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MANIFIESTO DE ABRANTES

No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la observancia y cumplimiento
de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los derechos imprescriptibles de mis
hijos y todos los amados consanguíneos, me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento
despojo que de ella me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin
alteración debe ser perpetuada.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya), creí se habrían dictado en mi
defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el
que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales,
gobernadores y demás autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios
me lleve al seno de mi amada Patria, a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo encarecidamente la unión,
la paz y la perfecta caridad. No padezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me am an, maten,
injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso. El orden es el primer efecto de la justicia; el premio al
bueno y sus sacrificios, y el castigo al malo y sus inicuos secuaces es para Dios y ara la ley, y de esta suerte
cumplen lo que repetidas veces he ordenado.

Abrantes, 1 de octubre de 1833. Carlos María Isidro de Borbón.

MANIFIESTO DE LA REINA GOBERNADORA

Sumergida en el más profundo dolor por las súbita pérdida de mi augusto esposo y soberano, sólo una
obligación sagrada...puede hacerme interrumpir el silencio que exige la intensidad de mi pesar...Para disipar
esa incertidumbre y precaver la inquietud y extravío que produce en los ánimos, he crío mi deber anticiparme
a conjeturas y adivinaciones con la franca manifestación de los principios que he de seguir constantemente en
el gobierno, de que estoy encargada por la última voluntad del Rey durante la minoría de edad de la Reina, mi
muy cara y amada hija doña Isabel. La religión y la Monarquía serán respetadas, protegidas y mantenidas por
mí en todo su vigor y pureza (...). Tengo la más mínima satisfacción de que sea un deber para mi conservar
intacto el depósito de autoridad real que se me ha confiado (...) Me esforzaré en corregir los vicios que el
tiempo y los hombres han introducido en la administración pública (...) y serán materias de mis desvelos las
necesarias reformas administrativas. Ni el nombre de la Reina ni el mío son la divisa de una parcialidad,
sino la bandera tutelar de la Nación: mi amor, mi protección y mis cuidados son de todos los españoles.

ALGUNOS ARTÍCULOS DEL ESTATUTO REAL DE 1834

En el Palacio Real de Madrid a 4 de agosto de 1833. Yo la Reina Gobernadora.


Art. 1. ...Su majestad la Reina Gobernadora, en nombre de su excelsa hija doña Isabel II, ha resuelto convocar
las Cortes generales del Reino.
Art. 2. Las Cortes se compondrán de dos Estamentos: el de Próceres del Reino y el de Procuradores del Reino.
Art. 3. El Estamento de Próceres del Reino se compondrá: 1. De muy reverendos arzobispos y reverendos
obispos. 2. De Grandes de España. 3. De Títulos de Castilla. 4. De Secretarios del Despacho. Consejeros de
Estado, Embajadores, Generales de mar o de tierra...5. De los propietarios territoriales o dueños de fábricas...
que reúnan a su mérito personal y a sus circunstancias relevantes, el poseer una renta anual de sesenta mil
reales...
Art. 14. Para ser Procurador del reino se requiere... estar en posesión de una renta propia anual de doce mil
reales.
Art. 24. Al Rey toca exclusivamente convocar, suspender y disolver las Cortes.
Art. 31. Las Cortes no podrán deliberar sobre ningún asunto que no se haya sometido expresamente a su
examen en virtud de un Decreto Rea

CONSTITUCIÓN DE 1837

Siendo la voluntad de la Nación revisar en uso de su Soberanía, la Constitución política promulgada en Cádiz
el 19 de marzo de 1812, las Cortes Generales congregadas a este fin, decretan y sancionan la siguiente
Constitución:
Título I. De los españoles […]
Artículo 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con
sujeción a las leyes. La calificación de los delitos de imprenta corresponde exclusivamente a los jurados.
[…] Artículo 4. Unos mismos códigos regirán en toda la Monarquía, y en ellos no se establecerá más que un
solo fuero para todos los españoles en los juicios comunes, civiles y criminales. […] * Unificación jurídica.
Artículo 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos, según su mérito y capacidad.
Artículo 7. No puede ser detenido ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni allanada su casa,
sino en los casos y forma que las leyes prescriban.
Articulo 9. Ningún español puede ser procesado ni sentenciado sino por el juez o el tribunal competente (...).
Artículo 10. No se impondrá jamás la pena de confiscación de bienes, y ningún español será privado de su
propiedad sino por causa justificada de utilidad común, previa la correspondiente indemnización.
Artículo 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica que profesan los
españoles. * Mantenimiento del Clero con asignación al Presupuesto.
Título II. De las Cortes
Artículo 12.- La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Artículo 13.- Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el
Congreso de los Diputados. […] * Bicameralismo.
Artículo 17. Para ser Senador se requiere ser español, mayor de 40 años y tener los medios de subsistencia y
las demás circunstancias que determine la ley electoral.
Artículo 23. Para ser Diputado se requiere ser español, del estado seglar, haber cumplido 25 años y tener las
demás circunstancias que determine la ley electoral.
* Ciudadanos y electores propietarios. Ley electoral de 1837.
Título VI. Del Rey […]
Artículo 45.- La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a todo cuanto
conduce a la conservación del orden público en lo interior, y a la seguridad del Estado en lo exterior […].
Artículo 46.- El Rey sanciona y promulga las leyes.
Artículo 50. La Reina legítima de las Españas es doña Isabel II de Borbón.
Artículo 63. A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en los
juicios civiles y criminales.

EXPOSICIÓN A LA REGENTE DE LOS OBJETIVOS DEL DECRETO DE DESAMORTIZACIÓN.


Señora:
Vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad del Estado, no es tan sólo cumplir una promesa
solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional por medio de una amortización exactamente igual al
producto de las rentas, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta;
desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a
todo lo propio; enganchar la patria, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es en fin identificar con
el trono excelso de ISABEL II, símbolo de orden y de la libertad.(….)
El decreto que voy a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V.M. sobre la venta de esos bienes
adquiridos ya para la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte
suma de la deuda pública, es menester que en su tendencia, en su objeto y aún en los medios por donde
se aspire a aquel resultado, se enlace, se encadene, se funda en la alta idea de crear una copiosa familia de
propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoya principalmente en el triunfo completo de nuestras actuales
instituciones.(….)
He aquí, Señora, seguidamente bosquejados el objeto y los fundamentos del decreto, cuya minuta someto a la
augusta aprobación de V.M. en uso del voto de confianza.

Gaceta de Madrid, 21 de febrero de 1836.

REAL DECRETO DECLARANDO EN VENTA TODOS LOS BIENES QUE HAYAN PERTENECIDO A
LAS SUPRIMIDAS CORPORACIONES RELIGIOSAS.

Atendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la deuda pública consolidada, y de entregar al interés


individual la masa de bienes raíces que han venido a ser propiedad de la nación, a fin de que la agricultura y
el comercio saquen de ellas las ventajas que no podrían conseguirse por entero de su actual estado, o que se
demorarían con notable detrimento de la riqueza nacional otro tanto tiempo como se tardará en proceder a su
venta (...) en nombre de mi excelsa hija la Reina doña Isabel he venido en decretar lo siguiente:
Art. 1. Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier clase que hubiesen
pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas extinguidas y los demás que hayan sido adjudicados
a la nación por cualquier título o motivo (...)

Tendréislo entendido y dispondréis lo necesario para su cumplimiento. Está rubricado de la Real mano. En
el Pardo, a 19 de febrero de 1836. A don Juan Álvarez de Mendizábal.

CRÍTICAS DE FLÓREZ ESTRADA A LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL

El Estado, sin que se pueda decir cosa en contra, cumple, igualmente que pagando de una vez toda su deuda,
pagando el interés correspondiente. Sentados estos antecedentes, la cuestión que hay que resolver es la
siguiente: ¿el gobierno debe pagar de una vez toda su deuda dando fincas en lugar de dinero, o convendrá que
arriende en enfiteusis todas estas fincas y reparta su renta entre los acreedores? Hacer ver que el segundo
método es el único justo, el único compatible con la prosperidad futura de nuestra industria, el único
conveniente a los intereses de los acreedores, el único popular, y, por consiguiente, ventajoso al sostén del
trono de Isabel II, el único que no perjudica a la clase propietaria, el único, en fin por cuyo medio se puede
mejorar la suerte de la desgraciada clase proletaria desatendida en todas épocas y por todos los gobiernos, es
lo que me propongo hacer ver. . .
Con el plan de venta, todas las clases de la sociedad quedan altamente perjudicadas […]. En cambio con el
sistema enfitéutico, todas las familias de la clase proletaria serían dueñas del dominio útil de la tierra que
cultivasen, y, por consiguiente, interesadas en sostener las reformas y el trono de Isabel II, pues en ellas verían
cifrado su bienestar. Por el contrario, el sistema de vender las fincas, hará la suerte de esta numerosa clase
más desgraciada, les hará odiosa la reforma y el orden existente de cosas […]. Los arriendos de bienes
pertenecientes a conventos y a familias de la antigua nobleza eran generalmente los más equitativos por el
hecho mismo del mucho tiempo que había transcurrido desde su otorgamiento; los nuevos compradores de
fincas pertenecientes a conventos por lo general ha subido la renta. […]. Esta subida de la renta, que
infaliblemente tendrá lugar, hará que los pueblos detesten las nuevas reformas por las que se traspasan a otras
manos los bienes, por los que cuando pertenecían a los conventos pagaban un canon mucho más moderado.
La enfiteusis es un sistema que, creando a favor del colono una casi propiedad, forma una clase de
individuos tan industriosos y tan ricos como si fuesen propietarios. Este solo sistema es el que, inspirando al
labrador una completa confianza, le estimula a cultivar la tierra ajena como si fuera propia.
FLÓREZ ESTRADA, Álvaro; “Del uso que debe hacerse de los bienes nacionales”, en Obras de Flórez
Estrada, B. A. E., Madrid 1958 t. 112, pp. 361-364

CONVENIO DE VERGARA

Convenido celebrado entre el Capitán General de los Ejércitos Nacionales D. Baldomero Espartero y el
Teniente General D. Rafel Maroto.
Art. 1. El Capitán General D. Baldomero Espartero recomendará con interés al gobierno el cumplimiento de
su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión o modificación de los fueros.
Art. 2. Serán reconocidos los empleos, grados o coronaciones de los generales, jefes y oficiales, y demás
individuos dependientes del ejército de mando del Teniente General D. Rafael Maroto (...) quedando en
libertad de continuar sirviendo y defendiendo la Constitución de 1837, el trono de Isabel II y la Regencia de
su augusta Madre, o bien retirarse a sus casas los que no quieran seguir con las armas en la manos.
Art. 3. Los que adopten el primer caso (...) tendrán colocación en los cuerpos del ejército.
Art. 4. Los que prefieran retirarse a sus casas siendo generales y brigadieres obtendrán su cuartel para donde
lo pidan con el sueldo que por reglamento les corresponda.
Cuartel General de Vergara, a 31 de agosto de 1839.

BOMBARDEO DE BARCELONA 1842

Habitantes de la provincia de Barcelona; escarmentad para siempre con el cuadro de los lamentables sucesos
ocurridos en la Capital; continuad fieles y leales a vuestros juramentos por la constitución del Estado, por
nuestra inocente Reina y por la Regencia del invicto Duque de la Victoria, durante la menor edad. Vivid
apercibidos contra las asechanzas del partido carlo-cristino republicano, que acaba de causaros tantas
desgracias. Sed obedientes al gobierno y a vuestras autoridades legítimamente constituidas. Secundad sus
esfuerzos para el restablecimiento del orden público en esta hermosa Capital, cuyo estado excepcional solo
durará lo que vuestro bien y la necesidad dicten, y únicamente será sentido por los enemigos de vuestra
felicidad y reposo; y esto os lo garantiza el patriotismo y la generosidad de las autoridades que se hallan a
vuestro frente.
Declaración del Estado de excepción en Barcelona, Diario de Barcelona,
15 de diciembre de 1842
La división provincial de Javier de Burgos

[ ... ]parecía general el convencimiento de que los «vicios del sistema de división del territorio circunscriben
cuando menos, paralizan a menudo y a veces imposibilitan la acción de la Administración», como escribe el
ministro Javier de Burgos, [ ... ] Burgos aprovechó el proyecto de 1822, reduciendo el número de provincias
a 49 (elimina Calatayud, Bierzo y Játiva), y crea en cada una responsables de gobierno con el nombre de
«Subdelegados de Fomento» [ ... ] decisión tan fundamental al menos como la misma división provincial. Fiel
a lo que era el objetivo clave de las reformas desde 1810, hacía la división provincial soporte para todos los
ramos de la administración, incluida la militar. Pero sobre todo, Burgos prefiere hacer nuevas concesiones a
la tradición histórica, que no disminuían sensiblemente su carácter racional [ ... ] Por ese motivo devuelve a
las provincias vascas y Navarra su nombre territorial, aunque curiosamente no a Asturias. Explícitamente se
reconoce partir de la estructura de los reinos o grandes distritos antiguos.
Con todo ello, Javier de Burgos pone los fundamentos de una administración «fuerte, vigorosa y centralizada
obsesionada por la eficacia y la uniformidad «sin excepciones y privilegios»

González Antón, L. (1987). “El territorio y su ordenación político – administrativa”. En Enciclopedia de la


Historia de España. Volumen II, Madrid, Alianza, p. 77.
Preámbulo y selección de artículos de la Constitución de 1845

Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española, Reina de las Españas; a
todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que siendo nuestra voluntad y la de las Cortes del Reino
regularizar y poner en consonancia con las necesidades actuales del Estado los antiguos fueros y libertades de
estos Reinos, y la intervención que sus Cortes han tenido en todos tiempos en los que los negocios graves de
la Monarquía, modificando al efecto la Constitución promulgada en 18 de junio de 1837, hemos venido, en
unión y de acuerdo con las Cortes actualmente reunidas, en decretar y sancionar la siguiente.
Art. 2º. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujeción
a las leyes [ ... ]
Art. 7º. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún español, ni allanada su casa, sino
en los casos y en la forma que las leyes prescriban [ ... ]
Art, 8º. Si la seguridad del Estado exigiese en circunstancias extraordinarias la suspensión temporal en toda
la Monarquía o parte de ella, de lo dispuesto en el artículo anterior, se determinará por una ley.[ ... ]
Art. 11º. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado se obliga a mantener
el culto y sus ministros.
Art. 12º. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13º. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el
Congreso de los Diputados.
Art. 14º. El número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al Rey [ ... ]
Art. 15º. Sólo podrán ser nombrados senadores los españoles que, además de tener 30 años cumplidos,
pertenezcan a las clases siguientes: Presidentes de alguno de los Cuerpos Legislativos. Senadores o diputados
admitidos tres veces en las Cortes. Ministros de la Corona. Consejeros de Estado, Arzobispos, Obispos,
Grandes de España, Capitanes Generales [ ... ] Los comprendidos en las categorías anteriores deberán además
disfrutar de 30.000 reales de renta [ ... ] Títulos de Castilla que disfruten 60.000 reales de renta. Los que
paguen con un año de antelación 8.000 reales de contribuciones directas y hayan sido senadores o diputados
a Cortes, diputados provinciales, o alcaldes en pueblos de 30.000 almas.
Art. 17º. El cargo de senador es vitalicio.
Art. 20º. El Congreso de los Diputados se compondrá de los que nombren las Juntas Electorales en la forma
que determine la ley. Se nombrará un Diputado a lo menos por cada 50.000 almas.
Art. 22º. Para ser Diputado se requiere ser español, del estado seglar, haber cumplido 25 años, disfrutar la
renta procedente de bienes raíces, o pagar por contribuciones directas la cantidad que la ley electoral exija [
... ]
Art. 26º. Las Cortes se reúnen todos los años. Corresponde al rey convocarlas, suspender y cerrar sus sesiones
y disolver el Congreso de los Diputados, pero con la obligación, en este último caso, de convocar otras Cortes
y reunirlas dentro de tres meses [ .. ]
Art. 45º. Además de las prerrogativas que la Constitución señala al Rey, le corresponde:
[ .. ] Declarar la guerra y hacer ratificar la paz.
[...] Nombrar y separar libremente los ministros.

Concordato de 1851.

Art. 19. La religión católica, apostólica, romana, que con exclusión de cualquiera otro culto continúa siendo
la única de la nación española, se conservará siempre en los dominios de S. M. católica con todos los derechos
y prerrogativas de que debe gozar según la ley de Dios y lo dispuesto por los sagrados cánones.
Art. 2º. En su consecuencia la instrucción en las Universidades, Colegios, Seminarios y Escuelas públicas o
privadas de cualquiera clase, será en todo conforme a la doctrina de la misma religión católica: y a este fin
no se pondrá impedimento alguno a los obispos y demás prelados diocesanos encargados por su ministerio de
velar sobre la pureza de la doctrina de la fe y de las costumbres, y sobre la educación religiosa de la juventud
en el ejercicio de este cargo, aún en las escuelas públicas.

Art. 3º. Tampoco se pondrá impedimento alguno a dichos prelados ni a los demás sagrados ministros en el
ejercicio de sus funciones, ni los molestará nadie bajo ningún pretexto en cuanto se refiera al cumplimiento
de los deberes de su cargo; antes bien cuidarán todas las autoridades del reino de guardarle y de que se les
guarde el respeto y consideración debidos, según los divinos preceptos, y de que no se haga cosa alguna que
pueda causarles desdoro o menosprecio, S.M. y su real gobierno dispensarán asimismo su poderoso patrocinio
y apoyo a los obispos en los casos que le pidan, principalmente cuando hayan de oponerse a la malignidad de
los hombres que intenten pervertir los ánimos de los -fieles y corromper las costumbres, o cuando hubiere de
impedirse la publicación, Introducción o circulación de libros malos y nocivos.

Art. 4º. En todas las demás cosas que pertenecen al derecho y ejercicio de la autoridad eclesiástica y al
ministerio de las órdenes sagradas, los obispos y el clero dependiente de ellos gozarán de la plena libertad que
establecen los sagrados cánones. [ ... ]

Art. 42º. A este supuesto, atendida la utilidad que ha de resultar a la religión de este convenio, el Santo Padre,
a instancia de S. M. católica, y para proveer a la tranquilidad pública, decreta y declara que los que durante
las pasadas circunstancias hubiesen comprado en los dominios de España bienes eclesiásticos, al tenor de las
disposiciones antes a la sazón vigentes, y estén en posesión de ellos, y los que hayan sucedido o sucedan en
sus derechos a dichos compradores, serán molestados en ningún tiempo ni manera por Su Santidad ni por los
Sumos Pontífices sus sucesores antes bien, así ellos como sus causa-habientes disfrutarán segura y
pacíficamente la propiedad de dichos bienes y sus emolumentos y productos

La preponderancia militar

«Mucho se habla en estos últimos tiempos de la necesidad de destruir la preponderancia militar para fortalecer
el poder civil; parécenos que la situación se ha planteado al revés y que más bien debiera pensarse en
robustecer el poder civil para destruir la preponderancia militar...
La quejas contra la preponderancia militar datan de mucho tiempo: hace largos años que las fracciones
liberales se acusan unas a otras por los estados de sitio. Lo que en 1834 y 1835 decían los progresistas contra
los moderados, dijeron los moderados contra los progresistas en 1836 y 1837; hasta 1840 les tocó a los
progresistas repetir los mismos cargos que luego reprodujeron los moderados hasta 1843; desde el
pronunciamiento de junio de dicho año se quejan otra vez los progresistas...
El poder militar es fuerte porque el civil es flaco, no tanto se debe pensar en abatir aquel como en fortalecer
éste; la fuerza del poder civil será la ruina del militar, que dejará de ser poder y pasará a ser una clase como
las demás del Estado ..."
El Pensamiento de la Nación, 18 de marzo de 1846.
El Manifiesto de Manzanares de 1854

Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el Ejército liberal; el esfuerzo de los
soldados que la componen, tan heroicamente mostrado en los campos de Vicálvaro; el aplauso con que en
todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la
libertad y de las leyes que hemos jurado defender.
Dentro de pocos días, la mayor parte de las provincias habrá sacudido el yugo de los tiranos; el Ejército entero
habrá venido a ponerse bajo nuestras banderas, que son las leales; la nación disfrutará los beneficios del
régimen representativo, por el cual ha derramado hasta ahora tanta sangre inútil y ha soportado tan costosos
sacrificios. Día es, pues, de decir lo que estamos resueltos a hacer en el de la victoria.
Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica
rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja
de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y
civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora,
dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como
garantía de todo esto queremos y plantearemos, bajo sólidas bases, la Milicia Nacional. Tales son nuestros
intentos, que expresamos francamente, sin imponerlos por eso a la nación.
Las Juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes generales que luego
se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases definitivas de la regeneración liberal a que aspiramos.
Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella
esté cumplida.
Cuartel general de Manzanares, a 6 de julio de 1854. El general en jefe del Ejército constitucional, Leopoldo
O'Donnell, conde de Lucena.

Propaganda electoral aparecida en La Esperanza.

Madrid, 4 de octubre de 1854

CANDIDATURA REPUBLICANA

Soberanía nacional con todas sus consecuencias.


Sufragio universal, sanción de las leyes por el pueblo.
Libertad de cultos, de enseñanza, de Imprenta, sin restricción de ninguna clase.
Derecho de petición, de reunión y asociación.
Armamento general del pueblo.
Abolición de las quintas y del Ejército permanente.
Abolición de todas las contribuciones indirectas, remplazando por una sola directa impuesta sobre el capital [
... ]
Completa descentralización municipal y provincial.
Jurado para toda clase de delitos.

Aunque la ley electoral vigente excluye del derecho de sufragio a este partido, completo en gran parte de las
clases trabajadoras, algunos demócratas que consideran los principios arriba consignados como la expresión
de las necesidades del país y de la gloriosa revolución de julio, deseosos de que ambos estén dignamente
representados en las Cortes constituyentes, proponen a los electores Independientes de esta provincia la
candidatura siguiente.

Selección de artículos de la Constitución non nata de 1856.


Artículo 1. Todos los poderes públicos emanan de la nación, en la que reside esencialmente la soberanía.
Artículo 3. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con
sujeción a las leyes.
Artículo 14. La nación se obliga a mantener y proteger el culto y los ministros de la religión católica que
profesan los españoles. Pero ningún español ni extranjero podrá ser perseguido por sus opiniones o creencias
religiosas, mientras no las manifieste por actos públicos contrarios a la religión.
Artículo 15. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Artículo 16. Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el
Congreso de los Diputados.
Artículo 48. La persona del rey es sagrada e inviolable, y no está sujeta a responsabilidad. Son responsables
los ministros.
Artículo 49. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el rey.
Artículo 50. El rey sanciona y promulga las leyes.

La noche de San Daniel

La serenata (…) fue negra anoche a última hora, cuando ya Madrid entero se había citado en la calle
de Santa Clara (…), más diez mil jóvenes que iban dispuestos a saludar al rector y no a encontrarse con un
ejército. (…) El ejército desaguaba como un río por todas las esquinas, los caballos pisaban a los jóvenes
indefensos, centelleaban los sables, se oían voces de alarma y confusión reinaba en todas partes.

Conceder esta serenata, negarla a última hora; ocupar militarmente las pacíficas calles adyacentes al
teatro de la Ópera, salir el gobernador civil a la cabeza de sus huestes, (…) ocupar toda la infantería la Puerta
del Sol, bajar la caballería por la calle de la Montera, dar cargas en la carrera de San jerónimo y en la calle del
Príncipe. ¿Necesitará el general Narváez declarar a España en estado de sitio y deportar la mitad de los
españoles a Filipinas para despojar de su cátedra al catedrático?

La Democracia, 9 de abril de 1865

MANIFIESTO DE ESPAÑA CON HONRA

¡Españoles!: la ciudad de Cádiz, puesta en armas toda su provincia (...), declara solemnemente que
niega su obediencia al Gobierno que reside en Madrid, (...) y resuelta a no deponer las armas hasta que la
nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla.
¿Habrá algún español tan ajeno a la desventura de su país que nos pregunte las causas de tan grave
acontecimiento?.
Pisoteada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio (...), muerto el municipio (...), tiranizada la
enseñanza, muda la prensa... ¡Españoles!, ¿quién la aborrece tanto que se atreva a exclamar “Así ha de ser
siempre”?.
Queremos que un Gobierno Provisional que represente todas las fuerzas vivas de su país asegure el
orden en tanto que el Sufragio Universal eche los cimientos de nuestra regeneración social y política.
Contamos para realizarlo (...) con el concurso de todos los liberales (...), con el apoyo de las clases
acomodadas (...), con el pueblo todo...
¡Viva España con Honra!

Cádiz 19 de septiembre de 1868. Generales Topete, Serrano...

Proclama de la Junta provisional revolucionaria de Sevilla, el 20 de septiembre de 1868

“La junta revolucionaria de Sevilla faltaría al primero de sus deberes si no comenzara por dirigir su voz a los
habitantes de esta provincia y a la nación entera, manifestándose los principios que se propone sustentar y
defender como base de la regeneración de este desgraciado país…
1º. La consagración del sufragio universal y libre como base y fundamento de la legitimidad de todos
los poderes y única verdadera expresión de la voluntad nacional.
2º. Libertad absoluta de imprenta…
3º. La consagración práctica e inmediata de todas las demás libertades, la de enseñanza, la de cultos,
la de tráfico e industria… y la reforma prudente y liberal de las leyes arancelarias, hasta que el estado del país
permita establecer de lleno la libertad de comercio.
4º. La abolición de la pena de muerte.

5º. La seguridad individual eficazmente garantizada, así como la absoluta inviolabilidad de domicilio
y de la correspondencia.
6º. La abolición de la Constitución bastarda que nos venía rigiendo…
7º. La abolición de las quintas… y la organización del ejército bajo la base de alistamientos
voluntarios…
9º. …abolición de los derechos de puertas y consumos.
11º. Cortes Constituyentes por sufragio universal directo, para que decreten una Constitución en
armonía con las necesidades de la época…”

¡Viva la libertad! ¡Abajo la dinastía! ¡Viva la soberanía nacional!

MANIFIESTO POR LA INDEPENDENCIA DE CUBA

Al levantarnos armados contra la opresión del tiránico gobierno español, manifestamos al mundo las
causas que nos han obligado a dar este paso (…) España nos impone en nuestro territorio una fuerza armada
que no lleva a otro objeto que hacernos doblar el cuello al yugo férreo que nos degrada.

Nuestros valiosos productos, mirados con ojeriza por las repúblicas de los pueblos mercantiles
extranjeros (por los perjuicios) que provoca el sistema aduanero español para coartarles su comercio; si bien
venden a grandes precios en los puertos de otras naciones, aquí el infeliz productor no alcanza siquiera para
cubrir sus gastos…
Nosotros consagramos estos dos venerables principios: nosotros creemos que todos los hombres son
iguales (…) admiramos el sufragio universal, que asegura la soberanía del pueblo; deseamos la emancipación
gradual y bajo indemnización de la esclavitud, el libre cambio con las naciones (…) demandamos la religiosa
observancia de los derechos imprescindibles del hombre, constituyéndonos en nación independiente, porque
así cumple a la grandeza de nuestros futuros destinos y porque estamos seguros que bajo el cetro de España
nunca gozaremos del franco ejercicio de nuestros derechos (…)

Carlos Manuel de Céspedes (10 de octubre de 1868)

CONSTITUCIÓN DE 1869

“La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio universal,
deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad, y proveer al bien de cuantos vivan en España, decretan
y sanciona la siguiente Constitución:
Título I: de los españoles y sus derechos.
Art. 2º. Ningún español ni extranjero podrá ser detenido ni preso sino por causa de delito.
Art. 3º. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad judicial dentro de las 24 horas
siguientes al acto de la detención…
Art. 4º. Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento del juez pertinente…
Art. 17º. Tampoco podrá ser privado ningún español:
Del derecho de emitir libremente sus ideas y opiniones...
Del derecho de reunirse pacíficamente.
Del derecho de asociarse...
Art. 21º. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica.
El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado a todos los extranjeros residentes en
España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho.
Si algunos españoles profesaren otra religión que la católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el
párrafo anterior.
Art. 32º. La soberanía reside esencialmente en la Nación, de la cual emanan todos los poderes...
Art. 34º. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes.
Art. 38º. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, a saber: Senado y Congreso.
Art. 65º. El Congreso se compondrá de un Diputado al menos por cada 40000 almas de población,
elegido con arreglo a la ley electoral.
Art. 66º. Para ser elegido Diputado se requiere ser español, mayor de edad y gozar de todos los derechos
civiles...

DISCURSO DE RENUNCIA DE AMADEO DE SABOYA

Dos años largos ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada
día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de
su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos;
pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación
son españoles, todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien, y entre el
fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan
opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera (…) nadie achacará a
flaqueza de mi ánimo esta resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la corona si creyera
que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles (…).

11 de febrero de 1873

EL FEDERALISMO

“Queremos los federales en el orden humano: Libres de pensamiento, la conciencia, los cultos; respeto
a todas las religiones, preferencia ni privilegio a ninguna; suprimidas las obligaciones del culto y del clero;
dotados los sacerdotes de todas las iglesias de los mismos derechos que los demás ciudadanos, atenidos a los
mismos deberes y sujetos a la misma jurisdicción y las mismas leyes; civiles el matrimonio, el registro y el
cementerio.

Garantizados la vida y el trabajo; inviolables la personalidad, el domicilio y la correspondencia; abolida


la pena de muerte; perseguida sin piedad la vagancia.

Queremos en el orden político: la voluntad del pueblo como el único origen legítimo del poder público;
los tres poderes limitados. El sufragio universal; las leyes fundamentales, sometidas a la sanción del pueblo.
La República por forma de gobierno; la Federación por sistema. La Nación dividida en Regiones, y las
Regiones en Municipalidades; las municipalidades y las regiones autónomas a par de la Nación en todo lo que
a su vida interior corresponda (…).

Los estados regionales, que han de tener a su cargo el régimen de la vida regional en lo político, lo
económico y lo administrativo (…) la garantía y la defensa de la libertad y el orden(…) la organización de las
milicias regionales, subordinadas al estado central solo en caso de guerra con el extranjero (…) la imposición
y la cobranza de los tributos (…)”.

PROGRAMA DEL PARTIDO FEDERAL

PROCLAMA DEL CANTÓN DE CARTAGENA

Junta Soberana (del Cantón de Cartagena) (…), interpretando las aspiraciones del pueblo de Cartagena, ha
estimado conveniente establecer:

1º La instrucción gratuita, obligatoria, elemental, con responsabilidad personal de los jefes de familia y
colectividades encargados de la educación de la infancia (…).

4º Queda terminantemente prohibida, bajo la más estricta responsabilidad de los profesores y encargados de
los colegios (…) la enseñanza en los mismos dogmas, ni religión positiva, debiendo atenerse para la moral en
los principios de la ciencia y de los deberes sociales (…).

Considerando que las iglesias han sido constituidas con los intereses colectivos del pueblo y que por
tanto no pueden ser propiedad exclusiva de una asociación particular (…). Esta Junta Soberana de salvación
acuerda:

Quedan confiscados todos los bienes que pertenezcan a las asociaciones religiosas, que pasan desde
luego a la propiedad colectiva del Cantón (…).
Considerando que la propiedad es uno de los derechos más legítimos del hombre, siempre que sea
resultado indispensable de su trabajo. (…)

1º Quedan confiscados y declarados propiedad colectiva del Cantón todos los bienes (…) que disfruten sus
actuales dueños por herencia y con origen de gracia y donación real, tales como vinculaciones, mayorazgos,
capellanías (…)
Cartagena, 1 de octubre de 1873

Exposición del programa gobierno de Pi y Margall, 13 de junio de 1873

«Y estoy en que la República tiene bastante fuerza para desconcertar las maquinaciones de todos sus enemigos,
pero con una condición: con la de que no perdamos el tiempo en cuestiones estériles; de que no nos
dividamos... de que aceleremos la Constitución de la República española.
Antes de venir al Parlamento había presumido que el partido republicano se dividiría en fracciones, pero no
pude jamás calcular que se dividiera antes de que se discutieran las altas cuestiones políticas o económicas...
Tenemos, señores Diputados, una verdadera guerra civil: la tenemos en las provincias del Norte y de Oriente,
y aunque de menor importancia, en algunas provincias del Centro (1)... La primera necesidad, la más
universalmente sentida es poner término a esa guerra... ¿Qué debemos hacer para conseguirlo? Ante todo,
contener la indisciplina del ejército... »
(1) Se refiere a las provincias vascongadas y Navarra, bastiones principales de la guerra carlista. La tercera
guerra carlista, conflicto iniciado en 1872, a la altura de 1873 se había extendido al interior de Cataluña y el
Maestrazgo. Incluso algunas partidas carlistas operaban en Galicia, Castilla y Andalucía, convirtiéndose en
una auténtica guerra civil que se alargaría hasta 1876.

La Primera República vista por un marxista

«Madrid 19 de febrero de 1873


Mi querido Engels:
La proclamación de la República no ha sido para mí un hecho inesperado; hace tiempo que lo había anunciado
como un resultado natural de la falsa situación de Amadeo frente a los partidos liberales y sobre todo de la
evolución operada en el seno del partido republicano español... La república española es el resultado de una
coalición entre los diferentes partidos liberales de la burguesía... Esto le explicará cómo el cambio se ha hecho
de una manera tan tranquila... Pero aún no hemos llegado al final; los cuatro republicanos que han aceptado
carteras (Figueras, Pi, Salmerón y Castelar) son gente honesta, pero no están a la altura de la situación; tienen
que gobernar con una mayoría parlamentaria que no está de acuerdo con ellos en la mayor parte de las cosas
prácticas... De otro lado, la parte popular del republicanismo, que está dirigida por los intransigentes, se agita
y pide -no reformas- sino puestos para sus jefes...
El momento, como ve, no puede ser favorable para nosotros. Si los intransigentes se pelean con el gobierno,
intentarán hacer una revolución que llamarán social...; si, por el contrario, los jefes de los intransigentes
obtienen puestos, el elemento popular que ellos dirigen por fin verá claro y se separará definitivamente del
partido republicano, para venir ' a nosotros. ¡Qué magnífica ocasión para fundar el partido obrero en España!...
Salude de mi parte a Marx, Lafargue y su familia.»

Correspondencia entre José MESA y Federico ENGELS.

El Manifiesto de Sandhurst
“He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños, y algunas de
compatriotas nuestros residentes en Francia (…). Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que
solo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre
y a las crueles perturbaciones que experimenta España (…).
Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural
es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en
1812 le impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. Debioles además
muchos años de progreso constante, de prosperidad, de crédito y aún de alguna gloria (…).
Por todo esto, sin duda, lo único que inspira ya confianza en España es una monarquía hereditaria y
representativa, mirándola como irremplazable garantía de sus derechos e intereses desde las clases obreras
hasta las más elevadas (…).
No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron los
negocios arduos los Príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la Monarquía (…). Llegado el caso,
fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por resolver entre un príncipe leal y un pueblo libre
(…). Sea la que quiera mi propia suerte, no dejaré de ser buen español, ni, como todos mis antepasados, buen
católico, ni, como del siglo, verdadero liberal (…).

Nork Town (Sundhurst), a 1 de diciembre de 1874

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