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Muchas mujeres sueñan con casarse y tener hijos, ser una humilde mujer de

hogar sin aspirar a más, porque la cultura latinoamericana nos educa para servir
en la casa sin hacer ningún reclamo, porque debe relegarse a lo que el esposo, el
padre e incluso el hermano varón. Nuestra Guatemala educa para que si una
mujer se queda sola con sus hijos se dé por vencida y se quede esperando la
compasión de sus familiares porque nadie ve bien que se eduque, que trabaje y
se supere, es difícil vivir en una sociedad machista, ser mujer, vivir sola con hijos,
vivir solo con la madre o hermanas.

Hoy muestro a la sociedad otra cara de la historia, una que a casi nadie le gusta
ver a una mujer que supera las expectativas de su familia, de su comunidad y
hasta de ella misma, les traigo la historia de mi vida, una mujer que hoy por hoy se
siente dichosa de ser cristiana, amiga, hermana, hija pero sobre todo una
profesional, hoy comparto LA HISTORIA DE MI VIDA, LA HISTORIA DE UNA
MUJER EXITOSA.

Me eduque en hogar tradicional, donde mi padre era quien tenia la ultima palabra,
quien decidia por mi y mi familia, donde la opinión de las mujeres poco o nada
valia, siempre pensé que mi vida iba a ser esa y aunque me molestaba lo
aceptaba, porque estoy convencida de que mi padre jamás actuo de mala fe, era
su sistema educativo y ese sistema quería para nosotros, pero en su intento,
creaba en nosotras un espíritu luchador, que nunca imaginamos fuera a ser
necesario sacar.

Por años yo también pensé tener novio, casarme y no poner tanto asunto a lo que
venía, pensé que mi familia estaría integrada toda la vida y yo seguiría la línea de
educación en el que fui educada, sin embargo Dios se encargó que la vida me
sacudiera y perdí al primer amor de mi vida mi padre, sentí que el mundo se
había terminado para mi, que la vida no valia nada, sentí a mi madre sin apoyo y
sin consuelo, sentí morir.

Ore a Dios por fuerzas y fui escuchada, sin pensar que lo poco que teníamos seria
despojado por nuestra familia trabaje como haciendo trabajos de hombre para
que el patrimonio de mi padre no se perdiera, poco a poco se nos aclaró que no
contábamos con nadie mas que nosotras mismas.

Y es allí donde comienza la batalla por el futuro a esforzarme a estudiar, mañana


tarde y noche aprovechando cada segundo que tenia, para trabajar y estudiar, fui
haciendo lo posible para no dar oportunidad al fracaso, mi madre y mi hermana
me apoyaron en todo el proceso, pero en ese proceso ellas mi mayor fortaleza
también cambiaron conmigo y la mujer sumisa que no opinaba y se resignaba a lo
que el esposo mandara, es hoy una mujer profesional realizada en su campo
laboral, me refiero a mi madre quien me da el mayor de los ejemplos de lucha y
fortaleza.

Luego Dios me da la oportunidad de servir en el organismo Judicial en el


departamento del Progreso, en un principio sentí miedo, porque Chiquimula es mi
hogar, pero esta era la oportunidad de convertir un sueño en realidad y cada dia
es una nueva experiencia.

No he llegado al final de mi camino falta mucho aun, pero estoy convencida que el
mejor camino es el mas difícil, el amor, un hijo y un hogar son parte de la
realización de una mujer, jamás pueden ser impedimento para sentirse plena y
completa, el estigma femenino es hoy por hoy un factor de éxito cuando estamos
convencidas que no somos objetos sexuales, ni sirvientas, no somos basura traída
al mundo, somos la materia prima de la vida, las portadoras de los valores y las
trasmisoras del amor.

Afirmo ante todos ustedes que el éxito no lo alcanza el hombre o la mujer que cree
en los esquemas el éxito lo alcanza todo ser humano que hace los esquemas,
lucha por ellos y consigue lo que quiere. Gracias

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