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ADORACIÓN A

JESÚS
SACRAMENTADO
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(CANTO) Cantemos al amor de los amores...

SACERDOTE:

Jesucristo, el Señor quiere comunicarse con nosotros en el silencio, en lo más profundo de nuestro
ser, sentimos que el amor del Señor inunda nuestros corazones y todo nuestro ser de su paz y gozo,
permanezcamos así, en unión con Él... adorándole y amándole...

(G)
Adoremos siempre a Jesucristo.

(T)
Quien nos llama a construir su reino.

(G)
Padre nuestro...

(T)
Danos nuestro pan...

(G)
Adoremos siempre a Jesucristo.

(T)
El enviado del Padre, quien nos salvó con la fuerza del Espíritu Santo.

(G)
Padre nuestro...

(T)
Danos nuestro pan...

(G)
Adoremos siempre a Jesucristo.

(T)
Quien nos llamó para que diéramos fruto abundante.

(G)
Padre nuestro...

(T)
Danos hoy nuestro pan...

(CANTO) En los cielos y en la tierra...


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ACTO DE FE

(T)
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo, creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.

Señor Jesucristo, creemos que nos has resucitado y que vives en nosotros. Te damos gracias porque
quieres servirte de nosotros para hacer más bonancible éste mundo. Te damos gracias porque deseas
que colaboremos en la obra de tu redención. Ayúdanos a mirar con tus ojos, a juzgar con tu inteligencia,
a obrar con tu corazón. Haznos eco de tu voz, reflejo de tu estilo de vida, instrumento de tu gracia.
Señor Jesús revélate una vez más a través de nosotros. Que quien nos vea, quien nos escuche, quien
trate con nosotros, se percate de que verdaderamente has resucitado y pasas tus días con nosotros, para
la salvación y la alegría de todo el mundo.

ESTACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

(G)
Alabado sea el santísimo sacramento del altar.

(T)
Sea por siempre alabado.

(G)
Heme aquí, buen Jesús, en tu presencia, como un pobre ante su gran Señor, dame, Señor tu gracia.
(Padre nuestro, Ave María y Gloria)

(CANTO)

(G)
Heme aquí, buen Jesús, en tu presencia, como un servidor ante su dueño, dame Señor, el sustento de tu
cuerpo y líbrame de mi gran pobreza. (Padre nuestro, Ave María y Gloria)

(CANTO)

(G)
Heme aquí, buen Jesús, en tu presencia, como un enfermo ante su médico, sana Señor las heridas de mi
alma con el bálsamo de tu divina sangre. (Padre nuestro, Ave María y Gloria)

(CANTO)

(G)
Heme aquí, buen Jesús, en tu presencia, como el discípulo ante su maestro, enséñame Señor a aceptar
tu divina voluntad. (Padre nuestro, Ave María y Gloria)
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(CANTO)

Heme aquí, buen Jesús, en tu presencia, como una oveja ante su pastor, guarda Señor, el rebaño de tu
santa iglesia y recibe benignamente las súplicas de nuestro santo padre. (Padre nuestro, Ave María y
Gloria)
(CANTO)

ORACIÓN UNIVERSAL

(G)
Jesús, Tú que nos enseñaste a llamar a Dios Padre, haz que nuestro corazón se impregne de ese amor
filial y paternal para emprender la obra que nos has encomendado.

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Para que la iglesia se mantenga unida y construya siempre la fidelidad, para consolidar el reino de
Dios, nosotros te pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Para que los esposos colaboren juntos en la edificación de su hogar, y de un mundo mejor, nosotros te
lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Para que superando todo egoísmo, procure cada uno el bien de los otros, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Por los matrimonios desunidos y por todas las personas que experimentan la soledad, para que no se
olviden de la presencia y el amor cercano de Cristo Resucitado, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Que les inculquemos a los jóvenes sentimientos de amor y respeto hacia los demás, no estorbando el
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crecimiento y desarrollo de sus personas, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Que eduquemos a los adolescentes, más con el ejemplo que con la palabra y que no desdigamos con
nuestras actitudes, lo que deseamos sembrar en sus corazones, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Que respetemos nuestros cuerpos como templos vivos en los que habitan el Espíritu Santo, desde el día
de nuestro bautismo, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Que los padres de familia sean los primeros promotores en la vocación sacerdotal o religiosa de sus
hijos, nosotros te lo pedimos...

(T)
Cristo óyenos, Cristo escúchanos.

(G)
Padre, tu encomendaste a tu hijo Jesús durante su paso por la tierra al cuidado solícito de María y José,
ellos que formaron el corazón de Jesús, con sabiduría y amor, sean nuestros modelos y nos enseñen a
formar a nuestras familias en la generosidad y entrega a Cristo en los demás.

(T)
Que a imitación de la familia de Nazaret practiquemos en nuestras familias las virtudes y los valores
que en ese hogar se vivieron a fin de que nuestras familias se conviertan en una verdadera iglesia
doméstica, te lo pedimos por intercesión de Jesús, de María y de José, Amén.

QUE NO QUITE MIS OJOS DEL SAGRARIO

Padre... que no quite mis ojos del Sagrario, pues se acechan mil tentaciones por doquier, que pueden
debilitar el alma mía.
Que no quite mis ojos del Sagrario, pues se que pierdo fuerzas si de Ti me alejo, estoy consciente de
que necesito vivir en unión contigo, el barro de mi naturaleza es muy fuerte, y sólo en la oración y en la
Eucaristía aquieto al león que llevo dentro.
Que no quite mis ojos del Sagrario para poder vivir con gozo, irradiando esa enorme alegría de vivir,
que Tú me das.
Que no quite mis ojos del Sagrario para poder predicar que, Contigo, aquí en la tierra podemos tener
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un cielo anticipado.
Que no quite mis ojos del Sagrario para poder tener fortaleza todo el día, para no estorbarte, Padre,
en esa labor que de mi esperas, y viviéndola, poderla transmitir a todos mis hermanos.
Que no quite mis ojos del Sagrario para entregarte allí todos mis planes y proyectos; que no pretenda
hacer algo sin Ti, pues sólo en unión contigo puedo sentirme en paz.
Que no quite mis ojos del Sagrario, tantas veces tan abandonado, porque nosotros los seres humanos
vivimos tan de prisa, llenándonos de cosas materiales que al final sólo nos vacían. Ayúdanos a buscar el
amor verdadero que nos lleva a tener plenitud espiritual, que entendemos que sólo en Ti está.
Que no quite mis ojos del Sagrario...
Hoy quiero entregarte mi trabajo, mi esfuerzo, mi familia y mis amigos... Por esto y por tanto más,
Padre, que no quite mis ojos del Sagrario, para que pueda ir por el mundo dando tu amor, tu alegría y tu
paz.
Que no quite mis ojos del Sagrario...
Allí me nutro cada día...
Y quisiera ser como esa lamparita roja que con su parpadear indica...
Dios está aquí.
Así quisiera gritarle a todo el mundo cuando comulgo...
Soy cupón de Cristo.
Él es mi dueño absoluto.
Puedo ir por la vida sonriente, porque señalando mi pecho puedo decir humildemente; aquí está
Dios.
Por eso es importante que yo nunca quite mis ojos del Sagrario.

PRECES POR LOS SACERDOTES

(G). A nuestro Santísimo Padre el Papa,


(T). Llénalo de tus dones, Señor.
(G). A los cardenales y representantes pontificios,
(T). Dales tu luz, Señor.
(G). A los arzobispos y obispos,
(T). Dales tus gracias, Señor.
(G). A los sacerdotes párrocos,
(T). Dales el celo de tu gloria, Señor.
(G). A los sacerdotes vicarios,
(T). Guíalos, Señor.
(G). A los sacerdotes directores de seminarios,
(T). Ilumínalos, Señor.
(G). A los sacerdotes directores espirituales de la adoración nocturna mexicana,
(T). Inflámalos en amor a la Eucaristía, Señor.
(G). A los Sacerdotes Religiosos,
(T). Santificalos, Señor.
(G). A los sacerdotes confesores y directores de almas,
(T). Hazlos dóciles instrumentos del Espíritu Santo, Señor.
(G). A los sacerdotes predicadores,
(T). Instrúyelos, Señor.
(G). A los sacerdotes misioneros,
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(T). Sosténlos, Señor.
(G). A los sacerdotes asistentes de la Acción Católica,
(T). Dirígelos en todas sus empresas, Señor.
(G). A los sacerdotes profesores y directores de la juventud,
(T). Inflámalos de tu amor, Señor.
(G). A los sacerdotes directores de los obreros,
(T). Dales amor a los pobres, Señor.
(G). A los sacerdotes encargados de los hospitales,
(T). Dales caridad y abnegación, Señor.
(G). A los sacerdotes enfermos,
(T). Dales paciencia, Señor.
(G). A los sacerdotes ancianos,
(T). Sostenlos, Señor.
(G). A los sacerdotes aislados,
(T). Acompáñalos, Señor.
(G). A los sacerdotes turbados,
(T). Dales la paz, Señor.
(G). A los sacerdotes jóvenes,
(T). Cuídalos, Señor.
(G). A los sacerdotes perseguidos y calumniados,
(T). Defiéndelos, Señor.
(G). A los sacerdotes en peligro,
(T). Líbralos, Señor.
(G). A los sacerdotes tentados,
(T). Dales fortaleza, Señor.
(G). A los sacerdotes difuntos,
(T). Dales la Gloria, Señor.
(G). A los seminaristas y aspirantes al sacerdocio,
(T). Dales la perseverancia en su vocación, Señor.
(G). A todos los sacerdotes,
(T). Transfórmalos en Ti, Señor.
(G). Y que el Espíritu Santo los posea,
(T). Y que por ellos renueve la faz de la tierra.

ORACIÓN

Divino Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria del Eterno Padre; te rogamos por todos
los Sacerdotes. Señor, llénalos de fe, de celo y de amor. Amén.

(CANTO) Tu reinarás...

ORACIÓN

Creo en Ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza. Espero en Ti, pero ayúdame a esperar sin
desconfianza. Te amo Señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero. Estoy arrepentido, pero
ayúdame a no volver a ofenderte.
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Te adoro, Señor, como a primer principio, te deseo como a último fin, te alabo como a bienhechor
perpetuo, te invoco como defensor propicio.
Dirígeme con tu sabiduría, detenme con tu justicia, consuélame con tu clemencia, protégeme con tu
poder.
Te ofrezco mis pensamientos para pensar en Ti, mis palabras para hablar de Ti, mis obras para obrar
según tu voluntad, mis penas para padecerlas por Ti.
Quiero lo que Tu quiere, lo quiero como lo quieres, lo quiero porque lo Tu lo quieres y lo quiero en
cuanto lo quieras.
Te ruego Señor, que alumbres mi entendimiento, abraces mi voluntad, purifiques el cuerpo y
santifiques el alma.
Que no me inficione la soberbia, no me altere la adulación, no me engañe el mundo, no me coja el
demonio con sus redes.
Concédeme la gracia de limpiar la memoria, refrenar la lengua, recoger la vista, mortificar los
sentidos.
Que llore las iniquidades pasadas, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones,
cultive las virtudes que me son necesarias.
Concédeme Dios mio, amor a Ti, odio a mi celo del prójimo, desprecio del mundo.
Haz que sepa obedecer a los superiores, atienda a los inferiores, favorezca a los amigos, perdone a
los enemigos.
Que venza el deleite con la mortificación, la avaricia con el desprendimiento, la ira con la
mansedumbre, la tibieza con el fervor.
Hazme prudente en las determinaciones, constante en los desfallecimientos, fuerte en los peligros,
paciente en la práctica de las virtudes.
Haz Señor que sea fervoroso en la oración, en la comida sobrio, diligente en el cumplimiento de mis
deberes, en los propósitos firme.
Concédeme la gracia para que obtenga la santidad interior, la modestia interior, una conducta
edificante, un proceder arreglado.
Que me dedique a dominar las malas inclinaciones, a corresponder a la gracia, a guardar tu ley y
merecer la salvación.
Que consiga la santidad con la confesión sincera de mis pecados, con la participación devota del
Cuerpo de Cristo, con el constante recogimiento del espíritu, con la pura intención del corazón.
Dame a conocer lo fugaz de lo terreno, cuan grande es lo celestial, que breve es lo temporal y que
duradero es lo eterno.
Concédeme Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme
del infierno y obtener tu gloria, por Cristo nuestro Señor. Amén.

MEDITACIÓN EN SILENCIO

ACTO DE DESAGRAVIO (de rodillas)

Divino Salvador de las almas: Cubiertos de confusión nuestros rostros, nos prosternamos en tu
presencia soberana; y dirigiendo nuestra vista al solitario Tabernáculo donde gimes cautivo de nuestro
amor, pártase nuestro corazón de pena al ver el olvido en que te tenemos los redimidos, al ver estéril tu
Sangre e infructuosos los sacrificios y escarnecido tu amor. Pero ya que con infinita condescendencia
permites que unamos esta noche nuestros gemidos a los tuyos, nuestras lágrimas a las que brotaron por
nuestra causa de tus santísimos ojos, a la Sangre que amorosamente vertió tu Divino Corazón, te
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rogamos, por los que no ruegan, te bendecimos por los que te maldicen y te adoramos por los que
despiadados te ultrajan; y con toda la energía de nuestras almas, deseamos bendecirte y alabarte en
todos los instantes de esta noche y en todos los Sagrarios de la tierra con los valiosos afectos de tu
amante Corazón.

Suba Señor, hasta Ti, el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de
nuestros contritos corazones.

(G). Por nuestros pecados, por los de nuestros padres, hermanos y amigos, por los del mundo entero.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por las blasfemias, por la profanación de los días santos.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por las impurezas y escándalos.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por la desobediencia a la Santa Iglesia, por la violación del ayuno y la abstinencia.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los crímenes de los esposos, por la negligencia de los padres, por las faltas de los hijos.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los atentados cometidos contra el Romano Pontífice.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por las persecuciones levantadas contra los Obispos, Sacerdotes, religiosos y sagradas vírgenes.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los insultos hechos a vuestras imágenes, la profanación de los templos, el abuso de los
sacramentos y los ultrajes al augusto Tabernáculo.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los crímenes de la prensa impía, blasfema e inmoral, por las horrendas maquinaciones de
tenebrosas sectas.
(T). Perdón, Señor, perdón.
(G). Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia y por todos los que sufren.
(T). Perdón, Señor, piedad.
(G). Perdón, Señor y piedad para el más necesitado de tu gracia, que la luz de tus divinos ojos no se
aparte jamás de nosotros; encadena a la puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; hazles
allí sentir los incendios del amor divino y a vista de las propias ingratitudes y rebeldías, que se
deshagan de pena, que lloren lágrimas de sangre, que vivan muriendo de amor.
(T). Amén.

(CANTO RETIRADA)

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