Completa 1517,5 102,4 12,6 606,3 12,5

361
460625
COPIA

ANEXO V
“Catastro de pozos, Coberturas SIG y Base de Datos
Hidroquímica”

362
460625
COPIA

363
460625
COPIA

ANEXO V CATASTRO DE POZOS, COBERTURAS SIG Y BASE DE


DATOS HIDROQUÍMICA

9 Catastro de pozos formato digital (xls)


9 Coberturas SIG (CD)
9 Base de datos hidroquímica (xls)
9 Mapa con ubicación de obras de captación

364
460625
COPIA

365
460625
COPIA

ANEXO VI
“Mapas Toponímicos Cuencas Piloto III Región de
Atacama”

366
460625
COPIA

367
460625
COPIA

ANEXO VI MAPAS TOPONÍMICOS CUENCAS PILOTO III REGIÓN


DE ATACAMA

9 Mapa Toponímico Salar de Pedernales


9 Mapa Toponímico Salar de Maricunga

368
460625
COPIA

369
460625
COPIA

ANEXO VII
“Mapas Geológicos Cuencas Piloto III Región”

370
460625
COPIA

371
460625
COPIA

ANEXO VII MAPAS GEOLÓGICOS CUENCAS PILOTO III REGIÓN

9 Mapas Geológicos Escala 1:250.000


9 Diagramas de Stiff con la base del mapa la geología

372

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