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Embarazo de Alto Riesgo 

 
Definición El embarazo de alto riesgo es aquel en que la probabilidad de enfermedad o muerte
antes, durante o después del parto es mayor que lo habitual para la madre como para
el niño, aquellos casos en los que, por coincidir durante la gestación, en el parto o en
el neonato circunstancias biomédicas, psicológicas y sociales o de otra índole, se
acompañan de una morbimortalidad materna y perinatal superior a la de la población
general.
En él tanto la madre como el feto y/o el neonato tienen una mayor probabilidad de
enfermar, morir o padecer secuelas antes o después del parto.

Epidemiología El 10-20% de las mujeres embarazadas pueden clasificarse como de alto riesgo por su
historia clínica, y casi la mitad de la morbimortalidad perinatal se asocia a estos
embarazos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una mujer embarazada en un país
en vías de desarrollo tiene 100 a 200 veces más riesgo de morir que una mujer en un
país desarrollado.

Factores de ➢ Psicosociales​:
Riesgo. Económicos​ (pobreza, desempleo, carencia de seguro de enfermedad, seguro
sanitario insuficiente o dificultad de acceso a la atención prenatal).
Culturales y de comportamiento ​(Escaso nivel educativo, actitud inadecuada hacia
atención sanitaria, Asistencia prenatal inadecuada o ausente, tabaquismo, alcohol,
drogadicción, edad inferior a 20 años o superior a 40, madre soltera, período
intergenésico corto, estrés).

➢ APP​:
Diabetes mellitus.
Hipertensión.
Cardiopatía congénita.
Enfermedad autoinmunitaria.
Anemia drepanocítica.
Cirugía/traumatismo intercurrente.
Enfermedades de transmisión sexual.
Estados de hipercoagulabilidad de la madre.
Exposición a fármacos.
Infecciones TORCH (toxoplasmosis, otros, rubéola, citomegalovirus, herpes simple).

Peso bajo para la talla.


Talla baja.
Nutrición insuficiente.
Consanguinidad.
Efectos intergeneracionales.
Bajo peso de la madre al nacer.
Enfermedades hereditarias (errores innatos del metabolismo).

➢ AGO​:
Cesárea anterior.
Infertilidad previa.
Embarazo mediante técnicas de reproducción asistida.
Gestación prolongada.
Trabajo de parto prolongado.
Hijo anterior con parálisis cerebral, retraso mental, traumatismo en el parto,
malformación congénita.
Presentación anómala.
Gestaciones múltiples.
Rotura prematura de membranas.
Infecciones (sistémicas, amnióticas, extraamnióticas, del cuello uterino).
Preeclampsia o eclampsia.
Metrorragia (desprendimiento prematuro de placenta, placenta previa).
Paridad (0 o más de 5 partos previos)
Alteraciones del útero o del cuello uterino.
Enfermedades fetales.
Crecimiento fetal anómalo.
Trabajo de parto prematuro idiopático.
Prematuridad iatrogénica.
Valores séricos de a-fetoproteína materna altos o bajos.
Hijos previos pretérmino o con bajo peso al nacer.
Escasa ganancia de peso durante el embarazo.

Clasificación a) Riesgo Bajo:​ Gestantes en las que no se han podido identificar ninguno de los
factores de riesgo que se detallan en los niveles siguientes.
b) Riesgo Medio:​ Anomalías Pélvicas; Cardiopatías leves; Condiciones
socioeconómicas desfavorables; Embarazo no deseado; Talla baja; Esterilidad
previa; Tabaquismo materno; Edad inferior a 16 años o superior a 38 años;
Gestante RH negativo; Multiparidad; Incremento excesivo o insuficiente de
peso; Obesidad no mórbida; Riesgo de ETS; ITU o bacteriuria asintomática;
Riesgo laboral; Sangrado trasvaginal en el primer trimestre; Periodo
intergenésico inferior a 12 meses.
c) Riesgo Alto:​ Anemia grave; Cardiopatía moderada; Cirugía Uterina Previa;
Diabetes gestacional; Embarazo Gemelar; Endocrinopatía; Obesidad Mórbida;
Preeclampsia leve; Infección materna (Hepatitis B, Sífilis, HSV II,
Citomegalovirus, Rubeola, Toxoplasmosis, VIH, Pielonefritis, Estreptococo B
Hemolítico).
d) Riesgo Muy Alto: ​Amenaza de parto prematuro; Cardiopatías severas;
Diabetes pregestacional; Drogadicción y alcoholismo; Malformación fetal
confirmada; Muerte perinatal recurrente; Incompetencia cervical; Retraso del
crecimiento intrauterino; Patología asociada grave; Placenta previa;
Preeclampsia grave; Rotura prematura de membranas en el pretérmino;

Etiología ➢ Factores Genéticos: L ​ as anomalías cromosómicas, las malformaciones


congénitas, los errores innatos del metabolismo, el retraso mental o cualquier
enfermedad familiar en parientes consanguíneos aumentan el riesgo de que el
recién nacido presente el mismo cuadro.
➢ Factores Maternos: ​Los embarazos de las adolescentes y los de las mujeres
mayores de 40 años, sobre todo si son primíparas, conllevan un riesgo mayor
de retraso del crecimiento intrauterino, sufrimiento fetal o muerte intrauterina.
La edad avanzada de la madre aumenta el riesgo de malformaciones fetales
cromosómicas y no cromosómicas. Las enfermedades maternas, embarazos
múltiples (sobre todo monocoriales) infecciones y algunos fármacos aumentan
los riesgos para el feto. El uso de técnicas de reproducción asistida (FIV,
inyección intracitoplasmática de esperma) incrementan riesgo de mortalidad
perinatal, morbimortalidad del lactante, prematuridad, nacimientos de bajo y
muy bajo peso y parálisis cerebral.
Tanto el polihidramnios como el oligohidramnios indican que el embarazo es de alto
riesgo. Aunque el líquido amniótico tiene una tasa de recambio muy rápida, su
volumen va aumentando de forma gradual durante el embarazo normal, en cantidades
por debajo de 10 ml/ día hasta las 34 semanas de gestación, y a partir de ese
momento su producción comienza a disminuir lentamente. El volumen total varía de
unos embarazos normales a otros, de forma que a término oscila entre 500 y 2.000 ml.

➢ Factores Perinatales:
La rotura prematura de membranas (RPM) antes de las 24 horas previas al
alumbramiento incrementa el riesgo de infección fetal y de parto prematuro.
Con la rotura prematura de membranas antes de la semana 37, el período de tiempo
previo al inicio del trabajo de parto es más largo y existen riesgos adicionales de
prolapso del cordón, oligohidramnios, desprendimiento de placenta, malposición fetal
y, si está presente durante más de 7 días en un feto durante el segundo trimestre,
hipoplasia pulmonar, deformidades inducidas por el útero y contracturas de las
extremidades. Un trabajo de parto largo y difícil incrementa el riesgo de lesiones
mecánicas e hipóxicas.
Un trabajo de parto rápido y accidentado con un período expulsivo preci- pitado,
favorece el riesgo de asfixia fetal y de hemorragia intracraneal.

El riesgo de hemorragia intracraneal es mayor en los niños que nacen con la ayuda de
ventosa o fórceps que en los nacidos de partos vaginales espontáneos sin necesitar
ayuda.
La anestesia y la analgesia afectan tanto al feto como a la madre; una hipoxemia
materna grave secundaria a hipoventilación o una hipotensión provocada por la
anestesia epidural puede dar lugar a una hipoxia fetal grave y shock.

Manifestaciones ➢ Peso:
clínicas Se sugiere control registrado en una curva de incremento de peso materno; si no se
cuenta con datos de referencia, con tablas de percentiles que permiten aproximarse al
peso ideal según talla y edad gestacional. El edema y un incremento de peso anormal
sim edema evidente mayor a 500 g por semana o más de 2000 g por mes de
embarazo, alertan a preeclampsia.

➢ Presión arterial:
Cualquier incremento debe ser considerado desde 2 puntos de vista: cualquier presión
atterial cuya mínima sea más de 90 mmHg y presión de base con incremento de 20
mmHg de la diastólica o 30 mmHg de la sistólica.
➢ Cefaleas y estado de conciencia:
Suele acompañarse de fotopsias, tinitus y mareos asociados a edema y presión arterial
elevada son evidencia clara de pre eclampsia. Alteraciones del estado de conciencia
como somnolencia, convulsión o coma son evidencia de alteraciones del SNC
característicos de eclampsia.
➢ Actividad uterina:
Determinar si es un trabajo de parto, evidenciado por modificaciones del cuello cervival
y actividad uterina continua. Determinar edad gestacional, estática fetal, estado uterino
y estado de membranas.
➢ Hemorragia genital:
Constituye una emergencia y requiere intervenciones rápidas y eficaces.
➢ Vitalidad fetal.

Estudios de La ​detección selectiva prenatal se utiliza para descubrir una serie de trastornos
laboratorio y como es el síndrome de Down y otras anomalías cromosómicas, defectos del tubo
gabinete neural y otras malformaciones estructurales, la enfermedad de Tay-Sachs y otras
enfermedades metabólicas genéticas, hemoglobinopatías y otros trastornos de la
sangre, y la fibrosis quística. Los métodos de detección selectiva utilizados consisten
en pruebas sanguíneas maternas, ecografías fetales y pruebas diagnósticas en células
o en el líquido obtenido por amniocentesis o la biopsia de las vellosidades coriónicas, y
muestras de sangre y tejido del feto. El ADN fetal libre de células en la sangre materna
tiene una sensibilidad mayor (>99%) y tasas de falsos positivos menores para la
trisomía 21 (síndrome de Down) y otras anomalías cromosómicas que la combinación
de ecografía y determinaciones séricas maternas.
La ​detección selectiva en el segundo trimestre del embarazo (sema- nas 15 a 18)
de la determinación de los valores de a-fetoproteína en el suero materno (AFPSM)
permite identificar defectos abiertos del tubo neural. Alrededor del 90% de los
embarazos complicados por estos defectos se asocia a valores altos de AFPSM, así
como las gastrosquisis, el onfalocele, la nefrosis congénita, el embarazo gemelar y
otras situaciones anómalas. Los valores bajos de AFPSM se asocian con un cálculo
incorrecto de la edad de gestación, trisomía de los cromosomas 18 o 21 y retraso del
crecimiento intrauterino.

Diagnóstico La conducta básica es identificar factores de riesgo, signos y síntomas de alteración,


con el fin de realizar una referencia al nivel correspondiente.

Tratamiento

Pronóstico Mejora cuando se aplican las normas de estabilización y se previenen las condiciones
para la referencia. La oportunidad radica en determinar tiempo adecuado de
referencia, que implica transporte como el momento oportuno de realizar la misma.

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