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Pedagogia y Curriculum PDF
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Tomado del libro EL PROCESO CURRICULAR POR COMPETENCIAS. De Magalys Ruiz Iglesias. Editorial Trillas. 2009
La meta del modelo tradicional era forjar el carácter del individuo (la letra con sangre
entra), la del modelo conductista era formar la conducta técnico-productiva del individuo.
Estos dos modelos estaban centrado en la materia y polarizados hacia la enseñanza en
detrimento del sujeto que aprende.
Los elementos organizativos que hemos establecido parten de una síntesis panorámica
del estudio realizado por la autora María Luisa Sevillano García, en su texto "Didáctica en el
Siglo XXI. Ejes en el aprendizaje y la enseñanza de calidad" (2004), en el cual expone
consideraciones que titula "el curriculum en la didáctica", lo que ya supone una toma de
posición en torno a esta relación. El objetivo de aludir de manera sinóptica a las
consideraciones de la autora es ofrecer a nuestros lectores el insumo necesario para
comprender, por sobre todo, las incongruencias que se cometen, cuando arremetemos a
diseñar un curriculum por competencias, sin los fundamentos básicos que nos permitan un
análisis diacrónico y «Un iónico de diferentes aspectos implicados implícita o explícitamente
en los diseños curriculares.
Desde ambas direcciones se ha dado una gran diversidad de puntos de vista y se han
hecho intentos por aproximarse a explicaciones de una teoría curricular, por parte de los
maestros.
Uno de los orígenes de las discrepancias que se dan entre los maestros al acercarse al
curriculum como experiencia docente, es la multiplicidad de enfoques filosóficos e ideológicos
existentes en educación la diversidad de concepciones psicológicas sobre el desarrollo y el
aprendizaje, las distintas funciones sociales que se le atribuyen a las instituciones docentes, a
las posiciones hasta contrapuestas en torno al conocimiento, etc.
Señala María Luisa Sevillano (2005;124) que otras causas no menos importante hay
que situarlas en los diferentes enfoques y proyectos existentes, cuando se trata de especificar
los elementos que intervienen en la configuración de la práctica pedagógica; lo que induce a
que cuando se pretende enmarcar las teorías o la teoría currícular de lo que se está
haciendo, nos tropezamos con que al aludir a diferentes vertientes o metas de dichas teorías,
unas le dan peso a determinado componente, y en otros casos, hay que tener en cuenta la
base ideológica de la cual parta; de ahí que en las teorías curriculares inclinadas a
determinada configuración, se aprecia que predominen explicaciones y planteamientos
cognítivistas, conductístas, crítico-radicales, neomarxistas, etc ( Sevillano, García 2005;126)
Los profesores desempeñan un papel de ejecutores del curriculum diseñado por otros.
Desarrollan la actividad profesional de forma rigurosa y eficaz. (Schön 1983) llama
racionalidad técnica y recuerda que es heredada del positivismo
Por último, dentro de la corriente de pensamiento la autora María Luisa Sevillano alude a
los críticos, los cuales se aproximan a las escuelas y a la sociedad para desvelar los valores
tácitos subyacentes. Este enfoque, postula unas bases estructurales, socio-políticas e
ideológicas de la ciencia y de los fenómenos sociales. La teoría crítica utiliza la metodología
reflexiva y dialéctica dirigida a elaborar conocimientos con una finalidad emancipadora y
liberadora. No busca sólo la explicación y la descripción de la realidad, sino que intenta
modificarla, capacitando a los sujetos para que participen y transformen la sociedad. Quiere la
unión de pensamiento y acción para la transformación de la realidad social, pero no sobre
criterios científicos y procedimientos técnicos, sino legitimando la acción social, que exige
negociación política, crítica social y capacitación de los sujetos para que puedan participar en
la acción. Para esta corriente es importante lo siguiente:
1. Planificación educativa.
2. Planteamiento integral de la educación.
3. Plan de estudio
4. Programación
5. Diseño de instrucción
.
PARADIGMAS CURRICULARES
Las teorías expuestas en torno al curriculum han propiciado el establecimiento de
paradigmas curriculares dentro de los cuales se destacan los siguientes:
EL PARADIGMA TECNOLÓGICO
Refleja un modelo de intervención basado en la lógica de los medios-fines representaba
la ortodoxia científica enmarcada en el positivismo y aspiraba a convertir la elaboración del
curriculum en una cuestión de racionalidad.
EL PARADIGMA INTERPRETATIVO-FENOMENOLÓGICO.
Este paradigma asume el curriculum como proceso y en él vamos a detenernos por la
implicación que tiene en el enfoque de competencias que estamos proponiendo.
El origen de este nuevo paradigma se entronca con un acercamiento eminentemente
práctico del mismo, sin desestimar el conocimiento científico disponible. Esta propuesta
presenta la novedad de asumir cada tema de la ciencia no en términos de la conducta del
estudiante, ni de las operaciones subjetivas requeridas para su comprensión, sino en tér-
minos de su contenido conceptual, procedimientos y criterios claves para su construcción,
que se derivan de la estructura misma del conocimiento seleccionado, para procesar con los
estudiantes bajo la forma de un interrogante o problema por solucionar.
Dentro de esta propuesta se destaca Stenhouse, el cual aludía al Análisis en los
procesos científico-culturales como experiencias óptimas de racionalidad. En esta perspectiva
el curriculum es un curso de acción que desarrolla el profesor con sus estudiantes, una pauta
viva de ordenamiento de la práctica de la enseñanza (Stehouse, 1988) En esta concepción la
flexibilidad se convierte en un rasgo esencial
Además de la perspectiva de Stenhouse y Bruner, centrada en el desarrollo y apropiación
de las estructuras del conocimiento disciplinar, está la más centrada en operaciones y
herramientas lógicas del pensamiento, de inspiración piagetana.
Ahora bien, el curriculum por procesos no sólo responde a lo planteado anteriormente, sino
que está abierto a la influencia sociohistórica y cultural de la comunidad y del país en el que se
inscribe el programa educativo (Flórez Ochoa, 2005; 287).
En este caso el curriculum está inspirado en modelos pedagógicos sociales, por lo que
la concepción curricular pone énfasis en proporcionar contenidos y valores para que los
alumnos se formen en medio de la sociedad y ayuden a la reconstrucción social de la
misma; en esta visión toman relieve los procesos de autonomía, autorregulación, etc
(Flórez Ochoa R., 2005).
EL PARADIGMA POSTCRÍTICO
En opinión de los postcrítícos el curriculum puede contemplarse desde las siguientes
perspectivas:
Los aspectos reseñados en torno distintas concepciones del currículo nuevas formas de
entenderlo y cómo ello permite establecer paradigmas, tienen su reflejo en los diseños
curriculares. Sobre cuestiones esenciales de esos diseños la autora de referencia, María
Luisa Sevillana señala lo siguiente:
La necesidad de aludir al diseño curricular desde estas dos perspectivas, esta dada por
las divisiones internas que se han producido en el campo de la teoría de la formación y de
planes de estudio, con una tendencia a diseñar y evaluar el diseño curricular guiados
fundamentalmente por las obligaciones sociales que deben cumplir los ciudadanos adultos,
para lo cual se recurre a procedimientos empíricos y racionales. Sin embargo toda decisión
curricular debe tener presente las teorías formativas fundamentadas filosófica y
antropológicamente.
Las teorías del comportamiento, las de las interacciones y las teorías sociales afloran en
el tapete de la discusión con resultados a veces polarizados, por múltiples razones, pero una
de las más contundentes es la ausencia de referentes claros para fortalecer la esfera de los
fundamentos.
Por ello nos parecen muy valiosa las reflexiones que ofrece Sevillano en torno a dos
reflexiones que según la autora pueden aclarar el nuevo horizonte, antropológico cultural para
aclarar también cuestiones en torno al diseño. Esas reflexiones se dirigen hacía las teorías
formativas y hacia las teorías de aprendizaje.
Con respecto a las teorías formativas la autora propone detenerse en tres aspectos
fundamentales, a saber:
Por último las teoría formativas aluden al curriculum estructurado, inspirado fundamentalmente
en los trabajos de Bruner y sus ideas en torno a que las representaciones simbólicas tienen su
núcleo en los saberes culturales, en las ciencias, en sus nuevos hallazgos y progresos, en la
moral y en las variaciones de las normas.
Con respecto curricular vinculado a la disciplina se plantea que las lógica de los
científicos se convierte en la base y fundamento de la lógica de los procesos. Estos diseños
curriculares no admiten cambios.
Toda las descripción realizada por la autora María Luisa Sevillano, la cual hemos
esbozado como el referente necesario para propiciar un espacio de cooperación reflexiva en
torno a la construcción del currículo por competencias, puede ser representada esquemática
de la forma siguiente: