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CAPÍTULO II

QUINTAS Y OCTAVAS.- PROGRESIONES

Hemos visto ya que, cuando el bajo hace un movimiento de 4ta o 5ta,


hay siempre una nota común; que cuando hace 3ras o 6tas, hay dos; y por
último, que cuando se mueve por 2das, no hay notas comunes. Por razones de
estética, se prohibe hacer uso de esas notas comunes cuando el bajo vaya
ascendentemente del ii al V y del iii al IV, tratando estos dos casos como si
fueran grados conjuntos, es decir, haciendo movimientos contrarios entre las
partes superiores y el bajo.

Ambas excepciones dependen en gran medida de qué grado ocupe la


soprano. La primer excepción (ii-V) ocurre principalmente cuando el ^4 se
encuentra en la soprano. En el caso de la segunda cuando en la soprano está
el ^7. Cuando estos no se encuentran en la soprano puede aplicarse tanto la
excepción como la regla. En particular la progresión iii-vi junto con la
progresión iii-IV tienen la importancia de ser, de momento, las únicas
progresiones en las cuales el ^7 contraviene su tendencia natural de ir al ^1 y
baja al ^6, de esta forma dándonos nuevas posibilidades melódicas.

Como el objeto de la armonía es enseñarnos a tratar los sonidos


simultáneamente, y siendo el fin que perseguimos la riqueza harmónica, no
deberá extrañarnos, en consecuencia, que sus leyes rechacen todo aquello que
tienda a destruir esa riqueza que como finalidad se persigue. Esta es la razón
por la que se prohibe que los intervalos consonantes justos (5tas y 8vas) se
sucedan por grados conjuntos, porque, siendo demasiado puros, casi se
nulifica, en la práctica, una de sus notas.

Todos hemos observado que cuandouna 8va está perfectamente hecha


en un violín, en un violoncello, una viola, o bien entre una flauta y clarinete,
corno y trombón, etc., et., llega a no saberse donde empezó el primer sonido y
donde el segundo, lo que nos demuestra claramente que los dos se funden
entre sí, al grado de formar más que uno sólo. Las 5tas perfectas producen
efecto semejante, y por último las 4tas que se diferencian más que las 5tas y
las 8vas, son las que se permiten en las partes superiores, especialmente en
los acordes de sexta. (En los ejemplos siguientes nos daremos cuenta de que
todo encadenamiento de acordes que contenga dos 5tas o dos 8vas
consecutivas, es mucho más pobre que aquel que no las tiene.)

Hay otra clase de prohibiciones quizá más difícil que la de las 5tas y 8vas
que llamamos reales, porque están realmente, para diferenciarlas de las
ocultas que se llaman así porque, en efecto, están cubiertas.
Estas 5tas y 8vas ocultas se producen siempre que dos notas de distinto
nombre van por movimiento directo a una 5ta o a una 8va.

Las 8vas ocultas no son defectuosas, cuando una de las partes o voces
hace un intervalo de 2da menor. Las 5tas ocultas tampoco son defectuosas
cuando una de las voces hace un movimiento de 2da, sin importar si son
mayores o menores.

Como hemos visto, todas las reglas dadas hasta aquí son con el fin de
evitar 5tas y 8vas consecutivas, tanto reales como ocultas.
Para terminar este capítulo, hablaremos de las marchas armónicas o
"progresiones".
Se llama marcha armónica o progresión, a la repetición simétrica
ascendente o descendente de un modelo:

La progresión exige que, al repetirse el modelo, las partes hagan


movimientos enteramente de acuerdo con el fragmento que están imitando,
pudiendo, en ese caso, hacerse lo que en otros no se toleraría, como es la
duplicación de la nota sensible, hacer 8vas o 5tas ocultas, duplicar una
disonancia, etc., etc.
Como se habló ya de duplicar la sensible, no debe olvidarse lo que se ha
dicho en lo referente a los acordes de tres sonidos, en los cuales se duplica de
preferencia la fundamental, excepto la del séptimo grado (vii°) que es
justamente la sensible y en el cual se duplica la tercera.

Debemos decir de una vez, que, en lo general, no se duplican las


notas sensibles, alteradas o disonantes. Cuando sea tiempo oportuno,
veremos las excepciones que pueden tener estas reglas.
CAPÍTULO III

MODO MENOR

En el modo menor, tenemos dos formas de escalas, una llamada


armónica y otra melódica (y, a su vez, de la melódica tenemos dos formas; la
melódica menor ascendente y la melódica menor descendente):

La primera se llama armónica, porque es la que se usa en la armonía y


sin la cual no se puede formar la cadencia plagal. Las del segundo tipo se
llaman melódicas dado que son las que se utilizan, respectivamente, cuando la
melodía va de ^5 al ^1 y del ^1 al ^5, ambas por grados conjuntos.

Al hablar del modo mayor, dijimos que, con los acordes de los grados
principales se forman cadencias y semicadencias principales: la perfecta que
se produce con el movimiento del V al I y la plagal del IV a

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