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RELATORÍA: LA VIDA POLITICA VS. LA VIDA CONTEMPLATIVA.

EN ÉTICA NICOMÁQUEA X, 8.

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
SEMINARIO DE ARISTÓTELES
ESTUDIANTES: IRLYS SALAS
FECHA: 31/01/2020

Una Ciudad-Estado ideal para Aristóteles, debe buscar que las actividades de sus ciudadanos se
relacionen y progresen de la mano de la virtud más perfecta, ya que tiene unas características
específicas que determinan cómo debe estar organizada y cómo deben ser sus actividades y sus
habitantes. Ahora bien, al ser esta tan diversa es propensa a que exista más de una actividad que
puedan ejercer sus ciudadanos, es así como se da la división de los bienes en tres grupos: externos,
del cuerpo y del alma; señalando que los hombres felices deben tener todos estos. Algo similar
sucede con la ciudad ideal, debe haber una relación armónica entre virtudes, pasiones y prudencia;
y es en el desarrollo de esto que se da la discusión entre los tipos de vida.

Partiendo de lo anterior, y para una explicación más amena, Aristóteles en Ética Nicomáquea
plantea unos postulados sobre tres tipos de vida que pueden elegir los hombres que gozan de
libertad: los cuales son la vida placentera, la vida política y la vida contemplativa. La primera (bíos
apolaustikó ) hace referencia a la vida voluptuosa donde el hombre es guiado por los placeres
corporales, este busca la satisfacción de sus deseos más básicos; la segunda (bíos politikós) es la
vida dedicada al honor1 a la exaltación, su fin consiste en alcanzar méritos, ésta es la vida práctica
de la política, la vida pública, el problema con estos dos tipos de vida es que en ambas se necesita
de cosas externas para sentirse realizado; y, la última (bíos theoretikós) dedicada al conocimiento,
a la contemplación, ésta es autosuficiente, placentera, ésta es la vida filosófica. Sin embargo, las
más importantes a señalar en este escrito son la vida activa y la contemplativa.

Aristóteles en Política2, señala que ambos tipos de vida coinciden en cuanto a su virtud, pero no
en cuanto a su acción; expone una descripción como tal de cada uno de los tipos de vida, planteados
desde los diferentes argumentos que presentan los opositores y partidarios de estos. Aclara que una

1
ARISTOTELES, Ética Nicomáquea I, 5, 1095b20
2
ARISTOTELES, Política VII, 2, 1324a – 1325a16
1
vida activa se basa en la vida política; dirigir, ordenar y guiar. Esta es vista como una de las
actividades más importantes en la ciudad ideal pues es la que se encarga de lo público; asimismo,
garantiza un estatus social, hace ver a los hombres virtuosos, y permite gobernar a los ciudadanos
de dicho Estado.

Por otro lado, se encuentra la vida contemplativa, la cual se basa en la vida filosófica, el ocio y en
el despliegue de las facultades intelectuales. Cabe desatacar que esta actividad se da cuando el
ciudadano es libre de preocupaciones; es decir, un ciudadano que cuenta con unas condiciones
sociales y económicamente favorables que le proporcionan un tiempo adecuado para el desarrollo
de esta actividad. Ahora bien, en efecto, se sabe que lo mejor que hay en el hombre es el alma, en
esta se encuentra la parte racional -el intelecto-. Así, el estagirita deja entrever que, a su juicio la
vida contemplativa conlleva a la felicidad perfecta adjudicándole un carácter casi divino.3

En Ética Nicomáquea X, 8 el autor expone que las virtudes, la virtud moral y las pasiones están
asociadas a la vida humana y, por consiguiente, a la felicidad. La vida intelectual no depende de
los bienes exteriores como lo hace la vida moral. La felicidad de la vida intelectual y la felicidad
de la virtud moral dependen de la vida biológica, pero son diferentes en sí mismas a causa de los
actos. Se cree que la virtud solo es completa si se tienen en cuenta la intención y los actos, pero en
la virtud moral los actos son importantes y entre más grandes y hermosos, mucho mejor. Para el
contemplador los actos no son necesarios en su contemplación, pero en su vida social sí, porque
éstos determinan la virtud moral y además necesita de los bienes exteriores para vivir dignamente.

Sin embargo, una cosa sí es segura, la mejor felicidad que existe está enmarcada por la
contemplación, actividad también ejercida por los dioses y son felices, pero no realizan ningún acto
que conlleve a alguna virtud por cuanto las virtudes morales son indignas en ellos. También hay
que distinguir que son felices, pero no tienen bienes exteriores que disfrutar o compartir, ni
tampoco proceden de mala manera pues entonces no serían dignos de alabanza. Ahora bien, a pesar
de que a los dioses no se les atribuye comportamientos humanos no quiere decir que no obren. Así
que hacer algo que haga que el ser humano se asemeje a los dioses es digno de ser perfecto, y ese
algo es la contemplación, pues se cree que es lo único que hacen los dioses y que es digno de imitar.

3
ARISTOTELES, Ética Nicomáquea X, 7
2
Asimismo, está la prueba de que los demás seres vivientes no son felices pues no se les ha
concedido como a los seres humanos el don de la contemplación, y ya está garantizado que entre
más un ser humano practique esta actividad más feliz es, como los dioses lo son en absoluto. Ahora
bien, el ser humano no solo se beneficia de la contemplación sino también de los bienes exteriores
puesto que además de su alma necesita alimentar el cuerpo. Sin embargo, esto no quiere decir que
se necesiten de grandes bienes para ser feliz, pues el exceso no es beneficioso para el ser humano;
cualquiera actúa virtuosamente sin tener mucho, además, el hombre que tiene muchos bienes juzga
por medio de ellos o por ellos.

No obstante, no es feliz aquel que solo dedica su vida a los bienes exteriores y no a la
contemplación. Empero, todo lo dicho anteriormente solo se comprueba por medio de los hechos;
si los hechos no concuerdan con estas palabras entonces son vanas. El hombre que dedica su vida
a la inteligencia y a la espiritualidad es muy amado por los dioses ya que éstos están pendientes de
los hombres en cuanto hacen y si llevan a cabo esta dedicación hacia la inteligencia y la
espiritualidad que los acerca a ellos, entonces le darán su amor y apoyo a aquel que los honra. Pero
quienes hacen esto con gran exactitud son los filósofos. Así, Aristóteles cree que el filósofo es el
más feliz de todos los hombres puesto que dedica su vida al mayor principio divino que es la
dedicación a la inteligencia, por eso es el más amado de todos los dioses y, por lo tanto, el más
feliz de todos los seres humanos. Consiguientemente, la actividad contemplativa es la que conduce
a las virtudes dianoéticas, la cual proporciona la felicidad más perfecta.

Asimismo, una de las razones señaladas en Política para decir que la vida contemplativa es la mejor
se basa en que los ciudadanos son libres de este modo; pero al ser un dirigente, el ciudadano de
cierto modo está perdiendo esa libertad. Mientras aquellos que prefieren la vida activa piensan que
aquel que no hace nada obra mal.

En conclusión, hay varios argumentos para defender estos dos tipos de vida; sin embargo, la cuidad
ideal necesita de ambas, pues es necesario en un Estado un gobernante y la vida políticamente
activa; y aquellas personas que dirigen su actividad a la contemplación y el ocio, hacen que la
Ciudad sea virtuosa y tenga diversas concepciones en temas que meramente pertenezcan al Estado,
aunque la elección de estas se basa en la educación y otras características de la Cuidad ideal.

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