Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La orquesta es la agrupación musical mas extensa y compleja ya que aglutina, en su sentido mas
amplio, la totalidad de los instrumentos existentes.
a) Orquesta de cámara, compuesta por cuerdas (violines I y II, violas, violonchelos y contrabajo) y
eventualmente por algún instrumento de viento y/o percusión,
b) Orquesta Clásica, enfocada hacia el repertorio clásico (cuerdas, maderas, metales sin trombones
ni tuba, y timbal).
c) Gran orquesta sinfónica, (las tres familias al completo, arpa, celesta, etc.). Está preparada para
afrontar el gran repertorio romántico y del siglo XX.
Sea cual sea el tipo de orquesta es necesaria una organización jerárquica de sus componentes de
manera que se consigan los mejores resultados artísticos posibles.
Dentro de los violines primeros se da el caso excepcional de que el principal recibe el nombre de
CONCERTINO y sus funciones exceden ampliamente a las del resto de los jefes de cuerda. El
AYUDA DE CONCERTINO, que se sienta a su lado, suple eventualmente las funciones del
concertino. Un caso diferenciado sería el del CONCERTINO-DIRECTOR, especialmente en
orquestas de cámara en las que es fácil sustituir al director de batuta con los gestos al tocar. Este
tipo de concertino toma todas las decisiones sin consultar a nadie y tiene siempre la última palabra.
Podemos decir que el concertino tradicional tiene que tener la máxima preparación y flexibilidad,
antes del primer ensayo, para adaptarse y asumir las decisiones del director (preparando incluso
diversas opciones para pasajes determinado), mientras que el concertino-director trabaja como un
intérprete que sabe de antemano lo que quiere y solo tiene que mostrarlo al resto de la orquesta.
Aparte de las funciones puramente técnicas de la hablaremos con más detenimiento posteriormente,
el concertino es mucho mas que un jefe de sección. Observando las denominaciones que recibe en
otras lenguas, nos podemos ir haciendo una idea de algunos de sus cometidos. En inglés se le
denomina leader (el que guía); en alemán recibe el nombre de Konzertmeister (maestro de
conciertos).
Efectivamente, es el músico mas importante dentro de una orquesta, es el nexo de unión entre el
director y el resto de la formación. Tiene un nivel técnico y musical superior al del resto de sus
colegas. Da referencias directas sobre el estilo y el carácter de la obra. Aporta soluciones a
problemas que surgen en ensayos y conciertos. Unifica el criterio de los otros jefes de cuerda. Tiene
autoridad sobre todo el grupo y, siempre que es necesario, la hace valer. Un buen concertino impone
su criterio (adecuado) con lo que la orquesta gana en disciplina y mejora su rendimiento. No se
concibe una gran orquesta sin un gran concertino.
En una orquesta mediocre, generalmente con escasa o nula disciplina, un buen concertino recién
llegado puede hacer auténticos milagros. Por contra, en una orquesta con buenos miembros y un
Funciones del concertino- G. Lauret. 2014 2
concertino inadecuado (falta de competencia, de interés, uso de decisiones caprichosas o absurdas,
haber otros violinistas mucho más preparados…), disminuye sensiblemente su nivel artístico.
Podemos dividir las funciones del concertino en dos tipos: protocolaria y técnica.
Los conciertos de música clásica se rigen por un ceremonial que rodea la interpretación. La salida
de los músicos al escenario, los aplausos del público, la afinación, la salida de director y solistas, el
silencio durante la ejecución, los aplausos finales, todo sigue un guión preestablecido.
El concertino, como maestro de concierto, como primero de los miembros de la orquesta y como
nexo con el director, juega un papel importante en el ritual protocolario del saludo. Aunque no todas
las orquestas lo hacen del mismo modo, voy a ofrecer un procedimiento que considero que es
bastante sencillo y efectivo.
En un concierto, sale al escenario toda la orquesta, y cuando ya esta sentada, aparece el concertino.
Saluda, afina al grupo y se sienta. En algunos países, sale al escenario cuando el ayuda de
concertino ya ha afinado a la orquesta. (En otros sale con el tutti orquestal. Hay orquestas cuyos
miembros están en el escenario cuando entra el público en las sala, sin orden, estudiando sus
papeles. Hablo de orquestas de primer nivel internacional). El procedimiento de afinación lo
veremos más adelante. A continuación se produce la salida del director, con la orquesta en pie, que
da la mano al concertino, como representante de la agrupación, invitando a todos a sentarse.
Acabada la obra, el director hace levantar a los solistas orquestales, si los hubiera, hace levantar al
concertino y, cuando se levanta el ayuda, se levanta el tutti. Tiene que haber una coordinación entre
concertino y ayuda. Si el concertino se levanta porque ha tenido un solo, el ayuda debe permanecer
sentado. Si no, se levantará para que el resto de la orquesta lo secunde.
Si se va a interpretar un concierto de piano, violín, etc. cuando sale el solista la orquesta debe
ponerse en pie. Si son obras sinfónicas y es e1 director el que sale entre ellas, no existe criterio
unificado sobre si la orquesta debe levantarse o no. Creo que es de mejor efecto levantar a la
orquesta, por respeto al director y al público, y también porque se evita la imagen de inmovilidad y
los comentarios de los músicos entre obras.
La orquesta debe permanecer en el escenario mientras duren los aplausos, salvo que el director o el
solista ordenen lo contrario, quedando genera1mente en pie al final del concierto. Suele ser el
director el que haga una coreografía de saludos y felicitaciones a los músicos, ayudando así a
prolongar el aplauso del público. La orquesta se levantará y sentará de forma automática siguiendo
Funciones del concertino- G. Lauret. 2014 3
a concertino y ayuda. De cualquier forma, cuando el concertino deja el escenario, al concluir los
aplausos del público, por sugerencia del director o incluso por propia iniciativa, toda la orquesta
debe retirarse.
He mencionado anteriormente que el saludo es un ritual establecido, con muy ligeras
modificaciones de unos países a otros, y es muy importante conocer las normas básicas ya que para
todos los artistas es necesario saber comportarse en el escenario cuando no se esta actuando. Suele
ser de mal efecto para el público ver a los músicos conversando, riéndose, mal sentados, con las
piernas cruzadas, etc. No es el prestigio del músico sino el de toda la orquesta el que se pone en tela
de juicio.
Como ejemplo de lo que simboliza el concertino en una orquesta de primer nivel, quiero relatar lo
ocurrido al concluir el histórico concierto de la Filarmónica de Nueva York en Pyongyang en
febrero de 2008. Este concierto tuvo unas connotaciones culturales y diplomáticas realmente
excepcionales que prefiero no narrar para no extenderme demasiado. Una de las propinas, la
obertura Candide de Berstein, se interpretó sin director, pero lo más interesante llegó al final: tras
abandonar la orquesta el escenario, y como el público permanecía en pie aplaudiendo sin cesar
durante varios minutos, el director Lorin Maazel tomó del brazo al concertino, Glenn Dicterow, y
salieron juntos al escenario a saludar. De esa manera la orquesta recibió, en la figura de su
concertino, el aplauso del público.
1º AFINACIÓN DE LA ORQUESTA
2° MARCAR ENTRADAS Y REFERENCIAS DE ESTILO
3° COLOCACION DE ARCOS Y DIGITADOS
1° Afinación de la orquesta.
Que la orquesta esté perfectamente afinada al comienzo de ensayos y conciertos es responsabilidad
directa del concertino. Hay que tener en cuenta que la calidad del trabajo depende en gran medida
de la calidad de la afinación previa. Tocar fuera de tono o con el instrumento desafinado, en el caso
de la cuerda, es muy perjudicial para la salud técnica y auditiva de los músicos. Los procedimientos
de afinación tienen como objetivo lograr en el mínimo tiempo posible la perfecta afinación del
conjunto. No es bueno pasarse de tiempo, porque la concentración disminuye, ni quedarse corto,
Es muy importante la referencia que se toma. Existen dos utensilios que permiten tomar una
referencia: el diapasón (actualmente más en desuso) y el afinador electrónico. Éste último es
imprescindible que lo tenga siempre el oboe solista de la orquesta. Hay que tener en cuenta que,
cuando se toque con instrumentos de teclado (piano, clavecín, etc.), estos deben estar ya afinados a
la altura usual de la orquesta. En todo caso, en un concierto con piano la referencia es el La del
piano, y si antes la orquesta toca otra obra de inicio, esa debe ser la referencia usada. Así se evitan
modificaciones innecesarias que ocupan tiempo delante del público. Actualmente los afinadores
electrónicos y las aplicaciones de móviles similares están totalmente extendidos a todos los niveles
y son muy eficaces. Permiten además la afinación a distintas frecuencias (La 440, 441, 442…).
Además se puede tomar el La del oboe o del piano para afinar fuera de escena.
En orquestas de jóvenes o infantiles, no esté de más afinar uno por uno o repartir e1 La antes de los
conciertos fuera del escenario, hasta que se tenga el conocimiento y la costumbre que permita
hacerlo de una forma profesional.
Los movimientos del concertino deben ayudar al resto de la orquesta; por ello sus gestos deben ser
claros concisos, al igual que los del director. No deben dar lugar a equívocos, falsas entradas, etc.
La diferencia fundamental es que no disponemos de batuta y que al mismo tiempo tenemos que
tocar nuestra parte, con la dificultad añadida de que el concertino esta situado a la misma altura que
el resto de los músicos.
a) Marcar entradas, especialmente las peligrosas. El gesto debe ser como el de la anacrusa
de un director haciendo una preparación en función del momento de la entrada.
d) Cambios de nota en trémolo. Suele ser habitual que se pierda el sentido exacto del ritmo.
Por ello es muy aconsejable que el concertino marque los cambios de nota, con un gesto en
los pasajes en piano, y parando el arco y con acentos cuando aparezca en fuerte.
Partimos siempre de la base de que la orquesta es capaz y tiene la experiencia de seguir las
indicaciones del concertino y del director. Los jefes de sección deben realizar funciones análogas.
La primacía del concertino se pone de manifiesto en casos realmente excepcionales, pero que a
veces ocurren, en los que el director plantea problemas a la orquesta. Este es especialmente grave en
conciertos de acompañamiento, cuando el director no sabe acompañar o se pone excesivamente
nervioso ante la situación. En otras ocasiones el director no tan solo no controla la orquesta sino que
ademas molesta con gestos ininteligibles. Felizmente es algo muy poco habitual, pero el concertino
debe estar preparado ante estas situaciones. Una orquesta experta con buen concertino y jefes de
cuerda suele saber solventar la situación, dando entradas precisas y con una excelente coordinación
entre los primeros atriles.
La cuestión del estilo requeriría mucho más espacio; hay que es tener un conocimiento amplio de la
historia de la música, de la evolución en la manera de tocar a lo largo de los siglos y un control
técnico del instrumento de gran nivel. Se hace con conocimiento y experiencia; nunca por capricho.
Los arcos son responsabilidad del concertino en todas las orquestas. No así la cuestión de digitados.
Es obvio que el concertino suele ser un buen violinista, pero no tiene porqué conocer las
particularidades de digitación de los otros instrumentos de cuerda.
La unidad de la obra musical hace necesario que los arcos de toda la cuerda respondan a un mismo
criterio, basado siempre en las directrices del intérprete de la obra, que es el director. A este respecto
existen directores que viajan con su material ya preparado con lo cual no es necesario ningún
trabajo por parte del concertino en este sentido, salvo algún cambio concreto que normalmente
pedirá el propio director. El problema se plantea cuando el concertino percibe una incomodidad
general en determinados pasajes. En estos casos debe utilizar la diplomacia para intentar convencer
al director de la necesidad de modificarlos. Si aún así no fuera posible, hay que recordar que el
responsable último de la interpretación es el director y dejar las cosas como están.
Generalmente, en obras del repertorio de la orquesta, los arcos suelen estar colocados ya en las
partituras de interpretaciones anteriores. De todas formas, no viene mal, con la suficiente
antelación, estudiar y analizar las partes para mantener o cambiar los arcos ya colocados, aunque en
la mayor parte de los casos puede que funcionen suficientemente bien.
Cuando se presentan los problemas es cuando se aborda una obra por primera vez. Es necesario
conocer la intención musical del director, pero no siempre es posible. El concertino debe disponer
de la partitura general para colocar los arcos. O bien el concertino coloca los arcos en solitario, o
bien lo hace en una reunión con los demás jefes de sección.
• La norma general es que la anacrusa va arco arriba y la parte fuerte del compás va arco abajo.
No es por capricho sino porque por naturaleza el ataque arco abajo es más robusto pero va
perdiendo fuerza, mientras que el arco arriba lo hace de forma más débil pero va produciendo
un crescendo natural conforme se acerca al talón. Los problemas vienen con los acentos en
partes débiles o cuando las ligaduras originales te obligan a ir al contrario que el resto de la
orquesta.
• Intentar respetar los arcos originales, generalmente usados por el compositor para definir el
fraseo deseado. Hay que intentar que el punto culminante de la frase llegue arco abajo.
Cuando los arcos son demasiado largos y es necesario partir, en ocasiones hay que elegir entre
b) Colocación de digitados.
No es habitual que directores o compositores se preocupen de estas cuestiones, que pueden afectar a
la sonoridad de la ejecución. En una orquesta profesional no suelen colocarse, a menos que se desee
resaltar o eludir determinadas sonoridades (cuerdas al aire, frases en una determinada cuerda, evitar
glisandos o forzarlos unificadamente para una sección o grupo).
Sin embargo si es habitual en el trabajo de orquestas de jóvenes o estudiantes, que necesitan
mejorar la unión de las secciones y cuyos miembros, en muchas ocasiones, no disponen todavía del
criterio y de la experiencia necesaria para seleccionarlos adecuadamente. Generalmente estas
orquestas disponen de un profesorado que previamente prepara las partituras para optimizar el
tiempo de estudio individual y de los ensayos parciales y generales.
Como las normas son las mismas que para la digitación de cualquier obra de repertorio, añadiré sólo
unos pocos consejos básicos:
• Un buen digitado tiene como misión facilitar los pasajes asegurando la limpieza de la ejecución
• Aprovechar los cambios de dirección del arco para los cambios de posición.
• Tener en cuenta que los cambios de cuerda dan como resultado cambios de color en el sonido.