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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TÁCHIRA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN EN GENERENCIA DE LA CONTRUCCIÓN
ADMINISTRACION DEL TALENTO HUMANO

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

Autor:
Ing. Yonathan González
C.I: V-20.625.227

San Cristóbal, octubre de 2019.


Las personas de todo el mundo cada vez dependemos más de un menor número de
grandes empresas globales. Actualmente las empresas multinacionales cada vez son más
grandes, poderosas y ricas, debido a que un pequeño número de empresas se han apoderado
de un mercado muy grande, generando así que todos consumimos sus productos en
ocasiones sin darnos cuenta, esto ha ocasionado que el capital de esas empresas aumente,
tanto que han llegado a ser más ricas que algunos países. Hoy por hoy las empresas se
instalan en otros países donde la mano de obra y materia prima es más barata, los dueños o
asociados solo necesitan tener una persona a cargo y todo lo demás puede ser
subcontratado. El problema que se presenta con estas subcontrataciones es que cuando una
empresa se establece en un país en desarrollo estas no respetan ni cumplen con los
estándares mínimos tanto con el trato y derechos de los empleados como con respecto a la
ecología, los trabajadores tienen salarios miserables, trabajan largas horas y no tienen
ningún derecho y mucho menos pueden formar ningún tipo de sindicato.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) consiste en la actitud por parte de las
grandes empresas de comprometerse de manera activa y voluntaria al mejoramiento social,
económico y ambiental, con el objetivo de aumentar su competitividad, valoración y valor
añadido. Aplica principalmente a las grandes empresas. Se caracteriza por tener en cuenta
los impactos que sus actividades generan sobre sus clientes, empleados, accionistas,
comunidades locales, medio ambiente y sobre la sociedad en general. La RSC también
puede ser referido como «ciudadanía corporativa» y puede llegar a incurrir en costos a
corto plazo que no proporcionan un beneficio financiero inmediato a la empresa, sino que
promueven el cambio social y ambiental positivo.
A principios de la década de 1990, la globalización prometía un futuro lleno de
buenos augurios. Se suponía que todos saldrían ganando, tanto los países desarrollados
como los países en vías de desarrollo. Parecía que la globalización produciría un desarrollo
sin precedentes a escala mundial, pero todas esas expectativas se han ido diluyendo al
producirse grandes desequilibrios tanto entre los países como dentro de ellos. La
globalización ha favorecido: El aumento del poder de la empresa en detrimento de los
Estados, la disminución en derechos para atraer la inversión directa extranjera, los procesos
de deslocalización, la privatización de servicios básicos. Todo este contexto expuesto, ha
favorecido el auge del debate sobre la RSC, como herramienta que sirva para aminorar el
impacto negativo de las empresas en general y de las multinacionales en particular, sobre
los derechos sociales, laborales, el medioambiente y, en definitiva, sobre los Derechos
Humanos.
No todo el mundo cree que las empresas deben tener una conciencia social. El
economista Friedman (1957) afirmó las «responsabilidades sociales de las empresas son
notables por su flojedad analítica y falta de rigor». Friedman cree que sólo los individuos
pueden tener un sentido de responsabilidad social. Las empresas, por su propia naturaleza,
no pueden. Algunos expertos creen que la responsabilidad social desafía el punto de estar
en el negocio: el beneficio por encima de todo.
La responsabilidad social empresarial no es una moda, sino un elemento esencial
para aquellas compañías que desean ser competitivas y mantenerse en el tiempo. Cada día
son más los consumidores que consideran el impacto en la sociedad y el medio ambiente de
una empresa para convertirse en su cliente. Es por ello que toda empresa debe priorizar
ciertas cosas como: Empezar por los empleados: Una empresa generosa se preocupa
porque sus empleados reciban todo lo necesario para desarrollarse como profesionales y
seres humanos. Influir positivamente en la sociedad: Los empresarios son los verdaderos
impulsores de la sociedad; ellos son los que generan empleos y soluciones a los problemas.
Por eso, en el día a día como emprendedor o directivo procura contribuir a un bien mayor.
Sumarse a una fundación o causa social: Si la empresa no cuenta con los medios o la
experiencia para desarrollar una causa social independiente, se recomienda unirse a una que
ya exista. Adoptar un área verde y disminuir el impacto energético; En las grandes
ciudades, cada día son menos los espacios arbolados y saludables. Una pequeña acción es
adoptar un área verde, ya sea un camellón, un parque o una jardinera. Hacer que los
miembros del equipo se comprometan a cuidarla, convirtiéndola también en una metáfora
sobre la importancia de procurarla todos los días para que siga creciendo, al igual que la
empresa. Hacer una campaña de responsabilidad social: Hoy los consumidores están
más dispuestos a comprar productos o servicios que tienen un impacto positivo en la
sociedad. Según el reporte (Redefining) Success in a Changing World,el 87% de los
entrevistados (que incluyen consumidores de países como México, Estados Unidos y
Brasil) piensa que las marcas deben contribuir a generar cambios positivos, lo cual también
influye en su decisión de compra. Reciclar: Disminuir el impacto medioambiental de la
empresa. Se puede empezar con algo tan simple como reciclando el papel que se utilice, así
como otros materiales como el cartón y los plásticos. Instalar basureros dedicados
especialmente al reciclaje y otros donde se separe la basura orgánica de la inorgánica. No
contaminar: Revisar todos los procesos de fabricación, operación y servicio y buscar
alternativas para reducir el impacto ambiental que genera la creación de los productos o
servicios.

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