ANEXO II

LA IMPORTANCIA DE LAS FIESTAS JUDÍAS EN EL

EVANGELIO DE JUAN

Las fiestas judías ocupan un

lugar importante en este evangelio. En
torno a ellas se articulan algunos
conjuntos del evangelio que nos quieren
mostrar que todas las fiestas del templo
encuentran su cumplimiento en Cristo,
cuyo cuerpo es en adelante el único
templo verdadero (Jn 2,21). Dado
entonces que Jesús aparece
frecuentemente en medio de una fiesta
judía a este evangelio se lo ha llamado también “evangelio litúrgico”.

 2,13 Expulsa a los cambistas y a los vendedores de palomas, terneros y

ovejas. En el v. 15 insiste en que fueron expulsadas las víctimas pascuales.
Signo: la pascua judía ha quedado abolida.
 5,1 Una fiesta, no se dice de cual se trata (tal vez Pentecostés)
 6,4 La Pascua (discurso del Pan de Vida)
 19,14 Jesús muere el día de la preparación de la Pascua, o sea cuando se
degollaban las víctimas pascuales. Las miradas se dirigen hacia aquel
“cuyos huesos no se rompieron” (19,36). Recordar el cordero pascual
“justo protegido por Dios” en Sal 34,21; Ex 12,46; Nm 9,12.
 7,37 (fiesta de las tiendas o tabernáculos) recordaba la estancia de los
hebreos en el desierto, viviendo bajo chozas hechas de ramaje. Revivir el
desierto para revivir los beneficios de Dios a su pueblo, aquel Dios que
había protegido, alimentado dado de beber a los israelitas. Jesús en el
templo, el último día de la fiesta declara: “Si alguno tiene sed, venga a mí
y beba el que cree en mí”.
 10,22 Fiesta de la dedicación (purificación y consagración del templo
luego de las profanaciones de la época de Antíoco IV Epifanés). Nueva
alusión al hecho de que en adelante Jesús será el único “lugar santo o
consagrado”.

Notemos como según 2,13; 6,4 y 19,14 el ministerio público de Jesús se ubica
en, al menos, tres Pascuas, es decir tres años, dato que fue tomado por la tradición de la
Iglesia de este evangelio. Los sinópticos mencionan solamente una Pascua.

El evangelista ve en Jesús a aquel que sustituye todas las víctimas pascuales

del AT. Jesús protege y libera al pueblo de la Nueva Alianza, igual que el cordero
del Éxodo protegió con su sangre a los israelitas.

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