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I5
Contrastes principales entre los subtipos del E3
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er.
Psicología de los eneatipos
18
Contrastes principales entre
los subtipos del E3
20
P»”
21
Psicología de los eneatipos
de dub pá
de seguridad, en donde la vida básica ya e
a € d Ao
de vivir es tomar siempre en cuenta que 00
“ando esa situación de partida. Tener siempre, por
guir garantizan s cauto a la hora de gastar), una
ejemplo, dinero sulicienteiiqueesa
onar
ñ y L la Capa cidad de solucie:
rio
casa esta ble con tod o lo nec
pedir ningún
dificultades o problemas cotidianos sin tener que
tipo de ayuda (o buscar ayuda competente cuando sea necesario);
adelantarse en prever atascos y solucionarlos inmediatamente,
etc. Con respecto a los otros subtipos, es el más autónomo y es-
toico; tanto que a veces se puede confundir e9p un Es ic
ción por el perfeccionismo y la carga de trabajo que AS pue
renciándose de este por la sonrisa automática y una energía más
liviana. Mientras que el E3 conservación es un apasionado de
poderlo todo por sus esfuerzos, el E3 sexual aspira a una pareja
que le pueda asegurar la supervivencia que siente no poder lograr
con sus propios recursos; mientras que el E3 social cree que se
puede ganar la vida mediante su prestigio.
El E3 conservación se presenta al mundo en forma de perso-
na segura «por naturaleza», sin darse cuenta de que la energía que
gasta para mantener ese statu quo, convenciéndose en cambio a sí
misma de que «nació» así.
Y esa es su vanidad mayor, aunque no sea explícita. Al vender
seguridad, se piensa, se siente como alguien de mucho valor:
cualquiera no tendrá más que ventajas en tenerlo como pareja o
amigo y, en consecuencia, en algún momento de la vida será re-
compensado. Este premio futuro es el que mantiene la máquina
funcionando. Pero es una recompensa no dicha, jamás asumiday
que espera se adivine y sea obvia en la mente y en el corazón de
aquellos a quienes se ha dedicado tan íntegramente.
Claro está que, al vender seguridad, atrae a los más inseguros
y necesitados, a gente dependiente. Con el tiempo se cobr
a lo que
00%
a rs
Contrastes principales entre los subtipos del E3
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Ps»iiccoollooggía de los enea
tipos
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Contrastes principales entre los
subtipos del E3
todo, , es eS-
crupulosamente. El E3 social, con la palabra consigue arreglar la
situación («sé hacer muchas cosas»), pero lo más objetivo y prácti-
co no lo hace. Le gusta obtener grandes logros y utiliza a los demás
A conseguir sus fines, se apoya en otros ya que no es demasiado
eficientes lo imprescindible es ser importante. La eficiencia que
promete no la cumple si no hay una posibilidad de que él apa-
rezca COMO el realizador, y siempre encuentra justificaciones
para nO asumir su responsabilidad, con lo que consigue mante-
ner su imagen.
Dirige su atención hacia sus propios objetivos, a sus intere-
ses personales, más que a la comunidad. No asume sus desaten-
ciones para con los demás (las racionaliza, justificándose y no
asumiendo la culpa), ni los fallos de sus compromisos de res-
ponsabilidad.
En el ámbito laboral, el Ez conservación puede tener más
dificultad en delegar su trabajo y, de hacerlo, no suelta del todo el
control sino que va «persiguiendo», al modo del Ex, a los trabaja-
dores para verificar que cumplen los plazos, con el método, etc.
Pareciera que el E3 social, que suele ser lo más parecido a un jefe,
se aburra controlando la buena marcha del proceso y no tutela a
sus subalternos como lo haría un E3 conservación. En cambio,
cuando ya falta poco para terminar, revisa el trabajo ajeno y lo
descalifica... para, finalmente, ante el cliente, arrogarse todos los
méritos y olvidar que ha habido un equipo. El Ez social inicia el
proyecto y vende los resultados finales, mientras que el trabajo
metódico lo hace el Ez conservación.
Con respecto al trabajo, al Ez sexual le cuesta mantener una
disciplina y puede ser muy eficiente en las tareas domesticas, que-
riendo que su familia aparezca como lo más perfecta posible.
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Psicología de los eneatipos
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Contrastes principales entre
los subtipos del E3
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Psicología de los eneatipos
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Contrastes principales entre los subtipos del E3
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LA PASIÓN EN LA ESFERA DEL INSTINTO:
CÓMO ACTUA LA VANIDAD EN LO CONSERVACIONAL
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La pasión en la esfera del instinto
Vivíamos en una casa pequeña, con mi abuela y mi tío paternos, sin inti-
midad. En mi familia no se aceptaba mi vitalidad, mi rabia ni mi sensibi-
lidad. Mis padres me inmovilizaban físicamente ante cualquier conflicto
entre hermanos: yo era el más fuerte y vital, y resultaba más sencillo
mandarme a un rincón que solventar disputas. Mi familia no podía so-
portar un ser tan vivo, con tanta energía, y necesitaba compulsivamente
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Psicología de los enratipos
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La pasión en la esfera del instinto
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Psicología de los eneatipos
Aprender a olvidarme de
mí para sobrevivir.
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La pasión en la esfera del instinto |
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130%
s
Psicología de los eneatipo
su fo nd o cu an do ni ño , se encuentra sin
Al desconectarse de externo de los
sentirse ser y sin el apoyo
el soporte interno de
rí an pr ot eg er lo . En est e pu nt o llega a sentir la
adultos que debe qu e lees host! o ajeno,
l de mo ri r, en un mu nd o
posibilidad rea
co n el qu e so lo ti en e co ne xi ón si se desco-
un universo extern o
su
necra de sí mismo. El mi edo a morir llena por momentos
egia
mp o de co ns ci en ci a y es en to nces cuando adopta una estrat
ca n
la an gu st ia ex is te nc ia l, qu e le ll ev a a ser en funció
de escape de
quien
del otro. Viene a ser un rendirse a la voluntad de aquel de
vid a, en Un os cu re ci mi en to ón ti co que ya no le per-
depende su
te ver qu e su ex is te nc ia , €n re al id ad , no depende del adulto,
mi
e él mismo es.
sino que ya Es en conexión con el Ser qu
scubre la base dinámica
Este recorrido hacia lo nuclear nos de
difícil compren-
del E3, que es la pasión del E6: el miedo. No es
a, ue entregar su
der cómo surge este miedo de supervivenci porq
ra
ser al prójimo implica que su vida está en manos de aquel. Pa
arse o dife-
realizar la propia personalidad es preciso individualiz
renclarse:
« 51 ,0 . :
En OR dominando pero en el fondo seré yo el que os
de-
penderéis de mí y aún ia ran Imprescindible para vosotros doque que-
vosotros. Cuan
E - A rd entreagaré a ra
ráis más de mí, > no hoosos |lo daré, de algun mane os abandonaré y 0s
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La pasión en la esfera del instinto
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2
43
Psicología de los eneatipos
tiene
El instinto de conservación al servicio de la vanidad
y perfección; no en
también que ver con una imagen de bondad
caracteres sino de que es tan
el sentido de superioridad de otros
errores
perfecto que ni lo parece: puede dar la apariencia de tener
la seguridad
si eso es lo que hay que hacer. Esta imagen le reporta
casi por
de seguir siendo aceptado por el otro, del cual depende
entero. El Ez conservación no va a perder las formas en primera
io
instancia; es como si no fuera a pasar nada (en el sentido ampl
de la palabra). Por otro lado, se hace querer en el sentido de que
lo pone fácil en las relaciones; es decir, si genera un conflicto lo
resuelve. Si se enfada con el otro, lo hace todo: sentencia y ejecuta
sin contar con el otro.
Para el mundo, una persona así es muy útil (la palabra que
más aparece en el vocabulario de un E3 conservación), pues sabe
ser discreta y adivinar los deseos y necesidades de quienes le ro-
dean. Pero el precio a pagar es alto: su posibilidad de desarrollo se
vuelve difícil, pues aquellos que reciben su ayuda no están intere-
sados en que la retire. Como recuerda Suzy con elocuencia: «Ya
decía un amigo que los Ez no deberían hacer trabajo personal
porque se transforman en personas inútiles».
No debe extrañar tampoco que la ansiedad sea alta y cons-
tante, y que aparezca en la persecución de quererlo todo bien y
correcto: todo odo titiene que estar «entero», con| apariencia de nuevo]
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La necesidad neurótica caract
erística
45
Psicología de los encatipos
bienestar económicos,
mi y » pretend
pretendía
lo expongo). (llse).
46
La necesidad neurótica característica
47
Piicología de los encatipos
competir aún másl, ¡tiene que brillar aún más! El Pater compulsivo
está al servicio de huir de la ansiedad de va posible fracaso; al
igual que el boicot: no aceptando desafíos más elevados (un cargo
de mayor responsabilidad, un doctorado..-):a fin de no correr
riesgos. Malgastar buena parte de la vida controlando la de los
demás puede ser parte también de esta estrategia de huida del
miedo al fracaso:
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La necesidad neurótica característica
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ESTRATEGIA INTERPERSONAL
E IDEAS IRRACIONALES ASOCIADAS
$2.
A
Estrategia interpersonal
e ideas irracionales asocia
das
] l equivo
Tolero fata
Pu
carme;
quel gnifique perder el me asustan la locura, los olvidos... todo lo
control de la situación.
sencia sea estar, decir y Procur
hacer no solo lo apropi
ble— lo excelente y con aparienc
ia discreta, pero sé que me
he hecho
- notar (Maribel).
i
En respuesta a este empobrecimient
o existencial, la aparien-
cia de este tipo es de autosuficiencia, seguridad y tam
bién arro-
el ncia, de modo que en cualquier lugar procurará
llamar la
arención, O por la palabra pretendidamente
inteligente, o por las
ropas, la vivacidad, el humor... conforme a lo que le haga más
visible en aquel ambiente.
La estrategia interpersonal básica es granjearse el reconoci-
miento a base de hacer o ser indispensable para el otro; así es
como el E3 conservación siente que «se gana su derecho a estar en
el mundo». Desde aquí es invulnerable, intocable, incuestiona-
ble. La idea loca es: «Con todo lo que hago por ti, cómo vas a
cuestionarme que yo tenga derecho a ser querido por ti».
En conclusión, es extremadamente rescatador para el con-
servacional cuando consigue conectarse con el sentir profundo,
la ternura, la suavidad y la percepción de la conexión emocional,
sea: con otra persona o con su propia existencia. Con todo, para
que esto suceda ha de estar muy relajado. Normalmente ante
una situación crítica la emoción se suspende, para dar lugar a la
acción. |
Estas observaciones nos son útiles para comprender las rela-
ciones Yo-Tú, en las que el Ez conservación se muestra aparen-
temente entregado y disponible, pero en A fondo a E
una confluencia superficial. Más allá de la merpretación an S
da de ganarse el reconocimiento del otro (siendo PA y *
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Psicología de los eneatipos
pr ne nor-
lo que le genera al otro una relación ES
malmente la relación gira en torno al Pú para ii e secunda.
rio del Yo y no. existe el nosotros. ña en esta idea irracional de.
«Yo me hago cargo de ti para que tú a quieras» conde el Ez
conservación no muestra su fragilidad ni su vulnerabilidad, La
exigencia oculta es: «Yo estoy siempre que ES eses Para
cuando te necesite yo; además no te voy a pedir nada y tú te tie-
nes que hacer cargo de la situación tal como yo creo que se debe,
El Ez conservación es muy susceptible pues a los errores aje-
nos. Si él se muestra vulnerable y el otro no está «a la altura», ho
lo perdona. En el fondo está buscando una incondicionalidaq
como la que él da (aunque falsa). Si el otro no actúa como ESPera
se siente herido con facilidad, y este dolor no se manifiesta lim-
piamente sino que toma la forma de consejos. No se le oirá decir:
«Yo necesito que...» sino: «¿No crees que es más conveniente
que...?» o «yo, en tu situación haría...». En suma, cree que hay
una forma adecuada de actuar y así funciona, esperando que el
otro la adopte a su vez. Alguien lo expresaba con la siguiente idea;
«Si me ayudas, ha de ser a mi manera, o yo te digo cómo».
Otra forma que adopta la evasión del error es evitar los
con-
- flictos mimetizándose con lo que resulta adecuado para |
a Situa-
ción. Ahora bien, si el otro no hace
lo mismo, en la intimidad
puede mostrarse frío y duro, como
forma de agresión y descalifi-
cación
. También tiende a ignorar al otr
o, como si no existiera, en
caso de que le falle. 3
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Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
3)
Psicología de los eneatipos
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4
Origenes
58
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
propio, no saber quién soy. Por ello una pregunta básica en el pro-
ceso es: «¿Qué me ha tenido que pasar a mí para que deje de sentir
y necesitar?» Herman” afirma: «La víctima infantil prefiere creer
que el abuso no ocurrió. Para conseguirlo, intenta mantenerlo en
secreto para sí misma. Los medios que tiene a su disposición para
conseguirlo son la negación, la supresión voluntaria de pensamien-
tos». Añadiríamos aquí la supresión de emociones.
El niño conservacional pasa a concentrarse en ser eficaz. La
idea irracional que se gesta es del tipo: «Si cumplo, soy práctico.
Tengo un sitio asegurado».
Pone toda la energía al servicio de cumplir con algo externo,
y así es imposible mirar para adentro. Entrar en ese estado de hi-
peractividad le impide pararse y conectar, con lo que no hay
consciencia de ser sin hacer. Á eso se suma una necesidad com-
pulsiva de que esté todo bajo control, con la profunda creencia de
que tal cosa es posible.
Rasgos característicos
Rasgos corporales
En El lenguaje del cuerpo? Lowen afirma del carácter histérico
que «viene en busca de ayuda porque algo ha dejado de estar
bajo su control y desea que vuelva a estarlo. [...] También puede
someterse a tratamiento analítico porque el control es demasia-
do eficaz».
El estudio bioenergético de la estructura histérica del carácter
apunta una gran rigidez corporal: la espalda está rígida e inflexible,
de la vio-
2. ]. Herman, Trauma y recuperación: Cómo superar las consecuencias
| a
lencia, Espasa, 1997...
3..A. Lowen, El lenguaje del cuerpo, 1988.
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Psicología de los eneatipos
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Otros rásgos característicos y consideraciones psicodiná micas
me ! a
Dependiendo de la prevalencia de estos rasgos casaoieniales
adicionales, ele cuerpo de un Ez conservación se ve liger ANNEDIe O
bastante distinto a uno rígido,
A ti Cate
Me A
Psicología de los enearipos
ae ¿inc
mar la atención hacia sí mismo, quedándose
presivo. Como apunta Herman, «evitando a EXPresió
esto fra.
física de su agitación interior». Y a veces, cuando todo
s.
casa, «los niños intentan apaciguar a sus ADUagiS con demo
traciones de obediencia automática». Análogamente, los Miño,
futuros E3 conservacionales redoblan sus Estos para CONtro.
lar la situación de la única manera que creen posible: intenta.
do ser buenos. dd
En el Ez conservación es característica una historia de aban.
dono psicológico implícito por parte de los Padies: Como Miño
aprende a apañárselas en la vida con diferentes ingredientes; y,
molestar, no dar problemas, pasar desapercibido, cuidar de la f.
gura parental y resolver problemas del tipo que fueren. Y así, con
el tiempo, la actitud se hace cada vez más «dura» y va dando Paso
a lo largo de la vida a un constante ponerse por encima de los
demás, a una falta de confianza en la autorregulación Organísmi-
ca y a las ideas de: «Solo valgo si soy el mejor» y «solo existo si 5
útil». Su lucha constante por ser el mejor o útil nace pues de o
Una
demanda callada de no ser abandonado.
Autosuficiencia
Uno de los rasgos centrales en
el Ez conservación es poder
Este po solo
der de actuación y resolución
de situaciones con el uso de
losS propios recursos re( fuerza su
ca pacidad y la imagen que
st mismo:¡ la de una persona aut osufic tiene de
iente, con gran capacidad
resol
Pranamente; en cambio,
Superación fue
ron valoradas POsiAtivament la capacidad y la
e por el entorno. Suelen
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Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
Control
El control es el reverso de la angustia, y la angustia o el miedo es
para un E3 una experiencia arrolladora y no permitida. La evita-
ción de la angustia interna se controla pues volcándose hacia fue-
ra, sin poner atención en el mundo interno. De ahí que el Ez
conservación esté disponible para todo lo que venga de fuera.
Asume este rasgo la idea loca de que la vida se puede y se
debe controlar. Esto se traduce en que la vida interior está bajo
control de forma automática y no hay movimientos internos, con
una autolimpieza continua a base de no contener ni reposar nada
de lo interno y estar en resolver los conflictos de forma que el
otro se quede bien con uno. Por eso no sostiene de ninguna ma-
nera el enfado del otro ni el conflicto. Paradójicamente, y debido
a su necesidad de que las cosas se hagany sean como él cree,
acontece una gran dificultad para dar sitio y validez al otro y a su
forma de ser y proceder. | |
Resulta gráfica una de las singularidades del camaleón, que
con cada ojo mira en distinta dirección. Así podría verse al con-
servacional: con un ojo controlando al de al lado y el otro puesto
en lo que está haciendo.
Este movimiento de control, que obedece a su necesidad de
seguridad, le lleva a controlarlo absolutamente todo a su alrede-
dor, desde lo cotidiano (orden dentro de la casa, en los objetos) a
la familia (dando consejos, resolviendo asuntos), pasando por el
trabajo. Es un control con que manipula a las personas con las
que convive para que hagan lo que necesita en aras de su seguri
dad: «Si haces lo que yo creo: que está bien, yo estaré tranquila».
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tipos
Psicología de los eneá
|
Hiperactividad
del E3 con ser vac ion al es hac er varias cosas a la yez,
Otra faceta
tié ndo se tán to mej or cuá nto más hace. En este sentido la ac.
sin
entra una satisfac-
ción energetiza a esta personalidad, que encu
la mul tif unc ión . Est ar oc up ad o es por ende una forma de
ción en
a, una forma de
sentirse seguro, y pasar veloz de una cosa a otr
controlar.
le función. Por
- El hacer varias cosas a la vez cumple una dob
un lado refuerza la idea de poder y capacidad. Ese ideario de «qué
rque así se
bueno y qué listo soy» debe afianzárselo de continuo po
to con
oculta la torpeza interna. Por otro lado le impide el contac
el mundo interno; es decir, le dificulta pararse consigo mismo. He
aquí un testimonio:
Hacer varias cosas a la vez: preparar la comida, dar de comer a los gatos
. y poner la mesa al mismo tiempo es, a veces, muy habitual en mí. Nos
- falta creernos un poco más que nos cansamos físicamente, que te
mos derecho a hacer una sola cosa cada vez. Hago y me siento segura
no pido ayuda y me siento mejor que nadie, llego a todo y so da se
-. . perwoman, me desvivo por todos
y así me quieren (Yolanda).
Compulsión ayudadora
1 Otro rasgo inseparabl
e del automática 4
la necesi dad. vaci o es una tend enci a
ocuparse de
A Aida del otro, que dinámicamente depende
bg
Psicología de los eneatipos
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Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
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Psicología de los encatipos
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E
j
pe
Estrategia interpersonal e ideas irracionales
aróciad
AA
ads
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52
ESTRATEGIA INTERPERSONAL
E IDEAS IRRACIONALES ASOCIADAS
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Piicología de los encatipos
Todo el mundo puede contar conmigo y haré lo que sea para compla-
.cerles si me lo piden. Yo en cambio no sé pedir, no sé recibir.
No
puedo estar en deuda, La gratuidad es una palabra difícil de asimil
ar
(Maribel). ! | |
48.
La necesidad neurótica característica
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Psicología de los encatipos
|
resun de que «puedo sola».
Presumo
amenos a dro
Desprecio | abiertamente
mn E apt
la gente de
» - ¿ y ps si
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Psicología de los eneatipos
tiene
El instinto de conservación al servicio de la vanidad
ección; no en
también que ver con una imagen de bondad y perf
que es tan
el sentido de superioridad de otros caracteres sino de
perfecto que ni lo parece: puede dar la apariencia de tener errores
la seguridad
si eso es lo que hay que hacer. Esta imagen le reporta
casi por
de seguir siendo aceptado por el otro, del cual depende
entero. El Ez conservación no va a perder las formas en primera
instancia; es como si no fuera a pasar nada (en el sentido amplio
de la palabra). Por otro lado, se hace querer en el sentido de que
lo pone fácil en las relaciones; es decir, si genera un conflicto lo
resuelve. Si se enfada con el otro, lo hace todo: sentencia y ejecuta
sin contar con el otro.
Para el mundo, una persona así es muy útil (la palabra que
más aparece en el vocabulario de un E3 conservación), pues sabe
ser discreta y adivinar los deseos y necesidades de quienes le ro-
dean. Pero el precio a pagar es alto: su posibilidad de desarrollo se
vuelve difícil, pues aquellos que reciben su ayuda no están intere-
sados en que la retire. Como recuerda Suzy con elocuencia: «Ya
decía un amigo que los Ez no deberían hacer trabajo personal
porque se transforman en personas inútiles».
No debe extrañar tampoco que la ansiedad sea alta y cons-
tante, y que aparezca en la persecución de quererlo todo
bien y
correcto: todo tiene que estar «entero»,
con apariencia de nuevoy
44
2
43
del nopoder sostener el vacío de «no sati
sfacer, puesto que hay
yn miedo profundo al contacto real. El conserva
: ci
onal no sabe
manejarse con la realidad y esta torpeza y O Se sostiene ni se
mues-
era, sino que sea traduce en un «nO saber decir
que no»: no sabe
| e, ni ped con fl; k
defenderse, ni pedir ni entrar en conflicto; resultánd ole más fácil E
; $
de referencia
Ser una persona
Como acabamos de ver, otro rasgo a considerar es el de persona
com-
_ de referencia, el: cual es dinámicamente dependiente de la
se es-
pulsión ayudadora. Proviene de la tendencia a hacer lo que
de ser inadecuado. Esa
peta de uno, por no sostener el conflicto
o ni quieto, que
actitud se convierte en un no saber estarse callad
n,
a una tendencia a ser el líder de cualquier reunió
desembocen
bien tejiendo una red p.
- aunque ño de forma «obvia» sino más
de tener siempre algo que decir y
hacerse imprescindible. A base
e
Psicología de los eneatipos
Confluencia
Si consideramos la confluencia del E3 conservacional como una
forma de supervivencia, podemos comprender la exigencia de ser
para el otro como estilo de vida. Este aspecto lleva a desarrollar
individuos altamente intuitivos, que en esta faceta se parecen al
E8, aunque con motivaciones bien diferentes.
El dolor de la individuación, el riesgo de ser y el miedo
se
ocultan bajo el hacer lo que se espera de uno, que es una forma
de
no enterarse del automatismo que cubre el vacío existenc
ial de no
saber qué hacer para uno mismo, de no ten
er ni idea de para
dónde dirigir los pasossin que baya Otro ea les movili
ce haciala
_acción constante, )
Cabe añadir que la fisión o confluencia
con el otro es una
manera de sentir poder, Al crear
la dependencia desde la bondad
se alimenta laidea de que se es
necesa: rio. No obstante, ello entra
66 : 2d
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
ña una enorme dificultad para estar solo, para reconocer los pro-
pios sentimientos, necesidades y límites. Además, esta confluen-
cia o ser para el otro permite culpabilizarle sí algo no funciona, en
una evasión de la responsabilidad de ser, sentir y necesitar.
Este no saber seruno mismo sin la mirada y aprobación de
otra persona se asemeja ala fusión que vive el Eg, pero en vez de ser
un servilismo automático e indolente, en el Ez tiene un trasfondo
de ayudar, aconsejar y escuchar para no sentirse solo y para ser que-
rido. Setrata de una inversión a largo plazo, donde los ingredientes
de paciencia, contención, retroflexión y aguante son habituales.
Competitividad... € da
Otro rasgo característico del Ez conservación es-sentir que la su-
peración es un estilo de vida. No solo se trata de hacerlo mejor,
sino de ser mejor persona, Adecuarse a los valores que se esperan
- de él le refuerza la idea de ser alguien adecuado y perfecto.
adecuado»,
-—Esuna forma de imantener la vanidad en «el nivel
Psicología de los eneatipos
Orden
Cuando pierde el control y aparece una emocionalida
d desbor.
dada, el E3 conservación suele enfadarse cons
igo mismo o con] a
persona o situación involucrados. Porque ¿para qué
sirven las
emociones? Él considera que sentir es una. pérdida
de tiempo y
que no soluciona nada. Las emociones
rompen la sensación de
orden y de tenerlo todo bajo control
-— Ligado al perfeccionismo, el orden
es un valor que tiene
mucho sentido en la vida del co nser
vacional, que es ordenado en
los diferentes aspectos de su exis
tencia, desde el orden material en
la casa a la familia o el trabajo.
-
_Autoexigencia
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámi
: 2ECAs
Saberse vender
La imagen que vende un E3 conservación es la de una persona
segura, confiable, amable, disponible, fuerte, que no necesita
ayuda, que lo hace sola, que no va a molestar, que sabe hacer pa-
sar un buen rato, que no se enfada, que lo pone fácil, que no va a
crear conflictos. Pero a diferencia de la persuasión del E7, donde
ser admirable está al servicio de la complacencia, en el Ez la capa-
cidad de vender una imagen está al servicio de ser aceptado. Por
ello es fácil de querer pero también de no ser tenido en cuenta,
porque su disponibilidad y su buen hacer acaba siendo aburrido.
69 :
EMOCIONALIDAD Y FANTAS
ÍA
73
Préselegsa de dos EREGTpa
74
Emocionalidad y fantasía
Mis fantasías sexuales siempre fueron con hombres a los que amé. Con
mucha libertad, en el mar, en la playa, en el bosque, en la piscina...
Siempre en lugares abiertos y distantes, como islas desiertas (Nilda).
icos.
Entre los nueve meses y los dos años sufrí fuertes procesos asmát
vivida en cama:
Un poco mayor, recuerdo la fuerte angustia y ansiedad
me longitudinal-
me ponía boca abajo, en posición fetal, meciéndo
a. A los seis años acusé miopía, que pro
gresó has-
mente, con insistenci
ta los veintiuno (Ferran).
77
eatipos
Psicología de los en
Mis padres convivían con mis abuelos paternos. Mi abuela, una mujer
dura, era el referente en la casa, la superwoman; había parido y criado
un montón de hijos y sabía hacer casi de todo. Mi abuelo, casi invisi
ble. Mi padre,
padre, pegado
pegad a las faldas de su madre, y casi l siempre
si fuera de
casa, trabajando como albañil y de bares después delel trabajo. trabajo. Mi
Mi ma-
p
dre, una sufridora (Maribel).
físico puede
deberse a que el niño
“- no cumple | expectativ: . ¿ .
as
eE
familiar. En el instinti P as del imaginario
a PS emocional, suele darse una imposibili-
os padres de estar con la vitalidad de ese ser o con 1
a Cx-
presióo n de la rabi la. No olvidemo
s que el Ez es un tipo energéti-
O. De este modo, el niño
de su rebeldí fic menudo se encuentraA con laq no
aceptación la (fuerza, vital;
dres amorosos: za, vitalidad y rabia) aun con pa
78
Infancia
79
Psicología de los encátipos
Yo debía tene,
En casa siempre se contó una anécdota durante años,
entre ocho o nueve meses, mi madre trabajaba en la tienda de la fami.
pri.
lia en el piso inferior, y yo dormía en la cuna de la habitación del
a
mer piso de una casa muy grande, Mi madre me venía a ver muy
menudo, El caso es que se dio cuenta de cómo yo empezaba a Mora,
cada vez que subía a verme, Decidió que no podía verme llorar cada
vez, así que empezó a mirarme por la rendija de la puerta. Un día po
de la
lo visto debía estar muy cansada de mi soledad, el caso es que salté
cuna al suelo y seguí gateando por un largo pasillo, bajé un piso y mo.
dio de escaleras y pasé por otro largo pasillo a oscuras, hasta que llegue
ala puerta de la tienda, dónde me encontraron llorando. Mis padres Se
pegaron un susto de muerte, no daban crédito.
En un trabajo de la línea de la vida tuve un fuertísimo ¿nsight y pude
percibir cómo esa vivencia marcó claramente mi carácter. Me di cuenta
de que ahí se podía haber quedado fijado el tema de que tengo que pro.
veerme yo misma porque nadie va a venir a darme; que yo puedo, que
soy en cuanto hago, que en realidad nadie está para cuidarme. El condi.
cionamiento es tan fuerte que incluso con una madre hipercuidadora
generosa no he podido descansar realmente en nadie (Assumpta).
80
[ nfancia
81
Psicología de los eneatipos
82
Infancia
«Hacer para tener»: ese fue mi lema desde los seis años. Quería tener el
reconocimiento, primero de mi madre, de que yo era buena en aquello
que ella determinaba; pero la mayoría de las veces lo hacía sin que ella
me lo mandara, solo para agradarla. Entonces pasé a usar mi energía
para destacar en todo lo que hiciese, Con ocho años comencé a practí-
car deporte y siempre estaba entre los mejores; era la manera que en-
contré para ser vista, percibida; pensaba que así agradaría a las perso-
nas y me aceptarían (Sandra).
83
A
Psicología de los eneatipos
ide ha motHA
ivaL
do much
MN í.
te toda mi etap a esco lar y univ ersi taria me
a »render. Por ejemplo, con cuatro años En Ed a
a
rimaria destaqué
€ rápi
. damente en lectura íy e hi E ll alta
e hicier
l rme
su
» es frente de la clase y al final me Cas
en
a e
a e $ 4 MN e A
Fui una niña quieta, que procuraba no dar trabajo. Un tanto solitar
ia,
siempre inmersa en libros y revistas, jugando con los gatos
de la casay
observando las hormigas (Nilda).
84
Infancia
cre los arbustos para observar de cerca las aves. A los once años
do en¿ mis primeras
ñ
notas de campo, sa
imitando a Félix,
: ,
tomé que no solo me
brió las puertas 2 un mundo fascinante, sino que se convirtió en mi
abrió
85
a.
y
PERSONA Y SOMBRA:
LO DESTRUCTIVO PARA SÍ Y PARA LOS DEMÁS
87
pos
Psicología de los eneati
Es tan sombra ese lado manipulativo y neurótico que tiene que ver con
el mostrarme disponible sin límites, responsable, buena, la que llega a
todo y todo lo hace bien, como la parte quejica, abrumada, estresada,
enfadada y exigente que me asalta sin freno cuando ya no puedo soste-
ner más la otra máscara (Assumpta).
88
%e
Persona y sombra
89
Psicologia ACUINCepr
S
tod as for mas, lo más ang ust iante era no saber si la alegría
Para mí, de E NTOS Era Era tea]re
erm inados MOME
.
nto.
de mi ade cua ció n a los sen timientos correctos del mome
o fruto
que
La sombra aparece como una verdadera máscara para tapar todo lo
escondo de mí misma y principalmente a los que me rodean. Muestro
po-
una fuerza donde no la tengo, muestro una seguridad donde no la
seo, muestro firmeza cuando estoy en la más profunda inseguridad,
muestro bondad cuando ya maquiné todo para sacar provecho de la
situación, muestro conocimiento donde no lo tengo, me hago pasar
por buenecita cuando en el fondo soy mala. Muestro ser diferente, in.
dependiente, que no preciso de nadie, y en el fondo siento dependen.
cia de todo. Muestro ser moderna cuando en el fondo soy rancia, y al
revés. Es un tremendo autoengaño (Sandra).
91
Psi5 cologí
Ñ
a de los eneatipos
ás abi ert ame nte . El mos tra rse nec esitado despierta el miedo
dem
OR a
al abandono y al rechazo: «Si ven que no puedo
dejar». Y este punto nos lleva a la inhumanidad especi de del Ej
renuncia al sen
conservación; una inhumanidad que radica en la
tir propio, para que no se le abandone o rechace, y por extensión
al sentir del otro:
92
Persona y sombra
mismis a, y un modo
de esconder el mi edo
al mundo, a la vida
vLvLL.
y a
Dado quoe dela futuro no se
puede adivivinin
ar ar nini controlar, le da
E dos : e prpreseser
ervávándose de la incertid
las mah eras mate umbr e, de todas
ri es posibles, ya que no confíaf
en D los ni en la
vida.
U no de los peaspectc os más! destructivos del Ez co
nservaciiónón bibien
pudiera ser la manera como da salida a la frus
tración profunda de
no sentirse ser; es decir, de saberse intu
itivamente desencaminado
de la autorrreeaalliizza
acióción y lejos de la plenitud. Esa frustración, que
nace del do lor del desarraigo profundo se ió
, vuelca en forma de exi-
gencia y de rabia hacia los que le rodean. Esa rabia que debe cont
e-
ner para mantener la máscara de adecuado y bueno explosiona por
las fisuras de la crítica, la exigencia, la pr
otesta, la re
incluso el despotismo. Veámoslo en el siguiente caso: ivindicación e
93
s
Psicología de los eneatipo
94
EL AMOR
95
Pácolagld de los enedtipos
ollado, D
6 ds
rarla con lupa y tuve una experiencia dura cuando alguien en quien
creía ciegamente me defraudó. Ante las personas a las que admiro mM
siento poco digna y no me suelo acercar más que tímidamente; pero $
muestran interés en mí, soy una colaboradora incondicional (Maribel).
96
El amor
97
pos
Psicología de los eneati
l y el
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fiel para no generar un conflict
rran).
rim ido la sex ual ida d; me mue str o como bondad (Maribel).
He rep
o a mí ni a la per.
Para mí el deseo es peligroso y no me lo he permitid
sona que ha estado conmigo (Teodoro).
s
En realidad el vínculo de pareja se realiza, como ya hemo
comentado, a través del amor maternal y de la dependencia afec-
tiva, tal como esclarecen los siguientes relatos:
En pareja todo mi esfuerzo es para que la otra persona sienta que con-
migo está segura. «Puedes confiar en mí, doy seguridad.» Así que me
doy a valer mucho. En los tiempos que corren yo te doy lo más grande:
confianza. Con lo cual creo una deuda y quiero que el otro me dé la
misma confianza y seguridad. ¿Qué somos nosotros sin pareja?
Abandero mucho el ser fiel, dar atención, estar presente y sacrifi-
cam adaptarme a lo que la otra persona quiere: no bebo, llamo
por
as noches, te cuido. La cosa es no crear preocupación para
la otra per-
sona (Teodoro).
El : amor
ideal
1
tenía, que ver con el amor maternal de acoger; nunca es
e ser acogido (Juanjo).
Hem
bel) os a prendi
di do a que
a base de esfuerzo se consigue el amor (Mar
i-
98
Elamor
El B3 conservación vive
así una Constante ince
rtidumbre
entre am orr) y necesidad, entre pl acer
Amo y bondad, e ntrey
| sensualidad
y amistad,
En las relaciones íntimas, busca el
obruvo del progenitor de sexo calor y contacto que no
opue sto, Un hombre Ez conse
rva-
ción que de niño no tuvo contacto con su m adre se orientará
a
cubrit sus necesidades más primarias: la seguridad y el calor, Sin
ese constructo inicial, le entraña un a dificultad su expa
nsión
hacia el mundo; y vivirá incompleta su sexualid ad en el seno de la
pareja, o proyectando el amor erótico fuera del ámbito de su pa-
roja=seguridad,
- El deseo interno de felicidad vinculado a la incapacidad de
ser o de autenticidad lleva al Ez conservacional a la idealización
del amor. El modelo amoroso tiene como imagen paradigmática
la casa de la pradera, con el resultado de una relación amorosa en
que el sexo debe estar impregnado de amor y ciertas prácticas se-
xuales no son posibles porque «eso no es amor». La idealización
de la fidelidad y la felicidad le lleva a menudo a renunciar al sexo,
a ser sexi. La búsqueda de la excelencia es llevada al ámbito se-
xual, con una incapacidad de vivir lo cotidiano y una proyección
hacia lo intenso o excelso. |
Esta proyección puede llevar a un dramatizar ñ sesmalidad,
ligado, por un lado, a la sustitución de lo real por le imeginatio
por otro, a la relación a través de la acción. Lo primero tiene que
ver con la fantasía del E3 conservación, que construye Unbseles
tos ideales, muy internos, con los que se pela cioña y pod tienen
que ver con el otro. Un ideal interno construido a imagen y se
mejanza de la perfección que busca, y que deja pues poca energia
sobrante para la relación real. tr doce el
El papel que juega la acción en la relación obe dE LES
Cultad para la intimidad, para mostrar su afecto y ha
99
Psicología de los eneatipos
Mi
como protección ante cualquier abuso que el otro pudiera come.
ter con él. El amor acaba así manifestándose a través de actitudes
y acciones a favor del otro; en definitiva, por el hacer, Cuanto
mayor es la atracción —léase dependencia— más disponible se
torna en hacer algo para el otro, hasta el punto de resultar inyag;.
vo y precipitado. Esa misma autorreferenciación inconsciente ey,
la necesidad, y la necesidad de ser visto, le llevan a no ver al Otro,
El Ez conservación se interesa por alguien valioso desde la óptica
de sentirse valorado, pero realmente no le importa lo que NECESite
el otro. Esta paradoja, donde en apariencia él se lo da todo q]
otro, la encontramos en el cuento de cariños del análisis transac.
cional, que narra la trayectoria de un enfriamiento emocional en
que cariños verdaderos son sustituidos por cariños de plástico, Se
trata de una gentileza generalizada y convencional.
100
eatipos
Psicología de los en
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lo expres
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102
El amor
103
9
PERSONAJE HISTÓRICO: CLARA DE ASÍS
105
Psicologta de los encatipos
106
Personaje histórico
107
Psicología de los encatipos
n sino Que
hermanas renuncian a toda propiedad y nada acepta
E
viven del trabajo de sus manos.
y
Determinadas hipótesis sobre San Damián apuntan a que
convirtió en una especie de centro de asta caritativa 2 Niños y
leprosos. Lo que se busca en San Datnián ES una vida sedentaria y
ad.
contemplativa y, al mismo tiempo, caritativa, cerca de la Ciud
CONtacto y OCUparse
Francisco se compromete a permanecer en
ma la
de ellas con cuidado amoroso. Su deseo es que Clara asu
las co-
dirección de San Damián. Ella se resiste. A partir de 1215
munidades religiosas deberán atenerse a una regla preexistente,
pero ni a Francisco ni a Clara les interesa una regla monástica
tradicional.
El grupo de San Damián se desarrolla con autónoma respon-
sabilidad. Ni capellanes fraternos ni prelados de ninguna especie
deben inmiscuirse entre Dios y las Hermanas. En San Damián
los frailes están sometidos a la autoridad de Clara.
En 1224, las hermanas piden auxilio a Francisco ya que Clara
enferma gravemente por sus rigurosas formas de ayuno, que
Erancisco le cuestiona.
Dos años más tarde muere Francisco y con él, el aliado más
importante de Clara, que en su última voluntad la anima a seguir
en el movimiento.
Ella dirige respetando la vocación de cada una
de las herma-
nas, a las que exige que sean «espejo y ejemplo»
y no observar una
dependencia infantil de la madre,
sino preo cuparse maternal-
mente las unas de las otras. Como
alguien co n iniciativa, organi-
za su vida de forma innova
dora. Si bien en u n principio valora el
sufrimiento en sí mismo,
racional. Clara instituc se rige más tarde por un criterio más
ion aliza la pobreza con el ayuno.
hermanas viven de lo qu Ella y sus
e mendigan.
Clara desarrolla su
vi
/ Paja histárk ,
des den
A516 €s mayor en la pobreza e jue en
la clausura,
En 1228 el papa Gregorio 1X canoniz: A Francisco y visita
San Damián, En ese momento hay un choqu econ Clara, pues el
papa quiere lOtransformar esa comunidad e hn monasterio hugo-
liniano, Clara consigue de Gregorio IX la confirmación del Privi-
ns de a pr % 03 a a A fs E e E ña 4 mr
no le parece suficiente.
apoyo del cardenal Reinaldo,
En la primavera de 1253 escribe su última carta a Inés de
Praga, En su testamento recuerda a sus hermanas, a los hermanos
E menoresy a la iglesia oficial la originalidad del carisma de San
109
Psicología de los eneatipos
110
10
Ejemplos cinematográficos
a |
Tyler Moore. do
eda por Mar
A P enmaje! La madre, incrpr
Psicología de los encatipos
cus ión : De la pel ícu la, pla gad a de escenas muy sugerentes,
Dis pos
cabe destacar el principio y el final:
las pri mer as esc ena s apa rec e la muj er muy divertida en el
En
mp añ ía de su mar ido y de otr a pareja. Parece feliz,
teatro, en co
do lle ga a cas a se tra sfo rma : con su marido es más fría, ya
Cu an
rás, en la cama se hace la
por delante en la escalera y él la sigue det
sayuno ella se
dormida y él la acaricia... Luego, en la escena del de
era en pre par ar el pla to fav ori to de su hijo pero él no tiene
esm
ando las tostadas
hambre y la madre reacciona violentamente, tir
mundo... Pro-
en la crituradora como si fuera lo más normal del
da sin perder la com-
voca una situación tremendamente incómo
postura.
oculta y huye
A lo largo de la película se ve a una mujer que
no escucha y que cree
de lo que no va bien, controladora, que
saber lo que necesitan los demás, Mantiene una relación tensa y
más le
superficial con su hijo; no sabe estar a su lado. Lo que
duele es que la pongan en evidencia, puesto que no muestra sus
sentimientos. (no lloró en el entierro de su hijo mayor) y se entre-
tiene con lo aparente (qué zapatos y qué camisa debía ponerse su
marido en la ceremonia). Lo tiene todo organizado y convence a
los demás para que hagan sus planes.
La madre huye de su hijo pequeño porque «no sé qué preten-
de de mi», «no sé lo que nadie quiere de mí». Y resulta sugerente
la respuesta que da a su marido e hijo ante un «solo queremos que
seas feliz»: «¿Qué
es ser feliz?» Al final de la película es el marido
o dd
;
)
e :
r ho
A
Ejemplos literarios y ej nematográficas
- Todo hubiera id
o muy bien si no
e hubiera habido prob
tú no resistes los pr
oblemas, lo necesitas todo lemas,
; y. . No sé, a lo mejor eres incapa
Jero
$
en orden y senci-
O...
RS
z de
ne
quer er. Querías tanto a Bart qu
n ;
e
cuan ndo murió fue como si hubieras enter rado todo tu amor con él
ntiendo eso, no sé... Alo mejor no fue y
nor Bart, a o menejj or es que eres
¡
y lo me
SEjor de ti_ se enterró con él.
asiV ] , Pero sea lo que sea, no sé quién
A q no sé a qué hemos estado
QoS y a jug
E ando. Lloraba por eso. Lloraba
ue ya no sé si todavía te quiero
y No sé qué voy a hacer sin mi
- amor.
detidaScs 1
Sn
yan en en. todos
nad los j momentos, especialmente
] t ante la muer te.
bre
codo, incluida la muerte,
_. M'Ly
, nn] apena
(3
s tiene
1 >
coraje; para| asisti
.
r a] sepelio de su hija
Organiza el funeral, determina| con qué ropa la van . a enterATar,
r E Y
ya |al encuentro An
del nieto. Es en el camino condu él
ARA
ciendo sola, 3
sea
a DUSCa de esperanza. Basada en ía mn 858yg
Eo
otidarida
.
d,
2
enSS A A
afeía reresumilse Co «Si i Pue.pu. aq! "Ea ¿gor Es
6
Ejemplos literarios
y cinematográfico
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otraa mujedl
con n ótr Com
r. Co
eo an aey sesexoxo co
anta
orasnits licolló E recn.
le l ana E nteidea quenno cscil
rcambio de sexo
aa las primeras voluntarias en el intá
«P ra er em os co mi da par a tod os y ya hablaremos de
por comida. | |
e a qui en est á en con tra .
diguidades», le dic las tijera,
Camina con determinac ión pot el pasillo. Lleva
hab ia esc ond ido y ma ta al líd er que violentaba a su compa.
que
írera. Discute con el ciego de nacimiento: «Aquí mandamos no.
sotros ahora», |
Comienza a retirar a las personas del incendio, sin pensar ey
los guardias que podrían disparar. Sigue adelante y los guía hasta
la calle, «¡Somos libres!», grita. |
La rendición de esta mujer llega cuando conduce a los ciegos
por la ciudad, hasta un refugio. Por primera vez reconoce necesi.
tar ayuda y acepta la de su marido, percibe que no es omnipoten-
te. Precisa de su protección también cuando es atacada por los
ciegos y el marido la tiene que socorrer, ya que no suelta las cestas
de comida que encontró. Prefiere defender con la vida el alimen-
to. Cuando percibe que la comida se está acabando ya no se pro-
pone buscarla sola, sino que le dice a su esposo que el asunto ha
de ser discutido por todos. ! |
En el instante en que le dice a su:inaritlo! que tendrán que
conseguir más comida, pues se está acabando, el primer hombre
que quedó ciego vuelve a ver, Echa a caminar hacia la terraza
Sabe que en poco tiempo todos podrán gritar: «¡Estoy viendo)» y
_nadie será ya la misma persona que antes. Por fin se siente libre.
Ya de es necesaria... Y ¿ahora?, ¿puede entregarse? Mira hacia el
cielo claro y luminoso y piensa: «Creo que me estoy quedando
— Ciega», Mira hacia abajo: la ciudad sigue: ahí.
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da: 118
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El amor
103
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Psicología de los eneatipos
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como protección ante cualquier abuso que el otro pudiera come.
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y acciones a favor del otro; en definitiva, por el hacer, Cuanto
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la necesidad, y la necesidad de ser visto, le llevan a no ver al Otro,
El Ez conservación se interesa por alguien valioso desde la óptica
de sentirse valorado, pero realmente no le importa lo que NECESite
el otro. Esta paradoja, donde en apariencia él se lo da todo q]
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cional, que narra la trayectoria de un enfriamiento emocional en
que cariños verdaderos son sustituidos por cariños de plástico, Se
trata de una gentileza generalizada y convencional.
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Elamor
El B3 conservación vive
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En las relaciones íntimas, busca el
obruvo del progenitor de sexo calor y contacto que no
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ción que de niño no tuvo contacto con su m adre se orientará
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cubrit sus necesidades más primarias: la seguridad y el calor, Sin
ese constructo inicial, le entraña un a dificultad su expa
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hacia el mundo; y vivirá incompleta su sexualid ad en el seno de la
pareja, o proyectando el amor erótico fuera del ámbito de su pa-
roja=seguridad,
- El deseo interno de felicidad vinculado a la incapacidad de
ser o de autenticidad lleva al Ez conservacional a la idealización
del amor. El modelo amoroso tiene como imagen paradigmática
la casa de la pradera, con el resultado de una relación amorosa en
que el sexo debe estar impregnado de amor y ciertas prácticas se-
xuales no son posibles porque «eso no es amor». La idealización
de la fidelidad y la felicidad le lleva a menudo a renunciar al sexo,
a ser sexi. La búsqueda de la excelencia es llevada al ámbito se-
xual, con una incapacidad de vivir lo cotidiano y una proyección
hacia lo intenso o excelso. |
Esta proyección puede llevar a un dramatizar ñ sesmalidad,
ligado, por un lado, a la sustitución de lo real por le imeginatio
por otro, a la relación a través de la acción. Lo primero tiene que
ver con la fantasía del E3 conservación, que construye Unbseles
tos ideales, muy internos, con los que se pela cioña y pod tienen
que ver con el otro. Un ideal interno construido a imagen y se
mejanza de la perfección que busca, y que deja pues poca energia
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Psicología de los eneati
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En realidad el vínculo de pareja se realiza, como ya hemo
comentado, a través del amor maternal y de la dependencia afec-
tiva, tal como esclarecen los siguientes relatos:
En pareja todo mi esfuerzo es para que la otra persona sienta que con-
migo está segura. «Puedes confiar en mí, doy seguridad.» Así que me
doy a valer mucho. En los tiempos que corren yo te doy lo más grande:
confianza. Con lo cual creo una deuda y quiero que el otro me dé la
misma confianza y seguridad. ¿Qué somos nosotros sin pareja?
Abandero mucho el ser fiel, dar atención, estar presente y sacrifi-
cam adaptarme a lo que la otra persona quiere: no bebo, llamo
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as noches, te cuido. La cosa es no crear preocupación para
la otra per-
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tenía, que ver con el amor maternal de acoger; nunca es
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A b AOS y É Menalagráfico;
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Un ejemplo literario
ETRE
119.
pos
Psicología de los eñcati
37)2
Bl A
AN 2005:
TES,
Ejemplos litera
rios y cinematogy
áficos
Lara no era religiosa, No creía en los ritos del culto. Pero a] gunas ve-
ces, para soportar la vid1 a,
és menester acompañarse de una especie
de
música interior, que no siempre se puede componer a solas. Esa músi-
ca eran para ella las palabras divinas sobre la vida y por ellas iba a llorar
a la iglesia (p.64).
122
Ejemplos literarios y cinematográf
: ico s
“ somos de alguna mane
ra “SUPervivientes» de
traumas
fe
ha”
ndemos de formas distintas.
En el E3 co Dserva
>
e e E
ciaca-
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mlción es muy
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“zacte
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rÍstic
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o no queda rse en
B
la caída, no aceptar el fr
: acaso, , ] 1LEVan-
tarse como se pueda y seguir adelante. A La
ra, aún muy enferm
“Je cuesta mucho aceptar ayuda de un
e E
«Comenzó a a
queda lamentándose con los brazos cruzados.
E diar eje los principios elementales de la medicina y se
Jiploma
eSy obtuvo el diploma
e hospital dec enfermera a
examinió en el mismo
123
Psicología de los eneatipos
. este Subtipo
de la caridad» (p. 13 3). Ya vimos que dos pues
son el estudio y el trabajo, con En UCA. Y ZAS
necesidad de sentirse «seguro». Con el estudio invieste ch tener
bu en tr ab aj o qu e le sat isf aga y co n el qu e pueda MANtENerg
un
e no fal te nad a», «pa ra da rs e E S ON depende
«par a qu
Ro a AU TO imagen
económicamente», «para ser útil» y para a
124
Pies 3 his sd
tdd
Ar eon :
a O, seoinclinaba so.
bre la mesa, apoyanda la cabeza en una tano
mano y, y con un tápido movi-
miento, con la otra copiaba a lápiz en un cuaderno
libro. l... Observindola, cualquier pasaje del
Yuri Andréievich |Zhivago] verifica
ba la jus-
teza de sus antiguas impresiones... «No quiere gustar
-—pensaba-—, ser
bella, arractiva. Siente una especie de desprecio por este
aspecto de la
feminidad y parece como si se castigara por ser tan bella. P ero esta or-
— gullosa dejadez aumenta su fascinación» (p. 340)
.
126
Ejemplos
“ . li terari
AYTOS y
:
cin ha
cMatog ráfic. os
para llega
atrás y a niveles tan profundos que ya hay poco acceso
a su expresión. Pasternak lo describe a su pie poética: «Por Ja;
ella ny a
mejillas de Lara corrían lágrimas silenciosas de las que
daba cuenta, como la lluvia que en aquel instante caía sobre la,
dela.
caras de las figuras de piedra de la Casa de las Estatuas, allí
te» (p. 353). | |
Cuando Zhivago regresa a casa de Lara tras un largo secues.
tro a manos de partisanos y haberse finalmente atrevido a fugay.
se, encuentra, en el escondite para la llave en casa de Lara, una
carta de esta dirigida a él en que le explica cómo puede usar la
casa, dónde le ha dejado comida... El término «seguridad» cabe
bien aquí para comprender sus pensamientos y acciones. Le pro.
vee con lo necesario para sobrevivir y estar protegido. Nueva.
mente es la mujer que ama, y amar para ella es cuidar, cuidar al
ser que ama, facilitarle lo práctico: con eso le expresa su cariño,
Ella regresa al fin cuando Zhivago se encuentra muy enfermo,
«Lara lo alimentaba y cuidaba solícitamente, con el murmullo
tierno y cálido de sus palabras» (p. 456).
En las conversaciones íntimas que ahora sostienen Lara y
Zhivago acerca de la vida, el amor, las familias rusas y las historias
de ambos, se nota la madurez de esta mujer en la profundidad
con que ahora analiza, comprende y resume lo que le ha pasado.
Se muestra muy realista referentea «las costumbres, las relaciones -
y el orden humano; todo se ha hecho trizas con el desbarajuste de
la sociedad y su reconstrucción. Todo lo que pertenecía a la vida
cotidiana se ha conmocionado y destruido» (p. 464).
- Por un lado defiende el deber, el «llamamiento de la fidel
dad. Lo sacrificaría todo. Incluso lo que más quiero, tú». Por
otro, afirma: «Oh, perdóname! No quería decir esto. No es veF
dad. [...] ¿Qué será de nosotros? ¿Qué podremos hacer?» (p. 465)
Su destino es. incierto. Los dos. están: reunidos en un presente
15328
Ejem plos literarios y cinematóe ráficos
“niños, pero los ejemplos que ella menciona son muy típicos del
19
s
Psicología de los eneatipo
o
Ejemplos literarios y cine
matográficos
132
$1
UNA VIÑETA
sentación
Esta repreid : a indica las principales carac terísti+cas
olgráfic
del E3 conservación. Es una figura a que sugiere mu E
] o cad
¿EL atuendo deportivo no o significa o ueqe E3
Lo, conseración siempre se: dedique a acidos epo r E
: 133 !
; colita
rp:
Pricología de lor enca
136
Una viñeta
todo el confor id
Procura responsabi:lizarse de
tes de codos los miembros de la familia, como orarS Mate 2
e ria-
aliza-
da de vivenciar su ddamor, Pueden aparecer co nflictos a cg eri A
a ed 5 usa de s
necesidad ansiosa de que lasO personas se m Uevan y que las .
eucedan en el modo y el tiempo defini
dos por él. Al s ofocar
a la
iniciativa
y responsabilidad de los demás puede generar una si
cuación paradójica de personas dependientes, que contradice la
imagen que idealiza en relación al grupo familiar.
El último icono señalado representa el hogar. Si es posible la
casa del E3 conservación, como espacio físico, será amplia, airea-
da y muy bien cuidada.
La estética pretende dar una imagen de
simplicidad sofisticada.
- Poseer una casa y otros bienes materiales aporta la sensación
de seguridad, de tener un refugio en el presente y el confort del
fucuro. La ansiedad generada por el tema de vida o muerte está
claramente representada en la preocupación por la conservación
del ambientey. de los objetos.
Rio dean
Bo Extraído del libro VV.AA, Históriasda tradigáo su Dervsh,
PLA ; eS :
:e
eatipos
Psicología de los en
y
cri stalin
Cris lina a de sus A innumera bles tia.E
a
b n su $ ed en el águ
saci aba
chuelos. an deliciosas y la Ecompañía de ls
y las ba ya
y s er an £
Las frucas sentirse descontento
e el ga ll o e m p e z o2
ángeles, tan divina, qu enturas,
con aquella vida demas iado cómoda y a ansiar av
o al án ge | qu e cu id ab a de l bienestar de los Pája.
Un día le dij
ros:
Mi reluciente,
i ¿dónde
¿dó podríaía irir p para encontrar aven vuras y
¡
rtante er,
algún significado para mi vida? ¡No hago nada impo
y luz!
este lugar donde todo es bondad
—Paciencia, valiente gallo —respondió el ángel—. Dios, e
Misericordioso, es compasivo, y ya dispuso la situación.
Entonces el gallo, erizándosey recolocándose las plumas,
soltó un grito muy fuerte y, henchido de orgullo, les dijo a los
Otros pájaros: | A
—:Me
¡ van a dar un p puesto importante! ¡¡Prestad mucha aten aten.
ción! Cualquier día de estos os voy a dar una sorpresa.
—Hermano, ¿qué noticias son estas? —dijeron los otros pá-
jaros—. ¿No estás satisfecho con tu vida así como tú eres, aquí
solo en el jardín, entre árboles llenos de las mejores frutas?
El gallo gritó más fuerte aún y voló muy alto en el cielo, in-
flado de orgullo, y es que en aquellos tiempos los gallos podían
volar tan alto como las águilas.
| Entonces el ángel se aproximó al gallo y le
dijo:
; —Dios, el Misericordioso, el Compasivo, creó
la Tierra, ahi
Bajo PST y puso en ella todo tipo de seres: humanos y ani-
ea . 7 20 ' hasta allí a llevar a todas las criaturas
eDios.
ps A anunciador! —exclamó el gallo—. ¡Men-
2265 ROUCIAS incomparables! |
20 no —dijo el ángel—. Tú debes volar hasta alli y volve
No, —« iio , - a O e
38
L7, A ViÑeta
39
s eneatipos
Psicología de lo
es
va n i d a d del gallo fu
La gran 2 prisioner
«Ateas c O ra
ga ll o b ate laalos al Nt el
a c ó m o el
p e r o ya 1
frecu e n c i
elocidad de a ntaño, no
jardín
echo, procurand ima de la cerca del
140
12
- PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
“Y RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS
142
Praceso de tramiformación y recomendaciones terapéuticas
( compro bar) que hay ahí algún otro hombre ompi que le apoya, que le
: tey con el qu e colabora (no c te); se trar a en|
sirve de refer en e ,
definitiva, de recuperar la confianza en el otro y en la prop;,
identidad.
que la pase energética y
Esta línea de trabajo toma en cuenta
r a la del E3, si En en el van;.
sensomotora del E3 es muy simila de
puO ES e o
dosoda energía ha sido castrada. Es por
da AE confiama,
hombres capaces de expresar la masculini
ayu-
incluso la. relación con representantes del eneatipo po
y la
dan al conservacional a redescubrir el contacto, la autonomía
autoconfianza.
144.
Proceso de transformación y recomendaciones
ena terapéutiUticas
Tareas recomendadas
: Elcultivo de lo placentero : j en al
* Elegir algunas cocosas: que seanprolameis placenteras: y realizar-
a E ! y
ario».
* Hacer algo gustoso ques seaa «absolutamente ¡ inneces
un
“> Cuídarme: ser consciente de mis necesidades; concedermé
no mal-
Poco más de atención,, Teservar tiempo sen el ocio,
Pricolaygia dde las esveitii pos
132
Ejemplos literarios y cine
matográficos
o
Ejem plos literarios y cinematóe ráficos
“niños, pero los ejemplos que ella menciona son muy típicos del
19
A
para llega
atrás y a niveles tan profundos que ya hay poco acceso
a su expresión. Pasternak lo describe a su pie poética: «Por Ja;
ella ny a
mejillas de Lara corrían lágrimas silenciosas de las que
daba cuenta, como la lluvia que en aquel instante caía sobre la,
dela.
caras de las figuras de piedra de la Casa de las Estatuas, allí
te» (p. 353). | |
Cuando Zhivago regresa a casa de Lara tras un largo secues.
tro a manos de partisanos y haberse finalmente atrevido a fugay.
se, encuentra, en el escondite para la llave en casa de Lara, una
carta de esta dirigida a él en que le explica cómo puede usar la
casa, dónde le ha dejado comida... El término «seguridad» cabe
bien aquí para comprender sus pensamientos y acciones. Le pro.
vee con lo necesario para sobrevivir y estar protegido. Nueva.
mente es la mujer que ama, y amar para ella es cuidar, cuidar al
ser que ama, facilitarle lo práctico: con eso le expresa su cariño,
Ella regresa al fin cuando Zhivago se encuentra muy enfermo,
«Lara lo alimentaba y cuidaba solícitamente, con el murmullo
tierno y cálido de sus palabras» (p. 456).
En las conversaciones íntimas que ahora sostienen Lara y
Zhivago acerca de la vida, el amor, las familias rusas y las historias
de ambos, se nota la madurez de esta mujer en la profundidad
con que ahora analiza, comprende y resume lo que le ha pasado.
Se muestra muy realista referentea «las costumbres, las relaciones -
y el orden humano; todo se ha hecho trizas con el desbarajuste de
la sociedad y su reconstrucción. Todo lo que pertenecía a la vida
cotidiana se ha conmocionado y destruido» (p. 464).
- Por un lado defiende el deber, el «llamamiento de la fidel
dad. Lo sacrificaría todo. Incluso lo que más quiero, tú». Por
otro, afirma: «Oh, perdóname! No quería decir esto. No es veF
dad. [...] ¿Qué será de nosotros? ¿Qué podremos hacer?» (p. 465)
Su destino es. incierto. Los dos. están: reunidos en un presente
15328
Ejemplos
“ . li terari
AYTOS y
:
cin ha
cMatog ráfic. os
126
Pies 3 his sd
tdd
Ar eon :
a O, seoinclinaba so.
bre la mesa, apoyanda la cabeza en una tano
mano y, y con un tápido movi-
miento, con la otra copiaba a lápiz en un cuaderno
libro. l... Observindola, cualquier pasaje del
Yuri Andréievich |Zhivago] verifica
ba la jus-
teza de sus antiguas impresiones... «No quiere gustar
-—pensaba-—, ser
bella, arractiva. Siente una especie de desprecio por este
aspecto de la
feminidad y parece como si se castigara por ser tan bella. P ero esta or-
— gullosa dejadez aumenta su fascinación» (p. 340)
.
y V
148
Proceso de sramsformación y recomendaciones terapénticas
Trabajo psicocorporal
Alrernando trabajo fuerte y suave, «lo fuerte» y lo «catártico»,
para aflojar las rigideces profundas y abrir y soltar heridas. Lo
suave, para aprender a tratarse con más suavidad, para explorar
Jo sensual, lo tierno y el contacto sin «finalidades prácticas».
. Realizar algún «trabajo», «terapia» o actividad corporal. Mejor
que el deporte es alguna disciplina oriental (yoga, kung fu, tai
chi, aikido...) donde aprenda a centrarse en la respiración y las
sensaciones internas.
+ Propiciar espacios de movimiento espontáneo: movimiento
auréntico, danzaterapia, danzas; dibujo (Anna Halprin); y
- descansos de recuperación, como los winning moves (minimo-
vimientos) de Gerda Boyesen, donde crea consciencia de la
necesidad de lo pasivo en la recuperación.
* Explorar movimientos lentos de todo el cuerpo y sus partes:
yoga, Feldenkrais, eutonía.
« Explorar movimientos involuntarios, vibración y pulsación:
vegetoterapia (Reich), bioenergética (Lowen), core energética
(Pierrakos), biodinámica (Boyesen).
Trabajo con la respiración: vigorizante (bio y core energética),
atención y exploración: aliento experienciable (Ilse Midden-
dorf), breathmoves de Juerg Roeffler (movimiento espontáneo
a partir de la respiración) y diferentes formas de yoga y de
meditación.
Activar el sistema nervioso parasimpático (bajar la activación
del simpático). Trabajar más hacia el equilibrio de los dos sis-
- temas, Pe OS o
149
E3 CONSERVACIÓN
A
153
de alos nap?
Pacologí
obediente, diligente y estudio-
da 4:
b “rivo E e. » Re
y rebeld
Fuí un niño modelo: uE , “ sríntivo y ME
¿2 me volvió UN
Sin embargo, esa e . escuela fuí un buen estudiante. Sea
a
Desde el comienzo de
a < resultados : escolares,
po r DA bueno p i
ca rá ct er ad ap ta bl e o
por mí soc
or mé en el de po si ta ri o de las expectativas
me transf
cargar con muchas
is padres (de ahí la precocidad en
turales de mis p o “odios de mi infancia explican el
responsabilidades). Varios episodios divad
acte o.
sentido de responsabilidad que me ha car
O Cuatro
El primero se refiere a mi hermano. Teníamos ni
años y aún vivíamos en el pueblito. Una tarde, una tía nuestra
decidió llevarnos a dar un paseo y nos hizo subir al automóvil
mientras ella estaba afuera charlando. En la espera jugábamos y
yo, sin darme cuenta del riesgo, quité el freno de mano.
El coche estaba aparcado en una calle en bajada y empezó a
moverse cogiendo velocidad. Cuando mi tía se dio cuenta de lo
que estaba sucediendo, se aferró al auto en un vano intento
de
detenerlo. El coche pasó un cruce, se detuvo contra el muro de
o mamen dd ci
una casa y de rebote embistió a mi ría.
155
eneatipos
Psicología de los
. E an-
mud
casa s y Sé b ozo > la p O slibi iliidad de una
esb
d estruyó nuestras
casa obtendría ese
N orte, y con f 1é en que si cambiábamos de
za al
( E a]
157
los eneatip DoS
Psicología de
de cruzarlo. No me siento
de quien trata
dragón que devora las almas egita |
avesar. Si
en peligro y tengo el cora) je de atr la Tierra a
Depiés de un viaje que me lleva hacia el interior de
a una piscina
través de cavernas y túneles habitados por animales, llego
con la ayuda de unas alas que me había dado una mariposa. Mientras
salgo del agua entreveo un rostro redondo, sin cabello, y reconozco en
él a mi abuelo, que físicamente parece un oso panda y camina como
un pingúino.
En el encuentro con el abuelo me veo nuevamente como un niño;
tengo ocho años, la edad que tenía cuando él murió. Me siento muy
contento de reencontrarlo y me acerco a él con entusiasmo para abra-
zarlo y besarlo. Él me acoge y juega conmigo; hay mucho amor entre
NOSOLTOS.
En un determinado momento, me doy cuenta de que tiene un pu-
ñal clavado en la espalda.
Siento una gran desesperación, pero intuyo algo oscuro,
como en
un ¿nsight, Y grito: «¿Qué te han hecho?»
Pr que mi abuelo había sido asesinado
metafóricamente
por la so edad a la cual la familia lo había
relegado, por la vergitenza
que los parientes sentían
amor recibido. y por la frialdad, la incomprensión y el poco
Era el desprecio recibi ]
en aquel
ES cuerpo que ecibido el que
no le pertenecía,
lo tenía prisionero en aquel lugarY
"Se del arma que lo at que no le permitía libe-
ravesaba. É] 11 cuerpo
evaba esa carga sin quejarse.
158
ES conservación: una bio
grafía
159
Psicología de los eneatipos
161
encatipos
Psicología de los
rI-
scor
de di “c miin
riim o n.
ciió
naac pa
di1 onales era todavía/ motivo
:
devastador: me sentia inade-
E , es un periodo
mpezó entonc la situ ació
Y heri do. Para enfr e ntar
pr o ación
cuado, ) inferior, ultrajad o : a
E mi total
tomé la decisión de «negarme a mi mismo»
al nue vo ambiente . Me pare cía que no había alternatiya,
mente
modenés a
un castillo de mentiras: ya no era meridional sino
todos los efectos. ] dedlareí
Iba al bachillerato científico. Mis compañeros de Clase tenían
163
A
Psicología de los eneatipos
a
164
contrar dentro de mí.
Cuando volví a Módena, des
cribí a mis amigos mi perma-
nencia en Milán como un periodo de fiestas,
diversiones y exce-
sos (cosa muy lejana de la verdad). En rea
lidad lo recuerdo como
un periodo de profunda soledad y tristeza.
Empecé a salir con nuevos amigos. Por enésim
a vez inventé
una nueva historia y construí una imagen completamente opues-
ta a la realidad. Puse a disposición de mi neurosis mis mejores
recursos. Con el fin de demostrar que era capaz y adinerado,
aprendí a administrar con cautela el dinero para poner en eviden-
cia su disponibilidad. Al mismo tiempo, lograba dedicarme a los
estudios en modo estratégico.
Empecé a poner más empeño y a obtener buenos resultados
a pesar del poco esfuerzo, y aquello ayudó muchísimo a agrandar
mi ego. El desafío y la competición eran mi motor y así tenía
fama de ser superinteligente.
Lamentablemente, no utilicé esa capacidad para acelerar mi
camino. Es más, saber que podía sacarme los exámenes sin prepa-
rarlos demasiado hacía que entre un examen y el siguiente me
tomara largos periodos de pausa.
Durante esos años siempre mantuve una separación entre la
familia, los amigos y la universidad. Estos mundos se encontra-
ron por primera vez el día de mi licenciatura, día que yo temía a
raíz de mi ansiedad en cuanto a la imagen. |
todas las
En realidad, a nadie importaban ni mi familia ni
muchos ya
mentiras que yo había contado. O probablemente
165
pos
Psicología de los eneati
de 2003.
| Los meses sucesivos fueron
Me casé el 8 de diciembre
mi vida sentimental y profesional,
felices: estaba satisfecho de
do a trabajar como ingeniero en
Hacía poco que había empeza
de automó viles. A
2
166
ES conservación: una biografía
167
pos
Psicología de los eneati
Ísica e € ¡ inte.
nica Al final del SAT tenía una sensacióiónn d de sana ción física
; e E íunaa Pertura a yn
rior. El trabajo sobre el perdón produjo
que nunca antes
estado de compasión hacia mí y hacia mi padre
había sentido. valorada
a Vez,
Volví a casa con el tiempo Justo P
m
a a
.
168
ES conservación: un
a biografía
169
tipos
Psicología de los enea
170
E3 conservación: ung
biografía
172
E3 conservación: una biografía
173
Psicología de los eneatipos
gaaññoó::
e€ng el no tener un aspecto con el que cont
ar para e
tar me al mundo había producid nfr El.
n— ] o la ne ce si| da d de ir hac ;
ro. Parecería legítimo, si no e. A ade.
fuese porque utilicé la pr fund;
dad de la vivencia interior como sucedáneo del
ASDecto
exterior. Prácticamente era como decir: ya no puedo
con mi «exterior» para estar en el mundo y lo sustituy COntar
O ven-
diendo mi interioridad.
No obstante la búsqueda interior me apasionase, su uso es-
tratégico hacía del proceso de autoconocimiento algo en eran
parte falso. Obviamente, sucedía sin que yo tuviera consciencia
de ello.
Tenía, por otro lado, necesidad de autoconsuelo: era tan do-
loroso y humillante no reconocerme en mi propio rostro, que se
me hacía urgente encontrar algo bello para mostrar y mostrarme.
Tenía demasiado miedo de mí y de aquello en lo que me había
convertido.
Detrás del engaño, la manipulación y el uso estratégico que
podía hacer de mí mismo, se escondía la gran desesperación de
quien siente no tener posibilidad alguna de ser amado. Y hones-
tamente pensaba que no tenía nada que pudiese hacerme amable,
y el miedo de que ello resultara evidente era tal que el único
modo era inventárselo o, mejor aún, fabricárselo como un pro-
ducto en venta. Solo en el momento en el que, a través del traba-
jo sobre los rasgos de mi carácter, empecé a sentir un poco de
amor por mí mismo, resultó claro ese mecanismo.
174
ES conservación: un
a biografía
175
Psicología de los eneatipos
177
s
Psicología de los eneatipo
178
E3 conservación: una
biografía
179
os
Psico logía
de los eneatip
s u f i c i e n t e espeso,
e no tener elno» y como si el of, ]
, SO ¡ n o e stuviese dle
otro sino
s i n o t a m b i én para el E
v i d e n t e n O s o lo para mí en por muchos año, to,
: n t o fu es e
e ¡ el otro, COM qui
m i e
r d a d e r a, no pudiese ,;
, rel a c i ó n v e
i m p o r t a n t e e, :
e n lo bastant e
arse e n a l g u i l a v e era el q o
q u e la c
e d o a la p é r d i da. Ss Creo
j
para justificar el m
La a d a p t a c i ó n se d e m ostró más funcio
, el no arries
gar.
fenderme
pa ra mi s u p e r v i vencia. e l e g i d a en vez de
nal d i o c r e ,
m e n u d o he v i v i do una vida me
A dade.
una vida arriesgada; entendie ndo por riesgo Un ponerse ver
o ha cr ea do mu ch os ob st áculos al crec;
ramente en cuestión. Ell hu ma no , profesional y
punt os de vis ta:
miento desde todos los
espiritual.
nocimiento,
Solo después de comenzar el camino de autoco
Claudio he podido
oracias a la confianza en el proceso SAT y en )
1050
A de una modalidad aún
180
ES conservación: una biografía
181
Psicología de los eneatipos
182
LIBRO SEGUNDO
ENEATIPO 3 SEXUAL
LA PASIÓN EN LA ESFERA DEL INSTINTO:
CÓMO ACTÚA LA VANIDAD EN LO SEXUAL
185
Psicología de los eneaap
refuerza cada vez más su pasión qe
ja le hace senti
pues peri
solo una parej8 laci ** SEgu-
vencia como de relación:
Después de hacerle creer a mi pareja que estaré allí para siempre, sien-
do el hombre ideal, después de haberla seducido y haber hecho, cons-
ciente o inconscientemente, todo bien, y de hacerle sentir que todo lo
que ella hace es maravilloso, empieza una crítica, una exigencia cons-
tante hacia la pareja. Es como empezar a pasar factura por las actuacio-
nes realizadas hasta el momento. Es hacerle pagar por haberse relajado.
Ahora ya no tengo que hacer nada para conseguirla, ya la tengo y, para-
dójicamente, es como si algo se perdiera o faltara. Y desde aquí la críti-
ca y la exigencia se hacen enormes: crítica a lo que hace y dice; empieza
como una especie de competencia, una idea loca y enferma que tiene
que ver con que la pareja casi nusica está á la altura de lo que pretendo,
y así sigue la búsqueda pasional.
tener un mea
Siento que nací para casarme y cuidar una familia y
ónoma, no puedo salirme de
Y veo cómo a pesar de queref ser yo y aut
187
Psicología
de los eneatipos
| e me.
la
a de l h o m bore. Entro en
la dedeppeendenci a
lo que yo quiero eN realid
p e c i e de p a v o neo. Creía asde
s
habíraa ena lomsí duenmaáes sí me veian con dis tint
a
Recono zCO q ue ca
o y enigmáric,
:
a c t i v
,
ta tu s de , m á s a t r a
ecial, diferente
bía el es Y
189
s
Psicología de los eneatipo
190
La pasión en la esfera del instinto
dad
nación
narcisismo de un autoerotizarse a través de la fasci-
supodelne elotro
,
que vive como una droga que necesita a diar
io
ara llenar el vacío de no ser. La dependencia que genera en el
otro para garantizarse su rendida y constante admiración es tan
e zande que queda atrapado en su juego.
Darme cuenta del impacto que dejo en los hombres o cuando entro en
una sala con gente es mi motor, me encanta, me empuja, me da fuerza;
con eso escondo mi profunda inseguridad y mi miedo a no ser. Me
olvido de la sensación de dentro de mí que vive un robot, por la pérdi-
da del contacto con mis emociones espontáneas y profundas y con mis
necesidades reales. Pero nadie se da cuenta porque me convierto en un
regalo para el otro. El querer encantar se ha vuelto un deporte, una
obsesión. Es ahí donde me esfuerzo más, donde siento el logro, como
si consiguiera trofeos.
Me identifico con erotizarlo todo, ponerlo tan «bello» que va a ser se-
guramente admirado. A veces podía creerme incluso que todo lo que
hacía tenía una música invisible que lo unía y lo hacía armónico, preci-
so, tirando a exquisito.
191
Psicología de los eneatipos
- 40
me he dejado levar por su interna
interés, hasta
IMC vuelvo
que ya ciego
estoy y Completa
sordo y y,
atrevo a escuco? "del agobio, de la mentira que he const ;
Wuido
reso de la insatisfadocción,
mucho tiempo. :
y de haber aguanta
192
AV
2
193
s
Psicología de los eneatipo
194
La necesidad neurótica caracterí
stica
195
Psicología de loseneatipos
estable, e
y después de dieciocho de pareja
A los treinta y dos as e,
mi primer orgasmo. Fué en solitario, con la masturbación, que apr
d, Me asusté muchísimo, no sabía Due
dí de un libro de sexualida nvulsion
:
aba solo. «M
í e es
1cuerp ,
j
muriendo!» pensé.
corriendo; correr mu cho era lo que
me salía, como para huir de aque.
no con tro lab a y me
me pro duc ía una mezcla de satisfacción y pe.
llo que
do. Me daba miedo la fragi
lidad que me producían los orgasmos wo
lación fue de nuevo mi muleta y simujé
mencé por simularlos. La simu
orgasmos durante mucho tiem
po porque en la relación con el otro se.
sin estar presente y por fan to no
sentía nada,
guía
196
La necesidad neurótica car
acterística
mirada, en aquella
. .
; -
197
pos
Psicología de los eneati
sed ucc ió
ión cale nta ndo a su p presa esSs muy Muy¡ incopy
Su juego de spej jo delante aparece una inocencia rez]
. . €
ciente. Si le ponen un
erando con su despliegue.
no sabe lo que está gen
alg ún dis gus to, pues me buscaban mucho e
Con el tiempo tuve
sexo, y empecé a entender que nO quería ye AR pero no sabía cómdelo deca
con mig o pues o acía responsable
que todos que ría n esto , yl
tab a, era inc ons cie nte . 1 uve alguna seri sexual
seo que des per ji
men te pue s cre o que era terrible peo er aquella posibi
borraba de mi
dad de sentirme en contacto. ¿Qué me quedarInt ía? ¿Cómo me verían si
y no ofr ecí a alg o que par ecia eresar a los hombres?
no era atr act iva
En cuanto el hombre:
199
eneatipos
Psicología de los
a
pei o se queda a vivir con el marido, la exclusión de la so-
Usa y un IO 1 s
La necesidad neurótica característica
201
Psicología de los eneatipos
que
en cu ée nt ro C on alguien despierta su interés,
mo men t o de 1 brillo de su mirada, ora en| s, so 0.Se¡
en € y SS
traslucíaí a su pesar, OI2 MOS, intuimo, :
os por q
sa». En el anhelo de ser amad ,
or co mp le to que sé sie nte cu ando nos sentimos uno con Lo
am cor
si mp le me nt e SEE . An a pa re ce est ar en Contacto >
amados por
esta lucidez cuando capta la mirada de Vr cd - Esta luz Ínterna
ue brilla «a su pesar» también se puede retirar hacia dentro,
como cuando después de haber conocido a Vronsky se ACUESTA
con su marido en su primera noche en su casa en San Petersbyr.
go: «Pero ¿qué había sido de aquella llama que en Moscú anima.
ba su rostro haciendo brillar sus ojos y prestando luminosidag a
su sonrisa? Ahora aquella llama parecía haberse apagado o, al
menos, estaba escondida».
Esto nos confirma la idea de que el E3 sexual se siente com.
pleto, se siente vivo cuando se embriaga con ese «licor del entu-
siasmo», que es la excitación de gustar: un lograr ser amado desde
la neurosis que simplemente confirma la imagen idealizada y le
aleja de su verdad, como plasma Tolstoi en la siguiente escena:
E No había visto a Ana desde el principio del baile y ahora le pareció otra
E vez nueva a inesperada. La veía con aquel punto de excitación, que
conocía tan bien, producida por el éxito.
Ana estaba ebria del licor del entusiasmo; Kitty lo veía en el fuego
que, al bailar, se encendía en sus ojos, en su sonrisa feliz y alegre, que
rasgaba ligeramente su boca, en la gracia, la seguridad y la ligereza de
sus movimientos.
—¿Por qué estará así? —se preguntaba Kitty—. ¿Por la admira-
ción general que despierta o por la de uno solo? [...] No;
siente animada por la admiración general, sino por la de uno.Ana no se
¿Es posk
ble que sea por la de él?
Cada vez que Vronsky hablaba con Ana, los ojos de esta brillaban y
o a : iba en sus labios. Parecía como si se E
er, ji as señales de alegría y como si ellas aparecieran € E
su voluntad. Kitty se preguntó qué sentiría él, y al mira!
202
La necesidad neurótica caract
erística
A cada persona le vamos a enseñar algo especial que va con sus intere-
ses, que forma parte de nosotros pero que va con sus intereses. Si estás
hablando con un poeta eres el más poeta y el más sensible del mundo
mundial. Si es con una persona con otra característica, esa la tienes tú
también. Siempre resaltando lo que es importante para el otro.
203
Psicología
de los encatipos
su Ser su pe ri or , el E3 se xu
nal y tierno. Y en
a
204
ad neurótic
La necesid car lo
o
él era Cap o en el
i e r a Q UÉ alo se i m p a c t
gentil
cualq u
c o m p r oba! e e v a lor 1
o ! a
acer obsesión
P
1 pérdid
eMa. L e SU or i g e n €
i c a par a alguien»
ot y t ie n e s se s m
co p u lsiva s i s t a g ui e s e n t i r se, P
pes narci a dolor
d
necesid e
205
ESTRATEGIA INTERPERSONAL
E IDEAS IRRACIONALES ASOCIADAS
207
Psicología de los eneatipos
sí mismo. o
Y cuando en el proceso de autoconocimiento se da CUENta de
esa visión distorsionada es como si detrás de la máscara no encon.
trara a nadie ni a nada. Este punto supone el clímax de una Crisis
de identidad donde puede empezar la búsqueda de la autentici.
dad. Pero no sin antes pasar por un desierto donde el Ez Sexual
no solo no sabe quién es, sino que tiene la vivencia de no Poder
confiar en ninguna sensación, emoción o pensamiento Propios,
El Ez sexual piensa pues que tiene que transformarse Para ir
al encuentro. Ahora bien, ¿quién es el otro? El otro es la encarna.
ción de alguien que pueda devolverle que esa construcción es
«justa», que la compra. Así, la persona con la cual va al encuentro
es ella misma también una máscara, otra falsificación, porque el
Ez sexual necesita proyectarle esa expectativa ideal, perdiendo de
vista al otro tanto como a sí mismo.
Para ir más a fondo de cómo el E3 sexual ha construido esta
distorsión cognitiva, nos parece muy iluminante explicar un me-
canismo peculiar de este subtipo: la mímesis inconsciente y todas
las creencias irracionales, o ideas locas, asociadas.
208
Estrategia interpersonal e ideas irraci
onales asociadas
endido a valo-
rar al otro más que a sí mismo, negand
o su derecho a vivir con
una verdad propia y singular en la que se
pueda autoafirmar
como una persona única,
La mímesis, en el comportamiento humano, es
una imita-
ción o asimilación instintiva en las relaciones inte
rpersonales
que capta las cualidades de la organización intrínseca
del otro on
el fin organísmico de la supervivencia. Los E 3 sexuales se mimeti-
zan en sus relaciones en una prevención instintiva al rechaz
o y al
angustiante estado de soledad interna —dada su experiencia de
falta de vínculos cálidos y seguros—, con el fin de crear y mante-
ner un vínculo amistoso. El precio que paga es un pobre autoa-
poyo en los propios valores, como aclara una E3 sexual en este
ejemplo de repetición de patrones:
Hay alguien que me importa, de quien a cambio quiero ser querida, y
esta persona, con mucha decisión y fuerza, opina desde su propia ver-
dad algo con lo que no estoy de acuerdo. Es un esfuerzo para mí levan-
tarme, tomar todo mi valor y declarar que no estoy de acuerdo (que
tengo una opinión propia). Se arma una discusión, la persona se enoja
conmigo y no se quiere despedir de mí. Sin entender lo que me pasa,
entro en una crisis profunda, donde puedo observar cómo mi núcleo
autocrítico se desenvuelve en las profundidades de mi alma.
Empieza con un sentirme mal, una sensación corporal fuerte de
incomodidad; luego noto confusión y me viene una pregunta implíci-
ta haciéndose voz en mi mente: «¿Estoy mal?, ¿hay algo que no he vis-
to?, ¿a lo mejor el otro tenía razón?» Empiezo a esforzarme en mis
pensamientos a querer entender, el carrusel en mi cabeza ya no para,
tomo partido por la posición del otro, no entiendo el rechazo y noto
finalmente cómo se dispara sutilmente la autonegación. Con la autoa-
cusación se despierta mi vergilenza y una ansiedad que es una especie
de miedo al castigo, que en este caso sería el miedo que intuye que algo
puede pasar, algo no previsto y terrible, y finalmente empiezo a sentir-
me deprimida y triste.
209
Psicología de los eneatipos
210
Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
se
«Caerle mal a alguien és MUY amenazante, per
o si soy
TA
_a
intuir la
En la siguiente declaración de una E3 sexual se puede
raleza
enormidad de tal esfuerzo por evitar conflictos y negar su natu
211
Psicología de los eneatipos
mi mo tivación
civilización, un valor invertido, puedo admitir que
de prote cción d, in.
consciente de casarme había sido la búsqueda
ividag
hombre que hablaba bien ese lenguaje de la agresión y ComPetit
tiempo, implica,
Su fuerza me prometía seguridad pero, al mismo
que se descargaba en mí también cuando él lo necesitaba. Así, loa de.
raba por su poder, proyectando la fuerza en él y, al mismo tiempo, l
rechazaba por el abuso de.otras personas y de mí misma.
¿Cómo lo manipulaba? En primer lugar escondiéndome, fingien.
do comprensión e interés por su visión del mundo, tomando sus valo.
res y haciéndolos míos, por ejemplo en los temas de la educación de la
niños, de dónde vivir, cómo vestirse, qué pensar... Así fui negando mis
propios valores, pensado incluso que yo era mala queriendo algo dife.
rente que él. Ya no estaba segura de qué era lo correcto, dudaba de mí
misma, ignorando mi confusión, negando el enojo y el rechazo que
me causaba la relación y su actitud impostora, y me esforzaba todavía
más a amarlo desde mi egocentrismo, para poder aguantar y finalmen-
te lograr que él me quisiera como yo soñaba.
Pero desde luego, el resentimiento acumulado y la frustración cre-
cieron en mí por la autonegación y la falta de los esperados resultados,
y empecé a cobrarle con la victimización, acusando y culpándole.
El miedo más grande que tenía consciente en mi matrimonio era a
quedarme sola y no poder alimentarme de mi propio trabajo, por el
miedo a competir y la convicción secreta de que no era suficiente. No
confrontaba sus abusos por el miedo al abandono y por la pérdida de
mi fuerza instintiva, sabiendo que iba perder la pelea, y me convencía
de que mi propia debilidad era la personificación de la bondad, como
la incapacidad de hacer daño al otro.
Y al mismo tiempo empecé a vengarme cerrando mi corazón, fin-
giendo amor, hablando mal de él con mis amigas, pensando en otro?
hombres mientras hacíamos el amor, amenazándole con la separación,
sintiéndome mejor que él...
Una multitud de comportamientos pasivoagresivos qué fueron
212
Estrategia interpersonal e ideas irracion
ales asociadas
IE
ATT
amistad,
no solo ,
cl eza de er amistosa con cualquier persona se orientaba
máscara bondadosa en mí, sino también hacia una utili.
confirmar latilista de tener un valor a través de otros. Hubo un tiempo
A donde me importaba conocer personas
que tenían un
214
Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
215
Psicología de los eneatipos
216
Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
217
4
219
Psicología de los eneatipos
Dulcelmaternal
Complaciente
bién es falso.
CONtacr,
Tiene tanta energía puesta en complacer que pierde
que él de verdad quiere. Lo que la pareja quiere eso y; que
con lo
su Propia
lo sabe detectar, hasta el punto que lo confunde con
le
necesidad. Y como generalmente hace lo que quiere el Otro,
ed
queda la insatisfacción de que su dar no es verdadero, no nao
su deseo. También hay consciencia del esfuerzo que COMPOrta
complacer, y aquí se diferencia del Eg sexual, que pierde la cone.
xión consigo mismo hasta el punto de la insensibilización física
ante sus esfuerzos. El E3 sexual se conforma y adapta, sí, pero en
la expectativa de que el otro valide su «gran trabajo».
Ambiguo en la sexualidad
222
Otros rasgos característicos y consideraciones Psico
dinámicas
223
Psicología de los eneatipos
224
Otros rasgos característicos y consideraciones Psicodinámica
s
Detrás de 1 d Masca-
ca
sa
, $ : :
rada sigo siendo inseguro, miedoso ante la negativa
Devaluado
225
Psicología de los eneatipos
226
Otros rasgos característicos J) consider
aciones psicodinámicas
>
Tímido e inseguro
Se diría que son personas tímidas los Ez sexuales, sobre todo las
.. , .
227
eneatipos
Psicología de los
sufri miento
me nt os que vive con gran
n mo
están en su reg; istro.deSose defi ende no comprometiéndose con nada
e indefensión, don s aún con él mismo, Con lo que siente, En Y
ni con nadie, y a ta una distante pose estatuaria que, por sy
espera en tensión . Pp uizás adorne con una hermosa sonrisa y
inclinación a A ras gana tiempo para tratar de averiguar,
palabras aged peración interna, qué es lo que se espera de ¿],
preso de una
e un café en la universidad cuando llegó mi maestro
Estaba tomándom
iraba mucho.
admrrió
que reco
cas,temballor Me preguntó si podía acom-
MatemátiUn
de Mate mi cuerpo, le dije que sí. Me quedé en
pañarme.
decir ni cómo comportarme.
blanco, sinti éndome tonta sin saber qué
qu e na da de lo qu e dije se o hi ese iba a ser yválido, sino más
hici
Pensab a
í rolar ese
bien todo lo contrario: sería muy criticado. Aprend a cont
temblor y para mí fue un gran logro. Adentro seguía temblando pero
por fuera no se me notaba.
Hice seis años del método Stanislavski y estudié luego otras técnicas
interpretativas para estar más preparado como actor. Podía sentirme
tranquilo en el escenario. Es verdad que fuera de él, en lo cotidiano,
jugaba un personaje más bien tímido, pero sabiendo internamente lo
que era capaz de hacer, ya que el teatro me permitió visitar aspectos de
mi personalidad como la violencia, la rabia o el maltrato, y bucear en
mi parte emotiva y vulnerable. |
Subirme al escenario significaba una enorme autoexigencia por ha-
cerlo perfecto, por quedar bien, que se traducía en interminables horas
de preparación. Me iba a dormir y me despertaba con el texto y el
leitmotiv del personaje. Todo ello para agradar, claro está.
Ingenuo
El E3 sexual ni
ha vivido Riega tanto su intuición como su sensibilidad, que
Aprendió a m0 caus antes de caos emocional y en las relaciones.
.
| no hace
e
Camaleónico
229
Psicología de los eneatipos
Una amiga dice que ella puede ser la Barbie montañera, al día siguien-
te la Barbie intelectual, o la Barbie conectada... lo que toque. Esto da
sentido a mi vida, lo deseo con tanta fuerza que no siento desconexión;
al contrario, nunca me había sentido tan conectada con mis deseos
más profundos, toda mi vida cobra sentido a través de acompañar al
otro, de ser un poco el otro. Es un deseo tan fuertede conseguir una
fusión casi absoluta con el otro que no me importa renunciar a MÍ
vida; es más, es un sacrificio alegre y deseable. Que ya me encargaré de
cobrar en su momento, pero no ahora, que es el momento de estar in-
flamada de entusiasmo y de sentir que tengo alas para cualquier proeza
230
mM Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
que la relación me exija. (Lo peor de todo es que ahora estoy pensan-
do... Pues yo tampoco lo veo tan mal, ¿no es bueno ser así?).
Frívolo y superficial
Estando en una cena con Luis, empecé a notar que se giraba a ver a mi
amiga Laura, que estaba siendo el centro de atención de un grupo de
hombres por su interesante conversación acerca de la última película
de Woody Allen y las relaciones de pareja. Empecé a sentir lo tonta
que era yo, sentía envidia de esa mujer, a Luis lo quería matar. Sin
embargo fingí que no pasaba nada y me puse a platicar con Carlos, el
más guapo de la fiesta. Aunque Carlos me estaba contando algo, escu-
ché cómo Luis le decía a Laura que sentía una conexión profunda,
como si se conocieran de antes ¡No podía soportarlo más! Me levanté y
dije que mañana tenía una junta temprano. Me despedí y salí del lugar
esperando que nadie se hubiera dado cuenta de mi estado y que Luis
saliera tras de mí. Cosa que no sucedió. Me pasé llorando toda la no-
che. Al día siguiente me fui a tomar un café con Verónica y la acompa-
ñé a comprarse un vestido. En la tienda empecé a fantasear cómo se
me vería el vestido del escaparate. Olvidé mi dolor imaginando la cara
que pondría Luis al verme tan sensual y atractiva. Solo había cabida
para las fantasías de atraer nuevamente a mi novio.
231
Psicología de los eneatipos
Controlador
232
Otros rasgos e caracterí ;
sticos y consid, eracione
s Psicodinámicas
233
Psicología de los eneatipos
234
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
si no se creyera
diferenciar entre lo que es real y lo que no. Como
lo que está percibiendo.
Cuando hay una crisis de pareja generalmente prefiero ponerme ciega
ante ella. O cuando me llega el agua al cuello, veo lo que sucede y toco
mucho miedo. La sensación es que no tengo con qué herramientas in-
ternas atravesar la crisis y pienso que la relación terminará, así que ter-
mino diciéndome: «No es para tanto... Está exagerando». Hago esto
por el miedo terrible a ir a lugares de mi historia personal donde en
verdad lo que me sirvió para sobrevivir fue no sentir, no ver.
Perfeccionista
235
Psicología de los eneatipos
236
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
Criticolexigente
La exigencia la veo muy ligada a que las cosas sean como me las imagi-
ne, como las planee, porque así todo estará en armonía. También veo
que si hago las cosas perfectas, si soy perfecta, si tengo mi pareja per-
fecta, mi familia perfecta... todo estará en orden. Tengo mucho miedo
al caos, y la fantasía es que todo se va a derrumbar si no es perfecto.
Gasto muchísima energía en eso y termino autoexigiéndome y
siendo muy exigente con los demás, en especial con mi pareja. Le veo
cualquier error y se lo señalo como un diamante fino y filoso; me con-
vierto en una especie de institutriz que está educando a la pareja para
«quitarle» eso que hace que no haya armonía y sea entonces perfecto, y
me vuelvo una pesadilla que solo está viendo los errores.
Eficiente
237
Psicología de los eneatipos
j
“4 de la imag en que daráa esa Persona que
eficiencia está en func ión
es importante en su vida:
Perfecta.
Tengo la eficiencia del orden, de ser eficaz, de tenerlo todo
mente ordenado, colocado y bien puesto. Mi casa
tiene que estar Otde.
nada, impecable, y se lo exijo al que vive conmigo, pero sin decirle qye
Que s e dé cuenta por sí mismo de que
se comprometa en esta tarea.
para mí eso es muy importante.
Competitivolenvidioso
238
Otros rasgos caract
erísticos J Consid
eraciones Psicodin
ámicas
Agresión y rabia
Somatizador
| o
La función de un sín tom a corp oral es mani fest ar aque llo que n
rpo, dyy asu
es consciente. La desconexión del E3 sexual con su a
las emociones, hace que estas aparezcan
en for
negación de
239
s
Psicología de los eneatipo
ciones en la piel,
.
a ie
q
o.
.
T a m b i é n
.,
er up
el enoj
est ar en co nt ac to CO M al go o con alguien; colitis,
descontento de ociones .
in te st in al es . El pr ob le ma del manejo de em
problemas
fi es ta co mo un no po de r di ge ri r bi en . Po r mucho que q]
mani
cuerpo hable, al E3 sexual las cosas le siguen pareciendo bien
aves o rupturas; sobre todo, co.
hasta que no tiene crisis más gl
. ... 2
flictos de pareja.
Desconectado
240
Otros rasgos característicos y consisideracione
; s psicodinámic
í ;
as
Ansioso
: mando así u
la necesidad de cuidado de esta y tO 41 n pel QUE no
corresponde. Aunque sienta la.. necesidad, la arrogancia no le
: Der.
mite ponerse en el lugar de hija y pedis " y berga
También el pedir mancha la imagen de perfección que quie.
re dar al mundo. Pedir significa que hay algo que falta o Molesta,
no solo Para
así es como lo vivió en su familia. Toda una amenaza
son
su autoengaño de ser perfecto, sino también para la relación
el otro, que se ha montado sobre el engaño de ser la persona idea]
que ha prometido amor y felicidad eterna.
Se ha repetido en mi vida muchas veces hablar de dificultades o pro-
blemas con las soluciones por delante, con lo que he dado la imagen de
no necesitar nada ni a nadie y así he estado, sola, sin apoyo, sin estímy. *
lo, sin ayuda. Y así fui aprendiendo a vivir, encarcelando lo verdadera.
mente mío, sin darle la más mínima oportunidad de salir a la superfi-
cie, desarrollando una imagen de autosuficiencia y control que cada
vez me impedía más conectar conmigo.
EMOCIONALIDAD Y FANTASÍA
243
Psicología de los eneatipos
244
Emocionalidad y fantasía
a lo largo de mi in-
sar toda la rebeldía y el enfado que había guardado
fancia. Lo EXP resaba en casa con muchos gritos y llantos histéricos. En
sociedad no EXP resaba nada, me mantenía casi autista. Podía salir con
amigos y nO hablar nada en toda la tarde. Ahí aparecía mucho el mie-
do a decir algo incorrecto,
245
Psicología de los eneatipos
246
INFANCIA
2.47
Psicología de los eneasipos
248
Infancia
249
Psicología de los eneatipos
250
Infancia
Recuerdo que mi madre, muy exigente, pretendía que fuera una niña
«perfecta», como a ella la habían enseñado a ser. Yo tenía que ser un
modelo por el hecho de ser su hija. Tan perfecta pretendía que fuera
que ni siquiera me permitió que cagara y meara cuando tenía ganas.
Siendo un bebé recién nacida, pasaba horas sujetándome y mante-
niéndome sentada en el «jarrico» para que hiciera allí mis necesidades.
Ni siquiera me meaba encima.
me ca pe Jets me rebelé abiertamente contra ella ad
zas de decírselo a mi padre, Cc
cra más ditecto y for > on ad era teca pumi entr aramiento
di erene, rabo
- Aunque mi sensación era que él no P!
252
Infancia
e
quien cortaba el bacalao en
nada y Y” y Mi madre me casa era mi madre;
gritab í
desproe ba pr casa, en much a mucho cuando no hab
ía gente.
as ocasiones yo le pedía qu
Ella bor como no podía por e m e llevara al
ps de y dejara de ins
el tra baj o, me daba un guantazo para
istir. Escenas de este tipo que
a veces, yo no entendía nada, no co se repitieron mu-
c mprendía por qué unas veces
alz aba n, se reían conmigo y destacaban lo divertida
me ens que yo era y
otras, sin ton ni son, me llevaba un guantazo, gritos y caras que pare-
Y
fulminarme. o |
era todo el mundo yo era una modelo de hija; me gané el cariño
la gente siendo amable, cariñosa y siempre disponible para todos;
ce lann” > permitía que se aprovecharan
: de mí con! mi excesiva
| tolerancia.
De ero en mi casa era diferente: allí era la rebeldía personalizada.
Cuando :
uando tenía nueve años estaba en el colegio, era la a
el examen y
Mi miedo
-L.: ¡ año.
yo sabía que en aquel momento estaba prohibido ir
: ganas de
a que eviera % empezó a crecer y no podía levantar-
ipí
rmiso a lahacer p para ir al servico
maestra ¿a a latir el
io. Me E ezó
ba y nolatirrese
me y pe
corzón muy rápido y sentí que todo mi A cuerpo se Pp iza
A medos
,
ndía. Me hice pipí ahí,
ó . » A , atre
en
la silla, y
ls
no me
: no dije nada.
a da
253
Psicología de los eneatipos
254
Infancia
Un hecho que me marcó fue un día que sorprendí a mis padres admi-
rando las tareas escolares de mi hermano. Recuerdo perfectamente
cómo yo me sentía en desventaja. Yo también quería ser objeto de la
admiración de mis padres y entendí que para eso tenía que aprender a
leer y escribir. A partir de aquel día pasé a reivindicarme iniciando los
estudios. Aunque no tenía aún la edad permitida para ser matriculada
en la escuela, no descansé hasta que mi madre consiguió una matrícula
especial para mí.
con ellos , : ,
eran comprensivos in lta-2
ba, , tenía much a conf ianz a e
Cuando tenía trece años, mi mamá no tenía dinero para pagar mis
clases de danza, así que vendía dulces en el colegio para ganar dinero
poder pagar mis clases. Sentía mucha vergúenza de que los demás -
dieran cuenta de que en mi familia había caos y necesidad económica
así que simulaba en la escuela que para mí vender era un juego, no una
necesidad. Al mismo tiempo me preocupaba que se dieran cuenta que
era una mentirosa, que no era como me vestía y que no era tan feliz,
porque entonces se podían alejar de mí. Escondía lo oscuro pensando
que todas las demás familias sí eran felices y no tenían problemas. Solo
mostraba lo que sería aceptado socialmente.
256
7
PERSONA Y SOMBRA:
LO DESTRUCTIVO PARA sí y PARA LOS p
EMÁS
257
Psicología de los eneatipos
258
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
Al acercarse, Kitty levantó los ojos hacia ella asustada. Ana la miró y le
sonrió cerrando los ojos mientras le apretaba la mano. Pero al advertir
en el rostro de Kitty una expresión de desesperación y de sorpresa por
toda respuesta a su sonrisa, Ana se volvió de espaldas a ella y empezó a
hablar alegremente con otra señora. «Sí, sí —se dijo Kitty—, hay en
ella algo extraño, hermoso y a la vez diabólico» (1/x1X).
259
Psicología de los eneatipos
s en que más
En los momento: desesperados he vivido en la frustración Crónica, en
por no haber logrado sentirme
los momentos más areció la amada
opción más lógica: era mi pro
pa pia muerte
lo p
o la de él, para AA me de una situación sin salida donde me faltó la
do para salir de mi jaula dor
fuerza que hubiera necesitado p ada.
260
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
Ya no tenía en la vida a nadie sino a él, y por eso era a él a quien se di-
rigía para que la perdonase. Al mirarle sentía su humillación de un
modo físico y no encontraba fuerzas para decir nada más.
261
Psicología de los eneatipos
262
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
oscurecido, des-
El E3 sexual no se conoce. Vive. en un estado
conectado a más no poder de su alma. De verdad se cree la másca-
263
Psicología de los eneatipos
un abandono de si
264
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
265
sociedad. Hay un momento de CONtac
en la to,
su rol elevado
su I ealidad: o «Ja
unamásmujten
er drícul libertad Pa Ene Y viviría terna
a pab le, bajo la amenaza de ser
des A
poe
bierta a NN framo mento, Una mujer que engaña a su mar ido», E
se import ante. «Jamás tendría libertad para a
Es una UENENS da el per
miso de vivir plenamente; Mar,
quiere decir EXPresa
opia vida. |
la incapacidad de entregarse a su pr
irle QUE Su ma.
Todavía no ha hablado con Vronsky para dec
rido ya sabe de su romance. Empieza a fantasear con e rechazo de
imiento bor
él y aumenta su desconfianza y ansiedad. Tras su sufr
no poder ser libre para amar podemos ver su deseo neurótico de
mantener su seguridad social y el miedo a perder la buena imagen
de sí misma. Por fin le muestra a Vronsky la carta donde su may;-
do la amenaza de quitarle al hijo, Deja su destino en manos de la
reacción de su amante; una vez más delega la responsabilidad de
sus decisiones:
266
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
—¡Por Dios! ¿Qué vale más? ¿Dejar a tu hijo o continuar esta si-
tuación humillante?
—¿Humillante para quién?
—Para todos, y en especial para ti.
- —No digas que es humillante... no me lo digas. Esas palabras para
mí carecen de sentido —dijo Ana, con voz temblorosa, deseando aho-
ra que Vronsky hablase con sinceridad, ya que solo le quedaba su amor
y deseaba seguir amándole—. Comprende que desde el día en que lo
acepté todo ha cambiado para mí. Solo tengo una cosa: tu amor. Sien-
do mío tu cariño, me siento tan elevada y tan firme que nada puede
humillarme. Estoy orgullosa de mi situación porque... porque... orgu-
llosa por... por...
Y no supo decir por qué se sentía orgullosa. Lágrimas de vergijenza
y desesperación ahogaron su voz; se detuvo y estalló en sollozos.
2.67
TSICULUZIA A
268
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
- diia, a pesar de saber que la causa de sus celos era la pasión que
[-
a encía
PA ra, en cambio, sentía que la felicidad mejor había ya pasado.
Ana no se parecía en nada a la Ana de los primeros tiempos. Moral y
: te había empeorado. Estaba más gruesa y ahora mismo,
cnientras le estaba hablando de la artista, una expresión malévola afea-
ba sus faccionS:
Ya empieza lentamente a dejarse apoderar por su obsesión:
Nes? Ya he arrojado el demonio de mí. (Así llamaban entre
de por primera
dos a los celos)». Es en este mismo encuentro don
vez se hace visible el anhelo de morir, como única salida de una
simación que tanta frustración y rabia crea en ella:
269
A
PI
270
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para
los demás
271
Todavía parece que el amor que Ana está experimen tando]
la felicidag
está llenando de vida. La conectó por un tiempo con
de vivir plenamente, COn la alegría de la entrega a sus Propios de.
seos. Ana se está humanizando por momentos.
Tolstoi nos recuerda que los temores de Ana son mero pro-
ducto de su imaginación y de su prohibición a amar plenamente.
Las falsas creencias operan en su interior como un veneno que ya
liberándose a pequeñas dosis, labrando gota a gota su destino.
Se siente feliz, pero su máscara de mujer celestial le impide
ser «la mala» y responsabilizarse de la decisión de separarse de un
marido y de un hijo. Una vivencia de la que da testimonio esta
mujer Ez sexual:
272
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
¿Y Sergio, ¿qué
o. A
hará?40 También
1é
pensé A que le quería./ Sentía ternura por
4, Y, sin embargo, he podido vivir sin verle. Lo he cambiado por otro
amor y no me he quejado del cambio mientras este otro amor me daba
satisfacción» (7/XXX).
su
El hijo ya es, sí, un hombre que puede amarla y recibir
ue promete
amor, Lo masculino ¿es amado, está idealizado porq
, la niña interna
amor y protección? Mientras que lo femenino
273
Psicología de los eneatipos
que está representada por la hija, ¿no puede ser amada POr yu
had por ser un fruto de un pecado? ? Sea com ose Ne.
rable? ¿O quizá
la relación con su amante no hay espacio para niños; > €n
—Piensa que tengo para escoger dos cosas: o estar embaraza da » €S de.
cir, como enferma inútil, o ser la amiga, la compañera de Mi mar;
—dijo Ana pronunciando las últimas palabras en tono inteny ciona g
me ama, sí, me A
mente superficial y ligero... No soy su esposa,
su amor? ¿Con esto? ma.
rá... mientras me ame. ¿Y cómo podré retener
y
Ana adelantó sus blancos brazos ante su vientre (5/xxm).
La probabilidad de tener más hijos era una cuestión que habían discu-
tido los dos hacía tiempo y que a ella la irritaba. El deseo de Vronsky
de tener hijos lo consideraba Ana como una prueba de indiferencia
hacia su belleza que, como era natural, desaparecería o aminoraría con
un nuevo embarazo y alumbramiento (7/xxv).
274
Persona Y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
de
aquello.
«¿Dónde estará? ¿Por qué me deja sola con mis penas?», pensó de
pronto, con un sentimiento de reproche, olvidando que ella misma
ocultaba a Vronsky todo lo referente a su hijo.
Envió a buscarle, rogándole que subiera en seguida, y le esperó
imaginando, con el corazón palpitante, las palabras con que iba a con-
társelo todo, y las expresiones de amor con que él la consolaría.
El criado subió diciendo que el señor tenía una visita, pero que iría
en seguida, y que deseaba saber si ella podía recibirle en compañía del
príncipe Jachvin, que había llegado a San Petersburgo.
«No vendrá solo... ¡Y no me ha visto desde ayer a la hora de co-
mert», pensó. «No podré explicárselo todo... Vendrá con Jachvin...».
De pronto le acudió a la mente un terrible pensamiento. ¿Habría deja-
do Vronsky de amarla? Recordando los hechos de los últimos días,
parecíale ver en cada uno de ellos la confirmación de sus sospechas. El
día antes Vronsky no había almorzado en casa; además insistió en que
en San Petersburgo se instalarán separadamente; y ahora no venía solo,
para evitar verla cara a cara.
«Debería decírmelo, debo saberlo... Si lo supiera, ya acertaría yo lo
que me convendría hacer», se decía Ana, sintiéndose sin fuerzas para
de la indi-
imaginar la situación en que quedaría cuando se cerciorase
ferencia de Vronsky.
275
Psicología de los eneatipos
Er
En su obsesión de sentirse rechazada, busca
él ha d ejado de Para
confirmar lo que más está temiendo: que
se o
Esta fantasía equivale a una aniquilación. El Ez sex ual
dependiente de la presencia de su pareja para calmar la 2.
interna y el deseo de estar Juntos acaba volviéndose y
amor. "abuso qq
otro disfrazado como una demanda de
lo
Dado su extraño comportamiento, Vronsky decide hab
con ella, pero el enmascaramiento de Ana, su negativa a dejarle
ver en su interior, hace imposible un encuentro real:
El coq
d ucción uet eo apa rec e aqu í com o alimento narcisista. La Se”
la energetiza. Ella se valida a través de ese juego de guste!
276
Persona y sombra:lo destructivo para sí J
para los demás
277
Psicología de los eneatipos
Ana se acercó a Dolly, se sentó a su lado y, mirándola con ojos Que ex.
un hondo sufrimient o, un inmenso pesar por su culp
presaban a, tomó
la mano de su cuñada.
—¿Qué piensas? ¿Qué piensas de mí? No me desprecies... No me.
rezco desprecio... Soy Muy desgraciada. Si hay en el mundo un Er
desgraciado, ése soy yO —dijo, y, volviendo el rostro, lloró amarga.
mente [...] Mientras tanto, Ana había vuelto a su habitación, cogió
una copita, vertió en ella algunas gotas de una medicina cuya parte
principal era morfina y, habiéndola bebido, se sentó y permaneció así
inmóvil algún tiempo, y se dirigió a la cama con el ánimo calmado y
alegre.
Cuando entró en el dormitorio, Vronsky la miró atentamente,
buscando en su rostro las huellas de la larga conversación que suponía
había tenido con Dolly. Pero en la expresión del rostro de Ana, que
ocultaba su emoción, no encontró nada fuera de su belleza que, aun-
que acostumbrada, ofrecía siempre un nuevo atractivo para él. Fuese
simplemente por quedar admirado, absorto, ante la belleza de su ama-
da, o porque esta despertara en él deseos que absorbieron sus pensa-
mientos, Vronsky nada preguntó. Esperó a que ella misma le hablara.
Pero Ana se limitó a decir:
—Estoy muy contenta de que te haya agradado Dolly. (6/xx1v).
rete:
nerle. Cuanto más tiempo pasaba, más cogido
, .
se sentía en ellas y ,
278
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demás
279
Psicología de los eneatipos
¿por que 30 do. «Pero ahora hay algo nuevo que nos se Me
ama»,
Por quésiguió
no hapensestad
o aquí en toda la noche? ¿Quiere hacerme Para,
¿¿Po der que su amor hacia mí no debe cortar su libertad? Pues me
pren :
no necesito esas demostraciones; lo que preciso que me demuestre e
su cariño».
en manera
fee, compin asión de él; de él solo querí a amor, No quería tampoco lu-
Í
Pero,
O .
280
Persona y sombra:lo de
er structivo Para sí y para
los demás
Y sus palabras,
alabras, su entonación, sus ademanes, todo en ella reflejaba de-
seos de discusión, de lucha...
Ana se sintió conmovvi
ida j osa ante
y dich aque
q l( g esto de
' ternura;'
pero una fu fuerza. extrana y maligna —un sentimiento de ucha— a
impelía ano dejarse dominar.
bna am dea y
Ei d Vronsy 0 calificativo para aquella e a e
que tantotant hala ir ritaba—.
que iba Para ti se trata
, solo de s
lucha conmigo, mientras que p
1 ¡ ara m ...
celia y .
281
Psicología de los eneatipos
la amenaza MociOna
En su desesperación, empieza a Usar
de suicidarse para ganar control sobre él. Y lo logra por Un
mento:
282
Persona y sombra:lo destructivo para sí Y) para
los demás
283
Psicología de los eneatipos
«Me odia, esto está claro», se dijo ella. Y sin decir ni una palabra más ni
volver la cabeza, y con pasos vacilantes, salió de la habitación. «Ama a
otra mujer. Esto es evidente», se decía entrando en su cuarto. «Quiero
amor y no lo encuentro, Es decir, que ya no hay nada entre nosotros y
debemos acabar de una vez. ¿Pero, cómo?», se preguntó, sentándose en
una butaca ante el espejo... «¡Sí, morir!», se dijo. Y la idea llenó su espí-
ritu de una manera fija, imperiosa, obsesionante. «La vergilenza y la
deshonra de Alexey Alejandrovich, y de Sergio, y mi terri
ble vergúen-
za, , t bequedaríaÍ salvado con mi : muerte. Y, al
verme muerta, y por SU
causa, él se arrepentiría,
a remedi me compadecería, me amaría y, no pudiendo
ya remediarlo, se desesperaría y sufriría.»
Una sonri a
mientras, >» se, Sentadaa en compa sión por sí misma le dilató los labios Y-
una butac a, quitándose y poniéndose las sortijas
284
Persona y sombra:lo de
structivo Para sí y para
los demás
de la m ano izqnsk
uierda
y ,antlae vist
mi
de Vro su amuefija
rteant e ella, iba imaginando los sufri-
[...]
a ¿por qué te martirizas y Me mortificas de
Mi e las manos con ter nura. En su
este modo? — le
rostro había ahora
= dk voz de él y en su Ss OJOS, creyó adivinar suavi-
e asando de golpe de los ce los más insens el llanto,
atos a Una ternur
tada "lena de pasión, cubrió de arrebatados besos a exal-
la cabeza, el cuello,
las manos de su amado (7/xxrv).
podido
. . .
e aquella m.
Y
ión del
ción
¡É a recog er la documen tación de caballo?; ¿cóm
azón se rompía a ]
peda zos ir adelante, tranq uilo a
e su cor y pi
, ollaad ENE ama a otra
ind
indiie te? No es que esté frío; es que me
ferente? P
,
a.
eedol:
dan las oe A de Vronsky y pnndo enE oras
duras p E
ía que querííaa de decirle,
a no le había
ue él no le había dich o, pero que ella presumía que q
senda todavía más hundida en la da eración.
,
Puede usted ir a donde quie o
retengo», le hac ía decir ella
s . «
“arse se de de s su marido
. ara
e a bl p
do en PON aln él. noVuel
quiere usted oa
va. Si necésita «Cuántos rublos
dinero... ¿
volver a vivir con él. |
Necesita?»
285
pos
Psicología de los eneati
bellino eMOCiona]
Su mente está alucinando yacelera su ¡or de
E a ma por la her;
Ha perdido el contacto con la realidad
ados, espolea gy,
imaginaria, por el rechazo y humillación antase
ctivos ya poseen ca.
deseos de venganza. Sus pensamientos destru
ga lo más dolor 0%
rácter adictivo. Su mente tiene que Pa
un desierto, L,
que le pueda pasar. Quiere destruir, quiere dejar
q]
venganza le parece la única baza de victoria en su lucha por
amor de Vronsky: con el suicidio le va a demostrar cuál es sy
única obligación: amarla. En su imaginaria revancha, él ya a su-
frir para siempre cuando la pierda.
Y como único recurso para resucitar el cariño en su corazón y castigar-
le con el remordimiento, para vencer, en suma, en aquella lucha, se le
presentó de nuevo, clara y obsesionante, la idea de la muerte.
Ahora le daba ya todo igual: no le importaba ir o no a Vosdvijens-
koe; ni conseguir o no el divorcio. Nada necesitaba. Solo quería una
cosa: castigarle. Cuando preparó su habitual dosis de opio y pensó que
podía morir con solo beberse todo el frasco, le pareció tan fácil y senci-
llo que volvió a pensar, con gran complacencia, en cómo sufriría, se
arrepentiría y, aunque ya tarde, amaría su recuerdo.
«Yo misma iré a encontrarle donde está, y antes de irme para siem-
pre se lo diré todo. Nunca he odiado a nadie como a este hombre»,
pensaba, mientras corría hacia su habitación. (7/xx1x).
286
Persona y sombra:lo destructivo para sí y para los demá
s
udiese ser algo más que una amante apasionada que busca solo sus
Sip as. Pero no puedo ni quiero ser
otra cosa, [...] Lo cierto es que él
me ama lo demás, ¿qué me puede importar? Es ve
rdad que tam-
bién sin quererme, podría mostrarse amable y dulce co
nmigo, impul-
zado Po! el sentimiento del deber. Y esto sería mil veces peor
que el
dio: esto sería el infierno. ¡Y precisamente lo que hay ahora es
esto! Ya
hace tiempo que no me ama. Y donde termina el amor empi
eza el
odi o.»Si algo me inquieta,tengo la razón para librarme de
ello; es decir
debo librarme. ¿Y por qué no he de poder
apagar la luz cuando ya na
hay nada que mirar, cuando solo siento asco de todo?
»¿Por qué hablan? ¿Por qué ríen? Todo eso es mentira, engaño,
maldad. Así le castigaré y me libraré de todos y de mí misma» (7/xxx0).
288
EL AMOR
289
E -S de
290
El amor
291
Psicología de los eneatipos
espeodencia haciéndose n
al busca generar
El E3 sexu
es ci nd ib le , lo cua l le co lo ca En un a posición de poder dona.
pr
queda «a salvo» de aparecer frágil o lea, Se vende mss
Ít em s de la nu tr ic ió n y el cuidado, d
experto en todos los o que q] mo pl |
Y si hay alg
existe un «no sé» en Su vocabulario. y e |
az, me di an te el au to en ga ño, de engañar al
es bien cap
val a vo lv er a viv ir el ab an do no que Sufrió en ;
por su miedo cer a
infancia, a perder el amor del otro. La dependencia la gener,
a má s ma ra vi ll os a y pe rf ec ta de la Tierra, de
sentirse la person
e vivir.
cual el otro simplemente no pued
n fuerte que
Y compra un amor como el que vende: alguie
esté siempre cuidándole y volcado, que le admire y le haga sentir.
se especial, que le haga regalos y le diga constantemente lo adm;-
rable que es. Y por supuesto, alguien que no le critique. Jamás.
Sino todo lo contrario: una persona que va a descubrir algo fasci-
nante en él, que nunca nadie ha descubierto, y que además le ya a
adivinar. Compra un amor redentor que le libere de todo el dolor
que ha vivido. La creencia es que si encuentra ese amor, hallará la
felicidad y se esfumarán el dolor y la frustración.
Una frustración que sobreviene, no obstante, cuando ese
amor imposible nunca llega. Entra entonces en un nuevo autoen-
gaño: él da mucho y no recibe a cambio lo que se merece, aun-
que... en el fondo tampoco confía en que el otro le pueda cuidar.
Se pone tan exigente con cómo se le debe cuidar que el otro acaba
tirando la toalla.
El E3 sexual necesita tener a alguien enganchado a sus ofertas
todos los días del año. No se da cuenta de que, en el fondo, está
utilizando a la otra persona con tanta dependencia como genera.
Hasta que un día acaba por sentirse encerrado y, en su ansía de
libertad, ¡culpa al otro!
En los últimos diez meses he tenido tres parejas diferentes y he ido pa-
sando de una a otra sin apenas pararme, ni a estar solo, ni a hacer ape-
nas ningún tipo de duelo o dejar posar lo ocurrido. Me doy cuenta de
que he pasado de forma casi compulsiva de una historia a otra y de que
no me ha supuesto demasiado recomenzar, y eso me habla de mi des-
conexión y de mi frialdad cuando necesito llenar de nuevo el vaso, el
hueco, el vacío, que en este último año no me he dejado sentir.
En cuanto una historia comienza, algo que es común es la fantasía
de que con esta mujer sí va a ser posible realizar mi historia de amor,
mi cuento de familia feliz con de niños correteando y recibiendo feli-
ces al padre que llega del trabajo y se los come a abrazos y besos. Auto-
máticamente me empiezo a contar el cuento, mi cuento de amor per-
fecto, y empiezo a perderme, a olvidarme de mí, de darme espacio. Y
soy entregado, amoroso, cuidadoso, tierno y me creo que todo lo que
doy es perfecto y maravilloso. Ya me he colocado en el lugar de la per-
fección, donde seguramente voy a ser muy admirado y deseado. Por
supuesto me olvido de sentir y de confrontar por miedo a no gustar y
dejo de decir lo que quiero y lo que no quiero.
la cola,
imagen que presenta. Como un Pez quede muerde MUtre
con ello su desconfianza en poder ea visto y respetado Por 4
el amor admirativo er
quien es. La seducción física incoxica > €n
omá tic o HC el otro , desv ía
tanto que canal rígido y aut nCual.,
ocional. La confusió
quier relación amorosa maternal o dev
tiene en la inopia
límites que ha vivido con los padres le man
lo que quiere de
sobre los caminos que le llevarían a conseguir
verdad.
Si tanto le cuesta confiar en la vida y ha de controlarlo todo
es precisamente por su hondo anhelo de entrega. Cuando encuen.
tra que puede rendirse y entregarse a lo divino, conecta con su
propia divinidad y ahí puede descansar:
294
9
PERSONAJE HISTÓRICO:
MARILYN MONROE
La imagen
295
pos
Psicología de los eneati
Oigámosla:
ció otro modo de conseguirlo.
las cejas
los labios pintados y y las tes: a,
cejas teñid
do llegué al colegio con
o en los chicos un ajet reo general. No tenía ni la más remota
nadie me besase. La ver, dad
idea de por qué les seducía. No quería que tan insengj_
es que con todo mi rímel, mi pintalabios y mis curvas era
ales el efecto
ble como una piedra, pero parecía producir en los chav
contrario.
nada más fino que una
Para mi cintura es bueno no comet. No hay
tripa plana.
Su familia fue casi inexistente. Ella nunca supo quién fue su pa-
dre. Así que se creó uno imaginario. Por una foto que le enseñó
su madre de un hombre que decía ser su padre y que se parecíaa
Clark Gable, se creó la fantasía de que su padre era él y se lo iba
diciendo a todas sus amigas.
Para poder sobrevivir al dolor de no tener familia, es típico
del Ez sexual crearse, en la fantasía, una perfecta. Perseguir esa
al ser
'magen ideal se convierte luego en una obsesión frustrante
imposible lograrla.
297
Psicología de los eneatipos
enfermeda d menta
La rama de su madre era un acúmulo de
resión y no podía Upa
La madre sufría largos periodos de dep
s con la familia des.
de sus hijos, por lo que dejó a los varone
ntico deM,
primer marido. En cuanto 4 Norma —nombre auté
rilyn— fue carne de padres adoptivos y, en una ocasión, de o
orfanato. o y
del mo.
Cuando cumplió dieciséis años, su madre adoptiva
mento acababa de casarse por segunda vez y se iban a ir a Vivir a]
Este. La condición para llevarse con ellos a Norma era que se Ca-
sara. Le arreglaron un matrimonio con un vecino de Veintiún
años. El futuro marido se llamaba Jim y lo que le gustaba de M.
rilyn era que, cuando bailaban, se acercaba más de lo normal, se
reía en el momento oportuno y se callaba cuando tocaba. Rápi-
damente se convirtió en el ama de casa perfecta. Aprendió a coci-
nar y Jim decía que era una buena esposa. Él se alistó en la Mari-
na y empezaron las largas ausencias. Marilyn, que le escribía
todos los días, no podía soportar la soledad y empezó a beber.
Decidió que quería convertirse en una estrella de cine. Como su
marido estaba cada vez más ausente se divorció y se fue a Ho-
llywood dejando atrás, junto a toda su vida, su nombre: Norma
Jeane.
El Ez sexual tiene tanta capacidad de desconectar que puede
romper con todo un pasado y dejarlo atrás para siempre cuando
solo un momento antes sentía no poder vivir sin esa vida. Pero
hay también una necesidad de encontrarse, «un buscar cuál es
la
Propia verdad, cuestionando si aquel amor que vivía como el de-
finitivo e imprescindible era tan solo algo inventado,
idealizado:
Este es el final de la historia de Norma Jeane... Me fui a una habitación
de hotel para vivir sola, No sabía quién era y quería encontrarme:
Cuando escribí; «Este es el final de Norma Jeane» me sonrojé como
si
me hubiesen pillado en una mentira. Porque aquella niña
triste Y
298
IN Personaje histórico: Marilyn Monroe
La vanidad en lo sexual
299
Psicología de los eneatipos
casi nuev e años Y viví a con una familia que alquilaba Una
Teni t
la a un hombre ilamad Kimmel Un día pasaba por su habita habi.
o e . /
jug an . Ten ía
S a i mi ed o no
estu viésem os bía que estaba mal pero sentía más curiosida á
: j Sa
A ¡ a me habíaía hablado d de sexo yy j Los
hablado jamás Pensé 5
otra COSa... Nadie nunc
tuviese importancia.
erdos:
He aquí otro de sus recu
que lo intentase.
poca llegar al Orgasmo, por mucho
300
Personaje histórico: Marilyn Monroe
Empezó una nueva vida para mí. Siempre me había visto como una
Persona no amada. Ahora sé que había habido algo peor: mi corazón
301
Psicología de los eneatipos
el llanto dema.
Cuando Marilyn lloraba, él le decía: «Tienes
. Compa.
siado fácil. Eso es porque tu mente no está desarrollada
intentó dejarle ya.
rada con tu cuerpo, €s embrionaria». Marilyn
rias veces:
a un precipicio
Hubo un tercer y un cuarto adiós. Era como correr haci
ara saltar. Pero cada vez que iba a tirarme me paraba y no lo hacía,
Me volvía hacia él y le rogaba que me abrazase. Es muy difícil hacer
algo que le duele al corazón.
e a sd ino a 00
que morir. Marilyn estaba en tal estado
A fragilidad y desesperación que
no le quedaban fuerzas part
efenderse y se dejó utilizar.
302
Personaje histórico: Marilyn
Monroe
303
Psicología de los eneatipos
vez más sola y perdida, con el suicidio. Como Ez sex val, más
portante que el éxito profesional eran el amor y la famili, o
interior e
nunca logró. Dependiente al iO, no tenía en su
estructura que la sostuviese y quedó así vendida a los Consejos dee
ivos de su ento rno. Cuan do se dio cuenta de cuál balas
truct
su verdadero éxito en la vida ya era demasiado tarde. '
Tenía el hábito de mirarme nada más terminar una escena, cosa que
acabó convirtiéndose en un chiste en la sala de proyección. Cada uno
de los pases del día eran: ella terminando su diálogo e inmediatamente
buscándome con la mirada para ver si lo había hecho bien.
Marilyn era astuta. Ya me gustaría a mí tener la cuarta parte de su
habilidad para los negocios, aquel don suyo para promocionarse y para
pasar de lo que no le convenía.
Entiendo tus problemas con los Estudios. Eres una mujer de la que
emanan vibraciones sexuales hagas lo que hagas y pienses lo que pien-
ses. En los Estudios, tus jefes solo están interesados en tus vibraciones
sexuales, Y ahora veo por qué se niegan a reconocerte corno actriz. Eres
más valiosa para ellos como estimulante sexual.
304
Personaje histórico: Marilyn Monroe
: no.
día, no gustarme Marilyn. No tenía ninguna maldad. Solo estaba in-
tentando concentrarse,
305
Psicología de los eneatipos
o. Es tan frágil e
que nunca saldrían a relucir en un escenari
como un colibr; a]
que solo lo puede atrapar una cámara. Es
Sutil
toda el al
solo la cámara puede congelar esa poesía. Rezo con
que sob reviva lo suficiente como para liberar ese talento he IMoOso y
extraño que deambula en ella como
un espíritu enjaulado.
306
Personaje histórico: Marilyn Monro
e
p pr eso todo
ohn,
el mundo pensaba que era tonta», El hijo de Le
recuerda: € Le
Sabe J
y cada vez que le pedía que hiciese algo para mí tenía la sensación
de que la estaba utilizando».
308
Personaje histórico: Marilyn Monroe
habício
me nego habí S co-
a topad
Yo crela haberlo visto sado, SAR
modelos y actrices. Peroañosnuncena este
pocido 2 muchas
nadie con €S€ tono de voz, esa amabilid adtan yhipe
suav idad
rsen . Si veía a ne
sibl pe-
to en la carre tera, llora ba. Era
Muer
tiempo. Lueg, que yo debía
rro e que yo d
voz todo el
¡ener cuidado con mi tono de
j Í
. o me di
podíararisero. la amabilidad en Eo
qe que vivía en los endos todpoloos:lo cont yde
pronto convertirse
Maternal
afloraba,
El cuidar de otro, aislada del mundo donde su neurosis
el peor año de su vida,
pareció darle salud. Schaefer recuerda que i-
a cuidarme al hosp
en que él intentó suicidarse, «Marilyn vino
y bastante práctica. Está-
tal, donde me recuperé. Era muy dulce
luga r aisl ado y pare cía esta r bien allí conmigo: iba a
bamos en un
un poc o more na.. . A ella le gustaba cuidarme».
hadar, se puso
309
ecta
Ama de casa y anfitriona perf
cenar a unos amigo,
Estando ya con Arthur Miller, invitó a
ya sabían que estaban juntos, lo cual era un secreto por tone
en dos días; Ma
Miller recuerda que ella no hizo nada más
ple cena, L E
había visto a nadie tan preocupado por una sim
demasiad,
dad es que se excedió. Todo era demasiado formal,
meticuloso. Terminó agotada».
aggio. He 20
Marilyn era la perfecta ama de casa con DiM
la imagen que le gustaba dar de su matrimonio:
Joe no tiene que mover un músculo. Si tratas así a un marido, te dis-
frutará el doble. Me gusta plancharle las camisas, pero muchas Veces
no tengo tiempo; me gusta mirarle y ver que lleva la camisa Planchada.
Un hombre nunca debería pensar en su ropa. Una esposa debe encar-
garse de que sus trajes y zapatos se manden a limpiar.
310
Personaje histórico: Marilyn Monroe
Cuando la conocí era una chica sencilla, con un buen corazón. Ho-
llywood la derribó abierta de piernas. Tenía el alma sedienta de que la
aceptase la gente que ella admiraba. Buscaba el amor propio a través de
los hombres que podía atraer.
A todas las jóvenes actrices de aquella época se las veía como presas
del macho arrollador. Yo tenía un interés genuino que producía resul-
tados: Todavía me sorprende la rapidez con que las mujeres vacían sus
secretos más íntimos en un oído empático. Yo las escuchaba atento y
las historias que me contaba eran increíbles.
de
Se casó con Jim, su primer marido, para que no la mandaran
vuelta al orfanato, Tenía dieciséis años. No le gustaba nada de lo que le
hacía Jim, excepto cuando la besaba «aquí» (y entonces señalaba sus
311
Psicología de los eneatipos
despier:
pechos). Cuando Jim culminaba se dormía y la dejaba ea 6
tisfecha. Encontró unamante, Fred. Era burdo y vulga, Dsa.
que no valí a para nada más que yA ta tab,
con desprecio. Le decía
Johnny, Fred se e ola
que era estúpida. Cuando ella le dejó por |
quería casarse con ella. Oco:
le pre gun té a Marily n si le atr aía n los hombres quel mn
Yo
ban: Cuando Fred dejó de maltratarla ¿dejó él de atraer]? ¡Re
a los hombres que la despreciaban porque esa baja estima - staba
con la suya propia? Ella respondió: «No lo sé». Acidía
Era una romántica. La empezó a cortejar el multimillonario
Schenck, uno de los hombres más respetados de Hollywood. Meco
tenía setenta y un e
tó que cuando la propuso matrimonio, él
había sufrido una hemorragia cerebral. Durante el cortejo, la lleyó a su
casa y la enseñó una habitación enorme, decorada con montones de
dinero, y le dijo que sería suya si quisiese. Para convencerla, una y Otra
vez le decía la edad que tenía y que ya no estaría en este mundo mucho
tiempo, que sería una viuda atiborrada de millones: «Tengo setenta y
un años, sé que soy un hombre limitado pero podrás comprobar que
soy permisivo. Si mi mujer necesita irse con otros hombres, lo enten-
deré». Esto a Marilyn no le interesaba porque era una romántica. A mí
me parecía que a muchas mujeres como Marilyn metidas en ese mun-
do les habría tentado esta oferta, pero ella era pura de corazón.
P Lo que necesitaba por encima de todo era sentirse valorada. Había
' - sido abandonada por su madre, la habían mandado de un lado para
| otro y los hombres la habían despreciado hasta que conoció a Johnny.
Lo que más quería en el mundo era la aprobación de los hombres a los
que podía respetar. Necesitaba profundamente que la valorasen y sin
embargo respetaba a los hombres que la despreciaban, porque reafir-
maban su falta de autoestima.
Cuando la vi por primera vez con Art (Arthur Miller), estaban bai-
lando y a ella se la veía tan feliz en sus brazos... No solo era un hombre
alto y atractivo sino también un dramaturgo que había ganado un pre-
mio Pulitzer. Todas sus dudas sobre su valía estaban siendo despejadas
con ese paquete.
312
Personaje
E
É
histórico:
Marilyn
Monroe
a amor QU que le
y 0 tra Vez en rellaacciioones q É €s sexo
2
?
ue le de » P Or e
volvía so Caía
ho0 ndamente sen la £ ta Una
tía, de ya] 1
Que tan
313
Nicole Kidman interpreta a Grace en Dogville, de Lars von Trier (2003).
IO
Un ejemplo cinematográfico
Dogville
Escrita y dirigida por: Lars Von Trier. Estados Unidos, 2003.
Personaje: Grace, interpretada por Nicole Kidman.
315
Psicología de los eneatipos
316
Ejemplos literarios y cinematográfico s
317
Psicología de los eneatipos
319
Psicología de los eneatipos
a
que
e ti
vitarles la vida a sus violadores, robáng,
Que
les puede culpar por obedecer a su naturaleza, El Padre le
me la ye ella también es una a por llamar víctimas a
us llora y culpar a las circunstancias. La acusa de tener la
da de que nadie puede alcanzar su «elevado senti.
idea preconcebi
do de la ética» y que por €s0 les exonera: el colmo de la Arrogan.
rtunidad de que
cia, El padre le explica que hay que darles la opo
ad que ella ny
se responsabilicen de sus acciones, una oportunid
les da. Le pide que vuelva con él a casa y le ofrece a cambio entre.
|
garle el poder.
e, que decid
Estas palabras paternas hacen reflexionar a Grac
mejor matando a
tomar el poder del padre y hacer un mundo
sodos los habitantes de Dogyille. Ante la madre que rompió sus
figurillas, ordena que hagan lo mismo con sus niños. El haber
aguantado tanto la lleva ahora a 4niquilar a sus agresores. Por una
parte, es el precio que paga por no haber puesto límite y, por
otra, la señal de que por fin se quita la máscara de dulce y bonita
para manifestar su sombra: la rabia, la venganza, las ganas de eli-
minar a quien le roba la vida. El padre le está dando también a
ella una oportunidad: la de actuar sus instintos más escondidos,
incluso la rabia y la rivalidad hacia él mismo. Los espectadores
sabemos que nunca más volverá a ser la misma.
La película estimula una lástima hacia esta mujer, y también
frustración, al ver que no se defiende. Lars von Trier dice, en
una entrevista,
que a él no le da ninguna pena su protagonista. Y
desde el punto
retratar, con el e e Sopa que el cineasta quiere
eng año s e ¡énco por enc ima de sus agresores con €s4
imagen
lástima. Mientras po Pin es verdad que ya no da a.
con que ella lo $ ve, Jue sl mir amo s a sus agresores con los 0J05
como hombres que llevan mucho tiempo *%
320
Ejemplos literarios y cinematográficos
Un ejemplo literario
322
Ejemplos literarios y cinematográficos
Albright 1943-1944
Hurd Harfield frente al óleo Dorian Gray, de Ivan Lewin (1945).
en un fotograma de El retrato de Dorian Gray, de Albert
323
Los sueños de Barbie y Ken, Foto de Dina Goldstein
11
UNA VIÑETA
325
Psicología de los eneatipos
Barbie Girl
Hi Barbie
Hi Ken!
Do you wanna go for a ride?
Sure Ken!
Jump in...
326
12
PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
y RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS
327
tipos
Psicología de los enea
Tuve una terapia psicoanalítica por cuatro años. Entendía todas las
asociaciones entre lo que era y mi infancia, pero no sentía nada y todo
seguía siempre igual. Vivía en el autoengaño hasta que tuve contacto
con la gestalt y con el eneagrama, donde no tuve manera de seguirme
escondiendo. Fue un shock, como una ruptura del cascarón; pude ver
mi parte oscura, mi vergijenza, mi vanidad, mi envidia. El SAT fue
determinante: el trabajo con el movimiento auténtico y el teatro me
permitieron reconectar con mi cuerpo, sentir.
328
Proceso de transformación y recomendaciones terapéutic
as
330
Proceso de transformación y recomendaciones tera
péuticas
331
Psicología
de los encatipos
ía qué diablos signifi .
vino el percatarme de que RO abla srsin más, cia a
ecuconrsconos quee vacío que babia derásd aparienc
erlae nomi había ia. Sn llao y io
plemente estar». ¿Qué era eso de estar ll qué: Me encon.
ei
tar, a no ser adecuada, a no ser eficaz ni maravillosa, a no ladearlo sa-
cando mi seducción, a no maquillar ni adornar mis sentimientos, y me
puse a presentarme con la cara lavada con lo que sentía, con lo que sa-
bíay con lo que ignoraba. Así fue como, poco a poco, comencé a tener
la sensación íntima de que «así está bien».
. g p
efo sus mecanismos de defensa.
332
Proceso de tr ansformación y recomendaciones terapéuri Cas
333
Psicología de los eneatipos
334
Proceso de transformación y recomendac;
10Nes terapé Uticas
¿
335
Psicología de los eneatipos
de la prác tica
j medi tati
i t a i va, Cre a en el el E Ez sexual una uc,
fruto
ener ese vacío tante
interna, fuerte € invisible, que le permite sost
temor.
mido por él y reposar ahí sin
te la ConCEpCió
Aproximarme a la psicología oriental, principalmen
budista de la existencia, me trajo mucha plan del alma huma.
na y de nuestros procesos psíquicos. Aunque aprendí muchas técnicas,
como parte de la «gula espiritual» del AU del camino, la que real.
mente elegí como práctica, por considerarla simple y eficaz, fue el vi.
pasana. Practicar vipasana de forma disciplinada me permitió Obtener
una mayor consciencia de mí misma, a través de una percepción más
profunda de las emociones, de los conflictos psicológicos no resueltos
y de mis aspiraciones más verdaderas.
Además de esa toma de consciencia inicial, la práctica de vipasana
casi siempre producía en mí un mayor distanciamiento de los senti-
mientos más negativos. Era como si visitara partes saludables de mí
misma, trayendo de allá más claridad, serenidad, empatía y receptivi-
dad. Eso mejoraba mucho la calidad de mis experiencias cotidianas y
me era fácil percibir la diferencia de calidad del día cuando no medita-
ba. Meditar regularmente significó reposar en mí misma, explorar otra
dimensión de mi consciencia que de alguna forma me conectaba con
una fuente de amor y de alegría más genuina. Me trajo la certeza de
que la fuente de mi nutrición estaba dentro de mí, y así fui aprendien-
PARE
336
M, AYudándome
vesar aspectos importantes del ego Y Vencer etapas, a
grra
En una de las primeras experiencias conta cté con dolo res
337
Psicología de los eneatipos
un cambio de CoNScien.
haciendo la paz con mi ego. Es todo , a ; nia
La vanidad va dando lugar a la dignidad, al autorrespeto
misma. Ap ar en te me nt e puedo esta, o
ponsabilidad conmigo motivación .
ciendo las mismas cosas, pero internamente la
en mi que rer más pro fun do, y no en el querer ajeno, e
apoya
nombre de una autoimagen.
338
Proceso de tr ansformacióny recomendaciones terapéuticas
Conocer la sombra
Explorar la parte oscura de uno mismo, reconocer el miedo y vi-
virlo, asumir la agresión, la envidia, los celos, la competitividad y
la manipulación no es fácil, porque la defensa no quiere permitir
que el Ez sexual se vea de verdad. Dejar de maquillar y advertir lo
que hay, sin echarlo al costal de la sombra, sin esconderse, sin
enjuiciarse, es el camino de su héroe y le lleva a la completud.
Mirar la sombra, permitirse estar vulnerable y mostrarse auténti-
co le abre al verdadero contacto, a esa intimidad que su máscara
complaciente le impide de manera compulsiva.
339
Psicología de los eneatipos
Parar el hacer
El hacer del E3 sexual está enfocado en la construcción de su ima.
gen y, más concretamente, En solucionarle los problemas a] otro
Parar este hacer compulsivo significa darse cuenta del Control En
ejerce sobre el otro a base de satisfacerle lo que supone qUe necesita,
reconocerle su individualidad e independencia, y abrir un espacio
neutro a la escucha del otro y, en primer lugar, de sí mismo. En d
punto cero de la escucha al mundo interno, en este vacío de dife-
rente cualidad al vacío psicológico, empieza a validar sus emocio-
nes y pensamientos, para que la acción salga de una conexión pro-
funda y sea el resultado de una toma de decisiones.
Atreverse a ser
Sin la seducción o el enmascaramiento, va a conectar con la pro-
pia valía, atravesando los tan arraigados sentimientos de vergúen-
za. Va a poder estar vulnerable y tener permiso a equivocarse, sél
más real, más humano y más conectado con su Ser.
340
Proceso de transformación y recomenda
ciones se
YAD éuticas
solrar el control
solta dejar de controlar, confiar, dejar fluir
he el no hacer... le llevan a confiar en «Dios»
cha ansiedad y miedo. Solo ahí se recupera y s
€ acerca a su natu-
raleza divina.
Tomar su poder
Atreverse a tomar y aceptar el poder y la fuerza interna y dejar el
falso rol de la pseudoseguridad, la compasión fingida y la timidez
necesitada de protección le ayuda a responsabilizarse y a sostener-
se en la vida. Es ahí donde puede soltar las relaciones abusivas y
dependientes. Confrontarse con sus intentos compulsivos de ma-
nipular a través de la victimización y la queja le ayuda a transfor-
mar una debilidad neurótica en una fuerza natural.
|
Límites
fun dam ent ale s para evit ar la alie naci ón y sobreadap-
Le resultan
la pare ja, y fav ore cen que cont acte con sus propias nece-
tación a
des. Rec ono cer los pro pio s lími tes, poder decir no y I enun-
sida lidad
así como a la insacia bi
ciar a la complacencia manipulativa,
341
Psicología de los eneatipos
Presencia
La presencia que gana en el proceso le permite al E- sexual una
conexión íntima con su interior, reconociéndose y rompiendo
automatismos, frenando sus compulsiones neuróticas. Le facilita
ir más lento y expresarse de una manera más auténtica. Profundi-
za sus relaciones interpersonales y los encuentros se vuelven más
exquisitos e sorprendentes.
Humildad
Cuando atraviesa la «necesidad vanidosa»
de ser más, de ser al-
guien diferente, y logra estar abierto y confiado, aceptando las
Propias actitudes y los propios límites, se conecta con los demás
de una manera generosa; es la forma
de abrir las puertas al con-
tacto verdadero. Ver y re
conocer la arrogancia y la importancia
personal y poder renunci
ar a ser especial, aceptando ser uno más,
. 2
342
Proceso de transformación y recomendac; ones ;
erapéutic as
cre ¿ en él ;un esp acio para que la humildad sea un a actit ud natu-
cal y genuina.
Compasión y autocompasión
Desarrollamos la compasión al permitirnos el contacto co o
el niño interno herido
eros dolores, dándonos cuenta de que
y que sea ca el
cosita UNA madre amorosa interna que lo acoja
protegerlo.
Fl E3 sexual ama la imagen que tiene de sí, no a sí mismo
Conectarse con la insensibilidad aprendida, con el dolor edo
y con su yO más real le lleva a la sensibilización, llegando a com-
prenderse y a quererse de verdad. Y desde ahí puede empezar a
ver al otro y a desarrollar la empatía por los sufrimientos de los
demás. Se abre la puerta a ver al otro como una persona real, y no
solo como la posibilidad de alimentar sus expectativas. Reconoce
que ser querido no es algo que se pueda exigir sino que se da uno
mismo. Aprender a nutrirse de su propia fuente, de un ser supe-
rior, es una bendición del camino.
343
Psicología de los eneatipos
la vida
Encontrar el sentido en
forma e,
Buscar el sentido de la vida a través de darse de una
tica, no para agradar O complacer sino desde la necesidag de se
; Esto se P pu ede lograr y; .
vir y devolver a la vida lo qu e nos da.
una reconexión con uno mismo;
si no, es más de lo mismo, Ñ
. l-
344
E3 SEXUAL
UNA BIOGRAFÍA
347
eatipos
Psicología de los en
ión que le di mn
intentó abortarme con una Il q 4 bort o Un médic- o
era impo si e abor ar en 0 España,
porque en la é poca | Í
amigo
nac í con una sensación de culpa ! por estar viva.
Si ien o que no llo raba ni me quejaba, Según
madre me dice que yO de Acce
Mi O me recuerdo,
a
ella era la niña más buena del mundo
no molestar,
siendo muy buena y haciendo todo lo posible para
y me he sentido my.
orque ya nací sintiéndome una molestia |
pa Nací en los ¡años sesenta en un
o a € xistir.
chas veces sin derech e,
droga y aparente libertad. Mi madr
|
cura,
entorno de mucha lo
in gl es a, se ha bí a tr as la da do a España, donde se
una Er sexual
con un gran
enamoró de mi padre, un E8 sexual alcohólico y
Mi
harén, dentro del cual mi madre era la favorita del momento.
. Todos trabaja-
padre tenía ya dos hijas con otra mujer anterior
ban en el cine y era la época hippie (1 966), con lo cual todo esta-
ba permitido dentro de ese entorno, que contrastaba mucho con
la España franquista del momento.
La relación entre mis padres duró muy poco. Mi madre era
hija única y no quería que yo lo fuese también. Y ya sabiendo que
la relación con mi padre no tenía futuro se quedó preñada de
nuevo. Tuvo a mi hermano (un año menor que yo). Mi padre fue
al hospital a verle cuando ya había nacido y luego desapareció
con la mejor amiga de mi madre durante doce años.
Al irse mi padre y no haberse casado en aquella España fran-
quista, no nos querían dar un certificado de nacimiento ni a mi
hermano ni a mí. Si no había matrimonio por la Iglesia no exis-
tías como hijo. Mi madre, que está lejos de ser católica, nos tuvo
que bautizar para poder conseguirlo, y luego hizo una trampa
de
las suyas para que tuviésemos los apellidos de mi padre: se
los
puso a Ea propia madre. Todavía hoy, cuando voy al registro civil
e e oe nacimiento, tengo que ir a un piso pe
a marginada a que me traten como la hija ilegítima
348
E3 sexual: una biografía
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Psicología de los eneatipos
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E3 sexual: una biografía
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Psicología de los eneatipos
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E3 sexual: una biografía
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Psicología de los eneatipos
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E3 sexual: una biografía
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E3 sexual: una biografía
rato
y sentía mucha curiosidad Lo que sabía era que estaban un
¿9 Casa Y luego se iban. Recuerdo la primera vez que un exhibicio-
pista me enseñó su pene. be ista a siete años y estaba en el jardín
de casa y PO! la calle parco paseándose de arriba abajo enseñán-
domelo y yO ME quedé fija, mirándole. Después me encontré con
muchas escenas de estas durante mi infancia y ya de adulta tam-
bién, COmo hombres escondidos en su coche o en un parque mi-
rándome mientras se masturbaban.
El primer hombre de mi vida fue mi padre. Apareció cuando
cenía doce años y seguía bebiendo mucho, ya alcohólico. Yo ya
fumaba porros abiertamente en mi casa. El mismo día que conocí
¿ mi padre conocí a mis dos hermanas (hijas de la mujer anterior
z mi madre). De pronto tenía un montón de hermanos; mucha
competencia para obtener algo de atención en la corta visita de
mi padre. En aquel viaje Lisa, la australiana (con la que había es-
tado todos aquellos años) le llamó para decirle que se había que-
dado embarazada. Los médicos le habían dicho que nunca podría
y, justo cuando mi padre hace el viaje para conocer a sus hijos,
ella se queda preñada.
Aquel encuentro con mi padre y mis hermanas lo recuerdo
como si yo no perteneciese a todo eso y estuviese haciendo un
gran esfuerzo por pertenecer y por recuperar en poco tiempo los
doce años perdidos. Yo veía que mis hermanas lo lograban mucho
más que yo, también eran más mayores.
Mi padre estuvo unos días con nosotros y se fue de vuelta a
Australia, prometiéndonos a mi hermano y a mi llevarnos, pasa-
muy
dos unos meses, de vacaciones a Sidney. Yo no entendía
anas. Pa-
bien por qué nos iba a llevar a nosotros y no a mis herm
n
recía que mis hermanas eran las favoritas y yO tenía la sensació
Que a mí casi ni me vio.
Cogimos un avión hasta Sidney. De pronto llegamos a un
357
Psicología de los eneatipos
358
E3 sexual: una biografía
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E3 sexual: una biografía
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E3 sexual: una biografía
363
Psicología de los eneatipos
trofe,
cada hombre con el que me acostaba lo vivía como Un
necio me 2COStaba
Empecé a hacer listas de nombres y cada
uno diferente (o a veces más), que añadía a mi lista. Bus Gba
o. pero pero este
y el vacio, E cada vez era másms Srande
aplacar el dolor
ba esa sensación de vacío. |
Cada hombre agranda
llamó
Con Concha me escapaba mucho de casa y mi madre
la policía varias veces para que ES Uco Ponía la denuncia y
luego no la retiraba, y he tenido a la policía, ya de adulta, Sacán.
dome de la cama de un hotel, estando de gira teatral, POr una
denuncia antigua que mi madre nunca retiró.
Seguía teniendo quince años. Concha era gallega y nos fu;-
mos a Galicia varias veces sin nada de dinero. Nos colábamos en
el tren y en Galicia nos recibía otro hermano de Concha que se
llamaba Manuel, que era el abogado y amigo de toda la mafia
gallega que terminó en la cárcel. Vivíamos en el lujo de repente,
Ahí empezó mi época con la cocaína. Yo allí me hice novia de
Manuel, y Concha, de un capo mafioso.
A la vuelta de un viaje a Galicia conocí a Sara, que:iba al co-
legio del Carmen. Nos hicimos muy amigas e íbamos juntas a
todos lados las tres. Con Sara empezó la época de la heroína. Ella
se hizo novia de un heroinómano que acabó robándoselo todo a
su familia, Se llamaba Curro. Tenía un amigo que se llamaba Al-
fonso, que también era heroinómano y huérfano y vivía práctica-
mente en la calle. Yo me hice novia de Alfonso y las dos empeza-
mos a tontear con la heroína. Concha se retiró; le tenía mucho
miedo a esta droga. Empezamos esnifando y las primeras veces
las recuerdo de querer morirme. No paraba de vomitar y no
podía ni moverme. Después de la primera vez dije que nunca
más, pero por no quedarme fuera seguía tomando.
Curro y Alfonso nos influyeron mucho. Debían tener nues”
traedad o quizás un poco más. Empezaron a decir que era mucho
364
19
Proceso de transformación y recomendaciones terapéuticas
si nos plen
mejor miento os La primera vez que me inyecté perdí el
y rompí el lavabo de un bar con la cabeza. A las
eres horas alguien me plo la cabeza y tenía un charco de sangre.
Yo no me había dado ni cuenta. Me llevaron a un hospital, donde
me dieron varios puntos.
Fue la época de vivir al límite; cuanto más peligro y más ton-
teo con la muerte, mejor. Yo no quería estar viva y con cada pico
de heroína deseaba morir. Había estado muy mal muchos años y
creo que aquí todo me estaba saliendo, sobre todo lo de mi padre.
Luego he descubierto que es un proceso normal para mujeres que
han sufrido abusos. Antes del abuso ya tenía una herida de haber
sido abandonada durante doce años por él. Lo vivo ahora como si
yo en esa época estuviese asumiendo su responsabilidad y culpa,
que era tanta que me quería morir por no poder soportarlo. Sen-
tía una vergijenza enorme. No tenía nada que me atase a la vida,
ni una motivación personal ni de futuro, nada que de verdad me
importase, así que me daba igual jugármela.
Era la época en que llegaba el sida. Con Curro y Alfonso em-
pezamos a vender droga en la calle y a robar. Necesitábamos un
pico (por lo menos) todos los días. Nos inyectábamos con jerin-
guillas usadas. Había un sitio en la fuente de un parque donde los
yonquis las dejaban para que otros pudiesen disponer de ellas, y
las utilizábamos hasta que las agujas se deterioraban por el uso y
hacían daño. Las jeringuillas costaban dinero y no lo teníamos.
Mi madre no se enteraba de nada. Una vez entró un amigo
suyo en mi habitación y vio una jeringuilla en el suelo; ese día se
enteró y decidió sacarme del país. Llamó a mi padre por teléfono
sen-
y vino para acompañarnos a Inglaterra (supongo que porque
tiría mucha culpa). Nunca había estado con mis padres juntos ni
había sentido que mi padre se preocupase por mí. Me hubiese
gustado pasar más tiempo con ellos. Me llevaron a un pueblo del
365
Psicología de los eneatipos
día, a traba;
sur de Inglaterra, donde solo pasaba un autobús al Tenía q; jar
como au pair, cuidando de un bebé de seis meses. Cciséjs
muy deprim ida, Me llevé opio pa
años, era yonqu i y estaba
all que mi padre había de
fumar y pasar así el mono. Descubrí
años. Parece que se COnecig
do de beber cuando me fui con doce
bebida yla
con lo que me había hecho y la culpa le sacó de la
de lo que me hi,
droga. Siempre ha culpado a su condición
nunca lo ha asumido. La culpa también le hizo viajar a Esp aña a
salvarme. Quería llevarme a Australia pero mi madre se OPuso.
Me dejaron allí y me quería morir. Vivía con la familia en el
piso de arriba del pub que tenían, y por supuesto ellos no sabían
nada de mi estado. No paraba de llorar en el silencio de mj habi-
tación. Sustituí la heroína por el alcohol. Es increíble cómo
aguanté el mono. Podía funcionar y aunque tenía dolor en el
cuerpo y todos los síntomas del síndrome de abstinencia, eso no
me impedía poder cuidar del bebé. Limpiaba también la casa y
planchaba. Estaban muy contentos conmigo y el querer dar una
buena imagen me ponía en una actitud muy servicial. Creo que
el sentirme peor por dentro me hacía querer limpiar la imagen
que yo tenía de mí misma.
Aunque critiqué mucho a mis padres por dejarme en aquel
sitio cuando era yo la que necesitaba que me cuidasen, luego me
di cuenta de que el ponerme yo a cuidar y con la responsabilidad
de tener un bebé a mi cargo fue lo que me salvó. Pasé por un in-
fierno del que pude salir momentáneamente. Lo que me parece
más increíble ahora es que pudiese disimularlo hasta el punto de
que nadie se dio cuenta,
El pueblo donde vivía se llamaba Fletching. AHí tuve varios
novios que me ayudaban a esconder el infierno. Todos'eran bas-
tante más mayores que yo. El primero me doblaba la edad (YO
tenía dieciséis y él, treinta y dos). Este duró poco. Finalmente
366
E3 sexual: una biografía
Jlegó
cds que yO. Aél le veía todos los fines de semana
y me hice amiga
y todos SUS amigos. Eran todos moteros de pelo muy largo y
esajes de cuero negro, que daban miedo. Iban
en grupo a todas
partes y en ocasiones se metían en peleas, pero eran pacíficos
Eran muy mal hablados y no paraban de meterse los unos con los
Otros, Y conmigo por supuesto, que era la única chica del grupo.
Había una mesa de billar en el pub donde trabajaba y me hice
experta, empecé a ganar competiciones. A ellos les divertía llevar-
me de pub en pub y ver cómo me ganaba las mesas.
Después de seis meses en Fletching se acabó mi contrato con
esta familia y me volví a España, donde mis amigos seguían con
la heroína. Concha también estaba enganchada; no se picaba
pero la fumaba. Sara ya se prostituía. Tenía otro novio marroquí,
mucho más delincuente, que también era su chulo. Yo volví a
todo el meollo peor que antes: con Sara, su novio Francisco y un
amigo suyo del que yo me hice novia. No llegué a prostituirme
como Sara pero íbamos juntos a todos lados y Francisco era capaz
de matar por conseguir dinero. Robaba gasolineras, a mujeres
mayores por la calle... En alguna ocasión le dio una puñalada a
alguien y volvía lleno de sangre sin saber si había matado o no. Yo
me volví a enganchar a la heroína.
Este episodio duró seis meses que terminaron con una trai-
ción. Había venido una conocida mía de Ámsterdam con bastan-
en
te heroína, y le quedaban treinta gramos por vender, que
mucho dine-
aquella época equivalían a 500.000 pesetas, que era
ro. Ella no era yonqui y lo quería vender rápido. Melo contó y yo
selo conté a mi novio, que rápidamente me dijo que iba a robar
Una gasolinera con Francisco y que conseguirían el dinero para
me rs
comprar la heroína. Cuando supuestamente lo tenían
con mi amiga. Me iban a dar el dinero a mi y yO
tON para quedar
367
pos
Psicología de los eneati
placer. o
Volví a Inglaterra. Esta vez me fui a vivir a casa de unos ami-
gos recién casados. Seguía sin ponerle nombre a mi depresión ni
enterarme. Recuerdo esta etapa como una de las más tristes de mi
vida. Vivía en un pueblo en lo más crudo del crudo invierno in-
glés, donde se hace de noche a las tres y media de la tarde, en una
casa sin calefacción y con un hilo de agua caliente. Aquí tenía
dieciséis años, casi diecisiete, y no tenía ni idea de lo que quería
hacer con mi vida. Volví con mi novio el inglés, a quien solo veía
los fines de semana. Estas salidas eran para mí un respiro de la
crudeza. Pasábamos los fines.de semana de pub en pub, bebiendo
y viendo a músicos maravillosos tocar en directo.
Empecé de aprendiz en una inmobiliaria. Este trabajo me
gustó. Aprendí a escribir a máquina y a hacer descripciones escri-
tas de las casas que vendíamos. Tenía un jefe muy alegre que me
llevaba a jugar al squash de vez en cuando, intentando enseñarme
sin ningún éxito (siempre he sido muy patosa con el deporte).
Me hacía muy partícipe de la inmobiliaria y me dio confianza
valorando mis opiniones. Fue uno de los pocos hombres que co-
Roi Entonces que se interesó de verdad por mí y por mi aprendi-
$ sin querer llevarme a la cama a cambio. Un poco como ima-
Sinada que debía ser un padre.
369
Psicología de los eneatipos
370
E3 sexual: una biografía
372
E3 sexual: una biografía
anto.» de todo lo e me
e Creo que estaba tan aver-
onzada de lo que b . onde con mi padre que vivía una con-
Ñ dicción: necesita a on erme y i la vez mostrarme a través
de personajes, qUe ha go que me liberaba mucho. Estaba tan
asustada que bebía coñac antes de cada examen o representación
ara relajarme.
Tengo muy buenos recuerdos, y malos también de esta uni-
versidad. Los buenos son que me llenó de cultura, que nunca
había tenido por haber dejado el colegio tan temprano; me ense-
a a leer teatro; pude actuar mucho en un teatro y ante un públi-
co; pude dirigir un clásico, Antígona; toqué música en directo.
Me enseñó también a trabajar en equipo y conocí a gente muy
valiosa y creativa; con algunos continúo teniendo contacto.
Lo mejor fue la oportunidad de conocer a los aborígenes y su
cultura. Había una asignatura que se llamaba Estudios Teatrales
y los profesores que la llevaban decidieron hacer un intercambio
cultural con aborígenes. Contactaron con un maestro occidental
que vivía en un poblado con la tribu pitjantjatjara. Primero vi-
nieron a Sidney seis de sus elders.* A los ancianos se les respeta y
valora mucho porque son los más sabios de la tribu; todo lo con-
trario que en Occidente, donde vienena ser un estorbo. Era la
primera vez que estos elders dejaban el desierto para venir auna
ciudad de la costa. Se quedaron en una: casa que cedieron. estos
profesores y, como no estaban acostumbrados a vivir bajo techo,
dormían en el jardín y sacaron los muebles afuera para poder sen-
tarse en el suelo adentro.
Yo me acerqué mucho :a ellos, como si supiese que iba a
aprender cosas que nadie más me podía enseñar, y aproveché
Cda segundo a su lado. Todos los atardeceres hacíamos 122724,
£ .
e Ancianos”, en inglés.
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E3 sexual: una biografía
375
Psicología de los eneatipos
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E3 sexual: una biografía
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E3 sexual: una biografía
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Psicología de los eneatipos
me propus7 o em 8
Al final de esta gira Juan Carlos
' mn
ñar en la escuela junto COn Catalina Hada. El estaba dir,igiEn en d
st it uy és em os en sus clases o
una obra y nec esi tab a que le su
un Primer Eran
zamos haciendo esto juntas y también armamos
(a
alejar de Seguir a.
nuestro. Yo veía que la enseñanza me podía
l
tuando y decidí seguir en Contacto con la escuela acudien doaa
r uno,
gunos grupos pero sin el compromiso de lleva
jo
Estaba en un momento de, o meterme a fondo con el traba
del Estudio, o salirme del todo. Me gustaba mucho estar allí y la
idea entonces de Juan Carlos era armar un equipo donde enseña.
semos pero también hiciésemos teatro. Habíamos hecho una h.
milia y mis mejores amigos estaban trabajando allí. Por todo esto
decidí quedarme y además era un sueldo fijo que significaba se
guridad. Fueron catorce años trabajando para Juan Carlos y en la
última etapa empecé a querer ser madre y a poner toda mi ener-
gía en esto. Sentía que quedándome allí siempre iba a tener un
padre y unos hermanos, y que para seguir creciendo me tenía que
ir de casa. Le estoy muy agradecida a Juan Carlos por todo lo que
me ha enseñado con la educación, la actuación y el arte.
Estar en el Estudio con toda la energía puesta en la enseñan-
za me alejó de mi actriz, a la que abandoné demasiado tiempo.
Consuelo, una compañera del Estudio, y yo buscamos una obra
donde yo actuaría y ella dirigiría. Hicimos un Shakespeare: Noche
de Reyes, que fue muy costoso en todos los sentidos. Empecé a
darme cuenta de que estaba desarrollando una visión de mi pro-
fesión diferente, necesitaba sentirme libre y experimentar mí
forma de ser actriz, Quería salir de esa necesidad
neurótica de ser
Perfecta y todo lo que pude disfrutar y explorar en los ensayo?
desapareció ante el Público porque aparecía toda mi vanidad
Y
me sentía presa por la imagen.
So ,
lo al final comencé a reconocerme como actriz porqué
384
E3 sexual: una biografía
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Psicología de los eneatipos
386
ES sexual: una biografía
389
Psicología de los eneatipos
Ahora que miro atrás me doy cuenta de que muy POCas veces fiy;
fiel. Mientras estuve bien en mis relaciones sí que lo era, Pero
cuando dejaba de estarlo iba a buscar fuera lo que dentro no tenía
Esto tenía que ver con seguirle siendo fiel a mi padre, por un lado
porque no me terminaba de comprometer con un hombre y por
otro, buscando otra relación que tuviese que mantener en secreto,
como la nuestra. A José también le fui infiel al final de la relación.
Sentí que lo hice por venganza.
Tenía treinta y tres años cuando me separé de José y mi fan.
tasía era que nunca iba a encontrar otro hombre y que no podría
formar mi familia, realizar mi sueño. Seguía con la sensación de
no estar plena sin un hombre y creo que aguanté tanto a José por
el miedo a quedarme con este vacío. Deseaba quedarme embara-
zada de él ya incluso estando separados.
En este momento de mi vida conocí en Sevilla a Bert Hellin-
ger y su trabajo de Constelaciones Familiares. Salí a constelar este
problema de atraer hombres que no me hacían bien y el sentir
que desde aquí nunca podría tener una pareja saludable para mí
ni formar una familia. Hellinger hizo una constelación muy sen-
cilla conmigo. Me pidió que sacase a un representante para mi
madre, otro para mi padre, y yo hice de mí misma. Me pidió que
los posicionase.
De la manera que lo hice él rápidamente vio el tema del in-
cesto. Me dijo que:las mujeres que nos ponemos en ese lugar lo
hacemos con el deseo de juntar a los padres, nos responsabiliza-
mos del rol de la madre. Cambió las posiciones, me sacó de
donde yo me había colocado y me hizo decirle a mi madre algo
así como: «Esto es asunto tuyo, no mío, y te lo entrego». Aquello
fue muy liberador para mí y lo sentí como un trabajo muy im-
portante para mi proceso, sobre todo por la sensación interna
que viví de quitarme un peso enorme. El año siguiente conocí al
390
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Psicología de los eneatipos
podía hacerlo. Me sentía más en paz con él. Quedé en verle tam.
bién a él mientras estaba esa semana allí y mi madre empezó a
decirme que ella también llevaba mucho tiempo sin verle y que
su terapeuta le había dicho que sería bueno que lo hiciese PAra ver
cómo se sentía porque creía no sentir nada. Quería aprovechar
mi encuentro con él para verlo también ella.
Esto empezó antes de salir de viaje y yo le empecé a decir que
no y que organizase ella su propio encuentro con él. Le estaba
poniendo un límite claro pero ella no lo quería escuchar. Cuando
llegamos allí seguía con aprovechar mi encuentro con mi padre,
Me costó una buena pelea, con ella llorando y yo también, que
no viniese conmigo. Allí entendí otra vez lo de Hellinger: estaba
volviendo a ocurrir que mi madre me pusiese por medio para lo-
grar ella acercarse a mi padre. Inconscientemente yo he actuado
como su trofeo. Esto se lo dije en la pelea que tuvimos, y no se
acordaba de lo que le había contado de aquel trabajo mío de años
atrás con Hellinger. La conclusión fue que pude ir con mi mari-
do y mi hija a encontrarme con mi padre, como yo quería sin mi
madre, pero aun así, el último encuentro que tuvimos esa semana
mi padre y yo, mi madre lo aprovechó y se sumó al final porque
así había quedado con él. Yo me fui enseguida para dejarles solos.
396
E3 sexual: una biografía
novia.muc
ne una, hace
de salud ho deporte e Fuida muchísimo. Siempre
O varias, esta vez ADS de una. Yo me sentí tran-
qulay extraña con este SIENTO, Siempre me he sentido extra-
¿a con mi padre y queriendo acercarme muy rápidamente para
ao sentir los años perdidos, pero esta vez no sentía esa necesidad
y acercarmé.
Decidí volver a estar un tiempo a solas con Lisa después del
viajeal norte, 2 la casa de mi madre. M. tenía que volverse a Espa-
sa. Sabía que era la última vez que la iba a ver. Fui con mi hija y
fue muy triste pero Lisa siempre estaba con su sentido del humor,
sin querer entrar en la tristeza y haciendo como si no pasase nada
ni se fuese a morir. Me habló mucho de su pasado y de su infan-
cia, cosas que nunca me había contado. Pasé tiempo con mi her-
mano Ed también. Yo presentía que Lisa no iba a vivir mucho
tiempo, por lo que me contaba de su diagnóstico y por cómo la
veía, pero mi hermano y mi madre decían que iba a vivir años.
Hice un poco de hermana mayor con mi hermano, preparándole.
Lisa siempre ha tenido una dificultad enorme con dejarse
cuidar; podría ser E3 sexual como yo. Ella ha cuidado siempre de
todo el mundo. Murió nueve meses después en su casa con su
hijo, su hermana y una amiga. Muy tranquila y sin dolor. Le lle-
varon a su casa una cama de hospital para estar más cómoda, le
dieron morfina, que tenían guardada en la nevera para cuando la
necesitase, y el médico también iba a verla todos los días.
Hablamos también de mi padre. Ella llevaba años sin hablar
con él, enfadada desde que se enteró de lo que me había hecho.
Un día antes de morir Lisa, él fue a verla y pudieron reconciliarse,
lo cual fue un alivio para: todos, sobre todo para mi hermano.
Ántes de morir preparó su funeral, o la celebración de su vida,
como ella lo llamó: hizo listas de gente a quien quería invitar, una
grabación con su voz, buscó un lugar... Estaba muy ocupada con
397
Psicología de los eneatipos
398
E3 sexual: una biogra
fía
1 su manera.
do aa su
asado Y Í como querien
] do
se fuese, no me sentía cómoda,
Por la noche decidió quedarse en casa de mi hermano y fui-
mos a cenar al restaurante donde Ed trabajaba. A la vuelta del
restaurante se le rompió el coche a mi padre justo dejándome en
casa de Lisa, y llamó a la grúa para que viniesen a por el coche y a
por él. Esperando a la grúa vino a casa de Lisa. Mi hija estaba
dormidita en la:habitación donde colgaba el cuadro de mi padre.
Estaban mis hermanos esperando con nosotros y en un momento
mi padre se levantó para buscar su cuadro. Yo le dije que estaba
en el cuarto donde dormía Abi y que no podía entrar porque la
podía despertar. Fui un momento al baño y él aprovechó para ir
buscar el cuadro. Mis hermanos le tuvieron que frenar pero se
puso un poco loco con ver el cuadro. Luego se calmó.
Yo ya le conocía esa locura suya de coger lo que quiere y, si
alguien le pone un límite, sale mucha violencia. Me dio miedo lo
y
que empecé a ver. En el pasado no había sentido este miedo,
solo tenía ganas de que llegase la grúa y se marchase. En la despe-
con él. Sabía
dida él estuvo con mucha emoción y yo seguía fría
aun así
que probablemente no le volvería a ver en mi vida pero
hermanos. Yo
me sentía fría. Con él se marcharon también mis
con la fantasí a y el miedo de que volviese a
me quedé asustad a,
y mucha
Por el cuadro. Sentí todo el miedo que no sentí de niña
necesidad de protegerme a mí y a mi hija.
399
Psicología de los eneatipos
En este momento de mi vida puedo decir que soy feliz, y cada vez
ica
más. Cada vez siento más una libertad de ser quien soy, sin estar
a
influenciada por nada más que por mí misma. La libertad de ser y
A
hacer lo que me viene en gana. Veo mi falsedad y es algo que me
o
mantiene alerta; aunque muchas veces me aprisiona porque no
puedo verla, otras sí puedo y la puedo dejar. La falsedad es lo que A
do
io
tanto en agradar.
Debo estar alerta también a mi frialdad. Tiendo a ponerme
eficaz y el hacer se convierte en el centro de mi vida. En ese hacer
compulsivo no hay espacio para el placer ni para el amor porque
actúa como sustituto. Doy haciendo, no amando, y me resiento
de tanto esfuerzo y trabajo que hago. Muchas veces siento que no
sé hacerlo de otra manera,
400
E3 sexual: una biografía
Hace casi cuatro años que soy madre y desde entonces he dedica-
de-
do la mayor parte de mi tiempo a esta maternidad que tanto
seaba. No he dejado de enseñar, aunque ahora mucho menos, y
Me siento más libre que nunca. Tengo grupos de actores con los
401
Psicología de los eneatipos
voy en CORtrand
que doy cursos, y estoy en UN momento en que
ajar sola bo o
más mi manera de enseñar, y me encanta trab m
estoy retomando h
motivo. Siento que lo necesito. Además,
que me 2D '
rección con un grupo de actores y empezando a ver A
os
siona también. Hago trabajos muy esporádic COM O Actr iz per,
más energía
no tengo en estos momentos la necesidad de poner
en esto.
402
E3 sexual: una biografía
403
Psicología de los eneatipos
404
LIBRO TERCERO
ENEATIPO 3 SOCIAL
LA PASIÓN EN LA ESFERA DEL INSTINT
O;
CÓMO ACTÚA LA VANIDAD EN Lo SOCIAL
407
Psicología de los eneatipos
408
La pasión en la esfera del instin
to
409
Psicología de los eneatipos
410
La pasión en la esfera del instinto
a
¿pihilis mo.
Es un carácter narcisista, como el E7, y desde esta posición le
les muy fácil creerse con el máximo derecho, tal y como describe
Cel DSM IV: «El narciso se siente tan importante que puede ha-
“blar con la máxima autoridad».
+ El E3 social, cuando se relaciona con la autoridad lo hace
' desde una evaluación previa de quién es'la autoridad en sí. Si
considera que es un dios menor dentro de su escala de valores, la
bo escalifica y puede no hacerle el menor caso. También le es muy
fácil rebelarse contra ella o «cortarle la cabeza»,'como se dice en
E argot terapéutico, buscándole los fallos y haciéndolos públicos en
o lugares estratégicos.
E, Es lo bastante inteligente, sin embargo, como para saber
E cómo relacionarse con los diversos tipos de jerarquías y busca
E constantemente el reconocimiento de la autoridad, colocándose
E en lugares estratégicos para ser visto y valorado. Su escena temida
y es el fracaso en no ser reconocido «desde arriba». Cuando esto
ocurre se siente muy mal, aunque lo disimula como puede para
$ conservar su imagen; desearía desaparecer antes de afrontar tal fra-
E caso. Como dice Yolanda: «Mis sensaciones de fracaso las canalizo
E con una risa automática, de tripas, que me sale sin que pueda evi-
E tarla, Es una risa histérica». Se trata del rasgo que tiene más fácil la
E sonrisa falsa, tan común en el Eneotipo Trés en general.
E El rasgo Ez social busca el saber y el conocimiento, no tanto
Como algo placentero sino como una forma de ejercer su poder.
Esun uso instrumental de la inteligencia, al servicio de su pasión
... .,
Se
p
411
Psicología de los eneatipos
arica
manipulativa, sin interés genuino sino de la altivez. Y sivel otro se
vuelve un obstáculo para sus objetivos, lo maltrata o destruye sin
piedad (igual que el eneatipo Ocho antepone la satisfacción de
sus supuestas necesidades a cualquier relación y sentimiento).
También los sentimientos resultan tan falsificados que pode-
mos decir que siente «lo que se tiene que sentir»; por eso lo conta-
mos entre los caracteres emocionales frios y racionales. Francesco
reconoce su relación con mujeres de alto nivel económico y su
proceso personal de cambio:
412
La pasión en la esfera del instinto
413
por Eustaquio García
415
Psicologta ae LOS ENCALEpos
n restaurante,
nte, prefiere .
prefie s no mirar ,
dentro: «Cuando entras en u
los otros —dice Ana— ¡porque no quieres comprobar la reg|;.
dad, quieres quedarte con la fantasía de que te miran!» Yolanda
nos cuenta al respecto:
Si llego a un grupo y siento que no me mira nadie, hago como que no
me importa, pero sé perfectamente quién me gusta, quién puede ser
un competidor, quién no me gusta y a quién puedo no gustarle. Intep.
to pasar desapercibida pero sé que me miran. Íntento ser discreta pero
atractiva, bien compuesta sin ser vulgar o despampanante, haciendo
como que esto es natural en mí; incluso si voy desaliñada no es algo
espontáneo. di
416
La necesidad neurótica CAvACteristica
417
Psicología de los eneatipos
418
PITA
3
ESTRATEGIA INTERPERSONAL E IDEAS IRRACIONALES
| ASOCIADAS
419
> Psicología de los eneatipos
o
su estilo de estar en el mundo. En su necesidad continua de rele.
A
nar la vida haciendo, pierde de vista el significado de sus accio.
A
nes; o más bien, el único significado que queda es OCUPAF una
in oosanite
A
posición de prestigio bien visible. Se trata de un trabajo
a
y sin consciencia del esfuerzo increíble que supone, pues la adic.
ción al éxito no permite sentir cansancio. Se podría explicar
como una versión de la teoría generalizada en este eneatipo de: «gi
hago, existo» que, en el caso concreto del E3 social suena a: «Si
hago cosas importantes y de éxito socialmente reconocido, exi-
to». Con esta filosofía el E3 social construye su sentido de identi-
dad y su visión de las cosas.
Podemos comprender cómo esta forma de pensamiento re-
vela una imagen de sí narcisista y omnipotente, que le permite al
Ez social engañarse a sí mismo sobre el poder que tiene sobre:su
vida, creyendo que puede manejarla independientemente de la
realidad externa. Al carecer de confianza en su valor como perso-
na, confía neuróticamente en la eficacia de sus acciones, en el
poder de sus manejos. Está convencido de que su éxito depende
de su voluntad, sin tener en cuenta que los demás y el mundo
entero tienen sus propios caminos al margen de él. Pero de esta
forma es como se cree que puede evitar cualquier experiencia de
fracaso o sentimiento de impotencia. No puede fluir con los he-
chos de la vida, y menos aún con sus propias sensaciones Y emo"
ciones; no puede confiar porque eso sería perder el control.
Alrededor del núcleo cognitivo distorsionado que acabamos
de describir, desarrolla un conjunto de ideas «locas», €5 dedo
Irraci ales y desconectadas de la realidad. Se cree, en concit”” tO
irracion
420
interpersonal e ideas irracionales asociadas
421
Psicología de los eneatipos
422
Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
Compensarla alim
entándome, en especial, de cine, porque la ficción
es más re al que la vida
mism a, donde tengo más desrealización. El
Cine me colma
de la intensi dad y la profundi
Carezco en mi dad emocional de las que
día a día. M e da la sensación de realidad que no me da
la vida Propia. En
mi vid. a normal, mi contención no me deja emo-
clonarme as í, Porque no quiero autocompadecerme ni ser débil.
Otra ta loca del E3 social tie
ne que ver con la desconfian-
za. Este carácter se ha des
identificado de su ser y, a falta de refe-
rentes reales, duda. Sin arraigo, «no hace pie», y desconf
ía enton-
ces tanto de sí mismo que traslada esta suspicacia a los demás.
En
palabras de Francesco: «Vale más un buen enemigo que un mal
amigo. Sabes cuáles son los intereses de tu enemigo y puedes pac-
tar con él, pero con tus amigos nunca sabes qué agenda oculta
llevan».
Las ideas que más asustan al E3 social son no triunfar o ser
pobre. Ambos temores están relacionados con tener que pedir o
con no tener: dinero, poder o prestigio; en suma, con contactar
con la impotencia de su hacer. El poder que le dan el trabajo, el
dinero o el prestigio va asimismo asociado al miedo a la soledad,
y ala creencia irracional de que lo abandonarán si no resulta inte-
resante o si no tiene nada que dar. Siente que por sí mismo, por lo
que es, no le quieren. Para Yolanda, «la idea loca sería: “Si no tengo
nada que ofrecer, estoy sola; si no me necesitan, no me quieren;
me necesitan si tengo algo que dar”».
La escena más temida de Eustaquio, «y me resultaba tremen-
da, era ser un sin techo, pedir por la calle. El abandono, que no te
vean». A Ana, le «dolería mucho que los demás me vieran como
Un parásito, sucia, desagradable, reclamadora... Pues mi idea loca
es: “Si no tengo dinero, no puedo existir”». El miedo de Frances-
“o €s «morir solo, sin nadie, así que mi creencia neurótica es que
A importante nunca me quedaré solo». Haydée y Ana se han
423
Psicología de los eneatipos
, /
Le cuesta reírse de sí mismo, aunque el humor despenalizar"
' e
mucho su torpeza, pero se siente muy avergonzado cuando se
424
NAT CA
señala ie .
As falta o se le ridiculiz a; lo vive como un fallo, una tor-
. mn > S
Uicia es premiada
enunci ' . También , le ayuda tomárselo con
h
o ile
.
r es
PENSO que el Ez social lanza allí dond
e pesca; se ríe de sí
mismo antes de que lo
hagan 1 os demás; es para no p perder el con-
trol. : Reco noce E Francesco:
: sco: «Me doy cuenta de cuánto instrumen-
talizo la autodenuncia. No p
bilidad uedo reprimirme de mostrar mi de-
idad pero lo hago instrumentalizándola, con
fines seductores».
Cabe destacar en este subtipo su capacidad
para hablar sin
decir gran cosa, de manera vacua, demagógica.
Mide el tiempo o,
mejor dicho, la atención del público, a cuyas fluctuaciones se
adapta con naturalidad.
El E3 social (como los otros dos subtipos) asume tantas iden-
tidades porque muy pronto «comprendió» que, siendo lo que es,
no vale. En un momento del trabajo de este grupo, Haydée se
emocionó recordando la vergiienza que sentía al haber considera-
do a sus padres vulgares. Entramos en una emoción profunda
pero la sostuvimos poco tiempo; queríamos recuperarnos pronto
y lo llenamos de palabras. Si no lo hubiéramos hecho, el agujero
habría sido tan profundo que asustaría dejarnos caer en él. Podría
haber sido un momento muy íntimo pero demasiada emoción no
se puede sostener.
Cuando habla de verdad, y no desde la cabeza, el E3 social se
asusta. Se siente muy vulnerable cuando es auténtico, y no tarda
en reponerse, en volverse a falsear. Se pelea con la emoción desde
la idea loca de que la emotividad es debilidad, y él, queda claro, no
se puede permitir ser débil, porque en su infancia mostrar su fra-
gilidad no fue reforzado sino penalizado. Su falsa creencia es que
hay que ser fuerte, entendiendo la fortaleza como control de la
“moción o como dureza. Recuerda Eustaquio:
425
Psicología de los eneatipos |
426
Estrategia interpersonal e ideas irracionales asociadas
427
F Psicología de los eneatipos
428
CONSIDERACIONES PSICODINÁMICAS
Competttivo
429
Psicología de los eneatipos
Vengativo
Histriónico
430
—
Otros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
431
Psicología de los eneatipos
Apropiacionista
cortar y pegar».
432
Otros rasgos característicos y consideraciones Psicodin
ámicas
433
Psicología de los eneatipos
Apegado al dinero
434
Osros rasgos característicos y consideraciones Psicodinámicas
435
Psicología de los eneatipos
Escatológicamente pudoroso
Seductor
436
pros rasgos característicos y consideraciones psicodinámicas
0
E studiado
Ti ramposo / Mentiroso
437
Psicología de los eneatipos
Laboralmente independiente
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Otros rasgos caracter Ísticos y consideraciones psicodinámicas
Perezos0
439
Psicología de los eneatipos
Amigo interesado
440
En las relaciones de pareja se siente fiel inclu
so después de
0 infiel. Se justifica porque pasa la mayor Parte del tiem
po se-
¿ciendo sin consciencia te infidelidad.
Rompe una relación de
,n día para otro porque hacia fuera ha mantenido,
hasta ese mo-
sento, la impresión de que no pasaba
nada. Evita enfrenta-
mientos Y prefiere mandar a su abogado antes que
montar un
espectáculo.
Envidioso
Celoso
Ambicioso
Frío
442
consideraciones Psicodiná
Otros Tasg0 característicos y
ere y lo que le t
n0> p vez de guías para elegir lo que qui
ser em pá tisu a eslas
Las enpercueentFac
co manopa.toma
ent e, au nq ue pue da
e no est án en
Ñ ociones del otro, qu
[gu
s son
Ona
as, Ap un te s de la contabilidad que lleya
je!
iyizad
ob
2 nsa
que en situacnuioncneas pie Sa-
recibe y lo que da. No esapdearecexertrañimarpert urbable; rde |
pnenté
dolorosas pueda ierde la
máscara.
Impaciente
443
EMOCIONALIDAD Y F ANTASÍA
Vivencia de la emocionalidad
445
Psicología de los eneatipos
446
Emocionalidad y fantasía
447
Psicología de los eneatipos
448
Emocionalidad y fantasía
449
Psicología de los eneatipos
450
Emocionalidad y fantasía
451
INFANCIA
453
Psicología de los eneatipos
Los padres
2. En esto se parece al E2, pero este puede sentir que se le debe amar porque sh
sin necesidad de rendir para merecerlo, y a veces pierde su estatus y sus mecanismos
de personalidad, como el orgullo, se vuelven compensatorios. El E3, en cambio,
trabaja para demostrar su valía (y nunca puede descansar), y sigue creciéndose en $U
sentirse escogido, porque no pierde el estatus.
454
y Infancia
Con dos o tres años yo no sabía aún leer pero me sabía de memoria el
cuento de La ratita presumida. Cuando había visitas, mis padres me
decían: «Ven, Haydée, lee el cuento a los amigos». Yo entraba en el
juego y falseaba la lectura, pasando las páginas cuando tocaba hacerlo,
y mis padres presumían y me aplaudían esta simulación. Mis padres
sabían que no sabía leer pero dejaban que los amigos se llevaran a en-
gaño. Yo cumplía las expectativas narcisistas de mis padres: ellos se lu-
cían conmigo y yo era falsa. Y así mis padres y los amigos de mis padres
me querían y me admiraban un montón. Con esto he aprendido que
valgo mucho sin realmente saber, lo cual en realidad me da una inse-
guridad interna tremenda (Haydée).
Yo no tenía edad para ir al colegio (tendría unos tres añitos), pero ha-
a buscar. Era una
“2 Como que salía del colegio para que me fueran
Etrategia Para parecer algo más grande de lo.que yo era entonces (Yo-
landa)
455
Psicología de los eneatipos
Mi abuelo era profesor; se suponía que yo iba a ser maravillo sa, Pero
COSAS esta,
eso era por la parte de la familia de mis abuelos, en que las
ban bien. Por la otra parte (mis padres) todo era un desastre y me daba
una profunda vergúenza; yo quería ocultar el desastre de la familia.
Yo tenía dos ámbitos. En mi vida familiar era la tragedia, POrque
mi padre era extremadamente violento y nos masacraba a golpes todo
el rato y siempre eran gritos; todo muy dramático. En la escuela, tenía
un lugar de paz. Ahí era muy buena y muy trabajadora Porque si no
me castigarían en casa. Era muy importante para mí que nadie de la
escuela supiera, ni pudiera siquiera imaginar, las cosas que sucedían 65
mi casa. Nadie supo nada de mi vida familiar. Fuera de casa (en el co.
legio) me mostraba feliz y contenta. Si tenía cardenales los explicaba
como que me había caído montando en la bicicleta nueva que me has
bían comprado, en vez de explicar que me habían pegado en casa
(Giusy).
456
Infancia
a gente que
Cuando estudiaba piano de niña, en mi imaginación habí
estudio
Me veía cómo estudiaba. No estudiaba para estudiar, PO! el
gente aprecian do lo bien
mismo, sino con la fantasía de que hubiera
457
Psicología de los eneatipos
Recuerdo que, cuando era pequeño, mi padre, que era guardia civil,
fue herido en un conflicto armado con terroristas. Recuerdo estar con
él en el hospital, cogiéndole la mano. Llegaron fotógrafos de prensa y,
cuando los vi, dejé de mirar a mi padre y me giré hacia ellos, con pose,
para ser fotografiado. “Tenía doce o trece años (Francesco).
458
Infancia
avergonzarme (Eustaquio).
juctor. La mirada de mi hermano me hizo
,
ul .
eN
459
7
PERSONA Y SOMBRA:
10 pESTRUCTIVO PARA SÍ Y PARA LOS DEMÁS
461
. Psicología de los eneatipos
462
Persona y sombra: lo destructivo para sí J para los demás
463
Psicología de los eneatipos
464
Persona y sombra: lo destructivo para sí y para los demás
465
Psicología de los eneatipos
ilustra así:
a
Tengo instinto homicida. Con mis niños, tenía mucho miedo de que
A
E
les pasara algo, y en realidad era porque creía que yo misma podía
ds
466
na y sombra: lo destructivo para sí y para los demás
Pers0
,
ara ver si respiraban y tenían pulso, lo que en realidad que-
dormían»
“ficar
ía de ¡ficar e ra que estaban vivos a pesar de. mi instinto homicida.
ja verdad es que soy totalmente incapaz de hacer daño-
a un
e na vez qUe le di un par de tortas a mi hijo tuve
que pedirle
niño: e miró con una mirada de tanta humillación que me
sentí
perdón. mni bebé una vez le di un mordisquito en la oreja y luego me
fatal. Y a
sentí lo P cor:
467
EL AMOR
Si veo que una pareja se besa en la calle, me emociona; pienso que eso
es amor. Pero inmediatamente invalido la escena, pensando que cuan-
do estén a solas no será igual. Desconfío de si el beso es solo lo que
muestran o es también lo que sienten. En el fondo, mi interpretación
es fruto de mi desconfianza, porque hay un desfase entre lo que tengo
A
469
Psicología de los eneatipos
Incluso hacer el amor durante muchos años de mi vida fue una tarea
para complacer al otro; a mi pareja o al que fuera, con tal de recibir un:
«Qué bien lo haces, cuánto me haces sentir». Esto saciaba el vacío de
sensaciones y de contacto. Si le hacía sentir placer al otro, aquello era
placer y era sentir, sin entrar en contacto en absoluto con mi cuerpo Ml
con mi deseo (Yolanda).
470
El amor
471
Psicología de los eneatipos
Supongo que esto tiene que ver mi segundo subtipo, el sexual. Aparen-
to ser más interesante, sexual y perfecta de lo que soy. Ser natural me
da pudor. Temo pasar de la apariencia a la mostración verdadera. Creo
que consigo proyectar cierto ideal que no soy yo. Y es trabajoso mante.
ner esa impostura, aunque también resulta, a estas alturas, un recurso
automático.
472
El amor
473
9
PERSONAJES HISTÓRICOS
475
Psicología de los eneatipos
Carrera política
476
Personajes históricos
El hombre político
477
Psicología de los eneatipos
478
Personajes históricos
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Psicología de los eneatipos
480
Personajes históricos
política.
_
481
Psicología de los eneatipos
482
Personajes históricos
483
Psicología de los eneatipos
484
Personajes históricos
485
Psicología de los eneatipos
Teresa de Ávila
3. D, Chicharro, Santa Teresa de Jesús, Vida, Cátedra, Madrid, 2006, pp- 20-21:
486
Personajes históricos
en Castilla yAndalucía.
*, Encontramos En su producción literaria un texto singular: el
on de la Vida, escrito a los cincuenta años, en plenitud espiri-
Li icológica. En su introducción podemos leer: «La vida de
pes Madre Teresa de Jesús y algunas de las mercedes que
o os le hizo, escrita por ella misma, por mandato de su confesor,
¿quien le envía ydirige». Se trata de un documento excepcional
lagado de vivencias, contado a veces con gracia e ironía y con
una profunda espiritualidad que llega a contagiar al lector. El
manuscrito, como la vida de Teresa, tuvo también su propio vía
crucis, incluidas las intrigas de la princesa de Éboli, hasta que Ana
de Jesús* solicitó directamente el texto al Inquisidor General. El
destinatario del libro será el P. García de Toledo, a quien la santa
había conocido en 1962; al enviarle el manuscrito, escribiría:
«Aquí le entrego mi alma». Este libro atrajo el interés de las más
encumbradas cimas intelectuales y políticas de su época, desde
San Juan de la Cruz a Felipe II.
Evocando el principio formulado por Virginia Woolf de que
saber para quién se escribe es saber cómo hay que escribir, Teresa
escribe el Libro de la Vida con la finalidad de rendir cuentas de sus
experiencias espirituales y de formar y aconsejar a las monjas. No
és una autobiografía en el sentido estricto de la palabra; de hecho,
en su apariencia formal es un tratado didáctico para la práctica de
la oración mental. Pero el libro va más lejos, y el relato biográfico
* mezcla con el testimonio de su propio viaje espiritual sin des-
487
Psicología de los eneatipos
6. Azorín, Los clásicos revividos, los clásicos futuros.: Espasa Calpe, col. Austral,
Madrid, 1945, pp. 40-41.
7. S. Bresard, L Espagne mystique,
Arts et métiers graphiques, París, 1945» P- 35:
488
Personajes históricos
Elentorno familiar
¿Era mi padre aficionado a leer buenos libros, y ansí los tenía de
romance para que leyesen sus hijos. Estos con el cuidado que mi
madre tenía de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nues-
tra Señora y de algunos santos»,!” Teresa nos habla de una biblio-
teca «clandestina» que su madre poseía, y la de un hermano de su
padre, Pedro Sánchez de Cepeda," «muy avisado y de grandes
virtudes» ** que poseía buenos libros de romance.” Se sentía muy
unida a su padre: «era la más querida de mi padre»;'* «era tan de-
masiado el amor que mi padre me tenía y la mucha disimulación
mía, que no había de creer tanto mal de mí y ansí no quedó en
desgracia conmigo».** Recordando la muerte de su padre, escribi-
tía: «pareciéndome se arrancaba mi alma cuando vía acabar su
vida, porque le quería mucho».**
8. Ibíd., p. 56.
9. Teresa la Santa, Libro de la Vida, cap. XIV, v. 8.
10. Ibíd., cap. Í, v.1.
un convento jerónimo.
11. Amigo de lecturas de todo tipo. Murió monje en
12. Vida, III, y. 4.
13. Libros piadosos.
14. Vida, L. y. 3.
35. Ibid., IL y. 7,
16, Ibíd., VIL y. 14.
489
Psicología de los encatipos
Mujer de acción
«No era menester más para mí de pensar, alo Dios todo, y vía
que no había de qué me as A ds que $alabar, Y antes
me hacen devoción las cosas dificultosas, y mientras más, más,»
Para Víctor García de la Concha, «desde niña —es su manera q ke
ser— la Ahumadita no sabe hacer nada sin emplearse a fondo, 8
Llama la atención el espíritu emprendedor y viajero de la
santa, ¡una monja de clausura!, en una España con molestas difi-
cultades para largos desplazamientos. J. Pérez menciona que las
fundaciones se ubican en las regiones mejor equipadas desde el
punto de vista de las infraestructuras viales, y algunas de ellas cer-
canas a prósperas ciudades manufactureras.'? Si, además, consi-
deramos su frágil salud —no se sintió curada hasta 1542 y, entre
los veinticinco y los veintisiete años sufrió increíbles penalidades
físicas—, podemos hacernos idea de lo que significaba emplearse
en semejantes empresas: «Quiérome declarar más, que creo me
meto en muchas cosas».*” «Ayúdame poco el poco tiempo que
tengo [...] porque he de andar con la comunidad y con otras har-
tas ocupaciones»;”" «porque sería gastar mucho más tiempo, y
tengo tan poco como he dicho, y por ventura no sacar ningún
provecho».” A pesar de este manifiesto sobre la falta de tiempo y
de eficacia, reseñamos a continuación la «agenda» de tres años:
490
Personajes históricos
1575 1582. TA
2 de enero: traza su 2 de enero: sal
ruta para ir a Beas de
e de
vila, acompañada
Segura (Jaén), pasan- del P. Gracián, ca
do por Medina, Ávila mi-
no a Burgos. Pasa po
y Toledo.
r
Medina del Campo.
16 febrero: llega a Visita sucesivamente
Beas, donde funda Valladolid y Palencia.
convento el 24 del 20 de enero: fun
da-
mismo mes. ción de las descalzas
18 mayo: Sale de Beas en Granada por Ana
491
Psicología de los eneatipos
Relaciones sociales
492
Personajes históricos
493
Psicología de los eneatipos
un fraile descalzo, tan gran siervo de nuestro Señor que las tiene bien
edificadas [...] y le tienen por un santo, y en mi opinión lo es y ha sido
toda su vida [...]. Está todo el lugar bien escandalizado [...]. A mí me
tiene muy lastimada verlos en sus manos [...] y tuviera por mejor estu-
vieran entre moros, porque quizá tuvieran más piedad [...] que temo
por su vida. Por amor de nuestro Señor suplico a vuestra majestad
mande que con brevedad le rescaten.?*
494
Personajes históricos
495
Psicología de los eneatipos
eme
: ke
las letras,
aunque gran daño hicieran a mi alma confesores medio
letrados,
porque no los tenía de tan buenas letras como quisie
ra [..,
buen letrado nunca me engañó».* Desprecia la falsa a
acepta lo establecido, pero se permitía ironizar: «Puedo tratar >
496
Personajes históricos
o,
a la primera fundación— a quien Tere $2ASPtUECT OS Prácticos
VO Un especial
esp ectO Tenía muy lindo e ntendimiento
$ la Ñ avidad de 1560,
e « »,
un confesor le ne 86
n..4a la Ref la absolución si
orma, lo que engrosó, segurame
po d ejpia desconfianza: «H Í nte, su disposi-
ízome harto provecho pa
ción
.? a
ra no confiar
mucho n ranadie , porque no le hay que sea estable sino Dios»,48
siguió busc ando a la
La y pers
ona que pudiera enseñarle
uien fiarse: «Si vía
yo alguno predicar
algo y de q or particular le cobr con es píritu y
aba, sin
procurarlo yo, que no sé
bien, UN a onía».** «Como
muchas veces me ha dicho
quién A e comunicar toda mi el Señor,
alma y las mercedes que
que no E ace, con el confesor, el
y que sea letrado, y que le obe-
o Eso muchas veces». «Ácaeciome
con algún confesor, que
See quiero mucho a los que gobístman mi alma, como los
tomo en lugar de Dios tan de verdad, paréceme que es
AE
donde mi voluntad más se emplea y como yo andaba con seguri-
dad, mostrábales gracia».'*
Aunque gustase de autoinjuriarse («esta miserable, poco humil-
de y mucho atrevida, que ha osado determinar a escribir cl ess
tan subidas»*), Teresa convirtió la obediencia én fuente de immpics:
ción, que se tornó en eje estructural del Libro de las Fundaciones.
Por experiencia he visto, dejando lo que en muchas pares he Lo, e, , |
497
Psicología de los eneatipos
498
Personajes históricos
499
Psicología de los eneatipos
fan, * 68
buenas, no lo creían». a
«Para el mal y curiosid ad y vanidad
gran maña y diligencia. El Señor me perdone». “enáa
No se avergonzaba de mostrar su ira,
“Porque Un espírit
desgustado de ira pone el demonio, que pare
.
ce a todos me mn
>
t
Mentira - autenticidad
500
Personajes históricos
501
Psicología de los eneatipos
como términos de
con Dios. Existe una amplia documentación Similitud
sobre las
que Santa Teresa firmó, donde anota al detalle hasta la eta
cantidad de ingresos y gastos, casi con el cuidado de u im
no contable.?:
cocer
Su sentido pragmático la llevó también a SOstener
mon
rios sobre las bases económicas del trabajo y, en
parte, de la
mosnas; rompía con ello una rancia tradición y seadelanta
ba a
curso de los tiempos. Para J. Pérez, la decisión de admitir a Una
nueva postulanta la tomaba el capítulo del convento
. Teresa se
fijaba más en sus cualidades que en su fortuna y los criterios de
selección eran: vocación, salud e inteligencia.*s
Transformación
83. El primer estudio importante sobre este tema es el de Luis Ruíz Soler: La
personalidad económico-administrativa de la Santa Madre Teresa de Jesús, Zarauz,
1970 (cit. en T. Egido, p. 29). sali
84. T. Egido, «La novedad teresiana de A. Castro», en Revista de Espir p
dad, n* 32, 1973.
85. J. Pérez, op. cit, p.130.
86. Vida, VI, v. 1.
502
Personajes históricos
ningúría
nochey sabidu
artables, que ni día de ni amor «con a dolo e
n sosieo
De. sucompo
| una tristeza muy P rofunda»,*
¡eneb
e
«yra»,
ternu mudó Dios la . que
se da
mi alma
2 en grand ísima
ye tenia s d a
q Tras la vivencia e un instante en el infierno, el Señor le re
cosa, sino un morir casi del todo a todas las cosas del mundo, y
estar gozando de Dios [...] es un glorioso desatino, una celestial
AAA
87. Ibíd., V, v. 7.
88. Ibíd., IV, y. 2.
89. Ibíd.,L y. 1-5, 8.
90. Ibíd., XIX, v. 2.
91. Ibíd., XX, v. 26.
92. Ibíd., XXXIX, v. 23.
93. Ibíd., XVI, v. 2.
94. Ibíd,, TI, y. 5. aría en
95. Ibid, XXVI, v. 1. Recuerda lo que Chógyam Trungpa desarroll
Loca
Sabidurya, Kairós, Barcelona, 2005.
e
r
$03
Psicología de los eneatipos
Vacío
Retrato
504
Personajes históricos
Curios ¡dades
505
IO
EJEMPLOS CINEMATOGRÁFICOS
Conociendo a Julia
507
Psicología de los eneatipos
ln
experimentar de nuevo la intensidad y la vitalidad, Para lu
decepcionarse, hundirse más aún y, finalmente, resurgir en ED
venganza gloriosa en el escenario, que la catapulta de ny €vo Una
a la
cima como actriz, le devuelve la dignidad como persona y la lleva
a reencontrarse consigo misma y a ser más auténtica.
Situación de partida
508
|
Ejemplos cinematográfic
os
irupción de la novedad
Desarrollo
Desenlace
r a
Tras haber tocado fondo, recupera el autocontrol y hace baila
a Tom,
e sonlo,de su coreografía...a.empezando por «follarse»
alvándo
bjeti como despedid Julia: resurge de sus cenizas en
509
Psicología de los eneatipos
«la
mejor actriz de Inglaterra».
510
“S "AfiCOs
511
Psicología de los eneatipos
101. Siempre con una voz potente y grandes gestos; que desde nuestra sensib-
ilidad actual parece forzada y nada naturalista, pero que en los años treinta era el
estilo de actuación deseable y adecuado a los grandes espacios escénicos de entonc-
es.
102. Si una de las escenas no hubiera sido' eliminada de la versión final El
DVD de la película contiene las escenas descartadas y una muy recomendable pista
sonora con comentarios en off de István Szabó, Annette Bening y Jeremy Irons
So”
bre aspectos, anécdotas y reflexiones relacionadas con la película.)
512
porro rva e *"+ermatográjic
os
Ores,
513
A
Psicología de los eneatipos
514
Ejemplos cinematográficos
$15
Psicología de los encatipos
105. Ésta es una aportación del guionista, Ronald Hardwood, que no se €l”
cuen e
a tra en la obra de teatro original, ' de
de Somerset Maugham, más pesimista y
NOS COmpasiva con la protagonista.
516
Ejemplos cinematogr
áficos
Carencia
1 . me
películ a, pero incluid a
mn So Escena también eliminada de la versión final de la
$17
A
Psicología de los eneatipos
Necesidad neurótica
518
Ejemplos CiNEMALORr
áficos
psrategias interpersonales
519
Psicología de los eneatipos
Emocionalidad
Amor
dog ne a st
ilusión por vivir y sentirse idolatra
a ay
» del placer físico). | o
521
Psicología de los eneatipos
Sombra
522
Ejemplos cinematográficos
Virtud
523 .
Psicología de los eneatipos
para sus acciones, y que por eso es actriz (su ser en el mundo está
en función de la representación frente a otro). Si fuera una Ez
conservación, solo necesitaría sentir que hace bien las cosas, se
esforzaría meticulosamente en cualquier tarea que emprendiera,
por privada y nimia que fuera, y no necesitaría ser tan encantado-
ra, magnética y sonriente.
524
Ejemplos cinematográfic
os
E
1
Eva Harrington (Anne Baxter) en la película Eva al desnudo (All about Eve),
de Joseph L. Mankiewicz (1950). |
Eva al desnudo
0) ás
original: All about Eve (195
fi co y di re cc ió n: Jo se ph L. Mankiewicz
? a atográ años que gan
jo ve n de ve in ti cu at ro
im Js Ea Harrington, por Anne Baxter
Interpretada
y E galardón de teatro.
co ns er va ci ón co mo segundo subtipo.
> on
| 525
Psicología de los eneatipos
Otros personajes:""?
107. Las frases entrecomilladas han sido sacadas de la película para resumir el
carácter de los personajes.
526
Ejemplos cinematográfic
os
ul , . Y
Mete que la miren como a una mujer, como a UN Ser hurano
Una di sé , , o la prin-
dimensión que abandonó en algúno momento) pero la p o-
Cipj
dr E anhela lo contrario. La confusión entre persona y per
|
dificultad de recupe
rar
JS entre la realidad y su narración, y la
ti
Primera son rasgos básicos del E3 social.
527
Psicología de los eneatipos
528
Ejemplos cinematográficos
529
Psicología de los eneatipos
530
Ejemplos cinematográficos
531
Psicología de los eneatipos
El estatus
532
Ejemplos cinematográficos
533
Psicología de los eneatipos
Sinopsis
534
Ejemplos cinematográficos
Margo 80 O vivi
ve en el paraísí o, al no tener que ocuparse de la gest
diaria ión
de sus asuntos, pues ha encontra
do a una secretaria y compa-
A na pa mbre Eat que conviene a ambas.
+ Brecadoroda S me sl las necesidades de Margo para acercar-
y claras para el espectador, las de Eva son de
dos tipos: las claras, pues acabaron sus días de vida en precario; y las
ocultas, que el film revelará poco a poco, conforme vaya desplegan-
do su estrategia con la misma delicadeza con que una araña cons-
truye su tela. La armonía dura un par de meses*** hasta que Margo
,
alertada por Birdie, cae en que, si se descuida, le quitarán desde el
novio hasta el nombre.
Eva, la secretaria «perfecta» e indispensable (su segundo sub-
tipo, después del social, es el conservacional), controla, filtra (con
esa sensibilidad más de radar o sónar que de microscopio) y lleva
a cabo todo lo que la actriz ha dejado de hacer, e imita a gran ve-
locidad lo que hace sobre un escenario. Tras el portentoso proce-
so camaleónico de un Ez3 social, llega un momento en que ya
puede no solo imitar, sino suplantar a Margo y usurpar su lugar.
Naturalmente, no hay que ser un Ez social para poder hacer
algo así (profesionalmente se ve a todos los niveles) pero sí de esa
manera: sin ver el contenido de lo que traga sino solo el inmenso
placer que le produce ambicionarlo y ser aprobada por hacerlo.
Hemos dicho camaleónico (versátil), pero hay más animales
en la sombra del Ez social, desde la araña (la tela lenta, silenciosa
e invisible) a la anguila (por cómo se mueve y habla), pasando
por el silencioso buitre de la alturas (el E3 social diría cóndor).
Ahora bien, es la propia película la que clava el más exacto símil
zoológico sobre Eva: la abeja. Hace miel, es laboriosa y, vaya,
tiene aguijón.
536
Ejemplos cinematográf
icos
$Ú
h
537
b
Psicología de los eneatipos
:
insinuar su cercanía, le reportan un inmediato prestigio, Pero que
nunca habrían movido un dedo para que le dieran el premio, e A
conocen ya su otra cara)... dejándose en el tintero a Addison, que y
es el principal artífice de que el galardón recaiga en ella, Margo, 4
presente en la ceremonia, se despide espetándole que no se preo- ;
e siempre podr4
cupe por el vacío que hay en su corazón, porqu
poner el premio en su lugar (perfecta metáfora del Ez social).
538
Ejemplos cinemato
gráficos
go, y que
.
adora el teatro.
539
Psicología de los eneatipos
115. «Ah! The mousy one, in a trench coar with a funny hat?»
541
Psicología de los eneatipos
La acidia
542
Ejemplos cinema
tográficos
A O recurría a bajezas),
n
2?
e intuitiva-
.
.
Ccuidadosas, aprovechan
do con porten-
fuerte (a la que, como
Ez social, es
po r al"80 «Incor
recto» o «inade
conflicto directo. cuado»
|
n,
116. La expresión exacta en inglés es mak.e-believe , «hacer creer», Crear ficció
hal mento de la
inventarse, fantasear... algo así como «mentiras artisticas». Je, A 1
make-believe, hay teatro».
Película se dice claramente: «Ahí donde hay
543
Psicología de los eneatipos
544
Pp Ejemplos cinemato
gráficos
€
Í E y
t
recordar qué
qué le le hizo
hi merecer la burla d
f sel
e Margo. - Ni N;1 se sed defiende ni
se ofende de cara afuera Tampo co
, se le pas a por la cabeza que sus
ocultas intenciones hayan sido detect 5
: cta as, y es posible que ella
aúna no se las haya formulado a s í mi
ado a sí misma con clarida
; claridad. No se hace
cargo ni de su dolor, ni de la furia de Margo, ni de la of
que
q
eno ensa
"
está sucediendo.
,
all Su
, reacción interi
cacción Interior es hacer «como si no estu-
» y,
y> en to o caso, buscar la culpa de las ofensas de Margo
en ella misma y no en Margo.
Llevados por este diferimiento entre sentir y actuar, los Ez
suelen ser personas de gran resistencia en situaciones difíciles o
que exigen aguante a largo plazo. Resisten hasta llegar al límite
de su propia «incompetencia», como le ocurre a Eva. Pero tam-
bién pueden ser muy impacientes y desarrollar una lengua muy
afilada. Esta cualidad Mankiewicz la atribuye sobre todo al críti-
en realidad al ca-
co Addison de Witt (E2 social), muy cercano
reunidos «tal para cual»
rácter de la misma Eva y, acaso por ello,
en el guion.
da lugar a una revelado ra conversación,
El enfrentamiento
son (acompañado de la debutante Miss
con el crítico Addi
n y Eva sentados en la escalera reflexionando
Caswell), Bill, Kare
so br e el mu nd o d el teatro y el papel que cada uno Bes le
en voz alt a d o de qu e Eva no pier-
ya estái a d v e r t i
ña en él. El es pe ct ad or moral versátil.
empe e de la te su
hay nada aún qu
de el tiempo, pero no
545
— AA
Psicología de los eneatipos
117. Con gran sutileza, Mankiewicz trae a colación un mito creacional paga-
no, distinto del cristiano al que alude el nombre de «Eva», comparando a los per-
sonajes de la película con un enjambre de melissai, o abejas, constructoras del
mundo para los antiguos griegos mediante su talante afanoso y organizado, y que
requieren siempre de una «reina» a quien sirven pero no ven, y de unos «zánganos”
que obedecen. «Los chicos harán lo que se les diga», le dice Karen a Eva en ñs
momento del film, refiriéndose a su marido Lloyd y a Bill, el novio de Margo. o
una imagen muy acertada y aguda del mundo del Ez social. Como se dice eno!
lugar: «trabajo, miel y aguijón».
546
Ejemplos cineMAtO
gráfcos
Ella misma Prase sean estas las Meda que originaron el guion; el
germen a partir del cual se desarrolló la película)"** habla sin dar
se cuenta de su propia pasión, y da una definición bastante exacta
de la vanidad. Con ojos relucientes, como embobada, dice:
548
Ejemplos cinematográficos
549
Psicología de los eneatipos
e
cosas que hay que ver en el mundo: «Done ¿tb Lleva un cuaderno
y la vida consiste en ir tachando lo que ha hecho, se SUPOne que
para tener el cuaderno con más tachaduras.
Pueden verse así claramente en el comportamiento de Eya las
dos acepciones del prestigio: la fama, y el embaucamiento, enga-
ño, fraude o «prestidigitación» que emplea para conseguirla y
mantenerla. |
550
Ejemplos iN
eMAtOgráfico s
551
Psicología de los eneatipos
552
Ejemplos ci
neMAtogr4fcos
escena. Eva (¡no sabe por qué lo hace!) se ofrece a Bill, en una
confluencia repentina, sometida también a sus
últimos objetivos
(mi vida es tu vida): «¿Es eso lo que tú quieres que sea?
[una ac-
triz)». Parece que ella no puede ser por sí misma, que si mira
hacia adentro solo encontrará un mecanismo desalmado para
«ser COMO», pero no para «ser», sin más. En otras palabras, necesi
ta que alguien la mire siempre para poder ser (de ahí la alusión al
hipnotizador Svengali). o
Esta declaración de Eva aturde y sorprende al mismo E
le responde: «Estoy hablando de ti y de lo que tú quieres».
secdada cue nta de que tras ese «animal escénico» ni siquiera hay una
nfo,
búsqueda artística, o de popularidad, o de riqueza, O de triu
el público
sino la necesidad de ser reconocida y aprobada por
, li ]
n
ecesidad que ha sido terrible y tem
E
pranamente torcida, y
. .
«caída
| » bien podría representar se por
el despertar brusco 20
guien que ha sido hipnotizado, o de un
sonámbulo, ca
ARO si no estuviera», es decir, sin sentir de verdad pues está
ni lo
dice ni lo que hace; como sombra de sí misma, o com
o un 20.
que emula una existencia en un mundo convertido desd
e Muy>
temprano en un plástico e indoloro escenario.
No es descabellado relacionar el neurótico afán de hacer
cumplir sin «sentirse» de una persona hipnotizada con la vida de
las abejas, cuya similitud con ciertos caracteres humanos, y espe-
cialmente con el Ez social, ya se ha destacado en la escena ante-
rior. Yendo más lejos, podría hablarse de una percepción del
cuerpo y de la vida como la de un robot (del ruso, robotat, «traba-
jar»), en verdad similar al movimiento de una persona hipnotiza-
da. En ambos casos el cuerpo es considerado poco más que una
máquina, mejor dicho, un aparato obediente a una mirada o a
una orden.
Estar interpretando constantemente la mirada externa para
ganarse esa aceptación para la cual el E3 «es» y para la cual «mol-
dea» la imagen de sí mismo es uno de sus mecanismos neuróticos
cruciales (cada subtipo de una manera). Esta escena pone en evi-
dencia hasta qué punto El Ez social necesita no tanto seducir
como gustar, complacer: ese es su invisible y enfermizo apetito.
canismos que
naturalmente, de una
555
PP
|
1
Psicología de los eneatipos
Desenmascaramiento y humillación
556
Ejemplos cinemato
gráficos
«p atria ame-
ricana» se siente orgullosa y agradecida, SINO que viene de una
segunda generación de inmigrantes alemanes o polacos!» y se
llama Gertrudis” Sleczynski. Sus padres, pobres (en esto no
mintió) viven aún y la esperan desde que, hace tres años, desapa-
reciera sin dejar rastro. En la destilería donde trabajó le pagaron
quinientos dólares para que se largara: después de que el dueño
fuera investigado por un detective que le puso su esposa. No ha
estado nunca en el teatro Schubert en San Francisco en un estre-
no de Margo, porque el teatro Schubert está en Nueva York,
adonde fue a parar con los quinientos del finiquito y donde se le
ocurrió acercarse a Margo... Todas mentiras de poco fuste que
ideó aquel día en el camerino en que, de repente, vio que podía
captar la atención de Margo y, por fin, salir de ese «anonimato
vital» que el E social íntima y profundamente aborrece, como
corresponde a su ansia de brillo y prestigio.
Addison la somete en una escena violenta y «feudal», que
acaba con ella arrojándose sobre-la cama y mirando .a cámara,
tumbada, en un escorzo muy expresivo, que denota que la revela-
ción de sus orígenes la hace retorcerse como una serpiente. Es el
espectáculo de una Ez social enfrentándose a la realidad de sus
orígenes, O, mejor dicho, a la aceptación de sus orígenes, de los
y que tiende a
que el Es social pocas veces se siente contento
] sn de ral
'21. El mismo Joseph Mankiewicz, nacido en Pennsylvania, era hijo de in
| nom
le es ca pa ba un a, y Gertrudisj es €
se
madre A Mankiewicz no id ad pa ra ocultar sus atrocidades.
ta se ns ib il
Met, que aparen
557
Psicología de los eneatipos
123. Recordemos que, en aquella época, Hollywood era una industria dirigida
por inmigrantes o hijos de inmigrantes europeos. El hermano de J. L. Mankiewicz,
Herman, famoso guionista que le precedió en California (Ciudadano Kane, Los ca-
balleros las prefieren rubias, películas de los Hermanos Marx...) supo consideras,
nada más llegar, las oportunidades de la California de época, y envió este telegrama
a su amigo, el periodista Ben Hecht, de Nueva York: «Puedes pillar aquí millones y
por rivales solo tendrás a idiotas. No te pierdas esta ocasión».
558
r Ejemplos cinematográficos
El Poder y
el desprecio: Ez social y Ez social
La Vio :
el O e s a del desenmascaramiento parece ocupar
Mientos. Como 0 . de Eva, dejan el amor, el sexo o los senti-
zada por sí a a porámbula o un robot, o una mujer hipnoti-
bofetón que le d > 22va parece iniciar un lento despertar tras el
a DeWiet.
En 1 se A
Para Eva el sex xo está en el aire aunque no se trasluzca.
O €s, se, .
tamente natura] EN CRM, Otra moneda de cambio perfec-
dé sexo cuand
ando lo a su visión
.
mercantil de las cosas. Posiblemente
fusión característi que le piden es amor y los confunda (una con-
terística del E3). Y tal vez Addison esté esperando un
.
ce
Eva: Tenía que conocer a Margo. Tenía que decirle algo, ser alguien.
Gustarle.
Addison: Que yo te quiera en este momento me resulta de repente al-
tamente improbable. Pero tal vez sea esa la razón [de que te quiera].
Tú y yo somos personas improbables. Tenemos eso en común. El des-
precio por la humanidad y una incapacidad para amar y ser amado.
Talento y ambición insaciables. Nos merecemos el uno al otro.
562
Ejemplos cinematográficos
ed
126. «l regard this honour not so much as an award for what 1 have achiev
tas a standard to hold against what I have yet to accomplish...»
563
Psicología de los eneatipos
564
Ejemplos cinematográficos
565
II
CHISTES Y VIÑETAS
r es «quizá».
Si un político Ez social dice «sí», lo que quiere deci
Si dice «quizá», lo que quiere decir es «no». Si dice «no», entonces
no es un político (o no es Ez social).
567
Psicología de los eneatipos
568
12
PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
y RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS
569
Psicología de los eneatipos
570
tacto con lo certero
> SCON lo autént
auténtiico. Así,í, lala vivi vencia
za, vulnerabilidad Y de vergien-
Ae
sanación,
que es la de spno
rotección se rep:
ha aran verdadera
Como dice Santa Teresa, «sin laahacera
má
La creatividad, el Jueg
¡ mo
> El oy el teatro ayudan
cial,
Ñ porque lesl permiten ver su teatra
lidad y trarim el su ¡
bajar
riéndose de sí mismo, haciendo el ridícu
lo, perdiendo la an -n
público. Cuando conecta con sus necesidades, puede
hacer de
ello algo creativo y positivo, con entusiasmo. Ana señal
a cómo el
trabajo creativo de la plástica la ayuda a entrar en relación consi-
go misma y a la vez, a abandonar el control:
-
Para ella es importante mantener la actitud de una aficiona
ar como profesional,
da, que actúa solo para sí misma, y no actu
ent onc es esta ría pro duc ien do para un público, para la
dado que
mirada del otro.
el trab ajo cor por al resu lta bene fici oso, porque des-
También
con ten ció n habi tual es. No debe confun-
bloquea la energía y la
571
Psicología de los eneatipos
Darte, no sé qué quiero darte, pero creo que va por darte tregua, tole-
rancia, acercamiento por mi parte en el contacto un poco más vacío de
palabras por mi parte, y esperar a dónde nos lleva. Mis miedos, miedo
a silenciarme y a silenciar mi corazón y a perder el contacto con mi
ternura y mi amor por ti: poder confiar en que eso es fluir y esperar lo
que venga.
572
Proceso de tr ansformación y recomendaciones terapéuticas
573
Psicología de los eneatipos
574
E3 SOCIAL
UNA BIOGRAFÍA
Tengo cuatro o cinco años, estoy jugando sola, siento a mis pa-
dres cerca que, mirándome, dicen algo tipo: «Qué rica, qué amo-
rosa». Finjo que no me doy cuenta de su comentario y acentuó
un poco más los gestos y actitudes que me parecen de «amorosa»
para obtener un poco más de aquello que deseo y está llegando: el
amor, unido a la admiración. Cuanto más lo represento, más lo
siento y más me creo adorable; una ebriedad interior me llena.
Unos años después. Estamos a la puerta de la casa de mis tíos
ticos. Mamá nos pellizca los cachetes a mi hermana y a mí para
que estemos más «coloridas» —me duele— y nos dice: «Háganme
hacer un buen papel». Sé perfectamente lo que tengo que hacer:
*r simpática y alegre, bien educada pero un poquito rebelde.
577
». 4
Psicología de los eneatipos
578
E3 social: una biografía
579
Pp
Psicología de los eneatipos
580
E3 social: una biog
rafía
581
Psicología de los eneatipos
582
E3 social: una biografía
Río Abierto
584
E3 social: una biografía
585
Psicología de los eneasipos
586
"e
E3 social: una biografía
587
Psicología de los eneatipos
588
E3 social: una biografía
El eneagrama
589
Psicología de los eneatipos
590
E3 social: una biografía
591
Psicología de los eneatipos
lo
Un día, al final de un taller —recuerdo que el tema era
masculino y lo femenino— comienzan a aplaudir, y alos hombres
592
E3 social: una biografía
El prestigio
593
Psicología de los eneatipos
595
Psicología de los eneatipos
596
E3 social: una biogra
fía
597
Psicol
de losogí
eneatip
aos
Han pasado quince años desde que terminé de escribir estas lí-
neas, y quisiera en pocas palabras describir aquello que me fue
pasando interiormente en estos años: qué es lo que ha cambiado,
qué no, por dónde fui caminando.
Sin duda el carácter es el mismo; esta base que he descrito es
aquello que se agita cuando tengo miedo. Y justamente el miedo
es lo que se ha ido aplacando.
En un acto de síntesis, diría que esta vida ha servido para tra-
bajar principalmente la «confianza». Que nací con una confianza
esencial y la fui perdiendo. Que esa pérdida produjo el deseo del
reencuentro yla aspiración a desarrollarla a través de la vida. Y que
siempre esta confianza ha sido puesta a prueba. Que la prueba era
justamente confiar en la vida, llegar al momento en que Apu lo
que pase», agradable o desagradable, fácil o difícil, yo no pusiera
en duda que la vida es «buena», que Dios lo es, que yo lo soy.
Me parece que esta «bondad esencial» que ahora percibo, y
en la cual puedo apoyarme, ha sido un norte para mí, un punto
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E3 social: una biografí
a
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APÉNDICE
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Psicología de los eneatipos
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Equivalencias del E3 en el mund
o académico
rd
abanico de atractivos sociales para poder recibir tratos especiales.
En el fondo carece de empatía y sensibilidad hacia los deseos y
necesidades de los demás, lo cual degenera en una explotación
del prójimo en su propio interés. Tiende a exagerar sus propias
preocupaciones con detalles improcedentes y es impaciente. En-
o
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NS
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Diagnóstico diferencial
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do académico
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académico
s
9. En concreto, de los quince meses a los dos años. Véase M. Mahler, Estudio
1: Psicosis infantiles y otros trabajos, Paidós, Buenos Aires, 1984.
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Poitología de
los eneatipos
fundó el ernational
E re fue for
Institute discípulo de Reich entre 1940 y 1952) En 1956.
Bioenergetic Analysis de Nueva York.
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Equivalencias del E3 en el mundo acad
émico
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Estructura corporal
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do académico
El subtipo de conservación
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Lowen nos ilustra con este caso clínico cómo alguien que se
muestra al mundo como exitoso, seguro de sí mismo y, por su-
puesto, digno de confianza, no exhibe (incluso ante sí mismo)
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mundo académico
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Equivalencias del E3 en el mundo aca
démico
El subtipo sexual
Gal
narse exageradas o distorsionadas, se vuelven neuróticas. Como
a
tales, pueden dividirse en tres grupos de estrategias de adaptación:
la sumisión, que equivale al movimiento de ¿r hacia; la agresión,
que es un ¿r en contra; y la retracción, que es el alejamiento.
El Ez sexual presenta una necesidad exagerada de afecto y
aprobación, y su movimiento es un ¿r hacía, que se manifiesta en
su comportamiento como seducción y complacencia compulsi-
va, a fin de llenar su insaciable hambre de ser querido, debido a
su falta de amor intrínseco hacia su niña o su niño interno. De
pequeño aprendió que la rebeldía es peligrosa y que complacer es
la mejor estrategia como protección de su corazón: «Si logro que
me ames no me harás daño y me siento valorada».
Los E3 sexuales están dispuestos a pagar cualquier precio, a
aguantar la mayor crueldad para sentirse queridos. La autoex-
presión ya no puede ser espontánea porque pasa por un filtro
inconsciente que está escaneando la situación y a las personas
por si cabe la posibilidad de ser rechazados. Se genera asimismo
la estrategia de adivinar (proceso inconsciente y automático) lo
que se espera de nosotros para ser recibidos.
Todo ello expresa la pérdida de la autoestima sana, donde
uno se toma a sí mismo como referencia. Por un lado hay un ot-
gullo, que se orienta en su ser idealizado como un hombre 0
mujer que no tiene sombra y que necesita evitar todo lo que le
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el mundo académico
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Psicología de los eneatipos
o 5 A
entra aquí una doble estrategia del E3 sexual: No se puede sepa-
e
rar, y esto parece ser una «capacidad de entrega y de amor» (por
supuesto neurótica), la cual por un lado favorece la manipula-
ción, a través del victimismo y la debilidad que siente, y por el
otro ayuda a fortalecer el yo idealizado, con la idea de que simple-
mente merece ser amado por tanta amabilidad (reprimiendo
todos los sentimientos incómodos y censurados en el inconscien-
te, especialmente los que pueden entrar en conflicto con la pareja
o llevar a rebelarse contra expectativas y manipulaciones ajenas) y
una vulnerabilidad que se manifiesta como un orgullo secreto.
Esta personalidad según Horney reprime sus instintos ex-
pansivos, lo cual le genera una debilidad. Debilidad que se com-
pensa con el intento de agradar y de gustar y se manifiesta asi-
mismo en la elección de una pareja que prometa la fuerza
instintiva que le falta y que por ende le proteja. Siendo así que,
para Horney, el problema empieza muchas veces con las parejas
que elige. Pues en sus relaciones, la fuerza proyectada y admira-
da se expresa muchas veces en la persona idealizada como vio-
lencia y una arrogancia agresiva. Ahí el E3 sexual entra en con-
flicto, pues la agresión de la persona arrogante es tan humillante
que le genera un enorme rechazo reprimido en su interior. Este
tipo, afirma Horney, idealiza la capacidad de manejar la vida
con arrogancia y agresión. Como adaptación neurótica trata de
resolver el conflicto interno y la pérdida de sus fuerzas instinti-
vas, buscando en el afuera el amor ideal con una pareja que com-
pense la fuerza que se ha anulado.
Como el Tres sexual es un carácter melancólico, con una
eristeza crónica pero sutil, se puede confundir con el E4 social.
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El subtipo social
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por último, ante alguien que considera las relaciones más íntimas
de lo que en realidad son.
En cuanto a la estructura corporal del subtipo social, tanto
en el hombre como en la mujer es más bien enjuto, con una cara
seca, más austera; por decirlo de alguna manera, una «máscara
bella».
En cuanto a la dinámica emocional, por último, el subtipo
social lleva las características del rasgo a la rigidez: es más exigen-
te, más perfeccionista, más camaleónico, más servicial, más efi-
ciente, más exquisito, más dinámico y emprendedor, más com-
petitivo y más bravo (tiene el impulso agresivo a flor de piel).
Tiene más resistencia a parar y más necesidad de drenar su angus-
tia con la acción, y es el que más miedo siente a quedarse en el
vacío. Usa la literalidad como arma agresiva y es más implacable.
Socialmente es más exitoso y más mercantilista. Tiene más difusa
la imagen que los otros subtipos y esto le produce inseguridad y
una constante necesidad de creación de imagen.
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