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FUMADOR PASIVO

Actualmente hay probada evidencia de los riesgos que tienen para la salud la involuntaria
exposición al humo de los cigarrillo. Estos riesgos van desde las pequeñas molestias de todos
conocidas hasta una mayor incidencia de enfermedades respiratorias y cardíacas. Así,
exposiciones agudas en habitacioes llenas de humo han reducido la tolerancia al esfuerzo en
pacientes con angina de pecho, y exposiciones prolongadas al humo del tabaco han causado
aparentemente enfermedades respiratorias en niños pequeños y cáncer de pulmón en adultos,
mientras que el paso de los componentes del tabaco a través de la placenta lleva a las mujeres
embarazadas fumadoras a tener niños prematuros, de bajo peso al nacer, y con coninuas
anormalidades de crecimiento y desarrollo, resultado de su exposición pasiva a los
componentes nocivos del trabajo.

Es muy difícil escapar de los ambientes contaminados por el humo del tabaco, ya sea en los
propios hogares, en los lugares públicos, cafeterías, transporte..., e incluso en aquellos donde
se dispensa asistencia sanitaria. Afortunadamente, parece que se empiezan a respetar los
derechos de los no fumadores y a tomar medidas legislativas y restrictivas, tales como zonas
de no fumadores, e incluso algunos lugares de prohibición total de fumar.

En el humo de los cigarrillos están presentes gran número de sustancias. Los componentes
más estudiados y que son más tóxicos para el organismo humano son la nicotina, el monóxido
de carbono, el óxido nitroso, el cianuro de hidrñógeno, acroleínas, fenoles, ácido fórmico,
formaldehido y alquitranes.

La cantidad de nicotina por cigarrillo oscila entre 0.4 y 3.0mg, aunque los comerciales no
sobrepasan los 1.5mg. En ambientes cerrados con muchos fumadores, poca ventilación, y
donde la concentración de humo alcanza cotas elevads, se han detectado concentraciones de
3.4 a 4.2mg de nicotina por metro cúbico. Esto inidca que en estos ambientes el aire muy
contaminado penetra en el aparato pulmonar de los que fuman y de los no fumadores
presentes, dando lugarl al fenómenos de los inhaladores pasivos del humo. Se estima quen en
lugares cerrados y poco ventilados, un no fumador puede inhalar en una hora expuesto al
humo de cigarrillos el equivalente a haber fumado un cigarrillo.

Otro compuesto, el monóxido de carbono, gas de elevado porder tóxico, se desprende durante
la combustión del cigarrillo. Su unión con la hemoglobina de la sangre forma la
carboxihemoglobina, la cual dificulta la buena oxigenación de los tejidos. En casos de
intoxicación masiva por monóxido de carbono se produce la muerte por anoxia grave cerebral y
tisular. Por término medio , un no fumador tiene un 2% de carboxihemoglobina en su sangre,
mientras que un fumador en torno al 19%. Tras la inhalación pasiva de humo d tabaco puede
registrarse deterioro de la función psicomotora si se alcanza una determinada concentración de
carboxihemoglobina. Inicialmente se percibe sensación de embotamiento cerebral, cefalea y
alteraciones visuales.

Pero los componenetes más abundantes en la combustión del tabaco son los alquitranes. Son
las sustancia carcinogénicas y co-carcinogénicas por excelencia, debido a su participación en
la génesis de procesos tumorales en el organismo humano. El índice de alguqitranes en la
composición del tabaco es por término medio del orden de 1.8-2.0mg.
EFECTOS DIRECTO DEL TABACO
EN LOS FUMADORES PASIVOS

Los fumadores pasivos tienen el doble de posibilidades de desarrollar cuadros respiratorios


obstuctivos y cáncer de pulmón sin conviven diariamnte con fumadores. SI el individuo es
portador de un padecimiento respiratorio, con su exposición al humo de tabaco éste se verá
agravado y se incrementarán sus posibilidades de presentar manifestaciones clínicas
dependientes del mismo.
Otros efectos que se han encontrado en fumadores pasivos han sido en pacientes
asmáticos, cuyos síntomas respiratorios se agravan con la exposición al humo de los cigarrillo.
Igualmente, hay relación entre que los padres fumen y la prevalencia de infecciones
respiratorias en sus hijos.
Pero donde tiene una clara incidencia la exposición pasiva al humo de los cigarrillos es en el
feto. Diversos estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto los efectos que tiene que la
madre fume cuando está embarazada. El paso de los gases tóxicos y vapores inhalados por la
madre fumadora o fumadora pasiva se efectúa a través de la placenta. Esto hce que cambien
las condiciones en las que se desarrolla el feto durante la vida intrauterina.

Que la madre fume origina una gran cantidad de problemas en el feto tales como prematuridad,
bajo peso al nacer, mortalidad perinatal incrementada y un deterioro del desarrollo físico y
mental del hijo, a medio y largo plazo.

Los peligros para el recién nacido pueden prolongarse y verse aumentados por la secreción de
productos en la leche materna durante la lactancia.

QUÉ ES EL SINDROME DE ABSTINENCIA

El síndrome de abstinencia constituye una serie de síntomas con los que su organismo
responde ante la falta de administración de una droga, en este caso, de la NICOTINA.

Puede ocurrir que note un deseo inevitable de fumar, irritabilidad, frustración o ira, ansiedad,
inquietud, insomnio, cierta dificultad de concentración, ánimo depresivo, dolor de garganta,
catarro, tos, aumento de apetito. No obstante, estos síntomas NO deben ser NUNCA una
excusa para volver a fumar, dado que son pasajeros y no suelen durar más de unas semanas
desapareciendo en pocos días por sí solos.

Cuando tratan de dejar de fumar, los fumadores pueden sentir todos o algunos de los
síntomas,. Estas sensaciones provocan las ansias por más cigarrillos. Por esta razón muchas
personas tienen gran dificultad para dejar de fumar. Luego de un tiempo el síndrome de
abstinencia desaparece, y es en este momento cuando resulta más fácil dejar de fumar o de
usar otro tipo de tabaco

En ocasiones se produce un aumento de peso al dejar de fumar. Para evitar que esto suceda
es necesario tomar alimentos ricos en fibra y bajos en calorías. Así mismo, también puede
ayudar a mantener el peso habitual la práctica de ejercicio físico, utilizar menos el coche, subir
y/o bajar andando las escaleras de su domicilio, ir al trabajo a pie, practicar deporte, etc.

10 MITOS SOBRE EL TABACO


1._ " Hay cosas mucho peores que el tabaco"
No tantas, porque el tabaco es causa de cáncer y el cáncer es la segunda causa de muerte en
los países industrializados, detrás de las enfermedades cardiovasculares, con las que el tabaco
se encuentra directamente relacionado.
2._ "He conocido a muchos fumadroes que no han estado nunca enfermos"

Conozco personas muy mayores que fuman mucho y están muy bien. Seguramente recuerdas
a algún anciano que ha fumado toda la vida y está bien. Observa su calidad de vida. ¿Tose?,
¿le cuesta respirar?, ¿qué grado de actividad física tiene?. Aún así, ese anciano ha tenido
suerte, mejor para él. ¿Tú puedes asegurarte una suerte igual?. No olvides que sólo ves a los
que llegan, a los que han muerto a causa del tabaco no los ves envejecer.
3._ "Los cigarrillos light no hacen daño, no son cancerígenos"

Los cigarrilos bajos en nicotina y alquitrán son menos nocivos, pero debes tener en cuenta que
el grado de satisfacción del fumador depende directamente de la concentración de nicotina en
sangre, lo que se traduce muchas veces en un aumento del número de cigarrillos consumidos;
por tanto, el beneficio se anula.
4._ "Yo fumo poco porque casi todo el cigarrillo se consume en el cenicero"

El fumador que deja quemar el tabaco en el cenicero, procurando hacer menos 'chupadas', va a
respirar mayor concentración de cancerígenos porque el humo que se desprende de la porción
final del cigarrillo es cualitativamente más tóxico que el humo que se inhala directamente al
fumar.
5._ "El tabaco contamina, pero más los coches y las fábricas. Un cáncer de pulmón te puede
dar por la contaminación ambiental"

Los estudios epidemiológicos señalan que el tabaco es causante del 30% de todos los
cánceres diagnosticados, frente a un 2% producido por la contaminación ambiental.
6._ "El tabaco me tranquiliza"

Has aprendido a regular tu forma de fumar para tranquilizarte, y esa 'tranquilidad' es debida a la
acción central del tabaco, pero desaparecerá cuando los niveles de nicotina en sangre
disminuyan y dará paso al síndrome de abstinencia. Recuerda que existen otros múltiples
métodos para tranquilizarse y enfrentar el estrés cotidiano. O ¿crees que los no fumadores no
se angustian ni se preocupan ni enfrentan a situaciones difíciles?. Lo hacen de otro modo y sin
poner en juego su salud.
7._ "Necesito un cigarrillo para estudiar o trabajar"

Muchas personas han asociado el tabaco a situaciones tales como el trabajar y estudiar, y esto
se ha convertido en un hábito como cualquier otro. Lo que no significa que no pueda hacerse
sin tabaco, porque al fin y al cabo eres tú quien trabajas y estudias, no el cigarrillo. ¿En qué
puede ayudarte un cigarrillo?. Intenta realizar estas actividades sin fumar durante algún tiempo
y verás cómo muy pronto recobras los niveles de rendimiento que mantenías fumando.
8._ "Yo no dependo del tabaco, puedo dejar de fumar cuando quiera"

Prueba a dejar de fumar en una situación cotidiana de tu vida, no cuando estés enfermo; y
verás que es más difícil de lo que pensabas. Te das autoexcusas para continuar con tu
adicción y tu dependencia. Todo fumador es dependiente aunque fume poco.
9._ "El cigarrillo es un vicio muy difícil de quitar"

La adicción al tabaco tienen un doble componente. Una es la adicción física generada por la
nicotina y otro es el hábito comportamental, la asociación que se ha establecido entre el tabaco
y las distintas situacones y estados a los que se ve sometido el fumador a lo largo del día.
Estas asociaciones son más difíciles de romper que la adicción física y deben ser tenidas en
cuenta cuando se quiere dejar de fumar.
10._ "Se pasa muy mal cuando se deja, es peor el remedio que la enfermedad"

La dependencia física de la nicotina sólo dura alrededor de una semana. Sin embargo, los
beneficios secundarios al abandono son progresivos y aparecen desde el momento en que se
deja de fumar.

¿CÓMO ACTÚA EL TABACO?

El hábito de fumar cigarrillos ha sido el método más popular de consumo de nicotina desde
comienzos del siglo XX. En 1989, el Director General de Salud Pública de los Estados Unidos
publicó un informe en el que se determinó que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales
como puros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del
tabaco causante de adicción. El informe indicó además que el tabaquismo era una causa
importante de accidentes cerebrovasculares y ocupaba el tercer lugar entre las principales
causas de defunción en los Estados Unidos. A pesar de esa advertencia, alrededor de 62
millones (29 por ciento) de estadounidenses de 12 años o más fuman cigarrillos en la
actualidad, lo que hace de la nicotina una de las drogas adictivas de mayor uso en los Estados
Unidos.
Peligros para la salud

La nicotina es extremadamente adictiva. Actúa como estimulante y sedante del sistema


nervioso central. Su ingestión tiene como resultado un estímulo casi inmediato porque produce
una descarga de epinefrina de la corteza suprarrenal. Esto estimula el SNC y algunas
glándulas endocrinas, lo que causa la liberación repentina de glucosa. El estímulo va seguido
de depresión y fatiga, situación que lleva al toxicómano a buscar más nicotina.

La nicotina se absorbe con facilidad del humo del tabaco en los pulmones y no importa si éste
humo procede de cigarrillos o de puros. También se absorbe fácilmente cuando se masca el
tabaco. Con el uso regular, se acumulan concentraciones de nicotina en el cuerpo durante el
día, que persisten durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos a diario
están expuestos a los efectos de la nicotina 24 horas al día. La nicotina absorbida al fumar
cigarrillos o puros tarda solo segundos en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el
cuerpo hasta por 30 minutos.

La investigación hecha ha mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia


a la nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o
corticosterona reduce los efectos de la nicotina y, por lo tanto, es necesario consumir mayor
cantidad de la sustancia para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia a la nicotina y
lleva a mayor dependencia de ella. También se ha mostrado en estudios realizados con
animales que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la autoadministración de
nicotina después de un período de abstinencia.

La adicción a la nicotina produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar
de fumar. Por ejemplo, un estudio encontró que cuando se privaba de cigarrillos durante 24
horas a fumadores habituales, aumentaba su enojo, hostilidad y agresión, y disminuía su
aptitud de cooperación social. Las personas que padecen de abstinencia también necesitan
más tiempo para recobrar su equilibrio emocional después de la tensión nerviosa. Durante los
períodos de abstinencia o de ansias de consumir nicotina, los fumadores han mostrado
reducción de una gran cantidad de funciones psicomotoras y cognoscitivas, como por ejemplo
la comprensión del lenguaje.

Las mujeres embarazadas que fuman cigarrillos corren mayor riesgo de tener niños nacidos
muertos, prematuros o con bajo peso al nacer. Los hijos de mujeres que fumaron durante el
embarazo corren mayor riesgo de desarrollar trastornos de la conducta. Estudios nacionales de
madres e hijas han encontrado también que si la madre fuma durante el embarazo hay mayor
probabilidad que las hijas fumen y persistan en fumar.
Es más probable que se vuelvan fumadores de cigarrillos los adolescentes que usan rapé
que los que no lo usan. La investigación de la conducta está comenzando a explicar cómo las
influencias sociales, como observar a adultos y compañeros fumando, influyen en la decisión
del adolescente de comenzar a fumar cigarrillos o no. También ha mostrado que los
adolescentes suelen ser resistentes a muchos tipos de mensajes en contra del tabaco.

La mujer que fuma suele tener una menopausa precoz. La que fuma cigarrillos y también
toma anticonceptivos orales tienen mayor propensidad a padecer de enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares que otros fumadores; ese es el caso muy en particular
para la mujer mayor de 30 años de edad.

Además de nicotina, el humo del cigarrillo consiste principalmente en una docena de gases
(sobre todo monóxido de carbono) y alquitrán. El alquitrán de un cigarrillo, que varía de unos 15
mg en un cigarrillo regular a 7 mg en uno con poco contenido de alquitrán, expone al usuario a
una alta tasa prevista de cáncer de pulmón, enfisema y afecciones bronquiales. El monóxido de
carbono del humo aumenta la posibilidad de enfermedades cardiovasculares.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente ha determinado que la inhalación del humo
ambiental del tabaco causa cáncer de pulmón en los adultos y aumenta mucho el riesgo de
infecciones respiratorias en los niños y de muerte infantil súbita.
¿QUÉ ES FUMAR?

Fumar no sólo es "un hábito". También es una drogadicción, ya que el hecho de fumar tabaco
cumple con todos los criterios que definen al consumo de una sustancia como tal: existencia de
tolerancia, dependencia, síndrome de abstinencia en ausencia de la misma, comportamiento
compulsivo, etc.

La máxima responsable de todo esto es la nicotina, sustancia con un gran poder de adicción
similar al de otras drogas como la heroína o cocaína.

De todas maneras cuando hablamos de dependencia del tabaco hemos de hacerlo en un


sentido mucho más amplio y distinguir entre tres tipos de dependencia íntimamente
relacionados entre sí:

DEPENDENCIA FISICA.- Es la provocada por la nicotina y la responsable del síndrome de


abstinencia
DEPENDENCIA PSICOLÓGICA.- Es la que se fundamenta en procesos de
condicionamiento. (después de las comidas, leyendo, esperando la guagua, etc.)
DEPENDENCIA SOCIAL.- Se basa en la aceptación social del tabaquismo y en las
presiones ambientales que incitan al consumo de tabaco: publicidad, presión del grupo en
adolescentes, imagen de seguridad y de dominio de la situación.

¿QUÉ ES DEJAR DE FUMAR?

Dejar de fumar no es un hecho puntual o aislado; dejar de fumar es un proceso. Un proceso en


el que pueden distinguirse una serie de fases o etapas sucesivas, que es conveniente saber
reconocer, y así orientarnos en la clase de ayuda que precisa el fumador para abandonar el
tabaco.

Estas etapas son:


A. Fase de precontemplación:

En esta primera fase el fumador no se ha planteado todavía dejar de fumar, no encuentra


motivo alguno para hacerlo. Fuma y se siente bien por ello (le da confianza, le ayuda en su
trabajo, etc.) y no nota aún ninguno de los efectos negativos derivados de fumar.
Estamos ante un fumador "consonante", ya que hay plena consonancia entre la actitud mental
del fumador hacia el consumo de tabaco y su conducta o práctica diaria.

El prototipo de fumador en esta etapa es el fumador joven (generalmente menor de 30 años)


sin enfermedad alguna asociada al tabaco. Se calcula que hasta un 45% de los fumadores
están en esta fase.
B. Fase de planteamiento o de contemplación:

En el inicio de esta etapa más avanzada del proceso de cambio, el fumador se plantea ya,
aunque tímidamente la posibilidad de tener que dejar de fumar porque reconoce y asume, que
el tabaco tiene consecuencias negativas para la salud.

El proceso continúa, en esta fase, con una aceptación, ya no sólo de que debe dejar de fumar
para evitar riesgos para su salud, sino también para conseguir los beneficios que de ello se
derivan.

El fumador que se encuentra en esta fase del cambio pasa, de ser un fumador "consonante" a
ser un fumador "disonante", puesto que ahora existe una clara disonancia entre la actitud ante
el tabaco, que ha cambiado, (se plantea dejar de fumar) ; y su conducta habitual, que sigue
siendo la misma (sigue fumando). Hasta un 35% de fumadores se hallan en esta etapa.
C. Fase de acción:

En esta fase todavía más avanzada del proceso, el fumador es un "disonante máximo"; ya no
sólo se plantea dejar de fumar, sino que pasa a la acción y decide dejar de fumar, asumiendo lo
que implica. Nos encontramos pues ante un sujeto que presenta además del cambio de actitud,
un cambio en la conducta frente al consumo de tabaco (deja de fumar).

Generalmente a lo largo de esta fase se producen varios intentos de lograr el abandono, con
las recaídas subsiguientes, todo ello antes de conseguir pasar a la siguiente y última etapa.
Hasta un 20% de fumadores están en esta fase.
D. Fase de consolidación o mantenimiento:

Aquí se encuentran aquellos fumadores que llevan más de 6 meses de abstinencia. El fumador
se siente ya ex-fumador, y se mantiene sin fumar.

Generalmente hasta los 12 meses de abstinencia no se considera que un sujeto es ex-fumador.


E. Fase de recaída:

Evidentemente esta etapa no siempre se da, aunque como en toda drogadicción es bastante
frecuente. De todos modos el fumador que recae no vuelve a la primera de las fases del
proceso de cambio ni tampoco a la de acción. Suele haber una gran pérdida de la autoestima y
pasan a la fase B, de planteamiento o de contemplación.

No debemos nunca olvidar que la única persona que deja de fumar es el propio fumador, nadie
puede hacerlo por él, y por eso debemos de tener muy en cuenta que el médico, el personal
sanitario en general, lo único que debe hacer, que no es poco, es ayudarle a avanzar en el
proceso de cambio. Y además es fundamental saber que el motor del cambio es la motivación
del paciente. La palanca que logrará que un paciente fumador pase de una etapa a otra son las
ganas de lograrlo, la voluntad y seguridad en conseguirlo, en suma la motivación que tenga.
Cuántos más y mejores motivos tenga para dejar de fumar más fácilmente logrará su objetivo

Acabar con la Dependencia al Tabaco

Desintoxicarse del tabaco no es tan difícil como parece. Todo el mundo conoce hoy en día las
consecuencias que tiene el fumar, tanto para el fumador activo como para el fumador pasivo.

A petición de las autoridades sanitarias, cada vez se elaboran más campañas publicitarias, en
las que se advierten de las enfermedades asociadas al tabaquismo pero muchos jóvenes se
inician en este insano hábito a edades más tempranas, y mientras éstos disfrutan y se jactan
de fumar, las personas adultas con el paso del tiempo se disgustan cada vez más de tener este
hábito, y pretenden y consiguen dejarlo.

El primer objetivo de los programas de desintoxicación es despertar en el fumador que no se


siente a gusto fumando, pero que le resulta imposible dejarlo sin ayuda profesional, una
motivación para dejarlo.
Etapas para dejar de fumar:

Las ganas de fumar no permanecen continuamente en el fumador, sino que viene y se van, por
lo que en los momentos en los que estas ganas son más intensas es cuando hay que ser
mucho más fuertes y ponerse serio para conseguir dejarlo. Además, las ganas no se acumulan,
es decir, si un día estás sin fumar un cigarrillo, al final del mismo no te apetece fumarte todos
los cigarrillos que no te has fumado, sino solo uno.

Motivaciones para dejar el tabaco:

Cada persona debe buscar su propia motivación para dejarlo y por lo general existen varias
bastante comunes entre los fumadores:

Salud: Es el principal motivo por el cual la mayoría de las personas intentan dejar el tabaco.
Economía: supone un ahorro anual de cientos de euros
Estética: El tabaco envejece la piel, provoca mal aliento, deja olores tanto en la ropa como
en la casa, coche…
Familia y conocidos: El fumador activo convierte a los que lo rodean en fumadores pasivos
Personal: Conseguirlo es un reto que cuando se supera provoca una gran satisfacción y
alegría.
Sociedad: La imagen del fumador se está degradando cada vez más, y su papel en la misma
está siendo cada vez más restringido

Pasos a seguir para desintoxicarse:

El profesional ayuda al fumador a reforzar el motivo por el cual quiere dejar el tabaco, y las
ventajas que obtendría al conseguirlo. Después de esto, el fumador debe escoger un día para
dejarlo.
Si en alguna otra ocasión intentó dejarlo sin éxito, hay que pensar en ese momento y
descubrir las causas por las que lo dejó y por qué volvió a fumar de nuevo.
El médico intenta hacer ver a los pacientes fumadores que no todos los cigarrillos que se
fuman son deseados verdaderamente por lo que pueden dejar de fumarse sin esfuerzo
ninguno. El problema está en una tercera parte de los cigarrillos que son los necesarios
verdaderamente.
El primer paso que hay que dar es conseguir mantenerse un día entero sin fumar, de esta
manera cogerá fuerzas para el día siguiente afrontar de nuevo el reto.

Dependencia física y psíquica:

El método del Doctor Cidón combina una serie de terapias para superar el síndrome de
abstinencia, así como la dependencia psíquica.

Cómo dejar de fumar


¿En qué consiste el tratamiento para dejar de fumar del Doctor Cidón?

La clínica del Doctor Cidón, es una de las clínicas más importantes de Europa en el tratamiento
del tabaquismo, no solo por la efectividad de su tratamiento (más del 90% de los pacientes
consigue dejar el tabaco), sino también por sus equipos e instalaciones.

Además de tratamientos a particulares, la clínica del Doctor Cidón posee un programa dirigido
a empresas o colectivos cuyos integrantes desean abandonar el tabaco.

El método consiste en combinar varias terapias, muy eficaces, que no provocan ningún efecto
colateral, junto con una información que evita aquellos momentos en los que aparecen ganas
de fumar. El tratamiento comienza con la redacción de un informe con la historia clínica del
paciente, que ayudará a entender los posibles condicionantes que puedan existir.

Todo el tratamiento es llevado a cabo y supervisado por médicos y personal de enfermería, lo


cual es una garantía.

El tratamiento para dejar el tabaco es un método en el que combinamos cuatro terapias


diferentes, todas estas exentas de efectos secundarios. El tratamiento es aplicado por médicos,
realizándose previamente una historia clínica del paciente para valorar los posibles
condicionantes que puedan existir. Consta de cuatro fases.

El tratamiento que consta generalmente de una sesión que se realiza en el centro en un solo
día, tiene cuatro etapas:

Biorresonancia: Lo que conseguimos en esta fase es potenciar la desintoxicación de la


nicotina en el menor tiempo posible.
Homeopatía: Logramos la desensibilización a los componentes del tabaco: su olor y sabor.
Acupuntura: Disminuye el grado de ansiedad del paciente que provoca la abstinencia
(ausente del uso de fármacos)
Terapia Subliminal: Fase final que sirve como refuerzo de la fuerza de voluntad. Este paso
es imprescindible para superar la adicción y evitar una recaída.
En algunos casos, es necesario aplicar en los días siguientes, terapias de apoyo o de refuerzo,
lo cual no aumenta el coste del tratamiento.

Cabe remarcar que el tratamiento no tiene efectos secundarios.

Es un tratamiento rápido que el paciente realiza en aproximadamente 3 horas.

El paciente que se realiza el tratamiento tiene 6 meses de garantía para, en caso de que lo
necesite, poder acudir a terapias de apoyo o refuerzo sin que esto implique un mayor coste del
tratamiento anti-tabaco.

Pida su primera cita con el doctor Cidón para poderse informar de manera personal y sin
compromiso.
¿Qué hay que hacer después de realizar el tratamiento?

Aconsejamos llevar una vida saludable; beber agua, alimentarse bien, dormir suficiente para
que el cuerpo esté descansado, realizar ejercicio físico, no consumir alcohol y acudir a lugares
donde no se permita fumar.

Tras realizar el tratamiento se sentirá mucho mejor y disfrutará de una vida saludable. No dude
en pedir su primera cita informativa para desintoxicarse del tabaco.
Tabaquismo
¿Es posible dejar de fumar?

Los componentes del tabaco son altamente tóxicos y es el tabaco la droga que causa más
dependencia después de la heroína. Es una de las principales causas de enfermedades
respiratorias, cardíacas, tumores cancerígenos, problemas en el embarazo y muchas otras
afecciones, y no solo para los que fuman, sino también para los que comparten lugares con los
fumadores: los fumadores pasivos.

Dejar el tabaco es posible. Desintoxicarse del tabaco es más fácil de lo que piensa y el hecho
de haberlo intentado una o varias veces sin lograrlo no quiere decir que se tenga que resignar.
Para saber si necesita un tratamiento anti-tabaco profesional, puede utilizar nuestro test de
dependencia a la nicotina.

Como dejar de fumar

En la Clínica del Dr. Cidón Madrigal llevamos muchos años ayudando a que la gente deje el
tabaco. Muchas personas se han desplazado hasta nuestro centro desde otras ciudades o
incluso desde fuera de España al comprobar en familiares o amigos los resultados
conseguidos.
Dejar de fumar en el trabajo

Abandonar el hábito de fumar es una decisión muy importante en la vida de cualquier fumador,
pues las consecuencias positivas que se derivan de ella son muchas y variadas. El fumador
arrastra su hábito hacía todos los ámbitos de su vida, incluido el trabajo. En este ambiente
fumar no solo le afecta a él sino también al resto de compañeros.
Respirar un aire contaminado de humo de forma activa o pasiva es una situación que es
necesario evitar desde el punto de vista sanitario y humano. Un ambiente limpio es positivo
tanto para el personal que trabaja; pues impulsa un trato más fluido, mejora la concentración y
aumenta la productividad… Como para la empresa, pues sus resultados se ven incrementados.

En el plano laboral convertirse en un ex fumador significa:

Faltar menos al trabajo.


Estar más concentrado a la hora de llevar a cabo sus obligaciones, pues no se distrae
pensando en la hora de salir a fumar.
Tener más fuerza y energía para realizar las tareas encomendadas.
Ayuda a mejorar la imagen de la empresa, sobre todo, si el puesto es de cara al público.
Se pueden llegar a evitar situaciones de peligro en aquellos puestos de trabajo donde se
trabaje con material inflamable, debido a las brasas de los cigarrillos.

Para las empresas hay diferentes formas de promover el que sus empleados consigan dejar el
tabaco:

Utilizar la señalización obligatoria de la prohibición de fumar.


Ofrecer información sobre el consumo tabaco y sus peligros tanto para el propio trabajador
como para los que le rodean y su entorno (folleto, intranet, carteles, etc.) y sobre los beneficios
de dejar el tabaco.
Impartir charlas de sensibilización sobre la adicción al tabaco.
Proporcionar consejos prácticos para el abandono exitoso del hábito. Es importante motivar
emocionalmente a los trabajadores que deciden abandonarlo y no señalarlos si al primer
intento no lo logran.
Ofrecer facilidades organizativas (turnos, horarios, permisos, etc) y acceso a profesionales
de la salud como apoyo para el abandono del hábito: médicos, psicólogos, etc.
Organizar equipos de fumadores que se apoyen mutuamente.
Ofrecer incentivos económicos por dejar el tabaco.

El doctor Cidón ofrece planes especiales para empresas que quieran y estén dispuestos a que
sus empleados dejen de fumar.
Si no puedes dejar el tabaco: Déjate ayudar

Dejar el tabaco, es sin lugar a dudas, una de las decisiones más difíciles de tomar para todas
aquellas personas que están atadas a este mal hábito.

Son muchas las ocasiones en las que un fumador habitual se plantea la pregunta de si debería
dejarlo, pero no siempre se pone manos a la obra para conseguirlo.

Cuando el futuro ex fumador, sin embargo, ha tomado seriamente la decisión de dejarlo se le


presenta una dura tarea, que requiere constancia y romper con todos los hábitos que hasta
ahora le han inducido a fumar.

Desintoxicarse del tabaco no se puede considerar ni difícil ni fácil, ya que depende de muchos
factores inherentes al individuo: la fuerza de voluntad; el entorno que rodea al individuo; las
motivaciones personales;…

Así como para muchas personas, puede convertirse en una tarea de lo más sencilla, para otros
es una dura cuesta arriba llena de dificultades y recaídas. Es un porcentaje muy pequeño de
personas el que consigue erradicar el tabaco de su vida para siempre en poco tiempo y sin
mucho esfuerzo, tan solo con la fuerza de voluntad personal, sin ninguna ayuda externa.

La mayoría de personas, quizás, necesiten de la ayuda de amigos, familiares o profesional


médico. Hoy en día existen muchísimos centros médicos que cuentan con técnicas para
combatir el tabaquismo.

Por eso, no hay que desanimarse, ya que el fumador puede contar con métodos como parches
de nicotina, técnicas psicológicas, acupuntura, homeopatía, hipnosis, biorresonancia, etc.

Estos métodos, la mayoría de las veces dan increíbles resultados, sobre todo, cuando se
combinan varías terapias. Con una combinación, por ejemplo, de biorresonancia, acupuntura e
hipnosis, sería muy difícil que un candidato concienciado para dejar el tabaco, no lo
consiguiera.

La clave del éxito para dejar de fumar es simplemente que realmente uno quiera y tenga
motivos suficientes para abandonar el tabaco. El primer paso es el más importante: tomar la
decisión de dejarlo.

El tabaco tiene efectos dañinos sobre quienes optan por no fumar. De ahí la importancia de la
mencionada Ley en defensa de la protección de estos espacios libres de humo. No hay que
olvidar que el tabaco es la primera causa evitable de morbimortalidad en el mundo y que en
España mueren cada año, alrededor de 3200 fumadores pasivos, que tienen un incremento en
el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, infarto de miocardio una mayor mortalidad por enfermedad
isquémica del corazón, así como una reducción del peso de los hijos de madres expuestas al
aire contaminado por humo de tabaco y un incremento significativo de la frecuencia de
síntomas respiratorios crónicos como tos y molestias faríngeas.

Las mujeres, además de estar expuestas a los mismos riesgos que el tabaco ocasiona en los
hombres están sometidas a otros riesgos adicionales. Y es que el consumo de tabaco ejerce un
efecto multiplicador del riesgo cardiovascular que presentan los anticonceptivos orales. En las
mujeres que fuman y siguen este método anticonceptivo, la probabilidad de sufrir un infarto se
multiplica por 10.

Si es usted fumador, debe tratar de abandonar este hábito

Dejar de fumar es posible y usted puede conseguirlo. Está a punto de iniciar un proceso que le
llevará a ganar en salud y calidad de vida.

Piense en los beneficios del abandono del tabaco y busque sus propias razones para dejarlo

Los beneficios de dejar el tabaco:


Más agilidad, menos cansancio.
Disminución o desaparición completa de la tos.
Recuperación de sentidos olvidados como el gusto y el olfato.
Recuperación del equilibrio y la hidratación de la piel.

Además:

Si no tenía ninguna enfermedad relacionada con el uso del tabaco, su riesgo de padecer
cáncer de pulmón, infarto de miocardio o bronquitis crónica está empezando a disminuir de
forma inmediata.
Será un ejemplo positivo para sus hijos y nuevas generaciones en general.
Tendrá la satisfacción de haber recuperado la dirección de una parte de su vida que hasta
ahora dependía del tabaco.
Habrá ganado en salud y ahorrado dinero.

Fase de preparación: ¿cómo lograrlo?

No se precipite, ha estado fumando durante mucho tiempo. Concédase tiempo para llevar a
cabo su plan.
Lea varias veces al día su lista de motivos para dejarlo; convénzase de la importancia de
todas sus razones.
Piense en una fecha para dejar de fumar en un plazo corto (no menos de un mes). Procure
que la fecha no sea una época de especial tensión, de excesivo trabajo o grandes
preocupaciones o responsabilidades. Recuerde que ese día lo ha elegido usted y es
inaplazable.
Unas dos semanas antes de la fecha determinada: decida de antemano el número de
cigarrillos que va a fumar durante el día, y fume tan solo la mitad del cigarrillo. Si experimenta
necesidad imperiosa de fumar, espere algunos minutos antes de hacerlo. No vacíe los
ceniceros. Así podrá contar los que ha fumado y su olor le resultará molesto.
Busque apoyos. Hable de su decisión, preferentemente con alguien que haya dejado de
fumar. Un familiar, un amigo, un compañero que ya lo haya logrado y que vea a menudo,
puede comprometerse con usted a apoyarle y ayudarle.
Consulte con un profesional sanitario. Ellos pueden ser una importante ayuda, pues conocen
los aspectos más nocivos del tabaco y los medios adecuados para ayudarle a dejar de fumar.
Le motivarán y le indicarán los pasos a seguir en cada momento.
Existen diversos tratamientos para dejar de fumar: tratamientos no farmacológicos (terapia
psicológica grupal o individual) y farmacológicos (parches, chicles o comprimidos de nicotina,
bupropion, vareniclina). Su médico le indicará cual es la mejor opción para usted.

Cuando el deseo de fumar parezca irresistible, relájese

Los primeros días sentirá a menudo un deseo muy fuerte de fumar que le producirá ansiedad y
tensión. Piense que esta sensación solo dura unos instantes y que usted es más fuerte que el
cigarrillo. Al final del día verá cómo ha podido con el tabaco.

El día elegido para dejar de fumar


Levántese 15 o 30 minutos antes que de costumbre para afrontar con más tiempo un día
más difícil.
No piense que no va a fumar nunca más. Concéntrese en pensar que no va a fumar hoy y
respete esa decisión cada vez que tenga ganas de encender un cigarrillo. Es mucho más fácil
pensar y asumir que no va a fumar en la próxima hora que en el resto de su vida.
Empiece el día haciendo un poco de ejercicio y algunas respiraciones profundas. Después
dúchese normalmente con agua caliente pero acabe con agua fría para relajarse más.
Durante el día beba gran cantidad de agua y zumos. No tome aquellas bebidas que asocie al
tabaco (café, copas, etc.).
Lávese los dientes nada más comer y no se acomode, mejor de un paseo.
Aleje los cigarrillos y cerillas, encendedores y ceniceros.
Piense en algo que desee comprar y calcule su coste en el equivalente a tabaco.
Si echa de menos algo en la boca, intente mascar chicle o tomar caramelos sin azúcar.
Haga cosas distintas, cambiar sus rutinas de manera sencilla puede ayudarle a no pensar en
el tabaco.
Utilice sus pequeños ratos de ocio en cosas que le agraden; se sentirá satisfecho y relajado.
Consiga pequeñas metas que le van a llevar a la gran meta.

En los días sucesivos, identifique situaciones de riesgo y prepare alternativas

En casa:
Al levantarse hacer varias respiraciones profundas.
Después de las comidas lavarse los dientes inmediatamente.
En vez de ver la televisión, salir a dar un paseo, ir al cine, llamar a un amigo.
Si su pareja fuma, pedir que no lo haga en su presencia.
En el trabajo:
Al intentar concentrarse, hacer varias respiraciones profundas.
Durante las pausas o descansos, salir al aire libre, dar un paseo, leer su revista favorita.
Al coger el teléfono, tener un bolígrafo en la mano.
En momento de estrés, respirar profundamente, intentar aligerar su agenda por algunos
días.

Con el abandono del tabaco conseguirá:

A los 20 minutos: Mejorar la circulación periférica, la presión arterial y la frecuencia cardiaca.


A las 8 horas: Bajar los niveles de nicotina y monóxido de carbono (CO).
A las 24 horas: Eliminar toda la nicotina. Mejorar el olfato, el gusto y el aspecto de la piel.
A las 48 horas: Normalizar el CO, disminuir el moco bronquial, y el riesgo de infarto de
miocardio.
A las 72 horas: Mejorará la respiración al disminuir el broncoespasmo.
A las 2-12 semanas: mejora la circulación. Mejora la tos y la respiración.
Al año: Reducir el riesgo de infarto al 50%.
A los 10 años: Reducir el riesgo de cáncer de pulmón al 50% e igualar el riesgo de infarto de
miocardio al del resto de la población.
A los 15 años: Igualar el riesgo de accidente cerebrovascular al de los no fumadores.

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