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Síndrome de latigazo cervical

El síndrome de latigazo cervical o también conocido


como lesión cervical por aceleración sin contacto es una
patología traumática que desafortunadamente está
bastante extendida debido a que es frecuente padecerla
tras un accidente de tráfico, aunque tampoco es
infrecuente en la práctica deportiva como en caídas de
esquí, vuelos en escalada, o choques frontales con otros
deportistas entre otras
Por Pablo Terrón: Director de Fisioterapia de la Universidad Francisco de Vitoria, en la localidad
madrileña de Pozuelo de Alarcón.
02/02/2018 - 11:52h

Aunque en cada tipo de accidente habría que estudiar detalladamente el mecanismo


lesional, en rasgos generales, el síndrome del latigazo cervical es causado por una
aceleración y una desaceleración brusca sobre la región cervical que provoca un cruce de
fuerzas transferidas a toda la columna.
Esto último será importante tenerlo en cuenta para entender más tarde los signos clínicos
que no se limitarán a la región cervical. Es muy común en este síndrome encontrar clínica
añadida en otras zonas de la columna, y esto no debemos pasarlo por alto para acertar en el
tratamiento.
Para entenderlo mejor, encontramos un buen ejemplo en las caídas durante la práctica de la
escalada. Debido a la frenada brusca del arnés, la región lumbar y pélvica serán los
primeros en recibir un empuje repentino hacia atrás mientras la columna dorsal y cervical
siguen por inercia hacia delante. En el momento que el cuerpo se decelera es cuando la
columna cervical sufrirá un movimiento de flexoextensión y rotaciones forzadas que serán
los responsables de las diferentes lesiones.
RECUERDO ANATÓMICO
La clínica puede llegar a ser muy florida y variará en función a las estructuras anatómicas
afectadas. Repasemos por tanto las principales estructuras anatómicas de la zona.
La columna cervical está compuesta por 7 vértebras articuladas entre si, y que como el resto
de las vértebras del cuerpo se separan por discos intervertebrales amortiguadores.
La primera vértebra cervical (atlas) articula con el hueso occipital y la última con la
primera vértebra dorsal.
Las vértebras cervicales poseen un aparato cápsuloligamentoso muy delicado. No es tan
resistente como el de la columna lumbar, permitiendo así mayor movilidad al mismo
tiempo que mayor vulnerabilidad.
En ellas se insertan músculos responsables de la propia movilidad cervical y otros que
actúan a distancia, en el hombro, columna dorsal, caja torácica…
Alrededor de la columna cervical vamos a encontrar los paquetes vásculonerviosos
responsables del riego e inervación de la cabeza y los brazos.
A este nivel encontramos otras estructuras: los ganglios linfáticos posteriores que también
se pueden ver afectados.
Como vemos, las estructuras que pueden ser dañadas son muy variadas. Por ese motivo
hablar de esguince cervical puede llegar a ser confuso y engañoso, pues normalmente no
solo se ven afectados músculos, ligamentos y cápsula articular. El síndrome del latigazo
cervical es como su propio nombre indica un síndrome con una serie de signos y síntomas
muy variados a los que si no se hace caso, pueden conllevar repercusiones a largo plazo
como hernias discales o artrosis precoz entre otras.

SIGNOS Y SÍNTOMAS
El dolor producido por estas lesiones tiene una clínica poco clara; puede tratarse de lesiones
de los ganglios posteriores de C1C2 o compresión de las facetas articulares de vértebras
bajas C6C7. Estudios en animales y humanos demuestran que después de lesiones por
latigazo cervical hay de rupturas de ligamentos, avulsiones de platillos vertebrales,
prolapsos discales, lesiones musculares, etc. El 49% de los pacientes tiene síntomas
relacionados con la articulación; en el resto probable mente el origen es muscular. El dolor
de columna cervical es la queja más frecuente. Al principio no suele ser muy localizado,
pero se incrementa con cualquier movimiento. No suele estar localizado en columna
cervical, sino que puede también señalarse en occipital o parte superior de hombros. A las
pocas horas o unos días el dolor o molestias de la región anterior de la columna cervical
desaparece y se localiza en alguna región posterior o un hombro. Al contrario de lo que
ocurre en la patología discal, el dolor no es muy importante para determinar el grado o
gravedad de la lesión.
Cervicalgia: es lo más común. Ocurre entre el 62%100% de los pacientes. Puede ser
irradiada a occipital, hombros o región interescapular.
Cefalea: suele ser de predominio suboccipital. Después de la cervicalgia es el síntoma más
común y cerca del 97% de los pacientes lo refieren.
Síndrome de túnel del carpo: es bastante común des
pués de latigazo cervical. Se manifiesta con dolor en la mano, pulgar o índice, dolor
nocturno y parestesias (sensación de acorchamiento y hormigueo).
Inestabilidad y/o mareos:
sensación vertiginosa o inestabilida. Se ve casi en el 50% de los pacientes.
Parestesias: las parestesias tanto de miembros superiores como inferiores son muy
frecuentes.
Dolor lumbar: muy común tras una lesión de latigazo (42% de pacientes).
Disfunción de la articulación temporomandibular (mandíbula): bastante fre cuente, aunque
no suele diagnosticarse inicialmente.

TRATAMIENTO
El tratamiento más habitual inicial son antiinflamatorios y relajantes musculares orales. Sin
embargo, estos fármacos producen efectos secundarios que limitan su uso. El tratamiento
médico rehabilitador mediante movilizaciones y ejercicio se ha probado que es beneficioso,
pero sólo temporalmente. Hay poca evidencia científica que sugiera que técnicas como la
estimulación transcutánea, los ultrasonidos, calor o hielo o la acupuntura puedan mejorar el
pronóstico.
En cuanto al uso de ortesis en el latigazo cervical la tendencia actual es a inmovili
zar durante 72 horas, ya que se ha demostrado que inmovilizaciones más prolongadas
producen un retardo en el proceso natural de curación. Su uso prolongado produce atrofia
por desuso, facilita la contractura de partes blandas, acorta músculos, reduce la zona
subescapular (tejido), incrementa la dependencia y da sensación de discapacidad.
La clave del tratamiento está en la correcta valoración de todos los signos y el tratamiento
integral de todos los síntomas.
La vuelta a la actividad deportiva debe ser progresiva y muy cuidadosa. La natación es el
mejor deporte para empezar siempre y cuando tengamos una buena técnica.
La mejor forma para recuperar nuestra lesión será trabajar ejercicios combinados que
simulen nuestros movimientos de la vida diaria. Si recuperamos con un profesional, existen
ejercicios muy interesantes con técnicas de reeducación propioceptiva y Kabat. Si
trabajamos por nuestra cuenta, haremos ejercicios de fortalecimiento de brazo, hombro,
región dorsal anterior y posterior.
Ejercicios con una pelota, toques de cabeza, volley, arrastrar la pelota por la pared apoyada
en la frente (arriba y abajo, derecha e izquierda) serán también ejercicios idóneos para la
región cervical debido a la íntima relación funcional entre el hombro y la región cervical.
No debemos olvidar los ejercicios de respiración y caja torácica imprescindibles en esta
lesión por la también cercana relación con las costillas y musculatura respiratoria.
Como vemos, la recuperación del síndrome de latigazo cervical conlleva un tratamiento
minucioso y delicado en el que no debemos pasar por alto ningún aspecto.
Lo más prudente es acudir lo más pronto posible a las consultas especializadas de este tipo
de lesiones. Así acortaremos el tiempo de recuperación y la vuelta a la actividad deportiva.

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