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Como noción general se dice que los tributos son "las prestaciones en dinero que el Estado
exige en ejercicio de su poder de imperio en virtud de una ley y para cubrir los gastos que
le demanda el cumplimiento de sus fines
El impuesto:
. CARACTERÍSTICAS ESENCIALES
TASA
CARACTERÍSTICAS ESENCIALES
La noción de tasa conceptúa que su hecho generador "se integra con una actividad que
el Estado cumple" y que está vinculada con el obligado al pago.
Se afirma que dentro de los elementos caracterizantes de la tasa se halla la circunstancia
de que "el producto de la recaudación sea exclusivamente destinado al servicio
respectivo".
- Tasa Jurídicas:
- Tasas Administrativas:
Por inscripción de los registros públicos (registro civil, del automotor, prendario, etc.) 4
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
A mediados del siglo XIX y bajo el imperio de las ideas liberales, los sistemas
tributarios de los diversos países asumen determinadas características con predominio
de los impuestos de tipo objetivo; dichos impuestos de tipo objetivo no consultan la
capacidad tributaria.
Venezuela como unos de los principales países exportadores de petróleo obtenía sus
ingresos de este, por lo que no le había tomado real importancia a las tributaciones,
considerándose como uno de los países con más baja carga impositiva.
Desde hace algunos años los ingresos provenientes de los recursos petroleros se
hicieron insuficientes y cambiantes. Por lo que el Gobierno en los últimos periodos han
buscado otras formas de financiación que le sean más efectivas.
En este sentido, y desde hace algunos años, se inicio en nuestro país un esfuerzo de
modernización del estado cuyo principal objetivo consistió en procurar soluciones a la
grave crisis del sistema de las finanzas públicas.
A partir del 16 de Enero de 2002 para hacer frente a los problemas fiscales que tiene el
gobierno ante la caída de los precios del petróleo el Presidente de Venezuela Hugo
Chávez Frías anuncio crear el Impuesto del Debito Bancario (IDB), con el fin de
subsanar parte del déficit fiscal. El gobierno estima que las reformas de los impuestos
permitirán obtener este año recursos adicionales.
Partiendo de que toda sociedad se constituye con el objetivo de lograr un fin común, se
establecen las normas que han de regir su funcionamiento conjuntamente con los
organismos que sean necesarios para la realización de este fin colectivo. La constitución
de la República Bolivariana de Venezuela contiene los estatutos que rigen el
funcionamiento del país, y el articulo 136 establece que: "toda persona tiene el deber de
coadyuvar a los gastos públicos"
Para hacer efectiva esa contribución el estado recurre a los tributos (impuestos, tasas y
contribuciones especiales)
EVASIÓN FISCAL
El estado necesita de los tributos para poder subsidiar los gastos públicos; esta
claro que los distintos gobiernos a pesar de sus esfuerzo poco han logrado en su
lucha contra la evasión fiscal, lo cual se traduce en actitudes compulsivas que se
concretan en la modificación errática y agresiva de las leyes tributarias. La actual
administración tributaria ha tenido aciertos en la guerra contra los ilícitos fiscales,
especialmente en la administración aduanera.
Las causas de la evasión fiscal no son únicas. Las causas mas comunes de la
evasión fiscal son:
Según Sáinz de Bufanda, se entiende por tributo toda prestación patrimonial obligatoria
-habi-tualmente pecuniaria- establecida por la ley, a cargo de las perso-nas físicas y
jurídicas que se encuentren en los supuestos de hecho que la propia ley determine, y que
vaya dirigida a dar satisfacción a los fines que al Estado y a los restantes entes públicos
estén en-comendados.
También se puede decir que los tributos son ingresos públicos de Derecho público, que
consisten en prestaciones pecuniarias obligatorias, impuestas unilateralmente, exigidas
por una Administración pública como consecuencia de la realización del hecho
imponible al quela Leyvincula el deber de contribuir. Su fin primordial es el de obtener
los ingresos necesarios para el sostenimiento del gasto público, sin perjuicio de su
posible vinculación a otros fines. De las definiciones anteriores, se puede concretizar
que los tributos no son otra cosa que las prestaciones en dinero, que el Estado, en
ejercicio de su poder de imperio, exige con el objeto de obtener recursos para el
cumplimiento de sus fines.
Se pueden puntualizar algunas notas características del tributo, así se tiene, que:
– El tributo constituye hoy el más típico exponente de los ingresos de Derecho Público.
– El tributo tiene como finalidad esencial la financiación del gasto público. Puede
satisfacer otros objetivos: creación empleo, estimular el desarrollo económico de una
determinada zona geográfica, fomentar actividades, redistribuir el ingreso.
Para entender cualquier hecho que ocurra en Venezuela hay que comprender el papel
preponderante que tiene el petróleo en su historia, ya que todo gira alrededor del
preciado recurso, considerado por algunos como el "oro negro" y por otros como "el
excremento del diablo".
La evolución y desarrollo del sistema tributario venezolano, no escapa de ésta
influencia, y es por ello que con la finalidad de adentrarnos un poco en esta materia,
haremos un paseo por cinco etapas de la historia de Venezuela, para así comprender el
contexto legal-tributario que vivimos.
Primer Periodo
Las instituciones que regían para entonces en materia impositiva eran la Real Hacienda
en los siglos XVII – XVIII, la Compañía Guipuzcoana en el siglo XVIII, y la
Intendencia de Ejercito, que viene a poner orden en la administración de la provincia de
Caracas, instaurada en el siglo XVIII.
Entre las medidas fiscales que impusieron durante éste período se encuentran:
El tributo real: Fue el más importante ya que era la suma que los indios y negros
libertos debían pagar a la corona.
Alcabala: muy productivo. Era el impuesto que pagaba todo comerciante y todo
negociante de bienes raíces, se pagaba también al transporte mercancías de una ciudad a
otra. Se recaudaba por conceptos de ventas de tierras 5% y reventas de bienes mueble o
inmuebles (1,4% que era cobrado a la entrada y salida de los puertos).
Almojarifazgo: Fue uno de los más productivos. Los pagaban en los puertos los
comerciantes que importaban y exportaban mercancías y se recaudaban entre el 2% y el
15%.
Segundo Período
Hubo una tendencia acelerada a pasar del cultivo de cacao al cultivo de café, debido a la
escasa mano de obra, las regiones cacaoteras habían sido desbastadas por la guerra, era
más costoso obtener los frutos del cacao y el mercado exterior del café estaba en
expansión.
Con ella se eliminan la mayoría de los tributos coloniales y se crean otros nuevos, con
la intención de estimular la economía de los primeros años, en especial aquellos
relacionados con la exportación del café, cacao y añil.
Como los ingresos fiscales no satisfacían las necesidades del Tesoro, el Estado tenía
que pagarle a la burocracia civil y militar con papel moneda o con vales, y se
encontraba imposibilitado de cancelar las deudas contraídas en el exterior, calculadas en
37 millones de pesos.
Durante todo el siglo XIX se presentaron crisis económicas, las cuales trataron de
paliarse con préstamos internos y externos, con el incremento de los impuestos, la
recaudación de aduanas y exportación de productos agropecuarios, que se mantuvo
medianamente.
Registro público
Sucesiones y Herencias
Patentes de comercio
Contribuciones especiales
Tercer Período
A finales del siglo XIX, en 1878 el venezolano Manuel Antonio Pulido constituyó la
empresa Petrolia del Táchira y recibió del Estado los derechos exclusivos para explotar
100 hectáreas ubicadas cerca de San Cristóbal. Posteriormente, en 1905 Cipriano Castro
Promulgó la Ley de Minas, que se refería a las minas de asfalto, nafta, petróleo, betún,
ozoquerita o cera minera. Esta ley establecía un impuesto anual de 2 bolívares por
hectárea a las empresas explotadoras, más 4 bolívares de regalía por tonelada exportada.
Pero no fue sino hasta 1917, durante el régimen del General Juan Vicente Gómez, que
se extrajeran 10 mil toneladas de petróleo del pozo La Rosa (Cabimas), convirtiéndose
en la primera explotación de importancia con fines comerciales. En 1918 se promulgó
la última Ley de Minas aplicable a la industria del petróleo. Gumersindo Torres fue el
encargado de elaborar la Ley de Hidrocarburos durante 1917, promulgada en 1920 y
que sustituiría la Ley de Minas, reduciendo el tiempo de concesión a las empresas
extranjeras.
Por el contrario, los contratos petroleros que se firmaban con las compañías petroleras
las exceptuaban del pago de impuestos creados o que se fuesen a crear por el lapso de
99 años.
En el año 1936, el Ministro de Hacienda Dr. Alberto Adriani, introdujo ante el congreso
tres proyectos de Leyes de Impuesto sobre la Renta, debido a que existía la necesidad
de crear un tributo directo mediante el cual se obtendrían recursos para satisfacer las
necesidades de salubridad, educación, vías de comunicación, entre otros, pero a pesar
de todos los esfuerzos por transformar el sistema fiscal, no fueron aprobados.
Esta Ley fue creada mediante el sistema mixto que se caracterizaba por presentar una
tarifa proporcional, seguido de otro de carácter global, de tarifa progresiva, que tenía
carácter complementario, y estuvo vigente hasta el 16 de diciembre de 1966.[2]
En 1943 Medina Angarita promulgó una nueva Ley de Hidrocarburos, la cual ofrecía al
país obtener mayor beneficio económico de la actividad petrolera, por medio de un
incremento fiscal a las empresas explotadoras, a cambio de 40 años más de
concesiones. Las empresas concesionarias debían pagar no sólo los impuestos de
exploración y explotación, sino el tributo contemplado en la Ley de Impuesto sobre la
Renta. Rómulo Gallegos aplicó una medida similar al reformar la Ley de Impuesto
sobre la Renta en 1948, que introdujo el beneficio del fifty fifty a la industria petrolera.
Cuarto período
Tres años después, Leoni le sede el gobierno a Rafael Caldera, quien le entregó un país
más o menos estable en el aspecto económico, no obstante el déficit presupuestario
persistía.
Días después la Cámara de Comercio advertía contra una nueva reforma tributaria :
"Cuando apenas tiene la anterior dos años se vuelve a plantear una nueva reforma
tributaria, pero nada se dice del otro lado de la cuestión, que es el gasto público".
El 26 de Agosto del mismo año 1969, Tinoco firmó un crédito con el Chase Manhattan
Bank por 85 millones de dólares equivalentes a unos 400 millones de bolívares para la
época.
El Ministerio de Hacienda publicó una lista de artículos que serían gravados con un
impuesto que oscilaría entre un 10 y un 15 por ciento.
Jaime Lusinchi, recibe el gobierno con liberación de precios, un dólar disparado y una
deuda externa aumentada en unos 35 mil millones de dólares, la mayoría de estos
hechos ocurrieron aquel día denominado Viernes Negro, cuando el presidente del
Banco Central de Venezuela era Leopoldo Díaz Bruzual.
En este período surge Recadi, que se convirtió en un desaguadero que drenó más de 40
mil millones de dólares, popularizándose la palabra crisis. Para solventarle surge
nuevamente la panacea de la reforma fiscal, encontrando en esta oportunidad a los
conocedores y teóricos de la materia económica como Domingo Maza Zabala y Trino
Aleides Díaz, decano de la facultad de Economía de la UCV, quien manifestó que el
gobierno no podía aplicar una reforma fiscal sin racionalizar antes la economía, además
de plantear que el gobierno debía recaudar 60 mil millones de bolívares en impuestos
pendientes que habían declarado los sectores productivos y empresariales pero que no
habían cancelado.
Lusinchi creó en 1980 la Comisión de Estudios y Reforma Fiscal (CEF), que presidió
Tomás E. Carrillo Batalla, la cual elaboró un programa basado en la problemática fiscal
venezolana, y en octubre de 1984 anunció que la reforma generaría 20 mil millones de
bolívares anuales y comprendía los siguientes aspectos: eliminación gradual del
subsidio de la gasolina, simplificación de las tarifas de la Ley de Impuesto sobre la
Renta, eliminación del sistema de incentivos fiscales, simplificación del Impuesto sobre
la Renta de las personas naturales eliminando los desgravámenes y la creación del
Impuesto General a las Ventas. Éstas recomendaciones se quedaron en papel.
La importancia fundamental del COT es que logra dotar a Venezuela de una norma que
da carácter sustantivo para la aplicación de la legislación tributaria y dar así seguridad
jurídica a los contribuyentes y al estado.[3]
En 1986 se realizó una reforma parcial del Impuesto sobre la Renta, la cual en vez de
simplificar y hacer más eficiente el proceso de pago de impuestos, lo complicó, aun
cuando el objetivo no era hacer más simple el cobro de impuestos, sino el de elevar y
hacer más eficiente la recaudación.
Durante el primer año de la reforma los ingresos se elevaron, pero debido a las
debilidades estructurales del proyecto hicieron que la recaudación bajara en más de un
25 por ciento.
Esta reforma tributaria se incluyó, dentro de las estrategia de modernización del sector
público planteadas en el VIII plan de la nación, particularmente dentro de la
denominada Reforma Fiscal, la cual englobaba diversos aspectos como son la
privatización y reestructuración de empresas públicas, la reforma de la gestión
presupuestaria, la racionalización de los subsidios e incentivos fiscales y la reforma
tributaria propiamente dicha, compuesta por cuatro proyectos. La modernización
institucional del Ministerio de Hacienda, la modernización de la Administración
Tributaria, la reforma de la Legislación Tributaria y la descentralización fiscal.
La Reforma Tributaria tenía como objetivo principal el aumento de los ingresos
tributarios y del margen de acción de la política fiscal. Además busca atacar los
problemas del Sistema Tributario Venezolano: la dependencia del ingreso petrolero,
distorsión en las decisiones económicas, baja recaudación, estructura legal compleja,
deficiencia administrativa y la falta de equidad.
Éste impuesto fue creado mediante Ley Habilitante otorgada al entonces Presidente
Ramón J. Velásquez, en fecha de 30 de septiembre de 1993, el cual creó mucho
malestar en la población, por lo que estuvo en vigencia hasta el 01 de enero de 1994.
Posteriormente en época electoral e iniciando el gobierno de Rafael Caldera, mediante
una promesa de carácter populista se le cambió el nombre por el de Impuesto al
Consumo Suntuario y a las Ventas al Mayor con una alícuota de 12,50% con una
adicional del 10% sobre licores, cigarrillos, joyas de oro, y el 20% sobre otros rubros
suntuarios sobre el valor del producto agregado añadido. Adicional a esto se aprobó la
Ley a los Débitos Bancarios (IDB) y modificación del Código Orgánico Tributario.
Por otra parte, el 8 de marzo de 1994 el Ministro de la OCI anunció que la recaudación
de los impuestos se haría a través de un servicio autónomo denominado "policía fiscal",
permitiendo una verdadera fiscalización de los tributos y reducir al mínimo la
posibilidad de que alguien evada los impuestos. Además indicó que la reforma
tributaria generaría ingresos por unos 3.571 millones de dólares, monto que supera el 50
por ciento del déficit. El mismo día el Ministro Sosa aseguró que los impuestos
recaudados serían limpiamente administrados y reorientados hacia los servicios de
salud, educación, seguridad social y personal, para ello estaban procediendo a
reestructurar el sistema de las finanzas públicas, para lo cual se había trabajado en la
creación del Servicio Nacional de Administración y Control Tributario, el Sistema de
Control Interno e Integrado de la Gestión Pública, el Sistema de Aduanas, el Sistema de
Tesorería Nacional, la reorganización de la Escuela Nacional de Hacienda y la creación
de Instituto de Altos Estudios de las Finanzas Públicas, la reestructuración integral del
Ministerio de Hacienda y el programa especial para el incremento de la recaudación
tributaria.
Venezuela hasta finales de la década de los 80 parecía un país que resultaba atractivo
para aquellos inversionistas que deseaban multiplicar sus ganancias a cambio de muy
pocos impuestos. No obstante, a partir de 1993 comenzaron a vislumbrarse situaciones
en la economía venezolana como precios bajos del barril de petróleo, ingresos públicos
insuficientes, que conllevaron a realizar cambios en el ámbito económico apoyándose
en el marco tributario.
Esta condición ineludible del tributo también está presente en el artículo 317 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual indica: No podrá
cobrarse impuesto, tasa, ni contribución alguna que no estén establecidos en la ley, ni
concederse exenciones y rebajas, ni otras formas de incentivos fiscales, sino en los
casos previstos por las leyes.
Es así como en aras de disminuir el déficit fiscal existente por el agotamiento del
modelo rentista, el Gobierno venezolano optó a partir del año 1994 por percibir ingresos
a través de otras fuentes, como los tributos. En tal sentido fundó un organismo que le
permitiera incrementar la recaudación, mediante la creación del Servicio Nacional de
Administración Tributaria (SENIAT) que posteriormente sería llamado Servicio
Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (1999), asimismo durante el
mencionado año 1994 en Venezuela se realizaron reformas al Código Orgánico
Tributario, a la Ley del Impuesto Sobre La Renta, aplicó el Impuesto al Consumo
Suntuario y Ventas al Mayor, además estableció el cobro del Impuesto a las sobre
Cuentas Mantenidas en Instituciones Financieras y el Impuesto a los Activos
Empresariales que fue derogado posteriormente, entre otros cambios impositivos.
Comienza entonces a formarse un proceso de cultura tributaria para el contribuyente
venezolano, que no estaba familiarizado con altas cargas impositivas y exigencias
fiscales relativas al cumplimiento de obligaciones legales ante la Administración
Tributaria.
No obstante, estas no serían las únicas reformas que afectarían al sujeto pasivo, porque
para el año 1999 el Estado efectuó otra serie de cambios en el ámbito jurídico tributario,
dirigidas en principio a la Constitución Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela así como específicamente a los tributos considerados de mayor interés para
la época vale decir, la Ley del Impuesto al Consumo Suntuario y Ventas al Mayor la
cual adoptó nuevamente el nombre de Impuesto al Valor Agregado, por otra parte a la
Ley de Impuesto Sobre La Renta se le incorporó el principio de Renta Mundial, el
régimen de Precios de Transferencias y de Transparencia Fiscal además se estableció el
cobro del Impuesto al Débito Bancario y se modificaron disposiciones en el Código
Orgánico Tributario en el año 2001.
Resulta imposible ignorar la difícil realidad que los empresarios venezolanos deben
enfrentar para poder sobrevivir y alcanzar el éxito en una economía marcada por
factores de desequilibrio e incertidumbre los cuales se han venido acumulando durante
los últimos veinticinco años, estos han gestado un tenso clima de inestabilidad política,
aunado a una política fiscal restrictiva, regulación de precios, un prolongado control del
tipo de cambio, un gasto público que aumenta cada día más, inflación y distorsión en
los precios.[4]