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Hora santa mensual vocacional

Parroquia Nuestra Señora De La Asunción ,Tlaxiaco Oax.


EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Guía: Oración: Estamos reunidos como comunidad cristiana en adoración, para rogar al dueño de la
mies que envíe trabajadores a sus campos. Queremos celebrar al Señor resucitado y todopoderoso
para que dé a cada uno de los miembros el poder encontrar el sentido verdadero de la existencia.
Recemos principalmente para que los jóvenes estén atentos a la llamada de Cristo. Jesús quiere
asociarnos a él en la tarea de salvación del mundo: tarea que encomendó a su Iglesia. En ella cada
uno de nosotros tiene su lugar y su cometido.
Orar por las vocaciones es una puesta en práctica del mandato de Jesús: “rueguen al dueño de la
siembra que mande obreros para hacer la cosecha”. Este mandato desafía nuestra fe e interpela nuestra
conciencia de bautizados. Es el primer servicio que podemos ofrecer a la gran causa de las vocaciones.
Necesitamos apóstoles, evangelizadores y misioneros, personas comprometidas que, en nombre de
Cristo, nos ayuden alcanzar los bienes de la salvación. Lo primero que debemos hacer es orar con
humildad al dueño de la siembra.
CANTO DE EXPOSICIÓN: Gloria a ti Hostia Santa y Bendita.
Guía: En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
Todos: el corazón amoroso de Jesús Sacramentado

CREEMOS EN JESÚS SACRAMENTADO


GUÍA: AL AMOR DE LOS AMORES JESÚS SACRAMENTADO: Sagrario del Altar el nido de tus más
tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios mío, y amor me das; tu amor es amor de cielo, y el
mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado.
Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti, como Tú lo eres para mí. Que te ame yo siempre, como
te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los besó la Magdalena convertida.
Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana.
Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu discípulo amado San Juan. Deseo vivir
contigo, porque eres vida y amor.
Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Y ya que para el
mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir. Pausa… Miremos a Jesús
Sacramentado y uniéndonos a Él recemos como Él nos enseñó:

TODOS: PADRE NUESTRO…AVE MARIA…GLORIA…


GUÍA: Danos Señor vocaciones
TODOS: Según tu corazón
CANTO: Dios está aquí.

GUÍA: En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.


TODOS: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
ESPERAMOS EN JESÚS SACRAMENTADO
“Dice Jesús: ''El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna''. La raíz profunda de todo esto es el amor. En efecto,
la vocación cristiana es sobre todo una llamada de amor que atrae y que se refiere a algo más allá de
uno mismo, descentra a la persona, inicia un ''camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí
mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro
consigo mismo, más aún, hacia el descubrimiento de Dios''.

Padre nuestro…Ave María…Gloria…


GUÍA: Danos Señor vocaciones
TODOS: según tu corazón
CANTO: Vive Jesús el Señor
GUÍA: En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
TODOS: el corazón amoroso de Jesús Sacramentado

AMAMOS A JESÚS SACRAMENTADO


GUÍA: Jesús Sacramentado estamos a tus pies para escuchar tus palabras que hacen arder nuestro
corazón; hoy queremos escucharte en la voz de tu Apóstol elegido para apacentar y confirmar en la
fe a tu rebaño, queremos escucharte a ti, adorarte a ti, seguirte a ti. Te pedimos que envíes obreros a
tu mies, obreros que trabajen con entrega, jóvenes que no tengan miedo de oír tu voz que llama a
seguirte, a dejarlo todo, a amar sin medida a los hombres por quienes has dado tu vida.

Padre Nuestro…Ave María…Gloria…


GUÍA : Danos Señor vocaciones
TODOS: según tu corazón
Canto: Nadie te ama como yo

GUÍA:“…dijo Jesús a sus discípulos, ''el dueño de la mies… mande obreros a su mies''. Jesús nos dio
este mandamiento en el contexto de un envío misionero: además de los doce apóstoles, llamó a otros
setenta y dos discípulos y los mandó de dos en dos para la misión. Efectivamente, si la Iglesia ''es
misionera por su naturaleza'', la vocación cristiana nace necesariamente dentro de una experiencia de
misión. Así, escuchar y seguir la voz de Cristo Buen Pastor, dejándose atraer y conducir por él y
consagrando a él la propia vida, significa aceptar que el Espíritu Santo nos introduzca en este
dinamismo misionero, suscitando en nosotros el deseo y la determinación gozosa de entregar nuestra
vida y gastarla por la causa del Reino de Dios. Entregar la propia vida en esta actitud misionera sólo
será posible si somos capaces de salir de nosotros mismos.”

Meditamos en el siguiente texto


Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a
todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos.
Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como
corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el
camino. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa." Y si hubiere allí un hijo de paz,
vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo
y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la
ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y
decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros." En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid
a sus plazas y decid: "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo
sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca." Os digo que en aquel Día habrá
menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad. Palabra del Señor
TODOS: Gloria a Ti Señor Jesús.
Para reflexionar: “LOS TRABAJADORES SON POCOS”

LECTOR 1: “La mies es mucha y los trabajadores son pocos”. Hoy, estas palabras de Jesús tienen un
significado cada vez más urgente. Sí, hoy lo mismo que entonces, “La mies es mucha pero los
trabajadores pocos,” pocos en comparación con el aumento de las necesidades del cuidado pastoral,
pocos ante las exigencias del mundo moderno, con inestabilidad, su necesidad de claridad y su deseo
de ver al sacerdote como un modelo de la doctrina y los valores que él representa; pocos también
con respecto a tantos indiferentes a Dios y a la religión.

LECTOR 2: Sobre todo, escasean las manos sacerdotales en las áreas de misión y dondequiera que
haya gente que sea evangelizadora, ayudada y consolada. (Pablo VI) Pero ¿quiénes son los
trabajadores de la “Gran Cosecha” Ante todo, los doce apóstoles que Jesús mismo escoge y envía y
los 72 discípulos que, habiendo dejado todo, van de pueblo en pueblo a llevar la buena nueva de la
salvación. Ellos no son mercenarios asalariados, sino “trabajadores” llamados a participar en el trabajo
del Dueño de la mies. “El que siega ya cobra su salario y recoge cosecha para una vida sin término;
así se alegran los dos, el que siembra y el que siega.” Así es como Jesús describe a sus apóstoles su
misión: “Uno siembra y otra cosecha. Yo los envié a segar lo que no habían labrado; fueron otros los
que labraron y ustedes han entrado en su labor” (Jn. 4, 36- 38)

LECTOR 3: La expresión “trabajadores de la mies” no se limita a los apóstoles o a sus sucesores, los
obispos y los sacerdotes, sino atendiendo a los diversos servicios y ministerios, se aplica a todo
cristiano, “porque la manifestación particular del Espíritu se le da a cada uno para el bien común” (1
Cor. 12, 7)
- Todo cristiano laico es un “trabajador de la mies” porque de acuerdo con su vocación cristiana
personal, él o ella han sido llamados a la vida con un designio.

LECTOR 4: Los sacerdotes de manera especial son “trabajadores” porque ellos son un “signo
sacramental” para la comunidad de la obra salvífica de Cristo, pero ciertamente que el trabajo de
evangelización no se limita a ellos, ya que “hay los que siembran y los que siegan; los que con sus
lágrimas riegan la semilla que va brotando; los que regresan contentos con las espigas recogidas; los
que separan trigo de las hierbas y los que almacenan en los graneros como también los que distribuyen.
Así, en la obra de la salvación nuestros hermanos y hermanas con diferentes trabajadores en diferentes
situaciones y categorías.” (San Aníbal Di Francia)

LECTOR 5: -Los miembros de los institutos religiosos son la “levadura del Espíritu” en la vida de la
Iglesia. En realidad son “trabajadores” que frecuentemente trabajan en el frente de batalla de la
evangelización.
- Los miembros de los institutos seculares que viven su consagración en el mundo y las parejas, las
personas casadas, son “trabajadores.” Ellos dedican su experiencia a los valores del Evangelio y a la
manifestación de la presencia viviente de Cristo en medio de las realidades del mundo en que vivimos.
-Los miembros de las órdenes contemplativas son “trabajadores” con la abundancia de sus oraciones
y sacrificios, riegan cada semilla de fe plantada en el corazón del pueblo. Llevan a cabo el trabajo de
la evangelización por su oración incesante, presentando a Dios las necesidades de todos sus hermanos
y hermanas.

ORACIÓN POR LA VOCACION DE LOS LAICOS


Todos: Señor Jesús, Tú que has querido que la fuerza del evangelio transforme al mundo, concede a
cuantos has llamado a vivir en medio de los deberes y ocupaciones temporales, desempeñar su propio
trabajo con espíritu evangélico, para construir así la santificación del mundo. Señor, permite a los
laicos ser luz en el mundo. Señor, ayuda a los laicos a ser sal de la tierra. Amén.
-Pausa para una reflexión personal en silencio
Canto: himno a la familia.

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES CONSAGRADAS.


TODOS: Señor Jesús: Así como llamaste un día a los primeros discípulos para hacerles pescadores de
hombres, continúa también ahora haciendo resonar tu dulce invitación: ¡Ven y sígueme! Da a los
jóvenes y a las jóvenes la gracia de responder prontamente a tu voz.
-Da sostén en sus fatigas apostólicas a nuestros Obispos, sacerdotes, diáconos y personas consagradas.
-Da la perseverancia a nuestros Seminaristas y a todos los que están realizando un ideal de tu vida
totalmente consagrada a tu servicio.
-Acrecienta en nuestra comunidad el espíritu misionero. Manda Señor, obreros a tu mies, y no permitas
que la humanidad se pierda por falta de pastores, de misioneros, de personas entregadas a la causa
del Evangelio.
María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir “Si” al Señor que nos llama a
colaborar en su designio divino de salvación. amén.

GUÍA: La vocación es una gracia tuya; gracia, es decir, don gratuito de tu Corazón. Es un gran favor.
Si a todos les revelaras esta excelencia, seguro que se interrumpiría el curso de las generaciones; por
eso para la mayor parte de los hombres la vida religiosa o sacerdotal es un enigma oscuro, cuyo
significado muy pocos hombres comprenden.
TODOS: Señor, cuántos jóvenes hombres y mujeres al oír tu voz quisieran seguirte, pero sus padres
no se los permiten. Muéstrales a estos padres la belleza de la vida religiosa y sacerdotal.
GUÍA: Pero si la vocación es un misterio profundo, Tú puedes, Señor, levantar un poco más el velo
que lo oculta y de esta manera un mayor número de almas conocerán y buscarán la dicha de la vida
consagrada.
TODOS: ¡Oh buen Jesús, has surgir en muchos hogares un sacerdote de Dios, un religioso abnegado,
un misionero entregado, un hermano con deseos de darte a conocer, una caritativa religiosa!
GUÍA: Di a las familias piadosas, a los corazones maternos, a los padres, diles cuán grande es la gloria
de servirte sólo a Ti; que ellos consideren este servicio como una dicha única y anhelen el
incomparable consuelo de consagrarte a Ti los frutos de su amor.
TODOS: Muestra, oh Jesús, a los corazones maternos y paternos la felicidad de tener un hijo
consagrado a tu santo servicio.
GUÍA: Llama también de entre los adultos, renovando así el caso de la vocación de los Apóstoles.
Llama a los fervorosos y a los hombres de ciencia para que se confirme la benéfica supremacía
intelectual de la fe.
TODOS: Llama, Jesús, no sólo a los niños sino también a los jóvenes y a los adultos que siguiendo el
ejemplo de tus Apóstoles, sean sacerdotes, religiosos o misioneros tan santos según tu corazón.
CANTO: Alma misionera
LAS VOCACIONES SACERDOTALES.
TODOS: Padre Santo: Necesitamos mensajeros animosos del Evangelio, siervos generosos de la
humanidad sufriente.
-Envía a tu Iglesia, te rogamos, presbíteros santos que santifiquen a tu pueblo, con los instrumentos
de tu gracia.
-Envía numerosos consagrados que muestren tu santidad en medio del mundo.
-Envía a tu viña, santos operarios que trabajen con el ardor de la caridad y, movidos por tu Espíritu
Santo, lleven la salvación de Cristo hasta los últimos confines de la Tierra. Amén
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Señor y Dios nuestro: Haz madurar las vocaciones que a manos llenas sembraste en el campo de la
Iglesia, a fin de que sean muchos los que elijan servirte en sus hermanos.
Haz que se formen en nuestro seminario sacerdotes santos y sabios, que trabajen con gran celo por
tu gloria y por la salación de los hombres.
Concede a cuantos elegiste como ministros y dispensadores de tus sacramentos, permanecer fieles en
el cumplimiento de su ministerio
Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y santa madre.
¡Oh Jesús, danos sacerdotes según tu corazón!
CANTO: Pescador

LETANÍAS POR LAS VOCACIONES


TODOS: Al tener en nuestra mano esta vela encendida Señor nos comprometemos a orar todos los
días por las vocaciones en nuestra Iglesia: por matrimonios, laicos comprometidos, sacerdotes y
religiosas y religiosos santos según el Corazón de Dios.
R: Envía, Señor, obreros a tu mies.
GUÍA: La Mies es mucha; los obreros pocos: GUÍA: Por el Santo Padre N.
R: Manda, Señor, obreros a tu mies. R: Te rogamos, óyenos.
GUÍA: Tú que te compadeciste de las multitudes GUÍA: Por los pastores de tu Iglesia:
que carecían de pastor: R: Te rogamos, óyenos.
R: Manda, Señor, obreros a tu mies. GUÍA: Por nuestro obispo N.
GUÍA: A los jóvenes que entienden tu llamada: R: Te rogamos, óyenos.
R: Dales generosidad, Señor. GUÍA: Por aquellos que necesitan más tu gracia:
GUÍA: A las almas a ti consagradas: R: Te rogamos, óyenos.
R: Aumenta su caridad, Señor. GUÍA: Por quienes están alejados de ti:
GUÍA: A los jóvenes que dudan de tu llamada: R: Te rogamos, óyenos.
R: Dales certeza, Señor.
GUÍA: A quienes sienten tu llamado desde niños: BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO
R: Acompáñalos, Señor. ALABANZAS DE DESAGRAVIO
GUÍA: A los seminaristas: Bendito sea Dios.
R: Dales perseverancia, Señor. Bendito sea su santo Nombre.
GUÍA: A los sacerdotes que sufren tentación: Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
R: Dales tu fuerza, Señor. Bendito sea el Nombre de Jesús.
GUÍA: A los sacerdotes tibios: Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
R: Dales tu santidad, Señor. Bendita sea su Preciosísima Sangre.
GUÍA: A los sacerdotes tristes: Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del
R: Consuélalos, Señor. Altar.
GUÍA: A los sacerdotes que sienten soledad: Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
R: Sé tú su compañía, Señor. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María
GUÍA: A los sacerdotes misioneros: Santísima.
R: Infúndeles tu celo, Señor. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
GUÍA: A los sacerdotes jóvenes: Bendita sea su gloriosa Asunción.
R: Impúlsalos a buscar tu gloria, Señor. Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
GUÍA: A los sacerdotes ancianos: Bendito sea San José, su castísimo esposo.
R: Sostenlos en tu servicio, Señor. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos
GUÍA: A los sacerdotes difuntos:
R: Dales tu gloria, Señor. CANTO DE RESERVA: Honor a ti Hostia santa y
GUÍA: La mies es mucha; los obreros pocos: bendita

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