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Ediciones UNL
Marzo 2010
A Laura, Julio,
Tomás y Felicitas.
Constitucionalización del proceso penal santafesino
ÍNDICE
- Prólogo
PRIMERA PARTE
Constitución, celeridad y acceso a la justicia.
- La conciliación en el proceso de intereses aparentemente
antagónicos.
- Incidencia de la Constitución en la ley aplicable.
SEGUNDA PARTE
La ley 12.912
TERCERA PARTE
Hacia la interpretación constitucional del proceso penal
25 – La instrucción.
26 – La autoridad preventora.
27 – Tramitación de la instrucción.
- Actuación de la defensa durante la instrucción.
- Actuación del querellante durante la instrucción.
- Actos para los que se requiere instancia de parte.
- Plazo de sustanciación de la instrucción.
28 – Secuestros – Devolución y cesación provisional.
29 – Medidas cautelares – Reglas generales.
- Finalidad y presupuestos.
- Demora en las medidas cautelares personales.
30 – Cesación provisoria del estado antijurídico producido.
31 – Comparendo y detención.
32 – La incomunicación.
33 – La declaración “indagatoria”.
34 – El procesamiento.
- Trámite.
35 – La prisión preventiva.
- Procedencia.
- Trámite.
- Atenuación.
- Alternativas.
- Cesación.
36 – Embargos e inhibiciones.
37 – La libertad bajo promesa o caucionada.
38 – El sobreseimiento.
39 – La conclusión de la instrucción.
- La requisitoria de elevación a juicio.
- La acusación alternativa.
- La atribución de hechos “reiterados en número
indeterminado de oportunidades”.
- ¿Un procedimiento intermedio?
- Intervención del querellante.
40 – La investigación fiscal.
41 – La instrucción abreviada.
42 – El juicio común.
43 – Inicio del juicio.
44 – La prueba.
45 – La intervención de oficio del juez, ordenando pruebas o
interrogando.
46 – Interrogatorio de los testigos por las partes.
47 – Sentencia
48 – Congruencia
49 - Impugnaciones.
50 – Apelación – Procedencia.
51 – Recurso del fiscal.
52 – Interrogatorio por los jueces del tribunal.
53 – Habilitación de días.
54 – Queja por retardo de justicia.
55 – El juicio oral.
56 – Integración del tribunal oral.
57 – Elevación a la presidencia de la Cámara.
58 – Actos preliminares– Preservación de la imparcialidad del juez.
59 – Admisión y rechazo de la prueba.
60 – Introducción por lectura de actos de la instrucción.
61 – La instrucción suplementaria.
62 – Designación de audiencia.
63 – El juicio oral y las reglas del Código/ley 12.734.
64 – Los plazos en el juicio oral.
65 – El debate.
66 – Las audiencias.
- Documentación.
- Reglas de actuación.
- Asistentes.
- Presencia del imputado.
- Prosecución – Recesos – Interrupción.
- Publicidad.
- Oralidad.
- Resoluciones
67 – Actos del debate.
- Apertura y dirección del debate.
- Declaraciones del imputado.
- ¿Cuestiones preliminares?
- Ampliación de la acusación.
- Recepción de la prueba.
- Disposiciones generales sobre la prueba.
- Acuerdo entre las partes para declarar como comprobado un hecho.
- Interrogatorios.
- Lectura de actas y documentos.
- Inspección judicial.
- Discusión final.
68 – Acta del debate.
69 – Sentencia
- Citación para la lectura de la decisión.
- Deliberación.
- Lectura de la decisión y de los fundamentos.
- Requisitos de la sentencia.
70 – Congruencia.
71 – El derecho al recurso en el juicio oral.
- Características del recurso.
- ¿Puede apelar el fiscal con la finalidad de agravar la
situación del inculpado?
- ¿Qué es revisable a través del recurso?
72 – Apelación
- Procedencia
- La nulidad dentro del recurso de apelación
- Recurso del Ministerio Público Fiscal
- Legitimación del imputado
73 – El procedimiento en el recurso de apelación
- Interposición
- Procedimiento ante el tribunal de apelación
- Deliberación
74 – Decisión del recurso.
- Revocación o anulación total o parcial
- Reenvío
- Aclaratoria
75 – Proceso correccional
76 – Juicio por delito de acción privada
Querella
77 – Procedimiento abreviado
- Formación del acuerdo
- Resolución
78 – Procedimiento extendido
79 – Procedimiento para la reparación del daño.
- Contenido del reclamo indemnizatorio.
- Legitimación activa y tribunal interviniente.
- Oportunidad y fundamento.
- Formalidades.
- Trámite.
- Audiencia y resolución.
-
CUARTA PARTE
La etapa de transición
- Necesidad de una etapa de transición
- Función de la transición
- Ámbito de validez de la ley
- Órganos del sistema de conclusión de causas
- Los nuevos órganos y el principio de “juez natural”
- Disposiciones procesales aplicables al sistema de conclusión de causas
1) Disponibilidad de la acción – Mediación – Suspensión de juicio a prueba -
Juicio abreviado
2) Archivo de causas:
- A) Grupo de causas con autores desconocidos (artículo 7.c)
- B.1) Causas con imputados individualizados, que no se encuentren
privados de su libertad cautelarmente (art. 7.d)
- B.2) Causas con imputado individualizado respecto del que se ha librado
pedido de captura, pero no se lo ha declarado en rebeldía (art. 7.e)
- B-3) Causas con imputado individualizado declarado en rebeldía (art. 7.f)
- B-4) Causas con imputado individualizado, sometido a medidas cautelares
privativas de la libertad (art. 7.g)
- C) Causas que lleguen al final del período de transición sin haberse
adoptado decisión definitiva (art. 8)
- Disposiciones aplicables a los recursos de apelación (art. 11)
ANEXO:
El nuevo sistema de justicia penal
- Mensaje del Poder Ejecutivo acompañando su proyecto de “Ley de
implementación progresiva del Código Procesal Penal – Ley 12.734”
- Texto aprobado de la “Ley de implementación progresiva del Código Procesal
Penal” N° 12.912 (B.O. 07/08/08).
- Texto decreto Nº 125/09, reglamentario de la ley 12912, dictado el día 2 de febreo
de 2009 por el Poder Ejecutivo de la Provincia (B.O. 09/02/09)..
- Modificación de la ley 12.912, Ley 13.038 (B.O. 13/12/09).¿
- Mensaje N° 3565 (02/02/09) del Poder Ejecutivo, acompañando su proyecto de
“Ley de Transición”.
- Texto “Ley de Transición” N° 13.004 (B.O. 07/10/09).
- Mensaje n° 3562 (02/02/09) del Poder Ejecutivo, que acompañara su proyecto de
Ley Orgánica de Tribunales Penales y Gestión Judicial.
- Ley de Organización y Gestión de Tribunales Penales de la Nueva Justicia Penal de
Santa Fe, Ley n° 13018 (B.O. 27/10/09).
- Mensaje N° 3564 (02/02/09) del Poder Ejecutivo que acompañara su proyecto de
“Ley Orgánica de Ministerio Público de la Acusación”.
- Texto “Ley Orgánica de Ministerio Público de la Acusación” N° 13013 (B.O.
22/10/09).
- Mensaje N° 3566 (02/02/09) del Poder Ejecutivo, que acompañara su proyecto
Ley de Organización del Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
- Ley de organización del Serivcio Público ̈Provincial de Defensa Penal, N° 13014
(B.O. 22/10/09).
- Mensaje N° 3563 (02/02/09) del Poder Ejecutivo que acompañara su proyecto de
“Ley de programa de acompañamiento y protección de testigos y víctimas”.
- Texto del proyecto de ley de “Programa de acompañamiento y protección de
testigos y víctimas”, presentado por el Poder Ejecutivo.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL.
PRÓLOGO
SEGUNDA PARTE
LA LEY 12.91
¿Será posible ejercer la opción una vez superados los diez días a que
alude el artículo 4 de la ley 12.912?
¿Será posible solicitar la aplicación de otras disposiciones del Código/ley
12.734, que no sean relativas a la libertad del imputado, extinción de la acción y
amplitud de la defensa?
C
Grupo de causas en trámite o relativas a hechos de los que ya se
había tomado conocimiento antes del 15 de febrero de 2009, y en las que no
se formula opción por las normas más favorables de la ley 12.912.
Este grupo es de conformación residual.
En él quedarán las causas que no encuentran ubicación en ninguno de los
dos grupos antes mencionados.
A ellas se les aplicarán íntegramente las disposiciones del viejo Código/ley
6740 (y modificaciones hasta ley 12.162).
Como no quedan atrapadas por las normas de la ley 12.912, no deberá
utilizarse el texto ordenado del Código Procesal Penal dispuesto por decreto
125/09 del Poder Ejecutivo de la Provincia.
Lo dicho antes respecto a la retroactividad o irretroactividad de la ley
procesal penal, debe aquí tenerse en cuenta.
TERCERA PARTE
1
Las normas fundamentales
“Artículo 1 – Juicio previo. Nadie podrá ser penado o ser sometido a una
medida de seguridad sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso y
sustanciado conforme a las reglas de este Código.
En el procedimiento penal rigen todas las garantías y derechos
consagrados en la Constitución de la Nación Argentina, en los tratados
internacionales con idéntica jerarquía y en la Constitución de la Provincia.
Dichas disposiciones son de aplicación directa y prevalecen sobre
cualquier otra de inferior jerarquía normativa informando toda interpretación de las
leyes y criterios para la validez de los actos del procedimiento penal”
El origen del precepto se halla en el viejo texto del artículo 306, que
quizás inadvertidamente también se mantiene.
Obviamente se hace referencia a las restricciones durante el
desarrollo del proceso y no a las propias del cumplimiento de una pena.
Se fija la necesaria instrumentalidad procesal de ellas, impidiendo su
aplicación como medidas anticipatorias de pena o preventivas de hipotéticas
reiteraciones delictivas.
En sus artículos 298.I a 298.IV el Código establece ahora reglas
generales en materia de medidas cautelares, profundizando en el tratamiento de
este tema. A lo que allí decimos nos remitimos en homenaje a la brevedad.
-
2
La acción penal.
3
La suspensión del procedimiento a prueba
Criterios de oportunidad
6
La mediación
7
La acción civil
El texto ordenado del Código Procesal Penal consigna como derogadas las
disposiciones procesales que referían a la acción civil en los antiguos artículos 16 a
19, al actor y demandado civiles en los artículos 94 a 108, a las excepciones
relativas a la acción civil en el artículo 368, y a la intervención del actor civil,
demandado y tercero civilmente demandado, durante el juicio (artículos 376, 377,
379, 381, 382, 383, y en las instancias impugnativas (artículo 407).
Esto puede dar lugar a discusión.
Es que no hay en la ley 12.912 disposición que así lo establezca
expresamente.
La ley 12.912 da cabida al querellante y además le pone a su disposición un
“Procedimiento para la reparación del daño” en sus artículos 575.II a 575.VII.
Atendiendo a ello y considerando que la misma ley en su artículo 9 indica que
quedan derogadas todas las disposiciones legales que se le opongan, será posible
interpretar que las viejas disposiciones sobre el actor civil se oponen a las nuevas
relativas al querellante y al procedimiento para la reparación del daño.
La expuesta será una interpretación posible, pero seguramente no la única.
Es que no puede dejar de reconocerse que el novedoso “Procedimiento para la
reparación del daño” no tiene la misma amplitud que la vieja acción civil, de lo que
podría seguirse -entre otras- una interpretación que concluya que al damnificado se
le presentan dos vías alternativas: una la acción civil tal como ya estaba regulada,
otra la querella seguida de la reparación del daño en caso de condena.
La solución derogatoria parece sin embargo preferible. Ello en atención a que
las disposiciones que se insertan por ley 12.912 proceden del texto del Código/ley
12.734 y en él había una eliminación absoluta del actor civil, y, también, a que
parece hasta contradictorio que un mismo ordenamiento legal presente para igual
propósito (la reparación del daño producido por el delito) dos procedimientos tan
terminantemente distintos entre sí.
Por otra parte ha de tenerse en cuenta que no se está limitando derechos del
imputado o su defensa, sino solo regulando una cuestión absolutamente accesoria a
la penal.
8
El órgano jurisdiccional.
Competencia material.
9
Recusación y excusación
Sobre el tema nos encontramos con un sistema, siempre ubicado entre los
artículos 49 y 65, que solo en algunos puntos puede considerarse novedoso.
La recusación sigue estando limitada a la presentación de algunos de los
específicos y taxativos motivos señalados por la ley. Erróneamente, y como
consecuencia de haberse transcripto un texto de la ley 12.734, el artículo 49 remite a
las reglas del 68, cuando en realidad debe atenderse a lo señalado en el artículo 50.
En materia de excusaciones, el cambio más importante probablemente se
halle en ese artículo 50 cuando, al tratar la inhibición del juez, sustituye la nómina
taxativa de motivos de apartamiento por una puramente ejemplificativa, tal como
resulta de su expresión “...Podrán invocarse, entre otros, los siguientes motivos de
separación...” (el subrayado nos pertenece).
Esta amplitud encuentra su explicación en las características del derecho
procesal penal y hasta en exigencias derivadas de pactos internacionales.
En ese marco la imparcialidad del juez apunta tanto a razones subjetivas
cuanto objetivas.
Se desea la intervención de un juez subjetivamente imparcial, pero además
no sospechable socialmente de parcialidad; esto último se revela particularmente en
la referencia a la existencia de circunstancias que “...pudiera considerarse...” que
afectan la imparcialidad, de la que se desprende que esa consideración la puede
hacer tanto el propio juez como terceros.
De cualquier manera no deberá dar lugar este sistema a abusos en los
apartamientos, a cuyos efectos se prescribe que las circunstancias en que se basen
deben ser de “...objetiva gravedad...”, dato que remite a la doble apreciación de la
gravedad de la circunstancia y de su objetivación.
La excusación por violencia moral del viejo artículo 51, si bien ya no existe en
un precepto independiente, puede encontrarse dentro de las disposiciones del
primer párrafo del artículo 50.
Al apartamiento por causa matrimonial, se agrega la de simple convivencia,
extendiéndose ambas tanto a una situación actual como pretérita.
-
Seguramente resultará difícil lograr una interpretación generalmente
satisfactoria de las previsiones contenidas en los incisos 1 y 4 respecto al
apartamiento por “...haber pronunciado auto de mérito o dictado prisión preventiva...”
(inc. 1) y por “...haber emitido opinión (sobre el proceso) después de conocerlo,
aunque ello haya sido consecuencia de una disposición legal...” (inc. 4).
Estas dos reglas -que suelen pensarse en relación a la etapa instructoria,
pero operan en todas las instancias y grados del proceso-, obviamente tienden al
aseguramiento de la imparcialidad del juez, evitando que quien adelantó opinión
mantenga su intervención en la causa (según el “Proyecto de reglas mínimas de las
Naciones Unidas para la administración de la Justicia Penal” -más conocidas como
“Reglas de Mallorca”- “Los tribunales deben ser imparciales, especialmente no
podrán formar parte del tribunal quienes lo hayan integrado anteriormente de
cualquier modo o en otra función o en otra instancia, en la misma causa. Tampoco
quien haya participado de una decisión después anulada por un tribunal superior”-
artículo 4.2.).
Sin embargo, ellas lograban una serena ubicación en el marco de un proceso
en el cual no existía investigación formal a cargo de un juez, sino una investigación
preparatoria en manos de un fiscal, y en la que el juez solo intervenía como una
especie de juez de garantía, emitiendo resoluciones aisladas. En ese esquema era
absolutamente sencillo apartar a un juez que ya había conocido el proceso.
Los problemas aparecen al insertarse las disposiciones en un proceso con
instrucción formal, como el que tenemos y tendremos.
Ha de verse sin embargo, y pese a lo que diremos a continuación, que el juez
solo se deberá excusar si estima que alguna circunstancia “...pudiera considerarse
que afecta su imparcialidad...” y no en forma automática por comprobar la
actualización de alguno de los motivos de separación que se enumeran. Incluso las
reglas de los incisos 1 y 4, que ahora contemplamos, deberán ser objeto de esa
consideración y, si al cabo de ella se entiende no afectada la imparcialidad objetiva
y/o subjetiva, se deberá sin más seguir interviniendo. Claro es que las partes podrán,
no obstante, intentar una recusación -siempre en el término de tres días fijado por la
ley- pero en tal caso sobre ellas pesará la carga de demostrar la necesidad de
apartamiento (artículo 54).
Es evidente que los problemas desaparecerían si los fiscales asumieran la
investigación, pero, dada la carencia de una infraestructura apta como para hacerlo
-al menos en todos los casos- no es de esperar que ello ocurra.
También se solucionarían los problemas si se impusiera el trámite de la
instrucción abreviada del artículo 374.X y siguientes, aunque esta posibilidad
requiere que el juez se expida considerando agotada la investigación y solo puede
disponerse de oficio para causas en las que el imputado no estuviere privado de su
libertad.
-
¿Cómo enfrentar la situación?
Veamos la regla de inciso 1º: “...haber pronunciado auto de mérito o dictado
prisión preventiva...”
Aunque la previsión parece atentar contra la idea de unidad en la conducción
de la investigación, no puede dejar de tenerse en cuenta que la ley 12.912 ha
contemplado expresamente la posibilidad de sucesivas inhibiciones y por eso manda
en su artículo 8, último párrafo, que en tal caso se aplique el régimen de suplencias
previsto por la Corte Suprema de Justicia de nuestra Provincia al reglamentar el
tema por Acordada nº32 (del 23/08/06) tras el caso “Dieser-Fraticelli”; esto es, no
estaríamos ante un descuido del legislador.
La advertencia de esto hizo variar una primera estimación que tuvimos,
según la cual el nuevo sistema de apartamiento no tendría vigencia cuando se
tratara de una investigación escrita y a cargo del Juez de Instrucción.
Resulta frente a lo expuesto imperioso entender que la ley deliberadamente
tiende al apartamiento del juez que ha dictado auto de mérito o prisión preventiva.
Seguramente se procura evitar embates constitucionales contra una instrucción que
además de formal permitiría que el mismo juez que inicia los procedimientos, indaga
y procesa, sea luego quien la dirija hasta su último momento.
Una forma de disminuir las que si no serían sucesivas excusaciones, se
hallará en que el juez a cargo de la instrucción, después de la indagatoria, corra
vista al Ministerio Público para que se expida acerca del mérito de la causa y de la
prisión preventiva (sobre este paso volveremos al considerar precisamente la prisión
preventiva), y, si el fiscal la pide, resolver sobre ella en el mismo momento de emitir
el procesamiento -obviamente si corresponde-, de modo tal de pronunciarse en un
solo acto, tras el cual recién se excusará por haber emitido un auto de mérito y por
haber dictado prisión preventiva, si es que entiende afectada su imparcialidad.
De ese modo, se cumpliría con la ley procesal y al menos se evitaría que la
causa pasara por las manos de tres jueces en forma sucesiva e inmediata.
Esta posición debería ser acompañada por una interpretación estricta del
concepto “auto de mérito” para incluir en él solo a aquellos pronunciamientos que se
expidan sobre el fondo de la causa, sobre su mérito.
La otra interpretación, que ya adelantamos que en la actualidad dejamos de
lado por la antes aludida valoración de la regla del artículo 8, último párrafo, de la ley
12.912, pasaría por aplicar la regla contenida en ese mismo artículo pero en su
segundo párrafo relativa a que “...Sin perjuicio de ello, las normas y terminología del
nuevo sistema que se ponen en vigencia por la presente ley durante la
implementación progresiva, deberán interpretarse teniendo presente el sistema
escrito u oral que rija para cada causa y si la instrucción la realiza el fiscal o el
juez...”, concluyendo que la disposición relativa a que imperativamente deberá
apartarse todo juez que hubiera pronunciado auto de mérito o prisión preventiva no
es aplicable en la instrucción formal que se mantiene. Apoyaría esta posición el
precedente “Hauschildt vs. Dinamarca” (24/05/89) del Tribunal Constitucional
Europeo.
-
Tratemos ahora la regla del artículo 50 inciso 4º según la cual los jueces
deberán inhibirse en caso de “...haber dado recomendación sobre el proceso o
haber emitido opinión después de conocerlo, aunque ello haya sido consecuencia
de una disposición legal...”
Esta disposición no debe provocar el apartamiento en forma automática de
todo juez que haya participado de cualquier manera en un proceso.
Nuevamente ha de señalarse que la regla adquiría un sentido particular
dentro del procedimiento del Código/ley 12.734, donde la investigación preparatoria
la cumplía un fiscal y en donde por tanto los jueces solo intervenían durante ella
para contados supuestos. Los problemas se suscitan al trasladarla a una
investigación formal como la que se mantiene.
Pues bien, teniendo en cuenta que en su primer inciso este artículo 80
únicamente alude al apartamiento en razón de haberse dictado auto de mérito,
pareciera que corresponde interpretar que este cuarto inciso refiere solo a la emisión
de opiniones que impliquen un adelantamiento sobre aquello que debe luego
resolverse, y no cualquier acto de procedimiento.
-
En el “recurso de reposición” (artículo 416) no opera la regla de apartamiento
ya que se pretende una reconsideración por el mismo juez o tribunal de lo resuelto, y
no por otros.
10
El Ministerio Fiscal
11
El querellante
12
El imputado
En relación al imputado seguramente la novedad más importante se encuentra en la
clara enunciación que de sus derechos formula el artículo 68.II.
Subsistiendo el reconocimiento de que el imputado adquiere su calidad de tal
a partir de cualquier acto del procedimiento que contra él se dirija, aún como
meramente indicado en un hecho delictivo, la antes citada norma impone a todo
funcionario del Ministerio Público Fiscal, de la prevención y/o magistrado judicial el
deber de hacerle conocer en ese mismo momento “1) La existencia de una causa
seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla. 2) El o los
hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponde.
3) Los derechos referidos a su defensa técnica. 4) Que podrá solicitar audiencia a fin
de prestar declaración cuando lo estime conveniente, presumiéndose mientras tanto
que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello signifique ninguna
presunción en su contra”.
Se procura de este modo terminar con ficciones en el ejercicio de los
derechos del imputado. Él debe conocer claramente la imputación, no recién cuando
se le recibe declaración, sino desde los primerísimos momentos, para poder actuar
en consecuencia, evitándosele de tal modo sorpresas. Solo de este modo se
garantiza el respeto al principio constitucional de inocencia.
Aunque la norma no lo exija, debería pensarse en una información
documentada de los derechos.
La comunicación que se hará acerca de el o los hechos que se le atribuyen,
en realidad no presentará problemas prácticos porque no es sino una aplicación de
las pautas en uso desde hace tiempo en la recepción de declaraciones indagatorias:
ha de informarse sobre el hecho en su aspecto fáctico, con todas sus características.
Debe tenerse en cuenta que la Convención americana sobre derechos humanos
prescribe en el artículo 8.2.b. la “...Comunicación previa y detallada al inculpado de
la acusación formulada...” y que con mayor precisión, aún, el Pacto internacional de
derechos civiles y políticos indica en su artículos 14.3.a. que durante el proceso toda
persona acusada de un delito tendrá derecho “...A ser informada, sin demora, en un
idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas de la
acusación formulada en su contra...”.
El deber de informar acerca de la provisoria calificación legal que
corresponda puede acarrear al principio algunas dificultades en la etapa
prevencional, aunque en realidad ya existe hábito de practicar una calificación penal
del hecho al menos al momento de insertar la imputación en la planilla prontuarial
del imputado.
Dejamos para más adelante -para cuando hablemos de la defensa y de la
declaración del imputado- el tratamiento de las demás noticias que han de brindarse.
13
La rebeldía
14
Los defensores
15
Actores y demandados civiles
Para evitar repeticiones, nos remitimos a lo expresado bajo el título “La
acción civil”.
16
La víctima
17
Actos procesales – Actuaciones en general
18
Actos judiciales
Sobre este punto no debemos omitir el recuerdo de que el artículo 7.III
establece como “Norma fundamental” que “...Con autorización o a instancias del
tribunal, las partes podrán acordar el trámite que consideren más adecuado en
cualquier etapa del procedimiento privilegiando los objetivos de simplicidad y
abreviación, salvaguardando la garantía del debido proceso y el juicio público
oral” (el subrayado nos pertenece), ya que de esto se podrá desprender que el
fiscal e imputado (con el eventual querellante) celebren acuerdos relativos a la
realización de actos, fuere cual fuere la instancia o grado en que se encuentre el
proceso.
19
Resoluciones judiciales - Fundamentación
21
Audiencias
22
Términos y plazos
23
Retardo de justicia
24
Sanciones procesales
25
La instrucción
26
La autoridad preventora
27
Tramitación de la instrucción
28
Secuestros
Devolución y cesación provisional
29
Medidas cautelares - Reglas generales
Finalidad y presupuestos
30
Cesación provisoria del estado antijurídico producido.
31
Comparendo y detención
32
La incomunicación
33
La declaración “indagatoria”
Trámite
35
La prisión preventiva
Trámite
Atenuación
Alternativas
Cesación
36
Embargos e inhibiciones
Surge de los artículos 332 y 333, que mantienen el texto anterior, que el
juez decretará embargo en bienes del imputado en medida suficiente para
garantizar la pena pecuniaria, las costas del juicio y la efectividad de su
responsabilidad civil, de oficio o a pedido de parte.
La primera de esas posibilidades, esto es, la de actuar de oficio, resulta
sin embargo hoy insostenible.
Ello por la ya considerada exigencia de que toda medida cautelar debe
disponerse a pedido de parte (artículo 298.I y ss.)
El insuperable obstáculo que aparece para la actuación de oficio de los
jueces, debe ser un llamado de atención para los actores penales a fin de que
soliciten expresamente los embargos o inhibiciones que correspondan.
37
La libertad bajo promesa o caucionada
39
La conclusión de la instrucción.
Los recaudos a cumplir según las prescripciones del artículo 373 siguen
idénticos.
Adquiere sin embargo renovada importancia la regla incluida en su primer
párrafo por la ley 12.162, respecto a que “El fiscal formulará la acusación cuando
estime contar con elementos para obtener una sentencia condenatoria en el
juicio”, que se vincula con la exigencia bajo sanción de nulidad incorporada como
inciso 3º respecto a la expresión de “Los fundamentos de la acusación”.
Estas disposiciones aunque procedentes de una ley anterior, apuntan al
mismo criterio de las leyes 12.734 y 12.912 en cuanto a la pertinencia de
racionalizar al máximo posible el ejercicio del poder de persecución penal,
reservando el desarrollo del debate para aquellos casos que razonablemente lo
justifiquen.
Forzar la apertura del juicio -con todo lo que ello significa de gravoso para
el estado, la sociedad y el imputado-, en casos donde puede preverse que los
elementos de prueba con que se cuenta -o los que se avizora de probable
obtención- no serán suficientes para lograr una sentencia condenatoria, es un
verdadero error que no solo perjudica al imputado en esa causa sino que
contribuye al deficiente funcionamiento de todo el sistema penal al sobrecargarlo
de causas con resultados ya predecibles.
Debe tenerse en cuenta que lo que pudo justificar la apertura de una
investigación y hasta el sostén de un procesamiento, puede no resultar adecuado
para propiciar la celebración de todo un largo y oneroso debate.
La exigencia del artículo 67 respecto a que en el ejercicio de sus
funciones los representantes del Ministerio Público Fiscal “...adecuarán sus actos
a un criterio objetivo y velarán por el cumplimiento de las garantías que reconoce
la Constitución Nacional y Provincial y la ley...”, brinda apoyo a la idea de que no
se deben impulsar elevaciones a juicio solo porque se desempeñe una función
acusadora. No puede obviarse el recuerdo de que entre las garantías
constitucionales de que goza el imputado y por cuyo respeto debe velar el
Ministerio Público, se encuentra la de lograr que la imputación se dilucide en un
plazo razonable conforme a las circunstancias del caso.
No se trata, como bien se ha observado, de que el fiscal deba obtener
certeza respecto a los extremos de la acusación, sino meramente que verifique la
seriedad de su imputación a la luz de criterios de razón y experiencia.
-
La acusación alternativa
40
La investigación fiscal
41
La instrucción abreviada
42
El juicio común
44
La prueba
45
La intervención de oficio del juez, ordenando pruebas o interrogando
46
Interrogatorio de los testigos por las partes
Dice el artículo 391 que las partes podrán hacer preguntas a los
testigos “...por intermedio del juez...” si este las considera pertinentes.
Semejante intermediación es hoy innecesaria, debiéndose habilitar un
interrogatorio directo por la partes, supervisado por el juez.
Pueden resultar útiles las observaciones que luego haremos respecto
a la producción de la prueba en el juicio oral.
47
Sentencia
48
Congruencia
49
Impugnaciones
50
Apelación – Procedencia
51
Recurso del fiscal
52
Interrogatorio por los jueces del Tribunal
53
Habilitación de días
54
Queja por retardo de justicia
55
El juicio oral
Conforme hemos visto, de la coexistencia de sistemas impuesta por la
ley 12.912, resulta no solo que podrá haber juicio orales y escritos, sino
también que será posible llegar a los orales por opción o por mandato de la
ley.
Señala en tal sentido el artículo 5 de la ley 12.912 que el juicio oral
será obligatorio cuando la imputación contenida en la requisitoria versare
sobre alguno de los siguientes delitos: homicidio calificado (artículo 80 del
Código Penal), abuso sexual seguido de muerte (art. 124 C.P.), tortura
seguida de muerte (art. 144 ter, inciso segundo, primera disposición, C.P.),
enriquecimiento ilícito (art. 268 (2) C.,P.) y robo agravado (art. 165 C.P.).
Debemos además tener presente que al modificarse -por ley N° 13038
del 12 de noviembre de 2009- la ley 12.912, se le incorporó un artículo 5 bis
que reza: “También será obligatorio el juicio oral cuando la imputación
contenida en la requisitoria versare sobre alguno de los siguientes delitos: 1.
Homicio y lesiones gravísimas en riña (artículo 95 y artículo 91 del Código
Penal. 2.Abandono de persona calificado por el resultado muerte (Artículo
106 último párrafo del Código Penal). 3. Abuso sexual calificado (Artículo 119
cuarto párrafo inciso e) del Código Penal). 4.Robo calificado por lesiones
gravísimas (Artículo 166 inciso 1) última parte del Código Penal). 5. Incendio
y otros estragos calificados por el lresultado muerte (Artículo 186 inciso 5) del
Código Penal). 6. Atentados contra la seguridad de una nave, construcción
flotante o aeronave calificados por el resultado muerte (Artículo 190 tercer
párrafo, ultima parte, del Código Penal). 7. Envenenamiento o adulteración
de aguas potables o alimentos o medicinas calificados por el resultado
muerte (artículo 200 último párrafo del Código Penal). La obligación
establecida en este artículo rige a partir de los 120 días de promulga la
presente, con el alcance del artículo 4, último párrafo de esta ley”.
Queda en claro que por la referencia que el transcripto artículo 5 bis hacia al
artículo 3 de la ley 12.912, los nuevos delitos incorporados obligatoriamente
al enjuiciamiento oral, deberán ser delitos conocidos por las autoridades
luego de haber transcurrido los 120 días a que se hace referencia (la
promulgación de la ley 13038 se produjo el día 26 de noviembre de 2009,
siendo publicada en el Boletín Oficial del 3 de diciembre del mismo año).
Salvo respecto del enriquecimiento ilícito, en el que se habría atendido
al valor republicano que tendría el enjuiciamiento verdaderamente público de
todo funcionario que se enriqueció de tal manera, el criterio que se habría
utilizado para seleccionar los demás delitos y someterlos a juicio oral, es la
gravedad del delito y de la pena.
Junto a todo ello, la ley confiere al imputado la posibilidad de elegir ser
juzgado en juicio oral (art. 6 ley 12.912), indicando así que si no se hace uso
del derecho, la regla para ellos será el juicio común o escrito.
Ante la eventual multiplicidad de imputados en una misma causa con
intereses discrepantes respecto a la forma oral o escrita de sustanciación del
juicio, la solución que ha de adoptarse no será igual si se trata de juicio oral
obligatorio que optativo. En el primer caso la imputación que para cualquiera
de los varios imputados encuadre en alguno de los supuestos que impone el
juicio oral, importa que todos deberán ser llevados hacia esa forma de
enjuiciamiento puesto que no podría dividirse la causa; en cambio, si se trata
de un juicio oral optativo, la remisión que la ley 12.912 hace en su artículo 6
al artículo 447 del Código, revela que la disconformidad de alguno bloqueará
la posibilidad de sustanciación oral. En ambas hipótesis la situación variará si
fuera posible proceder a una desacumulación de causas (artículo 37) que
evitara la diferencia de opiniones.
La oportunidad para formular la opción por el juicio oral se encuentra
en el artículo 447 (mantenido vigente al respecto), esto es, dentro de los tres
días de corrido traslado para contestar la requisitoria.
56
Integración del tribunal oral
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Elevación a la presidencia de la Cámara
58
Actos preliminares
Preservación de la imparcialidad del juez
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Admisión y rechazo de la prueba
La regla del artículo 452 respecto a que debe intervenir en la admisión
o rechazo de la prueba el tribunal en pleno si es que corresponde o se ha
optado por él, resultaría, como hemos indicado, antieconómica y perjudicial
ya que conduciría al apartamiento posterior de esos jueces; de allí que en
este trance deba actuar el juez único de trámite, que luego se separará.
La resolución será apelable, con efecto diferido por aplicación
analógica de la regla para el juicio común del artículo 392.
60
Introducción por lectura de actos de la instrucción
.
Dentro de la reglamentación del ofrecimiento de prueba (art. 451),
figura la posibilidad de expresar conformidad para la introducción por lectura
de declaraciones e informes producidos en la instrucción. Tolerar esto
significaría empero un liso y llano abandono de los principios fundamentales
de oralidad e inmediatez, dando nacimiento a una especie de “juicio leído”, tal
como ocurrió y ocurre en otras jurisdicciones.
No puede tolerarse pues que aquí suceda, ni aunque medie acuerdo
de partes, porque no es negociable el juicio “público y oral” (artículo 7.III).
La posibilidad de introducir por lectura actos al debate era admisible
cuando la instrucción predominaba sobre el juicio, aún veladamente. Al
cambiar hoy la situación, y exigirse en cambio el respeto de los principios de
oralidad, inmediatez y publicidad (art. 1.III) ya no lo es, puesto que los
afrentan.
Si se produce un ofrecimiento de estas características, el juez deberá
rechazarlo conforme a lo señalado por el artículo 452, no pudiendo tampoco
disponer la recepción de la prueba recopilada durante la instrucción (452 in
fine).
Veremos sin embargo que declaraciones producidas fuera del debate,
sin sustituir lo que se declare en él, podrán ser utilizadas como ayuda
memoria del declarante, o invocadas para evidenciar que ha incurrido en
contradicción.
61
La instrucción suplementaria
62
Designación de audiencia
Con esta designación, regulada por el artículo 454, se cierra la etapa
preliminar del juicio escrito.
En este momento el juez que ha actuado durante su sustanciación,
deberá excusarse por haber adelantado opinión, enviando la causa a su
reemplazante legal , aplicando las disposiciones de la Acordada N° 32 de la
Corte Suprema de Justicia (v. “Actos preliminares”); si en cambio se optó o
corresponde un juicio con tribunal colegiado, deberá integrárselo, resultando
conveniente -pero no exigido legalmente- que al sorteo pertinente se lo haga
ante la Cámara de Apelaciones correspondiente.
El nuevo juez o tribunal, fijará fecha para la audiencia, ordenará las
citaciones del caso y procederá a las notificaciones pertinentes, entre las que
debe recordarse que ha de estar la de la víctima (artículo 108.II, inc. 3).
63
El juicio oral y las reglas del Código/ley 12.734
64
Los plazos en el juicio oral
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El debate
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Las audiencias
Documentación
Reglas de actuación
Publicidad
Oralidad
Resoluciones
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Actos del debate
¿Cuestiones preliminares?
-
Ampliación de la acusación
Interrogatorios
Inspección judicial
Discusión final
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Acta del debate
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Sentencia
Deliberación
Requisitos de la sentencia
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Congruencia
“Durante el proceso, toda persona tiene derecho ...de recurrir del fallo
ante juez o tribunal superior...” (Declaración americana de derechos
humanos, artículo 8.2.h); “Toda persona declarada culpable de un delito
tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto
sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescripto por la ley...”
(Pacto internacional de derechos civiles y políticos, art. 14.5).
Pese a que antes de la reforma constitucional de 1994 se había
entendido que de la Constitución de la Nación no se derivaba en grado de
necesidad la existencia de una doble instancia (otra parece ser la conclusión
dentro de la Constitución de nuestra Provincia de Santa Fe, porque en su
artículo 83 establece las Cámaras de Apelación), la vigencia de los dos
preceptos antes transcriptos forzó la búsqueda de un recurso que les diera
satisfacción.
-
Los sistemas escrituristas de enjuiciamiento, por su propia índole,
permitían un recurso de apelación en donde el tribunal de segunda instancia
se hallaba en iguales condiciones de estudiar y valorar el caso que el de
primera; esto así porque todo constaba en actas. Como se supo decir, era
perfectamente posible “una segunda primera instancia” (Binding),
supuestamente mejorada porque se imponía la intervención de un tribunal
colegiado con una esperable calificación superior. La contrapartida de esto se
hallaba en las insuperables dificultades para lograr una verdadera publicidad
de los actos del proceso y en la falta de inmediatez de el o los juzgadores,
con su secuela de desconocimiento directo de la situación y de las personas,
de delegación de funciones para que todo se pudiera escribir, y de colocación
a los fedatarios en necesidad de incurrir en continuas falsedades ideológicas
al certificar presencias de jueces ausentes por imposibilidad de estar en
varios lugares al mismo tiempo.
Los sistemas de juicio oral solucionaban limpiamente los defectos
imputados al escriturista a través de la imposición de efectiva publicidad,
oralidad e inmediatez y prohibición de valorar prueba no producida en el
debate, pero, precisamente por todo ello, obstaban a la eventualidad de un
recurso de apelación pleno, ya que el tribunal de segundo grado solo podía
conocer lo que constara en el acta de debate y en la sentencia. Era
claramente, un tribunal “peor informado” que el de primera instancia.
Pareció posible lograr una síntesis superadora de la situación merced
al establecimiento de un régimen en el que, ahorrando recursos, el tribunal
“de segunda instancia” actuando como instancia única realizara directamente
el juicio, eliminándose la apelación para establecer un recurso de casación
destinado a asegurar el respeto de la ley y procurar alguna uniformidad en la
jurisprudencia. Este fue el esquema que en general prevaleció.
Pero la situación varió, primero cuando se reconoció carácter de
garantía constitucional al derecho al recurso (Convención americana de
derechos humanos:8.2.h; Pacto internacional de derechos civiles y políticos:
14.5) y luego radicalmente cuando la Corte Interamericana de Derechos
Humanos se pronunció (“Herrera Ulloa”) estableciendo que el tradicional
recurso de casación era insuficiente para satisfacer el “derecho al recurso”
porque no permitía una revisión integral del fallo al dejar de lado la
revalorización de la prueba y las cuestiones de hecho.
A partir de ese momento, y habiendo sido ya antes descalificado
internacionalmente como suficiente a los efectos pretendidos el recurso
extraordinario de inconstitucionalidad (“Maqueda”), fue necesario concebir un
recurso que permitiera cubrir los reclamos.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación (“Casal”) reconociendo que
“...en el estado actual de la legislación procesal de la Nación...” el recurso de
casación era la vía a la que se podía recurrir (en su voto la Dra. Highton de
Nolasco agregó que ello debía ser así hasta que se reformara la legislación
procesal penal “...de modo de sustituir el recurso de casación -como ha
quedado dicho de carácter extraordinario y limitador- por un recurso ordinario
que permita al tribunal superior un examen integral de la decisión recurrible a
través de un amplio conocimiento de la causa...”) aconsejó superar el
problema con una nueva exégesis de las disposiciones aplicables empleando
la teoría del máximo rendimiento posible, de modo de imponer un
agotamiento de la capacidad revisora conforme a las posibilidades y
particularidades de cada caso, revisando todo lo que fuera posible revisar.
Este criterio de la Corte Suprema fue seguido en las distintas
provincias argentinas que ya registraban en su legislación recursos de
casación.
Como la provincia de Santa Fe no tenía establecido un tal recurso, su
legislador se encontró en libertad para regular uno que, sin importar el
nombre (“Herrera Ulloa”) diera satisfacción a los reclamos de los pactos
constitucionales. Optó entonces por mantener para el mismo la tradicional
denominación de “recurso de apelación”, atendiendo indudablemente a que la
Constitución de la Provincia reclama en su artículo 83 la existencia -salvo
tribunales de colegiados de instancia única, que no eran del caso- de
“Cámaras de Apelación”, aunque, y esto es lo realmente importante,
reformulando sustancialmente su contenido, tal como por vía interpretativa se
estaba reformulando en otras jurisdicciones el recurso de casación.
Es así como el actual recurso de apelación de nuestra Provincia debe
ser entendido en relación al inculpado como una garantía constitucional
establecida en su favor, idóneo para cumplir las exigencias constitucionales
relativas a la existencia de un recurso ágil y sencillo, que permite la revisión
por otro tribunal, de la sentencia, de los autos procesales más importantes, y
de la idoneidad y legalidad de la prueba.
-
¿Puede apelar el fiscal con la finalidad de agravar la situación del
inculpado?
72
Apelación
Procedencia
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El procedimiento en el recurso de apelación.
Interposición
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Decisión del recurso
Reenvío
Aclaratoria
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Proceso correccional
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Juicio por delito de acción privada
Querella
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Procedimiento abreviado
-
El tribunal de juicio (constituido según las ya consideradas reglas de la
materia) convocará a todas las partes a una audiencia pública, siendo
condición necesaria para la validez de la misma la concurrencia del fiscal, del
imputado y su defensor (548.V).
Constatada la presencia de ellos, le recibirá declaración al imputado.
Deben en el momento cumplirse todos los recaudos propios de cualquier
declaración que se reciba al inculpado. Como la finalidad de esta declaración
es exclusivamente corroborar el acuerdo, se deberá primero leer el mismo,
luego preguntar al imputado si lo reconoce, a continuación se le leerán los
tres primeros elementos de la presentación, después se le explicará “clara y
sencillamente” el procedimiento elegido y sus consecuencias, para finalmente
requerirle nuevamente expresa conformidad.
Se trata de un procedimiento hasta fatigoso, pero que procura
asegurar al máximo que no haya habido coacción y que se comprenda el
hecho imputado y las consecuencias del arreglo.
Como en su declaración el imputado no puede ser conminado a
declarar, solo se oirá lo que quiera manifestar respecto del acuerdo, pero su
silencio implicará rechazo.
Ha de dejarse constancia de lo ocurrido en acta.
Debe insistirse en señalar que el Código no exige la confesión de
culpabilidad del imputado, sino meramente su conformidad con el acuerdo,
esto es categórico.
-
Resolución
-
Aunque el Código no lo señale expresamente como hubiera sido
conveniente, frente a cualquier forma de fracaso o rechazo del acuerdo, la
conformidad que hubiera prestado el imputado no podrá ser valorada como
reconocimiento de culpabilidad, ni tampoco utilizada la pena pedida por el
fiscal como tope para su eventual pretensión punitiva posterior.
-
78
Procedimiento extendido
79
Procedimiento para la reparación del daño
El delito, como acto lesivo de bienes jurídicos que es, puede producir
daños resarcibles; de esto se sigue que el damnificado por el delito tiene un
particular interés tanto en la demostración del mismo cuanto de sus
consecuencias dañosas, y que debe disponer de una acción reparatoria del
daño ilícito sufrido.
Esta última cuestión es en principio propia del Derecho Civil, sin
embargo, el artículo 29 de nuestro Código Penal, respondiendo en esto a las
ideas del derecho penal positivista imperantes al momento de su redacción,
señala que “La sentencia condenatoria podrá ordenar: … 2) La
indemnización del daño material y moral causado a la víctima, a su familia o
a un tercero, fijándose el monto prudencialmente por el juez en defecto de
plena prueba”. Pese a las críticas que esta regulación mereció -algunas de
ellas relativizadas en los últimos años con la aparición doctrinaria de la
denominada “tercera vía del derecho penal”, esto es, de una forma de
responsabilización penal que como elemento de la punición agregue algo de
reparación para la víctima-, a partir de su sola existencia fue necesario que
los códigos procesales penales, como instrumentadores que deben ser del
derecho penal sustantivo, consideraran de alguna manera semejante
indemnización.
Fue así que, adaptando la previsión penal del artículo 29 a las
exigencias propias de las acciones civiles, se aceptó la introducción,
potestativa, de una acción de tal índole dentro del proceso penal. Sin
embargo, los beneficios que de ello resultaron no siempre fueron
reconocidos, criticándosele que ocultaba la presencia de alguien que en
verdad quería ser querellante y no podía, y que en numerosas oportunidades
la acción civil que debía ser secundaria se terminaba transformando en los
hechos en principal, complicando la definición del problema estrictamente
penal.
A partir de la aceptación en el proceso penal actual del querellante
(artículos 67.II y cc.), que permite satisfacer el legítimo derecho del ofendido
por el delito al esclarecimiento de lo ocurrido y a la medición del daño sufrido,
fue posible repensar la cuestión, siguiendo entonces el legislador santafesino
la orientación que a la misma ya había dado el proyecto de Código Procesal
Penal de la Comisión Bicameral (año 1993), esto es, reducirla a su mínima
expresión, frente a lo que se manifestaba como un convencimiento de la
mayoría de los operadores del sistema penal en el sentido de que es
preferible que todos los problemas civiles se diluciden en el ámbito que les es
propio, esto es, el civil.
Así pues, en vez de una acción civil que se inserte en un proceso
penal aún plenamente en curso, se estableció una forma de procedimiento
tardío o secundario, que permite la entrada del tema reparatorio solo cuando
ya ha sido definida la cuestión de la responsabilidad penal.
Es probable que ello, ligado a una serie de condicionamientos del
procedimiento ideado (solo puede actuar quien fue querellante, solo puede
reclamarse indemnización fundada en causales de responsabilidad subjetiva,
solo puede dirigirse contra el condenado penalmente, éste puede oponerse al
procedimiento provocando que deba recurrirse a la jurisdicción civil, si la
decisión no puede ejecutarse por simple orden del tribunal debe ejecutarse
ante la jurisdicción civil), opere desalentando este tipo de procedimiento, mas
lo cierto es que aunque se trata de una decisión político legislativa opinable,
cumple con las exigencias del artículo 29 del Código Penal.
-
Contenido del reclamo indemnizatorio
Oportunidad y fundamento
Formalidades
Audiencia y resolución
CUARTA PARTE
La etapa de transición
La ley 12.912, de implementación progresiva del Código Procesal
Penal, reconoció en su artículo 13 que era necesario el dictado de otras leyes
para su instrumentación definitiva e integral. Lo hizo señalando que “El Poder
Ejecutivo, dentro de los 150 (ciento cincuenta) días a contar desde la sanción
de la presente ley, remitirá a la Legislatura para su tratamiento y
consideración, las propuestas correspondientes a las leyes orgánicas del
Ministerio Público de la Acusación, Ministerio Público de la Defensa, Ley de
protección a Testigos y Víctimas, Ley de Organización de Tribunales Penales
y Gestión Judicial, Ley de Transición y las demás que sean necesarias para
la implementación definitiva e integral de la ley 12.734 – Código Procesal
Penal en el plazo previsto por el artículo 3 de la presente ley” (recordemos
que el citado artículo 3 señalaba al día 30 de octubre de 2009 como plazo
máximo para esa implementación definitiva e integral, extendido luego hacia
el 1 de febrero de 2011).
Cumpliendo con ese deber, el Ejecutivo envió a la Legislatura los
proyectos de leyes individualizados, habiéndose aprobado a la fecha las
leyes de transición, del Ministerio Público de la Acusación, del Servicio de
Defensa y de Gestión Judicial..
Como anexo de este trabajo se encuentran los textos en cuestión,
siendo aconsejable su atenta lectura ya que todos refieren a cuestiones de
máxima importancia para el funcionamiento de lo que se ha denominado
como “Nuevo sistema de justicia penal”.
Numerosas disposiciones allí contenidas, aunque necesarias para
poner en acción al nuevo Código, no incidirán en su propia regulación
procesal, otras en cambio sí, tales como la mayoría de las contempladas en
la llamada “Ley de transición”.
Sin perjuicio de reconocer la trascendencia que para el
funcionamiento real del sistema penal tendrán las estructuras que se
establezcan para la organización de los tribunales, del Ministerio Público
Fiscal o del Servicio Público de Defensa, ya que ellas -también numerosos
otros factores de muy distinta naturaleza- pueden sellar el éxito o fracaso del
nuevo Código Procesal, optamos en este trabajo por limitarnos a la
consideración de lo estrictamente procesal, en razón de entender que pese a
su íntima conexión, los otros temas reclaman un tratamiento distinto.
De allí que nos limitemos al estudio de lo previsto para el denominado
período o etapa de transición por la ley 13.004.
A partir del principio general conforme al cual las leyes rigen para el
futuro, el surgimiento de toda ley procesal que reemplaza una forma de
procedimientos por otra, exige precisar cómo se actuará con las causas que
ya se encontraban en trámite; habitualmente esto se aborda en normas
transitorias incorporadas a las nuevas leyes.
El Código/ley 12.734 (que se apartó en esto de la propuesta formulada
por la comisión que elaborara el anteproyecto del Código Procesal Penal) así
lo hacía, expresando en su artículo 458 que “Subsistirá la aplicación del
Código Procesal anterior para todas aquellas causas iniciadas con
anterioridad a la entrada en vigencia del presente Código. A fin de establecer
el número de jueces y fiscales que continuarán con esos trámites y los de la
Alzada, la Corte Suprema dictará la reglamentación pertinente, salvo en lo
que no estuviera expresamente previsto en la presente ley. El Tribunal de
Ejecución continuará su labor adecuándola de inmediato a las disposiciones
de este Código” .
De tal modo repetía una regla similar a la utilizada en numerosas
oportunidades anteriores de aparición de reformas procesales, consistente en
elegir un momento, indicando que las causas iniciadas con anterioridad al
mismo continuarían utilizando la vieja ley en tanto las posteriores aplicarían la
nueva.
Pero si semejante criterio pudo ser utilizado sin mayores problemas en
numerosas oportunidades, no pareció más tarde adecuado para enfrentar una
reforma de la magnitud de la emprendida en Santa Fe, por lo que ya al
dictarse la ley 12.912 se señaló la necesidad de dictar una ley de transición,
cuyo texto es el aquí comentado y conforme al cual el antes transcripto
precepto de la ley 12.734 -también el segundo párrafo de su nuevo artículo
456 (según ley 12.912)- resultaría sustituido.
En verdad no puede dejar de admitirse que del Código/ley 12.734
resulta un cambio estructural tan profundo en la administración del servicio de
Justicia que puede requerir soluciones especiales. Es que se pasa de un
sistema de enjuiciamiento en que todo se produce por escrito en “el
expediente”, con gran protagonismo de los jueces en el impulso procesal y
en el que además cada uno de ellos dispone dentro de “su” juzgado
prácticamente de todo lo necesario para el funcionamiento autónomo del
mismo, a otro en el que la actividad se produce en sucesivas audiencias
orales, de características adversariales en que los jueces se limitarán a
resolver planteos o peticiones de las partes procesales, y en que se aparta a
los jueces de las tareas administrativas que se concentran en una gran oficina
de gestión.
Son tan disímiles esos dos esquemas, tan incompatibles entre sí, que
para subsistir requerirían la existencia de dos distintas estructuras judiciales
paralelas, cada una con una diferente infraestructura, lo que si bien resulta
abstractamente concebible, en términos económicos puede resultar a
cualquier Estado insoportable de mantener durante mucho tiempo. De allí la
necesidad de pensar alternativas para acelerar la subsistencia de uno solo de
los dos sistemas.
En similar trance, algunos países, constitucionalmente de
conformación unitaria, hasta redujeron los plazos de prescripción de la acción
penal para las “causas viejas” de modo tal de permitir que en plazos
relativamente breves solo subsistieran las de “trámite nuevo”. Como en el
esquema constitucional argentino el estado nacional ha asumido el dictado
del Código Penal, sería imposible que la Provincia repitiera tal arbitrio, pero
nada obsta a que procure una solución procesal, y eso es lo que
precisamente hace la transición, al habilitar vías de procedimiento rápidas y
excepcionales, para lograr definiciones en las causas que ya estuvieren en
trámite al momento de comenzar la vigencia plena del nuevo Código Procesal
Penal.
De tal modo, sin violentar la Constitución, se presenta una solución
-obviamente no la única concebible- al problema planteado.
No puede sino coincidirse con el reconocimiento expreso formulado por el
Poder Ejecutivo en el mensaje que acompañara al proyecto de ley respecto a
que “...Regular la transición de un Sistema de Justicia Penal a otro es una de las
tareas más complejas de resolver a nivel legislativo, siendo que dicha materia no
ha recibido tratamiento uniforme en los diversos procesos de transformación que
se desarrollaron a todo lo largo del país y el continente en las últimas décadas
...”.
Función de la transición
2) Archivo de causas
No presentándose ninguno de los supuestos antes contemplados, el resto
de causas se tramitará conforme a las particularidades señaladas al tratar las
disposiciones de la ley 12.912, es decir, las de la ley 6740 con sus
modificaciones.
Sin embargo, se establece un sistema especial de archivo, destinado
obviamente a agilizar la finalización de esas causas.
Se trata del archivo ya contemplado en el artículo 200.II del Código/6740,
aunque alterado sustancialmente en sí, y modificando además los plazos de
sustanciación de la instrucción señalados por el artículo 208.
Como veremos luego, varios preceptos de la ley acotan de distinta
manera los términos de la instrucción durante el período de transición,
debiéndose considerar en tal sentido cambiadas las reglas del citado artículo 208
para tal etapa.
A su vez, las modificaciones que inciden en el contenido del propio
artículo 200.II radican: 1) en la aparición de nuevos supuestos de archivo, 2) en
la eliminación de la veda existente para archivar cuando hubiere imputados
indagados, 3) y en el cambio de las hipótesis de revocación y consiguiente
reapertura de la investigación.
Los nuevos supuestos de archivo operarán, por imperio de la ley, frente al
vencimiento de determinados plazos y la concurrencia de determinadas
circunstancias que explicita el articulado (que veremos luego).
Aunque el articulo 200.II prohibía archivar si se había recibido declaración
indagatoria, la nueva ley lo permite. Esto podrá originar el reclamo de
sobreseimiento por parte del indagado para que se ponga fin a la indefinición en
que quedaría su situación. La solución deberá encontrarse por vía del
sobreseimiento por vencimiento de plazos previsto en el artículo 356 inciso 2,
aunque para que sea viable, deberá haber transcurrido todo el nuevo tiempo que
se acuerda al período de transición, porque el artículo 14 mantiene en tanto
latente la posibilidad de proseguir la causa.
Finalmente, la posibilidad contemplada en el artículo 200.II inciso 3, de
que el juez, actuando de oficio revoque el archivo antes dispuesto, se debe
considerar sustituida por el régimen impuesto por el citado artículo 8.
Como aludiéramos antes, no se avanza con esta forma de agilizar la
definición de los procesos sobre el Código Penal, sino que se regulan aspectos
netamente procesales para cuyo tratamiento tiene competencia constitucional la
Provincia.
-
Para analizar el archivo considerado, resulta imprescindible separar las
causas en grupos, ya que eso es lo que hace la ley. Debe tenerse en cuenta que
siempre se atenderá a la fecha en que comience la transición.
Conforme a la ley, se agruparían las causas de la siguiente manera:
A) Causas con imputados desconocidos.
B) Causas con imputados individualizados, que se discriminan según:
1. No se encuentren privados de su libertad
cautelarmente.
2. Exista pedido de captura del imputado, a quien
sin embargo no se lo
declaró rebelde.
3. Se haya declarado la rebeldía del imputado.
4. Se hayan aplicado medidas cautelares
privativas de la libertad.
2. Causas que lleguen al fin del período de transición sin
haberse ́ adoptado decisión definitiva.
-
Veremos que repetidas veces se alude en todos estos grupos de causas a
un plazo de seis (6) meses, luego del cual las causas se archivarán; pues bien,
indica el artículo 7 en su párrafo final, que el mismo comenzará a computarse
desde la confluencia de dos circunstancias: el inicio del período de transición
establecida en el artículo 1, y que se hayan asignado efectivamente las causas a
los jueces o subrogantes intervinientes.
“A la Legislatura de la Provincia:
Se remite a vuestra consideración, tratamiento y sanción el adjunto proyecto de
ley para la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal de la Provincia de Santa
Fe – Ley 12.734.
Con la sanción del presente proyecto dará comienzo el proceso de
implementación progresiva del nuevo Sistema de Justicia Penal de la Provincia de Santa
Fe considerado, también por este Poder Ejecutivo, como un compromiso de Política de
Estado.
Asumimos el desafío de continuar el camino iniciado con la sanción del Código
Procesal Penal, Ley 12.734, originada en el marco del Plan Estratégico del Estado
Provincial para la Justicia Santafesina.
En el año 2006, en la puesta en marcha del plan, se dijo que se reconocía “el
derecho fundamental de la ciudadanía a contar con un servicio de justicia
apropiado, y que pesa sobre el Estado la necesidad de brindarle ese servicio con
las características que legítimamente reclama”, que es necesario tomar “las reformas
judiciales como una verdadera política de Estado, al margen de los intereses
coyunturales, que alimenten la legítima disputa electoral”, que es necesario buscar
“instrumentos que coadyuven al encuentro de voluntades consensuadas
destinadas a colaborar con la viabilización de un programa que tienda a encontrar
las vías que hagan más inmediata y eficiente la actividad judicial de impartir
justicia para fortalecer al Poder encargado de tal función y lograr un mejor acceso
de la comunidad hacia él (…) mediante el compromiso, el diálogo y la acción de
diversos sectores o instituciones ligadas directa e indirectamente al quehacer
judicial” y que “no parece discutible que el diseño del servicio de justicia y sus
respectivas reformas no deban quedar absorbidas por contiendas partidarias, sino
que debe establecerse un plan que transcienda las legítimas diferencias de los
distintos puntos de vista políticos”. Entonces se afirmó que se lanzaba un “Plan
Estratégico del Estado Provincial para la Justicia Santafesina, en procura de lograr
una modernización normativa de los procesos judiciales y una revisión de las
competencias, fueros, jurisdicciones judiciales y la geografía judicial en orden a su
realidad actual y orientada al servicio de los ciudadanos, con el objeto de
posibilitar un más sencillo e inmediato acceso a la comunidad hacia el poder
encargado de impartir justicia” No se pueden desconocer los reclamos sociales
en materia de justicia penal, frente a lo cual resulta obligatorio reconocer el acierto de
estos primeros pasos, sobre todo si tenemos en cuenta la voluntad manifestada
mayoritariamente por el pueblo santafesino a nuestra plataforma política, en la que
hacíamos referencia a que la justicia de Santa Fe está caracterizada por un modelo
burocrático de administración, cuya manifiesta y grave ineficacia supone el riesgo de que
se caiga en un modelo de justicia por mano propia de los particulares.
Es por ello que afirmamos que era imperativo construir un sistema republicano
humanista que se caracterice por enmarcarse en el estado de derecho, por imponer la
fuerza de la ley, el respeto de las garantías individuales y por buscar la mayor eficacia
posible, sobre la base de respuestas adecuadas a los conflictos.
En tal sentido, surge como evidente la necesidad de consolidar el debido proceso
y limitar al máximo la burocracia y el papeleo, garantizar el desarrollo de los
procedimientos a través de un sistema de audiencias públicas, en las que se conceda la
debida participación a las víctimas de delitos, de cara a la comunidad (cuya máxima
expresión serán los juicios por jurados), contribuyéndose de tal suerte a pacificar la
sociedad y generar un marco de seguridad que mejore la calidad de vida de todos los
ciudadanos.
El desafío es entonces construir proyectos, programas y órganos que permitan y
favorezcan que todos los habitantes tengan garantizado el acceso a la justicia y a
métodos alternativos de resolución de conflictos interpersonales de toda naturaleza, la
transformación de todos los sistemas judiciales en el marco de las exigencias
constitucionales, la conducción de esta transición a los nuevos modelos y el seguimiento
de tales procesos, así como la formación cívica comunitaria y la capacitación necesaria
de los operadores judiciales para hacer frente a los nuevos desafíos.
En consideración a la profundidad y la magnitud del cambio, resulta prudente y
viable, tanto desde el punto de vista material como del jurídico, establecer una
implementación progresiva, entre el viejo modelo y la plenitud del nuevo Sistema de
Justicia Penal.
Esta implementación progresiva ofrecerá avances significativos sobre las metas
políticas referidas. Ello porque, a partir de las instituciones y procedimientos que se
implementen, será imprescindible para todos los operadores judiciales analizar el
conflicto humano subyacente en cada causa y a partir de dicho análisis, utilizar el menú
de respuestas que se irán incorporando y que tienden a resolver o paliar los efectos de
los conflictos de naturaleza penal, con la consiguiente pacificación que ello implica.
Por otra parte, se buscará la inmediata remoción de todas las normas que directa
o indirectamente tiñen de inconstitucional al actual sistema.
Esta implementación progresiva supone un salto cualitativo fundamental tanto en
materia de eficacia como de garantías, sin perjuicio de considerar que el punto óptimo en
estos dos aspectos (eficacia y garantías) se logrará cuando se ponga en marcha la
totalidad del nuevo sistema.
A su vez, esta implementación progresiva por materias tratadas por el Nuevo
Código Procesal Penal, producirá espacios temporales que permitirán desarrollar
adecuadamente los programas de capacitación, el análisis y dictado de leyes necesarias
para la plenitud del nuevo modelo y el abordaje de todos los aspectos referidos a las
estructuras, infraestructura y recursos necesarios.
Se prevé, por tanto, la implementación progresiva, de acuerdo a las siguientes
etapas:
En la Primera Etapa: entrará en vigencia, en forma parcial, el nuevo Código
Procesal Penal, Ley 12.734, en cuanto regula a las siguientes materias:
Juicio Oral: Se incorpora el régimen de Juicio Oral del Nuevo Código Procesal
Penal, de manera obligatoria para determinados casos de alto impacto en el tejido social
y de manera optativa para los demás casos actualmente previstos, estableciéndose un
sistema especial para incentivar la opción, referido a la celeridad en la realización de la
audiencia.
Principios fundamentales: entran en vigencia de inmediato los principios
fundamentales del nuevo código, los cuales deben orientar la interpretación y aplicación
de las normas acompasadas con el bloque de constitucionalidad.
Régimen de la acción penal: se da inicio a la participación de las víctimas en el
proceso penal, a través de la incorporación de la figura del querellante.
Disponibilidad de la acción: a través de estos preceptos se permitirá, por un
lado dar lugar a salidas alternativas como verdaderas respuestas a determinados
conflictos penales, y por otro posibilitar la utilización de criterios racionales y controlables
de selección de casos y de regulación de la carga del sistema de justicia penal.
Suspensión del Juicio a Prueba y de Juicio Abreviado: con el mismo sentido,
se incorpora el nuevo régimen que regula dichas materias.
Régimen de inhibición y recusación de los tribunales: se busca dar
satisfacción a las exigencias constitucionales de imparcialidad de los tribunales,
fundamentalmente la objetiva, por intervenciones en la causa.
Derechos de la víctima: se ponen en vigencia los derechos de asistencia,
participación, protección y reparación de las víctimas de delitos, adoptados por el Nuevo
Código.
Derechos del imputado: se ponen en vigencia las nuevas garantías del
imputado y se da inicio al nuevo régimen de ejercicio del derecho de defensa en su más
amplia acepción.
Encierro preventivo: se pone en vigencia de inmediato el nuevo régimen de
libertad durante el proceso impuesto por el Nuevo Código Procesal Penal, en cuanto al
tratamiento de las nuevas medidas cautelares personales.
Recurso de Apelación: se ponen en vigencia, para los casos de juicio oral, las
nuevas modalidades de garantía del derecho al recurso establecidas por la Ley 12.734,
dando satisfacción a la exigencia de doble conforme.
La selección de estas materias ha sido precedida por un cuidadoso estudio de las
posibilidades que la estructura actual del sistema judicial provincial ofrece, sumado a los
servicios que se están organizando a tales fines dentro del Ministerio de Justicia.
Sin perjuicio de establecer una norma interpretativa que permita adecuar la
terminología a las distintas posibilidades procesales, se ha previsto reconocer
expresamente facultades interpretativas generales a la Corte Suprema de Justicia y al
Poder Ejecutivo, atendiendo a lo que establecen los Artículos 92 inciso 3), 72 inciso 4) y
concordantes de la Constitución de la Provincia, con el fin de minimizar las dificultades
hermenéuticas acarreadas por las diferencias terminológicas entre las nuevas
disposiciones y las antiguas normas subsistentes. Asimismo, y a los efectos de darle
seguimiento y monitoreo constante a todo el proceso de implementación, se propone la
creación de una comisión bicameral de seguimiento del proceso de implementación.
A los efectos de evitar la existencia de un “tercer código” se prevé que, durante la
implementación progresiva, toda la materia procesal penal sea regulada por alguno de
los dos ordenamientos procesales que coexistirán hasta tanto se proceda a la
implementación integral del nuevo sistema. A tales fines, se reformula el artículo 456 de
la Ley 12.734, sentándose el criterio de la derogación automática del antiguo régimen
referido a las distintas materias en cuanto se aplica el nuevo. Asimismo, con el objeto de
minimizar el impacto de posibles incompatibilidades entre las nuevas materias puestas en
vigencia y las disposiciones subsistentes de la legislación vigente, se tienen presentes, a
los fines de solucionarlas, las facultades reglamentarias de la Corte Suprema de Justicia
y del Poder Ejecutivo.
A esta primera fase, le seguirá una Segunda Etapa orientada a la construcción
de los componentes institucionales requeridos para alcanzar la plena vigencia del
sistema de justicia penal demarcado por la Ley 12.734, preparatoria de la tercera fase, en
la que se pondrá en marcha la totalidad del nuevo sistema. Para esta segunda etapa se
prevé la remisión para su tratamiento y consideración por parte de la Legislatura de las
leyes orgánicas de Ministerio Público de la Acusación, Ministerio de la Defensa Pública,
Ley de Protección a Testigos y Víctimas, Ley de Organización de Tribunales Penales y
Gestión Judicial y Ley de Transición. Asimismo, deberá iniciarse, acorde a dichas
normas, el montaje de las instituciones del nuevo Sistema de Justicia Penal, a fin de
lograr la estructura necesaria para una óptimo funcionamiento del mismo, a saber:
3. Ministerio Público Fiscal: determinación de necesidades de recursos
para el nuevo sistema, cobertura de cargos necesarios, organización de
las oficinas, elaboración de reglamentos internos y protocolos de trabajo;
4. Defensa Penal Pública: determinación de necesidades de recursos para
el nuevo sistema, cobertura de cargos necesarios, organización de las
oficinas, elaboración de reglamentos internos y protocolos de trabajo;
5. Oficinas de Gestión para Tribunales: organización de las oficinas,
procesos y protocolos de trabajo, determinación de necesidades,
cobertura de cargos;
6. Plan de infraestructura: planificación y ejecución de las obras
necesarias para cubrir las necesidades edilicias de todas las instituciones
del nuevo Sistema de Justicia Penal, dentro de los límites
presupuestarios de la provincia;
7. Soporte informático: diseño y puesta en marcha de un plan de
informatización del nuevo Sistema de Justicia Penal, que permita
garantizar el funcionamiento eficiente del mismo;
8. Registro Único de Antecedentes Penales: creación y montaje del
Registro, con un sistema de gestión moderno y confiable;
9. Oficinas de Atención a las Víctimas y Protección de Testigos:
estructuración de oficinas capaces de brindar respuestas de calidad en
toda la Provincia;
10. Programas de resolución alternativa de conflictos: estructuración de
programas de resolución no violenta de conflictos, estructuración de
oficinas de mediación y de mecanismos de conciliación, orientados a
brindar respuestas restaurativas;
11. Oficinas de Enlace: creación de oficinas y de procesos de trabajo que
permitan una actuación coordinada y eficiente entre Tribunales,
Ministerio Público, Defensores, Oficinas de Víctimas, Centros de
Mediación, Policía, Servicio Penitenciario y Registro Único de
Antecedentes Penales;
12. Programa de Comunicación Social y Formación Cívica: desarrollo de
un programa que comunique eficientemente a la sociedad los valores,
componentes y funcionamiento del nuevo Sistema de Justicia Penal.
Elaboración de programas de formación cívica de la ciudadanía y la
difusión de las nuevas garantías para el resguardo de derechos y el
acceso a la justicia;
13. Programas de Capacitación de los operadores del nuevo Sistema de
Justicia Penal;
14. Monitoreo, control y ajuste: desarrollo de un programa interinstitucional
de monitoreo, control y ajustes para el proceso de implementación del
nuevo Sistema de Justicia Penal.
Cumplimentados los recaudos indicados, en la Tercera Etapa se procederá a la
puesta en marcha integral del Código Procesal Penal conforme la Ley 12.734 en toda la
Provincia.
Por último se prevé un sistema de designación de Jueces Penales que permite
que aquellos que sean designados a partir de la entrada en vigencia de la presente Ley
puedan integrarse al nuevo sistema, sin perjuicio de que ocupen cargos en el diseño
vigente, como así también tener designados magistrados, de tal manera que los órganos
jurisdiccionales sean siempre ocupados de inmediato.
Es urgente la sanción de este proyecto para comenzar en forma inmediata su
ejecución.
Dios guarde a V.H.
Artículo 4° - Implementación progresiva. A partir de los ciento veinte (120) días de entrada
en vigencia de la presente ley, comenzarán a regir las siguientes disposiciones de la Ley
12.734 – Código Procesal Penal;
15. Título I del Libro 1;
16. Capítulo I, II y III del Libro 1, excepto el primer párrafo del
artículo 16;
17. Artículo 68, 69 y 71 del Capítulo IV del Título III del Libro
1;
18. Capítulo I del Título IV del Libro 1;
19. Capítulo III del Título IV del Libro 1, excepto el inciso 2
del artículo 98 y la primer disposición del inciso 3;
20. Artículo 100 y 101 de la Sección primera del Capítulo IV
del Título IV del Libro 1;
21. Secciones Tercera y Cuarta del Capítulo IV del Título IV
del Libro 1;
22. Capítulo I del Título III del Libro II;
23. Artículos 216, 219, 220, 221, 222 y 227 del Título III del
Libro II;
24. Capítulos II, III y IV del Título I del Libro IV, excepto el art.
338;
25. El Título II y el Título III del Libro IV;
26. El Título V del libro IV;
27. Cuando la causa se sustancie por juicio oral, y en lo
pertinente, se aplicarán el Capítulo V, del Título 1 del
Libro II y Título III del Libro V.
Estas normas sólo serán aplicables para investigar y juzgar aquellos hechos que
lleguen a conocimiento de las autoridades provinciales que prevengan con competencia
para intervenir en la prevención o instrucción por causas penales, a partir del día
posterior a la entrada en vigencia de este Artículo, independientemente de la fecha de
comisión del hecho. Sin perjuicio de ello, se aplicarán a las causas en trámite, las normas
que sean más favorables al imputado, en cuanto a su libertad, a la extinción de la acción
penal y amplitud de la defensa, si así lo solicita éste o su defensor dentro de los diez días
a partir de la primer actuación realizada en la causa posterior a la entrada en vigencia de
este Artículo.
Artículo 5° - Juicio oral obligatorio. En los casos incluidos en las previsiones del último
párrafo del Artículo 4 de la presente ley, el juicio oral será obligatorio cuando la
imputación contenida en la requisitoria versare sobre alguno de los siguientes delitos:
28. Homicidio calificado (Artículo 80 del Código Penal);
29. Abuso sexual seguido de muerte (Artículo 124 del
Código Penal);
30. Tortura seguida de muerte (Artículo 144 ter, inciso
segundo, primera disposición del Código Penal);
31. Enriquecimiento ilícito (Artículo 268 (2) del Código
Penal);
32. Robo agravado (Artículo 165 del Código Penal).
Artículo 6° - Juicio oral optativo. En los casos incluidos en las previsiones del último
párrafo del Artículo 4 de la presente ley y cuando el imputado elija ser juzgado en juicio
oral, ejerciendo la opción del Artículo 447 de la Ley 6740 y modificatoria, opción que se
mantiene vigente en los términos de dicho Artículo, si el mismo se encontrare en prisión
preventiva, tendrá derecho a que el debate se realice dentro del plazo de ocho meses
contados a partir de ejercitada la opción.
Si venciere el plazo señalado, y la demora no hubiera sido causada por
articulaciones dilatorias injustificadas de la defensa, será aplicable lo dispuesto por los
artículos 156 y 157 de la Ley 12.734.
Artículo 7° - Juez competente para juicios orales. Los jueces de sentencia serán
competente para juzgar en caso de juicio oral optativo u obligatorio.
El imputado podrá elegir ser juzgado por un tribunal pluripersonal o integrado por
tres magistrados. En este último supuesto, será presidente del tribunal el juez al que
originariamente le correspondiera entender en la causa conforme las reglas de atribución
de competencia. Los otros dos integrantes del Tribunal serán designados por sorteo entre
los jueces penales de la misma circunscripción judicial.
Artículo 10° - Modifícase el Artículo 456 de la Ley 12.734, el que quedará redactado de la
siguiente manera:
“Artículo 456 – Vigencia integral del Código. Salvo lo dispuesto en la Ley de
implementación, ninguna disposición de este Código entrará en efectiva vigencia hasta
tanto el Poder Ejecutivo resuelva encontrar reunidas las condiciones necesarias para un
adecuado funcionamiento del mismo, en cuyo caso establecerá las materias, la forma y
fecha de puesta en vigor. La implementación total del nuevo sistema no podrá exceder el
plazo previsto en el Artículo 3 de la Ley de Implementación. Podrá disponerse la
implementación por materia, antes de la fecha indicada, en forma progresiva.
A partir de la entrada en vigencia de las normas de este Código en todo el
territorio de la Provincia, quedan derogadas las normas correspondientes a las materias
tratadas en la Ley 6.740, sus modificatorias y todas las leyes que se le opongan.”
Artículo 11° - Designación de Jueces Penales. Sin perjuicio de los derechos adquiridos, a
partir de la promulgación de la presente ley, los jueces del fueron penal de la Provincia
serán designados como jueces penales del distrito judicial que corresponda, calificándose
su competencia sólo por instancias. Las designaciones por el Poder Ejecutivo de jueces
del fuero penal, se harán conforme al orden establecido en la lista de acuerdos aprobada
por la Asamblea Legislativa, según las pautas que siguen:
a) La cobertura del cargo de un juez penal dentro del distrito e instancia, se hará
de manera gradual respetándose la antigüedad de la producción de la vacancia del
cargo y la antigüedad del acuerdo, mediante decreto del Poder Ejecutivo;
b) Si la antigüedad de la producción de la vacancia en el cargo y la del
acuerdo fueren contemporáneas, la cobertura deberá realizarse considerando
tanto la nominación judicial del cargo vacante como el orden en que figuren en el
acuerdo los candidatos.
Artículo 13° - El Poder Ejecutivo, dentro de los 150 (ciento cincuenta) días a contar desde
la sanción de la presente ley, remitirá a la Legislatura para su tratamiento y consideración,
las propuestas correspondientes a las leyes orgánicas del Ministerio Público de la
Acusación, Ministerio Público de la Defensa, Ley de Protección a Testigos y Víctimas, Ley
de Organización de Tribunales Penales y Gestión Judicial, Ley de transición y las demás
que sean necesarias para la implementación definitiva e integral de la ley 12.374 –
Código Procesal Penal en el plazo previsto por el Artículo 3 de la presente ley.
POR ELLO
EL GOBERNADOR DE LA PROVINCIA
DECRETA:
ARTÍCULO 1. Apruébase como texto vigente de la Ley 6740, en virtud de las
disposiciones de la Ley 12912 y con sus alcances, el Anexo I que se adjunta y forma
parte integrante del presente Decreto.
ARTÍCULO 3. Las disposiciones del Artículo 4 de la Ley 12912 serán aplicables para
investigar y juzgar aquellos hechos que lleguen a conocimiento de las autoridades
provinciales que prevengan con competencia para intervenir en la prevención o
instrucción por causas penales, a partir del 15 de febrero de 2009, independientemente
de la fecha de comisión del hecho. Sin perjuicio de ello, se aplicarán a las causas en
trámite, las normas que sean más favorables al imputado, en cuanto a su libertad, a la
extinción de la acción penal y amplitud de la defensa, si así lo solicita éste o su defensor
dentro de los diez días a partir de la primer actuación realizada en la causa posterior al 14
de febrero de 2009.
H. LEGISLATURA DE LA PROVINCIA
CAPÍTULO I
PERÍODO DE TRANSICIÓN.
1.
1. ARTÍCULO 1. Definición. Se denomina período de transición al plazo de tres
años contados a partir del primer día de plena entrada en vigencia del Nuevo
Código Procesal Penal, Ley 12734.
2.
1. ARTÍCULO 2. Vigencia Nuevo Código Procesal Penal. Desde el día de
plena entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Penal, Ley N° 12.734,
el mismo se aplicará a todas las causas que tengan inicio a partir de dicha
fecha, en las que intervendrán el Ministerio Público de la Acusación y el
Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
Las causas iniciadas con anterioridad seguirán rigiéndose por las disposiciones
de la Ley 6740 y sus modificatorias. Se entiende por fecha de inicio de una causa aquella
en la cual el hecho que la motiva llega a conocimiento de las autoridades provinciales con
competencia para intervenir en su prevención o instrucción, sin importar la fecha de su
comisión.
CAPÍTULO II
SISTEMA DE CONCLUSIÓN DE CAUSAS
1.
1. ARTÍCULO 3. Definición. Se denomina Sistema de Conclusión de Causas al
mecanismo establecido por esta ley para regular la adecuada finalización de
todas las actuaciones iniciadas con anterioridad a la plena entrada en
vigencia del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
2.
1. ARTÍCULO 4. Reglas. El Sistema de Conclusión de Causas se regirá por las
reglas de celeridad, eficiencia, economía procesal, y tenderá a lograr el
máximo nivel de resolución de conflictos.
2.
1. ARTÍCULO 5. Comité de Gestión de Conclusión de Causas. Se crea un
Comité de Gestión de Conclusión de Causas, conformado por un Ministro de
la Corte Suprema de Justicia, el Procurador General de la Corte Suprema, un
representante de cada Cámara de la Comisión Bicameral de Seguimiento
Permanente del Proceso de implementación y el Ministro de Justicia y
Derechos Humanos.
2. La función única de este comité será promover y concretar los acuerdos
necesarios para una gestión más eficiente del procedimiento de conclusión
de causas iniciadas con anterioridad al comienzo del período de transición,
sobre la base en los instrumentos procesales establecidos por la presente
Ley en el Capítulo siguiente.
3.
1. ARTÍCULO 6. Estructura Judicial de Conclusión de Causas. La Corte
Suprema de Justicia deberá establecer noventa (90) días corridos previos al
inicio del período de transición, cuáles serán los órganos judiciales,
empleados y demás estructuras que se ocuparán de la transición y ponerlo
en conocimiento del Comité de Gestión de Conclusión de causas.
Si dentro del plazo previsto en el artículo dieciséis de la presente ley el personal
administrativo, de mantenimiento y producción y de servicios generales hubieran optado
por ingresar al Ministerio Público de la Acusación o al Servicio Público Provincial de
Defensa Penal y la Corte Suprema los hubiera asignado para el sistema de conclusión de
causas, al finalizar el período de transición o al disolverse el órgano judicial para el que
fueran asignados, se hará efectiva la opción mencionada anteriormente.
La Corte Suprema de Justicia deberá establecer un cronograma sobre el destino
de los órganos judiciales abocados al Sistema de Conclusión de Causas, de modo tal
que, al finalizar el período de transición, éstos se encuentren disueltos o afectados
exclusivamente a competencia que no sea de naturaleza penal o transferidos al Nuevo
Sistema de Justicia Penal, salvo lo dispuesto en el último párrafo del artículo 8.
1.
CAPÍTULO III
CUESTIONES PROCESALES
1.
1. ARTÍCULO 7. Normas aplicables. Las siguientes disposiciones serán
aplicables a todas las causas penales iniciadas con anterioridad al plazo
referido en el artículo 1 de la presente ley, según corresponda:
a) En aquellas causas que no se encuentren en la etapa de juicio, serán
aplicables los Artículos 19 y 20 del Nuevo Código Procesal Penal, Ley N°12734.
b) Aquellas causas que se encuentren en etapa de juicio sin que se haya dictado
sentencia podrán ser concluidas mediante el procedimiento de juicio abreviado.
Podrá aplicarse también el procedimiento de suspensión del juicio a
prueba sin la restricción prevista en el último párrafo del Artículo 4 de la Ley 12912.
En ambos casos se aplicarán las normas respectivas del nuevo Código
Procesal Penal -Ley N°12734.
1. Tratándose de causas con imputado no individualizado la
investigación continuará por un plazo que no podrá
superar los seis meses, vencido el cual deberán ser
archivadas por resolución fundada.
d) Tratándose de causas con imputado individualizado que no se encuentre
privado de su libertad cautelarmente, previa notificación a la víctima o querellante si lo
hubiere, si dentro de los seis meses posteriores al inicio del período de transición,e l
fiscal, la víctima o el querellante no instaren el proceso de ningún modo, se procederá al
archivo de las mismas.
1. Luego de producido el archivo, y durante el período de transición, la víctima o
el querellante, en su caso, podrá ejercer la acción penal a través del
procedimiento de querella prevista para los delitos de acción privada
solicitando desarchivo de la causa.
e) Si se tratara de causas con imputado individualizado y con pedido de captura,
no declarado rebelde, las mismas deberán ser incluidas en un listado a confección por los
juzgados intervinientes, previa declaración de rebeldía, que deberá distribuirse a los
responsables de la policía y a la fiscalía y publicarse en el sitio web del Poder Judicial
durante el lapso seis /6) meses.
1. Transcurridos los seis (6) meses, de no haber mediado captura, las causas
se archivarán sin más trámite, manteniéndose vigente el pedido de captura.
Si el imputado fuere habido luego del archivo, tanto el querellante
como la fiscalía podrán solicitar el desarchivo de las actuaciones dentro de los treinta
días de producida captura;
f) Tratándose de causas con imputado declarado rebelde, las mismas deberán
ser incluidas en un listado a confeccionar por los juzgados intervinientes, librándose
pedido de captura, si correspondiera. Este listado deberá distribuirse a los responsables
de la policía y a la fiscalía y publicarse en el sitio web del Poder Judicial durante el lapso
de seis (6) meses.
Transcurridos los seis (6) meses, de no haber mediado captura, las
causas se archivarán sin más trámite, manteniéndose vigente el referido pedido de
captura.
Si el imputado fuera habido luego del archivo, tanto el querellante como la
fiscalía podrán solicitar el desarchivo de las actuaciones dentro de los treinta días de
efectuada la captura;
g) Si se tratara de causas con imputado individualizado sometido a medidas
cautelares privativas de libertad, las mismas seguirán siendo tramitadas según su estado
durante el período de transición.
Los plazos de seis (6) meses previstos en este artículo comienzan desde el inicio
del período establecido en el artículo 1 y cuando se hayan asignado efectivamente las
causas a los jueces o subrogantes intervenientes.
1.
1. ARTÍCULO 8. Fin del período de transición. Todas las causas en las que,
al día de finalización del período de transición, no haya habido decisión
definitiva serán archivadas de pleno derecho, excepto los casos de querella
por delito de acción privada, que continuarán según su estado.
A partir de ese momento también cesarán de pleno derecho todas las
medidas cautelares personales que se hubieran dispuesto en las causas que se archiven.
1. Tratándose de delitos de acción pública, hasta cuatro (4) meses antes de la
finalización del período de transición, el querellante podrá solicitar que la
causa en que fuera parte continúe según su estado. Si la fiscalía adhiere a su
pedido, la causa se continuará con el mismo procedimiento. En caso
contrario, deberá aplicarse el procedimiento de querella previsto para delitos
de acción privada.
La fiscalía podrá solicitar hasta treinta (30) días corridos previos a la
finalización del período de transición que no se archive la causa, en cuyo caso deberá
continuar según su estado.
1. En todos los casos en que deban continuar causas luego de finalizado el
período de transición deberán tramitar ante los órganos judiciales del Sistema
de Conclusión de Causas que la Corte Suprema de Justicia indique de
acuerdo a un nuevo cronograma confeccionado a tal efecto.
1. ARTÍCULO 9. Excepciones. Las disposiciones contenidas en el artículo 7 de
la presente ley no serán aplicables a las causas que tramiten por la presunta
comisión de los delitos contemplados en el artículo 5 de la ley n° 12912, y
aquellas en que se encuentren imputados funcionarios públicos por la
presunta comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones, las que
continuarán según su estado incluso ante los órganos previstos en el último
párrafo del artículo anterior.
2.
1. ARTÍCULO 10. Listas de Causas. Desde el comienzo del período de
transición, todos los órganos judiciales encargados del Sistema de
Conclusión de Causas deberán confeccionar mensualmente una lista donde
consten todas las causas que no hayan tenido actuación alguna en los
últimos tres (3) meses, indicando cuál ha sido la última actuación.
ARTÍCULO 11. Recursos. A partir del comienzo del período de transición, los recursos
de apelaciones de todas las causas iniciadas con anterioridad se regirán por las
disposiciones del Nuevo Código Procesal Penal, Ley 12734 y serán sustanciados ante los
órganos dispuestos al efecto en el Nuevo Sistema de Justicia Penal.
En dichas causas el recurso de apelación
sólo será admisible contra las sentencias definitivas y contra las resoluciones que causen
un gravamen irreparable.
CAPÍTULO IV
TRANSICIÓN DE MAGISTRADOS, FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS DEL PODER
JUDICIAL
1.
1. ARTÍCULO 12. Jueces de cámara. Sin perjuicio de lo previsto en el artículo
anterior, desde el inicio del período de transición los actuales Jueces de
Cámara, pasarán a integrar directamente los nuevos Colegios de Cámara del
Nuevo Sistema de Justicia Penal en sus respectivas sedes.
2.
3. ARTÍCULO 13. Jueces de penales de primera instancia. Mientras dure el
plazo del artículo 1 los jueces penales de primera instancia que se
encuentren en funciones al momento de su inicio continuarán en el Sistema
de Conclusión de Causas conforme lo reglamente la Corte Suprema de
Justicia de acuerdo al artículo 6 de la presente ley.
Asimismo la Corte deberá establecer por vía reglamentaria un
esquema de traspaso de dichos jueces a los órganos judiciales del Nuevo Sistema de
Justicia Penal respetando el lugar de asiento de los magistrados en los respectivos
distritos judiciales.
1.
2.
1. ARTÍCULO 14. Fiscales de las cámaras de apelación y fiscales de
primera instancia del viejo sistema. El Ministerio Público de la Acusación
diseñará un programa especial destinado a los fiscales de cámara de
apelación y fiscales de primera instancia que deseen ingresar a dicho
organismo en el marco del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
2. Los funcionarios que opten por ingresar en dicho programa ingresarán con la
categoría de fiscales y conservarán sus condiciones laborales.
3. Los cargos que ocupen dichas personas serán traspasados a la estructura
del Ministerio Público de la Acusación.
4. Los fiscales de cámaras de apelación y fiscales de primera instancia que
resuelvan no acogerse a dicho esquema de traspaso continuarán integrando
el Ministerio Público regulado por la Ley 10.160 - Orgánica del Poder Judicial,
conservando competencia para intervenir en materia penal sólo en relación a
las causas iniciadas con anterioridad al período de transición..
5.
1. ARTÍCULO 15. Defensores Generales de las Cámaras de Apelación y
Defensores Generales. El Servicio Público Provincial de Defensa Penal
diseñará un programa especial destinado a los defensores de cámara de
apelación y defensores generales que deseen ingresar a dicho organismo.
2. Los funcionarios que ingresen en dicho programa lo harán con la categoría
de defensores públicos y conservarán sus condiciones laborales.
3. Los cargos que ocupen dichas personas serán traspasados a la estructura
del Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
4. Los defensores de cámara de apelación y defensores generales que
resuelvan no acogerse a dicho esquema de traspaso, continuarán integrando
la defensoría pública, conforme las disposiciones de la Ley 10.160 - Orgánica
del Poder Judicial, conservando competencia para intervenir en materia penal
sólo en relación a las causas iniciadas con anterioridad al período de
transición.
5.
1. ARTÍCULO 16. Traspaso de funcionarios y empleados que presten
servicio en el fuero penal del Poder Judicial. Salvo los casos previstos en
los artículos 14 y 15 los funcionarios y personal administrativo, de
mantenimiento y producción y servicios generales que presten servicios en el
fuero penal del Poder Judicial podrán optar, durante el período comprendido
entre los noventa (90) y los ciento cincuenta (150) días anteriores al
comienzo del período de transición, por ingresar al Ministerio Público de la
Acusación o al Servicio Público Provincial de Defensa Penal, bajo las
condiciones establecidas por vía reglamentaria por dichos organismos.
Los cargos ocupados por dichas personas serán transferidos a las
estructuras del Ministerio Público de la Acusación o al Servicio Público Provincial de
Defensa Penal, según corresponda y los mismos serán escalafonados dentro de las
respectivas carreras establecidas de acuerdo con la ley n°11196, con la misma categoría
de revista que ocupaban.
1.
1. ARTÍCULO 17. Permanencia de funcionarios y empleados en el fuero
penal del Poder Judicial. Los funcionarios y empleados que no opten por
este sistema a que refiere el artículo anterior que no opten por este sistema,
podrán ingresar a las oficinas de gestión judicial del nuevo sistema de justicia
penal.
2. Ocuparán los cargos bajo las categorías establecidas por la ley N° 11196, sin
que se vea afectada su remuneración.
3. Los funcionarios y empleados judiciales que no ingresen en dicho sistema,
podrán ser asignados por la Corte Suprema de Justicia dentro de la
estructura dispuesta para el Sistema de Conclusión de Causas previsto en
esta Ley.
4. Asimismo, aquellos que no ingresen en dicha estructura serán reasignados a
otras oficinas del Poder Judicial, al igual que los del párrafo anterior, cuando
finalice el período de transición, respetándose sus condiciones laborales.
5.
1. ARTÍCULO 19. Médicos forenses del Poder Judicial y peritos oficiales.
Durante el período de transición, los médicos forenses y los peritos oficiales
del Poder Judicial podrán optar por ser transferidos al Ministerio Público de la
Acusación.
El traspaso de los médicos y peritos oficiales requerirá de parte de
los mismos la aprobación de un programa de capacitación desarrollado por el Ministerio
Público de la Acusación de conformidad a las disposiciones de la presente Ley.
ARTÍCULO 19. Cuerpo Médico Legal. Instalaciones. A partir del inicio del período de
transición, la infraestructura, instalaciones y equipos del Cuerpo Médico Legal que
correspondan al Poder Judicial, serán transferidos al Ministerio Público de la Acusación.
CAPÍTULO V
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS.
ARTÍCULO 22. Funciones penales. Ministerio Público. Ley Orgánica del Poder
Judicial. Deróganse las siguientes normas de la ley N° 10160 - Orgánica del Poder
Judicial: los incisos 4, 5 y 6 del Artículo 134; 6, 7 y 9 del Artículo 138; 1, 2, 3, 4, 5 y 8 del
Artículo 142; 7, 11 y 12 del Artículo 145 y el Título III del Libro Segundo.
ARTÍCULO 23. Modificase el inciso 6 del Artículo 142 de la Ley 10160 - Orgánica del
Poder Judicial el que quedará redactado de la siguiente manera:
“Artículo 142:
...
“6.- Intervenir en las acciones de amparo.
...”
H. LEGISLATURA DE LA PROVINCIA
Se remite a vuestra consideración, tratamiento y sanción el adjunto proyecto de
Ley de Organización de los Tribunales Penales de la Nueva Justicia Penal en Santa Fe
para la implementación definitiva de la Ley 12734 – Código Procesal Penal.
El proceso de cambio histórico en que se encuentra inmersa la Provincia requiere
de nuevos modelos de gestión que acompañen la normativa adjetiva que se aprobó. La
sola modificación del Código Procesal Penal sin dotarlo de leyes organizativas acordes
implicaría, sin lugar a dudas, la imposibilidad de poner en marcha en su totalidad el nuevo
modelo. La estructura actual operaría como un verdadero corset asfixiante que impediría
la aplicación de nuevas reglas de juzgamiento y la posibilidad de superar las viejas
prácticas judiciales.
TÍTULO I
PRINCIPIOS BÁSICOS.
TITULO II
DISTRIBUCIÓN TERRITORIAL.
ARTICULO 14. Distribución de los Colegios. Principio general. En cada una de las
circunscripciones judiciales se constituirá un colegio de cámara de apelaciones en lo
penal. Dichos colegios tendrán asiento en las ciudades de Vera, Rafaela, Santa Fe,
Rosario y Venado Tuerto..
En cada uno de los distritos judiciales donde existan cuatro o más
jueces penales de primera instancia se constituirán colegios de primera instancia. En los
distritos en que no exista dicha cantidad se pondrán en marcha cuando se logre ese
número. Hasta tanto ello ocurra, los jueces se desempeñarán de manera permanente en
la competencia penal otorgada.
TITULO III
COMPETENCIA MATERIAL
ARTICULO 17. De los colegios de cámara. Los colegios de cámara se integran por
los jueces que conocen, conforme lo establece el Código Procesal Penal, de:
1. Los recursos que se interpongan contra las sentencias y resoluciones de los
jueces o tribunales primera instancia.
2. De las quejas.
3. De los conflictos de competencia y separación.
4. En todo otro caso que disponga la ley.
TÍTULO IV
DE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES EN PARTICULAR
CAPÍTULO 1
COLEGIOS DE CÁMARA
CAPÍTULO 2
COLEGIOS DE PRIMERA INSTANCIA
ARTICULO 24. Medidas urgentes. A pedido del fiscal el juez de circuito más próximo
será competente para autorizar la realización de cualquier medida urgente e
imprescindible en el marco de una investigación penal siempre que éste no pueda
acceder en los plazos que establece el Código Procesal Penal al juez penal de primera
instancia competente por razones de distancia o ausencia transitoria.
La medida autorizada deberá ser convalidada por el juez
competente, bajo sanción de invalidez, dentro de las 48 horas de su despacho.
TÍTULO V
JUEZ COORDINADOR
TÍTULO VI
COLEGIO EN PLENO
ARTICULO 28. Funciones del colegio en pleno. Sin perjuicio de las facultades que
la Constitución de la Provincia otorga a la Corte Suprema de Justicia, serán funciones del
colegio en pleno las siguientes:
7. Elaborar y ejecutar la política administrativa de la justicia penal de la
provincia conforme los lineamientos determinados por la Corte
Suprema de Justicia.
8. Reglamentar dentro de su circunscripción por iniciativa propia o a
propuesta del director de la oficina de gestión judicial lo atinente al
funcionamiento de los colegios, en base a las pautas y límites que
surgen de la presente Ley.
9. Proponer a la Corte Suprema de Justicia la designación y remoción
del director de las oficina de gestión judicial del colegio de la
circunscripción.
10. Aprobar los informes que se elaboren por parte de los colegios o sus
autoridades dentro de su circunscripción.
11. Dictar el reglamento interno para el desempeño de las funciones del
colegio en pleno y de las oficinas de gestión judicial correspondientes
a su circunscripción.
12. Realizar reuniones periódicas con los respectivos órganos del
Ministerio Público de la Acusación y del Servicio Público Provincial de
Defensa Penal para coordinar las actividades interinstitucionales a fin
de agilizar la gestión.
13. Elaborar los proyectos de estructura de la Oficina de Gestión Judicial
de su circunscripción y elevarlo a la Corte Suprema de Justicia a sus
efectos.
14. Toda otra función que establezca la normativa respectiva.
Deberá reunirse al menos semestralmente.
TÍTULO VII
OFICINA DE GESTIÓN JUDICIAL
TÍTULO VIII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS Y COMPLEMENTARIAS
ARTICULO 34. Reglamentos. Dentro de los ciento veinte días de sancionada esta ley,
se reglamentará:
1. La ubicación, cantidad y distribución de los jueces que integrarán los
Colegios y los tribunales unipersonales en los lugares que la demanda del
sistema lo requiera.
2. Los lugares, horarios y demás condiciones de atención, respetando la
carga horario de los trabajadores del Poder Judicial conforme la Ley
Orgánica del Poder Judicial..
3. El reglamento de disciplina, ascenso, designación del personal
administrativo de las oficinas de gestión, el que no podrá apartarse de las
disposiciones comunes a todos los integrantes del Poder Judicial conforme
a la Ley Orgánica del Poder Judicial y a las categorías previstas por la ley
11196.
ARTICULO 36. Normas supletorias. Modifícase la ley 10.160 (Orgánica del Poder
Judicial) en lo que al fuero penal se refiere y se oponga a la presente, la que formará
parte de dicha norma bajo el título “Organización de los Tribunales de la Nueva Justicia
Penal en Santa Fe”, bajo el Título V, debiéndose adecuar la numeración cuando el Poder
Ejecutivo elabore el primer texto ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial de Santa
Fe, facultándoselo para ello.
ARTICULO 37.- Modifícase el artículo 268 inc. 6) de la ley 12734 –Código Procesal
Penal, el que quedará redactado de la siguiente manera:
¡Artículo 268...
6.- Poner en conocimiento del Fiscal las informaciones y diligencias practicadas,
requiriendo su autorización para realizar aquellas medidas probatorias que por
su naturaleza sean definitivas e irreproducibles, y que deberán colectarse con
control de la defensa, si el imputado estuviera individualizado. Si fuera
imposible cumplir con estas exigencias ante el inminente peligro de frustración
de la medida, la misma, excepcionalmente se realizará con intervención del
Juez de circuito o certificándose su fidelidad con dos testigos mayores de
dieciocho años, hábiles y que no pertenezcan a la repartición, fotografías u
otros elementos corroborantes. Si por las especiales circunstancias del caso
no fuera posible la presencia de dos testigos, la diligencia tendrá valor con la
intervención de uno solo y si ello fuera absolutamente imposible, de cuyas
causales deberá dejarse constancia, con dos funcionarios actuantes;”
,
H. LEGISLATURA DE LA PROVINCIA
Se remite a vuestra consideración,
tratamiento y sanción el adjunto proyecto de Ley Orgánica del Ministerio Público de la
Acusación.
La Ley Nº 12912 de Implementación
Progresiva del Nuevo Sistema de Justicia Penal de la Provincia de Santa Fe establecido
por la Ley 12.734 – Código Procesal Penal, dispone en su Artículo 13 que el Poder
Ejecutivo, dentro del plazo de ciento cincuenta (150) días remitirá a la Legislatura para su
tratamiento, entre otros, este proyecto de Ley Orgánica de Ministerio Público de la
Acusación. De este modo se posibilitará el ingreso a la segunda etapa del proceso de
instauración del Nuevo Sistema de Justicia Penal, que culminará con el montaje de los
actores institucionales principales.
El Ministerio Público de la Acusación
constituye un actor clave en el Nuevo Sistema Procesal Penal, pues tendrá a su cargo la
formulación y ejecución de la política de persecución penal pública; la orientación de las
víctimas y la dirección de la investigación criminal.
En función de ello, resulta de estricta
necesidad diseñar una regulación integral para la organización fiscal, contemplar sus
principios y valores, sus órganos y funciones, el régimen de carrera y los demás aspectos
que reclama el funcionamiento de una institución que se ha concebido como autónoma y
autárquica.
El instrumento normativo que se propone
establece las bases para el desarrollo de un Ministerio Público moderno, eficaz y
eficiente, que priorice la función de persecución de los delitos, a fin de reducir la
impunidad y proveer seguridad a la ciudadanía.
El nuevo Código Procesal Penal contempla
un conjunto de nuevas herramientas legales para gestionar la conflictividad penal y una
dinámica de trabajo fundada básicamente en la oralidad, lo cual debe encontrar correlato
en una estructura funcional que haga posible el desarrollo de respuestas primarias y
soluciones alternativas, pues a través de ellas se brinda satisfacción a muchas víctimas
del delito y se aporta a la paz social, generando condiciones que mejoran las
posibilidades de persecución para los delitos más graves y la criminalidad organizada o
no convencional.
Para cumplir este cometido, las unidades y
plataformas de trabajo de los fiscales deben estar en condiciones de enfrentar los nuevos
desafíos, desarrollando capacidades para la utilización de mecanismos de depuración
temprana de casos, aplicar medios de resolución alternativos, litigar en audiencia en
todas las etapas del proceso e investigar con profesionalismo y mayor celeridad.
El modelo tradicional de las fiscalías en
Santa Fe está asociado al rol de un fiscal tramitador y dictaminador, donde el expediente
aparece como el destinatario de la mayoría de los actos y esfuerzos, lo que ha llevado a
un sistema judicial burocratizado en donde los rostros, las expectativas y los intereses de
las personas se pierden y desdibujan. Así, el trabajo de las fiscalías y la disposición de
sus recursos se ha estructurado en función de ese esquema operativo, con una
organización refleja de los tribunales y que presta atención al trámite antes que a la
solución de los conflictos.
En cambio, el nuevo modelo procesal busca
romper con esas prácticas asegurando el principio acusatorio con plena oralidad, lo que
hará de las audiencias (iniciales, de la etapa intermedia o de juicio) los actos centrales del
procedimiento.
Con ello se cambia la lógica del sistema y se
hacen imperiosas nuevas habilidades y destrezas; se impone un nuevo ritmo para la
generación de información que permita la toma de decisiones en forma oportuna; la
defensa tiene otro activismo, proponiendo una manera diferente de interacción y la
función jurisdiccional asume un nuevo rol y está llamada a ejercer un control efectivo
sobre la actividad de los fiscales.
Todos estos aspectos implican nuevos
desafíos para los fiscales y exigen una organización moderna que tenga autonomía e
independencia en relación a los tribunales y a la defensa.
Este proyecto procura estructurar el
Ministerio Público de la Acusación a partir de los siguientes pilares: autonomía funcional,
autarquía económica, unidad de actuación, precisión en la misión y función institucional,
orientación a las víctimas y flexibilidad de la organización.
El modelo acusatorio implica la separación
nítida de los roles procesales y su lógica supone el consecuente desprendimiento de toda
función jurisdiccional. La subordinación del Ministerio Público a la Corte Suprema de
Justicia genera una dependencia estructural que afectaría el rol que es propio de los
fiscales y resultaría disfuncional con el modelo instaurado en el nuevo ordenamiento
procesal.
El esquema institucional que aquí se
propone evita esos problemas: sin afectar las disposiciones constitucionales vigentes,
respeta las facultades, competencias y derechos de los actuales funcionarios del
Ministerio Público, sin adicionarle las tareas propias del nuevo esquema procesal, que se
ponen en manos de una estructura enteramente nueva, creada con el fin exclusivo y
específico de tomar el rol acusatorio penal.
Sin perjuicio de lo expresado, el nuevo
Ministerio Público de la Acusación se inserta en el Poder Judicial de la Provincia, en tanto
la creación de un órgano extrapoder ameritaría una reforma constitucional que este Poder
Ejecutivo desde ya propicia a los efectos de modernizar la Carta Magna de todos los
santafesinos, adecuándola a las necesidades de los tiempos que corren y en procura del
mejoramiento del diseño del Estado, hecho que estamos convencidos redundaría en una
mejor calidad de vida.
De cualquier modo, se deja claramente
establecido el hecho de que el nuevo organismo posea autarquía financiera y plena
autonomía, no estando subordinado en modo alguno a los órganos de gobierno del
ámbito jurisdiccional.
El proyecto, por otra parte, propone un
marco normativo en el que se definen con precisión sólo las líneas maestras o núcleos
duros de la arquitectura institucional, dejando para el órgano de gobierno los demás
aspectos o elementos secundarios. Esto permitirá que la nueva organización se adapte a
las distintas realidades de la Provincia y a los cambios que reclamen los procesos
sociales.
Se regula la misión y funciones del Ministerio
Público de la Acusación, sus principios de actuación y otras disposiciones de carácter
general (arts. 1 a 12). En este aspecto, plantea con claridad que la misión del nuevo
órgano se vincula exclusivamente con la persecución penal de los delitos, dejando para
otros funcionarios las tareas extrapenales que la legislación comparada suele adjudicar a
los fiscales.
También se fijan las normas para el
funcionamiento de los órganos fiscales (Fiscal General, fiscales regionales, fiscales y
fiscales adjuntos), para los Órganos de Apoyo, tales como la Junta de Fiscales, la
Secretaría General, Administración General, Auditoría General, Escuela de Capacitación,
Organismo de Investigaciones o los Consejos Asesores Regionales (arts. 13 a 31) y para
el Órgano Disciplinario (art. 32). En este conjunto de preceptos está el nervio de una
institución flexible, pues admite distintas formas de organización de sus componentes.
A los efectos de evitar la burocratización de
la institución y en una línea de respeto al sistema republicano, se establece la
periodicidad en el cargo de los responsables políticos del organismo. Por el contrario, se
respeta la inamovilidad de los fiscales y fiscales adjuntos.
El modelo que se propone ofrece un
conjunto de contrapesos para definir la relación entre los distintos órganos, procurando
que la persecución de los delitos no quede librada sólo a los lineamientos o directivas del
Fiscal General, sino también a la impronta de los fiscales regionales, que serán los
responsables político - institucionales en el territorio que tendrán asignado. Por otra parte,
el significativo poder que ostentan estas jerarquías, encuentra su equilibrio republicano
en una fuerte limitación en la temporalidad de sus cargos.
En la misma línea, la regulación que se hace
de las instrucciones generales y particulares (arts. 33 y 34), evita una excesiva
concentración de poder y permite a los funcionarios objetar tales instrucciones, previendo
un mecanismo de revisión.
Por otra parte, como demanda propia de una
institución que es autónoma y autárquica, se ha previsto un sistema de carrera dentro del
Ministerio de la Acusación con indicación de los agentes que quedan por afuera del
sistema formulado para la carrera de los fiscales (arts. 35 a 46). Allí se contemplan como
componentes la forma de acceso, los mecanismos de evaluación y la capacitación.
En el Título V (arts. 47 a 52) se prevén las
normas que fijan condiciones, derechos y deberes para el ejercicio de la función dentro
del Ministerio Público de la Acusación (incompatibilidades, prohibiciones, deberes,
derechos y remuneraciones y licencias). Se trata de las líneas maestras del sistema, que
deberán completarse con el conjunto de normas reglamentarias a dictarse.
A su vez, en el Título VI (arts. 53 a 63) se
conforma el régimen disciplinario, estableciendo con claridad las faltas y sanciones y
previendo el tipo de procedimiento. Estas normas se completan con el art.32 donde se
configura el Tribunal de Disciplina.
Por último, los Títulos VII, VIII y IX están
dedicados a la capacitación, el régimen económico y administrativo y a las disposiciones
transitorias y complementarias.
Los plazos fijados por la Ley 12912 exigen
trabajar a un ritmo sostenido en el desarrollo de los distintos componentes que hacen a la
puesta en marcha del nuevo sistema procesal. Por esta razón se han fijado algunos
plazos estrechos para el dictado de los reglamentos principales y se ha contemplado la
creación de un conjunto de cargos para la nueva institución.
Se ha dejado para la Ley de Transición,
también prevista en la norma que define la implementación, la conversión de cargos o la
determinación de las condiciones para la transferencia de recursos actualmente
incorporados al Poder Judicial (fiscales, empleados o auxiliares), pues se ha estimado
más conveniente que previamente se cuente con el conjunto de leyes orgánicas
(incluidas las del Ministerio Público de la Defensa y la de Organización de Tribunales
Penales y Gestión Judicial), pues ello permitirá tener un panorama claro y preciso sobre
los requerimientos de cada institución en función del nuevo modelo.
Tenemos claro que donde no se espera que
los fiscales tengan un papel determinante en la persecución penal no hay necesidad de
una organización que apoye o monitoree su trabajo; y sabemos que esto es lo contrario
de lo que plantea y reclama el nuevo sistema procesal. Éste demanda una organización
fiscal fuerte, que esté en condiciones de diseñar la política de persecución penal,
administrando una variedad de respuestas y en condiciones de conducir eficazmente la
investigación criminal y orientar a las víctimas y testigos.
Estamos convencidos de que este proyecto
esta en la dirección correcta por lo solicitamos su urgente tratamiento para un rápido
avance de la implementación definitiva del Nuevo Sistema.
Dios guarde a V.H.
LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA ACUSACIÓN
N° 13.013 (B.O. 22/10/09)
TÍTULO I.
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 11. Función de Persecución penal. Son funciones del Ministerio Público
de la Acusación las siguientes:
1. Establecer y ejecutar los lineamientos de la política de persecución
penal en el ámbito Provincial, fijando las prioridades y criterios de
la investigación y persecución de los delitos.
2. Dirigir la investigación de los delitos de acción pública y ejercer la
acción penal ante los tribunales, preparando los casos que serán
objeto de juicio oral y resolviendo los restantes según corresponda.
3. Dirigir funcionalmente al Órgano de Investigación y a cualquier
organismo de seguridad en lo concerniente a la investigación de
los delitos.
4. Orientar a la víctima de los delitos, en forma coordinada con
instituciones públicas o privadas, procurando asegurar sus
derechos.
5. Procurar asegurar la protección de víctimas y testigos, en el marco
de la legislación vigente, por sí o en coordinación con otras
agencias del Estado.
6. Intervenir en la etapa de ejecución de la pena en la forma que
prevean las leyes.
7. Requerir cooperación y coordinar con instituciones públicas y
privadas para que coadyuven en la persecución de los delitos.
8. Promover la cooperación nacional e internacional ante la
criminalidad organizada o investigaciones complejas.
TÍTULO II
ORGANIZACIÓN
CAPÍTULO 1
ÓRGANOS
CAPÍTULO 2
ÓRGANOS DE DIRECCIÓN.
CAPÍTULO 3
ÓRGANOS FISCALES
ARTÍCULO 21. Fiscales Adjuntos. Los fiscales adjuntos actuarán por delegación y
bajo la supervisión de los Fiscales. En el ejercicio de su cargo podrán intervenir en todos
los actos en los que puede actuar el fiscal de quien dependan.
Para ser Fiscal adjunto se requiere título de abogado con una
antigüedad mínima de dos años, ciudadanía argentina, mayoría de edad, y dos años de
residencia inmediata en la Provincia si no se ha nacido en ella.
Será designado conforme lo establecido en el régimen de carrera
previsto en esta Ley.
Tiene estabilidad en el cargo y sólo podrá ser removido por mal
desempeño o la comisión de faltas graves y con intervención del Tribunal de Disciplina.
ARTÍCULO 22. Agencias fiscales especiales. Los fiscales regionales podrán crear
agencias o unidades fiscales especiales que actuarán en parte o en todo el territorio de
su competencia. Las mismas estarán compuestas por el número de fiscales y fiscales
adjuntos que el fiscal regional disponga. Designará a uno de los fiscales como Jefe de la
Unidad que tendrá tareas de dirección, así como de coordinación y enlace con la fiscalía
regional.
Podrá asimismo crear agencias o unidades fiscales especiales para
intervenir con relación a cierto tipo de casos o en uno o varios casos que por su
complejidad, trascendencia pública o importancia reclamen una forma de intervención
especializada.
Cuando la agencia o unidad fiscal deba desarrollar su actividad en
más de una circunscripción, deberá ser creada por el Fiscal General, de acuerdo a la
facultad prevista en el Artículo 16 inciso 12.
CAPÍTULO 4
ÓRGANOS DE APOYO A LA GESTIÓN
ARTÍCULO 24. Junta de Fiscales. Estará presidida por el Fiscal General, quien no
tendrá voto salvo en caso de empate, y se integrará con los fiscales regionales.
Corresponden a la Junta de Fiscales las siguientes funciones:
1. Asesorar y colaborar en la formulación de las políticas de
persecución penal;
2. Participar en los procedimientos de selección de integrantes del
Ministerio Público de la Acusación, en la forma que prevean las
reglamentaciones pertinentes.
3. Ratificar, modificar o dejar sin efecto las instrucciones generales
dictadas por el Fiscal General, cuando ellas fueren objetadas de
conformidad con el procedimiento previsto.
4. Intervenir como tribunal de alzada en el procedimiento disciplinario
previsto en la presente.
5. Intervenir en el apartamiento del Fiscal General en los términos del
Artículo 12, excluyéndose en tal caso la intervención del Fiscal
General, quien será reemplazado en su presidencia por el Fiscal
Regional que designe el resto de los integrantes de la Junta.
La Junta de Fiscales deberá reunirse al menos una vez cada cuatro
(4) meses y será convocada por el Fiscal General o quien lo sustituya. La Junta sesionará
válidamente con la asistencia de por lo menos la mitad más uno de sus integrantes. El
Fiscal General estará obligado a convocar sesión extraordinaria cuando se lo soliciten por
los menos tres de sus integrantes. Las resoluciones serán adoptadas por mayoría
absoluta de los miembros.
ARTÍCULO 28. Funciones y atribuciones del Auditor. El Auditor tiene las siguientes
funciones:
1. Comprobar el funcionamiento de todos los despachos fiscales, en todo lo
que hace a la observancia de la ley, el cumplimiento de los plazos y de las
instrucciones generales de la Fiscalía General.
2. Evaluar el desempeño de los órganos fiscales, definiendo los indicadores y
estándares de desempeño e identificando las buenas y malas prácticas de
actuación.
3. Intervenir en todas las denuncias y quejas por faltas disciplinarias
efectuadas contra los fiscales, practicando la investigación de los hechos y
formulando los cargos administrativos o disponiendo el archivo, cuando así
corresponda.
4. Informar periódicamente al Fiscal General los aspectos más importantes de
sus comprobaciones.
Para el ejercicio de sus funciones la Auditoría podrá requerir
informes a cualquier funcionario del Ministerio Público; hacer inspecciones o
verificaciones; tomar declaraciones testimoniales y ordenar informes técnicos, formular la
denuncia penal en caso de corresponder.
El Fiscal General reglamentará todos los aspectos que permitan el
mejor funcionamiento de la Auditoria.
CAPÍTULO 5
ÓRGANOS DISCIPLINARIOS.
TÍTULO III
INSTRUCCIONES
ARTÍCULO 32. Facultad. El Fiscal General y los fiscales regionales podrán impartir
las instrucciones generales concernientes al servicio y al ejercicio de la función fiscal. Los
fiscales regionales también podrán impartir directivas fundadas en orden a un asunto
determinado.
El fiscal que no estuviere de acuerdo con una instrucción general
podrá objetarla y solicitar la revisión ante la Junta de Fiscales. Si estuviere en desacuerdo
con una instrucción específica, podrá objetarla por razones de ilegalidad, cuando la
instrucción esté dirigida a impulsar la acción pública; y por razones de ilegalidad o
inconveniencia, cuando se trate de instrucciones tendientes a poner fin a la acción penal.
En tales casos, solicitará su revisión ante el Fiscal General o requerirá que se lo aparte
del caso.
Cuando una instrucción objetada, general o particular, concierna a
un acto sujeto a un plazo o que no admite dilación, el funcionario que recibe la orden la
cumplirá a nombre del superior que la emitió, sin perjuicio del procedimiento previsto en
el párrafo anterior.
En los debates orales, el funcionario que asista a ellos, actuará y
concluirá según su criterio.
TÍTULO IV.
RECURSOS HUMANOS
CAPÍTULO 1.
SISTEMA DE CARRERA DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA ACUSACIÓN.
ARTÍCULO 33. Carrera del Ministerio Público de la Acusación. La carrera fiscal del
Ministerio Público de la Acusación es el sistema adoptado para el acceso, promoción y
permanencia de los fiscales en el Ministerio Público de la Acusación. Se basa en el
acceso igualitario, la evaluación objetiva de las condiciones y méritos y la formación
continua, como manera de contribuir a un mejor sistema de justicia penal.
La permanencia en el cargo está garantizada por la carrera del
Ministerio Público de la Acusación y ningún fiscal designado de acuerdo a este sistema
podrá ser removido, salvo en los casos que autoriza la ley.
El régimen de carrera del Ministerio Público de la Acusación se
ajustará a las normas de esta Ley y a la reglamentación respectiva.
CAPÍTULO 2.
SISTEMA DE CARRERA PARA OTROS INTEGRANTES DEL MINISTERIO PÚBLICO
DE LA ACUSACIÓN
CAPÍTULO 3.
AGENTES EXCLUIDOS DEL SISTEMA DE CARRERA DEL MINISTERIO PÚBLICO
DE LA ACUSACIÓN
TÍTULO V
CONDICIONES, DERECHOS Y DEBERES
FISCAL GENERAL, FISCAL REGIONAL, FISCAL Y FISCAL ADJUNTO Y DIRECTOR
ARTÍCULO 46. Prohibiciones. Les está vedado a quienes ejerzan la función de Fiscal
General, Fiscal Regional, Fiscal y Fiscal Adjunto, así como a quienes ejerzan la función
de Director de cualquiera de los Órganos de Apoyo:
1. Desempeñarse en la misma dependencia del Ministerio Público de la
Acusación dos o más agentes que sean entre sí cónyuges, convivientes o
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
4. Actuar como perito, síndico o cualquier otro cargo cuyo
nombramiento corresponda hacer a los tribunales o a las partes en
un proceso.
5. Solicitar o aceptar cualquier tipo de beneficio de parte de personas
con las cuales se relacione en razón del desempeño de sus
funciones.
6. Usar su autoridad o su influencia con fines distintos al
cumplimiento de sus funciones.
7. Ocupar tiempo de la jornada de trabajo o utilizar personal, medios
materiales o información del Ministerio Público de la Acusación
para fines ajenos a los institucionales.
ARTÍCULO 49. Deberes. El fiscal y fiscal adjunto, así como quienes ejerzan la función
de máxima autoridad de cualquiera de los órganos de apoyo tendrán las siguientes
obligaciones:
1. Cumplir con su trabajo con eficacia y eficiencia.
2. Observar una conducta pública y privada que no afecte la confianza en la
función que cumple el Ministerio Público de la Acusación.
3. Mantener reserva sobre los asuntos de la función fiscal cuando no estén
facultados para informar sobre estos.
4. Poner en conocimiento de sus superiores cualquier irregularidad que
adviertan en el ejercicio de su cargo o empleo.
ARTÍCULO 49. Derechos. El fiscal y fiscal adjunto, así como quienes ejerzan la
función de máxima autoridad de cualquiera de los órganos de apoyo tendrán los
siguientes derechos:
1. A la permanencia en el cargo mientras dure su buena conducta y se
desempeñe con eficacia y eficiencia, con excepción de los agentes
excluidos de la carrera.
2. A no ser asignado sin su consentimiento a funciones que exijan mudar su
residencia permanente.
3. A recibir capacitación adecuada para mejorar su desempeño y poder
ascender en la carrera.
4. A asociarse con otros fiscales o integrantes del Ministerio Público de la
Acusación, formando asociaciones en defensa de los intereses
profesionales o la participación en actividades de perfeccionamiento.
5. A obtener protección contra las amenazas o ataques de cualquier tipo,
derivados del ejercicio de su función.
TÍTULO VI
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
CAPÍTULO 1
SUJETOS COMPRENDIDOS
CAPÍTULO 3.
PROCEDIMIENTO
TÍTULO VII
CAPACITACIÓN
TÍTULO VIII
RÉGIMEN ECONÓMICO Y ADMINISTRATIVO
ARTÍCULO 65. Recursos. Son recursos del Ministerio Público de la Acusación, los
siguientes:
1. Las partidas establecidas en el presupuesto general.
2. Las donaciones y legados de personas e instituciones.
3. Los recursos provenientes de acuerdos interinstitucionales celebrados por
el Ministerio Público de la Acusación.
4. El recupero de costos o lo decomisado por sentencia condenatoria firme.
5. Otros que establezcan las leyes.
TÍTULO IX
DISPOSICIONES TRANSITORIAS Y COMPLEMENTARIAS
ARTÍCULO 68. Creación de cargos. Créanse por esta Ley los siguientes cargos del
Ministerio Público de la Acusación:
1. Un (1) cargo de Fiscal General.
2. Cinco (5) cargos de fiscal regional.
3. Un (1) cargo de Secretario General.
4. Un (1) cargo de Administrador General.
5. Un cargo (1) cargo de Auditor General de Gestión.
6. Un (1) cargo de Director de la Escuela del Ministerio Público de la
Acusación.
7. Los cargos de fiscales y fiscales adjuntos que se especifican en el Anexo I
de la presente Ley, que serán distribuidos por el Fiscal General por distrito,
previa consulta al fiscal regional de la circunscripción correspondiente.
El Fiscal General propondrá a la Legislatura, por intermedio del
Poder Ejecutivo, la creación de los cargos administrativos que resulten necesarios para el
correcto funcionamiento del Ministerio Público de la Acusación, siempre dentro de los
límites presupuestarios vigentes.
La Ley de Transición contemplará la transferencia de funcionarios
que actualmente se desempeñan como fiscales o auxiliares, o la conversión de cargos,
fijando las condiciones para tal procedimiento.
ARTÍCULO 69. Cobertura de cargos. Para la designación del Fiscal General y de los
fiscales regionales, dentro de los 60 días de la publicación de la presente Ley, el Poder
Ejecutivo pondrá en marcha el mecanismo pertinente.
La estructura del Ministerio Público a que refiere el ANEXO 1 de la presente se
cubrirá de acuerdo a las posibilidades presupuestarias y las necesidades de servicio.
H. Legislatura de la Provincia:
Se remite a vuestra consideración,
tratamiento y sanción el adjunto proyecto de Ley de Organización del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal.
La Ley Nº 12912 de Implementación
Progresiva del nuevo Sistema de Justicia Penal de la Provincia de Santa Fe establecida
por Ley 12.734 – Código Procesal Penal, dispone en su Artículo 13 que el Poder
Ejecutivo, dentro del plazo de ciento cincuenta (150) días remitirá a la Legislatura para su
tratamiento, entre otros, este proyecto de Ley de Organización del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal, de modo de posibilitar el ingreso a la segunda etapa del
proceso de instauración del Nuevo Sistema de Justicia Penal, que culminará con el
montaje de los actores institucionales principales.
La presentación del proyecto de marras ha
estado precedida por una serie de encuentros y reuniones con actores sociales y políticos
relevantes, orientados a la búsqueda de consensos y a indagar acerca de las
posibilidades políticas e institucionales respecto de las diferentes variantes posibles en el
diseño de la organización de un sistema de defensa penal adecuado para el Nuevo
Sistema de Justicia Penal de la Provincia de Santa Fe.
Asimismo, se ha procedido al análisis de
diversos antecedentes normativos e institucionales a través del estudio comparado de los
mismos.
Entre los antecedentes relevados, destacan
los materiales producidos en el marco del Plan Estratégico del Estado Provincial para la
Justicia Santafesina.
En tal sentido, hemos hecho nuestro a
cabalidad el eje central del modelo institucional adoptado en materia de Defensa Penal
en tanto se pregona la “organización de la defensa pública” orientada a la “efectiva
defensa de los derechos de los imputados”, reconociendo a la defensa privada de
confianza como el modelo a emular en la organización de la “defensa oficial” (de la
exposición de motivos del mensaje del Poder Ejecutivo Provincial 3223/06 del
Gobernador Obeid).
La ley 12.734 viene a plasmar
legislativamente el esfuerzo denodado por instaurar en nuestra Provincia un modelo
adversarial de Justicia Penal que reconoce sus inicios en los albores de la década del
ochenta, con la restauración de la democracia.
En el afán de profundizar dicho modelo,
hemos resuelto, por una parte, retomar las líneas del Plan Estratégico que consideramos
más funcionales al mismo.
Por otra parte, hemos estimado conveniente
apartarnos en muchos de sus lineamientos en cuanto hemos juzgado que los mismos se
apegan a organizaciones o diseños institucionales más tradicionales o cuyas notas
todavía responden a esquemas de orden más conservador o inquisitorial.
En dicho esfuerzo, hemos buscado asiento
en el estudio comparado de los procesos de reforma de la Justicia Penal que dan
comienzo hacia finales de la década del ochenta en toda la región latinoamericana,
movimiento que la sociología jurídica especializada ha podido explicar sistemáticamente,
con amplias bases de respaldo empírico que permiten hoy contar con una enorme “caja
de herramientas” llena de experiencias aprehendidas, de errores y desaciertos
pormenorizadamente descriptos y de aciertos y fortalezas que nos ayudan en esta nueva
empresa.
En tal sentido, algunos de los caminos no
aconsejables de los que buscamos apartarnos son:
i. Estructurar a los nuevos actores del Sistema de Justicia Penal bajo la lógica de
una organización refleja de los modelos organizacionales tradicionales del Poder
Judicial, equiparando instancias procesales con jerarquías funcionales y
estableciendo a los funcionarios de los nuevos organismos como accesorios de
los oficios judiciales (v gr. Defensor ante la Corte, Defensor de Cámara, Defensor
de Primera Instancia, etc.);
ii. Regular cuestiones relativas a la organización institucional de la “defensa oficial”
o del propio “Ministerio Público de la Acusación” dentro de los códigos de
procedimiento, a la vez que regular cuestiones de estricto procedimiento dentro
de las leyes de organización de los nuevos actores;
iii. En cuanto al tema específico de la defensa respecta, organizar a la misma bajo el
modelo de “defensores de pobres”, enraizado en una concepción filosófica de
tipo paternalista, en la que se concibe al defensor “asesor” como un
representante de incapaces, donde se equiparan como “causas” u origen de
dicha incapacidad a la pobreza, la minoridad o la discapacidad física o mental;
iv. Organizar el gobierno del servicio público de defensa bajo una jefatura conjunta
con Ministerio Público Fiscal o de la Acusación, sin reconocer la necesidad de
generar identidades institucionales diversas, de posibilitar la definición de metas
organizacionales específicas conforme a los fines políticos e institucionales de
cada institución y de alcanzar el tan anhelado equilibrio institucional republicano
de pesos y contrapesos al interior de los nuevos sistemas de justicia penal.
El proyecto que se presenta, busca
estructurar la organización de la defensa “oficial” sobre los siguientes pilares:
i. Necesidad sistemática de cobertura de la defensa técnica en todo proceso penal,
desde su génesis hasta sus fenecimiento;
ii. Reconocimiento del carácter esencialmente personal del ejercicio del derecho de
defensa material y de la posibilidad real de elección de un defensor de confianza
como segmento fundamental de dicho derecho;
iii. Declaración del interés público en el control de la calidad y cobertura de los
servicios legales de defensa técnica;
iv. Subsidiariedad, en tal sentido, del Servicio Público de Defensa Penal; y
v. Orientación prioritaria del Servicio Público de Defensa Penal hacia las personas
más vulnerables social y económicamente.
El proyecto contiene una declaración de los
principios que lo inspiran entre los cuales se reconoce la centralidad de la efectiva
cobertura de defensa penal técnica como condición de vigencia del derecho de defensa,
por oposición a los tradicionales modelos de defensa formal (Contestes con dicha idea
son las conclusiones de Danilo Kilibarda sobre proyecto de Ley de Ministerio Público del
Plan Estratégico).
También se reconoce el carácter
esencialmente personal e individual del ejercicio del derecho de defensa material,
caracterizando como objeto de interés público el control y monitoreo de la calidad de los
servicios de defensa penal técnica y no el propio ejercicio de la defensa, el cual se
reconoce articulado al servicio del interés privado de quien es titular de la defensa
material.
Es en esta línea que se recepta la idea que
la elección de un defensor de confianza es un segmento fundamental del derecho de
defensa.
De este modo, se concibe a la organización
de una “defensa oficial” como subsidiaria de la elección de un defensor de confianza.
Finalmente, se prescribe que el servicio
público de defensa penal debe orientarse prioritariamente a brindar cobertura de defensa
penal técnica a quienes no pueden designar un defensor de confianza porque su
situación de vulnerabilidad se los impide.
Sin perjuicio de esa orientación prioritaria, el
Servicio Público Provincial de la Defensa Penal deberá hacerse cargo de aquellos
imputados que no quieran, más allá de sus posibilidades, designar defensor, a los fines
del debido proceso y maguer el sistema de costas que se establezca para ese supuesto.
El proyecto cuenta con un Título Preliminar,
en el que se plasma la idea de que la calidad del servicio de defensa penal técnica es
una cuestión sobre la que se reconoce interés público. Ello es así, al menos, por dos
motivos:
1. El primero es de carácter sistemático, el nuevo ordenamiento
procesal se ocupa de resguardar en toda instancia la efectiva
asistencia técnica del sometido a proceso, generando un estricto
sistema de sanciones procesales para los casos de incumplimiento
de dichos dispositivos, por lo cuál, la efectiva prestación de
defensa penal técnica en todos y cada uno de los casos
procesados por el Nuevo Sistema de Justicia Penal debe ser
garantizada en orden a lograr un correcto funcionamiento del
mismo;
2. Por otra parte, en virtud del plexo de derechos actualmente
reconocidos a toda persona sometida a proceso, la efectiva
cobertura de defensa penal técnica supone un ejercicio de alto
nivel profesional y de dicha calidad de servicio depende su
vigencia efectiva, por tal motivo, en términos de sistema, se vuelve
importante garantizar un contralor y monitoreo más intenso por
parte de las instituciones involucradas en la vigencia del derecho
de defensa, a la vez que el otorgamiento de ciertas prerrogativas y
deberes a todo profesional que intervenga como defensor en un
caso penal (vgr. deber de colaboración en la producción de una
investigación independiente, facultades de contradicción, deber de
confidencialidad, interés prioritario del defendido, etc.).
El proyecto propone la creación de un
“Servicio Público Provincial de Defensa Penal”. Hemos preferido esta denominación por
sobre otras, como “Ministerio Público de la Defensa” por cuanto creemos que refleja más
cabalmente la concepción de que “lo público” no es la defensa, sino la prestación del
servicio de manera subsidiaria y el control de la calidad del mismo en una amplia franja
de casos.
Se crea al Servicio Público Provincial de
Defensa Penal como una persona pública autónoma y autárquica dentro del Poder
Judicial, bajo la idea de que la profundización de base de un modelo adversarial requiere
que cada una de las nuevas instituciones pueda desarrollar sus propios objetivos y metas
con absoluta independencia del resto de las instituciones involucradas (Conforme opinión
y conclusiones de Danilo Kilibarda sobre el proyecto de Ministerio Público del Plan
Estratégico).
Como adelantamos, se concibe al Servicio
prioritariamente orientado a brindar prestaciones a las personas que no puedan contratar
a un defensor de su confianza por carecer de medios para hacerlo, estableciendo incluso
un sistema de cobro de honorarios y costas cuando corresponda, bajo la idea de que no
hacerlo de este modo supone profundizar las desigualdades económicas también en este
ámbito (En concordancia con lo regulado por proyecto de Ley de Ministerio Público del
Plan Estratégico, Art. 34, inc. 20°).
A través de los principios generales de
actuación establecidos hemos buscado posibilitar una organización sumamente flexible y
eficiente. Por otra parte, hemos puesto hincapié en la necesidad de establecer como
destinatarios prioritarios del servicio a sus potenciales beneficiarios más vulnerables,
cuales son las personas privadas de su libertad, estableciéndose al respecto parámetros
mínimos de cobertura.
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO II
SERVICIO PÚBLICO PROVINCIAL DE DEFENSA PENAL
CAPÍTULO 1
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 13. Principios de actuación. Las personas miembros del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal ejercerán sus funciones con arreglo a los siguientes
principios:
1. Interés predominante de las personas defendidas. Los profesionales
asignados a la defensa de un caso penal se encuentran funcionalmente
sujetos al interés y voluntad informada de la persona destinataria de sus
servicios técnicos, dentro de los límites legales.
2. Autonomía funcional. En el ejercicio de sus funciones, los defensores
gozan de autonomía funcional, no pudiendo recibir influencias o presiones
externas al Servicio o provenientes de las autoridades del mismo, en tanto
excedan las facultades acordadas por la presente Ley.
3. Probidad. En el ejercicio de sus funciones, las personas miembros del
Servicio Público Provincial de Defensa Penal deberán cumplir y procurar
hacer cumplir las Constituciones Nacional y Provincial y las leyes y
tratados vigentes, en particular los referidos a la protección y defensa de
los Derechos Humanos.
4. Actuación estratégica. El Servicio Público Provincial de Defensa Penal, a
través de sus órganos correspondientes, fija estrategias políticas
generales, estableciendo los intereses prioritarios que guían la asignación
de sus recursos.
5. Transparencia. El Servicio Público Provincial de Defensa Penal garantizará
la transparencia de su actividad, informando los criterios que orientan su
actuación y los resultados de su gestión. Toda la información de interés
público producida por el Servicio Público Provincial de Defensa Penal
deberá ser accesible a través de una página web oficial u otro medio
tecnológico equivalente.
6. Flexibilidad. Los modelos de organización y gestión del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal, serán eminentemente flexibles, orientados
por objetivos y sujetos a seguimiento y ajustes permanentes.
7. Eficiencia y Desformalización. El Servicio Público Provincial de Defensa
Penal será pro activo en la evitación de trámites innecesarios. Tomará
acciones tendientes a hacer público y revertir todo funcionamiento
burocratizado de los órganos del Sistema de Justicia Penal.
8. Especialización y trabajo en equipo. La organización del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal garantizará la especialización de sus
componentes para el mejor cumplimiento de sus fines y la conformación de
equipos de trabajo que potencien la capacidad de acción de sus órganos,
evitando en todo momento la sectorización por compartimentos estancos.
9. Responsabilidad diferenciada. Las personas miembros del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal serán personalmente responsables por su
desempeño en el ejercicio de la defensa técnica de un caso y
responsables, según sus funciones y facultades, en relación con los
resultados de la gestión de la oficina o equipo de trabajo al que
pertenezcan.
10.Capacitación Continua. El Servicio Público Provincial de Defensa Penal
garantizará la formación permanente de sus miembros.
11. Calidad en la atención al público. El Servicio Público Provincial de Defensa
Penal garantizará a las personas destinatarias de sus servicios, a sus
familiares y allegados a las mismas un trato de excelencia, correspondiente
con su dignidad humana y su especial condición de vulnerabilidad evitando
en todo momento someter a las mismas a demoras innecesarias y
brindándoles toda la información que requieran.
CAPÍTULO 2
FUNCIONES
ARTÍCULO 16. Funciones principales. Son funciones principales del Servicio Público
Provincial de Defensa Penal:
1. Garantizar a toda persona sometida a persecución penal estatal una
defensa técnica de calidad, orientado prioritariamente a aquéllas que por
carecer de medios económicos no puedan designar a una defensora o un
defensor de su confianza.
2. Promover la vigencia efectiva de los Derechos Humanos, particularmente
respecto de todas las personas cuya libertad se vea amenazada o afectada
efectivamente.
3. Construir estrategias generales de política institucional con el objeto de
garantizar el resguardo de la vigencia de las garantías procesales
establecidas por las Constituciones Nacional y Provincial y las leyes dictadas
en su consecuencia.
4. Defender la utilización subsidiaria y racional de las penas por parte de los
órganos encargados de la administración de la Política Criminal Estatal.
5. Tomar acciones en el marco de sus fines para potenciar la utilización de
medios no adversariales de solución de conflictos penales, como la
conciliación y la mediación.
6. Promover la cooperación local, regional, nacional e internacional para la
protección y defensa de los Derechos Humanos, especialmente aquellos
amenazados por la persecución penal.
7. Inspeccionar periódicamente los establecimientos en que se mantengan
personas sometidas a encierro, con el objeto evaluar su estado general y las
condiciones de respeto de los derechos de las personas mantenidas en
cautiverio.
8. Dentro del primer trimestre de cada año, informar públicamente sobre la
gestión realizada en el año anterior.
El Servicio Público Provincial de Defensa Penal no intervendrá en
asuntos de índole extrapenal, que quedarán a cargo de los órganos correspondientes
conforme a la Ley Orgánica del Poder Judicial N° 10160.
CAPÍTULO 3
ORGANIZACIÓN
CAPÍTULO 4
DEFENSOR PROVINCIAL
CAPÍTULO 5
CONSEJO DEL SERVICIO PÚBLICO DE DEFENSA PENAL
CAPÍTULO 6
CUERPO DE DEFENSORES
ARTÍCULO 29. Defensores públicos. Los defensores públicos son los funcionarios
del Servicio Público Provincial de Defensa Penal encargados prioritariamente de brindar
defensa penal técnica a las personas que por su condición de vulnerabilidad no pueden
designar a un abogado de su confianza o que decidan no designar defensor, y
subsidiariamente de cubrir el resto de los servicios profesionales brindados por el Servicio
conforme a lo dispuesto por la presente ley.
El defensor público deberá ser ciudadano argentino, tener, por lo
menos, veinticinco años de edad, poseer título de abogado con una antigüedad mínima
de cuatro años y dos años de residencia inmediata en la Provincia si no hubiere nacido
en ésta.
Tiene estabilidad en el cargo. Será designado previo concurso de
oposición y antecedentes conforme la reglamentación a dictarse mediante el mismo
procedimiento previsto en esta ley para el Defensor Provincial. Asimismo, será removido
de su cargo mediante el mismo procedimiento y las mismas causales previstas en esta
ley para el Defensor Provincial.
CAPÍTULO 7
ADMINISTRACIÓN GENERAL
CAPÍTULO 8
ESTRUCTURA AUXILIAR.
CAPÍTULO 9
ÓRGANOS DISCIPLINARIOS
TÍTULO III
RÉGIMEN DISCIPLINARIO
CAPÍTULO 1
SUJETOS COMPRENDIDOS
CAPÍTULO 2
FALTAS Y SANCIONES
ARTÍCULO 39. Sanciones. Los sujetos previstos en el artículo 36, podrán ser pasibles
de las siguientes sanciones disciplinarias:
1. Amonestación, por faltas leves.
2. Multa de hasta el 5% de su sueldo, por la reiteración de hasta cuatro (4)
faltas leves.
3. Suspensión del cargo o empleo hasta por treinta (30) días sin goce de
sueldo.
4. Destitución.
Las sanciones de suspensión o destitución sólo procederán por la
comisión de faltas graves. La sanción deberá adecuarse a la naturaleza y gravedad de la
falta y a la jerarquía y antecedentes del funcionario.
Para el caso de destitución el órgano que aplique la sanción podrá
adicionarle una inhabilitación para acceder al Servicio Público Provincial de Defensa
Penal por un plazo que no podrá exceder de diez (10) años.
CAPÍTULO 2
PROCEDIMIENTO
TÍTULO IV
RECURSOS HUMANOS
CAPÍTULO 1
SISTEMA DE CARRERA
CAPÍTULO 2
SISTEMA DE CARRERA PARA OTROS INTEGRANTES DEL SISTEMA PÚBLICO
PROVINCIAL DE DEFENSA PENAL
CAPÍTULO 3
AGENTES EXCLUIDOS DEL SISTEMA DE CARRERA
TÍTULO V
CONDICIONES, DERECHOS Y DEBERES.
TÍTULO VI
RÉGIMEN ECONÓMICO Y ADMINISTRATIVO
ARTÍCULO 62. Recursos. Son recursos del Servicio Público Provincial de Defensa
Penal los siguientes:
1. Las partidas establecidas en el presupuesto general.
2. Las donaciones y legados de personas e instituciones.
3. Las costas percibidas por los servicios prestados por los Defensores del Servicio
Público Provincial de Defensa Penal, cuando corresponda.
4. Los recursos provenientes de acuerdos interinstitucionales celebrados por el
Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
5. Otros que establezcan las leyes.
ARTÍCULO 66 Creación de cargos. Créanse por esta Ley los siguientes cargos del
Servicio Público Provincial de Defensa Penal:
1. Un (1) cargo de Defensor Provincial.
2. Cinco (5) cargos de defensor regional.
3. Un (1) cargo de administrador general.
4. Los cargos de defensores públicos y defensores públicos adjuntos que se
especifican en el Anexo I de la presente Ley, que serán distribuidos por el
Defensor Provincial por distrito, previa consulta al defensor regional de la
circunscripción correspondiente.
El Defensor Provincial propondrá a la Legislatura, por intermedio del
Poder Ejecutivo, la creación de los cargos administrativos que resulten necesarios para el
correcto funcionamiento del Servicio Público Provincial de Defensa Penal, siempre dentro
de los límites presupuestarios vigentes.
La Ley de Transición contemplará la transferencia de funcionarios
que actualmente se desempeñan como defensores o auxiliares, o la conversión de
cargos, fijando las condiciones para tal procedimiento.
ARTÍCULO 70. Téngase presente que a los fines de los artículos 34 y 54 resultan
aplicables al momento de la sanción de la presente las leyes 10160 y 11196, según
corresponda, debiendo entenderse que las facultades y atribuciones que esa normativa le
adjudica a la Corte Suprema de Justicia corresponden al Defensor Provincial.
H. LEGISLATURA DE LA PROVINCIA
Se remite a vuestra consideración,
tratamiento y sanción el adjunto proyecto de Ley de Programa de Acompañamiento y
Protección a Testigos y Víctimas.
La Constitución de la Provincia reconoce la
dignidad de la persona humana y establece que todos los órganos del poder público
están obligados a respetarla y protegerla, siendo el efectivo resguardo de la integridad
física, psíquica y la seguridad personal de todos los habitantes de la Provincia una
responsabilidad inexcusable del Estado y del Gobierno.
Esa protección resulta imprescindible para
aquellos ciudadanos que prestan colaboración con la administración de justicia, y cuyo
aporte es esencial para evitar la impunidad y garantizar una recta aplicación de las leyes,
posibilitando de esta manera la paz social.
En tal sentido, es fundamental generar en
aquellos individuos que por su intervención o colaboración en un proceso penal se
encuentran en riesgo de sufrir hostigamientos, represalias y perjuicios de la más diversa
índole, plena confianza en las instituciones y el sistema penal, de tal forma que se
asegure la activa participación de los mismos en la administración de justicia, como
sucede al fortalecer la normativa legal destinada a brindar un marco efectivo y eficiente
de protección de testigos y víctimas.
Disposiciones Generales
ARTICULO 1. Objeto de la ley. Esta Ley tiene por objeto crear el Programa de
Acompañamiento y Protección a Testigos y Víctimas en procesos penales, a los fines de
implementar medidas de asistencia y protección dirigidas a quienes se encuentren en
situación de riesgo o peligro cierto como consecuencia de su intervención como testigos
o víctimas de un delito o participación en un proceso penal.
ARTICULO 4. Principios básicos. Las medidas que se dispongan se regirán por los
siguientes principios básicos:
1. Consentimiento expreso de los sujetos protegidos para ingresar al
sistema y su conformidad con las reglas que lo regulan previo a la
implementación de las medidas que se dispongan.
2. Temporalidad adecuada a las circunstancias y causales que
justifiquen las medidas de acompañamiento, asistencia y/o
protección.
3. Fundamento de la protección, en tanto deben verificarse los nexos
entre la participación procesal de testigos y víctimas y los factores
de amenazas y riesgos sobre los mismos.
4. Proporcionalidad entre el nivel de riesgo en que se encuentra la
persona destinataria y las medidas que se adopten para su
protección, y los recursos disponibles del programa, dentro del
marco de respeto a sus garantías constitucionales.
5. Celeridad en la adopción efectiva e inmediata de las medidas de
protección, con eliminación de obstáculos burocráticos que
vulneran su concreción oportuna.
6. Solidaridad, en tanto las entidades privadas, organizaciones no
gubernamentales y demás miembros de la sociedad colaborarán
con el programa para aplicar las medidas de seguridad y la
asistencia necesaria para una adecuada protección.
7. Gratuidad de las medidas adoptadas para los destinatarios de la
protección.
8. Confidencialidad de la información vinculada con la aplicación de
las medidas de protección, las que tendrán carácter reservado,
debiendo los funcionarios, empleados y toda otra persona
vinculada a la ejecución del presente programa guardar secreto de
las mismas. El secreto se extiende a los datos relativos al honor,
modo de vida e intereses privados y/o cualquier otra información
de los beneficiarios del programa que los intervinientes conocieren
en el ejercicio o en ocasión de sus funciones. Dicha información
será considerada secreta a todos los efectos legales.
TÍTULO II
CLASES Y MEDIDAS DE PROTECCIÓN
TÍTULO III
DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LAS PERSONAS PROTEGIDAS
TITULO IV
ÓRGANOS Y COMPETENCIAS
TITULO V
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
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