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SERMON DE LA CENA DEL SEÑOR 2017

¡CELEBRANDO LA VIDA!

Lectura Bíblica Base: Juan 10.10.


Objetivo.- Reflexionar en el tipo de vida que la muerte de Jesús nos ha traído y
asumir un compromiso de ir en contra de todas las manifestaciones de muerte en
que vivimos rodeados, siendo constructores de vida en todo lo que hacemos.
Tiempo: 40 min.

Introducción.
Una vez más Dios ha sido fiel, ha transcurrido un año y con él sus avatares, sus
desafíos y cada una de las experiencias por las que Dios nos ha acompañado día
a día, sin soltarnos un solo momento, nos permite congregarnos hoy después de 1
año cumplido, para conmemorar su muerte con la cual nos trajo vida y salvación,
pero también para reflexionar y asumir el compromiso que este don trae consigo.
Les invito pues a Reflexionar.
Lectura Bíblica Base: Juan 10.10
La fe cristiana está basada en un absurdo y en una contradicción, en el absurdo
de la muerte como forma necesaria para cumplir un propósito mayor, y una
contradicción, ya que la muerte no significa la tragedia máxima, sino que abre el
camino a la vida.
Absurdo también, porque lejos de ser un motivo honroso y que manifieste poder,
se trata de un acontecimiento que para los judíos significaba vergüenza y
maldición, así como también para los griegos significa locura y la mayor
manifestación de debilidad, por eso basar la fe cristiana en la muerte de su líder
en una cruz no era motivo de algún tipo de crédito oh de prestigio para las
personas de su tiempo, ya que Jesús muere como un bandido subversivo, muere
por su rebelión y afrenta al sistema tanto político como religioso, el cual dominaba
y pretendía establecer un tipo de paz, la “pax” romana y una legislación religiosa
en la sociedad.
Es por eso que desde el principio la fe cristiana ha tenido un matiz cargado de
contradicción, el apóstol pablo dice en su (1ª. Cor. 1.18): Porque la palabra de la
cruz es locura para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de
Dios.; y es precisamente éste elemento de contradicción lo que ha permitido que
hasta el día de hoy siga viva la fe en Cristo Jesús, pero más que solo permanecer,
hace que de época en época resurja su pertinencia como proyecto alternativo a la
forma de vida que la sociedad impone, sin duda la fe cristiana basada en la muerte
de Cristo Jesús y su consecuente predicación y extensión, ha posibilitado también
experimentar una nueva forma de comprender, vivir y dar sentido a la existencia,
desde el ejemplo de Cristo Jesús y de sus discípulos a lo largo de la historia.
Una historia de poco menos de 2000 años la cual muchas veces se ha querido
amoldar a las formas convencionales de la vida para hacerla más accesible, más
llevadera y menos dura y tajante; sin embargo hay en su raíz una irremediable
tendencia a manifestar lo que no es correcto, lo que no es acorde a su propósito y
aun que muchos hemos querido domesticarla, termina saliendo de nuestro deseo
y oponiéndose a todas nuestras prácticas erróneas; se encumbra en la necesidad
y en el aspecto incomodo de las cosas, y desde ahí donde hace ruido nos habla y
nos invita a no conformarnos a las prácticas injustas y esclavizantes del mundo.
Es aquí en este punto donde no solo lo contradictorio sino también lo subversivo
de ésta fe toma una relevancia crucial ya que la única forma de vivirla, muchas
veces implica ir contracorriente, contra la tendencia del sistema, contra los anti-
valores establecidos en el mundo y la sociedad, y es así como los discípulos de
aquel que murió en la cruz, viven con valores totalmente contradictorios a los
valores actuales, y luchan por impregnar y establecer éstos valores en su
cotidianidad y en sus diferentes espacios diarios, de tal forma que se comprenden
como agentes de cambio y como colaboradores al igual que su maestro en el
establecimiento del Reino de Dios y su justicia en la tierra; que fue el objetivo
central de la vida y obra de Jesús aquí en la tierra.
Todo esto se constituye en buena noticia y es motivo de alegría y celebración para
nosotros, ya que estamos ante la mayor manifestación de Vida pero basada en el
absurdo y contradictorio acontecimiento de la muerte de Jesús. Una muerte que
nos ha traído vida abundante pero también nos desafía a cuestionar y romper con
toda práctica in-humana, enajenante y esclavizadora.
Nos congregamos pues, para conmemorar éste acto de salvación y vida, y
estamos aquí no solo para repetirlo como una costumbre y un ritual, sino para
recordar que tenemos un compromiso con la vida y con todo lo que la
promueva, por eso hoy celebramos éste acto pero no por el acto mismo, sino por
el significado y alcance que ha tenido para todos nosotros, nos ha abierto un
mundo de posibilidades que hasta antes de aceptar a Jesús no teníamos, ni
conocíamos, esas posibilidades de vida nos han proyectado hasta la eternidad,
ahora no solo nos comprendemos como seres finitos y limitados, sino como
posibilidad de trascender la vida misma hacia la eternidad, hacia realidades y
formas (no solo en el más allá) sino aquí y ahora, formas de vida que como dice el
texto bíblico no se amolden a éste mundo, por el contrario son capaces de buscar
y aspirar a algo mayor y más grande que lo que nos han dicho que hay, sin duda
la salvación que Cristo Jesús ha traído con su muerte, no solo fue para nuestras
almas, ni tampoco solo para salvar ciertos tiempos y espacios de nuestra vida; por
el contrario su salvación es para todo nuestro ser, para todo lo que somos, pero
también para todos los espacios y tiempos de nuestra vida; para despertar
nuestras mentes y construir otros mundos basados en el amor, la justicia y la paz,
propios de la nueva vida en Cristo Jesús.
Este proceso ha iniciado conociendo la verdad, como dice el texto del mismo
evangelista “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8.32.
Conociendo la verdad de Jesús, el cual nos ha enseñado que no nacimos para
morir, sino que hemos renacido para la vida y ésta verdad tan grande y
maravillosa es la que nos posibilita de liberarnos de toda atadura, de toda forma
enajenante que nos condena a la muerte. Y que al aceptarle sabemos que somos
libres y esa libertad es la que nos hace vivir.
Pero ésta vida que ha iniciado con su muerte y de la que hoy somos participes nos
invita constantemente a reflexionar y a ir contra corriente, a constatar realmente si
vivimos en esa novedad de vida oh si hemos permitido que los lazos de la muerte
que nos rodean estén haciendo estragos en nosotros. Sin duda el estar hoy frente
a la mesa del Señor, nos invita a pensar y meditar sobre: ¿Qué estamos haciendo
con la vida que la muerte de nuestro Señor nos ha traído? Oh si estamos mal
gastando la vida, en pocas palabras si realmente vivimos oh solo sobrevivimos.
El texto bíblico base de Juan es muy claro “…El ladrón sólo viene para robar y
matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia…” Juan 10:10 Sin duda para los primeros cristianos era ciertísimo
que la verdad de Dios manifestada en Jesús estaba íntimamente ligada con la vida
y que ésta verdad necesariamente traería un cambio de 180º. Grados en su
comprensión de ellos mismos y de entenderse a la luz de una nueva realidad, una
realidad de plenitud pero también de cambio paradigmático a su experiencia
diaria. Sabían que se encontraban en una realidad de muerte y que el evangelio
traía ésa novedad de vida, pero no cualquier vida sino la que viene de Dios, y tan
convencidos estaban que fueron capaces de comprender que esa vida nueva que
la muerte biológica ya no significaba el fin, sino una forma más de extender ésa
vida a otros, ya que por cada mártir que moría un buen número de nuevos
cristianos se unían a ésta fe por el testimonio de éste.
Muchas veces nosotros hoy olvidamos que Cristo Jesús ya nos ha dado vida en
abundancia y caemos en las formas que el mundo, y las realidades contrarias a
Dios y a su proyecto de vida, ponen para conducirnos a la muerte y es
sorprendente como sin darnos cuenta caemos e incluso buscamos permanecer y
nos aferramos a éstas formas de vivir, aun que no sea otra cosa que aferrarnos a
nuestra muerte. Acciones tan inofensivas e inocuas que hemos aprendido y
repetido una y otra vez y que no solo eso sino que enseñamos a otros a vivir de
esa manera, solo porque el sistema (que es un sistema de muerte) nos ha dicho
que así tiene que ser. Actos como el trabajo, el satisfacer necesidades, el instinto
de supervivencia, el vivir en sociedad,; que son realidades inherentes al ser
humano, el sistema los ha enajenado y tras una idea de progreso (que no es otra
cosa que narcicismo puro) nos lo ha presentado y nosotros lo hemos creído. Es
interesante si decimos que Jesús nos ha dado la vida y que cada vez que nos
reunimos a la orilla de su mesa celebramos ésta vida, que más de la mitad del
tiempo que tenemos sobre la tierra lo pasemos ocupado en nuestros afanes
cotidianos y en nuestro trabajo, nos educan para trabajar y una vez que tenemos
edad buscamos enrolarnos en una realidad laboral, claro después de casí 18 años
de estudio para llegar a un nivel profesional, el trabajo siempre ha sido una
bendición y un medio para la subsistencia pero cuando rebasa ese propósito se
vuelve nosivo, muchas veces (sobre todo en la ciudad) ya no trabajamos para
subsistir sino vivimos para trabajar, quizá porque solo de esa manera podremos
darnos el nivel de vida que la sociedad nos ha puesto, solo así podremos comprar
el auto nuevo, vestirme de la manera que yo quiero, comprarme esto oh aquello,
todo basado en una supuesta buena vida, y que tiene un costo de muerte, ya que
vivimos menos y pasamos menos tiempo con las personas que amamos y
perdemos la posibilidad de hacer lo que en verdad importa, vivir, ser felices,
plenos. Mucha gente trabaja para asegurar una buena posición económica en su
ancianidad, pero no se da cuenta que esta perdiendo lo mejor, que es la salud, la
experiencia cotidiana, y cuando seda cuenta, todo eso se le ha idos de las manos
y ahora solo le queda un pálido recuerdo de lo que fue, y nuestra vida se vuelve
una paradoja porque invertimos toda nuestra vida y salud para obtener dinero para
luego gastarnos ese poco dinero que obtuvimos trabajando durante toda nuestra
vida tratando de obtener la salud y el bienestar que teníamos al principio, y que
como dijo un Excelente presidente lo peor de ésta actitud es que: No podemos ir al
supermercado y comprar vida. Lamentablemente el hombre no gobierna hoy las
fuerzas que ah desatado, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobierna a el.
Pareciera que hay un frenesí por una carrera hacia muerte y nosotros sin darnos
cuenta nos hemos puesto en marcha. Referente a las relaciones interpersonales
éstas fuerzas de muerte nos hacen creer que lo más importante es uno, no solo ha
puesto en el centro al yo, sino que ha aniquilado a todo lo que no sea yo, oh al
menos eso nos hace creer y nos invita a asumir y a adorar éstas formas en
nuestra vida y conducta, pensamos en nosotros y solo en nosotros, hemos
olvidado que el viaje de la vida es comunitario porque es la única forma en que se
puede disfrutar, la vida no se da en soledad, y sin embargo éste sistema de
muerte, nos hace actuar de ésa manera, cada vez somos menos solidarios,
menos comunitarios, no nos preocupa el prójimo, nos preocupa solo nuestro yo y
al actuar de esta manera algo de nosotros muere con los millones de personas
que no nos interesan y que necesitan de nosotros y para quien hemos cerrado los
ojos y empezado actuar como un muerte que inerte no puede más que prevalecer
sin hacer nada; vivimos en una época que ya no solo el ser humano sino que
nuestro mundo necesita de nosotros, gime con dolores de parto y la gran mayoría
no nos interesa, seguimos consumiendo frenéticamente sin importarnos el costo
ambiental, gustamos de tener el último modelo de celular sin importar el costo de
hora/hombre y el costo al planeta, gustamos de visitar lugares de prestigio sin
importar si sus trabajares tienen salarios dignos, nos hemos centrado tanto en
nosotros que el prójimo se ha desdibujado de de nuestra vista y cada vez más nos
retraemos. Otro elemento muy característico del tiempo que vivimos y que cada
día nos enajena más, des personificando y cosificando a las personas, es todo
éste sistema de nuevas tecnologías (redes sociales, internet, et.) y que cada vez
más lejos de acercarnos nos alejan no solo del otro, sino de nosotros mismos, ya
que una de las razones por las que es necesario el otro es por el hecho de que
puedo entenderme a la luz de él, asumiendo mi particularidad pero también mi rol
en la sociedad, y al aniquilarlo con el contacto visual nulo y el dialogo atrofiado, yo
mismo voy perdiendo mi identidad en una realidad mayor y con ello, también un
poco de vida. Mucha gente hoy solo vive en las redes sociales y puede tener miles
de seguidores oh amigos, pero es incapaz de cruzar una palabra con alguien de
carne y hueso pierde su mundo real y se construye uno virtual, algo que no existe
en la realidad, pero que sirve como un placebo para sobrevivir.
Es aquí donde la importancia de ésta celebración en ésta noche toma su
pertinencia, ya que nos da la oportunidad de reflexionar y redirigir nuestra
existencia para realmente vivir la vida que es en Cristo Jesús, una vida llena de
libertad de toda atadura, de toda marca, de todo prestigio humano que solo es
vanidad y que por tanto carece de vida. Es aquí donde lo absurdo y contradictorio
del evangelio nos capacita y desafía para realmente vivir, nos fortalece para ir
contracorriente, nos enfoca para ver la esencia de las cosas, lo que realmente
importa y no lo que es superfluo y pasajero, nos invita a gozar más las pequeñas
cosas que tenemos, sentarnos en la banca de un parque, abrazar a nuestros hijos,
compartir la mesa con la gente que amamos, y de ésta manera nos liberará de
aislarnos y con ello de morir un poco cada día.
Creo que el problema es que hemos estado buscando vida en el lugar equivocado,
sufrimos el síndrome de Esau, que una vez teniendo el mayor y más grande don
que la salvación nos ha traído que es la VIDA, muchos la estamos cambiando por
un plato de lentejas (viviendo como lo hemos estado haciendo). Para que sirve
que Dios nos haya dado vida si la estamos mal baratando en nuestras formas
equivocadas y esclavizantes a las que nosotros mismos nos sometemos a la hora
de vivir (porque no olviden que la esclavitud perfecta es aquella donde el mismo
esclavo no quiere ser libre y abraza su condición). Para que queremos una
eternidad sino hemos podido a prender a vivir éste intante fugas, éste suspiro de
tiempo sobre éste mundo.
Hoy Celebramos la vida y el compromiso con ella, porque el ser que hizo posible
todo esto pago un alto precio para que usted y yo hoy reunidos en éste lugar nos
emancipemos de las fuerzas opresoras del mercado, del mundo, de la sociedad, y
aprendamos a vivir el día a día con el milagro de la sorpresa y de la gratitud de
todo lo que nos rodea, porque solo el que vive realmente es el que disfruta, el que
siente, el que goza y vibra con todos los sentidos del ser, el que también ama y
comparte, sabiendo que el viaje de la vida se disfruta solamente en comunidad.
Aplicación.
Cierro invitando a que usemos la vida que ya se nos ha dado como un don
inmerecido, en lo que realmente importa, con algunas pequeñas
recomendaciones: No se tome tan enserio las cosas, ría más y a carcajadas,
trabaje solo lo necesario no sea esclavo de su trabajo, aprenda a desprenderse
(viva ligero), pase más tiempo con sus seres amados, abrase más, perdone más
seguido, sea solidario, escápese de vez en cuando de la rutina enagenante,
comparta con el necesitado, rompa con la dinámica consumista, en pocas
palabras, lo que quiero decirles es: VIVA. Porque aun que esto parece tan trivial,
común y profano, y no parezca que tenga un apice de espiritual, no olvide que es
ahí donde se esconde la esencia de la vida y por ende donde Dios ésta.
Conclusión.
Porque recuerde que solo aquel que ha sido fiel en lo poco, podrá ser fiel en lo
mucho. Dicho con los términos de hoy: solo aquel que ha podido ser feliz y pleno
en éste tiempo corto de vida, podrá gozar una eternidad.
Celebremos pues la vida que Dios nos ha dado por medio de su hijo, VIVIENDO.
Porque él vino a traernos vida y vida en abundancia; tanto en calidad como en
cantidad de Vida.
Que la buena voluntad de Dios se manifiesta hoy una vez más en todos nosotros.
Paz y Bien.

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