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4. Propiedades mecánicas del hormigón.

Lección 4. Propiedades mecánicas del hormigón 2


Construcción III Grupo C

Lección 4 PROPIEDADES MECÁNICAS DEL HORMIGÓN


1. Introducción ................................................................................................ 3
2. Factores influyentes sobre la resistencia ..................................................... 3
2.1. Resistencia de la pasta de cemento ................................................... 4
2.2. Adherencia árido-pasta ...................................................................... 5
2.3. Áridos ................................................................................................ 6
2.4. Relación agua/cemento...................................................................... 8
3. Evolución de la resistencia con la edad y la temperatura.............................. 9
4. Resistencia a compresión del hormigón..................................................... 14
4.1. Resistencia media y resistencia característica..................................... 15
4.2. Resistencia de cálculo ........................................................................ 19
5. Resistencia a tracción del hormigón .......................................................... 20
6. Estados multiaxiales de carga ................................................................... 21
7. Comportamiento en fatiga ......................................................................... 24
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1. INTRODUCCIÓN.

La calidad del hormigón se establece generalmente por referencia a su


resistencia a compresión, si bien, en ocasiones, pueden ser más importantes otras
características, como por ejemplo la durabilidad o la impermeabilidad. No obstante,
la resistencia suele dar una imagen general de la calidad del hormigón, puesto que
está directamente relacionada con la estructura de la pasta de cemento endurecida.

La resistencia es un valor convencional establecido a través de un ensayo


normalizado y puede definirse como la tensión para la que se alcanza el
agotamiento.

2. FACTORES INFLUYENTES SOBRE LA RESISTENCIA.

El hormigón es, de forma simplificada, un material compuesto de dos fases:


matriz cementante (pasta de cemento) y áridos. De acuerdo con ello, la resistencia
del hormigón va a depender fundamentalmente de la resistencia de la pasta de
cemento endurecida, de la adherencia árido-pasta y de los áridos (tipo, contenido,
etc.). No obstante, algunos de estos factores dependen a su vez de otros, siendo
uno de los más importantes la relación agua/cemento (a/c).
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2.1. Resistencia de la pasta de cemento.

La resistencia de la pasta de cemento depende de numerosos factores, la


mayoría de ellos relacionados entre sí. Estos factores son principalmente: la
porosidad de la pasta, la temperatura y el contenido de humedad.

a) Porosidad.- Generalmente se acepta que la porosidad de la pasta es el factor


que más influye sobre su resistencia.

Figura 1. Influencia del nivel de porosidad del hormigón sobre su resistencia

b) Humedad.- El incremento del contenido de humedad se traduce en una


disminución de la resistencia, si bien este efecto es de escasa relevancia
dentro del rango de humedades relativas habituales.

Figura 2. Influencia de la HR sobre la resistencia


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c) Temperatura.- La temperatura actúa como un catalizador de las reacciones de


hidratación del cemento, obteniéndose a edades tempranas mayores
resistencias cuanto mayor es la temperatura de conservación. No obstante, si
la temperatura de conservación es alta, a largo plazo las resistencias que se
obtienen son algo menores.

Figura 3. Influencia de la temperatura sobre la evolución de la resistencia

2.2. Adherencia árido-pasta.

La adherencia entre el árido y la pasta depende de factores mecánicos


(rugosidad y acuñamiento), físicos (desarrollo de fuerzas moleculares atractivas o de
cohesión en la superficie de las partículas) y químicos (reacciones químicas en el
caso de algunos áridos como la dolomita o la caliza).

Una parte importante de esta adherencia se debe a motivos mecánicos y, por


lo tanto, va a depender de las características superficiales de los áridos. Así, por
ejemplo, se consiguen mayores resistencias con árido de machaqueo que con árido
rodado, pues al aumentar la rugosidad superficial se mejora el rozamiento y el
acuñamiento mecánico entre el árido y la pasta (formación de microllaves). No
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obstante, este efecto sólo es importante para relaciones A/C bajas (del orden de
0,4), desapareciendo prácticamente para relaciones A/C superiores a 0,65.

2.3. Áridos.

Por lo que respecta a los áridos, los factores que más van a influir sobre la
resistencia del hormigón van a ser la resistencia, el módulo de deformación, el
tamaño máximo del árido y la concentración volumétrica.

a) Resistencia de los áridos.- En los hormigones ordinarios, la resistencia del


árido es mayor que la resistencia de la pasta de cemento y que la adherencia
entre el árido y la pasta; como consecuencia de ello, la resistencia del árido no
es un factor determinante por lo que a la resistencia del hormigón respecta. Sin
embargo, en los hormigones fabricados con áridos ligeros o en hormigones de
alta resistencia, éstos constituyen la fase menos resistente del material, por lo
que su resistencia sí puede influir de modo decisivo sobre la resistencia del
hormigón.

b) Módulo de deformación de los áridos.- Suponiendo deformaciones iguales


en los áridos que en la pasta de cemento, cuanto más rígido sea el árido
(mayor módulo de deformación) mayor será la fracción de carga aplicada por él
absorbida y, por lo tanto, menor la fracción de ella que solicitará a la pasta de
cemento, eslabón más débil en los hormigones ordinarios. En consecuencia, un
incremento del módulo de deformación de los áridos se traduce en un
incremento de resistencia del hormigón.

c) Tamaño máximo del árido.- Si la concentración volumétrica del árido y la


relación a/cC se mantienen constantes, el incremento del tamaño máximo del
árido se traduce en una merma de la resistencia a compresión del hormigón,
debido a una menor área adherente entre la pasta y el árido (mayores
tensiones en la interfase) y al la discontinuidad ocasionada por las partículas
(mayor heterogeneidad de la mezcla).
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No obstante, también es cierto que en la práctica, hasta alcanzar tamaños


máximos del árido del orden de 40 mm, a medida que aumenta el tamaño del
árido, el área superficial disminuye y, por lo tanto, el agua necesaria es menor,
aumentando así la resistencia del hormigón. Para tamaños superiores a 40
mm, los efectos adversos producidos por el incremento de tensiones en la
interfase y la discontinuidad de las partículas priman sobre los afectos
beneficiosos derivados de menores relaciones A/C, produciéndose en
consecuencia pérdidas de resistencia.

Figura 4. Influencia del tamaño máximo del árido sobre la resistencia del hormigón

d) Concentración volumétrica del árido.- En principio, a medida que aumenta


el contenido de áridos aumenta la resistencia del hormigón. No obstante, esta
afirmación sólo es válida mientras siga existiendo un volumen de pasta
suficiente para rellenar todos los huecos, pues de lo contrario aumentaría la
porosidad del hormigón con la consiguiente pérdida de resistencia.

Así pues, por lo que a la resistencia del hormigón respecta, en cada caso hay
un valor óptimo de la concentración volumétrica de árido.
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2.4. Relación a/c.

Aunque anteriormente se ha señalado que probablemente el factor que más


influye sobre la resistencia de la pasta es la porosidad, ésta depende
fundamentalmente de la relación a/c. Una vez aportada el agua mínima necesaria
para garantizar los procesos de hidratación del cemento, el exceso de agua se
traduce en un incremento del agua libre (o capilar) que ocupa unos espacios al
interior del hormigón, mayores cuanto mayor sea la cantidad de agua aportada.
Además de la pérdida de resistencia debido a la presencia de poros al interior del
material se produce también una pérdida de rigidez del hormigón (disminución del
módulo de deformación) pues, durante la fase de secado y hasta alcanzar el
equilibrio higrométrico con el exterior, parte de esta agua se va perdiendo quedando
una red de poros vacíos al interior y, por lo tanto, más deformables.

Figura 5. Influencia de la relación a/c sobre la resistencia

En definitiva, la relación es un factor muy decisivo sobre la resistencia del


hormigón. De hecho, ya en 1919 Duff Abrams formuló una ley en la que se
establecía que la resistencia es inversamente proporcional a la relación a/c.

K1
fc =
K 2a / c

donde K1 y K2 son dos constantes empíricas.


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No obstante, esta ley tiene ciertas limitaciones, pues por debajo de ciertas
relaciones a/c, salvo que se utilicen fluidificantes, pueden darse problemas de
trabajabilidad y compactación, dificultando la correcta hidratación del cemento y
provocando una mayor porosidad, lo que se traduce en una merma de resistencia.
Por ello, salvo casos especiales, no conviene utilizar relaciones a/c inferiores a 0,4.

3. EVOLUCIÓN DE LA RESISTENCIA CON LA EDAD Y LA TEMPERATURA.

Los factores que más influyen sobre la velocidad de endurecimiento del


hormigón son las características del cemento, el proceso de curado y el empleo de
aditivos y adiciones.

a) Características del cemento.


La velocidad de hidratación de un cemento aumenta cuando crece su
contenido en silicato tricalcico (C3S) o en aluminato tricalcico (C3A), lo mismo
que sucede cuando lo hace la finura de molido.

b) Curado.
La falta de humedad durante el proceso de curado puede interrumpir
definitivamente la hidratación del cemento y, por tanto, la adquisición de
resistencia.
El aumento de la temperatura, aunque acelera la velocidad de desarrollo de las
reacciones de hidratación, puede conducir a una resistencia menor a edades
más avanzadas.

c) Aditivos y adiciones.
Se puede modificar, al menos temporalmente, la cinética del fraguado o del
endurecimiento mediante el empleo de ciertos aditivos. Así, los llamados
retardadores sirven para retrasar el fraguado o el endurecimiento del hormigón;
lo contrario se consigue con los llamados aceleradores.
El uso cada vez más frecuente de adiciones, como es el caso de las cenizas
volantes, puede cambiar también el proceso normal de endurecimiento,sobre
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todo si el uso que se hace de las mismas es como sustitutivo parcial del
cemento.

Así pues, dada la gran cantidad de factores que intervienen en el proceso de


endurecimiento del hormigón, es muy difícil predecir la resistencia a una edad a
partir de los resultados obtenidos a edades más tempranas, o viceversa.

El incremento de resistencia del hormigón es mayor en las primeras edades,


ralentizándose el proceso con el paso del tiempo hasta que se estabiliza.
Normalmente se adopta como patrón la resistencia a la edad de 28 días, habiéndose
alcanzado a esa edad gran parte de la resistencia total.

La antigua Instrucción española EHE (año 1998) en su tabla 30.4.b


proporcionaba unos valores estimativos de la resistencia a compresión a la edad de
“j” días en relación con la resistencia a 28 días.

Tabla 1. Resistencia a compresión sobre probetas del mismo tipo.

Edad del hormigón (días) 3 7 28 90 360

Hormigones de endurecimiento normal 0,40 0,65 1,00 1,20 1,35


Hormigones de endurecimiento rápido 0,55 0,75 1,00 1,15 1,20

Dado que la EHE sólo proporcionaba valores a edades muy concretas, se


puede recurrir a otras normativas para establecer la evolución de la resistencia con
el tiempo. En este sentido, tomando la expresión facilitada por el Código Modelo
CEB-FIP 1990 y recogida en los comentarios de la EHE-08, se tiene:

f c ( j ) = β cc ( j ) f c , 28

donde βcc (j) es un coeficiente de valor:

  28  
 s  1 − 
  j  
β cc ( j ) = e

siendo:
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fc (j) Resistencia a compresión a la edad j

fc,28 Resistencia a compresión a la edad de 28 días

s Coeficiente que depende del tipo de cemento y que adopta los valores:
0,20 cementos de endurecimiento rápido y de alta resistencia (42,5R y 52,5 R)
0,25 para cementos normales y de endurecimiento rápido (32,5R y 42,5 N).
0,38 para cementos de endurecimiento lento (32,5 N)

A través de esta expresión se puede también estimar la evolución del módulo


de deformación del hormigón con el tiempo, verificándose:

E c ( j ) = β E ( j ) E c , 28 = β cc ( j ) E c , 28 con E c = 8.500 a 3 f cm ≈ 8.500 a 3 f ck + 8 ( MPa )

donde a es un coeficiente que tiene en cuenta el tipo de árido empleado (ver tema 3).

La evolución de la resistencia del hormigón depende también de la temperatura


de conservación, evolucionando más rápidamente cuanto mayor es la temperatura,
pues, como ya se ha señalado anteriormente, la temperatura actúa como catalizador
de las reacciones de hidratación del cemento.

Para poder relacionar la evolución de la resistencia con la temperatura se suele


utilizar el concepto de madurez. Simplificadamente se puede considerar que dos
hormigones de igual dosificación pero de distinta edad tienen la misma resistencia si
tienen la misma madurez. La madurez “m” es el producto de la temperatura por el
tiempo de actuación de la misma. La expresión utilizada es la siguiente:
n
m = ∑ [ (Ti + 10 ) t i ]
i =1

En el caso particular de hormigones sometidos durante “j” días a una


temperatura constante de 20 ºC, la expresión anterior sería:

m = 30 j
Igualando las dos expresiones anteriores y despejando “j”, se tiene:
n

∑ [ (T +10) t ]
i =1
i i

j=
30
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Esta edad “j” se denomina edad teórica o equivalente de un hormigón, y es el


tiempo que ha de permanecer dicho hormigón a la temperatura de referencia de
20ºC para alcanzar la misma madurez (y, por lo tanto, la misma resistencia) que si
hubiese estado durante ti días reales a una temperatura de Ti.

Ejemplo.

Dado un edificio comercial proyectado con un hormigón de resistencia


característica a compresión fck = 25 Mpa. Con el objeto de acelerar el proceso de
ejecución se ha decidido utilizar en obra un hormigón de resistencia fck = 30 Mpa.
Suponiendo que el descimbrado de la estructura sólo es viable cuando se alcance la
resistencia de proyecto (25 MPa) y que el cemento utilizado en obra es un cemento de
endurecimiento normal, establecer los días que han de transcurrir para proceder a
dicha operación en los dos supuestos siguientes:

a) durante todos los días la temperatura es de 20 ºC

b) durante los 3 primeros días la temperatura es de 8 ºC, durante los 6 siguientes


de 6 ºC y durante los 10 siguientes de 12 ºC.

a) Caso 1.

La evolución de la resistencia viene dada por la siguiente expresión:


f c ( j ) = β cc ( j ) f c , 28

El tiempo que ha de transcurrir para que con un hormigón de 30 MPa se


alcance una resistencia de 25 MPa, viene dado por el coeficiente βcc:
25
f c ( j ) = β cc ( j ) f c , 28 ⇔ 25 = β cc ( j ) × 30 ⇔ β cc ( j ) = = 0,833
30

Así pues, la edad “j” es igual a:

  28     28  
 s  1−   0, 25 1− 

  j    j   28 
β cc ( j ) = e ⇔ 0,833 = e 
⇔ 0,25 1−  = ln 0,833 ⇔ j = 9,36 días
 j 
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b) Caso 2.

De acuerdo con el apartado anterior, si la temperatura es de 20 ºC deben de


transcurrir 9,36 días para poder alcanzar una resistencia de 25 MPa. Como la
temperatura es diferente de 20 ºC, la madurez del hormigón es distinta y, por lo tanto,
hay que determinar cada día real a cuantos días teóricos equivalen:

a) Tª = 8 ºC.
n
∑ [ (Ti +10) ti ] (T +10) t (8 + 10)
i =1
j= = = = 0,60 días
30 30 30
Dado que esta temperatura está actuando durante tres días, este tiempo equivale
a 1,80 días teóricos y, por lo tanto, inferior a los 9,36 días teóricos necesarios.

b) Tª = 6 ºC.
n
∑ [ (Ti +10) ti ] (T +10) t (6 + 10)
i =1
j= = = = 0,53 días
30 30 30

Dado que esta temperatura está actuando durante seis días, este tiempo equivale
a 3,20 días teóricos. Teniendo en cuenta los tres días anteriores a 8 ºC, los días
teóricos transcurridos desde el hormigonado son 5.

Como el tiempo teórico que ha de transcurrir es de 9,36 días, la estructura debe


permanecer apuntalada 4,36 días teóricos más.

c) Tª = 12 ºC.
n
∑ [ (Ti +10) ti ] (T +10) t (12 + 10)
i =1
j= = = = 0,73 días
30 30 30

Para que pasen los 4,36 días teóricos que falta por completar, el tiempo real que
ha de transcurrir es de:
4,36
t= = 5,95 ≈ 6 días
0,73
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En definitiva el tiempo total que ha de transcurrir para poder descimbrar la


estructura es de:

3 días a 8 ºC (1,8 días teóricos) + 6 días a 6 ºC (3,2 días teóricos) + 6 días a 12 ºC


(4,36 días teóricos) = 15 días reales.

4. RESISTENCIA A COMPRESIÓN DEL HORMIGÓN.

Tal y como se ha señalado anteriormente, la resistencia a compresión del


hormigón es un valor convencional que va a depender del tipo de ensayo realizado,
pudiendo definirse como la tensión para la que se alcanza el agotamiento. En
España se utiliza para la determinación de este parámetro probetas cilíndricas de 15
cm de diámetro y 30 cm de altura, curadas en cámara durante 28 días a una
temperatura de 20 ºC y una HR del 95%, refrentadas y ensayadas a compresión a
una velocidad de carga de 5 kp/cm2/seg (normas UNE 83-301:91, 83-303:84 y 83-
304:84). No obstante, también se pueden emplear probetas cúbicas, en cuyo caso
los resultados deben corregirse por un factor de conversión (artículo 86.3.2 de la
EHE-08).

Cuando se habla de resistencia del hormigón, hay que distinguir, en principio,


entre “resistencia media”, “resistencia característica” y “resistencia de cálculo”.

De acuerdo con la Instrucción Española EHE-08 la resistencia de una amasada


o unidad de producto (volumen de hormigón fabricado de una sola vez y, por lo
tanto, presumiblemente homogéneo) es la media aritmética de los resultados
obtenidos del ensayo hasta rotura de al menos dos probetas.

Cuando se realizan dos probetas por amasada, se admite que el hormigón de


cada amasada es homogéneo si el recorrido relativo de las resistencias obtenidas en
cada probeta es inferior al 13 %. Es decir, si se verifica:
f max − f min
≤ 0 ,13
f max + f min
2
siendo fi la resistencia a compresión de las probetas.
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En el caso particular que se ensayen 3 probetas de una misma amasada, el


recorrido relativo tiene que ser inferior al 20 %:
f max − f min
≤ 0 ,20
f1 + f 2 + f 3
3
En el supuesto que no se verifique la relación anterior hay que considerar el
ensayo nulo y, por lo tanto, desechar los resultados de la amasada en cuestión.

4.1. Resistencia media y resistencia característica del hormigón.

Los valores de ensayo que proporcionan las probetas son más o menos
dispersos, según el cuidado y rigor con que se confeccione el hormigón, debiendo,
en consecuencia, tener en cuenta esta circunstancia al tratar de definir un hormigón
por su resistencia.

Si, dadas n probetas ensayadas a compresión, se adopta como valor


representativo de los ensayos la media aritmética, se obtiene lo que se denomina
“resistencia media” fcm. No obstante, este valor no refleja la verdadera calidad del
hormigón en obra, al no tener en cuenta la dispersión de los resultados.

Figura 6. Distribución normal de resistencias

Si se tienen dos hormigones con la misma resistencia media, no cabe duda que
es más fiable aquel que presenta menor dispersión. Por consiguiente, el coeficiente
de seguridad que se adopte en el cálculo debe de ser mayor para el hormigón más
disperso. La conclusión que se extrae es que el adoptar la resistencia media como
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base de los cálculos conduce a coeficientes de seguridad variables según la calidad


de ejecución.

Para eliminar este inconveniente y conseguir que se trabaje con un coeficiente


de seguridad único, homogéneo en todos los casos, se ha adoptado el concepto de
“resistencia característica del hormigón”, que es una medida estadística que tiene en
cuenta no sólo el valor de la media aritmética fcm de las roturas de las diversas
probetas, sino también la desviación típica relativa o coeficiente de variación δ de la
serie de valores1.

Así pues, se define como resistencia característica fck del hormigón aquel valor
que presenta un grado de confianza del 95 %, es decir, que existe una probabilidad
de 0,95 de que se presenten valores individuales de resistencia de probetas más
altos que fck. De acuerdo con esta definición y admitiendo la hipótesis de distribución
estadística normal, la resistencia característica viene dada por la expresión:

f ck = f cm (1 −1,64 δ )

donde fcm es la resistencia media y δ el coeficiente de variación de la población de


resistencias (cociente entre la desviación típica σ y el valor medio):
1 n
f cm = ∑ f ci
n i =1

∑ ( f ci − f cm ) ∑ ( f ci − f cm )
n 2 n 2
n =1 σ 1 n =1
σ= ; δ= =
n−1 f cm f cm n−1

No debe confundirse la expresión dada para fck con los estimadores2 de la


resistencia característica que se emplean para aceptar o rechazar un hormigón

1
Son parámetros estadísticos que proporcionan una medida de la dispersión, es decir, sirven para medir el
grado de alejamiento (dispersión) de los datos y, por lo tanto, es mayor cuanto más alejados de la media estén.
El coeficiente de variación δ es igual a la desviación típica σ dividido por el valor medio (σ/fcm) y, por lo
tanto, mide la “variación relativa” respecto del valor medio.
La desviación típica proporciona el valor medio del grado de lejanía (o distancia) a que se encuentran
cada uno de los valores respecto del valor medio ( xi − x m )
2
La expresión señalada de fck es más correcto aplicarla cuando la población sobre la que se trabaja es
importante (n > 35). Dado que en la práctica el muestreo que se realiza es mucho más pequeño, las expresiones
que se suelen utilizar son otras, denominadas “estimadores” y que están recogidas en el artículo 86 de la EHE.
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determinado en obra, a partir de un número relativamente pequeño de


determinaciones.

Cuando se trata de soportes, muros y, en general, de piezas de pequeña


sección que se hormigonan verticalmente de una sola vez, existe un efecto de
refluxión de agua hacia la parte superior durante la compactación del hormigón, el
cual queda mejor consolidado en la base (debido al peso de la masa fresca que
gravita sobre ella) y más debilitado en su tercio más alto. En consecuencia, el valor
de la resistencia característica del hormigón de soportes puede estimarse en el 90 %
del valor fck que corresponde a probetas enmoldadas, las cuales son representativas
del hormigón de la base pero no del hormigón el tercio superior. Por lo dicho, cuando
se trata de soportes o muros de pequeña sección, resulta prudente afectar la
resistencia de cálculo del hormigón de un coeficiente 0,9, aún cuando las normas no
obligan a ello. Como es natural, este efecto no se produce en soportes
prefabricados, que se hormigonan en horizontal.

La Instrucción Española EHE tipifica los hormigones, con arreglo a su


resistencia característica expresada en N/mm2 (MPa), según la serie:

20, 25, 30, 35, 40, 45, 50, 55, 60, 70, 80, 90, 100

añadiendo que el empleo de la resistencia 20 se limita a hormigones en masa y que


la resistencia mínima empleable para hormigón armado es de 25 MPa. Con esta
limitación se pretende asegurar una mayor durabilidad de las estructuras de
hormigón armado.

En general, los valores habituales de fck para estructuras de edificación son 25


y 30 MPa, reservándose los restantes valores de la serie para obras civiles, obras de
hormigón pretensado y prefabricación.

En cualquier caso, la tipificación de un hormigón se realiza, de acuerdo con el


artículo 39.2 de la EHE, de la siguiente forma (debe de reflejarse en los planos de
proyecto y en el Pliego de Prescripciones Técnicas Particulares del proyecto):

T – R / C / TM / A
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donde:

T Indicativo que será HM, HA o HP en los casos de hormigón en masa, hormigón


armado u hormigón pretensado, respectivamente.
R Resistencia característica especificada (MPa).
C Letra inicial del tipo de consistencia (S: seca, P: plástica, B: blanda, F: fluida).
TM Tamaño máximo del árido en milímetros 3.
A Designación del ambiente

No hay que olvidar que el hormigón que se prescriba debe ser tal que, además
de la resistencia mecánica, asegure el cumplimiento de los requisitos de durabilidad
(contenido mínimo de cemento y relación a/c máxima).

Ejemplo.

Dada una losa de hormigón en la que se han tomado muestras de todas las
amasadas utilizadas para su ejecución. El resultado de los ensayos de compresión
ha sido el siguiente:

- en 15 amasadas la resistencia obtenida ha sido fc = 20 Mpa


- en 5 amasadas la resistencia obtenida ha sido fc = 24 Mpa
- en 5 amasadas la resistencia obtenida ha sido fc = 16 Mpa
- en 5 amasadas la resistencia obtenida ha sido fc = 22 Mpa
- en 5 amasadas la resistencia obtenida ha sido fc = 18 Mpa

Se pide determinar la resistencia característica fck del hormigón de la losa.

a) Resistencia media.

15 × 20 + 5 × 24 + 5 ×16 + 5 × 22 + 5 ×18
f cm = = 20 MPa
35

3
Hay que tener cuidado a la hora de especificar el tamaño máximo del árido porque hasta ahora era
habitual en obra especificar una capa de compresión del forjado de 4 cm y un tamaño máximo de árido de 20
mm. No obstante, estas dos prescripciones son incompatibles entre sí, pues según el artículo 28.3.1 el tamaño
máximo del árido debe ser inferior a 0,4 veces el espesor de la capa de compresión. En consecuencia, o se utiliza
árido de 12 mm con capa de 4 cm o árido de 16 mm con capa de 5 cm.
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b) Coeficiente de variación.

∑ ( f ci − f cm )
n 2
15 (20 − 20 ) + 5 (24 − 20 ) + 5 (16 − 20 ) + 5 (22 − 20 ) + 5 (18 − 20 )
2 2 2 2 2
1 n =1 1
δ= =
f cm n −1 20 34

1 200
= = 0 ,1213
20 34

d) Resistencia característica.

f ck = f cm (1 − 1,64 δ ) = 20 (1 − 1,64 × 0 ,1213 ) = 20 × 0 ,8011 = 16 ,02 MPa

4.2. Resistencia de cálculo.

Se considera como resistencia de cálculo del hormigón (en compresión fcd o en


tracción fct,d) el siguiente valor:

f ck
f cd = α cc
γc
donde:

acc Factor que tiene en cuenta el cansancio del hormigón debido a cargas de larga
duración y que oscila entre 0,85 y 1,0. En edificación parece razonable
considerar acc = 1,0 siempre y cuando las cargas permanentes no representen
prácticamente la totalidad de la carga total.

fck Resistencia característica

γc Coeficiente de seguridad

El valor que adopta el coeficiente de ponderación de la resistencia del


hormigón es el siguiente:

- En Estados Límite de Servicio (ELS): ..................................................... γc = 1,00


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- En Estados Límite Últimos (ELU):


- Situación de proyecto persistente o transitoria ..................................... γc = 1,50
- Situación de proyecto accidental .......................................................... γc = 1,30

No obstante, con independencia de estos valores, cuando se establezca en


proyecto un control indirecto del hormigón, la resistencia de cálculo del hormigón
deberá de tomarse igual a 10 Mpa (artículo 86.5.6 de la EHE).

5. RESISTENCIA DEL HORMIGÓN A TRACCIÓN.

Aunque no suele contarse con la resistencia a tracción del hormigón a efectos


resistentes, es necesario conocer su valor porque juega un papel importante en
ciertos fenómenos, tales como la fisuración, las deformaciones, el esfuerzo cortante,
la adherencia de las armaduras, etc. Por otra parte, en ciertos elementos de
hormigón, como en el caso de los pavimentos, puede ser más interesante el
conocimiento de la resistencia a tracción que la de compresión.

Como ocurre con la resistencia a compresión, la resistencia a tracción es un


valor un tanto convencional que depende del tipo de ensayo. Existen tres formas de
obtener la resistencia a tracción: por flexotracción, por tracción indirecta y por
tracción directa, siendo los dos primeros los más habituales.

Figura 7. Tipos de ensayo para determinar la resistencia a tracción.

Para determinar la resistencia media a tracción fct,m a partir de la resistencia a


tracción indirecta fct,i y la resistencia a flexotracción fct,fl, se pueden utilizar las
siguientes expresiones (en los comentarios del art. 31.3 de la EHE-08 se dan otras
expresiones cuando se dispone de datos reales de ensayos de flexotracción):
Lección 4. Propiedades mecánicas del hormigón 21
Construcción III Grupo C

1
f ct ,i = f ct ,m
0,90

1.600 − h 
f ct , fl = max  f ct ,m ; f ct ,m 
 1.000 

siendo h el canto del elemento expresado en mm.

Los valores obtenidos en los ensayos para la resistencia a tracción son


bastante dispersos y su variación puede extenderse al intervalo [0,7 fctm, 1,3 fctm],
referido al valor medio fct,m. Aunque la resistencia a tracción depende de muchas
variables (entre ellas la naturaleza y limpieza de los áridos), la Instrucción española
admite que la resistencia a tracción directa está ligada a la resistencia característica
del hormigón a compresión fck mediante las siguientes relaciones:

f ct ,m = 0,30 3
f ck2 (Mpa) para fck ≤ 50 Mpa

f ct ,m = 0,58 f ck (Mpa) para fck > 50 Mpa

pudiendo considerar en ambos casos como resistencia característica a tracción fct,k:


f ct ,k = 0,70 f ct ,m

6. ESTADOS MULTIAXIALES DE CARGA.

Una probeta prismática de hormigón sometida a compresión simple se rompe


cuando la carga produce una tensión igual a la resistencia fc. No obstante, cuando
se aplica un estado de cargas multiaxial, el comportamiento tensión-deformación del
hormigón se modifica. Así, por ejemplo, si una probeta se somete a un esfuerzo de
compresión en una dirección, y a un esfuerzo de tracción en dirección normal a la
primera, la rotura se produce por la acción conjunta de ambos esfuerzos, cuando la
tensión de compresión alcanza el valor σI y la de tracción el valor σII, ambos
inferiores, respectivamente, a las resistencias a compresión fc y tracción simples fct.

Por otro lado, si una probeta prismática está sometidas a compresión en las
dos direcciones, la rotura se produce cuando la compresión σI en la dirección
principal alcanza un cierto valor, superior a la resistencia en compresión simple fc.
Lección 4. Propiedades mecánicas del hormigón 22
Construcción III Grupo C

Además de un incremento de resistencia, se consigue un comportamiento más dúctil


del hormigón.

El hormigón se encuentra sometido a estos estados de tensión biaxil en las


vigas que trabajan a flexión con esfuerzo cortante, ya que las distintas fibras están
sometidas a compresión en una dirección principal y a tracción en la otra normal a
ella. No obstante, ambos cálculos suelen hacerse por separado.

En el caso de esfuerzos triaxiales, el comportamiento es similar. Algunos


autores proponen la siguiente expresión cuando se aplican esfuerzos de compresión
en las tres caras:

σ I = f c + 4,6 σ II con σII < fc

donde σII es la compresión ejercida en las caras laterales.

La EHE admite en nudos multicomprimidos, como por ejemplo, en el caso


particular de cargas concentradas sobre macizos, valores de σI de hasta 3,30 fcd, lo
que indica que las compresiones transversales dan lugar a un aumento de la
resistencia muy notable.

Un caso donde el hormigón se encuentra sometido a esfuerzos de compresión


triaxial es el de las columnas zunchadas, ya que el zuncho coarta la deformación
transversal debida al efecto Poisson y actúa, por consiguiente, como una
compresión lateral.

Este zunchado puede realizarse con un encamisado de hormigón armado, con


un encamisado metálico o simplemente con los propios estribos que se utilizan para
armar el pilar. Este último caso está contemplado en el artículo 40.3.4 de la EHE,
donde se establece que, para cargas estáticas, la resistencia a compresión de
cálculo f1cd del hormigón confinado es:

f1cd = (1+1,5α ωW ) f cd

donde a está definida en la figura 8.


Lección 4. Propiedades mecánicas del hormigón 23
Construcción III Grupo C

Figura 8. Coeficiente a.

Por otro lado, se tiene (figura 9):

ωw Cuantía mecánica volumétrica de confinamiento

Wsc f yd
ωW =
Wc f cd

W sc Volumen de los estribos


Wc Volumen del hormigón confinado
Acc Área de hormigón encerrada por la armadura transversal

Figura 9.
Lección 4. Propiedades mecánicas del hormigón 24
Construcción III Grupo C

7. COMPORTAMIENTO EN FATIGA.

Bajo compresiones repetidas o de larga duración el hormigón puede agotar


prematuramente su resistencia. Un caso particular de fatiga es el de “fatiga bajo
carga constante”, también denominado “cansancio”.

Los ensayos publicados por Rüsch en 1960 siguen constituyendo la


información más completa que se dispone sobre este fenómeno. De acuerdo con
ellos se tiene que la resistencia a largo plazo puede llegar a ser del orden del 80 %
de la que correspondería a carga rápida. No obstante este fenómeno aparece
cuando la sección se encuentra totalmente comprimida, pero no aparece o es
despreciable en flexión simple.

Figura 10. Cansancio del hormigón bajo carga mantenida.

Al igual que el resto de normativas, la Instrucción española tiene en cuenta este


fenómeno de cansancio del hormigón en los cálculos que se realizan en Estados
Límite Últimos, introduciendo un factor corrector de la resistencia de cálculo del
hormigón αcc que puede tomarse entre 0,85 y 1,0, lo que proporciona resultados
correctos en compresión simple y errores muy pequeños, del lado de la seguridad,
en flexión simple.

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