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ASIGNATURA:
SOCIOLOGÍA JURÍDICA
SEMESTRE:
III
TEMA:
DOCENTE:
DICENTE:
PUNO – PERÚ
2018
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 2
Sociología Jurídica.
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 3
Contenido
Introducción ............................................................................................................................... 7
CAPITULO I ............................................................................................................................. 8
2.9.7.- La Policía............................................................................................................... 43
2.9.9.- Tratamiento individual para los menores con problemas graves .......................... 45
CAPITULO II .......................................................................................................................... 47
8.1.- Fórmula Legal En Nuestro País Sobre Inimputabilidad De Los Menores De Edad .... 60
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Conclusiones ............................................................................................................................ 65
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Introducción
En este trabajo se observará el desarrollo del tema principal que es La Delincuencia En
delincuente menor de edad se verá su concepto, factores que influyen a estos delincuentes,
también por qué existe este tipo de delincuentes y finalmente lo que podría hacer la comunidad
pero en el Perú; aquí también se analizará las acciones de estos vándalos, sus causa y lo más
CAPITULO I
1.1.- Delincuencia
delincuente es quien delinque; es decir, quien comete delito (un quebrantamiento de la ley).
La delincuencia, por lo tanto, está vinculada a las personas que violan las leyes y al conjunto
de los delitos. Por ejemplo: “En este barrio ya no se puede salir a la calle: la delincuencia
domina cada rincón”, “El gobierno prometió nuevas medidas para combatir a la delincuencia”,
“La delincuencia de la clase dirigente es el principal flagelo de este país”, “Si no enfrentamos
la delincuencia”.
castigo según lo estipulado por la ley. Esta pena dependerá del tipo de delito cometido.
a un grupo de gente que está afuera del sistema y que debe ser reinsertado en la sociedad. Las
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penas que se purgan en prisión están orientadas a esa tarea de resocializar a los delincuentes
para que puedan volver a formar parte de la sociedad como elementos productivos y no dañinos.
Es importante establecer que existen diversos tipos de delincuencia. Así, por ejemplo, nos
encontramos con la llamada delincuencia juvenil que, como su propio nombre indica, es aquella
que es llevada a cabo por los menores de edad. El abuso de alcohol o drogas, el vivir en un
entorno complicado, formar parte de pandillas violentas o padecer algunos trastornos mentales
son algunas de las principales causas que llevan a los jóvenes a cometer delitos.
Los tribunales de menores son los órganos judiciales encargados de llevar a cabo la resolución
de los delitos realizados por aquellos. De esta manera, sus sentencias pueden determinar desde
trabajos a la comunidad.
Por otro lado, nos encontramos con la conocida como delincuencia organizada. Esta es la que
lleva a cabo un grupo que está perfectamente estructurado, que tiene sus jerarquías y que
planifica de manera concienzuda todas y cada una de las acciones delictivas que va a realizar.
En el año 1929 fue cuando por primera vez se recurrió a utilizar este último término citado y
se usó para referirse a todas las actuaciones que estaba llevando a cabo la mafia. Desde ese
momento se comenzó a usar con más frecuencia hasta llegar hasta nuestros días donde se
emplea para citar a todos aquellos delitos que son cometidos por grupos de tres o más personas
con el claro objetivo de conseguir dinero, joyas o incluso poder. Contra este tipo de
La lucha contra la delincuencia supone una parte importante de las políticas de Estado ya que
su accionar viola los derechos de los ciudadanos. En todas partes del mundo, pero
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especialmente en las grandes ciudades, la delincuencia se cobra miles de vidas al año, lo que
Uno de los aspectos a tener en cuenta, en la aproximación al análisis de las relaciones entre la
la delincuencia era fundamentalmente una cuestión patrimonializada por los Estados, los cuales
opacidad de la información impedía los análisis de los impactos y relaciones del delito en las
ciudades.
incidencia en las ciudades ha entrado a formar parte de las políticas de la gestión urbana; baste
decir que no es hasta el año 1986 que el Consejo de Europa organiza la primera sesión de
deberemos esperar hasta el décimo congreso de Naciones Unidas sobre Prevención del Delito
y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Viena durante el mes de abril de 2000, que por
primera vez, se concluye: "la necesidad de estudiar los efectos de la delincuencia en las zonas
urbanas".
En la actualidad está aceptado que los impactos del delito y la delincuencia tienen, en el medio
urbano, su principal teatro de operaciones, y que es en las ciudades donde emergen los
análisis y de respuesta institucional a las disfunciones sociales que generan los nuevos
Jordi Borja y Manuel Castells proponen que, frente a la presión mediática, tecnológica y
estructuras organizativas, sociales y políticas que están en mejor situación para hacer frente a
las perversiones de esa globalización; su proximidad a los problemas reales de los ciudadanos
Así pues, es en este marco de proximidad a la vida ciudadana donde los análisis, sobre los
impactos de la delincuencia en las ciudades, encuentran relevancia y utilidad social; tanto por
ser uno de los problemas principales con los que se encuentran las ciudades y su gestión, como
ciudades, es hoy una necesidad para los gobiernos locales, a la que la comunidad científica ha
menores de 14 años, los cuales son exentos de ser responsables penalmente por delitos o faltas
demostrado que los delitos cometido por estos menores no son menos leves que los de los
adultos.
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Cada vez hay más menores de edad involucrados en hechos delictivos de variada naturaleza:
desde pequeños hurtos callejeros hasta homicidios, pasando por tráfico de estupefacientes y
secuestros.
La situación no sólo es preocupante porque hace visibles los defectos de nuestra sociedad en
la formación de las nuevas generaciones, sino porque en muchos casos las sanciones que
reciben son percibidas por la comunidad como una burla a la justicia. Así ocurre, por ejemplo,
con muchachos que al ser condenados por homicidio son enviados a centros de rehabilitación,
como acaba de ocurrir con un joven de 16 años que asesinó a un conductor de Transmetro en
Barranquilla
El problema radica en la forma como se debe trazar el límite entre quien por tener plena
conciencia de lo que hace merece ir a la cárcel por los crímenes cometidos, y quien al carecer
de esa capacidad debe ser internado en lugares que le permitan subsanar esa falencia. Frente a
la dificultad práctica de hacer un examen psicológico a todos los posibles autores de un delito
para decidir si se los procesa como adultos o como menores, la ley penal colombiana fijó un
límite de edad (18 años) por debajo del cual se presume que la persona no tiene aptitud de
que no alcance ese umbral (así sea por pocos días u horas) recibe tratamiento de inmaduro, aun
cuando resulte difícil de creer que no esté en condiciones de entender, por ejemplo, que privar
Hay, sin embargo, una opción intermedia que se ha probado con éxito en algunos otros países.
Consiste en mantener como regla general que quien no ha alcanzado determinada edad está en
que, frente a casos concretos en los que haya dudas sobre la madurez psicológica del menor
demostrara que podía hacerlo, debería ser juzgado como adulto y, de ser hallado responsable,
sancionado como tal con absoluta independencia de si conforme a las leyes colombianas puede
Esta solución permitiría que sólo fueran tratados como inmaduros y recluidos en centros que
les permitieran terminar de desarrollarse psicológicamente, aquellas personas que por su corta
edad realmente no tienen la capacidad de distinguir entre una actividad lícita y otra criminal.
También se desestimularía a los grupos delincuenciales que para cometer graves delitos
recurren con cada vez más frecuencia a muchachos que no han alcanzado la mayoría de edad,
con el aliciente de que en caso de ser aprehendidos y condenados sólo irían por poco tiempo a
centros de rehabilitación como si fueran simplemente unos jóvenes díscolos. Pero, sobre todo,
no debe olvidarse que la creciente delincuencia juvenil hace evidente que el Estado está
de riesgo en la etapa temprana que suponen un riesgo para el futuro desarrollo de conductas
datan del año 306 antes de Jesucristo, puesto que ya en la ley de las XII Tablas existían
disposiciones especiales aplicables a los niños que habían cometido robos. Los romanos
reconocieron que la responsabilidad por esos delitos era atenuada. También puede señalarse
que la delincuencia de menores no es en modo alguno una cosa peculiar de nuestra generación.
una cultura.
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Pero tales hechos no son de gran consuelo. No nos ayudan a enfrentarnos con los problemas ni
a medirlos o tratar de resolverlos. Si bien es probable que en muchos países se haya exagerado
delincuencia juvenil, no deja de ser cierto que la delincuencia existe virtualmente hoy día en
por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, se indica : «En el campo del delito y
la delincuencia existe hoy un problema grave y muy extendido, pero que parece revestir
especial gravedad en algunos de los países mhs desarrollados : la delincuencia de menores. Por
una razón u otra, los diversos servicios que los expertos habían previsto para prevenir esta
delincuencia no han tenido, en general, el éxito esperado. Es preciso enfocar en forma muy
amplia el estudio de las causas subyacentes y crear nuevos métodos con qué ponerles remedio.
referirse a los jóvenes que, por cualquier razón, resultan desagradables. El Segundo Congreso
de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente,
recomendó: Sin tratar de formular una definición modelo de lo que debe entenderse por
b) que no se creen, ni siquiera con el fin de protección, nuevas formas legales de delito que
Se hace aquí la prudente sugestión de que no apliquemos las palabras cc menor delincuente sin
razón y sin medida. No debe considerarse como delincuente a todo menor que infrinja una regla
juventud rara vez se atiene de modo constante a las pautas formuladas por los adultos, y a lo
que éstos esperan de los jóvenes. En la segunda parte de esa recomendación de las Naciones
Unidas se hace también la sugestión de que no se apliquen las leyes de tal manera que se
castigue a menores que incurran en pequeñas faltas que cometidas por adultos no serían
punibles.
comportamiento recto y honesto, y menos cuando esa enfermedad se debe al hambre y la falta
de atención.
estar orgulloso de la propia patria mientras entre ellas vivan niños enfermos y con hambre. Los
2.2.1.1.- Lo congénito:
Alcoholismo. Sigue siendo uno problema serio, no obstante en su nefasta influencia sobre los
futuros hijos, sino por la precocidad con que se principia a beber. Puede producir conductas
e impulsividad.
de prevenir aun antes de la concepción, evitando que se produzcan personas enfermas y cuyo
La idea de que la herencia tenga influenza en la criminalidad, no implica que todo crimen tenga
un origen hereditario, ni que este tipo de factores sean, por sí solos, capaces de producir la
desviación criminal.
Según estudios realizados, se cree que un niño que fuera creado en una familia criminal,
aprendiera modelos antisociales de conducta, los cuales a su vez enseñara a sus propios hijos.
Los criminales con ambos padres criminales se encuentran en proporción mayor que aquellos
Durante el embarazo múltiples causas pueden obrar para tarar al feto, como son las
El parto influye en la personalidad del individuo y, por lo tanto, en la delincuencia del menor.
consideración que un elevado número de madres no recurren al médico, sino que dan a luz
auxiliada generalmente por una partera práctica, la que, además de las deficientes condiciones
Lo aconsejable es siempre el parto natural; son conocidos los efectos nocivos de la anestesia y
Entre las principales afecciones y enfermedades cuya influencia es notable como factor en la
disfunción endocrina provoca serios cambios temperamentales, y que son de especial cuidado
que lo hará, por el contrario, abúlico y flojo. En ambos casos producen trastornos físicos y
Las anomalías físicas y funcionales, son importantes en cuanto pueden impedir al menor a
desorganizada o delincuente.
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Existe un tipo de familia que se podría llamar "típicamente criminógena"; en esta familia es
casi imposible que el menos no llegue a delinquir, ya que generalmente sus primeros delitos
son dirigidos por los mismos padres. Estas familias viven en un ambiente de absoluta
promiscuidad, donde no es extraño el incesto, donde impera la miseria y el hambre, donde los
niños son mandados por los padres a delinquir o a pedir limosna, y cuando son mayores a
prostituirse.
El padre es alcohólico o drogadicto, y labora en los oficios más bajos y miserables como
un sujeto instintivo y altamente agresivo. La madre por lo común está viviendo en unión libre,
y los hijos que tiene provienen de diversas uniones, y en más de una ocasión no podría
policía se atreve a entrar. El menor que sale de estas familias es el de mayor peligrosidad, y es
también el de más difícil tratamiento, pues tiene en contra todo, herencia, familia, formación,
ambiente, etc.
No toda la familia donde el padre es delincuente es una escuela del crimen, pero estas
excepciones no son muy comunes, y dependen del contrapeso de la madre, del ocultamiento
Al hablar del delincuente no se hace referencia tan sólo al padre que es ladrón, ratero o
carterista. Se habla también del gran industrial que evade impuestos, del fabricante que adultera
sus productos, de todos los profesionistas que no saben de ética profesional. Todos estos padres
"honorable" que va contra los más altos valores de la dignidad humana, y que no tiene la
El hombre es el ser humano más débil de la creación en la primera parte de su vida, en la que
donde se adquiere la primera base y donde se pasa del estado de anomia a la adquisición de las
primeras normas.
Una anormalidad o defecto en las primeras etapas hará que el sujeto llegue el momento crucial
estructuración.
quiere decir que todo inadaptado llegue a ser delincuente.La respuesta en delincuencia es una
Agresividad
frustración del inadaptado y que puede llevar con gran facilidad a la agresión, entendida esta
como una conducta verbal o motriz ejercida con cierto grado de violencia sobre las personas o
cosas.
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acomodándose a un medio humano concreto, con interacciones deseables con otros individuos,
se logra tan solo mediante un largo aprendizaje que, mediante la imitación y adquisición de las
Al hablar de "clases", el factor económico es un índice que nos revela bastante, pero el
pertenecer a una clase implica no solamente el factor económico, sino una forma de ser, de
Clase Baja. Los individuos que viven en este ambiente, aprenden a sobrevivir desde pequeño,
pues desde pequeña edad tiene que luchar por la vida, y esta vida hostil lo hace ser una persona
Una de las características es la irritabilidad constante, lo que lo hace reñir con los demás por
los motivos insignificantes. En este medio se vale en cuanto se es "macho" (ya que no se puede
valer por lo cultural, lo intelectual o lo económico) y así, el niño se convierte, desde pequeño
se trata de ranchos, o viviendas en malas condiciones, formado por núcleos de viviendas que
tienen un patio común, en que la gente carece de vida privada, en que 10 o 15 comparten una
Sin embargo, no todo es negativo en esta clase; en las vecindades se ven ejemplos de amor y
cooperación humanas que se quisieran encontrar en clases elevadas. El niño nunca culpara a
sus padres o a la sociedad, sino que aceptara tranquilamente su culpa. Y no es raro escucharles
Clase Media. En esta clase, la desconfianza y el individualismo son dos notas muy resaltantes.
La desconfianza obliga a vivir en estado de alerta y hacer agredir antes de ser agredido; es un
El individualismo puede llegar a niveles de profundo egoísmo, no pensar en los demás, sino en
El individuo que se encuentra en esta clase es educado, nunca expresa sus pensamientos que
pueden herir, su tono es mesurado y tranquilo, su finura y cortesía exageradas. Trata de ser
desde la infancia. Se le dan inmerecido valor a los bienes materiales y se impulsa a una
Una familia, una sociedad y una escuela pueden provocar en el infante neurosis que en
delictuosas.
Clase Alta. Se caracterizan por la necesidad de demostrar que tiene mucho dinero, gastara en
cosas inútiles. Su actitud será despótica hacia las clases económicas inferiores.
En los niños crecen influenciados por la imitación de los padres, su desprecio a los que tienen
menos que él, a los que cree que tiene derecho de humillar, su deseo de vivir y gozar. De
jóvenes se hacen desobligados y holgazanes y su ansia de vivir los lleva a continuos conflictos
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con la justicia. Estos individuos llegan con facilidad a actitudes antisociales. Generalmente se
cuando los cometen, el dinero e influencias familiares los sacaran fácilmente del problema.
Con excepción de aquellos menores que roban por necesidad, o porque son mandados a robar
por sus padres u otras personas mayores, el niño roba para satisfacer pequeños deseos:
golosinas, cine, diversiones, etc. Los daños a la propiedad ajena son causados por juego o como
travesura. Por su escasa fuerza física no son comunes los delitos de lesiones u homicidio, y los
sexuales son escasos y han sido influenciados o provocados por los mayores.
La criminalidad infantil abunda entre los pequeños que realizan una subocupación, como
boleros, vendedores callejeros, etc., aunque en forma alguna es privativa de estos menores.
siendo niño no ha robado algo, no ha reñido con sus compañeros, no ha injuriado y mentido,
no ha destruido objetos ajenos? Sin embargo, se presentan cada vez con mayor frecuencia
violencia indiscriminada
Las diferencias de país a país sólo indican el grado de división en que se halla el mundo sobre
las cuestiones de quién es un delincuente y quién no lo es, y de lo que debe hacerse al respecto.
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calle, hecho que en los demás países del mundo no constituye una infracción punible. Una
reciente encuesta realizada en dos zonas urbanas de la India, Lucknow y Kampur, muestra que
cometidas por menores. Hace unos cuantos años, en Hong Kong, el número de jóvenes que
comparecieron ante los tribunales llegó a alcanzar la cifra alarmante de 55 000, el 90 y de los
cuales sólo había cometido infracciones administrativas, tales como la venta ambulante sin
licencia. En esos casos, el observador puede preguntarse si esos actos llamados delictivos no
desesperados.
Aun cuando adoptemos la más cauta actitud ante las estadísticas de la delincuencia -ya que su
que aumenta en todas partes del mundo. Las infracciones son diversas. Van desde el hurto, el
vandalismo, los daños, las pequeñas extorsiones y los juegos prohibidos hasta las violencias,
estupefacientes.
En casi todas las ciudades del mundo afectadas por el problema, una de las manifestaciones
fenómeno social de la vida moderna. Pese a las notables diferencias nacionales, las bandas de
muchachos de trece a diecinueve años son grupos, que no tienen finalidades concretas, de
adolescentes desarraigados, inquietos, sin empleo, cuyo más frecuente lugar de reunión es la
esquina de una calle. Algunas bandas, por ejemplo, varias de East Los Ángeles (California)
han cometido homicidios, en tanto que otras se limitan a imitar o a insultar a los transeúntes.
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Pero estas bandas, inofensivas o peligrosas, son un elemento importante en el cuadro general
encontrar adolescentes que caen en la delincuencia como resultado de una evolución personal
peculiar; es mucho más frecuente ver grupos de jóvenes que participan en actividades
conjuntas, derivadas de una serie de sentimientos, fidelidades y reglas comunes y que tienen
así sentido y les procuran satisfacción Muchas bandas tienen una organización muy
En otros tiempos, las tabulaciones de los datos estadísticos relativos a los antecedentes
familiares de los menores delincuentes, parecían siempre indicar que esos jóvenes procedían
de medios sociales poco acomodados. En una segunda conclusión, establecida también en ese
informe de las Naciones Unidas, se indica que esa tendencia ha sufrido un gran cambio. Hoy
día ya no puede decirse que la delincuencia de menores se limita a un determinado grupo socio-
económico. Hay cada vez más indicaciones del aumento del número de adolescentes de clases
A pesar de las analogías aparentes, la delincuencia de menores tiene sus propias características
particulares en cada región geográfica y, evidentemente, en cada país. Y entre tantos informes
cosa que está clara. Cada delincuente es un caso único. Ello es así, aun cuando sus actos
exteriores sean semejantes a los cometidos por los demás delincuentes, y aun cuando poco de
lo que diga o haga presente la menor originalidad. Antes de que se pueda comprender
verdaderamente por qué cada delincuente es un caso Unico -y ello es esencial si queremos
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ayudarle- tienen que cambiar las actitudes de los adultos hacia los delincuentes jóvenes. Aun
cuando no hubiera más razones, la gran amplitud e intensidad de la delincuencia juvenil debe
forzar a los adultos a examinar sus propios prejuicios y reacciones ante ella. Rara vez nos
preguntamos el porqué de las cosas y, muchas veces, nos limitarnos a suponer que estamos en
posesión de toda la verdad. Una persona que reconozca francamente que no tiene la menor idea
sobre la razón de existir la delincuencia de menores constituye la excepción a la regla. Sólo los
examinar y resolver en parte este complejo problema. Es verdad que algunos de ellos han
conseguido aislar algunas de las causas de la conducta de determinados menores, pero no todas;
la proporción es muy insuficiente. Pero ello no impide a las personas peor informadas aferrarse
a su creencia. No puede criticarse a nadie por el hecho de tener una opinión personal sobre la
delincuencia; sólo se le puede recordar, y advertir, que es un problema mucho más complicado
de lo que sospecha.
En torno al problema de la delincuencia aparece una de las más ricas colecciones de mitos del
siglo XX. La mayor parte de esos mitos son perjudiciales, ya que hacen creer a un gran número
de personas que tienen mayores conocimientos de los que poseen. En general, se trata de
versiones excesivamente simplificadas de las causas de la delincuencia. Son muchos los que
creen que la causa de la delincuencia puede achacarse claramente al cine. Citan esas películas
que parecen glorificar o exaltar la conducta criminal o delictiva. Se supone que los jóvenes que
ven esas películas quedan virtualmente infectados y que cualquier conducta anormal por su
parte puede achacarse a lo por ellos visto -y posiblemente admirado- en un cine. Pero las más
influencia directa de esa causa; más aún, es casi imposible tener la seguridad de que esa
influencia directa existe. En los últimos diez años, se han podido señalar algunas películas -
tales como La furia de vivir (Rebel without a cause)- que provocan una gran reacción en
muchos de los menores que las ven por todo el mundo. Esto confirma en sus ideas a quienes
sostienen que las películas incitan activamente a la delincuencia. Pero aun así, y como sucede
en el caso concreto de esa película, pasamos fácilmente por alto el hecho de que la influencia
de la película puede no ser muy profunda o duradera, y que probablemente afectará sobre todo
a los adolescentes que se sientan ya atraídos por una conducta irregular. Siempre habrá
difícilmente podrá afirmarse que esa película haya creado la disposición de ánimo o dado
origen a los problemas causa después de conflictos. El propio tema de la influencia del cine
sobre los niños y adolescentes es objeto de constante controversia y discusión, pero no se sabe
mucho sobre el particular. Hay pocas pruebas científicas de que una película, o muchas de
ellas, puedan inducir a un menor a convertirse en delincuente. Podría decirse en términos muy
generales que algunas películas pueden incitar a una acción delictiva pero que rara vez pueden
Otro mito muy difundido es el de que las madres que trabajan fuera del hogar son responsables
relación materno filial, también a este respecto hay muy pocas pruebas científicas de que la
ausencia de la madre deba entrañar inevitablemente una conducta delictiva. Es posible que en
muchos casos en que la madre trabaja los hijos sufran algunas carencias por el hecho de que
ella no esté en el hogar. Pero esto no puede considerarse como una causa de delincuencia
juvenil, cuando hay muchas familias estables y felices, en las cuales las madres trabajan fuera
No falta quien estima que el origen del problema se halla en los barrios insalubres. Pero los
trabajos de investigación han puesto de manifiesto que su desaparición, aun cuando sea
altamente recomendable, no constituye por sí sola una solución general para prevenir o reducir
terreno de juegos bien equipado, ya que se necesita algo más que una cancha de cemento
material para producir un cambio genuino en las actitudes de un niño o de un adolescente con
inclinaciones delictivas. Algunas personas han llegado a la cruel conclusión de que todos los
explica su conducta. No hay información científica fidedigna que pueda servir de base al
principio de que los menores delincuentes sean en conjunto menos inteligentes que los demás
niños o adolescentes. Es cierto que muchos ninos de familias pobres han tenido puntuaciones
más bajas en algunas pruebas de inteligencia que los muchachos de otras procedencias. Los
educadores han señalado que ello puede obedecer a que sus aptitudes para leer, su vocabulario
y sus conocimientos de cultura general influyen en las pruebas. Es muy frecuente que una
prueba de inteligencia se base en esos factores a los que se da especial importancia en los
Una de las teorías más extendidas por Europa sobre las causas de la delincuencia fue que la ola
de criminalidad se debía a que los niños habían sufrido las consecuencias de la guerra de 1939-
1945. Pero los estudios a fondo realizados en Inglaterra sobre esos niños, hoy día adultos
privaciones en que vivieron suscitaron una respuesta muy positiva de la comunidad en general.
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El delincuente menor de edad -que ha inspirado tantos mitos sobre las causas de su conducta-
ha provocado también una mitología sobre el modo de “curar” la delincuencia. Muchas gentes
estiman que “el aire libre y el sol”, una buena paliza o un N honrado trabajo cotidiano
transformarán al delincuente, que dejará de ser una persona de carácter hostil y destructivo
consienten a los delincuentes cuando lo que éstos necesitan en realidad es un castigo rápido y
severo. Por comprensiva que sea, puede negar que los actos de los delincuentes son
perjudiciales, ni que en muchos casos provocan la indignación de los demás y perturban la vida
más rigurosos. Pueden explicar sus propias actitudes, basándose en que también ellos tienen
menor delincuente no tiene escrúpulos cuando se trata de satisfacer sus deseos aunque ello
Los adultos que razonan de este modo no tienen en cuenta el hecho de que, para ellos, la vida
es mucho más grata y les ofrece más compensaciones si cumplen las leyes y de que, a la larga,
el propio delincuente sufre más -mucho más- por su conducta antisocial que la propia sociedad.
Los adultos escandalizados e impacientes protestan del trato benigno dado a los delincuentes,
Las palizas dejan insensibles a algunos delincuentes; en cambio, provocan en otro encono y
otro rencor. EI dolor físico puede asustar en ocasiones a un muchacho y puede, en ciertos casos,
refrenarlo durante algún tiempo. Pero rara vez hace a un ser humano más sensato ni más apto
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para convivir con las gentes que le rodean. El delincuente tiene que aprender a pechar con las
que hace en su vida. Pero las amenazas -del mismo modo que las palizas o las dádivas- no
La teoría de que si se aparta a los jóvenes de las esquinas de la calle y se encauza su exceso de
energías se liquidará la delincuencia es muy vieja. Se supone que ello los mantendrá lo bastante
ocupados o los fatigará demasiado para que puedan ser cc malos ». Se ha sostenido que la
delincuencia puede ser consecuencia, en muchos casos, de que los muchachos no encuentren
algo positivo que hacer para dar salida a sus energías. Incluso se ha sugerido que el
de delincuentes. Es muy tentador para la comunidad advertida pensar que un terreno de juego
y un material deportivo más completo y de mejor calidad constituirá una medida preventiva de
puede constituir un modo muy apasionante de recreo, y que es difícil para la comunidad
sustituirla con otra forma de divertirse igualmente seductora pero más conforme al orden social.
También en este caso, cabe concebir un programa de prevención más amplio y más profundo,
cuidadosamente, una vez llevados a la práctica. Está también muy extendida la creencia de que
los campos de trabajo tendrían un efecto terapéutico más rápido sobre todos los muchachos
delincuentes. Son muchas las personas que creen que las tendencias delictivas se evaporarían
simplemente una vez se diera al joven a un trabajo honrado n al aire libre. Los campos de
trabajo, por el simple hecho de sacar al delincuente de su medio ambiente, pueden producir en
Casi todos los que han estudiado profesionalmente la conducta humana y han tratado de
analizarla, convienen en que los niños que creen que no se los quiere ni se los estima pueden
sufrir daños muy graves por esa privación, real o imaginaria de cariño. Ello es aplicable
también a los niños que sienten que el cariño de sus padres es tornadizo y depende de
demasiados factores aleatorios. Si se dice constantemente a un niño de seis años que si es bueno
se le querrá, ¿no es normal que ese niño crea que ese cariño es algo condicionado? Si el niño
siente una falta de cariño o tiene el sentimiento de que el cariño es una recompensa que se le
abrumador. Ese temor puede encontrar expresión en una conducta agresiva basada en la
ansiedad, y con ello se inicia un largo ciclo. Hablamos tan fácilmente de “cariño” o “amor” y
tendemos a utilizar la palabra en tantas formas triviales que, con frecuencia, es difícil revivir
la experiencia de la necesidad que de é1 pueda tener un niño. Toda relación de amor implica
puede a veces reponerse de sus emociones y recuperar el equilibrio. Un niño no puede hacerlo.
Debe reconocerse que hay padres que no quieren a sus hijos y muchos otros que no pueden
realmente quererlos por su propia incapacidad y confusión emocionales. El niño a quien sus
En ocasiones ni siquiera basta con el cariño verdadero. Cuando el cabeza de familia, la persona
que provee a las necesidades del hogar y ejerza la autoridad es la madre, puede nacer un
sentimiento de rebelión. Los muchachos en su afán de conducirse como adultos tienen que
desgajarse de ese mundo de autoridad femenina y afirmar sus derechos de hombres, aun cuando
casa esta emancipación resulta difícil. El muchacho está sometido a un estado de tensión
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peculiar. Es posible que, a causa de esa tensión, trate de hacerse con atributos que simbolizarán
para é1 y para el mundo, una masculinidad indudable. Hay toda una serie de actividades, e
sadismo, e incluso un determinado vocabulario. Hay un modo de vestirse. No hay más que
propietario de una motocicleta, y que viste chaqueta negra de cuero y blue jeans.
primer mandamiento del hooligan prescribe que el delincuente debe obligar a los demás a
someterse, pero no someterse nunca él mismo. Un muchacho que no pueda soportar la bebida,
que reciba una paliza en una riña, que se ponga sentimental con una muchacha, que demuestre
alguna emoción en una respuesta, o emplee una «palabra complicada con toda seriedad (es
decir, que hable sin el sarcasmo convencional de los adultos con autoridad), es «un gallina)).
El hooligan cree en la necesidad de mantenerse en pleno vigor físico y vive empleando la fuerza
edad en que el joven forma su propia personalidad, por lo general mediante un conflicto, pleno
de sentido, con sus padres o la generación más adulta. Se ha dicho que la adolescencia es un
periodo de hostilidad saludable experimentada por los jóvenes que, al enfrentarse con las
no constituye una excepción en este punto. EI Dr. Miller indica también que, el delincuente se
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plantea en mayor grado que los demás adolescentes, problemas sobre su propia identidad, su
Nada de este mundo preocupa tanto al adolescente como el problema de su propia identidad:
“cómo se ve a sí mismo y cómo estima que el resto del mundo lo ve. Es la lucha por el a
dominio del ego”. Un psicoanalista norteamericano, el Dr. Erik H. Erikson, ha dicho: “…. la
imágenes de sí mismo y la forma en que uno aparece a los ojos de los demás”. Se deben a ello
sugestiones y la falta de todo sentimiento de vergüenza frente a las críticas “... Los
adolescentes, en una ocasión u otra, durante periodos más o menos largos, y con una intensidad
variable, deciden de súbito tratar de ser exactamente lo que algunas personas de autoridad no
quieren que sean.... Los jóvenes, puestos en condiciones extremas, pueden, finalmente,
delincuentes que en aceptar cualquier otra cosa que la sociedad pueda ofrecerles”.
calificado como “un cero a la izquierda”, puede ser satisfactoria. Quizá sea también una
expresión de rebeldía por parte del joven. Además, un adolescente puede sentir que es
las dudas y confusiones experimentadas sobre sí mismo y sobre cómo lo considera el mundo.
relaciones del niño con sus padres pueden traducirse en ciertos casos en las agresiones que
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calificamos como delincuencia, no sirve de gran cosa echar la culpa a la familia. Los padres
que no han sabido educar a sus hijos son en muchos casos personas que han fracasado y que lo
ignoran. Muchas veces, especialmente en ciertos medios donde existe un alto porcentaje de
hogares cc deshechos, los padres no han decidido conscientemente dejar de ocuparse de sus
hijos o malcriarlos. En ocasiones están demasiado afanados en tratar de ganarse la vida, otras
veces son incapaces y no pueden ejercer la debida autoridad, y con mucha frecuencia ignoran
su misión de padres porque no tienen ningún recuerdo de su propia infancia que les proporcione
un buen ejemplo o incluso una medida de las cosas. Se ha dicho que los padres que habitan en
barrios miserables no tienen las mismas satisfacciones que las personas de clases sociales más
prósperas. En muchos casos, aparte de las comidas, apenas tienen casi nada que compartir con
sus hijos. Pero, como dijo un psiquiatra de un hospital de Nueva York al referirse a las familias
de los arrabales, “después de todo, ¿quiénes son esos padres en los “malos” hogares? gentes
Los sociólogos y los antropólogos, y otros muchos tratadistas, han definido claramente las
dificultades con que se enfrentan los adolescentes -y en especial los de sexo masculino- en una
conducirse como niños y empezar a conducirse como adultos. En la vida moderna, aunque con
muchas diferencias entre las diversas culturas, se da por supuesto que los hijos deben
emanciparse de la autoridad paterna. Pero el momento preciso, así como el modo de realizar
esa emancipación y su naturaleza, son cada vez más inciertos y pueden ser origen de disputas
respetaba hasta la muerte, para bien o para mal, la autoridad del padre. El fin de la adolescencia
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 34
del niño no suponía un cambio en esa autoridad. Había pocos conflictos; los padres tomaban
Hoy día, aun en las sociedades que antaño especificaban de modo muy preciso el momento de
la transformación del niño en hombre, no existe una transición tan clara. El papel del
adolescencia o de la mayoría de edad que aplica cada cultura. En muchas partes del mundo, la
definición de la mayoría de edad es cada vez menos precisa. Las imágenes antiguas del hombre
como guerrero y protector, iónico proveedor de alimento y abrigo, y padre infalible, se han ido
esfumando.
mucho menos de reemplazarlos, son a menudo los adolescentes quienes experimentan más
psicológico para la siguiente. En Japón los taiyosuku no son los hijos de refugiados o de gente
muy pobre, no se han visto desplazados físicamente ni se les han exigido los violentos reajustes
con que deben enfrentarse muchos africanos. Pero su conducta demuestra el grado en que
también ellos son víctimas del cambio. Los muchachos de las clases más ricas creen muchas
veces que la vida no tiene mucho sentido ni finalidad, aparte de los placeres efímeros,
¿Por qué es tan importante que la propia colectividad se interese tan profundamente en la
muy sensible o inteligente que sea, no puede lograr tanto como las personas próximas que,
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 35
cuanto mejor sea la comunidad, en todos sus aspectos, menor será la probabilidad de cualquier
forma de delincuencia. Quizá sólo las gentes más relacionadas puedan evaluar honradamente
su fuerza, conocer sus debilidades y realizar las mejoras requeridas. Las necesidades en materia
de sanidad, los problemas de la vivienda, la situación escolar, los recursos físicos y las
posibilidades de recreo de toda comunidad son factores locales que pueden influir en la
delincuencia. Rara vez son esas las solas causas, pero el hecho de que sean inferiores o
superiores a lo normal, puede agravar o disminuir las tendencias delictivas. Por ejemplo, aun
cuando la idea de que la delincuencia se debe directamente a la vida en barrios miserables sea
un mito, puede decirse que un niño tiene una mayor oportunidad de no ser delincuente si su
familia reside en una morada agradable y no tiene que sufrir la tirantez y depresión derivadas
Es difícil que un puñado de personas que habiten en la misma vecindad pueda emprender con
éxito un programa de prevención. Tienen que contar con la colaboración del mayor número de
personas posible, de grupos de todas las profesiones, y tienen que tratar de obtener y lograr el
apoyo más amplio y sincero para el plan. Siempre será necesaria la ayuda esclarecida y
científica, de los especialistas, pero ningún programa de prevención logrará éxito si sólo son
ellos quienes lo inspiren y dirijan. El impulso debe proceder de la comunidad, que sólo lo dará
cuando la delincuencia constituya un problema que importe mucho a muchas personas. No sólo
deben participar en él los adultos, sino también los jóvenes, e incluso los propios delincuentes,
muchos cambios, enderezados a dicho fin. Al hablar de prevención, palabra atractiva pero
Una de ellas consiste en tratar de hacer frente a todas las condiciones ambientales que se estime
especiales para determinados niños o grupos de niños, tales como tratamiento psiquiátrico o
mejorando todos los aspectos de la vida relativos al desarrollo de la personalidad de los niños,
y extendiendo y mejorando todos los servicios destinados a la infancia. Sabemos que hay
definitiva del niño. Entre ellas, se cuentan el hogar, la escuela, la iglesia y las organizaciones
Uno de los factores más importantes, si nos limitamos a considerar el número de años durante
el cual ejerce una influencia sobre el niño, es la escuela. No puede resolver por sí sola el
fuerzas exclusivamente. Sin embargo, en todo programa comunitario bien planeado, hay que
considerar siempre como crucial la función de la escuela. Cuanto podamos esperar de ella en
inspiradas en nuestros buenos deseos. Lo que exactamente pueda lograrse dentro de cada aula
depende también a menudo del tipo de apoyo que la colectividad decida proporcionar. Se ha
indicado que los niños ingresados en la escuela entre los cinco y los siete años de edad tienen
más oportunidad de beneficiarse de los esfuerzos para prevenir la delincuencia. Pero, aunque
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 37
sean mayores de esa edad, se puede influir en ellos, y en muchos casos se les puede ayudar. El
después de observarlo durante un cierto periodo de tiempo, puede el maestro descubrir signos
proporcionándole ayuda y consuelo en alguna forma. La ayuda puede tener otros orígenes y
cuando se dispense, la escuela debe establecer una ficha relativa al sujeto de que se trate en la
que figuren todos los antecedentes, y que pueda ser consultada en caso necesario. Junto con el
hogar, la escuela proporciona a todos los niños la experiencia básica de aprendizaje de la vida.
Es evidente que la escuela no puede compensar por entero la falta de un hogar normal o de
padres inteligentes y cariñosos. Pero puede hacer mucho para que el niño comprenda sus
que asista a una buena escuela, llegue a ser un adulto apto y capaz. Es esto, precisamente, lo
que no sucede en el caso de un menor delincuente. Los archivos de un gran número de escuelas
ponen de manifiesto, con una reiteración que llega a la monotonía, que esos adolescentes se
habitúan al fracaso y a la inferioridad en sus años escolares. Por ello, el problema que debe
preocupar a la comunidad y a la escuela es averiguar por qué fracasan los niños. La pregunta
no tiene nada de sencilla y no es fácil contestarla. Las razones del fracaso de un niño no siempre
se perciben de inmediato, y varían para cada uno de los alumnos. El maestro tropieza
frecuentemente con dificultades de orden práctico para descubrirlas: no siempre puede visitar
todos sus alumnos, no sólo a los peores y no dispone del tiempo necesario.
que puede permitir a muchas escuelas ayudar a resolver los problemas de los menores
delincuentes:
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 38
1. Clases de pocos alumnos para que los maestros puedan dedicar la atención debida a cada
uno de ellos.
2. Formar y nombrar maestros que hayan demostrado sus aptitudes para trabajar de un modo
dentro de la escuela, y establecer servicios clínicos, médicos, psicológicos y sociales, para los
4. Conseguir el apoyo de los padres y unificar los esfuerzos de éstos y del personal docente
delincuencia.
Muchos educadores han expresado la opinión de que en las escuelas se atienen a un plan de
estudios excesivamente rígido sin si@- cado o valor para cada alumno. Después de todo -dicen-
las buenas escuelas reciben alumnos que son ya completamente distintos unos de otros, y deben
capacitar a cada uno de ellos para desarrollarse con arreglo a sus aptitudes. Un plan de estudios
académico y orientado en una sola dirección, que resulta agotador e inútil, concebido para
Tratamiento de los Delincuentes (Naciones Unidas), se declara que, dada la gran variedad de
necesita fomentar servicios escolares de carácter más vario y general y que atiendan más
A los alumnos se les estimulará a que trabajen con arreglo a sus propias posibilidades en vez
de forzarlos continuamente a competir con los alumnos más brillantes de la clase. Debe haber
escuelas distintas unas de otras a fin de atender las necesidades, aptitudes y capacidades
diferentes, y todo plan eficaz de estudios debe tener en cuenta las condiciones sociales y
de llegar a ser un buen mecánico no debe ser considerado como un ser humano inferior al que
se interese en la medicina, debemos reconocer también que una escuela ha de estar organizada
de modo que permita a ambos beneficiarse de ella. Hacer pasar a todos los alumnos por un solo
más a ella. Lo que las autoridades y la comunidad pueden y deben estudiar es el establecimiento
de distintos tipos de servicios escolares con destino a los niños impedidos de seguir la
educación ordinaria, o a los alumnos, que por cualquier clase de razones, no puedan recibir
transformaciones de la vida familiar que, a su vez, no hacen sino reflejar cambios más
parece ser a primera vista tan amplia y delicada, que la mayoría de las personas preocupadas
por é1 no saben cómo abordarlo. Del mismo modo que queremos que los niños gocen de buena
salud, deseamos que sus padres den pruebas de bondad, madurez y cariño. Rara vez es esa la
realidad. En términos de la lucha contra la delincuencia, la mejor solución es prever dos etapas.
En la primera, se tratará de ayudar a los padres a ser más razonables y más eficaces. En la
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 40
segunda, se tratará de desarrollar en los menores los hábitos, las aptitudes, la comprensión y
las tendencias que harán de ellos unos padres mejores para la próxima generación. La escuela,
las iglesias y las organizaciones de juventud, operando conjuntamente, pueden lograr ese
resultado. Es frecuente que, por una multitud de razones, los delincuentes no tengan con sus
padres unas relaciones satisfactorias o de confianza mutua. Rara vez pueden hablar de ningún
problema con un familiar adulto. No se les incita a compartir sus propias vidas o emociones
con sus familias y esta circunstancia, por sí sola, constituye una restricción que es perjudicial
disposición de los padres, con tal de que se presente en forma inteligente, puede motivar
cambios decisivos. La fórmula íí educación de los padres D puede significar muchas cosas. No
siempre es conveniente decir abiertamente a una madre que sea mejor madre, pero en
posibilidades de atender a sus hijos y dedicarse a ellos. En términos muy generales, puede
decirse que la educación de los padres supone no sólo comprender la conducta de los niños
comprensible que la mayor parte de los padres se muestren escandalizados e inquietos ante un
delito cometido por uno de sus hijos. Les es imposible reconocer, incluso sin testigos, que la
conducta antisocial del menor puede obedecer a los errores que ellos han cometido en la
educación de su hijo. A veces se encuentran auténticamente perplejos ante las acciones del niño
y, en otros casos, hacen esfuerzos desesperados para achacar la responsabilidad a los demás.
entrañar medios de evaluación que permitan la mayor objetividad posible. Para que las pruebas
científicas tengan valor incontrovertible, es preciso que los criterios y sistemas de cálculo,
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 41
instituciones deben comprobarse continuamente, contrastándolos con los hechos. Una vez que
ayuda y paciencia para modificarlos. Como sucede en el caso de la prevención, la lucha contra
juego e instalaciones de recreo. En algunos países, sobre todo en los prósperos, se cuenta con
adolescentes. Figuran entre ellos los tribunales de menores y sus servicios de remisión
condicional de la pena con régimen de prueba, las divisiones de policía de menores, las clínicas
para los retrasados mentales, los servicios de asesoramiento, las visitas de maestros a los
hogares de los alumnos y servicios de terapia de grupo. En las grandes capitales y en las zonas
tanto delincuentes como no delincuentes. En las pequeñas localidades y en las zonas rurales,
esos servicios pueden estar reducidos simplemente a un sacerdote, pastor o rabino, un médico,
un juez, y la policía.
delincuente en un centro adecuado, hasta que el tribunal se pronuncie sobre el caso. Esto puede
que se asemejan a las cárceles, y los N internados B traban conocimiento con la experiencia de
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 42
la vida carcelaria. Otros menores delincuentes de muchas partes del mundo se ven confinados
en una cárcel del lugar, se les juzga y sentencia en el mismo local que a los delincuentes adultos.
tribunal que cuente con diversos servicios especiales: un centro de internamiento bien instalado
y una buena plantilla de especialistas, servicios clínicos para el estudio del niño y personal bien
preparado para el sistema de remisión condicional de la pena con régimen de prueba, y que
mantenga un enlace efectivo con otros organismos de ayuda a la infancia. Pero los contrastes
son enormes. Existen grandes diferencias no ya entre las diversas naciones, sino muchas veces
experimentos e investigaciones han probado las ventajas que representa el hecho de que el
sistema de remisión condicional de la pena con régimen de prueba se han extendido en muchos
personal», así como la orientación y el tratamiento 1) varían tanto de unos países a otros como
formas muy diversas en muchos países. Los informes parecen indicar que, aun cuando no hay
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 43
resultados claros que puedan medirse estadísticamente, constituye una medida efectiva de
prevención y de lucha contra la delincuencia. Una de las ventajas de la libertad condicional con
régimen de prueba es que da más importancia a la reeducación del delincuente que a su castigo.
países de Europa», se indica que muchos países, carentes de medios económicos, han tenido
que utilizar como encargados de la vigilancia en el régimen de prueba a personas sin formación
Primero, deben reunir y estudiar cuidadosamente toda la información pertinente acerca del
menor delincuente y de su medio, ya que el tribunal necesita esos datos para tratar de
comprender el significado de la conducta del niño. Segundo, ese personal debe estar capacitado
para orientar y dirigir al menor durante el periodo de prueba, utilizando para ello todas las
técnicas de tratamiento de que disponga así como las que pueda ofrecer la comunidad. Como
el tribunal de menores recibe del funcionario encargado del régimen de prueba los datos
2.9.7.- La Policía
muchos casos con los tres aspectos de la delincuencia. Esto es cierto, por ejemplo, cuando
importante del trabajo policial, pero sólo constituye una pequeña parte de una función más
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 44
amplia y compleja. Algunos jefes de policía han protestado frecuentemente por el hecho de que
muchos especialistas en cuestiones dela juventud hablan y actúan como si los agentes no
tuvieran más funciones o responsabilidades que las relacionadas con los jóvenes.
servicio. En el mejor de los casos, sólo puede pedir que se le envíen más policías si el distrito
menores, o que se cree una oficina auxiliar especializada en menores en la Comisaria central.
Los menores pertenecientes a las clases pobres sufren con mucha frecuencia la desventaja de
la falta de información sobre los empleos, de contactos profesionales, o de ideas sobre lo que
podrían hacer. EI muchacho cuyo padre trabaja como obrero no calificado, rara vez puede
recibir de él la orientación, consejos e información sobre lo que debe hacer para lograr una vida
profesional, o no tenga ninguna idea de lo que le gustaría hacer, considera con tristeza y sin
Una posible solución, especialmente en los barrios más pobres, es que la comunidad organice
centros de empleo para la juventud, cuya función sea ayudar a los menores a ingresar en el
mundo del trabajo. Tales centros podrían ofrecer orientación y asesoramiento, servicios de
colocación y encaminar a los menores hacia un programa de formación. El objetivo sería dotar
al muchacho de una mayor capacidad de empleo mejorando sus aptitudes Sociales, académicas
muy poca preocupación o curiosidad respecto de sus futuras profesiones. A menudo adoptan
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 45
una actitud cínica. Se ha sugerido que se les debería facilitar el conocimiento de adultos a los
que pudieran tomar como modelo. Esto puede querer decir un hombre de negocios, un
En los países muy desarrollados, la comunidad que trata de superar los problemas individuales
fácilmente asequible, tiene que limitar severamente sus propios programas y a veces desistir
niños con problemas graves. Su finalidad general consiste en estudiar las necesidades mentales,
emocionales físicas y sociales del menor, a fin de determinar los factores, personales y
Los niños pueden ser enviados a una de esas clínicas por su escuela, un tribunal, su familia, o
trabajo social, puede realizar diversas funciones de gran importancia. Debe determinar la
naturaleza de los problemas del menor y explicar la situación a quienes hayan de cooperar en
el programa de tratamiento. Puede enviar a los niños, previo diagnóstico y estudio, a otras
que llevan a la conducta delictiva. En principio, la plantilla mínima de una clínica de esa
el aspecto psiquiátrico.
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 46
a) los menores que mediante trámite oficial caen dentro de la competencia del tribunal;
b) los menores que están en manos de varios organismos que se ocupan de los problemas de la
juventud;
c) los menores que dan signos de ser delincuentes en potencia o que están rodeados por un
Basándose en esos estudios de casos, se formula una hipótesis sobre los elementos de la
delincuencia. Esa hipótesis puede, a su vez, permitir que se prescriba un tratamiento individual.
Para ayudar a un menor delincuente no basta con identificarlo como tal y proporcionarle un
costumbres ya adquiridas. Debemos preguntarnos en primer término por qué se conduce como
dondequiera que exista la decidida voluntad de ayudar al menor delincuente, firmemente ligada
a un sólido conocimiento del significado y consecuencias del acto delictivo, surgirá un sistema
preventivo general, que el grupo de personas interesadas se sienta identificado con el programa
CAPITULO II
Era el ‘arma secreta’ de una banda de sicarios. Siempre estaba dispuesto a hacer un ‘trabajito’
a cambio de mil soles. Lo llaman ‘Cuchillo’. Tiene 17 años y el lunes fue detenido por la Policía
cuando empuñaba una pistola, abastecida con diez balas. Estaba en una calle de Ventanilla,
diciembre de 2017, a Alfredo Atencia Huamán. De ser hallado responsable de esta infracción
a la ley penal, podría recibir, como máximo, diez años. Todo por ser menor de edad.
lo que va del año se han intervenido 20 bandas que arrebatan celulares. Varios de los miembros
constituye uno de los problemas más graves que aquejan al país. Y ha sido más visible con las
agravado, violación sexual, hurto y homicidios. Son 1,752 internos por estas faltas, de un total
de 2,099 reclusos a nivel nacional, manifestó a Perú21 Julio Magán, gerente de Centros
Explicó que, a diferencia de los adultos, los adolescentes no cometen delitos sino infracciones
a la ley penal. Por ello, la sanción que les impone un juez se denomina medida socioeducativa,
Magán dio a conocer que de los 3,941 infractores, 2,099 se encuentran internados en los nueve
CJDR que hay en el país, entre ellos Maranguita, en Lima, y ex Floresta, en Trujillo, dos de los
más peligrosos y en los que continuamente se producen actos de violencia. El resto –1,842– es
atendido en 25 SOA
La infracción más común es la de robo agravado, con un total de 1,584 menores involucrados.
De ellos, 945 se encuentran internos. Le sigue hurto (661 casos y 203 internos), violación
sexual (639 casos y 218 internos) y homicidio (204 casos y 183 internos). En este último caso
En medio de este panorama, Úrsula Letona, congresista de Fuerza Popular, presentó, hace unos
“Cada vez hay un mayor número de jóvenes infractores a los que, por su condición de menores,
se les aplica sanciones benevolentes, sin embargo, existen casos críticos en los que se requiere
de una intervención más severa y proporcional por parte del Estado”, sostuvo la legisladora.
Al respecto, el abogado penalista Roberto Miranda dijo que “hay una tendencia para rebajar de
Derechos del Niño y del Adolescente y todavía tenemos de tratarlos como tal. No se le puede
dar el tratamiento de una responsabilidad penal plena sino semiplena. Seis años, 10 años y
ahora quieren darle 15 años”. Se preguntó si esos 15 años serán suficientes para resocializar a
los menores.
Los recientes cambios experimentados en la dinámica poblacional de nuestro país nos colocan
para el año 2017 la población adolescente (entre 12 y 17 años de edad) representa el 10.9% del
total de la población en el Perú. Sin embargo, el crecimiento anual de los adolescentes irá
disminuyendo hasta alcanzar al 10% de la población para el 2025. Para poder aproximarnos al
fenómeno de la delincuencia juvenil, es preciso aclarar que, si bien es cierto que la normativa
nacional reconoce como joven a toda persona entre los 15 y 29 años de edad1 , el sistema de
justicia juvenil de nuestro país, hace una distinción entre menores y mayores de 18 años de
edad2: a partir de los 18 años de edad es considerado una persona adulta y puede ser sometido
a todos los procesos judiciales y sanciones penales que correspondan3; si la persona tiene una
edad comprendida entre los 14 y 17años de edad, no puede ser procesada como adulta, pero es
sometida a un proceso especial. En esa misma línea, la Convención sobre los Derechos del
Niño – CDN compromete a los Estados partes a promover el dictado de leyes y procedimientos
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 50
especiales para los menores de edad que han infringido las leyes. De esta manera queda
años. Este sistema de justicia debe poseer un carácter especializado a nivel de órganos
Prevención y Tratamiento del Adolescente en Conflicto con la Ley Penal – PNAPTA, que está
bajo la supervisión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; este Plan tiene una
periodicidad de cinco años. El primer plan tiene una vigencia entre el 2013 al 2018. Este
infractores. Así mismo, además, de la ejecución del PNAPTA -aprobado por el Consejo
de Orientación al Adolescente desde el Poder Judicial hacia el Poder Ejecutivo bajo la rectoría
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, así como la promulgación del Código de
Responsabilidad Penal del Adolescente. Todos estos elementos convergen para estructurar una
y, 3) Reinserción social.
CONADENNA manifiesta que sancionar penalmente a los y las adolescentes atenta contra sus
Nacional por los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (CONADENNA), colectivo que
infancia y adolescencia, emitió una alerta informativa a la opinión pública sobre la presentación
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 51
por el grupo Concertación Parlamentaria, de un proyecto de ley (La No. 1113-2011-CR) que
menores de edad. Los congresistas que presentan la propuesta son: Nicolás Rodríguez Zavaleta
(PAP), Carlos Bruce Montes de Oca (Perú Posible), Luciana León Romero (PAP), Javier
Velásquez Quesquén (PAP), Mauricio Mulder Bedoya (PAP); firma también Renzo Andrés
proyecto de ley).
La finalidad de esta doctrina es brindar a los niños, niñas y adolescentes una protección
situación irregular, que tuvo vigencia durante el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX,
como aquella que se centraba en la situación del niño como un sujeto indefenso, incapaz y
vulnerable. Además, esta concebía al niño como un objeto de protección y se le excluía del
ámbito jurídico. Sin embargo, ahora, gracias a la doctrina de la protección integral, el niño es
concebido como un sujeto de derechos y se le logra incorporar en el mundo jurídico para que,
de esta manera, se logre garantizar todos sus derechos reconocidos. Así, la doctrina de la
protección integral logra crear una nueva categoría jurídica –la del “niño”- se encarga de
reunificar los derechos humanos y tiene una finalidad restituida de derechos. Por otro lado, se
concibe a la trilogía niño- familia- Estado y se incorporan como nuevos principios jurídicos al
niño como sujeto de derechos, el interés superior del niño y la no discriminación. En nuestra
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 52
legislación peruana, ello se encuentra regulado en el Artículo II del Título Preliminar del
«Art. II del Título Preliminar.- El niño y adolescente son sujetos de derechos, libertades y de
protección específica. Deben cumplir las obligaciones consagradas en esta norma» De igual
manera, en el Artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños, Niñas y Adolescentes,
que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio
Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como la
sociedad se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y el respeto
a sus derechos»
encontrar que los derechos de los niños, niñas y adolescentes se encuentran garantizados y
reconocidos, teniendo como base fundamental el principio del interés superior del niño
(Artículo XI del Título Preliminar del CNA). Es por ello que para una correcta aplicación de
dicho principio, se debe analizar la situación actual del menor durante un conflicto, es decir, es
importante determinar cuáles son los derechos que estarían siendo vulnerados y de esta manera,
poder resguardar la mayor cantidad de sus derechos. Al respecto, esta doctrina también juega
un rol fundamental en el ámbito del derecho penal. Ello implica que el Estado, la familia y la
sociedad comparten una responsabilidad basada en la actuar de los niños, niñas y adolescentes;
es decir, ellos tendrán que velar por un comportamiento, para que vaya de acuerdo a los
será el Estado el que deberá asumir esta responsabilidad ante la infracción cometida por el
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 53
adolescente en el derecho penal. Por su parte, el principio de interés superior del niño se
encargará de velar por los derechos del adolescente infractor de la ley penal frente a la
seguridad ciudadana.
Por tanto, gracias a la Doctrina de la Protección Integral, se logra reconocer a los niños, niñas
y adolescentes como sujetos de derecho y a su vez, garantizar todos sus derechos, tomando
como base el principio del Interés Superior del Niño y la participación de la familia y el Estado.
La especialista Nydia Jiménez sugiere una serie de factores que pueden implicar la causa de
delincuencia entre los menores de edad. Por un lado, tenemos los factores endógenos, que
mental del sujeto. Además, estos pueden determinar el desarrollo de una predisposición al
también implica una mayor probabilidad de delinquir en relación con aquella que se encuentra
en los individuos considerados normales. Por otra parte, también existen los factores exógenos,
que implican a los factores sociales, propios del medio en que actuaría un delincuente. Si bien
los seres humanos no nacen como tales, poseen una aptitud para delinquir en el momento
dificultades familiares, en el colegio o en el trabajo. Es por ello que el medio social constituye
ello, analizaremos el ambiente familiar como una de las causas de delincuencia en los menores.
con su función educadora porque es el ambiente clave para la formación del menor, aún en la
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 54
edad madura. No obstante, existen hechos que van a tener consecuencias directas en el menor,
Entre estos; un hogar incompleto, pobreza y falta de educación son aspectos que van a incidir
en la vida del menor y que pueden considerarse como causas de delincuencia en la edad
madura. Además, el ambiente escolar interviene en la formación del carácter y desarrollo moral
del menor, es necesario que el menor se interrelacione con otros niños porque debe aprender a
convivir con personas diferentes a su familia y comprender situaciones diferentes a las que
puede vivir en su hogar. Si el menor no logra adaptarse al ambiente escolar, ello puede llevarlo
menor lo puede vincular a la delincuencia. Ello se debe a la pobreza, lo cual conlleva a que el
menor trabaje en un ambiente que no le corresponde, porque este aún se encuentra en formación
y no está preparado para afrontar trabajos insalubres o ambientes malsanos. Por ello, las causas
sino también al ambiente que los rodea, el cual se encuentra conformado por su hogar, la
escuela y, en algunos casos, el trabajo. Es importante brindar una adecuada educación, no solo
en los colegios sino que, la formación del menor debe empezar en el hogar, toda vez que se
El artículo 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece cuáles son los
lineamientos que se deben respetar cuando un adolescente es infractor de la ley penal. Por ello,
que el adolescente merece ser tratado respetando su dignidad y valor, fomentando el respeto
tomará en cuenta la edad del niño y se buscará promover su reintegración para que asuma una
función de los Estados Partes para garantizar la situación aquellos adolescentes infractores de
la ley penal. Por ello, resulta necesaria la aplicación del “Derecho Penal Mínimo”, que
establece una serie de reglas y mecanismos especiales, cuando nos encontramos frente a
menores de edad, que infringen la ley penal. Entre estas reglas, cabe resaltar que la privación
de libertad debe ser aplicada solamente como última ratio, es decir, como un último recurso en
infracción. Ello implica, además, que en dicho tratamiento se tomará en cuenta la personalidad,
aptitudes, inteligencia y valores del menor; sobre todo, las circunstancias que lo llevaron a
cometer la infracción. Por otra parte, el menor deberá recibir apoyo socio familiar, a través del
cual se le brinde asistencia en capacitación profesional y se utilicen todos los medios posibles
para que el menor tenga una comunicación adecuada con el mundo exterior.
6. Legislación Internacional
Entre las normas internacionales que se encargan de regular la situación penal de los menores
(28/11/1985)
(14/12/1990)
• Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre Medidas no privativas de libertad / Reglas de
Tokio (14/12/1990).
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 56
• Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores privados de libertad
(14/12/1990)
• Observación General Nº10 “Los derechos del Niño en la justicia de menores” (25/4/2007)
Uno de los temas que más preocupa a la sociedad y sobre el cual existe mayor polémica en el
centrado en las siguientes interrogantes: ¿Es posible disminuir la edad de 18 a 16 años, para
hacer responsables en el ámbito penal a los menores de edad?, ¿Son idóneas las medidas socio-
delitos graves? Para dar respuesta a estas preguntas resulta necesario esbozar las normas
siguientes), en el que “Se considera adolescente infractor a aquel cuya responsabilidad ha sido
determinada como autor o partícipe en un hecho punible tipificado como delito o falta en la ley
penal”.
En dicho cuerpo legislativo se prevén una serie de garantías, derechos y deberes que parten de
tutela y represión (lo que en antaño se explicaba en un excesivo paternalismo estatal y fue
desarrollado por la Doctrina de la situación irregular). En tal sentido, el artículo 191 regula
y a encaminarlo a su bienestar; razón por la que, al momento de emitir sentencia, el juez debe
tomar en cuenta: la existencia del daño causado, la gravedad de los hechos acontecidos, el
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 57
Una vez verificados estos elementos, el juez puede aplicar al adolescente infractor cuya
responsabilidad se haya acreditado en juicio (recuérdese la garantía que suponen los principios
previstas en el artículo 217 del Código de Niños y Adolescentes, como son las siguientes:
años.
Cuando se trate de un delito doloso tipificado en el Código Penal, cuya pena sea mayor de 4
injustificado y reiterado de la medida socio educativa que le haya sido impuesta (artículo 236);
respecto, resulta importante precisar que la norma establece una distinción entre los menores
comprendidos entre los 14 y 16 años, y los menores comprendidos entre los 16 a 18 años; así,
a los primeros, la norma establece que solo se les podrá aplicar una medida socio educativa de
internación no mayor a 4 años; mientras que a los segundos, se establece que se les podrá
Respecto de las medidas socio educativas mencionadas, cabe resaltar que la más gravosa es la
de internamiento, razón por la que –en una lógica de mínima intervención-, debe ser aplicada
de forma subsidiaria y excepcional; es decir, cuando las otras medidas no sirvan para cumplir
el rol para el que fueron diseñadas: la rehabilitación del menor infractor. Sin embargo,
lamentablemente en la práctica, las estadísticas nos muestran que, por el contrario, la medida
de internamiento resulta ser la más utilizada por nuestros jueces; siendo que, al mes de mayo
de 2012, de un total de 2278 (100%) adolescentes infractores de la ley penal en todo el ámbito
nacional, un total 1558 (68%) se encuentran cumpliendo una medida de internamiento (sistema
cerrado); mientras que un total de 720 (32%) se encuentran en un sistema abierto, es decir, han
sido sentenciados por el Poder Judicial y han sido objeto de una medida socioeducativa no
privativa de libertad. Con relación a este punto, vale la pena reflexionar sobre la influencia que
muchas veces los medios de comunicación y el clamor popular ostenta sobre nuestros jueces
de familia, al solicitar se impongan las sanciones más gravosas que nuestro ordenamiento prevé
(léase, la medida de internamiento); olvidándose del fin rehabilitador que en realidad las
medidas socioeducativas tienen. Dentro de la percepción ciudadana se cree que son frecuentes
los casos de adolescentes infractores, y que estos cometen los delitos más graves que se puedan
imaginar, propiciándose la creación de normas más severas que tengan como objeto la sanción
esta creencia debe ser contrastada con las cifras que la Gerencia de los Centros Juveniles del
Poder Judicial han lanzado a mayo del 2012 , en las que se señalan que el 60.1% de los
adolescentes infractores se encuentra cumpliendo una medida socio educativa por el delito
contra el patrimonio, lo que contrasta con el 18.9% que cumple una medida por un delito contra
la libertad sexual; y, el 10.9% que la viene cumpliendo por la comisión de un delito contra el
cuerpo y la salud. Asimismo, destaca el reducido porcentaje de menores a los que se impone
una medida por la comisión del tan citado pandillaje pernicioso, el que apenas alcanza el 1%.
En definitiva, estas cifras nos muestran que el nivel de delincuencia juvenil no se concentra en
los delitos más graves que regula nuestro ordenamiento, sino que muchas veces se explica en
las causas que conllevan a que los menores incurran en infracciones; las que son dejadas de
lado en las propuestas legislativas que se formulan con ocasión de este tema. A lo expuesto se
caso de los que se encuentran cumpliendo una medida socioeducativo en el sistema abierto,
solo es reincidente el 3.8%. Estas cifras muestran que las propuestas legislativas en torno a
no resulta un instrumento idóneo para reducir los niveles de delincuencia juvenil; sobre todo
en tanto la tasa de reincidente disminuye en los casos de adolescentes a los que se les impuso
ciertos legisladores por disminuir la edad de 18 a 16 años, para hacer responsables en el ámbito
penal a los menores de edad. Con respecto a este punto, consideramos que cualquier posición
que se quiera tomar sobre este tema, además de revisar lo establecido en la normativa
deberes siempre debe ir de la mano con el otorgamiento de derechos; siendo por ello inviable
cualquier disminución de edad que solo busque extender la responsabilidad, pero que no
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 60
reconozca a los menores el derecho de participar en otros ámbitos en los que la asunción de
8.1.- Fórmula Legal En Nuestro País Sobre Inimputabilidad De Los Menores De Edad
sus actos y la capacidad para adecuar el comportamiento a esta compresión. Esto no solo lo
dice el Código Penal peruano sino la gran mayoría de códigos penales, yo diría casi todos. Esta
fórmula para regular la inimputabilidad, es una fórmula que concibe al ser humano, al
individuo, solo como una perspectiva cognitiva y volitiva. Pero olvida que el ser humano
además de conocimiento y voluntad es una persona que tiene una dimensión afectiva,
emocional y sobre todo cultural. Esta fórmula legal, como casi todo el Derecho Formal, asume
que el individuo es un ser racional. Y no lo somos, porque las decisiones que tomamos, como
mayores o menores, no son racionales. Son decisiones que están impregnadas de emociones,
de afectos y de vicios. Esto lo dice desde hace muchísimos años la psicología y el psicoanálisis.
Hasta que el Derecho Formal no reconozca la naturaleza del ser humano como ser no racional
-pero que en algunas circunstancias puede ser motivado-, hasta que no lo haga y siga operando
con fórmulas legales que conciban al individuo como una dimensión cognitiva y volitiva pero
desconocida por el lado afectivo, emocional y por ende cultural, el tratamiento que se pueda
defecto o una tara del sujeto -es decir, ¿quiénes son inimputables? Los menores de edad, los
que tienen anomalías psíquicas, los que tienen alteraciones en la percepción y los que tienen
alteraciones en la conciencia, esto es lo que dice la ley-, y la única interpretación más o menos
plausible que queda es que la inimputabilidad es sinónimo de una patología, de un defecto, casi
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 61
una enfermedad. Con lo cual el tratamiento que se le da al inimputable, por ende al menor, es
es que tenga una concepción alterada de la realidad, concibe la realidad eventualmente de una
manera distinta a la que cual la concibe el resto, ni mejor ni peor, simplemente distinta. La
fórmula legal parece olvidar este necesario punto de partida. Punto de partida además que es
obligatorio, porque nuestra Constitución define al individuo como una persona con dignidad y
per se negativa ni reprochable, simplemente distinta a la que por conceso la mayoría asume
como deseable.
De todo esto, este punto de partida, la necesidad de concebir al individuo como algo más que
conciencia y voluntad, es decir, un ser emocional, afectivo y de influencia cultural, todo esto
trasladado al marco de Estado de Derecho y la culpabilidad penal, hace que solo se pueda exigir
responsabilidad penal a una persona a la cual el Estado solo le haya proporcionado, o mejor
dicho, le haya satisfecho condiciones para ejercer derechos y para cumplir obligaciones. Esto,
(i) porque solo en democracia el Estado otorga esta facultad a los individuos para
participar en el debate socio político y jurídico que termina por decirnos cuáles son
(ii) un Estado de Derecho no puede admitir que quien no participa libremente en ese
diálogo y en ese debate político, vaya a ser sancionado justamente por contravenir
personas que han tenido la oportunidad de participar en ese debate político. Así, no solo se
trata en la capacidad para disponer de bienes jurídicos, se trata de algo previo, se trata de
diálogo socio político que determina qué bienes jurídicos se protegen en el Derecho Penal
y cómo se protegen.
Luego de todo este discurso, uno podría pensar que como los menores no participan en este
primera exigencia que se le debería hacer al Estado para que un menor responda penalmente,
es que esa persona tenga derecho a participar en el debate político. Da la casualidad que la
elegir y ser elegido y de ejercer una serie de derechos ciudadanos. Sin embargo, si uno revisa
el marco normativo vigente detecta que los menores sí responden. Y responden penalmente
desde los 14 años. ¿Cómo se puede conciliar eso? Es decir, ¿Cómo se puede conciliar el
discurso teórico que debe legitimar la eventual responsabilidad de menores asumiendo que el
presupuesto sea su participación en el debate político con el hecho real que la ley vigente les
atribuya eventual responsabilidad penal a partir de los 14 años? Y digo, responsabilidad penal
se le someten son de naturaleza penal. ¿Cómo conciliar eso? No lo sé. Pero creería que, en todo
En primer lugar, no creo que el asunto se zanje distinguiendo entre dos colectivos, menores y
mayores, y tratando a uno de manera distinta a los otros. Creo que el problema de fondo, de la
nuestro sistema jurídico concibe esa mayoría de edad, la única respuesta racional es porque esa
edad arbitraria, y por ende con algunos defectos, más o menos expresa cierto grado de madurez
en la persona que solo adquiere por socialización, es decir, por pertenencia, contacto e
interacción con otros miembros de un grupo social, que hace que en ese proceso de
socialización, esa persona pueda acceder, conocer e interiorizar principios y valores que rigen
la dinámica de ese grupo social. Por eso, es que una de las causas de inimputabilidad tiene que
ser también, por ejemplo, el formar parte o pertenecer a un grupo social diametralmente opuesto
porque esa persona no comparte los valores e ideales que rigen la dinámica de un grupo social
que luego se plasma en la ley penal. Pero bueno, decía que no creo que la respuesta al problema
inimputables o mayores y menores. Creo que por el contrario, se debe trabajar con fórmulas
escalonadas. Algo de esto ya plantea el Derecho Positivo (es decir, en realidad, el problema de
los menores de edad es un problema mayor, es un problema de cómo influye la edad de una
¿A partir de qué edad se debería considerar responsable a una persona? La ley dice 14 años,
parece razonable, a mí me satisface. Tal vez sea 12 o 13, también me va a satisfacer. Porque
cuando se habla de edad, siempre va a ser arbitrario, por eso que no creo que la respuesta sea
una edad sino entender que tenemos que trabajar con etapas, con momentos de madurez o de
socialización. A partir de los 14 -también diría a partir de los 13-, creo que un Estado de
Derecho puede admitir legítimamente que una persona empiece a responder. Pero va a empezar
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 64
a responder penalmente porque el grado de participación política que debe tener tiene que ser
¿A partir de qué edad se debería considerar plenamente responsable a una persona? Fíjense
ustedes, hoy día el Código Penal dice que la responsabilidad penal plena empieza a los 18.
Luego se corrige y dice que entre los 18 y 21 hay lo que se conoce como una inimputabilidad
restringida. En realidad hoy día, recién a los 21 años, se es plenamente responsable en Derecho
Penal porque se admite que entre los 18 y 21 todavía existe un lapso de 3 años en el cual la
¿A partir de qué edad se debería considerar que una persona pierde ciertas facultades que hacen
que el tratamiento penal hacia ella tenga que atenuarse? Y a partir de los 65 años, la
responsabilidad se atenúa. No sé si esta edad es correcta o no, pero creo que la metodología sí
es correcta: trabajar con etapas y con momentos de desarrollo de madurez y que todos ellos
tendrá que estar en consonancia con el grado de participación, con el derecho a participar en
ese debate político porque es lo único que justifica atribuir responsabilidad en un estado de
Derecho.
DELINCUENCIA EN MENORES DE EDAD 65
Conclusiones
Que no existe la edad para que una persona con problemas que tienen como se vio
Un delincuente no nace, sino que se hace", y en esto la familia tiene un rol principal;
los valores inculcados durante la niñez, dependerá en parte, el camino que siga.
propios padres.
Referencias
Autores: Julián Pérez Porto y María Merino. Publicado: 2010. Actualizado: 2014.
(https://www.monografias.com/trabajos91/fenomeno-delincuencia/fenomeno-
delincuencia.shtml#formasdeda)
(https://www.elespectador.com/opinion/delincuentes-menores-de-edad)
Prevención de los tipos de delincuencia que son consecuencia de los cambios sociales...
(Informe del Segundo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Ayala, H., Pedroza, F., Morales, S., Chaparro, A. y Barragán, N. (2002). Factores de riesgo,
Kvaraceus(1964)[archivo PDF] Place de Fontenoy, Paris. Unesco 1964 MC. 64/D. SS/S.
Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001334/133434So.pdf
Shirley Avila (03 de Marzo del 2018). Hay más de 1,700 menores recluidos por robo, violación
peru-hay-1-700-menores-recluidos-robo-violacion-homicidio-398023
https://indaga.minjus.gob.pe/sites/default/files/BOLETIN%20N6%20Adolescentes%20Infrac
tores%202017.pdf
«http://www.javeriana.edu.co/juridicas/pub_rev/univ_est/documents/7 Laimputabilidad.pdf»
Asociación Civil Derecho & Sociedad (2012). ¿Responsabilidad Penal De Los Menores De
content/uploads/sites/213/2013/02/20130217-polemos_6_boletin.pdf