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Farmacología y su aplicación

La farmacología se puede definir como el estudio de sustancias que interactúan con los
sistemas vivos a través de procesos químicos. Estas interacciones generalmente ocurran por
la unión de las sustancias a las moléculas reguladoras y la activación o inhibición de los
procesos corporales normales. Estas sustancias pueden ser productos químicos
administrados para lograr un efecto terapéutico beneficioso en algún proceso que se
desarrolla en el paciente o por sus efectos tóxicos en los procesos regulatorios en la
infección del paciente por parásitos. Dichas aplicaciones terapéuticas pueden considerarse
en el desempeño apropiado de la farmacología médica, que a menudo se define como la
ciencia sobre las sustancias utilizadas para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades.

Para entrar un poco en materia, se deben de tener claros algunos momentos históricos que
involucran a la farmacología, es decir, en algunas etapas prehistóricas los individuos sin
duda reconocieron los efectos beneficiosos o tóxicos de muchas materias de origen vegetal
y animal. Los primeros registros escritos enumeran remedios de muchos tipos, incluidos
algunos que aún hoy se reconocen como medicamentos útiles.
En los últimos 1500 años se hicieron intentos esporádicos para introducir métodos
racionales en la medicina, pero ninguno fue exitoso debido al predominio de sistemas de
pensamiento (“escuelas”) que pretendían explicar toda la biología y la enfermedad sin la
necesidad de la experimentación y la observación.
A finales del siglo XVII la confianza en la observación y la experimentación comenzó a
reemplazar a la teorización en fisiología y medicina clínicas. A medida que el valor de estos
métodos en el estudio de la enfermedad se hizo evidente, los médicos de Gran Bretaña y
del continente comenzaron a aplicarlos a los efectos de los fármacos tradicionales utilizados
en sus propias practicas. Así, la materia médica –la ciencia de la preparación de fármacos y
sus usos médicos– comenzó a desarrollarse como precursora de la farmacología.

Unos de los principios generales de la farmacología, es propiamente la naturaleza de los


fármacos, es decir, en el sentido mas general, un fármaco puede definirse como cualquier
sustancia que provoca un cambio en la función biológica a través de sus acciones químicas.
En la mayoría de los casos, la molécula del fármaco interactúa como un agonista (activador)
o antagonista (inhibidor) con una molécula blanco específica que desempeña un papel
regulador en el sistema biológico. Dicha molécula objetivo se conoce como receptor.
Para interactuar químicamente con su receptor, una molécula de fármaco debe tener el
tamaño, la carga eléctrica, la forma y la composición atómica adecuados. Además, un
fármaco a menudo se administra en un lugar distante de su sitio de acción previsto, por
ejemplo, una píldora administrada por vía oral para aliviar un dolor de cabeza.
Por tanto, un fármaco útil debe de tener las propiedades necesarias para ser transportado
desde su sitio de administración a su sitio de acción. Finalmente, un fármaco práctico debe
ser inactivo o excretado del cuerpo a una velocidad razonable para que acción tenga la
duración adecuada.
Por ultimo, cabe mencionar las interacciones cuerpo-fármaco, que van a ser dichas
interacciones que se podrán dividir convenientemente en dos clases. Las acciones del
fármaco en el cuerpo se denominan farmacodinámicos, estas propiedades determinan el
grupo en el que se clasifica el fármaco y desempeñan un papel principal a la hora de decidir
si ese grupo es el tratamiento apropiado para un síntoma o enfermedad en particular. Por
otro parte, las acciones del cuerpo sobre el fármaco se denominan procesos
farmacocinéticos, dichos procesos rigen la absorción, distribución y eliminación de
fármacos y son de gran importancia práctica en la elección y administración de un fármaco
particular para un paciente específico, por ejemplo, un paciente con una insuficiencia de la
función renal.

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