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ENE 6 SUBTEMA 1
CRISTO SE MANIFIESTA
ANTE SU IGLESIA
Lectura bíblica: Apocalipsis 1
Versículo clave: Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el
soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre. Apocalipsis 1:5
Himnos: 202, 77, 224

Introducción: El libro de Apocalipsis es una comunicación de


Jesucristo a su iglesia para fortalecerla y orientar su fe en los úl-
timos tiempos. En esta serie de temas nos acercaremos a parte
de su mensaje estudiando las cartas a las siete iglesias que se
registran en los capítulos 2 y 3. Antes de entrar a estudiar estas
cartas, resumiremos el trasfondo del libro de Apocalipsis y ve-
remos cómo se presenta Cristo ante su iglesia.

1. Trasfondo del Apocalipsis: Para el tiempo que se escribió


este libro, la iglesia veía acrecentarse la amenaza de un poder
gobernante hostil a ella. El poderoso imperio romano estaba in-
crementando su hostilidad contra la proclamación de evangelio
y contra las comunidades de creyentes dispersas por todos los
territorios. Ya para finales del primer siglo, la iglesia dispersa
por el imperio contaba a numerosos mártires, los cuales eran
cristianos que habían muerto por no negar su fe. Estos creyen-
tes habían sido acusados injustamente, juzgados y ejecutados,
tanto por tribunales judíos como por romanos. Por si esto fuera
poco, la realidad de las iglesias era que con facilidad confundían
el evangelio con ideologías extrañas, fácilmente mostraban una
falta de unidad, los creyentes fácilmente diluían su identidad
espiritual que debería distinguirles del mundo y preferían “mi-
metizarse” con el mundo, es decir, los cristianos preferían vivir
como el mundo vive en vez de vivir la vida santa que deman-

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daba el evangelio. ¡Y es que vivir distinguiéndose del mundo,
provocaba y provoca el rechazo del mundo!

2. Manifestación inicial de Jesucristo: Jesucristo mismo se pre-


senta ante Juan para encomendarle que escriba la revelación
para sus escogidos en estos tiempos adversos. Y lo primero que
deben de saber es que Jesucristo no solamente está vivo, sino
que también es poderoso y que está cercano a su iglesia.

Versículos 9 y 10 – Juan está exiliado en Patmos por predicar el


evangelio, él mismo ha sufrido el rechazo por su fe. En ese lugar
Jesucristo se manifiesta poderosamente ante él. Se aparece “en
el día del Señor”. Juan reconoce que es el día domingo cuando
se le aparece Jesucristo para reafirmar que es este el día cuan-
do los cristianos deben reunirse para escuchar la voz del Señor
y dueño de la iglesia.

Versículo 11 – Jesucristo se presenta primero como el Alfa y


Omega, es decir, como el que es el mismo de principio a fin, que
no cambia, que es seguro en su Palabra y que podemos confiar
en él y en su obra. Él enumera las siete iglesias a la que se en-
viará este mensaje revelado. Las ciudades que mencionan en
el versículo 11 están ubicadas en Asia Menor, la región donde
actualmente se encuentra Turquía. Pero veamos enseguida lo
que Juan ve antes de describir a Jesucristo.

Versículo 12 – Juan ve “siete candelabros de oro”. Más abajo, en


el versículo 20 va a aclarar que estos candelabros representan a
las siete iglesias. Así que en la Biblia y en el libro de Apocalipsis
este símbolo representa a la iglesia, a la congregación de los
escogidos de Dios, a nosotros, que hemos sido salvados por su
sangre. Un candelabro es un objeto que existe para iluminar, y
más precisamente, para portar aquello que da luz. Así la iglesia,
debe identificarse como un medio para que la luz de Jesucristo

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se dé a conocer. Por eso Jesucristo dice de nosotros en Mateo
5:14 y 16, Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede esconder… Así alumbre vuestra luz
delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras,
y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Esta es la
principal razón de ser de la iglesia: mostrar y llevar la luz de
Jesucristo para que la gente la conozca y glorifiquen a nuestro
Dios y Padre. El número siete, que aparece en diversas ocasio-
nes en el libro de Apocalipsis, significa perfección y plenitud. Así
que cuando dice que son siete candelabros o iglesias, estas son
representativas de la totalidad de la iglesia. Es decir, aunque
son comunidades concretas cada una de ellas, ya en conjunto y
agrupadas en siete, son una representación de todo el cuerpo
de Cristo a lo largo de la historia: es la iglesia de todos los tiem-
pos de la cual nosotros hoy también formamos parte. Por ello
las condiciones con las que se describen, los reconocimientos
y las amonestaciones que se le dan a cada una son relevantes
para nosotros. Y antes de dar su mensaje a la iglesia de todos
los tiempos y lugares, Jesucristo se tiene que presentar como el
Señor y soberano de esa iglesia de todos los tiempos.

3. Descripción portentosa del Hijo del hombre: El aspecto con


el que se describe a Jesucristo es portentoso e impresionante.
Se presenta así para que los creyentes reafirmen quién es el
Señor en el cual confían y vuelvan a reconocer su grandeza y su
poder, pero también su cercanía. Así como en el Antiguo Testa-
mento el Dios Todopoderoso no dejó abandonado a su pueblo
escogido, ahora en los tiempos finales Jesucristo, siendo Dios
todopoderoso, tampoco deja abandonados ni solos a sus segui-
dores que están pasando tiempos de tribulación. Veamos bre-
vemente esta descripción figurativa del Señor:
1) Vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido
por el pecho con un cinto de oro. (v. 13) - Evoca la identidad
sacerdotal y regia de Jesucristo: él es sacerdote y rey.

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2) Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana,
como nieve. (1:14) - De esta manera se representa tanto la
sabiduría perfecta de Jesucristo como su eternidad.

3) Sus ojos como llama de fuego. (1:14) - Esta descripción


representa la omnisciencia de Cristo, y su poder para juzgar
y destruir a los enemigos del pueblo de Dios.

4) Sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como


en un horno. (v. 15a) - Esto representa su fuerza y su firmeza,
tanto de él como del Reino que él gobierna.

5) Su voz como estruendo de muchas aguas. (1:15b) - Esto


representa también su fuerza y su autoridad, que nadie
puede callar su voz.

6) Tenía en su diestra siete estrellas. (1:16a) - La diestra tam-


bién es una representación de su poder y control. En este
caso las siete estrellas dice el versículo 20 que representan
“los ángeles de las 7 iglesias”. Cada carta a las iglesias se
dirige al respectivo “ángel” de cada una. Estos son una re-
presentación simbólica del liderazgo de la iglesia. Todo el
liderazgo de la iglesia está supeditado a la autoridad de Je-
sucristo.

7) De su boca salía una espada aguda de dos filos. (1:16b) -


Se evocan las palabras de Hebreos 4:12, “Porque la palabra
de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada
de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y
las intenciones del corazón.” La Palabra de Jesucristo es la
palabra de Dios mismo, que destruye el pecado y la mentira.

8) Su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuer-

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za. (1:16c) - Este último símbolo expresa la grandeza de Je-
sucristo, por encima de todo lo creado, señalando que él es
digno de todo poder y de toda gloria.

Conclusión: Cuando Juan se encuentra con Jesucristo así, cae


“como muerto”, sobrecogido de asombro y terror. Es como estar
en la presencia de Dios mismo, como el pueblo de Israel ante el
monte Sinaí, cuando salieron de Egipto y Dios se les manifestó.
Aunque Juan tiene esta reacción, Jesucristo pone su mano de-
recha sobre él, le dice: No temas, yo soy el primero y el último; y
el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos
de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
(v. 17 y 18) - Este toque de Jesucristo y estas aseveraciones le
dan la fuerza a Juan no solamente para levantarse y cumplir
su encomienda, sino más aún, le fortalecen su confianza en él.
Jesucristo le dice a Juan que aunque tenga persecución y recha-
zo, y aunque la iglesia se vea amenazada por poderes hostiles
que le amenacen y confundan, Jesucristo ha vencido y vencerá.
Ni la muerte misma puede vencer ni a Jesucristo, ni a los que
creen en él y le siguen. Esto es lo que nos debe quedar también
a nosotros, que no hay poder humano ni hay poder espiritual
más grande que el poder de Jesucristo, quien es nuestro Jefe y
Cabeza, nuestro Rey soberano. Así que vivamos para servirle y
vivamos para proclamarlo sin ningún temor. Escuchemos cada
día su voz y obedezcámosle solamente a Él.

Preguntas de repaso
1. ¿En qué condiciones estaba Juan cuando recibió la revelación
de Jesucristo?
2. ¿Por qué Jesucristo se dirige precisamente a estas siete igle-
sias?
3. ¿Cuál aspecto de la descripción de Jesucristo te ha parecido
más impresionante y por qué?
4. ¿Qué condiciones tiene hoy nuestra iglesia para que requiera

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volver su mirada a Jesucristo?

Glosario
Mimetizar – Imitar. Adoptar la apariencia de los seres u objetos
del entorno.
Patmos – Pequeña isla en el mar Egeo, frente a la costa surocci-
dental de Asia Menor. En la actualidad se llama Patino.
Ceñir – Rodear, ajustar o apretar la cintura, el cuerpo, el vestido
u otra cosa.
Bruñido – Refulgente, reluciente.

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ENE 13 SUBTEMA 2

ADVERTENCIAS A UNA IGLESIA


ACTIVA PERO SIN AMOR

Lectura bíblica: Apocalipsis 2:1-7


Versículo clave: Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Apocalipsis 2:4
Himnos: 273, 640, 648

Introducción: Estudiar los mensajes de Apocalipsis a las siete


iglesias es hacer un recorrido por la esencia espiritual de la Igle-
sia cristiana, incluyendo sus fortalezas, retos y debilidades. Éfe-
so, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, y Laodicea son
los nombres de siete ciudades donde se encontraban siete co-
munidades cristianas reales y existentes en tiempos de Juan, es
decir, a finales del siglo primero de nuestra era. En los mensajes
a estas siete iglesias, por un lado, se reflejan las condiciones y
situaciones existentes realmente en esas iglesias. Pero, por otro
lado, estos mensajes son un cuadro representativo de la iglesia
cristiana de todo lugar y de todos los tiempos. Reflejan diversas
condiciones, situaciones y problemáticas de las comunidades
de creyentes. Por ello podemos sentirnos identificados en ellas,
y, con estos mensajes, somos desafiados a revisar nuestra esen-
cia y nuestra fidelidad a Jesucristo. Iniciemos nuestro recorrido
y veamos lo que el Espíritu dice hoy a las Iglesias.

1. La ciudad de Éfeso: Éfeso era una ciudad y puerto marítimo


de gran relevancia en Asia Menor en el siglo primero. Tal vez
la ciudad más importante en ese periodo. Su grandeza todavía
es visible el día de hoy gracias a que las ruinas de Éfeso se han
conservado de manera excelente, debido a que la Ciudad fue
prácticamente abandonada en la Edad Media. Había un anfitea-
tro en la ciudad en la cual cabían unas 25,000 personas, lo cual

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habla de la grandeza de esta ciudad. Uno de los recintos que le
daba renombre a la Ciudad y que deja ver la importancia de los
asuntos religiosos es el Templo a Artemisa, el cual es considera-
do una de las 7 maravillas del mundo antiguo y es considerado
el mayor templo de la antigüedad.

En el capítulo 19 de Hechos podemos leer algunas escenas de


los creyentes y de Pablo en Éfeso, incluyendo la controversia
generada en torno al Culto a Artemisa. Este templo generaba
una gran dinámica religiosa y económica en la ciudad. Aunque
el culto a Artemisa era el más importante, Éfeso tenía una gran
cantidad de cultos a diversos dioses de diversas regiones, inclu-
yendo dioses Egipcios y emperadores romanos. Es porque Éfeso
era una ciudad portuaria de gran importancia, por lo tanto con
gran vitalidad social, económica y religiosa.

2. Condiciones de la iglesia de Éfeso: En la ciudad de Éfeso flo-


reció una iglesia cristiana importante. Pablo, Apolos, Priscila y
Aquila levantaron esta floreciente congregación cristiana. Po-
demos leer parte de la historia en los capítulos 18 al 20 del li-
bro de los Hechos. También, una de las epístolas paulinas más
importantes para la doctrina y práctica cristiana está dirigida a
esta iglesia de Éfeso.

Como en todas las grandes ciudades en el mundo en todas las


épocas, en Éfeso florece una congregación de cristianos muy
fuerte y dinámica. La fortaleza de la iglesia en Éfeso es tal que
en el siglo V se reunió allí el tercero de los concilios de la Iglesia
(en el año 431 d.C.). Pablo al despedirse en Mileto, una ciudad
un poco al sur de Éfeso, manda llamar a los ancianos, líderes de
la iglesia de Éfeso para darles las encomiendas finales (Hechos
20:17-38). Entre ellas, les advierte de la entrada en la iglesia
de falsos maestros, lobos rapaces que no perdonarán al rebaño
(Hechos 20:28-31).

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Estas palabras reflejan el problema que subyace en la iglesia de
Éfeso cuando Juan escribe el Apocalipsis. Los cristianos en Éfeso
están conscientes del ambiente hostil en el que están. El peligro
allí no es por persecución, sino ideológico, de contaminación
doctrinal de la fe. Ellos al parecer han sabido ganar victorias
en este terreno (léanse los versículos 2:2-3 y 6). La de Éfeso es
una iglesia celosa y muy activa. Dice que ella “ha sufrido y ha
tenido paciencia”, y “ha trabajado arduamente y sin desmayar
por amor a Jesucristo”. En todo lo que se dice de la iglesia, en el
libro de los Hechos, en la epístola a los Efesios y en esta carta de
Apocalipsis, se muestra la fortaleza y el dinamismo de la iglesia
en Éfeso.

3. El problema de la Iglesia de Éfeso: Pero en medio de este


dinamismo interno de la iglesia y de este celo por la verdad, hay
un peligro constante: que se pierda el primer amor. En el matri-
monio, el amor se puede perder por la rutina y por la indiferen-
cia, o por poner demasiada atención en cosas no importantes.
Esto es algo que Jesucristo no puede admitir que pase en su
iglesia. Por eso la llama a arrepentirse y a “hacer las primeras
obras” (v. 5). El adjetivo “primeras” tiene un doble significado:
(1) Las que hacías primero: Las obras que la iglesia comenzó
haciendo y por las que se distinguió, por medio de las que ad-
quirió toda su fortaleza espiritual, (2) La más importantes, las
principales: la iglesia debía recordar que, aunque era necesario
mantener una actitud firme ante las posturas erradas, esto no
es la esencia de la iglesia. La esencia de la iglesia está en pro-
clamar y reflejar a su Señor y al dueño de la iglesia: Ser como
Jesucristo, y mostrar a un Jesucristo vivo que trae salvación, que
trae reconciliación, que muestra el amor de Dios.

Esto es posiblemente lo que la iglesia de Éfeso había dejado de


hacer: había dejado de evangelizar. Cuando se deja de evange-
lizar, la iglesia deja de cumplir su principal misión en la tierra.

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Además de ayudar a que la iglesia crezca, la evangelización pro-
mueve la revitalización de la iglesia. Por ello nosotros también
podemos ser advertidos: hay que compartir el evangelio, hay
que hablar de Jesucristo y vivirlo.

Conclusión: La advertencia a la iglesia es muy dura: “pues si no,


vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te
hubieres arrepentido.” (v. 5). Esto significa que, si la iglesia no
escuchaba esta amonestación, esa iglesia estaba condenada a
desaparecer de ese lugar. Lo mismo pasa con la iglesia el día
de hoy. Por mucho tiempo hemos dejado de hablar a otros del
amor de Dios en Jesucristo. Esto es lo que la gente debe saber
hoy, y hoy también los que nos reunimos como iglesia debemos
recordar. Si no hacemos esto, entonces podríamos estar desti-
nados a desaparecer también.

No debemos tener temor de hablar de Jesucristo, aunque el


ambiente sea hostil, como lo era el ambiente social y religio-
so de Éfeso contra la fe cristiana en aquellos tiempos. Los cre-
yentes de Éfeso habían logrado mantenerse firmes y fieles a
Jesucristo a pesar de los lobos rapaces que les rodeaban. Pero
se habían olvidado de lo más importante, de su primer amor.
Habían dejado de dar testimonio de su fe; se habían centrado
en trabajar hacia adentro y defenderse de los de afuera, pero
habían dejado de ir hacia afuera por nuevos creyentes en Jesu-
cristo. ¡Que no nos pase lo mismo! Hay una hermosa promesa
para la iglesia si cumple con su misión: Al que venciere, le daré
a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de
Dios. (v. 7). A los creyentes fieles, los que son verdaderamente
luz en medio de la oscuridad, los que “anuncian las virtudes de
aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”, ellos
disfrutarán de la vida eterna. La invitación es a que seamos una
iglesia viva, que espere el regreso de su Señor, y mientras lo
esperamos, nos mantengamos activos predicando a Jesucristo

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y viviendo verdaderamente su amor. Amén.

Preguntas de repaso
1. ¿Cuáles condiciones de la ciudad de Éfeso son parecidas a las
condiciones de nuestra sociedad actual?
2. ¿Cuáles condiciones de la iglesia en Éfeso son parecidas a las
condiciones de nuestra iglesia?
3. ¿Qué significa el que la iglesia ha perdido su primer amor?
4. Con el ejemplo de este mensaje, ¿qué deberíamos hacer no-
sotros como iglesia para volver a nuestro primer amor?

Glosario
Anfiteatro – Construcción de forma ovalada, elíptica y en oca-
siones circular, rodeada de gradas, en la que se celebraban es-
pectáculos públicos, como combates de gladiadores o de fieras.
Artemisa – Diosa de la caza en la mitología griega. En la mitolo-
gía romana toma el nombre de Diana.
Concilio - Junta o congreso de la iglesia para deliberar y decidir
sobre asuntos de doctrina o de disciplina.

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ENE 20 SUBTEMA 3

PALABRAS DE ÁNIMO A UNA


IGLESIA ATRIBULADA

Lectura bíblica: Apocalipsis 2:8-11


Versículo clave: No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y ten-
dréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona
de la vida. Apocalipsis 2:10
Himnos: 262, 481, 284

Introducción: La carta de Jesucristo a la iglesia de Esmirna es


la más breve de las siete. Se escribe en apenas cuatro versícu-
los. Pero es una carta sumamente poderosa, llena de fortaleza
espiritual, pero que también reconoce el drama propio de una
iglesia atribulada. Veamos lo que Cristo le dice a esta memora-
ble iglesia y recordemos que también a nosotros el Señor Nos
consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos
también nosotros consolar a los que están en cualquier tribula-
ción. 2 Corintios 1:4

1. ¿Cómo se presenta Jesús a su iglesia de Esmirna?: Jesús se


presenta ante esta iglesia como El primero y el postrero, el que
estuvo muerto y vivió. (Apocalipsis 2:8). Casi se repiten las pala-
bras con las que Jesús se presentó a Juan en el capítulo 1, ver-
sículos 17 y 18: No temas; yo soy el primero y el último; y el que
vivo, y estuve muerto. Con estas palabras Jesús afirma dos co-
sas: primero que él es la razón de todas las cosas, el que comen-
zó la obra salvadora y la terminará. Al decir “yo soy el primero
y el último” Jesucristo dice que en él nuestra vida encuentra
sentido. Lo segundo que dice es: “Yo he vencido la muerte”. Y al
vencer la muerte afirma la realidad de su obra salvadora. Pero
también da fundamento a nuestra fe. Jesús le dice a su iglesia
otra vez, como le dijo a Marta ante la tumba de Lázaro: Yo soy la
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resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vi-
virá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.
(Juan 1:25-26) ¡No hay un mejor recordatorio para una iglesia
que vive cada día la amenaza de muerte! Su Señor por el que
padecen está vivo y les asegura la vida perdurable, les asegura
la vida eterna, aun cuando tengan que entregar su vida por el
testimonio de su fe.

2. ¿Cómo es la ciudad de Esmirna?: Esmirna, después de Éfe-


so, es la ciudad comercial más importante en Asia Menor. La
prosperidad de Esmirna proviene de dos principales razones:
(1) Su condición portuaria, haciéndole un importante centro de
comercio, aunque opacada por la cercanía que tiene de Éfeso.
(2) Su devoción al imperio, por lo que seguramente se le favore-
cía política y económicamente. En el año 26 del primer siglo se
había construido un templo al emperador, a Tiberio. Fue la úni-
ca ciudad donde este emperador permitió que se le construyera
un templo. Así que es una ciudad con gran actividad política,
económica y religiosa. Seguramente los judíos que vivían en esa
ciudad prosperaban en sus negocios, pero también luchaban
por conservar su identidad religiosa ante las dinámicas sociales
y políticas de esa ciudad. Este dato es relevante para lo que se
dirá de la iglesia que florece allí.

3. ¿Cómo es la iglesia de Esmirna?: La riqueza de la ciudad con-


trasta con la pobreza de los creyentes de Esmirna: Apocalipsis
2:9 dice: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza;
sin embargo Jesús afirma con énfasis: “¡Pero tú eres rico!” La
iglesia, con tal de conservar su identidad, no debe mimetizarse
con la sociedad circundante; no debe aspirar hacer las cosas a
la manera del mundo ni a recibir su reconocimiento. Cuando un
creyente obedece a Dios sabe que debe prepararse para afron-
tar oposición de mucha gente que no obedece ni conoce a Dios.

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La iglesia de Esmirna puede que sea pobre económicamente,
pero tiene la riqueza de las bendiciones de Dios y su favor por-
que ha mantenido su integridad y fidelidad a su Señor.

Y el precio de esta fidelidad es la “tribulación”. La iglesia está
padeciendo una persecución de grandes proporciones. La pala-
bra “tribulación” remite a las palabras de Jesucristo en Mateo
24, que dice: Entonces os entregarán a tribulación, y os mata-
rán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi
nombre. (Mateo 24:9) Porque habrá entonces gran tribulación,
cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora,
ni la habrá. (Mateo 24:21)

La iglesia en Esmirna ya está padeciendo esto. Sin que lo diga,


se entiende que esta tribulación está amenazando la vida de los
creyentes. Y lamentablemente esta amenaza parece que está
viniendo de parte de los judíos, porque dice: La blasfemia de los
que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
(Apocalipsis 2:9). O bien puede ser de los judíos, o ser de parte
de cristianos apóstatas que quieren volverse a las tradiciones y
rituales judíos, los “judaizantes”.

El interés de “judaizarse” en aquellos tiempos era precisamente


un intento de evitar las persecuciones, ya que en general, los
gobiernos romanos dejaban en paz a los judíos. Pero los cristia-
nos eran proscritos tanto por los judíos como por los romanos.
Ambos los veían como gente que amenazaba a la estabilidad de
su sociedad y de sus tradiciones.

Por primera vez aparecen en el Apocalipsis las palabras “Sata-


nás” y “el diablo”, como una fuerza maligna y opositora a la obra
de Dios. Es un recordatorio constante para los cristianos que:
No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principa-
dos, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas

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de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regio-
nes celestes. (Efesios 6:12). Sí, la oposición parece formidable,
atemoriza y pretende amedrentar. Pero Jesucristo consuela y
fortalece a sus escogidos diciendo: No temas en nada lo que vas
a padecer. (Apocalipsis 2:10). Jesucristo no niega el padecimien-
to de los creyentes, sino que viene a dar fortaleza en el pade-
cimiento. Jesucristo había dicho a sus discípulos: “En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan
16:33). En esta palabra la iglesia debe tener su confianza, ¡esta
palabra de Jesucristo debe fortalecer nuestra fe! ¡Él ha vencido
al mundo y ha vencido el reino de las tinieblas, del engaño y del
error! Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?

Los creyentes deben prepararse siempre para afrontar la opo-


sición del Diablo, que actúa a través de gente que le sirve sin
darse cuenta. En el caso de los creyentes de Esmirna, deben sa-
ber que algunos serán llevados a la cárcel. Y dice que “tendrán
tribulación por diez días”. Como todo número en Apocalipsis,
el diez es un número simbólico, representa la plenitud en la
perspectiva humana. Así que el “diez días” significa un periodo
de tiempo en realidad indeterminado, pero que representa la
totalidad de tiempo en que la iglesia sufrirá por parte de los
hombres que la persiguen.

Conclusión: La promesa de Jesucristo: Ante este panorama que


parece desalentador, Jesús le dice a los creyentes: “Sé fiel has-
ta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis
2:10). Los verdaderos cristianos se mantienen fieles a su Señor
y aprenden a no desanimarse ante la oposición. Esto a veces
cuesta, porque es difícil ir a contracorriente. Pero con Cristo
no hay nada imposible. Y esta fidelidad será premiada por él
mismo. Pablo se ha puesto de ejemplo de fidelidad y dedica-
ción a Jesucristo, y puede decir confiado al final de sus días: He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado

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la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida. (2Timoteo 4:7-8).
Jesucristo promete vida eterna, promete el paraíso, promete el
Reino de Dios, y puede asegurarlo porque él mismo murió y ha
resucitado, y ahora vive por los siglos de los siglos, Amén.

Sigamos este ejemplo de fidelidad a Dios y de confianza en Je-


sucristo. No nos amedrentemos por los que se oponen a que
obedezcamos a Dios. No nos atemoricemos por vivir de una
manera diferente, porque “ya no vivimos nosotros, sino que
ahora Cristo vive en nosotros”. No nos avergoncemos de hablar
de Jesucristo. Hay cristianos en el mundo que aún hoy dan su
vida cada día por su testimonio y por su fidelidad a su Señor
Jesucristo. Oremos por ellos y preparémonos para imitarles, sa-
biendo que nuestro Señor Jesús a quien servimos ha vencido y
nos hará vencedores con él.

Preguntas de repaso:
1. ¿Cuáles condiciones de la ciudad de Esmirna son parecidas a
las condiciones de nuestra sociedad actual?
2. ¿Cuáles condiciones de la iglesia en Esmirna son parecidas a
las condiciones de nuestra iglesia hoy?
3. ¿Cómo podemos hoy padecer persecución y ser rechazados
por nuestra fe?
4. ¿Qué podemos hacer por aquellos hermanos en diferentes
lugares que están siendo hostigados por causa de su testimo-
nio?

Glosario
Mimetizar – Imitar. Adoptar la apariencia de los seres u objetos
del entorno.
Judaizante – Persona no judía que promueve las prácticas ritua-
les de los judíos, generalmente con más interés en la apariencia

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externa que en la conversión interna.
Proscribir – Declarar a alguien público malhechor, dando facul-
tad a cualquiera para que le quite la vida, y a veces ofreciendo
premio a quien lo entregue vivo o muerto.
A contracorriente – Estar o vivir en contra de la opinión acepta-
da por la mayoría de las personas.

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ENE 27 SUBTEMA 4

EXHORTACIONES A UNA
IGLESIA CONFUNDIDA

Lectura bíblica: Apocalipsis 2:12-17


Versículo clave: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono
de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los
días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora
Satanás. Apocalipsis 2:13
Himnos: 261, 320, 279

Introducción: Cuando hablamos de la iglesia en Éfeso vimos


que ellos habían aprendido a discernir la verdad del error. La
iglesia en Pérgamo es la contraparte: ellos estaban confundi-
dos, se habían dejado engañar, son una iglesia confundida por
falsedades espirituales. Por eso Jesucristo le dirige palabras de
exhortación para que se arrepientan. La de Pérgamo es una de
las iglesias con problemas graves, que ameritan una buena re-
primenda del Señor. ¿Tal vez nosotros también lo necesitemos?

1. ¿Cómo era la ciudad de Pérgamo?: La ciudad de Pérgamo


era importante y próspera, pues había sido la capital de toda
Asia Menor. En ella hubo una importante Biblioteca, y el nom-
bre “pergamino” viene de este lugar, pues había desarrollado
una técnica para fabricar este material para la escritura. Había
templos dedicados a Atenea, diosa de la sabiduría; a Augusto,
el emperador romano; y a Esculapio, el dios de la medicina. En
especial este último lugar atraía a multitudes. Esto nos permite
ver que era un lugar muy difícil para la predicación del evange-
lio. Es un lugar ideológicamente complicado, que se presta muy
bien para que haya confusiones espirituales y desviaciones de
la verdad del evangelio.

2. ¿Cómo se presenta Cristo ante la iglesia de Pérgamo?: Jesús


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se presenta solamente como: “El que tiene la espada aguda de
dos filos”. En las otras seis iglesias Jesucristo se presenta con
dos títulos. Pero aquí sólo con este título impresionante. En
Apocalipsis 1:16 Juan dijo que: De su boca salía una espada de
dos filos. Recordemos que este símbolo evoca las palabras de
Hebreos 4:12 donde dice: Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos,
y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. La
Palabra de Jesucristo es la palabra de Dios mismo, que destru-
ye el pecado y la mentira. Y aquí es necesario aplicarla por las
condiciones lastimosas de la iglesia que veremos a continua-
ción.

3. ¿Cuáles son las condiciones de la iglesia?: Lo que se resal-


ta primero de esta iglesia es su perseverancia en medio de un
ambiente hostil como lo dice el versículo 13: Yo conozco tus
obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero re-
tienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días
en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde
mora Satanás. El “trono de Satanás” probablemente se refiere
precisamente al altar al emperador Augusto que había en esa
ciudad. Recordemos que el mensaje de Apocalipsis tiene como
trasfondo la oposición creciente a los creyentes por parte del
impero romano. Entonces, por tener un lugar así, la fe cristiana
enfrentaba una oposición frontal contra el mismísimo imperio.
Y aun así, esta iglesia ha sabido retener el nombre de Jesucristo
y no había negado su fe. Se menciona a un mártir llamado “Anti-
pas” del cual no sabemos nada, pero seguramente fue un varón
que defendió su fe con su vida. Tertuliano, un escritor cristiano
de fines del siglo II después de Cristo, escribió: “La sangre de los
mártires es semilla de nuevos cristianos”. Y continuamente po-
demos ver que en verdad, donde alguien muere defendiendo
su fe en Cristo, en ese lugar no se apaga el evangelio sino que

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se reaviva la llama y se mantiene encendida por mucho tiem-
po. Con un ejemplo así, los creyentes de Pérgamo se habían
animado a mantenerse firmes en su fe en Cristo a pesar de la
formidable oposición que tenían.

Pero esta oposición había hecho daño por otra vía: por la vía
ideológica. Hay dos ideologías mencionadas aquí, de las cuales
conocemos poco, pero podemos hacer algunas suposiciones
que nos orienten. La presencia de estas ideologías equivoca-
das, de estas doctrinas falsas es la razón del enérgico reproche
de Jesucristo contra esta iglesia.

Primero dice en el versículo 14: Tienes ahí a los que retienen la


doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante
los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y
a cometer fornicación. Balaam es un personaje que aparece en
los capítulos 22 al 24 del libro de Números. Es un falso profeta
de Moab, que, aunque fue usado por Dios para bendecir verbal-
mente a Israel, también enseñó a Balac, rey de Moab, a confun-
dir a los israelitas por medio de rituales perversos. Los que dice
que seguían esta “doctrina de Balaam” en la iglesia de Pérgamo
posiblemente enseñaban a los cristianos a evitar el martirio jus-
tificando que los creyentes pudieran participar de los rituales
que les exigía el imperio, para no ser rechazados o enjuiciados.
Es una manera de “suavizar” las exigencias del evangelio para
acomodarse a la sociedad circundante. En oposición a esto, el
mensaje reiterado y consistente de la Palabra de Dios es, 2 Ti-
moteo 3:12, nos dice: Todos los que quieren vivir piadosamente
en Cristo Jesús padecerán persecución. Así que no suavicemos
las exigencias del evangelio, ¡seamos leales a Cristo aunque ten-
gamos que ser rechazados y que dar nuestra vida por él! La otra
doctrina que es rechazada es la de “los nicolaítas” (v. 15). Estos
son mencionados también en la iglesia de Éfeso, donde fueron
rechazados. Pero al parecer, la iglesia de Pérgamo los toleraba.

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No se sabe cuál era en realidad la identidad de esta secta, pero
algunos suponen que eran un tipo de judaizantes, que promo-
vían que los cristianos no judíos practicaran rituales judíos y se
circuncidaran como ellos. El propósito de esta enseñanza era
también que los cristianos no fueran rechazados por los judíos
tratando de amoldarse a ellos. Si se hacían judíos también de-
jarían de tener persecución por las autoridades romanas, pues
la religión judía sí se consideraba lícita. Pero la religión cristiana
no era lícita, por ello era perseguida. Así que con este engaño se
promueve también que los cristianos no sean rechazados por la
sociedad en la que viven. ¡Están promoviendo amoldarse para
evitar la persecución!

Por esta causa, estas doctrinas son atractivas para algunos,


pues querían seguir viviendo su fe, pero no querían privarse
de los deleites del mundo. Pero el mensaje contundente de
Jesucristo es: No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en
él. (1 Juan 2:15)

4. Advertencias y promesas a la iglesia de Pérgamo: Jesús ad-


vierte a la iglesia: “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré
a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.”
(Apocalipsis 2:16). El liderazgo de la iglesia debe prestar aten-
ción a estas doctrinas falsas y no tolerarlas. Debe arrepentirse,
lo cual significa cambiar de rumbo. Y la estrategia que les da es
que usen de la espada que tienen, la cual es la Palabra de Dios,
así como Pablo le había dicho a Timoteo: Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
(2 Timoteo 2:15).

Nosotros también somos llamados a conocer y usar adecua-


damente la Escritura para corregir nuestra vida y fortalecer

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nuestra fe y nuestra lealtad absoluta a Jesucristo. Él nos de-
fenderá de todo el mal y nos sostendrá, aun ante los engaños
de Satanás mismo y sus amenazas. Jesucristo promete dar a
los vencedores “el maná escondido” (v. 17), que es un símbo-
lo de la Palabra de Dios. También promete dar una piedrecita
blanca con un nombre nuevo escrito. Esto se refiere a la nueva
identidad que tenemos en Cristo. Él nos da un nombre nue-
vo, somos una nueva creación en Cristo. No comprometamos
nuestra identidad y nuestra lealtad a Cristo con cosas que este
mundo ofrece.

Conclusión: A la luz de la situación de aquella iglesia de Pérga-


mo, nosotros somos llamados hoy a tener cuidado de nuestra
doctrina. Somos advertidos de la fragilidad de nuestra lealtad
a Cristo con tal de obtener favores de este mundo, como el he-
cho de evitar ser rechazados. Mantengamos esa misma actitud
convencida del apóstol Pablo: Pues, ¿busco ahora el favor de
los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres?
Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cris-
to. (Gálatas 1:10). Y para agradar a Cristo tenemos que instruir-
nos en la Palabra de Dios, saber lo que nosotros debemos ha-
cer y lo que debemos creer. Al hacer esto, estemos preparados
también y advertidos: que se podría levantar una formidable
oposición en nuestra contra. Pero ante esto, afirmemos que
estamos en el camino correcto, y que el Señor nos ayudará a
afrontar toda oposición, nos protegerá y nos sostendrá, y sere-
mos instrumentos de su gloria.

Preguntas de repaso
1. ¿Cómo se presenta Cristo ante la iglesia de Pérgamo?
2. ¿Cuál es la “doctrina de Balaam”?
3. ¿A qué se le llama “la doctrina de los nicolaítas”?
4. ¿Cómo podemos prepararnos para evitar ser engañados por
falsas doctrinas?

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Glosario
Pergamino – Piel de carnero, o de algún otro animal, limpia
de pelo, estirada y tratada hasta que ofrece una superficie lisa
y casi transparente; se usa para escribir en ella cierto tipo de
documentos o para forrar libros.
Ideología – Manera de pensar que determina la actitud y la
interpretación de la realidad; conjunto de ideas, opiniones o
valores que constituyen la visión del mundo de una época, de
una sociedad o de un grupo de personas.
Mártir – Persona que muere en la defensa de una causa o por
mantenerse fiel a sus ideales.
Lícito – Que es permitido por la ley y la moral o que es acepta-
do por un determinado sistema de reglas o normas.

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