Está en la página 1de 10

Antropólogo Estefanía De Lima Elster

CI:21.291.036

CRITERIOS MORFOSCÓPICOS PARA ESTIMAR ANCESTRÍA EN


ANTROPOLOGÍA FORENSE

Todas las personas desde que nacen tienen derecho


inalienable a contar con los atributos, datos biológicos y
culturales que permiten su individualización como sujeto en la
sociedad y a no ser privado de los mismos1.

La identidad está conformada por un conjunto de características que unidas relatan


una vida. La edad, sexo, ancestría, patología, etc., forman parte del sujeto que en su momento
tomo parte de un mundo cultural que lo modificó. No es tan sólo un derecho humano
fundamental que se pierde con la muerte, sino uno que traspasa las fronteras de la vida y se
queda con el sujeto mientras pueda ser identificado de alguna forma, bien sea por la
antropología forense, la genética, etc.

ENTRE RAZAS Y ANCESTROS

La determinación de un grupo racial o ancestría es de gran importancia en el estudio


osteológico, siendo fuente de grandes debates y esfuerzo de múltiples investigadores en la
búsqueda de métodos que faciliten su análisis2.

Para comenzar el análisis de lo que se define como ancestría, primero se debe abordar
el concepto de raza, siendo ésta una noción construida tanto biológica, como culturalmente,
abarcando varios aspectos que incluyen color de piel, nacionalidad, variaciones óseas, etc.
La raza se refiere a las diferencias detectables en el fenotipo de una especie, pero estas
diferencias en la especie humana vienen dadas por variaciones genéticas menores que fueron
fijadas por el aislamiento geográfico de distintas poblaciones3. Si bien la connotación
sociocultural que viene entrelazada al uso del concepto de raza dificulta su uso bajo esta
concepción, se utiliza para el fin de distinguir estas diferencias poblacionales el término
ancestría.

“Ascendencia se refiere a la línea de descendientes de una generación a otra u otras


generaciones hasta la actualidad y generalmente se representan como categorías que son
equivalentes a las utilizadas en la tipografía racial anterior”4.

A pesar de los distintos usos que se le pueda dar a estos términos, la estimación de la
ancestría es fundamental al momento de la identificación de sujetos, bien sea en el área
forense o en un contexto bioarqueológico; para lograr tal fin, los especialistas de estas áreas
del saber recurren a una exhaustiva descripción que permite discriminar entre los diferentes
grupos poblacionales a partir de las pequeñas variaciones fenotípicas que se presentan entre
ellos.

Las ancestrías se separan en tres grandes grupos: Los de origen europeo serían
Caucasoides, aquellos cuyo origen es africano se conocen como Negroides, mientras que
los provenientes de Asia y los Indígenas Americanos son Mongoloides. Cada uno de estos
grupos poseen características propias que los diferencian y permiten una individualización
de los sujetos que pertenecen a una de estas categorías. También es importante destacar que
el proceso de mestizaje ha hecho posible la existencia de sujetos que posean rasgos de los
tres grupos, pero siempre con tendencia hacia uno en particular.

Para poder ubicar a un sujeto en un grupo racial o ancestría, se debe tomar en cuenta
un grupo de características somatoscópicas como serían color de piel, color y forma del
cabello, color de ojos, forma de la nariz, forma de los labios, prognación facial, prominencia
de los pómulos, forma del pliegue del párpado superior y forma de la oreja2.

Los inicios del estudio de la variabilidad humana los podemos hallar en la


Antigüedad, con las investigaciones de Anatomía comparada realizadas en la Antigua Grecia.
En tiempos más recientes, encontramos los trabajos realizados por Franz Boas en el S. XIX
donde empieza a mostrar en sus publicaciones un interés en la variación humana por fuera
de la raza, rechazando el pensamiento determinista y las explicaciones tipológicas;
adicionalmente Frank Livingstone en 1962 argumentó que el termino raza es estático y
tipológico, incompatible con el concepto dinámico de selección natural4.

Tradicionalmente existen dos métodos de estimación de ancestría dentro del área de


la Antropología Forense; “uno es el enfoque de Boas que prefirió los datos métricos ya que
estos reflejan con mayor precisión la distribución continua de la variación humana y el otro
es el enfoque de Hooton, el cual prefirió, por el contrario, rasgos no métricos o categóricos.
En consecuencia, los análisis métricos y no métricos han sido utilizados alternativamente en
los esfuerzos para clasificar y distinguir los grupos humanos”4. Los análisis métricos han
sido la principal fuente de cuantificación de la variación humana, pues estos pueden ser
registrados en una escala continua, mientras que los rasgos morfoscópicos son medidos
categóricamente4.

ANÁLISIS DE RASGOS CRANEALES PARA ESTIMAR LA ANCESTRÍA

El análisis de rasgos craneales ha sido tradicionalmente una herramienta en


antropología forense para evaluar la ascendencia en investigaciones medico legales ya que la
morfología cráneo-facial es un buen indicador de los patrones geográficos4. El cráneo
humano es una fuente de datos morfológicos y osteométricos de gran utilidad en el análisis
forense, dónde es posible obtener datos sobre los aspectos básicos que permiten la
identificación5.

En el cráneo existen diferencias en cuanto al tamaño, la forma y la proporción de los


elementos esqueletales que permiten una diferenciación entre las diversas poblaciones
humanas5. “De ahí que cuando el cráneo y especialmente el esqueleto facial están completos
la probabilidad de estimar ascendencia con precisión es muy alta, teniendo en cuenta que la
estimación correcta de ascendencia depende también de la disponibilidad de una muestra
de referencia y la capacidad y experiencia del analista con las técnicas de medición y la
capacidad para entender correctamente y evaluar visualmente las características métricas
del cráneo asociadas a diferentes grupos ancestrales”4.

El problema de estos análisis es la subjetividad en el marco de la observación, por lo


cual se necesita estudiarlas en categorías discretas, o declararlas en gradaciones6. “Como
criterios valiosos se analiza la apertura nasal, el viscerocráneo, la bóveda, el maxilar, la
mandíbula y los dientes”6. El rasgo craneal que muestra las mayores diferencias entre los
grupos étnicos es la apertura nasal, especialmente la raíz, el puente, la espina, el borde inferior
y la forma de la apertura nasal características que se pueden apreciar en la Figura 1.

Fig. 1 Vista lateral del cráneo mostrando a) la raíz, b) el puente y c) la espina de la nariz6.

Viscerocráneo
Los Caucasoides son el único grupo que posee raíces salientes, observado fácilmente
en vista lateral y generalmente los varones exhiben nasales más prominentes que las mujeres;
además, la raíz es más estrecha que en los otros grupos. El puente es diferente en todos los
grupos: en individuos Mongoloides es bajo, en aquellos Caucasoides es alto y en los
Negroides es ancho y bajo6.
La espina es prominente y saliente en Caucasoides, pequeña en Mongoloides y a
veces ausente en Negroides. En los Caucasoides se encuentra frecuentemente una pared
afilada en el borde inferior de la nariz, mientras que es menos pronunciada en Mongoloides
y ausente en Negroides. La apertura nasal forma un triángulo equilátero en Negroides, y un
pequeño triángulo isósceles en Caucasoides, mientras que los Mongoloides poseen una forma
intermedia6.
Otras diferencias se pueden notar en el perfil facial, pues los malares muestran
diferencias pronunciadas. En Negroides, la proyección del rostro es mayor y se conoce como
prognatismo. En Caucasoides el rostro es más vertical, incluso retrocedido y en Mongoloides
la proyección es intermedia6.
“También se puede inferir ancestría por la forma del viscerocráneo. En individuos
de origen asiático, los rostros son anchos con aplanamiento facial, expresado por una
anchura cigomática amplia y a veces el malar es dividido por una sutura horizontal, creando
el hueso Japónico, una fosa canina plana y con el aplanamiento natural del frontal. En
europeos y africanos los rostros son más estrechos. Se puede evaluar este criterio por
mediciones tradicionales. Mientras las alturas faciales son iguales, la anchura de los
asiáticos es mayor. La forma de las órbitas también exhiben diferencias entre los grupos,
porque europeos poseen órbitas angulares, africanos rectangulares y las de los asiáticos
parecen redondeadas”6.
Los arcos superciliares muestran también diferencias entre los diferentes grupos
poblacionales, puesto que éstos son más pronunciados en Caucasoides. Además, se
distinguen entre Caucasoides y Mongoloides a partir de la sutura cigo-maxilar, pues los
Caucasoides exhiben suturas curvadas, mientras los Mongoloides poseen suturas anguladas6,
como se puede apreciar en la Figura 2.

a- b-
Figura 2. Sutura cigo-maxilar; a) angulada en Mongoloides y b) curvado en Negroides6

Bóveda Craneal
Para el análisis e inferencia de la ancestría de un sujeto dentro de lo que se conoce
como bóveda craneal, se toma como referencia las inserciones musculares, las diversas
suturas existentes, el contorno sagital y el área posterior al bregma.
Los cráneos Caucasoides muestran inserciones musculares pronunciadas y robustas,
los Mongoloides y Negroides no son conocidos por su rugosidad, porque parecen más
gráciles6.
Enfocándose en la forma de las suturas craneales, los Mongoloides poseen las suturas
más complejas y frecuentemente exhiben huesos supra numerarios o wormianos como
podemos apreciar en la Figura 3.

Figura 3. Suturas craneales en vista vertical: a) simples en Caucasicos; y b) complejas en


Mongoloides6.

En el área post bregmática, los sujetos Negroides ostentan una depresión o


concavidad, que no es común en los otros dos grupos, que muestran perfiles más rectos o de
convexidad en esta región. De esto resulta un contorno sagital más bajo en Negroides en
comparación con Mongoloides o Caucasoides6.

La forma de la apófisis mastoide también presenta variaciones correlacionadas con


los grupos de ascendencia. Los ángulos de los mastoides Negroides son oblicuos y por el
borde anterior se ubica un tubérculo. Los mastoides Mongoloides son anchos, y en los
Caucasicos son más estrechos, puntiagudos y orientados verticalmente6.
Figura 4. Apófisis mastoide; A) Mongoloides; B) Negroides; y C) Caucasoides 6.

Refiriéndonos al área del Palatal, el arco dental de individuos Caucasicos es


parabólico, de los Negroides es hiperbólico o con forma de U y en Mongoloides es más
redondeado o elíptico6 como se ve representado en la Figura 5.

Figura 5. Palatinos en A) Mongoloides, B) Negroides y C) Caucasoides 6.

En el área Maxilar, la mandíbula de los Caucasoides muestra una depresión o


concavidad debajo de los incisivos y arriba del mentón saliente. Las mandíbulas de los
Negroides son largas y estrechas, con ramas bajas. En Mongoloides se observan mandíbulas
anchas con ramas ascendentes altas, gruesas y orientadas verticalmente. Así mismo, los
Caucasoides exhiben mentones más salientes, mientras los de los Negroides son embotados,
y de los Mongoloides más redondeados6.
ANÁLISIS DE RASGOS POSTCRANEALES PARA ESTIMAR LA ANCESTRÍA

A pesar de que existen múltiples estudios en el postcráneo que buscan la inferencia


de Ancestría a partir de restos óseos, aquel cuyos resultados son más aceptados son aquellos
realizados a partir del análisis del fémur; por ello, excluyendo dicha pieza ósea, la inferencia
de ancestría en el postcráneo es muy limitada6.

Las diáfisis de los fémures Negroides muestran una forma más recta con respecto a
los otros grupos, con una línea pronunciada apreciable en la Figura 6. Los Mongoloides y
Caucasoides exhiben una curvatura anterior en la diáfisis del fémur, aunque los Mongoloides
Americanos también hacen alarde de una curvatura menos pronunciada6 como muestra la
Figura 7.

Figura 6. Utilización del fémur: forma de la diáfisis femoral es en Caucasoides y


Mongoloides curvada (arriba) y en Negroides recta (abajo)6.

Figura 7. Utilización del fémur: posición de la cabeza del fémur en europeos inclinada
(izquierda) y en africanos horizontal6.

“Ubicado en su superficie posterior, la cabeza y el cuello del fémur de individuos de


origen de África es orientada más horizontal que en los grupos de ascendencia diferentes.
En europeos, el fémur exhibe una torsión, es decir que el eje del cuello y de la cabeza son
inclinados”6.

En líneas generales, la distinción de grupos poblacionales por el postcráneo es


posible. Se diferencia a los Caucasoides de los Negroides por un esqueleto postcraneal más
liviano y grácil, con inserciones musculares menos marcadas, las articulaciones se aprecian
más pequeñas en relación al segundo grupo6.
El conjunto pelviano de los Negroides se aprecia más alto y estrecho en comparación
a los grupos Caucasoides, la curvatura lumbar de la columna es más profunda. Por el
contrario, los sujetos Caucasoides exhiben una pelvis más ancha y con una curvatura lumbar
breve6.
1. Convención sobre los Derechos del Niño. 1987. Artículos 7 y 8.
2. Toribio. Rubén. Rivero. Identificaciones del Sexo y Grupo Racial por dimensiones
dentales. 1990.
3. Raney. Burs. Antropología Forense. Ediciones Ballaterra. 2007.
4. Bernal. Estimación Ascendencia por rango de variación de rasgos métricos
craneales en una muestra de tejido óseo procedentes de la Ciudad de Medellin.
Universidad de Antioquia. Departamento de Antropología. 2017.
5. Zavando. Suazo. Smith. ¿Es posible la determinación de la afinidad racial a partir
del análisis biométrico de Cráneos Humanos?. S/F.
6. Krenzer. Compendio de Métodos Antropológico Forenses. Para la reconstrucción
del perfil osteo-biológico. Tomo 5: Características Individualizantes. Centro de
Análisis Forense y Ciencias Aplicadas. Guatemala. 2006.

También podría gustarte