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LA REBELIÓN DE SAMAEL

a. Algunos dicen que la serpiente de Edén era Satán disfrazado; o sea el arcángel Samael.
Se rebeló en el Sexto Día, impulsado por unos celos abrumadores de Adán, a quien Dios
había ordenado que adorasen todos los habitantes del Cielo. El arcángel Miguel obedeció sin
demora, pero Samael dijo: "¡Yo no adoraré a ningún ser inferior! Cuando Adán fue hecho,
yo estaba ya perfeccionado. ¡Que él me adore a mí más bien!" Los ángeles de Samael
accedieron y Miguel les advirtió: "¡Cuidado con la ira de Dios!1. Samael replicó: "Si Él se
muestra irritado, yo pondré un trono sobre las estrellas y me proclamaré el Supremo."
Entonces Miguel arrojó a Samael del Cielo a la tierra, donde, sin embargo, continuó tramando
contra la voluntad de Dios

b. Otros dicen que cuando todos los ángeles se habían puesto obedientemente a los pies de
Adán, Samael le dijo a Dios: "Señor del Universo, Tú nos creaste con el esplendor de Tu
gloria, ¿Debemos adorar, por consiguiente, a un ser formado con polvo?"' Dios replicó: "Sin
embargo, esta criatura, aunque fue formada con polvo, te supera en sabiduría e inteligencia
' Samael le desafió: "¡Ponnos a prueba!" Dios dijo: "He creado los animales, las aves y los
reptiles. Desciende y ponlos en fila, y si puedes darles los nombres que yo les habría dado,
Adán rendirá homenaje a tu sabiduría. Pero si no puedes hacerlo y él lo hace, tendrás que
rendir homenaje a la de él ." En Edén, Adán rindió homenaje a Samael, a quien tomó
equivocadamente por Dios. Pero Dios le hizo levantarse y preguntó a Samael: "¿Serás tú el
primero que dé nombres a esos animales o será Adán?" Samael contestó: "Seré yo, pues soy
el mayor y el más sabio." Inmediatamente Dios puso bueyes delante de él y le preguntó:
"¿Cómo se llaman?" Cuando Samael guardó silencio Dios alejó a los bueyes. Luego le
presentó un camello y después un asno, pero Samael no pudo dar nombre a ninguno de
ellos, Luego Dios puso comprensión en el corazón de Adán y le habló de manera que la
primera letra de cada pregunta indicaba el nombre del animal. Así tomó unos bueyes y dijo
: "Bueno, abre tus labios, Adán, y dime su nombre." Adán contestó: "Bueyes." A continuación
le mostró un venado y le dijo : "Ven, dime el nombre de éste." Adán contestó: "Venado,"
Por fin Dios le mostró un asno: "¿Aspiras a nombrar a éste?" Adán contestó: "Es un asno."
Cuando Samael vio que Dios había instruido a Adán gritó indignado. "¿Gritas?", le preguntó
Dios. "¿Cómo no he de gritar —replicó Samael— si Tú me creaste con Tu Gloria y luego has
dado inteligencia a una criatura hecha con polvo?" Dios dijo : "¡Oh, malvado Samael! ¿Te
asombra la sabiduría de Adán? ¡Sin embargo, él ahora preverá el nacimiento de sus
descendientes y dará a cada uno su nombre hasta el Día del Juicio!"2 Dicho eso, arrojó del
Cielo a Samael y a sus ángeles ayudantes. Samael se asió a las alas de Miguel y lo habría
arrastrado a él también hacia abajo si Dios no hubiera intervenido3.

c. Algunos dicen que Satán no era Samael, sino el Príncipe de las Tinieblas parecido a un
buey que se había opuesto a la voluntad creadora de Dios inclusive antes que Él ordenara
"¡Haya luz!" Cuando Dios dijo : "¡Fuera de aquí! ¡Crearé Mi mundo con la luz!", el Príncipe
preguntó: "¿Por qué no con la oscuridad?" Dios
replicó: "¡Cuidado, no sea que te domine con un grito!" El Príncipe, poco dispuesto a
reconocerse inferior a Dios, fingió estar sordo. Entonces el grito de Dios lo dominó, como Él
había amenazado, Samael y sus ángeles fueron confinados en un calabozo oscuro, donde
todavía languidecen con los rostros macilentos y los labios sellados; y ahora se los llama los
Veladores5. El Día del Juicio Final el Príncipe de las Tinieblas se declarará igual a Dios y
pretenderá haber tomado parte en la Creación, jactándose: "¡Aunque Dios hizo el Cielo y la
Luz, yo hice las Tinieblas y el Abismo!" Sus ángeles lo apoyarán, pero los fuegos del Infierno
ahogarán su arrogancia

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