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Carmen Romano Rodríguez

Jorge A. Fernández Pérez La relación entre filosofía y educación, es fundamental

e ineludible que procura la reflexión para la búsqueda de alternativas

educativas. Al hablar de educación y valores, se incluyen artículos con temas de la

enseñanza de los valores y de la educación como una práctica valorativa.

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE LA EDUCACIÓN

Se ha intentado hacer que las instituciones sociales, como las educativas, se

modernicen, y esto quiere decir que se vinculen mayormente con las demandas de

los sectores de mayor desarrollo y que al mismo tiempo ayuden a combatir las

formas tradicionales de la producción de bienes materiales y culturales que sean

disfuncionales al modelo de sociedad moderna que se impulsa. La modernidad

supone una oleada de transformaciones en el ámbito mundial, la

industrialización, el desarrollo de los medios de comunicación, el surgimiento de la

de la naturaleza del objeto de estudio de la filosofía de la educación es

controvertida, polémica y sumamente diversa. Actualmente tiene punto de vista

que consideran que la filosofía de la educación ha dejado de ser una reflexión

dentro de la filosofía sobre la educación o una aplicación de la primera sobre la

segunda para convertirse en estudio desde el interior de la práctica y la

investigación de la educación hecha por los educadores mismos” ya sea

empresarial, la burocratización, y la producción en masa, entre otras cosas. “1

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En materia de la escolarización como producto de la modernidad, se refiere a ser

una generadora de cultura e identidad, en otras palabras, el proyecto educativo

corresponde a un determinado proyecto cultural en tanto producto histórico. De

esta forma encontramos que la escuela en la modernidad representa el nexo entre

cultura, razón y progreso.

Filosofía y Educación

No se intenta incluir a la filosofía bajo la temática de las ciencias de la educación

como una disciplina más dentro de sus saberes. Del mismo modo, tampoco

considera que la educación solo se entienda desde nociones filosóficas, rechaza

la idea clásica de que la problemática de la enseñanza sea solo un resultado o

una puesta en práctica de reflexiones, las cuales únicamente serían capaces de

otorgarle su verdadero sentido y fundamento. En primer lugar, es importante tener

en cuenta dos aspectos del saber filosófico. Por un lado, es viable considerar a

este como una mirada o una actitud que intenta darle sentido y configuración al

mundo que experimenta el sujeto y, por otro, como un conjunto de saberes

propios.

Por lo tanto, la educación, con todas sus herramientas, es la que otorga la

posibilidad de que el saber filosófico exceda el estricto contexto de producción y

pueda acceder, lo más fielmente posible, a escenarios diversos en tiempo y

espacio. Esto habilita a sostener que existe una presencia filosófica en los

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conceptos y en las temáticas propias de la educación sobre los mismos

temas, aunque de una manera propia. Esta vinculación conceptual habilita a una

indagación sobre temáticas comunes, pero desde perspectivas diferentes, lo cual

enriquece sobremanera las reflexiones sobre problemas concretos que se

presentan cotidianamente en las aulas. Es importante, entonces, remarcar que, si

bien la filosofía y la educación pueden desenvolver sus saberes sin consultarse, la

interacción entre ambas enriquece y favorece la comprensión no solo de cada

disciplina, sino de las problemáticas puntuales que se le presentan al docente en

su práctica profesional, pues la incorporación de este nuevo marco de referencia

otorga una profundidad dentro de la esfera educativa.

Desde sus inicios, la filosofía se presentó como una «extraña forma de ser, de

pensar, de sentir y de actuar, que rompió con las estructuras sociales planteadas y

que sin duda fue la vía de reflexión frente al acontecer histórico y a los problemas

e interrogantes más profundos del ser humano». Claramente el acto de la

enseñanza nos conduce al ámbito de la educación formal que, actualmente, ha

cambiado sus anteriores paradigmas, métodos y estrategias concentradas en el

depósito de los conocimientos y en un correcto proceso de enseñanza, por otros

que fomentan la participación del estudiante, el aprendizaje y el meta-

aprendizaje. Así, resulta obvio pensar que es imposible la enseñanza de la

filosofía, pues, en cualquier caso, la filosofía se aprende o se aprende a

filosofar. Por otro lado, entendiendo la filosofía desde su definición más básica, la

etimológica , comprendemos nuevamente que no se puede enseñar.

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Al respecto es necesario realizar tres especificaciones fundamentales:

1. la primera es la íntima relación que la filosofía tiene con la educación,

2. la segunda tiene que ver con la necesidad de desarrollar el pensamiento

filosófico dentro del proceso educativo y

3. la tercera es la evidencia de una incipiente práctica educativa coherente

con la teoría y con el mundo globalizado. (4)

Estas especificaciones que degeneran en problemas nos ayudan a comprender la

necesidad y actualidad de este tema, pues en una sociedad con sistemas mucho

más complejos, donde están presentes las redes sociales y el masivo bombardeo

de la tecnología y de las nuevas ideologías, es imprescindible forjar una

conciencia crítica y propositiva que permita una praxis efectiva en el entramado

social, comprendiendo que la educación es el campo propicio para transmitir1

conocimientos, experiencias, opiniones y crear dicha conciencia crítica. El

propósito del presente trabajo es establecer la manera cómo se forma el

pensamiento crítico en el campo educativo, a través de la reflexión acerca de la

relación entre filosofía y educación, para fomentar una nueva práctica

educativa. Filosofía y Educación estarán siempre juntas, ya que ellas buscan un

objetivo común, la realización integral del hombre.

Actualmente se hace necesaria una elección filosófica en los docentes, ya que no

existe educación sin ella, sobre todo por la carencia de valores que hoy en día

tenemos. La acción docente necesita estar vinculada con la finalidad de la

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educación, con correspondencia al tipo de ser humano que se quiere obtener, al

establecer un modelo del perfil de estudiante que se desea tener, que refleje el

desarrollo óptimo del ser humano y que éste reaccione acorde con las

necesidades de la sociedad. El objetivo de la educación es que los estudiantes

aprendan mediante una auténtica dialéctica, con una verdadera apreciación de las

implicaciones de lo que dicen los demás. Los docentes deben poseer las bases

filosóficas necesarias para que su actuar docente se perfeccione y mejore la

enseñanza.

LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y LOS EDUCADORES PROFESIONALES

La Filosofía no es un tipo de saber útil como las matemáticas, pero es de gran

utilidad.

Los educadores necesitan a la Filosofía de la Educación porque contribuye a

iluminar el ejercicio de su actividad educativa. Les permite alcanzar una mayor

claridad en la formulación de las metas educativas, facilita alcanzar una mayor

coherencia lógica en los propios planteamientos y hace también posible adquirir

un adecuado nivel de especialización. La Filosofía de la Educación no se propone

directamente generar nuevos conocimientos pedagógicos, sino proporcionar una

mejor comprensión de aquello con lo que el profesional de la educación ya está

familiarizado.

Cada hombre nace con capacidades diferentes, así que el maestro deberá

desarrollaren el alumno esas capacidades con el fin de que pueda ocupar un

puesto en la sociedad. Debemos siempre estar a la vanguardia en cuanto a todos

los cambios y reformas educativas que hay, ya que de esa manera nuestra

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práctica estará acorde con las necesidades que tienen nuestros alumnos. El

desarrollo de competencias para la vida es fundamental, pues de esta manera se

está enseñando al individuo a pensar con la aplicación de lo aprendido en la

resolución de problemas y situaciones de su vida. Además de que sabrá dirigir su

comportamiento hacia la sociedad .

EDUCACIÓN Y VALORES

Este segundo tema llamado educación y valores, es una explicación del papel que

juegan la ética, la moral y los valores en la educación, no sólo en la educación

superior, sino tanto en la educación institucional como en la no institucional. En

ésta parte del texto se muestra muy claramente cómo es que la educación en

nuestros días ha dejado de considerar al alumno como una parte activa y de

posible aporte en el proceso de enseñanza-aprendizaje, dejando al docente como

elemento o personaje principal y a los alumnos como elementos pasivos, por

ello, el docente debe formar al alumno sólo en cuanto a habilidades y técnicas, ya

no tanto como individuo, como ser humano. El binomio educación y valores, si

bien parece referirse a un objeto inmediatamente aprehensible, en realidad se

trata, de dos cosas distintas, separables. En cuanto al trabajo, este se ocupa de

los valores por el interés de conocer las condiciones de realización y los niveles de

eficacia de la formación humana o en las posibilidades de avance que se tiene en

el ámbito escolar.

Es así que en el campo educativo los valores son estudiados en tanto aspecto de
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primera importancia de las prácticas tanto sociocultural como pedagógica. Los

valores siempre han estado ahí donde se vive, se crea y se expresa ya sea en lo

individual o colectivamente, siempre en la práctica y en el pensamiento educativo.

Los valores como parte de la realidad social, como una relación de significación

entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida social y de las

necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto. Cada objeto, fenómeno,

conducta, idea o concepción, cada resultado de la actividad humana desempeña

una función determinada en la sociedad e influye de forma positiva o negativa en

las personas. Este sistema de valores es dinámico, cambiante, condicionado por

el contexto histórico concreto

NECESIDAD, RETOS Y PROPUESTAS ALTERNATIVAS PARA LA

ENSEÑANZA DE LAS DISCIPLINAS FILOSÓFICAS

Son alternativas para la enseñanza de las disciplinas filosóficas, se muestra la

necesidad de la filosofía en la enseñanza, como momento de autonomía y de la

conciencia de su propio «estar en el mundo», es decir, el desarrollo de una

concepción del mundo y de la vida. es por ello que se requieren métodos que sean

eficaces para que la formación integral del alumno y su pensamiento sea

efectiva, en el texto se proponen algunos métodos de enseñanza que posibilitan la

eficacia de la propuesta, es decir, los métodos propuestos son caminos para llegar

a estos objetivos. La reforma integral de la educación media superior de la SEP

representa un reto para la filosofía y su enseñanza, por una parte porque excluye

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a la filosofía de los planes de estudio, y por otra porque propone un enfoque por

competencias, que ha causado problemas y discusiones, pues parece no quedar

clara la pertinencia de la filosofía en un enfoque como éste, pareciera que la

filosofía no tiene mucho que ver con la capacitación para fines útiles, eso querría

decir que la filosofía no es útil en un medio como el nuestro. Otra teoría que

reflexiona sobre temas recurrentes en la enseñanza de la filosofía es la elaborada

por Kohan , “afirma que la filosofía y los diferentes métodos de estudio asociados

establecen criterios de validez en la medida en que la academia los aprueba.”2

Esto sucede cuando los métodos de enseñanza de la filosofía son cuestionados, a

pesar de que la filosofía busca la transformación de los

educandos. Entonces, siguiendo al autor, tendría que asumirse la enseñanza de la

filosofía en la escuela secundaria como problema filosófico, si propicia el

mejoramiento personal de cada alumno para luego apoyar el de

otros. Recordemos que la filosofía pretende problematizar para validar y dilucidar

teorías o situaciones. El problema de la enseñanza de la Filosofía está

intrínsecamente ligado al proceso del desarrollo histórico de la práctica social del

pensamiento. En las condiciones actuales, donde el fenómeno de la globalización

concierne a todos, la relación entre cultura y educación es muy controvertida

Por su parte, Hegel, en su Enciclopedia3, al considerar a la filosofía no sólo como

una ciencia, sino también como «un modo peculiar del pensamiento» enfatiza en

los procedimientos del filosofar en cuanto al ejercicio del criterio desde los predios

de la dialéctica. Con el tiempo, el binomio filosofía-educación se convirtió en una

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realidad determinante en el proceso formativo socializador. El problema de la

enseñanza de la filosofía traspasó los límites del campo de la antigua fisura para

abarcar un abanico mucho más amplio de dimensiones tales como su propia

gnoseología, la pedagogía y con ella la metodología de la enseñanza, hasta

proyectos socio-culturales y políticos. Pero el problema de la enseñanza excedió

el ámbito de la propia filosofía para penetrar en el fenómeno educativo en

correspondencia con las necesidades sociales de formación del hombre, sin caer

en un reduccionismo pedagógico.

Precisamente en este contexto a fines del siglo XIX emerge la filosofía de la

educación.

PARADIGMA DE LAS CINCO CONSTANTES EN LA EDUCACIÓN

La mayor parte de los programas educativos que se ofrecen en el sistema de

educación superior son extremadamente rígidos. En la formación profesional

domina un enfoque demasiado especializado y una pedagogía centrada

fundamentalmente en la enseñanza, que propicia la pasividad de los estudiantes.

Las licenciaturas, en general, fomentan la especialización temprana, tienden a ser

exhaustivas, tienen duraciones muy diversas, carecen de salidas intermedias y no

se ocupan suficientemente de la formación en valores, de personas

emprendedoras y del El reto es hacer más flexibles los programas educativos e

incorporar en los mismos el carácter integral del conocimiento, propiciar el aprendizaje

continuo de los estudiantes, fomentar el desarrollo de la creatividad y el espíritu

emprendedor, promover el manejo de lenguajes y del pensamiento lógico, resaltar el

papel facilitador de los maestros e impulsar la formación en valores, crear cultura y

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fortalecer las múltiples culturas que conforman el país, así como lograr que los programas

reflejen los cambios que ocurren en las profesiones, las ciencias, las humanidades y la

tecnología.

Pero el término "integral", en realidad comprende todas las partes o aspectos de

aquello que se trata, de ahí se sigue que no podemos confiar en un sistema que

fortalezca la parte académica exclusivamente. Especialistas en diferentes campos

abordan las problemáticas educativas desde la perspectiva que señala su área de

especialidad, proporcionándonos valiosos elementos que pueden traducirse en

desarrollo de alternativas y políticas eficaces, pero también hace falta visualizar el

problema desde una perspectiva totalizadora. Cuando decimos atender al

individuo en su multiplicidad de aspectos, nos referimos a la necesidad de

impulsar un crecimiento integral en el alumno, tomando en cuenta que una

persona no se determina sólo con base en el intelecto, sino que también están

involucrados sus valores, su contexto social y situación económica. El paradigma

de las cinco constantes tiene su origen en las numerosas cosmogonías míticas,

que, desde tiempos inmemoriales, reflejan la necesidad del hombre de

comprender el origen del mundo y de las cosas que en él existen.

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