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Rocío González de Arce Arzave Estética y Narrativa Cinematográfica

Dead Ringers o cuando un cuerpo son dos

"La separación puede ser una cosa aterradora"

Dead Ringers (David Cronenberg, 1988)

Dead Ringers, la película de David Cronenberg estrenada en 1988, cuenta la historia de dos

ginecólogos, hermanos gémelos idénticos (Elliot y Beverly), que se deslizan por una espiral

de destrucción cuando se enfrentan porque uno de ellos se enamora de la mujer que

comparten sexualmente. El tratamiento que la película hace de estos dos cuerpo

cinemáticos que se comportan como uno solo, plantea una reflexión profunda de la

identidad, un tema que ha sido reiteradamente abordado por la literatura y el cine a través

de la figura del doppelgänger (doppel, doble y gänger, andante).

Fue el novelista alemán Jean Paul, quien en 1796, acuñó este término para referirse

al doble fantasmal o malvado de toda persona, aunque la figura del doble aparecía ya en la

tradiciones populares germánicas y normándicas, como un augurio de la muerte de quien

viera a su duplo.

Slavoj Žižek relaciona el concepto del doppelgänger con el "cogito" vacío

lacaniano. Para Lacan el cogito cartesiano (cogito ergo sum, Pienso luego existo) es

opuesto a la parte reprimida del pensamiento, es decir el inconsciente, que lo acecha y

disloca. En otras palabras el cógito se opone al sujeto del inconsciente, es la forma vacía de

la subjetividad. Así pues el cogito tiene como doppelgänger al insconsciente.

En Dead Ringers, los cuerpos cinemáticos idénticos de Beverly y Elliot, funcionan

como el cogito y el sujeto inconsciente o doppelgänger, respectivamente. Esto plantea un

yo escindido, que aparece ante el espectador como dos cuerpo que son inseparables, pues
Rocío González de Arce Arzave Estética y Narrativa Cinematográfica

son en realidad uno. Esta idea corresponde a lo planteado por Lacan como el estadio del

espejo, fase del desarrollo infantil en la que el niño se desconoce y se reconoce al mismo

tiempo frente al espejo. Según este autor, es en esta fase que se desarrollo el yo como

instancia psíquica.

A la luz de las propuestas de Lacan, las secuencias finales de Dead Ringers cobra

un profundo significado. Cuando el cuerpo cinemático cogito (Beverly) desentraña

(literalmente) al cuerpo cinemático del sujeto inconsciente (Elliot), en un intento por

separarse de él y reprimirlo definitivamente, Beverly sufre una regresión infantil en el que

no es capaz de reconocer su imagen en el espejo. Es por esto que Beverly solloza como un

niño mientras llama constantemente a su hermano sin obtener respuesta, pues yace muerto.

Puesto que el estadio del espejo es el momento en que se funda el yo y el sujeto, es

decir, se define la identidad a partir de que "todo yo es un Otro"; la muerte del

doppelgänger implica la muerte del cogito (como lo auguraba la tradición popular

germánica): la pérdida de la identidad. Por esta razón, cuando Beverly, después de que ha

matado a Elliot, habla por teléfono con Claire y ella le pregunta quién habla, es incapaz de

responder. El plano final de Beverly abrazando el cuerpo de su hermano muerto es la

alegoría de esta pérdida de identidad.

A manera de conclusión, podemos decir que Deade Ringers constituye una

actualización del mito del doble fantasmal, del doppelgänger arquetípico. El psicoanálisis

Lacaniano permite desmenuzar las reflexiones que en torno a la identidad y al yo escindido

hace Cronenberg a través de la película.

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