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Elmuseovirtual PDF
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RESUMEN / ABSTRACT
Cuando hablamos de “museo virtual” no nos estamos refiriendo sólo al museo que podemos
encontrar en Internet (al que sería más pertinente en nuestra opinión denominarlo “museo
digital”) sino a toda una configuración socio-cultural y sobre todo a una concepción filosófica
que se basa en adoptar las características del museo-texto y del museo-red enunciados más
abajo y llevarlos hasta un extremo limítrofe con la desmaterialización y la deslocalización
(ubicuidad), aboliendo la nociones tradicionales de espacio, tiempo sujeto, objeto y
representación.
When we speak about "virtual museum" we are not referring only to the museum can be found
on the Internet (which would be more relevant in our opinion call it "digital museum") but to a
socio-cultural settings and especially the philosophical conception adopt is based on the
characteristics of museum-text and museum-red listed below and bring to a degree bordering
the dematerialization and offshoring (ubiquity), abolishing the traditional notions of space, time,
subject, object and representation.
Enrique Gabaldón Peñaranda : Licenciado en Ciencias de la Información sección
Comunicación Audiovisual y master en museología y museos por la Universidad de Alcalá. Por
otra parte, ha sido guionista en los cortometrajes "Marina" y "400 ASA"
“El museo. Una realidad ya antigua, en el momento en que nace el término. Un tesoro de los
dioses y de los hombres, en el comienzo de los tiempos. Un laboratorio, un conservatorio, una
escuela, un lugar de participación de nuestro tiempo. Una máquina para coleccionar, de todas
las épocas”1
1. El museo
1.1. El museo-red
Para entender en su integridad el que luego llamaremos “museo virtual”, debemos analizar en
primer lugar el museo desde perspectivas interdisciplinares e integradoras como son la de los
sistemas complejos y la del análisis de redes sociales, puesto que en último término aquél (el
museo virtual) constituye un modelo paradigmático de ambas teorías.,
El museo, en tanto que objeto de análisis puede entenderse de forma fragmentaria como un
concepto (filosofía), como una institución (economía y ciencias políticas), como un espacio (
arquitectura o geografía) , como un texto (semiótica) , o como un hecho cultural (antropología
cultural) y en un nivel más amplio de integración puede entenderse y estudiarse como un
sistema (gestión reticular) o como una red (análisis de redes sociales o ecología), a saber:
“como un todo organizado en funcionamiento compuesto de múltiples dimensiones y elementos
2
interrelacionados” La realidad sistémica o reticular del museo se compone de “una
confluencia de múltiples procesos cuyas interrelaciones constituyen la estructura de un sistema
3
que funciona como una totalidad organizada, a la cual llamamos sistema complejo”
La impredecibilidad es otra de las propiedades del museo así entendido, ya que en él los
efectos no son proporcionales a las causas (extrema sensibilidad a la condiciones iniciales), y
además la modificación de alguno de sus componentes es susceptible de producir cascadas de
acontecimientos en todas las escalas u órdenes del museo, por lo que éste debe estar
preparado para asumir su coevolución y adaptarse a los cambios. De esta forma, la rigidez de
las estructuras (físicas o de gestión) está dando paso a formas más flexibles y adaptativas que
puedan dar cabida a la vorágine de mutaciones que puede sufrir el museo (desde la novísima
laxitud jerárquica para con los procesos autoorganizados en los organigramas hasta la no tan
nueva corriente arquitectónica que articula los espacios atendiendo a su modularidad,
intercambiabilidad y extensibilidad, corriente que es llevada a su cénit en la arquitectura líquida
del ciberespacio y el museo virtual)
Conceptualmente, el funcionamiento del museo como una red se inspira en las redes
ecológicas de los sistemas naturales –redes tróficas-, con la diferencia fundamental de que el
museo como red se crea con una finalidad explícita externa a ella misma (volvemos al museo
como sistema de funciones finalista de Caballero Zoreda) De nuevo sus propiedades tienen
que ver con la autoorganización, la emergencia, la asimetría entre sus componentes, y las
relaciones dinámicas y no lineales. La ecología (extensión del holismo que incluye también la
relación con el medio ambiente) incide especialmente en dos aspectos: la preeminencia de lo
procesual sobre lo objetual (de forma que los conocimientos, informaciones, e incluso
funciones no resultan de la actividad de los distintos departamentos del museo tomados de
forma aislada sino que emergen de entre los intersticios y las relaciones que se establecen
entre ellos) y la relación con el entorno atendiendo de nuevo a lo procesual ( de forma análoga
a como la nueva museología recogió la clásica concepción del museo inserto en su medio
natural – acordémonos de la asimilación del museo con la gruta por parte de Plinio- y le añadió
el intrincamiento con el medio social).
El análisis de redes sociales aplicado a los museos se centraría de igual modo que la ecología
en los aspectos procesuales (las relaciones que establecen los actores) que hacen emerger
estructuras reticulares (pensemos por ejemplo en cómo la asociación de varios departamentos
-elementos, actores, nodos- hace emerger una exposición, que no es simplemente la adición
de lo aportado por cada uno de los departamentos sino que tiene una entidad propia, y en
cuyo proceso, los propios elementos departamentales serían a la vez totalidades y partes de un
todo más amplio al modo de lo que Koestler llamó holón). El análisis de redes sociales se
centra por lo tanto en el estudio de la conducta de los actores del museo-red a nivel micro, la
estructura del museo-red a nivel macro y la interacción entre los dos niveles de forma que se
puedan inferir generalizaciones sobre comportamientos y características, incluyendo la
existencia de redes superpuestas, propias de las redes sociales y concretamente de las de
museos.
Relacionadas en la misma medida con el análisis de redes sociales y con la gestión, las
aportaciones de la geografía y la arquitectura al análisis de museos beben de las fuentes
originarias de la nueva museología y su obsesión por desterrar el edificio aislado para
integrarlo en el territorio, y aún más, para abolir el edificio y llevar el museo al ámbito del
territorio, siendo los términos nucleares de estos enfoques los de descentralización y
deslocalización. El territorio primero y el no-territorio (o el supra-territorio) después, moldean y
delimitan la configuración estructural de los museos-red adaptándolas a sus formas, de igual
modo que el espacio-tiempo kantiano configurado a priori delimita con sus formas una realidad
que no se puede concebir sin ese molde. El paroxismo de la deslocalización lo encontramos en
la existencia de redes virtuales de museos, de museos en la Red o simplemente de redes de
datos, archivos y obras pertenecientes a museos (véase por ejemplo las Redes de catálogos
de obras o de documentos como Hispania o Ceres) y de personas anónimas o asociaciones
relacionadas con museos, en cuyos casos es el museo el que configura el espacio y no a la
inversa.
El análisis de redes sociales también se encarga de estudiar este tipo de redes flotantes,
hiperespaciales, puesto que las comunidades virtuales son, de hecho, redes sociales
susceptibles de ser analizadas, es más, en último término constituyen el paradigma de lo
reticular, pues llevan todas sus características al extremo.
1.2. El museo-texto
Este modelo se basa en una perspectiva de análisis textual que concibe la cultura como un
sistema de significación socialmente construido y culturalmente compartido, bajo la influencia
de la antropología interpretativa y simbólica de Geertz y Turner. El análisis textual de los
museos nos permite analizar las condiciones y los contextos de producción de significados, la
llamada política museológica, así como las estrategias de representación y comunicación
utilizadas que corresponden a la poética, sin olvidar las cuestiones del consumo y las
relaciones de poder que subyacen a estos procesos. “El Museo se presenta pues, como una
superficie discursiva, como un espacio físico organizado en el que se expresa la acción
enunciativa de un sujeto colectivo sintagmático implícito… espacio que se vuelve significante a
través de su propia competencia estratégica global expresada en la construcción de uno o
varios recorridos pertinentes diseñando (inscribiendo) uno o varios usuarios modelo.”7 “Por su
parte, el visitante de un museo es convocado a ejercitar un recorrido narrativo en el que como
consecuencia del encadenamiento lógico de una serie de programas narrativos, se le propone
la conjunción con el objeto de valor cultural.”8
“El Museo construye al enunciatario implícito de manera privilegiada a través del diseño y
propuesta de un recorrido espacial indicativo, entendiendo por tal propuesta la construcción
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virtual de uno o varios itinerarios” “…garantizándole el paso desde una posición sintáctica de
no-saber a una final de saber, a través de la transformación del querer-saber en un poder-
saber”
Las principales críticas a los análisis textuales de los museos se relacionan con la polítización e
ideologización de las prácticas de significación, así como a la concepción del museo como un
producto final, terminado (idea antagónica a la noción de museo virtual, por esencia inacabado)
Por esa razón la semiótica debe configurar un marco analítico con una perspectiva de análisis
discursiva pero también dialógica que incorpore la producción, la representación y el consumo,
reflejando su complejidad y la multiplicidad de sus procesos. Por último el museo-texto es
también “un espacio que manifiesta los valores profundos que caracterizan la cultura de una
sociedad entendiendo por tal su particular universo semántico, por lo que podemos hablar de él
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como un espacio cognoscitivo”
De forma que el museo es un texto, un enunciado, un discurso, y como tal, expresa la intención
y la voluntad del enunciador, del hacedor, del emisor a modo de demiurgo del arte y de la
ciencia humanas con el fin de interpelar a un destinatario, a un enunciatario, a un receptor.
2. Lo virtual
Desde el ámbito de la estética, B. Deloche señala que “lo virtual” es “lo posible en potencia de
ser actualizado en una imagen a través de un artefacto” (medio, soporte) y esa imagen es una
de entre una infinidad de posibles actualizaciones de ese posible. El proceso que va desde el
posible hasta la solidificación de su imagen es la actualización, mientras que el proceso que
consiste en un “remitirse” de la imagen a su posible es lo que B.Deloche llama virtualización, ya
que ese posible es virtualmente las infinitas imágenes en las que puede actualizarse. El museo
en esta transacción de fenómenos realiza un papel doblemente virtual, puesto que actualiza,
exponiéndolas, obras que a su vez son actualizaciones de otros tantos posibles fijadas en un
soporte. Su papel, por lo tanto es el de “conservar” para “mostrar” lo creado exponiendo, o
dicho de otro modo, es un medio de comunicación de medios de comunicación.
3. El museo virtual
En el debate actual acerca del binomio nuevas tecnologías-museo se puede observar una
cierta dicotomía epistemológica entre quienes consideran que la irrupción de las nuevas
tecnologías en el museo es una simple (aunque profunda) cuestión metodológica – revolución
museográfica o expográfica- y quienes sostienen que se trata de una transformación con un
alcance verdaderamente ontológico. Para María Luisa Bellido Gant, la cuestión de las nuevas
tecnologías en el museo se sitúa entre dos extremos contrapuestos: el afán por la posesión
individual de obras de arte consustancial al ser humano y el deseo de un Museo Imaginario que
albergue todas las creaciones humanas para un poseedor universal. El museo inserto en la
web superaría esta dicotomía a priori incompatible mediante la noción de “lo virtual”, puesto
que la posesión de la obra es al mismo tiempo individual (experiencia absolutamente única
para cada persona) y universal (pues potencialmente es accesible a toda la humanidad
simultáneamente)
“El verdadero museo probablemente sea sólo virtual, es decir, enteramente imaginativo, en el
sentido que Malraux le dio a esta expresión, no irreal sino extramuros y sin otro soporte que la
tenue realidad de la imagen de la que extrae su propia realidad…” “…El museo virtual no es,
pues, una nueva figura de museo, modernizado y técnicamente regenerado, sino que es un
punto de vista o una integración de puntos de vista…” “…El museo virtual no está por
construir, existe de hecho, pero sin duda en otra parte y distinto al que pensamos, ya que se
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confunde con el problemático campo de lo museal…”
¿Cuál sería la diferencia entonces entre el museo virtual del que habla Deloche y el Museo
Imaginario que proyectó Malraux? En opinión de aquél, no es cuestión de que sean diferentes,
sino de que el segundo constituye la expresión más radical del primero, su paroxismo, su
máxima potencialidad de actualización. En el “museo sin muros” de Malraux, los tres elementos
centrales que configuran el museo institucional (colección de originales, edificio y estructura
institucional) son una abstracción, no están actualizados, mientras que en el extremo opuesto
el museo tradicional constaría de colección, edificio e institución. En este sentido, el “museo
virtual” no sería una tipología de museo, sino una potencialidad de grado en lo referente a su
desmaterialización, mientras que el “museo digital” sería la tipología museística que expresa en
términos digitales (sistema binario) los atributos del museo.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
Obras completas
1
RIVIÉRE,G.H. Preámbulo de “Museo y sociedad a través del tiempo y del espacio” en LA
MUSEOLOGÍA… Ed Akal, Madrid (1993) pp 67
2
ROMERO SANCHEZ, Clara. “Paradigma de la complejidad, modelos científicos y
conocimiento educativo”en Agora digital nº 6 (2003) pp.1
3
GARCÍA, Rolando. “Interdisciplinariedad y sistemas complejos” en Ciencias Sociales y
formación ambiental (1994) pp. 1
4
HERNANDEZ HERNANDEZ, Francisca. Planteamientos teóricos de la museología Ed. Trea,
Gijón (2006), pág 101
5
ZUNZUNEGUI, Santos. Metamorfosis de la mirada Ed. Cátedra Madrid (2003), pp.49
6
Ibidem pp.60
7
Ibidem pp.54
8
Ibidem pp.63
9
Ibidem pp.69
10
Ibidem pp.55
11
SABBATINI, Marcelo. “Consideraciones teóricas acerca de lo virtual y lo real en las nuevas
tecnologías de información y comunicación: implicaciones para la Folkcomunicación” Revista
Razón y Palabra nº 60 (2008)
12
DELOCHE, Bernard. El museo virtual Ed.Trea Gijón (2001) pp 18-19,168 y 203
13
RENAUD, Alain. “La memoria y el universo digital. Algunas vías exploratorias filosóficas para
meditar nuevas prácticas de memoria en la era informacional” Revista Museum Internacional
215 (2002) pp 9
14
DELOCHE, Bernard. El museo virtual Ed.Trea Gijón (2001) pp 182.