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To® Campbell
AS ciencias sociales cubren un amplio campo, y
L los siete enfoques que presenta este libro intro­
ductorio son significativos para la Sociología,
Política, Economía, Derecho, Psicología e Historia. La
preocupación del autor es clarificar la estructura lógi­
ca, supocisiones metodológicas, e implicaciones prác­
ticas de las diferentes teorías expuestas. SIETE TEORIAS
VVV-rr.- . ..

El orden cronológico de la presentación ¡lustra el de­


sarrollo de las teorías y e! modo en que son afectadas
por el cambio social. Contra la perspectiva histórica de
la teoría del hombre de Aristóteles, la teoría egoísta de
SOCIEDAD

SIETE TEORIAS DE LA SOCIEDAD


Hobbes, y ia idea del sistema social de Adam Smith, se
establecen ios modernos gigantes: Marx y ia teoría de
la acción social de Weber. Finalmente, Alfred Schutz Aristóteles
sirve de puente a desarrollos recientes como la Etno- Hobbes':vi J ”*
metodología. Los últimos capítulos consideran algunos m as: - ‘
de los problemas filosóficos que subyacen a las princi­ Smith
pales diferencias que existen entre los siete tipos de
teoría social. Marx
En esta misma colección, el libro de L. Stevenson Siete
tr-,-
Durkheim
teorías de la naturaleza humana. Weber
Schutz \

ISBN B4 - 376- 0 S25-3

CATEDRA
0111029 9 788437 605258 colección teorema
S iete teorías de la sociedad
Tom Campbell

Colección Teorema Siete teorías de la sociedad

Q U IN T A E D IC IÓ N

CATEDRA
TEOREMA
Indice

Publicado originalmente en inglés cotí el título


Seven Theories of Human Society
por Oxford University Press

Traducción de Francisco Rodríguez Martín.

P r e f a c io ...................................... ............................................ 11

PRIM ERA PA RTE: INTRODUCCIÓN


C apítulo primero
Teorías de la sociedad ........................................................ 15
C apítulo II
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido Comparación y valoración de te o ría s.............................. .39
por la ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las
correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para SEGUNDA PARTE: SIE T E TEO RÍA S
quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren
públicamente, en rodo o en parte, una obra literaria, artística C apítulo 111
o científica, o su transformación, interpretación o ejecución
artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada
Aristóteles: k comunidad cívica.................................. , , 71
a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. C apítulo IV
Thomas liobbe.s: e! individualismo instrumental . . . . 91
C apítulo V
Adam Smith; el sistema social ......................................... 115
© Tom Campbell, 1931
F.dicioncs Cátedra, S. A., 1999 C apítulo V I
Calle Juan Ignacio Lúea de Tena, 15; 28027 Madrid Karl Marx: una teoría del conflicto ............................. .. 138
Depósito legal: M. 22.893 - 1999
Capitulo V 1)
ISBN: 54-376-0525-3
Printed in Spain Emite Durkheim: una teoría del co n sen so .................... lijó
Impreso en Fernández Ciudad, $. L, C apítulo VIH
Catalina Suárez, 19. 28007 Madrid
Max Weber: una teoría de la acció n ................................ 198

7
C m 'ETULO IX
Aifred Scrvutz: un cfToque tenorncaolugico 2A r¡

TERCERA PA R T E CONCLUSIÓN

C apítulo X
Problemas sobresalientes.................................................. 263

A mi madre
'.nWfiifnT^'Hltiinrí11^ :j v-‘"[','1lr,'l:Ti0 '!jl"-
Prefacio

!-í Este libro está concebido para introducir al lector a una am­
i i plia gama de teorías contrastantes de la sociedad. El material
1 está dispuesto de tal forma que faciliten el análisis y la valora­
i \ ción de cada tipo de teoría. El objetivo es fomentar un estudio
í más informado y critico del pensamiento social.
■q Se ba tenido un cuidado especial en explicar el significado
i moral y político de las teorías que se discuten, [.os teóricos se­
leccionados son importantes para un número de ciencias socia­
les, incluyendo la Economía, Psicología, Historia y Derecho.
Aunque las siete teorías se presentan en términos de pensado­
res individuales, cada teórico se utiliza como un vehículo para
el estudio de un tipo particular de teoría social. E l orden cro­
nológico de la presentación demuestra d desarrollo de la teoría
social y el modo en que le afecta el cambio histórico, pero éste
no es el propósito principal del libro. En su conjunto el enfo­
que es más bien filosófico que empírico en la medida en que se
dedica más atención a clarificar la estructura lógica v las su­
posiciones metodológicas de las teorías que a valorar su conte­
nido factual de forma detallada.
He recibido una gran ayuda de mucha gente en la prepara­
ción de este libro. Perer La marque colaboró en el planteamiento
inicial. Michael Lessnoff leyó y comentó todo el manus­
crito, siendo de gran, ayuda. Stephen Clark y Paddy O'Donnell
realizó el mismo servicio para los capítulos III y IX , res-
pectrvámente. Estoy en deuda con Sheila MacLean por sus
muchas mejoras estilísticas. Estoy también agradecido a mis
editores de Oxford University Press; y a Hclen Matthew y
Ruby Burgess por haberlo mecanografiado de forma ve)o í y
segura.

Grogport, septiembre de 1980


T om C ampbell

P r im e r a p a r t e

INTRO DUCCIÓN

jfclíIüiiAi

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¿
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12
Mam,i w

C apitulo P rimero
i
Teorías de la sociedad
$
-i
La vida humana es impensable fuera de la sociedad. Los
individuos no pueden existir en un aislamiento completo y
permanente. Los hombres se necesitan unos a otros para so­
brevivir y vivir como seres humanos. Esta dependencia mutua
hace que sea necesaria alguna forma de cooperación reglamen­
tada y, por lo tanto, alguna forma de sociedad. El hombre es
un ser social, eso apenas puede dudarse. ¿Pero qué es exacta­
mente la sociedad? Esta cuestión es tan básica y confusa como
la cuestión más tradiccional «¿qué es el hombre?». Se trata de
una de esas preguntas sobre la naturaleza de las cosas que aun­
que parezcan inocentes son molestas y estamos completamente
acostumbrados a ellas, pero ante ellas nos encontramos emba­
razosamente inarticulados, a pesar de que son importantes sin
ninguna duda para nuestras vidas cotidianas y pata que poda­
mos comprendernos a nosotros mismos. Para poder darle una
respuesta necesitamos tener una teoría de la sociedad.
Actualmente, la naturaleza de la sociedad es un problema
del que se preocupa la ciencia de !a sociología, pero es una ta­
rea que se desborda hacia el resto de las ciencias sociales, incluyen­
do la Historia, y no puede separarse de las principales preocu­
paciones que tiene la filosofía. Existen, por lo canto, una mul­
tiplicidad de fuentes diferentes que se encuentran bastante de­
sordenadas y que intentan descubrir algunas pistas que nos
ayuden a comprender la vida social. Pero esta saturación de
■Atención no ha podido establecer una teoría de la sociedad. minan los teóricos modernos, en particular aquellos tres
A pesar de la riqueza de los datos acumulados referentes a so­ cuyas ideas encarnan las principales escuetas que compiten
ciedades particulares de periodos y culturas diferentes siguen en la teoría social contemporánea, cada cual con sus con­
existiendo aún desacuerdos radicales sobre la clase de fenóme­ ceptos característicos: Marx (conflicto y poder), Durkheim (es­
nos sociales que son fundamentales para que comprendamos tructura y función), y Weber (acción social y burocracia racio­
los procesos sociales y cómo deben considerarse estos fenóme­ nal). Sin embargo, estos modernos gigantes necesitan que se
nos. Una introducción a k teoría social no puede proceder, les sitúe frente a una perspectiva más amplia. La reflexión so­
por lo tanto, basándose en él indiscutible tipo de conocimiento bre la naturaleza de la vicia social se retrotrae al menos a la_an^_
elemental que se encuentra, por ejemplo.-en-las-ciénc-ias-natu "ciguaTJreda, influyendo aún actualmente el estudio que Aris­
rales. En su lugar, es necesario presentar un estudio de aproxi­ tóteles hizo sobre la sociabilidad natural de) hombre. Esto sir­
maciones alternativas y contribuciones teóricas acerca del or­ ve como contraste a la obra de Tilomas Hobbes que, a pe­
denamiento y comprensión de las relaciones sociales. Sin em­ sar de sus evidentes imperfecciones, plantea muchos de los
bargo, no existe ninguna razón convincente que haga que tal problemas que teorías que son más modernas intentan respon­
estudio tenga que restringirse a las teorías que son puramente der, como por ejemplo el referente a la base del orden social.
modernas, pues está totalmente claro que los anteriores inten­ Una figura de transición, que representa el pensamiento madu­
tos que se han hecho para desarrollar estudios que compren­ ro de la Ilustración del siglo xvm, es Adam Smith, quien, a pe­
dieran k vida social han sido sustituidos, y es más ventajoso sar de su asociación al individualismo económico, presenta en
estudiar seriamente las ideas de aquellos pensadores más im­ su concepto de la «mano invisible» la idea de la sociedad como
portantes que vivieron en tipos de sociedades que están muy un sistema integrado. En último lugar, se incluye la obra de
alejadas de los complejos estados industriales que han provisto Alfred Schutz como la inspiración del reciente desarrollo que
d contexto de las teorías modernas. se ha llevado a cabo del estudio de la sociedad — par­
Este libro contiene esbozos, valoraciones y comparaciones ticularmente por la etnometodología— y que hace dudar de
de siete enfoques que compiten entre sí y que han sjdo realiza­ !a idea total de «sociedad» como una entidad unitaria distinta
dos por una serie de pensadores importantes y ofrecen, por lo que está abierta a un estudio científico por separado.
tanto, un balance sistemático de aquello que es característico y En la parte primera prepara el terreno al estudio de las siete
significativo de los modos en que se interrelacionan los seres teorías que se han seleccionado como ilustrativas de las ten­
humanos en sus respetivas sociedades. Comenzando a partir dencias centrales que divergen en lo referente al estudio del
del influyente análisis que Aristóteles hace de la pequeña du­ pensamiento social. Este capítulo trata de la naturaleza de la
dad-estado de la Grecia clásica y terminando con la obra de teoría social, haciendo surgir, a txavés de una discusión intro­
Alfred Schutz en el siglo xx que ha inspirado algunas ideas ductoria de Hobbes y Durkheim, la cuestión de si una teoría
aventureras y recientes de los fenómenos sociales, cada teórico ha de ofrecer algo distinto de una mera descripción de la vida
ba sido seleccionado por el ínteres intrínseco que tienen sus social. Ei siguiente capítulo desarrolla los modos más impor­
Ideas y como un ejemplo distinguible de teoría social. Juntos tantes en los que difieren las teorías sociales entre sí, ofrecien­
nos ofrecen un panorama de. los intentos más famosos que el do un marco de parámetros que nos ayudarán a comparar teo­
hombre ha hecho para comprender su entorno humano. rías sociales y a sugerir los criterios para su valoración.
Seleccionar sólo siete teorías de la sociedad no ha sido una
tarea fácil. La sociología como el estudio científico autocons-
ciente de la vida social considerada como un todo es relativa­
mente reciente y en la selección que he realizado predo­

ló 17
de la sociedad, tanto en lo referente a comprendere! yo como
para llevar a cabo una decisión práctica, ¿es realmente la socie­
L a naturaleza de la sociedad humana dad un fenómeno tan problemático? Quizás la sociedad no sea
después de todo aquella cosa mistificante e intangible que se
La ausencia de consenso respecto a una teoría social no se dice a menudo que es. ¿No se trata de la sociedad simplemente
trata sólo de un problema de preocupación intelectual y acadé­ de toda aquella otra gente con la que vivimos y trabajamos y
mica. Algunas ideas sobre lo cjue constituye una sociedad y con la que mantenemos una fácil familiaridad? Puede que
cómo las sociedades retienen su unidad y continuidad a través cuando hablemos de «sociedad» hagamos simplemente referen-
derlas-vari aífecrrráns fó'nñadoñes' bis toricasse"asüm e n "erTtoHas c 1a a úñ número "cüaIqñiera de gente que BiiBiFTla misma área
las preocupaciones prácticas principales de la vida, incluyendo geográfica y entre quienes existe un grado de interacción coti­
la moralidad privada y el modo en que se llevan a cabo las deci­ diana.
siones públicas. No podemos saber cómo actuar a menos que Ahora bien, es cierto que no puede existir una sociedad sin
sepamos cómo se influyen entre sí los proyectos que hacemos gente, y que además se trate de un número que sea razonable;
sobre nuestra existencia y las actividades de la gente que nos el número mínimo que cualquier persona consideraría que es
rodea. No podemos unirnos a otros para llevar a cabo racio­ suficiente para formar incluso una sociedad que fuera muy
nalmente unas elecciones que tratan de asuntos que son de inte­ simple sería el de algunas familias. Está igualmente claro que
rés común si no compartimos creencias que tratan los rasgos una sociedad debe tener algún tipo de localización física, aun­
esenciales de la existencia cooperativa. Toda actividad práctica que no es necesario que sea permanente. Ambas características
reflexiva presupone una idea de la vida social, y el éxito de tal — gente individual y territorio común— son necesarias para
actividad depende, entre otras cosas, de la exactitud de esa que exista una sociedad, pero es cierto que no son suficientes
idea. por sí mismas para constituir la existencia social. Una sociedad
La concepción que tengamos de la sociedad es también fun­ no puede tratarse simplemente de una agrupación territorial o de
damental para comprendemos a nosotros mismos. ¿Es la so­ un conjunto de gente. Un gran número de personas que se en­
ciedad en la que vivimos una mera e importante asociación contrasen situados de forma fortuita en el mismo lugar
que nos ayuda a conseguir ciertos objetivos personales, por no constituiría por esa razón una sociedad, aunque pudie­
ejemplo la seguridad marterial, como sugiere Thornas Horibes? ran convertirse con el tiempo en parte de una. El hecho de
¿O existe una realidad social más fundamental que se encuen­ que siempre se encuentre a los seres humanos en sociedades
tra en la misma esencia de nuestra naturaleza como seres hu­ no significa que una sociedad pueda analizarse simplemente
manos, como Marx y Durkheim intentaron hacernos creer? El como si fuera un grupo cualquiera de personas, ya que no
hombre puede ser, en palabras de Aristóteles, un animal social, todas las conexiones que se dan entre individuos han de consi­
ya que no puede vivir permanentemente fuera de un grupo so­ derarse relaciones sociales.
cial, pero ¿dependemos de nuestra sociedad sólo como si se Para formar una sociedad los individuos deben estar relacio­
tratara de un apoyo externo que sirve para que mantengamos nados de cierto modo. Por ejemplo, si la gente no se comunica
nuestra vida personal o es que no tenemos ninguna existencia entre sí, si mantienen eternamente un combate físico agresivo,
que sea germina fuera de nuestras relaciones sociales? Sea cual si no cooperan entre sí, y esto lo hacen de forma rutinaria du­
fuere la respuesta que demos a estas cuestiones, la imagen que rante un periodo de tiempo, entonces sus interacciones no son
tenemos de nosotros mismos es inseparable de la representa­ sociales y no constituyen una sociedad. Pero aunque está claro
ción que tengamos de la sociedad. que cualquier conjunto de personas no constituyen una sociedad,
Pero incluso si le damos importancia a la ¡dea que tenemos no es una tarea fácil decir cómo debe «agruparse» la gente para

18 19
que podamos decir que sus relaciones son sociales. Podemos asociación entonces es normalmente aquélla en la que nace­
llegar a un acuerdo y aceptar que para que se les califique mos mis bien que en la que nos unimos y de la que podemos
como ral no es suficiente decir que se parecen, ya que hay gen- retirarnos fácilmente. Debe ser un club indispensable, sin el que
re que se parece mucho y que puede vivir en sociedades dife­ no podríamos desenvolvemos bien, y uno de cuyos propósitos
rentes. Tampoco se trata la proximidad física de una garantía sea bastante difícil de incluir de forma exclusiva en una lis­
de interacción social como lo hace evidente la relación que ta, Pero todo esto que se ha dicho puede que sea verdad de
existe entre tribus que están en guerra. Podemos decir que las muchas asociaciones hasta cierto punto, particularmente de
relaciones sociales son aquellas interacciones que están orde­ aquellas cuyo propósito principal sea proveernos do nues­
nadas y que implican una conciencia mutua y una comunica­ tros requisitos materiales. De cualquier modo, no es nece­
ción simbólica, pero ruando se trasciende esto resulta extre­ sario negar que la sociedad sea un tipo insólito de asocia­
madamente difícil precisar que se requiere pitra convertir una ción para que se pueda mantener de ese modo que las socieda­
mera reunión de. gente en un grupo que este socialmente or­ des se comprenden mejor como si fueran asociaciones o clubs.
ganizado. Lo importante es saber si considerar una sociedad como una
No obstante, dando por supuesto que algo tiene que añadir­ organización que ha sido creada para que individuos diversos
se a la idea inicial de una agrupación territorial de individuos- satisfagan sus propósitos privados particulares sirve o no de al­
que interactúa entre sí si es que queremos conseguir una con­ guna ayuda. Si esto es así, entonces podemos proceder a teori­
cepción adecuada de una sociedad, entonces este enfoque no zar acerca de la sociedad tratando de identificar estos propósi­
carece de sentido, y es además una idea atractiva y simple con­ tos y examinando cómo ayuda a fomentarlos la organización
siderar que una sociedad es un número de personas que inte­ social.
ractúan entre sí y tienen una localización geográfica común. Este en foqu e sen sato y com ún de comprender la sociedad
Por otra parte, puede también desarrollarse fácilmente especi­ no se encuentra desprovisto de partidarios entre los filósofos
ficando que la gente en cuestión comparte una organización sociales clásicos. Thomas Hobbcs, de espíritu fuerte e incisivo
cooperativa común que hace que puedan vivir juntos con un y fundador de la teoría social de la Europa postmedieval, se
tipo de orden y quizás de armonía. Después de todo, a veces dispone a llevar a su conclusión lógica la analogía que existe
utilizamos la palabra «sociedad» para referirnos a un número entre una sociedad y una asociación. Nos sugiere que pense­
de gente que se ha agrupado en una asociación o club a través mos que la vida social está precedida de un «estado de natura­
del cual persiguen ciertos objetivos o propósitos que todos leza» donde no existía ninguna organización social, normas o
dios comparten. Una sociedad para la protección de ani­ reglas que sirvieran para ordenar de forma continuada la inter­
males raros o un club de motocicletas son ejemplos de Lales acción y la cooperación. A causa de las incertidumbres, in­
«sociedades». Considerando esta cuestión a través de estas lí­ conveniencias y por el sencillo peligro que tiene esta imagina­
neas, podemos concebir la sociedad en su conjunto como una da existencia asocia!, los hombres tuvieron razón para reunirse
asociación bastante grande donde se pronnociona un gran y y establecer una sociedad de igual modo que los que ya viven
dispar número de propósitos comunes, un tipo de club glorifi­ en un medio ambiente social pueden reunirse y establecer una
cado o una asociación para todo tipo de propósitos que tiene asociación o empresa de negocios. Hobbes sostiene que es ra­
una extensa base territorial y un complejo conjunto de reglas y cional que el hombre intente escapar del imprevisible estado
leyes. azaroso de la naturaleza poniéndose de acuerdo sobre las nor­
Deben existir, desde luego, diferencias entre la sociedad mas básicas que requiere la asociación y prometiéndose unos a
considerada como un todo y las asociaciones y clubs que se en­ otros obedecer al gobierno que represente una única- autoridad
cuentran dentro de una sociedad. Si la sociedad se trata de una política. De este modo, prometiéndose colaborar unitariamen­

20 21
!
te con un cuerpo que es lo suficientemente poderoso como o de grupo, anterior a la conducta y elecciones de cualquier in­
para reprimir las tendencias destructivas de la naturaleza hu­ dividuo o número de individuos, que determina las creencias,
mana, se asegurarían su seguridad individual. Este modelo de emociones y conducta del individuo. A través de este proceso,
«contrato social» se ha convertido en el modelo de codas aque­ el individuo logra adaptarse y tomar parte en un patrón de re­
llas teorías que se han hecho sobre la sociedad. laciones que forma un todo integrado junto a la conducta de
Para Hobbes, aunque no para aquellos teóricos que son par­ otros miembros de su sociedad.
tidarios del contrato, crear una sociedad significa al mismo Según esta teoría, no son los hombres quienes forman la so­
tiempo crear un estado o Comunidad de Naciones», ya que a ciedad, sino la sociedad la que forma a los hombres. La socie­
la autoridad en cuestión se le entrega el poder soberano — esto dad es un conjunto preexistente de modos de conducta que es­
es, el derecho a establecer normas que están respaldadas por tán interrelacíonados y que se incorporan a la psicología y con­
una coacción física, Pero, incluso para Hobbes, la sociedad es ducta de los seres humanos individuales controlando todo lo
algo más que el estado. Una vez establecido ei contrato origi­ característicamente humano que hay en ellos. Su lenguaje, su
nal de la sociedad surgen otros agrupamlentos subsidíanos que moralidad, su religión, sus actividades económicas, incluso su
no son directamente las criaturas de! soberano político, aun­ razonar, son todos productos sociales. Según esta idea «balísti­
que son sólo posibles porque existe una autoridad política que ca» de sociedad, comprender la conducta de los individuos re­
es absoluta. De este modo, las organizaciones económicas, re­ quiere conocer la naturaleza de su sociedad y el lugar que
ligiosas y educativas pueden desarrollarse en una sociedad po­ ocupan en ella. Por lo tanto, en su famoso estudio sobre el sui­
lítica, haciendo que los hombres puedan desenvolverse y satis­ cidio, Durkheim intenta demostrar que aquello que aparente­
facer así su existencia material v cultural. Estas organizaciones mente es casi lo más personal de los actos es de hecho la ex­
se basan en un contrato, y Hobbes considera que la relación presión de factores sociales y no de factores individuales. Por
social fundamental es la idea de un acuerdo o contrato explíci­ esta razón, d suicidio no debe estudiarse examinando los moti­
to que se lleva a cabo entre personas individuales. vos que llevaron a suicidios individuales, sino demostrando
No existen entre los sociólogos contemporáneos muchos cómo la proporción del suicidio se determina por el tipo de
partidarios de Hobbes, aunque muchos hacen referencias a su «solidaridad» que mantiene unida a la gente en sus agrupa­
pasada obra. Esto se debe en parte a que su lenguaje es anti­ rmentos sociales.
cuado y su método científico inadecuado. Pero esto sucede Para resaltar que la sociedad contribuye mucho y la natura­
también porque Hobbes es un teórico «individualista» y cree leza humana individual muy poco a la formación de la conduc­
que existe una naturaleza humana fija y universal, independiente ta humana, Durkheim hace a veces analogías biológicas y ha­
de los efectos de todo condicionamiento social, y que es la ex­ bla del «organismo» social, un concepto que es recurrente en
plicación última de la vida social. Por contraste, la idea moder­ teoría social, y que, como veremos, se encuentra ya en Aristó­
na estándar al respecto es que la sociedad es un fenómeno que teles. Y para que se vea la abrumadora importancia que tienen
se presupone en todas las actividades y atributos de los seres para el individuo sus relaciones sociales, nos sugiere también
humanos individuales, una realidad subyacente y continua que que consideremos que la sociedad es como un dios, pues «la
no puede reducirse al producto de la conducta y naturaleza Sociedad» crea y mantiene a los hombres como individuos exi­
humana individual. Así que, aunque Emile Durkheitn — uno giéndoles su lealtad, compromiso e incluso su culto. Pero
de los primeros teóricos del siglo jíx cuya obra examinaremos como una sociedad no puede ser literalmente un organismo
también— crcc, como Hobbes, que la sociedad implica el con­ biológico o un dios, Durkheim, como cualquier otro teórico
trol de los individuos, piensa que esto se lleva a cabo mediante social que no sea individualista, se encuentra ante la difícil ta­
un proceso natural de donde emerge úna conciencia colectiva rea de presentar su teoría de la sociedad de forma clara y no
ambigua.
2.1
continuaré discutiendo el contraste que existe entre el indivi­
La teoría de Durkbeim es una versión de la tendencia gene­ dualismo y el holismo.
ral que existe en la teoría social contemporánea, y Durkheim, a
diferencia de Hobbes, es una figura importante dentro de la
«sociología» moderna, entendiendo ésta como el estudio-cien­ L a naturaleza, de la teoría social
tífico de la sociedad en todos sus aspectos: económicos, reli­
giosos, políticos y educativos. Aunque muy pocos sociólogos Lo más significativo que tienen en común Hobbes y Durk­
estarían dispuestos a considerar la sociedad como un dios, sí heim y que les hace notables como teóricos de la sociedad es
que tienen lo que podría considerarse un interés profesional en que no describen simplemente la existencia social o narran la
enfatizar el significado que la sociedad tiene como objeto de historia del desarrollo-social .--Más bien intentan hacem os-ver­
estudio y esto implica tener en cuenta aquello que consideran ía sociedad humana de cierto modo para que la conclusión que
como una suposición ingenua, por ejemplo que los individuos hagamos de ¡a lectura de sus obras no sea simplemente la de
no son de alguna maneta más reales y, por lo tanto, más im­ obtener más información sobre la vida social sino algo mucho
portantes en el esquema explicativo en lo referente a aquellas más importante, una mejor comprensión de la naturaleza de
cosas de la sociedad a las que los hombres delíen su existencia las relaciones sociales humanas. El objetivo que comparten es
y de las que derivan sus particulares naturalezas. el de proveer de una más extensa idea y una mayor comprensión,
Pero Hobbes, por el énfasis que pone en el individuo, es, no presentar simplemente una masa de puros datos sociales. Para
como Durkheim, un teórico ele la sociedad, bus ideas compiten esto construyen modelos de cómo funcionan las sociedades,
con las de Durkheim de forma sistemática y conducen a unas desmenuzándolas en sus partes constituyentes e indicando qué
perspectivas diferentes que se hallan en competencia entre sí relaciones entran en funcionamiento. Para Hobbes, esto signi­
en lo referente a los asuntos que son de interés común, como fica analizar la naturaleza de los contratos que establecen los
los derechos y obligaciones de las personas, la base de la vida individuos racionales que sólo tienen un interés personal. Para
comunitaria y organización política, y el tipo de existencia so­ Durkheim, implica demostrar la interdependencia funciona]
cial por la que se considera real luchar. La forma ordenada que tienen los grandes grupos profesionales dentro del orga­
en que sus teorías entran en conflicto indica que existe una si­ nismo social. Al hacer esto, ambos se proponen decirnos, no
militud subyacente en la estructura formal- de sus ideas y de­ sólo lo que pasa en las relaciones sociales, sino también por
muestra que, hasta cierto punto, presentan explicaciones riva­ qué las sociedades operan de una forma en vez de otra. Lo que
les de los mismos fenómenos. Estas similitudes subyacentes quieren es que sigamos intentando comprender y conocer ios
son tan significativas para nuestros propósitos presentes como fenómenos sociales para que podamos tanto exponerlos como
los evidentes desarrollos que hay entre ellos, y todo esto nos describirlos.
ayudará a anticipar que podemos esperar de una teoría de la Esro es verdad de todos los teóricos sociales que son autén­
sociedad si observamos un poco más detenidamente lo que hay ticos. Aristóteles, por ejemplo, intenta hacernos ver que la con­
de común en sus trabajos intelectuales. Haré referencias al vivencia cívica comunitaria es algo «natural» en el hombre. Adam
mismo tiempo a otros de los siete teóricos que se han elegido Smith, por otra parte, nos ofrece un modelo de sociedad que
para ¡lustrar el desarrollo de los diferentes puntos de vista que es como una inmensa e intrincada máquina diseñada por un
existen sobre la naturaleza de la teoría social. Esto servirá de creador benevolente y más bien astuto, mientras que Marx
ayuda para preparar el terreno al análisis que se hace de las pretende exhibir la realidad oculta de la existencia social sacan­
tendencias que se encuentran en conflicto acerca de las teorías do a la luz las necesidades económicas que subyacen al conflic­
de la sociedad que se presentan en el capítulo segundo, donde to de clase, Weber y Scbutz presentan también, a su manera,

24
de un soberano político que sea coercitivo, reuniendo así las
una cierta perspectiva de la vida social, ei primero enseñándo­
ideas de sociedad y estado. Por contraste con esta relativa defini­
nos a observar ¡as relaciones sociales en términos de tipos dife­
ción «externa» o física de sociedad, la definición inicial que
rentes de «acción», el segundo persuadiéndonos con la idea de
Durkheim hace de la «sociedad» se refiere a un orden normati­
que no existe algo denominado «sociedad» si por esto se en­
vo o moral que posee una realidad psíquica en la conciencia de
tiende una realidad que existe tuera de la experiencia que tie­
los individuos y ninguna conexión necesaria con el estado,
nen los individuos interactuantes. A pesar de las rmicbas dife­
mientras que Marx define «la sociedad» como «el conjunto de
rencias que hay entre nuestros siete teóricos representativos,
las relaciones sociales» que más tarde conduce a lo que deno­
puede decirse que todos ellos son unos visionarios intelectua­
mina como «las relaciones de producción».
les. Esto es lo que hace que sean teóricos sociales más bien que
Las definidones-tio. son. particularmente importantes- por-sí-
_meras _r.ecole ctores de-da tos.
mismas. Son válidas como ayuda para aclarar el pensamiento y
Los elementos principales de una teoría son la definición, la
los méritos y deméritos de las definiciones particulares, que
descripción y la explicación. A continuación comentaré algo
son, por lo tanto, relativas a los propósitos para los que se uti­
sobre cada uno de estos elementos.
lizan. A menudo, un teórico utiliza sus conceptos clave, una
Las definiciones nos dicen cómo va a utilizar el escritor sus
vez analizados, como instrumentos para expresar hechos signi­
términos clave. Cualquier teórico de la sociedad debe, por
ficativos sobre el mundo. De este modo, Hobbes, que es parti­
ejemplo, aclarar qué entiende por la palabra «saciedad», y ofre­
cularmente perspicaz en sus definiciones, las utiliza para afir­
cer alguna información de su terminología principal, por ejem­
mar que la sociedad — o la condición para vivir juntos en
plo «contrato» o «solidaridad». Al proceso de definición de ta­
paz— implica establecer y cumplir contratos. Esta es una afir­
les términos generales se le denomina a menudo como el aná­
mación factual o empírica en tanto en cuanto pretende ofrecer
lisis de los conceptos, fisto se lleva normalmente a cabo indi­
alguna información sobre d mundo que podemos comprobar
cando los rasgos que una entidad debe tener si el término en
mediante la observación y la experiencia. Durkheim, que no es
cuestión ha de utilizarse para referirse a ella correctamente.
tan riguroso como Hobbes en sus definiciones, enfatiza más la
Así que, en este libro, al hablar de «sociedad» no hablamos del
exactitud de los enunciados descriptivos. Utilizando muchos
mundo de los logros sociales de la dase alta, ni tampoco nos
de los métodos de la ciencia social moderna, incluyendo los
referimos a ninguna dé las asociaciones particulares, como,
datos estadísticos oficiales, Durkheim ofrece extensos estudios
por ejemplo, un sindicato o partido político. La sociedad»,
de las prácticas económicas, creencias religiosas y ritos, orga­
para nuestros propósitos, es un término que hace referencia a
nización profesional, etc., de los hombres. Es más sensible que
un fenómeno más inclusivo, a saber toda la compleja red de
Hobbes en lo referente a la variedad de modos de vida que
relaciones humanas que existen en los grupos o colectividades a
existen en diferentes tipos de sociedad y considera que la des­
gran escala que comparten una cultura y un modo de vida co­
cripción de estos fenómenos dispares es la principal tarea so­
mún. Algo que esperamos que nuestras teóricos nos ofrezcan
ciológica, al igual que Aristóteles, Smith, Marx y Weber cuyos
es una definición de «sociedad» que sea más precisa que ésta,
enfoques son, por lo tanto, mucho más empíricos o menos a
fi.sto se consigue a veces introduciendo y analizando otros tér­
priorí (independiente de la experiencia) que los de Hobbes. Sin
minos fundamentales que el teórico considera que están estre­
embargo, todos los teóricos se dedican, hasta cierto punto, en
chamente relacionados con nuestro concepto de sociedad, Así
ío referente al problema de desarrollar un conjunto de térmi­
Hobbes nos dice, por ejemplo, que «la sociedad» es «la condi­
nos que estén cuidadosamente definidos (o conceptos analiza­
ción para vivir juntos en paz» y continúa explicando qué signi­
dos) a describir la vida social tal y como ellos la observan.
fica eso contrastándolo con un estado de guerra, discutiendo
Mientras que las definiciones pueden ser breves y agudas, Ja
que la existencia de la sociedad debe darse junto a la actividad
2/
descripción es una actividad sin fin que se encuentra abierta- gible como es la sociedad estos procesos pueden concluir en
cerrada y en la que no existe ningún limite lógico- Hay una in­ áigú muy vago c impreciso y no Ofrecer Sin esperanza
finidad de hechos por descubrir, investigar, probar o discutir. alguna información. Intentar ser totalmente comprensivo
Incluso en escritores tan voluminosos como Marx, Weber y significa a menudo no darse cuenta de lo que es verdadera­
Durkheim siempre se necesita hacer alguna elección de mate­ mente interesante en los fenómenos en cuestión, en este caso”
rial. Esto nos plantea el problema de definir lo característico ias diferencias significativas que hay entre los tipos de relacio­
de un enfoque «teórico» como aquello que es distinto de otro nes sociales. Un objetivo importante de una teoría social es,
que es estrictamente «empírico» y que se arerra a los hechos por lo tanto, resumir las diferencias más importantes que exis­
particulares a los que hace referencia. Jn a teoría es c. intento. ten...entre losfer.ómenos-soc-iales,-ofreciendo-asriina^clasífícz-^
de imponer algún tipo de orden a la multiplicidad sin fin de las ción o taxonomía de Jos tipos de sociedad.
descripciones seleccionando e incluso resumiendo los hechos La ambición de Hobbes es ofrecer una teoría genuinamente
cruciales de los fenómenos en cuestión. La selección por universal que pueda aplicarse a todas las sociedades, pero in­
SÍ misma no constituye un enfoque teórico ya que una teoría debe cluso él mismo desarrolla las variadas diferencias que existen
tener alga que decir sobre iodos los fenómenos que se con­ entre, por ejemplo, la soberanía que resulta de la conquista y la
sideran relevantes. La necesidad que tiene de ser tanto com­ soberanía que se basa en el acuerdo voluntario. En el caso de
prensiva como selectiva puede sólo cumplirse a través de los Durkheim, gran parte de su obra trata la diferencia que existe
procesos de abstracción y generalización, esto es, seleccio­ entre dos tipos de solidaridad, Ja «mecánica» v la «orgánica».
nando de la masa de los fenómenos observables ciertos rasgos En verdad, la fama que muchos teóricos tienen se basa en las
recurrentes que se afirma que están presentes y que son cen­ sugerencias que hacen respecto a los modos en que pueden dis­
trales en muchas o en todas las relaciones sociales. Esto es lo tinguirse y clasificarse las sociedades y las relaciones sociales,
que hace Hobbes aferrándose a las nociones de contrato y so­ Por ejemplo, Aristóteles compara tres formas «buenas» de
beranía, es la misma concepción que Durkheim tiene de la so­ sociedad civil (monarquía, aristocracia y politeia*) con tres
lidaridad y su relación con otros fenómenos sociales significa­ fotmas «malas» (tiranía, oligarquía y democracia). Adam Smith
tivos, tales como la división de! trabajo, concepto que Smith y se ha hecho famoso como pionero de la idea de que las socie­
Marx han utilizado también mucho, el primero relacionándolo dades pasan por las cuatro etapas de caza, pastoreo, agricultura
con la idea de la cohesión social que se basa en la simpatía mu­ y comercio. Marx hace un análisis más agudo comparando el
tua a diferencia del segundo para quien la división de trabajo feudalismo y el capitalismo, lo que equivale en Weber a la
es tanto la causa como el efecto del conflicto social. En Aristó­ transición que tiene lugar desde la organización tradicional a la
teles juega un rol parecido el concepto que tiene de la amistad liurocrátíco-racional social.
el cual está presente de una forma u otra en todas las relacio­ Distinguir entre dos tipos de sociedad se trata más de un
nes sociales normales, mientras que para Weber el concepto de problema de descripción que de explicación. Una explicación
acción social sirve como base de la abstracción y la generaliza­ nene que transcender h que es el caso para ofrecernos alguna
ción. Cada teórico desarrolla así su conjunto de conceptos, cla­ comprensión de por qué estas cosas son como son; por ejemplo,
ve particular a cuyo alrededor organiza los materiales en bruto
que obtiene de la observación de la realidad social. * Traduzco la palabra «polity» por «poliida» siguiendo a J-rederick Coplea
um. Historia de U Fritóoffa, p% r 354, vol. 1> iLdi tonal Ariel* y 1974, v aje-’
La abstracción y la generalización son indispensables para mis Mfsscerin, Historia fie b Ftfos<*fia, \oí. 4, «Aristóteles», pag. 799, AIíjuiísei Ecti-
elaborar cualquier teoría sistemática, porque es cierto que has­ ion.il, V984. Otros autores la traducen por idrimocraciA*! o «democracia ccnsiu-
ta cierto punto es a ellas a lo que conduce teorizar. Pero in­ t el como puede observarse en l¡i tVitoria de ías ideas politkás de lean Touehnrd,
tentando elaborar una teoría de una entidad tan compleja e intan­ t divinal Tecno*. 19? h. (¡X.dií i,)

28
por qué debe cambiar un tipo de sociedad a otro tipo, bien sea u¡nativa, y quizás también examinando introspectivamente
de forma rápida por revolución o de forma lenta por evolu­ nuestras propias actitudes, creencias, emociones y razones. De
este modo, se cree, se puede satisfacer la curiosidad intelectual
ción, Cualquier teoría que sea adecuada debe, por lo tanto,
unir y culminar la descripción en algún tipo de explicación. a través de explicaciones sociales que revelen el significado de
La noción de lo que significa explicar algo es extremada­ ta conducta más bien que sus pretendidas causas. Un indicio
mente evasiva. Es un tópico que trataremos de nuevo en el ca­ de este tipo de enfoque lo tenemos en Smith, pero es mis ca­
pítulo II y a través de todo el libro. Después de todo, la ex­ racterístico de Weber y sirve romo fundamento de todo el en­
plicación es un problema altamente subjetivo ya que aque­ foque que Schutz hace de la teoría social. Y a veremos mis ade­
llo que satisface la curiosidad o la confusión intelectual de una lante que esta es una de las mayores divergencias que existen
.persona-puede no-coincidir con orrasr Aristóteles necesita es­ en las-teorías de la sociedad.-.........
tablecer qué es lo «natural» de cada tipo de ser. Hobbes gusta Todos estos elementos del teorizar — definición, descrip­
de remontarse en todos los fenómenos sociales a lo que consi­ ción y explicación— están estrechamente relacionados y son a
dera sus raíces en los motivos preexistentes de los individuos menudo difíciles de ditinguir. Por otra parte, a pesar del inten­
implicados. Este modo de proceder no satisface plenamente a to que hace Hobbes para realizar algo así, el problema es que no se
Adam Smitb o a Durkheim para quienes la existencia de cier­ trata simplemente de comenzar con un conjunto de definicio­
tos motivos de ia conducta humana es una de las cosas que re­ nes y trabajar hacia arriba vía la descripción camino de ta expli­
quiere explicación; mentalmente se sienten intranquilos hasta cación, ya que las preconccpcíones que un teórico tiene de lo
no haber demostrado la «funcionalidad» de una forma particu­ que constituye una buena explicación afectará la selección que
lar de conducta en una sociedad en tanto en cuanto contribuye haga de los hechos y esto afectará a su vez el uso que dé a sus
al funcionamiento del resto de sus partes. Dúrkheim, por términos. No obstante, aunque no sea tarea fácil, sirve de
ejemplo, explica el rito religioso, al menos parcialmente, en enorme ayuda para !a exposición y comprensión de una teoría
función de la promoción que hace de la cohesión social de la el que se clasifiquen estos tres elemento; todo lo que sea posible,
que dependen otros aspectos de la vida social. y esta es una de las tareas que este libro intenta llevar a cabo.
Hobbes, Smith, Durkheim y Marx coinciden en que la Puede que el elemento más importante, pero a menudo el
mayor parte de sus explicaciones sociológicas implican enun­ menos visible de estos tres que se han mencionado anterior­
ciados causales. Aceptan que si se observa que dos tipos de mente, sea la explicación, va oue la idea que un teórico tiene de
acontecimientos suceden regularmente en un cierto orden lo que cuenta como una buena explicación es a menudo confu­
temporal y proximidad espacial, entonces existe una necesidad sa, Por esta razón, comenzaremos el estudio que hacemos de
natura! de unirlos en conjunción y explicar así cómo se da una cada teoría discutiendo el enfoque que adopta cada teórico antes
instancia particular de un tipo de fenómeno demostrando que de pasar a presentar la sustancia de su teoría.
estaba precedido por el tipo de acontecimiento al que se une En lo referente al enfoque que llevan a cabo Hobbes y
en tai organización social. Aristóteles investiga también las Durkheim, éstos se autoconsideran científicos dentro de las
causas sociales (y las funciones), pero tiene un sentido bastante suposiciones propias de su época, pero difieren radicalmente
diferente de «causa». Sin embargo, otros teóricos rechazan este en sus ideas respecto a lo que es el método científico. Difieren
enfoque de la explicación social y sostienen que, como la con­ también en el modo en que motivan su interés científico, y tie­
ducta humana es libre, no puede determinarse causalmente. Lo nen ideas diferentes de aquello que esperan obtener a través de
que tenemos que hacer en su lugar, según estos teóricos, es in­ sus estudios. Ninguno de los dos es un observador puramente
tentar comprender las motivaciones y las razones humanas. desligado de la vida social y ambos combinan el interés cientí­
Esto puede hacerse observando de forma comprensiva e ima- fico con las preocupaciones prácticas, intentando aplicar así su

30 31
conocí miento cié los problemas de su época tai como ellos los vísta antisocial del hombre; para Durkheim en cambio el
observan, Hobbes se preocupa del peligro que tenía la anar­ nombre nv es casi nada más que un conglomerado de deseos
quía que él experimentó en la violencia y confusión de la Gue­ no regulados, incontrolados y no especificados que el indivi­
rra Civil Inglesa. Durkheim se preocupa también del orden so­ duo no puede dirigir o limitar, y tiene que volver la mirada ha­
cial, pero su foco de interés no se centra en el conflicto físico, cía la sociedad para proveer los requisitos lingüísticos, raciona-
sino en la desintegración de la sociedad industrial moderna a les e institucionales que ordenen la vida humana. Para Marx,
través del declive de la comunidad moral y, por lo tanto, de la esto no pasa tanto ya que es bastante impaciente con la idea de
disciplina individual. Toda su empresa científica podría decirse una naturaleza humana que sea independiente de los contextos
que implica hacer recomendaciones para curar la ammie, enten- sociales particulares. Por lo tanto, un constituyente básico de
diendo por esto cLc.oJapsojdgLordcft-Soaal. — _ ----- cada„teQdsL.esJ a i.dea.que tengan del hombre, o k teoría-que-
De este modo, nuestros dos teóricos sociales ilustrativos defiendan de la naturaleza humana.
presentan las ansiedades v esperanzas que tienen de las socieda­ Una vez que tengamos una idea de lo que es d hombre, será
des que intentan definir, describir y explicar, y esto sucede en mucho más fácil identificar las funciones que cada teórico atri­
gran parte con casi todos los teóricos sociales. Marx, por ejem­ buye a la vida social Esto constituye, en sentido estricto, la
plo, anticipa impacientemente el colapso del tipo de sociedad teoría de ¡a sociedad. Para Hobbes, la sociedad tiene la limitada
liberal que Smith intenta justificar y consolidar. (Este es un as­ función, pero importante, de proteger al individuo de los actos
pecto que hace que Marx sea un teórico del cambio social por dañinos de sus compañeros y reforzar los contactos, dejando ai
contraste con Hobbes, Durkheim y casi todo el resto de los teóri­ hombre relativamente libre para que se provea de su propio ma­
cos sociales que se preocupan del orden social y la estabilidad.) terial y sus necesidades espirituales únicamente a través de las
Por lo tanto, nuestra primera tarea al tratar estas siete teo­ relaciones «externas» o contractuales que tiene con otros hom­
rías será exponer el método de estudio de la sociedad que cada bres. (Smirh acepta que esto forma parte por lo menos de la
teórico adopta e indicar qué motivos tiene pata emprender ese verdad, aunque sostiene que Hobbes omite aquel aspecto de la
estudio, en resumen, indicar el enfoque que hace de la teoría vida social que se basa en la simpatía mutua.) Pero la sociedad
social. que Durkheim defiende debe proveer a los hombres de un len­
En lo referente al contenido de las teorías sociales, se facili­ guaje, racionalidad, moralidad, y una religión, aparte de
tarán comparaciones punto por punto indicando al principió todo lo demás que se necesita pata que un ser que de otra for­
qué teoría del hombre defienden. Es imposible concebir una teo­ ma sería tan amorfo, pueda adaptarse a una organización so­
ría de la sociedad sin una concepción de la naturaleza humana. cial tan compleja. De esto resulta una realidad social en la que
No podemos comprender el análisis que Hobbes itace de la so­ los individuos están «internamente» relacionados en tanto que
ciedad, por ejemplo, sin saber que éste considera que los seres comparten un panorama común con sus compañeros en virtud
humanos son máquinas complicadas y relativamente autosufi- del cual sienten y están realmente unidos a través de su partici­
cientes impulsadas a conseguir su propia supervivencia y dota­ pación mutua en la misma realidad social. (Esto se aproxima al
dos de razón como el instrumento que sirve para descubrir ideal que Aristóteles tiene de la forma de comunidad cívica
cómo satisfacer sus apetitos. Su teoría social consiste en gran que es mejor y tiene algo en común con la proyectada sociedad
medida en hacer una lista de estos apetitos universales y de­ comunista.)
mostrar cómo entran los hombres racionales en la sociedad Dentro de estos amplios límites, Hobbes y Durkheim proce­
para satisfacer sus deseos presociales. Lo mismo puede decirse, den a desarrollar el panorama de las formas características de
aunque de una forma mucho menos extrema, de Aristóteles y la relación social y de su interrdación. Hobbes resalta la lucha
de Adam Smith, aunque ninguno de éstos adopta d punto de por el poder, la gloria y la riqueza y la forma en que éstas se re-

32 33

"i*®?*
la admiración que tiene tanto de la organización racional como
lacio nan por vina parre con la destrucción mutua y por otra del liderazgo carismàtico,
con los acuerdos contractuales, tratándose todas las situacio­ A pesar de las aspiraciones de algunos teóricos, las reco­
nes sociales de una mezcla de estos dos elementos. Durkheim, mendaciones que hacen no se siguen lógicamente del resto de
por otra parte, sostiene que si los hombres fueran como Hob­ sus teorías. Por ejemplo, podría suceder que í lobbes y Durk­
bes creía que eran, entonces no podrían hacerse contratos heim se sintieran indiferentes ante la anarquía o attornia que
que fueran efectivos. Todos los contratos, piensa, presu­ prevén como consecuencia natural de ciertos elementos de
ponen un consenso social subyacente que trata de la obliga­ sus sociedades, y evitasen, por lo tanto, sacar conclusiones
ción moral que se tiene de cumplir tales contratos. El objetivo prácticas, Pero, aunque las recomendaciones políticas y sociales-
de Durkheim es elucidar la base de este consenso moral del que se hacen no tienen en ningún sentido implicaciones
que dependen todas las relaciones sociales. de contribuciones descriptivas y explicativas, la fuerza
No es necesario que nos extendamos más a estas alturas res­ que tienen estas recomendaciones sí que depende a menudo en
pecto a cómo Hobbes, Durkheim y demás teóricos diferencian gran parte de los análisis sociológicos que se hayan hecho pre­
ios tipos de relaciones sociales y al modo en que construyen las viamente y es cierto que en los casos de Hobbes y Durkheim
explicaciones de los fenómenos sociales que describen. Hemos existe una estrecha afinidad entre sus descripciones y precrip-
visto cómo Hobbes retrotrae todo a la naturaleza universal del ciones.
hombre y cómo Durkheim desarrolla la parte que cada fenó­ En casi todo este capítulo se han discutido las semejanzas y
meno social juega en la complejidad de la totalidad del organis­ diferencias que hay en los ingredientes básicos de todas las teo­
mo social. Estos y otros temas serán tratados de nuevo en los rías sociales, particularmente en las de Hobbes y Durkheim
capítulos que siguen. Ya se ha dicho bastante para aclarar que cuyos contrastes son más notables. El objeto ha sido ilustrar
es lo que debemos buscar en el núcleo de una teoría social. los patrones característicos de las ideas que están ínter relacio­
Pero resultaría incompleto abandonar ahí el problema, ya­ nadas y que pueden encontrarse en todas las teorías sociales,
que cada teórico intenta sacar algunas implicaciones prácticas de aunque de hecho varíen de fondo según la época, la expe­
análisis que hace de la sociedad, implicaciones que están estre­ riencia social, los intereses personales, la perspectiva intelec­
chamente relacionadas con las razones que tiene para empren­ tual y la habilidad general dd teórico.
der en principio el estudio. Aristóteles estudia en detalle el en­ Según el análisis que hemos hecho de los elementos que
foque que cree que se acerca más a la comunidad ideal que de­ componen Jas teoríass sociales, después de desarrollar la vida y
fiende y que considera es practicable. Hobbes aconseja de for­ obra de cada teórico, se presentarían, sus ideas en términos de:
ma implícita al individua racional que se someta a las normas 1) el enfoque que hace de la sociedad; 2) la teoría que tiene
autoritarias de! soberano. Smith intenta suprimir las restriccio­ dd hombre; 3) la teoría que tiene de la sociedad; 4} ¡as impli­
nes que existen en la industria y el comercio, mientras que caciones .que ja teoría tiene en lo referente a los problemas
Durkheim hace un llamamiento al desarrollo, a través de la prácticos, y, finalmente, 5) la valoración de la teoría como un
educación, el ritual y la organización [»Ktica, de una concien­ todo y, donde sea relevante, se indicarán los desarrollos poste­
cia de grupo que se base en las divisiones funcionales de la riores o aquellos que estén relacionados con la teoría social.
vida económica y que se coordine a través del control toral de Los objetivos son los de proveer un mapa situando los rasgos
una «conciencia colectiva» que sirva de base a la unidad y di­ característicos de las teorías de la sociedad que difieren entre sí
rección del organismo social. Marx aspira, desde luego, al de­ y establecer algunas indicaciones para un estudio posterior.
rrocamiento revolucionario del sistema capitalista. Las aspira­ Antes de seguir discutiendo con más detalle qué es exacta­
ciones de Weber son menos fáciles de resumir, pero implican mente una teoría de la sociedad y cómo pueden compararse y

34 35
criticarse las teorías, debemos tomar conciencia de dos puntos sociales para obtener los puestos de poder, riqueza e influen­
importantes que están relacionados y que tratan de ¡as teorías cia, de modo que todas las teorías sociales más importantes se
sociales. El primero es que su naturaleza se cumple y se refuta relacionan, al menos en las mentes de mucha gente, con dife­
a sí misma y el segundo es su estatus ideológico. rentes perspectivas políticas. La obra de Adam Smith, por
Una teoría de la sociedad es diferente de una teoría de enti­ ejemplo, como expresión clásica de la economía liberal moder­
dades no humanas en tanto en cuanto su verdad o falsedad na, está claramente relacionada con la ideología del capitalis-
puede hasta cierto grado resultar afectada según se crea o no. mo oic_cMe.OiaL_mieritras_que_.1a_teoría. social _de-Marx-es-esen-
Las relaciones sociales que son reales pueden alterarse radical­ cial al análisis que hace de la explotación que tiene lugar en el
mente a través de las teorías sociales que comparten los parti­ sistema capitalista y de la anticipación que vaticina de la armo­
cipantes, haciendo así que las teorías se cumplan y se refuten a nía y libertad que será posible en una sociedad comunista.
sí mismas. Par ejemplo, si una persona cree que el conflicto Hobbes está considerado como uno de los primeros partida­
subyacc en toda interacción social, entonces tenderá a buscar rios del individualismo burgués, por el énfasis que hace de la
signos de conflicto en sus relaciones sociales y ayudará, por lo posesión y la adquisición, mientras que las ideas corporativas
tanto, a crear o intensificar los conflictos que pudieran no apa­ de Durkheim se dice que han prefigurado ciertos aspectos del
recer o que fueran menos notables si creyera en la posibilidad socialismo de estado o incluso de] fascismo.
de unas relaciones sociales armónicas. De forma similar, si una Los orígenes y usos ideológicos de las teorías sociales junto
teoría social predice ciertos cambios, como, por ejemplo, que al carácter que tienen de cumplirse y refutarse a sí mismas ha­
se tienda hacia más igualdad de oportunidades en las socieda­ cen que su valoración objetiva y neutral sea extremadamente
des industriales, esto puede ocasionar que se anticipen, y que, difícil. Esto nos demuestra por lo menos algunos de los conti­
por lo tanto, se fomenten los desarrollos en esta dirección, o nuos desacuerdos que existen acerca de la naturaleza de la so­
que se haga todo lo que se pueda para evitar que ocurra un ciedad y subraya la necesidad que hay de considerar el alcance
cambio que desaprueben. que tienen las teorías sociales. Peto al aclarar cuidadosamente
Debemos ser conscientes de que, por consiguiente, las teo­ las diferencias que existen entre una teoría y sus pretendidas
rías sociales, aunque no puedan producir por sí mismas unos implicaciones, y tomar conciencia de los posibles prejuicios
cambios sociales que sean radicales — y se discute mucho hasta ideológicos de su autor y partidarios, habremos dado por lo
dónde puede influir en d cambio social— , a menudo afectan menos un paso hacia adelante en la dirección del criticismo ra-
la realidad que describen y explican. La razón de esto es que i H Utíli,
las relaciones sociales se constituyen parcialmente por las Sabiendo que existen estas dificultades, podemos pasar en-
creencias que la gente tiene de sus sociedades y el lugar que li-tuvs a examinar más sistemáticamente qué puede hacerse
ocupan dentro de estas mismas sociedades. Las teorías de la •<-Hipa rundo y valorando críticamente estas teorías de la SO-
sociedad se encuentran, por lo tanto, en una situación compli­ US Lili.
cada ya que forman parte de la realidad que se proponen anali­
zar. Esto quiere decir que no podemos ignorar completamente
cualquier teoría que pueda ser creída y entrar, por lo tanto, en
la estructura de las relaciones sociales.
En segundo lugar, las teorías sociales son ideológicas por­
que las afirmaciones que de hecho hacen y que parece que son
más neutrales acerca de los fenómenos sociales se pueden
aceptar y usar en la competición que llevan a cabo los grupos

Vi
Lecturas recomendadas C apítulo II

Lxistcn muchas y buenas introducciones a la sociología que discu­ Comparación y valoración


ten qué significa teorizar sobre la sociedad. Se recomiendan especial­
mente ¡ntroducinfc Saiieiogy, ed. Peter Worsley (Penguin Books, Har- de teorías
mondsworth, 2 .* edición, 1977) y Petcr L. Berger y Rrigicie Bergcr,
Socioiogy: A Biographkal Approach (Penguin Books, Marmondsv-ort,
1970). En d capítulo primero he planteado la naturaleza confusa
Para un tratamiento más abstracto de la teoría social véase Ver non que tiene la realidad social y he establecido un esquema para
Pratt, The Philasophj o f tbi Social Science! (Methuen, Londres, 1 9 (8), analizar las teorías de la sociedad dividiéndolas en partes que
Pueden encontrarse algunas lúcidas discusiones acerca de la naturaleza pueden utilizarse para su exposición y discusión. En la segun­
de la explicación social y la relación que existe entre la ciencia social y da parte veremos que este esquema se ajusta mejor a algunas
la ideología en Michael Lessnoff, Tbe Sirucíure of Social Science (Alien teorías que a otras porque cada teoría tiene énfasis y presuposi­
and Unwin, Londres, 1974). ciones particulares, pero se demostrará que es un recurso ex­
Acerca de las teorías de la naturaleza humana véase Martin Hollis,
positivo útil considerar primero el enfoque general y el méto­
M odeh o f Man (Cambridge Cniversity Press, Cambridge, 1977),
La lectura de Hobbes y Durkbeim se recomendará al final de los ca­ do que cada teórico defiende, para pasar más tarde a la idea
pítulos IV y Vi l , respectivamente. Una extensa presentación del (¡pe­ que tiene de la naturaleza humana, las descripciones que le son
de contraste que hemos indicado que existe entre Hobbes y Durkhcim características y las explicaciones que hace de los procesos so­
está incluido en un artículo de Alan Dau-e, «The Tw o Sociologiesa, ciales, continuando después con un examen de las implicacio­
B ritishJournal i f Sociology, vol, xxi, núm. 2, junio de 1970. nes prácticas que pueda tener la teoría. Aplicar este patrón a
cada teoría nos ayudará a compararlas y a valorar la relatividad
de sus métodos. Y a que identificar las diferencias que existen
entre las teorías de la sociedad tiene poco sentido porque nos
perdemos en cuanto tenemos que elegir entre ellas, completaré
el estudio que hago de cada teoría intentando aclarar sus pun­
tos fuertes y débiles y hasta dónde pueden defenderse contra
sus críticos, indicando por qué se ha abandonado, modificado
o desarrollado a la luz del criticismo.
En este segundo capítulo introductorio expondré las princi­
pales divergencias que existen entre los teóricos y presentaré

39
algunas escalas o parámetros de divergencia con los que pode­ Pero aunque esto suministre un fundamento común pata mu­
mos situar cada teoría. Pasaré más tarde al demento crítico de chos teóricos sociales, la idea de que una sociedad es esencial­
nuestra tarea estableciendo los criterios que esperamos que mente un orden normativo de proltibiciones y prescripciones
una buena teoría debe satisfacer y mencionaré algunos de los
que se transmite socialmente es un tema de discusión entre
errores comunes en los que tienden a caer los teóricos. De este aquellos que consideran que las normas sociales tienen menor
modo, disponiendo de algunos instrumentos comparativos y significación o son los productos de otros factores, pretendida­
críticos, procederé entonces al análisis y valoración de las mente básicos, como, por ejemplo, las necesidades biológicas o
teorías. las fuerzas económicas.
----- El-heeho de- q ue exi st a un d esacuerdo t an ~radical acerca de
los fundamentos hace que sea difícil e infructuoso intentar for­
P arámetros sociológicos mular un núcleo común de las doctrinas sociológicas. No exis­
te una teoría social que haya sido establecida mediante el con­
Una sociedad — o un grupo que se dé dentro de la socie­ senso. No obstante, pueden indicarse algunas dimensiones o
dad— es una forma de orden: implica ia existencia de unos pa­ parámetros en cuyos términos puedan compararse entre sí las
trones de interacciones que de forma regular se repiten en los teorías. Esto no hace que nos comprométannos con la idea de
seres humanos. Este orden no es necesario que se de sin con­ que la teoría «correcta» deba significar algún tipo dé compro­
flicto alguno o incluso sin violencia, y su alcance varía clara­ miso entre las polaridades que tiene cada dimensión. En esta
mente de sociedad en sociedad. Pero si las interacciones huma­ sección optaré por este enfoque y sugeriré algunos de los pará­
nas no están modeladas de algún modo entonces no forman metros que pueden desarrollarse para sacar a relucir las princi­
parte de una sociedad. Yo he indicado esto señalando que una pales diferencias que hay entre las teorías sociales.
sociedad no es simplemente un conjunto o reunión de seres Utilizo el término parámetro para referirme a un gran eje o
humanos, sino de un agrupa miento ordenado a través de unas área donde podemos situar un factor específico o un elemento
regularidades discerní bles de interacción. de una teoría y determinar así la relación que tiene con cuales­
Trascender tales afirmaciones generales significa que los quiera de las dos posturas extremas que representan ios fines
teóricos no se pon en muy de acu erdo so bre la naturaleza de
opuestos de su única peto gran dimensión. Los parámetros sir­
los fenómenos sociales. Una gran parte de los teóricos afirman
ven de ayuda en teoría social por tres razones. En primer lu­
que las sociedades humanas, a diferencia de las animales, de­ gar, hay pocas teorías sociales que puedan encasillarse en unos
penden m uy p o c o de los patrones de conducta que han hereda­ compartimentos que se diferencien de forma nítida. Se nos
do genéticamente (sin embargo, véase la discusión que lleva a ofrecen algunos «o esto o lo otro» y muchos «más o menos».
cabo la sociobiologia, págs. 111-1 13). Muchos teóricos enfatizan (Por ejemplo, casi todas las teorías son «individualistas» hasta
la significación social que tienen las distintivas capacidades hu­
cierro punto.) Sirve de ayuda, por lo tanto, tener un esquema
manas, como, por ejemplo, el habla y la racionalidad, que ha­
de interpretación que dé esto por supuesto. En segundo lugar,
cen que los hombres aprendan y alteren los estándares de con­ las teorías sociales no pueden situarse en una simple escala o
ducta que se espera que tengan y las actitudes que prevalecen
«estrecha» dimensión que pudiera representarse por la linea
dentro de su propio grupo particular. Esto lleva a la idea de
recta que exisre entre dos polaridades que están claramente de­
que una sociedad se constituye por las reglas o normas que se
finidas. Esto se debe a la variedad que existe entre los diferen­
expresan en sus códigos morales y legales, convenciones mo­
tes subtipos que se dan. (Por ejemplo, hay muchas versiones
rales y preceptos religiosos. Esta idea se expresa diciendo que
diferentes del «individualismo» y del «holismo», por lo que no
la sociedad humana se basa en la cultura y no en el instinto.
puede darse ninguna oposición que sea clara o simple entre es-

40 4!
tas dos posturas que son generalmente conflictivas.) í£i con­ — los contenidos de conciencia— parecen que son tipos de co­
cepto de parámetro intenta aprehender esta idea de espacio ló­ sas completamente diferentes de las entidades materiales, bien
gico dentro del cual pueden situarse los elementos de una teo­ sean sólidos, fluidos, gases o partículas electrónicas. Por ejem­
ría. En tercer lugar, el concepto de parámetros sociológicos plo, no podemos imaginamos lo que significa tocar un pensa­
hace que podamos hacer resaltar el hecho de que teorías que miento, medir el tamaño de un sentimiento o determinar la
difieren en algunos aspectos sean muy similares en Oteos. Mu­ masa de una decisión. Tenemos conciencia de ios objetos ma­
dáis variables sociológicas son relativamente independientes teriales, pero la conciencia en sí no parece que sea un objeto
entre sí- Es mejor que consideremos, por lo tanto, una teoría tangible^De_aquí_el_agarentc__abisino_que existe, entre la expe­
social en términos de un número de diferentes divergencias“ riencia subjetiva o conciencia y el mundo objetivo de los obje­
que nos contentemos más bien con la cruda etiqueta de la teo­ tos materiales.
ría como un todo. Esto sirve para que prestemos atención a al­ Los seres humanos tienen cuerpo y fotrnan, por tanto, par­
gunas similitudes inesperadas así como a unas diferencias que te del reino de la materia, pero tiene también espíritu, senti­
son evidentes y que se dan entre las teorías miento y voluntad, y forman pane, por lo tanto, de ¡o que
La elección que he hecho de ios parámetros es personal. Es parece ser un tipo de realidad espiritual completamente dife­
cierto que sería fácil añadir muchos más a la lista que he esta­ rente. Este aparente dualismo de la naturaleza humana subyace
blecido. Pero los que he elegido proveen al menos una base en las discusiones que se llevan a cabo entre los idealistas filo­
inicial para analizar, comparar y valorar las teorías sociales. Va sóficos; los últimos sostienen que, en último término, todo, in­
hemos tratado algunos en el capítulo primero, pero iremos cluso la conciencia, puede reducirse a Jas características de ios
objetos materiales que son, de hecho, las únicas cosas reales que
construyendo otros sobre la marcha.
hay en el universo. Los idealistas filosóficos adoptan la línea
opuesta y afirman que la materia sólo existe en ej espíritu de
1, E l parámetro idealista-materialista
un ser que percibe y piensa, bien sea dios u hombre, de mane­
Una de las divergencias más fundamentales que se dan en ta que en última instancia sólo puede decirse de forma apro­
teoría social es la que surge entre aquellos que piensan que las piada que existen los espíritus.
sociedades humanas son una expresión del espíritu o concien­ El sentido común parece que está a favor de una postura de
cia y los que estudian las sociedades en términos de propieda­ compromiso (denominada dualismo filosófico) que acepta la
des físicas o materiales. Los primeros pueden denominarse realidad tanto del espíritu como de la materia. Pero ei dualis­
idealistas sociológicos, los segundos materialistas sociológicos. mo se encuentra de nuevo ante la dificultad de tener que expli­
Las etiquetas «idealista» o «materialista» no se utilizan aquí en car cómo interactúan entre sí tipos de entidades que son tan
un sentido mora! o vaiorativo por el cual un «idealista» es el diferentes como el espíritu y la materia, ¿Cómo puede una cosa
que tien e unas altas aspiraciones morales y un «materislista» al­ que es invisible, incuan tífica ble e intangible como un senti­
guien a quien sólo le importa el dinero o las posesiones. Para miento afectar a una substancia visible, mensurable y palpable
nuestros propósitos estas etiquetas describen en el primer caso ' orno es un músculo, y viceversa? ¿Que influencia mutua po­
a quienes creen que la realidad social consiste principalmente dría haber entre esos dos tipos de ser tan diferentes?
en ideas (los «idealistas») y en el otro, aquellos que piensan que Si d sentido común dualista acepta simplemente como un
es un tipo de materia (los «materialistas»), liirho innegable que existe tai interacción entre e! espíritu y la
L'na de las características más enigmáticas cíe la experiencia materia esto deja sin resolver otra cuestión importante, a sa-
humana es la aparente dicotomía que existe entre el espíritu y l*-i. la relativa importancia que tienen estos dos tipos de reali-
la materia. Ei pensamiento, los sentimientos y las decisiones fj.l diferentes en su interacción mutua. ¿Domina el espíritu a

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la materia, o la mate tía al espíritu? ¿Estamos tratando dos enti­ Esto significa que pensar que la sociedad es un orden normati­
dades que son igualmente importantes e influyentes? Cuando vo de reglas es considerarla en términos idealistas. Será útil
responden rales cuestiones los dualistas tienden o bien hacia el que a estas alturas hablemos un poco más acerca de este arden
idealismo haciendo del espíritu el factor controlador, o bien social normativo tal y como lo concibe el idealista sociológico.
hacia el materialismo enfatizando el poder que tiene la materia Se dice que las reglas son centrales a toda actividad humana.
sobre el espíritu. En lo que a esto se refiere, podemos ver que Más evidentes son las reglas de la moralidad y derecho que
pueden darse una variedad de posibles posturas entre el idea­ prohíben, exigen o permiten todo tipo de acciones, pero las re­
lismo puro y e! materialismo puro. glas que gobiernan toda la conducta aprendida son menos evi­
— El-eont-raste-entie-idealismo-y-materialismo surge-en teoría dentes. Existen reglas dequegos como de actividades intelec­
social con la división que existe entre aquellos que piensan que tuales como, por ejemplo, la aritmética, y no se podría apren­
la sociedad es principalmente un fenómeno mental que se ana­ der de ningún modo sin las reglas que gobiernan el uso de las
liza en términos de pensamientos, sentimientos y divisiones palabras. El lenguaje, como la propiedad, dependen de los es­
(los idealistas sociológicos). Hablando estrictamente el idealista tándares que se aceptan de la conducta que se considera co­
sociológico se adapta a menudo a aquellos fenómenos menta­ rrecta (en este caso el habla). Es verdad que las reglas del len­
les a los que se refiere como normas sociales, esto es, aquellas guaje ilustran la mayoría de las reglas en las que se basa el or­
reglas de las que son conscientes los miembros de una socie­ den social, en tanto en cuanto se cumplen normalmente sin
dad y por las que dirigen k conducta que tiene entre sí. Este pensar y de forma automática como resultado de un largo pro­
tiende a considerar que el orden social se gobierna por medio ceso de aprendizaje y costumbre.
de reglas y, por lo Lamo, como un fenómeno mental más bien Mientras que el contenido y el alcance de las reglas varía
que físico. enormemente y el grado de adaptación a las reglas difiere de
En un sentido más general, una regla es cualquier enuncia­ sociedad en sociedad, el idealista sostiene que tal orden tal y
do al que dado un determinado tipo de situación le correspon­ como se dí en las sociedades humanas se basa en reglas en lo
de un determinado tipo de conducta, o que es apropiada, o se referente a que los miembros de una sociedad tengan concien­
requiere, a cierros tipos de personas. Se dice, por lo tanto, que cia de lo que es correcto hacer, o lo que se exige de ellos en si­
una regla es más bien «prescriptiva» que descriptiva de la con­ tuaciones diferentes y estar así dispuestos a cumplir esas reglas
ducta en tanto dice lo que hay que hacer en vez de lo que se ha en casi todas las ocasiones. Las reglas que se relacionan direc­
hecho, fisto no quiere decir que sea una predicción acerca de tamente con las interacciones que se dan entre las personas se
lo que se habrá hecho, ya que enuncia lo que debe suceder, y denominan «normas» sociales si tienen la función de regla­
esto deja abierta la posibilidad de que pueda no suceder; las re­ mentar tipos estándares de interacción. E l contenido caracte­
glas pueden ignorarse, no Cumplirse o transgredirse, o cum­ rístico de las normas sociales puede expresarse en el lenguaje
plirse, sin que su estatus como reglas disminuya lo más míni­ de los derechos y obligaciones. Si existe una regla que indica
mo. Desobedecer tina regla no significa negar la existencia o que las personas de tipo A dada una situación de tipo S tienen
justificación de tal regla, Las reglas no son, por lo tanto, gene­ que actuar o abstenerse de actuar de cierta forma con personas
ralizaciones, como lo son las leyes científicas, que pueden refu­ de tipo B, entonces se dice que A tiene un deber u obligación
tarse demostrando que no describen acontecimientos reales. con B, y B tiene el derecho de que A actúe o se abstenga de ac­
Las reglas se proponen hacer constar lo que es correcto, no lo tuar en la forma que se ha especificado. Por lo tanto, los terra­
que necesariamente es el caso. Pero los estándares de correc­ tenientes pueden tener derecho, bien por ley o por convención
ción, y las nociones de correcto y erróneo que utilizan, parece social, a que otras personas no entren en su territorio sin per-
que son, ante ello, más bien entidades mentales que materiales.

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por los roles de! director, trabajador, accionista, etc.), y un
miso, de modo que estos otros tienen d deber de no entrar ile­ club (con sus socios, miembros del comité, presidentes, etc.).
ga ¡mente. Por lo tanto, a partir de la idea de que existe una persona
Utilizando d concepto de norma social el idealista puede que cumple, o que está obligada a algo por una regla,y exten­
pensar que la sociedad es el conjunto de reglas, toles e institu­ diendo esto a la idea de una petsona que ocupa un puesto o rol
ciones. Algunas normas sociales, como, por ejemplo las prohi­ que tiene varios derechos y obligaciones, y que forma parte,
biciones de matar a otros seres humanos o robarles su propie­ por lo tanto, de algo que implica que hay que comportarse de
dad, afectan generalmente a todos los miembros de una socie­ una forma que está reglamentada por reglas en lo referente a
dad, pero en otras los derechos y obligaciones concernientes otras personas que tienen otros roles que están interconecta-
afeetan-sólo a cierta clase o tipo de personaT como, :xir dos con su rol, constituyendo así una institución, un idealista
plo, los padres, ios terratenientes o los chóferes. Cuando un sociológico puede llegar a la idea de estructura social como la
número de normas sociales afecta a cierto tipo de persona en­ totalidad de tales medidas institucionales. Algo parecido puede
tonces se considera que es normal hablar de «rol» social, en­ encontrarse en la síntesis que hace Talcott Parsons de las ideas
tendiendo por esto la postura que tiene el individuo a quien se de Durkheim y Weber.
aplica un conjunto de derechos y obligaciones. Por lo tanto, Los idealistas sociológicos no son los úricos que desarrollan
los terratenientes tienen normalmente ciertas obligaciones re­ las nociones de' normas sociales, roles sociables e instituciones
lacionadas con su territorio, como, por ejemplo, el derecho a sociales. Lo característico de su postura es que piensan que
utilizarlo, alterarlo o venderlo. Los hijos, al crecer, adquieren esta estructura normativa debe entenderse que forma parte de
ciertas obligaciones dentro de la familia, al igual que cienos un reino mental o espiritual que tiene vida y naturaleza pro­
derechos, como, por ejemplo, c! derecho a una educación. Por pias. Esto tiene como consecuencia la pretensión «ortológica»
consiguiente, los soldados, carteros, políticos, gerentes, profe­ de que las normas sociales tienen una existencia no material y
sores, y así sucesivamente, cada cual tiene un conjunto caracte­ la tesis que explica que tales normas sociales contribuyen impor­
rístico de derechos y obligaciones. tante y abrumadoramente a los logros de las sociedades humanas.
La ¡dea de rol como aquella parte que llevan a cabo las per­ En esto se oponen a dos tipos de materialistas. En primer
sonas que defienden un tipo de postura particular en la socie­ lugar se encuentra el «conductista», que sostiene que los enun­
dad es la idea que un idealista sociológico puede utilizar para ciados sobre las supuestas entidades mentales hacen referencia
construir la noción de la estructura social — término que se da realmente a la conducta observable: de este modo, un motivo
al marco normativo al que se ajustan los individuos en tanto se convierte en la disposición a comportarse de cierto modo y
en cuanto forman parte de un orden social. El conjunto de los un sentimiento, como, por ejemplo, la felicidad, se equipara a
derechos y obligaciones que se adhiere a cada postura es com­ las contracciones musculares, como, por ejemplo, las que están
plementario y prevé de este modo una base para que se dé implicadas al sonreír. Para el conductista las normas sociales
una colaboración entre aquellas posturas que lo forman, las consisten en patrones regulares de conducta que pueden ob­
cuales, aunque sean, diferentes, están relacionadas. Los hijos, servarse públicamente, particularmente la regular aplicación
madres, padres, cías, tíos y así sucesivamente, ocupan puestos de la presión psicológica o d castigo físico que impone a aque­
cuyos derechos y obligaciones se ensamblan para formar «Ja llos individuos que transgreden los patrones normales. Esto
institución» de la familia, ya que cada cual forma parte de un elimina las normas sociales de la esfera ideal.
patrón de relaciones que sostiene una forma de coexistencia y Una segunda postura, más débil, que puede también deno­
cooperación en viviendas un ifamiliares. Lo mismo sucede en minarse materialista (y recuérdese que estamos tratando pará­
otras instituciones como, por ejemplo, las empresas (formadas metros y no eneas i1larri lentos), no reduce las normas sociales a

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categorías materiales, sino que evita el orden normativo, bien
palabras, «moral»— de las relaciones sociales, Pero, como ya
sea afirmando que Jas normas sociales son meras expresiones
veremos, al igual que Weber, sostiene que el orden moral tiene
de factores materiales subyacentes (postura que se denomina
sólo una independencia relativa de ios factores económicos na­
«epifenomenismo» cuando se discute entre las versiones filosó­
turales, la geografía física y el grado de población,
ficas del idealismo y del materialismo), o afirmando que tienen
poca importancia en lo referente a los determinantes decisivos
de la conducta social. Esto significa aceptar la postura ontológi-
ca que defienden las normas sociales idealistas, pero negar que
2. E l parámetro descriptivo-normativo
tenga un significado explicativo en teorfa social.
Por lo tanto, Marx (al menos según la interpretación que
Casi todas las teorías intentan no sólo decirnos lo que es la
hace Engels) es definitivamente un materialista, pero sólo en el
sociedad, sino que hacen también recomendaciones para mejo­
sencido más débil ya que considera que todas las reglas mora­
rarla. Lo primero es e) elemento real o «descriptivo» de una
les, religiosas y legales expresan los intereses materiales de la
teoría, lo segundo e! «normativo», prescriptivo o evaluativo.
dase social dominante, Pero no niega'la existencia de la con­
Las teorías difieren según estén a favor o en contra de uno u
ciencia y la idealidad de las creencias normativas. Hobbes es,
otro, y por esta razón podemos hablar de un parámetro des­
cómo veremos, totalmente un materialista en el sentido fuerte
criptivo- normat ivo.
(al menos aspira a serlo) va que intenta dar cuenta de todo, in­
El término «normativo» tiene que utilizarse con cuidado. La
cluyendo tos procesos psicológicos, como «matena de movi­
sociedad idealista es por definición un orden normativo, y to­
miento». Pero Adam Smith, por ejemplo, aunque intenta algo
das las teorías tienen que ver hasta cierto punto con las nor­
parecido a Hobbes demostrando que los procesos mentales y
mas. Los teóricos sociales, según hemos notado, difieren entre
emocionales están gobernados por principios que se parecen
sí sobre lo que son las normas: si, por ejemplo, han de Ser
mucho a las leyes del movimiento, no identifica las leyes que
amenazas (como sostienen algunos materialistas) u objetos de in­
gobiernan el mundo físico y el mental. No se compromete,
tuiciones racionales (postura idealista), pero todos ellos tien­
por tanto, con lo que he denominado materialismo fuerte,
den de algún modo a describir la naturaleza, el contenido y el
pero, por otra parte, tiende por lo menos hacia la versión más
funcionamiento de las normas, y deben ofrecernos alguna in­
débil del materialismo cuando considera los factores que, se­
formación acerca de las normas sociales que se cumplen en so­
gún él, son importantes para la explicación sociológica (como,
ciedades particulares. En este sentido todas las teorías sociales
por ejemplo, el interés económico y la fuerza física).
son normativas, Pero, por esta tazón, no sirve de ayuda que
En el otro extremo, Schutz, considerando las ideas de We-
utilicemos «normativo» para referirnos a cualquier teoría que
het, es de nuestros siete teóricos quien más se aproxima a la trate de normas, aunque sea de forma descriptiva.
postura idealista, por lo menos en lo referente a la primacía de Describir normas no es igual que realizar un enunciado nor­
la conciencia, aunque Aristóteles, como cree que existe un or­ mativo, al igual que describir un juego tampoco es jugarlo, por
den moral objetivo que la conciencia del individuo sabio debi­ lo tanto, reservare el término «normativo» para afirmar (o cri­
damente entrenada conoce, su postura es más típica de un ticar y evaluar) el tipo de normas y conducta que acontecen
idealismo tradicional que enfatiza la existencia que tiene el rei­ cuando nos comprometemos a hablar de moralidad, por ejem­
no espiritual que existe fuera y más allá de la conciencia huma­ plo, salvo cuando nos preguntamos qué debemos hacer, cuando
na. Pero en esto no va tan lejos como su antecesor Platón. esto implica que nos preguntamos no lo que de hecho se espe­
Durkheim también, en su concepto de la conciencia colectiva, ra de nosotros. Tales cuestiones no pueden responderse sin
otorga un rol central al aspecto mental — o, según sus propias adoptar cierto estándar o ideal de lo que deberían ser ciertas
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fe normativo e incorporan alegremente una medida de prescrip­
relaciones sociales o la concucta individua!. La moralidad, en ción en sus teorías. Pero por la controvertida naturaleza que
este sentido, es una actividad crítica ya que hace que surjan tiene el método apropiado para justificar cualesquiera asercio­
ciertas cuestiones que tratan lo correctas que deban ser las nes normativas y la incorregibitidad que existe en los desa­
normas sociales. cuerdos valorativos, teóricos modernos como Marx, Durk-
E s una cuestión complicada de filisofía práctica saber dónde heim y Weber intentan depurar sus teorías de todos los ele­
marcar exactam en te el límite que existe entre las aserciones mentos normativos y presentan un sistema de pensamiento que
descriptivas y las normativas. Lo más normal es ditinguir en­ - es-purameóte "descriprivor_Es TtiéTto que muchos pensadores
tre los enunciados de hecho que pueden verificarse y cualquier sociales modernos presumen de que el contenido de sus teorías
tipo de recomendación. Pero en realidad algunas recomenda­ se encuentra, según la frase de Weber, «libre de valor», aunque
ciones son, en parte, pretensiones concretas ya que nos dicen pocos, si es que alguno, consiguen un éxito completo al inten­
simplemente la mejor manera de alcanzar Jos objetivos que de­ tar hacer buena esta afirmación. Tenemos, por tanto, que si­
seamos, esto es, se trata de los mejores medios para los fines tuar cada teoría en el parámetro descripri vo-nor mativo, tanto
que se han asumido, y son, hablando técnicamente, más bien
«hipotéticos» que «categóricos». Podríamos decir que las valo­
u por las intenciones que manifiesta como a la luz de sus realiza­
ciones concretas. Un factor importante en lo referente al enfo­
raciones germinas o las prescripciones tratan de la elección de que que defiende el teórico social son los esfuerzos que hace
los fines u objetivos últimos de las actividades humanas- Se cuando se confina a empresas que son descriptivas y explicati­
dice a menudo que esta es la esfera de la moralidad. Peto es vas así como relevantes para el material que posee, pero tene­
evidente que, además de los valores morales, existen otros mos que tener cuidado también de la facilidad con que los ele­
cuando valoramos los fines; los valores estéticos, por ejemplo, mentos normativos invaden tales teorías, a menudo sin Ja ar­
o los juicios sobre la belleza, es obvio que son tan normativos gumentación que sirve de apoyo y que está presente en teorías
como los juicios morales. Y en teoría social se puede afirmar más abiertamente normativas.
que los juicios legales, políticos y religiosos, por ejemplo, no
pueden reducirse a los morales y, sin embargo, es evidente que
son valorad vos o prescripdvos. 3. E l parámetro individualista -bolista
La dificultad que tiene determinar dónde debe marcarse
exactamente el limíte que existe entre las aserciones descripti­ La diferencia quizás más fundamental y persistente que exis­
vas y las normativas aumenta, sin embargo, en vez de dismi­ te entre las teorías sociales es la significación que se atribuye a
nuir, la importancia que tiene distinguir entre los dos tipos de las características del individuo humano por contraste con las
aserción porque el tipo de evidencia que es relevante.para la cualidades de los grupos o de la sociedad considerada como un
prueba de los enunciados descriptivos es muy diferente del todo en lo concerniente a la explicación de la conducta.
tipo que trata de justificar las aserciones normativas; las obser­ Ya hemos notado, al comparar a Hobbes y Durkheim, que
vaciones de lo que es o ha sido el caso no establecen lo que Hobbes es un «individualista)) en tanto que deduce toda la or­
debe hacerse o qué situaciones son deseables por sí mismas. ganización social de las propiedades que tienen los seres huma­
Mantener que lo que debe ser el caso se sigue lógicamente de nos indi viduales autónomos, personas formadas completa e in­
un enunciado sobre lo que es el caso es un error común que dependientemente de sus relaciones sociales; por otro lado,
se denomina «falacia naturalista». Más adelante veremos que se Durkheim es un «hoJista» porque considera que la sociedad es
trata de una trampa en la que caen muchos teóricos sociales. una forma independiente que da forma y substancia a la vida
Teóricos sociales premodernos como Aristóteles, Hobbes y de la persona individual. Se trata sencillamente de la manifes-
Smich no le dan mucha im portancia a! parámetro descriptivo-

W
ración de! antiguo contraste que existe entre el individuo y ia sociedad, tan su forma extrema ■—como, por ejemplo, en d
sociedad, problema que adopta muchas formas y que presenta fascismo o socialismo totalitario— el holismo valorativo exige
rodas las complejidades del dilema que trata si existió antes el la total subordinación del individuo a la sociedad o a| estado
huevo o la gallina, porque en cualquier situación social real pa­ sin que esto se justifiue a su vez por los beneficios que los indi­
rece que es difícil poder decir si las características de los indivi­ viduos derivan de las instituciones sociales y políticas.
duos son las causas o los efectos del tipo de grupo o sociedad En su aspecto descriptivo, el individualismo es bastante
en la que viven. Adam Smith es quizás quien mejor ejemplifica complejo. Su tesis central es que la conducta de los individuos
la postura de compromiso ya que acepta que existe una unifor­ se explica a] final en términos de una teoría de la naturaleza
midad básica que subyace a la naturaleza humana que esta, no humana mejor que haciendü'réfefeñcia^'a'uñaTébría de la socie­
obstante, moldeada hasta cierto punto por la experi£ñcía~sod'al dad. Aquí hay implicados en realidad dos problemas. El pri­
del individuo. mer problema es si 'ja sociedad puede describirse en último tér­
La diferencia que hay entre las teorías individualistas y las mino sin hacer referencia a las categorías sociales. De modo
holistas elimina la que existe entre la descripción y la valora­ que, ¿podemos decir qué significa para una persona represen­
ción porque el individualismo puede ser o una tesis descriptiva tar el rol de padre o economista sin hacer referencia a la insti­
o una valorativa. Valorativamente, el individualista mantiene tución de la familia o a la existencia de grupos profesionales?
que sólo tienen importancia los individuos: los intereses, de­ En el caso de la paternidad, puede pe usarse que esto sepucdehacer
seos y felicidad del individuo es lo que cuenta a la hora de de­ citando los hechos de la paternidad biológica que por sí mis­
terminar las prioridades morales y políticas. En sí mismo esto mos no se refieren a la institución social de la familia, pero
puede apenas discutirse a menos que se especifique más la tesis puede suceder que no podamos decir realmente qué significa
valoradva diciendo que lo que importa de los individuos es su ser padre en una sociedad particular sin hacer referencia a las
«individualismo», entendiendo por esto que poseen las cualida­ normas sociales de la paternidad que pertenecen a esa misma
des de distinción, diferencia e independencia de otros, o ser au- sociedad.
tosuñeientes y tener éxito en situaciones competitivas, Sin em­ Se trata de una cuestión aparte, sin embargo, el problema de
bargo, se puede aceptar — como hace incluso Marx— la idea hasta dónde debe explicarse tal conducta, una vez descrita, en
general de que, hablando moralmente, sólo cuentan los indivi­ términos de sus características individuales o sociales. La con­
duos sin ten er que adherirse a los valores de lo que puede de­ tienda central de lo que se denomina «individualismo metodo­
nominarse como individualismo «vigoroso» o competitivo que lógico» es que los fenómenos sociales, cualquiera que sea su
defiende la ideología «liberal» extrema por cont raste con el indivi­ descripción, se explican sólo haciendo referencia a las inten­
dualismo más socialista que enfatiza la naturaleza esencialmen­ ciones, motivos y atributos de los individuos, mientras que el
te cooperativa de !a autorrealización humana. Según esto, tan­ «holismo método lógico», en su forma más extrema, adopta el
to Hobbes como Durkheim son individualistas valorarivos en punto de vísta opuesto y afirma que todas las explicaciones so­
el sentido amplío de la palabra, decidiéndose Hobbes por la ciales terminan en hechos sobre las sociedades, como, por
versión competitiva de la tesis y Durkheim por la cooperativa. ejemplo, el grado de población, la extensión de la división del
Pero s e dan también en Durkheim (y algunos dirían que en trabajo, y así sucesivamente. En este punto es donde nos en­
Aristóteles y Marx) algunos elementos del bolismo va ioran vo, contramos el contraste más evidente que existe entre el indivi­
esto es, la tesis que mantiene que los intereses de la sociedad dualismo de 1lobbes y Smith por un lado y el holismo de
tomada como un lodo son anteriores a los de los individuos, Durkheim y Marx por otro.
especialmente en aquello que esos individuos consideran que
es «antisocial», no adaptándose así a la unidad orgánica de la

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pueden separarse del argumento empírico que estudia el grado
de consenso que existe en las sociedades reales.
4. E l parámetro consenso-conflicto La teoría de Hobbes es descriptiva e individualista, y asume
un elemento importante del conflicto que se da en todas las re­
Referente a este parámetro, en uno de sus extremos se en­ laciones sociales, a diferencia de Durkheim, quien es un teóri­
cuentran aquellas teorías que defienden que la sociedad es el co descriptivo (y quizás normativo) y bolista que enfatiza la a r­
resultado de) conflicto organizado y la competición — bien sea monía consensual, pero referente al problema de considerar
entre individuos 0 entre grupos— que éstarideterm 1nado por las sociedades como arenas de conflicto no siempre se diferen
las diferentes formas de poder o coacción, bien sea económica, da del parámetro individualista-holista. Marx, por ejemplo,
política o «espiritual» (esto es, manipulando las creencias y los mantiene una teoría holista que se ha convertido en la teoría
sentimientos). E n el otro extremo se encuentran aquellas teo­ descriptiva clásica del conflicto social, tratándose en su caso de
rías que consideran que el conflicto es sólo un problema super­ la lucha que existe entre las ciases sociales.
ficial que obscurece grandes áreas del acuerdo o consenso por E l parámetro consenso-conflicto está estrechamente vincu­
el que establecen los valores básicos y los principales modos de lado al concepto de poder o a la capacidad de obtener la con­
organización social. descendencia a nuestros deseos frente a quienes se oponen a
La existencia continua de cualquier sociedad exige un grado esos deseos. Ejemplos evidentes de esto son el uso de la fuerza,
de adherencia a las normas compartidas, pero ésta rio conduce o del dinero. Pero surgen dificultades conceptuales acerca del
necesariamente al consenso en el sentido de adherirse volunta­ «poder» de moldear la opinión, creencia o valores y conseguir
riamente a las normas en cuestión. La conformidad puede ser así un consenso que de otra forma no habría existido. Si esto
el resultado de sanciones, bien sea mediante la fuerza bruta se trata de una forma de poder, entonces un consenso que apa­
con la que se amenaza a los «que no cumplen la ley» O por pre­ rentemente se desea puede considerarse que es todavía la con­
siones más sutiles, como la opinión pública o el ostracismo so­ secuencia del ejercicio del poder. De aquí la importancia que
cial. Y es, desde luego, la «sanción» de la necesidad económica tienen conceptos tales como «socialización» y «falsa concien­
la que obliga a la gente a actuar como si compartieran los valo­ cia» que se dan en las teorías sociales, ya que según hasta don­
res de los individuos que controlan o de los grupos que existen de se considere el proceso de aprendizaje como un problema
dentro de una organización social. Las teorías que son partida­ del libre cambio de ideas y conocimiento o como la manipula­
rias del conflicto enfatizan estos elementos de coacción y po­ ción de las creencias y valores que son socialmente relevantes,
der, mientras que las teorías del consenso tienden a asumir que es una de las variables clave que tiende a perderse en cual­
las sanciones pueden sólo utilizarse de forma periférica para quier cruda distinción que se haga entre las teorías de conflic­
lograr el orden social. to y consenso,
Este parámetro adopta también tanto una forma valoradva Mientras que las teorías dd conflicto enfatizan el poder (la
como una descriptiva, ya que la eliminación del conflicto y el capacidad de obtener condescendencia a nuestra voluntad
dominio aparece a menudo como un ideal social — como ocu­ frente a quienes se oponen), las teorías del consenso defienden
rre, por ejemplo, en Aristóteles y Marx-—, mientras que por más la idea de autoridad (d derecho a establecer reglas y exigir
otro lado existen también aquellos que consideran que el con­ que se obedezcan). Allí donde se fundamente este derecho no
flicto competitivo, resuelto en términos del poder relativo que mediante la amenaza de sanciones, sino a través de un acuerdo
tienen los contendientes, es una expresión inevitable o acepta­ que se desea y que ha sido comunicado a los miembros de la
da de los valores de fuerza, agresión y realización, algo que to­ sociedad, la autoridad podrá contrastarse con el poder. En su
dos los hombres desean y que se admira. Estas valoraciones aspecto más extremo, las teorías dd consenso mantienen que

Ü4
la «ley» que se define como aquellas reglas generales que están modo que se obtengan resultados más deseables, Pot ejemplo,
respaldadas por una coacción física no pueden formar de un saber que la densidad de la población aumenta el nivel de! cri­
modo tan simple la base del orden social, sino que debemos men dispersando la población. El positivista considera que ese
considerar que las sistemas legales en sí mismos y a forliori las conocimiento causal es ilustrador y útil.
normas sociales no legales, son la expresión de un consenso E l ideal intelectual positivista obtiene su inspiración del de­
social donde el uso de la coacción tiene sólo una importancia sarrollo de la ciencia natural. Veremos más adelante que juega
marginal. una parte importante en teoría social desde los tiempos de
Hobbes, aunque el término_«positivismo»se. asoei a- de- forma—
5iYSf parámetro positivista-interpretativo
más estricta al francés del siglo xvm Augusto Comte. No
hay duda de que si ios sociólogos positivistas hubieran
Este parámetro trata las suposiciones que hacen los teóricos
tenido tanto éxito como los científicos naturales entonces
acerca del tipo de explicación que conviene a los fenómenos so­ su enfoque de la explicación social no tendría rivales im­
ciales. Ya he tratado este punto en el capítulo primero, relativo
portantes. Pero, cualquiera que sea la razón — bien sea por
a la naturaleza de la teoría social. Los positivistas, CS necesario
la naturaleza ideal de los fenómenos sociales, su complejidad o
records r, consideran que el enfoque que se hace de los fenómenos
d hecho de que los individuos tienen una libertad de elección
sociales no debería diferenciarse en principio del que se adopta que elude la explicación causal— los resultados del positivismo
para los fenómenos naturales o no sociales. Piensan que k socie­ han sido poco satisfactorios según los cánones estrictos de la
dad puede estudiarse científicamente v que ¡a ciencia tiene que ver
lógica científica que requiere correlaciones causales precisas y
con establecer conjuntos interrdacionados de generalizaciones con trasrabies. Estas hipótesis causales tal y como han sido pro­
causales, y que, por lo tanto, explicar un fenómeno es demostrar puestas pot la «ciencia» social tienden a estar demasiado locali­
que es del tipo X y que se asocia de forma constante, temporal y zadas o a ser demasiado imprecisas para que puedan conside­
espada!mente con otcos fenómenos del tipo Y; un aconteci­ rarse unas serias candidatas para el estatus de las leyes causales.
miento se explica cuando se ha demostrado que es una instan­
Esta falta de éxito puede que se deba, desde luego, a (a in­
cia de una ley causal que tiene la forma «siempre que se dé ei
madurez que tiene el estudio científico de la sociedad, peto la
acontecimiento Y (la causa), le sigue el acontecimiento tipo X posibilidad de poder desafiar lo apropiado que pueda ser el en­
(el efecto)». Cuando x e y sean fenómenos observables la gene­ foque positivista de los fenómenos sociales da como resultado
ralización causa! podrá refutarse viendo que hay algunosjv a los tipos rivales de explicación. Y a hemos visto que una alternati­
que no les siguen ningunos x. Tales observaciones falsean las va a esto es el enfoque coa más sentido común que interpreta
generalizaciones causales que deben abandonarse o modificar­ i ia conducta social a h luz del significado que le atribuyen los
se entonces para dar cuenta de las excepciones observadas. Las Sil
participantes. Esto implica darse cuenta de las intenciones,
generalizaciones causales o leyes se explican ellas mismas sub­ motivos y razones de los agentes sociales y explicar su com­
sumiéndose bajo correlaciones causales que son todavía más
portamiento en términos de sus creencias y valores. Esto se
generales.
supone que nos ayuda a comprender los fenómenos sociales
Estas explicaciones son, para el positivista, intelectualmente
sin tener que reducirlos a un encasill amiento causal, ya que po­
satisfactorias y proveen de un valioso conocimiento, ya que pue­ demos apreciar las razones o motivos que alguien tiene para
den utilizarse para predecir el futuro y anticipar o controlar He actuar sin tener que mantener que las causas de su acción fue­
esta forma los acontecimientos. Este tipo de conocimiento so­ ron tales. Este modo alternativo de explicación derivado de la
cial es una forma de poder que puede utilizarse para alterar tos significatividad que tiene la conducta humana sedenomina «inter­
fenómenos sociales interviniendo en et proceso causal de tal # pretativo». Se vincula estrechamente a la metodología de Max

5ó I
este parámetro porque esto determina el objetivo último de sus
Wcber, aunque no se trata en absoluto de un ejemplo extremo csíuetzos intelectuales.
de este enfoque. Su objetivo es describir los fenómenos socia­ Podrían derivarse otros muchos contrastes y sugerir otros
les para que podamos comprenderlos cómo lo hacen, al menos parámetros con la intención de comparar teorías de la socie­
en principio, los mismos agentes, pero, hablando sinceramen­ dad: el énfasis que se pone en los parecidos en vez de en las di­
te, este tipo de conocimiento puede «observarse» por el espec­ ferencias que se dan entre las sociedades, el grado de énfasis
tador. que se hace en teoría social de los factores políticos, la relativa
Este énfasis que se pone en la significación subjetiva de las atención que se da a los elementos estáticos o incambiables de
interacciones sociales otorga a los enfoques explicativos e in­ las sociedades frente a las causas o razones del cambio sodal_Y_
terpretativos una afinidad- con el idealismo,-de-iguaL.forma— déldesarrollo, y tratándose de las teorías que estudian el cam­
existe una conexión entre el positivismo y el materialismo ya bio social, el contraste que existe entre los partidarios de la
que los positivistas sociológicos intentan seguir los métodos de evolución y los de la revolución. Todas estas son divisiones
las ciencias naturales, que estudian d reino material. Pero la teóricas importantes que podrían haberse tratado más extensa­
coincidencia parcial que se da entre los dos parámetros no es mente, Pero por ahora ya tenemos suficientes parámetros para
de ninguna manera completa. Muchos de aquéllos que tienden que podamos continuar, más adelante trataré de nuevo el tópi­
hacia el idealismo creyendo que existe un campo autónomo de co de la valoración de las teorías de la sociedad.
fenómenos mentales que son socialmente fundamentales son
también positivistas ya que intentan seguir el modelo causal de
las ciencias naturales en sus explicaciones sociológicas. Durk- Criterios críticos
heim, y probablemente Adam Smith, caen dentro de esta cate­
goría. E s, por tanto, una equivocación asumir que aquellos que Dentro de los limites de este libro trataremos la gran exten­
he denominado idealistas sociológicos tienden necesariamente sión que tienen las teorías sociales más importantes que ilus­
hacia las explicaciones interpretativas en teoría social. tran los principales tipos de teoría entre las cuales podemos
Consideradas lógicamente (como sude hacer, por ejemplo, elegir para poder establecer un enfoque teórico satisfactorio
Schutz), sólo pueden ofrecerse explicaciones interpretativas de ron et que estudiar la sociedad. En este nivel de generalidad, la
los acontecimientos históricos particulares. Esto no es sufi­ selección y el cristianismo no exigen típicamente juicios que
ciente- para lograr una teoría de la sociedad, ya que no pode­ traten simplemente de la verdad y falsedad, como ocurriría
mos generalizar de un modo que pueda llevar a cabo los objeti­ ni las teorías consistieran sencillamente en simples enun­
vos teóricos de la abstracción y la comprensión. Como sucede ciados descriptivos. Cada teórico desarrolla su propio marco
con Max Wcbcr, los esquemas interpretativos tienden, por conceptual abstracto a través del cual elige y presenta los he­
tanto, a unirse a algún tipo de programa causal. Por otra parte, chos sociales que considera significativos, y formula el tipo de
es difícil incluso para el positivista más comprometido excluir explicaciones y recomendaciones que le satisfacen moral e na­
de su repertorio las explicaciones que obtienen su fuerza de) itic a anímente. Las teorías están siempre abiertas al criticismo
entendimiento interpretativo. Esto otorga al contraste positi­ mi que siempre pueden refutarse porque implican gcneraliza-
vista-interpretativo la característica de parámetro. Se trata de i iones empíricas; sin embargo, los detallados fracasos empíri-
un parámetro en el que a menudo es my difícil localizar a un i os puede que no tengan una importancia crucial para la teoría
teórico particular como demuestran los interminables de­ iimsiderada como un todo, y el enfoque general del estudio
bates que se llevan a cabo sobre la exegesis peculiar de la que se hace de la sociedad puede quedar completamente indi-
metolodología de Marx. Pero es importante que aclaremos ii1rente ante la nueva evidencia empírica que puede adaptarse
todo lo posible la situación que tiene cada teórico dentro de
59
58
generalmente a k teoría haciendo pequeñas modificaciones.
Nadie, por ejemplo, ignorará la teoría de Hobbes sencillamen­
te porque entra en conflicto en algún punto con los descubri­ 1. Claridad
mientos de k psicología moderna, porque el cipo de teorías
que ofrece Hobbes puede construirse fácilmente con la eviden­ La claridad es el primer requisito que una teoría social debe
cia empírica que los estándares modernos consideran que no tener porque lo que no está claro no puede ni comprenderse
es evidentemente deficiente. de forma completa ni valorarse apropiadamente. Se trata de un
En lugar de que intentemos encontrar simples corrobora­ requisito deí que carecen a menudo aquellas teorías sociales
ciones-empíricas-y -refutaciones-de-una -teoría social-general,-a- ■que utilizan la'Terminol'ogda^ás bíeñ'impfecisT de la vida coti­
menudo es mejor que pensemos k riqueza que tiene cada enfo­ diana. Otras teorías sociales se sienten acosadas por la jerga y
que teórico para ayudamos así a clasificar y comprender la los términos técnicos. No se trata necesariamente de un vicio
vida social. Los teóricos tienden a hacer esto identificando un ya que necesitamos refinar el lenguaje cuando hacemos un co­
aspecto que Íes sea familiar de la vida social dentro de su pro­ mentario social si no somos unos expertos y queremos ser pre­
pia sociedad e intentando ver que los fenómenos sociales son cisos, y, una vez realizadas las decisiones importantes, éstas de­
reducibles a esto mismo. Veremos que existen muchos ejem­ ben etiquetarse para evitar que caigamos de nuevo en las im­
plos de Ja estrechez de miras que resulta de todo esto y que precisiones del lenguaje cotidiano. Se trata, no obstante, de un
hace que se lleve a cabo una simplificación en exceso, ignorando grave defecto si una teoría de la sociedad tiene definidos sus
y distorsionando todo aquello que no se adapte a! tipo de rela­ términos clave de una manera pobre o si sus objetivos princi­
ción que se ha decidido favorecer, bien sea dominio (poder), pales han sido establecidos de modo confuso.
cambio (interés en sí mismo) o comunidad (fraternidad). Muchos de nuestros esfuerzos críticos tendrán que exponer,
El peligro opuesto a una teoría social es la extrema generali­ por lo tanto, la terminología especializada de nuestros teóricos
dad que conduce a la vacuidad cuando los conceptos amorfos sociales, principalmente la que utilizan los bolistas como
y mal definidos se utilizan para cubrir muchas cosas diferentes Durkhcim quien habla por ejemplo de entidades tales como
que no tienen ningún aspecto explicativo que sea significativo, «conciencia colectiva», Pero los términos que son menos con­
Esto sucede, por ejemplo, cuando todos los males de la moder­ fusos, como, por ejemplo, el «espectador imparcial» de Adam
na sociedad industria! se acumulan y se considera que son ma­ Smith, tienen también que examinarse con cuidado y debemos
nifestaciones de ia condición «alienada» del hombre. sospechar de k utilización del lenguaje cotidiano cuando no se
Es posible que cualquier teoría de la sociedad que intente ha explicado previamente, porque a menudo es demasiado am­
abarcar en exceso caerá dentro de estos dos errores de estre­ biguo para que sirva como el vehículo adecuado de un análisis
chez de miras y vacuidad y al final podrá corroborarse sólo ob­ teórico. La claridad es, por lo tanto, el primer requisito de una
servando cómo funciona la generación de los detallados estu­ teoría social. Lo que no está claro no puede servir de candida­
dios empíricos particulares que demuestren tener alguna rela­ to a una valoración racional.
ción con los intereses humanos en curso. No obstante, puede
hacerse una lista con ios criterios y errores comunes de los que
tenemos que cuidarnos cuando examinemos cada teoría y que 2, Comutt-naa
nos ayudarán por lo menos a desarrollar algunas actitudes so­
bre ellos que se fundamenten racionalmente. Si la claridad se necesita para que se forme parte del conjun­
to de las teorías sociales que son viables, la consistencia se ne­
cesita para mantenerse dentro del mismo. El objetivo de un

60 61
enfoque teórico es presentar una idea de la sociedad que sea de producir enunciados empíricos que se correspondan con los
coherente, Esto significa, en primer lugar, que tenga una cohe­ fenómenos sociales que se han observado en aquellas áreas que
rencia interna. Utia teoría no debe contradecirse afirmando o tienen un interés central para la teoría, esto hace que disminuya
negando en un lugar lo que niega o afirma en otro. la credibilidad de todo el enfoque. Ninguna teoría marxista po­
Es evidente que los teóricos pueden cambiar de forma apro­ dría mantenerse si fuera evidente la ausencia de conflicto en
piada sus puntos de vista a través del tiempo, pero las contra­ los sistemas económicos capitalistas, y k fundamentadón em­
dicciones que persisten son una grave fuente de debilidad en pírica de la tesis de Webcr según la cual existe una correlación
una teoría. Hohbes puede servir de ejemplo ya que parece pre­ entre el protestantismo y el surgimiento del capitalismo afecta­
suponer que existen conceptos y actividades en el estado de ría obviamente la credibilidad de su teoría considerada como
un todo.
naturaleza, en el momento en elque se establece el contrato,
que no pueden surgir ex bypothesi hasta que la sociedad se haya El error más común de los teóricos sociales es la precipitada
establecido a través del contrato. Algo parecido sucede si generalización que hacen de la limitada evidencia empírica. De
observamos cuidadosamente la posible inconsistencia que se este modo, Durkheirn pasa demasiado fácilmente de las obser­
da cuando Marx rechaza todos los valores objetivos a) ana­ vaciones que tratan de las prácticas religiosas de los aborígenes
lizar las sociedades capitalistas ya que aparentemente pare­ australianos a dar opiniones sobre la religión en general. Lo
ce que sigue asumiendo algunos de estos valores cuando acep­ mismo puede decirse de Marx cuando extrapola sus descubri­
ta que la libertad y la comunidad han de ser las características mientos sobre las primeras fases del capitalismo a Otras situa­
ciones económicas qué son radicalmente diferentes.
de la sociedad comunista.
Aunque puedan evitarse incluso las contradicciones inter­ La valoración del elemento empírico que existe en las teo­
nas, una teoría se juzga también por ¡o bien que consiga man­ rías sociales es un problema difícil. Depende mucho de los he­
tenerse unida como un conjunto de suposiciones que se chos históricos de los que ya no disponemos- Otras dificulta­
apoyan mutuamente. Por ejemplo, sign ifica qu e es fuerte, ha­ des hacen referencia a la naturaleza de los fenómenos en cues­
blando de consistencia, el que la teoría económica de Smith tión, La conducta que se sigue de unas determinadas reglas,

m»«« .iiMÉMM'r WWW*»«t»jyn»f


encaje con su ética utilitarista y con sus creencias teológicas, que, como ya hemos visto, los idealistas sociólogos conside­
aunque esto plantea, desde luego, problemas si deseamos desa­ ran que es central para la conducta social, no puede observarse
rrollar una versión no teológica de la economía de Smith. directamente de los movimientos físicos de los participantes,
sino que hasta cierto punto debe inferirse o atribuirse basándo­
se en la observación. Por otra parte, es imposible utilizar gene­
ralmente los experimentos sociales para corroborar las hipóte­
3. Adecuación empírica
sis empíricas, sobre todo cuando éstas se refieren a los cam­
Para el positivista, el test clave de una teoría es la extensión bios sociales que han tenido lugar a gran escala a través de lar­
gos períodos.
dentro de la cual se corrobora, o, incluso, no se desvirtúa, a
través de repetirlas observaciones. Es cierto que ninguna teoría A pesar de todas estas dificultades, apelar a los hechos ob­
que se base en aserciones objetivas que sean evidentemente falsas servados de las interacciones humanas sociales produce d test
puede mantenerse. Cuando se trabaja con teorías generales la más objetivo de) que se dispone en lo referente a! contenido
descriptivo de ias. teorías sociales, y cualquier teoría social, in­
refutación de algunas pretensiones objetivas que se hallan in­
corporadas en sus aplicaciones particulares puede no ser muy cluso la que es interpretativa, cuya hipótesis se desvirtúa
consistentemente por la evidencia empírica, debe rechazarse,
seria. Ninguna teoría social ha conseguido nunca su objetivo
ignorando cualquier error de hecho. Pero si persiste el fracaso

62
■k.
yo, que sus valores y prescripciones, y sus implicaciones, se
iiieminquen adecuadamente, se expongan de t'orma clara y se
mantengan de forma consistente, Allí donde esto se consiga
4. A díen ación explicativa
I uniremos por los menos compararlas con nuestros propios su­
Las teorías no deben ajustarse sólo a los hechos ele ¡a vida puestos sobre el valor. Además, teorizar sobre las organizacio­
social, deben también explicarlos. £n este punto se da inevita­ nes sociales alternativas y los modos de vida rivales puede ser­
vir de estímulo a una reflexión moral y, por lo tanto, el conte­
blemente un movimiento circular en lo referente a la valora­
ción de las teorías sociales, ya que cada teórico apela a sus pro­ nido valorativo de una teoría de la sociedad puede hacer que d
pios estándares sobre lo que constituye una buena explicación individuo revise sus propios supuestos normativos. El estudio
de las teorías sociales puede hacer, por lo tanto, que el indivi-
y utiliza la propia selección que él hace de aquello que piensa
(Ino_desarro 1ie .sus. propia s ideas-morales;---------------------------------
que necesita una buena explicación. Muy a menudo-uta-teórico,
Existen muchos peligros en el camino que lleva hacía la cla­
se las arregla bien con los datos que elige utilizando su propio
ridad, la consistencia, k corroboración empírica, la adecuación
modelo de explicación, pero esto puede que no sea adecuado si
explicativa y k racionalidad normativa, A menudo muchos de
se traspasan estos límites. Por lo tanto, aunque el análisis que
estos estándares se cumplen a expensas de otros. La consisten-
Weber hace de la acción racional sea convincente no por eso
tía puede alcanzarse pagando el precio de la vaguedad o in­
nos es de tanta ayuda cuando estudiamos los muchos ejemplos
fluyendo en la selección que se ha hecho y que sirve de base de
de «acción» no racional que, como él admite, son una caracte­
la evidencia empírica. Aparentemente, las explicaciones que
rística de las interacciones sociales. E! que estos elementos no
son ilustrativas pueden derrumbarse ante la demanda ele más cla­
racionales sean más difíciles de representar de forma significa­
ridad de expresión. Otra ciase de peligro tiene lugar cuando se
tiva, hace que tiendan a encajar menos fácilmente en la repre­
confunden los diferentes tipos de aserción que forman una
sentación que Weber hace de la sociedad.
teoría, l.as definiciones (por ejemplo para definir lo que signi­
Para corroborar la adecuación explicativa necesitamos, por
fica la palabra «capitalismo») son descripciones de to que suce­
lo tanto, observar la teoría a la luz de los datos que no repre­
senta v en términos de ¡os ideales explicativos extraños a ella, de en las sociedades reales (por ejemplo en economías que
y no considerarla simplemente a través de los propios datos acostumbramos a llamar capitalistas). Y aquellas descripciones
que dicen lo que es un caso se transforman misteriosamente en
que ba seleccionado y con sus propios estándares de explica­
afirmaciones acerca de lo que debe set el caso («falacia natura­
ción.
lista»), Cuando examinamos con nuestras teorías la sociedad
humana debemos tener ios ojos muy abiertos ante tales fallos
de razonamiento y darnos también cuenta cuando sea evidente
5. Racionalidad normativa t que las teorías no coinciden con los cinco criterios críticos que
Cualesquiera que sean los valores o normas que se presen­
I liemos establecido.
í Concluiré esta parte introductoria del libro diciendo unas
tan o aceptan por una teoría de la sociedad humana consti­ í palabras sobre el orden cronológico en el que se presentan las
tuyen su aspecto ma's «subjetivo» y, en último término, Ja valo­
teorías en k segunda parte. Este modo de presentación no in­
ración que se hace del contenido evaluar ivo de una teoría es
tenta sugerir que exisla una línea que sea de progreso evidente
un problema del juicio moral personal que no puede compro­
en teoría social y cuyo desarrollo va de la más antigua a la más
barse si no se hace referencia a los estándares morales que son
reciente. Está más cerca de la verdad decir que en teoría social
propios del individuo.
se dan modas que se derivan eu parte de ios problemas sociales
Lo que sí puede esperarse de la teoría social es, sin embar-

64
6.1
(It: l:i época y hacen surgir temas que son recurrentes- Sin em­
bargo, todo teórico importante introduce ideas y enfoques sig­
nificativos que tienen que tenerse en cuenta al menos por
aquellos que son partidarios. Por esta razón, existe una manera
de enfocar el desarrollo ordenado de la teoría social ya que
cada teórico responde hasta cierto punto a la obra de sus ante­
cesores. Esto sucede incluso con d salto histórico que he
dado de Aristóteles a Hobbes y Smith. £1 pensamiento griego
fue «descubierto en el Renacimiento de manera que Hobbes,
_pQr_e¡empIo,-£s-nn uy-consciente-de-Jas-cosas-en-las-que-cÜsiem-—
te de Aristóteles. Y muchos de los pensadores de la Ilustración Lecturas recomendadas
del Siglo x v t n estaban impregnados de íes ideas de Aristóteles,
Para todos los conceptos estándares que se utilizan en casi todas las
como ilustra el uso que Smith hace del concepto de «natu­
teorías sociales consúltense los libros que se recomiendan al final del ca­
raleza». pítulo (. Es también útil Society (Marmilkn, Londres, 1950) de 7t, i'v).
D e forma parecida, una gran parte de la teoría social de Mclvcr y C. H. Page, aunque un poco anticuado. Véase también Mod­
Smith es una refuración consciente del hobbesianísmo (de he­ em Sacral Theory (Heinemann, Londres, 1968) de Percy Cohen; /:s:ry\
cho acepta tanto como rechaza el individualismo de Hobbes) in Saris! Theory (Routledge, Londres. 196S) de Ralph Dahrendort; Se
aunque la novedad del énfasis que Smith puso en el concepto cioisgical Theory (Nelson, Londres. 1974) de Stephen Mennell; P.Mes,
mismo de sociedad y la noción de sistema social fue lo que Holes and Relations (Macmillan, Londres. 1966) de Dorothy Emmet; y
causó más impacto en teóricos posteriores. Esta combinación The Sociological Tradition (Heinemann, Londres, 1967} tic Robert A.
Nisbet.
de criticismo abierto y préstamo sustancial es una de las carac­
Sobre el idealismo y el materialismo en teoría social, véase The Phi­
terísticas que existen en la relación que se da entre muchos losophy efthe Social Sciences de Vernon Pratt (Methuen, Londres, 1978).
teóricos, Marx desprecia a Aclarn Smith por su «individualismo Para estudiar la diferencia que existe entre la descripción y la pres­
burgués», pero utiliza mucho el análisis que Smith hace del ca­ cripción véase The Language ojMorals (Oxford University Press, Lon­
pitalismo y desarrolla la idea de las etapas históricas de Smith, dres, 1952) de R. M. Hare. Existe una buena antología de artículos
Weber tiene que leerse en cambio a Ja luz de su criticismo y de icerca del individualismo y ct ho'ismo, A/Mer »/Collectivism and laálwü-
las adaptaciones que hace del marxismo, mientras que la contri­ ¡íiilism (Heinemann, Londres, 1973), editado por John O’Neil. Véan-
bución de Schutz es un despliegue de temas que selecciona de ve también Judgingjustice (Routledge, Londres, 1980) de Philip Pettit,
ia pane 11, y «Methodological individualism Reconsidered» de Steven
la obra de Weber. I,ukes, British journal of Sociology, vcjl. 19 (19Û8), prigs, 119-29; se ha
Existe, por lo tanto, un procesa dialéctico de discusión y
reeditado en Sociological Theory and Philosophical Analysis de Dorothv
contradiscusión en la historia del pensamiento social que justi­
Iunmet y Alistair MacIntyre feds,), que contienen otros artículos que
fica el orden histórico que se utiliza en la segunda parte. Hasta ■.un importantes-
qué punto este proceso dialéctico se ha convertido en progreso
teórico es algo que los estudiantes de la teoría social deberán
juagar ellos mismos.

fifi 67
Seg u n d a pa rte

S IE T E T EO R ÍA S
C a p í t u l o 111

Aristóteles: la comunidad cívica

Aristóteles considera que la sociedad humana es una empre­


sa ética, originada en fa sociabilidad natural del hombre, que se
dirige hacía la realización, en una comunidad política, de la
bondad moral y la excelencia intelectual.
Aristóteles no Fue principalmente un teórico social, sino
que, como autor de la filosofía «aristotélica» que dominó el
pensamiento de la Europa medieval y, por tanto, la teología
católica hasta nuestros días, sus ideas sirven de fundamento a
una larga tradición en teoría social que está lejos de extinguirse
y según ia cual la sociedad es una expresión de, y un. requisito
para, el tipo particular de naturaleza o «ser» del hombre.
Aristóteles asistió a la Academia de Platón en Atenas duran­
te veinte años, estableciendo después su propia escuela, eí Li­
ceo, en esa misma ciudad-estado. Pero no era ateniense. Nació
en el 384 a.C. en una familia de médicos de Estagira, una pe­
queña oligarquía que se trasladó más tarde al reino feudal en
expansión de Macedonía. Pasó también muchos de sus años de
madurez fuera de Atenas. Durante un tiempo estuvo protegi­
do por el «tirano» Herrnias en Atarneus quien poseía un espíri­
tu filosófico y donde estudió biología marina. Más tarde, fue
tutor del ¡oven Alejandro antes de que su alumno se convirtie­
ra en el famoso rey de Macedonía. Aristóteles no aceptó nunca
totalmente las prácticas democráticas de ios atenienses quienes
le expulsaron, durante una ola de sentimiento and macedón 10 ,
poco antes de su muerte, a fa edad de sesenta y cjnco años. De depende de ninguna creencia teológica. Está construido para
esta forma, casi escapó al destino que sufrid su ilustre antece­ explicar el cambio y el desarrollo en términos naturales (aun­
sor Sócrates. que introduzca un «motor inmóvil»), Pero mantiene elementos
Las obras de Aristóteles, muchas de las cuales tienen forma de la teoría de las «formas» o «ideas» que Platón utiliza para
ríe apuntes de conferencias, tratan de ciencia natural, metafísi­ explicar las similitudes que hay entre las cosas: de esta forma
ca, ética, lógica, retórica, estética y política. Las más importan­ todo lo que es bello se dice que participa de la «forma» o «idea»
tes desde el punto de vista de la teoría social son L a Etica a Ntcó- de belleza; esto es lo que les da su unidad y explica su belleza.
maco y L a Política. Sí sus obras tienen un tema común es el de Platón es un idealista y sus «formas» son entidades tras­
que cada tipo de objeto natura), o ser, tiene una potencialidad cendentales que se encuentran más allá de la experiencia
inherente que explica su desarrollo o movimiento característi­ ordinaria en un mundo espiritual o celeste que sólo conoce
co hacia su fin particular o írtelos». En el caso del hombre, una la mente purificada de! verdadero filósofo, pero Aristóteles
especie de animal, estos telos implica el florecer total de su na­ cree que las formas pueden estudiarse empíricamente ob­
turaleza social que se da a través de la amistad que existe entre servando el mundo físico, analizando las partes que lo consti­
los ciudadanos que tienen la misma categoría y dentro de una tuyen y anotando los procesos del crecimiento. Aristóteles
ciudad-estado que se ha constituido de forma apropiada. Por lo piensa que es posible descubrir las causas finales que determi­
tanto, se le puede considerar el teórico de la sociedad que se nan el fin hacia el que una cosa se mueve o desarrolla. También
constituye como una comunidad cívica o política. investiga las causas eficientes, esto es, las causas inmediatas de
los acontecimientos (esto se acerca, pero no equivale mucho al
El. ENFOQUE DE ARISTÓTELES sentido moderno de causa), y también las causas materiales,
esto es, el material con el que están hechas las cosas. Así,
I.a filosofía de Aristóteles es naturalista y te leo lógica. Es en como resultado de una causa eficiente, del apareamiento por
primer tugar naturalista en cuanto que es empírica, al menos ejemplo, surge la existencia de un embrión que tiene los mis­
porque Aristóteles se preocupa mucho más que Platón, por mos materiales primos que algunas otras entidades (la causa
ejemplo, de aplicar a todas las esferas del pensamiento los mé­ material), pero tiene su forma particular que determina qué
todos de observación y clasificación que le ensenaron cuando tipo de ser se desarrolla, dadas las condiciones adecuadas (la
era estudiante de medicina y que continuó aplicando en su causa final). Bien sea estudiando embriones o constituciones
campo de trabajo biológico. De esta forma, en el Liceo, hizo políticas, Aristóteles se preocupa siempre de examinar los fe­
que sus estudiantes estudiaran más de 150 tipos de constitucio­ nómenos existentes, pero este supuesto significa que cada tipo
nes políticas. Su enfoque es también naturalista en otro senti­ de cosa tiene una perfección «natural» que puede que no se
do: cree que el universo consiste en una jerarquía de seres y realice en ningún caso particular, pero que puede descubrirse
que cada cual posee una naturaleza o esencia cuyo tota) desa­ no obstante observando su desarrollo normal.
rrollo representaba su propio estándar o excelencia, por lo tan­ El enfoque que Aristóteles hace de los objetos es claro que
to las observaciones empíricas que hace del movimiento y e) es el de un médico y biólogo ya que utiliza ideas acerca del cre­
crecimiento se combinan con una forma de valoración que de­ cimiento de los organismos que van camino de la madurez y la
fiende que lo que es natural es bueno. A través de esta forma idea de salud como normal funcionamiento. Este método lo
teleológica de naturalismo cada tipo de ser posee una causa «fi­ aplica a la ética pensando que la virtud consiste en el funciona­
nal?) que le hace desarrollarse hacia el telos que le ha sido fija­ miento apropiado de los rasgos que son característicos del
do, siendo esto tanto una idea empírica como normativa. hombre, lo que para di equivale a la felicidad («eudaimonia»).
El enfoque naturalista que Aristóteles hace del universo no Esto lo relaciona con la teoría social y política observando que

73
estas funciones implican la participación en el telos de un todo Los apetitos básicos dd hombre son hasta cierto punto so­
que es mucho mayor, a saber: la sociedad-estado. Por esta ra­ ciales, ya que implican el deseo de tener un compañero sexual,
zón considera que la política es la ciencia maestra (Etica, li­ el afecto natural que se siente por otras personas y el deseo por
bro I, cap. 2), AI estudiar cómo alcanzar la buena vida, k ciencia tener compañía. Pero la búsqueda del placer, el orgullo de te­
política determina e! lugar subordinado que ocupan otras ramas ner poder sobre otros y la pasión por la posesión ilimitada, ha­
del pensamiento, como, por ejemplo, la medicina, la ciencia cen que el hombre sea malo, al menos en su estado no educa­
militar o el mantenimiento del patrimonio familiar que tienen do y no socializado, Los hombres son en general avaros y co­
valor sólo por la contribución que hacen al bien total de la co­ bardes, y como pueden comportarse según su voluntad (a dife­
munidad. Pensando, por lo tanto, en la organización de toda la rencia de los animales) son, cuando se les separa de la ley de la
comunidad, Aristóteles se dedica a la empresa de descubrir es- justicia, que Aristóteles equipara a la razón, «el peor de los ani­
t2ndares_de_juicío_normat]vo y-da-prioridad al bien de la comu­ males» (¿& Pcí/Stica^Yibto I, cap. 2). Está esclavitud de ios place­
nidad considerada como un todo por encima de los deseos y res más bajos es la condición de la mayoría de los hombres,
dd bienestar de los individuos particulares, contribuyendo así pero Aristóteles, creyendo en la potencialidad que tiene el
a la idea de que existe un cierto toque de holismo normativo hombre para descubrir y preferir los placeres más elevados de
en su enfoque. Esto da a su comunidad cívica ideal un aspecto la actividad moral y mental, desea la vida de una comunidad
autoritario y sigue desconfiando de la pura democracia consi­ bien ordenada, con la que el hombre tiene hasta cierto punto
derando que es una forma inestable de sociedad. cierta afinidad, para desarrollar su verdadera naturaleza. La so­
ciedad es, por lo tanto, natural al hombre porque éste posee en
L a teoría del hombre oe A ristóteles sí mismo las causas eficientes de la existencia social, el deseo
sexual y la necesidad dd compañerismo, y también ¡jorque su
El enfoque biológico de Aristóteles implica analizar las enti­ naturaleza sólo puede desarrollarse con un grupo social.
dades en sus partes y clasificarlas por especies y géneros. Así, Una parte central de la naturaleza racional del hombre es la
el hombre es un animal con ciertos elementos distintivos, capacidad que tiene para seguir pautas de conducta. Aristóteles
principalmente la razón y d habla. Son importantes porque le sostiene que las pautas morales representan un «medio» o equi­
capacitan para que pueda adaptarse a los estándares éticos. Es­ librio entre ciertos extremos y deficiencias del sentimiento y
tas cualidades se sobreponen a todos los elementos no raciona­ conducta humana. Por lo tanto, la valentía es un medio entre
les, comunes a todos los animales, como por ejemplo los pro­ la cobardía y la temeridad y la generosidad es un equilibrio en­
cesos del crecimiento orgánico inconsciente, y emociones o tre la tacañería y la prodigalidad (Etica, libro II, cap. ó). Lo
apetitos, como el deseo sexual v el instinto, que tienden hacia mismo sucede con otras virtudes morales como, por ejemplo,
algún tipo de realización o «bien», principalmente a evitar el la justicia, la magnanimidad, el buen temperamento y la modera­
dolor y a buscar el placer. La parte racional es consciente y de­ ción. Aristóteles considera que es difícil precisar y determinar
liberada. Se divide en razón práctica que tiene la función de el nivel del sentimiento y el tipo de acción que exhibe e! me­
controlar los apetitos (porque, a diferencia de los animales que dio, quizá sea imposible, por lo que debe dejarse mucho al jui­
están gobernados por el hábito, los hombres pueden controlar cio del hombre de razón práctica que tiene experiencia de to ­
conscientemente sus impulsos no racionales), y la razón teóri­ dos los placeres. Pero esta virtud consiste principalmente en la
ca, que es capaz de descubrir los funcionamientos del universo disposición de someterse a tales pautas generales y esto se lleva
y comprender sus operaciones. a cabo principalmente a través de una completa y estricta edu­
Esta última constituye la actividad más elevada y distintiva cación que Hace que la conducta virtuosa se convierta en hábito.
dd hombre: la vida de la contemplación, La virtud no es, sin embargo, el único aspecto de ¡a buena

74 75
\idi que ia existencia social hace posible y ayuda a fomentar.
La cooperación soda] es también necesaria para la seguridad y L a teoría de la sociedad de A ristóteles
prosperidad material que se requiere para el florecimiento de
las capacidades humanas más elevadas, principalmente la vida La idea que Aristóteles tiene de la sociedad y el estado están
de comtempiación teórica, la actividad autosuficiente y, por lo tan interconectadas que es mejor utilizar su propio término,
tanto, más satisfactoria de las actividades humanas que mere­ polis, para referirse a la comunidad cívica donde según Aristó­
cen la pena. teles el hombre se establece de forma social natural (Política, li­
La sociabilidad natural del hombre adopta muchas formas. bro I). La pequeña ciudad-estado, con sus relaciones cara a
Aristóteles las reúne bajo el encabezamiento de amistad (phi- cara y la mezcla que se da entre la amistad personal y las obli­
ita) que, según él, significa un vínculo afectivo duradero entre gaciones que exige la ciudadanía, difiere bastante de la moder-
-individuos-que-irnplica un- desecrde-cooperacidn -f'Etica- 1ibros----- ti a_n ác ion-ést^ó,- o- dé“1 os- Snttgüos- re sWsAmpcriales “de- 1ÍT
VIH y IX , y Política, libro II, cap. 4), Como sucede con los época de Aristóteles, aunque es cierto que la polis incorpora ía
conceptos de Aristóteles, la amistad tiene una función socioló­ idea de una regla de ley que esté bien desarrollada e institucio­
gica y otra normativa. En todo nivel de la vida comunitaria se nalizada, esto es, a través de reglas generales que el gobierno
da algún tipo de amistad: la afectividad sexual y paterna son establece y no por medio de las decisiones arbitrarias de los in­
vínculos de la vida familiar, y en una esfera mutua más-extensa dividuos.
la benevolencia surge cuando las personas se agradan entre sí El termino más general de Aristóteles para referirse a un
(como sucede, por ejemplo, con la juventud), o se consideran grupo social es komonla, que abarca todos los tipos de comuni­
que son útiles (como, por ejemplo, en las relaciones comercia­ dad o asociación en los que se comparte algo o se da algún
les). Pero la forma de amistad más elevada es la que se da en­ tipo de asociación. El grupo más simple es la familia o comu­
tre aquellos que son iguales y que se aman entre sí por su bon­ nidad doméstica (oikos), que surge del instinto sexual o aparea­
dad: esta, la relación humana más duradera, satisfactoria y uni- miento que d hombre comparte con los animales y que se
fieadora, es posible sólo entre los ciudadanos que son adultos y mantiene por el amor mutuo de padres e hijos. Estos afectos
moderadamente ricos de una pequeña ciudad comunitaria. La que o son adquiridos o son innatos representan los tipos de
amistad entre quienes son iguales es una principal fuerza unifi- amistad que mantienen la koinonia familiar que provee el con­
cadora de esta comunidad y el lelos de las relaciones humanas. texto para la vida de todos los individuos en las primeras eta­
Es un modelo de consenso perfecto. Pero como sólo unos po­ pas del desarrollo social y permanece como el centro de exis­
cos hombres pueden alcanzar alguna vez esa amistad perfecta tencia de tas mujeres y niños dentro de la polis.
que podría mantener por sí misma la vida consesual de la co­ La familia o comunidad doméstica es, sin embargó, algo
munidad, las sociedades reales están distorsionadas por un gra­ más que una institución sexual, de reproducción y crianza. En
do de conflicto y deben organizarse según unas reglas de justi­ un principio sirve como rol defensivo y se mantiene como la
cia que se inculcan a través de una educación estatalmente di­ unidad económica básica. Aristóteles cree que la agricultura es
rigida y respaldadas por una considerable coacción. La capaci­ la forma más natural de actividad económica, de modo que la
dad humana para comprender y cumplir las reglas, que surge extensa familia del patrimonio familiar (padre, esposa, hijos, y
de la racionalidad dei hombre es, por lo tanto, algo can impor­ otras relaciones de sangre, y los esclavos que se encargan tanto
tante para hacer posible la vida social como lo es el potencial del trabajo doméstico como del agricultor) es el medio apro­
humano para llevar a cabo las relaciones humanas afectivas. piado incluso en la sociedad más desarrollada para proveer
Hasta este punto se conserva un elemento del idealismo de tanto las necesidades materiales como una parte esencial acl
Platón en la teoría del hombre de Aristóteles. proceso educativo.

7íi 77
La amistad que existe en k comunidad doméstica o casa no y establecer relaciones personales que se basen en los frecuen­
es de igualdad. El amor que el padre siente por su esposa e hi­ tes contactos que se realizan cara a cara,
jos es el amor de un superior natural. Crea obligaciones de cui­ Aunque la polis aparece históricamente después del patri­
dado hacia ellos, pero otorga también al padre un rol domi­ monio familiar y la aldea, es anterior a éstos en el sentido de
nante dentro de la unidad de la familia, especialmente en lo que es el tclos o fin que da momento y lugar a formas menores
que concierne a los hijos. Dentro de este marco patriarcal el de comunidad. La polis perfecciona la vida humana y, por tan­
amo de la comunidad doméstica o casa, como tiene una fuerza to, se trata de algo que es mucho más que una asociación basa­
Y sabiduría superiores, gobierna a la mujer como si fuera un da en los deseos preexistentes del individuo.
monarca limitado, a los hijos como si fuera un monarca abso­ Aunque las ventajas de la polis incluyen el progreso econó­
luto y es un déspota con sus esclavos, y estas graduaciones re­ mico que es posible gracias al desarrollo de la división del tra­
flejan hasta dónde difiere el amo de las ideas de aquellos a bajó y la seguridad militar que-provee la mayor unidad—¡os
quienes gobierna. La mujer y los hijos son tratados como fines propósitos económicos y militares de la polis están limitados, y
en sí mismos aunque sean deficientes en racionalidad. Los es­ requieren que se justifiquen y controlen según su utilidad para
clavos no tienen ninguna razón más allá de la capacidad de lograr una forma de vida que no sea ni militar (como Esparta)
comprender lo que se pide de ellos, v requieren, por lo tan­ ni material (como deseaban los comerciantes atenienses). Los
to, que el amo les dirija completamente. Las diferencias que deseos de poder y riqueza, no en símismos naturales, deben repri­
existen en la capacidad natural se utilizan como base de una mirse cuando sobrepasen la satisfacción de aquellas necesidades
sencilla división del trabajo v una organización familiar cuasi- que se requieren para que los hombres puedan relacionarse de
política. un modo que sea completamente fraternal para intentar alcanzar
La comunidad doméstica o cas* es el tipo más básico de co­ de este modo los placeres intelectuales de la sabiduría tcórica.
munidad, pero es algo bastante ¡imitado en lo referente a cola­ Aristóteles no es aquí absolutamente no realista. Acepta que
la naturaleza humana sea tal que haga impracticable la completa
borar con el ámbito de acción dentro del cual se pueda desa­
rrollar la naturaleza humana. Como es necesario que se tenga comunidad de la propiedad y de la gente (Política, libro ií, capí­
una mejor provisión de los requisitos materiales y de autode­ tulo 5). Nadie puede sentir el mismo afecta por todo el mundo
fensa, el desarrollo social natural se dirige hada la aldea. Las como siente por su propia familia y nadie trabajará por ¡a co­
aldeas son asociaciones de familias que se basan en gran medi­ munidad considerada como un todo como trabajará en benefi­
da en consideraciones de utilidad. El vínculo amistoso que sur­ cio de sí mismo y de su familia. Es cierto que Aristóteles abo­
ge en ellas se limita al reconocimiento de la necesidad mutua, ga por la propiedad común de las tierras que sean suficientes
esto es, la amistad de la utilidad. para proporcionar las comidas comunitarias y las ceremonias
religiosas que creía que se necesitaban para estimular el senti­
Las mismas consideraciones que ocasionan el crecimiento
de la aldea se dan al aparecer la polis como una asociación de miento de comunidad y lealtad. La polis, sin embargo, es esen­
aldeas alrededor de una aldea central. La polis no sólo aumen­ cialmente la unión de unos pequeños agricultores que son rela­
ta la seguridad contra un ataque externo y facilita el comercio tivamente independientes, además de una diversidad de co­
merciantes y atiésenos que proveen los servicios que requieren
necesario para el desarrollo económico, sino que suministra
también el marco para una amistad genuina entre iguales. Una las actividades agrie el toras y la vida urbana que en cierto gra­
polis consiste en una comunidad que es material, militar y éti­ do es limitada.
camente autosuficiente, que tiene una variedad de gente sufi­ Aristóteles es utópico al insistir en que el propósito de toda
ciente para mantener la base material que requiere la buena esta cooperación es el desarrollo de la virtud de cada tipo de
vida, pero que rio es tanta como para que no puedan conocerse persona qué vive dentro de la polis e intenta obtener al mismo

78 79

BBuEai
i tempo tas formas de excelencia humana nías elevadas para
mente fijo y establecido por un legislador que sólo se aplica ge­
aquellos pocos agricultores que son más ricos y de los hombres
neralmente por la asamblea, o por sus oficiales. Las; principales
de negocios que poseen el ocio y la virtud necesarias para de­
funciones públicas en las que participan los ciudadanos son,
sarrollar sus facultades completamente. por lo tanto, judiciales y ejecutivas más bien que legislativas;
Aristóteles no dedica toda su atención a estos elevados idea­
de ahí que Aristóteles puede mantener que inclusive los go­
les. Reconoce que, mientras que la amistad de quienes son
bernantes de una polis están sometidos a la ley, y sostiene que
iguales es una base suficiente para la unidad de la élite privile­
es la razón más que ios hombres corruptibles la que determina
giada, para la mayoría de los habitantes de la polis la amistad el marco normativo de la comunidad cívica.
sólo puede surgir si existen unas leyes impuestas de forma ade-
¥ Aristóteles no es partidario de una democracia total. Su
madajqu_e_LeglammteiLSUsJnter_accion_esprincipalmente en lo
-creencia en la superioridad natural de algunos hombres luco
referente a la distribución de los premios y honores. Esto es la
que favorezca una postura de gobierno privilegiada de los me­
causa de que la justicia sea el principio del orden de la sociedad
jores hombres e inclusive de las secciones más ricas de la co­
política. munidad, pero es consciente de que se necesita un cierto tipo
«[.a justicia;!, nos indica Aristóteles en el libro V de la Etica
de equilibrio de intereses en la polis entre ricos y pobres y de
a Nhómaco, se considera que a veces significa aquellas exigen­
la posibilidad de que inclusive los hombres buenos se corrom­
cias que tiene la razón en lo relacionado con las relaciones hu­
pan por el cargo que ocupan. Admite, por lo tanto, que todos
manas, pero la forma más especial de justicia que es básica
los ciudadanos puedan, en principio, ser elegidos para ocupar
para la comunidad cívica es la que se encarga del reparto de

:■'
cargos de magistrados y formar pane de los tribunales, preser­
beneficios según los méritos de los que están implicados. Lo
vando así un grado de igualdad entre los ciudadanos y ofre­
que cuenta como mérito varía de polis a polis, siendo la virtud
ciendo así una base para su afirmación de que la polis ideal es
y la excelencia el criterio de distribución en una aristocracia, la
«una comunidad de iguales, que aspiran a la mejor vida post­
riqueza en una oligarquía, y así sucesivamente. Se necesita ade­ ule» (Política, libro V il, cap. 8).

¡ÍSStSHS::
más que haya una justicia rectificadora que lleve a cabo los rea­
justes necesarios donde hayan surgido injusticias.
Los principios de la justicia distributiva y rectificadora son Implicaciones prácticas
tanto morales como legales, pues Aristóteles no hace ninguna
distinción entre los dos medios de control social. En la polis
I .a vida natural del hombre es Ja que se lleva a cabo en una
las reglas de justicia se inculcan por medio de un sistema edu­ p ilis, pero Aristóteles es consciente de que existen diferentes
cativo políticamente controlado y administrado por magistra­
lipis de polis y de que no todas son adecuadas del mismo
dos y tribunales seleccionados entre los ciudadanos y también, ¡nudo para que pueda desarrollarse el potencial humano.
en casos importantes, por toda la asamblea de los ciudadanos
1 ' na polis es una comunidad o koinonia cuyos miembros
(Política, libro V il, cap. i). Como su origen se halla en la razón
yin ciudadanos, entendiéndose por ciudadano aquella persona
humana, forman parte, consideradas en SU forma más general,
■¡.ii- nene algún tipo de derecho para ocupar un cargo en la
de la ley natural y son, por lo tanto, fundamentalmente las
■mi l.ul estado, aunque sea sólo como miembro de la asamblea.
mismas en todos ios lugares; por lo tanto, en toda polis los
I ¡i Atenas esto era un derecho que se heredaba y casi todos
iguales serán tratados como iguales. Existe, sin embargo, un
5*>-. habitantes eran no-ciudadanos.) La función política exacta
elemento convencional que varía de polis a polis, pero inclusi­
■tr! i rudadano se determina por la constitución de ia polis.
ve este elemento variable no se decide día a día por la asam­
! u. i deja de lado no sólo el problema de cómo han de distri-
blea de ciudadanos, sino que es un cuerpo de reglas relativa-
ií,ii-.r los cargos de poder, sino también «el fin al que aspira la

m
81
rrompidas de gobierno que son equivalentes a las anteriores
comunidad» (Política, libro II, cap. 6). Las constituciones son,
son; 1) tiranía; 2) oligarquía, y 3) democracia, el gobierno de
por consiguiente, tanto institucionales como éticas, estable­ uno, unos cuantos y de muchos cuando lo que les interesa son
ciendo no sólo quién ha de gobernar, sino el propósito de ese
los intereses de los mismos gobernantes. Cada individuo o
gobierno. C om o este propósito es la realización de una forma grupo gobernante posee ciertas características y nietas. El rey
particular de la buena vida, la virtud del ciudadano será dirigir lucha por d honor, el tirano por el placer, los aristócratas in­
sus obligaciones ciudadanas hacia ese fin específico. Y así, tentan perfeccionar la virtud que es lo que les califica para el
concluye Aristóteles, ia virtud del hombre bueno es la misma cargo. Las oligarquías consisten en hombres ricos que desean
que la del ciudadano bueno. Esta estrecha conexión que existe
aun más riqueza; la democracia, como gobjeiqQide.los.pobres,
en treio legaLy_.io_moral,._yJa. fusÍQB.flue__s_e da de la organiza - está a favor de una total libertad, mientras que la politeia in­
clon social y política en la ciudad-estado, sugiere la casi total
tentará alcanzar unos objetivos moderados o consensúales.
absorción del individuo en la vida y los objetivos de la polis, La valoración que hace Aristóteles de estos diferentes tipos
fin la polis no hay ninguna división significativa entre lo pú­
de polis está hasta cierto punto incluida en sus definiciones, ya
blico y lo privado. Todos los aspectos de la vida de! individuo, que aquellas formas que no miren por los intereses de la polis
desde su educación estrechamente controlada, hasta el modo considerada como un todo están claramente corrompidas.
en que desarrolla su parte personal en k estructura orgánica
Puede parecer que prefiere la aristocracia, ya que es la que me­
de la ciudad-estado, incluyendo I» organización de) patrimonio jor ejemplifica la lucha por la excelencia, y en verdad considera
familiar en el que vive, se valoran v gobiernan a través de los
que la aristocracia es una forma ideal de gobierno. Pero en úl­
propósitos e instituciones de la polis, fil bienestar individual timo término está a favor de una forma mixta de gobierno,
es, por lo tanto, inseparable de la organización y el echas de la que se acerca más a la politeia, esto es, el compromiso que se
polis. establece entre lo mejor y lo practicable. Acepta, por lo tanto,
La clasificación que Aristóteles hace de los cipos de polis se que exista un elemento de oligarquía en la constitución, ha­
basa en la constitución de un cuerpo cívico que lleve a cabo las
ciendo de la riqueza una cualíficación para ocupar e] cargo de
principales funciones de gobierno, esto es, declarar la guerra y
magistrado y proteger así el interés de los ricos contra el amor
¡a paz, modificando e interpretando tas leyes, juzgando los ca­
por la libertad de los pobres que son, no obstante, la fuerza do­
sos criminales que son importantes y eligiendo los magistrados minante en la asamblea o cuerpo cívico. Sostiene que con esta
para que día a día lleven a cabo las funciones ejecutivas. Este
constitución la influencia de los grupos medios moderados que
cuerpo supremo o «soberano» (que no es soberano en c) senti­
no son ni ricos ni pobres será una influencia benéfica.
do moderno ya que debe gobernar dentro de leyes incambia­
Es cierto que Aristóteles mantiene, no obstante, algunos ar­
bles) puede consistir en una persona, algunas, o muchas, y en
gumentos que favorecen la participación democrática de todos
cada caso se puede gobernar o bien en interés de la polis con­
en el gobierno. Reconoce que cuando cada individuo suma su
siderada como un todo o por los intereses del grupo que go­
sabiduría a la del grupo deliberador el resultado total de «sabi­
bierna. Por consiguiente, existen seis tipos principales de polis.
duría colectiva» puede ser superior a la del grupo selecto, y
Las tres formas buenas son: 1) monarquía, cuando un hombre
que, cuando la meta del gobierno sea el bienestar de ia polis
gobierna en favor de los intereses de la polis; 2) aristocracia,
considerada como un todo, los jueces que tengan que decidir si
cuando unos pocos gobiernan del m ism o modo, y 3) politeia*,
esto se está llevando a cabo o no deberán ser aquellos a quie­
el gobierno de la mayoría con un mismo fin. Las formas co­
nes se supone que favorecen estos intereses. La razón principal
que tiene contra una total democracia es que la masa popular
* Víase la página 2*f de caía traducción referente a h traducción (le esta pa-
es demasiado pobre para que pueda compartir el consumo de
labra. fÜV dW T -)

83
82
tiempo que conlleva, k practica del g ob iern o y desarrollar las Sólo aquellos que poseen una elevada habilidad natural y una
cualidades de una verdadera amistad. Dada la posibilidad de buena cuna sirven para gobernar y pueden alcanzar d cultiva­
una polis en la que no existieran extremismos de riqueza o po­ do estilo de vida que Aristóteles admira. El resto de la comu­
breza sería posible que una políteia pudiera realizar sus objeti­ nidad tiene menos importancia y su bajo modo de vida tiene
vos éticos de forma adecuada (Política, libro IV, cap, ÍI), en gran medida significado porque contribuye a mantener las
Se puede extraer, por lo tanto, de Aristóteles un modelo de condiciones necesarias para la seguridad material de las pocas
comunidad que se lleve a cabo entre iguales unidos por lazos personas que tienen talento. Y así, paradójicamente, habiéndo­
de amistad y que dirijan sus negocios comunes conjuntamente nos ofrecido los materiales para poder concebir una comuni­
según unas leyes impersonales racionalmente justificadas. E l he­ dad entre iguales, Aristóteles termina en un sistema jerárquico:
cho-de que rió se decida simplemente por esti_ postura refleja, en la cima se encuentran aquellas personas relativamente ricas
hasta cierro punto, su realismo. Considera que describe reali­ qué son también virtuosas, A éstas les siguen las secciones ricas
dades en lugar de establecer unos esquemas especulativos utó­ pero no virtuosas de la comunidad, los dueños de las comuni­
picos. E s consciente de que, dados los hechos de la vida políti­ dades domesticas que se dedican a la agricultura, ocupando to­
ca económica, sólo un número de gente relativamente peque­ dos algún puesto en la vida cívica de la polis. Por debajo de
ño puede poseer el ocio y la prosperidad que se requieren para ellos se encuentra !a masa de ios habitantes de la ciudad que
cultivar el estilo de amistad virtuosa y gobernar sabiamente re­ trabajan en el comercio, tiendas y trabajo manual y, en el últi­
presentando así la excelencia más eievada de la existencia co­ mo lugar de la jerarquía, los esclavos naturales y los extran­
jeros.
munitaria y desarrollando de este modo los propósitos intelec­
tuales en los que han de encontrarse las mayores satisfacciones
humanas. Las necesidades de la división del trabajo en la polis
establecen que aquello que debería ser para todos se reserva
para unos pocos; por consiguiente, en la práctica debe operar C riticismo y valoración

alguna forma de oligarquía y el vínculo social debe originarse


en el mutuo interés económico más bien que en la amistad de ,
la persona virtuosa, ? El criticismo más devastador y directo que puede hacerse a
Pero además de estas consideraciones prácticas existe algo í la teoría de la sociedad de Aristóteles es que incurre en la fala­
más en ío referente a la frialdad que Aristóteles siente hacia la y cia naturalista haciendo conclusiones normativas acerca dei
sociedad democrática. Tiene razones más fundamentales para | ideal o de las mejores formas de organización social a par-
preferir un sistema relativamente aristocrático o meritocrático: rír de observaciones de hecho de sociedades reales sin ofrecer
sencillamente no cree en la igualdad humana, D o sólo piensa argumentos que las justifiquen. La consideración aparente­
que las mujeres son inferiores a los hombres en razón y, por í. mente empírica que hace de lo que es «natural» resulta ser,
tanto, en moral, sino que existen entre los hombres unas dife- ; se dice, una forma elegantemente disfrazada para exigir al­
reacias naturales de intelecto y nacimiento. Esto es más evi­ gún tipo de objetividad o racionalidad de un estilo de vida par­
dente en ei caso de los esclavos naturales cuya razón sólo es ticular que considera excelente. Si por «natural» entendemos lo
suficiente para que puedan regirse por los dictados de sus su­ que ocurre en la naturaleza, entonces, aunque puede que tenga
periores mentales, pero se aplica también a la clase de los ciu­ razón cuando dice que es natural que se dé alguna forma de
dadanos, algunos de los cuales sirven sólo para realizar tareas organización social en tanto es condición universal de la hu­
que son relativamente domésticas y actividades que considera manidad o incluso cuando piensa que existe un núcleo común
degradantes como, por ejemplo, la industria y ei comercio. de las necesidades humanas, esto no demuestra que ningún

84 85
i ipo de sociedad sea superior a cualquier otro. El uso que hace
Aristóteles del término «naturaleza» es, no obstante, ambiguo | enorme de constituciones y su preocupación por la estabilidad
y confuso. La confusión en la. que incurre del «debe» y el «es» social, particularmente la atención que presta a la base econó-
bajo la terminología de «naturaleza» hace difícil que sepamos mica que se necesita para satisfacer la variedad de los intereses
cuándo Aristóteles está describiendo y explicando fenómenos f materiales que se comparten, le lleva a realizar muchas índica-
sociales y cuándo está haciendo juicios de valor sobre ellos. s dones certeras sobre la base de la estabilidad social y las causas
L'na vez que hayamos diferenciado los aspectos empíricos de de la desintegrador! social. Por oirá parte, el retrato dualista
los normativos, cada uno podrá criticarse por separado. Por lo que hace del hombre según el cual éste es naturalmente socia­
tanto, los historiadores han señalado que, aunque una gran ble y es al mismo tiempo víctima de querer poseer de forma
parte del materia) que acumuló sobre las constituciones polfti- egoísta sigue siendo aún un punto de pan ida en casi toda la
cas proporciona una valiosa información sobre el mundo anti­ teoría social contemporánea, así como su teoría de que el egoE
guo, Aristóteles no nos ofrece una representación adecuada -J IibricT3e^stos dos elementos en la práctica depende en gran
de! sistema ateniense porque )a aparición de los ideales cívicos, medida de los acuerdos económicos e institucionales que ope-
que Aristóteles tanto admira, fue de hecho la obra de las clases i ran en cada sociedad.
productivas, los pequeños comerciantes, industriales, tenderos Volviendo de nuevo al problema de la educación normativa
y asalariados y no la de la clase de los propietarios y ociosos. de la teoría social de Aristóteles, podemos equilibrar el criticis­
Aunque hubiera descrito incluso de forma adecuada algo mo que hacemos basándonos tanto en d fundamento filosófi­
que se aproximara a una ciudad-estado real, su teoría de la so­ co de su teoría crítica como el contenido de sus ideas mo­
rales.
ciedad debe considerarse limitada incluso pata su propia época
ya que no se da cuenta de la inestabilidad y debilidad que signi­ Su teoría ética depende de la combinación que hace de la
ficaba un sistema que dependía de forma particular de una pe­ idea naturalista según la cual existe un tin o tdos en la vida hu­
queña econ om ía agricultor^ que demostró que no fue capaz de mana cuyo contenido debe tomarse de un estudio de la con­
protegerse contra el levantamiento de los reinos imperialistas, ducta del hombre, y de un elemento más racional c idealista
como, por ejemplo, el imperio macedónico de Alejandro. según el cual el equilibrio apropiado del sentimiento y de la ac­
Más evidente es aún la teoría de la esclavitud natural que ción humana ha de descubrirse por medio de los procesos del
Aristóteles desarrolla, aunque no justifica la esclavitud que ,¡ pensamiento o de la intuición intelectual. Sin embargo, Aristó-
existía en Arenas, haciendo afirmaciones empíricas injustificadas j. teles fracasa cuando quiere demostrar que, bien sea apelando al
sobre las habilidades inferiores que poseen unos particulares i proceso natural o a través de un vislumbre intelectual, pode-
grupos biológicos. Éstas pueden interpretarse como afirmacio­ | mos obtener el conocimiento de algo más que los medios más
nes puramente ideológicas cuya función era defender la situa­ apropiados para obtener aquello que sucede que deseamos. La
ción privilegiada de la raza y la dase a la que pertenecía Aris­ - razón práctica puede hacer que obtengamos lo que queramos,
tóteles. No hay duda que las insuficiencias empíricas de la obra | pero no nos ofrece estándares con los que valorar nuestras
de Aristóteles justifican el deseo que tenía de descubrir las me­ r apetencias y decidir qué deseos son los mejores. P or consi-
jores formas de sociedad y no simplemente aquellas formas f guíente, Aristóteles es consciente de que una gran parte de la
existentes. El realismo de Aristóteles le hace volver una y otra ética se reduce al juicio de la persona individual y su preten­
vez a las realidades de la vida social de manera que sus ideales sión de que los juicios que hacen los hombres sabios adivina­
no se alejan nunca mucho de algunos aspectos de los fenóme­ rán algún tipo de «medio» para ofrecernos así las creencias co­
nos sociales que observaba a su alrededor. Su rechazo de la ex­ rrectas que indiquen los fines de conducta adecuados no es
tensa propiedad comunitaria, su examen de una variedad tan i nada convincente ya que cualquier tipo de conducta que esta-

86 87
blezcamos como mo ral me a re correcta podrá decirse siempre vida política y genere la división del trabajo en las funciones
que es un tipo de equilibrio que se da entre los estreñios. sociales hasta tal punto que haga que las fusiones que Aristóte
En lo referente al contenido específico de Jas ideas de Aris­ les lleva a cabo entre la moralidad y la ley, lo privado y lo pú­
tóteles, debemos reconocer aquí una clara inconsistencia entre blico, la sociedad y la polvera, parezcan tanto utópicas como
su parcial adherencia a los ideales democráticos, como, por opresivas.
ejemplo, la participación que se da entre iguales en la búsqueda
común cíe lo bueno para toda la sociedad, y las cualidades aris­
tocráticas que dominan su lista de virtudes (magnanimidad,
templanza, etc.) y que figuran- arias-recomen dación e s-práeti—
cas que hace para organizar jerárquicamente la polis. Al dejar
de considerar «naturales» las virtudes y los valores de Aristóte­
les se puede ver fácilmente que las valoraciones que hace son
limitadas y quizás ideológicas. Tiende a favorecer los valores
aristocráticos del hombre de ocio que es económicamente in­
dependíente y que juega un rol importante en la vida social.
Un ejemplo fundamental tic esto es el desdén que siente hacia
las actividades puramente comerciales, que considera «no na­
turales», y su tendencia a considerar criaturas inferiores, no
sólo a los esclavos, sino también a los asalariados y a los pe­
queños comerciantes cuya existencia se justifica sólo por la
contribución que hacen a la polis considerada como un todo.
No es extraño que Marx considerara la polis de Aristóteles
como la asociación que se hace contra una clase productiva
que está subyugada.
No obstante, en Aristóteles deben enconrrar.se los elemen­
tos de una idea que es bastante diferente: una forma de socie­
dad humana que se basa en las ideas semejantes de amistad y
ciudadanía, reunidas en el concepto de una comunidad cívica
autosufidente. Las ideas de una ciudadanía equitativa, el go­
bierno de la ley, el rechazo de las relaciones puramente comer­
ciales, d énfasis que se pone en la participación dd proceso
político y la provisión de una base organizativa que haga que
florezcan las variadas formas de sociabilidad humana — estos
elementos ofrecen todavía lo que muchos consideran que es
una meta social atractiva que no es necesariamente impractica­
ble. Pero d problema de la extensión sigue preocupando al
aristotélico moderno. í íoy día ios requisitos de la autosuficiencia
exigen evidentemente una organización política grande e im­
personal que separe las relaciones personates del hombre de su

8« 89
C a p í t u l o IV.
__________ Lecturas—recomendadas----------------
[.as obras mas accesibles y relevantes de Aristóteles son I ji ética a
Thomas Hobbes; d individualismo
Nieémato y I-a política. Una buena introducción general es D. j. Alian, instrumental
Tire Pkihsophy o f A ristoík (Oxford University Press, Londres, 1952).
Sobre la teoría dd hombre de Aristóteles, véase Stephett R. Clark,
A r atolles Man (Cíarenden Press, Oxford, 1975). Su teoría social y po­ En el capítulo primero definíamos a Hobbes como nuestro
lítica se discute en [ohn B. Morral, Aristolfe ('(leorge Alien v l.n- ejemplo de un teórico individualista que consideraba que la so­
\v: a Londres, 1977). Véase también R. G- Mulgan, A n stotki Politktd ciedad era un tipo de asociación contrastándolo con el modelo
Theory (Clarendon Press, Oxford, 1977). Sobre el concepto de amistad más holístico de Durkbeim. En este capítulo consideraremos
de Aristóteles, véase W. W, Korter.baugh, itAristotlc’s conccpr of más detalladamente las ideas de Hobbes, comparándolas esta
Friendship», Pbrtmesis. vob XX, 1975, págs. 51-62. Un estudio intere­ \’íiz con Aristóteles, y concentrándonos en los puntos débiles
sante del análisis que hace Aristóteles de las relaciones económicas
de la teoría de Hobbes que marcan ei punto de partida de pen­
puede encontrarse en Scotl Meikle, «Aristotle and the Política! licono-
my of the Polisr>, Journal s f Htlltmc Studies, vol XCIV, 1979, pági­ sadores posteriores menos atomístas.
nas 57-73, Como Aristóteles, Hobbes sostiene una concepción política
de la sociedad, pero la política de Hobbes tiene poco en co­

i,iflíl'lü1»-1
mún con el ideal de la comunidad cívica de Aristóteles, El
hombre de 1 lobbes es más egoísta en todo que el de Aristóte­
les y aunque ambos consideran que la razón es lo que hace que
el hombre se adapte a la sociedad, la razón, para Hobbes, no es
nada más que un instrumento que hace que el individuo se las
ingenie para conseguir y poseer lo que quiera, Hobbes piensa
que la sociedad y el orden político del que depende se aceptan
intrínsecamente mal, pero son, no obstante, condiciones nece­
sarias pata la supervivencia, los recursos desesperados de las
personas egoístas que están dominadas por el pánico y no pue­
den encontrar otra forma de evitar la destrucción mutua.
La vivida conciencia que tiene Hobbes del lado obscuro de
la naturaleza humana y su experiencia de ios estragos y peli­
gros de la guerra civil en la Inglaterra del siglo xvn le hicieron

90 91
temer profundamente la anarquía y creer que la vida social es ral racional, que es el mismo en todo tiempo y lugar, se desa­
una tarea intrínsecamente frágil. En la segunda mitad de una rrolló por teólogos cristianos, como, por ejemplo, Tomás de
vida extremadamente larga (murió en 1679 a la edad de no­ Aquino, en un concepto de ley natural con el que se quería dar
venta y un años), durante la cual pasó muchos años en la corte a entender el estándar divinamente ordenado de lo bueno y lo
de Jaime I, y algún tiempo en el exilio, Hobbes intentó hallar malo, Hobbes, a quien sus contemporáneos consideraron erró­
una solución a esta infeliz condición emprendiendo la gigan­ neamente como un ateo, adopta la terminología de la ley na­
tesca tarea intelectual de establecer una teoría de la naturaleza tural, pero la utiliza para denotar los dictados del egoísmo inte­
riel hombre y la sociedad, que fuera precisa, amplia y ver­ ligente. Para desarrollar el contenido de estos dictados lleva a
dadera, y la desarrolló en sus tres obras más importantes De cabo lo que denomina el estudio científico de los deseos huma­
SorpurerDe~HñmmiTy~D<rCwé7Ut il izarem os su obra más famosa, nos y cómo satisfacerlos. Supone entonces que es racional que
Leviathan* (1Ú51), como nuestra fuente principal; las referen­ cada individuo actúe de la forma que sea para satisfacer sus de­
cias de paginación pertenecen a la edición publicada en Fen- seos al máximo.
guin, editada par C. B. Macpherson (Harmondsworth, 1968). Hobbes fue, durante algún tiempo, secretario de Francis Ba­
La defensa que hace Hobbes del absolutismo político en L e- cán, uno de los primeros partidarios del método inductivo de
viaiban ha ocasionada un constante criticismo hostil, al igual razonamiento (esto es, utilizar la acumulación de muchas ob­
que las teorías mótales y psicológicas con las que fundamenta servaciones de acontecimientos similares como base de la ge­
su teoría social, Pero la placibilidad inmediata que tienen sus neralización de las regularidades que tenemos de la experiencia
suposiciones y el rigor aparente de sus argumentos han hecho de los fenómenos). Pero Hobbes rechazó ese estricto empiris­
que muchos duden del argumento de Aristóteles que sostiene mo basándose en que «la experiencia no concluye nada de for­
que la sociedad es natural a! hombre. Hobbes, enfrentándose a ma universal» (Human Nature ¡D i Hentine], cap. 4, sección 10).
las problemas del derrumbamiento dd feudalismo centralizado Según él, por mucho que hayamos observado que unas cosas
de su época, estableció lo que muchos sociólogos consideran particulares tipo A poseen la característica B, no podemos es­
que es todavía el problema teórico de la teoría social: ¿cómo es tar nunca absolutamente seguros que todos los A son 8 , por­
posible el orden social? Su respuesta es que la sociedad es una que no hemos observado ni podremos observarlas todas nun­
construcción artificial que se mantiene unida a través de la ca. Hobbes busca la certeza absoluta como la única meta intc-
combinación que se da entre ios intereses personales raciona­ lectualmente satisfactoria y la única base adecuada para poder
les, violencia, intimidación y engaño, instaurar una forma estable de sociedad. Desconfía, por lo
tanto, del razonamiento inductivo.
Hobbes piensa que ha descubierto el camino de la certeza en
E l EKFUQUE DE í lODRES el método de la geometría. Estaba hechizado por el modo
en que Euclides, basándose en unas pocas verdades autoe vi den­
Como el de Aristóteles, el enfoque de Hobbes es descriptivo les acerca de líneas, puntos y ángulos, pudo probar sin dejar
y prescriptavo, pero sus modelos explicativos son radicalmente duda alguna toda una vasta cantidad de conclusiones no evi­
diferentes y las descripciones que hace son más arrolladoras y dentes acerca de triángulos, cuadrados y círculos que parecen
dogmáticas, tener una aplicación inmediata a i el mundo observable. Esto es
bn la Edad Media, la idea de Aristóteles de un orden natu- posible gracias al método deductivo (esto es, la demostración
de que, dados ciertos axiomas, es imposible negar ciertas con­
clusiones sin contradecirse),:
’ l-a traducción m is reciente en castellano es la edición preparada por
(, M oya y A. Escohorado, publicada en 19R3 en Editora Macional f .\ ‘. del T.) La creencia de que el conocimiento debe hallarse deducien­

92 93
cha por utilizar el conocimiento que obtiene de la aplicación
do verdades complejas a partir de axiomas simples hace que
sociológica de la metodología paduana y prescribir así el orde­
Hobbes tome dos direcciones. A veces comienza estableciendo
namiento apropiado de las relaciones sociales. Una vez que se­
sus axiomas o definiciones y los-.reúne después para deriva r
llamos lo que desean todos los hombres podremos decir enton­
nuevas verdades sobre el mundo. Describe este proceso «sinté­
ces lo que deben hacer si quieren satisfacer sus deseos. Por
tico» de pensamiento como «saber las consecuencias de los
consiguiente, para Hobbes, no menos que para Aristóteles, no
nombres». Otras veces comienza observando los fenómenos y
existe ningún vacío entre el «es» y el «debe». Una vez que se
volviendo a las proposiciones básicas de las que pueden dedu­
sepa que los hombres temen la violencia y la muerte será posi­
cirse mediante el proceso sintético. Esto se denomina como el
ble determinar la forma de sociedad más detestable, a saber,
modo «analítico» de pensamiento. Uniendo los dos procedi­
aquella que disminuye estos males; ése e_5_en_yerdad. todo_eLob^
mientos-de-análisis-y-síntesis obten emos-lo-que-se denominaba-
jetivo de la empresa.
como la metodología paduana que empleaban muchos de los
primeros científicos, tales como el astrónomo Cali leo y el fi­
siólogo Maree y (que descubrió la circulación de la sangre).
L a teoría del hombre de H obbes
Hobbes intenta emular a estos científicos pioneros resolviendo
analíticamente la experiencia social en sus elementos básicos y
Parodiando la definición que hace del hombre Aristóteles
recomponiéndolos después sintética rúente de forma estricta­
como un animal social, podemos decir que, según Hobbes, el
mente deductiva. De este modo espera descubrir los elementos
hombre es una máquina antisocial. Hacia el interior de esta
básicos de la naturaleza humana que son las causas de los fenó­
máquina se dirigen unas entradas que proceden del entorno y
menos sociales.
que pasan a través de los cinco sentidos. Estas entradas produ­
Hobbes combina sus ideas sobre el método geométrico con
cen unas reacciones físicas internas (un tipo de «movimiento
la suposición materialista de que todo puede reducirse a la ma­
vital» que se corresponde con los deseos). Si los movimientos
teria en movimiento. Lo que Galileo había hecho para explicar
internos se dirigen hacia la causa de la sensación entonces se
los movimientos de los planetas mediante las leyes del movi­
denominan «apetitos». Si son movimientos que se alejan del es­
miento se propone hacerlo Hobbes estudiando la conducta hu­
tímulo entonces se denominan «aversiones». Ambos tipos de
mana, Considera que el hombre forma pane de la naturaleza
reacción pueden resultar de una actividad física manifiesta
física y supone que los movimientos humanos están sujetos a
(«movimiento voluntario»), la salida observable de ¡a máquina
las mismas leyes de causa y efecto que el resto del mundo na­
humana. Allí donde existan estímulos que compitan entre sí se
tural, Está claro que Hobbes, a pesar de concentrarse en la psi­
producirá un proceso de toma de decisión que produce una os­
cología humana, no intenta comprender la conducta de forma
cilación en el cerebro entre e! apetito y la aversión hasta que
interpretativa. Es un positivista. Y aspira a explicar la vida
cualquier apetito o aversión demuestre ser lo suficientemente
mental y espiritual del hombre en términos puramente físicos.
fuerte como para producir o impedir una acción. «Ea volun­
Estas suposiciones materialistas están de acuerdo con su idea
tad» se define, por lo tanto, como el apetito último o aversión
determinista de que la conducta humana está sujeta a la necesi­
que es inmediatamente anterior a la acción o inacción (parte f,
dad causal. Por consiguiente, utiliza el programa característica­
cap. 6, pág. 128). La elección es así un proceso que está ca­
mente positivista para teorizar sobre la sociedad que está de
sualmente determinado y que resulta del deseo más fuerte.
acuerdo con el método científico que tuvo más éxito en su
A esta teoría del determinismo psicológico (que se establece
época.
en la parte 1 de Ijsviathan y Human Mature), Hobbes añade una
Las investigaciones que hace Hobbes de las causas últimas
teoría naturalista de la ética según la cual «lo bueno» es el obje-
de la sociedad humana no carecen de un objetivo práctico. Lu­

<55
genes que se desvanecen a través de frecuentes percepciones
co de) deseo y «lo malo» el objeto de la aversión (Leviathan} de la misma conjunción de acontecimientos, ya que los hom­
parte I, cap. 6, pág. 120). Además, los deseos del individuo se bres prestan más atención a lo que perciben más a menudo.
relacionan todos con su bienestar. La moralidad se reduce as i Los detalles de este estudio sobre el razonar puede que estén
ai cálculo racional que hace el individuo de aquello que satisface pasados de moda y que sean altamente especulativos, pero es­
sus deseos- Esto convierte a Hobbes en un egoísta ético ya que tán muy en la línea del concepto moderno que se tiene de ta­
sostiene que cada individuo, como ser raciona) qtte es, debe sa­ zón humana según ei cual se trata de un computador sofistica­
tisfacer su deseo lo más posible. Ser moral es ser prudente. do compuesto de una red de caminos ncuro lógicos.
De acuerdo con su idea de que todo es materia en movi­ Toda acción humana, según Hobbes, implica que se den
miento, 1 lobbes argumenta que todos los deseos se relacionan -juntos-ra2ón-y-deseo-en'Formaide_apetit'o' y aversioñrETdéseo-
con la necesidad de mantener el cuerpo humano en movimiéñ- provee los fines de la acción humana, la razón indica ios me­
to y evitar de este modo la muerte. Cada pasión se analiza para dios para conseguir estos fines. Los medios para alcanzar los
demostrar que es un apetito egoísta o una aversión. Las pasio­ fines individuales los denomina Hobbes «poder», o los «medios
nes más importantes de su teoría social son la esperanza o «el presentes para obtener algún futuro aparentemente bueno»
apetito que espera obtener alguna cosa» (parre I, cap. 6, pági­ (parte !, cap. 10, págs. 150 y ss.). La vida humana es un «de­
na 122) y el miedo, o «la aversión que opina que el objeto produ­ seo perpetuo y sin descanso de poder tras poder, que sólo cesa
ce algún daño»; el primero conduce a los hombres a la socie­ con la muerte» (parte 1, cap. II, pág. 1f>1). Pero el poder no
dad, ei segundo les aleja de ella. Todos los motivos que apa­ puede obtenerse sin conflicto. En primer lugar, los hombres
rentemente no son egoístas se interpretan como modos indi­ tienen que luchar por los escasos recursos (Hobbes denomina
rectos de fomentar nuestros propios intereses. Por ejemplo, se esto «competición»); en segundo lugar, tienen que defenderse
supone que los hombres son amables entre sf sólo para poder y evitar así que otros les roben el poder que han acumulado
recibir a su vez amabilidad. («timidez»); y en tercer lugar, incluso cuando tos recursos no
La vida humana es una lucha constante por satisfacer el de­ son escasos y ios hombres scsicntcn seguros con sus pises iones,
seo. Para que le sirva de ayuda en este proceso el hombre está buscan el sentimiento de superioridad que les da d tener poder
dotado de razón con la que puede aprender de la experiencia sobre otros («glorias») (parte í, cap. 15, pág. 185). Estas tres
cuáles son ios modos más efectivos para alcanzar la satisfac­ «causas de disputa» enfrentan a los hombres entre sí y hacen
ción y evitar el fracaso. Aquí entra en juego la inducción. Es­ que, cuando no existan unos controles externos, se encuentren
tas actividades cognitivas se explican todas, como las acciones en un constante «estado de guerra». Hobbes afirma, por lo tan­
humanas, en términos físicos (ver parte I, cap, 2, págs. 88 to, contra Aristórdes, que la naturaleza del hombro le incapa­
y ss.). Son el resultado de los movimientos Fisiológicos de la per­ cita completamente para vivir en sociedad. En el estado de natu­
cepción de la sensación que la mente retiene como ideas o raleza (que, corno ya indicamos en la página 8, significa, la au­
«concepciones». Estas concepciones son intensas inmediata­ sencia de instituciones sociales y políticas) la igualdad física
mente después de la percepción, pero al final se desvanecen en aproximada de los hombres tiene como consecuencia que la
la nada. La conciencia es, pues, una «apariencia» en la mente guerra constante que es segura hace que la vida sea, según la
de los movimientos corporales; la imaginación es la sensación frase característicamente mordaz de Hobbes, «solitaria, pobre,
que decae y desaparece; la memoria n o es más que un prestar antipática, brutal y breve (parte 1, cap. 13, pág. 186). La vida,
atención a las imágenes que se desvanecen de la sensación. de acuerdo con la naturaleza dd hombre, no se trata simple­
Reuniendo todo esto, pensar significa simplemente añadir pa­ mente de una carrera, es una batalla, y una batalla sin reglas o
labras a este proceso básicamente fisiológico. Más específica­ restricciones en la que a! final a todos les toca perder.
mente, el pensamiento inductivo opera fortaleciendo las imá­

96
establezca un poder que les obligue a cumplir los pactos. Este
«contrato social» por d que se establece la sociedad civil es un
L a teoría de la sociedad de Hobbes recurso que hace racional que los hombres se comporten ba­
sándose en el deseo instrumental de unas telaci cines pacíficas
Bi análisis que Hobbes hace de la naturaleza humana parece que les aseguren que recibirán ios beneficios que desean du­
hacer imposibles las relaciones humanas pacíficas y cooperati­ rante todo el tiempo que se abstengan de dañar a otros.
vas, Pero el hombre necesita la sociedad; cuando es niño no
El contrato social incorpora los «artículos sobre la paz» que
puede vivir sólo, y durante toda su vida requiere la ayuda de Hobbes deduce de Ies «leyes de la naturaleza». En su es­
otros para sobrevivir y cuidarse de una manera adecuada. Por
quema, una ley de la naturaleza no es un Imperativo moral,
lo tanto, aunque no sienta un deleite natural por la compañía,
sino simplemente un «precepto, o regla general, que la razón
sí que necesitan y desean sus beneficios. Por consiguiente,
----- descubre,—y- qtKTpfShíbe'á un hombre hacer aquello que des­
«nosotros no buscamos por naturaleza la sociedad, sino a causa truya su vida» (parre 1, cap. 14, págs. 189 y ss.). La primera ley
de los horrores o beneficios que podamos recibir de ella: esto
de la naturaleza es «procurar la paz, del mismo modo que pue­
es lo que deseamos en primer lugar, lo otro en segundos» (Pbii-
da (el hombre) desear obtenerla». Esta ley no excluye por sí
osophkúl Elemente of A Tme Citizen, cap. 1). misma a los hombres del predicamento de desear La paz, sino
Sin embargo, aunque los hombres puedan desear una vida
de promover la guerra. Pero la segunda ley significa un paso
que esté socialmente ordenada ya que esto serviría de instru­
hacia adelante para lograr una solución, pues requiere que «un
mento para satisfacer sus propios deseos egoístas, esto sería
hombre esté dispuesto, cuando otros lo estén también, en lo
una base insuficiente para que incluso se dieran las relaciones
sucesivo, a lograr la paz y su defensa personal que crea conve­
cooperativas más transitorias. E l propio interés divide a los niente, renunciando a su derecho sobre todas las cosas*,
hombres tan rápidamente como les une. Si la gente sólo se
y contentarse con poseer la libertad contra otros hombres que
reúne para obtener beneficios o gloria entonces se separarán
permitiría que otros hombres la tuvieran contra él» (parre 1,
tan pronto corno de otros modos se obtengan más objetivos de
cap. 14, págs, 104 y ss.). (Aquí dé 1temos indicar que los «dere­
aquellos que se. desean. Esto significa que incluso para prote­
chos» naturales que los hombres tienen en el estado de natura­
ger aquello más preciado que poseen — sus vidas— a los hom­
leza y a los que renuncian en el contrato social son simplemen­
bres se les prohíbe establecer unas relaciones que sean efecti­
te «libertades» o ausencias de obligaciones. Tales libertades no
vas. No puede esperarse que alguien se reprima de hacer daño
deben confundirse con los derechos que se discutieron en el
a otros cuando esto vaya en beneficio propio. Y , sin embargo,
capítulo primero y que corresponden a las obligaciones que
si sólo unos pocos amenazan las vidas y sustento de una pacífi­
otros tienen hacia el beneficiàrio de la ley; estos derechos y
ca mayoría, esto es suficiente para generar el miedo y la sospe­
obligaciones no podrían existir fuera de la sociedad.)
cha hasta el punto de que se impida cualquier cooperación que
La base de la vida social es la reciprocidad del contrato so­
sea duradera. Ninguna persona racional se comprometerá in­
cial. Si todos los hombres renuncian al derecho natural que tie­
cluso con un acuerdo que sea mutuamente benéfico si tente
nen de defenderse y confían esa tarea a un solo hombre o a
que se aprovecharán de él como él lo haría si llegase la oportu
una asamblea de hombres, entonces todo el mundo estará pro-
nidad. Es irracional, por lo tanto, cooperar con otra persona a
icgido contra e! que «campa por sus respetos» y que se aprove­
quien no puede controlarse. El miedo aleja la esperanza. cha de la cooperación social sin cumplir con la obligación que
La solución hobbesiana a esta paradoja es que los hombres
li ice posible estas ventajas. Esta única persona o grupo (el «so­
en el estado de naturaleza, antes de llevar a cabo cualesquiera
berano») puede pedir ayuda a la fuerza colectiva de todos tos
otros acuerdos, deben realizar un contrato entre sí que
ntros miembros de la sociedad para actuar contra «ei que cam-

98
99
pa por sus resperos», o no cumple ¡os contratos, asegurando fuerza. Aquí, a menos que el soberano intervenga con su po­
así ¡a conformidad a la tercera ley de la naturaleza según la der superior, la fuerza es la base del derecho, aunque a los pa­
cual «los hombres realizan los pactos que han hecho» (parte 1, dres les interesa educar a sus hijos para que sean sus amigos
cap. 15, pág. 201). — algo que equivale a 3a amistad de la utilidad que indicaba
Hubbes se da cuenta de que «los pactos sin espadas no son Aristóteles. Y aunque Hobbes afirma que todos ios hombres
nada más que meras palabras», pero después de establecer el son iguales en poder, no existiendo ninguna base para la idea
contrato social el poder colectivo cíe todos es la espada que im­ de la esclavitud natural de Aristóteles, acepta que se dé una re­
pone ese contrato. Una vez establecida la sociedad civil será lación amo-esclavo que se fundamente en el consentimiento
racional que los hombres establezcan todo tipo de acuerdos más bien que en las diferencias naturales, otorgando el con­
para beneficiarse mutuamente. En particular, será posible po­ sentimiento como alternativa a aceptar la muerte a manos de
seer propiedades. En el estado de naturaleza no podía existir un conquistador (parte I,cap. X V , pags. 20.l_v._ss,.)..____________
ningún «mío» y «tuyo» ya que no había leyes que establecieran Debe indicarse que el soberano que Hobbes define no es
quién tenía derecho a que cosas, así que mientras que los hom­ simplemente el depositario central de la fuerza que se necesita
bres podían poseer cosas no podían tener derecho a nada (en para apuntalar los acuerdos en los que se basan las reglas insti­
el sentido que se indica en el capítulo 1). De aquí que no pudie­ tucionales de la sociedad; tiene también la tarea de determinar
ra existir ningún tipo de robo o intrusiones. Pera una vez esta­ lo que está bien y mal en lo referente a las interacciones socia­
blecida la propiedad, la industria y el cultivo se hacían viables les. Al no existir ninguna autoridad mora) por encima dei pro­
y el comercio que es mutuamente benéfico podía comenzar a pio interés, ningún bien ni mal objetivos que trasciendan los
tener lugar en el mercado. Así, los hombres comienzan a ha­ deseos humanos, y ningún concepto de justicia que sea ante­
cerse la vida cómoda y segura, escapando de los males dd esta­ rior a la existencia de la ley positiva, las reglas de la vida social
do de naturaleza donde no o b re n «ningún tipo de artes, letras deben establecerse por el soberano. Lo que importa para ¡a or­
ni sociedad; v lo que es peor de todo, un miedo continuo, y ganización social no es ni mucho menos que las normas de la
el peligro de una muerte violenta» (parte l,cap. 13, pág. 186). sociedad sean «correctas», sino que estén determinadas de for­
La idea de Hobbes es entonces que todo tipo de relaciones ma autoritaria. F.l soberano debe jugar, por consiguiente, tanto
sociales son artificiales ya que son producto dd cálculo y el un rol al crear como ai imponer las normas sociales. En esta
acuerdo más bien que de! afecto o el impulso.-La sociedad se tarea tampoco está coaccionado por ninguna consideración
basa completamente en la racionalidad instrumental y de nin­ religiosa que no sea su propio miedo a Dios como el más po
g u n a manera en d amor o amistad altruista. Esta es una forma deroso de los seres (porque Hobbes sí que creía en Dios como
extrema de la teoría del conflicto porque las causas del conflic­ un creador omnipotente). En verdad, el soberano utiliza la
to humano son inextirpables, ya que tienen su origen en la na­ creencia religiosa como un medio para obtener la conformidad
turaleza humana, y requerirán siempre que se mantengan bajo a sus mandaros.
la vigilancia de un poder que pueda intimidar las pasiones Hobbes tiene claro que la religión es un medio de control
egoístas de los hombres e im pon er la obediencia a las normas social, que implica, si no engaño, algo parecido a la falsa con­
que de otro modo violarían. Las relaciones sociales son, por lo ciencia de Marx: «La religión es el miedo que se siente ba-
tanto, «externas» al individuo más bien que parte de unos con i ia un poder invisible, inventado por la mente, o imaginado
sonsos morales compartidos. Ni siquiera la familia se sostiene pir aquellos cuentos que se permiten públicamente; aque­
por medio dd afecto natural, sino que se mantiene unida por lla que no está permitido en superstición» (LívU-han, parte !,
el poder superior dd padre cuyo relativo dominio que tiene so­ i.ip. 6, pág. 124). Es un crimen enseñar una religión no or­
bre la mujer y el absoluto dominio sobre los hijos se basa en la todoxa, no porque sea falsa, sino porque socava la credibilidad

10(1 101
de los gobernantes que pretenden ser más que humanos para para con el ciudadano ya que él no forma parte del contrato
poder mantener su autoridad jugando con el miedo irracional que establecieron todos los demás hombres que le transfirieron
que los hombres tienen de los dioses (ver Parte III, cap. 42, sus derechos naturales. Esto reglamenta la posibilidad de k re­
pág. 567). La libertad total en estos asuntos es irncompatibJe belión justificada que para Hobbes se trataría simplemente de
con ¡a existencia soda i. otra vuelta a la disolución del estado y, por consiguiente, al co­
lapso de toda la sociedad. Dadas las indi naciones de los hom­
bres, una autoridad soberana debe ser perpetua, ilimitada e in­
divisible. Cualquier cosa que no sea esto ocasionará una vuelta
I mplicaciones prácticas
a la «guerra perpetua de todo hombre contra su vecino» (par­
Hobbes define su teoría social y política en términos de una te 1, cap. 20, pág. 312). No puede existir ninguna protección
-historia sobre un pasado dÍst ante y-hace -que-en foquemos- núes-_ contra el. soberano porque,-si-establecemos otro podeíYjüé ños-
fra atención que la idea de un único contrato histórico, pero el uso defienda contra los peligros del soberano que abuse de sus po­
que hace de hecho de esta noción es tanto prescríptívo como deres, disminuimos las bases de su efectividad. La esperanza
descriptivo. No fomenta la idea d e que todas las sociedades se que debe tenerse es que, por mucho que el soberano descuide
originen en un contrato social, sino que sugiere que, porque el rol que se ha proyectado sobre él o que mire por su propio
sería racional que los hombres en un estado de naturaleza for­ interés, esto no puede producir peores resultados que el del es­
maran una sociedad civil, esto justifica el tipo de autoridad po­ tado de naturaleza y se tratará probablemente de una mejora
considerable.
lítica absoluta que el contrato social establece. La consecuencia
evidente de su teoría es que, cualquiera que fuera el origen real Por todo esto, Hobbes elabora una prudente prescripción
de un gobierno despótico, los hombres tienen ahora una buena a partir de sus premisas sobre la naturaleza y condición huma­
na; los hombres deben entregar su consentimiento al gobierno
razón para mantenerlo.
Los poderes que Hobltes dice que los individuos deben en­ absoluto, fisto se sigue del punto de vista sociológico descrip­
tregar al soberano son bastantes (véase parte II, caps. 17 tivo según d cual cualquier cosa que no sea esto hace que el
y 18). El soberano, como ya hemos visto, debe tener derecho a gobierno y, por lo tanto, sus beneficios sean imposibles.
decidir lo que es bueno y malo en el sentido moral y legal «ofi­
cial» contrastándolo con la idea naturai de lo bueno como
V a l o r a c ió n
aquello que es diferente y satisface los deseos de los indivi­
duos. Los hombres renuncian al derecho de un juicio privado
del mismo modo que renuncian al derecho de autodefenderse. ¿Podemos aceptar las proposiciones axiomáticas de 1íobbes
Cualquier otra cosa desembocará en el caos y en la anarquía. acerca de la naturaleza humana? Y si lo hacemos,- ¿estamos
Sólo cuando el soberano no pueda d efen d er ya a) ciudadano obligados a aceptar las conclusiones que deduce de ellas? ¿Es
individual podrá éste volver a! estado de naturaleza, desobede­ d hombre una máquina antisocial que procura sólo aurocon-
cer los mandatos del soberano y procurarse su propia defensa. servarse? Y si es así, ¿es el absolutismo político la precondi­
ción de la existencia social?
D entro fíe estos límites el individuo no tiene otra elección que
n o sea la de obedecer. Verdaderamente el contrato le convier­ Si consideramos seriamente su modelo geométrico, enton-
te en «autor» de los actos del soberano porque fue él mismo i es es tentador interpretar la teoría de Hohbes a la luz de las
quien eligió al soberano para ejercer este rol de manera que al «leas modernas que estudian las bases teóricas de la geometría,
obedecer al soberano está de hecho obedeciéndose a sí mismo. cuyos axiomas no son más que estipulaciones (o arbitrarieda­
El soberano, por otra parte, no tiene ninguna obligación des) para definir conceptos espaciales (como, por ejemplo, que

102 103
to inductivo arriesgado para generalizar a partir de los análisis
una Iin ca recta es la distancia más corra entre dos puntos) que de la experiencia personal a la de todos los demás hombres,
no necesita, tener ninguna implantación en el mundo rea) particularmente aquellos que viven en diferentes tipos de en­
(ninguna línea recta es completamente recta). Sigue siendo, torno social ¿Por qué debemos asumir que las introspecciones
por lo tanto, una cuestión abierta si las conclusiones de la geo­ que Hogges hace son más típicas que las de Aristóteles, o que
metría euc lidian a se refieren o r,o a los fenómenos reales. las nuestras? Y puede que sus argumentos nos hagan interpre­
Hobbes puede haber asumido que sí, pero nosotros sabemos tar mal nuestra propia experiencia ya que parte de su técnica
ahora que, de acuerdo cott la teoría de la relatividad de Eins- es tomar ¡as actitudes y emociones que son aparentemente de­
tein, esto no sucede siempre así. Reflexionando a través de es­ sinteresadas y reinterpretarlas de tal modo que se demuestren
tas líneas podríamos decir que la terminología psicológica de que en último término son «realmente» egoístas. Los críticos
Hobbes es un conjunto de definiciones estipuladas; admirar el afirman que Hobbes exige dcmasiadci-al—pedir- que—admi--
sistema deductivo que construye con ellas, rechazar su suposi- tamos que nuestra conducta no es ni mucho menos completa­
ción de que las definiciones prueban por sí mismas cómo es el mente altruista y que concluyamos a partir de eso que no se da
mundo, e intentar ver después s¡ las conclusiones que se deri­ de ningún modo algo que se denomina altruismo. Todavía
van de sus teoremas tienen alguna aplicación a) mundo social más, se nos indica que intenta confundirnos haciendo que
real. aceptemos la tesis de que satisfacer un deseo es siempre agra­
Parece que está claro que Hobbes no pensaba que los análi­ dable y trata después esto como si equivaliera a decir que el
sis que hizo de los términos psicológicos eran meras definicio­ objeto de nuestro deseo es siempre el placer de satisfacerlo.
nes estipuladas, porque las apoya haciendo varias apelaciones a Esto pasa por alto la posibilidad, aceptada por Aristóteles y
la experiencia. Se consideraba que era alguien que presenta utilizada contra Hobbes por ios críticos de! siglo xvui, tales
verdades «que todo hombre conoce a través de la experiencia como Frenas Hutcheson y Bishop Butter, de que una perso­
si observa cuidadosamente los movimientos que ocurren en si na pueda sentir placer siendo benevolente con otros sin serlo
mismo». En la introducción a l.eviathan pide a cada uno de sus consigo mismo con el fin de obtener placer, Es cierto que pue­
lectores que considere «lo que hace, cuando piensa, opina, ra­ de discutirse que a menos que rengamos un deseo de ayudar a
zona, desea, teme, etc., y en qué se fundamenta... [y] que, por otros por su propio bien no obtendremos ningún placer bene­
lo tanto, lea y sep?, cuáles soti los pensamientos y pasiones que ficiándoles.
tienen el resto de ios hombros, en ocasiones que son pare­ L'na confusión similar parece subyacer a la suposición que
cidas». Hobbes hace de que una idea mecanicisca de la naturaleza hu­
E ste tipo de llamada a la introspección es difícil que sea un mana supone que el hombre es necesariamente egoísta, en el
método efectivo para probar la existencia de ios movimientos- sentido de que prefiere siempre su propia felicidad a k de
físicos insensibles, pero puede que tenga alguna fuerza en rela­ otros. Incluso si asumimos que los movimientos fisiológicos
ción con los análisis que hace de las emociones y pensamien­ internos son causas necesarias o que acompañan siempre a
tos. Mucha gente ha aceptado su desafío, examinado tan ho­ todo sentimiento, pensamiento y acción — aunque esto es alta­
nestamente como pudo sus propios procesos psicológicos, y mente especulativo— y que roda conducta humana y experien­
decidido lo que es básicamente correcto, por lo menos en lo cia está causada por la condición física del agente, esto no de­
referente al dominio de! propio interés y a la importancia que muestra que el foco de esa experiencia y el objetivo de la ac­
tiene el miedo v la ansiedad a la hora de determinar sus ción se dirija inevitablemente hacia los movimientos de la per­
acciones. sona en cuestión. Que un acto se cause a sí mismo no significa
No obstante, la instrospecríón es un método científico en el que deba dirigirse hada alguna condición futura del yo; auto-
que no se puede confiar del todo y se trata de un procedimien­
105
104
determinarse no es lo mismo que intentar satisfacer el propio los ciudadanos en potencia confiaría al gobernador unos pode­
interés. No es necesario, por lo tanto, que nos dejemos llevar res limitados para gobernar con su consentimiento, posibili­
por el atractivo que tiene el modelo mecanicísta del hombre de tando que se abandonase ese consentimiento si el gobernador
no cumpliera con su deber. Pero entonces Lockc no aceptaba
Hobbes en lo referenre a adoptar su psicología egoísta.
Lo único que puede decirse a estas alturas es que se han que los hombres fueran totalmente egoístas o que carecieran
simplificado excesivamente los postulados psicológicos de de escrúpulos morales y pensaba, por lo tanto, que el estado de
naturaleza.era más bien inconveniente eme -horrendo.
Hobbes y que han sido apoyados de forma inadecuada por la
evidencia empírica, particularmente si pretenden ser verdades De hecho, es difícil resistirse al argumento de Hobbes según
un ¡versales acerca de diados los ¡lümbresrEf me luso- si-se -p ien sa - _eJ_cual,-SÍ-Ios-hombres- temen-a la"muerte- sobre codo, y sí la
que sus axiomas son aceptables — quizá modificándolos— no muerte inminente es un rasgo del estado de naturaleza, enton­
puede decirse que tengan la certeza y universalidad con las que ces es racional que acepten lo que sea necesario para poder
conservarse. Si esto exige o no el compromiso toral a un sobe­
nosotros intentamos dotarlas. Puede que su estudio del hom­
bre se adecúe m ás a la conducta humana que se observaba en rano absoluto hasta el extremo que la vida de los contratantes
las primeras sociedades capitalistas que a )a de las primeras se sienta amenazada dependerá sencillamente de lo despótico,
feudales o clásicas, y que se aplique más a las relaciones de la malévolo y totalmente ineficiente que resulte ser el soberano,
política impersonal a gran escala que a las intimidades de la un tópico a! que Hobbes dedica una atención insuficiente.
Pero una crítica justa que puede hacerse a la consistencia de la
vida domestica y persona!. Estos son problemas empíricos que
no pueden resolverse por medio de una astuta definición, una postura de Hobbes es decir que si el soberano es un ejemplo
típico del hombre hobbesiano, que busca sólo su propio poder,
introspección individual o la observación limitada de una so­
riqueza y gloria, entonces será extremadamente peligroso para
ciedad particular.
¿La concesión cautelosa y provisional según la cual puedo iodo el mundo poner un poder ilimitado en sus manos. El re­
haber alguna verdad en el análisis que Hobbes hace de la natu medio parece por lo menos tan malo como la enfermedad.
raleza humana nos lleva a aceptar una calificación parecida de Una postura hobbesíana modificada, que no va tan lejos
las implicaciones que hace en teoría social? Éste problema im­ romo la idea de Aristóteles, según la cual el hombre tiene una
plica que consideremos su estudio de la transición del estado afinidad natural con las relaciones sociales, es la que indica que
de naturaleza a la sociedad civil. Se hacen dos tipos de crítica a <■! contrato social implica equilibrar los riesgos del estado de
esta parte de la teoría de Hobbes. Ei primero se refiere al con­ naturaleza contra aquello de vivir bajo un soberano absoluto
tenido preciso de los térm inos del contrato y el segundo a l.i (aceptando así que las relaciones sociales impliquen una pérdi­
idea toral de fundamentar las relaciones sociales con cualquier da de libertad por el simple hecho de aumentar la seguridad),
pero permite que en aquellas situaciones en las que los hom­
tipo de relación contractual.
En lo referente a los términos del contrato, John Lockc ar bres no alcancen las alturas del egoísmo hobbesiano pueda
gumentaba contra Hobbes un siglo después que la vulncrabili subsistir la vida soda) basándose en gran parte en el mutuo in­
dad del ciudadano respecto a ios caprichos, de un soberano ar te res y bastante menos en una fuerza física externa, y la mani­
bitrarío todopoderoso le situaba sn una condición peor qué b pulación de la creencia religiosa. Las cargas que los hombres
del estado de naturaleza. Como Loche decía en su Semnd Tre« i. upan que afrontar pueden variar así inversamente a los peli-
t'm o f Gevernment (1690, sección 93), una persona racional m> i;ms que intenten evitar comprometiéndose con el contrato,
se comprometería con un contrato para escapar de las moteta', l n liobbcstano es libre de intentar reparar este equilibrio hasta
y las zorras si esto le pusiera a merced de los leones. Loche mi i ir tro punto considerable sin tener que abandonar la teoría del
giere, en cambio, que el contrato que se establece entre tc.l.n individualismo instrumental. Recientemente se ha vuelto a ta­

106 107
puede discutirse que por lo menos algunas de las causas de
les especulaciones, aunque en una ¡inca más iockiana, con el
conflicto que Hobbes menciona, tales como el deseo por la
revival de la teoría del contrato social que ha llevado a cabo
gloria y la reputación, se hacen inconcebibles fuera de la
John Rawls (Teoría dt ía justicia, F. C. E ., 1979} y Róbete No-
sociedad.
zick (Attanhy, State and Utopia, Basic Books Inc., 1974). En la
Esto plantea un problema que es más molesto aún, ahora no
obra de Rawls nos enfrentamos principalmente de nuevo con
se trata de las bases empíricas de la teoría del contrato de Hob­
el problema que trata sobre lo que acordarían los egoístas ra­
bes, sino de su inteligibilidad y coherencia. ¿No resulta que
cionales en un estado de naturaleza referente a los principios
Hobbes es inconsistente cuando asume que los hombres en el
que se necesitan para establecer las instituciones sociales bási­
estado de naturaleza tienen unas capacidades que sólo pueden
cas, aunque en el caso de Rawls se busca más una respuesta
surgir-en-la-sociedad_crv[l?_E11'erg0ájéfpo7e]empró, es una ac­
-que-ofrezca una-guía-moral-má5 bien_qüe‘"uir“viilutttb're"'sodo-
tividad que se basa en reglas y que requiere un aprendizaje y
lógico y una prudencia política.
unos estándares autoritarios y, sin embargo, los hombres no
El segundo tipo de crítica que se ha hecho al contrato social
pueden establecer contratos sin utilizar el lenguaje; no tiene
de Hobbes es más radical ya que hace dudar de la plausiblUcUd
sentido, por lo tanto, pensar que se han llevado a cabo contra­
de toda la idea. Una forma de esta crítica apunta sencillamente
tos en el estado de naturaleza.
a su naturaleza »histórica. No existió nunca tal contrato por­
AJiora bien, ¿podemos concebir cómo funciona el contrato
que no existió nunca un tiempo en el que los hombres vivieran
social dada la situación que Hobbes describe? Éí sostiene que
fuera de una sociedad de tal tipo. Hobbes intenta defender en
ningún contrato es obligatorio a menos que haya un poder su­
alguna ocasión la historicidad del contrato, pero en su totali­
perior que lo imponga, pero a su vez se necesita un contrato
dad se siente feliz con la idea de que casi todos los estados v,
que establezca ese poder; esto significa que el contrato social
por lo tanto, las sociedades se originan de Ja conquista, y los
presupone la existencia futura de aquello que se quiere insti­
teóricos modernos que estudian el problema de los contratos
tuir. Debe existir bastante gente que cumpla el contrato sin
indican rápidamente que su propósito es mostrar las razones
que nadie la coaccione antes de poder contar con alguien que
que los hombres tienen para establecer un compromiso a tra­
lo mantenga, Pero esto no se puede llevar a cabo con el esque­
vés de una autoridad política y no para establecer hechos his­
ma de Hobbes,
tóricos.
Esto no se trata simplemente de ningún enigma lógico, sino
Pero si el estado de naturaleza no es histórico entonces te­
que es un modo de establecer el hecho evidente de que ningu­
nemos un problema más. El estudio que hace Hobbes de la na­
na sociedad puede subsistir si requiere la presencia constante
turaleza humana se basa en gran medida en la idea de cómo se
de un poder coercitivo que sea intimídateme. E n cualquier so­
comportan los hombres sin gobierno. Si los hombres no han
ciedad la fuerza efectiva requiere la cooperación de un gran
vivido nunca en un estado de naturaleza ¿cómo sabríamos el
número de hombres y esta cooperación no puede basarse ella
comportamiento que tendrían allí? Si Hobbes nos dice cómo
misma en la fuerza, se requiere, por lo tanto, que exista previa­
se comportan los hombres realmente cuando desaparece el go­
mente algún grado de consentimiento o acuerdo para que pue­
bierno, entonces se trata de un problema que es bastante dife­
da realizarse el desarrollo efectivo de las sanciones del poder
rente porque la conducta de los hombres que han sido miem­
político. Puede discutirse aún más que las coacciones externas
bros de una sociedad esrá afectada por su experiencia social. Si
del estado no pueden operar si no existe un trasfondo que
la conducta que hace que d estado de naturaleza sea tan malo
apruebe la existencia de esa autoridad o de las reglas de con­
es de hecho la conducta de los hombres que han crecido en so­
ducta que ésta impone. Resumiendo, las sanciones no pueden
ciedades, entonces tiene poco sentido decir que debemos en­
ser nunca efectivas contra el volumen de población si los ciu­
trar en sociedad para escapar de tal conducta. E s cierto que
109
108
dadanos sólo tienen razones prudentes y artificiales paca adap­ consejo. Si los hombres desean vivir entonces deben hacer lo
tarse a ellas. El modelo hobbes iano de contrato de la sociedad que él dice. Convierte este imperativo hipotético en algo pare­
no ofrece un estudio que sea más completo de la cohesión cido a uno categórico añadiendo que todo el mundo desea de
social. hecho vivir; por lo tanto, si son racionales, deben aceptar su
consejo.
Una objeción final que se hace al modo en que el contrato
social analiza las relaciones sociales se dirige contra su indivi­ ¿Pero son todos los hombres racionales? E incluso si fueran
dualismo metodológico. La artificia lidad de la idea de un con- a veces racionales, ¿puede su filosofía mccanicista dar cuenta
_trato-SOc iaLin dica-l a- fa ¡acia- de-pe usar- que-les-pat-rene s de-con— .de_nuestra.convicción-de que-alguxios procesos de razonamten­
ducta humana existen independientemente de sus relaciones tó son más válidos que otros? En un mundo de puta causación
sociales. No sólo el lenguaje y, por lo tanto, el pensamiento, ten qué lugar queda la racionalidad? Pero esa es quizá otra
cuestión más complicada.
sino todos los estados emocionales y actividades de las que se
hacen juicios valoratívos, y a las que se aplican los estándares
que se gobiernan por medio leyes, se forman viviendo en so­
U n reciente revival hobbesiano'.
ciedad y, por lo tanto, la idea de una especifica naturaleza hu­
LA SOCIO BIOLOGÍA
mana fija y universal abstraída de un marco social particular es
un sinsentido. Por mucho que se rechace el estatus hipotético
y ahistórieo del contrato social, pensar en estos términos signi­ No hay duda de que las suposiciones hobbes ¡anas están aún
fica un estímulo peligroso para la noción equivocada de que la presentes en gran medida en la teoría social, particularmente
naturaleza del hombre es independiente de su existencia social. porque «el orden social se considera que es aún en gran parte
En pocas palabras, Kobbes no se libera de la suposición el problema central que exige la atención dd teórico social. He
aristotélica de que es posible dar una definición o descripción mencionado que el lado racionalista dd modelo de contrato
de la naturaleza esencial del hombre y construir sobre ella una que Hobbes hace de las telaciones sociales ha vuelto a surgir
recientemente en la influyente obra de John Rawls y en la de
teoría social. Hobbes difiere de Aristóteles acerca de cómo es
la naturaleza y corta radicalmente con él negando que el algunos otros. Sin embargo, debe subrayarse también la conti­
hombre que es racional pueda vislumbrar lo que es natural­ nua vitalidad que tiene d aspecto menos racionalista dd pumo
de vista hobbesiano de la sociedad según el cual la organiza­
mente bueno o malo antes de que el soberano dicte sus man­
datos. Pero ambos son «esencialistas» (en tanto en cuanto fun­ ción social es el producto de las interacciones de los individuos
damentan sus teorías sobre una tesis de las propiedades «esen­ mecánicamente determinados con instintos innatos competiti­
ciales» de una cosa) y puede decirse que ambos han cometido vos y agresivos. Esto puede observarse en la reciente aparición
de un tipo de teoría denominada «sociobiología» que adopta
la falacia naturalista deduciendo estándares normativos a partir
los modernos desarrollos de las ciencias biológicas para pre­
de enunciados puramente descriptivos. Sin embargo, en el
sentar lo que de hecho es una versión actualizada dd indivi­
caso de Hobbes, las conclusiones normativas no son morales.
dualismo hobbesiano.
Considera que lo que se denomina terminología moral es aígo
que se refiere o bien al objeto de los deseos de los individuos o La sociobiología sigue los pasos dd teórico dd siglo xix Her-
bert Spencer, quien atribuye los rasgos hobbesianos de compe-
a los mandatos del soberano (y quizás también a la voluntad de
titividad y posesión a la naturaleza del hombre tal y como se
un creador omnipotente), lo que equivale a decir que no existe
algo que se denomine moralidad. Los «debe» que utiliza son ha formado a través de los procesos de la evolución. Este «dar-
winismo social» se utilizó en el siglo xix como base para criti­
máximas de prudencia, no imperativos categóricos indepen­
car cualquier otra extensión de las funciones dd estado que no
dientes de la experiencia moral ordinaria. Lo que sí ofrece es

m
Esta teoría del propio interés genético es esencialmente la
fuera la de establecer la lev y el orden, basándose en que cual­ misma que la que desarrolla el modelo de Hobbes acerca del
quier cosa que impida lograr el bienestar interfiere el desarro­
individualismo competitivo referente a los impulsos innatos
llo evolutivo natural en el que sobreviven’,los más adaptadlos y que tiene el individuo, pero mejora en Hobbes hasta el punto
mueren los más débiles, relacionándolo con el beneficio último
de poder explicar ejemplos de altruismo, como, por ejemplo, la
de la especie. conducta materna, que no encaja fácilmente en el esquema de
Las comparaciones que se hacen de esta evolución humana
Hobbes. En lugar de apelar a las relaciones contractuales cons­
Y la animal se utilizan también en las versiones biológicas que
cientes-de H©bbes-Wilsomapclara.Ha“raciotVálidad“iñcOTÍsciet\te
se realizan en el siglo x x dd enfoque de Hobbes. Siguiendo el
del propio interés genético que se dice que es aquello que pro­
ejemplo de Konrad Lorersz (véase el capítulo 9 de hesite Ste-
duce las organizaciones sociales que se adaptan a los objetivos
vcnson, Siete teorías de la naturaleza humana, Ediciones Cáte­
biológicamente determinados del individuo.
dra, 1983), escritores populares como, por ejemplo, Robert
Es una pena que la teoría no intente explicar de ningún
Ardrey en The Territorial Imperatm y Desmond Morris en E l
modo la infinita variedad de códigos sociales que definen el
mwo desnudo interpretan la conducta animal en términos antro-
parentesco como una institución social. En la sociedad huma­
pomórficos y sugieren que la conducta humana es esencial­
na las reglas de parentesco sé basan aproximadamente en los
mente similar y puede explicarse, por lo tanto, en términos de
lazos biológicos de! parentesco natural o de las relaciones san­
impulsos biológicos, tales como la agresión y la sexualidad,
guíneas. Sus variaciones y ramificaciones tienen un patrón bio­
que se manifiestan en patrones que forman parte tanto de la
lógico que es poco discernible. Los esfuerzos que se han hecho
naturaleza evolucionada dd hombre como de los animales.
para explicar las instituciones de parentesco de diferentes Cul­
Hay cierta pkusibilidad en algunas de las comparaciones que
turas a través de un juicio genético no han tenido hasta ahora
se citan y se dan entre los hombres v otros animales, pero la
ningún éxito al igual que los anteriores esfuerzos que se hicie­
abrumadora evidencia antropológica se alza contra este enfo­
ron para explicar la variedad de k guerra humana en términos
que criticando que pueda servir de base para estudiar satisfac­
de agresión instintiva, o de dar cuenta de los detalles de la
toriamente las sociedades humanas, cuya fundamentación es
conducta humana sexual como la expresión de los instintos se­
cultural y no biológica. No existen todavía estrechas relaciones
xuales que son fijos y específicamente «naturales».
establecidas entre los impulsos humanos que son particulares y
La cultura humana sigue siendo insensible a todos los es­
tienen, una fundamentación biológica y los patrones detallados
fuerzos que se hacen para identificar como subyacentes a sus
de las interacciones sociales.
múltiples formas un número de propensiones humanas que
Tenemos, no obstante, en la «sociobiología» de Edward O.
son específicamente básicas y tienen la suficiente precisión
Wilson otro intento moderno de explicar las sociedades huma­
como para poseer cualquier tipo de poder que sea significativa­
nas en términos de los impulsos evolucionados del animal hu­
mente explicativo. La plasticidad de: la naturaleza humana y la
mano, En Soaobiohgy: The Nene Synlhesis (Belknap Press of Har­
creatividad de la cultura humana continúan desafiando todos
vard Umversitv Press, Cambridge, 1955) Wilson propone la
los intentos hobbcsianos que se hacen para reducir la sociedad
teoría de que las relaciones sociales humanas se determinan
al mvel de las detalladas necesidades e instintos del organismo
por la propensión que tiene cada individuo para llevar al máxi­
humano sean o no producto de la evolución. Esto no significa
mo el éxito reproductivo de sus genes, bien sea autorreprodu-
que el enfoque hobbesiano que define al hombre como una
ciéndose o ayudando a la supervivencia y reproducción de
máquina predeterminada no continuará apareciendo de una
aquellos que portan e! mismo material genético u otro pareci­
forma u Otra ejerciendo su perenne atractivo.
do. Esto significa que los in d ivid u o s son inherentemente egoís­
tas excepto cuando se relacionan con sus parientes biológicos.
C apítulo V
Lecturas recomendadas
Adam Smith: el sistema sodai
A d em ás del Leviathan, los estudiantes de la teoría social de Hobbes
pueden leer De Humine (Hitman Nature or ¡he Fundamental Elements of
Polity). E n tre las obras que son secundarías, existe una excelente in tro ­ Adam Smith (1723-90) es famoso como economista. Su
d u cció n de D . D- R aphael, Hobbes (A lien & U n w in , L o n d res, 1 9 7 7 ). obra L a riqitevyt de las naciones (1776) que se publicó siendo ofi­
V é ase tam bién J . Vv. N\ W atk in s, Hobbe’s System of ideas (H u tch in so n , cial de aduanas en Edimburgo, marca e! com ien zo de la econo­
L o n d re s, 1 9 7 3 ) y R. S. Peters, HMes (P en gu in B ook s, H arm o n d s- mía moderna. Se le asocia también con las doctrinas dd capi­
w o rth , 1 9 6 7 ). Liu libro que enfatiza los aspectos ideológicos d e la te o ­ talismo libera! y con la ideología dd íaissez-faire o del gobier­
ría d e H obbes es C"_. b M acph erson , The Political Theory of Possessive H
no mínimo. Su teoría más general de la sociedad está conteni­
dh/iduelirm (O x fo rd U niversity P ress, L o n d re s, 1 9 6 2 ). L e o Strauss, The da ;en su Theory o f M oral Senliments (1759) que escribió siendo
Polities! Philosophy of Thomas Hobbes (O x fo rd U niversity Press, L o n d res,
1 9 3 6 ) contiene una discusión de la reacció n que H obbes h ace co n tra
profesor de filosofía moral en la Universidad de Glasgow, La
A ristóteles. P a ra una discusión crítica sobre sociobiotogía, véase teoría social de Adam Smith es una combinación interesante
M arsh all Sahlins, The Use atal Abuse o f Biology (T avistock Publications, de elementos hobbesianos y aristotélicos. Su aspecto más dis­
L o n d re s, 1 9 7 7 ). V éase tam b ién R. D a v k irt, The Selfish Gene (O x fo rd tintivo y original es la idea de que la sociedad, al igual que el
U n iversity P ress, L o n d res, 1 9 7 6 ). individuo, es un sistema, o máquina, cuyas operaciones no son
el producto consciente de las intenciones humanas.
Smith Fue una figura central de la Ilustración escocesa, un
íntimo amigo del escéptico David Hume e influyó de forma
importante en tempranos sociólogos como David Millar y
Adam b'erguson. Vivió en una sociedad que estuvo fuertemen­
te afectada por la teología de la Reforma y todavía atrasada en
rerminos comerciales, aunque no educativos. El sistema capi­
talista estaba empezando a establecerse en ese momento como
el nuevo mundo y en Europa se desarrollaba además el comer­
cio que estaba haciendo que Glasgow prosperara. Intelectual-
mente, Escocia se relacionaba tanto con la Europa continental
como con Inglaterra y el mismo Smith era un buen y asiduo

114
lector de la literatura de la antigua Grecia y Roma. D e este en­
torno surgieron algunos intentos de considerar la historia de ¡a fue escribir una historia aclaratoria de la ciencia. Nunca la
sociedad humana en términos científicos e incluso humanos. completó, pero autorizó la publicación postuma de un numero
Para Smith esto significaba demostrar cómo evoluciona cada de ensayos sobre el tema, uno de los cuales — la «Historia de la
sociedad un consenso moral de aquello que considera apropia­ Astronomía» (en Essays on PbUnsophical 5ubjeds, Londres,
do, justo y prudente y que hace que pueda funcionar como una 1975)— nos ofrece una gran información acerca de lo que
«inmensa máquina cuyos movimientos regulares y armoniosos considera que es la teoría científica. En esa obra comienza dis­
producen un millar de efectos agradables» (Theorj q f M oral Sea- cutiendo las especulaciones que el hombre primitivo hace de
tímente Vii, lii, II). Las referencias que se hacen de ¡as obras de los movimientos de las estrellas y los planetas y concluye con
Smith siguen la form a que se adoptó en la edición de Glasgow una exposición de los logros de Isaac Newton, su propio hgroe__
— científico: ~
de las li-J//rks and Correspondente (Ciarenflon P ress~ 0xíorti,
1976) de Smith. El principal propósito de Smith en la «Historia de la Astro­
nomía» es suministrar algunas explicaciones psicológicas de]
desarrollo de las teorías científicas. Cree que se originan en el
L'l ENFOQUE de S mith asombro y sorpresa que el hombre siente ante lo que es nuevo
o inesperado, estados mentales incómodos de los que intentan
Adam Smith deseaba convertirse en el Isaac Newton de las. librarse relacionando en sus mentes los objetos y aconteci­
ciencias sociales y fue adamado como tal por sus contemporá­ mientos que son extraños y so rp reden tes con aquellos que, por
neos. Adaptando la teoría astronómica de Newton al estudio ser familiares y esperados, no ocasionan ninguna inquietud
de la conducta humana considera que la sociedad es como un mental. D e aquí la tendencia humana universal a clasificar los
mecanismo que conserva su vida y que cumple su propósito fenómenos que son similares como pertenecientes a la misma
estableciendo y restableciendo cienos balances naturales o, en dase v a generalizar a partir de las secuencias de los aconteci­
terminología moderna, equilibrios. De este modo se convirtió mientos observados. La ciencia trasciende tales procedimien­
en un pionero dd funcionalismo en las ciencias sociales. Pero tos honestos de clasificación c inducción intentante incluir to­
para él no existe ningún conflicto entre este intento de expli­ dos los fenómenos en un esquema comprehensivo que descan­
car los fenómenos sociales como parte de la naturaleza y el sa sobre unas cuantas regularidades o principios que son senci­
resto de sus tareas filosóficas que justifican las prácticas econó­ llamente familiares- Ilustra esto con el ejemplo de un trozo de
micas y los sentimientos morales que producen sus equilibrios hierro que se mueve a lo largo de una mesa hacia un imán. La
sociales y nos alertan contra las corrupciones e injusticias que primera vez que vemos este fenómeno nos sorprende y busca­
amenazan con debilitar los sistemas que producen en gran par­ mos, por tanto, una explicación a tal novedad. Observando el
te la felicidad general. La felicidad de todas las criaturas que fenómeno repetidas veces la imaginación se calma familiari­
tienen sentimientos es, piensa Smith, el objetivo que el «Autor zándonos con él, pero sólo hasta cierto punto, porque no po­
de la naturaleza» intenta conseguir a través de los mecanismos demos relacionar todavía este fenómeno particular con otras
de la vida social. Para comprender el enfoque de Smith tene­ experiencias con las que estamos aún más familiarizados. En
mos, por lo tanto, que considerar su idea newtoniana de la este punto entra en acción la creatividad científica sugiriendo
ciencia, su concepto de un sistema social y cómo encaja todo una «hipótesis» acerca de un tipo de posibles conexiones inob­
esto en su punto de vista moral utilitario que fundamenta teo­ servadas que vemos normalmente a nuestro alrededor. En el
lógicamente. caso dd invín y el hierro la hipótesis que Descartes hace es la
Uno de los muchos proyectos académicos que Smith hizo de que existen un flujo de partículas invisibles entre los dos
objetos que «llena el vacío» sugiriendo así que la operación del
116
117
imán es un ejemplo del fenómeno que nos es familiar y que tra­ para explicar que los sistemas sociales son como unos mecanis­
ca del «movimiento que se ocasiona tras un impulso». Igual mos vivos cuyas partes contribuyen inconscientemente a la
ocurre, en astronomía, con ia teoría de las. «esferas concéntri­ vida y actividad del todo. El mecanismo opera manteniendo
cas», según las cuales el sol, la luna, los cinco planetas y las es­ ciertas balanzas naturales, o equilibrios, que es posible resta­
trellas tienen cada cual una esfera sólida, con la tierra en su blecer cuando se alteran por alguna razón. Uno de estos equili­
centro común, a la que están sujetos, y que fue «capaz de co­ brios está representado por los sentimientos morales que el
nectar juntos, en la imaginación, las mayores apariencias de los «espectador imparcial» siente de la conducta humana en cada
cielos que parecían estar más desconectadas (Hìstory oj Astrono^ sociedad. Smith utiliza el concepto del espectador impardal
my, Glasgow Eidition, 1980, pág. 56), La ciencia en su totali- para identificar el consenso sobre las actitudes_de_apmhaf-ión-y-
"dad es el descubrimiento de tales «principios conectados de la desapcobación que existen en toda sociedad y que se crea y
naturaleza», mantiene por los procesos psicológicos y sociológicos que des­
Smith concluye diciendo que una buena teoría científica criben en Tbeory o j M ora! Senliments, Otro estado de balanza o
tranquiliza la imaginación conectando el mayor número de ob­ equilibrio es la idea del precio natural o normal de una mer­
servaciones con los menos principios Familiares posibles. La cancía en una economía de mercado libre; este es el precio de
simplicidad es, por lo tanto, una característica fundamental de cada mercancía sobre el que «gravitan» los ptecios reales bajo
una teoría de caito. Pero la simplicidad queda en segundo lugar la influencia de los mecanismos dd mercado que se desarrolla
cuando se trata del requisito de que una teoría debe dar cuenta en L a riqueza de ¡as nadsnts. Esto trasciende ia idea que New-
de (odos los fenómenos, particularmente de aquellos que son ton tiene de un sistema puramente físico, en el que el equili­
irregulares en tanto en cuanto no encajan evidentemente en brio se trata simplemente del punto de descanso o movimiento
los patrones de rutina. La ciencia es, por lo tanto, una dialécti­ inalterable que se establece cuando todas las fuerzas son igua­
ca constante entre la búsqueda de la simplicidad y la necesidad les y se oponen a la noción más biológica de un mecanismo
de comprensión. Por esto, la hipótesis de la esfera concéntrica que tiene la capacidad de adaptarse a los cambios de su entor­
no podía dar cuenta de los movimientos detallados del sol y la no que hace que siga funcionando en su forma normal o «na­
luna y las modificaciones necesarias que se introdujeron para tural». Una gran parte de la obra de Smith se ocupa de explicar
dar cuenta de estas «irregularidades» — la postulación de las es­ estos variados mecanismos de realimentación que están ocul-
feras excéntricas»— ia hicieron tan compleja que perdió su ios y que contribuyen al funcionamiento adaptar ivo dd siste­
atractivo psicológico. Posteriormente el sistema de Copernico, ma social.
donde se indicaba que tos planetas, inclusive la tierra, giraban Smith no utiliza el lenguaje de «función» y «equilibrio», sino
alrededor del sol, reemplazó al de Ptoiomeo por ser más «co­ que habla de ios propósitos de Dios y de ciertas condiciones
herente», ya que conectaba tal variedad de movimientos que «naturales». De este modo, cuando trata un fenómeno social,
aparentemente no estaban relacionados y daba mejor cuenta como, por ejemplo, la tendencia que tiene el hombre (en la
de los movimientos «irregulares» que se observaban en los plañe vida cotidiana y según la ley) de juzgar las acciones por sus
tas. Pero fue Newton sobre todo, utilizando e! «hecho simple y consecuencias reales más bien que por las intencionales — que
familiar de la gravedad» que conectaba de forma precisa y considera en términos que hacen eco de la «Historia de la Ás-
comprensiva incluso las observaciones astronómicas más deta­ itnnomfa» como una «irregularidad» que parece que no está de
lladas, quien podría decirse que descubrió «las cadenas reales .muerdo con el sentido común culpando a la gente por aquello
de las que se sirve la naturaleza para reunir sus variadas opera que no tuvieron la intención de haces— establece sus objetivos
ciones» (Histnry oj Astronomy, pág. 105). He la forma siguiente:
Smirh utiliza en su propia obra este modelo astronòmici >

119
E s ta irregularidad del sentim iento... P ro ce d o a explicarla aho­ que «aunque puedan estar deformadas, no pueden ser total­
ra ; y con sid eraré, en prim er lugar, la causa que h o casion a, o el mente perversas» ( Theory o j Moral Senilmente, V, 2, I), Entre és­
m ecan ism o p o r el que la naturaleza la prod uce; en segundo lu­ tas se encuentra el deseo «original» o primario de obtener la
g a r, la exten sión d e su influencia, y p o r últim o, el fin ai que aprobación y evitar la desaprobación de otros hombres que
resp on d e, o el propósito que parece hab er tenido el A u to r de k dan iugar a todo tipo de pasiones sociales «secundarias». Esto
naturaleza al crearla fíbeory ojMoral Sentiments, 11, iii, ¡n tro d .). es lo que hace que el hombre se adapte naturalmente a la socie­
dad y marca el corte radical de Smith con Hobbes. (Debemos
Su esquema explicativo culmina de este modo, no en las
saber también que a pesar del modelo causal que hace de la
regularidades observadas, sino en una fe religiosa. Es cierto
•teoría-social—Sm íthr a-diferencia—Je "Hobbes, no dice qüeTéT
que utiliza la metáfora de una «mano invisible» para describir
hombre es una máquina. El reino psicológico o mental tiene
cómo Jas acciones de los individuos qu e se ejecutan básicam en ­
sus propias leyes que, aunque sean como las de la ciencia natu­
te buscando el propio interés conducen a la prosperidad de to­
ral, no son idénticas a ellas. No es, por lo tanto, un materialis­
dos. Esto no debe afectar nuestra aceptación de Smith como mo puro.
científico social porque no se invoca a Dios para explicar
Como hemos observado en su estudio del desarrollo cientí­
cómo se originan los efectos que son buenos y no intenciona­ fico, el hombre posee también ciertas capacidades de razona­
dos para el sistema, sino para dar cuenta de la existencia de ta­
miento que se fundamentan de forma psicológica. En la vida
les mecanismos maravillosamente adaptados. Dios creó al práctica esto se manifiesta en la habilidad que tiene para
hombre y el mundo, y por eso puede considerarse que los pro­
aprender por medio del ensayo y error cómo obtener todos sus
cesos naturales revelan las intenciones de Dios, pero Él es el
objetivos, aunque la mayoría de las acciones sean el resultado
creador y no el mecanismo. El mecanismo puede, por ¡o tanto,
de las incitaciones inmediatas de las pasiones o sentimientos.
analizarse y describirse sin hacer referencia a Dios. Estas posesiones se cree que son análogas, pero no equivalentes a
Dios entra en el esquema de Smith de Forma más funda­ las fuerzas físicas, impulsando a las hombres a la acción de
mental como el garante de los valores morales. La creencia re­
acuerdo con la magnitud y dirección que hayan acumulado. Si­
ligiosa provee a Smith de la justificación última para aceptar gue a I ¡obbes cuando acepta que «todo hombre... se interesa
los sentimientos morales naturales como estándares de lo que mucho más profundamente en lo que le concierne inmediata­
moralmente está bien o mal. Smith garantiza la benevolencia
mente que en lo que concierne a otros hombres; las pasiones
universal de Dios, a saber, «la mayor felicidad para el mayor egoístas, que se dirigen a satisfacer los propios intereses indivi­
número» — frase que inventó el profesor de Smith en Glas­
duales, predominan poque son generalmente más fuertes y
gow, Francis Hutcheson. más persistentes que otras pasiones, Acepta también que exil­
ien otras pasiones asocíales naturales — o, como diríamos, an­
tisociales— , tales como el odio, la cólera y la envidia, que pue­
L a teoría del hombre de S mith den ser fuertes, pero que son generalmente menos persistentes
que las egoístas. Pero sostiene, contra Hobbes y con Aristóte­
Adam Smith se encuentra entre el atomismo extremo e in­ les, que existen también pasiones sociales, como, por ejemplo,
dividualismo psicológico de Hobbes y Jas teorías sociológicas
la benevolencia, que aunque sean débiles en relación con todos
más bolístleas del siglo xix. Aunque no tuvo tiempo de desa­ excepto con unos cuantos amigos y parientes sí que funcionan
rrollar la idea de un estado de la naturaleza como una condi­
cuando no so les oponen pasiones egoístas o asocíales. Pero
ción presocial, su teoría de la naturaleza humana es hobbesiana ruando más se aleja del esquema hobbesiano es cuando estudia
hasta el punto de postular ciertas pasiones fundamentales y Smith los sentimientos morales. Estos dan lugar a las reglas
originales, tales como el hambre y ia propensión al trueque,

120 121
que tienen los sentimientos del agente en el momento de la ac­
sociales que dirigen el propio interés, restringiendo el egoísmo ción; el espectador hace a su vez un esfuerzo imaginativo para
y reforzando la benevolencia narural, haciendo así posible la ponerse en La situación del agente, provocando así que sus sen­
vida social que se basa en un consenso. timientos de simpatía se acerquen a los dd agente. Se da así un
La teoría de Sniíth sobre la moralidad social se basa en la te­
continuo proceso de ajuste entre agentes y espectadores. Allí
sis de que tos hombres aprueban las acciones y actitudes que donde el promedio de los sentimientos de los agentes y espec­
tienen otros si, cuando se imaginan que están en ¡a situación
tadores se encuentran, el grado de sentimiento al que se com­
de esa otra persona, sus sentimientos «de simpatía» están de prometen, o en palabras de Aristóteles, la actitud «media», es
acuerdo con aquellos que motivan realmente a esa persona, y, el sentimiento que es característico de la conducta moralmente
jje £ o fm a parecida, los hombres desaprueban las acciones y ac­
'aprobada“por'un_grupo o sociedad particular, o generalizando
titudes en las que «no pueden entrar» a causa de esos cambios en base a estos sentimientos compartidos esta «norma» viene a
imaginativos de postura. El sentimiento de simpatía no es lo expresarse en las reglas sociales con Eas que los hombres diri­
mismo que la piedad a la benevolencia; más bien es cualquier gen sus acciones para obtener así los placeres de la mutua sim­
sentimiento que surge de cualquier campo en el que uno se patía.
imagina que está con otra persona. Ai comienzo de'M oralSen- El análisis se complica por el hecho de que los juicios del es­
limenis se nos pide que consideremos lo que sucede cuando ve­ pectador estén afectados a causa de poder entrar o no en los
mos a un hombre atormentado: sentimientos de gratitud o resentimiento que sienten aqué­
llos que han, o quizás hayan, disfrutado o sufrido las conse­
A través de Ja imaginación nos ponemos en su lugar, pensa­
cuencias de las acciones del agente. La simpatía o la falta de
mos que sufrirnos los mismos tormentos, hacemos como que
ella hada estos sentimientos reactivos de gratitud y resenti­
entramos en su Cuerpo, y de algún modo nos convertimos con
él en la misma persona, haciéndonos de este modo alguna idea miento se siguen del juicio original que se hace de [a propiedad
de ;us sensaciones, sintiendo incluso algo que. aunque en me­ o impropiedad de la acción, reforzando la aprobación de la be­
nor grado, no se diferencia totalmente de tilas (Tbeory of Moral nevolencia, que evoca la gratitud, apoyando la desaprobación
Sea!¡mentí, ], i, 1). de las acciones dañinas o injustas, que provocan el resenti­
miento y”la acción vengativa. Así, el espectador tiende a desa­
probar los actos que dañan a otros y aprueba la venganza re­
Este es el fenómeno psicológico con el que Smith funda­ primida, suministrando así una base natural para la ley crimi­
menta su explicación de génesis y funcionamiento de las nor­ nal. De formas parecidas, todos los estándares sociales se ba­
mas sociales, Hace esto añadiendo a su contienda que los hom­ san en esa especie de «sentimiento o sensación inmediata» que
bres aprueban algo cuando simpatizan (esto es cuando com­ es el producto de la consideración imaginativa de las causas y
parten los sentimientos del agente) con la aserción de que los efectos de acciones específicas, y que, a través de un proceso
hombres desean obtener simpatía mutua por su placer intrín­ de adaptación mutua y multilateral entre agentes y espectado­
seco; nos gusta compartir las opiniones, actitudes y sentimien­ res, concluye en normas sociales de conducta a las que se llega
tos de otros y sentir así que «somos uno» con ellos. Más aún, mediante un acuerdo. Smith conecta todo esto haciendo refe­
disfrutamos la aprobación y nos disgusta la desaprobación. Así rencia a un eonstructo social o tipo ideal que denomina el «es­
tiene lugar un proceso de adaptación mutua. Para obtener la
pectador imparcial», a quien identifica con la persona media de
armonía deseada de los sentimientos el agente altera sus pro­ una sociedad o grupo que está en posición de observar la con­
pias acciones y actitudes para que los sentimientos implicados ducta de cualquier persona con la que no tiene ninguna cone­
se acerquen más a los que siente el espectador, y Smith indica xión especial.
que el espectador no puede experimentar nunca toda la fuerza
123
122
de millones de actos de la adaptación mutua que se da entre agen­
Cuando se trata de explicar e! contenido de las normas so­ tes y espectadores.
ciales Smith hace referencia a las fuerzas de las pasiones origi­
Smith extiende este estudio de la moralidad social para dar
nales, hasta dónde pueden controlarse por el agente, y hasta
cuenta de la interiorización de las actitudes del espectador im-
qué grado pueden entrar característica me ore en juego en dife­
pareiaL Al crecer cada individuo, el deseo que siente por los
rentes entornos (el miedo, por ejemplo, será más evidente en
placeres de simpatía mutua le impulsan a convertirse en el es­
situaciones peligrosas; esto da cuenta de las divergencias con­
pectador imaginativo de su propia conducta para poder antici­
siderables que hay entre ias normas que existen en diferentes
par las respuestas amistosas o adversas de los demás. Una vez
sociedades). El nivel de los sentimientos que se aprueban está
comenzado, este proceso Je JIsy a ..a _ap.ro.bai—y-desapro ba-r- su-
aíecrado-también -por—1a-faci hdad- eon-k-que-l©s-espectado res­
propia conducta, ya que es capaz de dividirse en su propio
pueden entrar en diferentes tipos de sentimiento. lJor aquí y
agente y en su propio espectador y experimentar el acuerdo o
por allá hay regularidades en el funcionamiento de la imagina­
desacuerdo de las actitudes de ambos yoes. De este modo, ob­
ción que influyen en el juicio del espectador imparcial. Por lo
servando retrospectivamente su conducta, no podrá montar en
tanto, es más fácil simpatizar con o entrar en sentimientos
una cólera no provocada y se condenará, por lo tanto, a sí mis­
agradables como la benevolencia que en dolorosos como la có­
mo. De aquí el desarrollo de k conciencia como guía y soporte
lera, por lo que el nivel consensual que se aprueba de la bene­
de la conducta que está socialmente aprobada. La presión
volencia se acerca más a los sentimientos del agente en cues­
moral no es, por lo tanto, una cuestión simplemente ex­
tión, mientras que los agentes tienen que reprimir considera­
terna ya que el individuo intenta adaptarse a los juicios de su
blemente su cólera para reducirla al nivel aprobado. De forma
propia conciencia. La naturaleza del hombre es social, no tanto
similar, generaliza Smith, es más fácil entrar en estados emo­
porque su benevolencia sea más bien limitada, sino porque
cionales rales como los celos que en dolores que se originan fí­
todo hombre desea la aprobación de otros (el am o r por la ala­
sicamente, como, por ejemplo, los dolores de muelas, por lo
banza) tanto como la de sí mismo (el amor por lo loable).
que se nos pide que socialmente reprimamos al menos las ma
Sin embargo, dentro de los límites que el espectador impar­
nifestíteiofies de los primeros bastante menos que las de los se
cial establecí, bien sea por medio de la opinión pública o a tra­
gundos.
vés «del hombre interiora, el individuo intenta conseguir de
Estas «leyes» de simpatía tienen cada una sus efectos dife­
forma natural su propio bienestar. En efecto, en tanto en
rentes en ti promedio de los sentimientos morales de una co
cuanto hace tal cosa a través de una prudente previsión obtie­
munidad y forman parte de ios mecanismos ocultos que Smith
ne la aprobación del espectador que, como observador inde­
utiliza para explicar incluso las «irregularidades» o inconsisten
pendíente a quien no te afecta la urgencia del presente inme­
cías que hav en las normas sociales. Como cada individuo in
diato, se preocupa tanto por d futuro del agente como por su
tenca adaptarse al promedio o a ¡as actitudes del espectador
felicidad actual. Y así se da por supuesto el autocentralismo
imparcial estas actitudes no sirven simplemente como fnenie
natural dd hombre y se fomenta y aprueba la prudencia míen
de las normas sociales sino como punto de equilibrio hacia el
tras no entre en conflicto con la propia benevolencia y la justi­
que tienden los sentimientos de los individuos. De este modo,
cia estricta. Sólo hasta este punto es cierta k caricatura están­
los sentimientos de simpatía contribuyen a un sistema moral
dar de Smith como e) apóstol del propio interés.
que implica un consenso operativo de las que de otro modo se
rían actitudes conflictivas incoordinadas de los individuos in
tcract liantes, El estado de guerra hobbesiímo se evita, no me
díantc un contrato, sino como la consecuencia imnteacionaib

124 125
humana y sus especulaciones metafísicas respecto a la causa
del universo que, invocando los terrores del castigo eterno,
L a teoría de la sociedad de S mith, provee otros motivos para reprimir la tendencia de los hom­
bres a la injusticia. Por lo tanto, la religión apoya las represio­
Vivir en sociedad significa vivir juntos con una paz que sea nes legales y beneficia, por lo tanto, la vida económica. Seña­
suficiente para evitar la muerte, reproducir la especie y llevar a lando tales relaciones, Smith construye su caso considerando
cabo las actividades económicas esenciales para sobrevivir. Su que la sociedad tomada como un todo es un mecanismo inte­
primer prerrequísito es, por lo tanto, la justicia, esto es, algún grado que tiene un propósito global, tema que se refleja en el
sistema que reprima la tendencia natura) que tiene el hombre estudio que hace de la familia cuyo origen es el instinto sexual,
de dañar a otras personas. Una sociedad sin justicia, dice pero que se mantiene unida por la facilidad con qué nos identi-
SrñiTh, se desíñiíra, por esto ¡os resentimientos de"simpátíá del "ficamos a través de la simpatía con aquellos con quienes man­
espectador imparcial, compartidos y reforzados por todos tenemos un contacto constante. Esto tiene la consecuencia no
aquellos que experimentan algún daño a manos de otros, son planeada, pero que es socialmente necesaria, de proveer un lu­
la base de la vida social. Vengándose hasta donde apruebe el gar fijo donde los hijos, a través de un largo periodo de madu­
espectador itnparcia! se consigue que las intenciones del indi­ rez humana, pueden ser cuidados y dirigidos para interiorizar
viduo no sean la supervivencia de la sociedad, sino que sus ac­ las actitudes del espectador de su sociedad.
ciones tienen este efecto disuadiendo a los futuros delincuen­ Una vez dadas las reglas de justicia natural y respaldadas por
tes en potencia. Los procedimientos institucionalizados de tri­ algún tipo de refuerzo organizado, el núcleo de las relacio­
bunales que juzgan y castigan a los delincuentes es simplemen­ nes sociales que se dan fuera de la Familia, son, según Smith,
te una extensión organizada de esta venganza instintiva modi­ las económicas. Las sociedades se distinguen de acuerdo con
ficada, y el contenido de esta ley criminal regulariza simple­ sus métodos básicos de producción en sociedades de cazado­
mente los diferentes grados de resentimiento que sienten o res, pastores, agricultores y comerciantes (dominada esta últi­
imaginan sentir aquellos que sufren diferentes tipos de daño, ma por artesanos y mercaderes), cada tina con una propiedad
siendo el mayor en el caso de muerte y serios daños corpora­ que las diferencia y con un sistema de clase. Siguiendo su teo­
les, pero que cubre también la pérdida de propiedad y de repu­ ría general, las reglas de la propiedad no son creaciones cons­
tación personal. La conexión que hay entre la justicia y el re­ cientes, sino que surgen naturalmente de las expectativas de la
sentimiento explica por qué la justicia es una virtud puramente, posesión continuada que se generan por la ocupación del terri­
negativa ya que, como el resentimiento se produce sólo por las torio o el uso de los objetos en el curso normal de la activi­
acciones positivas que resultan en daño, es posible ser justo no dad económica doméstica. Los cazadores, sin hogares fijos, tie­
haciendo sencillamente nada. nen pocas de esas expectativas excepto las relativas a los ani­
Smith rechaza la idea hobbesiana de que la justicia es artifi­ males que han cazado; en la sociedad de pastores d cuidado
cial. La justicia se basa firmemente en sentimientos morales constante de los rebaños establece unas «expectativas razona­
irreflexivos, pero, de hecho, sirve al interés general y hace bles» de la posesión continua de esos animales, y con el desa­
esto, no sólo preservando las vidas de los individuos y, por rrollo de la agricultura se hace natural que cada persona culti­
tanto, la posibilidad de vivir juntos, sino estableciendo tam­ ve el terreno más cercano a su lugar fijo de residencia estable­
bién la paz que es necesaria para llevar a cabo la actividad eco­ ciendo así una expectativa de uso exclusivo y ocupación del te­
nómica, particularmente la actividad comercial, tiil esto esta rreno. Con el surgimiento de tas artes expertas y la extensa di­
apoyada por la religión institucionalizada que se origina en el visión del trabajo, se crean diferentes expectativas que concier­
miedo que el hombre siente ante las incerridumbres de la vida nen a la posesión de instrumentos y productos, y surgen allí

127
de la propensión natural que tiene cada individuo a cambiar
unas complejas reglas de propiedad que dan expresión a estas mercancías y al deseo de mejorar su situación material a tra­
expectativas, vés del mínimo esfuerzo de trabajo. Este deseo no es sólo por
Estrechamente conectado con la propiedad se encuentra e! el bien personal que les supone los beneficios materiales, ya
factor de las divisiones de clase que se basan principalmente en que las necesidades físicas del hombre se satisfacen fácilmente,
la riqueza, algo que es poco evidente en casi todas las socieda­ sino que es más por conseguir la atención y la admiración, en
des de cazadores que carecían de propiedad cuando tos hom­ una palabra, para ganarse la simpatía de los demás. De esta
bres vivían en grupos de casi doscientas o trescientas perso­ forma, su estudio de ¡a motivación económica se relaciona can
nas, El pastoreo y la propiedad de los rebaños produce gran­ su teoría de la simpatía dando una unidad a su teoría social que
des desigualdades entre los pocos ricos y los restantes pobres. ,se_ap£oxima_aLs ign ifi cado -de-1 a- idea -de-l a- gr avedad- err as tren-
Esto íleva directamente a un gobierno autoritario, como, por nomía. A causa de los placeres que se imaginan, por medio de
ejemplo, el de los jefes tártaros, porque los ricos necesitan que la riqueza ios hombres simpatizan fácilmente con los senti­
se proteja su propiedad de una forma organizada y poseen los mientos de los ricos que disfrutan, por tanto, de los beneficios
medios para mantener a numerosos dependientes que les pro­ reales de la riqueza, a saber, la atención y veneración del resto
tejan tanto a ellos como a sus animales. De forma similar, una de la humanidad. Esto explica la tendencia que tienen los
agricultura establecida ocasiona en el pequeño campesino hombres de acumular una riqueza que sobrepase sus necesida­
granjero la necesidad de protección y, por lo tanto, la riqueza y des físicas, y el respeto que sienten los pobres hacia los ricos
autoridad de las aristocracias feudales, cuya postura es inex­ que refuerza la distinción de grados y la autoridad del gobier­
pugnable hasta que aparece el desarrollo de las ciudades, esta­ no, De aquí surge el apoyo mutuo de las estructuras económi­
blece la alianza de una nueva clase de comerciantes y mecáni­ cas y políticas de la sociedad, ilustrando la primordial unidad
cos con los monarcas feudales, haciendo así posible la existen­ orgánica del mecanismo social.
cia de una clase comerciante. Esto facilita a su vez el desarro­ Este análisis de la motivación económica implica que mucha
llo de la manufactura y de lodo un nuevo sistema económico actividad económica es irracional, porque los placeres reales de
en el que se dan tres «grandes órdenes constituyentes», terrate­ la riqueza no se encuentran en ninguno de los lugares en los
nientes, capitalistas y trabajadores asalariados. que se cree que están. Smith cree también que la preocupación
Los detalles de esta histórica saga no necesitan ser de nues­ que se tiene por la riqueza significa una corrupción de la mo­
tra incumbencia, pero debemos damos cuenta de roda la orga­ ral, ya que la riqueza obtiene la admiración que de una forma
nización de la sociedad que, según la teoría de Smith, se sigue más apropiada se da al virtuoso. Peto esta es una de las irregu­
de las relaciones económicas fundamentales del método de laridades que le encanta explicar de forma causal haciendo re­
producción, de manera que el deseo de obtener bienes mate­ ferencia a la simpatía y de forma te!eclógica por las consecuen­
riales, en primer lugar para poder sobrevivir y después para cias benéficas que tiene para la estabilidad y, por consiguiente,
obtener [a estima de sus compañeros, es la causa subyacente de para la prosperidad de la sociedad,
la estructura y cambio social. Smith no subestima el significa­ Aunque Smith traza cuidadosamente las entrelazadas rela­
do que tiene el poder militar, particularmente en ¡o que se re­ ciones que hay entre los aspectos económicos, políticos, los re­
fiere a determinar quién puede proteger su propiedad y acu­ ferentes 3 la propiedad, religiosos y demás de la sociedad en
mular riqueza estableciéndose com o gobernadores (obteniendo rodo un sistema social, una gran parte de su fama descansa en
así ci automático respeto que se siente hacia los ricos), pero d análisis que hace de las economías comerciales como sistemas
esto no puede alterar de forma radical la organización básica autor regulativos. El análisis que Smith hace de los sistemas co­
de una sociedad de acuerdo con el método de producción im­ merciales implica la idea de un precio natural o «real» que to­
perante. La vida económica tiene que entenderse en términos
129
128
éxito se añade a la estabilidad política que exige el progreso eco­
das las mercancías tienen, que originalmente es la cantidad de
nómico. Todo esto tiene la apariencia de ser la obra de una
trabajo que se utiliza en la producción de la m ercancía en cues­
«mano invisible».
tión, pero que, al desarrollarse una economía, incluya los inte­
reses del capital (beneficio) y del terreno (renra) ya que son ne­
cesarios para asegurar que ese capital y terreno se aproximen a I mplica ero mes prácticas
tos propósitos de la producción. En d libro i de L a riqueza de
ias »¿¡dones Smith sostiene que en toda sociedad existe un pro­
Un sistema autorregulattvo que sea eficiente no debe desna­
medio o nivel natural de salarios, beneficio y renta que consti­
turalizarse, principalmente si sus operaciones interiores no se
tuyen el precio natural o la suma de lo que realmente cuesta -comprenden-1otalmemer Ebestndio que'Smith' hace déUáiTópe^
(levaruna- mercan'c íaTíErnercádery"quresrpoH ortanto-el-pre-—
raciones de la economía comercial implica de forma clara que
ció más bajo al que cualquier persona estará dispuesta a vender
los gobiernos deberían dejar en paz y permitir que surja lo que
sus bienes durante un cierto espacio de tiempo. Si el precio de
él denominó como «el sistema obvio y sencillo de la libertad
mercado está por debajo de! precio natura) entonces el primero
natural». Esta es la idea liberal del estado mínimo que está in­
subirá (de lo contrario, desaparecerá el suministro de la mer­
corporado en la política del laissez-faire.
cancía), pero si el precio de mercado es mayor que el precio
La libertad natural existe cuando
natural entonces otros productores en potencia, que intentan
aprovecharse de los beneficios inflacionarios, se pondrán a pro­
a todo hombre, siempre y cuando no viole las leyes de la justi­
ducir esos bienes supervalorados y entrarán en el mercado cia, se le permit* una total libertad para procurarse a su manera
vendiendo a un precio inferior que el que se da en el mercado su propio interés, y hacer que tanto su industria como su capi­
en ese momento obligando así a otros productores » reducir tal entren en competición con los de cualquier otro hombre.
sus precios, proceso que continúa hasta que e! precio natural
se convierte en norma. Esto significa que «el soberano está completamente liberado
E! precio natural es, por lo tanto, un punto de equilibrio ho-
de... la obligación de supervisar la industria de las personas
meosrático sobre el que, en palabras de Smirh, el precio de
privadas, y hacerquesedirijahacíael uso más adecuadode los inte­
mercado está «continuamente gravitando». Este punto de
reses de la sociedad» (Let riqueza de las naciones, libro IV, capítu­
equilibrio cambia al desarrollarse una economía, ya que le afec­
lo ix). El gobierno debe, desde luego, mantener las condiciones
tan el efecto acumulado de las causas del progreso económico,
para que funcione el sistema económico; debe administrar la
el aumento de la división del trabajo, la extensión de los mer­
justicia, aumentar los impuestos para proveer la defensa nacio­
cados, la mejora de Jas comunicaciones, y asi sucesivamente,
nal y proveer incluso el capital de la infraestructura comercial,
pero ei precio natural de una mercarle» se relaciona siempre
como, por ejemplo, para construir carreteras y puentes, pero
con el costo de producción y las proporciones naturales del
no debe intentar intervenir por otras razones en las fuerzas de
interés del capital, del trabajo y del terreno, que reflejan el ni­
la oferta y ia demanda o impedir que cualquier otra persona in­
vel imperante de la oferta y la demanda de estos factores. La
tente llevar al máximo sus propios ingresos utilizando para
tendencia general de este sistema es la producción de un flujo
esto su terreno, capital o trabajo. Por io tanto, casi todas las
estabilizado de los bienes de consumo al menor precio factible.
restricciones del comercio (internas y externas), derechos de
De este modo, dadas las coacciones de la justicia, los esfuerzos
monopolio y reglas Ocupación ales que sean restrictivas deben
que cada individuo realiza para mejorar su propia situación ha­
suprimirse. Esto debe llevar inevitablemente a una mejora de
cen que la sociedad, considerada como un todo, prospere ai
la riqueza nacional, no a expensas de los países vecinos, sitio
máximo, mientras que la riqueza relativa de una. minoría con
para su mutuo enriquecimiento, ya que unos mercados que
para hacer presión sobre las restricciones comerciales de ios
sean más extensos significan una división del trabajo más desa­
gobiernos, y todo industria] intenta protegerse contra una
rrollada v unos procesos de man ufa duración más eficientes.
competición que sea eficaz. El gobierno puede y debe resistir
No obstante, la distribución interna de la riqueza se haría de
las presiones de estos grupos parciales, peto Smith no Cree que
tal forma como para que beneficiase a todos los ciudadanos y
pueda realizarse su ideal de una economía completamente libe­
no simplemente a los ricos. El sistema de libertad natural es, rada, No obstante, es consciente de los dañinos efectos que
por lo ramo, justo y conveniente. acarrea la división del trabajo de la cíase trabajadora: la cons­
De igual forma, d gobierno no tiene la obligación de inter­
tante repetición de una manipulación aburrida implica un «en­
venir en la moralidad social, ya que esre es un problema de torpecimiento de la mente», mientras que la vida en las ciuda­
beneficencia, porque no se debe ohligar a nadie a que ayude a
desJib e ra_al_bómhr.e_deJa_totaLinfliien cía de-las presiones-so­
-otro s;~e 1-go bi ern crde bedím irarse^a-a pl icar_eb aspeeto_n egsrrivo ciales de las comunidades de los pueblos, de modo que la so­
de la moralidad, las prohibiciones que implican dañar a otros, ciedad comercial ocasiona una pérdida real de las «virtudes in­
esto es, con justicia, fisto significa de nuevo que el gobierno telectuales, sociales y marciales» de la clase trabajadora, que
no es ninguna agencia creativa, sino el instrumento de la ad­ sólo puede liberarse parcialmente a través de una educación
ministración efectiva de los sentimientos morales naturales del
elemental, función que Smith se sentía feliz de que el gobierno
sentimiento de simpatía que desarrolla su propio contenido subvencionara.
específico en cada tipo de sociedad según la clase de daño al
que son más vulnerables los hombres de esa sociedad, i.os go­
biernos no crean la lev a partir de la nada o para que sirva a V aloración
sus propios propósitos, descubren y aplican lo que ya se ha es­
tablecido por los procesos naturales. Es cierto que no tienen Los logros de Smith son los de un pionero. El esfuerzo de
poder para aplicar las leyes que vayan en contra de los fuertes considerar la sociedad comercial como un sistema y trazar las
sentimientos de la justicia natural. Algo paradójico para un interconexiones de ios variados aspectos de la vida social con­
oficial ele aduanas, ejemplifica este punto a través de los fraca­ tribuyó al desarrollo de la ciencia social moderna. Pero, aun­
sos gubernativos que se hacen para evitar el contrabando ya que su aspiración es seguir la metodología de Newton, no lo­
que no se considera que sea de forma natural una actividad cri­ gra ¡levar al estudio de la sociedad la dase de precisión mate­
minal. La ley natural está ahí, por lo tanto, para ser descubier­ mática que es posible en el estudio de los movimientos de los
ta y aplicada y Smith da consejos contra los intentos que se ha­ cuerpos físicos. A pesar de que busca las variaciones propor­
gan para mejorar este problema porque es posible que estos se cionales que hay entre factores económicos, tales como la acu­
lleven a cabo ignorando los ocultos mecanismos que hacen mulación de capital y la extensión de la división del trabajo,
que sentimientos morales que son útiles para el sistema como demuestra pocas relaciones cuantitativas que sean precisas en
un todo parezca que son aparentemente «irregulares». las leyes psicológicas y económicas que estudia. De este modo,
Smith no se siente, sin embargo, completamente optimista y a pesar de la naturaleza detallada de su evidencia económica,
satisfecho. Se siente escéptico de la capacidad de los políticos existe una evidencia empírica que es inadecuada a la hora de
para actuar de forma sensata procurando el bien común y
determinar el precio «natural» de cada área económica. Aunque,
teme el poder que tienen los derechos adquiridos- Todos los a !a larga, hizo ver lo conveniente que era la existencia de los sis­
grupos de hombres se asocian en beneficio propio; los políti­ temas económicos v sociales y muchos tic los caminos que trazo,
cos son «animales insidiosos y astutos» que intentan conseguir por ejemplo, por medio de las leyes de la oferta y la deman­
sólo su provecho político inmediato, ios mercaderes se unen da, siguen vigentes aún en la teoría contemporánea, habiéndó-

133
se puesto en duda, sin que esto sorprenda, la exactitud empíri­ con la imaginación, tiene una importancia en su época e in­
fluye de forma continua en la actualidad. Su estudio de la con­
ca de una gran parte de su obra.
Por otra parte, muchas de las cosas que indicó referente a la ciencia es discutiblemente más realista porque es más so­
ciológico que el de Freud y su influencia en la sociología
esfera económica, particularmente aquellos efectos que tienen
que ver con una competición liberada, tienen más aplicación a puede trazarse a través de la obra de C- H. Mead cuya no­
las primeras fases de! capitalismo cuando todavía estaba domi­ ción del «otro generalizado» debe mucho a Smith, no obstante
la distinción que hace David Reliman entre las sociedades
nado por las pequeñas empresas, y tienen menos relación con el
mundo de las compañías de capital social, sindicatos y corpo­ «que se dirigen desde dentro» y las «que se dirigen de otra for­
ma» está prefigurada en la distinción que Smith hace entre el
raciones internacionales. Su visión es hasta ese punto limitada.
La teoría que construye de las normas sociales es también amor que se siente por el elogio (de los demás) y el amor por
problemática, quizas más, a causa del carácter empírico evasfi- HoMoable_(ta—aprcrtacíón de nuestra propia conciencia) (ver
David Reisman, The Lonely Crmt/d, Yale Ufiiversity Press,
vo que tiene d fenómeno de! sentimiento «natural», esto es, las
1<;5Q).
actitudes teóricamente presociales de los hombres a partir de
Las ideas de Smith tratan, sin embargo, casi todas pasadas de
las cuales se construyen las normas sociales reales a través de
la interacción social y la experiencia individual. Todos los jui­ moda, del rol que la deidad juega tanto en su esquema explica­
tivo como en su ética normativa. Toda la base de su estudio
cios reales que son imparciales están afectados por las normas
sobre la causación final se socava si abandonamos la hipótesis
sociales del observador de manera que ei esfuerzo que se haga
de un creador benevolente, y uno sospecha que la confianza
para entrar en los sentimientos de otra persona está destinado
que tiene en la aceptabilidad de los resultados del laissez-faire
a que le afecten las actitudes morales del observador. Que tras
temblaría también a causa del agnosticismo.
esto, en los o r íg e n e s de un proceso genético del desarrollo per­
Por otra pane, la fácil identificación de lo que es «natural»
sonal y social existan unos sentimientos que son «originales» y
en el sentido de lo normal y lo que es «natural» en el sentido
universales o puros y de una precisión que es suficiente para
de lo deseable no hace que perdure fácilmente la desaparición
hacer que surja roda la galaxia de normas sociales, es una hipó­
de la suposición teológica según la cual lo que Dios ha creado
tesis especulativas más bien que una observación empírica,
debe ser bueno, has valoraciones que hace Smith se resumen
porque si estos sentimientos naturales existen están enterrados
eventual mente con una justificación metaética según la cual
en ja historia de los individuos y sociedades y no pueden evo­
aquellos sentimientos de los que no podemos librarnos des­
carse de nuevo y someterlos de este modo a observación. Esto
pués de una larga reflexión tienen una sentida autoridad e in-
no tendría importancia si la hipótesis pudiera comprobarse
empíricamente deduciendo de forma detallada las predicciones dubitabilidad que justifica que los consideremos como si fueran
la voz de Dios dentro de nosotros. Por lo tanto, aunque no
que se siguen de ella, pero la evidencia que Smith ofrece es de­
podamos acusar a Smith de haber confundido el «es» y el
masiado tosca y fácil para llevar a cabo este propósito. La sos­
«debe», la suposición que hace de que en último termino los
pecha que sigue existiendo, por lo tanto, es que la simpatía es
dos reinos, el de hecho y el del valor, coinciden es más una ex­
un vehículo para las actitudes morales y no su expticación-
presión de fe religiosa que de razón filosófica.
Pero mientras que Smith puede hacer que sigamos dudando
lis difícil decir si la teoría de la sociedad de Smith puede
de si su teoría puede o no dar cuenta de! contenido detallado
modificarse para cumplir así estos requisitos. Volveremos a
de las normas sociales, el análisis del proceso de «socialización»
tratar más tarde el problema de la equivalencia moderna
a través del cual las actitudes de los grupos que son afines,
de la teleología divina de Smith, esto es, el funcionalismo.
como, por ejemplo, los padres y profesores que se interiorizan
Sin embargo, se cree de nuevo que existe una conexión
a través de tos mecanismos psicológicos que tienen que ver

131
esencial entre los valores húmanos y lo que de alguna manera
es «naturalmente» bueno para el hombre, y es cierto que el uti­
litarismo ha surgido en una época posteo lógica. Además, el
criticismo que indica que d estudio que hace Smíth del sistema
económico no encaja en jas economías modernas puede consi­
derarse, junto a F. A, Hayek y Milton Fricdrnan, que es más
un criticismo de estas economías que de Aclam Smith; puede
que dirigirse hacia un «sistema de libertad natural» sea tanto
factible como deseable. Sin embargo, no parece fácil que pueda
hacerse ninguna clara aplicación de las ideas de Smith al mun-
_do_£n.odernO-y-la-senciliez -de- su- visión -de- un -sistema-que- se---- 1.enturas recomendadas
centra en el fenómeno del propio interés modificado por la
simpatía parecería que ha muerto por el aumento de las incon­ Una buena introducción general a la obra de Smith es la de E. G,
tables cuaíificaciones que se han hecho y que ocasionan que, de West, Adam Smith (Arlington House, Nueva York, 1969). Para la teo­
acuerdo con su propia idea del desarrollo teórico, pueda susti­ ría moral y social de Smith véase la obra de T. D. Campbelí, Adum
Smith's Sntrnee ojM oráis (Alien and Unwin, Londres, 1971) y la de
tuirse por otros conjuntos de suposiciones teóricas que pro­
D- A. Riesman, Adum Smith‘s Sociologiail Economía (Croom Helm,
veen unos estudios de la vida social que sean intelectual mente Londres, 1961).
más satisfactorios v unas implicaciones prácticas que sean bas­ Para un estudio comprensivo de !a obra de Smith es invalorable la
tante más diferentes. nueva Glasgow Edición de las Works and Correipondatce de Adato
Smith (Clarendon Press, Oxford, 1976). De las muchas otras edicio­
nes de la We/ilth o f Slaimns que pueden conseguirse, la versión abre­
viada editada por A, S. Skinner (Penguin Bookí, Hasmondsworth,
1970} tiene la mejor introducción, ver. csp., La riqueza de las naciones.
Existen algunos extractos de The Moral Sentímente en la obra de D. D.
Raphael (ed.) The Britisb Moral¡sis, vol, 11 (Oxford, Utuversity Press,
Londres, 1969).

13Ó 137

l.
humanamente satisfactoria y esta característica es más de Aris­
tóteles que de Hobbes.
Marx vivió en vatios países europeos a mediados del siglo
xix, una época de rápido desarrollo industrial, agitación políti­
ca e importante cambio social. Nacido e.n una familia judía que
se había convertido al cristianismo para evitar así las leyes dis­
criminatorias, Marx debió tomar conciencia a temprana edad
de las tensiones que existen entre los grupos sociales, concien­
cia que aumentó por el evidente contraste que existía entre' las
ideas liberales en las que se educó y la ¡xriítiua de! estado pru­
siano feudal v reaccionario del que formaba pane su ctudád__
■GAPiTUEcrVÍ' natal de Trier, en el Rhineland Más tarde, siendo estudiante
en Berlín, y después en un empobrecido exilio en Parfs, Bruse­
Karl Marx: una teoría del conflicto las y Londres, se enfrentó a las miserias y privaciones de los
trabajadores industriales que vivían en las ciudades en expan­
sión de la época, y pudo contrastar esta inhumana pobreza con -
Karl Marx considera que la sociedad humana es corno un el enriquecimiento masivo de aquellos que eran dueños dé la
proceso en desarrollo que finalizará conflicto tras conflicto. nueva maquinaría y de las fábricas.
Anticipa que k paz y la armonía serán el resultado final de una Estas experiencias hicieron que Marx adoptara uná idea mu­
historia de guerra y revolución violenta. A excepción del pri­ cho más pesimista del capitalismo que la tuvieron filósofos del
mer periodo de la sociedad, antes de que surgiera la propiedad siglo Ttvni, cómo, por ejemplo, Adam Smirh, y que desarrollara
privada, el rasgo principal de las relaciones sociales ha sido y de una forma'menos individualista y en términos más agresi­
es la lucha de clases. Pero estos desacuerdos de los intereses vos las implicaciones que tiene úna teoría social y k acción po­
económicos terminarán en una forma de sociedad sin clases, lítica de los conflictos de interés que son aparentemente irre­
libre de conclicto y creativa que se denomina comunismo. La conciliables y que surgieron cu esre periodo de expansión capi­
atención de Marx no se concentra, sin embargo, en la natura­ talista. Concluye que una vez que los conflictos internos o
leza de las relaciones sociales cooperativas de la prometida uto­ «contradi cc ion es» dd sistema capitalista se hayan desarrollado
pía comunista. Sus escritos teóricos tratan de explicar más las completamente hasta el punto de su a utodés tracción, la apro­
realidades sociales existentes, y la principal contribución que piación violenta de los medios de producción que eran' propie­
hace para que comprendamos la sociedad se basa en su análisis dad privada darían pasó a una vida sociable, genuinamente li - '
de las causas económicas del conflicto social y los modos en que bre y satisfactoria para todos los hombres, una visión que tiené
la clase dominante que existe en cada sociedad lo condene y mucho en común con el ideal de Aristóteles de una comuni­
suprime antes de dividirse en nuevas formas de vida social. dad cívica. ....
El énfasis que hace Marx dd rol que el conflicto tiene en las El marco teórico en el que Marx presenta este pronóstico
relaciones sociales hace pensar en Hobbes, pero Marx piensa de desaparición catastrófica del capitalismo debe mucho a las
que d conflicto social se da entre grupos o clases más bien que ¡deas Filosóficas de G. W. F, Hegel, cuyo pensamiento domi­
entre individuos, y, aunque exista una similitud en las ideas naba k vida intelectual de Berlín donde Marx era estudiante,
que éstos tienen del significado social del poder y del tópico de primero de derecho y luego de filosofía. Marx acepta k persr
lo que Marx denominó falsa conciencia, Matx es un optimista pectiva histórica de Hegel, peto adapta y transforma el método
ya que piensa que se puede vivir en una comunidad que sea
139
138
y ios conceptos de Hegel acomodándolos a su enfoque perso ha exagerado, entre sus primeras obras como por ejemplo L a
nal, que es bastante diferente, de Ja comprensión histórica. De ideología alemana (1846) que utiliza el lenguaje hegeliano de
este modo, mientras que las nociones hegelianas del desarrollo «alienación» y los escritos económicos posteriores, más positi­
dialéctico de la historia y la alienación del creador de su crea­ vistas, en los que, én cambio, habla de «explotación». E l re­
ción son la inspiración de las explicaciones que Marx hace del ciente descubrimiento de una obra de transición, los Grundisse,
conflicto social y la armonía social final, Marx rechazó desde un borrador de E l capital\ ha hecho que se aprecie de nuevo la
un principio las opiniones políticas nacionalistas, autoritarias y unidad de su obra como un desarrollo y adaptación del1, hege­
conservadoras de Hegel. En vez de aceptadas se unió a los «jó­ lianismo alemán, el socialismo liberal francés y la economía
venes hegelianos», un grupo de intelectuales que criticaban el política británica, principalmente la obra de Adam Smith en
gobierno represor y el capitalismo del laissez-faire. T,a cone­ cuyo análisis del capitalismo se basó Marx profundamente.
xión jde M arx.co n. este -grupo-le-costó la-oportunidad de ocupar — Ningún a-o b ra-d e-Marx ofrece^una^rmrcrduccíoríAgloba iETsiT
un puesto académico. Se dedicó en su lugar al periodismo polí­ pensamiento. Disponemos, sin embargo, de muchas excelentes
tico. Cuando los ataques que hizo a las leyes de censura del go­ antologías. Las referencias que se hacen aquí a páginas perte­
bierno alemán le llevaron a la expulsión, se marchó a París necen a K arl A larse Seleeted Writings irt Sociology and Social P hilas-
donde se puso en contacto con los socialistas franceses y los ophy, editado por T. B. Bottomore y Maximilien Rubel (Pen-
trabajadores industriales. Allí se familiarizó con las obras de guin Books, Harmondsworth, 2.3 ed,, 1961).
los socialistas «utópicos» franceses Saint-Simon y Fourier, y
conoció a muchos intelectuales radicales como Proudhon. Es­
tas experiencias hicieron que se diera cuenta de la debilidad
política de los movimientos socialistas que estaban dirigidos E l en fo q u e de M ahx
por miembros paternalistas de la clase media y le llevaron a or­
ganizar los movimientos políticos de la clase trabajadora. Al considerar la teoría del hombre de Marx, debe quedar
É l implicarse en la agitación que recorrió Europa en 1848 claro que existe un tuerte elemento «humanista» en su pensa­
obligo a Marx a buscar refugio en Gran Bretaña donde conti­ miento: aspira a que se desarrollen totalmente las capacidades
nuó trabajando para organizar y articular las ideas del desarro­ creativas del hombre como objetivo a conseguir por d progre­
llo de los movimientos socialistas de k época. Esto fue lo que so histórico. Pero la libertad creativa genuina no es sólo un ras­
le hizo escribir el altamente influyente Manifiesto comunista go de la futura sociedad comunista donde d hombre controla­
(1848). Fue en Londres donde Marx, viviendo en gran pobre­ rá, por fin, su propio destino. Mientras tanto, el individuo está
za, pero ayudado por su colaborador Frederick Engels, pasó obligado por sus moldes y patrones de conducta particulares a
muchos anos trabajando en su obra principal, E l capital, que es­ través de las realidades económicas de su sociedad. Marx cree
taban aún inacabada cuando murió en 1883. que ha adquirido un. conocimiento de las fuerzas que operan
Algunos de los escritos de Marx, como, por ejemplo, el M a­ en U sociedad que es por naturaleza suficientemente científico
nifiesto comunista (escrito conjuntamente con Engcls), son pan­ como para proveer las explicaciones causales de la historia que
fletos políticos periodísticos. Otros, como L a lucha de clases en ha acaecido y las predicciones generalizadas del curso futuro
Francia (1S50) son análisis del cambio histórico económica­ de los acontecimientos. En lo referente a los principales análi­
mente determinado. Sus obras posteriores, tales como L a criti­ sis que hace de las sociedades feudales y capitalistas Marx es,
ca de la economía política (1859) y el mismo Capital son más pu­ por tanto, un positivista, aunque cree que el positivismo deja­
ramente económicos en su contenido. Existe también un con­ ría de aplicarse cuando los hombres no estuvieran ya someti­
traste, que actualmente casi todos ios críticos piensan que se dos a las fuerzas económicas impersonales, y pudieran, por

140 141
tanto, construir su propia historia y, por consiguiente, según gresivamente para comprender y, por lo tanto, cambiar el
mundo a través del ejercicio de la razón. En la vida de cada in­
su teoría, sus propias naturalezas.
La particular versión que hace Marx del positivismo se ha dividuo y todavía más en el desarrollo de cada sociedad, el
denominado «materialismo histórico» (págs. 67-72). E s históri­ pensamiento viene a dominar al mundo material reduciéndolo
co en tanto en cuanto las generalizaciones científicas que in­ a una forma comprensiva y transformándolo para que se atlan­
tenta establecer tratan del curso de la historia humana. Cree te a su nuevo orden. La alienación, la experiencia de la «otrei-
que la historia es un proceso de evolución a través del cual las dad» u hostilidad del mundo externo, se trasciende por este re­
sociedades pasan por varias etapas, destruyendo cada etapa a !a currente incorporativo de! pensamiento a las cosas materiales,
anterior, pero construyéndose sobre ella. En este aspecto sus por ejemplo, tratándolas como propiedad. Esta «dialéctica» es
¡deas del desarrollo social se comparan con las de la evolución un procedimiento recíproco en el que la materia se cambia por
_ d e_ías_ e sp e c ie s_d e _& a T w in -— y -e s -in te r e s a n te -s a b e r -q u e -M a r x -------------------- 1as-operac ione s - de -la- mente-mi entras-que -a 1-m ismo_ti empo ]a"
fue un gran admirador de Darwin (pág. 78). Marx considera mente se altera por su incorporación en las cosas materiales,
que es posible identificar estos pasos evolutivos y explicar por , una progresiva interación en la que los periodos de tensión
qué las sociedades pasan por sus varias etapas exhibiendo que se dan entre el pensamiento humano y sus incorporacio­
aquello a lo que hace referencia en el primer prólogo al Capi­ nes materiales se siguen de una reunificación de Dios como
tal como aquellas «tendencias que funcionan con una necesi­ «idea absoluta)! en la historia humana.
dad férrea hacia resultados que son inevitables». Basándose en j La filosofía de Idcgcl es, por lo tanto, una forma de «idealis­
este análisis científico, predice la inminente caída revoluciona­ mo» filosófico en ranto en cuanto la realidad subyacente que
ria del sistema capitalista y del estado siguiendo lo que Engels fomenta el cambio histórico y en la que se unen finalmente ca­
denominó como la lucha darviniana por la supervivencia en­ das las cosas es más bien mental que física. Marx sigue a
Feuerbach en lo referente a transformar el idealismo teológico
tre las ciases (pág. 207).
En su cometido de descubrir un patrón ordenado dd desa­ de Hegel situando al hombre en vez de a Dios en el centro del
rrollo histórico, Marx está siguiendo su herencia hegeíiana. Si­ proceso. Según Hegel, Dios creó el mundo por un acto de au-
gue también a Hegel cuando utiliza la idea de la dialéctica para toahenación y lo aprehendió finalmente de nuevo en sí mismo,
dar cuenta de la dinámica del cambio histórico. E l punto de b’euerbach, en su interpretación de la religión (véase L a esencia
partida de Hegel fue la idea platónica de la dialéctica como d d d cristianismo, 1841), dio la vuelta a esto diciendo que fue el
proceso de argumento que lleva a la refutación de una proposi­ hombre quien creó la idea de Dios, dotándola con las caracte­
ción resolviendo sus inconsistencias o contradicciones inhe­ rísticas humanas más elevadas y adorando después esta con­
rentes. Transforma este proceso de argumento en un rasgo del cepción «alienada» de sí mismo.
cambio histórico general en el que las mismas ideas se desarro­ Marx adapta esto a la esfera económica pensando que la ac­
llan en acontecimientos históricos hasta que son superadas por tividad de trabajar es la incorporación de las cualidades huma­
la nueva situación que han contribuido a crear. De este modo nas en las cosas materiales producidas. Estos productos mate­
Hegel intentaba superar la antigua tensión que existía entre el riales llegan a dominar la vida dd hombre de la misma forma
pensamiento por un lado y la existencia material por otro, ei que, según Fcucrbach, las ideas religiosas de los hombres lle­
dualismo entre espíritu y materia. La historia debe considerar­ gan a controlar a sus creadores. El resultado de todo esto es la
se corno un proceso en el que el vacío que existe entre el mun­ alienación, que es, para Marx, la condición de convertirse en
do externo y el espíritu que lo experimenta, que implica la. el esclavo de tos propios productos que realiza una persona. El
«alienación» del sujeto que lo recibe de la realidad exter­ hombre está dominado por las cosas materiales que construye
na, se supera por los intentos con éxito que se hacen pro- [■ara su uso personal, un dominio del que sólo puede liberarse

142
desarrollando nuevos procesos de producción que pueda con­ desde el punto de vista de la conducta individual, los análisis
trolar totalmente. De este modo, obtenemos la versión que de Marx sólo permiten que d individuo se salga un poco del
Marx hace de la historia como el proceso dialéctico según el camino que le ha marcada su situación de clase y la etapa del
cual las -contradicciones reales, que se manifiestan en el con­ desarrollo histórico que le ha tocado vivir. Pero la base mate­
flicto social, y el sentido de la alienación que existe entre el rialista del proceso no hace que la historia sea puramente me­
hombre y el mundo en el que habita y entre los mismos hom­ cánica porque la lucha de clases se lleva a cabo tanto a través
bres, deben trabarse a partir de las circunstancias materiales de de medios ideológicos como por medio del conflicto físico, y la
cada etapa particular del desarrollo social (págs. 177 y ss.). naturaleza dialéctica de! proceso permite que se dé un juego
Marx es, por lo tanto, un materialista, no porque valore los entre los factores materiales y las ideas sociales y políticas que
bienes materiales por encima de todo, o porque rechace la rea­ Marx no intenta en la práctica encajar en urLD3í.rón..quei.sea rí­
lidad de los fenómenos merit3Jes,_sino_porque_sostu.vo.que.las— gida Sin embargo, el objetivo del desarrollo histórico implica
leyes de las tendencias que describen, explican y, hasta cierto que la humanidad se emancipe de las trabas de las interaccio­
punto, predicen cómo Funcionan las sociedades, son las leyes nes que se han determinado materialmente y es cierto que
de la economía. Las fuerzas que entran en conflicto y se sinte­ Marx está preparado para reinvidicar que su propia teoría so­
tizan en la sociedad son económicas o materiales; la historia es, cial no trata simplemente de expresar los íntererses de clase
por lo tanto, el movimiento de la contradicción y resolución del proletariado; es también objetivamente verdad y su acepta­
de los factores económicos. Esto hace que se invierta la noción ción universa! forma parte del movimiento que se dirige hacia
de la historia hegeiiana como la progresiva incorporación de la libertad de la sociedad comunista.
cada vez mis pensamiento racional. Por contraste, Marx cree Li contraste que existe entre el determinismo de la historia
que las ideas son sólo representaciones de las cosas y, por tan­ anterior donde las ideas morales y políticas eran simplemente
to, los efectos más bien que las causas del proceso histórico. un reflejo de los intereses particulares de clase y la emergente
Esto no evita que diga que las ideas políticas y sociales (o libertad de la sociedad comunista que las propias ideas de
«ideologías») son instrumentos de la lucha que hay entre las Marx predicen, todo esto hace que podamos deducir que Marx
clases, sino que se aterra siempre a la idea de que estas armas reivindicaba la universalidad y la objetividad de sus propios
ideológicas son manifestaciones de los intereses económicos ideales sin contradecir sus supuestos científicos, Hl tono apa­
que subyacen a las clases sociales dominanres. sionado que tienen las descripciones que hace de lo inhumano
La esencia del enfoque de Marx en lo referente al estudio que es el capitalismo y su evidente preferencia por una activi­
social es, por tanto, la peetensión de que la naturaleza de cual­ dad comunitaria libre, espontánea y creativa del hombre de sa­
quier sociedad y su patrón de desarrollo son una función del líen ario demuestra ampliamente su compromiso con los objeti­
modo en que se obtienen a través del trabajo los requisitos mate­ vos de una prosperidad material y con el desarrollo de los po­
riales de la vida humana — comida, ropa, casa y demás cosas. deres humanos en un contexto social armónico, Al final existe,
La producción de los medios para mantener la vida es la base por tanto, algo así como una feliz coincidencia entre el resulta­
de toda la estructura social, del conflicto social y, por tanto, do pronosticado del desarrollo histórico y los valores sociales
del cambio. Una gran parte de la obra de Marx se considera a cr) los que Marx se apoya.
partir de la composición detallada de esta tesis.
La teoría histórica de la sociedad de Marx tiene un corte po­
sitivista. Se propone como objetivo la estricta interpretación
causal del cambio social que supone que la historia es un pro­
I
ceso estrechamente determinado e inevitable. Ciertamente, í

144 1 145
de la población que era económicamente más poderosa podía uti­
lizar gene raímentelas sanciones en su propio beneficio (pág. 231),
Por esta misma razón nos anticipa una ingeniería social de éxito
1-A T E O R IA D E L H O M B R E O E M arx
desplegando ios dispositivos educativos más sutiles de aquellos
«materialistas» utilitaristas, como, por ejemplo, Jeremy Bent-
Una pane deJ enfoque holístico que hace Marx en io refe­ ham, que «olvidan que las circunstancias son cambiadas por
rente a la explicación social es que el hombre no tiene una na­ los hombres y que el educador debe él mismo set educado»
turaleza precisa y fija. Las acciones individuales, actitudes y (pág. 82 y ss.).
creencias dependen de sus relaciones sociales y sus relaciones Por otra pane, Marx cree que, a través de todo el desarrollo
sociales dependen de su situación de cíase y la estructura eco- histórico, la naturaleza «capitalista» del hombre se transforma-
-nómica—de su_ sociédádrPta natura 1eza derhomBre es~por lo" rá en una disposición cooperativa genuinamentc benevolente y
tanto, social en el sentido de que no tiene ninguna naturaleza espontánea que no necesitará ninguna manipulación coactiva.
aparte de aquello con lo que está dotado por su situación so­ Después de la revolución proletaria los hombres llevarán a
cial. No hay'lugar, por tanto, para las verdades universales de cabo voluntariamente la parte que les concierna en la vida co­
Hobbes en lo referente a la motivación humana, o incluso para munitaria y la distribución podrá hacerse entonces de acuerdo
la creencia que tiene Adam Smirh de que existen ciertos aspec­ con el principio de «a cada uno según su habilidad, a cada uno
tos de la construcción del hombre que no pueden nunca «per­ según sus necesidades» (pág. 163). No se trata tanto de que
vertirse totalmente», hn tanto en cuanto la naturaleza del Marx crea que el hombre no es inherentemente egoísta aunque
hombre se equipara con su conducta es «la totalidad de sus re­ se corrompa temporalmente por los factores sociales, sino más
laciones sociales» y estas varían de sociedad a sociedad. bien que el hombre tiene la potencia de ser o no ser egoísta se­
I.a visión basrante extrema que Marx tiene de la determina­ gún la naturaleza de las relaciones en las que ha nacido O en­
ción social de la conducta individual está concebida para opo­ trado.
nerse a la suposición que hacen los economistas clásicos de Es verdad que es en cierto modo engañoso pensar que el
que el hombre es inherentemente egoísta. Se niega a aceptar hombre de Marx en la sociedad comunista no será egoísta, por­
que el conflicto social sea el resultado de la competid viciad in­ que esto supone que existe una tensión entre los intereses de
trínseca, la agresividad y el egoísmo del hombre. Admite que los individuos que compíren, y parte de la predicción que
la representación hobbesiana se aplique sólo a ciertas etapas Marx hace es que en tal sociedad la cooperación espontánea
del desarrollo capitalista cuando se obligaba a los hombres que se dará entre los hombres destruirá la alienación que hace
alienados a actuar y sentir de un modo cuyo centro eran ellos que los hombres piensen que sus intereses se oponen. La razón
mismos y que era hostil, pero tal conducta y emociones son el de esto es que mientras exista una propiedad comunitaria de
resultado, no la causa de) capitalismo, y serán superadas por los medios industrializados de producción la situación de he­
nuevas formas de conducta y motivación una vez superado el cho será que los choques objetivos del interés económico fue
capitalismo y establecidas unas nuevas relaciones económicas. .ilgo que ocurrió en el pasado. Además, el tipo de realización
Respecto al análisis hobbesiano, lo más que puede hacerse <lcl que los hombres disponen en esta sociedad es un logro co­
en lo referente a controlar el conflicto social es acordar que se munitario y no individual va que o se alcanza juntos o no se lo-
apliquen sanciones contra la conducta que sea antisocial. Marx i-.i.i. La sociedad comunista es «la apropiación real de la natu-
se dio cuenta de que este enfoque presuponía que existían :il humana por y para el hombre. Significa, por lo tanto, la
menos algunos hombres no egoístas e ilustrados que con:rola­ v u e lta del hombre hacia sí mismo como ser social, esto es,
ban el aparato coercitivo, mientras que en realidad )a sección 11 uno realmente humano» (págs. 249 y ss.).
146
Esta existencia verdaderamente humana es aquella en la que demás, comprende todos aquellos factores que hacen que se
tas capacidades productivas del hombre se desarrollan de ma­ produzca algo de cierta forma.
nera equilibrada y satisfactoria. Aunque el hombre es siempre Los efectos más importantes e inmediatos de las fuerzas de
un productor, existen algunos sistemas en los que es más ge­ producción son las «relaciones de producción» en las que en­
ntil numen te productor que en otros. Se trata de aquellos siste­ tran los hombres para llevar a cabo sus tareas productivas. Las
mas en los que está al mando de sus acciones y puede elegir relaciones de producción son los roles que los hombres tienen
hacer lo que quiera de la forma que quiera. El hambre se afir­ en el proceso de trabajo: implican la división del trabajo, la ca­
ma a sí mismo en su trabajo, pero no rodas las formas de tra­ dena de mando, y, algo que es más fundamental, la relación
bajo hacen que pueda llevar a cabo esta afirmación en su totah- que se da entre el propietario de los medios de producción y
d_aíL_ELtrabaio- puede-ser-obligatori o ,- in huma no-y-sin-se ncido :- loT'noTTropletáTios. Estas son las relaciones que están obliga­
la condición de alienación. Puede también ser libre, humano, dos a establecer los hombres, fuera de la sociedad comunista,
satisfactorio y creativo: la condición desalienada del hombre para ganarse la vida. Incluyen la relación que existe entre el
en la sociedad comunista. Como el trabajo se ha convertido en propietario de la plantación y el exclavo, entre el señor feudal
lo primero y se convertirá en lo segundo, es el marco en el que y e! campesino, y entre el propietario de la fábrica (capitalista)
Marx establece su idea de la historia humana. y el proletario (rrabajador industrial asalariado). Por lo tanto,
El ideal que Max tiene de la productividad creativa como el el señor feudal es el propietario del terreno y del molino, de
resultado final de la historia supone implícitamente que existe modo que el siervo está obligado a trabajar para él y poder así
un potencial en todos los hombres que puede realizarse sólo en sobrevivir, y el capitalista industrial que posee los medios de
ciertas condiciones sociales. A pesar de que su enfoque es más producción puede comprar el trabajo del proletario que debe
histórico y científico, Marx presenta una combinación esen­ vender su trabajo si quiere conseguir sus medios de subsis­
cialmente aristotélica de las observaciones empíricas que se re­ tencia.
fieren a las actividades que los hombres consideran como satis­
factorias y estiman que son valorad vas de aquello que más me­ En la. producción social que los hombres (levan a cabo estable­
rece la pena de la vida humana. Pin sus primeras obras habla cen unas relación« definitivas que son independientes de su
incluso del «carácter de especie» del hombre. Marx tiene, por voluntad; estas relaciones de producción corresponden a una
lo tanto, una idea de lo que es esencialmente humano entre lo etapa definitiva del desarrollo de sus poderes materiales de
producción. La totalidad de estas relaciones de producción
diverso de la verdadera conducta humana.
constituye k estructura económica ele la sociedad (pág, 67).

De estas relaciones de producción surgen las divisiones de


L a teoría de la sociedad de Marx clase que se dan a lo largo del camino de la propiedad y no
propiedad de los medios de producción. Todas las sociedades
Marx identifica la base causal de la sociedad con las «fuerzas (excepto tas comunistas) se dividen, por lo tanto, en ciases u
de producción»; esto es, con «lo que se produce y cómo se pro­ ordenes, cuyos miembros, a causa de la diferente relación que
duce» (pdg. 69). Estas fuerzas de producción incluyen las ma­ nene con los medios de producción, establecen unos intereses
terias primas, los productos finales y todo el método de trabajo económicos que son conflictivos; lo que beneficia a una clase
utilizado en los procesos productivos, incluyendo los instru­ t ie n d e a dañar a otra (págs. lSó y ss.). Las diferencias; de clase
mentos y especialidades de los que están implicados. Esta base vin, por lo tanto, diferencias económicas. La causa de estas dí­
económica de la sociedad, a partir de la cual se sigue todo lo te rendas no se trata simplemente de las diferencias que existen

149
en los niveles de los ingresos porque la naturaleza de la dife­
rencia y, por lo tanto, del conflicto que se da entre las clases principales actividades económicas son la caza, la pesca, la ga­
depende de las fuentes de las que se derivan sus ingresos, no nadería y, en una etapa posterior, el establecimiento de la agri­
de su cantidad. Es porque el proletario vive de un sueldo y d cultura. Los instrumentos son primitivos, y existe muy poca
capitalista vive de los beneficios y no porque c! primero es po­ especialidad dei trabajo, de modo que la unidad social funda­
bre y el segundo rico, lo que hace que sus intereses económi­ mental es la familia, consistiendo la tribu en un número de fa­
cos sean antagónicos. milias que tienen su propio jefe patriarcal. En esta etapa no
La naturaleza e intensidad de la lucha que se da entre las existen clases porque no hay ninguna propiedad privada de los
clases económicas determina las características del resto de la medios de producción; por lo tanto, no se da la necesidad de
«superestructura» como denomina Marx a las instituciones y un estado, y las relaciones son todas relaciones de parentesco y
acuerdos culturales cuya causa es ETbase .económica. La mora­ Itrdivjsión del"trabajo"tiene lugar cifTforma espontánea dentro-
lidad y la religión de una sociedad son los medios con los que del grupo familiar.
la clase dirigente mantiene su situación haciendo que se acepte Con el movimiento que surge y que se dirige hacia la pro­
su propia «ideología); como la representación de los intereses ducción agrícola, aumentando la población y comenzando el
de todas las clases, fenómeno que Marx describe como «falsa comercio, las grandes sociedades tribales desarrollan gradual­
conciencia», ya que todas las clases creen erróneamente en la mente un sistema de esclavitud como el modo más efectivo
objetividad y universalidad de las reglas e ideales que son sim­ para organizar el sistema de producción de forma más especia­
plemente la expresión de los intereses de clase. De forma simi­ lizada, resultando todo esto en un aumento de la producción
lar, las instituciones legales de una sociedad son meros instru­ que hace posible la creación de las ciudades a través de la
mentos del estado. En esto Marx es partidario de Hobbes con­ unión voluntaria o coactiva de las tribus. Esta sociedad que se
tra Aristóteles y Smith: no existe ninguna justicia natural. basa en la propiedad de los esclavos representa los comienzos
Marx va más lejos que Hobbes afirmando que la función del es­ de las clases y, por consiguiente, del conflicto de clase, ya que
tado no es nada más que la protección violenta de U clase eco­ los esclavos forman parte de los medios de producción, aun­
nómica dominante, El gobierno es una manifestación y deten­ que, a! menos inicial mente, son una posesión comunitaria de!
sa del poder económico. cuerpo global de los ciudadanos. La esclavitud es, por lo tanto,
Igual que Adatn Smith hizo antes que él, Marx distingue los la consecuencia del desarrollo de los métodos productivos y no
diferentes tipos de sociedad basándose en sus modos de pro­ puede atribuirse simplemente a la tendencia humana de sa­
ducción. Según d esquema de Marx, la historia es una progre­ quear y guerrear.
sión que va desde la sociedad tribal hasta la de la propiedad de La sociedad feudal es más una consecuencia del campo que
esclavos y desde ahí pasa por el feudalismo, capitalismo y final­ de la vida urbana. El proceso básico productivo era h agricul­
mente al comunismo. Sus análisis más detallados tratan de la tura campesina a pequeña escala que los siervos llevaban a
transición que va del feudalismo al capitalismo y al desarrollo cabo. En esta fase la producción es una actividad individual o
del capitalismo estudiando tos variados pasos que éste recorre Iamiliar en la que cada campesino agricultor o trabajador arte­
hacia su autodestrucción final. Observando esto minuciosa­ sano obtenía sus propios materiales primos y los trabajaba has­
mente veremos cómo se relaciona la estructura de una socie­ ta terminar el producto. Esto significa que los medios de pro­
dad con el tipo de división del trabajo que implica su sistema ducción, particularmente lo s instrumentos, eran tales que ¡ j o -
de producción. Ji.iu utilizarse por los individuos. Cada campesino poseía su
En la sociedad tribal, llamada a veces comunismo primitivo propio terreno y su arado, mientras que en las ciudades los ar­
porque implica la propiedad comunitaria del territorio, las tesanos trabajaban en sus propias casas utilizando instrutnen-

150 151
tos manuales tales como la meca o la máquina manual de hilar, res. El cambio crucial tiene lugar con la introducción de nue­
que eran propiedad del trabajador. vos métodos de producción que implican que un número de
La división natural del trabajo que tenia lugar en la familia y trabajadores se reúnan en el mismo establecimiento para coo­
que dependía de la edad, el sexo y las mutables estaciones, logra perar en el funcionamiento de instrumentos y de una maqui­
extenderse de tai modo que adquiere un cierto grado de espe­ naria más extensa y compleja. Como estos medios de ptoduc-
cialidad, peco el trabajador puede siempre identificar su propio oón tienen que suministrarse, surge entonces una clase total­
producto y como, en las primeras etapas, la producción se hace mente nueva, la burguesía, que suministra los materiales pri­
en gran medida para un consumo inmediato, el trabajador in­ mos, instrumentos y premisas que se necesitan, pagando m ás
dividual se apropia normalmente de lo que hace para cubrir tárele salarios a quienes trabajan juntos los materiales y máqui­
sus propias necesidades y las de su familia, entregando una nas que se han suministrado. Las nuevas clases son, por lo tan­
cierta paite a su señor feudal cuyo poder militar- hace que to, la consecuencia directa de los nuevos instrumentos.
pueda vivir de la plusvalía de la sometida clase productiva. Todo el proceso de cambio está ayudado por el engrandeci­
Como la fuente de riqueza de tal método productivo es la miento de los mercados y por el descubrimiento de nuevas
tierra, la estructura social que resulta de forma natural es una materias primas que se han hecho posibles gracias a la explora­
aristocracia feudal que se basa en una jerarquía territorial en la ción y colonización de las partes del mundo que hasta ahora
que e! campesino intercambia algunos de sus productos por la eran desconocidas, pero que ha sido frenado por el poder
protección de su superior inmediato y por el uso de aquellos atrincherado de las clases feudales, controlando d estado y
medios de producción que, como, por ejemplo, el molino para frustrando los mecanismos restrictivos de los gremios cerrados
la harina, son propiedad del señor feudal, manteniendo este la libre competición que se da entre los industriales burgueses
último el lugar que ocupa dentro de k jerarquía por la contri­ que forman una parte esencial de un sistema que se dedica a
bución que aporta para el mantenimiento de otro señor feudal producir «mercancías», esto es, bienes para vender más bien
superior que controla el uso del poder militar en un área aún que para que los consuman los mismos productores.
más amplia. Tales relaciones estaban claramente definidas y La lucha que surge entre la aristocracia feudal y los capita­
eran equitativamente personales en tanto en cuanto el superior listas burgueses es un ejemplo clásico de conflicto social. Su re­
feudal sigue manteniendo algunas cualidades patriarcales del sultado está determinado por las realidades económicas de la
cabeza de familia y no intenta extraer el máximo beneficio de! situación. Éstas son que la mayor eficiencia del sistema indus­
control que ejerce sobre el territorio. En las ciudades existe trial da más riqueza y entrega, por lo tanto, finalmente, el po­
algp equivalente a esto en la estructura que se da en los gre­ der político a la dase burguesa que puede entonces controlar
mios de maestros, los maestros artesanos, oficíales y aprendi­ el estado y marcar totalmente el comienzo de la producción
ces, que se centran todos alrededor de una unidad productiva capitalista aunque los individuos capitalistas se vean obliga­
individual, controlando los gremios de maestros y protegiendo dos a competir hasta extinguirse mutuamente.
las actividades de los maestros artesanos y Jos aprendices, cada En el sistema capitalista los medios de producción son so­
uno con sus propios instrumentos, y sometiéndose el aprendiz ciales porque ya no pueden funcionar con el trabajo de un solo
a un periodo de entrenamiento anees de llegar a ser un oficial. hombre. 1.a máquina de hilar y el telar convierten la pro­
El cambio del feudalismo al capitalismo se inicia por el ex­ ducción en una serie de actos sociales. Esto requiere una divi­
ceso de la producción sobre el consumo, haciendo que más y sión del trabajo altamente organizada y cuidadosamente pla­
más individuos produzcan según sus propósitos de intercam­ neada y que las relaciones de producción estén estrechamente
bio y venta más bien que según sus necesidades inmediatas, supervisadas. En esta situación los hombres son tratados sim­
provocando así el surgimiento de una nueva dase de mercade­ plemente según la utilidad que tienen para aquellos que poseen

ril 153
los medios de producción y no tienen otro vinculo con der económico y político y hace que la clase capitalista con­
los trabajadores asalariados que no sea el monetario. En la so­ trole el estado y proteja la propiedad privada de la que depende
ciedad feudal el trabajo asalariado era sólo una característica de el sistema.
Ja etapa temporal del aprendizaje. Bajo el capitalismo se con­ El resultado de la feroz competición y la recurrente crisis
vierte en la relación estándar de ios hombres que viven en so­ económica es una simplificación y polarización dd sistema de
ciedad. clase que hace que cada vez menos y menos capitalistas, pero a
La fuerte organización del trabajo para producir las mercan­ su vez. más y más ricos, se enfrenten a un número que va siem­
cías en la fábrica contrasta con el desorden y la anarquía del pre en aumento de trabajadores industriales que son cada vez
mercado. El capitalista tiene que producir tanto como vaya a más y más pobres. El resultado final es «una acumulación de
absorber el mercado lo más barato posible ignorando relativa- miseria que se corresponde con la acumulación del capital» y
mente !o que otros productores estén haciendo y aquello que «con una agonía dd trabajo agotador, esclavitud7T>futalic¡ad y
¡t!
se cree que va a mantenerse en el mercado. Esto da lugar a un degeneración mutua» donde la clase burguesa no puede ni si­
ciclo de producción deficiente seguido por otro de exceso de quiera satisfacer las necesidades básicas de sus esclavos y <da
?!
producción en el que se da trabajo a todo el mundo, pero al sociedad, como un todo, se divide más y más en dos grandes
que después sigue un elevado paro. caro pos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan direc­
Es evidente que este sistema económico destruye la relación tamente entre s í— la burguesía y d proletariado» (pág. 207).
que existe entre e! productor individual y su producto indivi­ Estas leyes dd desarrollo capitalista ilustran muy bien la
dual, ya que las mercancías que se producen en las fábricas son idea que Marx tiene de la determinación social de la conducta
productos sociales. Y a pesar de esto, indica Marx, el ca­ individual. E! proletario individual tiene que vender su trabajo
pitalista que ha suministrado los medios de producción se liara poder sobrevivir de la misma forma que el individuo capi­
apropia de lo que se ha producido como si lo hubiera hecho él talista tiene que modernizar su maquinaria si quiere seguir
mismo. Esta es la esencia del capitalismo y la fuente de los siendo capitalista. Además, los miembros de ambas clases es­
principales conflictos que existen entre los proletarios (los tra­ tán obligados a través de las sanciones de la ley o por la falsa
bajadores asalariados en lo referente a la industria) y la burgue­ conciencia a tolerarse mediante las leyes de la propiedad, que
sía (que posee los medios socializados de producción y que se son el producto cid sistema económico. El capitalismo hace de
apropia de sus productos). Marx muestra esta inherente «contra­ las relaciones de propiedad el rasgo central dd orden político
dicción» que existe entre la producción social y la explotación que protege los poderes económicos sin los que no podría so­
individual. Aceptando la idea de Adam Smith de que el valor brevivir. Además, las reglas y actividades que conciernen a to­
de un producto ha de equipararse con el trabajo que se realiza dos los aspectos de la vida aceptan las mismas características
para producirlo, utiliza esta teoría del valor dd trabajo para ;b que los aspectos económicos, de modo que incluso las relacio­
sostener que d capitalista no le entrega al trabajador el valor nes sociales de la sociedad capitalista reflejan los valores bur­
de lo que se ha producido. El capitalista paga sólo un salario gueses, considerando el matrimonio como un contrato comer­
de subsistencia y se queda con la «plusvalía* (la diferencia que cia! a través del cual se intercambia el apoyo material de los
hay entre el valor total producido v lo que se gasta en salarios). servicios sexuales y domésticos tratando a los hijos como mer­
Este «beneficio» hace que acumule su capital v suministre así >1 cancías sobre quienes los padres ejercen derechos absolutos.
más maquinaria y fábricas para beneficiarse aún más. Como De forma similar, la creencia religiosa y tas prácticas no son
este capital es de hecho un producto social, d capitalista está una fuente externa de valores y de organización social, sino
explotando al trabajador tratándole como una posesión perso­ que son una parte esencial de los mismos conflictos y tensio­
nal. No obstante, es una posesión que le acarrea un vasto po­ nes. Por lo tanto, todas las religiones, especialmente el tipo

154 155
do comienza a tomar conciencia a través del estado burgués y
milenario de culto que es altamente emociona! y que promete
del cometido que éste tiene de proteger la propiedad burguesa:
al creyente a quien se ha iniciado divinamente unas recompen­
«la ley, la moralidad y k religión san para él algunos de los
sas inminentemente celestiales, debe considerarse como la ex­
muchos prejuicios burgueses» que enmascaran esos intereses
presión de la alienación que d proletario tiene de su existencia
burgueses. Finalmente, la masa del proletariado se da cuenta
actual y un medio por el cual la dase dirigente puede desviar
de que no obtienen ninguna seguridad ni ningún beneficio del
las energías de las clases que sufren, que de otra forma podrían
capitalismo, toman conciencia de que no compiten entre sí y
dirigirse hacia una actividad política, haciendo que se dirijan a
de que «no tienen riada que perder más que sus cadenas» y que,
una religiosidad que es relativamente inofensiva. juntos, pueden desafiar al sistema. Y así tiene lugar la revolu-
ción proletaria._____________________________________________
La esencia de la revolución es la abolición de la propiedad
Implicaciones prácticas
privada de los medios de producción. Esto no es nada más que
la consecuencia lógica de la naturaleza social de las fuerzas de
Las implicaciones que tiene la teoría de la sociedad de Marx
producción, pero implica inmensos cambios en todos los as­
son principalmente causales. Dejando al descubierto los meca­
pectos de la vrda social. Con la abolición de la. propiedad priva­
nismos que operan en k economía capitalista, Marx cree poder
da de tos medios de producción se elimina toda la dase bur­
predecir su inminente colapso. Porque aunque los individuos
guesa, pues ya no existe la propiedad individual de las fuerzas
capitalistas tomen conciencia de la anarquía que existe en el
productivas. For esta misma razón no existe una clase proleta­
mercado, y que adaptada a las innovaciones constantes de los
ria, ya que todos son iguales propietarios y se liberan, por ¡o
procesos industriales, debe socavar finalmente la estabilidad tanto, tle la explotación y el control externo.
del sistema, no pueden hacer nada para evitarlo. Si cualquier
Sin dase no puede haber conflicto social, y sin propiedad
individuo capitalista intenta retener el cambio, otro lo hará en
que defender no hay necesidad de un estado o leyes que esta­
su lugar y cualesquiera acuerdos que se tomen para restringir
blezcan lo que cada cual posee. Con los medios de producción
la modernización de los medios de producción serán cumpli­
bajo control comunitario no hay ninguna base para que surja
dos por aquellos que se beneficien de violar el acuerdo o se
un conflicto entre los grupos y, por lo tanto, el mecanismo
hayan mantenido fuera de él desde utl principio.
coactivo del estado puede sencillamente «fallecer» como indica
Las consecuencias inevitables de los actos que los miembros
Engels en D el socialismo utópico a l socialismo científico. Como la
individuales de la clase burguesa han calculado racionalmente
producción no está ya en manos de la burguesía, las decisiones
son unas crisis económicas recurrentes, que aumentan el em­
sobre lo que hay que hacer y cuánto hay que producir pueden
pobrecimiento del proletariado y hacen que este proletariado
hacerse basándose en la satisfacción de las necesidades reales
vaya aumentando de forma gradual su toma de conciencia de
de los individuos más bien que en los requisitos para, benefi­
las contradicciones manifiestas que existen entre la producción
ciarse y en las demandas artificiales que se crean para que se
social y la apropiación individual. El socialismo es, para Marx,
beneficien los intereses de los industriales, cesando así la alie­
el reflejo en el pensamiento del gran sufrimiento real de las
nación que el trabajador sufre de su producto.
masas industriales de! último periodo del desarrolla capitalista.
Lomo las técnicas de los procesos industriales siguen siendo
Particularmente sus propias doctrinas marcan el final de la fal­
colectivas, aquéllos que están implicados en esta producción
sa conciencia que escondía las realidades subyacentes al con­
social, una vez eliminadas las causas del conflicto económico,
flicto de clase tras la retórica de la igualdad de oportunidades, la
cooperan entre sí de forma natural y espontánea haciendo que
libertad individual y la justicia bajo la ley. En la imaginería grá­
las relaciones de producción sean armónicas. Lo mismo sucede
fica del Manifiesto comunista el miembro avanzado del proLetaria-
157
156
con todas las demás relaciones sociales. Una vea que a los minista de las fuerzas económicas y le haga dueño de su propio
hombres no se les aliene ya de su producto dejan de alienarse destinó. El conflicto desaparece en esta etapa final del desarro­
ya entre si. En este nivel de desarrollo social, que contrasta llo social.
completamente con el estado de naturaleza de l-lobbes, se da
una sociedad pacífica que no necesita que exista ningún esta­
do: las relaciones sociales han perdido su carácter político. V aloración y desarrollos
Una vez cambiada la base de la vida económica, se altera la
naturaleza de los hombres y mujeres individuales. La avaricia La teoría m and ana se dice a veces que es internamente in­
egoísta del hombre capitalista da lugar a un efectivo sentido de consistente. Por ejemplo, puede discutirse que a un determi­
solidaridad e interés mutuo. Una vez reunidos los hombres po­ nista (ver págs. 234 y ss.) que pretenda predecir el futuro se le
drán controlar sus actos productivos y organizar su vida labo­ prohíba, por lo tanto, que influya en nosotros para que actue­
ral realizando así todo el potencial que tienen como seres so­ mos de una manera u otra porque nuestras acciones son, se­
ciales creativos. gún su propia teoría, los resultados inevitables de factores cau­
La visión que Marx tiene de la sociedad comunista es una sales que están fuera de nuestro control. El conocimiento sólo
en ia que existe abundantemente material porque cree que la da poder cuando somos Ubres de utilizar ese conocimiento
moderna producción científica puede suministrar muy bien para conseguir los objetos de nuestras propias elecciones. Y ,
más medios de los que se necesitan para subsistir. Se trata tam­ de todas formas, si el futuro es el resultado inevitable de las
bién de una sociedad que es aproximadamente igualitaria, aun­ realidades sociales actuales parece innecesario que se nos incite
que enfatiza poco una estricta igualdad, un ideal que no tiene a que ayudemos con nuestros propios esfuerzos a que ocurra
ningún significado criando una persona se preocupe por el bie­ ese futuro. A pesar de esto, Marx parece fomentar que los tra­
nestar de los demás v sea consciente de que su desarrollo corno bajadores se reúnan y se revolucionen.
ser humano puede sólo realizarse de forma completa si se ayu­ Es cierto que Marx no cree que las causas materiales de la
da a que se liberen los demás. La transformación de las rela­ conducta social dejen de lado la conciencia humana y tiene cla­
ciones humanas se ejemplifica cuando ya no se considere que ro, por ejemplo, que forma parte de las condiciones que se ne­
el nexo del dinero en efectivo es la forma básica de coopera­ cesitan para que se derrumbe el capitalismo que ios proletarios
ción. El dinero simboliza los intercambios de los propios inte­ tomen conciencia de las realidades económicas y políticas de
reses que se dan entre los hombres hobbcsianos y su acumula­ su situación explotada y oprimida. Pero esto sólo quiere decir
ción es el fundamento de la desigualdad y de la producción ca­ que los hombres tomarán conciencia de sú situación histórica y
pitalista; esto no sucede en la sociedad comunista. D e forma que esto formará parte del proceso que lleve a la revolución.
similar, los efectos divisivos e inhumanos de la división del No nos sirve de ninguna ayuda que comprendamos ia raciona­
trabajo cesarán también porque los hombres se especializarán lidad de la exhortación en un mundo determinista. Como me­
sólo hasta el punto que deseen hacerlo. jor puede contraatacarse este criticismo es indicando que mu­
Pero el valor principai que Marx cree que se establece en la cho de lo que Marx dice no es estrictamente determinista y
existencia social comunista es el de la libertad, entendiendo por que, por lo menos en lo referente al cálculo de los cambios his­
esto la capacidad de controlar el entorno humano y hacerlo que tóricos, admite que los individuos puedan hacer que se retra­
sirva para las necesidades humanas. La sociedad puede organizar­ sen o aceleren los procesos en los que se encuentran atrapa­
se ahora con un plan definitivo que sirva a los requisitos hu­ dos. Esto encaja con ia pretensión que tiene Marx de que des­
manos reales. El resultado es una realización de la esencia pro­ pués de la revolución los hombres entrarán en un periodo que
ductiva del hombre de tal forma que le libere del control deter­ liará que aumente su libertad y utilizará así el entorno natural y

158 159
el comunismo se prefiere al capitalismo porque viene después
¡os poderes industriales según la propia valoración que tiene
en la cadena histórica. Pero a menos que asumamos U idea he
de ia necesidad humana. Tal represen tación implica qu e el ám­
ge La na de que lo que viene después es, por tanto, más progre­
bito limitado que se permite a la elección humana que es cau-
sista en algún sentido valorativo, afirmación que requiere el
salmcnte independiente en ias sociedades precomunisEas se
apoyo de aquellos juicios morales que son independientes, la
amplíe y se convierta en un rasgo central de la condición desa­
confianza que Marx tiene de que ia etapa fina! de la sociedad es
lienada del hombre comunista. De este modo puede mantener­
la mejor etapa incurre en la falacia naturalista en una forma tí­
se la consistencia de ia teoría y la práctica de Marx, aunque
pica del siglo xix, asumiendo que lo que está más evolucionado
esta postura, más flexible, hace que surja Ja cuestión de si Marx
es más deseable.
ha podido o no subestimar hasta dónde pueden modificar los
La debilidad de Marx.xomo-filósofo-moral -debe considerajo-
hombres que vivan en sociedades no comunistas sus institucio-
se relativamente poco importante dada la extensión que tiene
- ne.Tsociales- según su propio- interés a largo plazo o íñcluso se­
el acuerdo valorativo en lo referente a la prioridad moral de la
gún sus convicciones morales.
paz, la prosperidad, la armonía social y el trabajo creativo fren­
Una inconsistencia parecida se dice que tiene lugar en la cri­
te a la guerra, la pobreza, la competencia y el aburrimiento que
tica que Marx hace de la moralidad como expresión de los in­
significa el trabajo monótono que se realiza por razones pura­
tereses de dase que están disfrazados como estándares del de­
mente económicas. Su importancia como teórico social depen­
recho universal y se adoptan por otras clases como el resultado de
de mucho más del supuesto estatus científico que tienen sus
la falsa con cien cia, eC óm o pueden aferrarse a esta interpretación
análisis sociales. Es cierto que la insistencia que hace de la im­
de ia moralidad mientras que de forma evidente condena las
portancia que tienen los fundamentos económicos de una so­
inmoralidades del capitalismo y alaba las virtudes de! comunis­
ciedad frente a sus demás aspectos, incluyendo.aquellos rasgos
mo? Sin embargo. Marx no incurre en un criticismo mora! di­
que tradicional mente se creía que eran debidos a la «naturaleza
recto de los capitalistas como individuos o como dase. Acepta
humana», se ha con venido en casi la ortodoxia reinante de la
que los capitalistas jueguen una parte necesaria en el centro
ciencia social Los estudios »históricos, no económicos y pura­
histórico v que no sean moraimente culpables de actuar con las
mente individualistas de los fenómenos sociales no tienen mu­
normas de su clase ya que ellos no las .han creado. De. forma
cho crédito hoy día. Pero existe aún un inmenso campo de de­
similar, los proletarios progresistas no son mejores personas
sacuerdo acerca dd contenido que tienen las particulares pre­
moralmente hablando, son simplemente los representantes de
tensiones de Marx y el estatus científico de la teoría considera­
la próxima etapa de la sociedad. Marx no piensa que el capita­
da como un todo.
lismo sea malo en lo referente a degradar o dañar a los seres
Los críticos que son hostiles se aforran a un número de pre­
humanos y que deba preferirse el comunismo porque es la
dicciones que son específicas de Marx y que se han falsificado
condición que hace pasible que se realice todo aquello que más
en el curso de la historia. En los países desarrollados el capita­
merece la pena de la vida humana. Según él, es ¡perfectamente
lismo se ha adaptado y cambiado más bien que colapsado, e in­
consistente hacer tales valoraciones y mantener que los hom­
cluso las economías modernas, con su gran control dd estado,
bres no son libres para elegir qué forma de sociedad debe
son apenas capitalistas en el sentido que indicó Marx y puede
crearse para sí mismos o para otros. Los hechos que son nece­
que incluso fracasen cuando intenten mantener su prosperi­
sarios pueden aceptarse o no, dad, porque no puede decirse que estén siguiendo el camino
Marx tiene todavía que resolver el problema filosófico de
que Marx predijo. Y mientras que existan, desde luego, países
justificar tales juicios de valor ya que parece que esto no su cede
como la Unión Soviética y la República Popular China que
en su enfoque esencialmente positivista. Lo más que podemos >
pretendan adaptar la idea marxista no fue esto lo que aconte-
concluir de sus escritos sobre este aspecto es que pretende que
161
160
í

ció en estos países después de desarrollarse totalmente las nificativa, pero trata inevitablemente los detallados descubri­
«contradicciones» del capitalismo y esto no se corresponde, y mientos de Marx como si estuvieran abiertos a revisión, e im­
por tanto,.con las teorías que él propuso.
Más radical es el profundo rechazo del «hisconcismo» de
í
~jí
plica el abandono de las grandes y profundas pretensiones que
estudian la inevitable desaparición del capitalismo que hizo que
Alara, como denominaba fiar! Popper la pretcnsión de que I
el marxismo fuera tan atractivo políticamente
el método apropiado para comprender la historia humana es Lo que nos queda es una metodología general con la que
descubrir el tipo de leyes científicas que hacen que podamos buscar en la base económica de cada sociedad la explicación de
i
predecir, su curso futuro. Popper, él mismo un poderoso de­ sus otros acuerdos sociales. Esto deja relativamente abiertas las
fensor de! método científico como el proceso de presentar hi- cuestiones de si hay o no algo más fijo en la naturaleza humana
-pótesiS-.ennBtricas que pueden refutarse o falsearse por la expe- _que io que el njiS.fn.Q_Marx admitió.-y-si-los-hombees- pueden—
riencia, rechaza que pueda utilizarse este método para predecir utilizar individual o colectivamente su racionalidad y creencias
la historia humana basándose en algunos fundamentos: Popper morales para influir en la base económica de la que se dice que
sostiene en L a lógica de la mvedigaám mntifica (Madrid, Tecnos, todo depende.
Colección Estructura y Función, 1980) que, como la historia Es difícil decir si al fina! del día la acumulación de los estu­
humana es un fenómeno unitario y único, es imposible llevar a dios que se han hecho con esta base metodológica confirman o
cabo las observaciones que corroborarían las predicciones his­ hacen dudar de la riqueza que tienen las afirmaciones marxis­
tóricas porque para hacer esto de forma adecuada tendríamos tes. Pero un problema recurrente que surge de una cierta falta
que observar muchísimos ejemplos de la historia humana. In­ de claridad en la propia postura de Marx es la determinación
dica también que e) curso del cambio económico está afectado de los factores que se creen que forman parte de la base econó­
por los desarrollos del conocimiento y que esto no puede pre­ mica de una sociedad y de aquellos que forman parte de la su­
decirse (lógicamente) ya que predecir el conocimiento futuro perestructura, Muchos escritores se han dado cuenta de la am­
significa poseerlo en el momento en que se hace la. predicción. bigua situación de las situaciones de producción en lo que a
Tales argumentos fortalecen la impresión que se tiene de que i esto se refiere. Pero existen también formidables problemas
el método de Marx es a menudo más deductivo que empírico, para describir cualesquiera bases económicas sin tener que ha­
dependiendo demasiado de los dogmas heredados cuando estu­ cer referencia a sus historias legales y políticas. Esto sucede
dia las etapas históricas y del uso de las «inconsistencias» abs­ con la institución de la propiedad, un concepto legalmente de­
tractas o lógicas, como la «incoherencia» de la producción so­ finido y políticamente central que es inseparable de la descrip­
cial y la aprobación individual. Muy a menudo parece que con­ ción de la base económica del capitalismo, porque sin una ley-
funde la necesidad lógica de la no contradicción con Jas pre­ sobre b propiedad privada no podría haber ninguna posesión
tcnsiones empíricas que estudian el choque que tiene lugar entre privada de los medios de producción. ¿Cómo puede entonces la
los intereses. segunda crear la primera?
Frente a tal criticismo es natural que el mandsta que está Una respuesta que lleva a ca l» el criticismo popper ¡ano del
científicamente menfatizado estudie sólo, como parece hacer histericismo o cientificismo marxista es reafirmar el significa­
Marx a veces, las pretensiones limitadas que tratan las predio-, do de! primer Marx filosófico y desarrollar la teoría de la ideo­
dones a corto' plazo basadas en la observación de una variedad logía de Marx para abarcar rodo el cuerpo de ¡a ciencia moder­
de países capitalistas avanzados que ofrecen un conjunto de na como si se tratara simplemente de otro ejemplo dd pensa­
ejemplos con los que fundamentar las conjeturas inductivas miento burgués que reduce el pensamiento humano a la fun­
provisionales. Este enfoque, que es más limitado, ha oca­ ción instrumental que sirve para aumentar la producción de la
sionado una extensa ciencia social que es interesante y: sig­ mercancía. Asi en la «Teoría crítica» de la «Escuda de Frank-

162
furr» (etiqueta que se ha puesto a un grupo de filó so fo s n e o
marxistas que incluye a Max Horkhdrncr, Herberr Marcuse y
J urgen Ha bermas) mucha ciencia, especialmente la ciencia so­
cial, es un arma ideológica con la que la burguesía manipula al
| proletariado diciendo que las descripciones que hacen de las
relaciones sociales existentes tienen que ver con los procesos
inevitables y necesarios. Esta «reificación» o «hipótesis» de los
acontecimientos como si fueran aquello que inevitablemente
| debe y debería ser el caso está respaldado por una organización
burocrática qu e en foca los problemas sociales solamente desde Lecturas recomendadas
el punto de vista del control técnico. La ciencia se utiliza, por
~ lo tanto, para obtener poder sobre la fuerza de trabajo y este I lemox unlizatío como texto nuestra la selección editada por Borro-
M poder se refuerza con los paliativos deí estado de bienestar so­ more y Sube! (véase pág. 141). La mejor iniciación de Alar« y tíngelses
cial. En este aspecto Marx enriende erróneamente la aplica­ FJ Manifiesto Comunista (existen varias traducciones del Manifiesto; la
ción de la ciencia del mundo material al social donde la liber- edición más reciente parece ser la de Sarpe [1983], publicada, en la co­
lad humana y la realización depende de que los hombres ad- lección «Loa grandes pensadores» y cuya inducción ha sido cedida
por Ediciones Progreso de Moscú). Para un temprana exposición au­
X, quieran el control del aparato, que en el presente les hace es­
toritaria de las ideas mantistas, véase la obra de íingcls Del socialismo
clavos de las «necesidades» productivas. La ciencia debería ur¡- ulipioo al socialismo tien/iftm (Aguilera, 1977). Las obras más importantes
, ;i lizarse, si es que se utiliza, sólo de forma limitada como un me­ de Mam han sido publicadas por la Pclican Marx Library y editadas
dio para incorporar la tecnología a un modo de vida que tiene por Quimin Hoarc (Penguin Books, Inglaterra).
como objetivo liberar a los hombres de las verdades «científi- La literalura secundaria sob re M arx y L n g cís es e n o rm e . E l lector
ó; cas» falsas, como, por ejemplo, las de la teoría económica. puede em pezar con la o b ra de D avid M cLellan, Marx, que form a p ar­
La debilidad de esta escuela de pensamiento se halla en su re de la serie muy útil de la fo n ta n a M o d cm Masturs. V er. esp. Carlos
inhabilidad para justificar sus esperanzas de una forma de so­ Marx, su lepado, (.lu a n o , 1 9 8 3 . D e un nivel más avan zado son las obras
de M ichas! E v an s Kurí Marx (A lten and U tiw ín, L o n d res, 1 9 7 5 ) y
ciedad más liberada que reivindique la llamada, que hacen al­
Angus V íalkcr, Alarx (1-ongm nn, L o n d res, 1978). L a o b ra de S. Avi-
gunos miembros de la escuela, del derrocamiento destructivo
ntri, Tile Social and Política! Tbmpbl af Kart Marx (C am b rid g e U niversi-
de los sistemas sociales existentes. Pero la fuerza de su crítica iv Press, C am b ridge, 1 9 6 8 ); ver. cap, .Pensamiento sucia! y político de Car­
puede apreciarse mejor después de que hayamos examinado las los Marx, M adrid, C en tro ríe Ksludios C onstitucionales, 1 9 8 3 , es parti­
teorías de Max Weber, cuyo modelo de una forma de sociedad cularm ente relevante para la teoría de la sociedad de M arx.
racional y burocrática es el blanco principal de los ataques de Para estudiar los ejemplos del trabajo de la Escuda de Frankfurt,
la escuda de Frankfurt. véase jurgen Hsbermas, K>towUdge and Human Inlerest (Heincmann,
I ondees, 1972); ver. esp. Cnimdmietiíoemttrss, Taurus Ediciones, 1982, v
I ierber Marcuse, One Dimensional Man (Boston, 1964; Sphcrc Books,
Intuí res, 1958); vers. esp. C¿ hombre unidimensional, instituto del Libro,
I .i Habana, 1968, y Barcelona, Ariel, 1981. Para algún comen-
i:<i. léase Allsiair Maclnryre. Marcase (Fontana Movícu; Máster:,, Co-
.......

'Lis, Londres, 1970), \'oijc también Paul Connúnon («!.), Critica/.So-


,Moos (Penguin Books, Harinondsworth, 1976) y David Hcld, futradas-
¡¡■•oto Critica! Thtoryf lutehinson, Londres, 1980).

165
164
Mundial que iba a acabar con la vida de su hijo André, dotado
de una gran capacidad intelectual, y cuyo final no vivió para ver.
La obra de Durkhcim sigue teniendo un significado intelec­
tual considerable como una poderosa ejemplificacidn basada
empíricamente en las teorías de ía sociedad orgánica funciona-
lista. Su influencia ha sido particularmente importante en los
Estados Unidos de América y se hace evidente en el cstructu-
ralismo de Levi-Strauss y en el funcionalismo de antropólo­
gos tales como Radcliffe Brovm.

Capítulo VII El enfoque de D urkheim

Em ile Durkheim: una teoria del consenso Siguiendo la tradición iniciada por Saint-Simon (1760-
1825), Durkheim es el discípulo indeciso, pero leal, de Augus-
te Comte (1798-1857), el pionero francés del positivismo que
La vida y obra de Emite Darkheím (1858-19 ¡7} marca ti la inventó la palabra «sociología».
aceptación de la sociología corno una ciencia académica autó­ La «filosofía positiva» de Comte se origina en una intensa
noma. En sus escritos proselítistas y por sus excepcionales ap­ admiración ¡sor la precisión cuantitativa de las ciencias natura­
titudes como p rofesor, Durldieim se hizo famoso con la idea les, particularmente las matemáticas, la física y la biología. En
de una ciencia de la sociedad que pudiera contribuir a la solu­ su Cuno d i filosofía positiva se propone aplicar estos métodos
ción de los problemas morales e intelectuales de la sociedad para descubrir los principios de orden y cambio de la sociedad,
moderna. ofreciendo así un nuevo cuerpo de conocimiento que podría
Intentó hacer de esta visión una realidad en los importantes utilizarse para reorganizar la sociedad y mejorar la humanidad.
estudios que hizo sobre la naturaleza de la solidaridad social Este enfoque científico y racionalista, combinado con una
(L a división del trabajo, 1893), las causas sociales del suicidio perspectiva histórica, está incorporado en su «Ley del progreso
(Elsuicidio, 1897) y la función de la religión'primitiva (L asfor­ humano», según la cual todas las sociedades pasan por tres es­
mas deméntales de la vida religiosa, 1912). Su éxito final puede tados: el teológico o ficticio, el metafísico o abstracto, y d
calcularse a partir dei hecho de que, a pesar de !a considerable científico o positivo. Cada estado implica una actitud intelec­
controversia que sus ideas provocaron, se creó para el una cá­ tual diferente: en el estado teológico los hombres buscan el co­
tedra de ciencia social en 1897 en la Universidad de Bordeaux, nocimiento «absoluto» de la «naturaleza esencial de las cosas» y
donde enseñó durante muchos años como profesor de sociolo­ las «causas primeras y finales de los acontecimientos», culmi­
gía. Allí fundó y editó el famoso periódico L ’A nnée Sodologiqve nando en k explicación de que todo es el producto de la vo­
y reunió a su alrededor a un grupo de escolares que llegaron a luntad de Dios. Esta opinión mental, básicamente emocional,
influir mucho en los asuntos académicos y políticos. En sus úl­ da paso a ia actitud metafísica donde las fuerzas abstractas to­
timos años se fue preocupando cada vez más de las dificultades man el lugar de las sobrenaturales, pero las explicaciones se
de la Tercera república, dedicándose a Lis actividades educati­ expresan aún en términos de esencias naturales como, por
vas patrióticas ideadas para apoyar la unidad y el progreso de ejemplo, cuando se explica el valor económico por el «valor in­
la nación francesa al tiempo que se aproximaba la Guerra trínseco» de las cosas. Este estado altamente destructivo da

166 167
paso a su vez al estilo científico o positivista en ei que la men­ aprueba la mezcla comf 1ana de ciencia y reforma social. Ha­
ee, dejando de lado la búsqueda de las explicaciones últimas, se blando específicamente, la ciencia social debe dedicarse al pro­
preocupa de observar los fenómenos proponiéndose establecer blema de restablecer el orden social en el despertar de los le­
las leyes de U sucesión invariable y de la semejanza. Según el vantamientos revolucionarios del siglo xvtn y de los efectos
positivismo, ei conocimiento se limita a lo que aparece a los socialmente dislocantes de la industrialización. Durkheim espe­
sentidos y como tal puede tratar sólo las relaciones de pre­ ra poder demostrar cómo podría un nuevo consenso social
cedente y consecuencia que existen en los fundamentos obser­ volver a crear de nuevo los valores de comunidad y orden so­
vados.
cial sin sacrificar la emancipación humana que tuvo lugar con
Aunque los tres estados de Comte se caracterizan en térmi­ la desaparición del feudalismo.
nos intelectuales, cada uno se corresponde con los acuerdos Bs-también-en Gorme-donde-pode mes- tra zar Lapidea-de la'
seoiales-que-sonnaecesaTiosTla actitud teológica domina el pe- sociedad de Durkheim y la importante distinción que hace en­
riodo de la historia humana hasta la Edad Media, el estado me- tre ia «estática social« que trata de la anatomía y orden de las
tafísico ocasionó en los siglos xvi, xvu y xvtn el declive de la sociedades humanas y la interacción de sus partes, y la «diná­
monarquía, el poder de los militares y el surgimiento de ideas mica social» que describe los procesos del cambio social y des­
políticas seculares tales como el derecho natural, la soberanía cubre las leyes de la evolución social que relaciona los desarro­
dd pueblo y la propiedad privada. El estado científico es in­ llos sociales con factores tales como el clima, raza y volumen
dustrial y elitista y está controlado no por sacerdotes o solda­ de población. Pero mientras que Durkheim adopta el enfoque
dos, sino por banqueros y te en óc ratas. Será testigo del final de orgánico general de Comte, se preocupa menos de coronar la
las divisiones de clase y economía, del establecimiento de la sociología como la reina de las ciencias que de establecer la
vida urbana, de la total planificación de la actividad económi­ existencia de los distintos «hechos sociales» como el tema de la
ca, y marcara la cima del logro moral del hombre con el total nueva ciencia. En las L as Regias dei M¿to¿r> Soáológm (1895)
florecimiento del altruismo v el amor. recomienda a los teóricos sociales que adopten la postura carente
Presidiendo la vida intelectual en el estado positivo se en­ de presuposiciones del científico investigador al enfrentarse a
cuentra la ciencia de la sociología. Pista postura dominante se una realidad social que desconocen. Esto significa rechazar los
justifica por la pretcnsión de que la sociología no es sólo una métodos de psicología introspectiva e individualista que Hob-
disciplina analítica diferente, sino que también es un estudio bes y Adam Smith utilizaban. Durkheim considera que la in­
sintético cuyo objetivo es relacionar los fenómenos sociales trospección es inherentemente engañosa y de todos modos
con el cuerpo orgánico dd cual forman parte, esto es, con toda cree que la realidad social debe descubrirse, no en la concien­
la historia de la humanidad, y de aquí su abarcadora Ley de los cia colectiva, sino en el reino de los hechos sociales,
Tres Estados. En el primer capítulo de las Regias Durkheim define los he­
La obra de Comte es especulativa y programática, Durk- chos sociales como «formas de actuar, pensar y sentir, externas
heim intenta remediar estos defectos reteniendo al mismo al individuo y dotadas de un poder de coacción, siendo ésta ia
tiempo los objetivos generales de Comte. Se aferra. a la creen­ causa de que le controlen» (8.a cd., edit. por George E. G. Cít-
cia de Comte de que se puede demostrar que la sociedad está tlin, The Free Press: Illinois, 1938, pág. 3)*. Lo que tiene en
sujeta a las causas naturales aunque le falta la completa con­ mente son los hábitos de la gente, las costumbres y el modo de
fianza racionalista que su maestro tiene en la potencialidad de
la organización científica de la sociedad. Rechaza, por lo tanto,
' ! : : ■ .-J loco:; ; espartóla, ngiaí ¿el ,<
r: L o s Libros del
la interpretación estricta de la Ley del Progreso Humano de
Mari, 1983. írsister otras traducciones además de ésta, por ejemplo, en Edicio­
Comte que considera altamente dogmática e imprecisa, pero nes Morata, 1978. fzV. d d T )

168
del trabajo es el resultado de los aumentos de la densidad de
vida general tal y como aparece incorporado en las institucio­ población y sostiene que la creencia religiosa y las emociones
nes, leyes, moral e instituciones políticas. Estas puede que ten­ surgen de reunirse juntos los miembros de un grupo en la es­
gan que ver con el funcionamiento de la conciencia individual, trecha proximidad de ias reuniones rituales. Establece regulari­
pero se trata de fenómenos diferenciales que hay que descu­ dades más precisas utilizando el materia! estadístico como un
brir observando a la larga la conducía humana, y no exami­ instrumento para el análisis comparativo.
nando los contenidos de nuestras propias mentes. Los hechos Aunque como Smith, Durkheim busca un tipo de regulari­
sociales, sostiene, son «externos ai individuo en el importante dades causales que es familiar en las ciencias naturales, su posi­
sentido de que le vienen de fuera de él y dominan su conduc­ tivismo difiere del de Smith en que es más estrictamente socio-
ta». Los científicos sociales deben, por tanto, tratar los hechos __lógico. Espera descubrír_Ia-causa-de-todos-lo5Acnómenos so- ~
sociales «como cosas» del mismo modo que los científicos na­ cíales completamente en otros fenómenos sociales excluyendo
turales tratan los objetos físicos cuya realidad deben aceptar y cualquier referencia a los elementos presociales de la naturale­
explicar. za humana. Considera que una sociología que sea germina ne­
A pesar de la reconocida naturaleza idealista o «moral» ele cesita que sus hechos no puedan reducirse a ningún nivel de
los fenómenos sociales, Durkheim intenta descubrir Jos modos realidad inferior como, por ejemplo, aquéllos que se estudian
que hacen que los hechos sociales sean observables y medidles. en psicología o en biología. Se le considera por todo esto que
Así equipara ¡da densidad social» con la concentración de ia pobla­ riene bastante de bolista metodológico y, por consiguiente, se
ción, utiliza la estadística (por ejemplo los índices de divorcio) opone totalmente a las metodologías individualistas, como,
para hacer enunciados generales concretos sobre las sociedades por ejemplo, la de Hobbes, a la que atacó igual que lo hizo la
consideradas como un codo y admite las operaciones que se teoría utilitarista de la sociedad de hierben Spcnccr que estaba
observan de los diferentes tipos de sanción legal como índices entonces de moda.
externos de las realidades sociales subyacentes. De nuevo, como Adam Smith, Durkheim se interesa tanto
Aunque los hechos sociales se presenten por medio de estos por ias funciones como por las causas: «Cuando... se lleva a
modos que están abiertos a la observación, la sociedad es, para cabo la explicación de un fenómeno social debemos buscar por
Durkheim, un fenómeno esencialmente moral o normativo, separado la causa eficiente'que lo produce y la función que
que tiene que ver con la reglamentación de la conducta indivi­ cumple» (Rules, cap. 5, pág, 95). Pero por «función», a diferen­
dua) a través de un sistema impuesto o externo de valores obli­ cia de Smith, no quiere nunca decir lo que sirve a las necesida­
gatorios y reglas; como sistema mora! sus manifestaciones típi­ des de los individuos; el funcionalismo de Durkheim es socio­
cas son las obligaciones que el individuo, voluntariamente' no lógico u holístico en tanto en cuanto las necesidades que consi­
obstante, debe realizar de acuerdo con el lenguaje, leyes y cos­ dera relevantes para la explicación sociológica son necesidades
tumbres de su sociedad, siendo todos ellos hechos sociales que del organismo social considerado corno un todo. De este
él no creó y a los que debe adaptarse o sufrir las consecuencias modo, la función de la división del trabajo se identifica como
de la desaprobación social y el castigo. Existe así un gran d e­ la producción de una nueva forma de comunidad (solidaridad
mento de idealismo sociológico en su teoría. orgánica) mientras que se dice que la religión contribuye a ia
Durkheim considera que la tarea del científico social es la cohesión social dándole al individuo un sentido de lo sagrado
planificación de estos patrones -de conducta, incluyendo sus v de la autoridad de la realidad social.
desviaciones y los modos de corrección que se empican para res­ El rasgo característico del positivismo de Durkheim tiene
tablecerlos. Como positivista su meta es aprisionar estos fenóme­ así la única interpretación de enfocar la sociedad corno una
nos en leyes que resuman la repetición constante de las secuencias realidad orgánica independiente que tiene sus propias leyes, su
observadas. Por lo tanto, sugiere, por ejemplo, que la división propio desarrollo y su propia vida. Como en el caso de Marx,
I1
170
el holismo metodológico de Durkheim se corresponde con una cuál es, por ejemplo, la extensión usual y el tipo de división de
postura altamente determinista según ia cual ios individu os na trabajo en diferentes tipos de sociedad. Pero, algo que es bas­
tienen ningún poder frente a las coacciones de las fuerzas so­ tante interesante, se preocupa también de discutir que algunas
ciales que producen la conformidad a las normas sociales o ha­ formas normales (en el sentido común) de la división del tra­
bajo en las sociedades industriales son, sin embargo, anormales
cen que uno se desvíe de ellas. V sin embargo, Durkheim se
las arregla para combinar la aserción de la separación científica (en el sentido patológico). Esto hace que condene las divisio­
y el determínismo causal por medio de la creencia de que la nes «forzadas» del trabajo y que recomiende sólo aquella espe-
ciencia de la sociedad provee algún tipo de respuesta a los pro- eialización que se base en las diferencias naturales que hay en-
dilemas ¿ticos normativos de"l^filosofíaTratliciórfal; -treJoS-hombres.-Llega-a está-conclusión-asumiendo-que -la-di­
visión del trabajo es saludable cuando contribuye a la solidari­
Habiendo insistido que la moralidad es un fenómeno social
y que los hechos morales deben explicarse como cualquier otro dad social. Una postura parecida se adopta en E l suicidio donde
tipo de hechos sociales haciendo referencia a las causas históri­ hasta cierto punto acepta el promedio que se da en el nivel de
cas y a las consideraciones funcionales, sigue pretendiendo, no los índices de suicidio como parte esencial de lo normal y, por
obstante, que su ciencia, además de proveer el conocimiento lo tanto, del funcionamiento deseable de una sociedad, y reco­
de los mejores medios para alcanzar los objetivos sociales, indi­ mienda, sin embargo, que se intente reducirlo basándose en
ca también cuáles son los mejores objetivos sociales. Pretende que la autodestrucción entra en conflicto con el valor que se
que existen criterios objetivos, inherentes a los hechos mismos, da a la vida humana en la sociedad moderna. No hay duda que
que el científico social puede adoptar como guía moral. Cómo él justificaría estas ideas normativas en términos funcionalistas
sucede esto no está muy claro. A veces apela al altruismo de diciendo que el consenso, particularmente el consenso que se
que los hombres desean vivir pensando que esto es suficiente hace del valor que tiene la vida humana, es necesario para la
para transformar las leyes de la ciencia en imperativo de con­ misma supervivencia de la sociedad, pero es difícil omitir el
ducta conviniéndose en leves de supervivencia. Pero incluso si compromiso moral, personal y político que se tiene con la co ­
aceptamos esta línea de pensamiento ello no hace que poda­ munidad v autonomía que subyacen en estas supuestas postu­
ras normativas puramente científicas.
mos decidir cuál de las muchas formas viables de sociedad es
preferible.
De hecho, lo que hay tras la confianza que Durkheim tiene
La teoría del hombre dé D urkheim
en la habilidad del sociólogo para determinar los objetivos mo­
rales es el marco de referencia orgánica que se halla incorpora­
do en sus explicaciones funcionalistas. Esta forma de pensar le Durkheim es un ejemplo extremo de teórico bolista. Puede
permite aferrarse de forma natural a la idea de «salud» del or­ que parezca descaminado, por tanto, que se intente disociar su
ganismo social como el estándar moral que es apropiado a su teoría de la naturaleza humana de su teoría de la sociedad.
tema. Su postura normativa se parece mucho, por lo tanto, a la Pero d hecho de que Durkheim mantenga que todo lo que es
de Aristóteles, ya que se asume de forma estándar que el fun­ distintivamente humano — como e! lenguaje, moralidad, reli­
cionamiento normal de un tipo de sociedad particular es su es­ gión y actividad económica— se atribuye y depende de la so­
tado moralmentc deseable. Hablando de forma general, cual­ ciedad, no le impide elaborar una teoría det hombre más que
quier cosa que es normal o el promedio de un Organismo so­ li >que le impiden los postulados individualistas a Hobbes esta­
cial particular se man tiene como saludable y, por lo tanto, blecer una teoría de la sociedad. La causa de esto es precisa­
aceptable, mientras que lo anormal o inusual es «patológico». mente el énfasis que hace Durkheim de lo poco que aporta el
Por consiguiente, Durkheim se impone la tarea de descubrir idividuo a la sociedad que no sea el material primo al que hay

172
que dar forma a rravés de la influencia transformadora de la mando direcciones diferentes según su experiencia social. T a m ­
vida del grupo, lo que hace que enfatice tanto lo social como poco tiene Durkheim un concepto aristotélico de la potenciali­
aquello que es distinto de los factores individuales cuando se dad natural del hombre que parece que subyace en muchas de
pone a explicar la conducta humana. las ideas de Marx, Más bien, el hombre no es, en si mismo,
En la práctica Durkheim se preocupa mucho del lugar que más que una sustancia indeterminada, maleable e indiferencia­
el individuo ocupa en la sociedad humana. La polaridad que da que ¡as fuerzas sociales determinan y transforman.
existe entre e! individualismo y el colectivismo es un tema re­ La mejor manera quizá de enfocar la teoría de la naturaleza
cu trente en su obra. Surge de su preocupación por el orden so­ humana de Durkheim es a través de las líneas hobbesianas
cial y Ia . a uro irreal ízaci ón humana. Es hostil al individualis me como un conjunto de sensaciones, reflejos e instintos, pero
anarquista e indisciplinado que muchos vieron en ei caos que con dos modificaciones importantes: primero..j: Undi.vi duo_no-
se precipitó en Francia con la Revolución de 1789. Pero se es racional en sí mismo y, segundo, el hombre no tiene patro­
opone igualmente a la absorción del individuo en la colectivi­ nes fijos de apetitos que se dirijan inevitable y necesariamente
dad del estado moderno, con la consecuente pérdida de la in­ hacia objetivos específicos tales como la autoconservación y la
dependencia y la variedad de la experiencia humana que resul­ gloria. No existe, por lo tanto, nada dentro del individuo que
tó de la ruptura de! feudalismo y el desarrollo de la vida indus­ limite por medio de la razón o el instinto la gama y la exten­
trial. sión de sus apetitos. Las propensiones de la naturaleza humana
En su ensayo postumo, E l soc:aiis?>¡o, y en cualquier otra par­ que Hobbes cree universales son de hecho transitorias y loca­
te de su obra, Durkheim sostiene que el individualismo que es les. Algunas de esas propensiones puede que no se den en ab­
genuino — el florecimiento de las diferencias individuales y la soluto en ciertas sociedades y ninguna es lo suficientemente
autonomía personal— sólo puede obtenerse a través de lo que penetrante y poderosa como para determinar las condiciones
es, en efecto, una versión sindicalista del socialismo no revolu­ sociales en cualquier aspecto.
cionario, el individuo se protege del estado asociándose a un Durkheim considera que la naturaleza humana es una abs­
grupo económico o profesional y protegiéndose al mismo tracción casi total de la conducta que tiene la gente concreta
tiempo de la influencia sofocante de la vida en grupo por los en situaciones reales. Metodológicamente, «el individuo» es,
derechos contrarrestantes que tiene como ciudadano bajo la para Durkheim, una categoría residual en la que se sitúa sólo
protección del estado. De este modo las características distinti­ lo que queda después de separar todo aquello que la sociedad
vas de la vida moderna — autonomía c interdependencia— ha aportado a la vida humana. Este remanente no es nada más
pueden fusionarse en un ideal que era tanto realista como hu­ que un sustrato indiferenciado. Su interés se centra en demos­
manamente satisfactorio. trar cómo el grupo controla y moldea este flexible material y
De forma paradójica, este individualismo normativo se basa convierte al individuo abstracto en un miembro del grupo con
en una metodología que es violentamente antiindividualista. unas características distinguibles que son típicas de su grupo.
Como hemos visto, sostiene que ninguna de las explicaciones Lo que normalmente aceptamos como rasgos universales de la
de los fenómenos sociales se encuentran en la psicología del naturaleza humana, incluyendo los poderes de elección y razo­
individuo. Esto sucede porque no existe ninguna naturaleza namiento, son en realidad el producto de la situación del en­
individual del hombre bien sea en el sentido hobbesiafio de un torno que todos los hombres tienen cuando viven en comuni­
conjunto de rasgos humanos que están presentes en todos los dad en algunos tipos de grupo social.
hombres de cualquier época, o en el sentido smithiano de un Durkheim aplica esto a los procesos del pensamiento huma­
conjunto universa! de deseos originales y capacidades en los no aceptando la idea de Kant de las categorías a priori de la
que se basa el desarrollo de la naturaleza social del hombre co­ mente humana que aportamos cuando experimentamos el

P4 175

'KÜSüSBG
inundo {las capacidades para ordenar nuestras percepciones en dos que se establecen cuantío se clasifican dentro de su grupo,
el marco de! espacio y el tiempo y relacionarlas entre sí en una ¡a idea que tienen del universo en toda su extensión es una
sucesión causal) y atribuyendo estas capacidades a las opera­ imagen de su concepción de la unidad total de. su sociedad. De
ciones de la sociedad. Es, por lo tanto, la sociedad la que hace forma similar, en la esfera de la elección moral, c! individuo
que pensemos que el inundo tiene unas formas determinadas. no genera ios estándares morales y desarrolla sus compromisos
Por ejemplo, ios hombres no tienen desde un principio la ca­ morales con los que entra, mantiene y critica su situación so­
pacidad de clasificar las cosas, y considerar después que están cial, sino que los valores y supuestos morales que mantiene
divididos en diferentes clases o tribus. Es más bien porque los son la expresión en el de las fuerzas colectivas que tienen, no
hombres viven en clanes o en otros grupos por lo que clasifi­ sólo un origen social, sino también una funcióji-social.-a saben—
can las cosas en general. De forma similar, Dutkhdm sostiene "ñíarTtener d continuo grupo social donde se sitúa el individuo.
en L as form as elementales, que la naturaleza territorial del clan Se trata cíe una versión sociológica del idealismo filosófico de
subvace ai concepto que los hombres tienen del espacio. Esto Kant.
explica por qué hay sociedades en Australia y Norteamérica La idea que Durkheím tiene de la forma de la naturaleza hu­
donde el espacio se concibe en forma de un inmenso círculo; mana no socializada, informe, no racional, quizá subhumana es
creen que esto es así porque viven en un campo que tiene una la que explica su concepción de mioma, una condición humana
forma circular. que está marcada por la ausencia de reglamentación social. I.a
Esta desordenada visión — desde un punto de vista indivi­ anomia ex la innovación conceptual más distintiva de Durk-
dualista— de la relación que hay entre el individuo y la socie­ heim en teoría social. En su análisis de! orden social asume
dad es muy típica de las teorías de Durkheim. Los hombres no que cuando las fuerzas morales de la vida social se desintegran
llegan a tener creencias religiosas razonando que deben existir d individuo se siente completamente a la deriva, sin ninguna
causas ocultas de los acontecimientos observados y más bien idea de lo que quieran conseguir o cómo vivir una vida que sea
son sus creencias religiosas las que hacen surgir las mismas satisfactoria. La anomia es de este modo tanto una condición
ideas de causa y efecto. De nuevo, no es que desaprobemos de la situación en la que la religión, gobierno y moralidad han
aquello que es inmoral, sino más bien los actos son inmorales perdido toda su efectividad (algo parecido al estado de natura­
noque nosostros los desaprobamos. Por lo tanto, en términos leza de Hobbes) como e¡ estado psicológico que resulta cuando
generales, sostiene que las cualidades observables de los seres los individuos desencantados no tienen ningún propósito en la
humanos no son la explicación o el origen de la organización vida y, por tanto, ninguna realización permanente, algo pareci­
social, sino que la vida social es así porque viven en un campo do al estado de alienación de Marx. Cuando la gente pierde el
que tiene una forma circular. sentido de pertenencia a un grupo y ya no saben cómo el gru­
El ejemplo paradigmático de esta visión invertida es la idea de po forma sus vidas, pierden su propia identidad, su sentido de
que la existencia social precede a la capacidad humana de comuni­ la situación, su compromiso con las actividades que creen que
carse mediante el lenguaje, un proceso en el que cada individuo merecen la pena y, por lo tanto, cualquier esperanza realista de
sófo participa aprendiendo fas reglas sociales que dan significado una existencia significativa. Esta es la condición de anomia
a los símbolos; sobre esta premisa Durkheim construye su teoría que se expresa en los desórdenes y desgracias de las ciudades
de que la forma y el contenido de estas y todas las demás re­ industríales modernas.
glas sociales reflejan los requisitos de la vicia social en general y La explicación que Durkheim hace de las consecuencias psi­
los requisitos específicos de las sociedades a ¡as que pertenecen cológicas de la desintegración social que tiene lugar en la tran­
estas reglas. De la misma forma que las palabras que los hom­ sición que conduce a la sociedad industrial moderna presupone
bres utilizan para clasificar los objetos que se originan de los mo­ que no existe ninguna limitación de las necesidades hunia-

176 I '7
ñas y deseos. Los animales, gobernados por el instinto, tienen
apetitos relativamente fijos y determinados y disponen normal­ L a teoría de la sociedad de D urkheim
mente de medios para satisfacerlos. Pero el hombre no tiene
tal reglamentación interior, de manera que, sin el control del ¿Cómo caracteriza Durk.heitn la realidad independiente que
grupo social, su vida es de un constante deseo que resulta en es la causa de todo lo que es distintivo y más valioso de la vida
da enfermedad de una aspiración infinita«: humana? ¿Cuál es la entidad divina que le da tanto al individuo
y requiere tanto de él? Ya hemos notado que una sociedad,
______ Se llega a la avaricia cuando no se sabe dónde encontrar un úl­ para Durkheim, es un o rden moral. estp__es,_un_coniuntodere-—
timo apoyo... I.a realidad parece que no tiene ningún- valor—
quistes normativos que tienen una realidad ideal más que ma­
comparada con los sueños de la imaginación apasionada... Sur­
ge una sed de novedades, de placeres extraños, de innombra­ terial, que está presente en la conciencia individual y que, sin
bles sensaciones, perdiendo todo ello su sabor una vez que se embargo, es de algún modo externa a ella, ¿Pero cómo ha de
ha conocido. (Suicide, cap. 5, pág. 250, en la traducción editada identificarse esta realidad ideal entre los elementos puramente
por Georges Simpson, Rourlcdgt and Kegen Paul, Londres, individuales de la conciencia y qué es lo que le da la indepen­
1052), dencia y la influencia que requiere para jugar su parte en el es­
quema de cosas de Durkheim?
til resultado es la preocupación, desilusión y futilidad. De Estas son cuestiones con las que luchó Durkheim durante toda

n iírtlliil^1iiMÍMWr<iiiiiw»i» liMiMMH ■1 ■' ■-iv—■


nuevo la comparación con Hobbes parece que es correcta has­ su vida. En parte como resultado de los desarrollos de su pensa­
ta el punto de que el hombre andmico se parece a) individuo miento, no se les puede dar una respuesta data y consistente.
hedonista y competitivo que Hobbes cree que representa a la A veces parece que la «sociedad» no es nada más que una miste­
naturaleza humana universal. En d fenómeno de la vida urba­ riosa entidad supranatura! que se introduce para llenar ¿1 vacío
na de una sociedad industria!, donde los hombres parece que creado por sus críticas de las explicaciones individualistas. Si
pueden obtener lo que desean, pero tienen poca capacidad los hombres no pueden crear un orden moral con sus propios re­
para mantener sus deseos dentro de unos límites factibles, te­ cursos, y si Dios no existe para, que haga el trabajo por ellos,
nemos una imagen actualizada del estado de naturaleza de entonces Durkheim concluye con una postura que es bastante
Hohbes. La diferencia crucial que hay aquí entre Hobbes y cómoda diciendo que el origen y la autoridad de la moralidad
Durkheim es la de que los remanentes de racionalidad de la deben encontrarse en ese algo bastante nebuloso que denomi­
vida del hombre moderno no son producto de la naturaleza na «sociedad». Aporta, sin embargo, dos conceptos que están
humana, sino que provienen de la efectividad residual de tales relacionados para referirse a su explicación de la realidad so­
fuerzas sociales que permanecen operativas. Dutkeim quiere cial. Estos son ia comaence mUectm (traducido como «la con­
reconstruir la sociedad v reconstituir así al individuo humano ciencia colectiva» o «conocí miento colectivo»), y 1as representalioas
resolviendo el problema de la anomia. Este individuo reconsti­ «dketive (traducido como «representaciones colectivas»).
tuido no será un hombre hobbesiano de relaciones sociales pu­ Las representaciones .colectivas son símbolos que tienen un
ramente externas y egoístas, sino una persona socialmente in­ significado común para todos los miembros de un grupo y les
tegrada cuya relativa autonomía s individualidad será insepara­ i luce sentirse identificados entre sí como miembros del grupo.
ble de una presencia social en todos sus pensamientos, senti­ Muestran los modos en que los miembros del grupo se ven a sí
mientos y acciones. Una vez dado el material primo desorde­ mismos en sus relaciones de unión con los objetivos que les
nado y sensacionalista de la naturaleza humana, la sociedad afectan. Las banderas nacionales, los totems tribales y los li­
por sí sola podrá proveer la disciplina que dé forma y significa­ bros sagrados son ejemplos. Las representaciones colectivas
do a la vida humana.
179
178
nlWHWWt IIti ntllllwli]iWtlt i HnWBIilIMffitWiv
h religión primitiva parece que se acerca más a la idea de so­
forman parte del contenido de la conciencia colectiva, una
ciedad como una realidad que tiene un nivel diferente a! de k
entidad que está entre una menee de grupo metafísica y la
conciencia individual que puede funcionar sin manifestarse a
realidad más prosaica de la opinión pública. La conciencia cu-
l.i conciencia de los individuos: la vida consciente de los indi-
lectiva condene todas aquellas ideas que los miembros indivi­
■iiduos se dice que está en la misma relación con ia conciencia
duales de las sociedades tienen en común y que representa los
i le grupo que la que mantienen los estados subconscientes de los
fines o propósitos. Así que la creencia general, por ejemplo, de ugos individuales con los conscientes.
que los padres deben cuidar a sus hijos, si se cree ampliamente
El concepto que Durkheim tiene de la conciencia colectiva
y se sigue normalmente, forma parte de la conciencia colccti-
nene que considerarse como el fondo de su rechazo contra to-
va. Pero no cuenta como contenido de la conciencia colectiva,
MoHorresrudiordéMá- sociedad que estudian la interacción riel
si se da el caso de que todos esos individuos quieran a los hijos.
propio interés individual como si fuera una base adecuada de
La pretensión de Durkheim es que la totalidad de tales
explicación social. Durkheim es claro y convincente cuando
creencias normativas que se mantienen en común forman un
critica la idea de que las relaciones sociales permanentes po­

j
sistema determinado que tiene la función de reglamentar la
drían basarse en el interés. En esto trasciende la postura de
vida en sociedad y constituir, pot lo tanto, su unidad. La con­
Adam Smith ya que Smirh creía aún que, dadas ciertas nocio­
ciencia colectiva, cuya intensidad, rigidez y extensión varían
nes de justicia subyacentes, una sociedad podría mantenerse

'
de sociedad en sociedad, es esa parte de la vida consciente de
unida en gran, parte a través de intercambios mercenarios.
los individuos que comparten entre sí y que concierne a su
¡Aro para Durkheim «allí donde d interés sea la única fuerza
vida en común: es un consenso normativo que incluye el
imperante cada individuo se encontrará en estado de guerra
apoyo religioso y otras creencias que la sostienen, algo pareci­
i un todo otro individuo ya que nada modifica los egos y cual
do al concepto cié ideología de Marx sin las asociaciones de

-X
quier tregua que se haga en este eterno antagonismo no du­
clase que él hace. raría mucho». Las alianzas que se basan en el interés son
En L a división det trabajo Durkheim recurre frecuentemente a
r.m inestables como los intererscis que se postulan: «no existe
la ¡dea de conciencia colectiva. Sostiene, por ejemplo, en el ca­
nada menos constante que el interés. Hoy me une a tí: mañana
pítulo 2, que ei crimen no es una ofensa que se haga contra me hará tu enemigo» (División o f Labour; cap. 7, pág. 203,
ningún individuo particular, pero que ofende a la conciencia
traducido por Georgcs Sitnpson, bree Press, Illinois, 1933)*.
colectiva — esto es en verdad lo que la convierte en cri­
í .1 se mueve desde esta crítica de las explicaciones uti­
men. Por otra parte,, la importancia que el crimen tiene para la
litarias sin restricción a una postura que rechaza cualquier refe­
vida social no es el daño que se ha hecho a los individuos, sino
rencia que se haga a los cálculos de los propios intereses de los
el peligro de la integridad de) orden normativo que se compar­ individuos considerando que no son nada más que un fenóme­
te si es que queda sin castigo. Es difícil saber cuál es literal­ no social superficial. Así que un punto crucial del argumento
mente la intención que tiene este tipo de enunciado. Porque
que se hace en [a División del trabajo es que el trabajo que se ha
mientras Durkheim está dispuesto a admitir la idea de crimen
dividido no se origina en una previsión racional, no apoyándo­
como ofensa contra algo que está por encima y más allá del in­
se así en la apreciación de los supuestos beneficios que tiene
dividuo es una ilusión, aunque necesaria, dice también que ha­ para k felicidad humana. En algunos aspectos discute incluso
blar de una conciencia colectiva es una metáfora «no sin ver­
que la felicidad, medida por índices sociales tales como los ín-
dad». (Urt E l suicidio niega que haya algo metafórico cuando se
dice que cada grupo social tiene una inclinación al suicidio que
I lar traducción española. L a M ia s m a d t l t r a b a j e s o c ia l, Atvll Universitaria
está unido a la naturaleza de la conciencia colectiva en cada V'i*...1 f.V. ¿ti 7.)
tipo de sociedad [págs. 307 y ss.].) Y en su estudio posterior de

181
dices del suicidio y del divorcio, disminuye al avanzar la civili­
zación, implicando esto que los hombres podrían no haber in­ la de otros, ya que casi todos los fenómenos mentales o, como
troducido y apoyado la división del trabajo para aumentar su Durkhcim los llama, «morales» forman parte de la conciencia
felicidad, como afirman los utilitaristas. colectiva. Por consiguiente, los pasatiempos y sentimientos de
La explicación alternativa que hace Durkheim de la división una persona se diferencian poco de los de otra y no se da nin­
del trabajo es una combinación característica dd análisis causal guna tensión importante entre los deseos del individuo y las
y funcional que se expresa en términos puramente holísticos. coacciones del grupo. Durkheím recurre a los detalles de la
Sus causas son positivamente identificadas como materiales o tradición religiosa y de las prácticas tribales para ilustrar las
producto de la densidad de la población. Su función es proveer formas de vida específicas y comprensivas de las sociedades
una nueva forma de cohesión social que se ajuste a lasTomple“ simples v el compromiso automático que sus miembros sien­
jidades de la vida industrial. ten, no obstante, de forma emocionalmente intensa en lo refe­
Para desarrollar esta tesis Durkhcim presenta su famosa dis­ rente a las normas sociales que se comparten.
tinción de los dos tipos de sociedad (la simple y la compleja) Como evidencia externa y observable de que en las socieda­
y las dos formas asociadas de solidaridad social (la mecánica y des simples existe conciencia colectiva fuerte y eficaz Durk­
la orgánica). En las sociedades simples la población es pequeña heim indica la naturaleza que tienen las sanciones que se utili­
y se extiende dentro de su limitado territorio. Las característi­ zan contra los que transgreden sus normas. En las sociedades
cas y actividades de sus miembros son parecidas y pertenecen simples las sanciones son puramente represivas o penales, va
a pequeños grupos que están muy aislados y entre los que existe que su objetivo es simplemente imponer un castigo, «una reac­
poca interacción. Una sociedad simple es un «sistema de seg­ ción apasionada de la intes idad graduada» (División o f Loibaor,
mentos homogéneos similares entre sí» (Tbt Divino» of Labmr, cap. 2, pág, 96). El castigo es una expresión de la conciencia
cap. 6 , pág, 181), que pueden añadirse o sustraerse de una so­ colectiva que el criminal ha ofendido. Es una venganza, pero
ciedad sin que se afecten entre sí. no una venganza personal, pues demuestra ia reacción natura!
Las sociedades que son institución al mente simples están que tiene la conciencia colectiva al defender su salud, vitalidad
fuertemente integradas ya que no hay ninguna distinción fuer­ e integridad.
te entre las reglas y requisitos de la vida familiar, religiosa, po­ De este análisis Durkheim concluye que el crimen y las san­
lítica, moral y legal. Todas son altamente tradicionales y están ciones represivas asociadas son funcionales en las sociedades
estrechamente controladas de modo que el individuo nace simples, no porque, como creía Smith, la venganza implique
dentro de unas situaciones sociales claramente definidas con (sin ninguna intención) disuadir a otros ofensores en potencia,
unas obligaciones que son precisas, claras e inevitables. Se da, sino porque el acto dd castigo, que permite que la misma con­
por lo tatito, poco ámbito pata el logro individual, o la propie­ ciencia colectiva se exprese, refuerza esa conciencia. Por lo
dad privada, y lo que es más importante, se da poco lugar para tanto, «su verdadera función es mantener intacta la cohesión
lo económico o cualquier otra división del trabajo. social y que al mismo tiempo se mantenga toda su vitalidad en
La tesis de Durkheim es que la cohesión de tales sociedades la conciencia común» (División a f Lttbour, cap. 2, pág. 108),
simples se basa en la similitud c intercambio de sus partes; esta Las características básicas de las sociedades complejas son el
«solidaridad mecánica» surge de la igualdad esencial de los in­ anverso de las correspondientes a las sociedades simples. Las
dividuos que comparten una conciencia colectiva poderosa y sociedades complejas poseen grandes territorios densamente
definitiva En las sociedades simples la mayoría abrumadora poblados, con una multiplicidad de grupos que se estructuran de
de las ideas, sentimientos o representaciones que están presen­ formas diferentes. En vez de estar segmentadas, las sociedades
tes en la conciencia de una persona están también presentes en complejas están internamente integradas ya que sus partes de-

182 18.1
penden entre sí de apoyo mutuo, y son, p or tanto, más bien nueva rorma de vínculo deben ser complementarias v no
«orgánicas» que «mecánicas». antagónicas, ya que cada rol especializado depende para su
En las sociedades complejas los acuerdos institucionales es­ realización de las actividades de los tipos interrelacíonados de
tán especializados de tal modo que cada tipo de institución gente en una variedad de ocupaciones y actividades, ninguna
— iamiliar, religiosa, educativa, política y económica— están di­ de las cuales es autosubsistente. La solidaridad orgánica es así
ferenciadas y, por consiguiente, cada tipo de institución tiene una unidad de un todo cuyas partes son diferentes, pero se re­
menos importancia para la vida de los miembros de la socie­ lacionan de tal modo que cada una colabora para lograr los fi­
dad. Los individuos no están sujetos ya al estricto control de la nes del todo. La función de la división del trabajo no es, como
colectividad de las instituciones que están estrechamente en­ podría creerse, y como sostiene Adam Srnith, aumentar la pro-
trelazadas y que dominan en k s sociedades simples. Interna;_ —duct-ividad-,--sino- hacer posible'waTéxisféncía soc íaFintegrada
mente cada institución permite también que se dé una especia­ que no dependa de la rígida homogeneidad de las partes del
lidad de roles y que surjan, por tanto, más diferencias significati­ sistema. En este punto se separa de Marx y Comte, quienes
vas entre los individuos que los ocupan. Hsta especialidad de piensan que la división del trabajo tiende intransigentemente a
actividades interdependjeníes es un rasgo, no sólo del proceso romper la unidad dd orden social.
económico, sino de todos los aspectos de la sociedad. Por Se ha discutido mucho la naturaleza precisa de la solidaridad
ejemplo, una sociedad orgánica requiere un órgano político or­ orgánica, particularmente porque algunas de las cosas de las
ganizado, el estado, para deliberar y decidir en beneficio de que Durkheím habla al respecto se parecen al utilitarismo que
coda la sociedad, y dentro de este órgano distinto de la socie­ rechaza firmemente en cualquier otra parte. El establecimiento
dad existe una variedad de roles políticos ¡nterdepe odien tes, ■le contratos entre individuos autónomos parece que es exacta­
que se encargan de legislar, siendo los adjudicativos y los admi­ mente, según él, lo que no podría producir una cohesión social
nistrativos sólo los más evidentes. i- .tablc. Y si. en las sociedades complejas, disminuye ia intensi-
En la esfera legal especializada se da un giro de las sancio­ d.id v extensión de la conciencia colectiva :no socava esto los
nes represivas que son características de las sociedades sim­ mismos fundamentos que sostenía que se necesitaban incluso
ples, hacia las sanciones restituidas que tiene la función de pura las relaciones contractuales?
restablecer las situaciones que resultaron antes de darse el Sin embargo, está claro que Durkheím no pensó nunca que
error legal. La ley privada de! contrato y d agravio reponen la la1- sociedades complejas pudieran prescindir de un apuntala­
ley legal co m o el rasgo d om ín am e de los códigos legales y en miento de la conciencia colectiva, aunque esto fuera menos ex-
la esfera disminuida de la ley criminal se pone más énfasis en iniso y enérgico que en las sociedades simples. La solidaridad
el daño que se ha hecho a los individuos y menos en la idea de mgiinica no ex una alternativa sincera de ia solidaridad meca­
ofensa contra la sociedad como tai. La ley restieutiva tiene el nizada; la segunda puede existir sin la primera, peto la primera
propósito negativo de demarcar los límites que existen entre un puede existir sin una parte de la segunda, Pero más impor-
los individuos, un indicio del desarrollo de la autonomía per­ i.viic aún es que la conformidad que tiene Dntkheim de las, di-
sonal que requiere una medida de la propiedad privada para i* ivncias individuales no le hace comprometerse a aceptar la
expresarse y defenderse. La ley restitutiva sirve, por tanto, ii- 'j ' de que el Individuo es Ubre de adoptar simplemente cual­
como d marco de las actividades cooperativas de los indivi­ quier iipo de objetivos; en una sociedad que esté adecuada-
duos que es un rasgo principal d e las sociedades complejas. mi me organizada los Enes dispares de la sociedad no se eligen
[.a solidaridad orgánica que se desarrolla en Jas sociedades >li iinuera fortuita, sino que se asignan por esa sociedad, No
■ ! - . mtc, estos fines no son característicamente intereses per
complejas surge de la interdependencia más bien que de la se­ i i

mejanza de sus partes. Las diferencias en las que se basa esta imi.iks, sino que, hasta cierto punto, son objetivos sociales.

184 185
Además, las conciencias de las representaciones colectivas in­ saber, k proporción que hay entre la población y el territorio
cluyen la conciencia de que las representaciones complejas co­ (que denomina «densidad material») que ocasiona una interac­
lectivas implican la idea de interdependencia y cooperación. ción autoconsciente (que denomina «densidad moral») e impli­
La suya no es una armonía artificial ciega de intereses ya que ca, por tanto, la división del trabajo. De esto obtenernos una
implica un?, dependencia mutua, real y consciente, de intereses ley determinista, que recuerda el libro I de L a riqueza de las >'a-
que no son en sí mismos antagonistas entre sé cirmes de Adam Smith, según la cual la división dd trabajo varía
Asta forma sofisticada de cohesión social no es el resultado en proporción directa al volumen y densidad de las sociedades,
universal de la especialidad y la organización social, Durkheim suministrando a su vez las condiciones materiales de las pre­
admite que pueden existir formas anormales de división dd condiciones esenciales de los aspectos psíquicos del proceso.
traba jo-don de ■Ias dife renci as de n■1u garno a úna atracción-rnu-_ Es-d-desarroi!o y-)a-concentrarión-de'lás- sodedáaéTíólpé'ñe“
tua, sino al conflicto y hostilidad. Esto, piensa, no se debe a la cesita la división del trabajo. Sin embargo, su limitado materia­
disminución de la fuerza colectiva, ya que esto es algo normal lismo no es tan exclusivamente económico como el de Marx
de la sociedad industrial. Tiene lugar particularmente en perio­ para quien la producción era el único factor importante de la
dos de transición antes de desarrollarse completamente la soli­ causalidad social.
daridad orgánica llenando así el vacío que crea el declive de la
conciencia colectiva, tema que desarrolla en su obra posterior,
E l suicidio. En tales periodos, el individuo, apartado de las cer­ Implicaciones prácticas
tezas simples de la solidaridad mecánica, tiende más a las mise­
rias interiores, al suicidio «ano ni ico y a la conducta en general La preocupación que Durkheim tiene por el orden social y
que tiende socialmente a la desorganización. Considera que en particular por la desintegración de las sociedades que se
esto es como la división forzada del trabajo y los males que caracteriza por la división forzada del trabajo se ilustra por me­
acarrea que no cree que se superarán, como sugiere Adam dio del estudio que presenta en E l suicidio referente a lo que su­
Smíth, a través de la educación, o, como cree Marx, aboliendo cede cuando se derrumba el poder regulativo de la sociedad.
de forma casi total la especial izaclon, sino por el surgimiento Aceptando que el suicidio se trata de cualquier muerte que
gradual de formas más normales y menos coactivas de una resulta «directa o indirectamente de un acto positivo o negati­
cooperación compleja. vo de la misma víctima, que sabe que producirá este resultado»
Antes de pasar a ¡as inaplicaciones de la teoría de la sociedad (Suicide, pág. 44), Durkheim distingue entre el suicidio «egoís­
ele Durkheim debemos indicar dos puntos. Primero, Durk- ta», «altruista» y «anémico». El sucidio egoísta que surge de la
lieim, aunque a! final se preocupe de indicar las diferencias que individuación excesiva tiene lugar cuando el individuo se sepa­
hay entre los dos tipos de «moral» o vida consciente, lo hace ra de la conciencia colectiva que da a su vida una dirección y
basándose en una buena cantidad de datos de los que se dispo­ un significado. Este tipo de autodestrucción, señala, es más tí­
ne empíricamente, tales como el volumen y densidad de la pobla­ pico de los protestantes que de los católicos y afecta a los cató­
ción, la división dd trabajo, la estadística criminal y las clases licos más que a los judíos. Esto es así porque la causa del suici­
de sanciones legales. Esto se completa en su obra posterior dio egoísta es una falta de integración social. La conciencia co­
con estudios sobre las religiones primitivas y los grupos profe­ lectiva es más débil en las comunidades protestantes que en las
sionales. católicas y es más fuerte en los grupos judíos. El suicidio
Hn segundo lugar, debemos indicar que la causa de los cam­ egoísta es un fenómeno que va en aumento en la sociedad mo­
bios sociales que hicieron que se pasara de las sociedades sim­ derna a causa del desarrollo de la autonomía individual.
ples a las complejas fueron, básicamente, factores materiales, a Por contraste, el suicidio altruista es el producto de una in-

i 86
dividuación insuficiente y es, por unto, más común en las so­ que económicas. Habrán de ofrecer al individuo un entorno
ciedades primitivas donde el individuo no tiene un claro senti­ social completo en el que pueda realizar su existencia especiali­
do de su propia existencia distintiva y está dispuesto., por tan­ zada ■— ya que la especialidad seria una de las obligaciones que
to, a sacrificarse por el grupo. Por la misma razón, esta forma inculcarían las corporaciones-— y al mismo tiempo estos gru­
de suicidio es un rasgo de !tt vida militar, particularmente er. pos profesionales harían que la gente disfrutara la fraternidad
regimiento de élite cuyos miembros tienen un fuerte espritdemrps. que exige su naturaleza, pero que taita en ¡a sociedad que
Sin embargo, el suicidio anómico es el más distintivo de las Durkheim ve a su alrededor.
sociedades en proceso de modernización. El suicidio anómico De la interacción de estos grupos se desarrollarían, estánda­
se debe a la quiebra del orden colectivo cuando a los indivi­ res que podrían imponerse y sobre los que basaría una pr.o.duce­
duos 1es falta el apoyo de la conciencia colecttva.priiriiti-va-v-n a b a industrial armónica, bl gobierno por sí mismo es incapaz
se han integrado aún en la nueva solidaridad orgánica. Tales de regular la vida económica. El estado está muy alejado del
suicidios, demuestra, no se correlacionan con la pobreza, sino individuo y no puede aprehender los detalles de la vida eco­
que surgen de la frustración y desesperación que se siguen de nómica. Tampoco puede reforzarse la familia suficientemente
los deseos que no están regulados v son, por canto, irrealiza­ para que provea la cohesión que falta en una sociedad indivi­
bles. El suicidio anómico ofrece una muestra dd diagnóstico dualista. Además, Ja religión ha perdido su credibilidad y no
que hace Durkhcim de las fuerzas v debilidades de la sociedad puede proveer ya la solidaridad social. L modelo que ofrece
moderna. Dado que el suicidio anómico es, hasta cierto punto, alguna esperanza es, sin embargo, el de los grupos profesiona­
normal en la sociedad industrial, Durkhcim no puede conside­ les de abogados, jueces, soldados y sacerdotes. La idea de
rarlo como un mal inequívoco. Se (.rata simplemente de una Durkheim es fonneiuar el desarrollo de asociaciones que sean
forma extrema de autonomía individua!. Pero intenta discutir '.cim’jantes a la vida, industrial que resulta de «todos los agentes
que, como la civilización moderna enfatiza la importancia que de la misma industria que se unen y organizan en un cuerpo
tiene la personalidad humana y como el suicidio niega este único» (Üisisióoí o f ÍMbmr, prefacio a la 2.-1 cd., pág. 5). Tales
ideal, esto significa que el suicidio no es «normal» en el sentido grupos eor¡x>r<it.ivos no tienen como intención principal la de-
de expresar la verdadera naturaleza de la sociedad moderna. lciisa de los intereses de sus miembros, sino que funcionan
Por tanto, debemos intentar reducir el índice de! suicidio ha­ más bien como organizaciones religiosas que incorporan una
ciendo que aumentaran ciertos cambios sociales subyacentes (unción de bienestar interna al grupo además de hacer que sus
que repondrían la solidaridad. Los cambios que considera de­ miembros se ajusten a una sociedad más amplía. Sus institucio­
seables implican el surgimiento de grupos profesionales o cor­ nes son, por tarto, de un tipo cuasi-religioso, d culto común,
poraciones como fuente de disciplina moral. De esta manera trinquete común y cementerio común. Se parecen a una exten­
se puede limitar la extensión de las necesidades legítimas y au­ sa familia o a un gremio medieval, [.os grupos corporativos
mentar así la felicidad general de la sociedad y reducir, por subordinan la utilidad privada al interés común, desarrollan
tanto, entre otras enfermedades, la incidencia del suicidio. oí.indares de honestidad que se relacionen con las actividades
Las implicaciones prácticas de E l suicidio están en línea con imlnsiríales concernientes y controlan y ayudan, por tanto, al
las de L a división d d trabajo donde llega precisamente a la misma iiimiio tiempo al individuo,
conclusión sobre ¡a necesidad de una reglamentación orgánica Durkheim se da cuenta de que los grupos profesionales re­
que contrarreste la anemia. Allí propone el desarrollo de cor­ quieren un marco legal. Deben supervisarse por el estado y se-
poraciones industriales de las que evolucionarían normas qui­ ,-uir siendo distintos y relativamente autónomos al mismo
se impondrían de forma efectiva y que cumplirían las nuevas « m|xi en su propio ámbito. Internamente deberían fotnentar-
formas de vida social. Las funciones de tales grupos serán más jura que desarrollasen actividades colectivas que estimula

188
afirma que existiría un plan omniabarcador donde encajaría el
sen a sus miembros y proveer así una mutua asistencia mate­ individuo a través de su grupo profesional, controlándose en
rial, y organizar los medios culturales y promociónar otros cierta medida la economía a través de una forma centralizada
m od os de generar la solidaridad del grupo. Cada uno ha de te­ que proveería el rol mediador de! estado. Pero no se rrata de
ner sus propias agendas y reglas que se adecúen a su función una clase de socialismo anarquista que excluye la necesidad de
particular en la economía. Un cuerpo corporativo organizado reglas, ni tampoco de un socialismo estatal que implica la pro­
llevaría regularmente a cabo un control cotidiano que estaría piedad del gobierno de ¡os medios de producción. Está a favor
en manos de un consejo elegido que llevara a cabo la imposi­ de la abolición de la herencia y la transferencia gradual de la
ción interna de las normas del grupo. Una vez que se diera posesión de la propiedad productiva a los grupos profesiona­
este tipo de acuerdo institucional en los negocios y en la indus­ les. Pero esto no implica una apropiación proletaria deJos_me^.
tria-as Í-Gomo -en ot ros -grupos pro fes iona les -ce sa ría- a I-desord en— “clíoscie producción.
que ocasiona el carácter amoral de !a vida económica, ya que el Durkheim prefiere en último término presentarse como in­
trabajador tendría entonces una idea precisa de sus derechos y dividualista porque una vez que se haya establecido un correc­
obligaciones y una organización inmediatamente efectiva para to equilibrio del poder y la gente viva dentro del ámbito de los
proteger estos derechos y exigir la realización de las obligacio­ grupos profesionales bajo la vigilancia general de un estado en­
nes que son apropiadas. Si los grupos profesionales son quie­ cargado de proteger los derechos individuales, se darán enton­
nes han de realizar estas tareas principales habrá que conceder­ ces las condiciones para que se emancipe el individuo que es la
les un lugar central en esta nueva estructura política. Se con­ idea central de la sociedad moderna.
vertirían, por tanto, en la unidad electoral básica en lugar de
las circunscripciones regionales. F.sto ocasionaría la aparición
de delegados que estuvieran bien informados v que fueran res­ ' KITIOiSMO v valoración
ponsables y aptos para tratar con las relaciones que tienen lu­
gar entre los profesionales y entre los industriales. Existirían Los puntos que pueden erguirse contra la versión realógica
entonces importantes órganos secundarios entre el individuo y que Adam Smith hace de las explicaciones funcionahstas, v que
el estado que impedirían que, por una pacte, el control dd es­ sv mencionarán de nuevo cuando consideremos la contribu-
tado pasara a una aglomeración de individuos que se interesa­ i ión que hace Talcott Parsons a la teoría social, cuentan también
sen sólo en sí mismos y protegería a los individuos normales contra el enfoque teórico de Durkheim. Sin embargo, D u r k -
contra el poder del estado, fisto haría que se mantuviera tam­ hcim fomenta la valoración critica no simplemente como u n fi­
bién un equilibrio entre el igualitarismo que ocasiona la demo­ lósofo que recomienda un particular enfoque metodológico
cracia y la jerarquía necesaria de la organización del grupo. gara el estudio social, sino también en términos de los escanda-
Todo esto es en beneficio de los miembros individuales que irem p íricos sobre los que él mismo insiste. Como empirista,
requieren mantener y controlar el poder del grupo y alguna prácticamente no puede evitar que su material tenga que so­
protección contra su om ni presencia claustrofóbica. Porque, meterse a los procedimientos de comprobación científica, y
aunque la realización individual sólo es posible en el grupo, se i \isien muchas áreas en las que sus datos se han puesto en
necesita un grupo de autonomía personal para que florezcan -luda. lista claro, por ejemplo, que generaliza injustificadamen-
las cualidades humanas que son más elevadas. La prolección ii acerca de la religión primitiva a partir de un material limita-
del individuo contra el grupo la provee sólo el estado cuya ta­ ■i.. qnc se refiere a algunas formas del totemismo australiano.
rca es procurar que tos derechos del individuo no se sacrifi­ \ Lis estadísticas modernas son de mucha menos confianza
quen a conveniencia del grupo. pu los datos oficiales respecto a los índices de suicidio en los
¡ Jay un elemento socialista en to d o esto ya que Durkhemi
i
191
190
que se puede confiar de minera suficiente cuando el propósito admiradores de Durkheim enfatizan el puesto que ocupa en d
es investigar, particularmente cuando las comparaciones se ha desarrollo de la sociología en lo que a esto respecta. Pero in-
cen entre países que tienen métodos diferentes a la hora ele re­ i luso en este nivel de valoración deben señalarse algunas du­
coger tales estadísticas v tienen también ideas diferentes acerca das acerca de la naturaleza científica de esta práctica y del es­
de lo que es el suicidio. Leste hecho disminuye la base empírica quema conceptual que subyace tras ella.
de fil micidin. Los conceptos de la naturaleza humana por una parte y los
Pueden hacerse, no obstante, acusaciones científicas más se­ de ia «sociedad» como un reino psíquico independiente por otro
rias contra él en lo referente a la selección que hace de su mate <.uceen ambos de fundatrien tac lón empírica ya que son postu­
rial. Hn su entusiasmo por mostrar la comprensión de sus ex­ lados altamente teóricos que tienen unas conexiones relativa­
plicaciones puramente sociales de los fenómenos sociales tien­ mente tenues con las observaciones empíricas._______ _________
de a seleccionar sólo aquellos ejemplos de los tcnómcnos-Cti— — Elmaaterial-primo-plísttcoAieDurfheim que trata de las itv
— c-uestion-querpuredail encajar en su proyecto. Así, en su estudio difcrenciatiascaracterísticas humanas presociales es en cada trozo
de la religión, ía insistencia de que la religión tiene la función ian especulativo como los primeros intentos que hacen filóso­
de suministrar los símbolos de la conciencia que la sociedad fos tales como Durkheim para describir la conducta dei hom­
tiene de sí misma para expresar la superioridad de la realidad bre en el estado de naturaleza prehistórico, y ningún tipo de
social sobre el individuo le lleva a seleccionar aquellos ejem­ i nticisrno del enfoque hobbesiano, por muy justificado que
plos de la religión que indican que reunirse en las reuniones ri­ este, puede establecer las credenciales científicas del esquema
tuales implica un aumento de la conciencia de grujx; v un sen ulicrnativo de Durkheim como si se tratara de algo más que un
itrio tle lo sagrado, ignora aquellas formas más individualistas punto de partida tradicional.
de 1a experiencia religiosa tipificadas jxjr d profeta solitario Por lo tanto, también su concepto idealista de la sociedad
que se separa tic ia corrupción de su sociedad, í'.s cieno que la -particularmente en las versiones más sociológicas que se ha-
definición que hace de ia religión implica la ¡dea tic que se tra m i de sus análisis cuando habla de una realidad psíquica autó­
ia de un conjunto de creencias v prácíicas que se reúnen en noma que tiene vida y leyes propias— descansa más bien de
una única comunidad moral, Existe, por tanto, una cierta con mima demasiado holgada sobre los datos empíricos que se
fusión de la definición v descripción. propone estudiar. Por lo tanto, para sostener que la sociedad
De forma similar, cuando busca ejemplos de suicidio allruis t-x «externa» al individuo cita la coacción que se siente de las
ta, Durkheim clasifica como ejemplos tic suicidio las muertes normas sociales, pero cuando se aclara que muchas normas so­
ocasionadas por el autosacrificio de los soldados en batalla \ ciales se interiorizan y no se siente, por tanto, que se impongan
las de los mártires que permiten que otros les maten. Esto .il individuo, en lugar de aceptar que esto es algo que cuenta
hace que tenga que volver a definirse «el suicidio» para que en­ contra sus hipótesis asume simplemente que se trata de un
caje en su leona. No obstante, la estadística en la que se apoya vicmplo de la presencia de la conciencia colectiva en ese intH-
tiene que haber implicarlo, al compilarse, la suposición de que t iiíuo. La «exterioridad» vuelve a definirse así en términos del
la intención razonada que tuvo el individuo par?, matarse es un supuesto origen social de las normas en cuestión.
elemento necesario de) suicidio aunque esto va contra su pro La debilidad del aspecto positivo de las explicaciones socio­
pió intento de alejarse de tales factores subjetivos definiendo el lógicas de Durkheim puede observarse en el método falaz de ar­
suicidio sin hacer referencia a las razones de por qué una per gumento que utiliza para eliminar las hipótesi!; en contra. Su
sorna sacrifica su vida o permite que le maten. lando típico de argumentación en, por ejemplo. L a división del
Se trata, sin embargo, de un avance en ciencia social si sus i'iiktjo, es tomar cada explicación «individualista)) o psicológica
teorías pueden comprobarse empíricamente v muchos de los ¡na tras otra, descubrir alguna razón que la haga desaparecer.

92
y concluir rápidamente después que su explicación social debe adecuado del uso que se hace de la religión para apoyar el du
ser ía correcta. Por lo canto, si la causa de la división del traba­ minio político. Esta es la esencia de la crítica que hacen aque­
jo no es la previsión del propio interés de los individuos, en­ llos teóricos de! conflicto que ven en Durkheim un defensor,
tonces, ratona, debe ser d resultado de un argumento de la ideológicamente motivado, del sistema capitalista que se apoya
densidad material. Esta manera de proceder ignora simple­ mucho más en d poder y la represión que en el consenso
mente el hecho según el cual la refutación de la hipótesis A no de lo.s grupos interdependientes que son aproximadamente
establece k verdad de la hipótesis B, aunque sea sólo porque iguales.
pueden haber otras alternativas que no han sido consideradas. El criticismo ideológico de Durkheim puede aferrarse tam­
Sin embargo, todo el intento que se hace para probar que bién al modo servicia!, sincero y abierto con que a veces se es­
categorías del pensamiento tales como el espacio y la causali- tablece su suposición de que los procesos naturales revelan los
dad están sociaimente fundamentadas en su totalidad parece valores morales,_Es.to_ .le..deja-al -deseubietto-pELra- que—pííéclán
viciado por el hecho de que la misma noción de clan territorial acusarle de cometer la falacia naturalista derivando ilícitamen­
presupone el uso de las catcogrías del pensamiento cuya apari­ te un «debe» de lo que debería ser, en lo que concierne a los
ción parece que implica. supuestos positivistas, en un «es» mora ¡mente neutral. Es cierto
Considerando más la sustancia de su teoría social se está ge­ que no siempre acepta el ííatx e¡m, ya que hemos visto que a los
neralmente de acuerdo en que Durkheim ha hecho que la con ­ fenómenos sociales que no 1c gustan los denomina «anorma­
ciencia que tenemos de la sociedad aumente grandemente y se les» o malsanos. Esto es un modo de hablar funcionalista. pero
trate como un fenóm eno normativo que no puede compren­ cuando su teoría sociológica sobrepase indicar qué nivel de
derse sin apreciar e! rol que tiene el consenso social en lo refe­ consenso se necesita para que un grupo social sobreviva como
rente a proveer un marco pata la acción social, y que, quiza unidad viable (aunque no tiene que ser necesariamente en su
más que nadie, identifica las diferencias cruciales que hay entre forma existente) y recomiende el desarrollo de un cierto tipo
las sociedades tradicionales v las modernas. Sin embargo, de organización social que facilite el «norma!» funcionamiento
como teoría total parece que es defectuosa ya que representa de un cierto tipo de sociedad, entonces esto deberá considerar­
mal los elementos de conflicto y poder que se dan en las rela­ se como un intento de introducir injustificadamente los pro­
ciones sociales. Descuida tanto la naturaleza inextirpable de pios ideales sem ¡colectivistas de Durkheim en una teoría que
los desacuerdos que existen entre los individuos y los grupos no debería resultar de tal discurso.
sociales al igual que el modo en que éstos se establecen median­ Aunque tenga incluso razón cuando dice que los valores tie­
te el despliegue del poder superior, esto es, por la capacidad de nen un origen social y son inimaginables fuera de un contexto
infligir desventajas físicas, económicas y demás a los competi­ social esto no prueba que tales valores deban servir de apoyo
dores. Puede darse el caso de que ninguna sociedad pueda cuando quiera llevarse al máximo algún tipo de sociedad. Pare­
mantenerse unida completamente basándose en tal coacción, ce que supone que la «sociedad» es como un individuo humano
pero esta' igualmente claro que las normas sociales reales no egoísta que, si crea algo, puede que lo haga sólo por su propio
están desconectadas de la capacidad que tienen aquéllos que bien o mayor gloria. De hecho, no está nada claro que Durk­
ocupan los puestos de poder para moldear su contenido y pro­ heim consiga establecer que los individuos no logren trascen­
curar que entren en vigor en ausencia de] consenso. Tampoco der el origen social de su experiencia moral y adopten valores
parece que Durkheim este completamente al tanto de las posi­ que reflejen preferencias que están socialmente indetermina­
bilidades que hay de producir un consenso y controlar, por das. Incluso aunque los valores estén causarlos sociatmeiUc
tanto, la conducta social sin tener que hacer recurso de una esto no demuestra que la cohesión social tenga que ser el má­
coacción que es evidente. No ofrece, por ejemplo, un estudio ximo valor. No puede existir ningún valor fuera de la so-

194 195
cicJad, pero una vez dada una forma viable de organización
social puede que exista un ámbito bascante amplio de elección
en tre diferentes tipos de organización sociaJ que no tengan que
estar dictados por la necesidad de preservar un d en o grado de
orden social.
Estas posibilidades quedan excluidas del enfoque excesiva­
mente emptrista de Durkheim ya que descuida el rol que la
elección tiene en las acciones humanas y, por tanto, en la orga-
TfiTáciotTsocialrPor esta razón muchos de sus críficos'hañ'ata“
cado lo que consideran una adhesión obsesiva de Durkheim a
los métodos de las ciencias naturales (lo que sus críticos deno­
minan «cientificismo»). Un enfoque alternativo se presenta por Lecturas recomendadas
ese otro gigante de la ciencia social moderna, Max Weber,
cuya teoría de la acción social consideraremos en el capítulo si­ En lugar ele abordar las obras principales de Durkheim que se citan
en d texto de este capítulo af lector puede resultarle más fácil consul­
guiente.
tar la obra Umili Durkheim: SelerírA W'riiiays, editada v traducida con
una introducción por .Anthony Giddens (Cambridge University Press,
Cambridge, 1972). Véase también del mismo autor Durkheim (Fonta­
na, Collins, Glasgow, 1978) que servirá de un excelente breve estudio
del pensamiento de Durkheim; también puede verse la obra de Gid­
dens Capitaliser! mié Modem Sfida! Theery (Cambridge University Press,
Cambridge, 197 1).
Existe una sustancial biografía intelectual de Stephen Lukes (Emile
Durkheim, ¡lis Lift sud W'ijrk, Alien Lane, 1.onrite s, 1973), quien ha -
escrito también un excelente artículo sobre Marx y Durkheim titulado
«Alienation íuid Anomie», que puede encomiarse en phihsophy, Polìtici
aué Society, 3.a cd., editada por Peter Laslcrt y W. G. Runa man (Black­
well, Oxford, 1%7).
Quizás la exposición y crítica más influyente de la obra de Durk­
heim está contenida en Talcott Parsons, The Strutture e f Serial Action
(bree Press, Glencoe, 1949), Véase también la obra de Robert A, Nis-
bet, Emile Durkheim (Prcntice-1 Pali, Englewood Cliffs, 1965).

1% 197
la teoría de la acción de la sociedad de Weber; las páginas a las
que hago referencia pertenecen a esta edición.
El estudio que hace Wcbcr de la organización raciona! de la
sociedad burocrática moderna traiciona ¡a admiración provi­
sional que se siente por los logros del estado moderno
— particularmente la forma disciplinada y jerárquica que se
ejemplifica en la Alemania de Bismark, por ta que sentía fuer­
tes sentimientos patrióticos y por la que se preocupaba. Pero
como-sociólogo pudo^preciardas'cualidádtsTcle^cíiirufáirfiTuy"
diferentes a la suya y criticaba los aspectos más agresivos y regre­
sivos que tenían las ambiciones políticas y métodos del Kaiser.
C a p it u l o V I H
Esta ambivalencia que sentía hacia su propio país y época
reflejaba la conciencia teórica que tenía de la complejidad de la
Max Weber: una teoría de la acción acción humana en la que la emoción y tos valores juegan una
pane tan centra! como eí cálculo racional. También tenía rela­
ción cotí su propia dificultad personal para reconciliar la incli­
Sin rechazar la búsqueda positivista de las explicaciones cau­ nación que sentía por las implicaciones prácticas de los asun­
sales, ¡Vían Weber (1864-1920) sitúa el concepto de la acción tos militares, administrativos y políticos con su cometido aca­
individual significativa en el centro de su teoría de la sociedad, démico de descubrir una ciencia social que estuviera libre de
fiara Weber el rasgo distintivo de las relaciones sociales es d rodo valor. En conjunto, a pesar de haber participado en gru­
hecho de que éstas tienen sentido para aquellos que participan pos de estudio tales como la Unión Político-Social, y después
en días. Cree que lo complejo de las [daciones sociales que de un breve periodo como administrador de un hospital du­
constituyen una sociedad puede hacerse sólo inteligible cuando rante la Primera Guerra Mundial, se fue separando de la vida
se consiguen comprender los aspectos subjetivos de las activi­ académica hasta que al final de su vida se interesó profunda­
dades inter per so nales de los miembros de esa sociedad. Es, mente por los orígenes de la República de Weimar. Esto pue­
por lo tamo, a través del análisis de los diferentes tipos de ac­ de que haya tenido que ver en parte con su incapacidad psico­
ción humana como alcanzamos el conocimiento de la naturaleza lógica para enfrentarse a las presiones de la vida pública. Su­
y variedad de las sociedades humanas. frió un ataque de nervios tras la muerte de su padre, y nunca
Como mejor se conoce a Weber- es por el estudio que hace reanudó sus tareas pedagógicas de la cátedra de economía para
de la afinidad que hay entre la visión del mundo del protestan­ h que había sido nombrado en 1892 en la Universidad de Hei-
tismo y la motivación del empresario capitalista (véase Lm etica delbetg.
protestante y el espíritu del capitalismo, 1906), pero también escri­ En vista del énfasis que hace de la importancia que tiene in­
bió influyentes obras sobre la metodología de la ciencia social terpretar la sociedad en términos de los patrones significativos
(véase L a metodología de las tiendas sociales, 1905) y llevó a cabo de ta acción de sus miembros, puede que merezca la pena indi­
estudios enciclopédicos de las culturas china, india y judía. No car las propias actitudes ambivalentes que siente hacia las rígi­
ilegó a completar su obra sociológica más sistemática, IVirts- das realidades políticas y organizativas de la sociedad moderna
chaft m ¿ Geselhcháft La parte I de esta obra, traducida como So- y los esfuerzos intermitentes que hace para fomentar los idea
d a/ and Ecommk Orgarv.yjition (Ftee Press, Glencoe, edición en les culturales y éticos de las ciases medias literales de su tiem
rústica, 1964) sirve como base a la exposición que hacemos de po. Estas tendencias conflictivas que se dan en su personalidad
wc.w^nnui-wr™r<
pueden relacionarse con los problemas que tuvo para aceptar ellos mismos valoraciones. Tampoco cree que el científico so­
el contraste de caracreres que se dio entre su padre y su madre. cial tenga que abstenerse de comprometerse moral y política­
El primero, un abogado miembro de una rica familia industrial mente fuera de su trabajo académico. Pero el estudiante de la
del lino, fue un p olítico liberal-nacional de éxito, ligeramente sociedad debe aspirar a poseer una estricta neutralidad valora-
eficaz en público v bruscamente autoritario en privado. Su ma­ tiva cuando interpreta y explica los fenómenos sociales.
dre, por otra parte, era una dama culta y mojigatamente piadosa Weber admite que es difícil estar libre de todo valor en so­
cuyas actividades caritativas fueron despreciadas por su mari­ ciología, Da tres razones para aclarar esto. En primer lugar,
do. E l joven Weber, al decidirse por una carrera intelectual, se los valores se encuentran entre los objetos de estudio de modo
puso de parte de su madre comía su padre sin poder aceptar lo que para describir, como éi hace, la jafinj.dad.que-hav-eñt-re-el—
que consideraba como su religsosidad”meFica2, Aunque Wéher —pfofesfímnsmo y el capitalismo es muy fácil que incurra en la
siguió el camino de su padre hasta el extremo de hacerse abo­ valoración de estos sistemas de valores agobiantes que son la
gado y siguió fascinado por el mundo de los asuntos públicos, creencia y la acción. Sin embargo, cree que esta dificultad pue­
se decidió más particularmente por los valores culturales y es­ de superarse si se tiene cuidado y se resisten tales tentaciones
de maldad científica.
pirituales. Los conflictos internos a los que dio lugar este cho­
que de perspectivas ayudaron indudablemente a que Weber se Es menos fácil suprimir d segundo obstáculo con el que se
dedicara a analizar los variados tipos de significado que carac­ enfrenta el sociólogo que intenta conseguir la neutralidad cien­
terizan los diferentes estilos de acción humana y determinan, tífica. A causa de [a infinita variedad de hechos que hay que es­
por tanto, los rasgos fundamentales de cada tipo de sociedad. tudiar el teórico debe utilizar sus propios juicios de valor para
seleccionar los fenómenos sociales que creen que m e r e c e n la

' '
pena investigarse. La elección de los fenómenos a estudiar se
lleva a cabo por la «importancia de valor que tengan», esto es,
El enfoque de W ebes .
según la importancia que los juicios de valor del científico in­

*"
Weber define la sociología como «una ciencia que aspira a la vestigador consideran que tienen. Weber, por ejemplo, se inte­
comprensión interpretativa de la acción social para obtener la resa por la naturaleza de la racionalidad que piensa es el rasgo
explicación causal de su curso y efectos». Esto quiere decir importante del capitalismo moderno; también desea descubrir
que se da un compromiso entre las estricta preocupación cómo se mantiene la estabilidad en la sociedad moderna. Re­
positivista que se tiene por las generalizaciones causales y el conoce que hay unos juicios de valor implicados cuando decide
total rechazo humanístico que el historiador hace de la impor­ concentrarse en estos Fenómenos sociales más bien que en
tancia que tiene el análisis causal en lo referente a la conducta oíros. Sin embargo, Weber cree que aquí no existe ningún
problema real ya que tales valoraciones tienen que hacerse atr­
humana.
Como ciencia, la sociología debe estar, en términos de We­ io. de comenzar la investigación científica y se encuentran,
ber, «libre de valor», dando a entender por esto en primer lu­ I h>r tanto, bastante apartados de esa investigación. Pero piensa
gar que aquellos que ocupan puestos académicos deberían se­ que es importante que estas valoraciones anteriores se aclaren
parar sus valorizaciones personales de sus declaraciones cientí­ v m1separen del estudio en sí.
ficas, ya que tales juicios de valor nó pueden deducirse lógica­ I -na tercera dificultad que se da en la idea de una ciencia so-
mente de los hechos que son empíricamente observables. . i.ú que esté libre de valor es que, según Weber, la explicación
Weber no pensaba que la neutralidad científica que defendía u conducta implica comprenderla, y la comprensión requie­
fuera un compromiso que se diera entre las opiniones conflic­ ra entrar en la mente y sentimientos de los actores sociales,
tivas de la época, porque considera que tales compromisos son t un significa que para explicar la sociedad tenemos que com­

200 201
bajo industrial solitario donde la intención es vender el pro­
prender endo páticamente la conducta de los demás. La empa­
ducto. La acción social significa, por tanto, algo más que la
tia puede alcanzarse por el método de la simpatía imaginativa
mera similitud que hay entre ¡a conducta de mucha gente (con­
que A.dam Smith analiza en su estudio del juicio moral. Para
ducta de masa) auque no implica necesariamente una concien­
lograr esto es necesario «ponerse uno mismo imaginativamen­
cia mutua ya que una persona puede actuar intencionadamente
te en el lugar del actor y participar así compartiendo sus expe­
hacia otra sin que la segunda tenga conciencia de este hecho.
riencias». El problema de este método es que el resultado es
Pero la acción social sí que requiere que al menos un partici­
que se comparten los valores de la persona con cuyas acciones
pante dé significado a esta conducta en términos de las expe­
hay que simpatizar y, por raneo, comprender.
riencias subjetivas de otra perona, esto es, en lo referente a las
D e nuevo Wcber considera que eslo es un peligro para la
¡ntencionesrmotivos o sentimie'xít'cis'd'e'ót'ra gente.
tfeutralícíatlTie valor cié- la sociología maiTEien que un.a aser­
Para comprender (Vtrsleben) la acción social es necesario
ción de la imposibilidad de que esto esté libre de valor. Es po­
poseer la evidencia que cubra el significado subjetivo particular
sible, sostiene, entrar en los pensamientos y sentimientos de
(Sinn) de los actores, y esto requiere la capacidad para captar la
otro sin aceptarlos. En cualquier caso, no es siempre estricta­
total complejidad del significado que el actor utiliza para for­
mente necesario ir tan lejos por medio de la identificación ima­
mular las razones que tiene para actuar como lo hace. Esto no
ginativa para poder entrar gen uin amen te en los motivos reales
puede hacerse sin saber los símbolos (principalmente el len­
e intenciones del otro. El científico social puede, por tanto,
guaje) que el actor utilizaría para describir su propia conducta.
atenerse a demostrar los medios más bien que recomendar los
Tal comprensión puede consistir en una captación intelec­
[ines de una reforma social.
tual directa de lo que sucede (como en el caso del proceso lógi­
¿Qué implica, entonces, comprender las acciones de oíros si
co de la suma arítmérica), evocando, por empatia, los senti­
ello no requiere una total simpatía imaginativa? Para respon­
mientos del actor, o recurriendo a nuestras propias suposicio­
der esta cuestión debemos considerar primero qué se entiende
nes acerca de lo que motiva a la gente, en tal tipo de situación.
por «acción social». Weber distingue la acción de la conducta
Weber acepta que hay una diferencia entre lo que significa
en genera] diciendo que un movimiento no es una acción a
«comprender» la conducta y explicarla en términos causales.
menos que tenga un significado subjetivo para la(s) persona(s)
Pero indica que la comprensión sociológica de las acciones im­
irrtplicada(s). Esto requiere que el actor tenga conciencia de lo
plica verlas a la luz de los significados estándares que surgen
que él o ella estén haciendo y esto puede analizarse en térmi­
en acciones sociales que son típicas y que pueden expresarse
nos de intenciones, morivos y sentimientos en el momento
en símbolos comunes. Desde el punto de vista de la ciencia so­
que se experimentan. La acción se contrasta, por tanto, con
cial, comprender una acción particular es considerarla como
los aspectos puramente mecánicos del funcionamiento corpo­
una instancia de un tipo de actividad que es caractarística de
ral, como por ejemplo, el proceso digestivo, que no tienen nin­
esa sociedad. Esto es posible porque el mismo actor considera
guna «referencia intencional».
que su conducta es de tai tipo que está reconocido socialmente.
Trabajando con esta distinción que se hace entre acción y
Pero como el investigador no puede percibir directamente el
mero movimiento, Weber estípula que «la acción es social en
significado de ia conducta de otra persona, tiene que elaborar
tanto en cuanto, en virtud del significado subjetivo que el indi­
una hipótesis acerca de la naturaleza de la acción social en
viduo (o individuos) actuante le adhiere, tiene en cuenta la
cuestión basándose en el tipo de conducta que les es común a
conducta de otros y orienta así su curso». Esto excluye los
las personas en tales situaciones.
actos que se dirigen hacia cosas más bien que hacia perso­
Si comprender una acción es considerarla típica, entonces
nas, a menos que estas cosas tengan algún significado para
estamos moviéndonos en dirección de la generalización causal
las acciones de otra gente, como sucede en el caso del tca-

202 203
nes oe ios aspectos de la acción que se seleccionan para formar
ya que ello supone que existen patrones de acción que pueden un complejo inteligible en cuyos términos podemos compren­
comprobarse. Y es cierto que Weber sostiene que las relacio­ der la conducta real. Los tipos ideales son estereotipos signifi­
nes sociales pueden someterse a las leyes científicas a pesar del cativos que exageran algunos aspectos de la realidad social que
hecho de que la escuela histórica alemana que influyó en prin­ de alguna manera van juntos en el nivel del significado. Así, el
cipio su obra enseñaba que la historia es una secuencia única tipo ideal del capitalismo contiene los rasgos que se han selec­
de eventos particulares. 1.a postura de compromiso que adopta cionado de la conducta capitalista real aislada y extendida para
Weber en el debate que se da entre el positivismo de linca
formar un modelo de conducta simplificado y significativo de
dura y el particularismo extremo del historiador narrativo es los sistemas capitalistas,. Como__exttapolaciones-de-la-conduet-a-
■atepr arquenel -esr udro_de"la_socied sd_e s- un _esmdi o' de ~Ia hi sto-- -
real los patrones de tipos ideales no son en sí mismos generali­
ría y que los elementos que se dan en el proceso histórico, es­ zaciones causales, pero Weber sugiere que pueden utilizar­
pecialmente en la esfera de las ideas, no pueden aprisionarse se para clasificar los fenómenos sociales y formular las proba­
en los confines de las invariables generalizaciones causales. bles conexiones causales que pueden comprobarse empírica­
Pero Weher cree que muchos fenómenos sociales pueden mente.
subsumirse bajo leyes científicas y considera que su tarea como
Y sin embargo, los tipos ideales no se utilizan sólo para su­
sociólogo es seguir por este camino hasta sus límites.
gerir hipótesis causales; proveen también explicaciones de co­
En su cometido de descubrir las causas sociales, particular­
rrelaciones empíricas. I.os tipos ideales nos capacitan, por ejem­
mente las causas económicas, Weber puede compararse y con­
plo, para que veamos que existe una conexión significativa en
trastarse con Marx. Como Marx, cuya obra tiene en cuenta
tre ciertas creencias y valores por una parte y otros hechos so­
constante y críticamente, W'ebcr intenta descubrir tos factores
ciológicos observables por otra. Así que Weber nos invita a
económicos de muchos de los principales análisis sociales y de
que veamos que existe una «afinidad electiva» entre la perspec­
las explicaciones que lleva a cabo. Pero mucho más que Marx,
tiva que tienen los grupos religiosos puritanos y las actividades
W’ebcr se dispone a atribuir una eficacia causal a la variedad de
de los empresarios capitalistas: el éxito mundial combinado
factores que actúan reciprocamente. Factores políticos, mora­
con un vivir frugal (que sirven para crear un capitalista efecti­
les, del entorno, religiosos y artísticos — todos tienen una en­
vo) son, según esta religiosa visión, manifestaciones de la gra­
trada distinta y relativamente independiente del patrón de ac­
cia y el favor divinos. Weber no pretende, sin embargo, que
ción social. No obstante, como cree en una autonomía parcial
este tipo ideal del protestantismo sea una completa representa­
de las ideas en todas estas esferas, esto le hace entrar en un
ción de la perspectiva promedio de la denominación protestan­
agudo conflicto con la versión más doctrinaria del pensamien­
te. No obstante, las excesivas simplificaciones selectivas que
to mardan o que afirma que las ideas son siempre efectos y
hace fomentan la comprensión de la naturaleza del protestan­
nunca causas. tismo.
La división que existe entre la búsqueda de la comprensión
En resumen, Weber considera que a los estudios sociales les
y los objetivos de la explicacioón causal se hace múdente en su
falta el rigor empírico de las ciencias sociales, pero que disfrutan
concepto de los «tipos ideales». Se trata de modelos simplifica­
el beneficio adicional de generar la comprensión endopárica de
dos de actividades sociales que se utilizan para interpretar la
las regularidades estadísticas de la esfera social, algo que no es
conducta humana, til adjetivo «ideal» presta atención aquí a!
posible en d caso de los fenómenos no humanos. Debe enfati­
hecho de que los tipos ideales son entidades mentales — son
zarse de nuevo que los tipos ideales que realizan este rol cen­
¡deas de la acción—, pero la palabra no tiene ninguna connota­ tral en el enfoque de Weber, aunque puedan seleccionarse por
ción moral o valorariva; los tipos «leales no representan
la importancia que tengan para los valores personales del inves-
los tipos de acción buenos o malos. Son más bien extrapolacio­

204 205
electivos para lograr los objetivos que se han valorado, y tipr
tigador y se construyan de ral forma que abarquen un signifi­
ca mente los valores determinan la elección de los medios así
cativo complejo de valores y creencias, no tienen la intención
como el fin, de modo que un objetivo moralmente bueno debe
de ser vehículos de los juicios de valor pregónales del científico
alcanzarse sólo a través de unos medios moralmente buenos.
social.
El hombre que dice la verdad pase lo que que pase se comnor-
ta evidentemente de una forma que tiene un valor racional,
pero sucede también que toda conducta humana racional im­
L a teoría del hombre de W eber
plica un elemento de valor raciona! ya que la búsqueda lógica
de fines de cualquier tipo supone que estos fines están valora­
La teoría del hombre de Weber se enfoca mejor a través de
dos por el agente. --------------- --------------- --------------- -----------------
la caracterización que hace de los cuatro tipos de acción hü-
----- mana;------------------- iiti tercer lugar, Weber tiene un tipo ideal para la. acción
efectiva o emotiva, esto es, la conducta que está bajo el domi­
Utilizando su noción de los tipos ideales, Weber comienza
nio directo de los sentimientos. No hay aquí ninguna formula­
su análisis entresacando de este vasto campo de la conducta
ción consciente de los valores o cálculo racional de los medios
humana eí ideal de su conducta racional que denomina zwtck-
apropiados. Es una conducta puramente emocional y, por con­
ratiatial u objetivo racional.
siguiente, no racional.
Usté modo de orientación implica el cálculo exacto y la
Weber tiene una cuarta categoría de acción humana a. la que
adopción de los medios más efectivos para el fin, u objetivo,
pone ia etiqueta de «cradicionalisca» y que da cuenta de la con­
que se ha elegido y concebido claramente, del actor a la luz de
ducta habitual que surge de las practicas establecidas y del res­
las circunstancias particulares de su acción y los efectos que se
peto por la autoridad existente. Este tipo de conducta no pue­
han. considerado a! margen y que están relacionados y se si­
de considerarse que sea lo suficientemente consciente como
guen de otros propósitos que el actor pueda tener. Se trata bas­
para que pueda contarse como «acción intencionada» y, por
tante de un marco de mente utilitaria o instrumental.
tanto, genuina, pero Weber admite que la intencionalidad pue­
El análisis que Weber hace de este tipo de acción racional
da estar implícita y, por tanto, relativamente subconsciente, y
no implica que los seres racionales actúen siempre racional­
en este aspecto la acción tratlicionalista no se diferencia de la
mente. Al aproximarse la conducta real al tipo de ideal racio­
acción afectiva.
nal se hace inteligible inmediatamente (una vez que se conocen
Estos cuatro tipos de acción son idgp más que instrumentos
los fines y los medios disponibles), pero la conducta real se
sociológicos: son formas con las que los individuos dan signifi­
desvía, a menudo ampliamente, del modelo racional.
cado a sus acciones y, para Weber, es fundamental a la natura­
No obstante, hasta dónde se considera que I-a conducta hu­
leza del hombre que éste intente darle algún tipo de sentido a
mana es un objetivo racional varía de acuerdo con el tipo de
su vida. El hombre es, por tanto, una criatura religiosa en tan­
sociedad en cuestión, siendo la racionalidad de fines medios
to en cuanto sus actividades económicas presuponen alguna
más característicos de grupos que están organizados burocráti­
camente. visión del mundo general que utiliza para hacer su vida inteli­
gible.
E) segundo de los cuatro tipos de Weber es el mrtraiionat o
Utilizando sus tipos ideales de acción, Weber puede cons­
conducta de valor racional. En este modelo el actor se com­
truir un cuadro compuesto de personas individuales según la
promete con la importancia incondicional o el valor de la acti­
combinación que se haga de los tipos de acción que caracteri­
vidad en cuestión. Busca valores más bien que calcula medios
zan su conducía y las creencias y valores particulares que po­
de forma valora t ivamente neutral. Aquí la racionalidad calcu­
seen. Los individuos reales varían según la extensión que den
ladora entra en juego sólo para elegir los medios que sean más

206
a sus actividades como objetivos racionales, valores racionales, asi una comprensión de las características distintivas de la so­
afectivos o tradicionales. Está claro que es inevitable que se dé ciedad moderna. Se preocupa particularmente de contrastar los
algún elemento de racionalidad calculadora, pero es igualmen­ tipos tradicionales y racionales de k sociedad. Para este fin de-
te indispensable que el individuo adopte valores que pueda en­ sarrolk los tipos ideales de fenómenos contemporáneos tales
tonces perseguir de una manera racional o afectiva. como d capitalismo y la burocracia, que en último termino
Existe a este nivel un elemento existencíalista en la teoría pueden reducirse a patrones significativos de las interacciones
del hombre de Weber, ya que sigue insistiendo que hay un ex­ que se dan entre individuos.
tenso ámbito de valores que el individuo puede decidir adop­ La unidad o «átomo» irreductible que implica una significa­
tar. Como Nietzsche, quien influye en Weber de gran manera, ción social es la <trelació_n_s.Qckk,-término-que- Webei~utilizá'"
-Weber-cortsiderírqueda^cürídiaÓrThumana requiere el ejercicio para «denotar la conducta de una pluralidad de actores en tan­
de la elección en lo referente a los fines de conducta últimos e to en cuanto, en su contenido significativo, la acción de cada
incompatibles, pero tiene una visión más abierta que Nietzsche uno tenga en cuenta h de otros y se oriente en estos términos».
de los posibles modos con ios que los hombres pueden afirmar Las relaciones sociales se analizan de tres formas: conflicto (o
su existencia y dar significado a sus vidas. Y no cree en un lucha), comunidad y asociación.
conjunto universal de valores que los seres humanos tengan la El conflicto es una forma de relación en la que la acción «se
obligación de adoptar, lil hombre debe, hasta cierto punto, orienta intencionadamente a llevar a cabo h propia voluntad
elegir sus valores y decidir por sí mismo cuán racionales, emo­ del actor contra la resistencia de la otra parte o partea».
cionales o tradicionales van a ser sus acciones. Hacer esto con éxito es ejercer «poder» y alcanzar así un
La extensión en la que tal elección cxisrencialist» tiene lugar «dominio» o «control imperativo». R! conflicto es en gra­
está afectada, sin embargo, por las relaciones sociales del indi­ dos variados u n rasgo de rodas las sociedades y varía desde
viduo ya que Weber incluye en su estudio de la naturaleza hu­ un combate físico no reglamentado hasta las interacciones com­
mana la tendencia a hacer tas elecciones de valores basándose petitivas. cuidadosamente controladas. En cada caso d resulta­
en la autoridad que tiene la estructura de la sociedad en la que do depende de las cualidades de los individuos y grupos y de la
vive el individuo. Su teoría del hombre a este nivel es tnsepa- naturaleza de! conflicto, pero el resultado final es alguna forma
rable de su teoría de la sociedad. de selección social del tipo que mejor se adapte a las condicio­
nes. La sociedad como un rodo es un complejo equilibrio de
los grupos en conflicto.
I.A T E O R ÍA D E LA S O C IE D A D D E W E B E R
Una relación social es «comunal», si su orientación «se basa
en el sentimiento subjetivo que tienen las partes, bien sea efec­
tiva o tradicional, de pert onecerse». Los ejemplos incluyen las
Los tipos ideales de acción de Weber pueden utilizarse para
construir cuadros compuestos de gente individual que resultan relaciones familiares y las comunidades nacionales. Se da
de la mezcla particular del tipo ideal de actividades que van a más fácilmente en grupos pequeños y en sociedades tradicio­
construir su conducta real, pero lo que preocupa realmente a nales, pero us un demento de casi rodos ios agrupamientos
sociales.
Weber es utilizar los análisis que hace del objetivo racional, va­
lor racional, la acción afectiva y tradicional como bloques Finalmente, una relación social es «asociativa» cuando «la
constructivos que sirven para pensar la sociedad en términos cié orientación de la acción social que hay en día descansa sobre
los tipos ideales de las interacciones sociales y agrupamtentos mi ajuste de intereses racionalmente motivados o sobre un
sociales. Su objetivo es crear un conjunto de conceptos forma­ .icuurdo que esté motivado de forma similar. Estos intereses
les con los que organizar la investigación empírica y alcanzar jmeden ser cualquier cosa, desde valores absolutos a la pura

2U8 209
giosos del pasado se origina a veces tic la autoridad carísimo
conveniencia. Los ejemplos incluyen «el intercambio de un ca. Este tipo de orden está legitimado por las cualidades ¡xirso
mercado racional y libre, que constituye un compromiso de in­ nales sobresalientes de los individuos extraordinarios cuya san­
tereses opuestos pero complementarios», y las asociaciones vo­ tidad, heroísmo o virtud les capacita para mandar a gran nú
luntarias para la búsqueda de algún objetivo como, por ejem­ mero de hombres y mujeres eti las relaciones que se dan cara a
plo, la investigación científica o fomentar «algunos valores ab­ cara. El carisma se ejemplifica por las cualidades sobrehuma­
solutos comunes» como en el caso del compromiso a una cau­ nas que se atribuyen a los profetas y héroes militares capaci­
sa común Lista forma de relación social es más característica tándoles así para que puedan imponer sus propias ideas y valo­
de la sociedad industrial moderna. res a grupos enteros. _________________
----Las-rd sei&nes-soc ja le s reales -impüean a!gun a- eom binación------ Contrás'tañcio completamente con esto, la autoridad rado
de estos tres tipos ideales. Weber admite que la tarea del soció­ nal o legal descansa en un creencia en la «legalidad)) de ciertas
logo es descubrir patrones recurrentes o uniformes donde do­ reglas que significa que aquellos que promulgan las leyes tie­
mina una u otra forma de relación social. Estos patrones pue­ nen derecho a hacerlo de acuerdo, sin embargo, con otras re­
den resultar del puro hábito o del propio interés calculado, glas que especifican quién tiene el derecho a mandar. E n el or­
pero la atención de Weber se centra en el «orden» social que se den racional o legal se puede saber qué reglas son «formalmen­
basa en una creencia en la legitimidad u obligatoriedad de las te correctas y se han impuesto a través de un procedimiento
reglas. que se ha aceptado». Se trata de un orden impersonal que no
La idea de las normas válidas o del orden legítimo es funda­ depende de las cualidades de los individuos que establecen las
menta! para la teoría de la sociedad de Weber- Algunas formas reglas o de su estatus de guardianes de una tradición.
de conflicto no están reglamentadas excepto por medio del uso El significado de estas tradiciones puede resaltarse sabiendo
de la fuerza y todos los patrones de cohesión se basan hasta que los gobernantes deben ellos mismos mantenerse dentro de
cierto punto en los sentimientos de solidaridad o conveniencia los confines de su orden si quieren seguir siendo gobernantes.
mutua, pero las formas establecidas de organización social re­ Así que en una autoridad legal el gobernador tiene que obede­
quieren todas una gran parte de autoridad. La autoridad existe cer la ley si no quiere perder la capacidad de que le obedezcan;
cuando el actor social se comporta de forma previsible porque en una autoridad tradicional al gobernador se te exige que siga
por una razón u otra cree en la legitimidad de ciertas reglas la práctica de costumbre, y en el caso de la autoridad carismà­
o prácticas. Incluso el poder físico tiene casi un significado so­ tica el líder debe continuamente demostrar sus capacidades so­
cial cuando se cree que es legítimo, como sucede cuando la au­ bresalientes de tal modo que un emperador chino, por ejem­
toridad política del estado monopoliza la fuerza coactiva en un plo, sería depuesto si tuviera lugar una extensa inundación,
territorio dado. ]jor la que se le pudiera culpar.
W eber desarrolla tres tipos de orden o autoridad legítima. Mientras que las formas de orden legales y tradicionales son
La autoridad tradicional que descansa en la aceptación de la relativamente estables y conservadoras, la autoridad carismàti­
santidad de las reglas porque han existido durante mucho tiem­ ca, como la de los profetas hebreos, tiende a ser transitoria y
po y en la legitimidad de aquellos que han heredado el derecho revolucionaria. Pero el carisma es una fuente importante de
de mandar bajo estas reglas, En el orden tradicional el indivi­ los valores e ideales en ios que se basan otros tipos de orden,
duo siente lealtad hacia d pasado y hacia aquellos que repre­ va que el líder carismatico puede promulgar nuevas leyes ba­
sentan ese pasado, una lealtad cuyo origen está a menudo en­ sándose en su propia autoridad. Weber atribuye, por tanto, a
raizado en una creencia en lo sagrado de ciertos acontecimien­ las visiones e ideas de los individuos particulares y a los movi­
tos históricos. mientos históricos particulares una influencia considerable que
La reverencia que se tiene hacia los líderes militares y rdi-
211
210
las luchas de poder que son características de estas dilcrcnim
se dirige hacia ei desarrollo social. Para tener esta influencia estructuras de autoridad.
estas visiones e ideas tienen que incorporarse en una forma de Recurriendo a sus tres tipos ideales de relaciones sociales
orden más establecida por medio de un proceso de «rutina». {de conflicto, comunal y asocian va) y a sus tres tipos ideales de
La influencia creativa de los líderes individuales que se han autoridad legítima (tradicional, carismàtica y lega!) Weber pue­
autodesigo ado en su forma pura es incompatible con las es­ de desarrollar todo un campo de tipos ideales adicionales de
tructuras sociales establecidas, pero cada líder carismàtico re­ -■agruparme otos sociales que utiliza entonces para caracterizar
quiere en último término una banda de seguidores o discípu­ .históricamente las sociedades concretas y hacernos inteligibles
los. Para retener su autoridad el líder tiene que trascender sus patrones normales de actividad.
las relaciones puramente personales que mantiene con sus se- _ _ Ror-ejempio—Wei^r-distinguía- lasmréVaciories "soctáies que
guidores, y desarrollar una organización dentro de su banda de son «abiertas» en lo referente a que pueden entrar en ellas fo­
discípulos para que exista una jerarquía de sublideres que se rasteros y hacerse participantes si así lo deciden, y aquellas que
acepten como representantes del líder en la comunidad. Esto son «cerradas» en lo referente a que forman parte del significa­
está de acuerdo con la representación sistemática de las ideas do subjetivo de la relación que excluye a cierta gente (basándose
del líder y del desarrollo de un método para aplicar éstas a las en la edad, sexo o nacionalidad, por ejemplo). Aplica entonces
circunstancias particulares bajo la dirección de los discípulos u esta dicotomía junto con su serie de cipos ideales para distin­
oficiales designados. guir varias clases de agrupamientos sociales. Define así un
Una fase vital del proceso que hace que el carisma se con­ «grupo corporativo» como cualquier grupo cerrado cuyo orden
vierta en una rutina tiene lugar cuando el líder pierde sus cua­ se impone a través de un funcionario especializado como, por
lidades sobresalientes o simplemente mucre. Sus seguidores ejemplo, un jefe con e! apoyo de un personal administrativo
nenen entonces que proveer alguna forma de sucesión a través que a causa de su función representativa puedan adoptar una
de la cual transmitir el carisma dei líder, invocando quizás al­ «acción corporativa». Los grupos corporativos pueden ser comu­
gún signo mágico o ceremonia ritual o introduciendo un prin­ nales, como en el caso de la familia, o asociativos, como en d caso
cipio hereditario. Cualquiera que sea el método que se utilice, de un asunto de negocios-, la conformidad a suotden puede ser tra­
la postura central de las cualidades personales del líder se une dicional, o puede surgir de una lealtad afectiva, o puede basarse
a algún concepto de autoridad tradicional que puede implicar en ta conveniencia del cálculo del propio interés. Además, los
una administración «patrimonial» bajo el control de un rey po­ grupos corporativos asociativos pueden ser voluntarios u obli­
deroso, o un sistema feudal en el que la autoridad se distribuye gatorios, según sus orígenes y operaciones. Los grupos políti­
a los vasallos en una serie de acuerdos voluntarios. cos son aquellos cuyas órdenes son efectivas dentro de un área
En ei orto extremo de! «orden» carismàtico con su banda de territorial por el uso o amenaza, de la fuerza a través de su per­
seguidores que están personalmente dedicados al líder se en­ sonal administrativo, mientras que los grupos corporativos re­
cuentra la eficiencia racional del sistema burocrático con una ligiosos son «hierocráticos» si utilizan una coacción «psíquica»
jerarquía fija de oficiales, cada uno con una esfera de oficiales para imponer e! orden obligatorio.
que está claramente definida y especializada d en tro d e una ca­ La formación de las clasificaciones formales que Weber es
dena de mando que se establece y gobierna por medio de re­ capaz de establecer en sus análisis de la organización social es
glas y que tiene u n a s reglas estrictas de procedimiento, infor­ verdaderamente formidable, como lo es el ámbito de sus apli­
mes adecuados y un control centralizado. Cada tipo de autori­ caciones a los fenómenos sociales relaes. Un ejemplo es el es­
dad legítima tiene su propio tipo de organización administrati­ tudio que hace del conflicto que se da entre los junker (terrace
va para mantener su dominio, y Weber continúa especificando mentes feudales) y los grupos de clase media en la Prus ia del

212
^Affiti
siglo xix,- que le llevó a hacer una importante distinción entre ritan as ejercieron una influencia significativa en el desarrollo
las ciases, en el sentido m ara iano, de ios grupos sociales que del capitalismo de pequeña familia en Europa desde el si­
tienen unos intereses esconómicos comunes que dependen de glo xvti al xix. Discute que el rechazo de la tradición, y las creen­
tos factores productivos, y los grupos que tienen un estatus cias religiosas y prácticas de estas sectas, que decribe como un
cuyos miembros comparten un modo de vida común que valo­ ascetismo mundial, formaban parte de un historial psicológico
ran como una mente de honor y prestigio, más bien que como o espiritual que engendró la empresa capitalista moderna.
una ganancia material- El segundo es más comunal que asocia­ El capitalismo, para Weber, como tipo ideal, se ejemplifica
tivo. Weber atribuye un significado independiente al estatus en todas las sociedades humanas, ya que se trata simplemente
que. „coas idera_opuesto_ a.k.das e_ecaaómica usnJa_fbrmación_de del-uso- q ue- -se- haee- de -k-e mpresa o- la ín tria ti va privada en" la-
los grupos sociales, particularmente los que tienen una base re­ provisión de las necesidades materiales. Pero d capitalismo
ligiosa. moderno se distingue por el uso que se hace de k contabilidad
Algo que surge de los extensos estudios empíricos de Weber del capital para calcular el uso de los recursos que son más
es la sensibilidad que siente hacia las peculiaridades y la unici­ provechosos y la disciplina de empresa que pone por delante la
dad histórica de ciertas culturas, pero nosotros podemos dis­ búsqueda sistemática del beneficio a largo plazo de la propia
cernir, sin embargo, ciertas tesis muy generales sobre los prin­ gratificación inmediata. El funcionamiento de este sistema se
cipales determinantes de las relaciones sociales. Como Marx, facilitaba en gran medida, según k visión de Weber, por ks
atribuye una posición central en sus explicaciones sociológicas actitudes y el modo de vida que asociaba el modo de vida fru­
a la actividad económica que define como una forma de activi­ gal del puritano y la dedicación a una «vocación» en la que pu­
dad racional cuyo «significado subjetivo ... se preocupa de sa­ diera encontrar la seguridad de que él era verdaderamente uno
tisfacer aquellas cosas que son utilitarias». Sin embargo, a de los elegidos que había sido seleccionado para k salvación a
diferencia de Marx, es consciente de la relatividad del valor de través de la gracia de Dios. El éxito mundial se consideraba
los supuestos que subyacen a ia elección de los objetivos eco­ como un signo tal del favor de Dios, atribuyendo así una san­
nómicos, y de la unión que hay entre la acción económico- ción religiosa al intento de enriquecerse a largo plazo transcen­
racional que está estrechamente definida y la búsqueda de va­ diendo lo que se necesita para el consumo personal, algo que
lores que no tienen ningún significado económico di recto. No era tan esencial a la empresa capitalista.
obstante, discute implícitamente la línea marxiana en íu refe­ Demostrando la conexión significativa que hay entre las
rente a la no importancia intrínseca de la explicación causal de ideas religiosas puritanas y la actividad económica capitalista
los desarrollos de las ideas y de los ideales. El determinismo ¡unto con las correlaciones empíricas que existen entre la dis­
económico unidireccional es incompatible con el rol creativo tribución de las sectas puritanas y los orígenes geográficos del
que Weber asigna a la influencia que tienen los individuos ca- capitalismo moderno, Weber intenta establecer una «afinidad
rismáticos y los pequeños grupos. electiva» entre estos dos fenómenos sociales aparentemente
El intento que hace Weber para llegar a una postura de dispares. De este modo, aclara el impacto significativo que tie­
compromiso entre el determinismo materialista de aquellos nen los intereses materiales acerca de la creencia religiosa, ¡us-
que atribuyen todo cambio social a los desarrollos autónomos t áica ¡a pretensión de que ia religión protestante ha facilitado
intelectuales y espirituales puede verse más claramente en el el surgimiento de la sociedad capitalista y hace algo para expli-
modo en que trata ei complejo de las interrelaciones que hay i .ir por que el capitalismo no surgió en las antiguas sociedades
entre c! capitalismo y el protestantismo y que desarrolla en su i lima o india.
famoso libro. L a ética protestante y el espíritu del capitalismo. Esto cumple los objetivos sociológicos que se impone para ex­
La tesis de Weber es que las ideas religiosas de las sectas pu- plicar la transición de k sociedad tradicional a k racional sin

214
asumir una evolución fija, universal y unifocal de los tipos so­ tu y la respiración vital que se dirigiría hacia la racionalidad
ciales. impersonal de su organización tecnológica.
Hay, por lo tanto, un aspecto romámico y exisrencialista en
las recomendaciones sociales de Weber. Recurre a las eleccio­
I mplicaciones practicas nes y a! liderazgo de los individuos excepcionales para proveer
la base de una vida nacional que tuviera una significación
Leyendo a Weber puede verse que su intento de trazar el emocional y una cohesión así como la significación racional
desarrollo del capitalismo moderno a través de la influencia de del orden legal hecho rutina. Sin embargo, este ideal carismáti-
las ideas religiosas, su estudio del proceso de hacer rutinario el y^jiejyquhíbr£i_conJa.a¡itriiración-que--sientt'por'el modo en
carisma,- su-preocupación_[50r"tertipo“ÍdéSl- 3é_la organización que los gobiernos democráticos, como, por ejemplo, Gran Bre­
burocrática racional que es característica de los estados moder­ taña, generan el apoyo popular que hace a una nación compe­
nos demuestran todos el compromiso que tiene con los valores tir de forma efectiva en la lucha por el poder de la política in­
del capitalismo industrial. Y ciertamente considera que la for­ ternacional.
ma jerárquica impersonal del orden legal es la más inteligible
de toda organización social. N'o obstante, ansia descubrir cómo C riticismo, valoración y desarrollo
puede mantenerse la estabilidad de los estados capitalistas.
Una lectura más detallada demuestra, sin embargo, que aun­ fil criticismo valorarivo de Weber tiende a centrarse en la
que Weber se interesa por determinar con precisión los rasgos tarea de que al enfatizar el rol que tienen ios valores altamente
distintivos de la sociedad moderna, lamenta al mismo tiempo relativistas del origen carismàtico abre el camino de aquellos
que admite la fría racionalidad que tiene la gratificación diferi­ movimientos políticos característicamente modernos, tales
da y la disciplina de estilo militar cuya eficiencia ranto admira. como el fascismo, que despliegan una eficiente organización
Siente que la ausencia de emoción y tradición robe a la vida por ia causa de los ideales irracionales. Pero no debe culparse
burocrática mucho de su significado y sabor. No obstante, el con toda seguridad a Weber por prestar atención a lo que se
análisis que hace de la dase social en términos de las casualida­ considera más bien como las bases no racionales (más que
des de la vida material le capacita para ver que grandes seccio­ irracionales) de las muchas fuerzas que entrari en funciona­
nes de la población están excluidas de los beneficios materiales miento en las relaciones sociales. Mejor debe alabársele por
del sistema y que esto socava no sólo su estabilidad, sino su resistir la fácil retirada a una ética naturalista que acepta sim­
aceptabilidad. plemente las tendencias dominantes de la sociedad moderna y
Para contraatacar los inconvenientes de ¡a despersonaliza­ evitar el fácil optimismo que supone la compatibilidad de los
ción mecanicista y la vida monótona del burócrata de cartera intereses rivales. Su percepción de la importancia que tiene la
que ansia sólo la seguridad y un estatus garantizado, y para competición internacional por el poder y el prestigio cultural
equilibrar las privaciones de las masas militares e industriales demuestra ciertamente un realismo mayor que el que encon­
fuertemente organizadas, Weber intenta conseguir que vuelva tramos en Marx.
a resurgir el liderazgo carismàtico que tanto admiró en las vi­ El mismo Weber no valora como destructivo el emociona-
das de los profetas hebreos y los pioneros puritanos, fisto está lisrrio de masa ya que se preocupa tanto de la libertad y rele­
rie acuerdo con ei compromiso que tiene con la nación como vancia que tiene la vida de cada individuo como de la base-
grupo efectivo. Su patriotismo le lleva a fomentar el desarrollo valor que tienen las órdenes airjsmáticas y legales. Y mientras
en Alemania de una clase política capaz de dirigir el movi­ que admira la racionalidad de la impersonal organización so­
miento democrático de masa que infundiría a la gente el espiri- cial que se basa en reglas, niega que el objetivo de la burocra-

2 líi 217
cia capitalista — la acumulación de riqueza— esté en ella misma pesar de las impresionantes visiones suministradas por sus
justificada por la razón ya que sacrifica el placer presente por d propios y esenciales estudios sociológicos.
del futuro. Lo más que puede decirse es que revela sus propias A pesar dd hecho de que los análisis causales de Weber son
preocupaciones valorativas al seleccionar el capitalismo mo­ tan sofisticados como los de Durkheim (ambos utilizan el mé­
derno y el desarrollo que va desde la autoridad tradicional a la todo de la correlación), su impacto principal se deriva de la
legal como los focos de sus intereses sociológicos pero, como reaserción que hace del elemento idealista que hay en el teori­
él mismo insistía, esto es compatible con la neutralidad de va­ zar social que enfatiza d lugar distintivo que ocupa el elemento
lor que hay en el tratamiento de este material. subjetivo de los fenómenos sociales. Esto ha tenido una enor­
Metodológicamente es difícil discutir que Weber tiene razón me influencia en gran número de teóricos___________________
eu an do-en fatiza-quc_e i_reóricoTle- 1á""sociedad ~e"n su búsqueda ~~Para concluir este capítulo consideraremos la teoría de la
por ios patrones de la organización social tiene que tener en sociedad de Parsons que intenta combinar las visiones de la
cuenta las particularidades históricas — bien sean las personali­ teoría de la acción de Weber con el funcionalismo orgánico de
dades principales o ios acontecimientos significativos— que Durkheim, En el próximo capítulo examinaremos el uso muy
han dado forma a las realidades sociales y han dado a cada so­ diferente que Schutz hizo de las ideas de Weber.
ciedad al menos algunos de sus rasgos distintos. Y debe tener
razón al decir, contra Marx, que los factores económicos no
son siempre decisivos en la causalidad social. T alcott P arsons: el funcionalismo estructutial
Tampoco es fácil rechazar la visión <lc Weber de que no jx)-
demos empezar a comprender la sociedad humana sin hacer En L a estructura de la acción social (1937) Talcott Parsons se
referencia a la significación que tienen las interacciones socia­ propone demostrar que se da una convergencia de ideas en lo
les para sus participantes. Y en este aspecto lleva a cabo un va­ referente al enfoque apropiado para el estudio científico de la
lioso servicio enfatizando la función que tienen los tipos idea­ sociedad que entresacó de ios escritos de Emiie Durkheim y
les para aprender la significación de las interacciones sociales y Max Weber, entre otros. Se da cuenta que estos escritores uti­
las organizaciones y para enmarcar las hipótesis causales con lizan un conjunto de conceptos, tales como los de acción social
las relaciones que se dan entre los fenómenos sociales. Se excep­ V rol social, que podrían proveer el esqueleto dd desarrollo de
túan, desde luego, muchos de los detalles de su sociología for­ la sociedad como un sistema construido de las partes identifi­
mal, en particular parece que él puro cansina no rutinario es ca bles e ínterrelacionadas entre las que pueden discernirse las
más un tipo de poder que de autoridad, Pero la mayoría de las inrerrdaciones funcionales. De aquí las ideas mcilizas de es­
críticas que se le hacen a los tipos ideales de Webe.r se basan en tructura social y función social.
la errónea suposición de creer que sean representaciones com­ A! analizar la estructura social Parsons sigue a Weber con­
pletas de unas realidades históricas reales. siderando fundamental el concepto de «acción». El «acto-uni­
Es menos fácil asegurarse que la comprensión de la conduc­ dad» se dice que es tan básico para el sistema social como lo es
ta significativa y el descubrimiento de las regularidades causales la partícula para ¡a mecánica clásica, siendo un acto una parte
van mano a mano como métodos de investigación sociológica. de la conducta que podemos describir en términos del actor
Parece que es mucha coincidencia que los tipos ideales que se (¡uc selecciona un medio t> método para obtener algún «fin» o
seleccionan por su adecuación para aprehender la significación prepósito elegido. Este punto de partida aristotélico supone
de los fenómenos sociales encajaran tan fácilmente con otros <¡uc una sociedad se compone de unidades que son ambas te-
tipos ideales que generan hipótesis causales. En este aspecto la kológlcas (en tanto en cuanto implican la búsqueda de un fin)
riqueza dd método de Weber no ha sido demostrada todavía a \ subjetivas (el fin es aquello que el mismo actor se imagina y

218
ganismo se concibe aquí como una unidad sistemática de par­
nr> un observador que es externo a su concurra! Toda acción
tes interactuantes que puede decirse que tienen un limite entre
tiene lugar en una situación (las «condiciones» de la acción) de
ellas mismas y su entorno (como un pez y el agua en la que
la que en gran parte el actor no tiene ningún control. Estas nada), A través de este límite llegan varias «entradas» (tales
condiciones incluyen otras acciones y cada acción puede a su
como el oxígeno a ias agallas del pez) y «salidas» (tales como
vez llegar a formar parte, no obstante, de las condiciones de
los huevos del pez), y existen unos límites similares que son in­
otras acciones. De este modo las acciones pueden relacionarse
ternos al sistema e intercambio entre las panes del organismo
causalmente una con otra, construyendo así lo que Parsons de­
(como, por ejemplo, aquellos que se dan entre la respiración
nomina un «sistema de acción»; allí donde estas acciones sean del pez y los sistemas digestivos); los intercambios internos lí-
sociales en el sentido weberiano de dirigirse a otra gente las
mite-hacen-que- el-organismo-pueda-sobrevivir- en-su entorno-
interacciones resultantes forman un sistema social. Es típico
aprendiendo y expulsando aquello que necesita para mante­
que los sistemas de acción social exhiban patrones estables que
nerse.
puedan analizarse, en roles, esto es, formas de conducta que se Desarrollando esta idea de la autosuficiencia del sistema so­
espera que se repitan de personas que tienen un «estatus» par­ cial total, Parsons discute que una sociedad debe tener cuatro
ticular, como, por ejemplo, el padre o el hombre de negocios, subsistemas (o partes principales) que satisfagan ciertos «pre-re-
que se combinan con otras esperadas formas complementarias quisitos funcionales», ya que cada uno realiza una tarea q u é és
que exhiben las personas que ocupan otras posiciones de esta­ necesaria para que continúe existiendo el sistema como un
tus, tales como d hijo o el consumidor. Cualquier sistema so­ todo:
cial de «roles-status» implica tales conjuntos entrelazados de
1. Logro del objetivo: los modos en que ios miembros de
expectativas que están gobernadas por reglas o por unas reu­ una sociedad, bien sean indisriduos o los portadores de un rol
niones de derechos v obligaciones que establecen un orden pueden alcanzar sus objetivos, particularmente sus objetivos
«normativo» a! que deben conformarse los ocupantes de un rol colectivos; esto está característicamente relacionado con el as­
individual en mayor o menor grado. El elemento subjetivo de pecto político de la organización social.
la acción social y la posición central que atribuye a la idea de 2. Adaptación: los modos en que la gente, actuando de
sociedad como estructura normativa le sitúan bien dentro de í
acuerdo con sus roles sociales, logran adaptarse a su entorno
los límites del realismo sociológico. material ajusfándose al mismo o utilizándolo para satisfacer sus
Con que exista una conformidad mínima a las expectativas 1 necesidades. Esto se considera que es típicamente el subsiste­
del rol y un acuerdo o consenso suficiente que indiquen cuáles ma económico.
son las obligaciones y derechos que atañen a cada estatus, se 3. Integración: los variados ardides con los que se logra
da entonces un sistema social. Sin embargo, no todos los siste­ que los individuos tengan unas relaciones cooperativas y se
mas sociales son sociedades, ya que se requiere un número de consigue que disminuya el conflicto, como, por ejemplo, la ley,
conjuntos entrelazados de sistemas de acción social que combi­ la administración y las costumbres habituales.
nen y que formen de este modo una sociedad o un sistema so­ 4. El estado latente o patrón de mantenimiento: los méto­
cial «total», que deben ser, como la polis de Aristóteles, auto- dos que aseguran que los individuos interioricen y se adhieran
■í
suficientes, esto es, que poseen internamente todas aquellas ac­ voluntariamente a las normas de la sociedad en la que han cre­
ciones sociales que se necesitan para seguir existiendo. cido, tales como los procesos de socialización que se dan den-
Para explicar cómo puede ser un sistema social toral autosu- iiu de las familias y las organizaciones educativas. El nombre
íi cien te Parsons recurre al concepto funcionalista de Durkheim «estado latente» parece que se ha sugerido ¡x>r el hecho de que
según d cual una sociedad es como una entidad orgánica que irte proceso se asociaba con el «control de la tensión» que tie-
contiene las parres que contribuyen a la vida del todo. Un or­
221
220
ni lugar en lo privado de la vida doméstica cuando el ser so­ debe suceder si una sociedad ha de existir y, por consiguiente,
cial del individuo está «latente» o inactivo. parece que nos explica por qué cada sociedad tiene estos ras­
Esto es un esquema abstracto ya que cualquier acción real o gos estructurales y estas interreíaciones funcionales. Así, las
conjunto de acción puede formar parte de más de un subsiste­ elecciones del individuo y las luchas se consideran seriamente,
ma funcional, pero sirve de ayuda pensar el análisis de Parsons ¡veto la existencia del orden social se explica a través de la inte­
en termino? He ios aspectos políticos, económicos, legales y riorización del sistema de valores de la sociedad.
educativos de un sistema social total, aunque esto es una sim­ Un valioso conjunto de ideas que Parscms desarrolla a partir
plificación excesiva. Lo importante es darse cuenta de la pre­ de fuentes weberknas más bien que durkheimianas es la noción
tensión adicional según la cual cada subsistema contribuye y de ciertos «patrones variables» que utiliza para caracterizat-laa_
esta apoyado por los otros tres. Hemos visto que Adam SfrriTlt- ^ ífe ríñ fe T -clases de sociedad y analizar la evolución social
indicaba cómo se requiere que la administracción de la justicia (véase E l sistema sacia/, págs, 58-67).
lleve a cabo las operaciones de una economía de mercado y Estos patrones variables se presentan como pares de actitu­
cómo esa economía provee los recursos materiales para admi­ | des que contrastan entre sí y que están incorporados en dife­
nistrar la justicia. Tales intercambios recíprocos se dice, según ¡K. rentes conjuntos de estatus-roles y en sus valores subyacentes
Parsons, que tienen lugar entre cada subsisrema. Obviamente, í v determinan así el tipo de relación social que domina en una
la economía provee el apoyo material de los otros tres, pero sociedad particular.
existen también intercambios de tx>der (el uso de sanciones y La primera de las alternativas «polares» es la afectividad ver-
las apelaciones a las obligaciones sociales) y de influencia que ífo la neutralidad afectiva, que, hablando toscamente, es el
son similares a los intercambios monetarios que tienen lugar contraste que existe entre buscar una gratificación inmediata
en la economía, de modo que todo subsistema tiene una rela­ contra una diferida. La segunda es el contraste autoexp] ¡cativo
ción casi contractual con el otro en tanto cu cuanto cada uno que tiene lugar entre la orientación personal contra la orienta­
apoya a los otros sólo si recibe lo que necesita de ellos. Ade­ ción colectiva. La tercera, ia universalidad contra la particula-
más, los valores y la conducta que se espera que lleve a cabo ndad, opone el principio por el que todos deben ser trata­
en los cuatro subsistemas deljen armonizarse entre sí para que, dos de la misma forma al principio y según d cual las relaciones
i
por ejemplo, Jos valores del sistema educativo se ajusten a sus especiales, como por ejemplo el parentesco, afectan verdadera­
productos y lleven a cabo sus tareas en el tipo de economía mente a todas las relaciones sociales. La cuarta es el logro con-
particular que exista en esa sociedad, Así se resuelven los va­ tni la atribución, fomentando la primera la realización de un
C; i Hrto rol pertinente mientras que la segunda enfatiza sus atri­
riados problemas del sistema v los actos-unidad de los indivi­
duos se canalizan bada un complejo patrón de actividades butos independientemente de sus logros. Finalmente, la espe­
complementarias que fomentan la supervivencia de! individuo cificidad contra lo difuso opone la actitud que trata las situa-
sosteniendo el sistema social total crt el que vive. 'k i lunes sociales en términos que están estrictametne definidos y
Aunque falta ia verificación empírica del acontecimiento Simimdos (por ejemplo un asunto puramente económico) con
universal de estas interreíaciones funcionales, es cierto que ¡a Su que considera cada situación a la luz de urt amplio campo de
teoría de la sociedad de Parsons indica dónde deben investigar mi1,libraciones sociales y morales.
los sociólogos sí desean descubrir las operaciones internas de Vgún estos términos, sociedades tales como los Estados
una sociedad. El esquema explicativo que se ofrece es atractivo 1 pililos se caracterizan por la neutralidad afectiva, la orienta­
ya que comienza con la idea fácilmente inteligible de las accio­ nte personal, la universalidad, el logro y la especificidad, y el
nes sociales v termina con la ¡dea de los rasgos necesarios de j-itirin del logro-universalidad. Por contraste, la sociedad ale-
todos los sistemas sociales. Parsons pretende estableceer lo que ift.m.1 i ratlicional se caracteriza por el patrón de la atribución

222 222
bien (ya que las sociedades no mueren, sitio que se alteran sim­
universal, y la estructura social de la China clásica se dice que plemente), o a la pretensión altamente ínespecífica de que to­
sigue un patron oe logro-partieuiar, mientras que las socieda­ das las sociedades que conocemos tienen algún tipo de siste­
des hispanoamericanas se consideran según el aspecto atributi­ ma económico, educativo y político. De esto se sigue poco, si
vo particular. Estos análisis demuestran cómo funciona el as- es que se sigue algo, que se refiera a ¡o cerradas que son las re­
¡xteto de la acción social de los esquemas conceptuales de Par­ laciones que deben darse entre estos sistemas (o subsistemas) o
sons. que trate su contenido específico. Y así, mientras que el fun­
Existen, sin embargo, muchas fuentes de insatisfacción res­ cionalismo nos ayuda a ordenar los enunciados causales que
pecto al esquema parsoniano. En primer lugar, padece de la tratan las relaciones que se dan entre las partes de la sncie^-
debilidad intrínseca que tienen los enfoques fijncionalistas, que dad de uoa-forma-que-es-yagameTTteYlüstranva no cumple su
se aplican también a Durkbeim — una ve?, que se ha descarta- promesa de explicar por qué los mecanismos específicos del
~ doria- plïrnïficaciofTclivîna— así como a Smith, sistema social son como son.
Sirve de ayuda desde el punto de vista de la descripción so­ Otras dudas, relacionadas específicamente con Parsons, tra­
ciológica saber que una parte o subsistema de un organismo tan su incapacidad de demostrar dónde han. de situarse exacta­
contribuye en algo a ¡as operaciones de otras partes o subsiste­ mente los «límites» de sus sistemas y su fracaso para clarificar
mas. Y la explicación <k cómo se mantiene funcionando un la naturaleza de los supuestos intercambios que tienen lugar en
subsistema se fomenta mostrando qué apoyos recibe desde fue­ algunos de ellos. Existe también una considerable artificialidad
ra de sus propios límites. Estas relaciones pueden expresarse y arbitrariedad en muchos de ¡os complejos esquemas que per­
en términos puramente causales. Pero d funcionalismo parece tenecen a los subsistemas y a su interacción mutua que Par-
ofrecer algo más que esto. Lo que implica decir que X es fun­ sons desarrolla.
cional para Y es que esto explica por qué existe X . Pera es Los críticos indican también que Parsons sigue a Durkheim
cierto que n o lleva a cabo esto a menos que añadamos otros al enfatizar en exceso el consenso y representar mal el poder,
supuestos. En el caso de Smirh estos supuestos son rtológicos.- fisto, se supone a veces, es esencial de las implicaciones con­
s úpeme que X fue creado o planeado por Dios para beneficiar servadoras del funcionalismo que tiende a suponer que los
a Y . En biología, estos supuestos son aquellos que se expresan cu acuerdos sociales existentes deben ser beneficiosos o de lo
la teoría de la evolución según la cual a partir de los incontables contrario no se habrían desarrollado. Pero es más probable
millones de organismos que se desarrollan a través de una aza que esté relacionado con el modelo idealista de la sociedad de
rosa mutación genética, sólo sobreviven aquellos cuyas muta Parsons que enfatiza el rol que tienen las normas y valores a la
dones permiten que puedan mantenerse y reproducirse en un hora de determinar la organización social.
entorno dado. La combinación de la teoría genética que ha Para nuestro presente propósito, una crítica más pertinente
sido demostrada y el principio de supervivencia de ios rná> es que, a pesar de que pretende establecer una convergencia de
adaptados es lo que hace que el concepto de función sea tan los enfoques que se dan en la teoría social modertm, Parsons
explicativo en historia natural. ■•r limita a hacer una molesta mezcla de la «teoría de la acción»
A pesar de los esfuerzos de Herbert fipencc-r no existe mMsiicndo en la importancia que tiene la significación de la
una evidencia equivalente que haga que su mantenga una ten oiivkmta deliberada del individuo, para lo cual incluye las dec-
ría de la evolución social. Es verdad que Smith, Durkheim ■limes que están abiertas a (os actores, con la «teoría del siste-
y Parsons tratan todo ellos, utilizando sus diferentes un •u i>. insistiendo en el orden a! que deben adaptarse los indivi-
todos, cienos fenómenos sociales que se necesitan para qm itum si han de participar en el proceso social. Es cierto que el
sobreviva la sociedad, pero todo se reduce o al truismo di --nln al que «se espera» que los individuos se adapten es not-
que si sus instituciones cambian las sociedades cambiarán i un

r>4
mativo y puede que de hecho no lo hagan. P c ío un sistema so­
cial torai no se constituye soto conformándose los ocupantes
de los roles-estacus a las reglas y valores que se comparten, se
supone que como ninguna sociedad puede sobrevivir realmen­
te sin un consenso en ton ces debe ocurrir de hecho.
Es cierto que esto es lo que hace posible que se obtenga un
conocimiento científico objetivo de la sociedad. Paradójica­
mente, por lo tanto, aunque la idea de acción y las elecciones
-que-implica sean las- unidades básicas del sistema social? lo-ge—
nuino de las elecciones y, por tanto, de las acciones de los in­
dividuos se ponen en duda a causa del éxito del sistema social Lecturas recomendadas
al obtener la conformidad a sus normas. E l funcionalismo es­
tructural c.n su búsqueda por una metodología que obtenga el E! texto que hemos Utilizado para W fcbeT es The Thtory of Social and
conocimiento objetivo de la sociedad socava sus propios pos­ Economie Organización, editado con una introducción de Talcott Parsons
tulados desandando tomar seriamente el punto de vista del ac­ (Free Press, Glencoe, 1947, en rústica 1964). Para leer algunas selec­
ciones de Wcher, véase la obra, de H, : Gerth y („ Wright Mills, From
tor, particularmente su libertad. La acción social puede ser vo­
Max Weber (Gâlaxy, Nueva York, 1946) y la de W. G, Run riman, Se-
luntaria, pero sigue las normas interiorizadas del sistema so­ kctiims from Max Weber (Cambridge Univcrsity Press, Cambridge,
cial. Esto es, al menos, lo que piensan aquellos que han vuelto 1979).
de nuevo f.l punto de partida weberiano coma protesta por la Un breve libro introductorio editado en k serie de Fontana Mo­
mutilación que sufre en la teoría de los sistemas de Parsons, dem Masters es cl de Donald MacRae, Weber (Collins, Glasgow,
donde se supone que el positivismo ha triunfado sobre el sub­ 1974). Un trabajo más sustancia] es cl influyente libro de Talcott Par­
jetivismo y la acción social se consume en los requisitos del sis­ sons, The Structure ofSm aî Action (Free Press, Glencoe, 1949).
tema social total. Véase también la obra de Richard Bendix, Max Weber, An hfellec-
tual Portrait (Doubleday, Nueva York, 1962),). Freund, The Socioisgy c f
Max Weber (Allen Lane, Londres, 196 S). Parala pertinencia práctica
de k vida y obra de Weber, véase la obra de Anthony Giddéns, Politks
and Suciokgy in the Thougth ef Max Weber (Macmillan, Londres, 1972).
Para Talcott Parsons, véase su libro The Social System (Free Press,
Glencoe, 1951). Véase también Essaye itt Sncinkgksi Theary (Free Press,
Glencoe, 1957). Gomo comentario, léase la obra de Max Black (ed,),
The Social Théories of lalcoCl Parsons (Prenticc-Hall, Nueva York, 1961 ).
lina discusión altamente crítica está contenida en la obra de Alvin W.
(ioultlncr, The Corning Crisis of Western Saciology (Heinemann, Londres,
1971). Véase también la obra de Ken Menzies, Talcott Panons and the
Sochi image of Man (Routledge, Londres, 1977). Para una excelente crí
lira del funcionalismo véase la obra de Michael Lesstioff, The Structure
¡(Solía!Stiettte (Alien and Unu-ín, Londres, 1974).

226 227
Kelsen, y ei economista Ludwig von Mises, uno de los más
severos críticos de Max Weber. Vntelectualmente le atraía el
pensamiento de Weber, pero intentó aclararlo y desarrollarlo a
la luz de la filosofía «fenomenològica» de Edmund Husserl a
quien llegó a conocer personalmente. Su obra más extensa, The
Phenommoiogy o j tbe Social W orld (Northwestern University
Press, Evanston, i 967), se publicó por primera vez (en ale­
mán) en 1932, seis años antes de que abandonara Austria para
establecerse en Nueva York donde trabajó en la nueva escuda
para la investigación social y en asuntos de negocios. Aunque
fue un académico que trabajaba sólo media jomada, escribió
C apítulo IX extensamente sobre filosofía de la ciencia social, actuando
como protagonista de la sociología fenomenològica y enta­
Alfred Schutz: blando un enriquecedor diálogo con ios escolares americanos,
un enfoque fenomenologico particularmente con los discípulos de George Herbert-Mead
(1863-1931), un filósofo de Chicago cuya interpretación psico­
lógica de las interacciones sociales tiene muchos parecidos con
La obra de Aifrcd Sdiutz (1899-1959) ejemplifica muchos el enfoque fenomenològico de Schutz. Una gran parte de la
de los temas que subyaccn a! ámbito de los recientes enfoques obra de Sehutz ha sido publicada en los tres volúmenes conte­
menos tradicionales que se han hecho para d estudio de la so­ nidos en Collected Paperi (Nqhoíf, La Haya, 1962, 1964
ciedad, ules como d irueraccionismo simbólico y la etnomc- y I 966. Existe también la obra postuma Rejhctiom on tbe Prablem
todología. f istos enfoques son radicales en tanto en cuanto re­ 4 Relevan« (Yale University Press, New Haven, 1970), que
chazaban muchos de los supuestos de la ortodoxia reinante del forma parte de un trabajo teórico sistemático que nunca com­
«funcionalismo estructural», etiqueta que se da a la síntesis que pletó.
Talcott Parsons hace del organidsmo de Durkheim y a la teo­ El impacto de Sehutz fue comparativamente suave durante
ría de la acción social de Wubcr que dominó la teoría social su vida, pero la lúcida exposición que hace de las ideas filosófi­
después de acabar la Segunda Guerra Mundial. En este capítu­ cas que normalmente son obscuras y sus técnicas además de
lo los principios básicos del sistema de Parsons, tal y como se sus persistentes esfuerzos para desarrollarlas y comprender así
desarrollan en el capítulo anterior, se utilizarán como fondo lo que denominó «e! mundo social», ha hecho que la influencia de
contra el que se resaltará la contribución distintiva que hace mi trabajo vaya en aumento entre aquellos que intentan nuevos
Schurz. Echaremos después un vistazo a algunos de los desarro­ modos de considerar las relaciones sociales.
llos contemporáneos que han tenido lugar en sociología y que
se deben tic alguna forma a Schurz.
Schntz fue abogado, economista, hombre de negocios y filó­ Ei, enfoque de S chutz
sofo. Nacido y educado en Vicna durante los comienzos de
1900, cuando aquella ciudad era la capital del vasto Imperio A pesar de que Parsons reconoce su deuda con Webcr y la
Austro-Húngaro, abandonó su país natal a la edad de treinta y pi'sición centra! que d concepto de acción ocupa como la uni­
ocho años durante la preparación de h anexión nazi Después dad básica, de su «sistema social», el organicismo positivista de
ele cumplir el servicia militar en la Primera Guerra Mundial ■u teoría global separa bastante su análisis del actor social tndi-
estudió en Vierta bajo la dirección dd famoso jurista Hans
229
228
ÍWW

vidual. Schut?. nos retrotrac exactamente a este punto de parti­ finalmente, este proceso de reflexión sobre los fenómenos
da y construye todo su enfoque de la sociedad basándose en el .le la experiencia cotidiana puede librarnos, dice Husserl, de
análisis de la experiencia social del individuo. Para él, el mode­ rodas ias «presuposiciones», pero el interés de Schutz se enfoca
lo teórico parsoniano de la sociedad es una ficción de la mente vibre el estado de «reducción» fenomenològica por medio de
observadora del científico que distorsiona la realidad de la vida li cual ei filósofo se libera de todas sus preconcepciones teòri­
social que ha de encontrarse sólo en las experiencias subjetivas ci» y científicas sobre el mundo que existe «ahí fuera» v analiza
de los participantes. el significado o «sentido» del fenómeno tal y como se experi­
Schutx adopta lo que considera que son los mecanismos de menta. Husserl continúa a partir de ahí «purificando» la expe­
la filosofía fenomenológica de Edmund Husscrl: el método de riencia de todos sus elementos empíricos incluyendo la propja_
E¡ usse rl deb ía dom in a r-y-an a Iizar la vida inte rio r de 1 individ üo;~ xint-ribuci ón -que“cl indi vid uo hace a sus experienci as, pon íen -
esto es, sus experiencias de los fenómenos o apariencias tal y do así al descubierto la estructura última de la conciencia en
como ocurren en io que a veces se denomina el «arroyo de la genera!- Pero Schutz se mantiene en el nivel del análisis psicológi­
conciencia» Él examina cómo es e! mundo o cómo se le apa­ co, proponiéndose la tarea de analizar la experiencia social
rece al individuo al hacer abstracción de las aserciones acumu­ -esto es, la experiencia que tenemos de otra gente. Su objetivo
lativas de la ciencia y de la opinión recibida, y evitando cues­ <■*. descubrir ios elementos de la vida social. Su método es re­
tiones ontológícas sobre io que «realmente existe». Husscrl co­ flexionar sobre la experiencia social — la conciencia que tene­
mienza a partir del supuesto de que la experiencia no se «da» mos cuando interaeruamos con los demás o la «intención» de
simplemente a los individuos sino que es «intencional» en tan­ h vicia social. Para hacer esto debernos dejar de lado o «poner
to en cuanto implica a la persona que dirige su atención hacia i ni re paréntesis» la creencia que tenemos de la realidad de!
ios «objetos» que hacen que su experiencia sea co m o es. Estos inundo fuera de nuestra experiencia, abandonando todas nues-
objetos se [xtreiben a la luz de las experiencias pasadas y el co­ ■i.is presuposiciones sobre lo que es realmente la sociedad.
nocimiento adquirido, resultando en lo que Husseri denomina ! mo no puede hacerse en medio de nuestras experiencias, sino
una «apercepción», o una atribución espontánea del significado que, reflexionando sobre los acontecimientos que han acaeci­
de lo que se da en la percepción sensitiva. Toda conciencia, es do, podemos analizar e! mundo tal y como aparece a nuestra
por tanto, conciencia de un objeto y, por consiguiente, parte f innciericia, identificando y examinando los «objetos» a través
de una construcción del individuo que dirige su atención hacia f de cuya referencia podemos dar sentido a nuestra experiencia.
los objetos de su conciencia. Así yo veo cosas, tales como ca- | Oc este modo, piensa que podemos «trazar las raíces de los
sas o gatos, más bien que una masa de formas desorganizadas y problemas de las ciencias sociales retrotrayéndonos directa-
y colores que puedo o no puedo inferir que sean casas o gatos. I uiriitc a los hechos fundamentales de la vida consciente» (The
Como ocurre en la vida adulta normal, esta experiencia — el : i'ìiewmenology of thè Social W'orid, pág. XXX U).
«mundo-vida» subjetiva del individuo— está hecho de una va- ) listo suena bastarne a programa idealista dentro de un indt-
riedad de elementos, muchos de los cuales pueden eliminarse : ■finalismo metodológico en tanto en cuanto la explicación de
reflexionando sobre la experiencia, y dándose cuenta, por ii vida social se sitúa en último término en las experiencias vi­
ejemplo, de que realmente no «vemos» una silla como cree u d a s del individuo, pero, como ya veremos, la experiencia xo-

bastante hacerlo d sentido común, sino sólo un cierto campo :.il resulta ser irreductiblemente comunitaria. La conciencia
de experiencia a partir de la cual seleccionamos nuestros obje­ i .intima presupone la realidad de otra gente y las experiencias
tos, Hu.sscri piensa que podemos librarnos de nuestras presu­ i. ! indivìduo están mediatizadas por b s modos de pensar y
posiciones que hemos acumulado sobre c! mundo y reducir nues­ u ta ir que se transmiten a través de sus relaciones sociales. Lo
tra experiencia a sus elementos básicos y estructura subyacente. ■»ti parece ser una teoría altamente individualista que intenta

¿3ü 231
■'
nuestra experiencia que hacen que podamos considerar que
postular que los hombres infieren la existencia de otros basán­

puÁjttié■íV|-»íL y C íi-ú¡1■■■Í*líyjV"■'
dose en la experiencia que tienen de dios mismos está de he­ nuestra propia conducta es significativa.
Realmente es desalentador, por tanta, descubrir que existen
cho elaborada para evitar tener que recurrir a la empatia espe­
culativa y explicar cómo llegamos a comprender la vida de aspectos cruciales de la vida rorirliana que no pueden cap­
tarse, según Schutz, adecuadamente cuando reflexionamos
ou as peí son as. Esto es lo que luce que Lt teoría tenga bastante
que nosotros mismos estamos en acción. La memoria no pue­
interés.
de recrear la experiencia que se ha vivido intensamente (un he­
cho que Smith utilizó para explicar nuestra falta de simparía
_hacia._aquellos_que-están-baj0-fa-influencia-defuertes'Tem“ó'ciór_
nes). Al reflexionar sobre nuestra conducta anterior fracasa­

„■
L a TEORÍA DEL HOMBRE DE SCFJLTZ
mos inevitablemente en lo referente a aprehender sus elemen­
Schurz no tiene nada que se parezca a una teoría completa tos únicos y esenciales, lo que es realmente en esc momento.
de la naturaleza humana, sino que localiza la esencia de la con­ Asi, retrospectivamente, doy significado a mi conducta divi­
dición humana en la experiencia subjetiva que se tiene al ac­ diendo el pasado en varios tiempos y momentos separados,
pero en realidad lo que experimenté fue un flujo constante de
tuar v adoptar determinadas actitudes hacia e! «mundo-vida»
cotidiano, Las capacidades humanas clave han de descubrirse sensaciones fusionándose una en otra. El «irreflexivo aquí y
analizando los elementos de la conciencia práctica en curso del ahora» o «la serie tic lu duración» dd actor no es reduc¡ble a
la cadena recordada de los distintos actos.
hombre, el flujo constante de la acción que se dirige hacia una
serie de objetivos que hace que podamos considerar la vida en No obstante, este mundo de acción «prefenomén'co» es el
que Schutz considera que es fundamental para 1« vida social
términos tic los «provectos» que los hombres persiguen.
Aunque roda acción es significativa en el sentido importan­ humana y se propone analizarlo io mejor posible. El «mundo-
te de que siempre implica hacer algo conscientemente, esta es, vida» de la experiencia cotidiana se constituye, sugiere, de la
que se dinge siempre hacia la realización de un acto que d ac­ continua conciencia de las personas y cosas con las que el
tor proyecta en su propia mente, Schut?. sigue a I lusserl man­ agente tiene que enfrentarse para alcanzar este flujo de objeti­
teniendo que d proceso para comprender realmente nuestra vos y propósitos. Aunque en algunos aspectos el individuo sea
actividad y atribuirle un significado es algo que se consigue so­ jiuramente pasivo — como, por ejemplo, en reflejos fisiológi­
lamente relexionanclo sobre nuestra conducta una vez que se cos rales como ruborizarse— la experiencia intencional o
ha llevado a cabo ya que tal comprensión implica que hay que «conducta» implica la actividad espontánea. Los agentes son
criaturas prácticas cuva actitud «natural» es dar ¡s o r supuestas
dividir el flujo de la acción en una serie de actos discretos
que tienen unos objetivos que pueden distinguirse, igual que cierras cosas y proponerse cambiar otras coma deseen. La
Adani Srnirh, quien cree que un agente no puede tener una vida cotidiana es, por tanto, una orientación pragmática ha­
opinión separada c ¡mparctal de su propia conducta mientras cia e! futuro, fie supone que los hombres tienen ciertos intere-
que este realmente comprometido con ella, por lo que d d r '■rs en cuyos términos consideran e intentan alterar el mundo
aprender a convertirse en d observador de su propia conducía que han pecibido. Los hombres son animales que se plantean
anterior si quiere descubrir las reglas a tas que debería adherir pmblemas y que resuelven problemas, al menos esta es la con-
se en el momento de la acción, Schutz mantiene que sólo |x>dc i «.neis del yo activo, que entra en fuñe ion amiento cuando se
moa llegar a comprender el significado de nuestra acción cuan medirá sobre el irreflexivo «aquí y ahora», cuya realidad total
do la consideramos de nuevo a través de h reflexión. De c o r mi puede recrearse en la memoria. Cuando la vivo a través de
m o d o p od em os reflexionar entonces aquellos elementos dr mi actividad tiene una unidad porque tiene una conexión ya

232
En toda situación pueden darse — -y deben darse— , ¡vu
que siento que es mía, una unidad «principal» que se pierde supuesto, ciertas cosas y seleccionarse que esas cosas son
cuando reflexionamos sobre ella, pero que es inseparable de la pertinentes para los intereses del individuo. Por tanto, t:l indi
experiencia <de la misma actividad. viduo de Schutz clasifica su mundo cotidiano en «dominios de'
Para ir defendiéndose, el individuo debe «definir» su situa­ pertinencia», siendo ei dominio principal los objetos y los
ción, esto es, debe establecer o decidir en qué tipo de situación acontecimientos inmediatos que puede percibir, algunos cié los
se encuentra, cuáles son sus problemas y qué puede hacer para cuales espeta poder cambiar. Este es el único dominio del cual
obtener sus objetivos. d individuo requiere un conocimiento detallado.
Como hombre que ha crecida en una sociedad lleva, eso a Habiendo definido su situación y orientándose así hacia ella
cabo recurriendo a un «cúmulo de conocimiento» común acerca permitiendo que sus intereses y deseos seleccionan los aspectos
del mundo que recibe y desarrolla a través de sus propias expe- «simbolizados» que ie son pertinentes, d individuo puede pro
-rienc-ias^lva-definición que hace de su situación (jsor~erempto— ponerse'alterar su situación a través de la acción. Esto implica
«corro el peligro de que me atropelle un coche») está, por tanto, que tenga que anticipar mentalmente los posibles modos de
determinada «biográficamente», esto es, depende de su propia enfrentarse con la situación que percibe. Se hace ia fantasía o
historia particular como hombre que pertenece a su propia so­ se imagina un proyecto, o un número de posibles proyectos
ciedad particular. Esto hace que pueda separar aquellos aspec­ entre los que después dige. Si estos proyectos llevan a la ac­
tos de su situación que son fijos y averiguar qué posibilidades ción con k que el agente se propone realizar un plan precon­
de acción le son posibles (por ejempo«el conductor no puede pa­ cebido, Schutz denomina esto actividad racional ya que implica
rar el coche así que es mejor que corra»). Para hacer esto tiene postular los medios para el fin en cuestión. Esta es la experien­
que ser capaz de identificar las.cosas y los acontecimientos de su cia mot¡vacíamenre vivida que representa el corazón de la con­
situación actual como st se pareciera de forma aproximada y ciencia Subjetiva.
acertada a la de otras ocasiones anteriores y saber así que pue­ La dirección práctica que se orienta hacia el futuro v las ex­
de esperar obtener satisfaciendo sus objetivos, L.i naturaleza pectativas del mundo-vida cotidiano se expresan en lo que
de estos mismos objetivos está también afectada por ia heren­ Schutz denomina el motivo «para». Como actores nos explica­
cia de este cúmulo de conocimiento. mos en términos de nuestros propios provectos — la experien­
Este cúmulo de conocimiento que el individuo lleva a su si­ cia motivadamente vivida— diciendo que hacemos algo (por
tuación y utiliza para «definirla» presupone la habilidad de pen • ejemplo, ir a la tienda) «para» alcanzar un objetivo (esto es,
sar d mundo como una construcción de tipos de cosas. El comprar comida). Esto es posible a causa del «contexto del
proceso de abstracción y formaltzadón a través del cual clasifi­ significado» de las fantasías que tenemos de nosotros mismos
camos las cosas como «mesas», «coches», «árboles» y así sucesi­ al «haber hecho» cosas. Schutz se da cuenta de que esto sólo
vamente, Schütz lo denomina «simbolización». E l cúmulo de podemos hacerlo basándonos en ciertas suposiciones — por
conocimiento heredado nos llega como una colección de «sim­ ejemplo, que el futuro se parecerá al pasado, y que lo que he
bolizaciones» conectadas que hacen que podamos reconocer hecho antes puedo hacerlo de nuevo. Considera que estas son
que una situación es de un cierto tipo y saber así que ciertas condiciones necesarias del significado que tiene un acto para el
técnicas o recetas son apropiadas para estudiarla. Podremos actor.
considerar entonces el trabajo cotidiano en términos de «con­ Esto se deriva, desde luego, de Weber, pero Schutz sostiene
figuraciones significativas» y no como un lío desorganizado. que existe otro contexto de significado que Weber no consigue
Lo que el individuo hace es construir un mundo — el mundo distinguir. Esto sucede sólo cuando nos retrotraemos a nues­
que «se propone» en su conciencia cotidiana— utilizando las tras actividades 0 a las de otros. Se trata del contexto de los
simbolizaciones que le ha transmitido su grupo social.
235
moti vos «porque» que noxot ro s nos ntri b uimoa a nosot ro s m ismos mente tanto en las elecciones que hacemos de nuestros prnyee
y a otros a través de una percepción retrospectiva seleccionan­ tos como adoptando unos intereses particulares. Verdadera
do algunos rasgos de la situación tal y como era antes de la ac­ mente esto es esencial pata la conciencia subjetiva dd nciot
ción en cuestión y considerando después estos rasgos como las que ve su mundo a través de términos «para». Schutz acepta que
razones — en el sentido de las causas— de la acción. Se trata muchas «pertinencias» (esto es, intereses que determinan nues­
de explicar la acción haciendo referencia, al pasado («le pegué tra conciencia selectiva de! mundo) se «imponen» por un g r u ­
porque estaba muy enfadado») más bien que al futuro («le pe­ po social, pero sostiene que existen «pertinencias intrínsecas»
gué para darle una lección»), Schutz indica exactamente que la que se eligen espontáneamente p or el individuo y que hacen
diferencia no es simplemente verbal, porque aunquej;s verdad por sí solas que ese individuo tenga una conciencia clara y
qué puedo utilizar la "palabra «porque» para afirmar un motivo comprensible de) lugar parricuíar que ocupa en su mundo. La
de tipo para («le pegué porque quería marcharse») existen estructura social de Parsons no es nada más que un conjunto
otros enunciados de tipo «porque» (los «genuinos») que no de simbolizaciones heredadas que el individuo puede utilizar
pueden traducirse en. enunciados de tipo pata — por tanto, no como trampolín de sus propias actividades.
diríamos «le pegué para enfadarme». La diferencia crucial es Y así, mientras que Schutz sigue a Parsons y a Durkheim
que un motivo «porque» hace una referencia esencial a algo creyendo que mucha de la comprensión que e! individuo tiene
que precede al aero en cuestión. del mundo le es dada, no es un determinista. El determinismo
Se da una similitud entre ios dos tipos de motivos en tanto puede ser la perspectiva natura! en la que se reúnen los moti­
en cuanto ambos se refieren al pasado de un modo u otro. Los vos «porque», pero ios motivos «porque» son extrínsecos a la
enunciados que se componen de un motivo «porque» se refie­ experiencia subjetiva clel actor cuya orientación hacia el futuro
ren claramente a acontecimientos ¡.rasados como las causas de es inalterablemente libertaria — «el actor actúa siempre libre­
la acción, mientras que los enunciados que se componen de mente». Sólo retrospectivamente aparece la conducta determi­
motivos «para» implican d hacer fantasías sobre los aconteci­ nada.
mientos proyectados que se consideran como si ya hubieran
ocurrido —-poniéndolos así, como él dice, en d tiempo futuro
perfecto («yo habré hecho x o y»). Esto es algo sobre lo que L a teoría os la sociedad de S chutz
tiene que insistir para mantener la tesis de que el significado se
atribuye a la conducta retrotrayéndose al mismo y no experi­ No ha sido fácil presentar la teoría del hombre de Schutz sin
mentándolo realmente. hacer referencia a su teoría de la sociedad, introduciendo la
Una diferencia importante que se da entre los dos tipos de idea de un cúmulo de conocimiento en gran medida heredado,
enunciados-motivo, es que las explicaciones «para» permiten nos hemos introducido ya en la suposición de Schutz de que el
una libertad de acción mientras que las explicaciones «porque» hombre es un ser social. Esto se sigue del hecho de que la con­
son deterministas. Ahora bien, algo que forma parte de la teo­ ciencia de la vida cotidiana es una conciencia social. En primer
ría del hombre de Schutz es que, aunque heredamos nuestro lugar, la conciencia da por supuesta la existencia y las activida­
cúmulo de conocimiento y no podemos, por lo tanto, contro­ des de otra gente como, por ejemplo, los habitantes del mismo
lar una gran parte de nuestro destino, nosotros, no obstante, mundo que se comparte. Esto es particularmente evidente en
hasta cierto punto, no sólo construimos nuestro propio mundo la acción específicamente social que tiene en cuenta las reac­
particular a partir de nuestras propias experiencias particulares ciones de los demás, el conocimiento que asumen de la situa­
— sin duda basándonos en lo que poseemos del cúmulo de co­ ción y así sucesivamente.
nocimiento común— , sino que actuamos también espontánea­ En segundo lugar, la conciencia utiliza Jas simbolizaciones

2.36 237
que se crean y comunican a través de grupos de individuos en percepción inmediata de los motivos de la otra persona (bien
este mundo que se comparte: un mundo históricamente dado. sean motivos-para o motivos-porqué) y hace que podamos
Este mundo se transmite a través de la lengua materna del comprender a estos miembros de las comunidades de compa­
grupo: los stgnos y símbolos que incorporan conjuntos de sim­ ñeros, que Schutz denomina «consocios». Tales consocios
bolizaciones y abstracciones y estándares que establecen la na­ actúan recíprocamente ya que cada uno puede apreciar los mo­
turaleza del mismo mundo socio-cultural. Una sociedad es una tivos-porqué del otro e incorporarlos a sus motivos-para pro­
comunidad lingüística. Existe a través de unos símbolos que vocando a su vez como respuesta unos esperados motivos-para
son mutuos. La conciencia cotidiana es, por tanto, la concien­ (como sucede en un proceso de pregunta y respuesta).
cia social o socialmemc derivada de la sociedad. E l mundo- En la relación, que se da entre nosotros como consocios- te- .
vida del individuo es. _por_tanto,—un-mundo-«rntersnbjerivcHr tiernos, según Schutz, el prototipo de todas las relaciones so­
que tiene unos significados que se comparten y un sentido de ciales o la «estructura básica del mundo de la vida cotidiana»
pertenencia a un grupo o grupos. Es «nuestro», no mío sola­ ya que ortos tipos de relaciones sociales se «derivan» de ella o
mente. Damos por supuesto que nos comprendemos, vemos el la suponen. Los consocios consideran que sus motivos y sus
mundo de! mismo modo, y actuarnos dentro de la misma reali­ perspectivas son intercambiables. Existe una aceptación y
dad. Iodo esto no requiere ninguna prueba en la vida normal comprensión mutua que se basa en la experiencia simultánea y
— forma pane de la realidad permanente de las actitudes prác­ en las simbolizaciones que se comparten del mundo común.
ticas normales. 1,a suposición de que cada cual ve el mundo del mismo modo
Schutz no defiende que un individuo tenga una conciencia es denominada por Schutz como una reciprocidad de perspecti­
directa de las experiencias de oirás personas, o que infiera es­ vas (Coüerfed Papan, vol. 1, pág. 316).
tas experiencias por empatia, más bien cada uno es consciente Aunque existe un elemento de esta entrelazada «relación
de la otra persona que está físicamente presente corno un ser que se da entre nosotros» —el sentido de un mundo comparti­
que está experimentando el mismo mundo que él, y esto in­ do— en todas las relaciones sociales, domina sólo de forma ca­
cluye experimentar un mundo compartido de percepciones re- A racterística en pequeñas sociedades establecidas o en los gru­
cíprocas (la conciencia mutua de que la otra persona te perci- (Ó pos existentes que se seleccionan de manera autónoma y que
be). Así, en el presente que se comparte en común de una con- 'A integran, por tanto, personas que tienen una mentalidad
versacción tiene lugar lo que Schutz denomina como «la ex pe- q parecida (lo que el denomina «grupos voluntarios»), «Las rela­
rienda de envejecer juntos». Esta experiencia de «nosotros» no A ciones que se dan entre nosotros» requieren actualizarse cons­
se presenta en todas las relaciones sociales, sino que tiene lu- :;j tantemente en las interacciones que se realizan cara a cara. En
gar cuando un?, persona es consciente de que está experimen- ‘Ci­ uno de los ensayos más conocidos de Schutz «The Homeco-
tando Simultáneamente el mismo mundo que otra, como suco- ir mer»* desarrolla la situación de un veterano que vuelve á casa
de cuando ambas personas son conscientes una de otra obscr- v que siempre ha añorado regresar recordando cómo era su
vando un coche al pasar. En momentos como este no pode- A .micrior modo de vida — las escenas y sonidos y los olores fa­
mos considerar que d otro es una mera presencia física: toma í miliares de su pasado. Pero al regresar descubre que sus re-
mos conciencia directa de tener una experiencia en común i iii-rdos se han quedado arras a causa de las progresivas inter-
que, aunque pueda ser fugaz y fragmentaria, es fundamentó .ii ciones de aquellos que se quedaron en casa, de manera que
para la vida social. i.i no le son accesibles y él no les es inmediatamente inteügí-
Esta experiencia intensa y actúa! del flujo de Ja conciencia j)
del otro que Schutz considera que es como la tesis general dt j
la existencia del alrer-ego, la captación del otro-yo, implica una ■ .<1)■ vuelta al ho-o-v p V . 71J

■ 238 239
ble. Y a no tienen el mismo sistema de pertinencia y ya no en­ aquellos de quienes rto tenemos ningún conocimiento directo.
caja fácilmente en el lugar que se suponía que ocupaba en la Son las simbolizaciones que se derivan socialmente las que nos
comunidad. A pesar de que habían pensado constantemente proveen las soluciones estándar de los problemas estándar. El
uno en otro lo habían hecho inevitablemente en términos de la cúmulo común de conocimiento contiene «recetas» que están
simbolización dd modo de vida existente de cada uno y la falta aprobadas socialmente y que sirven para enfrentarse a los pro­
de constantes experiencias cara a cara ha socavado la relación blemas que son recurrentes. Estas simbolizaciones se absorben
que se daba entre ellos. a través del lenguaje y del conocimiento institucionalizado de
El veterano vuelve a casa incapacitado para aceptar y ser la sociedad. Schura ilustra esto indicando como ejemplo e! fan­
aceptado de la misma forma impensada que lo era antes de que tasma de las suposiciones que están en la actividad que requie­
abandonara la comunidad. Según esto es como « The Strangcr» * re. enviar una caca_poracocreo.-Tai-acto da por’supuesto qué
(otro título d e los cnsay.Qs_de_SchuK-}-no- puede^íidaptarse hay ciertos tipos de persona — carteros, clasificadores, etc.—
de manera natural a las experiencias que se comparten en una que procesarán la carta según ciertos modos estándar. Este co­
comunidad en la que entra por primera vez. Por mucho que d nocimiento es objetivo porque exige que pensemos a los otros
extranjero intenta comprender los modos del grupo que acep­ según la tipología que aprueban nuestros consocios. Tales ti­
ta, no puede asumir nunca estos modos de forma incuestiona- pologías son presuposiciones que se necesitan en la transacción
da y adaptarse a ellos espontáneamente. Tiene que llegar a de negocios que trascienden la comunidad, como cuando vota­
este nuevo mundo a través de un sistema abstracto de construc­ mos en una elección o trabajamos en e! comercio. Pero las ti­
ciones por medio del cual pueda aprender a comportarse. Esto pologías ne nos ofrecen una comprensión real de la gente que
le distancia inevitablemente de los miembros del grupo v le se supone que sigue estos patrones típicos. Se aprenden a tra­
convierte en objeto de sospecha. El grupo será siempre vés de un proceso cultura! o socialización por el que la gente
consideado, por el extranjero, parcialmente como «ellos« v no ilega ^ construir los patrones de los motivos y fines de ios ac­
como «nosotros». tores, e incluso de sus actícrudes v personalidades característi­
Las comunidades cata a cara no son, sin embargo, socieda­ cas. Pero esto hace que conozcamos a estas personas como in­
des complejas. La «relación que se da entre ellos» que tiene lu­ dividuos.
gar entre el extranjero y el grupo interior es también caracte­ Estos patrones tipificados de la conducta y características de
rístico de la relación que se da entre los miembros de la socie­ otra gente llegan a convertirse en motivos de nuestras propias
dad amplia en la que viven y representa una gran parte de la acciones. A través de un proceso de «auto31m bolizacíón»
experiencia social que tiene lugar dentro de fas comunidades aprendemos a adaptarnos a un mundo más amplio dándonos
normales. cuenta de que jugamos una parte que se establece en una situa­
Como d extranjero tiene que adoptar el punto de vista obje­ ción típica (por ejemplo (tuna persona, que echa una carta al co­
tivo del grupo interior para poder aprender cómo viven y lo rreo»). Así podemos cooperar con una gente que no conocemos
que consideran pertinente o importante, así los miembros de personalmente.
la comunidad tienen que crear un complejo conjunto de sim­ Tomando el conocimiento directo que se tiene de la existen­
bolizaciones con cuyos términos operar en la sociedad como cia única del otro como un extremo, Schutz traza las fases va­
un todo. Esto implica que se desarrolle el conocimiento que riadas en las que nos alejamos de éste hacia el polo opuesto de
tiene el sentido común de los patrones de conducta que siguen l.i experiencia social, ¡a simbolización completamente anónima
de la idea que tenemos, por ejemplo, del ejército o el estado.
I as relaciones que se acercan más a la experiencia que se ha
* <t!-,l extranjero», ftV. de/ T.J compartido en el pasado aunque ahora no ocurra así, o aque-

240 24 I

mmm
do valientemente a partir de la conciencia subjetiva de otras
lias en las que es posible que compartamos tal experiencia en personas, ante un esquema de estructura social de cipo parso-
el futuro. Estas forman las relaciones que tenemos con lo que niano? Esto es aceptable hasta cierto punto, aunque no se den los
Schucz denomina nuestros «contemporáneos».
estrechos elementos funcionales del esquema de Parsons, y en
Transcendiendo esto, nuestras relaciones sociales se hacen este aspecto Schutz no nos ofrece nada que sea de una origina­
progresivamente menos concretas o personales y más anóni­ lidad sorprendente. Pero el aspecto importante del enfoque de
mas, comprendiendo en definitiva no simplemente a nuestros Schut2 es el lugar que este tipo de conciencia ocupa en su es­
contemporáneos remotos, sino a nuestros «antepasados» y «su­ quema. Las simbolizaciones de la estructura social son sólo un
cesores» con quienes no hemos compartido ni compartiremos aspecto de la aprehensión práctica que el individuo lleva a
ningún tipo de experiencias: La- conciencia cognitiva de estas cabo del mundo cotidiano que hereda y que hasta cierto punto
relaciones depende de unos tipos ideales extremadamente abs­ reconstruye para que le ayude a descubrir el modo de desen­
tractos que se hallan desprovistos de los detalles personales o
volverse y fomentar así sus propósitos inmediatos.
de los escenarios históricos que son específicos. De este modo En el análisis que Schutz hace de la conciencia cotidiana, los
nuestras relaciones pueden ser directas o cara a cara, bien sea individuos no sólo tienen un sentido definitivo de pertenecer a
en el pasado o en el presente o sólo potencialmente, o pueden
varios grupos — una «nostreidad» que se manifiesta más clara­
ser indirectas como las de nuestros contemporáneos coexistentes
mente en la vida de una comunidad establecida— , sino que
a quienes no hemos conocido y no conoceremos, o las de también tienen una teoría social que ha sido razonablemente
nuestros antepasados y sucesores.
desarrollada, esto es, un punto de vista de su sociedad como
ha suma de tales «relaciones que se dan entre ellos» o indi­ un sistema de roles e instituciones a los que deben adaptarse
rectas componen la totalidad de la sociedad. La sociedad es
ellos mismos. La idea abstracta de la sociedad es así en primer
una construcción de tipos ideales definidos según las funciones
lugar un producto cultural común y no un esquema científico
que tienen los individuos abstractos que están implicados. Y
que se encuentre separado de ella. No obstante, este mundo
desde un principio a través de la inmediatez de las relaciones
social «objetivo» y simbólico, aunque puede que sea vital para
cara a cara, que a veces son de un tipo personal muy íntimo, desenvolverse en la vida cotidiana, se separa de la realidad de
llegamos a la completa simbolización que está implicada en la
la experiencia social que es fundamental para la interacción so­
conciencia que tenemos de una sociedad más amplia. Son estas
cial cara a cara y no es, por tanto, básica para la vida del indi­
simbolizaciones abstraídas de la experiencia directa que tienen
viduo. Cuanto más abstracto y anónimo sea su contenido más
las personas particulares lo que constituye en el mundo coti­
separado se encuentra de los fundamentos de la sociabilidad.
diano el sistema social objetivo por el que la gente puede tratar
Y así, mientras que en todas las sociedades existirá una par­
el mundo socio-cultural que transciende a sus consocios. Aquí
te del cúmulo común de conocimientos que es un sistema de
entra en juego el esquema familiar de reglas, roles, estatus e
agrupamientos que se basa en e) parentesco, edad, sexo, profe­
instituciones que como el lenguaje capta las simbolizaciones sión, poder y estatus social, se trata principalmente de una cons­
abstractas con aquellas que comprendemos y nos enfrentamos
trucción que el individuo adopta y adapta a sus propósitos más
a las relaciones indirectas. «Para descubrir mis orientaciones que de una acertada representación del mundo. Schutz enfatiza
dentro del grupo social, tengo que saber los diferentes modos la idea de las realidades múltiples. Vemos el mundo según nues­
de vestir y de comportamiento, las múltiples insignias, emble­
tros diferentes esquemas y no podemos asumir, por ejemplo,
mas, instrumentos, etc., que el grupo considera que reprensen-
que nuestra realidad religiosa es la misma que nuestra realidad
tan un estatus social y están, por tanto, socialmente aprobadas
estética y así sucesivamente. Existe una división similar entre
como pertinentes (Collected Papers, vol I, pág. 350).
la experiencia cotidiana y la actividad científica, ya que la pri-
¿No nos encontramos entonces, a pesar de que hemos parti-
243
242
,w Jisáaii:

sea simplemente una extensión del modo en que tos actores so­
mera es in me di ai amen te práctica mientras que la segunda es
ciales se comprenden entre si en la vida cotidiana. El producto
una búsqueda detallada de explicaciones. Y sin embargo, en
final se le caracteriza como un «constructo de constructos» que
las ciencias sociales, las abstracciones y objetivaciones de la
tiene como última referencia el significado que la vida social
vida cotidiana se aceptan como base del estudio científico de la
tiene para sus actores, pero que implica sacar estos significados
sociedad y dentro de ella estas simbolizaciones se utilizan para
fuera de su contexto y materializarlos con el fin de descubrir o
propósitos bastantes diferentes como, por ejemplo, para obser­
establecer una representación consistente y coherente de una
var más bien que para cambiar la realidad social. B 1 observa­
sociedad como un sistema.
dor desinteresado que está llevando a cabo su ciencia abando­ Este constructo de constructos no se adecúa al conocimien-
na las realidades prácticas y se encuentra, por tanto, libre de la
-to-que-tenemes de la existencia de otras personas ys~a¡ns~larfe-
___ — - a nsied ad-que-sien ton aquel 1osrqae' pan icipáñ en_la soc iédad, Él
lación-nosotros que tenemos de la gente real no es relación
«pone entre paréntesis» su existencia personal todo el tiempo
de tipos ideales. La gente real experimenta las cosas con noso­
que dure su trabajo científico. Al hacer eso adopta los tipos
tros y ilevan a cabo elecciones para sí mismos, fiara el indivi­
ideales de la experiencia común y los desarrolla, en algo más
duo, la idea de sociedad es sólo un historial, contra d que pue­
consistente y comprensivo.
de actuar y transcender. Puede llevar a acato algunas de las
Así el científico social, siguiendo al participante social, hará
posibilidades de su propio yo utilizando ios símbolos que ha
una distinción entre el curso de acción de los tipos ideales y la
heredado para dar significado e importancia a su propia con­
personalidad de los tipos ideales. El primero expresa un proce­
ducta. El hecho de que esta experiencia no nos de Jo que se de­
so o producto, como, por ejemplo, sellar y enviar cartas que
nomina un conocimiento «objetivo» del observador externo no
tiene un significado objetivo ya que lo que se está haciendo es
significa que la ciencia social pueda refutar la realidad de la li­
un típico procedimiento para obtener un fin particular a través
bertad que tenemos como actores individuales, ya que su limi­
de unos medios estándar. La gente utiliza estos cursos de ac­
tado poder predi en vo sólo puede establecer la probabilidad de
ción de los tipos ideales para que les sirva de ayuda y resolver
que ocurra cualquier acción particular.
así los problemas estándar a través de modos estándar. La per­
¿Cómo debemos valorar entonces el valor que tienen para la
sonalidad de los tipos ideales tiene que ver con las característi­
ciencia social los tipos ideales que se desarrollan a partir de
cas que asumen las personas que están implicadas en tales-cur­
aquellos que se utilizan en la vida cotidiana? En primer lugar,
sos de acción, esto es, asumen que los individuos en las situa­
deben adaptarse a patrones regula res que puedan observarse y ve­
ciones estándar otorgan ciertos significados subjetivos a sus
rificarse, por tanto, hasta cierto punto, aunque sólo sea en un ni­
acciones y esto hace que sepamos algo del tipo de persona que
vel de probabilidad más bien que en una estricta generalización
se comporta de una manera que es típica y de cierta forma que
causa). (EsVosugierequeexistcalgunaobjetivndadreal— en clscn-
puede, por tanto, inferir algo de sus motivos y razones. Estas
t ido de una independenciade la volición human a—- que se expresa
«marionetas» se utilizan por las ciencias sociales para aprehen­
a través del orden social simbolizado.) fiero deben cumplir tam­
der las características de aquellos que toman parte en el esque­
bién lo que se denomina como el «postulado de la interpreta­
ma abstracto que surge de la aglomeración de los tipos ideales.
ción subjetiva» ya que deben ofrecer explicaciones inteligibles
La personalidad de los tipos ideales representa, por tanto, las
de las acciones. Aquí los datos pertinentes son las experiencias
motivaciones paradigmáticas habituales de los individuos que
que tienen los actores y sus propias interpretaciones aunque
el científico social asume. Pueden aplicarse a individuos o a
éstas estén incluso mediatizadas por las simbolizaciones que
colectivos, pero no a personas concretas.
han heredado. Existe también el «postulado de la adecuación»
El objetivo es interpretar los tipos de realidad social particu­
según ei cual los modelos deben ser comprensibles para ci ac-
lares que no tienen una implicación práctica, aunque el método

244
v-:- tS j.X A , ; „ iV ;^ ,.. ... :■; : > ■■-

tor de modo que un informe descriptivo o interpretativo de la


esenciales y que transcienden, por tanto, al control del indivi­
acción social será aceptable sólo cuando les parezca razonable
duo pierde su sostén ante la imagen que Schutz tiene de un
a los actores sociales pertinentes. De este modo, Schutz cree
constructo casi ficticio que utilizamos para poder resolver así
que se puede obtener un conocimiento aproximado de la so­
algunos de nuestros problemas prácticos que son acuciantes.
ciedad sin tener nj siquiera que penetrar el aquí y ahora de una
Esto le sirve de base para llevar a cabo un criticismo radical de
experiencia social. Esto no significa que nosotros dejemos al
ia ortodoxia conservadora del funcionalismo estructural ya que
«hombre olvidado» en el centro, el actor que es libre de tomar
aprisiona erróneamente al individuo en la pequeña y enmara­
lo que pueda del mundo natural que-le ha sido dado cultucal-
ñada red de la necesidad natural. Comenzando y volviendo a la
mente y-.en.el que se encuentra a sí mismo interpretando la au­
conciencia del individuo y a sus motivos «para», Schutz reafir-
toritaria realidad social de acuerdo con sus propias simboliza-
ma quedamreaiividaddTOTritSiia^yTpor coñsigménfe.'la "dignídacT
eíones-dec idiendcmísT següTfTü s propios" inte res es, Pata él «la
del individuo es una parte esencial de la vida humana que es
sociedad» es un concepto pragmático que utiliza para ordenar
fundamental para que comprendamos la interacción social. La
sus experiencias a la luz de sus intereses y con la esperanza de
teoría de la sociedad de Schutz puede ejercer, por tanto, un
alcanzar los objetivos que por lo menos se ha establecido hasta
efecto liberador sobre aquellos que se han tomado demasiado
cieno punto a sí mismo.
seriamente ia idea de que la sociedad es un orden objetivo y
fijo ai que debe adaptarse el individuo.
Para completar el estudio que estamos haciendo de las teo­
Im p l ic a c io n e s y desar r o llo s:
rías de ¡a sociedad trataré brevemente dos escuelas modernas
IN T E R A C C IO N IS M O S IM B O LIC O Y E T N O M E T O D O L O G ÍA
de teoría social — el Interaccionismo Simbólico y la Etnometo-
dología— que deben algo a la obra de Schutz e ilustran las im­
Aparte de ensayos como «The Homecomer» y «The Stran­
plicaciones que tiene la investigación de las ideas a cuya dise­
ger», la obra de Schütz es altamente teórica y trata más de pro­
minación contribuyó. Ambas escuelas han surgido de la ex­
veer un historial filosófico con el que estudiar la sociedad que
pansión que tuvieron los estudios sociológicos en la postguerra
una teoría social que esté totalmente elaborada. En este aspec­
y ambas presentan una gran y lamentable medida de la jerga
to es más fundamental y modesta que los intentos más recien­
que representa un agotador rasgo de la cantidad de trabajo re­
tes que se han hecho para teorizar sobre la sociedad como un
ciente que existe sobre teoría social. Sin embargo, a veces se
todo. Las implicaciones que tiene su idealismo interpretativo
necesita una nueva terminología que preserve y comunique los
sirven principalmente para la conducta de la investigación so­
nuevos vislumbres teóricos. Merece la pena, por canto, que
ciológica, la cual, según Schütz, no es una esfera de una inme­
se acepte el problema para poder apreciar así las connotacio­
diata preocupación práctica. Examinaré, por tanto, algunas de
nes que tiene su lenguaje especialista y mantener al mismo
las formas a las que ha influido y que se dan entre aquellos so­
tiempo un. saludable escepticismo de las engañosas y metafóri­
ciólogos en práctica que han adoptado la descripción detallada
cas frases cuya apelación es literaria y periodística más bien
de la pequeña escala cotidiana de las interacciones sociales más
que intelectual.
bien que una gran teoría.
Como conjunto de ideas el Interaccionismo Simbólico debe
fiero el enfoque bastante modesto de Schütz y las limitadas
tanto a George Herben Mead como a Alfred Schutz. Mead fue
pretensiones que tiene de la validez del método sociológico tie­
un psicólogo social americano y un Filósofo de fines del si­
nen sus propias implicaciones para que podamos comprender­
glo xix que recibió la influencia del concepto sobre el «especta­
nos a nosotros mismos. La idea de que la sociedad es una enti­
dor imparcial» que creó Adam Smith. En manos de Smíth se con­
dad monolítica coactiva que cumple unas funciones que son
vierte en el «otro generalizado», el término que él utiliza para
4(í
247
esa parte deJ «yo» que es una interiorización de Jai acritudes
un individuo entre otros planifican juntos cómo y hasta qué
que tiene Ja otra gente hacia nosotros mismos y nuestros roles.
punto cooperarán o competirán.
H1 nombre real, «ínteraccionismo Simbólico», fue inventado
Interaccionistas simbólicos como, por ejemplo, Anselm
por un discípulo de Mead, Pferbert Blumer, en 1937. Intenta
Strauss y Eérving Goffman creen que los hombres ayudan a
aprehender la creencia que Mead tiene de que la interacción
crear la propia interpretación que tienen de la realidad social,
social implica la comprensión mutua y la interpretación de los
que es ella misma el resultado de interacciones anteriores. Ba­
gestos y d habla que es la clave de la sociedad humana. Mead
sándose en estas interpretaciones, los hombres entran en cier­
sostiene que las estructuras sociales de los roles e instituciones
tos tipos de relaciones sociales. Se trata de una actividad inter­
afectan a la conducta individual solamente a través de los sig­ personal de la que surge un grado de consenso que hace refe-
nificados comunes que se expresan en los símbolos del grupo y _ re ncia a lo que- «es tá- suced iendo» y a~Ia-parte que cada j'crsor.a
Jos_mo.dos-eo-que-éstos se interpretarren íos~intercambias que
juegue en un drama humano particular. No siempre resulta que
se llevan a cabo entre individuos.
se está necesaria y completamente de acuerdo con ias perspec­
En sí mismo esto no tiene mucha utilidad más allá de las re­
tivas ya que cada «yo» consciente tiene sus (de él) o sus (de
presentaciones colectivas de Durkheim y su función para ci­
eüa) propias ideas que se refieren a lo que está sucediendo y
mentar la calidad de los miembros del grupo y controlar la
cómo él o ella desean ser considerados. Igual que en Schutz
conducta individual. Tiene también algo en común con la in­
existe una orientación deliberada, del individuo que se dirige
sistencia de Webcr en considerar las relaciones sociales desde
hacia una situación social que es de un cierto tipo, el cómo
el punto de vista que tienen los actores implicados. Lo que
deba «definirse» exactamente la situación es algo que depende
distingue al Interaccionismo Simbólico de sus precursores
de ios actores individuales y de las partes que deseen aceptar y
es el énfasis que hace de la actividad del individuo, o ayo»,
que entren en competición en ese «juego» soda) particular.
utilizando y manipulando los símbolos de! grupo y participando Esia combinación que resulta de la noción de Schutz cuan­
así en la creación de b vida ordenadamente social. El Inter-
do se trata de definir una situación y la idea que tiene Mead
accionismo Simbólico recurre al análisis que hace Mead de
del yo como un objeto de reflexión consciente y fuente de acti­
ía «acción conjunta» corno empresa cooperativa y creativa y
vidad espontánea es característica del popular libro de Goff-
discute así la idea que presentan Durkheim y Parsons del man The Presshíation c f S e!f in Everyday Life (Penguín, Londres,
hombre «socializado en exceso» que descuida las actividades 196") en el que enfatiza ia idea de la vida social como una rea­
que tienen lo consciente, conciencia autorreflexiva o «yo» cuan­ lización teatral donde el actor se presenta a su público utilizan­
do establecen los patrones de conducta de cada grupo social. do ofertas técnicas comunes y signos que invitan a que Otros l,e
Ellos no niegan que existen las costumbres sociales, roles e
acepten como e! portador de un cierto estatus y de un cierto
instituciones (aunque esto ocurra en y a través de la conciencia
rol. Cita el ejemplo qu.e Adam Smith indica de ios jóvenes aris­
de los individuos), sino que se dan cuenta que todas las reglas
tócratas que adoptan ciertas formas de vestir y manierismos
son hasta cierto punto vagas e incompletas ya que no presen­
para obtener el respeto automático de sus inferiores sociales
tan en detalle todo lo que debe hacerse. Las regias sociales son (Tbúvry o f Alara!. Sentíw¡mts, 1, íii, 2,5, pág. 54). Nociones simila­
sólo un marco. Elias aceptan que los individuos interactuantes
res pueden verse en Peter Bergcr y Thomas Luckman, L a cons­
tengan un espacio de maniobra que les permita improvisar
trucción social de la realidad (Amorrortu Editores, Buenos Aires,
cuantío decidan qué normas seguir, cómo deben éstas interpre­
1968). Bergcr y Luckman discuten que tos hombres tienden g
tarse y qué hacer con los problemas que ellas no tratan, Las re­
olvidar que son tos autores del inundo social y «materializan»
laciones sociales reales surgen de un complejo proceso de toma
las instituciones sociales asumiendo que tienen una realidad
y daca en el que Jas personas que tienen conciencia de que son
objetiva que trasciende ai control humano, Para hacer esta te-
24d
240
sis convincente despliegan la idea fenomenológica de «sedimen­
tación», un proceso por d cuai se retienen las experiencias por adoptar e interiorizar tales actitudes para llevar a cabo las rela­
debajo del nivel de la conciencia, pero espccialmetc cuando re­ ciones de rutina con otros (este es el aspecto «pragmático» del
sultan de las experiencias intersubjetivas comunes permanecen interaccionismo simbólico). Pero no necesita aceptar comple­
relacionadas con la conducta consciente a través de un sistema de tamente las perspectivas de otras personas, ni tampoco forma
signo o lenjuage y sirven, por tanto, de base para el orden ins­ parte de las interacciones a través de las cuales se forma la in­
titucional. terpretación de la realidad social. Los significados sociales son
Un buen ejemplo del tipo de trabajo sociológico que se ins­ productos de grupo que se comparten ampliamente y a ios que
pira en tales ideas de la sociedad es Asylums de Goffman (Pen- se llega a través de la colaboración conjunta de aquellos rasgos
guin,Harmondsworth, 1968), donde se demuestra cómo difie­ del mundo externo que han de considerarse significativos. Tal
ren las perspectivas de los pacientes y del personal de los asilos realidad tiene la objetividad de ser «intersubjetiva», pero no es
y discute que las definiciones del personal de lo que sucede en una realidad que existe más allá de la conciencia de sus creado­
tales «instituciones totales» (término que inventó Goffman res o que trasciende totalmente a su control.
para describir instituciones tales como los ejércitos y prisiones El ámbito que esto le deja a la espontaneidad del individuo
que abarcan todos ios aspectos de las vidas de los presos) no es es suficiente para construir la metáfora apropiada de la vida
intrínsecamente superior a las de los pacientes que se supone social como «juego» (término de Mead) más bien que como
que están locos. Goffman indica que la conducta que es apa­ obra de teatro. Los individuos son libres para improvisar y
rentemente loca como, por ejemplo, la acumulación de artícu­ cooperar dentro de unas reglas que sean flexibles. No tienen
los que son al parecer inútiles, es perfectamente racional que adoptar de forma afectada líneas fijas que provengan de
dentro de una institución que niega a los individuos cualquier posturas predeterminadas. Las sociedades no son, excepto en
privacidad de posesiones ya que la gente necesita tener algo las mentes de cierta gente (tales como las de aquellos teóricos
que pueda considerar suyo. sociales que están confundidos), un objetivo determinado y
Strauss ha utilizado también hospitales psiquiátricos para es­ unas estructuras necesarias, sino que resultan de las acciones
tudiar cómo las reglas formales de las instituciones sociales conjuntas que llevaron a cabo de forma casi hobbesiana aque­
son sólo uno de los elementos que se dedican a producir lo que llos individuos que están parcialmente socializados y que están
denomina un «orden negociado»; las relaciones que se dan día listos para comprometerse, negociar y utilizarse entre sí jugan­
a día son el resultado de la negociación implícita que se lleva a do los serios juegos de la vida. El interaccionista simbólico se
cabo dentro del marco de las reglas oficiales de acuerdo con preocupa de describir y analizar estos procesos.
los estilos personales y las capacidades de aquellos que están Los etnometodólogos comparten muchas de las preocupa­
implicados (Anselm Strauss et a i, Psychiatric Instiíutions and ciones de los interaccionistas simbólicos. Ambos intentan
Ideologies, Free Press, Glencoe, 1964). cambiar el dicho de Durkheim en lo referente a tratar los he­
Este enfoque asume, al igual que hace Schutz, que la reali­ chos sociales como cosas y convertirlo en la máxima de que
dad social es un logro humano que necesita el despliegue cons­ los hechos sociales deben tratarse como realizaciones. Esta es
tante de cieñas técnicas que requieren la captación de símbo­ la expresión que utiliza la figura central de la escuela, Harold
los comunes y un cierto grado de autoconciencia. «La socie­ Garfinkel, un seguidor autorrcconocido de Schutz. Pero el et-
dad» tiene realidad, por tanto, sólo en la conciencia humana. nometodólogo va más allá que el interaccionista simbólico ne­
Para cualquier individuo dado la realidad social es un hecho gando la existencia de un conjunto determinado de creencias y
objetivo ya que tiene que tener en cuenta las actitudes y creen­ valores comunes que subyacen a toda cohesión soccial. Aun­
cias de otra gente cuando tiene que decidir cómo actuar. Debe que los interaccionistas simbólicos no asumen que existe una
realidad social fija con la que se está de acuerdo unánimemente
250
— es cierto que enfatizan que ci mundo está hecho de «realida­ le dice que es indicativo de algún tipo de patrón, reaccionen a
des múltiples», incluso para cada individuo— , no obstante es ello en consecuencia, y proveen así a otras personas con un
cierto que tienden a aceptar el valor nomina) q u e tienen los material con el que interpretan que han asumido un significa­
significados de las interacciones sociales que describen (mien­ do. Garfmkel demuestra que esto ocurre incluso cuando se
tras que no es necesario que acepren d informe «oficial» que hace que los sujetos de laboratorio hablen de Sus vidas priva­
de ellos se da). Los etnometodólogos son más radicales. Sostie­ das en las que el experimentador ofrece un consejo de forma
nen que existe poca coincidencia de significado ya que un par­ completamente azarosa. Incluso en tales situaciones la gente
ticipante o conjunto de participantes pueden considerar una si- intenta darle un sentido coherente e intentan descubrir un pa­
tuación que no equivale ai significado que tiene para .orros_cn_ trón-subyacente donde de-hcchonoexisteen-absolutoningún-
situaciones que son aparentemente similares. Ellos intentan patrón.
quedarse, por tanto, tras los significados de las situaciones que Garfmkel sostiene que en los intercambios sociales estamos
se han aceptado de una forma evidentemente consciente res­ continuamente intentando descubrir los patrones de pensa­
pecto a las comprensiones que se presuponen en las perspecti­ miento de aquellos con quienes interactuamos. Este es el con­
vas de los participantes sociales que están explicadas detallada­ texto en el que se construye nuestra noción de realidad social.
mente. testo:implica que tengan que hacer un estudio detallado Esta realidad no puede generalizarse a otras situaciones histó­
de las suposiciones impensadas de la vida cotidiana. ricamente diferentes porque los significados de cada intercam­
Un ejemplo bastante trivial aparece en las «Notes un the Art bio son peculiares de ese contexto específico. «Lo que se indica
of Walking» de Ryave y Schenkein (Roy Turner, hihnonieiboáo- en el índice» es e) término que se da a la dependencia de con­
Pengum Book.%, 1974, págs. 265-74), donde se indica que texto del significado. 1.a idea de Garfmkel es que el significado
«andar», cspccinlcmtnc en un lugar concurrido, es una comple­ de lo que se nos dice depende de la comprensión que renga­
ja técnica de navegación, f-.l andar debe «realizarse» dentro de mos de la situación en la que nos entremos con todos sus ma­
ciertos límites «naturales» de tal modo que se «ingenie» cómo tices y peculiaridades, ya que las mismas palabras que se han
evitar chocar con otra gente. Los autores hacen que centremos utilizado en situaciones diferentes tienen significados dife­
nuestra atención en el hecho de que hay una importante dife­ rentes.
rencia entre «añilar juntos» y «andar solo» que lleva a diferen­ Esto difícilmente significa que el etnometodólogo piense
tes soluciones del problema de navegación. Siguen sugiriendo que no hay nada en común entre las situaciones que se dan,
que el estudio que hacen de cómo mueve la gente sus cuerpos sino que lo que le preocupa es descubrir las diferencias que
de un lugar a otro ilustra lo cnriqueccdor que es considerar la existen entre los significados en contextos diferentes. Esto ha
vida social como una realización problemática ocasionado que surja un interés por saber cómo influyen las
id nombre real tic «etnometodología» fue inventado por perspectivas particulares, las económicas y las de carrera de
Garfmkel para describir el compromiso con d estudio empíri­ aquellos que están implicados en el modo en que se registran
co del razonar práctico, de cómo la gente da sentido a lo que los documentos oficiales en los hospitales y otras organizacio­
les sucede en las intcracioncs sociales, particularmente cuando nes burocráticas, y saber, por tanto, que están realmente ha­
hablan entre sí. En Stndies irt Melbodahpy (Prenticc I lall, lingic- ciendo aquellos que proveen los datos en bruto para elaborar
wootl Cltffs, 1967, págs. 79-88) describe un experimento que las estadísticas oficiales (véase la obra de Aaron Cicomd «Pó­
se utiliza ¡tara demostrar que los actores sociales hacen uso de lice Practices and Official Records» y «Counting Deaths» de
lo que denomina «método documental» con e! que toman lo David Sudnev.-, ambos en Turner, op. di.). Este concentrarse
que se les dice que es «documcntativo» o indican un patrón sub­ en los detalles de los tipos de situaciones particulares tiene mu­
yacente cuya existencia presuponen. La gente toma lo que se cho en común con Ja preocupación que tiene el filósofo Wití-

252 253
. .'.T.T.TEf7? '

■i

métodos como por sus doctrinas. La recolección que hace de


gCnsteiri por los detalles del uso lingüístico ordinario en con-
la información experimental y de primera mano le da una cier­
! textos específicos y con su idea de que el significado se explica
ta reputación empírica. Peto e! énfais que se hace sobre lo par­
mejor estudiando el uso dentro de! cual se sitúan las expre­
siones . ticular como opuesto a lo general, y el enfatuar la realización
del orden social en circunstancias diferentes, lo aparta de las
Otra tendencia de la filosofía lingüística moderna es consi­
preocupaciones más ambiciosas de las teorías tradicionales de
derar el habla como un tipo de acto. La idea de que los e tn o
la sociedad. Si sólo las cosas que son reales son particulares y si
metodólogos hacen un buen uso de los «actos de habla» como,
las abstracciones de la teoría social clásica no explican real-
por ejemplo, D. b a r renee Wildcr, quien en su ensayo «Telling
- ----------- — the-Gode»*- sostiene-que~ape1ar-ahflCódigo)>'_acept:ado"'y qiTe- se mente nada entonces estas teorías nos llevan claramente por
una dirección que es beneficiosa. Pero si la sociedad tiene que
mantiene entre los convictos (como, por ejemplo, «no birles» o
considerarse aún, al menos parcialmente, de Forma apropiada
«hierba») se utiliza para mostrar más bien que para describir
corno una realidad que existe ahí fuera más allá del individuo y
una realidad soccial existente. «Tdling the Cede» forma parte
no como una simple «materialización» que se proyecta sobre d
de unos esquemas nutoelaborados cuyo significado ha de com­
mundo, entonces la etnometodología no es nada más que un
prenderse a través del uso al que se expone por los convictos
modo de estudiar la extensión limitada hasta donde los agentes
para proteger sus intereses y explicar su conducta (véase Tay-
lor, op, cii, págs. 144-72). sociales modifican y desarrollan lo «dado» de las situaciones
sociales en las que ellos mismos se encuentran.
Ll resultado de este enfoque es que el significado de la inter­
Una severa crítica diaria que los etnometodólogos exageran
acción social no debe considerarse que es algo que se da sim­
mucho es el antiguo problema filosófico de cómo podemos ha­
plemente desde fuera de una interacción particlar. Se obtiene y
cer enunciados generales acerca de situaciones particulares. La
recrea de modos específicos en cada ocasión. Todo lo que pue­
solución unilateral que da a! problema de ios «universales»,
de asumirse es que en cada ocasión la gente que está implicada
como se le conoce en la historia de la filosofía, es demasiado
intentará darle sentido a lo que está sucediendo a la luz de sus
simple. Y en la práctica ei valor efectivo de la idea de «lo que
propias presuposiciones e intereses. Cómo llevan esto a cabo
se indica en el índice» resulta que es muy poco más que la aser­
deberá ser rema de un detallado estudio empírico. Un método
ción de que existen diferencias que se han descuidado entre si­
que se utiliza en tales estudios, y que comparten los interaccio-
tuaciones sociales que son bastante parecidas.
nistas, es el de la «observación participante». Éste requiere que
Los etnometodólogos se mueven también muy rápido del
el experimentador -absorba en sí mismo la situación que está
evidente punto que indica que las ideas de las que dependen las
intentando estudiar para aprender cómo utilizar en su propio
relaciones sociales existen sólo en las mentes de los seres hu­
contexto el lenguaje de aquellos con los que participa.. Un mé­
manos a la conclusión que está lejos de ser evidente y que indi
todo más controvertido es d de la escenificación de los experi­
ca que la realidad que tratan estas ideas depende completamen­
mentos que se elaboran para alterar las situaciones cotidianas.
te de lo que piensen en realidad los seres humanos. El hecho
Comportándose de modos raros y estrafalarios y estudiando las
de que las relaciones sociales involucren el pensamiento no
reacciones confusas y ansiosas de aquellos cuyas suposiciones
I cotidianas se socavan de este modo, se cree que las suposicio­ implica que sean ficciones.
Hablando de forma más general, una crítica norma) que se
nes de la vida cotidiana se le harán evidentes ai experimen­
tador. hace a fichutz y a sus seguidores es que son demasiado inge­
nuos aceptando las suposiciones que hace el sentido común
I.a etnometodologia es de hecho tan significativa por sus
acerca del mundo de la realidad soda! intersubjetiva. La idea
” «Comunicando el Código». (N. <kt T.) de que el análisis de la conciencia cotidiana es la ruta que lleva

254 255
hacia el conocimiento social genuino parece implicar una fe in­ tales de la naturaleza de la sociedad humana. La etnoniciudo-
justificada en nuestras propias perspectivas que carecen de sen­ logía en particular es convincente cuando critica la ¡dea fun­
tido crítico. Los problemas epistedemológicos acerca de la ve­ ción a l-estructural de la «sociedad» como una realidad objetiva
racidad de tales suposiciones sencillamente se evitan. Esto tie­ que engulle al individuo en sus operaciones holísticas.
ne la peligrosa consecuencia metodológica de otorgar una es­ Como teorías de conjunto son, sin embargo, imconipleias.
púrea autoridad a las «observacciones» que hacen los practi­ No tienen en cuenta el surgir y resurgir de ciertos patrones so­
cantes de esta particular forma de investigación social cuyas ciales que son similares y que surgen de las interacciones de
intuiciones carecen de la esencial categoría científica de la ve­ los diferentes individuos que intentan dar sentido y moldear
ri ficabil idad. sus propias tudas particulares. Tenemos que preguntar, por
Ei mismo Schutz deja confusa la relación que existe entre las ~e(emplarpOT~q uc^los^hombre s- deci de n-prese ntar “sus “yoes“de'
ideas sobre el mundo que tiene el agente y las del científico ob­ una forma más bien que de otra, y si el intento de hacer algún
servador. El hecho de que las simbolizaciones pragmáticas de tipo de presentación es uno de aquellos elementos irreducibles
la vida cotidiana sean a veces instrumentales para una activi­ de la vida humana que encontramos en liobbes o Smtth. Te­
dad de éxito indica que pueden tener una validez objetiva que nemos que explicar por qué se utilizan ciertas estratagemas
trasciende el acuerdo interpersona!. Pero hasta dónde puede cuando se presenta el yo y cuando se construye la realidad y
llegar d científico social en su idea de obtener una verdad que por qué se elaboran unos tipos de suposiciones particulares y
es genuinamentc objetiva en el sentido de que como observa­ se crean patrones. Se necesita algún tipo de estudio de los as­
dor puede lograr una representación exacta de lo que sucede pectos que son relativamente fijos y continuos de diferentes
en k sociedad no se aclara nunca de forma completa. Sigue sociedades. ¿Se necesita aquí algún tipo de explicación fun­
existiendo una ambigüedad Crucial entre el uso que tiene lo cional ist a? ¿O nos encontramos de nuevo en el reino de los
«objetivo» para un punto de vista (de la persona que reflexiona rasgos subyacentes que son psicológicos o materiales y que se
dan de forma relativamente permanente en k especie humana?
sobre la conducta) y para un estatus epistemológico (para un
candidato a la verdad). La metáfora de la vida como drama o juego no nos ayuda en
No obstante, estos recientes desarrollos y las explicaciones esto.
que se han. hecho del enfoque fcnomcnoiógico de Schutz sobre El teórico social marxiano y otros que se preocupan de las
el estudio de la sociedad humana son en buena medida más tendencias que el desarrollo social tiene a gran escala y las
cuestiones generales de la causalidad social se darán cuenta de
ilustrativos, y en el nivel sociológico por lo menos, se basan
que preocupaciones tales como aquellas que tienen los etnome-
de forma más sólida en una evidencia empírica, que las espe­
culaciones que hacía la sociobiología y que vimos en d capí­ todóíogos en lo referente al estudio del andar, y fenómenos ta­
tulo V. Les falta, sin embargo, el poder explicativo general les como las «aperturas» V los «cierres» conversacionales, son
triviales v no tienen nada que ver. El énfasis que los interac­
que tendría un tipo de teoría hobbesiana como, por ejem­
cionistas simbólicos hacen de la presentación del yo puede des­
plo, la de bdmund Wilson si fuera congruente con los hechos
cartarse de forma similar diciendo que es una preocupación li­
de la vida social humana. El Interaccionismo Simbólico y
la etnametodología son plausibles cuando identifican algunos mitada que tienen los ideólogos académicos que se dedican
de los procesos de interacción que forman la cultura humana simplemente a resaltar los valores que tiene la sociedad de
considerada como un conjunto de valores y normas que se mercado enfatizando la publicidad y su Suposición de que
comparten parcialmente y que siguen abiertos a la modifica­ todo, incluyendo la personalidad humana, es algo que puede
ción y manipulación de individuos particulares en circunstan­ empaquetarse, presentarse y venderse. Describir lo que signifi­
cias particulares. Estos fenómenos son claramente fundamen­ ca para los convictos «comunicar el código», o incluso indicar,

2dü 2S7
siguiendo la tradición de Durkbeim, que llamar a alguien con­
victo es simplemente colgarle a ese alguien una etiqueta que
se considera socialmente conveniente, hace poco por explicar
por qué existen prisiones y qué puede hacerse para eliminarlas.
El hecho de que no se haya respondido, hasta ahora, de for­
ma definitiva a estas cuestiones, o que no existan incluso enfo­
ques con los que se esté de acuerdo, y el hecho de que coexis­
tan teorías diferentes sobre la sociedad como, por ejemplo, la
etnometodología y la socio biología, o el marxismo y el funcio­
nalismo estrutural, que muchas personas que están bien infor­
madas aceptan y consideran que son Intelectualmence respeta­
Lecturas recomendadas
bles, indican que este ámbito dei pensamiento humano sigue
L a versión m áa accesible de los escritos de Schutz es On Pbmotneno-
abierto a la conjetura y a la especulación. fagy and Social Rilnlms, O b ras Selectas, editadas co n una In tro d u cció n
de H elm ut R . W ag n er (U niversitv o f C hicago Press, C h ica g o y L o n ­
dres, 1970). P ara un estud io m ás exten so , véase Phmsomemhgy and So­
cial Rcaiity: Escayi m Memory oj A tfred Sckutz, ed. M. N atan so n (N ijhoff,
La Haya, 1970). A dem ás de las obras que se han indicado en el te x ­
to (p articularm en te EthnomtthoAolagf, editada por Roy T u m e r ), los es­
tudiantes del Interacción ismo Sim bólico y la p.tuorfieLtjdoiogta del u n
leer UndtTiíandmt Enzryáay Life, ed. J , D ouglas (A ld in e Publishing
C om pan )', C hicago, 1 9 7 0 } y Pbtomnienohyy and Soaotoyy, ¡id. T ilo m as
Lu ckm ann (P engu in B ook s, H arm ó n d sw orth y Nueva Y o rk , 1978).

I
¿5 ó 259
T ercera parte

CONCLUSIÓN

á
f

C apitulo X

Problemas sobresalientes

En este breve y concluyente capitulo no intentaré resumir


lo que ya ha tenido lugar anteriormente ni recomendaré que se
adopte un tipo de teoría o un enfoque en ves de otro. El obje­
to de seleccionar y discutir siete teorías de la sociedad humana
ha sido introducir al lector por lo menos a las principales op­
ciones que siguen abiertas a lo que sería el teórico social y
proveer así un marco de conjunto-referencia que le ayude a
hacer sus propias comparaciones y valoraciones. En el curso
de tales estudios críticos se repiten ciertos problemas que son
notables. Estos problemas son el sujeto-asunto de este capí­
tulo.
A estas alturas ya le será evidente al lector que es arbitrario
escoger sólo siete teorías de la sociedad humana como foco de
atención. Es cierto que me las he ingeniado para introducir si­
gilosamente bastante más que eso bajo el disfraz de «desarro­
llos» e, incluso entonces, sólo he podido mencionar algunos
que son históricamente muy importantes, como por ejemplo
Spencer y Pareto. Tampoco he podido incluir las teorías antro­
pológicas de Raddiffe-Brown, Malinowski y Claude Levj-
Strauss. |Muchos otros pensadores sociales y políticos que son
contemporáneos y cuyo trabajo merece atención no han sido
mencionados hasta ahora. La obra de George Hortmny F. A.
Hayek, Ralph Dahrendorf, Robert Merton, Louis Alrhusser y
Alvin Gouldner, por mencionar unos pocos, podrían haberse
t
263

i
incluido fácilmente si el espacio lo hubiera permitido. Sin em­ Un ejemplo clásico de esta dificultad es el debate concer­
bargo, ía selección que es sin duda alguna polémica de los siete niente a la «naturaleza» versus la «adquisición» en lo referente
teóricos que hemos elegido se ha hecho con d propósito de a la relativa importancia que tiene la herencia y el medio am­
ilustrar los enfoques más bien que para proveer un comprehensi­ biente en la determinación de la conducta y el carácter. Este es
vo estudio. Y si su objetivo tiene éxito entonces este libro de­ uno de los puncos de oposición que existen entre Hobbes y
bería ayudar al lector para que asimilase el trabajo de otros teó­ Durkheim (o entre Smith y Marx referente a ese problema).
ricos sociales relacionando sus ideas con algunas de las postu­ A pesar de la clara evidencia que existe sobre la diversidad
ras estándar que aquí se tratan.__________________ ___________ de-las -Costura bres. socia 1es v 1a eondueta imfividuaI, s ¡gue'siert~
Mantengo que se trata siempre de una excesiva simplifica­ do posible intentar dar cuenta de esta diversidad aunque
ción clasificar a cualquier teórico de individualista u bolista, de sea en términos de las diferencias {que, sin embargo, no se
positivista o interpretativo, de funcionalista o teórico de la ac­ han demostrado en gran parte) innatas que hay entre los indi­
ción, ya que las teorías no caen pulcramente dentro de las cajas viduos y los grupos que se han formado a través de las di­
a las que se les ha colocado la etiqueta de conflicto o consenso, ferentes circunstancias históricas. No es difícil contraatacar la
materialista o idealista, descriptiva o normativa. Pero es útil evidencia de la diversidad eligiendo algunas de las similitudes
hacer un cierto tipo de en casi IIamiento que nos sirva de prime­ que existen entre los acuerdos sociales que pertenecen a socie­
ra fase para orientarnos hacia cualquier conjunto de ideas so­ dades diferentes como la evidencia de una uniformidad que sub-
ciales y-políticas, y tener conciencia de las fuerzas y debilidades yacc a la construcción humana. Está claro que ningún simple
que tienen estos «tipos ideales» de teorías deberían de haber conjunto de observaciones empíricas establecerá tal empresa,
hecho que nos preguntáramos por el tipo apropiado de pre­ pero de igual forma los estudios que son claramente específi­
guntas. cos como, por ejemplo, los que se han hecho sobre la conducta
Como procede ¡a clasificación que se hace del criticismo, e! de los gemelos que son idénticos y que se han educado en en­
estudiante de las teorías sociales debe aprender a distinguir en­ tornos diferentes (¿pero hasta qué punto diferentes?) están rela­
tre las deficiencias remediables de detalle y las inadecuaciones cionados con la discusión. En último término, depende mucho
más fundamentales cuando elabora un enfoque de conjunto y de cómo analicemos conceptos tales como lo innato y lo natu­
un modelo de sociedad. Si Durkheim se equivoca en algunos ral, y qué similitudes y diferencias consideremos que son signi­
de sus hechos sobre la religión aborigen esto no tira por tierra ficativas. Estos problemas no pueden establecerse sólo a través
toda la teoría funcíonalista de la religión, y si las predicciones de la observación.
que Marx hizo del derrumbamiento inminente del capitalismo El debate que trata el problema de la naturaleza versas ad­
en el siglo xix han sido falseadas por los acontecimientos, esto quisición puede hacer que nos indinemos a adoptar la línea se­
no socava necesariamente el valor que tiene enfocar el cambio gún la cual decidirse por la «mejor» teoría social es un proble­
histórico en términos de conflicto ecónomico de dase. La ma que significa adoptar algún tipo de compromiso entre los
exactitud empírica de algunos estudios particulares es sólo extremos. Seguramente el punto de vista correcto en lo refe­
una refutación indirecta de sus suposiciones factuales más rente a este problema es que la vida social depende en parte de
amplias acerca de la naturaleza humana y de la sociedad y la naturaleza y en parte de la adquisición, siendo d problema
puede que sean de poca importancia en lo referente a la validez determinar cuál es d equilibrio correcto que hay entre los dos
que tiene la metodología que se esté utilizando. Una dificultad tipos de entradas. De forma parecida podemos suponer que los
es saber hasta qué punto cuenta de manera decisiva la acumu­ compromisos pueden darse entre e! individualismo y el tialis­
lación de una evidencia empírica contra los postulados básicos mo o ente las teorías del conflicto y el consenso, y que nuestra
de una teoría. tarea es decubrir, por ejemplo, hasta dónde puede estar libre

264
de valor ¡a ciencia social. De este modo podemos esperar lle­ levante a favor o en contra de una hipótesis sociológica. Un
gar a una amalgama teórica que combine elementos de cada marxista puede descartar las aserciones que hace un capitalista
tipo ideal. y que según las cuales está motivado por la benevolencia que
No hay, sin embargo, ninguna razón a príori que haga que la siente hacia sus empleados a quienes considera como si fueran
verdad deba ser algo que se parezca a tener que firmar un con­ miembros de su propia familia. Un durkheimiano puede esfor­
trato entre los puntos de vista que corrí piten, entre sí. Por tér­ zarse por reinrerprctar que tales pretensiones son expresiones
mino medio, las opiniones no gozan de una buena reputación de alguna norma secular compartida y que es funcional para la
en la historia del pensamiento h (Imano. Tampoco existe nin­ cohesión de esa sociedad.
guna forma evidente de seleccionar de torma imparcial los ___ Ciertos_teóri eos-de-i a- aeeión-,-porotra-parte7_se_com promeE
“P'ü'n'tOTTlé- vista entre los que hay que negociar los compromi­ terían a aceptarlas como puntos de vista perfectamente válidos
sos. Si existe algo en la idea de que las perspectivas sociales es­ que necesitan incorporarse a la teoría social sin justificarse o re­
tén infinidas por las consideraciones ideológicas, entonces ducirse a alguna otra cosa. No hay ninguna solución simple
la popularidad no es ninguna señal de validez en teoría social. para este tipo de desacuerdo radica!.
No obstante, los mismos puntos que cuentan contra la teoría Quizás la tensión inás intratable es aquella que existe entre
del «metilo» moral de Aristóteles nos previenen de optar por l;¡ verificabilidad y la inteligibilidad. La persecución de lo «ob­
cualquier postura de consenso que sea fácil. len vo» en d sentido de datos científicos observables es la obse­
F,n cualquier caso, se duda si algunas suposiciones funda­ sión constante de aquellos teóricos sociales que anhelan la ctr-
mentales aceptan mucho lo reterente al compromiso. Una vez icza y la respetabilidad intelectual de las ciencias naturales.
que se admite, por ejemplo, que las elecciones libres de ios I sta meta si que ofrece la mejor perspectiva para escapar de los
individuos tienen unas consecuencias significativas para la peligros de la tendencia ideológica, pero como método tiende
naturaleza v funcionamiento de las instituciones sociales, .( distorsionar la realidad social tal y como se experimenta real­
todo el enfoque positivista de la historia se socava, ya que en­ mente. Lo visible y lo mensurable se seleccionan por su con­
tonces no se podrá saber nunca si un aspecto particular de la veniencia metodológica, tengan o no significación humana.
evidencia es la refutación de una ley causal o una instancia de I’oí otra parte, el simple análisis que se hace de la experiencia
la elección humana incausada. De Forma similar, una vez que '"cía! desde el punto de vista subjetivo carece de comproba­
se admiten los juicios de valor en lo referente a la sustancia del ción, y puede que incluso 1c falte poder explicativo, a pesar de
teorizar social es difícil ver cómo puede reconciliarse esto con mi «inteligibilidad» inmediata. Conocer las razones que la gente
el positivismo sin distorsionar la naturaleza de los juicios de Heríe para hacer lo que hace es siempre informativo y puede
valor o la noción que se tiene de la verdad científica. Y la fala­ que sea ilustrativo, pero puede que deseemos obtener aun una
cia naturalista sigue siendo el talón de Aquiles de todos los in­ i-qilicación de ¡a repetición y potencia de estas razones,
tentos que se hacen para restablecer el enfoque de la ley natu­ \l reflexionar sobre la historia del pensamiento social es difí-
ral en lo referente a la ciencia social, ■i! vibre si aquellos que enfatizan el punto tic vista subjetivo y
E incluso si se excluyen los juicios de valor de la ciencia so­ i imción de ía acción significativa lo hacen desde una convic-
cial nos enfrentamos aún al problema de tener que decidir lo ....... 'dualista y porque creen que esto nos proporciona una
que constituye una buena explicación en ciencia social. ¿Es o ■.a .1 i Ir confianza para obtener la explicación de los fenómenos
no es importante que una teoría esté de acuerdo con las inter­ i-di■' de Jn que ao dispone d científico natural que es menos
pretaciones subjetivas de aquellos que están implicados? Ningu­ *i' vr ni Mili >. o se trata simplemente del problema de contentar-
na evidencia empírica establecerá esta cuestión y, sin embargo, " ion una segunda que es científica y mejor llenando asi el va-
de su solución depende !o que ha de contar como evidencia re­ ’ <f‘ ■u .nlu ptr la casi total ausencia de unas leyes sociológicas

zno 267
que han sido demostradas. Para algunas personas las razones intelectuales que son realmente divisivas en teoría social sean
puede que no sean tan sociológicamente definitivas como las inherente;, e indeleblemente discutibles ; m s o iu b lc s en ta n ­
causas, pero son por lo menos mejor que nada. Para otros el to personas que están igualmente bien informadas, y que son
conocimiento de las motivaciones humanas y las intenciones imparciales e inteligentes, puedan estar razonablemente en de
nos ofrece un estudio de los fenómenos sociales que es bastan­ sacuerdo con ellas.
te más fundamental que el que podríamos tener de los aconte­ En cualquier caso puede que sirva de ayuda concluir este li­
cimientos naturales. bro indicando algunos puntos sobre algunos de los problemas
Hablando de forma más general, la elección, que se hace en­ filosóficos perennes que tratan el problema de tener que elegir
tre d positivismo y el interp relativismo sigue siendo en gran entre los enfoques que compiten en teoría social. Los tres pro-
-parte-Wasta-la-fecha-un-asunto de ferbos'conrinuordesactjeTdoT" T)le más que están relacionados al respecto son: 1) d libre albe­
radicales que existen entre, por ejemplo, los marxistas que se drío venas el determinisrno; 2) la naturaleza de la explicación,
sierran a la dimensión económica de los procesos sociales y 3) la objetividad de los juicios de valor.
come causa principal, y aquellos positivistas que tienen una El determinisrno es la teoría según la cual todo aconteci­
tendencia más idealista y atribuyen una fuerza, independiente a miento (induyendo todo pensamiento humano y toda acción)
los factores morales y religiosos, o las controversias que hay está causado. Esto implica la idea de que cualquier cosa que su­
entre aquellos que valoran lo biológico por endma de los fac­ ceda tiene que suceder y no puede suceder de otra forma a me­
tores psicológicos o sociológicos elaborando el análisis causal nos que los acontecimientos y condiciones que la causan sean
de la conducta, pueden considerarse como una indicación de diferentes, fis obvio que tal teoría está de acuerdo con el pro­
una ciencia inmadura tal y como lo mantiene Thornas Kuhn grama positivista para explicar la conducta humana en térmi­
en L a estructura de las remlueiows científicas (Colección Brevia­ nos de regularidades causales. Por contraste, la doctrina dd libre
rios, F.C.E., 1979). Pero estos desacuerdos también pueden albedrío defiende que al menos algunos acontecimientos, a sa­
considerarse como el resultado inevitable de la persecución de ber, las elecciones humanas, son incausadas y, por tanto, li­
un objetivo intelectual que está descaminado. En esta situación bres, ya que no exite ningún conjunto de circunstancias pree­
es igualmente racional continuar por el camino positivista an­ xistentes que obligue a una persona a que se decida por una
ticipándose al éxito científico que es eventual con el modelo de elección más que por otra.
las ciencias naturales, o adoptando criterios alternativos de La fuerza que tiene la postura del libre albedrío (o libertaria)
adecuación explicativa. es la de que, como indica Schutz, implica la inquebrantable su­
La intención de estas observaciones es indicar la naturaleza posición de que la gente hace sus elecciones y actúa intencio­
filosófica de muchos de estos problemas que siguen siendo so­ nadamente. Cuando actuamos para hacer algo creemos que po­
bresalientes después del examen que hemos hecho de las teo­ dríamos actuar de otra forma si así b eligiéramos. Pero igual­
rías de la sociedad humana. Estos problemas son filosóficos mente cuando observamos los fenómenos e intentamos expli­
porque no existe realmente nada con lo que puedan establecer­ car cualquier acontecimiento, humano o de otro tipo, nos da­
se apelando a los hechos observables o a las teorías que puedan mos cuenta que es difícil (particularmente en una época cientí­
comprobarse, sino que siguen siendo, no obstante, tópicos fica) que no supongamos que tiene una causa. La rápida res­
apropiados de discusión racional. Quizás con el tiempo se ha­ puesta de la postura libertaria total es decir que esto no puede
rán evidentes otras soluciones con el desarrollo de la ciencia demostrarse porque no es posible investigar todos los aconte­
social (aunque existirá siempre el peligro de conformarse en cimientos para ver si están causados, pero el determinista puede
teoría social con un consenso que se base en factores ideológi­ argüir en su defensa el constante progreso de la ciencia descu­
cos mis bien que en racionales). Pero puede que las cuestiones briendo más y más leyes causales que le sirven de fundamento

2f>H 2(í9
1
teoría causal ya que d conocimiento de ¡as regularidades cau­
para aferrarse a la suposición de que todos los acontecimientos
sales hace que podamos predecir futuros acontecimientos
tienen causas.
Para la teoría social el argumento se centra en la noción de Pero la conducta racional es también previsible. La gente ra­
acción social. El libertario insiste que sólo la creencia en el li­ cional sigue reglas; y consideran que una buena razón en una si­
bre albeldríb es compatible con las suposiciones cotidianas que tuación particular sigue siendo una buena razón en todas las
tenernos acerca de la responsabilidad que los hombres tienen situaciones similares. Esto les lleva a hacer el mismo tipo de
de sus actos. Sería irracional, sostiene, culpar o alabar a al­ respuesta para situaciones semejantes. Además, casi toda ia gen­
te se sorprendería si supiera que tales regularidades están cau-
guien por sus acciones si no pudo comportarse de otra forma:
el determinismo-y-Ja-tesponsabilidad son nocíones incompatú— _ salmente-determinadas-si-estojmplícEtse'qüedá'consistencia rlñ”
bles. Por d contrario, responde el determinista, sólo si pode­ cional conduce a la necesidad causal. La mayoría de nosotros
mos creer que las acciones de un agente son las suyas propias, da por supuesto que podríamos quedamos en la cama por la
y esto significa que están causadas por algo que se da en él, tie­ mañana aunque decidiéramos, con buena razón, no hacerlo.
ne sentido hacerle responsable. ,Si los actos son incausados cn- Desde luego esto no demuestra que seamos de hecho libres,
pero el libertario puede, apelando al concepto de acción racio­
loces son producto del axar, y es irracional culpar o alabar a la
gente por el resultado de sus decisiones. Es cierto que no po­ nal, proveer un estudio alternativo de la regularidad de la con­
demos espetar alterar la conducta a través de la culpa o la ala­ ducta humana y socavar así uno de los principales puntos del
determinista.
banza, o el premio y el castigo, si los hechos no están abiertos
a una influencia causal. Así, muchos deterministas adoptan la Depende mucho, sin embargo, de lo que esté implicado en
el concepto de acción racional, y esto nos lleva a nuestro se­
postura que Hobbes indica en ! .uñalhau (cap, 21) v defienden
gundo problema filosófico que es intratable, a saber, la natura­
que la libertad y la necesitad son compatibles y que los hom­
leza de la explicación. El único rival real del modelo de expli­
bres pueden ser libres del mismo modo que una piedra que cae
cación causal que tiene el positivista es aquel que apela a la in­
es líbre cuando nada k impide su movimiento.
El libertario no se deja impresionar por la noción de la cau­ teligibilidad de la acción, un asunto del que, como hemos vis­
salidad del yo ya que ello no deja lugar a la creencia de que un to, se ha estudiado mucho por los teóricos de la acción. Para
individuo puede actuar, al menos algunas veces, de forma dife­ ofrecer un contraste que haga realmente distintivo las ciencias
rente aunque todo lo demás hubiera sido igual. Tampoco acep­ naturales y las sociales se necesita trascender la contienda que
ta que un acto incausado tenga que ser azaroso ya que los trata el problema de que los seres humanos son conscientes de
los motivos de sus acciones. El hecho de que podamos profun­
hombres deciden las razones y la razón es lo opuesto al capri­
dizar en la ocurrencia de los deseos que nos mueven a actuar
cho o al azar.
Aquí nos encontramos ame un callejón sin salida y al mis­ parece abrimos un camino para explicar la conducta humana
mo tiempo ante una posible explicación de por qué el debate del que no dispone el científico natural en su estudio de las en­
tidades inanimadas. Pero la introspección puede tratarse sim­
que surge entre el libre albedrío y el determinismo no puede
resolverse a través de la observación empírica: la regularidad plemente de una forma de identificar las causas de la acción.
Observando que los deseos de cierto tipo (por ejemplo el ham­
de la conducta podría. ser el resultado de una elección racional
bre) siempre preceden a las acciones de cierto tipo (por ejem­
o de factores causales. Dentro de limitadas circunstancias po­
plo el comer) podemos concluir que el hambre causa que los
demos predecir roscamente una buena parte de la conducta
hombres coman. Pero aquí no se da nada que sea diferente, en
humana: podemos estar, por ejemplo, razonablemente seguros
principio, de la explicación causal de los acontecimientos no hu­
de que casi todo el mundo se levantará por la mañana y se
acostará por la noche. Puede que esto parezca que favorece Ja manos. 1.a única diferencia es que poseemos, ene! caso de la con-

. 271
d um humana, una manera especial (la introspección de hacer las Algunos se atreverían a decir que no podemos comprender
observaciones en las que se basan las generalizaciones causales. una creencia que no compartimos, Esto hace que la compren­
sión del cruce cultural sea virtual mente imposible.
La alternativa germina al tipo de explicación causal es la te­
sis según la cual, cuando actúan, los hombres eligen entre Muchos otros aspectos de la filosofía de la explicación social
unos objetivos, basándose en criterios, aparte de la fuerza relati­ requieren que se Ies investigue. He hablada sólo un poco, ¡>or
ejemplo, del controvertido estatus que tienen las explicaciones
va que tienen sus deseos existentes, y adoptan los métodos que
funcionales, pero la naturaleza problemática de los tópicos que
creen que les van a ayudar con éxito para alcanzar estos objeti­
ya se han mencionado es suficiente, porque la complejidad sur­
vos. Tratándose de esta teoría, los hombres recurren al conoci­
ge de nuevo cuando consideramos nuestro tercer_tópico-filosó—
miento que poseen dd funcionamiento del mundo ['incluyendo,
heo, la discutible objetividad de los juicios de valor.
su conocimiento causal) y a la percepción que tienen de las cir­
El determinista convencido, cuando se enfrenta al análisis
cunstancias en las que se encuentran, seleccionando así los
medios para los fines que han elegido libremente. El vislumbre de la acción que desarrolla d libertario apoyando así una for­
básico que tiene lugar aquí es que siempre es inteligible y ex­ ma interpretativa de explicación causal, puede que siempre
plicativo decir que una persona actuó como lo hizo porque adopte la postura hobbesiana que intenta reducir los procesos
pensaba que esto tendría los resultados que deseaba ver reali­ del pensamiento y la elección a términos mecánicos y, por tan­
zados. H1 «porqué» aquí no es causal. No se supone que cuan­ to, causales. Pero las elecciones conscientes y deliberadas, par­
tío los hombres actúen racionalmente tengan que hacer lo que ticularmente las decisiones morales que se han hecho de forma
hacen. Tenemos, por tanto, una forma de explicación que es reflexiva, se encuentran entre los tenórnenos humanos más re­
mtclecrualmtince satisfactoria, pero no causal. calcitrantes que resultan de tal reduccionismo mecanicista. La
Si enfatizamos d problema de por qué una persona adopta experiencia de llevar a cabo realmente unas decisiones morales
unos fines particulares puede que sea bastante satisfactorio es difícil de reconciliar con la idea de que siempre actuamos de
mantener que éstos son de un tipo con el que estamos familia­ acuerdo con nuestro deseo que es más fuerte, ha mayoría de la
rizados, Saber que una persona está actuando, por ejemplo, gente cree, al menos algunas veces, que deben hacer cosas que
no desean hacer, y actúan a menudo en base a tales creencias;
para obtener comida, o reconocimiento, o descanso, puede que
nos explique sus acciones porque sabemos lo que significa de­ parece que ía tentación puede resistirse. Pero si podemos saber
sear estas cosas. Y ni la satisfacción intelectual ni la verdad de lo que está bien y es bueno y si podemos actuar a veces basán­
tales explicaciones requiere que se suponga que la gente no donos en tal conocimiento entonces el determinismo y el posi­
puede adoptar, aunque sea de igual forma, otros objetivos que tivismo son vulnerables.
No obstante, si los valores morales son independientes de
sean familiares y, por tanto, inteligibles. La debilidad de esta
postura es que la familiaridad elimina sólo la necesidad psico­ las decisiones humanas y los juicios morales pueden ser verda­
lógica, no la intelectual que fomenta las explicaciones. deros o falsos igual que los enunciados, de hecho pueden ser
verdaderos o falsos, entonces esto provee la base de un tipo
Es cierto que existen [imitaciones del ámbito que tienen ta­
importante de explicación interpretativa de la conducta huma­
les explicaciones interpretativas poique este método no fun­
na (porque entonces debe considerarse racional hacer lo que
ciona tan bien, si es que en realidad funciona, cuando intenta­
está bien y elegir lo que es bueno). Además, creer en la objeti­
mos comprender la conducta de tos que viven en culturas muy
vidad de los valores morales nos anima a incorporar los juicios
diferentes a la nuestra. Nos es difícil, por ejemplo, aceptar lo
de valor en la teoría social.
que consideramos que son creencias supersticiosas e ingredien­
Si, por otra parte, los juicios morales no son nada más que
tes satisfactorios de una explicación sociológica porque no po­
expresiones de los deseos humanos y emociones, entonces es
demos entrar en elia y comprender, por tanto, tales creencias.
273
más Fácil que se considere que nuestras convicciones montes
son can di da tas de la explicación causal más que un marco
de referencia de las explicaciones interpretativas. Además, el
subjetivismo en la moral es una de ias principales justificacio­
nes que se hacen para intentar la difícil tarea de hacer que las
teorías de la sociedad estén libres de valor. La mera preferen­
cia personal está manifiestamente fuera de lugar cuando se
realiza un estudio académico que sea objetivo.
No existe, sin embargo, ninguna cuestión más abierta en fi­
losofía que la de la epistemología o el valor de verdad de los ________ __Lecturas—recomendadas__________
juicios morales. Por una parte se discute que el discurso mora!
tiene muchos rasgos similares con las formas de habla que uti­ E xisten m uchos libros excelentes sobre !a filosofía ríe la cien cia so­
cial. A dem ás de los ya m en cion ad os (véanse págs. 311 v 6 7 ) , v éan se
lizamos cuando hacemos enunciados factuales (por ejemplo, se
M. R rodbeck, Readings in thePhilosophy uj'SocialSciences (M acm illan , L o n ­
supone que los juicios morales que son conflictivos se contra­ dres, 1 9 6 8 ) , A . R yan , The Philosophy o f Social Sciences (M acm illan , L o n ­
dicen entre sí), y sigue siendo la firme convicción de la mayo­ dres, 1 9 7 0 ) y H . P . R ickm an, U n derstanding and the H um an Studies
ría de la gente que por lo menos algunos tipos de conducta de­ (H ein em an n , L o n d res, 1 9 6 7 ), Ryan ha editado también una útil selec­
ben aceptarse como buenos o malos por todo ser racional. ción de ensayos, The Philosophy of Social Explanation (O x fo rd U n iversity
(íN o es cierto que cualquier persona que esté cuerda conside­ Press, Lond res, 1 9 7 3 ). V éanse tam bién R o g er R echler y Alan ií.
rará, por ejemplo, que matar a una persona inocente es malo, o Drcngs'on (ed$.)„ The Philosophy ¡a Society (M ethuen , L o n d res, 1 9 7 6 } y
pensar que cuando se dice que el asesinato es malo no significa Charles VCL Sm ith, A Critique of Sociological Reasoning (Blackw ell, O x ­
natía más que expresar que se tiene un fuene sentimiento de ford, 1 9 7 9 ).
Sobre ios tópicos filosóficos más generales, véanse las o b ras de P c-
aversión hacia ello?
rcr W in ch , The idea of a Social Science (R ou tled ge, L o n d res, 1 9 5 8 ),
Por otra parte, la inextirpable naturaleza del desacuerdo A nthony K en n y , Will, Freedom and Pram (Blackw ell, O x fo rd , 1 9 7 5 ) ;
moral que existe entre personas que esrán igualmente informa­ R . M. H are, Freedoms and Reasoit (O xfo rd U niversity Press, O x fo rd ,
rlas y son imparciales, la evidencia que tiene la diversidad de 1 9 6 3 ) y j . L- iMackic, Ethics (Penguin B ook s, H aim o n d sw o rth , 1 9 7 7 ),
las creencias morales en sociedades diferentes, clases y perio­
dos históricos, y la dificultad intelectual que implica aclarar
que tipo de valores podemos hacer sobre la realidad objetiva,
todo esto se combina produciendo el escepticismo acerca de la
verdad y la falsedad moral.
listos argumentos deben considerarse por todos aquellos que
estudian la naturaleza de la conducta humana y, por tanto, de
la sociedad humana, fin este capítulo no he podido hacer ape­
nas nada más que enfatizar la importancia que tienen unos
cuantos problemas filosóficos que son fundamentales para el
estudio de la teoría social. Id hecho de que debamos terminar
aquí, al borde de tales problemas que son en su mayor parte
intelectuales, indica tanto la gran extensión así como el interés
que tiene la tarea de teorizar sobre la sociedad humana.
275
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Colección Teorema
Serie menor

T IT U L O S P U B L IC A D O S

A d o rn o , T h e o d o r , S o b re W a lter B e n ja m ín .
A lD U fíJE V iC Z , f í a z i m i e r z , In tr o d u c c ió n a la filo so fía . E p i s t e ­
m o l o g í a y m e t a f í s i c a ( 3 . a e d .) .
B A D i a u , . A i a i n , M a n ifie s t o p o r la filo s o fía . __________________ __________
B A R N E S , J o n a t h a n , A ristó teles ( 3 . a e d . ) ,
B A R R É RE, J e a n - J a c q u e s y R o c U e , C h r i s t i a n , E l es t u p id ia r io
d e los filósofos.
I'.A R T H f.s, R o l a n d , S a d e, E Olivier, L o y o la .
B E A R D S L E Y , M o n r o e C . ; H o s p e r s , J o h n , E stétic a . H i s t o r i a
y f u n d a m e n t o s ( 1 1 . a e d ,),
Ben n in g t o n , G e o ffre y y D e r r id a , J a c q u e s , Ja cq u e s D errid a .
B L A C K , M a x , I n d u c c ió n y p r o b a b ilid a d ( 2 . a e d ) ,
B o b b io , N o r b e r t o , E l te rc ero a u sen te.
B o D E N , M a r g a r e t , P ia g e t ( 3 . “ e d . ) ,
B O O L E , G e o r g e , E l análisis m a tem à tic o d e la ló g ica ( 2 . a e d . ) .
B u b Ne r , Riidigér, L a filo so fía alem a n a c o n tem p o rà n e a (2.a e d .) .
C a m pbell , T o m , S ie t e teorías d e la s o c ie d a d ( 5 . a e d .) .
C o u lo n , A l a i n , L a e t n o m e t o d o h g ia ( 2 .a e d . ) .

I
D eleu ze , G i l l e s , E l b erg so n ìsm o ( 2 . a e d . ) .
— , L a filo s o fia c ritic a d e K a n t.

i D esco m bes, V i n c e n t , L o m i s m o y lo otro. C u a r e n t a y c i n c o


a n o s d e f i l o s o f í a f r a n c e s a ( 1 9 3 3 - 1 9 7 8 ) ( 3 . a e d .) .
E a c LETO N , Terry, W alter B e n ja m in o h a c ia un a c r ít ic a r e v o ­
lu cio n a ria .
Fern á n d ez - M a r t o REl l , Mercedes, A n tro p o lo g ía d e la c o n ­
1 v iv en cia .
F eyera ben d , P a u l K ., D iálogo sobre el método.
— -, D iá lo go s d e l co n o cim ie n to .
F J . ; J a r v i s , J . ; T o o l e y , M . y W e r t h e i m e r , R , ; D eb ate
in n is ,

sobre ei aborto. C i n c o e n s a y o s cíe f i l o s o f í a m o r a l ( 2 . a e d .) .


F ü D O R , J e r r y , J a explicación psicológ ica ( 2 . a e d .) .
G a d a m e r , Hans Georg, L a D ia lé c t ic a d e H e g e l (4.a e d . ) .
G í D D EN S , A . y o t r o s , H a b e r m a s y la m o d e r n i d a d ( 3 . a e d . ) .
G u éry , Francois; D el eu le , Didier y O sm O, Pierre, C o m e n ­
ta rio d e textos d e filo so fía (2.a ed.).
S

!i^ 1
H a r tn a c k , J u s t u s , B r e v e h isto ria d e la filo so fía ( S3 2 c d . } .
— , L a teo ría d e l c o n o c im ie n t o d e K a n t ( 8 2 e d .) .
K en n Y, A n t h o n y , I n t r o d u c c ió n a L ie g e .
K o lako w -'SKI, L c s i e k , L a filo s o fía p o sitiv ista ( 3 2 e d . ) .
L ak OFH, G e o r g e y J O H N S O N , M a r o , M etá fo ra s d e la v id a c o ti­
d ia n a ( 4 . a e d .) ,
L e v in a s , E m m a n u e l , D i o s , la m u e r t e y e l t ie m p o ( 2 2 e d . ) .
L é v i-S t r a u s s , C l a u d e , R a z a y c u ltu ra ( 2 2 e d . ) .
L yo takd , j e a n - F r a n ç o i s , P e r e g rin a c io n e s .
M u r e . G . JLJS5..-L<ufilosofíd-de-H nge!!-}-?-£Ú i):
N id d it c h , P. H . , E l desaiTollo d e ¡a ló g ic a m a tem á tic a ( 5 . a c d , ) .
Pa r k er , B a r r y , E l su eñ o d e E in s t e in ( 2 . a e d ,) .
P a u lo s , J o h n A , , P ien so , lu e g o río ( 3 . a e d .) .
P U T N A M , H i l a r y , C ó m o renovar- la filo so fía .
R o s s , D a v i d , L a teo ría d e las id ea s d e P latón ( 4 , 3 e d . ) .
R u ssell , B e r t r a n d , E l c re d o d e l h o m b r e lib re y otros ensayos.
— -, S o c ie d a d h u m a n a : É tica y p o lític a ( 4 2 e d .) .
Se a r i .e , J o h n , M en tes, cer eb ro s y c ie n c ia ( 3 / e d . ) .
Se r r es , M i c h e l , Atlas.
Sm , R a y m o n d , 5 .0 0 0 añ os a. d e C . y otras fa n ta sía s f i ­
u elya n

losóficas ( 2 . a e d .).
— , A lic ia e n el p a ís d e las a d iv in a n z a s. U n c u e n t o a l e s t i l o d e
L e w i s C a r r o l p a r a n i ñ o s d e m e n o s d e o c h e n t a a ñ o s ( 5 .a c d . ) .
-— -, -,C ó m o s e llam a este lib r o ? E l e n i g m a d e D r á c u l a y o t r o s
p a s a t i e m p o s ló g ic o s ( 1 2 2 e d .).
— -, L a d a m a o e l tig r e y o t r o s p a s a t i e m p o s l ó g i c o s ( 6 . a c d . ) ,
St e v en so n , L e s l i e , S i e t e t e o r ía s d e la n a t u r a l e z a h u m a n a
( 2 1 . a e d .) .
S ro ve, D a v i d , E l culto a P latón.
T e ic h m a n , J e r m y , E t ic a social.
V a t t im o , G .; R o v a t t í, P. A , ( e d s .) , E l p en sa m ien to d é b il ( 3 . a e d .).
V ir il io , P a u l , E l c ib c r m n n d o , la p o lític a d e lo p e o r ( 2 . a e d .) .
W e in b e r g , J u l i u s , B re v e historia d e la filosofía m e d ie v a l ( 2 . a e d .).
W il l ia m s , B e r n a r d , D es ca rtes . E l p ro y e cto d e la i n v e s t i g a ­
c ió n p u ra .
— , I n t r o d u c c ió n a la é tica ( 4 . a e d , ) .
W o lp , M a u r o , S o cio lo gía s d e la v id a c o tid ia n a ( 3 . a e d . ) ,
W O O D CO CK , A le x a n d e r y D a v is , M o n t e , T eo ría d e las ca tá s­
tro fes ( 3 . a e d .).
Z am bk an o , M a r í a , E l p e n s a m ie n t o v iv o d e S é n e c a ( 2 2 e d . ) .

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