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La Persona en Roma
La Persona en Roma
1.1.- Concepto
El concepto de Persona ha sido uno de los pilares fundamentales no solo de las Ciencias jurídicas, si
no, también del Ordenamiento Jurídico en cualquier época de la historia de la humanidad.
La palabra persona, designaba, en el sentido propio, la máscara del cual se servían en escena los
actores romanos dando amplitud a su voz (personare). De aquí se empleó en el sentido figurado para
expresar el papel que un individuo puede representar en la sociedad; por ejemplo, la persona del jefe
de familia , la persona del tutor. Pero estas personas sólo interesan a los jurisconsultos en el sentido
de los derechos que puedan tener y las obligaciones que le sean impuestas.
El término aparece casi misteriosamente en el léxico jurídico, ya que no hay evidencia cierta en qué
momento se incorpora, a menos qué, partamos de las Instituciones de Gayo que según la tradición
vivió en el Siglo 11, aunque como veremos en el desarrollo de este Trabajo, los Romanos utilizaron
el término Persona como sinónimo de papel teatral, para ser más exactos, de actor teatral. Con Gayo
comenzamos nosotros a presenciar la sinonimia entre Persona y hombre, lo cual sigue vigente en
cualquier Ordenamiento Jurídico, además de utilizar el término con relevancia jurídica, vale decir, a
como se diría ahora Sujeto de Derecho, incorpora a la Persona Jurídica denominada posteriormente
persona moral o persona jurídica colectiva.
Para los Romanos el término Persona pudo haber tenido un fundamento biológico que no jurídico,
dado que, todos los hombres eran personas y ello permitió la presencia del esclavo, que como todos
sabemos era considerado objeto y no Sujeto de Derecho, aquí cabría el pensamiento de algún autor
que afirmaba que "no toda persona era Sujeto de Derecho y que todo Sujeto de Derecho era
Persona".El tema cautiva por la precisión que tuvieron los Romanos para determinar los requisitos
de existencia y fin de la persona física, que en algunas Legislaciones Modernas persisten los mismo,
en otras se discute algunos de ellos como por ejemplo, la viabilidad. No obstante, en el Derecho
Romano a partir de Justiniano se observa la voluntad de tratar de asimilar el concepto de persona al
de sujeto de derecho, tal como lo pretenderemos demostrar en esta investigación, ya que para no
pecar de injusto, Justiniano le da el término persona una cierta connotación de carácter jurídico y en
lo que respecta a la persona jurídica de carácter colectivo desde la Jurisprudencia Clásica.
II.- LA PERSONA EN EL DERECHO ROMANO
El derecho romano no admite otras presunciones. Pero apoyada en la autoridad del Salmo
LXXXIX, que considera los sesenta años como término ordinario de la vida, se formó la siguiente
máxima de derecho consuetudinario: se presume muerto al ausente de quien se ignora que viva,
y si el ausente hubiese sido septuagenario cuando se ausentó, se le da por muerto a los cinco años
de su partida, salvo, se entiende, prueba en contrario.
3.1. Extinción de la persona física por la pérdida de los estados civiles (capitis deminutiones)
Puede ocurrir que una persona física, conservando su cualidad de ser humano, pierda la capacidad
jurídica (caput). La pérdida total o parcial de la capacidad jurídica se llama en derecho
romano capitis deminutio.
El derecho romano distingue tres especies de capitis deminutiones, que son: la máxima, la media y
la mínima.
Capitis deminutio máxima
Consiste en la pérdida de la libertad, y lleva aneja la pérdida de la ciudadanía y de la familia,
puesto que un esclavo no puede ser ciudadano romano.
Capitis deminutio media
Tiene lugar, cuando el libre y ciudadano pierde la ciudadanía, conservando la libertad, y lleva
aneja la pérdida de los derechos de familia, pues en el derecho romano la patria potestad, base
del derecho de familia, no puede subsistir más que entre los ciudadanos. La ciudadanía romana
se pierde por renuncia y por la interdictio aqua et igni. La interdictio aqua et igni era un medio
indirecto para obligar al ciudadano romano al destierro, que directamente no se hubiera podido
imponer. En la edad imperial esta pena fue aplicada en forma de deportación (deportatio in
insulam). Se perdía también la ciudadanía por la aceptación de un derecho de ciudadanía
extranjera y por pasar a una colonia latina.
Capitis deminutio mínima
Tiene lugar cuando el ciudadano romano rompe el vínculo de la familia agnaticia (familiae
mutatio). Ocurre en el derecho justinianeo en los siguientes casos: 1.º, cuando una persona
independiente (sui iuris) se sujeta a la potestad de otra, lo que tiene lugar en la arrogación y en
la legitimación; 2.º, cuando una persona sujeta a la potestad de otra (alieni iuris) entra en una
nueva familia, lo cual se verifica en el caso de adopción plena y en el de arrogación para los
hijos del arrogado, y 3.º, cuando una persona también alieni iuris se hace sui iuris por
emancipación. Si la persona alieni iuris se hace independiente por muerte del padre de familia
o por obtención de cargos honoríficos, el vínculo agnaticio no se disuelve, y, por tanto, no se
verifica la capitis deminutio.
IV. LA CAPACIDAD JURÍDICA
Por capacidad de obrar se entiende la capacidad para actuar en derecho válidamente, y depende de la
capacidad natural de una persona, es decir, por ser un enfermo mental, estaría limitada esta capacidad.
Se entiende que estas personas, por falta en experiencia, pueden ser sometidas a engaño, por lo que se
les concede una serie de medidas como la posibilidad de tener un curador, una persona al lado, que
guarde o vele por él.
Una característica específica se entiende que la mujer, por el hecho de ser mujer, está permanentemente
sometida a tutela, por lo tanto, esto es una limitación. Puede ser libre, una ciudadana romana, pero
necesita el consentimiento de su tutor. Otra limitación viene por razones de salud, como los enfermos
mentales o los pródigos.
La capacidad de obrar se ve limitada por la capacidad jurídica del individuo.
Los habitantes de la antigua Roma se dividían en libres y esclavos. Estos últimos trabajaban para las
personas libres y eran la base del sistema económico.
Se podía llegar a ser esclavo de varias maneras:
Manumissio per vindictam: consiste en tocar al esclavo con una varita (vindicta) en presencia
de testigos.
Manumissio censu: el amo inscribe al esclavo en el censo de ciudadanos.
Manumissio testamento: el amo concede la libertad al esclavo en su testamento. El esclavo
liberado por alguno de estos procedimientos pasaba a la categoría de liberto, en la cual no tenía
todos los derechos de que gozaba un ciudadano, pero ya no era propiedad de nadie e incluso
podía llegar a ser una persona importante en la sociedad.
VII.- CIUDADANOS, LATINOS Y PEREGRINOS
Roma presenta una distinción de sujetos que participan de modo más o menos pleno del derecho y las
cargas ciudadanas.
a. CIUDADANO: civis es el sujeto por excelencia, que participa activa y personalmente en la vida de
la civitas. La ciudadanía supone que el derecho se aplica a los ciudadanos, independientemente del
lugar del imperio donde estos vivan. La denominación antigua de los ciudadanos es Quirites de donde
el termino Ius Quiritum para aludir el derecho propio de estos. El termino ingenuus describe a los
que son ciudadanos por su origen, por haber nacido de matrimonio legitimo entre ciudadano y
ciudadana.
b.- Derechos:
Derecho a participar en la vida pública, tanto como elector (votante) como elegible (candidato
a ocupar un cargo político).
Derecho a participar en los sacerdocios.
d.- Obligaciones:
Realizar el servicio militar (militia). Esta obligación desapareció con la profesionalización del
ejército
Pagar impuestos (tributum). Esta obligación desapareció en el año 167 a.C., cuando las
grandes conquistas permitieron eximir a los ciudadanos de esta obligación.
Estas obligaciones desaparecieron durante el Alto Imperio y la ciudadanía se convirtió en un
privilegio, aunque se reimplantaron con la crisis del Bajo Imperio.
e.- Latinos: Es un término que designa una realidad compleja y cambiante. En su origen, se refiere a los
primitivos pueblos vecinos del Lacio (latini prisci) que, tras alternativos enfrentamientos y acuerdos,
quedaron equiparados a los ciudadanos en los albores de la historia romana; se les otorgo un régimen
de participación en la vida y el derecho de Roma, hasta quedar plenamente integrados en la misma
(338 a.C.).
La Latinidad (ius latii) hace referencia, más adelante, a un estatuto de participación en algunos
aspectos del ordenamiento jurídico romano, lo que, en algunos casos, determina un estadio previo de
acceso pleno a los privilegios de los ciudadanos. El ius latii se otorgó tanto a los individuos como a
comunidades; así, la concesión por Vespasiano en el 73-74 dc a Hispania que determino la progresiva
incorporación a la ciudadanía de todos los españoles. Conviene también distinguir los:
Latini veteres: Son los latinos más antiguos. Se trata de los miembros de las comunidades
integradas en la antigua Liga Latina. Tal confederación realiza conquistas bélicas y funda
distintas colonias en la península. La condición de los latini veteres desaparece cuando
adquieren la ciudadanía romana a lo largo del siglo I a.C. como consecuencia de la aprobación
de sucesivas leyes: así, la Lex Julia del año 90 a.C. para los habitantes del Lacio; la Lex Plautia
Papiria del año 89 a.C. para el resto de la península itálica; y la Lex Roscia 49 a.C. para los
habitantes de la Galia
Latini coloniarii: termino que designa a los habitantes de las colonias fundadas fuera de Italia
Latini luniani: denominacion relativa a la Lex Lunia para designar a los esclavos manumitidos
sin la observancia de algunos requisitos, que resultaban equiparados a los latinii colonoarii.
f.- Peregrinos: (del adjetivo peregre=per-agros) son los extranjeros a los que se les permite mantener
relaciones con Roma de tipo comercial (ius comercii) y contraer matrimonio con ciudadanos (ius
conubii). Todo aquel individuo libre que vivía en territorio romano que no era cives ni latinus era
considerado peregrino.
Su admisión dentro del orbe romano fue muy fecundo para el desarrollo y ampliación del derecho
(jus gentium) y la administración de justicias (praetor peregrinus).
El peregrino, en cualquiera de sus variantes, carece de todo derecho de participación pública dentro
de la comunidad romana y no le es de aplicación el ius civile. Las relaciones jurídicas entre peregrinos
y ciudadanos romanos se regían por el ius gentium, que era un conjunto de normas jurídicas de
aplicación en las provincias por los distintos cargos provinciales y en Roma por el praetor peregrinus.
Los peregrinos desde la creación de la pretura peregrina, podían formular reclamaciones judiciales,
presentar una demanda para iniciar un procedimiento.
Augusto considero la concesión de la ciudadanía como un honor especial, por lo que restringió el
acceso a la misma. En el 212 dc., el emperador Caracala extendió la ciudadanía a todos los súbditos
libres del imperio; aunque la verdadera eficacia de la norma suscite dudas, vino a suprimir aquellas
diversas situaciones especiales.
REFERENCIAS