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Facultad de Derecho y Ciencia Política

Facultad de Ciencias Económicas Administrativas y Contables


Programa de Comunicación corporativa y Relaciones Públicas/ Programa de
Administración de Empresas
Semestre:
Seminario de Introducción a la investigación y epistemología de la Investigación
Profesora: Michelle Andrea Nathalie Calderón Ortega
Relator (a): Agatha Christie
Fecha: 12 de noviembre del 2019.
__________________________________________________________________
Texto: Michel Foucault1. La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad. En:
Doce textos fundamentales de la ética del siglo XX. Tercera Edición. Madrid: Alianza
editorial S.A., 2007, pp. 256– 264.

Tesis 1.
Para Foucault2, no existe una verdad absoluta: La verdad responde a prácticas
discursivas y a relaciones de poder que la definen, redefinen y estructuran a
través de instrumentos como la ciencia, los modelos científicos, las
instituciones y el ejercicio de control.
Foucault3 considera que al interior de las sociedades se construyen prácticas
discursivas y relaciones de poder que determinan lo que se considera como verdad
en un momento y sentido dado. Existe una relación verdad-subjetividad por lo que,
en los discursos científicos el sujeto humano va a ser definido como individuo que
habla, que vive y que trabaja y, sobre esos supuestos, el sujeto humano entreteje

1
Filósofo francés (1926/10/15-1984/06/25) Cursó estudios de filosofía occidental y psicología en la
École Normale Supérieure de París. Presentó una tesis sobre historia de la locura en la época clásica
que se publicó en 1962. Su pensamiento se caracterizó por un enfoque humanista, siendo el hombre,
en todas sus dimensiones, el eje absoluto de su filosofía. Las principales influencias en su
pensamiento fueron los filósofos alemanes Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger. Se convirtió en
uno de los principales filósofos de la corriente estructuralista del pensamiento francés. Su
pensamiento se desarrolló en tres etapas, la primera, en Locura y civilización (1960), sobre la
modificación del concepto de "locura" y de la oposición entre razón y locura que se establece a partir
del siglo XVII. En su segunda etapa escribió Las palabras y las cosas (1966), que lleva como subtítulo
Arqueología de las ciencias humanas, donde afirma que todas las ciencias que tienen como objeto
el ser humano son resultado de transformaciones históricas que reorganizan el saber que les
precedió. Su última etapa empezó con la publicación de Vigilar y castigar, en 1975, donde se
cuestionaba sobre el papel del encarcelamiento como castigo o como tortura, aunque dedida en
especial, una reflexión sobre las formas de organización y control de la sociedad que tienen como
principal objetivo disciplinar y sublevar a los individuos. En sus libros, Historia de la sexualidad,
Volumen I: Introducción (1976), El uso del placer (1984) y La preocupación de sí mismo (1984),
“rastrea las etapas por las que la gente ha llegado a comprenderse a sí misma en las sociedades
occidentales como seres sexuales, y relaciona el concepto sexual que cada uno tiene de sí mismo
con la vida moral y ética del individuo”. Disponible en:
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1118/Michel%20Foucault
2
Michel Foucault2. La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad. En: Doce textos
fundamentales de la ética del siglo XX. Tercera Edición. Madrid: Alianza editorial S.A., 2007, pp. 256-
257.
3
Ibíd., p. 256-257.

1
su vida entre juegos de verdad que se producen e incorporan mediante relaciones
de fuerza y poder.
Tesis 2.
De acuerdo con Foucault4, la práctica de sí es indispensable en los procesos
de autoconstrucción del sujeto, al constituirse como un “ejercicio de uno
sobre sí mismo”5, mediante el cual el sujeto “intenta elaborarse,
transformarse y acceder a cierto modo de ser” 6.
La práctica de sí, señala Foucault7, es un fenómeno de vital importancia en las
sociedades actuales, así como lo fue en las antiguas civilizaciones de Grecia y
Roma, en las que se constituyó como una práctica de uso común y con autonomía
mayor de la tuvo con posterioridad a la caída del imperio romano, periodo en el que
la práctica de sí se vio de cierto modo bloqueada por las imposiciones de
instituciones religiosas, médicas, pedagógicas o psiquiátricas.
Foucault8 recurre a un símil con el concepto de ascetismo expuesto por Weber, pues
considera las prácticas de sí como ejercicios en los que el sujeto se forma sobre sí
mismo y, a través de las cuales se elabora, transforma y accede a cierto modo de
ser. Para Foucault9, la práctica de sí es una forma de autotransformación y
autoconstrucción del sujeto que se desarrolla en una relación de interdependencia
con el contexto.
Tesis 3.
Según Foucault10 las prácticas de libertad exigen cierto grado de liberación,
no obstante, las prácticas de liberación por sí mismas no son suficientes para
determinar todas las formas prácticas de libertad.
El autor11 advierte que su intención no es la de negar o desvirtuar la existencia de
prácticas de liberación, sino resaltar que aun cuando pueden darse en un sentido
estricto (como por ejemplo cuando un pueblo colonizado busca liberarse de aquel
que lo tiene sometido o subyugado), éstas son insuficientes al momento de
determinar “las prácticas de libertad que a continuación serán necesarias para que
este pueblo, sociedad y esos individuos puedan definir formas válidas y aceptables
tanto de su existencia como de la sociedad política”12.
Foucault13 menciona como ejemplo los problemas con los que se ha encontrado en
la discusión sobre temas como el de la sexualidad y formula los siguientes
interrogantes: “¿tiene algún sentido decir «liberemos nuestra sexualidad»? ¿el

4
Ibíd., p. 257.
5
Ibíd., p. 257,
6
Ibíd., p. 257.
7
Ibíd., p. 257.
8
Ibíd., p. 257.
9
Ibíd., p. 257.
10
Ibíd., p. 258- 259.
11
Ibíd., p. 258.
12
Ibíd., p. 258.
13
Ibíd., p. 258.

2
problema no es, más bien, el de intentar definir las prácticas de libertad mediante
las cuales pudiera definirse qué son el placer sexual, las relaciones eróticas,
amorosas y pasionales con los otros? Sobre estos cuestionamientos discrepa sobre
la importancia y alcance de la liberación y su relación con las prácticas de libertad
implícitas en la práctica de sí.
Tesis 4.
“En las relaciones humanas se da todo un haz de relaciones de poder, que se
pueden ejercer entre individuos, en el seno de una familia, en una relación
pedagógica, o en el cuerpo político”14.
“Las relaciones de poder tienen un alcance extraordinario en las relaciones
humanas”15 y, estas no se dan sólo en lo político. Lo humano está inmerso en
relaciones de poder, en diferentes aspectos y escenarios. El poder está presente en
lo individual, esto es, el poder sobre sí mismo; también está presente en lo familiar,
pues la familia se cohesiona y representa a través de relaciones de poder. En lo
académico y lo político el poder en los escenarios académicos que, en la mayoría
de los casos, dentro de las diferentes formas de interacción humana surgen
relaciones de poder que, pueden desarrollarse como formas de dominación.
Foucault16 diferencia entre poder y dominación, señalando que aquellas relaciones
de poder que no generan ningún tipo de movilidad, que se encuentran fijas o
bloqueadas y que impiden a sus intervinientes modificarlas, son hechos o estados
de dominación.
Tesis 5.
La definición de las prácticas de libertad es un problema ético mucho más
importante que “la afirmación un poco repetitiva, de que hay que liberar la
sexualidad o el deseo”17.
Foucault considera la definición de las prácticas de libertad como un problema ético
y como tal, estima que dicha definición es mucho más importante que la de incurrir
en afirmaciones, de cierto modo repetitivas, en términos de la liberación sobre
aspectos de la vida humana como lo son, a modo de ejemplo, la sexualidad o el
deseo. Al respecto, el autor estima:
(…) a veces, la liberación es la condición política o histórica para una práctica de la libertad.
Si tomamos por ejemplo la sexualidad, es cierto que ha sido preciso un determinado número
de liberaciones en relación con el poder del macho, que ha sido necesario liberarse de una
moral opresiva que atañe tanto a lo heterosexualidad como a la homosexualidad; pero esta
liberación no hace aparecer al ser dichoso y pleno de una sexualidad en la que el sujeto
habría alcanzado una relación completa y satisfactoria. La liberación abre un campo para
nuevas relaciones de poder, que es cuestión de controlar mediante prácticas de libertad18.

14
Ibíd., p. 259.
15
Ibíd., p. 259.
16
Ibíd., p. 259.
17
Ibíd., p. 258.
18
Ibíd., p. 258.

3
Tesis 6.
De acuerdo con Foucault19 “El cuidado de sí es ético en sí mismo; pero implica
relaciones complejas con los otros, en la medida en que este ethos de la
libertad es también una manera de ocuparse de los otros”20.
Realizando una revisión histórica sobre el significado del cuidado de sí para la
antigua civilización griega, Foucault muestra cómo este ethos de la libertad se
considera ético en función de sí mismo y no necesariamente en relación con los
otros, aunque los otros ocupan un papel esencial en la noción del cuidado de sí.
La ética, considerada en la antigüedad como una forma de libertad y entendida
como práctica reflexiva, expone Foucault21, se pensó desde el imperativo: «cuídate
a ti mismo». No obstante, el cuidado de sí, aunque parte de lo individual como una
relación del sujeto consigo mismo, al constituirse como un ethos, implica
necesariamente una relación con los otros:
(…) en la medida que el cuidado de sí hace capaz de ocupar, en la ciudad, en la comunidad
o en las relaciones individuales, el lugar adecuado – bien sea para ejercer una magistratura
o para tener relaciones de amistad- y además, el cuidado de sí implica la relación con el otro
en la medida en que, para cuidar bien de sí, hay que escuchar las lecciones de un
maestro(…)22.

Tesis 7.
Para Foucault23, La libertad para los griegos señala Foucault24, se desarrolla
entre dos extremos que la amenazan: la posibilidad de caer en esclavitud y
por lo tanto perder la libertad (la capacidad ética), y la posibilidad de caer en
el abuso de poder, que somete a la libertad.
“(…) si bien es cierto que la esclavitud es el gran riesgo que se opone a la libertad
griega, hay también otro peligro que se expone a primera vista como lo inverso de
la esclavitud: el abuso de poder”25. Ambos extremos son negativos y peligrosos,
ambos extremos afectan el ethos de la libertad, el primero porque impide su
ejercicio, el segundo porque lo exacerba y contamina.
Foucault26 considera que, en el abuso de poder, entendido como un inverso de la
esclavitud:
(…) uno desborda lo que es el ejercicio legítimo de su poder e impone a los otros su fantasía,
sus apetitos y sus deseos. Así se encuentra la imagen del tirano o simplemente del hombre

19
Ibíd., p. 263.
20
Ibíd., p, 263.
21
Ibíd., p. 262.
22
Ibíd., p. 263.
23
Ibíd., p. 263.
24
Ibíd., p. 263.
25
Ibíd., p. 263.
26
Ibíd., p. 264.

4
poderoso y rico, que se aprovecha de su riqueza para abusar de los otros y para imponerles
eso: un poder indebido. Pero cabe apercibirse – en todo caso- eso es lo que dicen los
filósofos griegos- de que este hombre es, en realidad, esclavo de sus apetitos27.

Tesis 8.
La reflexión bioética debe procurar, más que prácticas de liberación, prácticas
de libertad que permitan a los individuos, desde el cuidado de sí, el ejercicio
de su propia libertad y el respecto de la libertad de los otros.
Para la bioética tanto es importante el sujeto (autonomía), como lo son los “otros”,
distintos de él (justicia), no puede obviarse la necesidad de lo colectivo ni
sacrificarse la esfera de lo individual, ambos aspectos de la vida humana son
relevantes y su importancia radica precisamente en su complementariedad.
Foucault28 considera que las prácticas de liberación, aunque son importantes en
ciertos momentos históricos y frente a determinados estados de dominación, no son
suficientes para consolidar las prácticas de libertad, necesarias estas últimas para
la reflexión ética y bioética, puesto que, “La libertad es la condición ontológica de la
ética. Pero la ética es la forma reflexiva que adopta la libertad” 29.
Desde tiempos del antiguo imperio grecorromano el cuidado de sí ha sido “el modo
en que la libertad individual -o la libertad cívica, hasta cierto punto- se ha
reflexionado como ética”. Los griegos entendían las prácticas del cuidado de sí
como un ejercicio necesario de la libertad, por lo que, solo sobre quien se ocupaba
de sí mismo y quien ejercía sobre sí un cuidado, se podía afirmar que practicaba,
en la forma debida, su libertad. Los griegos entendían que, “para practicar como es
debido la libertad, era preciso ocuparse de sí, cuidarse de sí, tanto para conocerse
(…) como para formarse, para superarse a sí mismo, para dominar los apetitos que
corren el riesgo de arrastrarnos”30.
Con el tiempo, expresa Foucault31, el cuidado de sí adquirió un sentido sospechoso,
cuestionable y de cierto modo, reprochable; se convirtió en una práctica asociada al
egoísmo y al individualismo. Diversos aspectos influyeron en esta deformación del
concepto del cuidado de sí, entre ellos, Foucault32 destaca la influencia del
cristianismo y el predominio de los valores cristianos en la definición de lo bueno, lo
debido o lo esperado para alcanzar la salvación del alma.
El carácter deliberativo de la bioética retoma la importancia del cuidado de sí: la
reflexión bioética requiere de la práctica de la libertad, del ejercicio consciente de sí
mismo y del autoconocimiento; pues ¿Quién siendo esclavo de otros o de sus
pasiones, puede reflexionar desde la bioética los problemas que preocupan a los
individuos y al mundo?, ¿Quién puede decidir sobre otros cuando no puede decidir
sobre sí mismo?

27
Ibíd., p. 264.
28
Ibíd., p. 259-260.
29
Ibíd., p. 260.
30
Ibíd., p. 261.
31
Ibíd., p. 261.
32
Ibíd., p. 261.

5
CATEGORÍAS
1) Libertad.
Diccionario filosófico de José Ferrater Mora.
Ferrater33 indica la existencia de diversos usos de la palabra libertad, como son, a
modo de ejemplo, la posibilidad de elección, el acto voluntario, la espontaneidad, el
margen de indeterminación, la ausencia de interferencia, la liberación frente a algo,
o la realización de una necesidad. También refiere diversos campos de acción o
alcance de la libertad: privada o personal, pública, política, social, de acción, de
palabra, de idea o de moral. Para ser comprendido en su totalidad, señala el autor34,
el concepto de libertad debe contrastarse siempre con conceptos como autonomía,
voluntad, buena voluntad, conciencia moral, deber, determinación, determinismo,
indeterminismo e indiferencia.
El concepto de libertad es un concepto amplio que, de acuerdo con Ferrater35,
siguiendo a N.Hartmann, involucra a la autonomía casual que evidencia el deber de
una libertad positiva; también, involucra a un factor determinante que no debe
hallarse fuera del sujeto y en concordancia con lo anterior, tampoco debe hallarse
muy profunda en el sujeto, en la consciencia; finalmente, expone ferrater36, la
libertad debe darse en dos sentidos: en un sentido moral, frente a los principios, y
en un sentido ontológico, frente al ser.
Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Tealdi37 tiene una idea de la libertad como ejercicio puntual de la capacidad de
elección. Libertad es autonomía. Este concepto se originó en dos momentos: el
primero, con la postulación del principio de respeto por las personas en el Informe
Belmont, y el segundo, con su conversión, desde la propuesta de Beauchamp y
Childress, en el principio bioético de autonomía, fundamentado en el concepto de
dignidad humana.
Sobre el concepto de libertad, según Tealdi38, existen dos conceptos: el de libertad
en sentido individualista y, el de libertad en sentido comunitarista; en un primer
sentido, la naturaleza y la sociedad aparecen como medios o instrumentos para que
el individuo realice sus fines y, en un segundo sentido, la naturaleza y la sociedad
aparecen como fines por los cuales el individuo se va a integrar a los demás.

33
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Tomo II. Buenos Aires:
Montecasino suramericana, 1964, p. 49.
34
Ibíd., p. 49.
35
Ibíd., p. 53 y 54.
36
Ibíd., p. 54.
37
TEALDI, J. C. Libertad. En: Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá: UNESCO, 2008. p.
413.
38
Ibíd., p. 414.

6
González39 en el documento “libertad y necesidad” menciona que lo libre del hombre
está dado por su capacidad para decidir, con conocimiento de causa y posibilidad
de acceso, sobre la satisfacción de sus necesidades. Con el paralelo de la moral,
señala González, aparece una nueva forma de existencia de la libertad, dada como
la actividad que permite al hombre conocer causas y necesidades para valorar y
priorizar opciones y acceder con equidad de acceso a la satisfacción de las
necesidades que le aquejan.
Para Foucault, Michel. En: “Doce textos fundamentales de la ética del siglo
XX”.
Foucault40 define la libertad como “la condición ontológica de la ética”. La ética es
la forma reflexiva de la libertad, la práctica de la libertad. La capacidad de decidir
sobre sí, de elegir, de ser y comportarse para sí y para los otros, es el significado
de la libertad.
2) Ethos.
Diccionario filosófico de José Ferrater Mora.
Ethos no se encuentra estrictamente descrito en el Diccionario de Ferrater Mora,
pero se encuentra una significación amplia del término ética, descrito como
evolución de la espiritualización de Ethos. Dice Ferrater41 que el concepto de lo ético
se ha asimilado más con lo moral, siendo esta la ciencia que estudia los objetos
morales en todas sus formas. El mismo autor42 examina los problemas
fundamentales de la ética: su esencia, de la cual existen dos concepciones, la ética
formal y la ética material; su origen, en donde la discusión gira sobre el carácter
autónomo o heterónomo de la moral; su objeto o fin, siendo referente a las
posiciones eudemonistas, hedonistas, utilitaristas, y demás, que responden a la
pregunta que cuestiona por la esencia, siempre y cuando esta sea definida de
acuerdo con un determinado bien; y, finalmente, el lenguaje ético, del que se han
presentado diversas teorías, todas encaminadas a la significación de las
expresiones éticas, o que han analizado la respuesta del ser a las imposiciones
éticas.
Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Tealdi43 referencia el concepto de ethos desde diferentes posturas y autores,
explica, por ejemplo, que en Jonsen ethos es el modo característico en el que una

39
GONZALES, Ubaldo. Libertad. En: TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Bogotá: UNESCO, 2008. p. 458.
40
FOCAULT. Op Cit., p. 260.
41
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Tomo I. Buenos Aires:
Montecasino suramericana, 1964, p. 595.
42
Ibíd., p. 597
43
TEALDI, J. C. Ethos. En: Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá: UNESCO, 2008. p.
18.

7
población interpreta su historia, su mundo social y su entorno físico con la finalidad
de formular opiniones y convicciones acerca de qué es lo bueno y correcto. Para
Foucault, representa la actitud o modo de relación en relación con la actualidad, un
modo de pensar, sentir y actuar. Según Tealdi44, ethos no es una colección de
reglas, principios y valores que se invocan, sino la matriz en la que esas reglas,
principios y valores se construyen.
Serrano45, en el texto “identidad social”, describe el ethos como un elemento
fundamental de la identidad, desde el que deriva la ética entendida como un
conjunto de reglas prácticas que buscan normalizar el comportamiento tanto a nivel
individual como grupal. El carácter se expresa en comportamiento, y este, que
establece una conducta individual o colectiva, define la identidad de la persona o
del grupo. Sin ethos, es decir sin ética, sin racionalidad y conciencia, no es posible
la identidad social.
Para Foucault, Michel. En: “Doce textos fundamentales de la ética del siglo
XX”.
El ethos, para los griegos, señala Foucault46, “era la manera de ser y la manera de
comportarse. Era un modo de ser del sujeto y una manera de proceder que
resultaban visibles para los otros”47. Los ciudadanos griegos expresaban el ethos a
través de sus acciones, comportamientos y decisiones. Ser y actuar era la forma en
que para los griegos se expresaba el ethos.
3) Moral.
Diccionario filosófico de José Ferrater Mora.
Según Ferrater48, todo lo que no es puramente físico en el hombre, lo que provenga
y sea del espíritu subjetivo, es en lo que se centran las ciencias morales. La moral
se opone, como debe ser, a lo inmoral y a lo amoral, puesto que lo que se halla
insertado en el orbe ético se opone a lo que se enfrenta con este orbe o permanece
indiferente ante él. Lo moral se corresponde con un valor, y lo inmoral o amoral, se
contrapone a un valor.
Ferrater49 menciona a Hegel en cuanto a que este último hace una diferenciación
entre moralidad subjetiva (moralität), y moralidad objetiva (sittlichkeit). Moralität
consiste en el cumplimiento del deber por el acto de voluntad, mientras que
Sittlichkeit se somete al cumplimiento de la ley moral que es fijada por las normas,

44
Ibíd., p. 18.
45
SERRANO, Alejandro. Ethos. En: TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Bogotá: UNESCO, 2008. p. 328.
46
FOUCAULT. Op cit., p. 262.
47
Ibíd., p. 262.
48
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Buenos Aires: Montecasino
suramericana, 1964, p. 232.
49
Ibíd., p. 232.

8
leyes y costumbres de la sociedad, siendo esta la representación o una forma del
espíritu objetivo. Ahora, Ferrater50 identifica que, para Hegel, en oposición a Kant,
la buena voluntad “subjetiva” es insuficiente. Lo “subjetivo” es puramente
“abstracto”, ahora, para que la voluntad sea precisa, debe unirse a lo “objetivo”, lo
cual se manifiesta como Sittlichkeit. Para Ferrater51, Sittlichkeit no es un actuar
moral “mecánico”, sino, la racionalidad de la moral universal que puede llegar a dar
un contenido a la moralidad “subjetiva”.
La moral usada como adjetivo, señala el autor52, plantea algunas problemáticas:
¿En qué consiste la moral? ¿Se puede ser moral? ¿Se debe ser moral? Esta última
pregunta abarca un espectro aún más grande, ya que esta puede estructurarse de
una mejor manera en la pregunta: ¿Se debe (o no) hacer lo justo?, a lo cual
Ferrater53 resalta la obviedad de la respuesta: Si, se debe ser justo o hacer lo
moralmente justo. El asunto en concreto se encuentra en la pregunta ¿por qué
debemos ser morales?, cuestionamiento que hace turbia la búsqueda de una
respuesta, puesto que trae toda clase de dificultades inherentes al fundamento de
la moralidad. Ahora, se debe ser moral porque es lo justo, adecuado, lo conveniente,
entre otras más razones que deben ser examinadas desde las cuestiones éticas
fundamentales, es decir, un examen de modo, o modos, de aprehender la razón de
la moralidad.
Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Tealdi54 hace diferencia entre el sentido propio y común de la moral, siendo la moral
del sujeto autónomo la que fija sus propios fines y da su propio discurso, mientras
que la moral comunitaria traza fines comunitarios y relaciona a los sujetos de
manera interdependiente. Salas55, en su texto “Conciencia moral”, del Diccionario
Latinoamericano de Bioética, expresa que la moral ha sido fundamental para
diversos análisis ético-religiosos del actuar humano, buenos o malos, insistiendo en
el carácter consciente de la moral. Sobre el concepto de conciencia moral, el autor56
exalta que la filosofía griega lo refiere como el sentido o la capacidad para discernir
y reconocer concretamente los actos buenos o malos relativos a la acción. Otros
autores modernos abordan esta temática: Descartes y Spinoza, relacionan la
conciencia moral con la tristeza o remordimiento por la realización de algo malo,
mientras que, para Kant, Wolff y Gewissen, la comprenden como la facultad para
juzgar las acciones propias. En síntesis, Salas57 dice que la conciencia moral es el
sentido mismo de las cuestiones prácticas, a saber, del modo de acertar o errar.

50
Ibíd., p. 233.
51
Ibíd., p. 233.
52
Ibíd., p. 234.
53
Ibíd., p. 234.
54
TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá: UNESCO, 2008. p.17.
55
SALAS, Ricardo. Moral. En: TEALDI. Op. Cit., p.120.
56
Ibíd., p. 120.
57
Ibíd., p. 120.

9
Para Foucault, Paul. En: “Doce textos fundamentales de la ética del siglo XX”.
Foucault, aunque menciona a la moral en diversos apartes del texto, no define el
concepto de moral.
4) Liberación.
Diccionario filosófico de José Ferrater Mora.
La liberación, para Ferrater58, es ser libre. Liberación frente a algo como liberación
para algo, como realización de una necesidad que trae implícita una responsabilidad
ante sí mismo y ante la comunidad, por lo cual la liberación requiere disponibilidad
y cumplimiento de ciertos deberes, lo cual deriva en dos vertientes de la libertad: el
poder hacer y la limitación, que, aunque parezcan contradictorias, son para el
autor59 elementos fundamentales de la misma. Para Ferrater60, Hegel expresa a la
libertad como autoliberación que se manifiesta en todos los estadios del
desenvolvimiento de la Idea.
Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Adriana Arpini61, en “Ética social, valores y liberación”, entiende a la liberación como
como categoría axiológica, que se encarga de guiar el obrar de los hombres en
sociedad; también como síntesis de valores sociales, los cuales llegan finalmente al
valor de la dignidad humana. El Diccionario Latinoamericano de Bioética distingue
dos tipos de liberación: una pedagógica y otra teológica. María Luiza Angelim62, en
el documento “pedagogía de la liberación”, explica que esta se identifica con la
pedagogía del oprimido, la cual fue formulada por Paulo Freire como aquella que
tiene que ser forjada con el oprimido y no para él. Por pedagogía debe entenderse
la de los hombres; a su vez, la de los pueblos cuando están en la partida por la
recuperación de su humanidad, que haga de la opresión y de sus causas el objeto
de reflexión de los oprimidos, lo que determinará su compromiso -necesario en la
lucha por su liberación-, en la que esta pedagogía se creará continuamente. De otra
parte, Marcio Fabri dos Anjos63 dice que la teología de la liberación tiene una
importancia social y política reconocida en el ámbito mundial que la hace capaz de
aportar al discurso de la bioética, ya que esta, desde marcos religiosos, pretende
una liberación y conversión teológica.

58
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Tomo II. Buenos Aires:
Montecasino suramericana, 1964, p. 49.
59
Ibíd., p. 49.
60
Ibíd., p. 53.
61
ARPINI, Adriana. Liberación. En: TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá:
UNESCO, 2008. p. 8.
62
FABRI, Marcio. Liberación. En: TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética. Bogotá:
UNESCO, 2008. p. 11.
63
ANGELIM, María. Liberación. En: TEALDI, J. C. Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Bogotá: UNESCO, 2008. p. 12.

10
Para Foucault, Michel. En: “Doce textos fundamentales de la ética del siglo
XX”.
Foucautl64 considera que es necesario tener cuidado con la forma en la que se
refiere a la liberación, pues “si no se trata con cierto número de precauciones y de
ciertos Límites, corre el riesgo de remitir de nuevo a la idea de que existe una
naturaleza i o un fondo humano que se ha encontrado, tras algunos procesos
históricos, económicos y sociales, enmascarado, alineado o aprisionado en
mecanismos y concretamente por mecanismos de represión” 65. No obstante,
advierte que la liberación, aunque no es comparable con las prácticas de libertad,
puede llegar a ser una circunstancia que le precede: “(…) a veces, la liberación es
la condición política o histórica para una práctica de la libertad” 66.
5) Ascetismo:

Diccionario de filosofía de José Ferrater Mora

Este término figura en el diccionario filosófico67, y en su origen aludía al


entrenamiento precedente a los ejercicios atléticos, para posteriormente aplicar su
sentido a un significado espiritual. Es entonces otra forma entrenamiento, pero con
fines espirituales y así lo entendieron tanto el cristianismo como la cultura pagana
helénica (el autor cita a Epicteto en sus discursos, III xii), y otras doctrinas basadas
en la espiritualidad. Sin embargo, es la perspectiva cristiana la que ha imperado
respecto de este término y por ello el autor se refiere principalmente a ésta, por
encima del ascetismo budista, judío o pagano

Advierte el autor68 que es necesario diferenciarlo de la austeridad o el misticismo;


la primera es tan sólo un instrumento más en la búsqueda de la santidad que está
en su fin, y el segundo, aunque lo abarca, no es un término recíproco al ascetismo.
El autor69 lo resume como ejercicio, como práctica espiritual que establece hábitos
en dirección a la santidad. El ascetismo no hace énfasis en lo corporal y por ello se
distancia del misticismo, en el que la mortificación por sí misma constituye una vía
hacia el mismo propósito santo. Federico Nietzsche, citado por el autor70, al discurrir
sobre el tipo de vida que implica el ascetismo, en su Genealogía de la moral lo exalta
como disciplina y lo fustiga en tanto que éste pueda ser un ideal de conservación y
no de abundancia de vida. Ferrater,71 presenta la posición de Max Scheller, crítico
en esta ocasión de algunas nociones de Federico Nietzsche -aunque coincida en

64
FOUCAULT. Op Cit., p. 258-259.
65
Ibíd., p. 258.
66
Ibíd., p. 259.
67
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Tomo II. Buenos Aires:
Montecasino suramericana, 1964, p. 145
68
FERRATER MORA, José. Diccionario de Filosofía. 5ta. Edición. Tomo II. Buenos Aires:
Montecasino suramericana, 1964, p. 146
69
Ibíd., p. 146
70
Ibíd., p. 146
71
Ibíd., p. 146

11
algunos puntos-, quien es renuente al pensar de Nietzsche al considerar que existen
desviaciones conceptuales en el autor de Genealogía de la moral. Y es justamente
Scheller desde su obra “El resentimiento en la moral” que hace la diferencia entre
el ascetismo cristiano y el griego. Al primero le atribuye un aumento en la capacidad
del goce, pero representado en su aspiración de alcanzar más con menos, alcanzar
un mayor goce derivado de un menor número de cosas que designa como
agradables y útiles. En su criterio, el ascetismo griego es todo lo contrario,
reduciendo con ello esa capacidad que él ubica en un valor espiritual. Distingue
también formas de ascetismo, el extramundano y el intramundano. En el primero se
identifica el retiro del mundo, en tanto que en el segundo la abstención se hace
dentro de este mundo.

Ferrater72 cierra con la investigación de Max Weber sobre Scheler. En voz del autor
del artículo "el ascetismo ultramundano corresponde a una ética a la vez anti-
eudemonista, anti-hedonista y fuertemente pro-adquisitiva: es la ética del
capitalismo moderno en tanto que surgió impulsado por varios grupos protestantes".
Las varias formas del ascetismo que diferencia Max Weber coinciden con formas
del protestantismo ascético incluidos: calvinista, pietista, metodista, y sectas con
origen en el baptismo, como los cuáqueros. También Max Weber hace división entre
lo que denomina la cultura autoritaria eclesiástica cristiano medieval, así: el
ascetismo místico-quietista y el ascetismo metódico-disciplinario.

Diccionario Latinoamericano de Bioética

El vocablo no está definido en el diccionario. Una sola vez aparece en el libro y es


en relación con el tema “la degradación del cuerpo por la biopolítica”, en el desarrollo
del artículo “cuerpo y corporeización”, de Miguel Kottow,73 de chile. Más que discurrir
sobre esta palabra, este lo hace sobre el cuerpo, el cuerpo vivo y el cuerpo vivido,
sobre cuerpo y medicina antropoplástica. Sobre el ascetismo, tan solo encontramos
unas breves palabras.

Para Foucault, Michel. En: “Doce textos fundamentales de la ética del siglo
XX”.
En el texto el autor no define el concepto de ascetismo, no obstante, se refiere a él
en los siguientes términos:
Ascetismo en un sentido muy general, es decir, no el sentido de la moral de la renuncia, sino
el de un ejercicio de uno sobre sí mismo, mediante el cual intenta elaborarse, transformarse
y acceder a cierto modo de ser. Tomo así el ascetismo en un sentido más general que el que
le concede, por ejemplo, Max Weber; pero en todo caso se trata de algo que va un poco en
la misma línea74.

72
Ibíd., p. 146
73
KOTTOW, MIGUEL. Cuerpo y corporeización. En: Diccionario Latinoamericano de Bioética.
Bogotá: UNESCO, 2008. p. 231
74
FOUCAULT. Op. Cit., p. 257.

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FORMA DE CITACIÓN EN NORMAS APA- DE ACUERDO CON EL REGLAMENTO Y
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

EJEMPLOS:

CITACIÓN AUTOMÁTICA EN WORD

(Patiño, 2012)

(Mesa Urhan & Ruiz Suarez, 2016)

(Decreto 2555, 2010)

(Ley 27, 1990)

(Sentencia C-662, 2000)

(Sentencia T-488, 2014)

(Sentencia STC-1776, 2016)

(Sentencia SU-235, 2016)

Otra forma de presentación para citar leyes: Ley 135 de (1961)

Cuando se cita textual y se cuenta con el número de página, se debe incluir el número
de página en la cita, ejemplo: (Sentencia SU-235, 2016, pág. 85).

Referencias Bibliográficas.

Decreto 2555. (15 de julio de 2010). Presidencia de la República. Por el cual se recogen y reexpiden
las normas en materia del sector financiero, asegurador y del mercado de valores y se
dictan otras disposiciones. Bogotá D.C., Colombia. Obtenido de
http://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=40032

Ley 135. (15 de diciembre de 1961). Congreso de la República. Sobre reforma social agraria.
Bogotá D.C, Colombia: DIARIO OFICIAL. AÑO XCVIII. N. 30691. 20, DICIEMBRE, 1961.
Obtenido de http://www.suin.gov.co/viewDocument.asp?id=1792699

Ley 27. (20 de febrero de 1990). Congreso de la República. Por la cual se dictan normas en relación
con las bolsas de valores, el mercado público de valores, los depositos centralizados de
valores y las acciones con dividendo preferencial y sin derecho de voto. Bogotá D.C.,
Colombia: Diario Oficinal No. 39195 del 20 de febrero de 1990. Obtenido de
http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?id=1583615

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nacion de la ley 1776 de 2016, Mendiante la cual se crean las zonas de interes de
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Sentencia T-488. (9 de julio de 2014). Corte Constitucional. La Sala Quinta de Revisión. M.P.: Jorge
Iván Palacio Palacio. Bogotá D.C, Colombia: Referencia: Expediente T-4.267.451. Obtenido
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