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El Juicio Monitorio

EN EL DERECHO PROCESAL LABORAL CHILENO


DOGMÁTICA Y PRAXIS
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© RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

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Inscripción Nº, año 2011
Santiago de Chile

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en el mes de de 2011

Impreso en Talleres Propios

ISBN 978-956-8285-

Impreso en Chile / Printed in Chile


RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

El Juicio
Monitorio
EN EL DERECHO PROCESAL
LABORAL CHILENO
DOGMÁTICA Y PRAXIS

EDICIONES JURÍDICAS DE SANTIAGO


INTRODUCCIÓN

Hace aproximadamente un siglo y medio el gran jurista Rudolf


Von Ihering afirmaba lo siguiente:
“El derecho existe para realizarse. La realización es el ele-
mento que otorga vida y verdad al derecho, es el derecho
en sí mismo. El derecho que no se traduce en realidad, que
únicamente se encuentra sobre el papel, en las leyes, no es
sino un pseudoderecho, vana palabrería. Por el contrario lo
que se plasma en derecho es derecho, aunque no aparezca
en ninguna ley y el pueblo y la comunidad científica aún no
se hayan percatado de ello.
No es, por tanto, el contenido abstracto de las leyes, ni
la justicia y moralidad teóricas lo que determina el valor del
derecho, sino su objetivación en la vida, la decisión con que
realiza e impone todo aquello que considera y proclama ne-
cesario.
Sin embargo, no sólo se trata de realizar el derecho. Tam-
bién cuenta la manera en que ello se lleva a cabo. ¿De qué
sirve realizar el derecho de forma eficaz e inapelable, si la
lentitud y aparatosidad impiden que el que apela al derecho
sólo llega a encontrarlo cuando esté en la tumba?
¿Es posible determinar la manera en que debe realizarse
el derecho? Creo que si. La realización del derecho es más
una cuestión formal que material. Por muy diverso que sea el
contenido material de los distintos derechos, la realización
de éstos puede y debe ser siempre la misma. Existe en esta
relación un ideal, al que debe tratar de aproximarse cada de-
recho, y que definiría mediante dos requisitos: por una parte,


EL JUICIO MONITORIO

la realización debe ser ineluctable, por ende regular y eficaz.


Por otra parte debe ser sencilla y rápida”.
Hace mucho menos tiempo que ese, el Estado de Chile (hace
poco más de una década) comenzó un progresivo ajuste de su
derecho interno, particularmente de sus sistemas de enjuiciamien-
to, a los estándares del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos. Como todo el mundo sabe, esos ajustes dicen relación
con diversos aspectos de los procedimientos que estaban vigentes
en Chile antes de las sucesivas reformas a nuestro sistema jurídico,
la mayor parte de los cuales se referían a garantías básicas del
proceso. Pero esos cambios no estaban inspirados, ni se referían
únicamente, a la necesidad de respetar los Derechos Humanos,
sino que guardaban relación con una evidente crisis de legitimidad
del sistema legal en su conjunto, que se hacía particularmente
visible en el sistema judicial, y una creciente falta de capacidad del
sistema para resolver la cantidad y tipo de demandas de la ciuda-
danía en los más diversos ámbitos del quehacer nacional. Dicho
en otros términos, no sólo se trataba de realizar ajustes normativos
con miras a la satisfacción de los estándares del debido proceso
(algo de por si altamente valioso y difícil de concretar), sino
también y conjuntamente con aquéllo, de redefinir y reorganizar
la función judicial en términos más compatibles con su sentido
institucional en un estado democrático de derecho. La estrategia
básica de estos cambios ha sido el reemplazo de procedimientos
escritos por procedimientos orales, públicos y adversariales y la
sustitución de sistemas de prueba tasada por otros basados en la
apreciación crítica racional de la misma.

  Rudolf Von Ihering, Teorie der juristuchen Technik, en Geist des rómischen

Rechts auf den varschiedenen stufen seiner Enntwincklung, tomo 2.2[1858],


Scientia Verlag, Aalen, 1968 pp. 322 (trad. de Sergio Sanjosé).
  Desde luego el más vistoso de estos “ajustes” fue el reemplazo del sistema

inquisitivo por uno de corte acusatorio en el ámbito del proceso penal que supuso
la superación de la aberrante situación del juez que investigaba, acusaba y que
luego era llamado a resolver jurídicamente el mérito de su propia acusación. Pero
ese no fue el único y ni el más importante de los cambios: En general nuestro
sistema padecía (y en algunos campos todavía padece) serios problemas vincula-
dos a la idea misma de un estado de derecho, desde que los asuntos que nuestro
sistema judicial era llamado conocer y resolver lo eran por personas distintas al
juez competente para hacerlo (funcionarios asistentes) y la función judicial se
impartía bajo modalidades procedimentales que literalmente “daban la espalda”
a los ciudadanos justiciables.


INTRODUCCIÓN

Debe ser esclarecido que los cambios a los que se ha hecho


referencia están aún en curso. Si se los considera desde el
punto de vista estrictamente normativo, las leyes de procedi-
miento, ahora procesales, no han acabado de ser reemplaza-
das, quedando pendiente, entre otras, la importante reforma
al proceso civil. Pero incluso si dichas leyes ya hubiesen sido
hechas, no puede afirmarse que su sola promulgación realiza
los cambios que propugnan, puesto que como dice Ihering la
letra del derecho no lo realiza. En efecto, no puede ser pasado
por alto que el mero cambio normativo no realiza por si solo
los cambios que consigna y, aunque pudiera parecer obvio, los
cambios de la cultura jurídica se pueden considerar realizados
cuando forman parte del conjunto de “usos significativos” de
los agentes públicos encargados de dichos cambios y de la ciu-
dadanía que es destinataria de esos cambios en la forma de un
haz de derechos y garantía efectiva de los mismos. En otras
palabras, un verdadero cambio de nuestra cultura jurídica pue-
de considerase exitoso si la lógica de los cambios normativos,
si sus principios, integran las razones de los actos formulados
por los agentes públicos y la ciudadanía en general, i.e., si el
sentido general de esas normas, sus razones subyacentes, son
usados como razones que justifican los actos de los órganos
públicos y, en particular, si son usadas para justificar decisiones
jurisdiccionales. Desde este punto de vista, el tránsito de los
sistemas de enjuiciamiento hacia modalidades más compatibles
con un estado democrático de derecho es un proceso que aún
está lejos de considerase concluido.

 Un ejemplo ilustrativo es lo que ha ocurrido con la “reforma procesal

penal”: En general tanto los jueces como los demás “intervinientes” de los jui-
cios penales están persuadidos del sentido garantista de los cambios lo que se
traduce en cambios conductuales concretos: estándares de culpabilidad estrictos,
inviolabilidad de la defensa, etc. i.e., las normas del código procesal penal han
sido, de hecho, usadas de la forma buscada por el legislador al realizar el cambio
normativo. El ejemplo funciona en sentido inverso para explicar la “opinión
pública” ante el fenómeno. En efecto, la ciudadanía en general no parece estar
persuadida del valor constitucional de exigir que la privación de libertad sea
consecuencia de un juicio público en el que se acredita, más allá de toda razo-
nable, la culpabilidad del imputado. El éxito relativo del “populismo punitivo”
expresado en la demanda para poner fin a la “puerta giratoria”, es una muestra
patente de que el cambio cultural perseguido no ha alcanzado a convertirse en
consciencia social acerca de la importancia moral y jurídica de un estado limitado
por el derecho en su potestad punitiva.


EL JUICIO MONITORIO

En parte, las claves para lograr las transformaciones de


que se viene hablando, esto es, para avanzar hacia un sistema
judicial respetuoso de los derechos humanos y con niveles
crecientes de legitimidad social y capacidad de respuesta a las
demandas ciudadanas propias de una sociedad democrática, se
encuentran en nuestra capacidad de reflexionar pública y ade-
cuadamente acerca de las razones profundas de estos cambios
normativos, de forma tal de encontrarnos persuadidos de sus
méritos sociales, morales y jurídicos y una vez que eso ocurre
actuar en consecuencia, i.e., con pleno respeto de lo querido
por el legislador.
En este sentido, la aparición en nuestro subsistema procesal
laboral, del juicio monitorio constituye una oportunidad única
de adelantar mucho en la línea de los cambios que venimos men-
cionando. En efecto, el juicio monitorio laboral viene a recoger
un instituto procesal de uso muy extendido en otros sistemas y
que, para el caso nuestro, constituye una novedad tan grande
que su introducción podría ser representativa de un genuino
cambio de paradigma en materia de la tramitación de juicios ci-
viles (no penales). Desde luego, y como explica bien el libro que
introduzco, el juicio monitorio implica la posibilidad de resolver
un asunto sin audiencia, con el sólo mérito de los antecedentes
acompañados al juez que, en todo caso, habilita la posibilidad de
una audiencia tanto si el demandado reclama controvirtiendo el
mérito de la resolución que se pronuncia favorablemente cuanto
si el propio juez lo estima necesario a los efectos de acreditar el
contenido de la pretensión del demandado.
Ciertamente la aparición de una institución como ésta, despier-
ta, y seguirá despertando, una gran cantidad de interrogantes que
trascienden lo estrictamente dogmático procesal, pero conviene
detenerse en la situación real de esta discusión y en los méritos
de este instituto para que este debate se dé en términos de su
plausibilidad jurídica y no en términos sesgados e irracionales
desprovistos de densidad teórica.
Desde luego, es una circunstancia alentadora, que el juicio
monitorio laboral haya sido un acicate para la discusión acerca
de la idea de debido proceso en Chile. Esta idea, la de debido
proceso, es probablemente una de las más socorridas, y menos
estudiadas por la literatura jurídica chilena. Prescindiendo de su
uso retórico (emotivo) incluso su tratamiento en obras de pre-

10
INTRODUCCIÓN

tendido valor dogmático o teórico y por nuestra jurisprudencia


es extremadamente pobre, una pobreza que puede observarse
incluso en las actas de Comisión de Estudios de la Nueva Cons-
titución (CENC) cuando se aborda este tema. Es un mérito de la
reformas procesales de la última década haber hecho emerger
la necesidad de contar con una idea más certera y teóricamente
densa acerca de lo que es el debido proceso y cuáles son las con-
secuencias de adoptar una determinada concepción del mismo.
Aunque el debate se haya presentado, hasta ahora, en términos
algo simplistas, el juicio monitorio laboral ha sido la causa de una
reaparición del tema a nivel jurisprudencial, y en menor medida
teórico, que se ha dado a propósito de la eventualidad del debate
previo a la decisión en los casos en que se acoge con el mérito
de los antecedentes y en lo concerniente a la fundamentación
de la sentencia que, para el caso del juicio monitorio, no exige
explicitar el análisis de la prueba.
El sólo hecho de que la discusión tenga lugar debe apuntársele
como un mérito al proceso de instalación. Sin perjuicio de ello,
la discusión teórica no ha hecho más que empezar y quedan aún
pendientes una gran cantidad de cuestiones que nuestra dog-
mática procesal deberá ir abordando con una seriedad y rapidez
que sea, esperamos, superior al deseo de sustituir la legislación.
Por cierto, entre los temas que este debate debiera incluir, está
la constatación de que una reforma procesal se produce en un
contexto histórico en el que los valores constitucionales deben
ser correctamente sopesados, de forma que expresen, para usar
la expresión de Ronald Dworkin, la integridad política y legal del
Estado de Chile. Lo anterior implica que el diseño de un sistema
procesal no puede emprenderse teniendo en vista la satisfacción
de un solo conjunto de principios procesales, los que ciertamente
no pueden ser desatendidos, sino como mirando a la satisfacción
de niveles razonables del complejo de valores y principios cons-

  En nuestro medio ha habido cierto debate en torno a la idea de debido


proceso a partir de la reforma al proceso penal: véase e.g. el trabajo de Julián
López Masle Debido proceso en Chile: Hacia un Principio Generador de Reglas, En
Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales, Andrés Bordalí salamanca,
cord. Ed. LexisNexis, 2007, 27 pp. Un debate algo más controversial se ha dado
en el contexto del foro para la reforma del proceso civil, sin que esta noción
haya adquirido todavía la importancia bibliográfica que puede encontrase en el
derecho comparado.

11
EL JUICIO MONITORIO

titucionales en juego. Para ponerlo en términos más concretos,


no puede evaluarse la virtud constitucional del juicio monitorio
sólo por la medida en que satisface el principio de bilateralidad
de la audiencia. Aunque este principio deba considerarse de
una alta importancia constitucional debe ser puesto dentro del
juego de los demás valores de trascendencia constitucional apli-
cables al caso, y respecto de cuyo peso específico podemos tener
“desacuerdos razonables”.
No deja de ser paradojal que la forma y los énfasis de los
debates parezcan asumir que nuestra Constitución no dice nada
acerca del tiempo que puede tomar el Estado para resolver un
caso jurisdiccional. Del mismo modo, es jurídica y políticamente
controversial que la autonomía dogmática del derecho procesal
implique prescindir de las características del derecho de fondo
que las decisiones judiciales adjudican al momento de diseñar
un procedimiento. Después de todo, la posición ideológica que
inspira nuestro diseño institucional importa asumir que el derecho
(subjetivo) que la decisión contiene o establece no nace en (o
con) el acto de la decisión, sino que preexiste en el repertorio de
razones que llamamos el Derecho chileno. En otros términos, la
coherencia institucional de las decisiones judiciales se juzga por
su capacidad de aplicar el sentido de las reglas deliberadas demo-
cráticamente a casos a los que racionalmente son aplicables. Es

  Soy consciente de que, hasta donde se sabe, éste es un falso debate por-

que el principio de la bilateralidad no se ve afectado por la regulación que del


juicio monitorio hace el Código del Trabajo y no parece haber grandes cues-
tionamientos respecto de su constitucionalidad en este caso. Sin perjuicio de
ello uso este ejemplo para mostrar hasta que punto estamos acostumbrados a
realizar juicios dogmáticos como “subsumiendo” las reglas, casos o fenómenos
jurídicos bajo el haz normativo de un sólo principio sin ponderar o “balan-
cear” el conjunto de valores y principios aplicables o pertinentes para evaluar
la constitucionalidad de ese fenómeno. Para una opinión autorizada sobre
la constitucionalidad del monitorio en relación con la bilateralidad de la au-
diencia véase el trabajo de Álvaro Pérez Ragone, “En torno al Procedimiento
Monitorio Desde el Derecho Procesal Comparado Europeo: Caracterización,
Elementos Esenciales y Accidentales”. En Revista de Derecho, vol. XIX Nº 1 julio
2006, Valdivia, 30 pp.
  Véase Joseph Raz, La ética en el ámbito público, Gedisa, 2001, Barcelona,

passim.
  Desde luego esta “versión” del sentido institucional de la judicatura está

basada en una determinada concepción ideológica y se remite teóricamente a


autores como Habermas. En nuestro medio esto ha sido explicado formidable-
mente por Fernando Atria.

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INTRODUCCIÓN

un hecho históricamente establecido que entre las motivaciones


de la reforma procesal laboral estaba la falta de efectividad del
derecho laboral de fondo, de manera que los derechos laborales
eran exigibles en sede judicial luego de años de tramitación de
suerte que terminaba siendo una falsa promesa. Sostener que
nuestra Constitución es ciega ante un fenómeno como ese es
sencillamente inaceptable.
Todo lo que se viene afirmando proyecta un desafío específico
sobre la dogmática jurídica que supone que ésta debe aislar cada
una de las consecuencias controversiales de la aplicación de las
nuevas normas usando criterios interpretativos teóricamente acep-
tables entre los que se encuentran su coherencia con principios
constitucionales y reconducirlas a criterios racionales y certeros
que faciliten su uso. Es indudable que el presente libro consti-
tuye un paso en esa dirección. Aunque el tratamiento del tema
no pueda calificarse de exhaustivo, está también lejos de ser un
mero comentario de las normas en cuestión e intenta una lectura
de la regulación del juicio monitorio laboral en coherencia con
los principios que inspiran su creación y con consideración a las
cuestiones prudenciales que favorecen el logro de los objetivos
propuestos para la instauración del mecanismo procesal al que
llamamos juicio monitorio.
Por otra parte, y en un rasgo poco usual en los textos dogmá-
ticos de este tipo, el libro muestra una consideración especial
por el auditorio al que se dirige: Acompaña la descripción dog-
mática con propuestas y ejemplos reales, no como un regreso
al uso de las pre-modernas “prácticas forenses” sino como un
referencia que permite el contraste entre las normas y los usos
para apreciar la forma en que los mismos son representativos
del principio y norma que aplican, precisamente, desde su con-
sistencia dogmática i.e., como una forma de favorecer una de
las funciones elementales de la dogmática: su sentido práctico
como proveedor de razones para los usos forenses y la justifica-
ción racional de decisiones.
No es baladí que libro haya sido escrito por alguien que forma
parte de los equipos de trabajo que han sido protagonistas de esta
reforma. Con respeto al lugar eminente que le corresponde a los
académicos profesionales especialistas en estas áreas, no debe
olvidarse el deber moral y jurídico que nos asiste a los operado-
res jurídicos en la promoción y establecimiento de una cultura

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EL JUICIO MONITORIO

jurídica respetuosa de los derechos de las personas vulnerables de


la sociedad que ayude a asentar las bases de legitimidad y virtud
moral del sistema legal del que formamos parte.

Copiapó, agosto de 2010.

Ricardo A. Garrido Álvarez


Profesor de Teoría y Filosofía del Derecho
Jefe de Estudio Oficinas de Defensa Laboral
Región de Atacama CAJVAL

  Al respecto las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas
en Condición de Vulnerabiliad, establecen los siguiente: Sección Cultura Jurídica:
(26) Se promoverán acciones destinadas a promocionar información básica sobre sus derechos,
así como los procedimientos y requisitos parar garantizar un efectivo acceso a la justicia de
las personas en condición de vulnerabilidad. (27) Se incentivará la participación de fun-
cionarios y operadores del sistema en la labor de diseño, divulgación y capacitación de una
cultura cívica jurídica, en especial de aquellas personas que colaboran con la administración
de justicia en zonas rurales y en áreas desfavorecidas de las grandes ciudades.

14
EXORDIO

El presente trabajo, pretende combinar la teoría, normativa y


práctica del procedimiento monitorio laboral. Está dirigido a
cualquier público interesado, obviamente los lectores naturales
serán abogados, jueces y estudiantes de Derecho. Sin embargo,
se ha tratado de emplear un lenguaje lo más llano posible.
“la teoría sin la práctica es vacía
y la práctica sin la teoría es ciega”
¿Quién sabe más: el experto o el especialista?, desde la anti-
güedad se ha distinguido dos tipos de vida humana –el homo faber
y el homo sapiens– orientados, el primero de ellos hacia la creación
práctica de la técnica productiva, y el segundo hacia la reflexión
contemplativa y la ciencia pura; en otras palabras, ligados el uno
al uso de la mano, y el otro al de la inteligencia. Sin embargo, desde
los tiempos de los siete sabios de Atenas, parece que esta distinción se
concibe no sólo como distinción o diferenciación, sino que también
como lazo recíproco y como asociación indisoluble de ambas actividades.
Platón recuerda, que dichos siete sabios, lo eran precisamente en
su actividad práctica, añadiendo después Aristóteles que el hombre
nació para dos cosas: para comprender y para obrar. Giordanno Bruno
(1548-1600), agrega: “la providencia determinó que el hombre se halle
ocupado en la acción por las manos, y en la contemplación por el intelecto,
de modo tal que no contemple sin acción, ni actúe sin contemplación”10.
RDNA

   Cleóbulo, Solón, Quilón, Bías, Tales, Pitarco y Periandro.


10  Mondolfo, Rodolfo, Verum factum, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires,
1971.

15
“No preguntéis por el significado,
preguntad por el uso (…)
la significación de una palabra
es su uso en el lenguaje”.
Ludwig J. J. Wittgenstein
§ 1.  Breve reseña introductoria
al procedimiento monitorio

El nuevo sistema procesal laboral chileno, recoge la vasta expe-


riencia del Derecho Comparado11, en donde (utilizando simplifi-
cadas fórmulas) se acorta el camino a la sentencia definitiva, sólo
generándose juicio contradictorio, en la medida que surja oposición
(reclamo) del afectado. Este nuevo instituto, es teleológicamente
tributario del principio de celeridad procesal, para que (en breve
tiempo) con una mínima intervención del órgano jurisdictor, y
que como ya se expresó, sólo admite fase litigiosa en la medida
que exista reclamación (arts. 496 y ss. Código del Trabajo). Su
consagración legislativa, no estuvo exenta de dificultades y dis-
cusión, su primer diseño (Ley Nº 20.087) fue sustituido por la
Ley Nº 20.26012.
En términos generales13, el procedimiento monitorio puede
definirse como un juicio especial, que se abre con una orden o
mandato de pago que expide el órgano jurisdiccional, a solicitud
fundada del actor y sin audiencia del demandado, emplazando a
este último para que, dentro de un plazo fatal, haga pago de lo
reclamado, o se oponga. La no oposición, transforma el mandato ju-

11  Haciendo breve referencia de la legislación comparada, conviene tener

presente en este sentido los siguientes ordenamientos jurídicos: el austro-germá-


nico, el italiano, el suizo, el español, y el uruguayo. Crf. Rodríguez, Fausto E., “El
procedimiento monitorio”, Revista de la Facultad de Derecho de México, Tomo VIII,
Nº 30, UNAM, abril-junio, Ciudad de México, 1958, pp. 97 y ss. También aplicable
en Brasil, Japón, y otros países de la U.E. Vide: Correa Delcaso, J. P., El Proceso
Monitorio de la Nueva Ley, Editorial Bosch, Barcelona, 2000.
12  Academia Judicial de Chile, “Manual de Juicio del Trabajo, redactado por

el profesor Francisco Tapia Guerrero, los magistrados Marcia Undurraga Jensen,


Álvaro Flores Monardes, y los académicos María Eugenia Montt Retamales y Rodolfo
Caballero Muñoz”, Instituto de Estudios Judiciales, Santiago, 2008, pp. 121 y ss.
13  Rodríguez, Fausto E., ob. cit., p. 99.

19
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

risdiccional en sentencia firme, la oposición abre un breve litigio.


La voz monitorio, procede del latín monitorius, y el Diccionario de
la Lengua de la Real Academia Española, define la palabra mo-
nitorio como aquello que sirve para avisar o amonestar. En términos
jurídicos14, monitorio deriva de la noción del mandato de monición
con el que se inicia el proceso15. Para Fausto Rodríguez (salvo
una referencia histórica que atribuye a James Goldschmidt, y que
hace ubicar este procedimiento en papiros de la Grecia clásica) su
origen aceptado en términos unánimes por los ius procesalistas16,
viene constituido por algunas prácticas procedimentales medie-
vales tardías (s. XIV-XVI) del período franco-germánico y en el
proceso ítalo-canónico contemporáneo al anterior17.
El procedimiento monitorio en la experiencia comparada,
ha facilitado con celeridad el resguardo efectivo de derechos y
simultáneamente brinda una alternativa válida para la justicia
mediante un tratamiento especial de la rebeldía que ocasiona
elevados costos en tiempo, esfuerzo y recursos económicos18.

14 Ibíd.
15  Calamandrei, Piero, El procedimiento monitorio, traducción de Santiago Sentís

Melendo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1953, p. 19.


16  Giuseppe Chiovenda (1872-1937), y también Goldschmidt (1874-1940).
17  Rodríguez, Fausto E., ob. cit., p. 101.
18  Perez R., Álvaro, “En torno al procedimiento monitorio desde el Derecho

Procesal comparado europeo: caracterización elementos esenciales y accidentales”,


Revista de Derecho de Valdivia, 2006, vol. XIX, Nº 1, pp. 205-235.

20
§ 2. Importancia del procedimiento
monitorio para las Oficinas
de Defensa Laboral (ODL’s19)

Uno de los principales criterios de focalización de las ODL se


basa en que la cuantía o monto a demandar sea igual o menor a
$ 2.692.800, sin contar los aumentos y recargos legales. Esta base,
que refiere a un factor de atención de estas oficinas de abogados
especializados en defensa laboral, por regla general, coincide con
los montos exigidos por la Ley para ventilar el pleito a través de
un juicio monitorio. En efecto, el artículo 496 del Código del
Trabajo (CT), señala que se aplica el procedimiento monitorio,
respecto de las contiendas cuya cuantía sea igual o inferior a
diez ingresos mínimos mensuales, sin considerar, en su caso, los
aumentos a que hubiere lugar producto de las indemnizaciones
por años de servicios conforme los incisos quinto y séptimo del
artículo 162 del mismo cuerpo legal. Súmese a lo anterior, el
otro criterio de focalización que han estandarizado las llamadas
ODL: sólo se atienden trabajadores cuya última remuneración
líquida sea igual o inferior a $ 388.800. De esta suerte, un número

19 ODL. Las Oficinas de Defensa Laboral, dependen de la Subsecretaría

de Justicia, a través de las Corporaciones de Asistencia Judicial existentes en el


país, y que son las Corporaciones de las regiones de Tarapacá y Antofagasta (que
cubre las regiones XV, I, y II: www.cajta.cl); región de Valparaíso (que cubre las
regiones III, IV y V: www.cajval.cl); Metropilitana (que cubre las regiones XIII,
VI, VI y XII: www.cajmetro.cl) y de la Región del Bío Bío (que cubre las regiones
VIII, IX, XIV, X, y XI: www.cajbiobio.cl). Las Oficinas de Defensa Laboral, tienen
por misión otorgar a todos los trabajadores que no tengan recursos económicos
y que focalicen de acuerdo a los criterios de selección, defensa jurídica profe-
sional y especializada, velando por la igualdad ante la ley, el debido proceso y
el equilibrio necesario que debe existir ante la sede judicial que corresponda.
Cuenta para ello con equipos altamente capacitados, quienes han sido prepa-
rados para defender a los trabajadores en los diferentes procedimientos que
contempla el nuevo sistema procesal laboral. (Cfr. cajval.cl).

21
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

importante de las causas patrocinadas por las ODL’s del país, son
juicios monitorios20.

20  El 59,3% de las causas atendidas por las Oficinas de Defensa Laboral de

la Región de Atacama, son juicios monitorios, cifra medida entre abril de 2008
a la misma fecha de 2010; el 21,2 corresponde a juicios de aplicación general, el
19,1 a juicios ejecutivos, y sólo el 0,4% a procedimientos de tutela laboral. Cfr.
Cuenta Pública a propósito del 2º Aniversario de la Reforma Procesal Laboral, en
abril 2010 ODL Atacama. En la implementación de la Reforma Procesal Laboral,
fue experiencia piloto a nivel nacional su inicio en la región de Atacama el 31 de
marzo de 2008, junto a la Región de Magallanes en la misma fecha. El proceso de
instalación e implementación, culminó el 31 de agosto de 2009, con la entrada
en vigencia de este sistema en la Región Metropolitana, última región del país
en adoptarlo. Este dato es relevante, toda vez que la primigenia (aunque leve)
experiencia de Atacama y Magallanes, son insustituibles a la hora de los balances
y análisis, los cuales no pueden ser sólo elaborados en base a la mera tecnocracia
exenta de praxis.

22
§ 3. Importancia de los juicios
monitorios para las empresas
y especialmente para las PYMES

Obviamente, las grandes empresas cuentan con poderosos stafs


o burós de abogados que atienden sus asuntos y juicios, incluidos
los laborales. Generalmente, desde la capital nacional, estos stafs,
monitorean (a través de abogados de las distintas comunas) sus
juicios laborales. Los costos de traslado del(los) abogado(s) de la
capital, a las distintas localidades y comunas donde se ventilen estos
procedimientos, son a veces, más onerosos, que lo demandado en
juicios monitorios. De esta suerte, en algunos casos, es (tal vez)
mucho más pragmático y utilitario para la empresa, dar instruc-
ciones de pago a través de sus agentes locales, en vez de –como
señalamos– gastar además recursos en traslado del profesional
que se desplace desde la capital nacional a las diversas comunas
del país, máxime en juicios en donde hay poco que discutir, vgr.
demanda de despido carente de causa legal, sabiendo la empresa
que no se remitió carta de despido, y cuya circunstancia figura
en el acta frente a la Inspección del Trabajo.
Por otro lado, a las PYME21 locales (siguiendo el mismo ar-
gumento anterior) en un análisis costo-beneficio, es mucho más
atractivo desde el punto de vista económico, pagar la suma de-
mandada en juicio monitorio, que además incrementar los costos
de abogado litigante.
21  Pequeñas y medianas empresas. Incluimos aquí (para efectos del presente

trabajo), todas aquellas empresas y personas naturales que (por regla general) no
cuentan con un abogado en forma permanente. Según clasificaciones del Ministerio
de Economía, una empresa pequeña es la que al año vende productos o servicios
por valores entre 2.400 y 25 mil UF, y una empresa mediana vende entre 25 mil
UF y 100 mil UF. Cfr. www.economia.cl. Véanse también las siguientes normas (Ley
Nº 19.857, Ley Nº19.749, Decreto Ley Nº 2.974, Leyes Nos 20.179, 20.416, Decreto
Ley Nº 3.472, Ley Nº 18.989, en su título II (art. 7 al 16), y la Ley Nº 20.170.), y el
enlace: http://sdi.bcn.cl/boletin/pags/conozca?id_boletin=23#305

23
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Lo anterior, hace razonar en el sentido que las empresas


(cualquiera sean estas) debieran mantener permanentemente un
asesor abogado, especialista o experto22 en temas laborales, y no
sólo en temas laborales de fondo o sustanciales, sino que sobre
todo hoy (más que ayer) abogados asesores en derecho procesal
laboral (además de la no menos importante asesoría en derecho
administrativo o fiscalizador del trabajo y todo el amplio abanico
jurídico que involucra a la Dirección del Trabajo).
La dinámica impuesta por el nuevo sistema de juicios laborales
orales, hace que, en algunas ocasiones, el criterio costo v/s beneficio,
se analice no sólo desde la óptica del derecho sustantivo o de
fondo, sino que también, desde el punto de vista procesal y sus
consecuencias.
Todo lo dicho precedentemente –como tendremos ocasión
de analizar más adelante– no vulnera ni altera de forma alguna,
el principio de bilateralidad de la audiencia, ni el de igualdad de
armas, ni mucho menos el principio constitucional del due process
of law.

22  Experto, es aquel que tiene trayectoria práctica en alguna actividad científica

o técnica. Especialistas, son aquellos que pueden acreditar, a través de estudios de


pre y postgrado (postítulos, magísters, doctorados, post-doctorados) o docencia,
conocimientos determinados o capacidad investigativa en alguna ciencia o arte.

24
§ 4. Importancia de los juicios
monitorios para los abogados
del foro

No sólo el juicio monitorio, sino que los procesos orales en ge-


neral, privilegian el resurgimiento, o mejor dicho, el nacimiento
de una verdadera cultura jurídica del abogado litigante. Desde el
punto de vista eminentemente utilitario, el juicio monitorio trae
aparejada una resolución rápida y eficaz al conflicto laboral, lo
que permite serias y reales ventajas al abogado en cuanto al co-
bro de sus honorarios. Siguiendo este razonamiento, los pactos
de cuota litis, tanto en su versión positiva, esto es, porcentaje a
resultas, cuanto en su versión negativa, vale decir, porcentaje del
menor valor condenado, son mucho más efectivos y empíricamente
contrastables y medibles. Los clientes (o patrocinados), no sólo
leen lo que produce su abogado, sino que –además– ven y oyen
(perciben in situ) a su abogado desenvolviéndose en la audiencia
oral. Permite también, la fracción del servicio profesional, valga
decir, el cobro sólo por audiencia (particularmente útil para los
burós que contratan abogados locales), el cobro por reclamación,
etc. La práctica hará, que estas variantes sean mucho más pro-
vechosas para todos los operadores jurídicos: jueces, abogados,
clientes, empresas, trabajadores, etc.
En general con los procesos orales, renuevan su utilidad la
retórica y la lógica, entre otras ciencias y disciplinas auxiliares de
la práctica forense. La retórica, no tomada aquí en su acepción
peyorativa predominante en nuestro tiempo23, esto es, como un
ardid o un mero recurso estilístico y hasta pedante, sino que, la
23 Sabemos que Sócrates lucho contra los llamados sofistas, padres de la re-
tórica clásica (Gorgias y Cía.). De allí, viene su desprestigio, el que (creemos) es
infundado. El mismo Sócrates, no hubiera podido ser conocido por nosotros, sino
gracias a la brillante retórica que Platón plasmó en sus diálogos, particularmente
en la apología de su maestro.

25
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

retórica entendida como disciplina científica. Las ars o techne de


la litigación, no son más que combinaciones de lógica, retórica,
y lingüística, las cuales –por cierto– debieran ser cultivadas por
los abogados del foro, e incluidas seria, científica y profesional-
mente en los programas de pre y post grado de las escuelas de
Derecho del país24.
Siguiendo en este punto a Serrano, las primeras investigaciones
sobre el lenguaje (y el Derecho, no cabe duda, es un lenguaje),
las llevaron a cabo los retóricos25. La palabra, era un arma destinada
a influir delante de un tribunal, una asamblea, etc. Un arma decisiva
para obtener la victoria en las luchas donde el discurso era decisivo.
Gorgias (c. 485 a.C.) señala: quien posee la palabra, posee la espada.
La misión del retórico, era forjar maestros en el arte de persuadir.
Dicho de otra manera, la retórica es la técnica (arte) que conse-
guía hacer el discurso consciente de sí mismo y hacía de la persuasión
un fin a alcanzar por medio de una estrategia específica26.
Desde el punto de vista normativo (nomos), el artículo 430 del
Código del Trabajo, inaugura (en términos explícitos) el princi-
pio de buena fe procesal a nivel legal. Señala tal norma que los actos
procesales deberán ejecutarse de buena fe, facultándose al tribunal
para adoptar las medidas necesarias para impedir el fraude, la
colusión, el abuso del derecho y las actuaciones dilatorias. El juez po-
drá rechazar de plano aquellas actuaciones que considere dilatorias.
Se entenderá por actuaciones dilatorias todas aquellas que con
el sólo objeto de demorar la prosecución del juicio sean intentadas por
24 La retórica como disciplina susceptible de ser enseñada como un arte, se

desarrolla en Grecia a partir de las exigencias dialógicas reclamadas por la ins-


tauración del sistema democrático. Vide: Covarrubias C., Andrés, “Introducción
a la retórica clásica. Una teoría de la argumentación práctica”, Ediciones Universidad
Católica de Chile, Santiago, 2003. El profesor Covarrubias en el prólogo de su
texto expresa: “puesto que en los últimos años ha surgido un creciente interés por los es-
tudios sobre la persuasión, no solamente en filosofía y lingüística sino que también en otras
disciplinas como el derecho-aspecto (…) de principal importancia en Chile con motivo de
la (…) modificación del procedimiento penal, que sustituye el sistema escrito por el oral– he
estimado oportuno ofrecer este libro (…)”.
25  Serrano, Sebastián, La lingüística. Su historia y su desarrollo, Editorial Mon-

tesinos, Barcelona, 1999, pp. 16 y ss.


26  Señala Serrano, que la técnica fundamentada sobre el conocimiento de las

causas que generan los efectos de la persuasión, concede un poder indudable a


quien la posea: el poder de disponer de las palabras sin necesidad de las cosas, y
de disponer de las personas, al disponer de las palabras … qué rigurosa actualidad
tienen estas consideraciones: quien dispone hoy de los medios de comunicación,
en definitiva dispone de las personas. Serrano Ibídem.

26
EL JUICIO MONITORIO

alguna de las partes. De la resolución que declare como tal alguna


actuación, la parte afectada podrá reponer para que sea resuelta
en la misma audiencia.
Ahora bien, desde el punto de vista práctico, en los juicios orales
(y el monitorio es una subtipología de aquéllos), es más difícil dar
pie a leguleyadas, y ganancias fáciles27: la dinámica y rapidez de la
litigación las mitigan, vgr. ¿podemos preparar a un testigo falso?,
en vivo y en directo es mucho más difícil mentir, y en los juicios
orales se nota, los jueces lo notan, nuestros nuevos jueces lo saben
¿podemos elucubrar traslados de más de 30 páginas sentados en
nuestro escritorio? No, por regla general, los traslados se evacúan
en el acto, algunos recursos siguen la misma suerte.
Quizá, la visión pesimista del ejercicio de la profesión, de Jere-
mías Bentham (1748-1832) se morigere en Chile, en este novel siglo
veintiuno, con los procedimientos de que ya disponemos (penal,
familia, laboral, y civil pronto a ver la luz). Según el maestro inglés,
la jerga jurídica tenía como objetivo generalmente defender los
intereses siniestros de los juristas cuyo lenguaje y ritos esotéricos
constituían una red para atrapar a los comunes mortales (…) en
materia de legislación (decía) “las opiniones de los hombres de leyes
tienen una propensión peculiar a teñirse de falsedad por obra del interés
siniestro”. Y así, mientras el interés de los ciudadanos conviene una
justicia rápida, al interés siniestro (sinister interests) del abogado
le conviene una administración de justicia lenta; si al interés del
ciudadano le convienen unas leyes claras y breves, al hombre de
leyes le interesan prolijas y oscuras28.
Podemos decirle hoy a don Jeremías, que los juicios laborales
(y en particular los monitorios), y la legislación que los soporta y
sustenta, tanto en la nomos como en la praxis, son rápidos y efectivos.
Los jueces especializados en materia laboral, proveen las demandas
monitorias, de un día para otro, las demandas se pueden remitir
por correo electrónico, las resoluciones se pueden notificar por
correo electrónico, los exhortos se tramitan electrónicamente, el
público en general (y el público jurídico), puede consultar todas

27  Para el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (hoy: www.

rae.es), leguleyo, es la persona que aplica el Derecho sin rigor, desenfadadamente,


que hace gestiones ilícitas en los juzgados.
28  Zapatero, Virgilio, El arte ilustrado de legislar, en “Nomografía o El arte

de redactar leyes” de Jeremy Bentham, Boletín Oficial del Estado, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, Madrid, 2004, p. LXI.

27
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

las causas y resoluciones a través de la web del poder judicial (www.


poderjudicial.cl) y, en el caso de llegar a audiencia de juicio, ésta
deberá celebrarse dentro de los quince días siguientes a su presentación
(art. 500 CT)29. En el evento de llegar a una sentencia, ésta se
dicta al momento de finalizar la audiencia.

29 No con afán de exagerar, señalemos que en la etapa pre-reforma procesal

laboral oral del 2008, podía extenderse un juicio por más de dos y hasta tres años;
aunque la nomos hubiere dicho otra cosa. Agreguemos a ello, que las causas eran
asistidas –a favor de un importantísimo número de trabajadores– por los postulantes
en práctica (egresados de las carreras de derecho del país) de las Corporaciones
de Asistencia Judicial, no por letrados titulados.

28
§ 5. Importancia del procedimiento
monitorio para los trabajadores
y el ordenamiento jurídico

Se ha señalado (infundadamente, creo) que la reforma laboral


privilegia en exceso a los trabajadores, que se rompe en algunos casos la
bilateralidad de la audiencia a su favor, que los demandados (em-
pleadores) no tienen suficiente tiempo para defenderse, et cetaræ res.
Todas esas afirmaciones, no cumplen ningún soporte ni empírico,
ni técnico, ni dogmático30. Señalar como fundamento, que más del
90% de los juicios son ganados por los trabajadores, no es analizar
la cifra en profundidad. La pregunta y el foco de atención, no sólo
debe ponerse en el resultado, sino que también en las causas (orí-
genes), vale decir ¿por qué más del 90% de los juicios son ganados
por los trabajadores? Fuera de contexto, sin duda la cifra alarma, sin
embargo, tal cifra es menester situarla en el procedimiento laboral
en su conjunto, y no sólo en el resultado. Tampoco corresponde
acusar a nuestros jueces de parcialidad (falta de imparcialidad): ¿qué
puede hacer un juez frente a un despido sin carta de aviso, y sin
pago de las cotizaciones previsionales?, ¿qué debe hacer el juez si
el requerido (debidamente emplazado) no concurrió frente a la
instancia administrativa, y luego este mismo, no concurrió a la au-
diencia única de conciliación contestación y prueba, debidamente
emplazado, o bien, no reclamó de la sentencia que acogió las pre-
tensiones en un juicio monitorio?¿se puede acusar a ese juez o jueza
de falta de impracialidad al –en los casos recién propuestos– acoger
esas demandas y condenar a esos empleadores?
Agreguemos en este punto (cuestión que precisaremos más
adelante), que no es técnicamente correcto hablar de reforma

30  Vide a modo meramente ejemplar, la editorial del diario El Mercurio de


Santiago, de fecha 03 de agosto de 2009, disponible en la web (www.elmercurio.
com), y que se incluye en los anexos del presente trabajo.

29
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

laboral. A partir de 2008, y de 2009 en todo el país, corresponde


hablar y referirnos a la reforma procesal en materia laboral. La le-
gislación laboral de fondo (de inspiración y matriz primordial-
mente ius neoliberal), no ha cambiado mayormente. Estamos en
presencia de una reforma adjetiva (no menos trascendente), pero
meramente procesal. El derecho de fondo (las obligaciones, de-
rechos y deberes recíprocos entre empleadores y trabajadores)
es el mismo. No hay grandes modificaciones como para hablar
correctamente de una reforma con el calificativo de laboral. El
cambio de paradigma (a la more de Kuhn)31 se produce en el
sistema legal vinculado al procedimiento laboral. Al momento de
entrar en vigencia el nuevo modelo32, sin duda se produce un
quiebre ostensible con el anterior, desde cualquier punto de vista,
como podría ser el criterio cronológico, el criterio técnico (espe-
cialización), el criterio de certeza vinculado a la inmediación, etc.
El refrán popular (no alcanza para brocardo o aforismo jurídico)
“la justicia tarda, pero llega”, no es aplicable a materias en donde
se reclaman prestaciones de naturaleza alimenticia, como son las
remuneraciones de los trabajadores. La justicia que tarda, no es
justicia, es una justicia que no resuelve el conflicto de sujetos de
carne y hueso.
Respecto a la bilateralidad de la audiencia, del due process of law
(ya dijimos) y los diversos términos de emplazamiento legal, nos
referiremos más adelante. Sin embargo, resulta relevante hacer
hincapié, en relación a ciertos plazos que son muy cortos y que la
legislación pre-reforma procesal laboral, ya tenía. Me refiero al plazo
de caducidad de las acciones derivadas del despido, que es de 60
días hábiles, y el de prescripción de las prestaciones laborales, que
es de sólo seis meses. Parafraseando a las autoridades del ejecutivo
de la época, al momento de entrada en vigencia del nuevo modelo
procesal laboral: “los empleadores que respetan la ley, no tienen
nada que temer, la ley laboral es la misma, sólo modificamos la
forma de reclamar en juicio”. Piénsese sólo en las posibilidades de
acceso a la cultura, y por consiguiente, el acceso al conocimiento
efectivo de la ley, realizando un versus entre empresas y trabajadores.
Obviamente hay de todo en la viña del señor: empleadores que son
31  Kuhn, Thomas, “La estructura de las revoluciones científicas”, Fondo de

Cultura Económica, Santiago, 2000.


32  Que obviamente sólo causó impacto mediático cuando comenzó a regir en

Santiago. Vide nuestro anexo.

30
EL JUICIO MONITORIO

celosos y escrupulosos vigilantes de la ley, y aquellos que la violan


permanente y flagrantemente33. Valga el siguiente ejemplo que
no es de ciencia ficción: “¿jefe, cuándo van a pagar mi finiquito en
la carta esa que me mandaron a la casa hace como un mes?, –mañana
llega la respuesta del encargado de Santiago, ven la próxima semana;
(próxima semana): jefe ¿supo algo de Santiago? –estamos en eso, no
te preocupís, tú sabes que los papeleos demoran; (dos meses después):
oiga, voy a tener que ir a la Inspección para arreglar el problema! –anda
no más (le responde una secretaria), porque tus papeles ya los tiene el
abogado de la empresa en Santiago… –¿y cuándo cree ud. Rosita que me
van a pagar? … el final de la historia el lector lo puede intuir. Se
insiste, en que la mayoría de los empleadores cumple la ley, y por
esa razón no son demandados, sólo son demandados aquellos que
la vulneran, y por ello, aumentan las cifras de juicios ganados a
favor de los trabajadores.
33  Diario Atacama (filial regional de El Mercurio), 29 de enero de 2010: ““A la

deriva, sin poder alimentarse en más de una semana; durmiendo a la intemperie y sumado
a los malos tratos por parte de su empleador”. Ese es el relato crudo de 23 temporeros
que en condición de ilegalidad llegaron a Copiapó por una mejor calidad de vida.
Con estas palabras los inmigrantes aseveran el mal paso que se han llevado por la
capital regional de Atacama. La semana pasada, en conjunto con la Dirección del
Trabajo, personal de extranjería de la PDI concurrió a las cercanías del fundo […]
de Copiapó, en donde no constataron ningún hecho irregular. Pasaron los días y
las declaraciones anónimas sumaban y seguían. Fue el martes 26 de enero cuando
funcionarios de la Brigada de Homicidios de la PDI realizaba una búsqueda de
personas con requerimiento de los tribunales de justicia cuando constataron la
presencia de unos 150 extranjeros apostados en las afueras del fundo, al notar la
presencia policial éstos se dieron a la fuga. Lograron retener a 23 inmigrantes, a
quienes se les solicitó su cédula de identidad y pasaporte, posterior a eso fueron
citados al departamento de extranjería de la PDI para regularizar su situación y
explicar el hecho. Los 23 inmigrantes de nacionalidad peruana y boliviana relataron
que fueron abandonados a su suerte por su empleador. Según el subcomisario,
quien tomó declaración a los extranjeros ilegales, estos “habrían sido sacados en dos
buses en dirección a Caldera. El contratista los dejó prácticamente botados y asimismo no
les pagó”. Elsa Machaca, temporera ilegal proveniente de Bolivia corrobora esta
aseveración. “Nos sacaron del campamento a las doce y media de la noche con el pretexto
de llevarnos a Tierra Amarilla diciéndonos que venía Investigaciones y por eso nos debían
esconder. Pero no sabíamos que nos llevaban a Caldera, nos engañaron y nos dejaron
botados ahí. Nosotros no tenemos dinero y hace una semana que no comemos”, declaró
la temporera. De los 23 extranjeros, solamente uno tenía visa de trabajo (…)
“Ellos en ningún caso están detenidos, sino que cometieron una infracción al reglamento
de extranjería, por tanto cumplimos en tomar los antecedentes y enviarlos a la gobernación
provincial y la intendencia que determinará el grado de sanciones que se deben aplicar”,
sentenció el subcomisario” (sic).
Cfr. http://www.diarioatacama.cl/prontus4_nots/site/artic/20100129/

pags/20100129034529.html

31
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Es muy fácil, ser acusado del pecado capital del sesgo ideológico,
no es nuestro afán revitalizar viejas rencillas occisas desde que el
muro de Berlín cayó (o eso esperamos en el siglo de las TIC’s).
El procedimiento monitorio es, un procedimiento racional y justo
para trabajadores y empleadores: tiempo es dinero. Mientras más
rápido, más eficaz para todos los operadores, no sólo aquellos
operadores del sistema jurídico, sino que también del sistema
macro y micro económico en su conjunto.
Sin entrar en polémicas ideológicas de veterana data, no es fácil
soslayar (seriamente) el carácter alimentario de la prestación laboral.
El fundamento de la existencia de un sistema legal, y por cierto
procesal, de protección a las remuneraciones se basa principal-
mente, en la naturaleza predominantemente alimentaria que
ésta tiene. El legislador (de cualquier color político en naciones
civilizadas) entiende que para el trabajador la remuneración
constituye su medio de subsistencia, por lo que se hace necesario
introducir normas (y por cierto efectivas garantías jurisdiccionales)
que permitan que el trabajador perciba la contraprestación debi-
da. Estas normas deben propender a que el dependiente obtenga
garantías de pago íntegro y oportuno de la remuneración a que
tiene derecho en virtud del contrato de trabajo, y en tanto contrato,
no sólo obliga lo que en él se expresa, sino que por la costumbre o
la ley, pertenecen a la naturaleza de la obligación, haciéndonos aquí
eco, no de un principio post moderno y social de protección laboral,
sino que nos referimos al decimonónico, –y de clara y absoluta
matriz liberal revolucionario-francesa del año 1789– principio de
ejecución de buena fe de los contratos (Código Civil de Andrés Bello,
1855, artículo 1.546)34.
En el Manual de Juicio del Trabajo, de que dispone la Academia
Judicial de Chile (de libre acceso en su web www.academiajudicial.
cl), se expresa que previo a la entrada en vigencia de la reforma
procesal laboral: “existía la convicción, ampliamente compartida por
la comunidad ius laboralista, que el funcionamiento de los mecanismos
jurisdiccionales no se ajustaba a los requerimientos de acceso a la justi-
cia laboral, toda vez que el procedimiento en juicio del trabajo adolecía
de una serie de inconvenientes que llevaban a largos procesos, sin que
los trabajadores accedieran a una tutela efectiva de sus derechos (…) de

34  E incluso un principio más antiguo de la cultura jurídica occidental: pacta

sunct servadæ.

32
EL JUICIO MONITORIO

nada hubiera servido la modificación del derecho sustantivo si, además,


no se introducían profundas modificaciones en las normas del juicio del
trabajo”35; se agrega en dicho texto, que luego de un amplio y
fructífero debate, en donde participaron académicos, magistrados,
abogados litigantes privados, de servicios públicos, etc., se formó el
Foro de la Reforma Procesal Laboral y Previsional (FRPLP), cuyas
propuestas constituyeron parte importante de los proyectos de
ley respectivos y, por cierto, en las diversas etapas de su amplia y
transversal discusión parlamentaria.
Sabemos que la norma general y abstracta, y los derechos
subjetivos que sustente, son (o podrían ser) meras declaraciones
programáticas o catálogo de buenas intenciones, si no van acompa-
ñadas de efectivas vías jurisdiccionales, de materialización práctica
de las mismas. Como señala Antonio M. Lorca36, el proceso como
sistema de garantías supone otorgar al ámbito heterocompositivo de
la función jurisdiccional una respuesta constitucional sustantiva,
procesal y de ‘‘aquí y ahora’’, respecto de éste (y no otro) concreto
momento, en contraposición con una proyección exclusivamente
instrumental atemporal y acrítica del habitual y común procedi-
mentalismo de las antiguas leyes de enjuiciamiento. La interpre-
tación y aplicación de las normas procesales tiene trascendencia
constitucional, por cuanto el derecho a la tutela judicial efectiva
obliga a elegir la interpretación de aquella que sea más conforme
con el principio pro actione y con la efectividad de las garantías que
se integran en esa tutela, de suerte que si la interpretación de la
forma procesal no se acomoda a la finalidad de garantía, hasta el
punto que desaparezca la proporcionalidad entre lo que la forma
demanda y el fin que pretende, olvidando su lógica y razonable
concatenación sustantiva, es claro que el derecho fundamental a la
tutela efectiva resulta vulnerado.
La reforma procesal laboral, trata de poner al día las exigencias
de materialización de una efectiva tutela jurisdiccional de prestaciones
que (ya señalamos) tienen carácter alimentario, de sustento vital,
máxime en el juicio monitorio, donde por ley, sólo se ventilan
causas cuya cuantía no supere (a la fecha de hoy) $ 1.720.000,
sin contar los aumentos y recargos legales.

35 Academia Judicial de Chile, ob. cit., p. 9.


36 Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XXXVI,
núm. 107, mayo-agosto de 2003, pp. 31-557.

33
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Los trabajadores no especulan en sus demandas laborales. Entre


perder tiempo en juicios y buscar trabajo, la gran mayoría elige
la segunda opción, renunciando incluso a su legítimo interés: el
cobro judicial de lo que es suyo. Lo anterior, es bastante trascen-
dente a la hora de explicar más adelante, el eficaz y poderoso
mecanismo autocompositivo que promueve la reforma procesal
laboral. La autocomposición, no se basa en la teoría “yo gano, tú
pierdes”37, más bien al contrario, se basa en las concesiones recípro-
cas. En las salidas alternativas a la sentencia laboral, ninguna de las
dos partes gana ni pierde, gana la sociedad: se evita un conflicto
jurisdiccional.
Finalmente en este punto –y en muy próxima conexión con
lo que acabamos de señalar– diremos que el jurista trasandino,
Carlos Santiago Nino38, haciendo referencia a Hobbes, expresa
que es ineludible un contrato social al que los hombres deben
suscribir para satisfacer su propio auto-interés. La vida en el estado
de naturaleza es “cruel, brutal y corta”, pero los hombres no pueden
salir de ella simplemente por acuerdos mutuos (mera autonomía de
la voluntad), ya que ellos plantean problemas de acción colectiva
–del tipo del que luego fuera llamado el “dilema de los prisioneros”–39,
ya que cada uno desconfía en que el otro saque ventaja de la violación
del acuerdo. De modo que los hombres deben primero acordar
establecer un poder (el del Estado) que luego los fuerce a cumplir
con los otros. En otros términos: “cumpla lo que usted mismo se obligó
por su propia palabra, y cumpla también aquello que la Ley –que todos
acordamos, incluido usted– ordena”.

37  Neumann, John y Morgenstern, Oskar, Theory of Games and Economic

Behavior, Princeton University Press, New Jersey, 1944.


38  Nino, Carlos S., “Justicia”, en Revista de Filosofía del Derecho DOXA, Nº 14,

Alicante, 2003. Cfr., http://www.cervantesvirtual.com/portal/doxa


39  “La policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y,

tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su
cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado.
Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga
libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo
que podrán hacer será encerrarlos durante seis meses por un cargo menor”. Vide: Hoester,
Norbert Problemas de ética normativa, Editorial Alfa, Buenos Aires, 1975 y Patzig,
Günter, Ética sin metafísica, Editorial Alfa, Buenos Aires, 1976, traducidos por
el filósofo del derecho argentino Ernesto Garzón Valdés (1927), y citado por
Carlos Santiago Nino (1943-1993), en Ética y derechos humanos, Editorial Astrea,
Buenos Aires, 1989, pp. 63 y ss.

34
§ 6. Normas del procedimiento
o juicio monitorio contenidas
en el Código del Trabajo

Sólo siete artículos, dedica el Código del Trabajo al procedimiento


monitorio. Tales normas se encuentran en el § 7 del Capítulo Se-
gundo, del Libro V del mismo, cuyo epígrafe es “De la jurisdicción
laboral”.

“§ 7º.  Del procedimiento monitorio

Art. 496. Respecto de las contiendas cuya cuantía sea igual o inferior


a diez ingresos mínimos mensuales, sin considerar, en su caso, los
aumentos a que hubiere lugar por aplicación de los incisos quinto
y séptimo del artículo 162; y de las contiendas a que se refiere el
artículo 201 de este Código, se aplicará el procedimiento que a conti-
nuación se señala.

Art. 497. Será necesario que previo al inicio de la acción judicial se


haya deducido reclamo ante la Inspección del Trabajo que correspon-
da, la que deberá fijar día y hora para la realización del comparendo
respectivo, al momento de ingresarse dicha reclamación.
Se exceptúan de esta exigencia las acciones referentes a las materias
reguladas por el artículo 201 de este Código.
La citación al comparendo de conciliación ante la Inspección
del Trabajo se hará mediante carta certificada, en los términos del
artículo 508, o por funcionario de dicho organismo, quien actuará
en calidad de ministro de fe, para todos los efectos legales. En este
caso, deberá entregarse personalmente dicha citación al empleador
o, en caso de no ser posible, a persona adulta que se encuentre en el
domicilio del reclamado.
Las partes deberán concurrir al comparendo de conciliación con
los instrumentos probatorios de que dispongan, tales como contrato

35
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

de trabajo, balances, comprobantes de remuneraciones, registros de


asistencia y cualesquier otros que estimen pertinentes.
Se levantará acta de todo lo obrado en el comparendo, entregándose
copia autorizada a las partes que asistan.

Art. 498. En caso que el reclamante no se presentare al comparendo,


estando legalmente citado, se pondrá término a dicha instancia, ar-
chivándose los antecedentes.
Sin perjuicio de lo señalado en el inciso anterior, el trabajador
podrá accionar judicialmente conforme a las reglas del procedimiento
de aplicación general regulado en el Párrafo 3º del presente Título.

Art. 499. Si no se produjere conciliación entre las partes o ésta fuere


parcial, como asimismo en el caso que el reclamado no concurra al
comparendo, el trabajador podrá interponer demanda ante el juez del
trabajo competente, dentro del plazo establecido en los artículos 168 y
201 de este Código, según corresponda.
La demanda deberá interponerse por escrito y contener las menciones
a que se refiere el artículo 446 de este Código.
Deberá acompañarse a ella el acta levantada en el comparendo
celebrado ante la Inspección del Trabajo y los documentos presentados
en éste. Esta exigencia no regirá en el caso de la acción emanada del
artículo 201.

Art. 500. En caso que el juez estime fundadas las pretensiones del


demandante, las acogerá inmediatamente; en caso contrario las
rechazará de plano. Para pronunciarse, deberá considerar, entre
otros antecedentes, la complejidad del asunto que se somete a su
decisión, la comparecencia de las partes en la etapa administrativa
y la existencia de pagos efectuados por el demandado. En caso de
no existir antecedentes suficientes para este pronunciamiento, el
tribunal deberá citar a la audiencia establecida en el inciso quinto
del presente artículo.
Las partes sólo podrán reclamar de esta resolución dentro del plazo
de diez días hábiles contado desde su notificación, sin que proceda en
contra de ella ningún otro recurso.
La notificación al demandado se practicará conforme a las reglas
generales.
En todo caso, en la notificación se hará constar los efectos que
producirá la falta de reclamo o su presentación extemporánea.

36
EL JUICIO MONITORIO

Presentada la reclamación dentro de plazo, el juez citará a las partes


a una audiencia única de conciliación, contestación y prueba, la que de-
berá celebrarse dentro de los quince días siguientes a su presentación.
Si el empleador reclama parcialmente de la resolución que acoge
las pretensiones del trabajador, se aplicará lo establecido en el ar-
tículo 462.

Art. 501. Las partes deberán asistir a la audiencia con todos sus me-
dios de prueba y, en caso de comparecer a través de mandatario, éste
deberá estar expresamente revestido de la facultad de transigir.
La audiencia tendrá lugar con sólo la parte que asista.
El juez deberá dictar sentencia al término de la audiencia, la que
deberá contener las menciones señaladas en los números 1, 2, 5, 6 y
7 del artículo 459.

Art. 502. Las resoluciones dictadas en el procedimiento monitorio


serán susceptibles de ser impugnadas por medio de todos los recursos
establecidos en este Código, con excepción del recurso de unificación
de jurisprudencia contenido en los artículos 483 y siguientes”.

No obstante haber señalado recién, que el Código sólo dedica


siete artículos a este novel instituto procesal-laboral, no es menos
cierto que los mismos, hacen referencia a otras partes del mismo
cuerpo legal, vgr. al juicio de aplicación general, y también, por
cierto, a ciertas normas contenidas en el Código de Procedimiento
Civil. El artículo 432 (CT) dispone que en todo lo no regulado en
dicho cuerpo legal o en leyes especiales, serán aplicables suple-
toriamente las normas contenidas en los Libros I y II del Código de
Procedimiento Civil40, a menos que ellas sean contrarias a los prin-
cipios que informan este procedimiento. En tal caso, el tribunal
dispondrá la forma en que se practicará la actuación respectiva. No
obstante, respecto de los procedimientos especiales, se aplicarán
supletoriamente, en primer lugar, las normas del procedimiento
de aplicación general contenidas en su Párrafo 3º.
En forma directa entonces, son aplicables al juicio monitorio
entonces, los § 1 y § 2 del Capítulo II del Libro V, esto es, los
principios formativos del proceso laboral y las reglas comunes del mismo,

40  Disposiciones comunes a todo procedimiento (Libro I) y Juicio Ordinario

(Libro II) del C.P.C.

37
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

más, aquellas normas del procedimiento de aplicación general, que no


fueren contradictorias con el juicio monitorio, i.e. interrogación
de los testigos, reglas sobre la prueba en general, etc.

“§ 1º.  De los principios formativos del proceso

Art. 425. Los procedimientos del trabajo serán orales, públicos y con-


centrados. Primarán en ellos los principios de la inmediación, impulso
procesal de oficio, celeridad, buena fe, bilateralidad de la audiencia
y gratuidad.
Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las excepciones
expresamente contenidas en esta ley.
Las actuaciones realizadas oralmente, por o ante el juez de la
causa, serán registradas por cualquier medio apto para producir fe y
que permita garantizar la fidelidad, conservación y reproducción de
su contenido. Se considerarán válidos, para estos efectos, la grabación
en medios de reproducción fonográfica, audiovisual o electrónica. La
audiencia deberá ser registrada íntegramente, como asimismo todas las
resoluciones, incluyendo la sentencia que dicte el juez fuera de ella.

Art. 426. En las citaciones a las audiencias, se hará constar que se


celebrarán con las partes que asistan, afectándole a la que no concurra
todas las resoluciones que se dicten en ella, sin necesidad de ulterior
notificación.
Las partes podrán concurrir a estas audiencias por intermedio de
mandatario, el que se entenderá de pleno derecho facultado para tran-
sigir, sin perjuicio de la asistencia de sus apoderados y abogados.
Iniciada la audiencia, ésta no podrá suspenderse. Excepcional-
mente, y sólo en el evento de caso fortuito o fuerza mayor, el juez podrá,
mediante resolución fundada, suspender la audiencia. En el mismo
acto deberá fijar nuevo día y hora para su realización.
El tribunal deberá habilitar horarios especiales en caso de que el
desarrollo de la audiencia exceda al horario normal de su funciona-
miento.

Art. 427. Las audiencias se desarrollarán en su totalidad ante el juez


de la causa, el que las presidirá y no podrá delegar su ministerio. El
incumplimiento de este deber será sancionado con la nulidad insa-
neable de las actuaciones y de la audiencia, la que deberá declarar el
juez de oficio o a petición de parte.

38
EL JUICIO MONITORIO

Sin embargo, en los juzgados de letras que cuenten con un juez


y un secretario, y sólo cuando la Corte de Apelaciones respectiva no
ejerza la atribución que le confiere el artículo 47 del Código Orgánico
de Tribunales, el juez, cuando hubiere retardo en el despacho de los
asuntos sometidos al conocimiento del tribunal o cuando el mejor
servicio judicial así lo exigiere, podrá autorizar al secretario abogado,
para que, en calidad de suplente, asuma en todo el curso del juicio. En
este caso, se entenderá para todos los efectos legales que el juez falta en
su despacho, y sólo aquél podrá presidir la audiencia, dictar el fallo
y llevar a cabo todas las actuaciones que correspondan, aplicándose
a su respecto lo señalado en el inciso primero.

Art. 428. Los actos procesales serán públicos y deberán realizarse con


la celeridad necesaria, procurando concentrar en un solo acto aquellas
diligencias en que esto sea posible.

Art. 428 bis . Derogado.

Art. 429. El tribunal, una vez reclamada su intervención en forma


legal, actuará de oficio. Decretará las pruebas que estime necesarias,
aun cuando no las hayan ofrecido las partes y rechazará mediante
resolución fundada aquellas que considere inconducentes. De esta reso-
lución se podrá deducir recurso de reposición en la misma audiencia.
Adoptará, asimismo, las medidas tendientes a evitar la paralización
del proceso o su prolongación indebida y, en consecuencia, no será
aplicable el abandono del procedimiento.
El tribunal corregirá de oficio los errores que observe en la tramitación
del juicio y adoptará las medidas que tiendan a evitar la nulidad del
procedimiento. La nulidad procesal sólo podrá ser decretada si el vicio
hubiese ocasionado perjuicio al litigante que la reclama y si no fuese
susceptible de ser subsanado por otro medio. En el caso previsto en el
artículo 427, el tribunal no podrá excusarse de decretar la nulidad.
No podrá solicitar la declaración de nulidad la parte que ha ori-
ginado el vicio o concurrido a su materialización.

Art. 430. Los actos procesales deberán ejecutarse de buena fe, facultándose


al tribunal para adoptar las medidas necesarias para impedir el fraude,
la colusión, el abuso del derecho y las actuaciones dilatorias.
El juez podrá rechazar de plano aquellas actuaciones que considere
dilatorias.

39
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Se entenderá por actuaciones dilatorias todas aquellas que con el


sólo objeto de demorar la prosecución del juicio sean intentadas por
alguna de las partes. De la resolución que declare como tal alguna
actuación, la parte afectada podrá reponer para que sea resuelta en
la misma audiencia.

Art. 431. En las causas laborales, toda actuación, trámite o diligencia


del juicio, realizada por funcionarios del tribunal será gratuita para
las partes. El encargado de la gestión administrativa del tribunal será
responsable de la estricta observancia tanto de esta gratuidad como
del oportuno cumplimiento de las diligencias.
Las partes que gocen de privilegio de pobreza tendrán derecho a
defensa letrada gratuita por parte de las respectivas Corporaciones
de Asistencia Judicial o, en su defecto, por un abogado de turno, o
del sistema de defensa gratuita que disponga la ley. Asimismo, ten-
drán derecho, a que todas las actuaciones en que deban intervenir
auxiliares de la administración de justicia se cumplan oportuna y
gratuitamente.
Las defensas orales sólo podrán ser efectuadas por abogados ha-
bilitados.

§ 2º.  Reglas Comunes

Art. 432. En todo lo no regulado en este Código o en leyes especiales,


serán aplicables supletoriamente las normas contenidas en los Libros
I y II del Código de Procedimiento Civil, a menos que ellas sean con-
trarias a los principios que informan este procedimiento. En tal caso,
el tribunal dispondrá la forma en que se practicará la actuación
respectiva.
No obstante, respecto de los procedimientos especiales establecidos en
los Párrafos 6º y 7º de este Capítulo II, se aplicarán supletoriamente,
en primer lugar, las normas del procedimiento de aplicación general
contenidas en su Párrafo 3º.

Art. 433. Siempre que alguna de las partes lo solicite para sí, y el


tribunal acceda a ello, las actuaciones procesales, a excepción de las
audiencias, podrán realizarse por medios electrónicos que permitan su
adecuada recepción, registro y control. En este caso el administrador
del tribunal deberá dejar constancia escrita de la forma en que se
realizó dicha actuación.

40
EL JUICIO MONITORIO

Art. 434. Las partes deberán comparecer con patrocinio de abogado


y representadas por persona legalmente habilitada para actuar en
juicio.
El mandato judicial y el patrocinio constituido en el Tribunal de
Letras del Trabajo, se entenderá constituido para toda la prosecución
del juicio en el Tribunal de Cobranza Laboral y Previsional, a menos
que exista constancia en contrario.

Art. 435. Los plazos que se establecen en este Libro son fatales, salvo
aquellos establecidos para la realización de actuaciones propias del
tribunal, cualquiera que sea la forma en que se expresen. En conse-
cuencia, la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para
ejecutar un acto se extingue, por el solo ministerio de la ley, con el
vencimiento del plazo.
En estos casos, el tribunal, de oficio o a petición de parte, provee-
rá lo que convenga para la prosecución del juicio, sin necesidad de
certificado previo.
Los términos de días que establece este Título se entenderán sus-
pendidos durante los días feriados.
El feriado de vacaciones a que se refiere el artículo 313 del Código
Orgánico de Tribunales no regirá respecto de las causas laborales.

Art. 436. La primera notificación a la parte demandada deberá


hacerse personalmente, entregándosele copia íntegra de la resolución
y de la solicitud en que haya recaído. Al demandante se le notificará
por el estado diario.
Esta notificación se practicará por el funcionario que el juez de-
termine, atendiendo a las circunstancias del lugar en que funcione
el tribunal y restantes consideraciones que miren a la eficacia de la
actuación. La parte interesada podrá siempre encargar a su costa la
práctica de la notificación a un receptor judicial.
En los lugares y recintos de libre acceso público la notificación
personal se podrá efectuar en cualquier día y a cualquier hora, pro-
curando causar la menor molestia al notificado.
Además, la notificación personal se podrá efectuar en cualquier
día, entre las seis y las veintidós horas, en la morada o lugar donde
pernocta el notificado, en el lugar donde ordinariamente ejerce su
industria, profesión o empleo, o en el recinto del tribunal.
El juez podrá, por motivos fundados, ordenar que la notificación
se practique en horas diferentes a las indicadas en el inciso anterior.

41
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Si la notificación se realizare en día inhábil, los plazos comenzarán


a correr desde las cero horas del día hábil inmediatamente siguiente.

Art. 437. En los casos en que no resulte posible practicar la notificación


personal, por no ser habida la persona a quien debe notificarse y siempre
que el ministro de fe encargado de la diligencia establezca cuál es su
habitación o el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión
o empleo y, tratándose de persona natural, que se encuentra en el lugar
del juicio, de lo que dejará constancia, se procederá a su notificación en
el mismo acto y sin necesidad de nueva orden del tribunal, entregándose
las copias a que se refiere el inciso primero del artículo precedente a cual-
quier persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar donde
la persona a quien debe notificarse habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo. Si, por cualquier causa, ello no fuere posible, la
notificación se hará fijando, en lugar visible, un aviso que dé noticia
de la demanda, con especificación exacta de las partes, materia de la
causa, juez que conoce de ella y resoluciones que se notifican. En caso
que la habitación o el lugar en que pernocta la persona a quien debe
notificarse, o aquel donde habitualmente ejerce su industria, profesión
o empleo, se encuentre en un edificio o recinto al que no se permite libre
acceso, el aviso y las copias se entregarán al portero o encargado del
edificio, dejándose testimonio expreso de esta circunstancia.
El ministro de fe dará aviso de esta notificación a ambas partes,
el mismo día en que se efectúe o a más tardar el día hábil siguiente,
dirigiéndoles carta certificada. La omisión en el envío de la carta no
invalidará la notificación, pero hará responsable al infractor de los daños
y perjuicios que se originen y el tribunal, previa audiencia del afectado,
deberá imponerle alguna de las medidas que se señalan en los números
2, 3 y 4 del artículo 532 del Código Orgánico de Tribunales.

Art. 438. Cuando se notifique la demanda a un trabajador en el lugar


donde ordinariamente preste sus servicios, deberá efectuarse siempre
en persona, si dicho lugar corresponde a la empresa, establecimiento
o faena que dependa del empleador con el cual litigue.

Art. 439. Cuando la demanda deba notificarse a persona cuya in-


dividualización o domicilio sean difíciles de determinar o que por
su número dificulten considerablemente la práctica de la diligencia,
el juez podrá disponer que la notificación se efectúe mediante la pu-
blicación de un aviso o por cualquier medio idóneo que garantice el

42
EL JUICIO MONITORIO

derecho a la defensa y los principios de igualdad y de bilateralidad


de la audiencia.
Si se dispone que la notificación se practique por aviso, éste se
publicará por una sola vez en el Diario Oficial u otro diario de cir-
culación nacional o regional, conforme a un extracto emanado del
tribunal, el que contendrá un resumen de la demanda y copia íntegra
de la resolución recaída en ella. Si el aviso se publicara en el Diario
Oficial, ello será gratuito para los trabajadores.

Art. 439 bis.41 En las causas laborales, los juzgados de letras del


trabajo de Santiago podrán decretar diligencias para cumplirse direc-
tamente en las comunas de San Miguel, San Joaquín, La Granja, La
Pintana, San Ramón, La Cisterna, El Bosque, Pedro Aguirre Cerda,
Lo Espejo, San Bernardo, Calera de Tango, Puente Alto, San José de
Maipo y Pirque sin necesidad de exhorto.
Lo dispuesto en el inciso anterior, se aplicará también en los juz-
gados de San Miguel y en los juzgados con competencia laboral de las
comunas de San Bernardo y Puente Alto, respecto de las actuaciones
que deban practicarse en Santiago o en cualquiera de ellos.
La facultad establecida en el inciso primero regirá, asimismo,
entre los juzgados de La Serena y Coquimbo; de Valparaíso y Viña
del Mar; de Concepción y Talcahuano; de Osorno y Río Negro, y de
Puerto Montt, Puerto Varas y Calbuco.
Con todo, si en cualquier región del país la cercanía y conectividad
de las comunas lo hace aconsejable, se podrán decretar diligencias
para ser realizadas sin necesidad de exhorto42.

Art. 440. Las resoluciones en que se ordene la comparecencia personal


de las partes, que no hayan sido expedidas en el curso de una audien-
cia, se notificarán por carta certificada.
Las notificaciones por carta certificada se entenderán practicadas
al quinto día siguiente a la fecha de entrega de la carta en la oficina
de correos, de lo que se dejará constancia.

41  Véase la Circular Nº 17 DDI-065 del Presidente de la Exma. Corte Supre-

ma de fecha 29 de abril de 2010, dirigido a todos los Presidentes de las Cortes


de Apelaciones del país, y en donde se expresa que se hace aplicable en todo el
territorio nacional el sistema interconectado digital interno, para la tramitación de
exhortos laborales, y en él se señala explícitamente: “no siendo necesario en ningún
caso el envío de antecedentes materialmente”.
42 Ibíd., nota anterior.

43
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Para los efectos de practicar las notificaciones por carta certificada


a que hubiere lugar, todo litigante deberá designar, en su primera ac-
tuación, un lugar conocido dentro de los límites urbanos de la ciudad
en que funcione el tribunal respectivo y esta designación se considerará
subsistente mientras no haga otra la parte interesada.
Respecto de las partes que no hayan efectuado la designación a que
se refiere el inciso precedente, las resoluciones que debieron notificarse
por carta certificada lo serán por el estado diario, sin necesidad de
petición de parte y sin previa orden del tribunal.

Art. 441. Las restantes resoluciones se entenderán notificadas a las


partes desde que se incluyan en el estado diario.

Art. 442. Salvo la primera notificación al demandado, las restantes


podrán ser efectuadas, a petición de la parte interesada, en forma
electrónica o por cualquier otro medio que ésta señale. En este caso,
se dejará debida constancia de haberse practicado la notificación en
la forma solicitada.

Art. 443. Los incidentes de cualquier naturaleza deberán promoverse


preferentemente en la audiencia respectiva y resolverse de inmediato.
Excepcionalmente, el tribunal podrá dejar su resolución para la sen-
tencia definitiva.

Art. 444. En el ejercicio de su función cautelar, el juez decretará todas


las medidas que estime necesarias para asegurar el resultado de la
acción, así como para la protección de un derecho o la identificación
de los obligados y la singularización de su patrimonio en términos
suficientes para garantizar el monto de lo demandado.
Con todo, las medidas cautelares que el juez decrete deberán ser
proporcionales a la cuantía del juicio.
Las medidas cautelares podrán llevarse a efecto antes de notifi-
carse a la persona contra quien se dicten, siempre que existan razones
graves para ello y el tribunal así lo ordene. Transcurridos cinco días
sin que la notificación se efectúe, quedarán sin valor las diligencias
practicadas.
Las medidas precautorias se podrán disponer en cualquier estado
de tramitación de la causa aun cuando no esté contestada la deman-
da o incluso antes de su presentación, como prejudiciales. En ambos
casos se deberá siempre acreditar razonablemente el fundamento y la

44
EL JUICIO MONITORIO

necesidad del derecho que se reclama. Si presentada la demanda al


tribunal respectivo persistieran las circunstancias que motivaron su
adopción, se mantendrán como precautorias. Si no se presentare la
demanda en el término de diez días contados desde la fecha en que la
medida se hizo efectiva, ésta caducará de pleno derecho y sin necesidad
de resolución judicial, quedando el solicitante por este solo hecho res-
ponsable de los perjuicios que se hubiere causado. Con todo, por motivos
fundados y cuando se acredite por el demandante el inminente término
de la empresa o su manifiesta insolvencia, el juez podrá prorrogar las
medidas prejudiciales precautorias por el plazo prudencial que estime
necesario para asegurar el resultado de la litis.
Habiendo sido notificada la demanda, la función cautelar del
tribunal comprenderá la de requerir información de organismos públi-
cos, empresas u otras personas jurídicas o naturales, sobre cualquier
antecedente que a criterio del juez contribuya al objetivo perseguido.

Art. 445. En toda resolución que ponga término a la causa o resuelva


un incidente, el juez deberá pronunciarse sobre el pago de las costas
del procedimiento, tasando las procesales y regulando las personales,
según proceda.
Cuando el trabajador ha litigado con privilegio de pobreza, las
costas personales a cuyo pago sea condenada la contraparte pertene-
cerán a la respectiva Corporación de Asistencia Judicial, al abogado
de turno, o a quien la ley señale”.

45
§ 7. Inicio del procedimiento
monitorio

La doctrina nacional43, ha señalado que el procedimiento moni-


torio tiene dos fases, una fase previa, de carácter administrativa, y
la segunda, jurisdiccional. Sin embargo, la primera no constituye
una etapa del juicio. Pereira Lagos, explica que los artículos 496
y 498 del Código del Trabajo, no serían normas procesales pro-
piamente dichas, sino que de Derecho Administrativo, porque
regulan funciones de un servicio de la administración pública44.
Siguiendo al mismo autor nacional, el reclamo ante la Inspección
del Trabajo es un requisito de procesabilidad en el juicio monito-
rio45. Lo que implica, la necesariedad de acudir previamente a la
Inspección del Trabajo, conforme los artículos 496 y ss. (CT).
El juicio monitorio, es conforme la actual legislación, la única vía
procesal idónea para demandar la separación ilegal (art. 201 CT)
y las contiendas cuya cuantía sea igual o inferior a diez ingresos
mínimos mensuales, sin considerar allí, en su caso, los aumentos
legales que fueren procedentes (art. 496 CT)46.

43  Pereira L., Rafael, El procedimiento monitorio laboral, Editorial Abeledo Perrot,

Legal Publishing, Santiago, 2010, pp. 46 y ss.


44 Ibíd., nota al pie Nº 71, p. 46.
45  Salvo el caso del juicio monitorio por separación ilegal de la trabajadora

con fuero, contemplado en el artículo 201 (CT); en este caso, no es necesario


reclamar previamente ante la Inspección del Trabajo.
46  Pereira, ob. cit., p. 55.

47
§ 8. Reclamo y comparendo
en sede administrativa

De acuerdo al artículo 497, es conditio sine qua non (para pos-


teriormente demandar a través del procedimiento monitorio)
que el trabajador haya deducido reclamo ante la Inspección del
Trabajo que corresponda47, la que deberá fijar día y hora para la
realización de un comparendo posterior.
De estas dos actuaciones queda registro documental, vale decir,
tanto del reclamo, cuanto del comparendo. Más adelante explicare-
mos, que la copia autorizada del documento acta de comparendo,
es de aquellos que necesariamente deben ser acompañados a la
demanda en juicio monitorio.
Tanto para el reclamo, como para el comparendo, no es nece-
sario comparecer con patrocinio de abogado, lo que no significa
que esté proscrito. Se permite comparecer a través de mandatario
en sede administrativa, siempre que éste tenga las facultades de
ambos incisos del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil,
principalmente la facultad de transigir.
La citación al comparendo de conciliación ante la Inspección
del Trabajo, puede ser de dos tipos alternativos, no copulativos:
a) Mediante carta certificada, en los términos del artículo 508,
esto es, a través de carta certificada que remita la Inspección
del Trabajo respectiva, dirigida al domicilio que las partes hayan
fijado en el contrato de trabajo, en el instrumento colectivo o pro-
yecto de instrumento cuando se trate de actuaciones relativas
a la negociación colectiva, al que aparezca de los antecedentes
propios de la actuación de que se trate o que conste en los re-
gistros propios de la mencionada Dirección. La notificación se
47 La más próxima al acceso del trabajador, aquí no rigen las reglas de compe-

tencia propias del órgano jurisdiccional.

49
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

entenderá practicada al sexto día hábil contado desde la fecha


de su recepción por la oficina de Correos respectiva, de lo que
deberá dejarse constancia por escrito. No es necesario corrobo-
rar el estado de la recepción. El requisito legal, se satisface sólo
remitiendo la carta certificada 48; o
b) A través de un funcionario de la misma Inspección del
Trabajo, quien actuará en calidad de ministro de fe, para todos
los efectos legales. En este caso, deberá entregarse personalmente
dicha citación al empleador o, en caso de no ser posible, a persona
adulta que se encuentre en el domicilio del reclamado.
En el comparendo administrativo de estilo, las partes deberán
concurrir con los instrumentos probatorios de que dispongan,
tales como49 contrato de trabajo, balances, comprobantes de
remuneraciones, registros de asistencia y otros que estimen per-
tinentes. Se levantará acta de todo lo obrado en el comparendo,
entregándose copia autorizada a las partes que asistan.
Si el requerido (empleador) no asiste, el comparendo se
lleva a efecto de todas maneras, lo relevante es que hubiere sido
emplazado conforme cualquiera de las dos alternativas señaladas
precedentemente. Ahora bien, si fuera el trabajador (reclamante)
el que no se presenta al comparendo, estando legalmente citado,
se pondrá término a dicha instancia administrativa, archivándose
los antecedentes (art. 498 inc. 1º CT). Esto trae como consecuen-
cia que no podrá demandar luego, vía procedimiento monitorio,
quedando sí abierta la puerta para accionar a través del procedi-
miento de aplicación general (art. 498 inc. 2º).

48 Lo anterior es relevante de destacar, toda vez que en algún momento,

los juzgados del trabajo en Copiapó, rechazaban la tramitación mediante juicio


monitorio si el funcionario de la Inspección del Trabajo, expresaba en el acta de
comparendo la frase “desconociéndose el estado de la notificación”. El requisito, como
señalamos, es la remisión de la carta, no la constatación de la recepción. El criterio afor-
tunadamente cambió, ya que varias causas que debieron tramitarse mediante juicio
monitorio, tuvieron que serlo a través de procedimiento de aplicación general,
con la consecuente dilación temporal. Vide sólo por vía de ejemplo Rit Nº O-229-
2009, Nº O-1-2010 ambas del JL de Copiapó, particularmente véanse las actas de
comparendo y las resoluciones de fechas 28/12/2009; 06/01/2010, las que se
puede consultar en la web del Poder Judicial.
49  Enumeración por vía de ejemplo, vale decir, no taxativa.

50
§ 9. La demanda en el procedimiento
monitorio

Si en el comparendo administrativo explicado en el párrafo


anterior, no se produjere conciliación entre las partes, acuerdo
incompleto (parcial), y en el caso que el reclamado no concurra
al comparendo, el trabajador podrá interponer demanda a través
del procedimiento monitorio ante el juez del trabajo competente,
dentro del plazo establecido en los artículos 168 y 201 de este
Código, según corresponda (art. 499 inc. 1º).
La competencia relativa, en materia procesal laboral, la esta-
blece el artículo 423, esto es, será juez competente para conocer
de estas causas laborales, el del domicilio del demandado o el del
lugar donde se presten o se hayan prestado los servicios, a elección del
demandante, sin perjuicio de lo que dispongan leyes especiales. La
competencia territorial no podrá ser prorrogada expresamente por las
partes. Asimismo, podrá interponerse la demanda ante el tribunal del
domicilio del demandante, cuando el trabajador haya debido trasladar su
residencia con motivo del contrato de trabajo y conste dicha circunstancia
en el respectivo instrumento.
En cuanto a los plazos mencionados precedentemente, estos
son aquellos de los artículos 168 y 201, vale decir, en las causas
de despido (carente de causa legal, injustificado, indebido o im-
procedente) sesenta días hábiles, contado desde la separación
del trabajador, este plazo, se suspende cuando, dentro de éste,
el trabajador interpone el reclamo a que hicimos referencia
precedentemente. Dicho plazo seguirá corriendo una vez con-
cluido este trámite ante dicha Inspección, lo que ocurre con la
realización del comparendo administrativo. No obstante lo an-
terior, en ningún caso podrá recurrirse al tribunal transcurridos
noventa días hábiles desde la separación del trabajador (plazo
de caducidad art. 168); en las causas de separación ilegal de una

51
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

madre con fuero (art. 201), sesenta días hábiles contados desde


el despido.
Agreguemos a lo anterior, los plazos de prescripción men-
cionados en el artículo 510, el cual dispone que los derechos
regidos por el Código del Trabajo, prescribirán en el plazo de
dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigibles.
En todo caso, las acciones provenientes de los actos y contratos a que se
refiere este Código (cobro de prestaciones laborales) prescribirán en
seis meses contados desde la terminación de los servicios. Asimismo, la
acción para reclamar la nulidad del despido, por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 162, prescribirá también en el plazo de
seis meses contados desde la suspensión de los servicios. El derecho al
cobro de horas extraordinarias prescribirá en seis meses contados desde
la fecha en que debieron ser pagadas. Los plazos de prescripción es-
tablecidos en este Código no se suspenderán, y se interrumpirán
en conformidad a las normas de los artículos 2.523 y 2.524 del
Código Civil. Con todo, la interposición de un reclamo adminis-
trativo debidamente notificado ante la Inspección del Trabajo
respectiva, dentro de los plazos indicados en los incisos primero,
segundo, tercero y cuarto, suspenderá también la prescripción,
cuando la pretensión manifestada en dicho reclamo sea igual a
la que se deduzca en la acción judicial correspondiente, emane
de los mismos hechos y esté referida a las mismas personas. En
estos casos, el plazo de prescripción seguirá corriendo concluido
que sea el trámite ante dicha inspección y en ningún caso podrá
exceder de un año contado desde el término de los servicios.

52
§ 10. Requisitos de la demanda
en el juicio monitorio

El artículo 499, es particularmente escueto en este punto, señala


que la demanda deberá interponerse por escrito y contener las
menciones a que se refiere el artículo 446 de este Código, agrega
que deberá acompañarse a ella el acta levantada en el comparen-
do celebrado ante la Inspección del Trabajo y los documentos
presentados en éste, exigencia que no es aplicable en el caso de
demanda por separación ilegal del artículo 201.
Es escueto, porque la demanda en juicio monitorio, debe
estar redactada y fundada en tales términos, que lleve en lo posible
al juez (como lo veremos más adelante) a pronunciar sentencia
(provisoria) que la acoja, en forma inmediata. La teoría del caso, debe
desprenderse claramente de la sola lectura de la demanda y los
documentos acompañados.
Lo anterior, no significa que la demanda deba convertirse en
un Tratado de Derecho Laboral chileno y comparado, la exigencia es
de fundamentación (exposición circunstanciada), precisión, clari-
dad y concisión. La redacción de la demanda, debe estar basada
y concatenada lógicamente con la prueba documental que debe
acompañarse en esta demanda especial, que hace excepción a la
regla de acompañamiento de documentos en el procedimiento
de aplicación general.
En efecto, en el procedimiento de aplicación general, sólo
se acompañan algunos documentos. El inciso segundo del ar-
tículo 446, señala que en dicho procedimiento, la prueba docu-
mental sólo se podrá presentar en la audiencia preparatoria. Sin
embargo, deberá presentarse conjuntamente con la demanda,
aquella que dé cuenta de las actuaciones administrativas que se
refieren a los hechos contenidos en esa. Dicho de otra manera,
no se acompañan documentos a la demanda, salvo, los documentos

53
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

administrativos, v. gr., el reclamo y el comparendo en sede ad-


ministrativa.
En cambio, en el procedimiento monitorio50, conforme el
artículo 499, deben acompañarse a la demanda, el acta levantada
en el comparendo celebrado ante la Inspección del Trabajo y
los documentos presentados en éste. No toda la documentación
allí aportada, máxime teniendo presente que no toda ella, es de
acceso del trabajador, como podría ser el libro de asistencia. La
documentación que exige el artículo 499 para el demandante,
refiere tanto al acta de comparendo (ineludible), como a aquéllos
instrumentos aportados por el trabajador en sede administrativa, no
los que expuso el empleador, habida cuenta a que el demandante,
muchas veces no tiene acceso a aquéllos51.
El mismo artículo 499, manda aplicar los requisitos de la de-
manda laboral contenidos en el artículo 446. La demanda labo-
ral en juicio monitorio52, además de pre-suma, suma, y los demás
requisitos aplicables a todo escrito judicial, debe contener: 1º. La
designación del tribunal ante quien se entabla; 2º. El nombre,
apellidos, domicilio y profesión u oficio del demandante y en
su caso de las personas que lo representen, y naturaleza de la
representación; 3º. El nombre, apellidos, domicilio y profesión u
oficio del demandado; 4º. La exposición clara y circunstanciada de
los hechos y consideraciones de derecho en que se fundamenta;
y, 5º. La enunciación precisa y concreta de las peticiones que se
someten a la resolución del tribunal.
No es en caso alguno (no lo establece la Ley), limitar las
pretensiones demandadas jurisdiccionalmente, a lo dicho por el
trabajador en sede administrativa. Lo anterior, sería incluir requi-
sitos no dispuestos por la Ley. En efecto, un trabajador, no tiene
por qué saber precisiones técnicas, y argumentaciones estratégicas,
que sólo el letrado puede plasmar en su escrito de demanda. La
instancia administrativa, no es un ante juicio, que haga precluir los

50  Salvo el juicio de reincorporación del artículo 201 que hemos hecho refe-
rencia precedentemente.
51  En anexo al presente trabajo, aparecen formularios de demandas, con

el respectivo otrosí que acompaña los documentos, haciendo expresa mención


a que los documentos que se acompañan, son aquellos a los que el trabajador
(demandante) ha tenido acceso.
52  Véanse en anexo al presente trabajo, formularios de diversos tipos de de-

mandas en juicio monitorio.

54
EL JUICIO MONITORIO

derechos no reclamados en dicha sede. Tampoco, le es aplicable el


efecto procesal penal, de la formalización, que amarra al fiscal en
la acusación. Obviamente, debe existir coherencia entre lo pedido
en sede administrativa, y lo dicho luego en la demanda. Empero,
insistimos en que no es requisito, por ejemplo, incluir como de-
manda de prestación laboral adeudada, en un juicio monitorio por
despido injustificado, en el caso que al fiscalizador se le hubiere
olvidado orientar al trabajador, que tenía derecho (por ejemplo)
al feriado legal o proporcional debido. Es perfectamente incluible
esta prestación en la demanda monitoria, siempre que encuadre
en los montos relativos a la cuantía exigida por el artículo 496.
Ahora bien, si el juez considera que no procede la petición, debe
rechazar la demanda, o citar a audiencia, conforme lo veremos a
continuación, pero no (creemos) negarle lugar a la tramitación
del juicio, es tarea de la contraparte –en la dialéctica del eventual
litigio– desvirtuar la pretensión.
La demanda, debe contener patrocinio de abogado, conforme
lo dispuesto en el artículo 43453.

53 Las partes deberán comparecer con patrocinio de abogado y representadas


por persona legalmente habilitada para actuar en juicio. El mandato judicial y el
patrocinio constituido en el Tribunal de Letras del Trabajo, se entenderá cons-
tituido para toda la prosecución del juicio en el Tribunal de Cobranza Laboral y
Previsional, a menos que exista constancia en contrario (art. 434).

55
§ 11.  Proveído de la demanda
en juicio monitorio

Antes de referirnos a la resolución(es) tipo en esta materia, preciso


es hacer mención en este punto al artículo 447, el cual establece
que el juez deberá declarar de oficio cuando se estime incompe-
tente para conocer de la demanda, en cuyo caso así lo declarará,
señalará el tribunal competente, y le enviará los antecedentes.
Además, si de los datos aportados en la demanda se desprendiere
claramente la caducidad de la acción, el tribunal deberá decla-
rarlo de oficio y no admitirá a tramitación la demanda respecto
de esa acción. De esta resolución, sólo cabe apelación, conforme
lo dispuesto en el artículo 47654.
Pues bien, frente a la determinación a la resolución posible
a la demanda en juicio monitorio planteada por el actor, la Ley,
ofrece diversas alternativas al juez. En efecto, conforme el ar-
tículo 500, en caso que el juez estime fundadas las pretensiones del
demandante, las acogerá inmediatamente; en caso contrario las
rechazará de plano. Para pronunciarse, deberá considerar, entre
otros antecedentes, la complejidad del asunto que se somete a su
decisión, la comparecencia de las partes en la etapa administrativa
y la existencia de pagos efectuados por el demandado. En caso de
no existir antecedentes suficientes para este pronunciamiento, el
tribunal deberá citar a la audiencia establecida en la misma norma,
y a la que nos referiremos más adelante.

54  Sólo serán susceptibles de apelación las sentencias interlocutorias que pongan

término al juicio o hagan imposible su continuación, las que se pronuncien sobre


medidas cautelares y las que fijen el monto de las liquidaciones o reliquidaciones de
beneficios de seguridad social. Tratándose de medidas cautelares, la apelación de la
resolución que la otorgue o que rechace su alzamiento, se concederá en el solo efecto
devolutivo. De la misma manera se concederá la apelación de las resoluciones que fijen
las liquidaciones o reliquidaciones de beneficios de seguridad social (art. 476).

57
§ 12.  Juez no cita a audiencia
y rechaza demanda

Puede suceder, que el tribunal, al proveer la demanda, no adquiera


suficiente convicción, ni siquiera para citar a audiencia. En este
caso, rechazará la demanda.

La resolución, tipo, podría ser:


“VISTOS: Que de los antecedentes acompañados por la actora, no
se estima suficientemente fundadas sus pretensiones y, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 500 del Código del Trabajo, se resuelve:
I. Que SE RECHAZA la demanda interpuesta. II. Que conforme lo dis-
pone el artículo 445 del Código del Trabajo y, atendida la naturaleza
de este procedimiento, no se condena en costas a la demandante. Se
advierte a las partes que sólo podrán reclamar de ésta resolución, ante
este mismo tribunal, dentro del plazo de diez días hábiles contados desde
su notificación. Si no se presenta reclamo, o si éste es extemporáneo,
se certificará dicho hecho, adquiriendo esta resolución el carácter de
sentencia definitiva ejecutoriada para todos los efectos legales. Notifí-
quese al demandante por correo electrónico”.
Frente a esta situación, queda llana la posibilidad de accionar,
y deducir reclamación por parte del trabajador-demandante,
conforme se explicará en los siguientes párrafos.

59
§ 13.  Juez rechaza demanda
y cita a audiencia

A diferencia de lo expuesto en el acápite precedente, puede


resultar que al juez del trabajo, no se le logre convencer total-
mente, como para acoger de inmediato la demanda en juicio
monitorio, sin embargo, la misma, tiene visos de ser aceptada
(eventualmente en juicio), para lo anterior, si bien rechaza en
forma inmediata el acoger la demanda en los términos plantea-
dos, sí cita a audiencia.

La resolución tipo, a este efecto, podría ser:


“No existiendo antecedentes suficientes, para emitir pronunciamiento
y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 500 del Código del Tra-
bajo, cítese a las partes a la audiencia de contestación, conciliación y
prueba, para el ……… de … de 20…, a las … : … horas, en Sala
…………… Las partes deberán asistir a la audiencia con todos los
medios de prueba y, en caso de comparecer a través de mandatario,
éste deberá estar expresamente revestido de la facultad de transigir, sin
perjuicio de la asistencia obligatoria de sus abogados. La audiencia
tendrá lugar con solo la parte que asista, afectándole a la que no
concurra todas las resoluciones que se dicten en ella, sin necesidad de
ulterior notificación”.

61
§ 14.  Juez acoge provisionalmente
la demanda en juicio monitorio

Ya expresamos (y de ahí la necesidad de redactar especialmente


bien las demandas en juicio monitorio), que conforme el ar-
tículo 500, en caso que el juez estime fundadas las pretensiones
del demandante, las acogerá inmediatamente. Para pronunciarse,
deberá considerar, entre otros antecedentes, la complejidad del
asunto que se somete a su decisión, la comparecencia de las par-
tes en la etapa administrativa y la existencia de pagos efectuados
por el demandado.
Esta resolución que acoge la demanda en juicio monitorio,
tiene una naturaleza jurídica especial y potencial.
Especial, porque aquí cobra real valor el juicio monitorio o man-
dato de admonición, en el sentido que se requiere inmediatamente
al demandado para que pague lo establecido en la sentencia, sin
necesidad de juicio ni de emplazamiento a la contraria.
Lo anterior, no alterna en caso alguno el due process of law,
toda vez que, como veremos, queda llana la vía de la reclamación
por parte del demandado.
Ahora bien, al demandado, frente a la notificación de esta
sentencia (provisoria, toda vez que está expuesta a reclamo), pue-
de estudiar la misma, y analizar (desde la perspectiva utilitaria
costo v/s beneficio), si es más conveniente pagar en el plazo judicial
establecido, o bien, reclamar, para que se transforme en litigioso
un conflicto que (sin mediar reclamación dentro de plazo legal)
se convierte en ejecutivo por el solo ministerio de la Ley. Tómese
en especial consideración, que este pago, evita el pago de costas
procesales y personales.
Las resoluciones tipo, en esta hipótesis podrían ser (se inclu-
yen dos modelos, uno sin los efectos de la llamada nulidad del

63
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

despido por infracción a la “Ley Bustos”55, y otra con, puesto que


sus efectos, sobretodo en relación al pago, son distintos):

55  Art. 162 inc. 4º, incorporado por la Ley Nº 19.631 (D.O. 28/09/1999):

“Para proceder al despido de un trabajador por alguna de las causales a que se refieren los
incisos precedentes o el artículo anterior, el empleador le deberá informar por escrito el estado
de pago de las cotizaciones previsionales devengadas hasta el último día del mes anterior
al del despido, adjuntando los comprobantes que lo justifiquen. Si el empleador no hubiere
efectuado el integro de dichas cotizaciones previsionales al momento del despido, éste no
producirá el efecto de poner término al contrato de trabajo. Con todo, el empleador podrá
convalidar el despido mediante el pago de las imposiciones morosas del trabajador, lo que
comunicará a éste mediante carta certificada acompañada de la documentación emitida por
las instituciones previsionales correspondientes, en que conste la recepción de dicho pago”.
La denominación “Ley Bustos”, refiere a su principal impulsor. Manuel Antonio
Bustos Huerta (1943-1999). Nació en San Enrique, comuna de Santo Domingo,
el 2 de diciembre de 1943; hijo adoptivo de Armando Bustos y Filomena Huerta.
Se casó con Elsa Huina y tuvieron dos hijas; y en segundo matrimonio, se casó con
la periodista Myriam Verdugo y tuvieron dos hijos. Se conocieron con Myriam,
en 1981, cuando ella lo entrevistó, en su calidad de líder sindical. A los 18 años
fue llamado al Servicio Militar, correspondiéndole realizarlo en el Regimiento de
Ingenieros de Tejas Verdes; ahí continuó con sus estudios y llegó hasta el segundo
año de humanidades. Fue un fervoroso católico, y desde muy joven demostró sus
cualidades innatas de dirigente. En el año 1963 realizó los primeros cursos como
pre-militante de la Democracia Cristiana y posteriormente ingresó en propiedad
a este partido. En el año 1967 asistió a una charla de un diputado de la V Región,
que hablaba de los derechos de los trabajadores. Esto, lo incentivó aún más, para
comprometerse con el Partido, el Demócrata Cristiano. Se estableció en Santiago;
trabajó en un principio como garzón de un restaurant en el Paradero 13 de la
Gran Avenida. Luego, ingresó a la Textil Andina por un corto período, pasando
después a desempeñarse como aprendiz de maquinista, en la fábrica de textiles
Sumar; después pasó a ser mecánico de mantenimiento, trabajando por más de 30
años en esa empresa. En este último lugar germinaría su liderazgo sindical; y en
1969, se incentivó, cuando asumió como dirigente del Sindicato de Trabajadores
de la Empresa. En 1972, la Democracia Cristiana lo presentó como candidato a la
Central Única de Trabajadores, CUT, resultando electo como dirigente nacional.
Cuando se produjo el Golpe de Estado en 1973, era dirigente de la Federación
Textil y de la Central Única de Trabajadores. Tras el Golpe, fue detenido el 12 de
septiembre y llevado al Estadio Nacional, siendo liberado gracias a los esfuerzos
del Cardenal Raúl Silva Henríquez. Así, durante este período prosiguió con sus
funciones políticas. En 1976 fue uno de los fundadores del denominado Grupo
de los 10, integrado, entre otros líderes, por el radical Tucapel Jiménez. Su interés
por coordinar el movimiento sindical, lo llevó, en 1981, a formar la Coordinadora
Nacional Sindical, CNS, integrada por dirigentes sindicales de todas las corrientes
opositoras al régimen militar y que sirvió de base para posteriormente crear el
Comando Nacional de Trabajadores. Estas organizaciones ilegales le significaron
en 1981 la acusación de falsa representatividad de estas agrupaciones sin personalidad
jurídica, por parte del Ministerio del Interior, por lo cual fue condenado por los
Tribunales, a seis meses de detención. Más tarde, el 2 de diciembre del año siguien-
te, llamó a una jornada de protestas en la Plaza Artesanos, lo que terminó con su
expulsión del país. Fuera de Chile se estableció en Roma; allí continuó su labor

64
EL JUICIO MONITORIO

a) Resolución, sin nulidad del despido:


“VISTOS: Que de los antecedentes acompañados por el actor; se estima
suficientemente fundadas sus pretensiones, y de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 500 del Código del Trabajo, se resuelve: I. Que
SE ACOGE la demanda interpuesta y se condena a la demandada
…………, a …………, correspondiente a ……… II. Que conforme lo
dispone el artículo 445 del Código del Trabajo y, atendida la naturaleza
de este procedimiento, no se condena en costas a la demandada. La(s)
suma(s) ordenada(s) mediante la presente resolución deberá ser pagada
con los reajustes e intereses que establece el artículo 63 del Código del
Trabajo. Se advierte a las partes que sólo podrán reclamar de ésta
resolución, ante este mismo tribunal, dentro del plazo de diez días
hábiles contados desde su notificación. Si no se presenta reclamo, o
si éste es extemporáneo, se certificará dicho hecho, adquiriendo esta
resolución el carácter de sentencia definitiva ejecutoriada para todos
los efectos legales, y se procederá a su ejecución, a través, de la uni-

política apoyado por el sindicalismo internacional. Regresó luego de diez meses,


retomando de inmediato su liderazgo. Así, en 1985 organizó, junto a otros de los
suyos otra jornada de protestas, lo que nuevamente le costó seis meses de cárcel.
Más tarde, en 1987, asumió interinamente como presidente de la CUT. Sin em-
bargo, inmediatamente vio interrumpida su dirigencia debido a que fue relegado
por un año y medio a Parral, por su participación en el paro de actividades para
reformar el Plan Laboral, efectuado el 7 de octubre de ese año. En su obligada
estadía en esa ciudad se dedicó, junto a un abogado, a asesorar a los lugareños
que querían sindicalizarse o adquirir conocimientos sobre Derecho Laboral.
También, fue nombrado vicepresidente de la CIOSL y colaboró en el comando
por la candidatura de Patricio Aylwin, al restaurarse la democracia. De regreso
en Santiago, fue oficialmente electo presidente de la CUT en 1990, desde donde
consiguió importantes acuerdos con empresarios y el Gobierno. Ese mismo año,
fue nombrado Consejero Nacional del Partido Demócrata Cristiano. Más adelante,
en 1995, asumió como segundo vicepresidente de la 82ª Conferencia Internacio-
nal del Trabajo y fue miembro del Consejo Administrativo de la Organización
Internacional del Trabajo, OIT. En 1996 se retiró de la CUT. En 1997, después de
completar su educación media, se presentó como candidato a diputado. Resultó
electo diputado, por el Distrito Nº 17, de la Región Metropolitana, período 1998
a 2002; integró la Comisión Permanente de Trabajo y Seguridad Social y la de
Vivienda y Desarrollo Urbano. Sin embargo, no pudo cumplir la totalidad de su
trabajo parlamentario, debido al prolongado cáncer que lo llevó a la muerte. Uno
de sus mayores aportes en la Cámara de Diputados, fue la creación de la bancada
social y la moción parlamentaria, presentada junto al diputado Rodolfo Seguel,
para obligar al empresario a acreditar el pago de las cotizaciones previsionales del traba-
jador al momento de ser despedido. Este proyecto llegó a ser Ley de la República y fue
publicada en el Diario Oficial un día después de su muerte. Falleció en Santiago,
el 27 de septiembre de 1999. Cfr., Reseñas parlamentarias Biblioteca del Congreso
Nacional, bcn.cl.

65
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

dad de cumplimiento de este Tribunal. Notifíquese a la demandada


personalmente”.
b) Resolución, con nulidad del despido: “VISTOS: Que de los
antecedentes acompañados por la actora, se estima suficientemente
fundadas sus pretensiones, y de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 500 del Código del Trabajo, se resuelve: –Que SE ACOGE
la demanda interpuesta con fecha ………, por ………, en contra
de ………, representado legalmente por ………, declarándose en
consecuencia: I. Que el despido de que fue objeto la demandante por
parte de su empleadora con fecha…, es carente de causal legal e injus-
tificado, por no haberse cumplido las formalidades establecidas en el
artículo 162 incisos 1º, 2º ,3º y 5º del Código del Trabajo, pues, de los
antecedentes aportados se desprende que la demandada al momento de
poner término a la relación laboral, habría informado dicha situación
verbalmente, sin que con posterioridad enviara una comunicación
escrita, detallando la causal legal invocada, los hechos en los que
se funda y el estado de pago de las cotizaciones previsionales de la
trabajadora, notificándola personalmente o por carta certificada. En
virtud de lo anterior, la demandada deberá pagar a la demandante
las siguientes prestaciones: –Indemnización sustitutiva del aviso
previo de despido por un total de ……… –Indemnización por años
de servicios por un total de ………; –Incremento legal por un monto
de ……… II. Que al no haberse invocado ni acreditado causal legal
alguna para poner término al contrato de trabajo, se entenderá para
todos los efectos legales que corresponda, que la relación laboral que
unía a las partes ha llegado a su fin por necesidades de le empresa;
III. Que la demandada…, deberá pagar a la demandante las remu-
neraciones y demás prestaciones originadas a causa de la relación
laboral, desde el día … y hasta que se acredite el pago efectivo
de las cotizaciones previsionales, salud y cesantía adeudadas a
la demandante, por cuanto, consta de los antecedentes invocados,
que la demandada no cumplió con la obligación contemplada en el
artículo 162 inciso 5º del Código del Trabajo, ni ha procedido a sa-
near dicha situación de conformidad con el inciso 6º siguiente de la
norma legal citada, toda vez que los certificados pertinentes reflejan
que no se han pagado las cotizaciones de las cotizaciones de seguri-
dad social señaladas en la demanda. IV. Que la demandada deberá
además pagar a la trabajadora, el Feriado proporcional a que tiene
derecho ésta, por la suma de ……… V. Que conforme lo dispone el

66
EL JUICIO MONITORIO

artículo 445 del Código del Trabajo y, atendida la naturaleza de este


procedimiento, no se condena en costas a la demandada. Las sumas
ordenadas mediante la presente resolución deberán ser pagadas con
los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código
del Trabajo, según corresponda. Se instruye al demandado (a) que,
para el caso de pagar las cotizaciones adeudadas, dentro de los 15
días siguientes a la notificación de esta resolución; no le será exigido
el pago de las remuneraciones y demás prestaciones consignadas en
el contrato de trabajo, que se originen en los meses posteriores a la
fecha de separación de funciones del trabajador, de conformidad a
lo previsto en el inciso 7º del artículo 162 del Código del Trabajo, si
así correspondiere. Se advierte a las partes que sólo podrán reclamar
de ésta resolución, ante este mismo tribunal, dentro del plazo de diez
días hábiles contados desde su notificación. Si no se presenta reclamo,
o si éste es extemporáneo, se certificará dicho hecho, adquiriendo esta
resolución el carácter de sentencia definitiva ejecutoriada para todos
los efectos legales, y se procederá a su ejecución, a través, de la unidad
de cumplimiento de este Tribunal. Notifíquese a la demandada por
funcionario habilitado del Tribunal y, en su caso, por carta certifi-
cada a la (s) institución (es) de seguridad social que corresponda de
acuerdo a lo previsto en el inciso 5º del artículo 446 del Código del
Trabajo”.

67
§ 15. La reclamación o reclamo
por parte del afectado

Acogida o denegada la demanda, conforme se expresó prece-


dentemente, corresponde que el afectado deduzca reclamación
o reclamo. Señala el artículo 500: “Las partes sólo podrán reclamar
de esta resolución dentro del plazo de diez días hábiles contado desde su
notificación, sin que proceda en contra de ella ningún otro recurso”.
Este especial instituto, corresponde a una herramienta procesal
o medio de impugnación56, que tiene por objeto transformar en
56 Respecto de la naturaleza jurídica de la reclamación o reclamo, seguiremos
en este punto el comentario de David Quintero Fuentes: “Es usual en el ámbito del
Derecho, investigar la naturaleza jurídica de determinadas instituciones. En algunas ocasio-
nes, estos intentos son infructuosos y los autores reconocen que ninguna de las alternativas
es satisfactoria, llegando incluso a admitir que se trata de una “institución sui géneris”.
Sin embargo, pocas veces nos detenemos a examinar qué entendemos por la expresión “natu-
raleza jurídica” o, para plantearlo en términos más provocadores: “¿cuál es la naturaleza
jurídica de la naturaleza jurídica?”. El planteamiento de la pregunta ya anticipa que con
ello se busca simplemente algo inexistente (…) Más allá de la búsqueda de la naturaleza
de las instituciones jurídicas se halla, en gran parte de las ocasiones, el afán de subsumir
un determinado problema bajo un específico esquema normativo ideado inicialmente para
casos diversos. Utilizar la técnica de la “naturaleza jurídica” contribuye a disfrazar la
aplicación por analogía de otras normas del ordenamiento, lo cual conllevaría cambiar su
extensión, argumentando que habría una “esencia” común entre otros casos expresamente
regulados por el legislador y las nuevas situaciones que van surgiendo, debido a lo cual,
éstas habrían sido considerados implícitamente en la regulación legal. Los tenaces trabajos
de los juristas por desentrañar la naturaleza jurídica de una determinada institución se
encuentran indefectible y terminantemente condenados a fracasar desde sus inicios. Entre
otras consideraciones, debido a que lo buscado, tal como se lo persigue, no tiene existencia
(…) La utilización de la técnica de la “naturaleza jurídica” encubre que nos enfrentamos a
una decisión acerca de la forma en que debemos comprender convencionalmente cierto texto.
Esta decisión es adoptada por el mismo intérprete, de acuerdo a sus preferencias y tomando
en cuenta múltiples consideraciones tales como la conciencia jurídica material, los factores
pragmáticos de interpretación, la búsqueda de un significado razonable, etc. Por eso no
sorprende que los autores difieran enormemente respecto a cuál sea la naturaleza jurídica
de una institución en particular. Manuel Atienza, en sus “Diez Consejos para escribir un
buen trabajo de dogmática”, expresa: “…muchos pseudoproblemas –especialmente, si han

69
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

litigioso un conflicto que ya había sido resuelto en sede jurisdic-


cional en forma provisoria, mediante la sentencia que acogió o
rechazó la demanda en juicio monitorio, por temas de fondo57.
Se trata de un acto jurídico procesal de parte afectada (no nos
pronunciaremos acerca de su naturaleza jurídica)58, que –como
dijimos– tiene por objeto evitar que la sentencia provisoria se
transforme en definitiva “por inactividad de la(s) parte(s)”, y
además, que el tribunal cite a audiencia única.

sido con asiduidad objeto de reflexión dogmática– pueden esconder un problema genuino que
se pone al descubierto cuando se lo enfoca desde el ángulo adecuado. Por ejemplo, cuando lo
que esté en cuestión sea la “naturaleza jurídica” de la institución X, no enfoque el problema
como si se tratara de descubrir la “verdadera esencia” de X. Por el contrario, comience por
indagar qué consecuencias tendría el que a X se le califique de Y o de Z. Luego trate de jus-
tificar por qué es preferible un tipo de consecuencias a otro. Cuando haya hecho esto último,
habrá resuelto ya el problema de la naturaleza jurídica de X”. ¿Qué se busca al indagar
sobre la naturaleza jurídica? Las posibilidades son varias, ya que esta expresión es usada
con propósitos diversos: a) determinar el régimen jurídico aplicable a una institución, a fin
de establecer cuáles son sus consecuencias jurídicas. Ello implica efectuar una operación de
calificación jurídica; b) identificar los elementos que la constituyen, es decir, cuáles son sus
hechos condicionantes; c) precisar los requisitos o condiciones que deben reunirse, según el
uso, para emplear la palabra; d) en otros casos (…), precisar los criterios de determinación
del quántum; e) en algunas ocasiones, determinar la validez y jerarquía de una norma
jurídica (de acuerdo a las normas que rigen la producción jurídica); f) dar contenido a un
concepto jurídico indeterminado; g) de modo más general que el anterior, emplear los espacios
de discrecionalidad que concede el Derecho. En la mayoría de estas situaciones se procura
integrar un vacío o laguna en el ordenamiento. ¿Por qué es deficiente como técnica de argu-
mentación? Porque puede implicar un ardid retórico: encubre esta actividad de integración,
presentándola como una mera descripción. La doctrina, en algún sentido, está “creando”
derecho (es lo que corresponde en estos casos), el problema está en que reclama para ello una
validez absoluta. Y carecemos de un procedimiento intersubjetivo para verificar la corrección
de esa conclusión (para captar esa naturaleza jurídica). Para aclarar debidamente las impli-
cancias de la determinación de la naturaleza jurídica de una institución, resulta sumamente
didáctico recordar el problema al que se enfrentaron los naturalistas del siglo XVIII, para
clasificar a una nueva especie descubierta: el ornitorrinco. “No hacía tantos años que Linneo
había establecido en su Sistema Natural (1755) la clasificación vigente de los animales, y el
lugar que en ella ocupaba la clase de los mamíferos no había hueco alguno para semejantes
extravagancias. Los naturalistas acabaron por crear un nuevo orden para él, el de los mo-
notremas, pero estuvieron discutiendo todos esos años si tal orden nuevo pertenecía a la clase
de las aves o a la de los mamíferos. Esta discusión desbordó hasta tal punto los límites de
la ciencia natural que acabó por llegar hasta el mismísimo pensamiento jurídico, y tuvo un
sorprendente eco en los escritos de uno de los más importantes juristas del siglo XIX”. (…)”
Quintero F., David, “Sobre la búsqueda de la naturaleza jurídica (…)”, Revista de
Derecho, vol. XXII Nº 2, diciembre, Valdivia, 2009, pp. 233, 241.

57 Como ya se expresó, si se rechaza la demanda vgr. por caducidad, es preciso


recurrir vía apelación.
58  Quintero, ob. cit.

70
EL JUICIO MONITORIO

El reclamo, carece de la necesidad de ser fundado59. Es más,


si la reclamación o reclamo, contiene fundamentos, alegaciones,
defensas, o derechamente se disfraza de contestación, no tiene
ningún efecto práctico, más bien al contrario, provee a la contra-
ria de insumos anticipados de información a los que sólo puede
acceder el demandante, al momento de contestarse la demanda
en forma oral. Por esta razón (incluso en términos estratégicos
para el demandado) no es conveniente anticipar opiniones ni
defensas en la reclamación.
Esta presentación (reclamación o reclamo), se redacta en
términos muy simples y concretos v. gr.:
“RECLAMACIÓN. S.J.L. del Trabajo ………………, abogado, por la
parte ……………, en autos sobre juicio monitorio laboral caratula-
dos …………. con …………., Rit Nº M- …. -20 …, a S.S. digo:
Que, conforme lo dispone el inciso 2º del artículo 500 del Código del
Trabajo, vengo en reclamar de la resolución de S.S., con el objeto que
cite a la audiencia prevista en el inciso 5º del mismo artículo. POR
TANTO, a S.S. pido tener por presentada reclamación, y cite a las partes
a audiencia única de conciliación, contestación y prueba”.
El reclamo puede ser deducido por el demandante, y/o por
el o los demandados, en el caso que se demande a más de uno,
conforme lo establece la Ley60. Puede ser deducido por el deman-
dante, tanto en el caso que se rechace la demanda, cuanto en el
caso que la demanda acoja parcialmente lo demandado.
Si el tribunal cita a audiencia, carece de sentido reclamar.
Para ejercer los respectivos derechos, está la audiencia en juicio
monitorio, con ello las garantías del debido proceso se encuentran
presentes en este procedimiento.

59 Pereira, ob. cit., p. 63.


60 El artículo 183-B, expresa que “la empresa principal será solidariamente responsable
de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los contratistas en favor de
los trabajadores de éstos, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan
por término de la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o período
durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la
empresa principal. En los mismos términos, el contratista será solidariamente responsable de las
obligaciones que afecten a sus subcontratistas, a favor de los trabajadores de éstos. La empresa
principal responderá de iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere
hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere el inciso siguiente. El trabajador, al entablar
la demanda en contra de su empleador directo, podrá hacerlo en contra de todos aquellos que
puedan responder de sus derechos, en conformidad a las normas de este Párrafo”.

71
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

La reclamación requiere de patrocinio de abogado, de acuerdo


a lo señalado en el artículo 43461.
En el evento que el empleador reclamare parcialmente de la
resolución que acoge las pretensiones del trabajador, se dicta sen-
tencia definitiva parcial respecto de lo no reclamado y se ejecuta en
los términos del inciso final del artículo 500 y del artículo 462.
Finalmente en este punto, diremos que conforme el inciso
penúltimo (segunda parte) del artículo 478, la reclamación se
convierte en un requisito de preparación de un eventual recurso
de nulidad. En efecto, expresa tal norma: “No producirán nulidad
aquellos defectos que no influyan en lo dispositivo del fallo, sin perjuicio
de las facultades de corregir de oficio que tiene la Corte durante el cono-
cimiento del recurso. Tampoco la producirán los vicios que, conocidos,
no hayan sido reclamados oportunamente por todos los medios de
impugnación existentes”.

61 Las partes deberán comparecer con patrocinio de abogado y representadas

por persona legalmente habilitada para actuar en juicio (art. 434 inc. 1º).

72
§ 16. Consecuencias jurídicas
de la no reclamación
para el empleador

Como pudimos ver, el escrito de reclamación es muy simple y


concreto. Además, permite que la sentencia condenatoria (pro-
visoria), se transforme en un llamado a audiencia en juicio moni-
torio, pudiendo en la misma contestar la demanda el empleador-
demandado, ejercer sus derechos, y presentar sus pruebas, para
(obviamente) defender sus legítimos intereses. Por otra parte, si
no reclama, no puede luego interponer el recurso de nulidad.
Frente a una sentencia provisoria en juicio monitorio, si el de-
mandado, no deduce reclamación dentro de plazo legal (diez
días hábiles contados desde la notificación), se convierte ésta en
sentencia firme y ejecutoriada, para todos los efectos legales. Apli-
cándose aquí, lo dispuesto en el artículo 462, y los contenidos en
el § 4º del título I del libro V, vale decir, las normas legales sobre
el cumplimiento de la sentencia y de la ejecución de los títulos ejecutivos
laborales62.

62  El artículo 463 del Código del Trabajo, expresa una regla clara. Dicha norma
señala que la tramitación de los títulos ejecutivos laborales se desarrollará de oficio
y por escrito por el tribunal, dictándose al efecto las resoluciones y ordenándose las
diligencias que sean necesarias para ello; agregando el artículo 466 que una vez
ejecutoriada la sentencia y transcurrido el plazo señalado en el artículo 462, el
tribunal ordenará el cumplimiento del fallo y lo remitirá, junto a sus anteceden-
tes, dentro de quinto día al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. De esta
suerte, hay un claro mandato del legislador, en el sentido que la fase de cumplimiento
(de sentencias y juicios ejecutivos) corresponde a una actividad que debe eje-
cutar de oficio el propio Tribunal. Este mandato legal, es una de las principales
motivaciones que tuvo el legislador, para acelerar los juicios y principalmente la
ejecución. La reforma procesal laboral, justamente, descansa en este mandato de
la ejecución de oficio por parte de los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional.
La delegación de esta obligación legal del tribunal, en los receptores de turno, ha
traído serios inconvenientes para los trabajadores, dejando en algunos casos a la
mera voluntad de estos auxiliares de la administración de justicia (que por lo demás

73
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Iniciada la ejecución, el tribunal, de oficio o a petición de


parte, podrá ordenar a la Tesorería General de la República que
retenga de las sumas que (por concepto de devolución de im-
puestos a la renta) corresponda restituir al ejecutado, el monto
objeto de la ejecución, con sus reajustes, intereses y multas. Esta
medida tendrá el carácter de cautelar (art. 467). Notificada la
liquidación (del crédito adeudado), las partes tendrán el plazo
de cinco días para objetarla, sólo si de ella apareciere que hay
errores de cálculo numérico, alteración en las bases de cálculo
o elementos o incorrecta aplicación de los índices de reajusta-

ejecutan una carga, que para el mismo caso de los abogados de turno, el Tribunal
Constitucional, declaró inconstitucional), tramitaciones puntuales como embargos
o retiros de especies. Creemos, que tal labor, por mandato expreso de la Ley, no
corresponde a los receptores de turno, sino que al propio tribunal. Esta razón,
señalada en términos expresos, en los artículos del Código del Trabajo recién
mencionados, también aparecen en la historia fidedigna del establecimiento de
dicha norma. El Mensaje Nº 4-350, del 22 de septiembre de 2003, Boletín Legislativo
Nº 3367-13, con el cual S.E. el Presidente de la República de la época, remitió al
H. Congreso Nacional el Proyecto de Ley para sustituir el procedimiento laboral,
señala en su acápite Nº 3, del Punto III del mismo, página 5, como Objetivo de
la Reforma: “Asegurar el efectivo y oportuno cobro de los créditos laborales”. Se expresa
en dicho documento, que la “efectividad de los derechos laborales no sólo ha de suponer
el reconocimiento y protección jurisdiccional de los mismos sino que también, a modo de
complemento ineludible, asegurar el efectivo y oportuno cobro de los créditos laborales, sean
ellos declarados por el órgano judicial o establecidos en títulos a los cuales la ley les asigna
mérito ejecutivo. En este sentido, el proyecto busca optimizar y agilizar los procedimientos de
cobro de las obligaciones laborales, poniendo énfasis en el impulso procesal de oficio del juez
en orden a llevar a adelante el procedimiento ejecutivo. Por otra parte, y en pos de los mismos
objetivos, se busca independizar el cobro de las cantidades adeudadas, sean éstas reconoci-
das por el deudor o declaradas por el juez en forma parcial, de la solución definitiva de las
materias controvertidas en el juicio, evitando que el discernimiento y fallo de estas últimas,
posterguen la solución de obligaciones que no tienen tal carácter”. Así las cosas, tanto en
el texto definitivo, como en la historia fidedigna de su establecimiento, queda
demostrado, que quien tiene a su cargo el procedimiento de ejecución, como
un efectivo poder-deber, es el tribunal. (A propósito de lo señalado en paréntesis
precedentemente: El tribunal Constitucional con fecha 28 de marzo de 2008, pu-
blicó en su portal web, la sentencia pronunciada en un proceso de inaplicabilidad
sobre la expresión “gratuitamente” del artículo 595, inciso primero del Código
Orgánico de Tribunales. En esta sentencia el Tribunal declara que la “exigencia
del turno gratuito que se impone al abogado requirente, como consecuencia de la aplicación
del artículo 595 del Código Orgánico de Tribunales en la gestión que se sigue ante la Corte
Suprema, resulta contraria a la Constitución Política de la República y, particularmente, a
su artículo 19, números 2, 20 y 16, y así se declarará… SE RESUELVE: QUE SE ACOGE
EL REQUERIMIENTO DE INAPLICABILIDAD DEDUCIDO A FOJAS 1, sólo en cuanto
se declara inaplicable, en la causa sobre apelación de recurso de protección que se sigue ac-
tualmente ante la Corte Suprema, Rol Nº 6626-2006, la expresión “gratuitamente” a que
alude el inciso primero del artículo 595 del Código Orgánico de Tribunales”).

74
EL JUICIO MONITORIO

bilidad o de intereses emanados de los órganos competentes. El


tribunal resolverá de plano la objeción planteada, pudiendo oír
a la contraria si estima que los antecedentes agregados a la causa
no son suficientes para emitir pronunciamiento (art. 469). La
parte ejecutada sólo podrá oponer, dentro del mismo plazo a que
se refiere el artículo anterior (cinco días hábiles), acompañando
antecedentes escritos de debida consistencia, alguna de las siguientes
excepciones (numerus clausus o enumeración taxativa): pago de la
deuda, remisión, novación y transacción. De la oposición se dará un
traslado por tres días a la contraria y con o sin su contestación
se resolverá sin más trámites, siendo la sentencia apelable en el
solo efecto devolutivo (art. 470).

75
§ 17.  Eventuales solicitudes previas
a la audiencia única

Si existen antecedentes fundados, y basados en los artículos 429 y


444 (tanto demandante como demandado) y teniendo presente
que existe en el juicio monitorio una sola audiencia en donde se
contesta la demanda, se fijan los hechos a probar, se desarrolla el
juicio y se produce la prueba, puede entonces solicitarse, previo
a la realización de la misma, las siguientes diligencias:
a) Probatorias. Conforme el artículo 429, “el tribunal una vez
reclamada su intervención en forma legal, actuará de oficio. Decretará
las pruebas que estime necesarias, aun cuando no las hayan ofrecido las
partes y rechazará mediante resolución fundada aquellas que considere
inconducentes. De esta resolución se podrá deducir recurso de reposición”.
En efecto, las partes, deben llegar a la audiencia, con todos sus
medios de prueba, incluidos los testigos. Si alguna de las partes, no
dispone de suficiente prueba, y fundamentando la petición (vale
decir, expresando y justificando la relación directa con el asunto
sometido al conocimiento del tribunal, la necesidad para la ade-
cuada resolución del conflicto, y sobre todo su pertinencia), puede
solicitar al juez, antes de la realización de la audiencia v. gr.:
– La exhibición de documentos (sobretodo el libro de asis-
tencia u otros a los que no tiene acceso el trabajador);
– La evacuación de oficios y/o informes a instituciones pú-
blicas o privadas;
– La citación de testigos;
– La declaración de la contraparte (absolución de posicio-
nes)63;

63  Art. 454 Nº 3: “Si el llamado a confesar no compareciese a la audiencia sin causa

justificada, o compareciendo se negase a declarar o diere respuestas evasivas, podrán presumirse

77
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

– Informe de peritos;
– Etc.
De acuerdo al artículo 453 Nº 8, si se diera lugar a alguna de
estas diligencias, el tribunal despachará todas las citaciones y ofi-
cios que correspondan cuando se haya ordenado la práctica de
prueba que, debiendo verificarse en la audiencia de juicio, requie-
ran citación o requerimiento. La resolución que cite a absolver
posiciones se notificará en el acto al absolvente (o personalmente,
por cédula, o según la forma que hubiere solicitado en la recla-
mación si fuere el caso). La absolución de posiciones sólo podrá
pedirse una vez por cada parte. La citación de los testigos deberá
practicarse por carta certificada, la que deberá despacharse con
al menos ocho días de anticipación a la audiencia, al domicilio
señalado por cada una de las partes que presenta la testimonial.
Sin perjuicio de lo anterior, cuando se decrete la remisión de
oficios o el informe de peritos, el juez podrá recurrir a cualquier
medio idóneo de comunicación o de transmisión de datos que
permita la pronta práctica de las diligencias, debiendo adoptar
las medidas necesarias para asegurar su debida recepción por el
requerido, dejándose constancia de ello. Cuando se rinda prueba
pericial, el informe respectivo deberá ser puesto a disposición de
las partes en el tribunal al menos tres días antes de la celebración
de la audiencia de juicio. El juez podrá, con el acuerdo de las
partes, eximir al perito de la obligación de concurrir a prestar
declaración, admitiendo en dicho caso el informe pericial como
prueba. La declaración de los peritos se desarrollará de acuerdo
a las normas establecidas para los testigos. El tribunal sólo dará
lugar a la petición de oficios cuando se trate de requerir informa-
ción objetiva, pertinente y específica sobre los hechos materia del
juicio. Cuando la información se solicite respecto de entidades

efectivas, en relación a los hechos objeto de prueba, las alegaciones de la parte contraria en la
demanda o contestación, según corresponda. La persona citada a absolver posiciones estará
obligada a concurrir personalmente a la audiencia, a menos que designe especialmente un
mandatario para tal objeto, el que si representa al empleador, deberá tratarse de una de las
personas a que se refiere el artículo 4º de este Código. La designación del mandatario deberá
constar por escrito y entregarse al inicio de la audiencia, considerándose sus declaraciones
para todos los efectos legales como si hubieren sido hechas personalmente por aquél cuya com-
parecencia se solicitó. Si los demandantes fueren varios y se solicitare la citación a confesar
en juicio de muchos o de todos ellos, el juez podrá reducir el número de quienes habrán de
comparecer, en especial cuando estime que sus declaraciones puedan resultar una reiteración
inútil sobre los mismos hechos”.

78
EL JUICIO MONITORIO

públicas, el oficio deberá dirigirse a la oficina o repartición en


cuya jurisdicción hubieren ocurrido los hechos o deban constar
los antecedentes sobre los cuales se pide informe. Las personas o
entidades públicas o privadas a quienes se dirija el oficio estarán
obligadas a evacuarlo dentro del plazo que fije el tribunal, el que
en todo caso no podrá exceder a los tres días anteriores al fijado
para la audiencia de juicio, y en la forma que éste lo determine,
pudiendo disponer al efecto cualquier medio idóneo de comu-
nicación o de transmisión de datos.
b) Cautelares. También pueden solicitarse antes de la realiza-
ción de la audiencia (e incluso en la misma demanda, o antes
de ella como medida prejudicial), medidas cautelares. Dispone
el artículo 444, que en el ejercicio de su función cautelar, el juez
decretará todas las medidas que estime necesarias para asegurar
el resultado de la acción, así como para la protección de un derecho
o la identificación de los obligados y la singularización de su patrimonio
en términos suficientes para garantizar el monto de lo demandado. Con
todo, las medidas cautelares que el juez decrete deberán ser pro-
porcionales a la cuantía del juicio. Las medidas cautelares podrán
llevarse a efecto antes de notificarse a la persona contra quien
se dicten, siempre que existan razones graves para ello y el tribunal
así lo ordene. Transcurridos cinco días sin que la notificación
se efectúe, quedarán sin valor las diligencias practicadas. Las
medidas precautorias se podrán disponer en cualquier estado de
tramitación de la causa aun cuando no esté contestada la demanda o
incluso antes de su presentación, como prejudiciales. En ambos casos se
deberá siempre acreditar razonablemente el fundamento y la necesidad
del derecho que se reclama. Si presentada la demanda al tribunal
respectivo persistieran las circunstancias que motivaron su adop-
ción, se mantendrán como precautorias. Si no se presentare la
demanda en el término de diez días contados desde la fecha en
que la medida se hizo efectiva, ésta caducará de pleno derecho
y sin necesidad de resolución judicial, quedando el solicitante
por este solo hecho responsable de los perjuicios que se hubiere
causado. Con todo, por motivos fundados y cuando se acredite
por el demandante el inminente término de la empresa o su manifiesta
insolvencia, el juez podrá prorrogar las medidas prejudiciales precautorias
por el plazo prudencial que estime necesario para asegurar el resultado de
la litis. Habiendo sido notificada la demanda, la función cautelar

79
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

del tribunal comprenderá la de requerir información de orga-


nismos públicos, empresas u otras personas jurídicas o naturales,
sobre cualquier antecedente que a criterio del juez contribuya al
objetivo perseguido.

80
§ 18.  Audiencia única
(conciliación, contestación,
prueba y sentencia)
en juicio monitorio

De acuerdo a los artículos 500 y 501, presentada la reclamación


dentro de plazo, el juez citará a las partes a una audiencia única de
conciliación, contestación y prueba, la que deberá celebrarse dentro
de los quince días siguientes a su presentación. Las partes deberán
asistir a la audiencia con todos sus medios de prueba y, en caso de
comparecer a través de mandatario, éste deberá estar expresamen-
te revestido de la facultad de transigir. La audiencia tendrá lugar
con sólo la parte que asista. El juez deberá dictar sentencia al término
de la audiencia, la que deberá contener las menciones señaladas
en los números 1, 2, 5, 6 y 7 del artículo 459.

81
§ 19. Inicio de la audiencia

Puede el juez (de acuerdo a sus facultades oficiosas vgr. art. 489),


proponer a las partes que previo al inicio formal de la audiencia
propiamente dicha, se verifiquen conversaciones exploratorias
de un eventual acuerdo conciliatorio en sede jurisdiccional. Lo
anterior, privilegia la celeridad del proceso, toda vez que si no
existe intención positiva de arribar a un acuerdo, es menester
continuar adelante con la audiencia, sin más trámite ni dilación.
Aunque la Ley (art. 500) señala que primero se verifica la conci-
liación, de todas formas puede el juez ordenar que se conteste
primero la demanda para formarse buen criterio a la hora de
proponer las bases de un eventual acuerdo. Siempre puede el
juez (en cualquier estado de la causa), proponer la vía alternativa
a la sentencia (acuerdo) como forma de solución del conflicto
jurisdiccional-laboral.
Si ninguna de las partes asistiere a la audiencia, tendrán el
derecho de solicitar, por una sola vez, conjunta o separadamente,
dentro de quinto día contados desde la fecha en que debió efec-
tuarse, nuevo día y hora para su realización. Las partes deberán
asistir a la audiencia con todos sus medios de prueba y, en caso de
comparecer a través de mandatario, éste deberá estar expresamente
revestido de la facultad de transigir. La audiencia tendrá lugar con
sólo la parte que asista, en este caso no puede haber suspensión.
En términos formales, esta audiencia, comienza con la rela-
ción somera que hará el juez de los contenidos de la demanda.
Posteriormente se exhorta al demandado para que conteste en
forma oral (no a través de minutas escritas), la demanda.

83
§ 20.  Salida autocompositiva:
avenimiento o conciliación64

Sabemos, que la autocomposición es aquella vía alternativa al


proceso, por medio de la cual se da solución a los conflictos
intersubjetivos de relevancia jurídica, en aquellas materias que
no está expresamente proscrita. Dentro de la denominada au-
tocomposición es posible encontrar diversos tipos de manifes-
tación de la misma, dentro de las que destacan el avenimiento,
la conciliación y la transacción. Esta última (conforme las normas
del Derecho Común) es esencialmente extrajudicial. El aveni-
miento constituye el acuerdo que se da en el transcurso de un
proceso judicial y en que la génesis del mismo se origina por
motivación espontánea de las partes en conflicto, sin interven-
ción del órgano jurisdiccional. En la conciliación, si bien el
resultado también es un acuerdo entre las partes en conflicto, la
iniciativa parte del tribunal.
En esta sede, y en las tratativas preliminares al arribo del acuer-
do, no es recomendable dar razones de fondo. Aquí el telos, es
arribar a un acuerdo: la discusión, las razones, y los argumentos
(por muy legítimos y efectivos que sean) quedan para la dialécti-
ca del juicio propiamente dicho. Luego, en esta sede el foco de
atención gira en torno a montos, no a razones. De esta suerte, la
primera oferta ya la hizo el demandante. En la demanda están
planteadas sus pretensiones, corresponde que la contraoferta la
haga el demandado (en términos dinerarios numéricos o de pres-
taciones concretas vgr. una eventual oferta de reincorporación,
etc.), y a virtud de este juego de ofertas y contraofertas, arribar
a un acuerdo razonable para ambas partes, brindándose ellas

64  Aunque la Ley no lo señala expresamente, se ha permitido comparecer sin abo-

gado, a los demandados que llegan a la audiencia dispuestos a lograr acuerdo.

85
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

recíprocas concesiones, cediendo, renunciando, dando; todo ello,


recíprocamente, no unilateralmente.
El acuerdo alcanzado y aprobado judicialmente, tiene el méri-
to de una sentencia definitiva firme y ejecutoriada. Nada impide que
dentro del acuerdo (avenimiento o conciliación), se estipulen
cláusulas penales, u otras garantías de efectivo cumplimiento, sobre todo
si el pago fue dispuesto en cuotas. Todo lo anterior, sin perjuicio
de solicitar expresamente se aplique y se incluya al acuerdo, lo
dispuesto en el artículo 468, vale decir, hacer aplicable su espe-
cial apercibimiento y eventual sanción consecuencial. Dispone
tal norma que, en el caso que las partes acordaren una forma de
pago del crédito perseguido en la causa, el pacto correspondiente
deberá ser ratificado ante el juez de la causa y la o las cuotas acor-
dadas deberán consignar los reajustes e intereses del período. El
pacto así ratificado, tendrá mérito ejecutivo para todos los efectos
legales. El no pago de una o más cuotas hará inmediatamente exigible
el total de la deuda, facultándose al acreedor para que concurra
ante el mismo tribunal, dentro del plazo de sesenta días contado
desde el incumplimiento, para que se ordene el pago, pudiendo
el juez incrementar el saldo de la deuda hasta en un ciento cincuenta
por ciento.

86
§ 21. Contestación de la demanda

La demanda, se contesta en forma oral (sin minutas) en la audiencia


única, no en la reclamación, ni antes de la audiencia (art. 500).
La contestación deberá contener una exposición clara y circuns-
tanciada de los hechos y fundamentos de derecho en los que se sustenta,
las excepciones y/o demanda reconvencional que se deduzca, así como
también deberá pronunciarse sobre los hechos contenidos en la demanda,
aceptándolos o negándolos en forma expresa y concreta. La reconvención
sólo será procedente cuando el tribunal sea competente para
conocer de ella como demanda y siempre que esté íntimamente
ligada a ella. La reconvención deberá contener las menciones a
que se refiere el artículo 446 y se tramitará conjuntamente con
la demanda (art. 452). Si se deducen excepciones dilatorias y/o
reconvención, debe el juez inmediatamente a continuación dar
el respectivo traslado a la contraria. Una vez evacuado el traslado
por la parte demandante, el tribunal deberá pronunciarse de in-
mediato respecto de las excepciones de incompetencia, de falta
de capacidad o de personería del demandante, de ineptitud del
libelo, de caducidad, de prescripción o aquélla en que se recla-
me del procedimiento, siempre que su fallo pueda fundarse en
antecedentes que consten en el proceso o que sean de pública
notoriedad. En los casos en que ello sea procedente, se suspen-
derá la audiencia por el plazo más breve posible, a fin de que se
subsanen los defectos u omisiones, en el plazo de cinco días, bajo
el apercibimiento de no continuarse adelante con el juicio. Las
restantes excepciones se tramitarán conjuntamente y se fallarán
en la sentencia definitiva que se dictará al final de la audiencia de
juicio monitorio. La resolución que se pronuncie sobre las excep-
ciones de incompetencia del tribunal, caducidad y prescripción,
deberá ser fundada y sólo será susceptible de apelación aquella

87
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

que las acoja. Dicho recurso deberá interponerse en la audiencia. De


concederse el recurso, se hará en ambos efectos y será conocido
en cuenta por la Corte (art. 453 Nº 1, incs. 2º a 5º).

88
§ 22.  Efectos de la no contestación
o de la contestación que infrinja
los requisitos legales

La defensa negativa tácita, está proscrita, tampoco basta en el nue-


vo proceso laboral, expresar genéricamente “no son afirmativos los
hechos señalados por el demandante”65. Señalamos precedentemente,
que la contestación deberá contener una exposición clara y cir-
cunstanciada de los hechos y fundamentos de derecho en los que
se sustenta, las excepciones y/o demanda reconvencional que se
deduzca, así como también deberá pronunciarse sobre (todos) los
hechos contenidos en la demanda, aceptándolos o negándolos
en forma expresa y concreta. Si no se cumplen estos requisitos, se
hace aplicable lo dispuesto en los incisos penúltimo y final del
Nº 1 del artículo 453, vale decir, cuando el demandado no con-
testare la demanda, o de hacerlo no negare en ella algunos de los hechos
contenidos en la misma, el juez, en la sentencia definitiva, podrá
estimarlos como tácitamente admitidos. Si el demandado se allanare
a una parte de la demanda y se opusiera a otras, se continuará con
el curso de la demanda sólo en la parte en que hubo oposición,
dejando expresa constancia en el audio. Para estos efectos, el
tribunal deberá establecer los hechos sobre los cuales hubo con-
formidad, estimándose esta resolución como sentencia ejecutoriada para
todos los efectos legales, la que evidentemente quedará plasmada
en la sentencia que se dictará al final de la audiencia única. De
todas formas, esta herramienta, permite al juez volver a insistir a
propósito de una eventual salida autocompositiva.
Si hay ausencia total de contestación o bien incomparecencia
del demandado, perfectamente, puede el juez dictar sentencia de

65 El silencio en Derecho, por regla general no traduce voluntad alguna, en


cambio, en materia procesal laboral, puede traer serias consecuencias jurídicas
negativas para el demandado: el que calla sí otorga.

89
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

inmediato, atento a lo ya expresado, y especialmente, a lo dispuesto


en el inciso final del Nº 3 del artículo 453, que expresa: “De no
haber hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, el tribunal dará
por concluida la audiencia y procederá a dictar sentencia”. Ofrecemos
el siguiente modelo de resolución:
“Se deja constancia que el Tribunal luego de realizar una somera
relación de los hechos, tuvo por evacuado el trámite de la contestación
de la demanda y por fracasado el llamado a conciliación, dada la
inasistencia (o no contestación) de la parte demandada de autos;
acto seguido y en virtud de la no contestación expresa de la demanda,
rechazando o negando o bien allanándose a algunas de las pretensio-
nes dispuestas por el actor en su libelo, y a la luz de lo dispuesto en
el artículo 452 inciso 2º y 453 Nº 1 inciso 6º, y Nº 3 inciso final del
Código del Trabajo, procedió a omitir la recepción de la causa prueba
y a dictar sentencia en forma inmediata en esta audiencia (…)” 66.
Por otra parte, la falta de contestación, también impide even-
tualmente, que prospere un ulterior recurso de nulidad. Ya dijimos,
que el artículo 478 expresa: “No producirán nulidad aquellos defectos
que no influyan en lo dispositivo del fallo, sin perjuicio de las facultades
de corregir de oficio que tiene la Corte durante el conocimiento del recurso.
Tampoco la producirán los vicios que, conocidos, no hayan sido reclama-
dos oportunamente por todos los medios de impugnación existentes”. La
contestación, es esencialmente, un medio de impugnación y de
contradicción general del proceso, la vía natural de defensa del
demandado, debidamente emplazado, por cierto. Si el demandado
no contesta, y/o no concurre a la audiencia de juicio, está cons-
cientemente limitando sus herramientas procesales de defensa,
lo que impide que se cumpla con los principios de trascendencia y
del nemo auditur67 en un recurso de nulidad.

66  Vide a modo de ejemplo, causa del Juzgado del Trabajo de Copiapó Rit

Nº M-105-2010, disponible en la web del Poder Judicial.


67  Nemo auditur propiam turpitudinem allegans … dicho de otra forma menos dura

que en latín, nadie puede aprovecharse de su propia negligencia, ni menos puede


alegarla como vicio procesal. Couture, Eduardo J. Fundamentos del Derecho Procesal
Civil, 3ª edición, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1977, pp. 105, 106, 107.

90
§ 23. Resolución que recibe
la causa a prueba

Contestada la demanda, sin que se haya opuesto reconvención o


excepciones dilatorias, o evacuado el traslado conferido de ha-
berse interpuesto éstas, el tribunal recibirá de inmediato la causa
a prueba, cuando ello fuere procedente, fijándose los hechos a
ser probados. En contra de esta resolución y de la que no diere
lugar a ella, sólo procederá el recurso de reposición, el que deberá
interponerse y fallarse de inmediato. De no haber hechos sustan-
ciales, pertinentes y controvertidos, el tribunal dará por concluida
la audiencia y procederá a dictar sentencia (art. 453 Nº 3).

91
§ 24. Ofrecimiento de la prueba

Una vez a firme la resolución que fija los hechos de prueba, se


inicia la etapa de ofrecimiento de la misma, comenzando por el
demandante, salvo en los casos en que verse el juicio sobre des-
pido (injustificado, indebido, carente de causa legal). Además de
documentos, exhibición de los mismos, absolución de posiciones,
declaración de testigos, las partes podrán ofrecer cualquier ele-
mento de convicción que, a juicio del tribunal, fuese pertinente,
y que atendida la naturaleza del juicio monitorio, fuere posible
de producirse en esta misma audiencia.
Las partes, pueden promover oralmente, incidente de exclu-
sión de prueba, con el debido traslado a la contraria, y resuelto
por el juez en la misma audiencia (art. 443).

93
§ 25. Calificación de la prueba
ofrecida

El juez resolverá fundadamente en el acto sobre la pertinencia


de la prueba ofrecida por las partes, pudiendo valerse de todas
aquellas reguladas en la ley. Las partes podrán también ofrecer
cualquier otro elemento de convicción que, a juicio del tribunal,
fuese pertinente. Sólo se admitirán las pruebas que tengan rela-
ción directa con el asunto sometido al conocimiento del tribunal
y siempre que sean necesarias para su resolución. Con todo,
carecerán de valor probatorio y, en consecuencia, no podrán ser
apreciadas por el tribunal las pruebas que las partes aporten y
que se hubieren obtenido directa o indirectamente por medios
ilícitos o a través de actos que impliquen violación de derechos
fundamentales (art. 453 Nº 4).
Si la incorporación de prueba decretada por el tribunal, fue
precedida de debate, no cabe recurso alguno, si no lo fue, cabe
reposición (art. 475).

95
§ 26.  Producción de la prueba
y orden de la misma

La rendición y producción misma de la prueba, comenzando con


la ofrecida por el demandante y luego con la del demandado.
No obstante lo anterior, en los juicios sobre despido correspon-
derá en primer lugar al demandado la rendición de la prueba,
debiendo acreditar la veracidad de los hechos imputados en las
comunicaciones a que se refieren los incisos primero y cuarto del
artículo 162, sin que pueda alegar en el juicio hechos distintos
como justificativos del despido. El orden de recepción de las
pruebas será el siguiente: documental, confesional, testimonial y
los otros medios ofrecidos, sin perjuicio de que el tribunal pueda
modificarlo por causa justificada (art. 454 Nº 1).

97
§ 27.  Prueba documental

Los documentos fueron previamente ofrecidos (exhibidos a la


contraria para que formule sus eventuales observaciones o im-
pugnaciones), y en este momento procesal, son incorporados, a
través de su lectura resumida.
Si hubieren llegado oficios u otros documentos, directamente
al tribunal, corresponde que el juez haga lectura resumida de
aquéllos.
Corresponderá aquí también, la exhibición de los documentos
cuya diligencia fuere previamente decretada.

99
§ 28.  Prueba confesional

Señalamos precedentemente, que (previo a la audiencia única)


podían solicitarse ciertas diligencias, entre ellas la absolución
de posiciones. Nada obsta a que (si comparece a la audiencia,
el demandado o su representante legal) pueda pedirse en ese
momento esta probanza.
Si el llamado a confesar no compareciese a la audiencia sin
causa justificada, o compareciendo se negase a declarar o diere
respuestas evasivas, podrán presumirse efectivas, en relación a los hechos
objeto de prueba, las alegaciones de la parte contraria en la demanda o
contestación, según corresponda. La persona citada a absolver posicio-
nes estará obligada a concurrir personalmente a la audiencia, a
menos que designe especialmente un mandatario para tal objeto,
el que si representa al empleador, deberá tratarse de una de las
personas a que se refiere el artículo cuarto68. La designación del
mandatario deberá constar por escrito y entregarse al inicio de
la audiencia, considerándose sus declaraciones para todos los
efectos legales como si hubieren sido hechas personalmente por
aquél cuya comparecencia se solicitó. Si los demandantes fueren
varios y se solicitare la citación a confesar en juicio de muchos o
de todos ellos, el juez podrá reducir el número de quienes habrán
de comparecer, en especial cuando estime que sus declaraciones
68  Para los efectos previstos en el Código del Trabajo, se presume de derecho

que representa al empleador y que en tal carácter obliga a éste con los trabaja-
dores, el gerente, el administrador, el capitán de barco y, en general, la persona
que ejerce habitualmente funciones de dirección o administración por cuenta o
representación de una persona natural o jurídica. Las modificaciones totales o
parciales relativas al dominio, posesión o mera tenencia de la empresa no alterarán
los derechos y obligaciones de los trabajadores emanados de sus contratos indivi-
duales o de los instrumentos colectivos de trabajo, que mantendrán su vigencia y
continuidad con el o los nuevos empleadores (art. 4º).

101
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

puedan resultar una reiteración inútil sobre los mismos hechos.


Las posiciones para la prueba confesional se formularán verbal-
mente, sin admisión de pliegos, y deberán ser pertinentes a los hechos
sobre los cuales debe versar la prueba y expresarse en términos claros y
precisos, de manera que puedan ser entendidas sin dificultad.
El tribunal, de oficio o a petición de parte, podrá rechazar las
preguntas que no cumplan con dichas exigencias. El juez podrá
formular a los absolventes las preguntas que estime pertinente,
así como ordenarles que precisen o aclaren sus respuestas (Nos 3
y 4 art. 454).

102
§ 29.  Prueba testimonial

La prueba testimonial, es (junto a la documental) una de las


principales pruebas y/o elementos de convicción en un juicio
monitorio.
Es carga de cada parte, llegar con sus testigos a la audiencia, a
menos que previo a ésta, haya solicitado con la debida antelación
su citación judicial. No obstante, insistimos en que es carga de
cada litigante, su producción probatoria, y ello implica (entre
otras actividades) trasladar a los testigos a la audiencia69.
Los testigos podrán declarar únicamente ante el tribunal que
conozca de la causa. Serán admitidos a declarar sólo hasta cuatro
testigos por cada parte. En caso de que se haya ordenado la acu-
mulación de autos, el número de testigos admitidos a declarar
será determinado por el tribunal, no pudiendo en ningún caso ser
superior a cuatro por cada causa acumulada. Excepcionalmente,
y por resolución fundada, el tribunal podrá ampliar el número
de testigos cuando, de acuerdo a la naturaleza de los hechos a
ser probados, ello se considere indispensable para una adecuada
resolución del juicio. El juez podrá reducir el número de testigos
de cada parte, e incluso prescindir de la prueba testimonial cuando
sus manifestaciones pudieren constituir inútil reiteración sobre hechos
suficientemente esclarecidos. Los testigos declararán bajo juramento
o promesa de decir verdad en juicio. El juez, en forma expresa y
previa a su declaración, deberá poner en conocimiento del testigo
las sanciones contempladas en el artículo 209 del Código Penal,
por incurrir en falso testimonio. No se podrá formular tachas a los
testigos. Únicamente en la oportunidad para realizar el llamado

69 Lo que sin duda es una carga económica excesiva para trabajadores que

demandan como tope 10 I.M.M. en juicio monitorio.

103
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

alegato de clausura, las partes podrán hacer las observaciones que


estimen oportunas respecto de sus circunstancias personales y de
la veracidad de sus manifestaciones. La comparecencia del testigo
a la audiencia de juicio, constituirá siempre suficiente justifica-
ción cuando su presencia fuere requerida simultáneamente para
dar cumplimiento a obligaciones laborales, educativas o de otra
naturaleza, y no le ocasionará consecuencias jurídicas adversas bajo
circunstancia alguna70 (Nº 5 art. 454).
El tribunal y las partes podrán formular a los testigos las
preguntas que estimen necesarias para el esclarecimiento de los
hechos sobre los que versa el juicio. Podrán, asimismo, exigir
que los testigos aclaren o precisen sus dichos. Estas preguntas
no podrán formularse en forma asertiva, ni contener elementos
de juicio que determinen la respuesta, ni referirse a hechos o
circunstancias ajenas al objeto de la prueba, lo que calificará el
tribunal sin más trámite (Nº 6 art. 454).

70 Vgr. podría un trabajador demandar en juicio de tutela laboral, si su emplea-


dor toma represalias por declarar en juicio, a favor de uno de sus ex compañeros
de trabajo (art. 485 inc. 2º).

104
§ 30. Interrogatorio
(preguntas de la parte
que presenta al testigo)

No cabe duda, que las exigencias de un juicio contradictorio


penal, en la praxis, son excesivas tal vez en un juicio laboral, máxi-
me en un monitorio; sin perjuicio de ello, de todas maneras, las
formas procesales, y los estilos de litigación deben ser respetados
en un juicio oral, y la audiencia de juicio en un procedimiento
monitorio es un juicio oral.
Las preguntas deben ser planteadas, en términos tales, que
sea el testigo el que incorpore la información, por lo que real-
mente sabe.
Las partes podrán formular a los testigos las preguntas que
estimen necesarias para el esclarecimiento de los hechos sobre
los que versa el juicio. Podrán, asimismo, exigir que los testigos
aclaren o precisen sus dichos. Estas preguntas no podrán formularse
en forma asertiva, ni contener elementos de juicio que determinen la res-
puesta, ni referirse a hechos o circunstancias ajenas al objeto de la
prueba, lo que calificará el tribunal sin más trámite (454 Nº 6).
De acuerdo a lo señalado, existirían tres causales de objeción de
preguntas: a) pregunta asertiva; b) pregunta inductiva o sugestiva;
y c) pregunta impertinente. A éstas, podemos agregar conforme
a la literatura jurídica especializada, la pregunta capciosa71, la
repetitiva y la confusa.
Es pregunta asertiva, aquella que contiene la respuesta en la
propia pregunta, de forma que con ella, en vez de preguntar, se
le está entregando información al testigo. Son muy similares a
las sugestivas. Las preguntas inductivas o sugestivas, son aquellas
que (aunque llevan en sí mismas las respuestas como en el caso

71  Baytelman, Andrés y Duce, Mauricio, Litigación penal en juicios orales,

Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 2001, pp. 122 y ss.

105
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

de las asertivas) sólo permiten al testigo responder con un sí o


con un no. Estas preguntas están totalmente proscritas, máxime
en el interrogatorio.
Es pregunta impertinente, aquella que no versa sobre el objeto
del pleito. Sin perjuicio de este tipo de preguntas (que por cierto
son objetables), existen las preguntas de contexto, (que no son
impertinentes) en la medida que permitan aclarar la idoneidad
del testigo y su eventual cualificación personal en el conocimiento
de los hechos.
Es pregunta capciosa, aquellas que por el modo de su elabora-
ción, inducen a error al testigo. Estas preguntas, contradicen el
fair play procesal. La pregunta repetitiva, contradice la celeridad
del proceso y aumenta innecesariamente el tiempo de duración
de la audiencia. La pregunta confusa, es aquella planteada en
términos ininteligibles para el testigo, la parte contraria y para el
juez. En este caso, corresponde solicitar, tal vez, la reformulación
de la pregunta.
Las objeciones, se plantean al instante de formularse la pre-
gunta, debe estar fundada en alguna causal, y se resuelve por el
juez, antes de que el testigo la responda.

106
§ 31. Contrainterrogatorio
(preguntas de la parte que no
presenta al testigo)

¿Cuál es el sentido y alcance de la figura de las contrainterrogaciones


en el proceso laboral oral; están permitidas las preguntas induc-
tivas en el contrainterrogatorio; cuál es la aplicación práctica de
esta normativa?
Sin duda, es menester tener prácticas claras y homogéneas en
la tramitación de cualquier juicio, máxime los nuevos procesos
orales, y saber de antemano las herramientas que (como litigantes)
tendrán las partes frente a los contrainterrogatorios. Ya señalamos
que el artículo 454 Nº 6  inciso primero dispone: “El tribunal y las
partes podrán formular a los testigos las preguntas que estimen necesarias
para el esclarecimiento de los hechos sobre los que versa el juicio. Podrán,
asimismo, exigir que los testigos aclaren o precisen sus dichos”. Por su
parte, el inciso segundo expresa: “Estas preguntas no podrán formu-
larse en forma asertiva, ni contener elementos de juicio que determinen
la respuesta, ni referirse a hechos o circunstancias ajenas al objeto de la
prueba, lo que calificará el tribunal sin más trámite”. El inciso segundo
del Nº 6 del artículo 454, no distingue si se refiere a esta norma
al sujeto procesal que presenta a su testigo en el interrogatorio, o
si se refiere al que contrainterroga, y aplicando el aforismo de no
distinción, debiéramos concluir prima face, que están vedadas las
preguntas asertivas o inductivas en el contrainterrogatorio a la
more penal. Sin embargo, la praxis procesal laboral, ha hecho en-
tender a varios jueces de fondo, que esta norma no sería exigible
al contrainterrogante, basándose en las técnicas de litigación oral
conocidas en la experiencia procesal penal. El artículo 330 del
Código Procesal Penal, se refiere a la materia, al señalar: “Métodos
de interrogación. En sus interrogatorios, las partes que hubieren presentado
a un testigo o perito no podrán formular sus preguntas de tal manera que
ellas sugirieren la respuesta. Durante el contrainterrogatorio, las partes

107
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

podrán confrontar al perito o testigo con sus propios dichos u otras versio-
nes de los hechos presentadas en el juicio. En ningún caso se admitirán
preguntas engañosas, aquéllas destinadas a coaccionar ilegítimamente
al testigo o perito, ni las que fueren formuladas en términos poco claros
para ellos. Estas normas se aplicarán al imputado cuando se allanare a
prestar declaración”.
Cabe aquí, una regla clara del legislador, y con ello evitar ulte-
riores discrepancias de criterio. Con todo, no cabe duda que están
proscritas, las preguntas ininteligibles, y las impertinentes al objeto
del juicio (fijado en los puntos de prueba); sin perjuicio, como se
dijo, de las preguntas de contexto, necesarias para determinar la
credibilidad y la imparcialidad del testigo, tema del que deberá
hacerse cargo cada litigante en su alegato de clausura.

108
§ 32. Informe de peritos

Se expresó precedentemente, que (previo a la audiencia única


y con la debida antelación) podían solicitarse diligencias proba-
torias para ser rendidas en el juicio monitorio. Si se solicitaron
oportunamente, podría caber aquí la prueba pericial. De lo
contrario, atendida la naturaleza del juicio monitorio, sería im-
posible su materialización práctica, además atendida la finalidad
y naturaleza del juicio monitorio, no existe fundamento norma-
tivo, como para solicitar una prueba pericial el mismo día de la
audiencia única.
De acuerdo al Nº 8 del artículo 453 inciso 4º, cuando se rin-
da prueba pericial, el informe respectivo deberá ser puesto a
disposición de las partes en el tribunal al menos tres días antes de
la celebración de la audiencia. El juez podrá, con el acuerdo de las
partes, eximir al perito de la obligación de concurrir a prestar declaración,
admitiendo en dicho caso el informe pericial como prueba. La
declaración de los peritos se desarrollará de acuerdo a las normas
establecidas para los testigos.
Si el oficio o informe del perito no fuere evacuado antes de la
audiencia y su contenido fuere relevante para la resolución del
asunto, el juez deberá, dentro de la misma audiencia, tomar las
medidas inmediatas que fueren necesarias para su aportación
en ella. Si al término de esta audiencia dichas diligencias no se
hubieren cumplido, el Tribunal fijará para ese solo efecto una
nueva audiencia que deberá llevarse a cabo dentro del más breve
plazo (art. 454 Nº 7).

109
§ 33. Otros medios de prueba

No se encuentran regulados los otros medios de prueba, el Código en


el Nº 8 del artículo 454, expresa que cuando se rinda prueba que
no esté expresamente regulada en la ley, el tribunal determinará
la forma de su incorporación al juicio, adecuándola, en lo posible,
al medio de prueba más análogo. Como podría ser, la impresión de
fotografías, archivos digitales, mails o páginas web en papel, e
incorporarlos como documentos.
De todas formas, es carga de quien se sirva de estos otros medios
de prueba, su incorporación y producción, i.e. tendrá que llevar
cada parte que quiera proyectar un video, u otro medio audiovisual
o multimedia, los elementos técnicos y soportes que la probanza
requiera. No podría llegar una parte con un casette de VHS, disco
de DVD, o archivo .mpg, sólo por decir algunos, sin el necesario
reproductor respectivo. No es misión ni tarea del tribunal, tener
estos elementos.
Podría caber (no está proscrito) la declaración de parte, como
otro medio de prueba, es decir, no como absolución de posiciones
de la contraria, sino que como declaración de la misma parte
que lo solicita.

111
§ 34.  Alegato de observaciones
a la prueba o alegato de clausura

Dispone el Nº 9 del artículo 454 que, (luego de) practicada la


prueba, las partes formularán, oralmente, en forma breve y preci-
sa, las observaciones que les merezcan las pruebas rendidas y sus
conclusiones. Agrega que puede el juez en esta etapa, ordenar a
las partes que expliciten puntos no suficientemente esclarecidos
por ellas en su exposición.
Es recomendable, solicitar al termino de la rendición de la
prueba (o incluso antes del inicio de la audiencia) el tiempo de
que dispondrá cada una de las partes en esta exposición.
Es también recomendable, no llevar al juicio extensas minutas
preparadas ex ante72, el alegato (muy breve por lo demás) debe
versar sobre la prueba rendida en el juicio, y mal se puede hablar de
algo que todavía no ocurre; el abogado debe hacerse cargo en
su exposición de la prueba rendida en la audiencia, y concatenarla
lógicamente con su teoría del caso.
Además, como señala Manuel Atienza73, no se argumenta mejor
por decir muchas veces lo mismo, ni por expresar con muchas
palabras lo que podría decirse con muchas menos. La amplitud excesi-
va del discurso aumenta las probabilidades de cometer errores y
corre el grave riesgo de provocar hastío en el oyente, en este caso
el juez. No se argumenta bien por hacer muchas referencias a
palabras rebuscadas, ni grandes autores, etc. Lo que cuenta es lo que
se dice y las razones (jurídicas y fácticas producidas en juicio) que lo
avalan: la calidad y fortaleza de esas razones son responsabilidad
exclusiva del que argumenta, en este caso el abogado litigante.
72 O por lo menos, no basarse única y exclusivamente en ellas.
73 Atienza, Manuel, “Diez consejos para argumentar bien o decálogo del
buen argumentador”, en Doxa: Cuadernos de Filosofía del Derecho, Nº 29, Alicante,
2006, pp. 473, 475.

113
§ 35.  Análisis y apreciación
de la prueba rendida

De acuerdo al artículo 456, el tribunal apreciará la prueba con-


forme a las reglas de la sana crítica. Al hacerlo, el tribunal deberá
expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científi-
cas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor o
las desestime. En general, tomará en especial consideración la
multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de
las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que
el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence
al sentenciador.

115
§ 36. La sentencia en juicio monitorio.
Requisitos

El juez deberá dictar sentencia al término de la audiencia, la que


deberá contener las menciones señaladas en los números 1, 2,
5, 6 y 7 del artículo 459 (art. 501 inc. final). Que son los mismos
requisitos exigidos a la sentencia dictada de inmediato en la au-
diencia preparatoria en caso que se tratara de un procedimiento
de aplicación general.
Menciones de la sentencia en juicio monitorio: i) la del Nº 1
del artículo 459, vale decir, lugar y fecha en que se expida; ii)
individualización completa de las partes litigantes (2, 459); iii)
los preceptos constitucionales, legales o los contenidos en tra-
tados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes, las consideraciones jurídicas y los principios de derecho
o de equidad en que el fallo se funda (5, 459); iv) la resolución
de las cuestiones sometidas a la decisión del tribunal, con ex-
presa determinación de las sumas que ordene pagar o las bases
necesarias para su liquidación, si ello fuere procedente (6, 459),
y v) el pronunciamiento sobre el pago de costas y, en su caso,
los motivos que tuviere el tribunal para absolver de su pago a la
parte vencida74.

74  En excursus incluido en el presente trabajo, se hará mención a la temática,

principalmente referida a la exclusión del numeral 4 del artículo 459.

117
§ 37. Recursos dentro
del procedimiento monitorio

Las resoluciones dictadas en el procedimiento monitorio serán


susceptibles de ser impugnadas por medio de todos los recursos
establecidos en este Código, con excepción del recurso de unificación de
jurisprudencia contenido en los artículos 483 y siguientes (art. 502).
Los recursos en juicios laborales, se rigen por las normas ubicadas
en el § 5 del Capítulo II, del libro V del Código del Trabajo, y
supletoriamente por las normas establecidas en el Libro Primero
del Código de Procedimiento Civil.

119
§ 38. Recurso de reposición
(normativa)

La reposición será procedente en contra de los autos, decretos, y


de las sentencias interlocutorias que no pongan término al juicio
o hagan imposible su continuación. En contra de la resolución
dictada en audiencia, la reposición deberá interponerse en for-
ma verbal, inmediatamente de pronunciada la resolución que se
impugna, y se resolverá en el acto. La reposición en contra de la
resolución dictada fuera de audiencia, deberá presentarse den-
tro de tercero día de notificada la resolución correspondiente, a
menos que dentro de dicho término tenga lugar una audiencia,
en cuyo caso deberá interponerse a su inicio, y será resuelta en
el acto (art. 475).

121
§ 39. Recurso de apelación
(normativa)

Sólo serán susceptibles de apelación las sentencias interlocutorias


que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación,
las que se pronuncien sobre medidas cautelares y las que fijen
el monto de las liquidaciones o reliquidaciones de beneficios de
seguridad social. Tratándose de medidas cautelares, la apelación
de la resolución que la otorgue o que rechace su alzamiento, se
concederá en el solo efecto devolutivo. De la misma manera se con-
cederá la apelación de las resoluciones que fijen las liquidaciones
o reliquidaciones de beneficios de seguridad social (art. 476). Si
de los datos aportados en la demanda se desprendiere claramente
la caducidad de la acción, el tribunal deberá declararlo de oficio
y no admitirá a tramitación la demanda respecto de esa acción.
De esta resolución, sólo cabe apelación, conforme lo dispuesto
en el artículo 476 (art. 447).
La resolución que se pronuncie en audiencia, sobre las excep-
ciones de incompetencia del tribunal, caducidad y prescripción,
deberá ser fundada y sólo será susceptible de apelación aquella
que las acoja. Dicho recurso deberá interponerse en la audiencia. De
concederse el recurso, se hará en ambos efectos y será conocido
en cuenta por la Corte (art. 453 Nº 1, incs. 2º a 5º).

123
§ 40. Recurso de Nulidad (normativa)

Tratándose de las sentencias definitivas, sólo será procedente el


recurso de nulidad, cuando en la tramitación del procedimiento
o en la dictación de la sentencia definitiva se hubieren infringido
sustancialmente derechos o garantías constitucionales, o aquélla
se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo. En contra de las sen-
tencias definitivas no procederán más recursos. El recurso de
nulidad tendrá por finalidad invalidar el procedimiento total o
parcialmente junto con la sentencia definitiva, o sólo esta última,
según corresponda (477).
El recurso de nulidad procederá, además: a) Cuando la sen-
tencia haya sido pronunciada por juez incompetente, legalmente
implicado, o cuya recusación se encuentre pendiente o haya
sido declarada por tribunal competente; b) Cuando haya sido
pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la
apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica;
c) Cuando sea necesaria la alteración de la calificación jurídica
de los hechos, sin modificar las conclusiones fácticas del tribunal
inferior; d) Cuando en el juicio hubieren sido violadas las dis-
posiciones establecidas por la ley sobre inmediación o cualquier
otro requisito para los cuales la ley haya previsto expresamente
la nulidad o lo haya declarado como esencial expresamente; e)
Cuando la sentencia se hubiere dictado con omisión de cual-
quiera de los requisitos establecidos en los artículos 45975, 495 ó
501, inciso final, de este Código, según corresponda; contuviese

75 Recuérdese que en procedimiento monitorio, sólo le son aplicables al juez,


dentro de los requisitos de la sentencia los numerales 1, 2, 5, 6 y 7 del artículo 459
(art. 501 inc. final).

125
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

decisiones contradictorias; otorgare más allá de lo pedido por


las partes, o se extendiere a puntos no sometidos a la decisión
del tribunal, sin perjuicio de las facultades para fallar de oficio
que la ley expresamente otorgue, y f) Cuando la sentencia haya
sido dictada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada y
hubiere sido ello alegado oportunamente en el juicio. El tribunal
ad quem, al acoger el recurso de nulidad fundado en las causales
previstas en las letras b), c), e), y f), deberá dictar la sentencia
de reemplazo correspondiente con arreglo a la ley. En los demás
casos, el tribunal ad quem, en la misma resolución, determinará
el estado en que queda el proceso y ordenará la remisión de sus
antecedentes para su conocimiento al tribunal correspondiente.
No producirán nulidad aquellos defectos que no influyan en lo
dispositivo del fallo, sin perjuicio de las facultades de corregir de
oficio que tiene la Corte durante el conocimiento del recurso.
Tampoco la producirán los vicios que, conocidos, no hayan sido recla-
mados oportunamente por todos los medios de impugnación existentes.
Si un recurso se fundare en distintas causales, deberá señalarse
si se invocan conjunta o subsidiariamente (478).
El recurso de nulidad deberá interponerse por escrito, ante
el tribunal que hubiere dictado la resolución que se impugna,
dentro del plazo de diez días contados desde la notificación res-
pectiva a la parte que lo entabla. Deberá expresar el vicio que se
reclama, la infracción de garantías constitucionales o de ley de
que adolece, según corresponda, y en este caso, además, señalar
de qué modo dichas infracciones de ley influyen sustancialmen-
te en lo dispositivo del fallo. Una vez interpuesto el recurso, no
podrá invocarse nuevas causales. Con todo, la Corte, de oficio,
podrá acoger el recurso deducido por un motivo distinto del
invocado por el recurrente, cuando aquél corresponda a alguno
de los señalados en el artículo 478 (479).
Interpuesto el recurso el tribunal a quo se pronunciará sobre
su admisibilidad, declarándolo admisible si reúne los requisitos
establecidos en el inciso primero del artículo 479. Los antece-
dentes se enviarán a la Corte correspondiente dentro de tercero
día de notificada la resolución que concede el último recurso,
remitiendo copia de la resolución que se impugna, del registro de
audio y de los escritos relativos al recurso deducido. La interposi-
ción del recurso de nulidad suspende los efectos de la sentencia
recurrida. Si una o más de varias partes entablare el recurso de

126
EL JUICIO MONITORIO

nulidad, la decisión favorable que se dictare aprovechará a los


demás, a menos que los fundamentos fueren exclusivamente
personales del recurrente, debiendo el tribunal declararlo así
expresamente. Ingresado el recurso al tribunal ad quem, éste se
pronunciará en cuenta acerca de su admisibilidad, declarándolo
inadmisible si no concurrieren los requisitos del inciso primero
del artículo 479, careciere de fundamentos de hecho o de derecho
o de peticiones concretas, o, en los casos que corresponda, el recurso
no se hubiere preparado oportunamente (480).
En la audiencia, las partes efectuarán sus alegaciones sin previa
relación. El alegato de cada parte no podrá exceder de treinta
minutos. No será admisible prueba alguna, salvo las necesarias para
probar la causal de nulidad alegada. La falta de comparecencia de
uno o más recurrentes a la audiencia dará lugar a que se declare el
abandono del recurso respecto de los ausentes (481).
El fallo del recurso deberá pronunciarse dentro del plazo de
cinco días contado desde el término de la vista de la causa. Cuan-
do no sea procedente la dictación de sentencia de reemplazo, la
Corte, al acoger el recurso, junto con señalar el estado en que
quedará el proceso, deberá devolver la causa dentro de segundo
día de pronunciada la resolución. Si los errores de la sentencia
no influyeren en su parte dispositiva, la Corte podrá corregir los
que advirtiere durante el conocimiento del recurso. No procederá
recurso alguno en contra de la resolución que falle un recurso
de nulidad. Tampoco, en contra de la sentencia que se dictare
en el nuevo juicio realizado como consecuencia de la resolución
que hubiere acogido el recurso de nulidad (482).

127
§ 41.  Breve referencia
al procedimiento de reclamación
de multas y demás resoluciones
administrativas

Las sanciones por infracciones a la legislación laboral y de seguri-


dad social y a sus reglamentos, se aplicarán administrativamente
por los respectivos inspectores del trabajo o por los funcionarios
que se determinen en el reglamento correspondiente. Dichos
funcionarios actuarán como ministros de fe. En todos los trámites
a que dé lugar la aplicación de sanciones, regirá la norma del
artículo 4º de este Código. La resolución que aplique la multa
administrativa será reclamable ante el Juez de Letras del Trabajo,
dentro de quince días hábiles contados desde su notificación.
Dicha reclamación deberá dirigirse en contra del Jefe de la Ins-
pección Provincial o Comunal a la que pertenezca el funcionario
que aplicó la sanción. Admitida la reclamación a tramitación,
previa verificación de los requisitos señalados en el inciso anterior,
su substanciación se regirá por el procedimiento de aplicación
general contenido en el Párrafo 3º, del Capítulo II, del Título
I del presente Código, a menos que la cuantía de la multa, al
momento de la dictación de la resolución que la impone o de la
que resuelve la reconsideración administrativa respecto de ella,
sea igual o inferior a 10 Ingresos Mínimos Mensuales, caso en el
cual, se sustanciará de acuerdo a las reglas del procedimiento mo-
nitorio, contenidas en los artículos 500 y siguientes del presente
Código. En contra de la sentencia que resuelva una reclamación
se podrá recurrir conforme a lo establecido en el artículo 502 del
presente Código (art. 503).
En todos aquellos casos en que en virtud de este Código u
otro cuerpo legal, se establezca reclamación judicial en contra
de resoluciones pronunciadas por la Dirección del Trabajo,
distintas de la multa administrativa o de la que se pronuncie
acerca de una reconsideración administrativa de multa, se

129
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

sustanciará de acuerdo a las reglas del procedimiento moni-


torio, contenidas en los artículos 500 y siguientes del presente
Código (504).

130
§ 42. Breve referencia a la historia
fidedigna del procedimiento
monitorio laboral en Chile

Haremos mención en este acápite (en forma muy breve) a los


aspectos teleológicos más relevantes, contenidos en el proyecto
de Ley76 remitido por S.E., la Presidenta de la República de la
época Michelle Bachelet. Pasajes que sin duda orientan, a la hora
de establecer el sentido de las normas que ya conocemos, y que
tratamos precedentemente:
“El Gobierno fijó desde sus inicios, como una de sus priori-
dades, velar por los procesos de implementación y consolidación
de la nueva justicia laboral y previsional. Para ello se aprobaron tres
cuerpos legales de gran importancia, los que establecen normas
que apuntan precisamente a los objetivos señalados. (…) La
efectividad de los derechos laborales y de seguridad social –que
preocupa especialmente a mi Administración– se traduce en la
búsqueda constante de elementos que perfeccionen las relaciones
laborales y establezcan los debidos marcos de protección a los tra-
bajadores, tanto en su calidad de tales, cuanto en la de ciudadanos,
lo que pasa necesariamente por un sistema de administración de justicia
laboral eficiente y eficaz. Con el propósito de efectuar la señalada
revisión, en lo que a su parte procedimental se refiere, se conformó
al efecto un grupo de expertos vinculados a los ámbitos judicial, académico,
gubernamental y de práctica de la litigación, tanto en la defensa de los
trabajadores como de los empleadores. Este grupo desarrolló su trabajo
siguiendo la metodología del originario Foro de la Reforma Pro-
cesal Laboral y Provisional, la que demostró ser adecuada. Con
dicha metodología, el grupo abordó el estudio de propuestas de
perfeccionamiento de los procedimientos regulados por la Ley
Nº 20.087, especialmente en lo relativo al procedimiento monitorio,

76  Boletín Nº 4814-13, Mensaje Nº 455-354 de fecha 5 de enero de 2007.

131
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

aplicable a las controversias de cuantías más pequeñas, correspondientes


a los trabajadores de menores recursos, el cual requiere de una especial
celeridad. Las diversas propuestas de modificación mantienen, en
todo caso, el modelo y los principios rectores del procedimiento
contenidos en dicha ley, los que siguen de cerca el espíritu de las
demás reformas introducidas recientemente en otros ámbitos de
la administración de justicia, basadas en principios tales como la
oralidad, inmediación, y concentración. Los perfeccionamientos
que el presente proyecto propone se orientan a permitir a los de-
mandantes de justicia laboral ver satisfechas a plenitud y en forma opor-
tuna sus expectativas de solución jurisdiccional, logrando así la efectiva
tutela de los derechos, tanto de trabajadores como de empleadores en sede
jurisdiccional. Ello resulta indispensable para lograr un modelo de
relaciones laborales que presente mayores niveles de equidad (…)
Tal como ya se ha expresado precedentemente, el proyecto de
ley que presento a vuestra consideración busca esencialmente
mejorar el procedimiento laboral regulado por la Ley Nº 20.087,
que sustituye el Libro V del Código del Trabajo, perfeccionando
aquellos aspectos que han motivado ciertas inquietudes por parte
de diversos actores vinculados tanto al mundo del trabajo, como
a los operadores del sistema. En este contexto, las reformas que
se proponen se orientan principalmente a los siguientes aspectos:
1). Profundizar los principios de celeridad y concentración, que resul-
tan claves para la oportuna resolución del conflicto, la que viene
exigida por la naturaleza de los derechos que se reclaman en sede
laboral; 2). Reforzar el principio de inmediación que inspira todo
el proceso, entregando al juez del trabajo las herramientas que le permi-
tan conocer directamente y a cabalidad la controversia que debe resolver.
3). Evitar potenciales dificultades e incertidumbres que algunas
de las normas aprobadas podrían producir en la tramitación de
los procedimientos. 4). Introducir reformas a los procedimientos
monitorio y de reclamación de multas, con el fin de simplificarlos y
darles un carácter más breve y expedito. Para el Ejecutivo, a partir
de estos objetivos, las modificaciones propuestas por el presente
proyecto de ley, resguardarán de mejor forma los principios en los que
se basa el nuevo procedimiento laboral y darán a las partes mayor certeza
y más garantías de enfrentar un juicio equitativo y justo (…) El perfec-
cionamiento del proceso de modernización de la justicia laboral
que se pretende llevar adelante pasa, necesariamente, por detectar
aquellos elementos que puedan conspirar, precisamente, en con-

132
EL JUICIO MONITORIO

tra de los principios fundantes del nuevo procedimiento. De ahí


que este esfuerzo normativo está dirigido principalmente a implementar
mecanismos que permitan hacer efectivos los principios en los que se funda
el nuevo sistema, realizando al efecto las precisiones necesarias para
que, tanto en su letra como en su espíritu, las normativa procesal
laboral resulte plenamente entendible para todos los actores invo-
lucrados vinculados al mundo del trabajo, y por la ciudadanía en
general. Inspirado en esta filosofía, la propuesta que se somete a
Vuestra Consideración, discurre sobre los siguientes ejes temáti-
cos: El procedimiento monitorio laboral, que fuera incorporado a la Ley
Nº 20.087 por moción parlamentaria, busca entregar un importantísimo
instrumento a los trabajadores cuyos créditos son de escaso monto, así como
a las trabajadoras y trabajadores amparados por el fuero que les concede el
artículo 201 del Código del Trabajo, permitiéndoles obtener con celeridad
el pago de lo adeudado por sus empleadores, o, a lo menos, premunirse de
un título ejecutivo para su cobro. Este nuevo procedimiento recoge
la función prejudicial que históricamente han desempeñado las
Inspecciones del Trabajo en la búsqueda de conciliación entre las
partes frente a reclamos de los trabajadores formulados a raíz del término
de sus contratos de trabajo. Sin embargo, el diseño con que fue en
definitiva aprobado este procedimiento, que lo torna engorroso
y largo, imposibilita el logro de los objetivos buscados a través
de su instauración. Es por ello que resulta urgente introducirle
reformas importantes tendientes a recuperar su razón de ser. En
consecuencia, el presente proyecto de ley introduce las siguientes
modificaciones a este procedimiento especial: a. Recoge la expe-
riencia de la Dirección del Trabajo en materia de conciliación
entre trabajador y empleador al momento del término del con-
trato de trabajo, pero desvincula procesalmente el comparendo
de conciliación ante la Inspección del Trabajo, del procedimiento
monitorio en sede judicial. De tal manera, ante la persistencia
del desacuerdo entre las partes, ya sea total o parcial, el conci-
liador de la Inspección del Trabajo no queda obligado a remitir
de oficio los antecedentes al tribunal competente, sino que deba
ser el propio trabajador quien interponga la demanda; b. No obstante
lo anterior, se genera un incentivo para requerir la intervención
prejudicial conciliadora de las Inspecciones del Trabajo, puesto
que para utilizar este procedimiento se requiere acompañar a
la demanda copia del acta levantada por el funcionario conci-
liador de la Inspección del Trabajo. Con todo, se exime de este

133
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

requisito al trabajador o trabajadora separados ilegalmente, con


infracción al artículo 201 del Código del Trabajo; c. En sede ju-
dicial se mantiene el elemento esencial y característico de todo
procedimiento monitorio, denominado por la doctrina “inversión
del contradictorio”, consistente en que la sola demanda acompañada
de sus antecedentes fundantes habilita al juez para acoger o rechazar las
pretensiones, de plano, resolución que puede ser objeto de impugnación
por cualquiera de las partes, ante el mismo tribunal, no procediendo
ningún otro recurso. Ello, dado que tal impugnación produce el
efecto de dar inicio a un juicio declarativo; d. A fin de dar a este
procedimiento la especial celeridad y concentración que deben
caracterizarlo, se establece que dicho juicio se tramitará en base
a una sola audiencia de contestación y prueba (…)”.

134
§ 43. Breve exposición comparada
del juicio monitorio77

La existencia de procesos abreviados, puede encontrarse en el


Derecho Romano, cuyos procesos parecen representar un an-
tecedente claro de la posterior clementina sæpe contingit del año
1.306, que supuso el hito fundamental de los procesos plenarios
rápidos en el ius cannonici para solventar los problemas de lentitud
e ineficacia inherentes al proceso ordinario. Este juicio plenario
rápido, es considerado como el antecedente remoto de los pro-
cesos españoles de menor y pequeña cuantía, y son considerados
por la doctrina como procesos intermediarios, frente a los cuales
surgen otro tipo de juicios plenarios abreviados para fines más
precisos en Italia en el siglo XIV78. Encuadrado en estos procesos
rápidos, nacía el “mandatum de solvendo cum clausula iustificativa”
que disponía de un mandato de pago sujeto a la incomparecen-
cia del deudor debidamente citado, por lo que, tan sólo con el
hecho de comparecer, quedaba sin efecto, debiéndose entonces
seguir el procedimiento ordinario. Con todo, el antecedente
más próximo a los procedimientos monitorios, se ubicaría en las
figuras jurídicas alemanas, francesas e italianas.
Proceso monitorio alemán. Alemania incorpora esta figura en 1877
(zivilprozessordnung). En 1909 se modifica y excluye la necesidad de
aportar documentos justificativos. En 1957 se dispone su tramitación
77  Vide: Verger G., Joan, “El proceso monitorio”, Consejo General del Poder

Judicial, Revista Nº 73, Asociación Profesional de la Magistratura, Madrid, 2004;


Balbuena T., Rafael I., “Breves comentarios sobre el llamado proceso monitorio”,
Cuadernos de Estudios Empresariales, Nº 9, Universidad Complutense de Madrid,
Madrid, 1999, pp. 304 y ss.
78  Su origen habría que situarlo a lo largo del S. XIII en la Italia comunal, en

los procedimientos sencillos y rápidos conocidos como cognitio sumaria, utilizados


especialmente por comerciantes, por ser más idóneos, rápidos y abreviados que
el solemnis ordo iudiciarius.

135
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

por un rechspfleger o auxiliar de justicia, con el fin de liberar a los


jueces de tramitaciones rutinarias. En 1976, se amplía su ámbito
territorial para servir de título ejecutable fuera de Alemania al
amparo del Convenio de Bruselas. Actualmente, se inicia a través
de un escrito que se presenta al (amtsgerichte) órgano jurisdiccional
competente. Al día siguiente hábil, se expide un mandato de pago que
contiene lo pedido, con la advertencia de que si no existe oposición
dentro de plazo, la orden de pago se hace ejecutable.
Proceso monitorio francés. Actualmente está contenido en el
Nouveau Code de Procédure Civile. Se inicia con una requête que
debe contener todos los antecedentes necesarios a cualquier
demanda, y la petición(es) concreta(s). El juez, analiza si son o
no suficientemente fundadas las pretensiones y, en la afirmativa,
libra un mandamiento de pago. Posteriormente, se notifica este re-
querimiento de pago, y se indica el plazo de oposición o reclamo,
con la debida advertencia.
Proceso monitorio italiano. Para muchos autores, Italia sería la
cuna del procedimiento monitorio, con el medieval mandatum
de solvendo cum clausula iustificativa, sin embargo este modelo
desapareció por influjo francés, y en 1922 se inicia un nuevo
procedimento d’ingiunzione. En 1940 se incorpora al Codice di Proce-
dura Civile, con influencia austríaca del mandatsverfahren. En este
procedimiento, con la demanda se presenta la prueba, una vez
analizada la demanda, el juez puede pedir al demandante que
complemente su prueba, en caso de ser suficientemente fundadas
las pretensiones, libra un mandato de pago, con la advertencia ya
conocida. En caso de existir oposición, el juicio se convierte en
ordinario, de lo contrario, se hace ejecución.
Juicio monitorio en Uruguay. La Ley uruguaya Nº 15.982 de 1988,
aprobó el Código General del Proceso uruguayo. El Capítulo IV, del
Título IV (Proceso de conocimiento), del Libro II (Desarrollo
de los procesos), tiene como epígrafe “Proceso de estructura moni-
toria”. Su sección primera, refiere a las disposiciones generales, su
sección segunda al proceso ejecutivo, y la tercera, a los otros procesos
monitorios.
El artículo 351, dispone que el proceso de estructura moni-
toria se aplicará en los casos previstos en las Secciones segunda
y tercera de dicho Capítulo.

136
EL JUICIO MONITORIO

El artículo 352, precisa que en todos los casos, para promover la


demanda, se requerirá documento auténtico o autenticado notarial
o judicialmente en la etapa preliminar respectiva, salvo cuando
se trate de un contrato que pueda ser probado por testigos. En
este caso y en etapa preliminar que se seguirá pro vía incidental,
podrá establecerse la prueba de la existencia del contrato y de su
cumplimiento por el actor. Cuando se pida ejecución en cualquiera
de los casos que la aparejen, el tribunal decretará inmediatamente
el embargo y mandará llevar adelante la ejecución hasta hacerse
efectiva la cantidad reclamada, los intereses, costas y costos. Si no
considerare bastante el documento declarará que no hay lugar
a ejecución. Una y otra cosa sin noticia del deudor. En el mismo
auto que decrete el embargo, citará de excepciones al ejecutado.
Si se opusieren excepciones, se procederá de conformidad con
lo dispuesto en los artículos 356 y siguientes. En caso contrario,
se irá directamente a la vía de apremio, salvo cuando se trate del
embargo general de derechos y acciones en el cual deberá espe-
rarse la denuncia de bienes concretos de parte del ejecutante.
Cuando no exista diligencia judicial de reconocimiento o protesto
personal, la ejecución no podrá decretarse sin previa intimación
de pago al deudor, con plazo de tres días, la que podrá efectuarse
por telegrama colacionado. Esta intimación no será necesaria en
los casos que leyes especiales así lo dispongan (art 354).
Citación de excepciones. La citación de excepciones se practi-
cará en la forma establecida para el emplazamiento. El ejecutado
dispondrá de un plazo de diez días, extensibles en función de la
distancia, para oponer cualquier excepción que tuviere contra
la demanda, debiendo deducirlas todas conjuntamente en un
mismo escrito, acompañar toda la probanza documental de que
disponga y mencionar todos los concretos medios de prueba de
que intente valerse. En los casos en que leyes especiales establez-
can taxativamente las excepciones admisibles, serán rechazadas,
sin sustanciación, las inadmisibles (art. 355).
Del escrito de oposición de excepciones se conferirá traslado
por seis días al ejecutante, debiendo procederse, en oportunidad
de la contestación de excepciones (art. 356).
Audiencia. Si no se oponen excepciones, se pasará a la vía de
apremio. Si se oponen excepciones, una vez contestadas o ven-
cido el plazo para hacerlo, el tribunal convocará a audiencia. La
audiencia se realizará conforme con lo previsto para la audiencia

137
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

preliminar y, en su caso, la audiencia complementaria de prueba


(art. 357). En el caso de haberse opuesto excepciones, concluida
la audiencia, se pronunciará sentencia (art. 358).

138
§ 44.  SOLIDARIEDAD Y JUICIO MONITORIO

El artículo 183-B, expresa que “la empresa principal será solidaria-


mente responsable de las obligaciones laborales y previsionales de dar que
afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas
las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de
la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o pe-
ríodo durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen
de subcontratación para la empresa principal. En los mismos términos,
el contratista será solidariamente responsable de las obligaciones que
afecten a sus subcontratistas, a favor de los trabajadores de éstos. La
empresa principal responderá de iguales obligaciones que afecten a los
subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a
que se refiere el inciso siguiente. El trabajador, al entablar la demanda en
contra de su empleador directo, podrá hacerlo en contra de todos aquellos
que puedan responder de sus derechos, en conformidad a las normas de
este Párrafo”.
Hay, por cierto, más normas del Código del Trabajo relativas
a esta temática, pero hemos citado ésta para hacer referencia (en
acápite aparte), ciertas dificultades interpretativas, que pudieran
surgir, a propósito del juicio monitorio y la posibilidad de que
sea emplazado más de un demandado a propósito de su eventual
responsabilidad solidaria.
En cuanto a la instancia administrativa, sólo es necesario
emplazar (administrativamente) al empleador directo. Lo ante-
rior, no es óbice para demandar luego (en sede jurisdiccional) a
través del juicio monitorio, a más de un demandado, a virtud de
su(s) eventual(les) responsabilidad(es) solidaria(s) en materia
laboral.
Así las cosas, si alguno(s) de los demandados, reclama, ese solo
reclamo basta, para convertir en litigioso el conflicto en juicio

139
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

monitorio, vale decir, si cualquiera de los demandados solidarios


reclama o deduce oportunamente reclamación, es suficiente para
que la sentencia provisoria, deje de producir el efecto condi-
cionado, y es preciso citar a la audiencia de rigor (audiencia de
contestación, conciliación, prueba y sentencia).
No es necesario que los demás demandados reclamen, basta con
que lo haga cualquiera de ellos. No puede sostenerse seriamente
(sin alterar la naturaleza indivisible del acto jurídico procesal),
que es definitiva para unos (los que no reclamaron) y que se llama
a audiencia a otros (los que reclamaron). Sí es sostenible, conde-
nar en audiencia a los inasistentes (por no contestar), y (por qué
no) absolver a los asistentes, sin embargo, como son responsables
solidariamente, están igualmente obligados al pago de la deuda, no
a soportar ese pago, que es una situación jurídicamente distinta.
Ya dijimos, que basta con reclamar, y que atendida la naturaleza
del proceso monitorio, no es menester agregar fundamento ni defensa
alguna a la reclamación79.
Producida reclamación por cualquiera de los demandados,
se cita a audiencia a todas las partes (de no hacerse se vulnera
seriamente el debido proceso, y el sentido común).
En la audiencia, pueden y deben contestar todos los demanda-
dos, independientemente si hubieren reclamado o no. El valor
probatorio de sus dichos y defensas, es un tema que deberá analizar
el juez de fondo, en el momento jurisdiccional pertinente.
No permitir contestar (independientemente de si se reclamó
o no), vulnera la garantía constitucional del artículo 19 Nº 3 de
la Constitución Política de la República, todos los demandados
tienen derecho a defenderse, ese es un principio procesal básico,
y se denomina bilateralidad de la audiencia, e incluso, derecho a
ser oído.
Todos los demandados pueden y deben contestar, si se impide
este derecho, es causal de nulidad.
Por lo demás, así lo ha señalado la Corte de Apelaciones de
Copiapó, en causa Rol Corte Nº 65-2009, en recurso de nulidad
procesal laboral acogido, y cuyo criterio queda plasmado en los
considerandos tercero, cuarto y quinto, que a continuación se
transcriben:

79  Vide § 15 de este trabajo.

140
EL JUICIO MONITORIO

“TERCERO: (…) es cierto que siendo dicha audiencia, con-


forme expresamente lo señala el artículo 500 inciso quinto del
Código del Trabajo, de conciliación, contestación y prueba, el
tribunal no dio a la parte demandada la oportunidad de con-
testar la demanda, asumiendo, de hecho, que el escrito por el
cual esta parte reclamó de la resolución que aceptó la demanda
en procedimiento monitorio, constituía la contestación, no
obstante que el demandado, en el curso de la audiencia, se
refirió e hizo presente su derecho a contestarla.
CUARTO: Que esta sola circunstancia constituye, sin duda,
un grave quebrantamiento, no sólo de la regularidad formal
del procedimiento sino, antes bien, de los principios básicos
que informan el concepto de debido proceso garantido en el
artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política de la República.
En efecto, resulta indiscutido que la posibilidad de contro-
vertir las pretensiones de una parte o los cargos que se for-
mulan, cualquiera que sea la naturaleza del proceso de que
se trata, constituye un componente ineludible de un debido
proceso que, en el caso que nos ocupa, necesariamente está
constituido por la contestación de la demanda. Luego, si a la
parte demandada le fue vedada la posibilidad de contestar la
demanda, no puede, sino, predicarse respecto del juicio en
que ello ocurrió, que existió una infracción al debido proceso
y con ello, a derechos y garantías constitucionales y, además,
que dicha infracción es de tal naturaleza, por la entidad del
componente del debido proceso que se ha afectado, vinculado
con la primera y más esencial manifestación del derecho de
defensa, que necesariamente debe calificársele como sustancial
y, con ello, anularse el juicio y la sentencia que en el mismo
se dictó.
QUINTO: Que no es obstáculo para ello el que la juez, de
hecho, entendiera que el escrito de reclamo a la aceptación de la
demanda en procedimiento monitorio constituía la contestación
de la demanda ni que el mismo contuviera diversas alegaciones
de la parte respecto del mérito de la acción deducida pues, a
riesgo de decir una obviedad, ciertamente no era la contestación
de la demanda. Lo anterior no es un mero prurito procesal.
Ello por cuanto al no haber precluído el derecho a contestar la
demanda, ya sea por su ejercicio o el vencimiento de la oportu-
nidad para hacerlo, pudo el demandado dar a la contestación el

141
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

contenido que hubiere deseado, siendo perfectamente posible


y aceptable que lo hubiere hecho en términos incluso distintos
al de su escrito de reclamo, no pudiendo, por ende, asumirse sin
más, que de habérsele permitido contestar la demanda como
era debido, hubiera mantenido lo dicho con antelación, lo que
basta para estimar que la infracción invocada se ha cometido.
Sin perjuicio de ello, no constituyendo la reclamación contesta-
ción –ni pudiendo tenérsela como tal–, deviene que el tribunal
no tenía ninguna obligación de pronunciarse en la sentencia
definitiva respecto de las alegaciones, excepciones y defensas
que pudiera haber contenido pues tal presentación no fija el
marco de la controversia. Luego, como uno de los múltiples
efectos que pudiera originar, la falta de dicho pronunciamiento
no sería revisable vía recurso de nulidad o, en otro ámbito, po-
dría tenerse como tácitamente admitidos los hechos contenidos
en la demanda, como quiera que el demandado no contestó
la demanda, cuestiones estas que ciertamente demuestran que
no resulta admisible la posición de que, en la práctica, existió
contestación”.
Lo anterior –esto es, que debe permitirse contestar a los de-
mandados solidarios–, es independiente de las posibilidades fácti-
cas o empíricas de que los demandados solidarios puedan aportar
prueba pertinente y convincente a los respectivos puntos de prueba
que se fijen después de contestada(s) la(s) demanda(s), éste es
otro tema. Empero, impedir prima face la posibilidad de hacerlo,
insistimos, vulnera además de la bilateralidad de la audiencia, el
ejercicio profesional, el derecho de igualdad de armas, y por cierto, la
buena fe procesal, de consagración explícita en el Derecho Procesal
Laboral nacional 80.
Es menester recordar en este punto, que la solidariedad o
solidaridad, la llamada responsabilidad solidaria, y la obligación
que la contiene, es aquella que, en virtud de la convención, del
testamento o de la ley puede exigirse a cada uno de los deudores el total
de la deuda (artículo 1.511 Código Civil [CC]).
80  Piénsese en el caso del demandado solidario diligente, que (por contrato civil

o comercial, o incluso por política de la empresa) le exige diaria o mensualmente,


reports y copias de toda la documentación laboral de sus colaboradores contratistas:
Si luego es demandado solidariamente en una demanda de prestaciones laborales
vgr. remuneraciones, feriados impagos, etc., … ¿no puede acompañar sus copias
de liquidaciones de sueldos, contratos o finiquitos?

142
EL JUICIO MONITORIO

La solidariedad pasiva81, constituye una especie de caución


(garantía) personal, porque se contrae (o la establece la Ley) con
el fin de asegurar el pago de esa obligación, puesto que el acree-
dor va a poder hacer efectivo su crédito en tantos patrimonios,
cuantos sean los deudores, y por el total de la deuda (a uno, todos
o cualquiera, y por el total).
El acreedor podrá dirigirse contra todos los deudores solida-
rios conjuntamente, o contra cualquiera de ellos a su arbitrio,
sin que por éste pueda oponérsele el beneficio de división
(art. 1.514 CC).
Interés en la deuda, obligación de pago de la deuda y obligación
a contribuir al pago de la deuda (soporte de la deuda). Aunque este
tema es del Derecho Común (no es del Derecho Laboral, ni del
Procesal Laboral), preciso es recordar estas materias a propósito
de lo que venimos tratando. La figura del pago y soporte en el pago,
se fundamenta en la pluralidad de vínculos y en la unidad de
prestación, y se explica mejor con los siguientes ejemplos (que
aunque pertenecen al campo contractual, ello no es óbice para
explicar la misma figura, que en materia laboral, tiene por fuente
a la Ley): Ejemplo 1: Sebastián necesita $ 500.000 (porque debe
pagar unas cuotas atrasadas de su crédito universitario y ya lo están
ejecutando), y decide pedírselos prestados a David. David accede
en principio al préstamo (mutuo de dinero), pero le exige a Se-
bastián que se pacte solidariedad por lo menos con dos deudores
más. Sebastián consigue que sean también codeudores solidarios
Paulo y Víctor, entonces conjuntamente con David (acreedor)
pactan en ese mutuo de $ 500.000, solidariedad pasiva, quedando
como codeudores solidarios Sebastián, Paulo y Víctor.
Ejemplo 2: Paulo, Víctor y Sebastián, necesitan cada uno
$ 100.000, ya que todos quedaron morosos en el pago de la tar-
jeta de crédito de una multi-tienda. Recurren a David para que
les preste a cada uno dicho valor. Sin embargo, David no accede
totalmente a la oferta planteada, sino que les propone prestarles
los $ 300.000, pero pactando solidariedad entre ellos. De esta
suerte, Paulo, Víctor y Sebastián, conjuntamente con David, pactan
en ese mutuo de $ 300.000, solidariedad pasiva, quedando como
codeudores solidarios Sebastián, Paulo y Víctor.

81  Navarro A., René, Derecho Civil Patrimonial. Tomo II, Ediciones Jurídicas de

Santiago, 2010.

143
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

En ambos ejemplos, el acreedor (David) puede dirigirse a


cualquiera de los codeudores solidarios, o a todos ellos, y exigirles
el total de la deuda (en el primer caso $ 500.000, y en el segundo
$ 300.000). Ello, porque todos se encuentran obligados al pago total
de la deuda, puesto que son codeudores solidarios.
Sin embargo, en el ejemplo 1, la deuda sólo cede en interés de
Sebastián, los demás codeudores participaron en el mutuo nada
más que para ayudarlo. A ellos no les interesa en lo absoluto, pero,
como pactaron solidariedad pasiva, están obligados a pagar; no
obstante, aunque estén obligados a “pagar” la deuda, no están obli-
gados a soportarla, esto es, no están obligados a contribuir a la deuda.
En el ejemplo 2, a los tres deudores les importa o tienen interés en
la deuda, vale decir, cede la solidariedad en beneficio de todos,
por lo mismo todos tienen la obligación de soportar la deuda.
En el ejemplo 1, si al momento del cumplimiento, David exi-
ge el pago total a Paulo, éste debe pagarle a David los $ 500.000
(está obligado al pago); pero como no cedía en su interés la
deuda (no está obligado a soportar la deuda), Paulo se subroga
en los derechos de David y puede exigirle ahora a Sebastián que
le reintegre los $ 500.000 que pagó a su acreedor. No podría ha-
cer lo mismo con Víctor, ya que tampoco cedía en su interés la
deuda, y al pagarse, la solidariedad se extinguió. Si David exige
el cumplimiento a Víctor y Paulo, conjuntamente, ambos están
obligados a pagarle el total a David ($ 500.000), juntando entre
ambos el dinero ($ 250.000 cada uno); pero como no cedía en
su interés la deuda (no estaban obligados a soportarla), Paulo y
Víctor se subrogan en los derechos de David y pueden cada uno
exigirle ahora a Sebastián que les reintegre los $ 250.000 que cada
uno pagó a su acreedor, y sólo cada uno, ya que la solidariedad
se extinguió con el pago al acreedor. Finalmente, si David exige
el total a Sebastián, y Sebastián paga, la deuda se extingue total-
mente, toda vez que este deudor, no sólo estaba obligado al pago
de la misma, sino que además (como cedía en su propio interés)
estaba obligado a soportar y contribuir al pago de la misma.
En el ejemplo 2, si al momento del cumplimiento, David exi-
ge el pago total a Paulo, éste debe pagarle a David los $ 300.000
(está obligado al pago); pero como no cedía en su solo interés
la deuda (no está obligado a soportarla completamente), Paulo
se subroga en los derechos de David y puede exigirle ahora a
Sebastián y Víctor que le reintegren cada uno $ 100.000, por

144
EL JUICIO MONITORIO

los $ 200.000 que pagó a su acreedor en la parte que no tenía


que soportar. Si David exige el cumplimiento a Víctor y Paulo,
conjuntamente, ambos están obligados a pagarle el total a David
($ 300.000), juntando entre ambos el dinero ($ 150.000 cada
uno); pero como no cedía en su solo interés la deuda (no esta-
ban obligados a soportarla en forma completa), Paulo y Víctor se
subrogan en los derechos de David y pueden cada uno exigirle
ahora a Sebastián que les reintegre los $ 50.000 que cada uno
pagó a su acreedor por sobre la cantidad en que tenían interés,
y sólo cada uno, ya que la solidariedad se extinguió con el pago
al acreedor. Finalmente, si David exige el total a los tres, y pagan,
la deuda se extingue totalmente, toda vez que estos codeudores,
no sólo estaban obligados al pago de la misma, sino que además
(como cedía en su propio interés) estaban obligados a soportar
y contribuir al pago de la misma.
El deudor solidario que ha pagado la deuda, o la ha extinguido
por alguno de los medios equivalentes al pago, queda subrogado en
la acción de acreedor con todos sus privilegios y seguridades, pero limitada
respecto de cada uno de los codeudores a la parte o cuota que tenga este
codeudor en la deuda. Si el negocio para el cual ha sido contraída la
obligación solidaria, concernía solamente a alguno o algunos de
los deudores solidarios, serán éstos responsables entre sí, según
las partes o cuotas que les correspondan en la deuda, y los otros
codeudores serán considerados como fiadores. La parte o cuota
del codeudor insolvente se reparte entre todos los otros a prorrata
de las suyas, comprendidos aun aquellos a quienes el acreedor
haya exonerado de la solidaridad (art. 1.522 CC).
Si el acreedor condona (o perdona) la deuda a cualquiera
de los deudores solidarios no podrá después ejercer la acción
que se le concede por el artículo 1.514 CC, sino con rebaja de la
cuota que correspondía al primero en la deuda (art. 1.518 CC).
La novación entre el acreedor y uno cualquiera de los deudores
solidarios, liberta a los otros, a menos que éstos accedan a la
obligación nuevamente constituida (art. 1.519 CC). El deudor
solidario demandado puede oponer a la demanda todas las
excepciones que resulten de la naturaleza de la obligación, y
además todas las personales suyas. Pero no puede oponer por
vía de compensación el crédito de un codeudor solidario con-
tra el demandante, si el codeudor solidario no le ha cedido su
derecho (art. 1.520 CC).

145
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Finalmente, la solidariedad se extingue, ya sea porque se


extinguió la obligación principal, o porque sólo se extinguió la
solidariedad.

146
§ 45.  ANEXOS

1)  Prensa relevante :


1.1)  Editorial Diario El Mercurio de Santiago 82
Viernes 4 de abril de 2008
“Nueva justicia del trabajo”
Pareciera desprenderse de lo manifestado por algunos per-
soneros de Gobierno que sus ventajas están destinadas a servir
exclusivamente a una de las partes de la relación laboral: los
trabajadores.
CECILY HALPERN MONTECINO
HÉCTOR HUMERES NOGUER
Abogados
Profesores Universidad del Desarrollo
Luego de un largo debate parlamentario, iniciado en 2002,
ha entrado en vigencia gradualmente –por regiones– el nuevo
procedimiento laboral. Ello ha despertado justificadas expecta-
tivas y optimismo en los partícipes del mundo del trabajo: todos
esperan mayor celeridad, transparencia y equidad. Sin embargo,
pareciera desprenderse de lo manifestado por algunos personeros de Gobierno
que estas ventajas están destinadas a servir exclusivamente a una de las
partes de la relación laboral: los trabajadores. Las mismas seguridades
estarían vedadas a los empleadores, lo cual resulta desigual, por
lo menos en cuanto dicho discurso pretende promover la paz
social. No puede omitirse la circunstancia de que buena parte de
la judicatura laboral tradicional (anterior a esta reforma) ha sido

82 Las cursivas son mías.

147
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

ácidamente criticada por su manifiesta parcialidad. Si se suma


ahora una tutela adicional a la que ya contempla la legislación –la
que, por principio, favorece al trabajador, al establecer un estatuto
laboral proteccionista de la parte económicamente más débil–,
el desequilibrio que denunciamos se profundizará en desmedro
de la equidad y la justicia.
La parcialidad en el ejercicio de la jurisdicción provoca una ingrata
sensación de indefensión, extendiendo la desazón que se causa a una de
las partes, a la sociedad toda. Por lo mismo, nos parece negativo
que estas voces insistan en la necesidad de que los nuevos jueces
laborales no sean neutrales, puesto que, en tal caso, quedan au-
tomáticamente impedidos de impartir justicia; proceder en tal
sentido podría transformar el proceso judicial en un mero trámite.
A la inversa de lo que se señala, creemos nosotros que es ésta una
inmejorable oportunidad para que la “nueva justicia del trabajo”
fortalezca la neutralidad de los jueces, puesto que su cercanía con
las partes les permitirá apreciar con mayor certeza la verdad y
resolver conforme a ella, dejando a un lado prejuicios que pertur-
ban y hacen imposible resolver en derecho, como corresponde.
No debemos olvidar que el “ius” o derecho es la técnica de “lo
bueno y de lo justo”, y así también debería entenderse al ejercer
la noble función de juzgar un conflicto.
Por otra parte, cabe destacar que la celeridad impulsada por el
nuevo procedimiento puede, en algunas circunstancias, hacerse
incompatible con la complejidad y especialidad de algunas con-
troversias laborales, atendiendo a las materias sobre las que hoy
recaen. A modo de ejemplo, bástenos citar los juicios en que se
interponga la “acción de tutela laboral”, en los que se discutirán
temas tan relevantes como la violación a las garantías constitu-
cionales, muchas veces de amplio y complejo contenido. A ello
puede agregarse el aumento en los ingresos de nuevas causas a
los tribunales, motivado por la facilidad en la litigación que se
brinda, junto a la expectativa de obtener fallos favorables que
contengan indemnizaciones o recargos adicionales, desconoci-
dos hasta este momento. Nunca es bueno, cualquiera que sea el
contexto social, promover la conflictividad judicial, mucho menos
cuando se trata de la relación laboral que afecta indirectamente
a toda la comunidad.
Asimismo, conviene destacar que la nueva justicia laboral cons-
tituye un desafío en lo que dice relación con su organización y

148
EL JUICIO MONITORIO

funcionamiento no tan sólo respecto de los jueces, sobre quienes


recaerá la mayor responsabilidad en la conducción del proceso,
sino también sobre los abogados dedicados a esta disciplina. Se
trata, sin duda, de un cambio radical, no meramente cosmético,
que exigirá desplegar habilidades, hoy poco utilizadas, en un
procedimiento oral, concentrado y rápido. El abogado laboralista
deberá estar dotado de capacidad para actuar directamente frente
al juez y a la contraparte, con cabal conocimiento del derecho
adjetivo y sustantivo, a lo que se suma el hecho de que tendrá,
usualmente, como contradictor, a un defensor laboral, altamente
especializado y con respaldo del Estado.
Esperamos que el reto que plantea esta transformación procesal
contribuya a hacer más eficiente el sistema y que todos sus actores
estén a la altura de este desafío, sin injerencia de disputas de otro
orden, pero sobre todo que se respete la igualdad de las partes frente al
procedimiento y las normas básicas del debido proceso. En toda decisión
judicial aparecen íntimamente fundidos los aspectos procesales
y materiales del derecho; ellos recogen los valores inspiradores
del orden jurídico, como la justicia, el orden, la paz, la equidad
y la buena fe. De aquí la importancia que asignamos al nuevo
procedimiento laboral.

1.2)  Editorial Diario El Mercurio de Santiago 83


Lunes 3 de agosto de 2009
“Credibilidad de la nueva justicia laboral”
A menos de un mes de que entre en vigencia en la Región Me-
tropolitana (el 31 de agosto) la nueva justicia laboral, el tribunal
laboral de Copiapó (donde ella ya funciona) ha fallado prohibien-
do a una minera reemplazar a los trabajadores en huelga, pese
al dictamen en contrario de la Dirección del Trabajo. Los datos
disponibles sobre sus primeros meses de operación en el resto
del país indican que casi el total (alrededor de 97 por ciento) de
las causas que le son sometidas se falla a favor de los trabajadores, lo
que despierta inquietudes en cuanto a su real ecuanimidad y ausencia
de sesgo ideológico. Esto debe aclararse, pues ningún sistema judicial
confiable puede arrojar semejante tasa sistemática a favor de sólo una de
las partes. Vale acá el antiguo aforismo de que la justicia “no sólo

83 Ibíd., nota anterior.

149
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

debe ser, sino también parecer”. De otro modo, arriesga su credibilidad


y, a la postre, su legitimidad. Además, este interrogante no favorece la
creación de nuevos empleos.
Con todo, la mayor cantidad de causales, procedimientos y
recursos procesales de que ahora disponen las partes abre un
espacio para equilibrar tales estadísticas. Las modificaciones al
Código del Trabajo incorporan nuevos procedimientos –ordinario,
monitorio, tutelar y de reclamación–, según la materia o cuantía
del asunto. Destaca el nuevo procedimiento de tutela laboral,
que resuelve aquellos asuntos que en una relación laboral afecten
ciertos derechos fundamentales de los trabajadores.
Por otra parte, las resoluciones judiciales pronunciadas en
estos nuevos tribunales pueden ser impugnadas mediante di-
versos recursos procesales. Los de reposición y de apelación se
ejercen contra resoluciones dictadas durante la tramitación de
una causa. El de nulidad busca invalidar total o parcialmente
el procedimiento junto con la sentencia definitiva, o sólo esta
última. Habilitan su interposición aspectos de forma –como la
omisión en la sentencia de ciertas formalidades o requisitos, o
faltas en la apreciación judicial de la prueba– y también de fondo
–como la infracción de derechos o garantías constitucionales de
cualquiera de las partes.
No procede recurso alguno contra la resolución que falle un
recurso de nulidad, pero excepcionalmente puede interponerse
un recurso nuevo, “de unificación de jurisprudencia”, cuando
respecto de la materia de derecho objeto del juicio haya distintas
interpretaciones, sostenidas en uno o más fallos firmes de los
tribunales superiores.
Sin embargo, es baja la cantidad de recursos presentados has-
ta ahora en las cortes –se recurre sólo en alrededor del 13 por
ciento de las causas terminadas–, y la mayoría de los recursos de
unificación de jurisprudencia han sido rechazados por cuestiones
de forma.
La reforma judicial laboral es un cambio mayor. Cabe esperar
que su vigencia en la Región Metropolitana encuentre a los aboga-
dos –institucionales o privados– bien preparados para hace valer
adecuadamente los derechos de sus representados –trabajadores
o empleadores.

150
EL JUICIO MONITORIO

2)  A lgunos escritos de práctica forense 


en juicio monitorio
2.1) Despido indebido y cobro de prestaciones laborales, sin exhorto,
con mandato, demandado persona natural
PROCEDIMIENTO : Monitorio Laboral
MATERIA : Despido indebido y cobro de prestaciones laborales
DEMANDANTE :
RUT :
ABOGADO :
RUT :
DEMANDADO :
RUT :

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA POR DESPIDO INDEBIDO Y COBRO DE


PRESTACIONES LABORALES; PRIMER OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMEN-
TOS; SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITA FORMA ESPECIAL DE NOTIFICA-
CIÓN; TERCER OTROSÍ: SE TENGA PRESENTE.

S.J.L. del Trabajo de Copiapó


…………, abogado … con domicilio en …………, en represen-
tación (como se acredita en un otrosí de esta presentación) de
don(ña) …………, trabajador(a), con domicilio en …………, a
S.S. digo:
Que, dentro de plazo legal, vengo en interponer demanda la-
boral en procedimiento monitorio por despido indebido y cobro
de prestaciones laborales, en contra de …………, Rut …………,
ignoro profesión u oficio, o por quien haga las veces de tal, en
virtud de lo dispuesto en el art. 4º Código del Trabajo (CT), con
domicilio en …………, en virtud de los antecedentes de hecho y
fundamentos de Derecho que expongo a continuación:

I. LOS HECHOS:
Con fecha ………, mi representado ingresó a prestar servicios para
la demandada, en calidad de ………… para ………… ubicada
en …………, de …………, cumpliendo jornada de trabajo de
………… de …… a …… hrs., con una remuneración mensual de
$ ………, compuesta de ………… con fecha ……… se le impide el
ingreso a trabajar, ya que llegó tarde en la jornada de ……… En
esa oportunidad fue despedida por ………, encargada del local.

151
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Frente a esta situación, y como a esa hora y ese día la Inspección


del Trabajo estaba cerrada, concurrió el ……… a las ………, para
dejar constancia de lo ocurrido el día sábado anterior, y con el
objeto de no ser acusado de abandono del trabajo y/o de fallas
reiteradas.
No obstante lo anterior, con fecha posterior el ………, se re-
mite por parte del empleador carta de despido, fundándola en
el art. 160 Nº 3 del CT, y argumentando que habría inasistido los
días ……… de ……… de los corrientes.

II. TRÁMITES POSTERIORES AL DESPIDO


De acuerdo a lo señalado por la ley, con fecha…, interpuso el
reclamo correspondiente ante la Inspección Comunal del Tra-
bajo de ………, reclamo que tiene como fecha de término el día
………, todo de acuerdo al acta de reclamo y de comparecencia
que se acompañan en un otrosí de esta demanda.

III.  EL DERECHO
El artículo 168 del CT, dispone que el trabajador cuyo contrato
termine por aplicación de una o más de las causales establecidas
en los artículos 159, 160 y 161, y que considere que dicha aplica-
ción es injustificada, indebida o improcedente, o que no se haya
invocado ninguna causal legal, podrá recurrir al juzgado compe-
tente, dentro del plazo de sesenta días hábiles, contado desde la
separación, a fin de que éste así lo declare. En este caso, el juez
ordenará el pago de la indemnización a que se refiere el inciso
cuarto del artículo 162 y la de los incisos primero o segundo del
artículo 163, según correspondiere; con el aumento del 80%,
conforme el literal c) de la misma norma.

IV.  PRESTACIONES DEMANDADAS


– Indemnización sustitutiva del aviso previo $ ………;
– Indemnización por (…) años de servicio $ ………;
– Aumento 80 % $ ………;
POR TANTO, en atención a lo expuesto, y principalmente a lo
dispuesto en los artículos 4, 159 y ss., 168, 173, 496 y ss., y demás
pertinentes del Código del Trabajo y de la legislación laboral
vigente,

152
EL JUICIO MONITORIO

A S.S. pido, tener por interpuesta demanda laboral en procedi-


miento monitorio laboral, acogerla a tramitación, y en definitiva,
declarar: 1) Que el despido es indebido; 2) Que la demandada
debe pagar la indemnización mencionada en el acápite IV pre-
cedente; 3) Que la sumas mencionada deberá pagarse con los
intereses y reajustes legales, hasta el pago efectivo de la misma;
y 4) Que se condena a la demandada al pago de las costas de la
presente causa.
PRIMER OTROSÍ: De acuerdo a lo dispuesto en el art. 449 CT
(y teniendo presente que sólo esta parte puede acompañar los
documentos a los cuales puede tener acceso) vengo en acompañar
los siguientes documentos:
– Acta de comparendo de conciliación de fecha ………;
– Contrato de Trabajo de fecha ………;
– Carta de aviso término de contrato y sobre de fecha
………;
– Constancia IPT de fecha ………
– ………
SEGUNDO OTROSÍ: A US. pido, en virtud de lo dispuesto en
el artículo 442 del Código del Trabajo, autorizar que las notifi-
caciones en el presente proceso se efectúen tanto en los correos
electrónicos … como al teléfono …
TERCER OTROSÍ: A S.S. pido tener presente, que el poder para
representar al demandante en este juicio, consta en escritura
pública de mandato judicial, otorgado con fecha ………, en la
Notaría de don ………, anotada en el repertorio Nº ………, que
se acompaña a este escrito.

153
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

2.2) Despido carente de causa legal y cobro de prestaciones laborales


con exhorto, demandados solidarios, personas jurídicas, sin
mandato
PROCEDIMIENTO : Monitorio Laboral
MATERIA : Despido indebido y cobro de prestaciones labo-
rales
DEMANDANTE :
RUT :
ABOGADO :
RUT :
DEMANDADO (1) :
RUT :
REPRESENTANTE LEGAL :
RUT :
DEMANDADO (2) :
RUT :
REPRESENTANTE LEGAL :
RUT :

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA POR DESPIDO CARENTE DE CAUSA


LEGAL Y COBRO DE PRESTACIONES LABORALES; PRIMER OTROSÍ:
ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: EXHORTO; TERCER
OTROSÍ: SOLICITA FORMA ESPECIAL DE NOTIFICACIÓN; CUARTO
OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L. del Trabajo de …


………, trabajador, con domicilio en …………, a S.S. digo:
Que, dentro de plazo legal, vengo en interponer demanda
laboral en procedimiento monitorio por despido carente de causa
legal y cobro de prestaciones laborales, en contra de la …………,
empresa del giro de su denominación, Rut ………, representada
legalmente y para efectos del art. 4º del Código del Trabajo (o por
quien haga sus veces) por don…, ignoro profesión u oficio, Rut
………, ambos con domicilio en…, comuna de ……… Región
…………, y en forma solidaria en contra de …………, empresa del
giro de su denominación, Rut Nº ………, representada legalmente
y para efectos del art. 4º del Código del Trabajo (o por quien haga
sus veces) por don …………, ignoro profesión y Rut, ambos con
domicilio en …………, en virtud de los antecedentes de hecho y
fundamentos de Derecho que expongo a continuación:

154
EL JUICIO MONITORIO

I. LOS HECHOS
Comencé a prestar servicios para la demandada bajo dependen-
cia y subordinación, celebrando contrato de trabajo, desde el…,
en calidad de jornal, en la Sección I etapa de Establecimiento
obra en construcción ampliación de talleres de la empresa … La
jornada laboral, era abusiva e ilegal, trabajando todos los días
(incluso domingos y festivos) de … a … hrs., sin descansos. La
remuneración pactada conforme al contrato, fue de … Cabe des-
tacar que la demandada (habiendo sido emplazada legalmente)
no concurrió a la instancia administrativa, representada como en
Derecho corresponde.

ANTECEDENTES DEL DESPIDO


Con fecha…, aproximadamente a las…, fui despedido en for-
ma verbal y sin expresar razón alguna, por parte del supervisor
constructor a cargo de la obra don … Frente a esa situación, me
acerqué en forma inmediata a la Inspección del Trabajo, para
reclamar esta arbitrariedad, toda vez que las obras aún no habían
concluido.

II. TRÁMITES POSTERIORES AL DESPIDO


De acuerdo a lo señalado por la ley, con fecha…, interpuse
el reclamo correspondiente ante la Inspección Comunal del
Trabajo de Copiapó, reclamo que tiene como fecha de término
el día…, todo de acuerdo al acta de reclamo y de comparecencia
que acompaño en un otrosí de esta demanda.

III.  EL DERECHO
El artículo 168 del CT, dispone que el trabajador cuyo contrato
termine por aplicación de una o más de las causales establecidas
en los artículos 159, 160 y 161, y que considere que dicha aplica-
ción es injustificada, indebida o improcedente, o que no se haya
invocado ninguna causal legal, podrá recurrir al juzgado compe-
tente, dentro del plazo de sesenta días hábiles, contado desde la
separación, a fin de que éste así lo declare. En este caso, el juez
ordenará el pago de la indemnización a que se refiere el inciso
cuarto del artículo 162 y la de los incisos primero o segundo del
artículo 163, según correspondiere.

155
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Por su parte, el artículo 183-B del mismo cuerpo legal, expresa


que la empresa principal será solidariamente responsable de las
obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los
contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas las even-
tuales indemnizaciones legales que correspondan por término de
la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo
o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios
en régimen de subcontratación para la empresa principal. En los
mismos términos, el contratista será solidariamente responsable
de las obligaciones que afecten a sus subcontratistas, a favor de
los trabajadores de éstos. La empresa principal responderá de
iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando
no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere
el inciso siguiente. El trabajador, al entablar la demanda en con-
tra de su empleador directo, podrá hacerlo en contra de todos
aquellos que puedan responder de sus derechos, en conformidad
a las normas de este Párrafo.

IV.  PRESTACIONES DEMANDADAS:


a) Indemnización sustitutiva del aviso previo $ ………;
b) Feriado legal/proporcional $ ………;
c) Remuneración impaga ……… al ……… $ ………;
d) Horas extraordinarias: $ ………;
e) Descansos: $ ………
POR TANTO, en atención a lo expuesto, y principalmente a lo
dispuesto en los artículos 4, 159 y ss., 168, 173, 183 B, 496 y ss.,
y demás pertinentes del Código del Trabajo y de la legislación
laboral vigente,
A S.S. pido, tener por interpuesta demanda laboral en procedi-
miento monitorio laboral, acogerla a tramitación, y en definitiva,
declarar: 1) Que el despido es carente de causa legal; 2) Que la
demandada debe pagarme las indemnizaciones y prestaciones,
mencionadas en el acápite IV precedente; 3) Que las sumas men-
cionadas deberán pagarse con los intereses y reajustes legales,
hasta el pago efectivo de la misma; y 4) Que se condena a las
demandadas al pago de las costas de la presente causa.
PRIMER OTROSÍ: De acuerdo a lo dispuesto en el art. 449 CT
(y teniendo presente que el trabajador sólo tiene acceso a los

156
EL JUICIO MONITORIO

documentos que él exhibió en sede administrativa) vengo en


acompañar los siguientes documentos:
– Acta de comparendo de conciliación de fecha ………;
– Contrato de Trabajo de fecha ………;
– …
SEGUNDO OTROSÍ: A US. pido, atendido el hecho que … los
demandados, tiene su domicilio en las comunas de…, se sirva
disponer se exhorte al(los) Juzgado(s) de Letras del Trabajo
competente(s), a objeto de proceder a la notificación de la pre-
sente demanda. El exhorto deberá contener copia íntegra de la
demanda y su proveído, facultando para su diligenciamiento a la
persona que lo presente o requiera y, además, facultando al Tri-
bunal exhortado para disponer la notificación del representante
legal de la empresa demandada, en conformidad a lo dispuesto
en el artículo 437 del Código del Trabajo, de ser necesario, así
como el hecho de tener que designar un lugar conocido dentro
de los límites urbanos de la ciudad en que funciona Vuestro Tri-
bunal, bajo el apercibimiento de lo dispuesto en el inciso 2º del
artículo 440, del mismo cuerpo legal.
TERCER OTROSÍ: A US. pido, en virtud de lo dispuesto en el
artículo 442 del Código del Trabajo, autorizar que las notificacio-
nes en el presente proceso se me efectúen tanto en los correos
electrónicos … como al teléfono …
CUARTO OTROSÍ: A S.S. pido tener presente, que designo como
patrocinante y confiero poder, a don ………… abogado, con do-
micilio en ……… El poder conferido comprende las facultades
contenidas en ambos incisos del artículo 7º del Código de Pro-
cedimiento Civil, las que se dan por expresamente reproducidas,
en especial, las de avenir, renunciar términos y percibir.

157
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

2.3) Demanda de cobro de prestaciones laborales, con mandato,


demandado persona natural
PROCEDIMIENTO : Monitorio Laboral
MATERIA : Cobro de prestaciones laborales
DEMANDANTE :
RUT :
ABOGADO :
RUT :
DEMANDADO :
RUT :

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA POR COBRO DE PRESTACIONES LABORA-


LES; PRIMER OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ:
SOLICITA FORMA ESPECIAL DE NOTIFICACIÓN; TERCER OTROSÍ: SE
TENGA PRESENTE.

S.J.L. del Trabajo de …


………, abogado, con domicilio en ………, en representación
como se acreditará de don…, trabajador, de mi mismo domicilio,
a S.S. digo:
Que, en la representación que investo, vengo en presentar
demanda de COBRO DE PRESTACIONES LABORALES, en contra
de…, ignoro profesión u oficio, Rut Nº ………, o por quien la
represente conforme la legislación laboral, con domicilio en
…………, en virtud de los antecedentes de hecho y los funda-
mentos de Derecho que exponemos a continuación:

RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DE LA RELACION LABORAL


Mi representado, prestó servicios para la parte demandada, en
calidad de ………, bajo dependencia y subordinación, desde el
………, al ………, momento en el cual presentó su renuncia.
Su jornada de trabajo era de lunes a viernes de ……… a
……… hrs., con una remuneración base de $ ………, más tratos
ascendientes a $ ………
Se adeuda, además, a mi representado, proporcional de la
remuneración fija, y proporcional por tratos.

TRÁMITES POSTERIORES AL DESPIDO


Con fecha…, se interpuso reclamo administrativo ante la Inspec-
ción Provincial del Trabajo, reclamo que tiene como fecha de

158
EL JUICIO MONITORIO

término el día ………, todo de acuerdo al acta de comparecencia


que se acompaña en un otrosí de esta demanda.

II.  DERECHO
El inciso 7 del artículo 162 del Código del Trabajo, expresa que
“Sin perjuicio de lo anterior, el empleador deberá pagar al tra-
bajador las remuneraciones y demás prestaciones consignadas
en el contrato de trabajo durante el período comprendido entre
la fecha del despido y la fecha de envío o entrega de la referida
comunicación al trabajador”.

III.  PRESTACIONES DEMANDADAS


Como consecuencia de lo anterior, la demandada deberá pagar-
le, las siguientes prestaciones: Saldo de remuneración fija por
un monto de $ ………; Saldo de remuneración variable por un
monto de $ ………
POR TANTO, en atención a lo expuesto, y principalmente a lo
dispuesto en los artículos 4, 159 y ss., 168, 173, 496 y ss., y demás
pertinentes del Código del Trabajo y de la legislación laboral
vigente,
A S.S. pedimos, tener por interpuesta demanda laboral en
procedimiento monitorio laboral, acogerla a tramitación, y en
definitiva, declarar: Que la demandada debe pagar las prestacio-
nes, mencionadas en el acápite III precedente; 3) Que las sumas
mencionadas deberán pagarse con los intereses y reajustes lega-
les, hasta el pago efectivo de la misma; y 4) Que se condena a la
demandada al pago de las costas de la presente causa.
PRIMER OTROSÍ: De acuerdo a lo dispuesto en el art. 449 CT (y
teniendo presente que son los documentos a los que tuvo acceso
el trabajador) vengo en acompañar los siguientes documentos:
– Reclamo de fecha ………;
– Acta de comparendo de conciliación de fecha ………;
– Contrato de trabajo de fecha ………
SEGUNDO OTROSÍ: A US. pido, en virtud de lo dispuesto en
el artículo 442 del Código del Trabajo, autorizar que las notifi-
caciones en el presente proceso se efectúen tanto en los correos
electrónicos …………… como al teléfono ………

159
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

TERCER OTROSÍ: A S.S. pido tener presente, que el poder para


representar al demandante en estos autos, consta de mandato
judicial, otorgado por escritura pública en la Notaría de don
…………, de fecha …………, anotada en el Repertorio bajo el
Nº ………

2.4) Despido carente de causa legal y cobro de prestaciones laborales,


con exhorto, sin mandato, demandado persona jurídica
PROCEDIMIENTO : Monitorio Laboral
MATERIA : Despido carente de causa legal y cobro de pres-
taciones laborales
DEMANDANTE :
RUT :
ABOGADO :
RUT :
DEMANDADO :
RUT :
REPRESENTANTE LEGAL :
RUT :

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA POR DESPIDO CARENTE DE CAUSA


LEGAL Y COBRO DE PRESTACIONES LABORALES; PRIMER OTROSÍ:
ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: EXHORTO; TERCER
OTROSÍ: SOLICITA FORMA ESPECIAL DE NOTIFICACIÓN; CUARTO
OTROSÍ: OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L. del Trabajo de …


…………, trabajador, con domicilio en …………, a S.S. digo: Que,
dentro de plazo legal, vengo en interponer demanda laboral en
procedimiento monitorio por despido carente de causa legal y
cobro de prestaciones laborales, en contra de…, empresa del
giro de su denominación, Rut Nº ………, representada legal-
mente por…, ignoro profesión u oficio, Rut Nº ………, o por
quien haga las veces de empleador en virtud de lo dispuesto en
el art. 4º Código del Trabajo (CT), ambos con domicilio en…, en
virtud de los antecedentes de hecho y de Derecho que expongo
a continuación:

160
EL JUICIO MONITORIO

I. LOS HECHOS
Con fecha ……… fui contratado bajo dependencia y subordina-
ción de la demandada, para prestar servicios de ……… Mi jorna-
da de trabajo era de … La remuneración que percibía era de $
……… Con fecha ………, me comunican verbalmente que estaba
desvinculado de la empresa, pero sin señalarme el motivo real, y
tampoco se me hizo llegar conforme la Ley la carta respectiva.

II. TRÁMITES POSTERIORES AL DESPIDO


De acuerdo a lo señalado por la ley, con fecha ………, interpuse
el reclamo correspondiente ante la Inspección Comunal del
Trabajo de ………, reclamo que tiene como fecha de término el
día ………, todo de acuerdo al reclamo y acta de comparendo de
conciliación que se acompaña en un otrosí de esta demanda.

III.  EL DERECHO
El artículo 168 del CT, dispone que el trabajador cuyo contrato
termine por aplicación de una o más de las causales establecidas
en los artículos 159, 160 y 161, y que considere que dicha aplica-
ción es injustificada, indebida o improcedente, o que no se haya
invocado ninguna causal legal, podrá recurrir al juzgado compe-
tente, dentro del plazo de sesenta días hábiles, contado desde la
separación, a fin de que éste así lo declare. En este caso, el juez
ordenará el pago de la indemnización a que se refiere el inciso
cuarto del artículo 162 y la de los incisos primero o segundo del
artículo 163, según correspondiere.

IV.  PRESTACIONES DEMANDADAS


a) Indemnización falta de aviso previo por: $ ………;
b) (En su caso) Indemnización por 01 año de servicio por:
$ ………;
c) Aumento del 50% por : $…
POR TANTO, en atención a lo expuesto, y principalmente a lo
dispuesto en los artículos 4, 159 y ss., 168, 173, 496 y ss., y demás per-
tinentes del Código del Trabajo y de la legislación laboral vigente,
A S.S. pido, tener por interpuesta demanda laboral en procedi-
miento monitorio laboral, acogerla a tramitación, y en definitiva,

161
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

declarar: 1) Que el despido es carente de causa legal; 2) Que la


demandada debe pagar las indemnizaciones y prestaciones, men-
cionadas en el acápite IV precedente; 3) Que las sumas menciona-
das deberán pagarse con los intereses y reajustes legales, hasta el
pago efectivo de la misma; y 4) Que se condena a la demandada
al pago de las costas de la presente causa.
PRIMER OTROSÍ: De acuerdo a lo dispuesto en el art. 449 CT
(y teniendo presente que la mayor parte de la documentación
la exhibió la demandada) vengo en acompañar los siguientes
documentos:
– Acta de comparendo de conciliación de fecha …;
– …;
– …;
SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a US. atendido el hecho de que
la empresa demandada ya individualizada, tiene su domicilio
en la Ciudad de ………, se sirva disponer se exhorte al Juzgado
de Letras del Trabajo que corresponda, a objeto de proceder
a la notificación de la presente demanda. El exhorto deberá
contener copia íntegra de la demanda y su proveído, facul-
tando para su diligenciamiento a la persona que lo presente
o requiera y, además, facultando al Tribunal exhortado para
disponer la notificación del representante legal de la empresa
demandada, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 437
del Código del Trabajo, de ser necesario, así como el hecho
de tener que designar un lugar conocido dentro de los límites
urbanos de la ciudad en que funciona Vuestro Tribunal, bajo el
apercibimiento de lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 440,
del mismo cuerpo legal.
TERCER OTROSÍ: A US. pido, en virtud de lo dispuesto en el
artículo 442 del Código del Trabajo, autorizar que las notifica-
ciones en el presente proceso se efectúen tanto en los correos
electrónicos … como al teléfono …
CUARTO OTROSÍ: A S.S. pido tener presente, que designo
como patrocinantes y confiero poder, a ……… con domicilio en
……… El poder conferido comprende las facultades contenidas
en ambos incisos del artículo 7º del Código de Procedimiento
Civil, las que se dan por expresamente reproducidas, en especial,
las de avenir, renunciar términos y percibir.

162
EL JUICIO MONITORIO

2.5) Escrito de Reclamación


RECLAMACIÓN
S.J.L. del Trabajo …
…………, abogado, por la parte …………, en autos sobre
juicio monitorio laboral caratulados ………… con …………,
Rit Nº M- … -20 …, a S.S. digo: Que, conforme lo dispone el
inciso 2º del artículo 500 del Código del Trabajo, vengo en recla-
mar de la resolución de S.S., con el objeto que cite a la audiencia
prevista en el inciso 5º del mismo artículo.
POR TANTO, a S.S. pido tener por presentada reclamación, y
cite a las partes a audiencia única de conciliación, contestación
y prueba.

163
§ 46.  EXCURSUS

1)  El recurso de nulidad en materia


laboral en el Derecho chileno
y el procedimiento monitorio84
Ricardo A. Garrido Álvarez85
El 31 de marzo de 2008 comenzó a aplicarse en nuestro país,
particularmente en las regiones piloto de Atacama y Magallanes,
un nuevo procedimiento en materia laboral. Dicho cambio no
sólo implica importantes modificaciones al procedimiento juris-
diccional aplicable a la resolución de asuntos laborales, sino que
tanto por la naturaleza y magnitud de las reformas como por la
concepción dogmática de las mismas, puede decirse que se trata
de un avance que instala las bases de un verdadero derecho proce-

84  Ponencia dictada en el Seminario de la Reforma Procesal Laboral “Re-


flexiones sobre su desarrollo”, realizado en conjunto por la Universidad Católica
de Valparaíso y la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso, el 02 de julio
de 2009.
85  Ricardo A. Garrido Álvarez (1973), abogado, cursó sus estudios secun-

darios en el Instituto Nacional, y los superiores en la Universidad de Chile. Allí,


junto a otros alumnos de ese entonces –Daniela Accatino, Rodrigo Correa, Lucas
Sierra, Fernando Atria– fue parte de la fundación de la Revista de Derecho y Huma-
nidades de la Casa de Bello, bajo el alero del profesor Antonio Bascuñán Valdés.
Su memoria en “Libertad de expresión”, la desarrolló gracias a la colaboración de
José Zalaquet Daher. Luego de haber participado en investigaciones en la Univer-
sidad Diego Portales y trabajar en el Consejo de Defensa del Estado, se traslada a
Copiapó para hacerse cargo de las cátedras de Introducción al Derecho, Ética y
de Filosofía del Derecho en la Universidad de Atacama. En esta Casa de Estudios,
cumplió también como Director del Departamento de Derecho Privado y Ciencias
Fundamentales, y como Director de Escuela. Actualmente, mantiene la docencia,
y se ha especializado dictando cursos de Argumentación y Razonamiento Jurídi-
co, es también consultor de UNICEF, y Jefe de Estudios de la Oficina de Defensa
Laboral de la Región de Atacama.

165
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

sal laboral y que articula un cambio de paradigma en el derecho


procesal civil (no penal)86.
Esta comunicación pretende comentar algunos aspectos del
régimen recursivo de las sentencias definitivas que dicha reforma
establece, usando como pretexto para ello dos fallos de la Ilustrí-
sima Corte de Apelaciones de Copiapó, que se ha pronunciado
sobre sendos recursos de nulidad.
Dos aclaraciones son importantes: En primer lugar en la
medida en que el régimen recursivo que la reforma propone
supone un cambio de paradigma en materia de control de las
sentencias judiciales, existe necesidad de concentrarse sólo en
algunos aspectos de todos los que aparecen de la revisión de los
fallos aludidos. Por otro lado, el propósito de este artículo es
comentar los fallos como tales, es decir, como referidos a casos
concretos tramitados por las oficinas de defensa laboral. Por esta
razón si bien las referencias teóricas son ineludibles, seguramente
parecerán como insuficientes si se juzgan desde un punto de vista
teórico y dogmático procesal.
Aunque pudiera perecer obvio, es necesario comenzar estable-
ciendo que el propósito de todo régimen recursivo es asegurar el
control intersubjetivo de las sentencias judiciales. Una cuestión
teóricamente controversial es establecer los propósitos y finali-
dades de dicho control. Del establecimiento de dicha cuestión
y de las teorías en las que se sustentan dependen concepciones
radicalmente diferentes del sistema recursivo. Como sea, y en
términos sumamente gruesos, puede decirse que el control se
funda en la necesidad de que la actividad jurisdiccional sea una
actividad adjudicativa de derechos preexistentes para las partes,
esto es, el derecho que las partes tienen y que es el contenido de
la pretensión (explicitada en la demanda) preexiste a la decisión
judicial. El juez adjudica el derecho de las partes usando como

86  Soy consciente de que este cambio ha venido estableciéndose a través de

reformas anteriores, como la que regula los procedimientos de familia, pero en


ningún caso previo expresa con la coherencia una nueva concepción del derecho
procesal civil. En cierta forma, esta modificación al procedimiento laboral anticipa
buena parte de los cambios procesales que contiene el anteproyecto de Código
Procesal Civil y qu en materia de recursos precisamente bien a instalar un nuevo
paradigma. Al respecto véase el artículo del profesor de Derecho procesal Raúl
Núñez Ojeda, “El Sistema de Recursos Procesales en el Ámbito Civil en un Esta-
do Democrático Deliberativo”. En Revista Ius et Praxis, año 14 Nº 1, Talca, Chile,
1998, 24 pp.

166
EL JUICIO MONITORIO

fundamento de esa decisión un repertorio más o menos vasto


de razones preexistentes para la justificación: lo que llamamos
el Derecho vigente; Si así no fuese entonces el juez concede el
derecho en el acto de su decisión, lo que es ideológicamente insos-
tenible con nuestra concepción del orden político (la separación
de funciones o poderes y régimen democrático) y con nuestra
concepción del estado de derecho (Las decisiones de los órganos
jurisdiccionales debe estar jurídicamente fundadas)87. Esta idea
no es históricamente nueva y constituye el núcleo de la ideología
de la codificación y de la concepción ilustrada del Derecho que
lo entiende como un producto racional de elaboración estatal.
La dogmática procesal moderna ha concebido de este modo
dos formas básicas o típicas de control de las decisiones jurisdic-
cionales: la revisión y la casación. Esto es, un control de mérito,
una revisión del caso por un tribunal superior que examina en
términos generales la razonabilidad y juridicidad de la decisión
del inferior y controla su corrección por la vía de un reexamen
del caso y por otro lado, un control de derecho en que lo que se
examina no es el mérito de los hechos discutidos en el tribunal de
instancia, sino la correcta aplicación de las leyes en la resolución
del caso que ha sido materia del pronunciamiento del tribunal.
No pueden examinarse en este lugar, las profundas trasforma-
ciones políticas y sociales que dieron lugar al establecimiento de
un sistema de control de las sentencias como el de la casación
en los países de nuestra tradición jurídica como Francia e Italia
y que luego fueron recogidas en nuestro sistema. Sin embargo,
en términos generales pueden decirse algunas cosas que facili-
ten el análisis y comentario posterior. La instalación del sistema
de la casación (del francés casser nulidad) en Francia y luego en
Italia estuvo en su tiempo asociado a profundas motivaciones
políticas. Desde luego, se intentaba imponer una nueva forma
de organización política distinta de la monarquía que confundía

87  Es claro que este argumento asume una cierta concepción acerca de las
reglas y el sistema jurídicos que podemos remitir a los teóricos Joseph Raz y Her-
bert Hart. Sin embargo, la proposición de un derecho preexistente al acto del juez
que lo adjudica es compatible con otros enfoques teóricos y es evidente que la
suposición de que las personas tenemos derechos antes de la decisión judicial, si
bien teóricamente controversial y que puede considerarse tributario de posiciones
filosófico políticas específicas, es el núcleo del fundamento moderno de un sistema
de control intersubjetivo de las sentencias.

167
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

las funciones de creación y aplicación de normas. Se trata de


diferenciar nítidamente las funciones de creación de normas
producto de la deliberación de las asambleas legislativas y la fun-
ción de aplicación de las normas. En otros términos, se buscaba
que el juez aplicara la ley del estado a la resolución de los casos
concretos sin dar margen al uso de facultades subjetivas o de
apreciación que hubieran perpetuado los intereses de la clase a
la que el juez pertenecía. En particular en Italia, la empresa que
estaba en juego era la unificación política del estado italiano,
la aplicación de una misma ley estatal impediría que cada corte
reinal o de principado diera lugar a interpretaciones diferentes
de la ley que en los hechos hubieran mantenido dividido al Esta-
do Italiano. Si el profundo propósito ideológico buscado por la
codificación es que los jueces aplicaran la ley y no otro criterio,
era necesario que existiera un sistema que permitiera evitar que
los jueces y las cortes por la vía de interpretaciones divergentes
acerca del contenido de la ley, en los hechos, aplicaran criterios
normativos distintos; convertir a los jueces en aplicadores de una
y misma ley significaba privarles de la facultad de interpretar
esa ley conforme a distintos parámetros o valoraciones. En otras
palabras, la unidad de la ley implica necesariamente la unidad
de su interpretación. El sistema ideado para asegurar esa unidad
es la creación de una corte encargada de velar por la unidad de
la interpretación de la ley con facultades de anular los pronun-
ciamientos de los jueces que no aplicaran la ley en los términos
definidos por el propio órgano (en Francia la Corte de casación
ni siquiera se consideraba parte del Poder Judicial)88.
Esta breve caracterización de las circunstancias históricas en las
que surge esta nueva forma de control de la actividad jurisdiccional
determinó varias de sus características institucionales más importan-
tes. En primer término, la corte u órgano encargado de efectuarla
es uno solo, puesto que si se busca unidad en la interpretación de
la ley el propósito reconduce inevitablemente a un solo centro de

88  Para un panorama del contexto histórico del sistema procesal de la Europa

continental puede consultarse el libro de difusión de John Henry Merryman La


tradición Jurídica Romano Canónica. Fondo de Cultura Económica, 1971 séptima
reimpresión de 2002, México, 304 pp. Un análisis del fundamento y de los contextos
históricos de la casación en Italia véase el estupendo estudio que realiza el profesor
Michelle Taruffo en el volumen El Vértice Ambiguo. Ensayos sobre la Casación Civil.
Biblioteca de Derecho Procesal. Palestra Editores, Lima, Perú, 2006.

168
EL JUICIO MONITORIO

decisión en la cúspide del Estado (un caso paradigmático es el de


nuestra propia Corte Suprema conociendo del recurso de casación
en el fondo) y por otro lado, en su forma pura se trata de un recurso
extremadamente estricto enfocado en la aplicación e interpretación
de la ley al caso, que nunca reenvía a un reexamen del mismo. Esta
es la razón, por la que los grandes teóricos de la casación civil defen-
dieron formas extremadamente puras y promovieron la exclusión
de la formas coexistentes de control como la apelación (el caso
probablemente más egregio es el de Calamadrei probablemente
el teórico más importante de la casación civil durante la primera
mitad del siglo XX en su obra La Cassazione Civile)89.
¿Qué queda de este tipo de fundamentaciones en nuestro
contexto geográfico e histórico? ¿Cómo pueden fundamentarse
en nuestros días un instituto de control de las sentencias en la
lógica del Estado Democrático de Derecho?
Compartimos la posición teórica del profesor Raúl Núñez
que, en nuestro medio, ha sostenido que la fundamentación
del régimen recursivo de nulidad que se propone para el nuevo
procedimiento civil en un Estado Democrático de Derecho debe
buscarse en la distinción (defendida por autores de la talla de
Habermas) entre contexto de justificación y contexto de aplica-
ción en la racionalidad de las normas90.
En términos simples (simplificados se diría), esta categorías
remiten a la idea de que en una sociedad democrática integrada
por seres ideológicamente concebidos como libres y racionales,
las normas de convivencia común deben ser justificadas racio-
nalmente. Las normas sociales y particularmente las jurídicas se
encontrarían justificadas en una sociedad democrática si pueden
ser reconducidas a un fundamento racional como el principio U
defendido por Habermas, i.e. si las consecuencias que se siguen
de la adopción de una determinada regla pueden ser aceptadas
racionalmente por todos los miembros de la comunidad en cues-
tión. En una sociedad democrática las normas deben aplicarse
racionalmente también, esto es, los jueces deben justificar racio-
nalmente su decisión, pero esta justificación tiene lugar o está
limitada por reglas que ya están a su vez justificadas por lo que
el argumento racional que justifica la decisión judicial se da en

89  Passim.
90  Núñez, Raúl, ob. cit., p. 200.

169
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

un contexto de aplicación o adecuación de la regla justificada o


fundamentada. Si bien el argumento debe satisfacer estándares
de racionalidad que son comunes a ambos tipos de contexto.
Lo cierto es que el argumento del juez debe mostrar, no ya la
plausibilidad racional de la regla misma, sino que el caso es uno
de aquellos a los cuales la regla resulta aplicable (establecer los
hechos del caso como tales y luego como alcanzados por la regla) y
luego demostrar que su decisión resulta ser la consecuencia lógica
(formal y normativamente hablando) de la aplicación de la regla
a los hechos que se han establecido como el caso del tribunal91.
El esquema así reseñado explica buena parte de la configu-
ración institucional del sistema: Puesto que la justificación o
fundamentación de las normas supone la identificación de los
criterios que la hacen racionalmente aceptable para sus propios
destinatarios, lo lógico es que los órganos encargados de la fun-
damentación sean las asambleas legislativas o los encargados de
la legislación comúnmente integrados por miembros elegidos.
Por otro lado, puesto que la aplicación de la regla supone un acto
de sujeción al criterio contenido en ellas, que prescinda de toda
otra consideración al momento de decidir el caso, lo natural es
que los jueces (típicamente los encargados de la aplicación de
las reglas) no sean elegidos y puedan gozar del más alto grado de
independencia subjetiva posible, de suerte que el único criterio
conforme al cual decidan sea la ley aprobada legítimamente.
En términos del control intersubjetivo de la sentencia, lo que
se busca precisamente es controlar la actividad del juez como
aplicador del criterio normativo contenido en las leyes92. Ello sig-

91  Para un análisis agudo y profundo de la diferencia entre los contextos de

justificación y aplicación Véase Atria, Fernando, Legalismo, Política y Derechos, en


Los Derechos Fundamentales , Ed. del Puerto, Buenos Aires, 2003, 76 pp. Entre
otros artículos del mismo autor.
92 Cuando se habla del juez como aplicador, no se está pensando en la típica

concepción peyorativa del juez como “mero” aplicador de leyes; está claro que el juez
para aplicar una norma a un caso debe establecer el caso como uno al cual la norma
es aplicable lo que en el límite podría implicar derrotar el criterio contenido en la
misma es decir no aplicar una regla aplicable porque resulta incorrecta conforme
al criterio establecido en la propia regla, en lo que se conoce como la hipótesis de
derrotabilidad de reglas (Defeasbility). Esa es la razón por la que según el profesor
Fernando Atria, lo que los jueces hacen no puede reemplazarlo un computador.
Ello sin mencionar que el control también versa sobre la interpretación de la ley
la que fenomenológicamente hablando es una decisión interpretativa del propio
juez que, como todo el mundo sabe, representa un enorme desafío. Lo que se

170
EL JUICIO MONITORIO

nifica que debe contarse con alguna evidencia de que la función


de aplicación tiene lugar en condiciones tales que garantizan que
el juez aplica correctamente el criterio preestablecido a hechos
tenidos como tales por el propio juez. El acto que evidencia esas
condiciones es la sentencia y los criterios de corrección del acto
de la sentencia son las reglas del razonamiento jurídico. Sólo por
medio del examen del argumento en que consiste la sentencia
puede observarse si el juez está aplicando las reglas preestablecidas
y si éstas están correlacionadas correctamente con las particulari-
dades del caso que es sometido a la decisión del tribunal y, lo más
importante, si la decisión es la consecuencia lógica de las premisas
(tanto normativas como fácticas) que el juez está considerando.
Dos comentarios: Está claro que el sistema recursivo no es el
único ni el mejor mecanismo de control de la actividad jurisdic-
cional. De hecho el acto judicial más importante, el juicio mismo,
es controlado intersubjetivamente por medio del carácter oral y
público de la audiencia. No puedo detenerme en las razones por
las que el carácter público de la audiencia es la mejor forma de
control intersubjetivo de la actuación judicial pero éstas, como
todo el mundo sabe, están asociadas a la trasparencia y publicidad
de la actuación de autoridades no elegidas y que son la base de
su legitimidad en una sociedad democrática. Lo que si es verdad,
es que el recurso es el mecanismo más idóneo para controlar el
carácter adjudicativo de la sentencia, i.e., para asegurarse de que
el juez decide conforme a reglas preestablecidas (democrática-
mente) y no conforme a su propio entender acerca de lo que es
justo o apropiado para el caso (lo que podría ser moralmente
plausible pero antidemocrático puesto que nadie, ciertamente
no los destinatarios de la sentencia, votó por el juez).
El otro comentario es que, si es verdad que un sistema recursivo
busca controlar el argumento justificatorio del juez93, entonces el
está diciendo es que lo que los jueces hacen cuando deciden no puede prescindir
de los criterios normativos preestablecidos en la Constitución y las leyes. Sobre
el argumento de la derrotabilidad véase, Atria, Fernando, “Las Circunstancias
de la Derrotabilidad”. En, Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso,
vol. 45 Sobre el razonamiento Jurídico, Valparaíso, Chile, 30 pp. También del
mismo autor El Poder Judicial como Poder Nulo, En revista del centro de Estudios de
la Justicia, vol. 6, Santiago de Chile, 23 pp.

93  Además de las razones expuestas no puede controlar el juicio mismo como

acto, esto es, no puede reexaminarlo porque los hechos del caso son el resultado

171
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

sistema recursivo es funcional a una teoría de la argumentación


jurídica (algo ciertamente controversial). En palabras simples lo
que el recurso controla es la calidad, desde el punto de vista de
las reglas de argumentación, del razonamiento contenido en la
sentencia94.
De lo anterior resulta que, es absolutamente lógico que nues-
tro Código del Trabajo haya establecido un recurso de nulidad
y no un recurso de apelación (dogmáticamente de revisión)
para controlar el resultado de lo que ocurre en un juicio oral y
público como el del nuevo proceso laboral. Es decir se trata de
un examen de la legalidad de la sentencia (y constitucionalidad
según el caso) y no de un examen de mérito en segunda instan-
cia. Para que dicho recurso sea acogido se establecen causales de
nulidad si bien algunas genéricamente descritas (las previstas en
el artículo 477) en otro términos, no se examina el caso basándo-

de la convicción adquirida con un contacto inmediato y directo con las pruebas,


tema en el que tampoco puedo detenerme pero que ciertamente garantiza la
calidad de la información obtenida por el juez, es decir, de él depende la validez
de la premisa fáctica (su verdad) con la que el juez construye su argumento.

94  El desarrollo de esta idea requeriría mucho más espacio, y desde luego,

pide una posición teórica en torno al tema de la argumentación jurídica. Lo que


puede decirse en términos simples, es que el sistema recursivo opera un control
que necesariamente o, mayoritariamente, versa sobre el argumento que la sen-
tencia contiene. Si la decisión del juez es el resultado de premisas inapropiada-
mente establecidas o incorrectamente conectadas entre sí, entonces la decisión es
jurídicamente reprochable., e. g., Si los hechos del caso no son los que la norma
regula entonces hay un problema lógico imputable a un mal uso de las reglas de
la inferencia deductiva de enunciados, si los hechos no pueden plausiblemente
fundarse en los medios probatorios aportados de manera que se desprendan de
ellos, entonces hay mal uso de las reglas de inferencia, etc. En las últimas décadas
y con más intensidad en los últimos años, la teoría del derecho se ha desplazado
dramáticamente hacia la teoría de la argumentación desde que los dos grandes
teóricos Robert Alexy y Neil Maccormick (cada uno por separado y con caracte-
rísticas diferenciadoras) formularan lo que puede considerarse la tesis estándar
sobre argumentación jurídica (la tesis del caso especial), ocasionando en un
debate que, afortunadamente, ya tiene carta de ciudadanía en nuestro medio.
La cuestión es que la decisión del juez no será correcta a menos que los hechos
del caso sean objetivamente establecidos y la decisión racionalmente adoptada.
Esta exigencia se funda no sólo en las modernas expectativas de racionalidad que
pesan sobre todos los actos del estado, sino que es la única forma de corrección
que puede predicarse de decisiones de órganos que como los jueces, no pueden
legitimar su decisión en su ascendiente moral (ideológicamente hablando son
ciudadanos como cualquier otro en una sociedad democrática) o en el carácter
democrático de su elección.

172
EL JUICIO MONITORIO

se en una causa tan genérica como el perjuicio que ocasiona la


resolución del juez para las partes, sino que se busca enmendar
los actos contrarios a la ley y favorecer la correcta aplicación de
las reglas laborales preestablecidas corrigiendo la comisión por
parte del juez, en el juicio o la sentencia, de actos que configuran
infracciones a la ley y que afectan la consistencia del argumento
justificatorio de la sentencia definitiva.
La causal relativa a la premisa fáctica no conduce a un reexamen
de los hechos sino que, consistentemente con lo que se ha dicho
hasta ahora, reenvía al cumplimiento de las reglas conforme a las
cuales la prueba debe ser apreciada. No lleva a una evaluación
del mérito de la cuestión conocida por el tribunal de instancia.
Aún cuando este aspecto del recurso será tratado en algún co-
mentario posterior (en la medida en que supone un examen
más detallado de la noción de sana crítica) es conveniente dejar
establecido que el recurso tiene puntos de contacto con el cono-
cimiento de los hechos, pero en el sentido y en la medida en que
las formas de valoración respetan los criterios establecidos en la
ley. Estos, a su vez, están asociados u orientados a la razonabilidad
y objetividad del proceso de toma decisión en torno a cuál es la
premisa fáctica del razonamiento del tribunal que está conteni-
do en la sentencia. Así las cosas, el recurso se convierte en este
aspecto en una forma de control del argumento que justifica las
conclusiones fácticas del tribunal. Es decir, el razonamiento que
conduce a dar por establecidos los hechos del caso. En palabras
del célebre procesalista Italiano Michelle Taruffo a propósito de
la casación civil en Italia “El control no tiene como objeto las pruebas,
su valoración ni su eficacia eurística, sino únicamente su razonamiento
justificativo, fundado sobre las pruebas, que la sentencia de mérito aduce
como fundamento de la decisión sobre el hecho. En efecto, el control no
recorre el iter del razonamiento decisorio que el juez de mérito desarrolló
para decidir; sino que se realiza de manera inversa a la argumentación
justificativa (que es todo aquello que se conoce del juicio de hecho) conte-
nida en la motivación”95.

95 Continúa el autor Italiano diciendo que el control sobre la motivación puede

ser muy penetrante y versar, por ejemplo, sobre las inferencias probatorias formuladas por el
juez de mérito y sobre el uso que éste ha hecho de las máximas de experiencia, sin embargo,
aquello no quita que estemos siempre ante una verificación ex post conducida respecto de
la racionalidad de los argumentos que justifican el juicio de hecho y no en función de una
formulación de este juicio.

173
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

Comentarios: Vistas las cosas desde esta perspectiva, uno pue-


de preguntarse si los pronunciamientos de la Corte de Copiapó
pueden correlacionarse con las característicos teóricas y dogmá-
tico procesales del recurso de nulidad que establece el Código
del Trabajo (que en palabras del profesor de Harvard Frederick
Schauer son las razones subyacentes que informan el contenido
de las normas que regulan el recurso de nulidad). Y lo que puede
responderse avanzando un comentario general es que la Corte
ha seguido en los dos casos que se comentan el buen criterio de
examinar la concurrencia de las causales específicas establecidas
en la ley y no ha emprendido en ningún punto un examen del
caso que fue conocido por el tribunal de mérito. Con lo que ha
confirmado lo que ya es doctrina establecida en nuestro medio
sobre el recurso de nulidad: Se trata de un recurso estricto que
controla el cumplimiento de criterios legales de fondo y formas
de actuación del tribunal96.
Los casos son los que rolan con los ingresos Corte 2 y 18 de la
Corte de Copiapó y la razón por la que estos casos se comentan no
solamente está asociado a su importancia anecdótica (el primero
de ellos fue el primer recurso de nulidad cuya vista tuvo lugar en
el contexto de la reforma procesal laboral en nuestro país y el se-
gundo fue el primer recurso de nulidad en Chile interpuesto por
las recientemente creadas oficinas de Defensa Laboral, recurso
que ciertamente fue acogido) sino también a que a nuestro juicio,
y en términos ciertamente generales, constituyen buenos ejemplos
de la lógica y fundamento dogmático que anima el control de las
sentencias a través del recurso de nulidad.
Como ya se dijo, se advertirá que en ambos fallos se proce-
de a analizar la concurrencia de las causales invocadas y no se
acomete el examen de ninguna cuestión que pudiera a hacer a
la conveniencia de la resolución del fondo de la cuestión que
se debatió en instancia. Es cierto que en el segundo recurso, el
ingreso Corte 18, se examinó sólo la primera causal, pero ello se
debe a que se estimó que concurría el motivo de nulidad y, con-
siguientemente, el recurso debía ser acogido, razón por la cual la
Corte no estimó necesario pronunciarse sobre las demás causales

96 Existen pronunciamientos doctrinarios y jurisprudenciales que han estable-


cido que el recurso de nulidad supone la verificación de la existencia de la causal
de invalidación y que no constituye instancia.

174
EL JUICIO MONITORIO

invocadas. Como quiera que el análisis de la Corte versa sobre las


causales no habido invocación alguna a la conveniencia de las
decisiones y actos de instancia cuando éstas se hallan establecidas
plausiblemente en la ley. He aquí otro punto, ciertamente vin-
culado con el primero, La Corte ha sido exhaustiva en examinar
el cumplimiento de la ley (procesal ante todo) cuando ello ha
sido invocado como causal de nulidad y estableció claramente
que el criterio legal no puede ser desatendido en ningún caso,
si bien ello pudiera exigirle contrastar la actuación con criterios
constitucionales de fondo.
Vinculado con esto último que se acaba de decir, no puede ser
pasado por alto que, en ambos casos, la Corte fue llamada a pro-
nunciarse sobre el respeto de garantías constitucionales por parte
del sentenciador de instancia, particularmente sobre la garantía
contenida en el artículo 19 Nº 3 de nuestra carta fundamental
conectada con la idea de debido proceso, en invocación de la
causal de nulidad prevista en la primera parte del artículo 477
del Código del Trabajo.
Desde luego, ello plantea y seguirá planteando por algún
tiempo, complejas cuestiones asociadas a dos tipos de problemas:
De una parte, las conectadas con la concepción misma de debi-
do proceso, un concepto extremadamente sofisticado desde el
punto de vista dogmático constitucional, con raíces en sistemas
distintos al nuestro97 y cuya conceptualización en nuestro medio
ha sido extremadamente pobre (incluso la CENC no perece tener
concepto alguno de lo que debía entenderse por debido proceso
de ley) y naturalmente mucho más vinculada con el análisis de
las garantías en las que consiste, las que por lo demás han estado
centradas en el proceso penal (la influencia del Derecho Interna-
cional de los Derechos Humanos, particularmente el artículo 8º
de la Convención Americana de Derechos Humanos ha sido
determinante en ese aspecto). Por otro lado, en nuestro medio
ha sido un problema largamente estudiado el alcance de las atri-
buciones de las Cortes y de otros órganos respecto del control
de constitucionalidad cuando versa sobre el respeto de derechos
97 Para un análisis del origen histórico de la idea de debido proceso puede
consultarse con provecho el escrito de Julián López Masle, Debido proceso en Chile:
hacia un Principio Generador de Reglas. En, Justicia Constitucional y Derechos Fun-
damentales, Comp. Editor András Bordalí Salamanca Ed. LexisNexis, Santiago
de Chile, 2007, 26 pp.

175
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

fundamentales, un problema que en el límite, ha implicado un


superposición entre la facultades de la Corte Suprema conociendo
recursos de casación y el Tribunal Constitucional98 y aún cuando
el panorama parece haberse clarificado bastante luego de la gran
modificación a las facultades del Tribunal Constitucional en 2005,
siguen pendientes muchas cuestiones de delimitación concreta
de competencias.
La Corte de Apelaciones de Copiapó ha sido certera en
identificar el problema de la Constitucionalidad del juicio o de
la sentencia como un problema mediado por las disposiciones
legales existentes.
En el Fallo del ingreso Nº 2 entendió el cumplimiento de
formalidades legales como inexcusables para el juez, más allá de
someterlas a un escrutinio de razonabilidad a la luz de la garantía
invocada en el recurso.
Veamos: El ingreso Corte 2 de 2008 invocaba la infracción a la
garantía del 19 numeral 3 de la nuestra Constitución fundándose
en que el juez que había conocido de una causa en procedimiento
monitorio habría incurrido en omisiones en la notificación y en
otros vicios de actuación que habrían ocasionado la indefensión
del demandado en la causa. Concretamente el demandado no
había contestado le demanda por escrito conforme a los términos
previstos en el artículo 452 del Código Laboral, y no obstante que
concurrió a la audiencia, el sentenciador hizo uso de la facultad
que le concede el artículo 453 del mismo cuerpo legal que esta-
blece que el juez podrá dar por admitidos los hechos alegados
en la demanda si el demandado no la contesta. Adicionalmente
como el demandado concurrió sin abogado incumpliendo la
carga que le impone el artículo 434 su asistencia sólo se consi-
deró a los efectos de un posible acuerdo. Atendidas las graves
consecuencias de la resolución del tribunal en orden a tener por
tácitamente admitidos los hechos de la demanda, la recurrente
argumentó que dicha circunstancia y la necesidad de concurrir
con abogado, debió serle particularmente advertida en la cita-

98  Véanse los trabajos de Andrés Bordalí Salamanca, “El Modelo de Juris-

dicción Constitucional de las Libertades. Análisis en el marco de los valores de


Seguridad Jurídica e Igualdad Constitucional”, Revista de Derecho, Valdivia, vol. XVIII
julio 2005. Y particularmente “La Unidad en la Interpretación Jurisdiccional de
los Derechos Fundamentales: Una tarea pendiente en el derecho chileno”. Revista
Chilena de Derecho, vol. 34 Nº 3 Santiago de Chile, 2007, 21 pp.

176
EL JUICIO MONITORIO

ción con lo que se habría respetado el estándar de bilateralidad


y derecho a la defensa que el 19 Nº 3 de la Constitución consa-
gra. Lo interesante de observar en este caso, es que la Corte no
evaluó la conveniencia del actuar del tribunal, sino que escrutó
si lo que el juez hizo estaba o no dentro del margen permitido
por la ley. Así, en el considerando sexto de la sentencia se dice
que “de aceptarse la posición del recurrente significaría que el tribunal
le permitiría contestar la demanda fuera del plazo establecido por la ley
parar ello, de modo que, si alguna de las partes pudiera reclamar de ello,
seria la demandante(…) En similares términos y apropósito de la
notificación, expresó en el considerando séptimo del fallo que
se comenta que “debe señalarse que el ordenamiento procesal laboral no
contempla norma alguna que indique la obligatoriedad de la advertencia de
comparecencia con patrocinio de abogado”. Del mismo modo, la Corte
argumenta que “exigiéndose infracción a derechos constitucionales, la
reglamentación del debido proceso previo y las garantías del procedimiento
quedan entregadas al legislador el cual, en el caso que nos ocupa, como se
dijo, no dispuso la prevención en la citación que se reclama”. Este parte
de la resolución es notable, en la medida en que muestra una
comprensión correcta de la diferenciación entre los contextos
de justificación y aplicación de la reglas como fundamentos del
sistema de control establecido por el recurso de nulidad. Más aún,
este argumento no prescinde de un análisis de la garantía y de
la medida en que los actos legales hubieran podido conciliarse
con el contenido básico de la Constitución, sigue la sentencia:
“Desde luego debe aceptarse que dicha advertencia, a las cuales podrían
agregarse otras de la más diversas naturaleza, coadyuvaría a la debida
información de las partes, más ello no importa que, en el evento que no
se haga, se vulnere la garantía señalada”.
Un punto culminante del fallo, en términos de la determina-
ción del ámbito y alcances del control de constitucionalidad y
que muestra a las claras una comprensión correcta de la función
jurisdiccional y su situación en un contexto de aplicación, se
encuentra a propósito del análisis que hace la Corte de la falta
de elaboración y fundamentación de los enunciados fácticos que
resultó del hecho de que el juez tuviera por admitidos los hechos
de la demanda. El tribunal deslindó el margen de sus atribuciones,
contextualizadas como están por la ponderación legislativa ante-
rior, y remarcó el carácter estricto del análisis que se encuentra
llamada a efectuar. Así, en su considerando octavo puede leerse:

177
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

“Por último, la opinión que pueda merece el diseño legislativo, tanto en


lo que dice relación con la posibilidad que el silencio del demandado se
considere positivamente, como la no exigencia de motivación en el proceso
de valorización de la prueba y establecimiento del factum en el procedi-
miento monitorio, y el análisis de las razones de ello, también escapan al
marco de la causal invocada”.
El otro fallo que se comenta es el ingreso corte Nº 18 de
2008, un recurso presentado contra una sentencia definitiva del
juzgado de letras de Vallenar por nulidad del despido y despi-
do injustificado, y en que la Corte fue nuevamente invitada a
considerar una infracción a los estándares del debido proceso
consagrado por nuestra Constitución Política en el artículo 19
Nº 3. Si bien se invocaron otras causales el tribunal no se pro-
nunció sobre ellas por acoger el recurso. Entre los defectos que
el recurso invocaba ciertamente el más vistoso era la omisión
en el argumento justificatorio del juez de instancia, del análisis
de varios de los medios probatorios que se habían incorporado
en la audiencia de juicio. Se advertirá que este vicio configura-
ba casi por si sólo (debía unirse a la evidencia de su influencia
en los dispositivo del fallo) la causal prevista en el artículo 478
letra e) del Código del Trabajo que entre otras cosas, exige que
la sentencia contenga el análisis de toda la prueba rendida y las
razones que conducen a establecer los hechos y los que la llevan
a desestimarla su fuera el caso. Sin embargo y en la medida en
que esta es una disposición legal que regula (de forma muy feliz
por lo demás) y contiene una garantía del debido proceso tam-
bién se invocó como fundamento de la causa del 477 primera
parte. En términos resumidos el argumento del recurso era que
la omisión de la mención siquiera, y en otros casos el análisis, de
medios de prueba aportados al juicio privaba de toda evidencia
de que el juicio con posibilidad de ser oído había tenido lugar
y que ciertamente sin argumento justificatorio no hay garantía
alguna de la razonabilidad de la decisión en los términos míni-
mos en que lo exige la Constitución Política de la República, así
como por lo demás lo ha entendido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos cuando analiza el alcancel del artículo 8 de
la Convención Americana de Derechos Humanos.
Lo digno de mencionar a los efectos de este comentario, es
que la Corte entendió a través de la resolución que acogió el re-
curso, la profunda dimensión argumental del control que efectúa

178
EL JUICIO MONITORIO

a través del recurso de nulidad, de este modo expresó que “En


efecto, la sentencia fundada, y particularmente el análisis de la prueba
rendida, como asimismo la razonabilidad de dicho análisis, constituye un
componente ineludible del derecho al debido proceso, en términos tales que
cuando se incumple tales exigencias no puede sino entenderse afectada la
señalada garantía”. Al mismo tiempo la Corte nuevamente deslin-
da apropiadamente el contexto de justificación y aplicación del
derecho cuando interpreta que si bien la infracción precisa del
478 también se configura, ella no es más que la concretización, en
la ley, del criterio básico y fundamental que la norma constitucio-
nal consagra al tiempo que busca que su decisión armonice con
los principios procesales que la reforma instala, dice al respecto
la Corte que “aparece oportuno y conveniente señalar que la omisión
antes descrita, si bien en una primera lectura, podría llevar a sostener,
por especialidad, que configuraría la causal de nulidad contemplada en
la letra e) del artículo 478 (…) esto es, la dictación de la sentencia con
omisión de los requisitos legales (…) debe entenderse en directa relación
con la obligación de dictar una sentencia de reemplazo y ello armonizarlo
con los principios que gobiernan los principios laborales, particularmente,
el de inmediación y el de oralidad, como asimismo el de bilateralidad de la
audiencia”. Si bien la última parte de del argumento de la Corte
es discutible la comprensión de la lógica implícita en la forma
de control de las sentencias que el recurso de nulidad consagra
queda fuera de discusión.

2) La fundamentación de las sentencias


y sus premisas fácticas. Algunos aspectos
problemáticos para la argumentación jurídica
y el debido proceso99
Ricardo A. Garrido Álvarez100
Creo conveniente comenzar este comentario con algunas breves
consideraciones generales acerca del proceso y su correlato nece-
sario: la argumentación jurídica. Se trata de cuestiones sobradamen-
te conocidas por la mayoría de nosotros pero, reitero, creo útil

99  Ponencia dictada en el 1er encuentro de Jefes de Estudios de las ODL’s del
país. Concepción, enero de 2010.
100  Vide nota al pie en el nombre del autor del Nº 1 de este excursus.

179
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

recordar algunas cuestiones elementales a los efectos de facilitar


lo que pudiéramos llamar el núcleo de este comentario.
En efecto, en los últimos lustros hemos asistido a cambios
sustanciales en los procedimientos jurisdiccionales en nuestro
país. En general, estos cambios han supuesto el reemplazo de
procedimientos escritos por procesos públicos, orales y adversariales
más coherentes con un Estado Democrático de Derecho, del mismo
modo se reemplazan sistemas probatorios tasados por sistema de
prueba basados en la apreciación crítica racional de la misma, en que
predominan criterios de valor intersubjetivo (científico) para establecer
los hechos del caso.
Las suposiciones ideológicas en las que se fundamenta este
modelo pueden ser sintetizadas del siguiente modo: en un
sistema democrático de derecho, se exige que el Estado actúe ra-
cionalmente, ello significa que delibera pública y racionalmente
sobre la conveniencia de las reglas que se crean en asambleas
legislativas cumpliendo criterios mínimos de universalización
de reglas i.e., se escoge la reglas que consideradas condiciones
generales se estima más conveniente y de interés general101. Por
su parte cuando el Estado aplica esas reglas debe establecer ra-
cionalmente que el caso que se resuelve está alcanzado por dicha
regla. Dicho en otros términos, la función jurisdiccional en un
estado democrático de derecho es una función que se concibe
como adjudicando derechos preexistentes de las partes a quienes
se adjudican dichos derechos y estos derechos preexisten en las
reglas que el juez está, por esta misma razón, obligado a aplicar
(no concede el derecho en el acto de su decisión). Del mismo
modo la racionalidad y valor intersubjetivo de dicha adjudicación
depende de que los hechos que constituyen el caso del juez sean
establecidos científicamente esto es, que sean verdaderos, pues-
to que de nada serviría que el juez estuviera obligado a aplicar
la ley si puede establecer arbitrariamente o subjetivamente los
hechos del caso que por consiguiente determinan la regla apli-
cable102. Esto es particularmente visible en materia laboral e.g
el establecimiento de ciertos hechos determina la aplicabilidad
101  Atria, Fernando, “Del Derecho y el Razonamiento Jurídico”, Doxa: Revista
de Filosofía del Derecho Nº 22, Alicante, 1999, pp. 79 y ss.
102  Núñez O., Raúl, Negociación, mediación y conciliación, Ediciones Jurídicas

de Santiago, 2009; Günter, Klaus, “Un concepto normativo de coherencia para


una teoría de la argumentación jurídica”, DOXA, Cuaderno Nº 17.

180
EL JUICIO MONITORIO

de criterios normativos específicos como los artículo 7 y 8 del


Código del Trabajo.
Pero ahora bien, y ¿Cómo se determina que hechos son ver-
daderos? Es decir, cómo se sabe qué es un hecho a los efectos de
determinar la regla aplicable al mismo? Y la respuesta es en teoría,
simple: Científicamente. Para citar la célebre afirmación del filó-
sofo analítico inglés Sir Peter Frederick Strawson (1919-2006) los
hechos son acontecimientos del mundo material racionalmente
fundados. Y ahí es donde comienzan todos nuestros problemas.
Para cerrar la descripción del modelo: cómo se sabe que el
juez estableció correctamente los hechos? respuesta examinando
la fundamentación racional de sus conclusiones fácticas i.e., la
cadena de inferencia que lo lleva de la prueba producida en jui-
cio a las conclusiones acerca de cuáles son los hechos del caso. Y
por su lado, la solución institucional para practicar este control
argumental es el recurso de nulidad. De ahí que se afirme que
el recurso de nulidad es el arreglo institucional coherente con
la concepción del proceso como expresión de la distinción entre
los contextos de justificación y aplicación de reglas103.
Dicho a la inversa, el recurso de nulidad sólo puede operar
un control sobre los hechos por la vía del control de la argumen-
tación que justifica la aserción acerca de cuáles son éstos. Y esto
significa que opera un control que versa sobre el cumplimiento
de las reglas aplicables la operación argumentativa: las reglas de la
lógica y las máximas de la experiencia (explicación breve de uno
y otro). Esto lo ha explicado mucho mejor que yo, Taruffo (1943)
en los siguientes términos: “Aquí también se aplica la distinción entre
formulación de un juicio (de hecho) y control ex post sobre el modo en el
cual aquel ha sido justificado. La primera se basa en los elementos de
prueba disponibles para establecer si ellos otorgan un grado suficiente de
confirmación a las hipótesis referidas a la existencia del hecho. En cambio
el segundo se desarrolla de manera inversa, en cuanto parte de la premisa
de que el hecho es cierto (dado que aquella ha sido acogida como válida
en la sentencia impugnada) para verificar si esta asunción está razona-
blemente justificada por los argumentos que el juez de mérito ha adoptado
y por las pruebas sobre las cuales se fundan aquellos argumentos (…) En
otros términos el control no tiene por objeto las pruebas, su valoración ni
su eficacia heurística, sino únicamente el razonamiento justificativo. El

103  Núñez, ob. cit.,

181
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

control sobre la motivación puede ser muy penetrante y versar por ejemplo
sobre las inferencias probatorias formuladas por el juez de mérito y sobre el
uso que éste ha hecho de las máximas de experiencia, sin embargo, aquello
no quita, que estemos siempre ante una verificación ex post, conducida
respecto de la racionalidad de los argumentos que justifican el juicio de
hecho, y no en función de una reformulación de este juicio”104.
Cuando se sabe esto, se sabe también lo que no controla el
recurso de nulidad respecto de los hechos: e.g., si el juez dispone
de dos o más explicaciones plausibles acerca de cuáles son los
hechos y escoge una porque le parece más o mejor probada o,
más o mejor fundada, esa elección es incontrolable, a menos que
la que escogió infrinja reglas lógicas (ya sea lógico formales o de
lógica deóntica, etc). Tampoco controla la suficiencia probatoria
i.e., cuando un juez resuelve que algún hecho no está lo “sufi-
cientemente” probado, en el sentido de que no puede llegar a una
conclusión plausible desde la prueba disponible esa decisión en
realidad es teóricamente hablando una decisión valorativa del juez
“incontrolable teoréticamente e institucionalmente (Accatino)105”
y lo que pudiera parecer más extraño tampoco controla (no al
menos la causal de 478 letra b) la argumentación construida
desde prueba que no se produjo. Aunque quiero volver sobre
esto último debo precisar que este defecto de la argumentación
me parece es controlable por la vía de la invocación de la causal
de nulidad del art 477 primera parte.
Con lo que va dicho, todos hemos advertido la consistencia de
las disposiciones del Código del Trabajo que establecen el sistema
de apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica
(art. 456), la exigencia de que la sentencia definitiva contenga un
análisis de la misma (art 459) y la causal de nulidad tendiente a
controlar la argumentación de hecho (art 478 letra b).
Lo que no parece muy consistente con todo lo que se ha ex-
plicado es la disposición que libera al juez de analizar la prueba
en la sentencia definitiva en el juicio monitorio, porque ya está
dicho, la hace incontrolable en el juicio de hecho, en la práctica,

104  Taruffo, Michele, El vértice ambiguo. Ensayos sobre la casación civil, Editorial

Palestra, Lima, 2006, pp. 180 y ss.


105  Accatino S., Daniela, “La interpretación de los derechos fundamentales y la

seguridad jurídica”, en Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales, coord. Andrés


Bordalí Salamanca, Universidad Austral de Chile, Editorial LexisNexis, Santiago,
2007, pp. 17 y ss.

182
EL JUICIO MONITORIO

significa esto que la decisión en los juicios monitorios arriesga


ser irracional? (inconstitucional dirían algunos).
Veamos: A decir verdad la sentencia monitoria es incontrola-
ble en el aspecto específico al que se refiere el artículo 478 letra
b) esto es a la satisfacción de reglas lógicas y de experiencia en
la explicitación del argumento que justifica las proposiciones u
otras aserciones de carácter fáctico (Taruffo) pero no la hace
incontrolable desde el punto de vista de la prueba en general.
Me explico: aunque pudiera parecer muy obvio y aunque el
juez no tenga obligación de explicitar el análisis de la prueba, si
tiene la obligación de explicitar hechos sobre los cuales predicar
la aplicación de las reglas que está usando. Lo anterior significa
que esos hechos deben establecidos en función de la prueba dis-
ponible, no hay otra respuesta aceptable, en otras palabras lo que
un juez por ejemplo no podría hacer sería desatender la prueba
producida en juicio a los efectos de establecer los hechos del caso,
so pena de vulnerar abiertamente la disposición del 19 Nº 3 de
la Constitución Política de la República (CPR) que exige que la
sentencia se funde en el procedimiento previo legalmente tramitado, i.e.,
incurriría en la causal del 477 primera parte.
Obsérvese que este aspecto no se refiere a la satisfacción de
reglas lógicas en la apreciación de la prueba sino a algo distinto,
la decisión del juez de usar un determinado medio probatorio
como insumo discursivo de su decisión. Lo propio cabe decir de
versiones irrazonables o implausibles desde punto de vista racional.
En cierto modo estos problemas no están vinculados a la cadena
argumental, sino a algo más básico: la selección de las premisas, las
que cualquier versión aceptable de las reglas del debido proceso
excluye una selección que provenga de la mente del juez.
Es importante tomar en consideración en este punto que la
exigencia de analizar la prueba y consignarlo en el texto de la
sentencia es una entre muchas otras disposiciones legales que con-
cretan la idea de debido proceso. Acostumbrados como estamos
a identificar esta idea con las garantías legales que la expresan
(por influencia de nuestra tradición tendente a identificarla con
la garantías del art 8º de la Convención Americana de Derechos
Humanos106) tendemos a olvidar que se trata de una idea general

106  Artículo 8º CADH: “1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas

garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente

183
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

que busca la exigencia de mecanismos que aseguren la razonabi-


lidad de la decisión y por lo tanto es funcional a dicho resultado.
Los autores que han tratado el tema en la doctrina comparada y
nacional107 están de acuerdo en que se trata de una garantía pro-
porcional cuyo peso específico y garantías se trasladan en función
de los valores en juego vgr. en un proceso penal es inaceptable el
mérito de la s confesión como única prueba de la culpabilidad
pero esta misma prueba es razón suficiente parar condenar en
sede civil. Lo propio ocurre la necesidad de tutela rápida y efectiva
desplaza la importancia de la consideración de las pruebas en su
expresión concreta de espesor de la argumentación fáctica pero
ello no implica suprimir del todo la exigencia de racionalidad en
relación con el modo en que se establece cuáles son los hechos
del caso.
El caso que me propongo comentarles Causa M-52-2008 (JT
Copiapó), sirve para ilustrar varios aspectos interesantes del tema
que vengo exponiendo. Se trata de un caso en verdad típico en
que una trabajadora se considera despedida y concurre a la ins-

e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusa-


ción penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de
orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. 2. Toda persona inculpada de delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpa-
bilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes
garantías mínimas: a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor
o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación
previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) concesión al inculpado del
tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa; d) derecho del inculpado
de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse
libre y privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor
proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado
no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos; g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. 3. La confesión del inculpado
solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto
por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. 5. El
proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de
la justicia”.

107  Masle L., Julián, “Debido proceso en Chile: Hacia un principio genera-

dor de reglas”, en Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales, coord. Andrés


Bordalí Salamanca, Universidad Austral de Chile, Editorial LexisNexis, Santiago,
2007, pp. 181 y ss.

184
EL JUICIO MONITORIO

pección del trabajo parar hacer el reclamo correspondiente. La


empleadora afirma no haberla despedido en ese momento sino
después por no asistir a su trabajo, y en el juicio no se produce
más prueba que el reclamo correspondiente. Se trata de un caso
en que no se acredita el despido en el sentido exigido por al regla
del 1698 del Código Civil y cuyo argumento se construye con los
datos disponibles que arrojan a única versión plausible en función
de la poca información de que se dispone, dice el fallo:
“La realidad laboral demuestra, muchas veces, que los tra-
bajadores se encuentran frente al despido, en una situación,
evidentemente, precaria, donde se manifiesta con mayor vigor
la diferencia existente entre quien ostenta el poder empresarial
y quien simplemente trabaja por el sustento para su hogar.
Lo anterior, ya que en estos casos, es donde se manifiesta de
forma más potente la situación estratégica en que se encuen-
tra la empresa respecto de los medios probatorios, ya que
ella controla y domina todos aquellos medios que eventual-
mente podrían presentarse en juicio. A partir de ello resulta
evidente, que no se puede exigir a la trabajadora que traiga
a trabajadores de la misma empresa como testigos, toda vez
que ellos tienen como mayor preocupación la de proteger su
fuente laboral. Al respecto es sabido el temor que existe a la
pérdida del empleo, ya que también se conoce lo difícil que
es obtener uno nuevo. Frente a ello, lo único que queda, es el
actuar diligente del trabajador afectado por estas situaciones,
por tanto lo exigible y es, en ese sentido, que este juzgador
alcanza convicción de la efectividad del despido, por el desen-
cadenamiento de los hechos posteriores de los hechos relatados
por las partes; en particular con el reclamo interpuesto ante
la Inspección del Trabajo al cual se le da el valor necesario
como para convencerlo de que se produjo este término de
la relación laboral motivado por la decisión del empleador
de que la trabajadora renunciara de forma inmediata a sus
labores, con lo cual lo único que se podía entender es que de
no aceptar esta renuncia lo siguiente era el despido. Luego
de acreditado el despido por esta vía, cabe la pregunta, de si
es factible la posibilidad de que el empleador pueda invocar
los días siguientes para justificar el despido y que sería por
ausencias injustificadas del trabajador. Este tribunal cree que,

185
RENÉ DAVID NAVARRO ALBIÑA

la sola circunstancia de que se haya practicado la notificación


del reclamo interpuesto por el trabajador, el día nueve de junio
de dos mil ocho, poniendo en conocimiento del empleador,
que la trabajadora había entendido, sentido o derechamente
fue despedida, es que justifican dichas inasistencias y, en ese
sentido, no se configura la causal invocada por el empleador.
En consecuencia, necesario es para este Tribunal, en lo reso-
lutivo, acoger la demanda en la forma que lo señalará”.
Puede apreciarse cómo este razonamiento, tiene casi única-
mente máximas de experiencia y reglas de inferencia sin que
sea reprochable desde el punto de vista en que se construye el
argumento prescindiendo que la prueba pudiera considerarse
insuficiente desde una valoración más estricta de la misma. Este
criterio fue confirmado por la Iltma. Corte de Copiapó cuando se
recurre por infracción a las reglas sobre apreciación de la prueba.
Pero del mismo modo en que estos fallos son alentadores desde
el punto de vista en que expresan la comprensión de los términos
y la extensión del control de hecho en sede de nulidad, el argu-
mento funciona también en sentido inverso: Si la empleadora
hubiese producido prueba respecto de no haber practicado el
despido, es de suponer que el juez habría expuesto su argumen-
to a una condición de refutación insoslayable desde el punto de
vista del artículo 19 Nº 3 de la C.P.R. Es decir, ¿podría sostenerse
esa versión de los hechos en contra de una prueba sobre la circunstancia
del despido? Aún cundo el juez no tenía obligación de analizar la
prueba hubiese sido difícil sostener ese criterio contra una sola
prueba en contrario.

186
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190
ÍNDICE

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Exordio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

§  1. Breve reseña introductoria al procedimiento monitorio . . . . . . . . . 19


§  2. Importancia del procedimiento monitorio para las Oficinas de
Defensa Laboral (ODL’s) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
§   3. Importancia de los juicios monitorios para las empresas y especial-
mente para las PYMES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
§  4. Importancia de los juicios monitorios para los abogados del foro . 25
§   5. Importancia del procedimiento monitorio para los trabajadores y
el ordenamiento jurídico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
§   6. Normas del procedimiento o juicio monitorio contenidas en el
Código del Trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
§   7. Inicio del procedimiento monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
§   8. Reclamo y comparendo en sede administrativa . . . . . . . . . . . . . . . . 49
§   9. La demanda en el procedimiento monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
§ 10. Requisitos de la demanda en el juicio monitorio . . . . . . . . . . . . . . . 53
§ 11. Proveído de la demanda en juicio monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
§ 12. Juez no cita a audiencia y rechaza demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
§ 13. Juez rechaza demanda y cita a audiencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
§ 14. Juez acoge provisionalmente la demanda en juicio monitorio . . . . 63
§ 15. La reclamación o reclamo por parte del afectado . . . . . . . . . . . . . . 69
§ 16. Consecuencias jurídicas de la no reclamación para el empleador . 73
§ 17. Eventuales solicitudes previas a la audiencia única . . . . . . . . . . . . . 77

191
EL JUICIO MONITORIO

§ 18. Audiencia única (conciliación, contestación, prueba y sentencia)


en juicio monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
§ 19. Inicio de la audiencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
§ 20. Salida autocompositiva: avenimiento o conciliación . . . . . . . . . . . . 87
§ 21. Contestación de la demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
§ 22. Efectos de la no contestación o de la contestación que infrinja los
requisitos legales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
§ 23. Resolución que recibe la causa a prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
§ 24. Ofrecimiento de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
§ 25. Calificación de la prueba ofrecida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
§ 26. Producción de la prueba y orden de la misma . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
§ 27. Prueba documental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
§ 28. Prueba confesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
§ 29. Prueba testimonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
§ 30. Interrogatorio (preguntas de la parte que presenta al testigo) . . . . 105
§ 31. Contrainterrogatorio (preguntas de la parte que no presenta al
testigo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
§ 32. Informe de peritos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
§ 33. Otros medios de prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
§ 34. Alegato de observaciones a la prueba o alegato de clausura . . . . . . 113
§ 35. Análisis y apreciación de la prueba rendida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
§ 36. La sentencia en juicio monitorio. Requisitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
§ 37. Recursos dentro del procedimiento monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . 119
§ 38. Recurso de reposición (normativa) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
§ 39. Recurso de apelación (normativa) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
§ 40. Recurso de Nulidad (normativa) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
§ 41. Breve referencia al procedimiento de reclamación de multas y demás
resoluciones administrativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
§ 42. Breve referencia a la historia fidedigna del procedimiento monitorio
laboral en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
§ 43. Breve exposición comparada del juicio monitorio . . . . . . . . . . . . . . 135
§ 44. Solidariedad y juicios monitorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

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ÍNDICE

§ 45. Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147


1) Prensa relevante: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
1.1) Editorial Diario El Mercurio de Santiago: Viernes 4 de
abril de 2008 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
1.2) Editorial Diario El Mercurio de Santiago: Lunes 3 de agosto
de 2009 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
2) Algunos escritos de práctica forense en juicio monitorio . . . . . . . 151
2.1) Despido indebido y cobro de prestaciones laborales, sin
exhorto, con mandato, demandado persona natural . . . . 151
2.2) Despido carente de causa legal y cobro de prestaciones
laborales con exhorto, demandados solidarios, personas
jurídicas, sin mandato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
2.3) Demanda de cobro de prestaciones laborales, con mandato,
demandado persona natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
2.4) Despido carente de causa legal y cobro de prestaciones
laborales, con exhorto, sin mandato, demandado persona
jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
2.5) Escrito de Reclamación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
§ 46. Excursus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
1) El recurso de nulidad en materia laboral en el Derecho chileno
y el procedimiento monitorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
2) La fundamentación de las sentencias y sus premisas fácticas.
Algunos aspectos problemáticos para la argumentación jurídica
y el debido proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

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