Los aztecas y la filosofía náhuatl en “La noche boca arriba”
Kelly Morris (‘04)
En su libro Julio Cortázar, Evelyn
Garfield menciona un artículo escrito por Julio
Cortázar que se llama “Algunos aspectos del
cuento.” En el artículo, Cortázar compara la
novela con la película, y el cuento con la
fotografía. Una novela, como una película, tiene
un orden detallado. Tiene muchos pedazos,
como un rompecabezas, que al final, cuando
están juntos, forman una historia completa. Por
otra parte, una foto es limitada e inmóvil. Es un
fragmento, y nosotros no podemos saber qué
existe fuera del margen. Sólo podemos imaginar
lo que se encuentra dentro el marco (Garfield,
Cortázar 13).
Pensando en esto, se puede decir que el
intento de Cortázar al escribir cuentos como “La
noche boca arriba” fue demostrar a los lectores
que la vida humana también es como una foto.
En “La noche boca arriba,” existe un personaje
que en un mundo está herido y en otro mundo
está a punto de morir. Sólo podemos saber la
verdad de lo que pasa en los dos mundos que el
protagonista ocupa en varios momentos. En
otras palabras, no se puede saber cuál de las
realidades coexistentes es el sueño, ni tampoco si
el protagonista se va a despertar de una pesadilla
o si está viviendo la pesadilla. ¿El protagonista
va a morir al final? ¿Y si muere, qué pasará
después?
Igualmente, en nuestras vidas cortas,
sólo podemos saber lo que experimentamos
individualmente. No podemos entender qué
pasó antes de nuestras vidas y qué va a pasar
después. Además, a veces nuestros sueños
parecen tan reales que no podemos distinguir
entre el sueño y la realidad hasta que nos
despertemos. Lo que sugiere Cortázar es que
donde la vida y el sueño terminan es la muerte y
lo desconocido—lo que está fuera de la imagen
capturada en la foto.
Cortázar fue influido por los surrealistas
franceses, y esto tiene que ver con su sus ideas
hacia la realidad y el sueño. Evelyn Garfield
define el surrealismo así:
“El surrealismo francés tiene
como base esencial de su visión
del mundo la creencia en una
realidad dual. Por un lado existe
la realidad visible, la realidad
razonable en el ámbito de la
vigilia y la conciencia...Por otro
lado hay la realidad intuída, la
realidad de la imaginación en el
ámbito del deseo y de la
subconciencia” (Garfield, ¿Es
Julio Cortazar un surrealista?
13).
Es precisamente esta “realidad intuida,” influida
por la imaginación, y el deseo que causa que una
persona cuestione lo que existe fuera de sus
pensamientos y de sus sentidos físicos lo que
forma su experiencia humana. Los sueños
pueden sugerir otro tipo de realidad. Lo que no
se puede entender produce un dolor psicológico
que inspira a alguien a hacer un esfuerzo para
explicar lo inexplicable.
Estos sentimientos son parecidos a la
filosofía náhuatl que aparece en la poesía de
Nezahualcóyotl. Esta poesía cuestiona la
condición transitoria de la vida y se preocupa de
lo que pasa después de la muerte. En “La noche
boca arriba”, Cortázar sugiere una conexión
entre su propia visión sobre la muerte y lo
desconocido, y la visión que existió entre
algunos miembros de la sociedad azteca. En el
cuento, la presencia de la “guerra florida” — que
fue un evento real de la historia azteca — le da
una mayor autenticidad histórica a la vida
indígena del protagonista. Entonces, lo que
aparece como un sueño de un hombre moderno
tiene aspectos verdaderos que se pueden
encontrar en el pasado, y sirve a la vez para crear
la verisimilitud en un cuento que, sin la presencia
de estos hechos históricos, sería pura fantasía.
Edelweis Serra cita en un ensayo sobre
“La noche boca arriba” una descripción de la
práctica azteca de sacrificar a los seres humanos:
Huitzilopochtli, el dios tribal
de los tenochca . . . encarna a
la vez al dios de la guerra y a
una manifestación del Sol, amo
del mundo. El Sol tiene
hambre y sed; sólo lo alimenta
la carne de los enemigos, solo
se refresca con la sangre de los
enemigos; para saciarlo es
necesario ofrendarle
regularmente victimas
propicitatorias elegidas entre
los prisioneros.
Morris 1
Durante los períodos de paz, ocurrieron las
guerras floridas, o xochiyaoyotl, para producir
los prisioneros (Serra 165). Entonces, las
guerras floridas fueron batallas que sirvieron
para capturar a seres humanos para sacrificarlos
al dios Huitzilopochtli (Berdan 105, 109).
Se puede comparar la experiencia del
protagonista de enfrentarse con la realidad de la
muerte con los pensamientos que tenían
Nezahualcóyotl y otros pensadores dentro de la
cultura azteca. El indio que sueña que está en
otro lugar mientras está a punto de morir se
asemeja a los filósofos de la cultura náhuatl que
también lidiaron con las inquietudes en torno a la
realidad y la muerte, y cómo se puede evitarlas si
esta realidad se convierte en algo incómodo. Por
estos medios, el cuento de Cortázar abarca la
filosofia azteca/náhuatl.
La vida como un fragmento lleno de
incertidumbre — como un estado incompleto —
fue un gran tema de la poesía náhuatl, en
particular de los poemas de Nezahualcóyotl, el
rey y filósofo azteca que vivió en una cultura
donde la muerte fue muy visible en la vida
cotidiana en la forma de los frecuentes sacrificios
humanos. Por eso, tiene sentido que algunos de
los aztecas y sus vecinos habrían sido
preocupados sobre la relación entre la vida y la
muerte. Nezahualcóyotl gobernó el pueblo de
Texcoco, que fue un aliado de los aztecas. Al
mismo tiempo, “en su vida personal se apartó del
culto a los dioses de la religión oficial y se
opuso, hasta donde le fue posible, al rito de los
sacrificios de hombres” (León-Portilla, Trece
Poetas 59-60). Esta incomodidad ante la religión
dominante de su cultura resultó en la formación
de una filosofía que trató de explicar una
realidad aparte. Cuando la religión fracasa al
intentar definir el propósito de la vida, hay que
inventar otra explicación.
Miguel León-Portilla escribe en su libro
Aztec Thought and Culture que los que tenían
dudas sobre la religión dominante tuvieron que
redefinir su noción del mundo. Por eso, ellos
crearon cantos en que aparece la idea recurrente
que la estabilidad y la permanencia no existen en
el mundo — no hay un escape del sueño que es
la vida (León-Portilla, Aztec Thought 6-7). Pero
al mismo tiempo que mantenían este pesimismo,
ellos también trataban de crear otra ideología
para sustituir la ideología vieja. León-Portilla
escribe en su libro Trece poetas del mundo
azteca que los temas de la poesía de
Nezahualcóyotl fueron:
del tiempo o fugacidad de cuento
existe, la muerte inevitable, la
posibilidad de decir palabras
verdaderas, el más allá y la
región de los descarnados, el
sentido de ‘flor y canto’, el
enigma del hombre frente al
Dador de la vida, la posibilidad
de vislumbrar algo acerca del
“inventor de si mismo, y . . . los
problemas de un pensamiento
metafísico por instinto que ha
vivido la duda y la angustia como
atributos de la propia existencia
(León-Portilla, Trece poetas 64).
Se puede encontrar muchos de estos
temas en el cuento “La noche boca arriba” de
Julio Cortázar. La muerte inevitable, o la
fugacidad de la vida, aparecen en el protagonista
que está herido en un accidente en su motocicleta
y tiene que ir al hospital. Su cuerpo se hace muy
débil, y él empieza a tener sueños provocados
por su condición física y la anestesia que usan
los doctores. En los sueños, hay una
preocupación con la muerte. Su herida simboliza
la fragilidad de la vida, algo que hace que el
protagonista se enfrente con la muerte; al final, el
protagonista parece ser un indio antiguo en vez
de un hombre moderno, y está al borde de la
muerte. La inversión del cuento pone el
protagonista dentro de su pesadilla, como si la
pesadilla fuera la realidad. Si se considera la
pesadilla como la realidad, la muerte al final es
como el margen de una foto. No sabemos qué
pasa fuera del margen y tampoco sabemos nada
de lo que pasa después de la última palabra del
cuento. Si la pesadilla no es la realidad,
podemos considerar la muerte al final del cuento
como una metáfora de lo desconocido. Para
evitar su propia muerte, el indio tiene un sueño
en que no está muriendo.
Tal como el protagonista indígena
inventa un sueño para escaparse de una muerte
inevitable, Nezahualcóyotl también demostró su
preocupación con la idea de evitar la muerte. En
un poema que León-Portilla incluye en su libro
Trece poetas del mundo azteca, Nezahualcóyotl
reconoce su propia mortalidad: “No para siempre
en la tierra:/sólo un poco aquí” (León-Portilla,
Trece poetas 65). En otro poema,
Nezahualcóyotl lamenta “somos mortales”;
“como una flor, /nos iremos secando/aquí sobre
la tierra”; “Tendremos que desaparecer, /nadie
habrá de quedar” (León-Portilla, Trece poetas
66). Sus palabras se convierten en su “sueño” de
un mundo quizás donde el Dador de la Vida se
convierte en una figura como los doctores del
Morris 2
mundo moderno. Cuando la muerte es
inminente, el Dador de la Vida ayuda al
individuo a llegar a un lugar de curación y paz.
La poesía y la filosofía — nuestros sueños — se
convierten en la curación de nuestras dudas sobre
la vida.
El cuento “La noche boca arriba” de
Julio Cortázar es como los poemas de “flor y
canto” de los poetas aztecas. Pero en vez de
servir sólo como este tipo de poema, el cuento
sirve para describir el proceso psicológico en que
alguien empieza a formar una noción del mundo
en que la muerte no es algo completamente
misterioso, sino una fuente de recursos para
evitar la muerte — pensamientos sobre otra
realidad que existe aparte de nuestra concepción
de la muerte, o quizás simplemente la idea de
una vida cíclica que se repite como los sueños
nocturnos y las experiencias tangibles de cada
día.

Prepared for Prof. Steven F. White

In Spanish 334

Morris 3
Bibliografía
Berdan, Frances F. The Aztecs of Central
Mexico. New York: Holt, Rinehart and
Winston, 1982.

Cortázar, Julio. “La noche boca arriba.” Final

del juego 12th ed. Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 1971.

Garfield, Evelyn Picon. ¿Es Julio Cortázar un

surrealista? Madrid: Editorial Gredos,
1975.

Garfield, Evelyn Picon. Julio Cortázar. New

York: Frederick Ungar Publishing Co.,
1975.

León-Portilla, Miguel. Aztec Thought and

Culture. Norman: University of Oklahoma
Press, 1963.

___. Trece poetas del mundo azteca. México:

Sepsetentas, 1972.

Serra, Edelweis. “El arte del cuento: ‘La noche

boca arriba’.” Estudios sobre los cuentos
de Julio Cortázar. Ed. David
Lagmanovich. Barcelona: Ediciones Hispana,
1975.

Morris 4