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“Encuentro con el Señor” en el Texto Original de 1ª de Tes 4:17

Posmilenial

MILENIO LUEGO LA ERA DE LA IGLESIA CRISTO ESTADO ETERNO

Premilenarismo se divide en dos clásico y dispensacional

ERA DE LA I -ARREBATO-MILENIO-RESU-ESTADO E

ERA DE LA I-7 AÑOS CON CRISTO-MILENIO-RESU-ESTADO E

amineralismo

Sin duda alguna, el Nuevo Testamento fue escrito en griego. Algunos sostienen que fue escrito en hebreo, pero
todavía no han podido descubrir ningún manuscrito hebreo antiguo. Todas las iglesias de Pablo usaron el griego
como su idioma principal. Pablo creció hablando arameo, usando el hebreo para sus estudios y también
hablando un dialecto del griego llamado koiné. Fue en griego que el apóstol escribió sus epístolas. Es por esta
razón, que muchos estudiantes serios de las Escrituras cristianas deciden estudiar griego, tal y como muchos
estudian hebreo y arameo.

Desafortunadamente, mucho de lo que oímos sobre el griego en los libros o desde el púlpito es falso. Por
ejemplo, algunos predican que ágape significa “amor divino”, mientras que philé significa “cariño humano.”
Esto simplemente no es verdad, y las palabras son a menudo intercambiables en el Nuevo Testamento. Me
estremezco cada vez que oigo las palabras, “Yo sé que dice tal-y-tal en el español, pero el griego realmente
dice, etc.” De hecho, las traducciones al español con algunas excepciones fueron llevadas a cabo por expertos
en los idiomas originales, quienes han puesto mucho esfuerzo en expresar el significado original en español. [1]

Sin embargo, de vez en cuando, en el idioma griego se encuentra una joya, por lo que se torna difícil de
comunicarse en español. En la NVI dice “Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire.” Si bien esto es básicamente
correcto, la Reina Valera Actualizada da un matiz mejor del idioma original: “seremos arrebatados juntamente
con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire” (RV 60 y RV 95 usan un verbo en lugar de
“encuentro,” “para recibir”).

En mi comentario sobre 1-2 Tesalonicenses (próximamente de Zondervan) opté por traducir “luego nosotros,
los que vivimos y quedamos, seremos arrebatados junto con [los que están muertos] en las nubes para recibir al
Señor en el aire” [en inglés, “we who still live and remain will be taken up together with (those who were dead)
in the clouds to welcome the Lord in the air.”] Por lo tanto, seguí la mayoría de versiones en inglés y usé un
verbo en lugar de la frase preposicional “para una reunión” (eis apántesin). Lo traduje así porque es difícil usar
así una frase preposicional en inglés (“para el encuentro”) y un verbo representa bien lo que el original dice. Sin
embargo, la traducción de Reina Valera Actualizada “para el encuentro con el Señor” es la mejor en el
castellano.

Pero, ¿qué pasa después de que los cristianos reciban al Señor en el aire? ¿A dónde irán? Pablo no dice, ni aquí
ni en el paralelo en 1a Corintios 15:52. En algunos sistemas de escatología, Cristo se acerca a la tierra, a la
atmósfera, para recibir a los santos y luego los toma de nuevo con él al cielo. Esto es la base para los libros más
vendidos de la serie “Dejado Atrás.” Otra interpretación es que cuando Cristo vuelva, los santos van para el
encuentro, y luego lo acompañan, mientras desciende a la tierra. A falta de detalles explícitos, ¿hay alguna
indicación implícita de lo que sucede después?

Parece que sí: la palabra griega “encuentro” (apántesis aquí, y su cognado jupántesis) [2] no significa
simplemente encontrar a alguien, sino más bien “la acción de ir al encuentro de un dignatario cuando llega,
sobre todo como una muestra de honor.” [3] Cuando una persona importante venía a visitar una ciudad en esos
días, los habitantes le rendían homenaje al salir de la ciudad para reunirse con él. A continuación, le
acompañaban de regreso a la ciudad. Esto es lo que sucede en Juan 12:13 donde la multitud, el Domingo de
Ramos, salió de Jerusalén para conocer a Jesús (jupántesis) y acompañarlo de nuevo a la ciudad.

Además, el Discurso de los Olivos incluye la metáfora de un gobernante que viene a la ciudad, donde luego
entra: “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas” (Mateo
24:33 LBLA). Lo que hace inusual el lenguaje de Pablo es la nueva orientación espacial del encuentro.
Convierte la acción “horizontal” del dignatario, la recepción y la entrada en una ciudad cerrada, en una acción
“vertical”: cuando Cristo venga, él “desciende” a su dominio, y sus súbditos “suben a las nubes, al aire,” como
corresponde al honor que merece Jesucristo. [4]

Con base en este uso convencional de la apántesis, se puede concluir, con un grado alto de certeza, que Pablo
previó que Jesús vendrá al aire; que los creyentes resucitados y los vivos subirán en su honor; y entonces le
acompañarán de nuevo a la tierra. [5] Esta idea es muy similar a la idea de 2 Tes. 1:10 NVI – “el día en que
venga para ser glorificado por medio de sus santos y admirado por todos los que hayan creído.”

Todo para decir que, el texto griego original implica que nadie será “dejado atrás,” sino que los santos
regresarán de inmediato a la tierra para establecer el reino de Cristo

¿Qué quería decir Pablo?

Pablo es el responsable de que crear este escenario. Jesús, como he argumentado en varios libros, nunca predijo
un evento así. Los pasajes en los evangelios acerca del “Hijo del Hombre viniendo en las nubes” (Marcos 13:26,
14:62, por ejemplo) son acerca de la vindicación de Jesús, su “venida” al cielo desde la tierra. Las parábolas sobre
el rey o el amo que vuelve (por ejemplo, Lucas 19:11-27) eran originalmente sobre el regreso de Dios a Jerusalén,
no sobre Jesús regresando a la tierra. Eso, Jesús parecía creer, era un evento dentro de la historia del espacio-
tiempo, no uno que la terminaría para siempre.

La Ascensión de Jesús y la Segunda Venida son, sin embargo, doctrinas cristianas vitales, y yo no niego que creo
que algún evento futuro resultará en la aparición de Jesús en persona dentro de la nueva creación de Dios. Esto
es enseñado a lo largo del Nuevo Testamento fuera de los evangelios. Pero ese evento de ningún modo se
parecerá al relato de Left Behind. Entender qué sucederá requiere de una cosmología mucho más sofisticada que
una en que “el cielo” está en algún lugar de nuestro universo en vez de en una dimensión completamente diferente,
en un espacio-tiempo diferente.

El Nuevo Testamento, sobre la base de la antigua profecía bíblica, prevé que el Dios creador rehará por
completo el cielo y la tierra, reafirmando la bondad de la antigua Creación pero derrotando su mortalidad y
corruptibilidad (Romanos 8:18-27; Apocalipsis 21:1; Isaías 65:17, 66:22). Cuando eso suceda, Jesús aparecerá
dentro del mundo resultante (Colosenses 3:4; 1 Juan 3:2).

La descripción de Pablo de la reaparición de Jesús en 1 Tesalonicenses 4 es una versión brillantemente coloreada


de lo que él dice en otros dos pasajes, 1 Corintios 15:51-54 y Filipenses 3:20-21: en la “venida” o “aparición”
de Jesús, aquellos que todavía estén vivos serán “cambiados” o “transformados” de forma que sus cuerpos
mortales se convertirán en incorruptibles, inmortales. Eso es todo lo que Pablo intenta decir en 1 Tesalonicenses,
pero toma prestadas imágenes (de fuentes bíblicas y políticas) para resaltar su mensaje. Poco sabía sobre cómo
sus ricas metáforas serían incomprendidas dos milenios más tarde.

En primer lugar, Pablo hace eco de la historia de Moisés bajando de la montaña con la Torá. Las trompetas
suenan, se oye una fuerte voz, y después de una larga espera Moisés ve lo que ha ocurrido en su ausencia.
En segundo lugar, hace eco de Daniel 7, en que “el pueblo de los santos del Altísimo” (es decir, el “uno como
hijo de hombre”) será vindicado sobre su enemigo pagano al ser elevado para sentarse con Dios en su gloria. Esta
metáfora, aplicada a Jesús en los evangelios, es ahora aplicada a los cristianos que sufren persecución.

En tercer lugar, Pablo evoca imágenes de un emperador visitando una colonia o provincia. Los ciudadanos
salen a encontrarlo al campo y luego lo escoltan hacia la ciudad. La imagen de Pablo del pueblo “encontrando al
Señor en el aire” debe leerse asumiendo que el pueblo a continuación dará la media vuelta y llevará al Señor de
nuevo al mundo recién vuelto a hacer.

Las variadas metáforas paulinas de trompetas soplando y de los vivos siendo arrebatados al cielo para encontrar
al Señor no deben ser entendidas como verdad literal, como sugiere la serie Left Behind, sino como una
descripción vívida y bíblicamente alusiva de la gran transformación del mundo presente de la que habla en otros
lugares.

Las incomprendidas metáforas de Pablo representan un desafío para nosotros: ¿cómo podemos reutilizar las
imágenes bíblicas (incluyendo las de Pablo) para aclarar la verdad, no distorsionarla? ¿Y cómo podemos hacerlo,
como hizo él, de forma que subvierta las imágenes políticas de los dominadores y deshumanizadores imperios de
nuestro mundo? Podemos comenzar por preguntar: ¿qué visión del mundo es sostenida, incluso legitimada, por
la ideología de Left Behind? ¿Cómo puede ser confrontada y subvertida por el genuino pensamiento bíblico? Para
empezar, ¿no es la mentalidad de Left Behind esclava de una visión dualista de la realidad que permite a la
gente contaminar el mundo de Dios sobre la base de que va ser destruido pronto? ¿No sería esto derrotado si
recapturáramos la visión completa de toda la creación de Dios?

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