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CRÍTICAS A LA TEORÍA DEL SILOGISMO JUDICIAL

La teoría del silogismo judicial ha sido blanca de diversas críticas. A continuación


examinaremos las mismas para, por esta vía, establecer el alcance y los límites de
la misma como fórmula de representación o de justificación de la decisión judicial.

Las críticas adoptan fundamentalmente estas tres direcciones: 1) la ineficacia del


silogismo para el establecimiento de las premisas; 2) la inviabilidad del mismo
para explicar la actividad judicial, y 3) la no conformación del silogismo jurídico a
los cánones de la lógica. Abordaremos brevemente las dos primeras, para
dedicarle más atención a la tercera

Críticas

En primer lugar, se afirma que el silogismo no agota el razonamiento judicial


porque representa sólo el ¡ter que el juez sigue para alcanzar la decisión, pero no
comprende la actividad esencial del juez a través de la que éste llega a fijar las
premisas. Así, como crítica al silogismo judicial, se señala que el aspecto
relevante para fijar la corrección de la decisión judicial no es tanto probar que ésta
ha sido obtenida de las premisas, como justificar las premisas empleadas". Esta
crítica puede descomponerse en las siguientes:

a) La individualización de las normas (a fin de su subsiguiente inclusión en un


argumento deductivo) no es en sí mismo un proceso en el que la lógica formal
puede tener un papel central, o por lo menos es un proceso en el que no se han
desarrollado mecanismos lógicos. Esta dificultad concierne tanto a la premisa
mayor, como a la menor, y se debe, entre otros, a los siguientes factores: la
vaguedad del lenguaje legal y la consiguiente necesidad de interpretación antes
de que una norma se pueda establecer como premisa mayor de un silogismo; el
hecho de que en la mayoría de los casos la premisa mayor se forma a partir de
varias normas y no de una sola, y que su consecuencia no sea única sino ofrezca
un margen de elección. El problema del juez -se argumenta en esta línea- no es
obtener una conclusión (lógica) de premisas dadas, sino fijar las premisas, que en
ningún caso pueden considerarse dadas, preconstituidas".

b) En muchas ocasiones podemos encontrarnos con normas jurídicas en


conflicto, o con falta de normas aplicables al caso (lagunas) y no es posible usar el
razonamiento silogístico para determinar la norma aplicable, con la consiguiente
indeterminación acerca de qué norma ocupa el lugar de premisa mayor`.

c) En gran número de casos el problema puede expresarse como sigue: "Todos


los S son P", pero la cuestión esencial es precisamente si la conducta del
demandado o acusado es S. En otras palabras, el problema es de clasificación, de
otorgar una cualificación jurídica a los hechos reales, más que de deducción. La
lógica -señala Gottileb- no puede ayudar a clasificar los particulares".

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