Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Víctor García Hoz. Cuestiones de filosofía individual maestro está en el hecho de s»u presencia, de su ejemplo.
y social de la educación. Ediciones Rialp, Madrid. Supuesta una tal incorporación de la persona de Jesús a su
magisterio, se explica fácilmente el que el pueblo le considere un
(Cap. 5-9) Maestro singular, un Maestro superior a todos; todo el mundo se
asombraba de que Él no enseñaba como los fariseos, sino que enseñaba
como quien tiene autoridad .
5. EL EJEMPLO DEL MAESTRO En el orden empírico, el maestro ejerce su influencia ejemplar porque
se presenta como objeto de observación del discípulo; simplemente por
ponerse en contacto con él, por estar delante de él, por la presencia, el
Tradición pedagógica del ejemplo. maestro comienza a influir en el discípulo.
Y en cuanto es objeto de observación por parte del niño, actúa la
He aquí un tema al cual no faltan referencias a lo largo de todo el tendencia a la imitación, que, abarcando el orden sensible y el orden
camino del pensamiento pedagógico. racional, está probablemente en el fondo de toda actividad educativa. La
Cuando se estudia la figura del maestro, hay peligro de imitación en el discípulo se nos presenta como respuesta al ejemplo del
fragmentarla si sólo se consideran las cualidades o aptitudes necesarias maestro.
para la función educadora. De aquí la necesidad de tener siempre El ejemplo tiene una gloriosa tradición, como tiene también una
presente la unidad de la persona y la vida del maestro, porque el proyección en la sabiduría vulgar.
primer influjo que el maestro ejerce nace de la irradiación de su presen- Uno de los textos más antiguos de la Pedagogía, la Ciropedia, de
cia. Traduciendo a palabras vulgares el influjo de la presencia, Jenofonte, hace una referencia repetida al valor del ejemplo cuando
hablaríamos del ejemplo. refiere la educación que se daba a los jóvenes persas: «Enseñan a los
En el terreno filosófico se habla de causa ejemplar nomo «idea o muchachos la templanza, para el ejemplo y doctrina de la cual les
imagen de conformidad con la cual la causa eficiente da forma a la aprovecha mucho de ver, como cada día ven, a los viejos vivir tem-
materia», de suerte que el maestro ideal sería aquel que a sí mismo se pladamente. Asimismo, les enseñan a tener obediencia a los principios y
ofreciera como el modelo u el ideal que a su vez había de realizar el a la justicia y a sus mayores, y para esto les aprovecha mucho ver a los
educando. viejos obedecer con presteza a los gobernadores y magistrados que tienen
El maestro es visto por el discípulo como imagen intuitiva de cargos públicos. También les enseñan a ser templados en el comer y
perfección, porque la ejemplaridad es la primera condición de todo beber, y para esto les aprovecha mucho que ven a los viejos que no van a
magisterio; de suerte que cuando un hombre no realiza en sí la perfección comer antes que los envíen sus maestros o rectores». Estas palabras
humana, no puede ser llamado maestro en sentido absoluto. Esta es la ponen de relieve una educación fundamentada en un ejemplo continuo.
razón de que cuando la perfección se halla realizada en un solo hombre, La sabiduría popular también se hace cargo de esta influencia del
este sea el único maestro; tal es el caso de Cristo en el pensamiento ejemplo en la educación. Como un eco de las viejas sentencias de los
Proverbios, donde se lee que «quien anda con sabios, sabio será», y que
cristiano+.
«el amigo de los necios se asemejará a ellos» 5, hay en nuestra lengua un
Si volvemos los ojos al ejercicio magistral de Cristo, nos encontramos
refrán muy corriente, que afirma: «Dime con quién andas y te diré quién
con que, de una parte, ponía su vida como condición previa a su docencia:
eres», y aunque tal vez se pueda interpretar no en cuanto que uno se hace
«Empezó a hacer y a enseñar», y, de otra, mostraba lo que Él era como
igual que aquellos con quien anda, sino en cuanto que uno elige aquellos
razón de lo que habían de aprender: «Aprended de Mí, que soy manso y
que son iguales a él, de hecho se interpreta más corrientemente como el
influjo igualitario que ejercen las compañías; «no con quien naces, sino
con quien paces», es otro refrán, en el que taxativamente se afirma el actitudes que no quisiéramos imitar y, sin embargo, la espontaneidad
mayor influjo de la compañía que el de la generación. Por otra parte, nos lleva a ella!
¿quién no ha oído a un padre o a una madre justificar las faltas de sus Esta tendencia espontánea a imitar se funda en el placer. Ya Platón,
hijos cargando la culpa al influjo de los compañeros? en El Sofista, en el diálogo sostenido entré el Extranjero y Teetetes,
coinciden ambos en que la imitación es el juego que lleva aparejado
más arte y más placer *. Es decir, nos encontramos aquí con ese gran
La imitación. motor funcional de nuestra vida, el placer, que nos lleva a unirnos con
los objetos que nos le proporcionan. Cuando existe un placer en hacer
Vale la pena de reflexionar sobre la imitación, a fin de poder algo parecido o igual a lo que otros hacen, entonces tenemos el placer
hacernos cargo de las causas, aunque sean empíricas, de la acción en la imitación.
ejemplar. Ahora bien, no sólo se imita primariamente lo que produce placer:
La imitación no es ni más ni menos que la reproducción de lo visto hay algo más profundo, una razón más honda, que se manifiesta en la
u oído. Por consiguiente, influye en sí un fenómeno perceptivo, una vida del niño, y es que la imitación espontánea le lleva hacia lo que
percepción visual o auditiva, que, como si tuviera intrínsecamente cierta constituye su perfección, le empuja hacia su perfeccionamiento. De
fuerza dinámica, empuja al hombre a repetir lo percibido. aquí que en el niño haya una tendencia a imitar a los que son
Hay una espontánea tendencia a imitar; en este sentido pudiéramos superiores a él.
nosotros asemejarla a un instinto. Pero se da también la existencia de una En el Tratado de la enseñanza escribe Luis Vives que «son los
imitación voluntaria: imitar porque se quiere imitar. Entonces, ya esta pequeños propensos a imitarlo todo, principalmente quienes
operación imitativa no surge de la pura espontaneidad: hemos des- consideran dignos de ellos: padres, ayos y maestros». Tal vez pudiera
bordado el orden sensible para entrar en el racional; estamos, por pensarse que estas palabras están dichas en una atmósfera de ingenuidad.
consiguiente, no en el dominio de lo instintivo, sino en el dominio de lo ¡Qué más quisieran los padres y los maestros que los niños sólo les
voluntario. Yo diría que la imitación es una tendencia que, empezando imitaran a ellos, y no imitaran a otros que tal vez consideran indignos!
por estar incardinada en el orden sensible, alcanza también el orden ra- Pero, de hecho, el niño imita a aquello que considera, más o menos
cional. conscientemente, que está por encima de él. Imita a sus padres, imita a
A mi modo de ver, la imitación y la curiosidad son las tendencias sus maestros, imita, en general, a los mayores, como imita también a
con las que la espontaneidad ayuda más directa y más eficazmente a la aquel chico que le parece más valiente o más listo o más simpático. Y es
educación. La imitación se dirige principalmente a la vida afectiva y que en el fondo de la naturaleza infantil está la proyección hacia el
activa del hombre; la curiosidad se dirige más principalmente a la vida hombre desarrollado.
cognoscitiva; pero una y otra son motores que empujan Sin que digamos que el niño es un hombre en pequeño, hemos de
al hombre hacia la adquisición de hábitos perfectivos, es decir, ponen afirmar que no tiene razón de ser en sí mismo, sino que tiene su razón de
al hombre en el camino de perfeccionarse, de educarse. ser en un futuro; diríamos, la vida del niño es una vida proyectada hacia
adelante. Con razón dice Claparéde que «lo propio del niño es ser un
candidato» 8, un candidato de hombre. El niño quiere ser aviador o quiere
Tipos de imitación. ser militar, o quiere la niña ser lavandera, pero en el fondo de todos estos
quereres, de todas estas manifestaciones del deseo infantil, hay un deseo
En la imitación podemos distinguir dos tipos a los que ya he común: es el querer ser hombre. Todo el ser del niño está proyectado
aludido: En primer lugar, la imitación espontánea, algo que se da, hacia el hombre perfecto. De aquí que la imitación se dirija
reproducción de esto visto u oído, sin la voluntad y en ocasiones en principalmente a aquellos que están por encima de él; cuando hay un
contra de ella. ¡Cuántas veces imitamos sin darnos cuenta gestos o conocimiento, espontáneo o adquirido, de lo que es digno, entonces se
imita. Y, justamente, esta imitación espontánea, esta tendencia a imitar, persona, como en otro sentido nos determinaría a apartarnos. En este
aun cuando no se conozca la razón de la imitación, está más desarrollada caso, existe una adhesión sentimental, previa a la imitación.
en aquellos que poseen un mayor coeficiente de educabilidad; los niños, Ya Quintiliano, en las Instituciones oratorias, hace referencia al gusto
los débiles en sentido espiritual, los pueblos primitivos, tienen mucho con que imitamos a aquellas personas a quienes estimamos. Por otra parte,
más desarrollada la tendencia a la imitación que un hombre normal ya tiene un singular valor en la educación este fenómeno de la adhesión
adulto. Es una razón más que podemos tener para ver el profundo valor sentimental, porque, principalmente en la época juvenil, en la adoles-
educativo de la imitación. cencia, se da muy frecuentemente la adhesión sentimental del joven hacia
Cuando hay una conciencia más o menos clara de lo que es digno de otra persona.
imitar, entonces hay tendencia a imitar. Pero acontece que cuando esta A mi modo de ver, aquí se trasluce otra de aquellas cualidades
tendencia adquiere claridad, la imitación se transforma de imitación fundamentales que atribuimos racionalmente al magisterio: el amor.
espontánea en imitación voluntaria. Si al principio el niño imita Generalmente, en los sentimientos hay una cierta reciprocidad. Las
espontáneamente lo que está por encima de él, cuando es capaz de personas que nos son simpáticas nos reciben a su vez con simpatía, y
adquirir un conocimiento de la dignidad de las cosas y especialmente de aquellas personas a quienes tenemos antipatía nos retribuyen con la
la dignidad de los hombres, entonces se determina a imitar, como los misma moneda. Por eso decía muy sabiamente San Juan de la Cruz:
hombres nos determinamos también a imitar a aquellos que consideramos «Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.»
están por encima de nosotros; en ideas tendemos a imitar a los que
consideramos que saben más que nosotros, y en acciones tendemos a
imitar a aquellos que consideramos que son mejores que nosotros. He Un peligro del maestro.
aquí, pues, que la imitación desborda los límites de lo sensible para entrar
en el ámbito de la voluntariedad; entonces no está determinada por una Hay, sin embargo, algo que puede constituir un peligro para la acción
simple tendencia espontánea, sino que está determinada por una volición; magistral, justamente un fenómeno de imitación, y es el hecho de que de
no se imita sin más, sino que imitarnos porque queremos; hay un querer la imitación unilateral
previo a la imitación: quiero parecerme a éste o a aquél, quiero hacer lo
que éste o aquél haga. Mas para llegar a esta volición necesitamos un se puede pasar a la bilateral; es decir, que no sólo sea uno quien imite al
concepto previo de lo que es digno de imitación, y, al mismo tiempo, de otro, sino que, a su vez, el otro termine por imitar al uno.
lo que es posible imitar, porque, claro está, que si opera en nosotros el Tal vez la razón de este tránsito de la unilateralidad a la bilateralidad
conocimiento de la imposibilidad de hacer algo, entonces este la encontraremos en ese fenómeno sentimental de la correspondencia, del
conocimiento paraliza nuestra actividad. sentimiento entre dos personas. Este es el peligro en el magisterio, porque
El concepto previo de lo digno y de lo posible de imitar puede si se diera esta imitación bilateral, quiere decir que, al mismo tiempo que
referirse a una obra determinada, y entonces el ejemplo tiene el valor de el niño se iba elevando hacia el maestro, el maestro iría bajando hacia el
resolver de hecho los problemas de posibilidad. Pero no es éste el caso discípulo; se iría puerilizando, y entonces la igualdad a que tiende todo
del maestro; cuando el niño le imita no se reduce a una obra determinada, amor y todo contacto personal, no sería una igualdad hecha a fuerza de
sino que opera en él el concepto de dignidad referido a una persona. El marcha ascensional del discípulo, sino mitad y mitad, subiendo un poco el
niño imita a tal persona, imita a su maestro, imita a su padre, y hay en discípulo, bajando otro poco el maestro. No se trata aquí de que el
esta imitación algo que pudiéramos llamar adhesión sentimental previa. maestro deje de ponerse «a tono» con el discípulo para que éste pueda
Cuando creemos que una persona es superior en intelecto o superior entenderle; señalo el peligro de que el maestro se puerilice, se haga él
en moralidad, puede surgir en nosotros este color afectivo que viene a imperfecto, en lugar de perfeccionar al discípulo.
teñir nuestras ideas y determinarnos de alguna manera a ir hacia esa
A este peligro alude Vives en el Tratado de la enseñanza, al decir «No basta, a mi entender, la lectura: es muy decisivo complemento la
que, como vive entre niños, el maestro se halla expuesto a contagiarse de influencia directa, la influencia viva de los hombres superiores.
sus tonterías y puerilidades y a perder su gravedad y moderación . Seguramente hay también en el espíritu fuerzas ignoradas que no se
captan sino en la fuente misma, y que mueren en el embotellamiento del
libro»". A mi modo de ver, no sólo mueren estas fuerzas en el em-
Imitación de actitudes. botellamiento del libro, sino también en el embotellamiento de la palabra.
Se transpiran, por así decirlo, del puro modo de estar, de la pura manera
La imitación tiene interés peculiar en el orden afectivo y en el orden de tratar a los demás. Y esta personalidad escondida, que no se manifiesta
activo. Las funciones que generalmente se adquieren por la imitación son de una manera captable matemáticamente, se manifiesta a través de una
la adaptación motora y la utilización de las cosas; pero tal vez sea más irradiación que nosotros captamos ciertamente, pero que
interesantes desde el punto de vista pedagógico, la imitación en lo re- fundamentalmente capta el niño. ¡Y en cuántas ocasiones lo que
ferente a la vida afectiva, la comprensión de los sentimientos. De aquí quisiéramos tener oculto se nos revela en una postura!
que en el orden educativo tengan peculiar importancia en el maestro los
gestos y posturas, no considerados aisladamente, sino en cuanto que, en
conjunto, gestos y posturas vienen a constituir la expresión de eso que se
llama actitud respecto de la vida. Aceptando la existencia de actitudes 7. LA SENCILLEZ COMO EXPRESIÓN PEDAGÓGICA DE
generalizadas se pueden distinguir dos tipos fundamentales de actitud LA UNIDAD
frente a la vida que responden a la bipolaridad de los fenómenos
emotivos: la actitud positiva, vigorosa, de unión a las cosas y de entrega a
la actividad y la actitud negativa, cansada, de apartamiento de las cosas y La sencillez y el proceso educativo.
abandono de la actividad. En el simple estar y gesticular del hombre se
trasluce si éste se encara resueltamente con la vida o se encara con laxitud El problema del sentido de la educación se puede considerar resuelto
empezando por estar desinteresado o tal vez ya vencido de antemano. cuando la multiplicidad de fines inmediatos se armoniza y ordena a un fin
Como se traslucen igualmente los sentimientos de aversión e inclinación, superior. Entonces la variedad de actuaciones educativas se unifican en la
interesantes, sobre todo cuando esos sentimientos se refieren a los perspectiva de su último sentido. La educación, con todas sus múltiples
problemas fundamentales de la vida: el respeto a los demás, la libertad en manifestaciones, se reduce a unidad.
los demás, la religión, la justicia, la verdad; los sentimientos de desprecio Pero, a mi modo de ver, los conceptos filosóficos se convierten en
y de respeto, de confianza y de desconfianza. En resumen, tiene especial pedagógicos cuando por acercarse al hombre concreto adquieren un
interés, por el influjo que puede ejercer sobre el alumno, la actitud peculiar calor de humanidad y, salvando la distancia de la universalidad
externa del maestro en cuanto ella puede manifestar un sentimiento de de las ideas, adquieren el eco de lo próximo y familiar.
alegría que significa entrega, contacto gozoso y cordial con las cosas que De aquí el poder decir que la sencillez es la expresión pedagógica de
le rodean, o de disgusto, que vale tanto como desgana, apartamiento, la unidad. Porque la sencillez, en su raíz etimológica, nos lleva a la idea
insociabilidad. de unidad. Y yo diría que
Vale la pena tener presente que el influjo del ejemplo difícilmente es la misma unidad despojada de cualquier solemnidad o resonancia que
puede valuarse con rigor matemático; difícilmente puede decirse que el venga a complicar o a sobreañadir algo a la desnuda realidad de las
maestro influye por esto o por lo otro, por este gesto o por esta palabra. cosas. Unidad sin resonancia; he aquí el concepto escueto de la sencillez.
Enrique Larreta, en Tiempos iluminados, tiene un párrafo interesante, La vida humana, y, por tanto, el proceso educativo que está a su
en el que se refiere a esta posibilidad de captación que los hombres servicio, puede concebirse como un camino que, partiendo de la
tenemos y que probablemente es aún más aguda en los niños. sencillez, va a la sencillez. Esta es punto de partida y meta de llegada;
mas no digo por ello que el proceso educativo sea como una pescadilla de conocer todas las cosas de una vez, y no las conoce por partes, ni como
que se muerde la cola. La educación arranca de la sencillez de la vida por enigma, ni como en un espejo, sino en plena evidencia y cara a cara;
sensible, la primera que vive el hombre, y aspira llegar a la sencillez en ni entiende ahora una cosa y luego otra, sino que las conoce todas de una
que culmina la vida espiritual. vez y sin variedad alguna ni sucesión de tiempos. La posesión de la
La vida intelectual y moral del hombre supone una complicación si se ciencia trascendental de algún modo es como la resultante de la posesión
la compara con la vida puramente sensible. El análisis, propio de la vida del ser en toda su plenitud.
intelectual, la distinción entre lo concreto y lo universal, son, sin duda, «En Dios—dice Santo Tomás 3—, toda la plenitud del conocimiento
complicaciones respecto del conocimiento sensible. La distinción entre el intelectual se contiene en una sola cosa, que es la esencia divina por la
bien y el mal, la conciencia de lo bueno y de lo malo, la lucha interior que Dios conoce todas las cosas: plenitud inteligible, que, por cierto, se
entre nuestras tendencias al mal y nuestras aspiraciones al bien, son, halla en las criaturas inteligibles de un modo inferior y menos simple-
ciertamente, complicaciones respecto de la amoralidad del vivir sensible. mente. Así, las cosas que Dios conoce por una sola, los entendimientos
Mas la problematicidad de la vida intelectual y el dramatismo de la inferiores necesariamente las conocen por muchas; y por tantas más,
vida moral se resuelven cuando el hombre conquista de nuevo la cuanto mayor sea la inferioridad del entendimiento.» En los dos textos
sencillez, que en este caso es ya la sencillez del sabio, o, en términos aún citados se advierte con claridad que la suma sencillez del conocimiento es
más claros, la sencillez del santo. el ápice de la perfección del conocer, y si bien es inasequible en el estado
Algunos textos nos van a indicar en qué consiste tal sencillez, a la del hombre viador, tiene, no obstante, la capacidad atractiva del ideal,
que el hombre se encuentra avocado. porque podemos acercarnos progresivamente a él. No es que nuestro en-
tendimiento pueda transformarse esencialmente en otro distinto y superior,
La sencillez en la vida intelectual. sino que la perfección accidental que le viene de la posesión de verdades
concretas puede aumentarse con la aprehensión de verdades más
Para empezar por la vida intelectual, tomemos, en primer lugar, a generales, en las cuales con una sola idea se conocen muchas cosas, acer-
Balmes, quien, al plantearse en el libro I de la Filosofía fundamental el cándose así, en cierto modo, a la simplicidad del conocimiento divino.
problema de la ciencia trascendental, habla de su simplicidad: «En el El sabio no es aquel que conoce muchas cosas concretas, sino el que
orden intelectual universal hay una verdad de la cual dimana todo; es sabe relacionarlas remontándose a sus primeras razones y en ellas ponerse
decir, que esa unidad de origen de todas las verdades, no sólo se halla en en camino, para reconocer lo concreto.
las verdades realizadas, o en los seres considerados en sí mismos, sino Conviene, a pesar de todo, no sacar conclusiones prematuras que
también en el encadenamiento de ideas que representan a estos seres. Por lleven a un menosprecio del conocimiento concreto.
manera que si nuestro entendimiento pudiese elevarse al conocimiento de El mismo Santo Tomás se hace cargo de que en algún aspecto, el
todas las verdades, abrazándolas en su conjunto, en todas las relaciones conocer en general es conocer más perfectamente.
que las une, vería que, a pesar de la dispersión en que se nos ofrecen en
las direcciones más remotas y divergentes, en llegando a cierta altura, van Esta aporía del conocer general más perfecto y más imperfecto surge de
convergiendo a un centro, en el cual se enlazan, como las madejas de luz la propia limitación humana, que por un lado se halla en riesgo de no
en el punto luminoso que las despide» 1. conocer más que cosas y cosas deslavazadamente, y, por otro, en riesgo
Descendiendo luego al orden de la existencia humana de tal ciencia de poseer sólo la apariencia de ideas generales en la cual no hay
trascendental, «que las abraza y explica todas», reconoce Balmes que «es contenido ninguno. La perfección del conocer se logra cuando en él hay
una quimera para nuestro espíritu mientras habita sobre la tierra». Sólo un conocimiento especial de las cosas, distinguiéndolas perfectamente en
cuando el hombre haya traspasado las limitaciones terrenas tendrá a su todas sus propiedades, y, a su vez, estas cosas son conocidas bajo una
alcance el «cielo intelectual» de que habla San Agustín, donde el forma universal; de esta suerte se da la perfección del conocimiento es-
entendimiento se halla en estado de intuición, porque tiene el privilegio pecial, superior al general por parte de la cosa conocida, y se da también
la perfección del conocimiento general, superior al especial por parte del amor. Y así, en todas estas lámparas particularmente el alma ama
medio de conocer . inflamada de cada una y de todas ellas juntamente; porque todos estos
En esta clara distinción tomista de la perfección propia de cada tipo atributos son un ser; y así, todas estas lámparas son una lámpara, que,
de conocimiento está el comienzo de la solución al moderno y ya según sus virtudes y atributos, luce y arde como muchas lámparas. Por lo
reiterado problema de la especialización y la formación general, ambas cual, el alma, en un solo acto de la noticia de estas lámparas, ama por
mancas si no se completan la una con la otra; porque si a la cada una, y en eso ama por todas juntas, llevando en aquel acto calidad de
especialización sin formación general se la puede tildar de barbarie amor por cada una, y de cada una, y de todas juntas, y por todas juntas».
científica, a la formación general sin especialización se la puede llamar El camino de la perfección moral no está en ir multiplicando
necedad culta. deslavazadamente actos buenos, sino en simplificar la vida moral y
espiritual, en la cual, sin agolpar los actos del entendimiento o de la
voluntad, sin variedad ni sucesión de afectos, el alma se entrega del todo
La sencillez en la vida moral. a Dios para abrazarse con la divina voluntad. Todo el vivir del santo es
un sencillo acto de amor de Dios que abarca la vida entera y unifica
He dicho al comenzar que también la vida moral empieza por ser una todas las acciones.
complicación en la vida del hombre. La distinción entre el bien y el mal,
el encaramiento con la disparidad de tendencias, son complicaciones
humanas; pero tales complicaciones se salvarán de un modo absoluto La sencillez en la persona humana.
cuando al hombre se le desvele la esencia divina y su vida no sea otra
cosa que un sencillo acto de contemplación de Dios que lleva anejo la Al comenzar el presente estudio hablé de la sencillez del sabio y de
delectación o goce propio de la felicidad 6. la sencillez del santo; y ahora acabo de considerar la vida intelectual y la
Como acontece con la ciencia trascendental, la felicidad perfecta no vida moral, separadamente también, lo cual parece ir contra la sencillez
puede alcanzarse en esta vida, pero sí alguna participación de ella, en la que dice fundamentalmente unidad. Pero, tales consideraciones no sig-
medida en que el hombre se acerca a su unión con Dios. nifican rompimiento de la unidad de la vida humana, porque la vida
moral y la vida intelectual son, en definitiva, elementos de una misma
En mi Pedagogía de la lucha ascética resumo los caracteres de la vida cuya perfección se halla en un solo acto en el cual el
unión del hombre con Dios. Me interesa poner aquí de relieve que, si bien entendimiento contempla y la voluntad goza.
la unión inamisible del hombre con Dios se logra sólo en la vida futura, En el pensamiento moderno, que con tanta preocupación y con
en el estado del hombre comprehensor, el hombre caminante puede tanta oscuridad trata de Dios, encontramos, no obstante, una referencia
alcanzar en esta vida una peculiar unión con Dios, de la que hablan los clarísima a la sencillez de la existencia humana, con la afirmación de
místicos, y que si bien es fruto de la gracia divina, no se niega a quien se que la sencillez es el último valor de la persona y de que tal sencillez no
esfuerza por lograrla. Santa Teresa dice que «la verdadera unión se puede viene sino por vía de referencia a la suprema sencillez de lo uno, a la
muy bien alcanzar..., si nosotros nos esforzamos a procurarla» e. trascendencia. «La existencia humana—escribe Jaspers—es cuanto que
La sencillez de este acto de unión, en el cual se simplifica o resume la está afectada por la Trascendencia que la desborda, es decir, en la
posible multiplicidad de actos espirituales, se halla expuesta en un medida en que su interna complejidad constitutiva se encuentra sellada
hermosísimo texto de San Juan de la Cruz, que también es recogido en mi por una cierta limitación de la suprema sencillez de lo Uno.» «La
obra citada: «Y por cuanto en un solo acto de esta unión recibe el alma persona humana—escribe en otro lugar 12—es múltiple, esencialmente
las noticias de estos atributos (divinos), juntamente le es al alma el mismo compleja, y con ello difiere a su modo del mero ser empírico de las
Dios muchas lámparas, que distintamente le lucen en sabiduría y dan cosas no personales; pero su último y fundamental valor reside en la
calor, pues de cada una tiene distinta noticia, y de ella es inflamada de misma simplicidad, que la hace aparejarse de algún modo con la
absoluta falta de complejidad que es privativa de la unidad de la Tras- Igualmente puede surgir la diversidad si se consideran las actividades
cendencia.» humanas. Tanto desde el punto de vista subjetivo de las aptitudes del
Si ahora nos hacemos cargo de la indigencia del ser humano, hombre cuanto desde el punto de vista objetivo de las posibilidades de
consecuencia de su lejanía respecto de la simplicidad de Dios, actividad que la sociedad ofrece, el hombre puede hacer muchas cosas, y
habremos de reconocer la necesidad de examinar las distintas de hecho, muchos hombres se dedican a actividades dispares poniendo
manifestaciones de la sencillez para comprenderla mejor y los distintos una diversidad más en sí mismos, si no se sienten llamados a tal o cual
caminos por donde, paso a paso, podemos ir acercándonos a su actividad. Cuando alguien se dedica a lo que no se siente llamado surge
morada. una duplicidad entre sus inclinaciones y la actividad que desarrolla.
Frente a tal duplicidad, la sencillez reside en la vocación. La vocación, a
fin de cuentas, no es más que hacer sencillamente aquello para lo que uno
Manifestaciones de la sencillez: Sencillez frente a variedad. se siente llamado; y esta conciencia de hacer lo que uno tiene que hacer
da unidad a todas las acciones, por muy diversas que materialmente sean,
Entenderemos mejor la cuasi definición de la sencillez que al como un mismo camino unifica todos los pasos del caminante.
principio di, si examinamos sus manifestaciones en cuanto se opone a
la variedad y a la resonancia. Tal vez podamos comprender mejor los tipos de variedad que acabo de
Contemplando las posibles complicaciones de la vida humana, mencionar, si los consideramos como manifestaciones externas de la propia
tendremos, por contraposición, distintas manifestaciones de la sencillez. complicación interior que, en orden al conocimiento de sí mismo,
La primera complicación que en la vida aparece es la que surge de produce oscuridad haciendo difícil el entenderse a sí propio, y en orden a
la complejidad de circunstancias que imprimen un carácter cambiante al la actividad externa es retorcimiento, sinuosidad, actuación innoble.
acontecer o a los aconteceres en que se ve envuelto el hombre. Frente a Frente a la complicación interna constituida por la disociación de
la variedad do acontecimientos, las reacciones del hombre pueden tendencias y operaciones, la sencillez está expresada por la nobleza en el
revestir una de dos características: la de la variedad cuando *e deja ser del hombre y por la claridad y transparencia en la posibilidad de ser
llevar por la diversidad de los acontecimientos, o la de la unidad que conocido por sí o por otros.
surge de la constancia del ánimo para dominar los sucesos. La sencillez Siendo la nobleza primitivamente un valor humano, se ha trasvasado
se llama aquí serenidad. Al final de su libro sobre la constancia del a los elementos materiales que se utilizan en la construcción, y tal vez de
sabio, Séneca diré ser de gran interés para el linaje humano el «que esta materia o de estos materiales nos pueda venir ahora alguna luz para
haya alguien que sea invencible, que haya alguien en quien nada pueda entender la nobleza del hombre. En las artes plásticas se llaman materia-
la fortuna» 13. les nobles a aquellos que se ofrecen al hombre ya dispuestos para su
Hay también una diversidad que puede surgir de la inadecuación de utilización artística: la madera, el mármol, el granito, el hierro;
la persona y sus manifestaciones exteriores. Palabra tan expresiva como independientemente de su interna composición química y de la posible
doblez, hace mención clara de la duplicidad entre el ser y sus variedad de su aspecto, el granito o la madera se ofrecen como una cosa
manifestaciones. La hipocresía también habla en su raíz griega de un enteriza que se puede manejar, y de esa unidad le viene la nobleza que ha
de comunicar al edificio o a la estatua. Los materiales innobles, por el
hombre y una máscara. Lo que en lenguaje corriente se llama teatralidad,
contrario, son aquellos que previamente han de componerse porque en su
histrionismo, no es, a fin de cuentas, más que hipocresía, aunque en el
prístino ser están dispersos. Los ladrillos, el cemento, la escayola, no son
concepto actual se conciba como una simulación situada entre la
materiales nobles, porque arrastran consigo esa disgregación de origen y a
inmoralidad y el ridículo.
ella están abocados. Análogamente, la nobleza del hombre le viene de su
Frente a este tipo de complicación, la sencillez se manifiesta en la unidad, le viene de ser, no suma de elementos dispares, sino entidad
sinceridad, que vale tanto como veracidad, congruencia o simplicidad de cuyos elementos se realizan y explican por un sentido único.
línea entre el interior del hombre y sus manifestaciones exteriores.
De la nobleza del ser viene la nobleza del proceder, en la cual se halla parte de esa unidad, no en separarse de ella, porque entonces nos
una especial transparencia y claridad que permite a un hombre conocerse encontraríamos con una duplicidad: por un lado, el hombre que
bien a sí mismo y ser bien conocido por los demás. Parece como si la ceñudamente se aparta, y, por otro lado, los demás. He aquí por qué el
nobleza en la actividad fuera asimilada por el hombre de la calle a la hombre es sencillo en ocasiones, precisamente por unirse a los demás.
línea recta que une dos puntos; en este caso el ser y el acto, por la Refiriéndonos ahora al dramatismo interior, valdrá la pena decir, en
distancia más corta, con la mayor inmediatez posible. Frente a la primer término, que quizá nunca el hombre se ha mostrado tan hábil
sinuosidad de la línea curva, a las esquinas y rincones de la línea como ahora en el arte de echar a perder su existencia fabricándose
quebrada, el hombre de la calle atribuye la línea recta, la rectitud, al que conflictos, por lo que nunca la sencillez ha sido tan necesaria como en los
considera noble en el ser y en el obrar. El hombre noble es adjetivado de tiempos actuales.
recto, franco, claro, transparente, leal, amigo de amigos, enemigo de La dureza de la vida y la inseguridad social y política, por un lado, y
enemigos; se adivina una soldadura interior que hace de él, utilizando el predominio del angustioso pensamiento existencialista, por otro, hacen
una frase hecha y tomada también de las artes plásticas, un hombre de que, tanto el hombre vulgar cuanto el hombre culto, se encuentren sin base
una pieza; si a esta expresión se le quita el inevitable eco de dureza, nos suficientemente segura para sus vidas, y en lugar de encontrar a su al-
quedamos escuetamente con la idea del hombre sencillo. rededor algo donde agarrarse, su mirada se hunde en la oscuridad de un
problema sin solución o en la opacidad de un porvenir incierto. El
hombre se siente, así, separado del goce de una solución, intelectual o
Sencillez frente a resonancia. vital, al problema de su existencia.
Inquietarse, y, más aún, desesperarse, es tanto como contradecirse,
Si ahora examinamos la sencillez en cuanto opuesta a la resonancia, desgarrarse, porque es negar la realización de un anhelo, ansiar algo y
frente a una amplificación insustancial de la realidad, nos encontramos con verlo inasequible. En un magnífico libro, Josef Pieper alude a la palabra
una doble manifestación de la sencillez, porque son dos los tipos de alemana «verzweiflung», que significa desesperación y tiene la raíz
resonancia con que nos podemos enfrentar. Está la resonancia externa de «zwei», que significa dos, por donde vendría a decirse que quien se
la que pudiéramos llamar manifestación ampulosa de la vida, y está la desespera se divide en dos, se parte por el eje, diría el expresivo lenguaje
resonancia interna de un artificial dramatismo interior. popular.
La ampulosidad de la vida, que al lenguaje le convierte en retórica, en
el sentido peyorativo de la palabra, y en la conducta se manifiesta en una
actitud inadecuada a las circunstancias, tiene como contrapartida la La sencillez como esperanza.
sencillez de una conducta natural y humilde. Naturalidad y humildad son
otras tantas manifestaciones de la sencillez; aquélla, porque dice modo de Frente a la desgarradura de la desesperación o a la complejidad de la
portarse con arreglo a la naturaleza de las cosas o de las circunstancias, inquietud, levántase como solución la sencillez, revestida de esperanza.
sin hacer tragedia de lo que La esperanza no es otra cosa que realización positiva de una operación
es comedia, sin dar gravedad a lo que de suyo no tiene peso; la humildad, fundamental del alma: la expectación. Cuando el alma mira a un bien
porque su más excelsa forma consiste en que el hombre se sitúe donde futuro y sabe que ha de unirse con él, entonces espera. La esperanza
tiene que estar sin que relieves indebidos le singularicen. puede llamarse sencillez, porque une la situación presente con la futura.
Parece que la humildad, en cuanto impide al hombre singularizarse, Si desesperación e inquietud son actitudes que nacen de un saber que
se opone radicalmente a la sencillez, porque ésta dice esencialmente hay algo que no podremos alcanzar o que dudamos de alcanzarlo, la
unidad; ¿cómo, pues, se va a ser sencillo, si no se es uno, si la persona se esperanza tiene igualmente su fundamento en un saber que existe un bien
«disuelve» en el grupo, en el montón? Cuando las circunstancias piden futuro y que ciertamente ha de ser alcanzado. Con esta afirmación se em-
una unidad más amplia que la del hombre solo, la sencillez está en formar pieza a vislumbrar el fundamento trascendental de una esperanza
perfecta, porque tal seguridad de alcanzar el bien 110 puede apoyarse los Salmos, según la cual, «esperan en el Señor los que le temen». En
sino en algo que esté por encima del acontecer humano. definitiva, la esperanza, asentándose en el temor, tan humano, quita todo
De intento eludí mencionar el temor cuando hablé de las actitudes dramatismo artificial a la indigencia del hombre, porque le enlaza con el
consecuentes a la falta de solución del problema de la existencia; ahora bien que conoce, y cree firmemente poder alcanzar.
conviene hablar del temor, porque, contra el pensamiento corriente, no es
un elemento necesariamente negativo en la vida humana, sino una actitud
lógica del que tiene conciencia clara de su propia indigencia. El último La sencillez como medio de educación.
capítulo del mencionado libro de Pieper tiene un sugestivo título: «El
temor como regalo»; a él remito a quien quiera tener una noción clara de No es mi intención entrar ahora en un estudio menudo de Pedagogía.
lo que el temor significa como elemento positivo de la vida humana. Mas no quiero terminar este trabajo sin una alusión a la característica
Aquí bástenos saber que el temor no es necesariamente atributo de los propia de todo fin educativo: la de ser al mismo tiempo medio; de suerte
débiles, sino actitud razonable en el hombre fuerte, porque «a la fortaleza que si la sencillez se nos ha mostrado con valor de finalidad educativa,
pertenece el temor moderado, según la razón; esto es, que el hombre tema habrá de ser, por lo mismo, un medio de educación.
lo que es conveniente y cuando conviene»; y ¿no es razonable que el Como medio de educación, la sencillez no exige un programa propio,
hombre tema ante la posibilidad de que su vida sea un fracaso radical? El como si de una materia de enseñanza o trabajo se tratase, sino que más
no temer ante el posible desvío en el camino de nuestra felicidad es signo bien pide un modo especial de obrar y de hablar.
de necedad, o, como ya decía el viejo Aristóteles, «la ausencia completa En cuanto a la ejemplaridad del maestro, primera condición de todo
de todo temor... será, si se quiere llamar así, la demencia». magisterio, la sencillez se presenta como un equilibrio entre la
Sobre todos los peligros y amenazas de la existencia humana, en lo superioridad radical implicada en el hecho de ser maestro, y la igualación
más íntimo de nosotros hay un horror a la posibilidad de ser separados, con el alumno, necesaria en toda enseñanza. La sencillez está sobre la
por nuestra culpa, del último fundamento de todo ser. lejanía del que dogmatiza desde una plataforma y sobre la puerilidad del
Si el temor es una reacción natural del ser humano, parece que el relamido aniñamiento de quien solamente aspira a ser uno más entre sus
hombre está necesariamente abocado a la desgajadura que todo temor lleva discípulos.
en sí, porque ni la impasibilidad estoica, por partir de una falsa idea del En el lenguaje, la sencillez es purga de toda retórica superflua que se
hombre y de la realidad, ni ningún heroísmo pueden vencer tal temor halla tanto en la ampulosidad de frases y palabras con escaso contenido
radical, ya que va esencialmente unido a nuestro modo de existencia de cuanto en la cursilería de un endomingado hablar de cosas cotidianas.
«hombres en camino». En el contenido de la enseñanza, la sencillez pide, más que enseñanza
La brecha del temor puede ser soldada por la esperanza, y únicamente de cosas, enseñanza de relaciones. Se unificarán los conocimientos,
por ella. El dramatismo, suave o áspero, que todo temor lleva en sí y que caminarán hacia la sencillez, cuando sobre la enseñanza de las distintas
nace de nuestra propia inconsistencia, desaparece cuándo, en virtud de la materias se ponga la enseñanza de las relaciones entre ellas, cuando se
esperanza, buscamos apoyo en el ser por esencia. Nuestra vida se hace muestren al escolar las relaciones de las enseñanzas con la realidad y
entonces sencilla, porque toda vacilación, toda inseguridad y todo cuando se le abran los ojos para ver lo sobrenatural en relación con lo
dramatismo se alumbra con el conocimiento de nuestra indigencia, y natural.
desaparece con nuestro apoyo en lo absolutamente inmutable y uno. Por último, en lo que la educación tiene de mirada a lo interior y de
Temor y esperanza son correlatos 19; si no existiera el temor no podría conducción de esa vida íntima, la sencillez es luz blanca que alumbra
haber esperanza, porque el hombre estaría en la necia actitud de la mejor, aunque a veces moleste, y pide que el maestro hable con sus
presunción, que reposa en la imperfección como si fuera perfección ya discípulos para ayudarles a conocerse y a ordenarse, a unificarse en el
lograda. El temor hace posible la que pudiera llamarse trémula seguridad conocimiento de la posibilidad de malograr su vida y en la esperanza de
de la esperanza, alumbrando así la razón de aquella sentencia revelada en ganarla definitivamente.
cuales, en alguna medida, pedimos reciprocidad, con lo cual nos sentimos
8. FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN unidos a ellos. Amor y conocimiento buscan en los demás el
complemento de la indigencia individual.
Bien individual y bien común. De donde resulta que el fin de la educación es el bien propio del
individuo; pero tal bien se da en la comunicación. De suerte que la
Aceptando el concepto de que la educación es perfeccionamiento educación, para procurar la perfección del educando, ha de hacer que éste
intencional de las facultades específicamente humanas, se dice salga de sí mismo. De aquí el haber podido escribir que «la mejor manera
de alcanzar su bien los individuos... no es aislarse celosamente en su
implícitamente que la educación es un fenómeno, acción o pasión,
pequeña esfera de acción, sino el buscar dentro de una sociedad superior
individual.
la realización de un bien común que, en definitiva, constituye la mejor
El proceso educativo es algo individual, tanto en su desarrollo salvaguardia de los bienes particulares». El bien común, por tanto, no es
cuanto en su finalidad. De una parte, la educación se efectúa en el opuesto, sino exigido por el bien individual.
interior del hombre, puesto que son sus facultades espirituales las que Mas, a su vez, el bien común se apoya en el bien particular, ya que «la
operan y reciben el efecto de tal operación; de otra, la finalidad de la ciudad no es dichosa por una cosa y el hombre por otra, pues la ciudad no
educación es igualmente la perfección de la persona humana, el logro de es otra cosa que muchos hombres unidos en sociedad para defender
su bien propio, de su felicidad. Si, pues, la educación es una realidad mutuamente sus derechos», de donde se sigue que si el bien común es
personal, con un fin personal también, ya que busca el bien del exigido por el bien particular, éste, a su vez, es fundamento de aquél. Si
individuo humano, ¿qué relación puede tener la educación con el bien para la educación es necesaria la comunidad, puesto que busca el bien
común? individual, para la comunidad, que tiene su fin en el bien común, es a su
A poco que reflexionemos sobre la realidad educativa nos vez, necesaria la educación. Aquí está la razón de que en el pensamiento
encontraremos con que la educación necesita rebasar los límites social y, más concretamente, en el político, esté siempre, implícita al
individuales para poder existir. menos, la preocupación por la educación. «Precisa que la política, escribía
En el orden de la eficiencia, la relación educador-educando implica ya Platón 3, para ser ciencia útil a los hombres y hacerles felices, les haga
la existencia de algo fuera del que ¿e educa, el educador, que, sabios y les instruya.» Y Aristóteles, concretando más, piensa que «una
participando de la causalidad eficiente, coadyuva a poner las facultades de las obligaciones, y tal vez la más importante que debe animar a todos
del educando en acción, y ordenando esta misma actividad y removiendo los que tratan de fundar una república, es la que se refiere a la educación
los obstáculos que se oponen al normal desenvolvimiento de la persona y cuidado de los niños. Por esto es muy conveniente que los legisladores
humana, hace eficaz el proceso educativo. Si se añade la causa se preocupen del desarrollo corporal e intelectual de los que han de
instrumental de la educación, constituida principalmente por la cultura, se constituir la ciudad futura» . Desde la educación del orador en
alude con ello a una producción espiritual fuera igualmente del individuo. Quintiliano, pasando por la educación de príncipes medieval y
La alusión a la cultura como instrumento de educación puede renacentista, y por la educación popular de los últimos siglos, ha llegado
emparejarse con la existencia de otros seres que son objeto de nuestro la preocupación política por la educación hasta nuestros días, en los que
amor. Una y otros se presentan exigiendo al hombre la salida de si todo movimiento político, de cualquier signo que sea, mira a las
mismo, para hacer fecundas las potencias humanas. Las operaciones del instituciones educativas como un campo que ha de cuidar con particular
entendimiento y de la voluntad, el conocimiento y el amor, no puede esmero .
encerrarse en los límites del propio individuo; siendo operaciones De estas dos relaciones de direcciones opuestas (la educación
internas, exigen, sin embargo, la referencia a un objeto. Y éste, en necesita de la comunidad y la comunidad necesita de la educación)
especial por lo que al amor del hombre existente se refiere, es otro u otros cuelga la situación de la educación, subordinada y subordinante,
seres espirituales a los cuales nos entregamos en alguna medida y a los respecto del bien común.
Bienes espirituales y bienes materiales. la posesión o la utilización por parte de otro, en la medida en que el
primero posee o utiliza dicho bien. Los bienes espirituales, al contrario,
Parece claro que el bien común y el bien individual están situados están fuera de la limitación cuantitativa, por lo que su posesión o
en la misma línea de las apetencias humanas, ya que uno y otro se empleo por parte de un hombre no impide la posesión o utilización por
necesitan mutuamente; pero con harta frecuencia nos encontramos parte de otro; parece poder decirse que los bienes espirituales son
individuos que, acopiando bienes en provecho propio, causan un daño inagotables.
real al bien común. Tales hechos parecen contradecir la doctrina de que el De aquí resulta que si el bien común fuera de naturaleza espiritual,
bien común y el bien individual se hallan en una misma línea, de suyo no provocaría necesariamente conflictos. Estos surgirán
correspondiendo la fuerza del uno con el vigor del otro. únicamente de lo que el bien común tiene de material.
Mas con una somera reflexión, podemos ver que el conflicto entre
el bien común y el individual no sería grave si otros bienes individuales
no se sintieran lesionados. En realidad el drama humano se plantea, no Posesión material y posesión espiritual.
por la oposición, que no existe entre el bien común y el bien individual, Si miramos al modo de posesión, también encontramos una doble
sino por la colisión de las personas individuales en cuanto se posibilidad. Poseemos aquello que libremente podemos usar o disfrutar,
consideran partícipes del bien común. uti vel fruí, según queremos; en el uso o disfrute podemos poner en
No hay dificultad alguna en aceptar que, a mayor abundancia, a mayor actividad nuestras potencias sensibles, como cuando cogemos un alimento
preñez en el bien común, más posibilidades hay de que los individuos con la mano y comemos, o nuestras potencias espirituales, como cuando
participen de él en beneficio propio. Mas si de algún modo la aprendemos y nos gozamos en el conocimiento adquirido. De donde se
participación del individuo va mermando el bien común, nos encontramos infiere que hay un modo de posesión sensible o material y un modo de
abocados a una situación de disconformidad entre el bien individual y el posesión espiritual.
común. Tal situación puede adquirir particular gravedad y dramatismo, Independientemente del objeto poseído, también el modo material de
porque la merma del bien común impide a otro individuo el logro de
posesión agota el bien, mientras el modo espiritual le deja intacto. Si un
algún bien que esperaba; la comunidad entre este individuo y el
hombre se come un trozo de carne impide que otro se lo coma; pero si un
anterior se rompe para dar lugar a una primeriza actitud de recelo que
hombre practica la abstinencia respecto de un pedazo de carne, no impide
puede desembocar en una posterior situación de franca hostilidad.
que otros muchos hombres practiquen tal virtud.
El peligro de colisión entre los individuos desaparecería si la
En el ejemplo que acabo de mencionar se ha visto un bien espiritual,
participación en el bien común se pudiese hacer real, sin que de ella se
la virtud de la abstinencia, referida a un objeto material, la carne; es que
siguiera necesariamente una disminución de éste, es decir, si la
el modo espiritual de posesión no está necesariamente desligado de toda
comunicabilidad del bien común estuviera aparejada con su integridad.
referencia a lo material, sino que es capaz de producir un bien espiritual,
A la permanencia del bien común, no obstante la participación de
arrancándolo en cierto modo de un objeto sensible. En la vida humana
los individuos, sólo se puede llegar por dos vías: o por la naturaleza
hay una abundancia de bienes espirituales montados en las cosas
propia del bien, que de suyo sea inagotable, o porque el hombre use
materiales; hasta pudiera decirse que lo propio del hombre, lo
del bien de tal modo que respete su integridad.
específicamente humano, consiste en poseer y utilizar espiritualmente
Examinado el contenido del bien común *, dentro de él se incluso los bienes materiales.
encuentran los que pudiéramos llamar bienes espirituales naturales y El animal está hecho para poseer materialmente las cosas materiales,
bienes materiales.
y al poseerlas así las agota. En lo que el hombre tiene de animal, posee
Los seres materiales están signados por la transitoriedad y por la del mismo modo las mismas cosas; mas, por ser hombre, puede
limitación cuantitativa, de suerte que, corrientemente hablando, poseerlas al modo humano, espiritualmente. Un asno posee y usa un
cuando un bien material es alcanzado por un individuo, hace imposible sembrado cuando se mete en él y le destroza pastando; un hombre
posee materialmente el mismo campo cuando tiene potestad para sacar de olvidando cuidarse de que el escolar goce en su trabajo o en sus
él una utilidad material; ambos modos de posesión son uno mismo en adquisiciones; con lo cual la educación no proporciona el bien individual
esencia: posesión de un bien material, cuyo uso hace inasequible el completo, porque falta el gozo en los bienes espirituales, ni contribuye al
mismo uso a los demás. Pero un campo no es sólo un prado para que el bien común, porque el descontento es antisocial, ya que hace apartar los
ganado paste ni una fuente de producción de riqueza material: es ojos de lo que poseemos y volverlos hacia los bienes que otros poseen. Si
también un objeto entregado a la contemplación de los hombres ; el el impulso de la alegría, que en todo hombre existe, no es satisfecho con
caminante que dando reposo a sus piernas deja vagar sus ojos por el un contenido espiritual, la vida se orienta hacia las satisfacciones del
campo y goza en la belleza de un paisaje, hosco o suave, verde o mundo material, con lo que el hombre baja al terreno de los conflictos.
tostado, ¿no posee de algún modo el campo que tiene frente a su vista?
¿No usa del campo como objeto de contemplación y se goza en ésta?
En última instancia, los hombres poseemos las cosas cuando las Educación y producción de bienes
conocemos, cuando su verdad ha sido aprehendida por nuestro materiales.
entendimiento.
De estas someras reflexiones se infiere con claridad que ni los bienes Si los hombres fuéramos capaces de prescindir totalmente de los
espirituales ni la posesión espiritual de los bienes materiales pueden bienes materiales, o al menos del uso material, estaría resuelto el
ser fuente de conflictos. Únicamente puede haber colisión cuando los problema con que la educación realizara eficazmente la tarea que acabo
hombres aspiran a poseer materialmente las cosas materiales. de señalar. Pero como la naturaleza humana exige vivir también de lo
sensible, y aun usar materialmente de esta clase de bienes, hemos de
La educación en función de los bienes preguntarnos por lo que la educación pueda o deba hacer respecto del
espirituales. bien común en lo que éste tiene de suficiente abundancia de bienes
»
materiales.
Ahora podemos ya vislumbrar la contestación a la pregunta acerca La respuesta no parece difícil. En la medida en que los bienes
de la posibilidad que la educación tiene de evitar los conflictos entre materiales pueden ser producto de la actividad humana, la educación
las aspiraciones individuales, lo cual viene a ser una aportación positiva habrá de perfeccionar en el hombre la capacidad de producir bienes
al bien común en lo que éste tiene de tranquilidad o sosiego. materiales.
Si los conflictos vienen por el camino de los bienes materiales, la Así como la primera de las tareas asignadas a la educación tiene una
primera tarea que la educación tiene delante es la de fomentar la larga y venerable historia, este aspecto que pudiéramos llamar práctico-
capacidad de producción y goce de bienes espirituales. sensible ha sido frecuentemente olvidado en las prácticas escolares; mas
En realidad, todo el pensamiento pedagógico está imbuido por esta nunca han faltado, a partir del cristianismo, claras apelaciones para que la
preocupación, toda la historia educativa se apoya en la idea de que la educación no sólo se preocupe del cultivo desinteresado de las facultades
educación es operación espiritual ; las especies de educación que humanas, sino que también mire al trabajo a que el escolar deberá
tradicionalmente vienen considerándose, moral, intelectual, estética, dedicarse en el futuro. «Cada dos meses o tres—escribió nuestro Vives—
hacen referencia a la adquisición y producción de bienes espirituales; se reunirán los maestros para juzgar las aptitudes de sus alumnos,
incluso la llamada educación física tiene un sentido superior en cuanto resolviendo con paternal cariño y juicio severo a dónde deben dirigir a
orientada a que el cuerpo, en lugar de perjudicar, favorezca las cada cual en vista de su aptitud preferente. No puede comprenderse la
actividades superiores del hombre. Pero en muchas ocasiones la inmensa importancia de aquel juicio para toda la humanidad; dejará de
educación se queda a medio camino, porque, preocupados los educadores existir aquel trabajo ingrato realizado de mala manera por gentes que lo
por el contenido objetivo de la educación, y especialmente de la hacen con repugnancia y a la fuerza, según el discreto consejo de Horacio
enseñanza, no se han preocupado por la reacción subjetiva del educando, de «no decir ni hacer cosa alguna contra la voluntad de Minerva». En
cambio, el que ha nacido para su obra todo lo halla bien y de gran faci- incita a la renuncia de actividades, cuando lo que había de hacerse era
lidad, en nada encuentra aversión para el trabajo» *. incitarle a la renuncia de cosas, brindándole tal renuncia como una
La cita que de Vives acabo de transcribir hace referencia explícita a hermosa conquista de sí mismo.
una de las cuestiones que más preocupan en la Pedagogía actual, y que, Difícil es hablar de un programa de «capacitación> para la renuncia;
a fin de cuentas, viene a concretar la ayuda que la educación debe pero la lucha con el desenfreno del instinto de alimentación y la lucha
prestar al incremento del bien común material: la orientación y la contra el desorden sexual son capítulos bien claros de la educación para
formación profesional. Al buscar la conveniencia mutua del hombre y la renuncia y pueden ser presentados como hitos victoriosos en el camino
el trabajo, la educación presta un inestimable servicio al bien común, de la vida. «Quien ha podido apreciar la penetración de las teorías de la
tanto porque la adecuación de aptitudes hace más eficaz el trabajo abstinencia en los centros escolares, habrá podido observar asimismo con
qué ardor se concibe la continencia cuando no se presenta como una pro-
proporcionando un mayor rendimiento, cuanto porque de la perfección
hibición, sino como la invitación a un desarrollo de energía por parte del
y facilidad de la obra surge de un modo espontáneo la alegría en el
alumno... Podemos «resistir» algo; no somos ya «débiles».
trabajo que a su vez reobra en el rendimiento.
No ha de olvidarse otro combate más sutil que los anteriores, en cuyo
Otra vez nos ha salido al paso la alegría, aunque a ojos fondo se halla igualmente la capacidad o incapacidad para renunciar: el
superficiales parezca un tema frívolo; mas en los problemas de combate contra la envidia, sentimiento que en forma de celos puede
evocación no es posible soslayarle. Quizá en el disgusto, en la aparecer en los primeros años de la vida y que en muchas ocasiones se
disminución progresiva de ilusiones y, en última instancia, de garbo prolonga a lo largo de toda una existencia. La lucha contra la envidia es
para llevar la vida, sea un factor decisivo la alegría en el trabajo. Bien más difícil porque su extirpación total lleva aneja la renuncia más
se puede decir, sin pecar de dramatismo, que da un poco de frío mirar costosa: la de sí mismo. Y tal vez pudiera decirse que no hay solución
el descenso rápido del porcentaje de los que están contentos de su radical a este problema ni en el campo de la razón ni en el campo de los
profesión. hechos si no se acude al orden sobrenatural.
Síntesis.