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A MANERA DE PRóLOGO

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CALFU -Comité Perrnanente de .Lucha Contra el Fuego: .d e
la República Argentina-, primera institución · en su ·género ·.q ue
dio nuestro país, pone en manos de sus camaradas de instituciones
oficiales> de sus camaradas de cuerpos de b9mberos voluntarios~
de dirigentes de empresas, ·de técnicos en seguridad y "bomberos
de fábrica" en1·olados en empresas oficiales y empresas· r.:·~:,adas
y de iüdo aquel curioso que quiera incursionar en nuestra pro-
fesión, este manual -MANÚAL DE CALFU- con la esperanza que
les resulte útil.
Es ésta la segunda obra de este tipo que se edita en la Repú-
blica. La primera fue la muy querida "Apuntes Profesionales", de-
bida a n1testra madre maestra, la Dirección Bomberos de la Policía
Federal 1Argentina. En su tiempo -y aún hoy, por supuesto-
-de gran trascendencia en nuestro medio y en el extranjero, por su
calidad técnico-didáctica. .
Recordar no· siempre es traer a la memoria a.Zgo que pasó . . ·•
Del Ca1npo nó pasó. Martín no pasó. Calaza no pasó. Libe1·ti, · Car-
bcmari y, el para 1nuchos olvidado capitán Vega, no pasaro_n. . .
Cuar1:do de algunos hombres se trata~ recordarlos significa. para
nosotros convicción de vivencia permanente, presente y eterna ...
Transitar en el recuerdo de estos hombres-maestros, es ir pi-
sando historia; es ir andando a lo largo de un sendero sin recodos
qu15 nace allá por el año 1870, .casi un siglo ya . .. .
Sin recodos, en el leve mece·r de nuestros pensamientQs, _por-
que el recuerdo nos llega al través del vaho sutil de la lejanía o
tarnizado por ttn suave . cedazo de seda:··, ·que lo amabiliza y ar-
2 Comité Permanente de Lucha Contra el Fuego de la RepúbUca Argentin a

1noniza, borrando ó atenuando el e1nocionado contraste que ofre-


cían esos hom,bres que, sin herramientas, lo hacían todo, erigién-
dose en arquetipos.
Este retorno a lo lejano, encierra párrafos de agradecimiento,
po1·que sin la fe que de ellos heredarnos, esta obra mo hubiera sido
posible. Esta obra, es el fruto d;e esa fe. Gracias maestros.
Es el fruto también del esfuerzo mancon-1-unado de cuatro ca-
maradas que acudiendo a nuestro llamado e ide~tificándose con
los propósitos de CALFU -no en vano sornos hijos de una ?nadre
común-- volcaron todo su amor profesional y compartieron nues-
tra vigilia.
Gracias señor comisario (R) don Eduardo Ghio; gracias señor
sub comisario ( R) don Ce cilio A madeo García,· gracias señor subco-
misaiio (R~ don Hoiacio· Silvio Perinelli; gracias señor ofÍcial prin-
cipal (R) y técnico en seguridad don Juan Raimundo G1tiñazú.
El manual de CALF'U es heterogéneo en materia de jerarquía
va
téc1Íica, ya que. desde los más elententales prolegóme?WS . de la
profesión en lo combatiente, hasta las más avanzadas aplicaciones
tecnológicas al serviéio de ·lo prevencional, ello, desde luego, sin
ahondar exhaustivamente cada tema y sin haber ~ncarado ni ago-
tcido todos los te1nas.
·· Habt·rlo pretendido -como se sabe .:_nos hubiera enfrentado a
. una· obra de 1iarios volúm:enes ·a.e la extensi6n de la que hoy presen-
~amos 1J esto;- nos habría demandado un tiempo tan prolongado,
que a la postre hubiese resultado pernicioso, si tenemos en cuenta
la apremiante nec·e sidad que padecen los hombres que encaran
la lucha qontra el fuego en nuestro país, de una obra argentina de
estudio y consulta. ·
El Manual de CALFU pretende ser un buen t·~xto de estudios
e • •

para e-l recién iniciado y una adecuada fuente de consultas para et


profesional. · . ·
o
Si lo . hernos logrado no, recién lo sabremos después de reco-
ger la c·rítica de nuestros lectores. Estas críticas serán co?tsideradas
respetuosamente, puesto que, el sistema de hoja movibles que he-
mos adoptado tiende, precisamente, no sólo a act'ltalizar per?nanen-
temente .
su contenido, sino también, es obvio,.
a en1nendarlo o am-
pliarlo.
Manual de CALFU 3

D esde la alta tri buna de esta página -siempre la página de un


libro es elevado sitial- y amparado en el predicamento que qui-
zá rne otorgue m.i veteranía, he de per·m,itirme hablarles a los ca-
rnaradas bisoños y a los, nihilistas -si los hubiera- para decirles:
No existe obra v aledera en la que no haya participado, además,
en buena medida la fe.
La fe prornueve, acicatea, empuja y embr~ja; la fe es movimien-
to hacia adelante; es avanee.
La fe crea, edifica, nutre.
·-
La fe es postura vertical, de granito. Es resolución sin trans-
ferencias; no da un solo paso atrás.
La fe es vigilia, consagración, sueños ...
La fe es sudor.
La fe es lucha, no pelea; es polémica no disputa; es pertinacia
no tosudez.
La fe puede ser espadiL (no puñal), aunque prefiere ser bál-
sa?no antes que he1'ida.
Lánzate a la l1¿cha, sin temor, desde el sitial de tu fe. La fe
conduce al triunfo o a la muerte; pero siempre al triunfo, porqu~,
si es el caso, otros tomarán tu herencia y r.ontinuarán . .•
Apoya toda obra buena aunque no haya sido hija de tu coJt-
cepción; apóyala aún cuando no participes; apóyala así permanez-
cas en el anonimato. ·
Col6cate siempre detrás del brillo de tu obra. No te preocupes
por brillar. Ya, a su tiempo, otros preguntarán y entonces, emerge-
rá solo, sin esfuerzos, tu nombre. ·
El ir silencioso, prodigándose y exclUQJéndose, cond·uce a la
consideración de los dem'ás, quizá al éxito y quizá también, a la
gloria.
Nuestro oficio se estudia primero -Y siempre- en el aula
(teorf,a).
Pero se aprende luego -y siempre- en los siniestros (prác-
tica).
A este concepto macizo, de valor axiomático, es decir, sólido
y sin réplica, podremos sacarlo de su hermetis1no, afirmando que
no sólo tiene vali·m ento cuando de~ aspecto combatiente o ejecu-
. .
4 Comité Perman.ente de Lucha Contra el F,¡ego de. la Repúblic~ Arg-eTitina

ti~o se trate, sino tambié~ simil{Lrmente, al referirnos al .preven-


tivo e investigativo. . ·· . . '

Clarificando más, corresponde aún agregar, que si bien para


e_l manejo de la prevención, ese valor lo es en leve grado meru;r,
en cambio donde adquiere su máxima fuerza, es cuando ~ la in-
vestigación concierne.
· ·De lo expuesto p"odemos -sa.car ya, esta conclu.sión: existen co·
nocimientos y experiencias que sólo se pueden ·adquirir en el lugar
de los hechos; claro está que ello será así en tanto posea los cono-
cimientos t-eóricos que se le adecúen. Por ello el incendio es tuna
fuente de aprendizaje irreemplazable. Puestas así las cosas, nada
cuesta admitir que cada intervención profesional ha de ·constituir
para el bombero una página de estudio. · .
N o escapa a nuestro juicio, qúe· una escuela de gran ·rnagnitud,
con laboratorios excepcionales -''El gran Laboratorio del Fuego"
como lo hemos denominado alguna vez y que hemos prcnnetido-
con instalaciones monumentales, es decir, 'Una escuela técnicanlen,-
te dotada co1no para poder realizar reiteraaam P.nte todos los "in-
cendios-tipo" y los auxilios más comnnes, .resultaría un auxiliar de
la teoría que nos aproximaría beneficiosamente al ideal de la prác-
tica. De todos modos,· no debemos olvidar que sól,o nos aproximaría
al .ideal, ya que ~ste, c"omo queda dicho, lo constituye la avidez
intelectual aplicada en el terreno de los acontecimientos propia-
.m ente dicho.
_E sta digresión, nos induce a lanzar la siguiente sentencia o
aforismo: tú podrás ser el artífice d~ tu más valioso libro de est~t­
dios, ya -q1.te, cada siniestro te {)~ce cuando menos, un.a página para
ese libro.
La 1nejor capacitación teórica -sola o sin la sufic·ie-n te e.:rpe-
Tienc-ia
.. que da la aplicación de su.s leyes-:- no otorga
. la 2doneidad
necesaria para dirigir un organismo de prevención ni para _cQman-
d(lr la extinción de un _incendio y, mucho 1nenos aún, para invest~
gar ·una causa de fuego.
Ta1nbién rne apres?.tro a agregar que sin una sólida preparación
teórica, jamás, por muchos que sean los años de . concurrencia a
incendios, log1·arás la idoneidad necesaria para ejercer caba~m.ente
tu profesión.
Manu.al de CALFU 5

Sólo el dominio de la PREVENCIÓN, el ATAQUE y la INVESTIGACIÓN,


en S'llS dos fases -teórica y experimental -estructuran la perso-
lidad profesional de un gran Jefe de Bomberos.
No obstante, no habría dicho todo cuanto deseo, si no ag·regara
algo que debería ser innato en el bo1nbero, y que de no ser así, lo ·
debe predicar el maestro y asimilar el alumno, hasta lograr la
máxima evolución hacia la perfección en este sentido:
Como bombero no trates nunca de triunfar sólo por ti, hazlo
siempre, antes, por la comunidad y por la humanidad.
Como combatiente, prodígate hasta la fatiga extenuadora. Con
fiereza. Que el reflejo cobrizo y caliente de las llamas, el sudor y .
e~ hollín, hagan de tu estatura, la plástica figura de U:n moderno
dios palpitante, empecinado y puro.
En el qombate, sé ingeniero, pero no dejes nunca de ser poeta,
de ser médico, de ser apóstol, de ser ... bombero; que de'be ser
en suma, un poco la suma de todos ellos.
Pero, aden1ás, no dejes nunca de ser alumno . ..

ALFREDO DER
Inspector General ( R )
Ex Director de Bomberos de
Policía Federal Argentina
Presidente

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