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Parcial I - Corresponde al Módulo 1

Explicite los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales correspondientes a las siguientes temáticas:

 Caracterización del abogado.


 Conveniencia y/o necesidad del patrocinio letrado.
 Obligaciones del abogado para con su cliente.
 Obligaciones del abogado como auxiliar de la Justicia.
 Obligaciones del abogado para con sus colegas profesionales

1. Conceptualmente, un abogado es un perito en derecho que se dedica a defender, por escrito o de palabra, los
derechos o intereses de las partes en una controversia de carácter jurídico, así como también a dar dictamen sobre las
cuestiones o puntos jurídicos que se le consultan. En los aspectos procedimentales y actitudinales tiene la misión de
mediar en las diferentes relaciones humanas, no reflejando pasiones extremas como pudiere ocurrir con
las personas que acuden a él, pero por el contrario, deben poseer virtudes propias de todo hombre de
bien y justo.
Los ciudadanos deben encontrar en el abogado confianza, armarse de seguridad, entendiéndose que
serán ellos los que salvaguardarán nuestros derechos y nos harán conocer nuestras obligaciones. En la
base de todo abogado debe haber un hombre virtuoso con cabal sentido de justicia, fuertemente
desarrollado, coronado por cierto, de estudios especializados. Ser abogado, requerirá de tener
tacto a la hora de comunicarse con sus clientes, aprendiendo a dar consejos, teniendo autoridad
para imponerse cuando corresponda y saber renunciar si resulta preciso. Se necesita fortaleza
para desarrollarse en esta profesión principalmente en lo que respecta a la firmeza del obrar. Se
necesita además tener iniciativa, decidir y luego llevar a cabo lo decidido, aunque cueste un
esfuerzo importante.
Se suelen mencionar dos condiciones importantísimas para llegar a ser un buen abogado: una
primera y fundamental es tener vocación por la justicia, y además el poseer y desarrollar sólidos
conocimientos de la ciencia jurídica. Un buen abogado, será aquel cuya honorabilidad sea
intachable en el ámbito público y privado y tenga siempre una constante sed de aprendizaje.
El abogado está obligado a asumir la defensa de su cliente con el mayor vigor posible, sin
contemplaciones, aunque con corrección. No debe ser imparcial en una causa en la que
justamente se lo ha buscado para ser parcial, defendiendo a una de las partes. Debe iluminar con
la mayor luz los argumentos que favorezca a su cliente y empalidecer los de la contraria.

2. Desde el punto de vista conceptual, nos referimos a la conveniencia de contar con un


asesoramiento en la firma de cuestiones relacionadas con el derecho. Desde el punto de vista
procedimental, dicha conveniencia se transforma en una necesidad imperiosa de acuerdo a los
procedimientos normados en la legislación procesal. La ausencia de patrocinio letrado, en muchas
ocasiones puede llegar a invalidar el acto jurídico, constituyendo una nulidad absoluta. Siempre
resulta conveniente contar con un debido asesoramiento en cuanto al patrocinio letrado, aún en
cuestiones que no resulten obligatoriamente así. En cuanto al aspecto actitudinal, puede incluirse
bajo ese supuesto la obligación que posee el propio asesor letrado de explicar bien y
detalladamente la conveniencia real que representa ser asesorado por un profesional del derecho,
sea o no totalmente necesario según lo establecido normativamente.

3. Conceptualmente consisten en aquellas cuestiones que debe cumplir frente a su cliente, le son
inherentes a su profesión y como tales deben ser correctamente acatadas. Procedimentalmente
las obligaciones ante el cliente, generalmente se encuentran regladas en las normas de forma o
códigos procesales, mencionando a su vez las normas éticas establecidas normativamente que
regulan la profesión de abogado. El abogado tiene el deber y la obligación de informar a su cliente
sobre las reales posibilidades de obtener un resultado favorable frente al reclamo que se plantea,
pero, sin embargo, debe limitarse en nunca garantizar el resultado de litigio alguno. Esto resulta
lógico pensarlo, ya que siempre existirán variantes que podrían impedir tales resultados. Una cosa
es la expectativa, el deseo, etc. y otra diferente es afirmar un resultado incierto sólo basándose en
esas expectativas o deseos personales. Por otra parte, debe informar a su cliente el trámite del
proceso ante el simple requerimiento por parte de éste.
Pueden rechazarse las causas cuando por cualquier circunstancia (amistad o familiar) pudiera
perjudicar la libertad de dirigir el proceso.
El abogado no tiene obligación de fundamentar la aceptación o negación de un caso. Excepto que
se trate de un nombramiento oficial, judicial o del Colegio de Abogados, el rechazo debe ser
justificado.
En resumen, cuando se habla de las obligaciones desde un aspecto actitudinal el abogado debe
tener verdadera actitud de servicio. Va en contra de la ética representar de manera simultánea por
parte del letrado en una misma causa intereses contrarios. No debe prevalecer el materialismo
descartando causas pequeñas por sobre grandes, sino que siempre debe imponerse la defensa
auténtica de cualquiera sea la dificultad o extensión del proceso. En su actitud debe siempre
procurar examinar el problema con detenimiento, siendo ante el cliente, el primer juez en la causa.
No debe defraudar al cliente por su incorrecto procedimiento y para ello siempre deberá ser claro,
conciso y contundente con los argumentos.
No se puede permitir actuar con pasión en ninguna causa, entendido esto como la negativa a
trabajar impulsado por rencores u otros asuntos personales. Es sabido que actuando de esta
manera lo más probable es que el abogado pierda la compostura y lo lleve a resultados que no
pretendía.

4. Conceptualmente consisten en la necesidad que el abogado actúe como instrumento de solución


de conflictos y colaborador de la justicia considerada de una manera integral. La abogacía es una
tarea de interés público, ya que está ligada a uno de los objetivos del Gobierno. Y debido a que el
derecho es considerado una ciencia posee su propio lenguaje técnico que todo aquél que esté
ligado de una forma u otra, siendo un abogado, juez, magistrado, fiscal, etc. deberá
obligatoriamente saber, entender y utilizar.
En cuanto a la manera de proceder del abogado en este rol de auxiliar de la Justicia, tiene el
deber para con el juez o tribunal de justicia de presentar el reclamo y/o inquietudes de su
defendido, conforme exigencias de la ciencia jurídica, evitando así los intereses personales y las
pasiones propias del carácter. Deberá ser conciso en el momento de exponer algo frente al juez,
dirigiéndose a éste con propiedad como su manto de autoridad lo demanda.
Es necesario comprender que la jerarquía de la justicia dependerá en gran parte de sus
operadores, sean éstos abogados o jueces, y por lo tanto en cadena mejorará o no respecto de la
eficacia y sabiduría que demuestren ante la sociedad.
Respecto de la actitud del abogado en este sentido deberá actuar ante el juez con honradez en
relación a la exposición de los hechos y material probatorio que se aportará al proceso.
El máximo sentido de la abogacía es la aplicación de la justicia y por lo tanto, la colaboración que
éste le preste al juez deberá siempre ser de utilidad.
Como un auxiliar de la justicia, tiene que defender a su cliente con postura y sin llegar al agravio
en ningún ámbito o lugar.
La ética será su lema para con los jueces, colegas y la sociedad en sí.
Nunca se deberá olvidar que cada uno cumple una función específica e importante, y que por lo
tanto, jamás se deberá de ser irrespetuoso ni menoscabar a nadie. En su actitud nunca puede
existir y mucho menos demostrar exteriormente las intenciones de dañar.
Los jueces están facultados para sancionar al profesional que actúe de manera deshonesta o
despreocupada durante el proceso judicial.
Por último es destacable saber que poseer buena conducta en el ámbito público y privado
garantizará la seguridad profesional.

5. Desde el punto de vista conceptual, consiste en cuestiones de forma y de fondo, que los
abogados deben respetar frente a sus propios colegas. Dichos incumplimientos pueden ser
juzgados por los tribunales de ética de los distintos colegios de abogados, por los procedimientos
allí dispuestos.
Implicará respetarse los unos a los otros, prevenir cuidadosamente, mediante una afectuosa
tolerancia el choque inevitable de las naturales susceptibilidades.
En cuanto a la manera de proceder hay que tener en cuenta que en cuanto en el proceso, haya
respeto entre los colegas, la justicia habrá ganado.
En todo proceso siempre habrá un mínimo de dos intereses en contraposición y es inherente al
abogado el deber de procurar por la justicia; y la manera de lograr esto es principalmente
proveyendo al juez de material fidedigno para que pueda impartirla.
Respecto de la actitud, respetar al colega es respetarse a sí mismo. No deberá por tanto, permitir
actos que sean contrarios a la ética, ya que es allí donde se podría perjudicar a todos los letrados.
Siempre deberá prevalecer el respeto mutuo y trato cordial, ya que de esta manera no sólo los
colegas los respetarán sino también sus clientes, los jueces y la comunidad en conjunto.
Habiendo tantos intereses diferentes unos de otros la tolerancia será fundamental. Cabe decir
además que los Colegios de Abogados están destinados a fomentar el compañerismo y la ayuda
mutua entre los colegas.

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